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loRlA ÏJE LA SAII;l EN j A RUl{iN
Modos devidapoco saludables, comportamientos que im-
plican riesgos y enfermedades no transmisibies. Algunos de
los principales factores responsables del aurnento de enfer-
iiiedades no transmisiNes son los modos de vida poco salud-
ables. Los hábitos alimentarios de la poblacin de las Américas
están cainbìando; cada vez rnás, las personas consumen menos
frutas, verduras, legurninosas, granos enteros y cereales, y rnás al-
imcntos ejaborados, leche, cereals reflnados, carnes y azúcar. La
nutrición deficiente se complica más par la carencia de micronu-
trientes como yodo, vìtamina A, hierro, ziic y folatos. A! mismo
tiempo entre 30% y 60% de la población de las Ainéricas no al
caitzan los nive!es mínirnos rccornendados de actividad !ïsica. EJ
cambio de ocupación desde el trabajo manual y la agricultura al
scctor de servicios en la mayor parte de la Reón mplìca que en
gcncra] está disminuyendo la actividad ftsica. Esa disminucióji
ha sido agravada por la mayor urbanizacìón, el transporle motor-
izado y la introducción de dispositivos que ahorran trabajo
computadoras en los hogares. Esta conjunción de alimentacióii
dcflciente y estiios de vida sedentarios conducen a una epidemia
de enfermedades no transmisibles eii los adultos véase ei capí-
tulo 2. Según la OMS, dc los 6,2 millones de defunciones que se
estima que se han prodticido en la Región eii 2005, rnás de tres
cuartas partes se vinculan con enfermedades crónicas y, en los
próxirnos 10 años, 53 millones de personas morirán por una en-
fermedad cránica. 2r o menos 80% de las cardiopatías premat-
uras, los accjdcntes cerebrovasculares y la diabetes del tipo 2
40% de las neoplasias malignas en las Américas podrÍan pre-
venirse mediante una alimentación sana y la actividad física ha-
bitual, y evitando e! consumo de productos del tabaco se estirna
quc las tasas de defunciones por enfermedades crónicas podrían
disiflinuir 2% al año ex los próximos 10 años. con lo cual se sal-
varían casi
mfflones de vidas 24. Un estudio reciente quc incluyó a más de
3.000 jóvenes de 26 países en desarrollo -induìdos Argentina,
ßrasil, Honduras, M&ico, Perú y Repúb!ica Dorninicana- selec-
cionó llevar un rnodo de vida sailo como uno de los cinco ele-
mentos esenciales en la vida que podían influir en el futuro de os
jóvenes: Sc ha estimado que casi dos terceras partes de las de-
funciones prematuras y una tercera parte de la carga total de
morbilidad de los adultos pueden estar vinculadas con condi-
cìones o comportamientos que se iniciaron en !a juventud 29.
Nuevamente, esas condiciones o comportamientos, muchos de
ellos relacìonados entre sí, incluyen el hábito de fumar, el con-
sumo excesivo de bebidas alcohólìcas, el uso de drogas, los accì-
dentes de transporte terrestre, las re!aciones sexuales no seguras,
la vio!encia, los modos de vida sedentarios y la nutricìón defl-
cicnte. A menos que se reviertan esas tendencias, serd enorme el
impacto sobre la salud en el futuro y habrá una abrurnadora de-
manda de servicios de salud.
El sobrepeso y la obesidad. I.os cambìos erl los patrones de
consumo junto con la rnenor actjvidad física se vinculan con un
4pesar de lo.s signiflcativos esfi,eros aflzados pari
mejorar los servidos de ,alud materna e la Regin, incluso
cGri !i introducció en oüos recientes de segnos para tiíbrii
el costo ik ia atencóri ,nateinoinfwitì4 las tasas de rnortali-
dad j?,titerna se hon red!,ddo ,uuy pOr, en la últirna
auniento de la preva]encia del sohrepeso un índice de masa cor-
poral igual o superíor a 25 y rnenor a 30 kgìm2 y Ia obcsidad un
índice de masa corporal igual o superior 30 kg/m2. Encuestas
realizadas en países latinoarnericanos y del ìaribe cn 2002 en-
cantraran quc entre 50% y 0% de Jos adtiltos y entrc 7% y l 2%
de los niños menores de 5 años tenían sDbrepeso o eran ùbesos.
En Argentina Colombia, México, Paraguav, Perú y Uruguay, más
de la rnitad de la pohlación tiene sohrepeso y mds de 15% son
obesos. Un hecho un más preocupantc es que la endencia se
está extendjcndo entre los niños de la Regián: en chile, México
Perú, uno de cada cuatro niños de 4 a 10 aos de edad tiene so-
brepeso, Sc prevé que, para 2015, la prevalencia del sobrepeso en
las Américas habrá aumentado tanto en los hombres como eii las
mujeres. En los Estados Unidos, 64 de los adultos tìenen so-
brepeso y 30,5% sQn obesos. Canadá está un poco más atrás que
los Estados Unidos: 50% de los adultos canadienses tienen so-
brepeso y 134% son obesos 30.
La diabetes. En 2006 se estinió que 3S millones de personas
cran diabéticas en las Américas y se prevé que esa cantidad au-
rnentará a 64 milloncs para 2025. Bl auniento previsto en la
prevalencia de la diabetes es paralelo al iiicremento de la preva-
lencia de la ohesidad, un importank factor de riesgo de diabeles.
Se estirna que en 2003 la diabetes estuvo vinculada con 300,000
defunciones en América Lalina y el Caribe. En las mueres de
todas las edades y en casi todos los países de las Américas, Ia di-
abetes es una de las tres principales causas de defuncidn. Las
tasas de prevalencia inás altas se presenlan eii los adultos del
Caribe la prevalencia de la diabetes varía de 18% en amaica
l 7% en Barbados a un estimado 8% en Ainérica del Sur y 6% en
Amrica Central 31. Se calctiia que el costo social total de la di-
abetes en América Latiia v el Caribe es de 1JSS 65.000 millones.
