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Portada Ultimas Noticias Sociales Clasificados Participá Fúnebres Archivo Ingresar | Registrarse Lunes 14 de junio de 2010 | 13:21 hs Turismo Política Economía Estilo Policiales Más Deportes Internacionales Sociedad Departamentales Puerto Madryn Imprimir Enviar Notas Relacionadas ¿Sabias? Acá están, ellas son Las ballenas están en el Sur, qué buena noticia, el invierno es la gran oportunidad para dejarse sorprender por este “monumento natural”. domingo, 06 de junio de 2010 1 El aire gélido choca en la cara, ataviados con camperones, sombreros, bufandas y cámaras fotográficas, filmadoras, celulares y todo elemento tecnológico de registro, los pasajeros se disponen a partir. La previa ya es una fiesta, el azul omnipresente se altera con las lenguas de tierra y la movilidad de las aves que acompañan, el corazón late acelerado, la sonrisa perenne deja congelar los dientes y pronto el primer coletazo. Gritos, risas, expresiones de incredulidad y mucha adrenalina. ¿Frío? No, el calor recorre la columna vertebral pues la naturaleza desmesurada se pasea frente a nosotros. -Qué maravilloso mundo! dice Angélica, una docente porteña de 55 años, todos asentimos. Una lágrima corre por su mejilla. La presencia casi masiva de las ballenas a veces hace perder de vista el auténtico milagro de la naturaleza que significa su llegada a las costas patagónicas: "creo que no se tiene en cuenta con suficiente magnitud lo que significa que hoy por hoy, en 2010, siga existiendo un animal de ese tamaño. Que estén aquí y al frente de la ciudad, en el número y cercanía con que se ven. Es un evento extraordinario. Uno está frente a un espectáculo de naturaleza único en el mundo", señala Daniel Pérez Martínez, biólogo especialista en cetáceos. 2 Por esas maravillas de los ciclos en que natura se rige cada otoño el Golfo Nuevo se tiñe de alegrías primaverales, la llegada de las ballenas marca el inicio de una nueva temporada. Su arribo siempre trae augurios y renueva la esperanza de una ciudad que cada vez más vive del turismo. De hecho, los servicios que presta son los más completos para hacer base y desde allí explorar la región de Península Valdés, y su magna fauna. Imperdibles es dedicar un par de horas al Museo Oceanográfico y al Ecocentro que ofrecen dos propuestas ideales para acercarse a la fauna marina con una mirada educativa. 3 Las dudas sobre si veremos o no a los cetáceos al llegar a Madryn abundan, por suerte la respuesta es sí, sí y sí. Allí están cumpliendo sus rituales bajo el agua, allí están madres y ballenatos, allí están luciéndose para nosotros. Entre las recomendaciones de los expertos nativos surge que para verlas en la costa, desde la playa del Doradillo, lo mejor es la marea alta, con mar calmo, las escenas son impagables. En el caso de los avistajes embarcados es cuestión de subjetividad: hay quienes prefieren la mañana temprano y quienes el atardecer, para aprovechar la puesta del sol sobre el mar. En este caso la navegación se denomina "Sunset", tiene una duración mayor que las otras. El espectáculo policromo del poniente, crea un telón inigualable para la contemplación, emoción asegurada. 4 Las ballenas Franca están protegidas desde hace algún tiempo, lo que posibilitó que su número crezca significativamente en las aguas del Golfo Nuevo, es más, son consideradas Monumento Natural, una categoría que se otorga "a aquellas áreas, cosas, especies vivas de animales o plantas de interés estético, o valor histórico o científico que merecen protección absoluta, siendo por lo tanto inviolables". Por esta razón en la zona se custodia perfectamente que ninguna embarcación pueda perturbarlas o dañarlas, y tampoco está permitido el buceo con ballenas, a diferencia del que sí puede realizarse junto a los lobos marinos en torno al golfo. 5 La razón por la cual eligen la zona de Puerto Madryn desde fines del otoño hasta fines de la primavera tiene que ver con sus costumbres migratorias. Entre noviembre-diciembre, y mayo-junio, permanecen en las zonas de alta productividad marina, el Atlántico sur y los mares circumpolares, alrededor de Antártida. Allí abundan el fito y zoo plancton, lo esencial de su alimento. Luego emprenden sus migraciones anuales hacia la costa. "La Península Valdés -explica Pérez Martínez- es el sitio preferido para parir las crías, cuidarlas y realizar otro tipo de interacción social, como los sistemas de apareamiento". Así, a comienzos de junio se ven unos pocos ejemplares (en estos días hay poco más de una docena frente a la ciudad, y aproximadamente 150 en las aguas de la Península) poco a poco el número va en aumento, hasta alcanzar unos 1.100 animales en el momento culminante del año, entre setiembre y octubre. Por suerte la presencia de los cetáceos crece cada año sin tregua, “el aumento de la presencia de ballenas aumenta alrededor de un siete por ciento anual desde los años 70” afirma el experto. Tania Abraham - [email protected] Bicentenario Civilización y barbarie: una fórmula desgraciada que generó duros enfretamientos Tatemil Domingo 13 de junio y también... 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Lunes 14 de junio de 2010 | 13:21 hs

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Puerto Madryn Imprimir Enviar

Notas Relacionadas¿Sabias?