El tabaco. La OMS ha estirnado que el tabaco es la segunda
causa de defunciones evitables, después de la presión arterial el-
evada, y que provoca 900.000 defunciones al año en las Américas
véase el capitu1o 3. Si continúan las tendencias actuales, eJ
tabaco provocará la inuerte de más de mil millones de personas
en el siglo XX1. En 2006, más de 20% de los jóvene.s de 13 a 15
aos de edad de las Américas habían consamido tabaco, una
prevaleiicia que es* la más alta en el mundo para ese grupo de
edad 32; más de 70% de los fumadorcs de la Región comen-
}N L&S A iR]cAS 2007. VOLt:IFN - Rtclo*Ai.
CUADRO 2. Prevalencia en 2006 y proyecciones para 2050 de la enfermedad de
Alzheimer en Ainérica Latina y el Caribe. en América del Norte y en todo el mvndo. por
etapa de la enfermedad.
Prevalenc riiìllones d e c asos
2006 2050
Etapa Etapa Etapa
Tota l tmpra na ta rdía Total tem pran
Etap
ta rdía
Amrica Latna y & Carthe 2,03 14 089 10,85 5,9
AmérLca del Norta 3,10 1,73 37 85 484
Entoda el mundo 2655 14,9 1156 106,23 58,75
486
4,01
4748
Fuente: Ron Brackmeyer Elizahett Johnson, Kathrvn ZieQler-Grahan, H. Mirliael Arrghi, ForocastinQ tho Glahal
Buren af Alzhoimors Diseaso, Johns Hopkins Liniversity Department ot ßioestatistics Working Paper 130, 200L
zaron a fumar antcs de los 1B aflos de edad. En 2000, la prevaien-
cia del hbito de fumar entre las jóvenes de 13 a 1 años de edad
variaba entre 14* v 21% en ìos países ðel Caribe y 40% en el
Conu Sur. En los Estados Lînìdos v Canad, casi una cuarta parte
de os jóvenes fumaban. Se estinia que cl consumo de tabaca ac-
tualmente causa un millóji dc defuiiciones al año en las Amri
cas, y el Cono Sur tiene la tasa más alta de mortalidad provocada
por ei tahaco. Sc calcula quc una tercera prtc de las defunciones
por cardiopatias y neoplasias iialignas en la Región son
atrìbuibles al consurna de tabaco. Cada vez más concentrado en
las países más pobres y en Ios pobres dcntro de csos países, cl
conswno de tahaco se vincula con enfermcdad pulmonar ob-
structiva crónica, cncer y cardiopatías; contribuye considerable-
nietite al asma y las defuncioncs por tuberculosis y se prevé que
cauará un aurnento exponencial de las defiinciones, de 6,4 rnil-
lones de personas al año para 2015, 50% más ue la ìnfección por
elVlHÌda.
E alcoholismo. Por ,su parte, se ha comprobado que, cntre 27
factores diferentes de riesgo. el aicoholismo es el principal factor
determinantc de la carga de rnarbUidað en las Arnérìcas capí-
tulo 3. L ebriedad, la dependencia del a!cohol y el daño hi-
ológico provocados por el consumQ de bebids alcohálicas
pueden tener coriecuencìas sociales y para la saluð a largo plaza.
Cada año, las enfermedades vinculadas con el consumo de alco-
hol son ia causa de alrededor de 4% de los años de vida ajustados
cn función de la discapacidad AYAD a nìvel mundial y de 8,8%
dc los AVAI cn América Latina y el Carihe 33.
Las neoplasias n,alignas. Las neoplasias malignas son re-
spon.sablcs de una quinta partc de la mortalidad par todas las en-
fermedades cránicas en las Arnricas y provocaron unas 459000
defunciones en 2002. Esto representa un aumento de una terccra
parte de las defuiiciones por neoplasias malignas desde 1990. Los
cánceres de los pulmones y de colon están incluidos en las 10
principalcs causas de defuncián en muchos pafses de las Arnéri-
cas, Los cánceres de próstata, de rnania v utcrìno son amhién
causa.s importantes de defuncìón en varios países dc Amérca
Latina. Eii Arnéricadel Norte,el cáncerdel tcjdo linfático es una
de Ias 10 principales causas de defunción en la pohlación en
general y está entre las cinco causas principales en el grupo de
a 24 años de edad 26.
Enfermedades del aparato circulatorío. las cnfernicdades
del aparato circulatorio en conjunto representan aproxiniada-
mente 20% del total de defunciones en las Américasel porcentjc
más alto cntre las causas principales de deflncióii en ludos ìos
países de la Región. En ese grupo, la cardiopatía isquéniìca v la
cnferrnedad cerebrovascular son las rnás imporlantes. Las enfer-
rnedades hipertcnsiva.s y la insuficiencia crdíaca tamhién sc
destacan como catisas irnportantes de defunción; entre 8 y 30%
de la población de las Américas sufren hipertetìsi6n, un fuerte
factor independiente de riesgo de cardiopatía y accidcnte cere-
brovascular. En México, ue ha realizado eiicucstas sohre los fac-
tnres de resgo, se ha produçido un auriiento de la prevalencia de
la hipertensión de 26% en 1993 a 30% en 2000 26. 1stas enfer-
rncdades siempre se presentan entre Ias cinco a 10 causas princi-
pales de dcfunción de la pohlación en generai induidos auihos
scxos.
Los problemas dc salud mental. [.os problemas dc salud
niental afectan tanto a los jóvencs como a ios ancìanos ðe ia
Regián, sì bien en forma diferente. En 2000, cl suicidio, ei indi-
cador inís confiable de problemas dc salud rncntal, fue la tercera
causaprìncipal de defunción en el grupo de 10 19 años de cdad
la octava causa princìpal eii los adultos dc 20 59 iiños de cdad
en las Aniëricas en generai. La enfermedad de Al7heiincr y la de-
mencia cerehrovascular constìtuyeron la dëcima causa principal
de defunción en toda la población dc las Américas y la octava
causa en las personas de 60 y más años de edad. La enfrrrnedad
de Alzheimer y ia dcnìencia ccrebrovascular fucron una dc las
principales caLtsas dc defunción en Canadá, Chile, Cuba, los Esta-
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OL LA .l E l *.. RL,;l
CUADRO 3. Porcentaje de muieres qtio notificaron haber
sido víctimas de violencia a manos do tamiliares en cinco
países de las Américn. 2000-2005.
Violenc f]si ca Vio lericia sexua
dos Unidos, Puerto Rico y Uruguay Se prevé que la prcvalencia
de la enferrnedad de Mzheimcr cn ]as Américas estirnada en
2,0 ni il!ones de casos cn Arnrica Tatina v cn 3, 1 miUones de
casos en Ainérìca del Norte aumentard a medida que enve-
czca la poh!ación de los países. Más dc 26 miflones de personas
dc todo ei rnuiido sufren la enfermedad de Alzheimer y se esperaBolivia 53 1
Perú 42 1quc esa cantidad sc cuadruplicarú a 106 millones para 2050, con Colombia 39 12
casi 9 milloncs cn Arnrica de] Nortc v casi l l niillones en Etiador 31 l
Amrica Latìna y el :arihe cuadra 2. Ha]tí 29 17
hwnte: Encuostas narioria]es ðemográlicas y e salud efe ctuadas n
Lesiones y defunciones causadas por accidentes de trán- Bclu,ia 2OO3}, Perú ]2OOO Cclombia ]ZOOl, Ecuaðor 12004} HiIí {2000}.
sito terrestre. En 2002, en las Aiìléricas se rcgistraron aproxi-
niadanieiìte 374.000 defuncioiies provocadas por accidejites de
tránsfto terrcstrc y cada aio cientos de mìlcs de pcrsonas suíren dcl clima; y las modificacioncs de ]os méodos de elahoracián
lcsiones e incapacidades a causa de estos accidcntes capítulo 3. distrihución de Ios alìnientos y ]o háhitos dc los,consunÌidQres.
Las lesioncs por accidcntes de trdnsito Lerrestre ocuparon el Estos factores demnestran una vez más quc los episodios de en-
novenÕ ugar como princìpal causa de defunción cn la Región en fermedades infecciosas en un país o región son en potencia un
genera] durantc 2002. En ese niisnio año, los países de ingresos proh!eiiia para todo cl rnmido 35. Otra prcocupaci6n es la posi-
hajos y medjanos de las Aiiiéricas tjvieron tasas de mortalidad bilidad de que sc produzcan brotes como consccuencia de la lib-
por lesiones cn accìdente.s de trdnsìto terrestre de l defunciones cración intencionat o accidental de agcntes biolágicos. Las epi-
por 100.000 hahitantes, rnientras uc cn ius países de altos ingre- dernias que se producen ei forma natuml y las causadas por la
,sos la tasa fuc de 13 defiinciones por 100000 habitantes 34. lihcración de agentes biológicos constituyen una amenaza para la
segur,idad sanitaria munlial. Adcnìás, como resultado del irn-
La violencia En 2002, eii la Región de tas Arnéricas hubo pactu que problernas tales corno el SARS, la intluenza aviar, la
aproximadarncntc 3g4.000 honiicidios y 179.000 suicidìos capí- contaminación de alimentos v la resìstcncia a los plaguicidas
tulo 3. En paíscs donde los accideotes dc ránsito terrestre iio pueden tener sobrc la seguridad y la eccnornía de uii país y de la
son la prirnera causa de defunción de varones adolescentcs y cornunidad iiitcrnacional, ahora la vigilancia de escs posiblcs
jóvenes, el hornicidio ocupa el prinier ugar. Las tasas de homi- problcmas dehe abarcar muchas áreas y agentes nuevos 36.
cidios por 100.000 habitantes superan niveles aitos o crfticos en
varios países, cn particular Brasil 28, Vcnezuela 35, Jarnaica ]o nuevc [acerca de la propagación internacional de Ias enfcr-
44, Ei Salvador 45, Guatemala 50, Honduras 55 y Coiom- tiiedadcsl es: l ia gama más arnp}ia de enfermedades emer
bia 65. La cantidad de delitos violentos estd aumcntando cn gcntes o reernergentes ìdentificadas 2 et atcancc de los
toda la Región, lo cual pone en peligro las condiciones dc salud y factores globalizantes que las desencadejian; 3 Lu interven-
sobrecarga los servicios de salud. Alrcdedor de una de cada res ción de actorcs nuevos en e] ámbìto de la vigilancia de la saiud
mujeres dc Aniérica Latina y el Caribe ha sido víctiina de violen- pLih]ica, que aportan preocupacicnes económicas o de segurì-
cia sexuai, ffsica o psicológica a rnanos de familiares cuadro 3. dad; 4 ios límites imprecisos ctitrc los riesgos potencialcs de
La violencia contra las mujeres nc solo rcpresenta una enorme hrotes naturales c intenciotiales y 5 ta crccicnte exigencia
carga para la saiud púhlica sino que ambén ob.staculiza el dc- de] pUhllco y los organismos de la prensa de inforrnación in-
sarrollo socìal v ecoiiómico al irnpedir que las vctimas con- nediata. . . . A nivel internacianal, no es suflcjente reconocer la
trihuyan cabalmentc al progreso de sus comunìdades. amenaza mundial de las eiifcrmedades emcrgentes o reenier-
gcntes v conccnrarse en una estrategia basada cti una vigi-
Las alnenazas que se presentan. La propagación interna- lancia y una rcspuesta impulsadas en forma externa. Con una
cicnal dc cnfermedades infecciosas p!antean problemas para la urgencia similar, los preparativos para epidernias fuuras
seguridad sanitaria mundial, en gran medida dehido a íactorcs tienen quc incluir una reestructuraci6n para!eia de los sis
relacìondos con el mundo interconcctado e interdependiente de tenìas de saiud, que ìnc]uya los aspcctos esenciales de la for-
la actualidad. Entre otros íactcres que originan e] riesgo de mación de recursos humaiios, la administración y ]a equidad
propagacián dc csas anienazas se cueiitan Lusmovitnientos de la en e! acceso a ia atención 37.