Acá están, ellas sonLas ballenas están en el Sur, qué buena noticia, el invierno es la gran oportunidad para dejarse

sorprender por este “monumento natural”.

domingo, 06 de junio de 2010

1 El aire gélido choca en la cara, ataviados

con camperones, sombreros, bufandas y

cámaras fotográficas, filmadoras, celulares y

todo elemento tecnológico de registro, los

pasajeros se disponen a partir. La previa ya es una

fiesta, el azul omnipresente se altera con las lenguas de

tierra y la movilidad de las aves que acompañan, el

corazón late acelerado, la sonrisa perenne deja

congelar los dientes y pronto el primer coletazo.

Gritos, risas, expresiones de incredulidad y mucha

adrenalina. ¿Frío? No, el calor recorre la columna

vertebral pues la naturaleza desmesurada se pasea

frente a nosotros. -Qué maravilloso mundo! dice

Angélica, una docente porteña de 55 años, todos

asentimos. Una lágrima corre por su mejilla.

La presencia casi masiva de las ballenas a veces hace

perder de vista el auténtico milagro de la naturaleza que

significa su llegada a las costas patagónicas: "creo que

no se tiene en cuenta con suficiente magnitud lo que

significa que hoy por hoy, en 2010, siga existiendo un

animal de ese tamaño. Que estén aquí y al frente de la

ciudad, en el número y cercanía con que se ven. Es un

evento extraordinario. Uno está frente a un espectáculo de naturaleza único en el mundo", señala Daniel Pérez

Martínez, biólogo especialista en cetáceos.

2 Por esas maravillas de los ciclos en que natura se rige cada otoño el Golfo Nuevo se tiñe de alegrías

primaverales, la llegada de las ballenas marca el inicio de una nueva temporada. Su arribo siempre trae augurios y

renueva la esperanza de una ciudad que cada vez más vive del turismo.

De hecho, los servicios que presta son los más completos para hacer base y desde allí explorar la región de

Península Valdés, y su magna fauna. Imperdibles es dedicar un par de horas al Museo Oceanográfico y al Ecocentro

que ofrecen dos propuestas ideales para acercarse a la fauna marina con una mirada educativa.

3 Las dudas sobre si veremos o no a los cetáceos al llegar a Madryn abundan, por suerte la respuesta es sí, sí y sí.

Allí están cumpliendo sus rituales bajo el agua, allí están madres y ballenatos, allí están luciéndose para nosotros.

Entre las recomendaciones de los expertos nativos surge que para verlas en la costa, desde la playa del Doradillo,

lo mejor es la marea alta, con mar calmo, las escenas son impagables.

En el caso de los avistajes embarcados es cuestión de subjetividad: hay quienes prefieren la mañana temprano y

quienes el atardecer, para aprovechar la puesta del sol sobre el mar. En este caso la navegación se denomina

"Sunset", tiene una duración mayor que las otras. El espectáculo policromo del poniente, crea un telón inigualable

para la contemplación, emoción asegurada.

4 Las ballenas Franca están protegidas desde hace algún tiempo, lo que posibilitó que su número crezca

significativamente en las aguas del Golfo Nuevo, es más, son consideradas Monumento Natural, una categoría que

se otorga "a aquellas áreas, cosas, especies vivas de animales o plantas de interés estético, o valor histórico o

científico que merecen protección absoluta, siendo por lo tanto inviolables".

Por esta razón en la zona se custodia perfectamente que ninguna embarcación pueda perturbarlas o dañarlas, y

tampoco está permitido el buceo con ballenas, a diferencia del que sí puede realizarse junto a los lobos marinos en

torno al golfo.

5 La razón por la cual eligen la zona de Puerto Madryn desde fines del otoño hasta fines de la primavera tiene que

ver con sus costumbres migratorias. Entre noviembre-diciembre, y mayo-junio, permanecen en las zonas de alta

productividad marina, el Atlántico sur y los mares circumpolares, alrededor de Antártida. Allí abundan el fito y zoo

plancton, lo esencial de su alimento. Luego emprenden sus migraciones anuales hacia la costa.

"La Península Valdés -explica Pérez Martínez- es el sitio preferido para parir las crías, cuidarlas y realizar otro tipo

de interacción social, como los sistemas de apareamiento".

Así, a comienzos de junio se ven unos pocos ejemplares (en estos días hay poco más de una docena frente a la

ciudad, y aproximadamente 150 en las aguas de la Península) poco a poco el número va en aumento, hasta

alcanzar unos 1.100 animales en el momento culminante del año, entre setiembre y octubre.

Por suerte la presencia de los cetáceos crece cada año sin tregua, “el aumento de la presencia de ballenas aumenta

alrededor de un siete por ciento anual desde los años 70” afirma el experto. Tania Abraham -

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Civilización y barbarie: una

fórmula desgraciada que

generó duros enfretamientos

Tatemil

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