población gracìas a! turisino y la niigracìón o corno resultado de
desastres; el crecirnicnto del cornercio internacionat de alirnentos La infección por el VIHIsida. Después dc Áfrìca suhsahari-
productos biclógìcos; los canihios socialcs v amhientales vin- ana, el Caribe es la scgunda subregión cn el mundo más afectada
culados con ia urhanización, la deforestacián y las alteracioncs por la ìnfccción por el VlHìsida. Se estima què 1,2% de la
S23
SAT.T:D L**N L.M AM ROA5, 2007. VOT.LTME1 t-RE!rTNAL
Cada año se regisriz 220.000 riuevos casos de fuherc,iosis
&n la Región d ias An,éricas, y mueren nids th 50000 per
cor,ecuencia de esa enfrrmrdad. La tuberculosi
tir,,e cnra, esias inuertes SOri eiitr,hWç. Sio on ht pani-i
pacióir actiira y or aiiìzada de ia com,widad se potha me!o
rar el diagrióstic ie los casoy nsp smas podrth c,oTirse.
La ii,herci,losis predc afeclar a todns por iguai: no recoriore
ddld, sexo, raza o condkÓii ocial, pero est estieciiamente
iigadti la pabreza. Las peroia mí posrgada son tas
ilas aluerabies i
Mirta Rose, 2004
población del Caribe,unas 250.000 personas, vivían con el VIH en
2006, La epideniia, en gran medida de transmisión heterosexual
cn el Caribe,se produce en el contexto de marcadas desiguaMades
entre los sexos y e impulsada por una práspera industria de!
sexo: la mitad de ks personas infectadas son muieresy las jóvenes
son 2,5 veces más propensas a contraer la infección que los hom-
bresjóvenes. Casi tres cuartas partes de eflas estáii en la República
Dominicana y Haitf, pero la prevalencia de la infecdón por el TIIl
es alta en toda la suhregión: de l% a 2% en Barhados, Iamaica y la
República Dominicana 2% a4% en Ias Bahamas, I-IaiU yTrinidad
y Tahago. América del Norte tenla una prevalencia estimada eii
O,8%, con l ,4 miUones de personas infectadas y en América
latina la prevalencia era de 0,5%, con 1,7 inilloncs de personas
infectadas.A pesar de las campañas de prevencián para reducir el
riesgo de infección por el Vll_1, Ios avances eri el ratamiento y la
ampliación de la cobertura del lratamiento para prolongar las
vidas de las personas quc viven con el sida,Ia pandemia de infec-
ción por elV!H/sida continúa siendo uno de los principales retos
para la salud pdblica dela Reión.
Desde 19S1 a 2005, se notificarnn oficialmente más de 1,7 mìl-
lones de ca50s de sida en las Américas, 38.000 de ellos en menores
de 15 afias de edad.El porcentaje de mujeres con sida notificado en
las Amérìcas aumentó de 6% del talal de casos de sida en L994
aproximadamente 31% en 2005 y esta tendencia general se repitió
en todas las subregkines. Si bien el número de personas que viveii
con sida contina aumentando lentaincnte en las Américas, la
mejor estimacióii de la cantidad de defunciones por sida en el
Caribe ha disrnìnuido entre 2004 y 2006, en gran medida gracias
la ohtención de un meor tratamiento y a la cxpansión de la cober-
tura del tratamienta En muchos pases latinoamericanos tambin
se ha producida una reducción del número de defiincìoiies por sida
en ehiltimo decciiio. Sin emhargo, en el período 2003-2005,la can-
tidad dc defunciones por sida aumentd de 53.000 a 65.000, lo que
significa que,en promedio, cada día 200 personas inueren por la in-
fección por el VIH/sida cn América Latina y el Caribe. Las metas
par la cobertura con cl trataniiento antirretrovírica en las Améri-
a
como parte del compromiso regional con la iniciativa dc la OMS
3 X 5, cue implica ampliar el tratamiento a tres niillones de per-
sonas para fines de 2005 habían sido superadas en 13% al
vencerse el plazo estableçìdo. Se estima que. en junio de 2006, tres
cuartas partes de las personas que nccesitahan el tratamiento an-
tinetrovírico para Ia ìnfección por d VIH/sida en Ias Américas lo
estaban recibiendo, cobertura que es la más elcvada en el rnundo
en dcsarrollo. Sen los infirmes de 28 pases de las Américas,
eiì 2006 se efectuaron pruehas para detectar la infeccìón por el
7lHIsida a más de uii niillón de persona v tanibién aumentó sus
tancialmerite eI acceso a los servicios de orLentacìón, pruebas y pre-
vención de la transmisión de la madre al nifio 38-41.
La ¡nfluenza pandéniica. Desde Ia pandemia de influenza dc
1918, que rnató a decenas de mílloncs de personas cn Lodo eI
rnundo, se han tomado muchas jnedidas de prevención y control
para rducir ]a.s probabilidades de una pandemia similar o peor,
como la puesta en práctica de lavigilancia dc Ia influenza,]a clab-
oración de vacunas v medicainentos antivíricos y medìdas pre-
ventivas como la reciente destrucción rápida de 1,5 millones de
aves de corral en Hong Kong para controlar la propagación de la
Lnfluejiza aviar. Están en marcha en todo el mundo actjvidadcs de
vigilancia de desastres y situaciones de elnergencia y prepara-
tivos para la influenza pandémica, en pardcular la provocada por
e! altamerite palógeno y mutanle virus dc la influeiiza del suhtipo
HSN l. Hasta el momento, ios subtipos de la influenza aviar se
han lìmitado báskamcnte a Ia propagación de un ave a otra y en
ocasìones se han transmitido a un ser humano v han causado Ia
enfermedad. Todavía no sc ha ideiitiflcado la propagación
sostenida de un serhumano a otra de esta influcnza no obstantc,
existc uia serìa preocupación de que una cepa peligrosaínente
patógena del virus mute o adquiera otros genes víricos que le
permitan pasar fácilrnente de un ser ]iumano a otro. Cierta-
mente, la inflnenza aviar, que es sólo la más reciente amenaza
seria de influenza, no será la última 42-4S.
RESPONDERA LAS NECESIDADES DE SALUD
DE LA IOBLACIÓN
tara satisfacer las necesidades pendientes de salud, mantener
Ios avances logrados y hacer fiente a los retos descritos en as
páginas anterìares, se requerirá un enérgico ejcrcicio de la au-
toridad en cl sectorpdhlìco, la prestación equitativa de los ervi
cios, un financiarnienta suficiente del sistema dc sahid, una piiasa
crftica de trabaìadores dc salud bien preparados, la coordinacián
entre los diversos sectores sociales y una sólLda alianza en pro de
la salud entre los pafses y la comunidad internacìona!. En el capí-
tulo 4Las políticas públicas v Ios sistemas y servicios de salud,
se analizan en profundidad los sistcmas de salud, el tinan-
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PNORM1A Æ E.A SA][!o l
ciarniento de la atencin de salud, la legislacián sanitaria, los re-
cursos Iiumanos, las funciones esenciales de salud pública, Ias
tecnologfas de s.alud, la inforrnación científica en eI campo de la
salud y la renovacián de Ia atencián prirnaria, En d capítulo 5,
La salud yla cooperacián internacional en las Américas, se pre-
senta inforrnaci6n sobre !a asistencia oficial para el desarrollo, las
asociaciolies entre eI sector público v el privado, la cooperación
técnica entre los países en desarrollo y Ios procesos de inte-
gración regional.
La gobernanza. En algunos países,los avances obtenidos me-
diante Ios procesos de democratización que se iniciaron eii Ios
años oclienta y se aflanza*ron en los noventa, se han visto com-
prornetidos por recientes crisis poi íticas, sociales, económ icas
institucionales, entre las cuales se destaca Ia difuxidida corrup
ciáìì. Esas crìsis han rnenõscabado la imagen y la credibijidad de
ias institucìones públicas y de la dase política en general y, de cse
rnodo, lian contrihuido a aumentar la inuietud, la vio]encia y Ia
inseguridad sociales, En aIgui1os pafses, las prornesas de autode-
terminacìón, devolución del poder al pueblo y las cornunidades y
particìpación efcctiva de los ciudadanos no se han cumplido. En
oros, ðonde la facultad de tomar decisìones ha sido transferida
en forma ìncompleta desde el nivel nacional al subnaciona]. no se
ha desarrollado adecuadamente la capacidad institucional local.
El otorgamiento de una rnayor autonomía de gtstión a los organ-
isnios pUblicos no siempre ha dado como resultado servicios
rnejores y ms eficientes. Si bien se ha hablado mucho de la
necesidad de aurnentar la asìstencia por los donantes y transferìr
soluciones tecnológicas para la salud en el mundo en desarrollo,
los países beneficiados tienen que intervenir y hacerse respons
ablcs de e8tablecer instituciones quc pucdan poner en prktica
los prograrnas y tecnoiogías de salud.
Para rnejorar la salud piThlica en lûs países de las Américas, se
requieren estados fuertcs,sìsternas de salud públìca sólidos y una
infraestructura adecuada. Las crecientes demandas al sistema de
atencìón de salud están desencadenando una mayor competen
cia por los liniitados recursos. Prcver y responder adecuada-
mente a los numerosos retos epidemiológicos, tecnolágicos e in-
stitucionales para los* sistemas de salud, seguro social y vigilancia
exigirá un gobierno y gestión cada vez rnejores de esos sistemas.
Sihien la reforma del sector salud y la modernización del Estado,
arnpliarnente promovidas en los años noventa, produjeron al-
gunos bcneflcios y !cilitaron Ia partìcipación de nucvos actorcs
en el secto en particular del sector privado, la reforma sc con-
centró prìncipalmentc cn aspecos !inancìeros e instìtucìonales
relegá a un plano secundario problenìas crítícos de salud
pública. Corno resujtado, se dehilitaron la ñinción dei gobierno
eJi áreas clave y Ia capacidad de Ios ministerios de salud de
ejercer su papeJ rector y llevar a caho funciones esenciales de
salud pública. Actualmente, la reglamentación del sector, que
tenga en cuenta sus componentes tanto páblico como privado,
representa lln desafío irnportante para hacerle frente, se re-
querirá abordar Ias dos niás grandes restricciones de la in-
fraestructura sanitaria: la segiieiitación y la fragmentación
véase el capítulo 4.
La división del sistema de salud en suhcomponentes que se
especializan en ðistintos grupos de población -la seg-
mentación- eil general adopta para la prestacián de servicios
y el seguro las krmas de: l un subsistema público orientado
los pobres 2 un subsistema de seguro socìal que cubre a los tra-
bajadores del seclor formal y sus dependicntes; y 3 un subsis-
tema privado lucrativo usado priiicipalmente por los sectores
con ,ns recursos de la población. Al iniponer condiciones al ac-
ceso a Ios dos últiinos suhsistemas que solo puedeii ser sati.sfe-
clias por los grupos social, ocupacional y ecolìómicamente hien
uhicados, a seglnentaciáli impide o conlplica la apiicación de in-
tervenciones de atencián de salud eficaces en función de los cos-
tos y hacen más difícil Uegar a algunos grupos de poblacián, con
lo cual se consolidaii y afianzan las desigualdades que afectan es-
peciaimente a los pobres, los desempleados del sector formal, os
indígenas y las mujeres. Los cambios en el mercado laboral, en
particular el crecinìiento de la cconomía informal, han agravado
esta situacián. El origen étnico cs un factor que llmita el acceso al
sisterna de salud: en al rnerlos cìnco países de la Regìón -Bo-
livia, Ecuador, Guatemala, Paraguay y Perú- el hecho de
pertenecer un grupo indígena o hablar soio una iengua indí-
gena constituye una barrera. Corno el acceso a los sistemas de
salud está vinculado con el empleo en el sector formal, las mu-
jeressufren una exclusián rnayor que los hombres: a causa de sus
ob]gaciones domësticas, más de la mitad de Ias mujeres de la
Región no tìenen empleos remunerados cuando los tienen, en
comparación con los hombres*, cs más probable que trabajen en
el sector informal y en ocupaciones de tiempo parcial por lo gen-
eral no cubiertas por el seguro social; además, si bìen inás de
30% d las familias de la Región cstán cncabezadas por mujercs,
las mujeres a menudo son dependientes que,junto con sus hijos,
están supeditadas a que la persona que tiene cobertura de salud
enga cmpleo y pcrmaneca en la familia 26.
Cuando hay fragmentación de los servicios en el sector salud
-es decìr, cuando los difcrentes subsistemas no funcionan en
foriiia sinérgica y coordinada sino que tiendeii ignorarse uiios
otros e, incluso, competir entre sí- suele producirse una con-
centración de ia prestación dc servicios dc salud cn los hospitales
n la atencián individual, en detrirnento de los servicios de
salud páblica. La fragmentación obstaculiza la aplicación de in-
tervcncioncs eficaces en funcián de !os costos, hace difícil unifor-
mar la calidad, eI contenido, el costo y la aplicación de las medì-
das de salud y eleva su costo, y estimuia ia utilización poco
eficiente de los recursos dentro del sisrcma. Esa ineficieircia se
ma,iifiesta por la coexistencia de bajas tasas de ocupación en Ios
hospitales en el subsistema del seguro social y altos porcentajes
dc dcmanda de servicios no satisfecha en los subsistemas públi-
S25
SALL:r} 1N LS Ã MIiIC.ÃS, 2007. VflLLIMEN t-RLcìuNAl
cos de Boiivia, Ecuador, El Salvadar, Guatemala, Honduras,
Paragiiay y Repúhlica Ðoniinicana. En algunos países, corno Bo
livia, Lcuador, Guatemala y l-londuras, !a fragrnentaciá i de ios
servicios tiene una dirnensión territoria! cn Ia cual ios inecanis-
mos de rcfcrcncia y coiitrarreferencia de pacientes en as zonas
rurates litnitan severamente Ia prestación de la atencián dc salud
26.
La prestación y el acceso a los servicios de salud. En mu
dios paíscs, se está ampiiando ia brecha entre quienes pueden
quienes no pueden acceder a ta atención de salud. Las razones de
esa crcciente desigualdad y as rcsulrantes y profundas cons*c
cuencias adversas para ]a salud de la población son numeroas:
!os aspcctos negativos de la globa!ización, la pobreza, ia prdida
de eniplcas, la reducción de os inresos y las grandes dispari
dades en su distribución, que puedcn llcvar a condiciones de viða
mds pobres, la fragrnentación social y uila elevada vulnerabili-
dad. Si bien muchos de los* países han ernprendìdo intcrcn
cioncs relacionadas con la salud en favor de ios pohres, csas in-
tervcnciones no siernpre ilegan a quìenes más las necesitan; por
ei contrario, a rnenudo íavorecen y amplian la bredia d sa]ud
entre ]os ricns y los pobres. La investigacìón publicada eii e]
¡nfbrme sobre el desarrollo mundial 2004 reveló que, en los 21
países estudiados, e] quintii de ingresos mds altos reciWa, en
prornedio, 25% dcl gasto gubernamental cn scrvicios de salud,en
comparación con solamente i 5% de esc gasto asignado ai quintil
más bajo 46.
A pesar dc las persistentes diferencias cn cuanto a] acceso a la
atención dc salud en la Región, algunos países han logrado iin
notable progreso eii su húsqueda dc un suministro equitativo de
servicios dc salud inediaiite intervencìoncs que favorecen a los
pohres. Entre las ejemplos más destacaðos dc países que lo haii
logrado están:
Colombia creó y financiá un fondo de cquidad que au-
inentá !a cobertura dei seguro de salud para los pobres y re-
dujo la barrcras económicas para la utìlización de los ser-
vicios.Si bien la cobertura del seguro entrc los que están eii
el quintil de ingresos iiiás aito se incrementó modestajiieiite
con la reforma, de 6O% en 1993 a 81* en 2003, en ei quintil
dc ingresos nás bajo ia cobcrtura del seguro aiimentó de
9% en 1993 a 48% en 2003 47.
* México u8ó las transferencias directas de cfectivo a faiiiilias
pobres para que pudieran emplear esas foiidos para pagar
por los enicios de salud; en 2003, casi 609h de las pcrsonas
las que llegó este programa pcrteûecían al 20* más pobre
de la población y 80% de ios henetìciarios sc encontraban en
el 40% mds pobre de la pohlación dcl país 48.
* Hondijras, Perû v Nicaragua establecicron fondos so-
ciaies para esii!nular a las cornunidades y las institucioiies
localcs, especialrnente en las zonas mds pohres de ios países
en desarrolio, a asuniir ia iniciativa eii la identificacióti
rcaiización de inversiones cn pequeña escala en dispensar-
ios y sisteinas de ahastecimicnto de agua v de saneaniiento.
Estas ìnversiones oricntadas a los pobres tienden a auincn-
tar la utilización de los servicios de sa]ud, en partìcular de
salud maternoinfantU, y se traducen en mejores resultado.s
de salud, como las considerahles retuccioncs en la niortali-
dad de lactante8 y niños49.
El financiajniento. lersistcn graves deficiencias cn ct íinan-
cianiiento del sistenia de salud; algunos países tieneii gastos ex-
tremadanientehajos micntras que otros dependen cxcesivainente
de recursos externos y son, por lo tanto, piiuy vulnerabies. En Înu-
chos pafse.ç, los pagos en efectÑo han aurnentado considerahle-
rncnte, con el consiguientc cfecto regresivo de que los pobres son
los más afectados. La cantidad y la distrihución del gasto ptíhlica
en saiud son factorcs críticos eti la equidad o dcsìgualdad que
caracterizan a los sisternas de salu. Criando predoniinan sis-
temas de salud rnrry segrnentados -como en la rnayoría de !os
países de Amrica Ceniral El Saivador, Guatemala, Honduras y
Nìcaragua y en la Zona Andina Bolivia, Ecuador, Ferií y
Venczucla- el fiuancianiiento dc la salud por el sector público
es por io gnerat bajo ypor consiguienre,la cobcrttira por ese sec-
tor es limitada, mientras quc cl gasto privado es alto y cribre prin-
cìpalmente a iridividuos del sccror privado. Eii esos paíscs, donde
un gran porcentaje de la poblacióii es pobre, se produccn graves
desigualdades en el acceso a la atencìóii de salud dehido al bao
gasto del sector púbiico cn salud y ai elevado gasto cn cfectivo.
que es proporcionalmentc rnás alto en los rnás pobres 26.
En 2005, el gasta nacional eli alud en todos Ios países de
América Latina y el Caribc rcpresentaba aproximadamente 7% de
producto ititeriio bruto dc la Región, un gasto anual dc unos Us$pcr càpita capítulo 4. Alredcdor de 45* de este gasta corre-
spondía al gsto público eli saiud, en s*ervicios prestados por los
rninìsterios de salud, otras instìtuciones de los gobiernos cciìtrales
locales y ias contrihucioncs oblìgatorias a fondos de salud ad-
ministrados por el sector prìvado o instituciones de seguro social.
Lt restante 55* correspondía ai gasto privado e incluía los gastos
cn efectìvo directos para adquirir bìenes v servicios le salud
cubrir servicios de saiud usados rnediante planes dc scguros de
saiud privados o plancs de ateiicióìi de salud prepagada. Hay que
seña1ar que, corno las mujcrcs necesitan usar rnás !os servidos de
salud, sus gastos en efectivo cn salud tietiden a ser nirís alios que
los dc ios hombres ulia desigualdad de gnero que se vuelve arrn
niás trascendente si se tieiie en cuenta que cl ingresa de las rnu-
jeres en promedio solo llcga a 70% dei de los de ios hombres.
Adcrnás de la cantidad del gasro público eii saiud, su disLribu-
ci6n enÉre los grupos más pobres de utia población gcneral-
mentc ilarnada progresividad es un factor crítico en el acceso
desos grupos alo.s servicios dc salud. El gasto en efectivo por!as
tamiiias iiiás pobre.s es niás bao en los países.donde ia distrìhu-
S26
PAXORMA Iir L -5.i1iD FI i RFlON
ción del gnsta púhlìco fvorecc Ios grupos de baios ingresos;
Cbile, Costa Rica y Uruguav distribuyeii alrededor dc 30% del
gasto púhlico entre la pohlacián de ingresos niás hajos. A la in-
versa, cuando la dìstribución del gasto ptlhlico no ticiic cn cuenta
las mayores necesìdacles de os pobres, estos tieiien que pagat
rnás por cl acceso a los scrvicios; en cuadar v Guatejiiala un
poco más dc 12% del gasto público cn salud se asigna al prinler
quìntil de ingrcsos los rnás pobrcs, mientras que cl quinto
quintil los niás ricos recibe niás dc 30%; Perú distribuyc cl
gasto público por igual en todos los grupos de íngreso. CIiilc,
Costa Rica y Uruguay tienen sistemas nacionales de segura de
salttd, rnientras que Ecuadnr, Guatcrnala y Perú tienen sìsteinas
de saluð muy scginentados 26.
Clia,, fealizad enoniies efietzos lrl iiLe rwi*
pir Ja rns,nisjon nudr a hijo del Viwsida. Je la msm
se ui Jetít,ido la rransmiiõn dg la entern,edad ¡nir ria
de trrnzsf ,wne de sangre. EJ occo trata,iientos lu,
rado sigtkativumenle: !as ,,érica e la primera regióiz rr,
e! mundo pu J,u ,eociado uu rcd,,ccióu k os precio h k
mth-retro,irales. Pero la süuacjii1, iaual e. desigual. en
,nos paíts riwuos d 3O d quinzes lii necesilan estaii
rciJñen di nal m cn o.
Mirta Roses, 2006
Los trabajadores de salud. Es lógico que, cuaito mayor sea el
número de trahajadores de salud con que cuenta una población
mayor scrá su influencia en cl grado de salud. Un ejemplo daro de
csto es la relación ciitre las cantidades adecuadas de prcsLadores
dc* arención de salud las reducciones cn la mortalidad mater
noiníantil: a medida quc aumeiita la disponibilidad de traba-
3adorcs dc salud, disminuyen las tasas de martalidad. Sucede lu
contrario en los paíse con una baja densidad de rabajadores dc
salud: la tasa de morta!idad eii los niios rnenares de 5 años au-
inenta, la tasa dc rnortalidad materna se incrernenta y la prapor-
ción de partos asistidos por persoiial cnlificado dismiirnye 50.
Eii 2005, se estimó que 21,7 iiiillones dc personas constituían
la fticrza de trahajo de Licmpo completo en cl caiiipo de la salud
eìi las Amérìcas. Muchos de los países de la Región sufren una es-
cascz crítica de trabajadores de salud y se espera que esta escasez
se vuclva más aguda con cl crecirniento deniográfico previsto, cl
eivejecimicnto de la fuerza de trahaio v la crecicnre carga de
morhilidacL En los pafses menos desarrollados, se prevé que la
coliipetencia por los limitados recursos humanos y la emigraci6ìi
internacianal de los trabajadores de salud dcsestabilizarán aun
ms la fuerza ahoral; 72i de los paises dc Ia Regián ya lian cx
perimeritado prdidas a causa de la ernigracián.
Pcrsìsten graves descqutlibrios en la distrìbución delos traba-
jadores de salud cn la Rcgión, tantn de unpaís a otro como en un
rnisrna país. La relación densidad áptiina entre médicos v cn-
fermeras y los hahitantes cs de 25: 0000. En 1 1 países, esa
relación es superior a 50, lo cual signifìca que 30% de la
rohlación dc la Región tiene 73% del total de nidicos y enfer
merns. In i países, la relación de densidad es inicriar a 25, lo
que iinplica que 20% de la población de la Región cuetita con 6%
dc los recursos hurnanos en salud se necesitarían l 28.000 médi-
cos y enfermeras niás para llegar a la relación áptima. Las rnu-
feres constìtuyen casi 70% de la faerza de trabajo cn el campo de
la salud, pero también representan un porcentaje despropor-
cionadameiìtc altó de los trabajadores de salud clcscmpleados,
que llegaban a 6,2% en una maestra de 1 3 paíscs. La dístribuci6n
dc los trabaadores ðe salud dentro de cada país es niuy desigual
las zorias orhanas tiencn de 8 a 1 O veces niás médicos que las ru-
rales. A nivel rcgional, lflieiitras quc cn Atnrica del Nortc hay
tres enfernieras por cada médico, en América Latina y el Caribe
hay trcs médicos por cada cnlcrinera 5?,
La participación intersectorial. Muchos avances cn las
condicianes de salucl logrados eti los iltimos dccenios haii sido eI
resultado de la colaboración cntre el sector saiud y otros sectores
socialcs: el abastecimiento de agua y el saneaniiento y el meclio
ambiente en general, la educacián, el trabajo, la agricultura y el
transporte, para nombrar sálo algunos. El potencial dc una sin-
ergia de la colaoración internacional ftie reconocido en la De-
claración de Alina-Ata en 1978. Decenios mds tarde, en 2000, cl
cnfoque multisectoriai impulsó la elahoracìón de los Obietivos dc
Desarrolla dcl Milenio que, como hemos visto, proponen integrar
la accióii para reducir la pchreza y el hambre y proniover ln cdu-
cación, la autonomía dc las niujeres, la salud, cl niedio ambiente
y las alì-anzas mundiales cncaminadas al logro de esos objetivos.
La participación internacionaL Ta estructura intcrnacional
de asistencia para el desarrollo en materia de salud -la coo-
pcración de organisrnos rnultilaterales, la asistencìa bilateral y la
ayuda filantrópica privada- ha experimentado un carnbio rad-
ical en el últinio ðeccnio; nuevos organisinos multìlaterales, ini-
ciativas y fundaciones han asumido un papel destacado en e1 ii-
nanciamiento de las actividades vinculadas con la salud, la
nutrición y la pohlación, corno el Foiido Mundial de Lticha con-
tra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, a Alianza Mundial para
Vacunas c lnniunización AMVI, la Alianza Mundial para Meo-
rar la Ntttrición GAIN y la Fundación Bill yMelinda Gates 52.
Si bicn se han multiplicado los actares, sigue sin rcsolverse el de-
hare acerca de cual cs la nversión más convenfente de la cao.
peración intcrnacional eli la salucl capítulo 5.
Los desaffos de Ias pcrsistentes desigualcladcs y problemas de
salud no resueltos son afronrados mediante actividades intersec-
toriales nacianales e internacioualcs concertadas, aprovechaìido
las oportunidades ofrecidas por íniciativas ta!cs coiuo los Úhje-
tivos de Desarrollo del Mileiiìo y la renovacìán del niovimicnto
Si7
SALUI, x s AMtmcAs, 2007. ,iaHi l-RE.l0yM
de atejición prilnaria de salud. En cl capítulo 6, las perspectivas
de mejorar la saiud en Ia Región son examinadas por uri grupo de
expertos de renombrc internacional, quc ofrecen sus comcnlarios
sobre la gcnda de Salud para las Américas, 2008-2017, adop-
ada pqr los gobiernos de la Región, y bindan asesoramìcnto
!os encargados de las politicas sohre cómo puner en prácica
cada una de sus ocho áreas de acción
***
En síntesis, el cstado actua1 de salud de los pueblos de las
Américas es un reûejo de las interaccioneymodifìcaciones en el
tamaño, la composición, la distribución y el comportamiento de
la población; la dìnárnica y los continuos carnbios de la natu-
raleza, la incidencia y la carga de la morbilìdad, y, en gran me-
dida, las coiistantes y a menudo espectaculares alteracìones del
entorno politico, social, cconómico yffsico en cl cual los individ-
uos, Ias naciones y la Región cn general están dcsarrollando,
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