Los Artesanos de la paz: un homenaje a los docentes;...
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LOS artesanos de IQ pat Un homenaje a los docentes
2 Introducción Y Lecciones de diálogo
Olwin Frost, Irlanda del Norte
6 Lecciones de amor M. Therese Ranee, A.C., Sri Lanka
8 lecciones de ciudadanía Pascal Diard, Francia
I 0 Lecciones de resistencia Zohra T., Argelia
I 2 lecciones de solidaridad Teresa Gangemi, Italia
I Y Lecciones de reconciliación Marie-Laetitia Kayirerwa, Burundi
I 6 Lecciones de comprensión Azijada Borovac, Bosnia y Herzegovina
18 Lecciones de responsabilidad Avi Black, Estados Unidos de América
20 Agradecimiento
o dan conferencias de prensa ni aparecen en las fotos, no se les otorgan premios internacionales ni se les felicita en público. En la sociedad no existe ninguna forma de reconocimiento para los ‘artesanos de la paz’ - los maestros y profesores que, en
las aulas, se consagran a la consolidación o el restablecimiento de la paz. Como
actúan lejos de la atención pública, sus esfuerzos en pro de la paz pasan desapercibidos en gran
parte. Ya sea que ejerzan en zonas que están en conflicto como Argelia, Burundi, Bosnia y
Herzegovina, Irlanda del Norte, Sri Lanka, o en los considerados países pacíficos como Francia, Italia o los Estados Unidos de América, todos ellos tienen un alto concepto de la misión del
docente: transmitir a los niños los medios de superar las tensiones acumuladas durante siglos. Como lo demuestran ampliamente los ocho docentes que escriben en este folleto, en todo el
mundo los maestros y profesores están descubriendo la manera de enseñar a los niños a respetar a quienes son diferentes. En situaciones de conflicto armado, antagonismo étnico o en áreas urbanas difíciles, inculcan a los alumnos los valores de la paz y la tolerancia. Y sin duda así debe
ser, porque la educación es fundamental para erigir los baluartes de la paz en la mente de los hombres, según se declara en la Constitución de la UNESCO. Azijada Borovac, maestra bosnia, sostiene: ” La tolerancia sólo se enseña siendo tolerante”. Dar el ejemplo es la forma más directa de influir en los alumnos.
Por lo tanto, debemos ayudar y apoyar a los docentes en su misión y capacitarlos para que sepan cómo transmitir dichos valores. También es preciso proporcionarles el material didáctico apropiado. Los libros de texto deben examinarse detenidamente para evitar la difusión de
principios falsos o de prejuicios que podrían, a largo plazo, obrar en contra de la paz. “icuántas páginas de los libros de historia están consagradas a las guerras del siglo XX y cuántas a las conquistas pacíficas?“, pregunta Federico Mayor, Director General de la UNESCO en La faix,
Los artesanos de IQ paz
demain (La paz, manana). “Conocemos prácticamente todo sobre los emperadores y generales, pero iqué sabemos de los sabios, los escritores, los artistas? Tanto en los manuales como en la enseñanza en general debemos ‘desarmar la Historia’, que a menudo no es más que la narración
de batallas y conflictos. ” En 1993 la UNESCO estableció el Día Mundial del Docente (5 de octubre) para apoyar a los
maestros y profesores y llamar la atención sobre el grave deterioro de sus condiciones de trabajo
en muchos países. La UNESCO y la Internacional de la Educación celebran conjuntamente su quincuagésimo aniversario. En el año del cincuentenario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos hacemos un llamamiento para que se reconozca el papel determinante que
desempeñan los maestros en la enseñanza y en la consolidación de la paz. Los maestros construyen el futuro. Brindémosles nuestra ayuda para desbaratar la lógica de la guerra y formar a los ciudadanos del mañana.
l Colin N. Power Fred van Leeuwen
’ Subdirector General de Educación Secretario General
-2 UNESCO Internacional de la Educación
3
Le Lecciones de
“En nuestra escwl Wsto del país todavia no hz
E n su mayoría las comunidades
católicas y protestantes de Irlanda del Norte viven totalmente
separadas, en zonas separadas, con escuelas separadas e iglesias separadas. Actualmente una reducida proporción de los
alumnos, menos del dos por ciento, asiste a escuelas mixtas. Una de ellas es la Escuela Primaria Integrada Oakwood, en Belfast.
“Estamos situados justo en la frontera entre la zona protestante y la católica, de modo que los alumnos constituyen una muestra representativa de las dos
comunidades”, explica Olwin Frost, directora de Oakwood. Al igual que los padres de los alumnos, Olwin cree que la educación integrada puede disipar la desconfianza que existe entre las dos comunidades de Irlanda del
Norte, un recelo exacerbado por 30 años de violencia sectaria y que ya cobró más de 3.000 vidas. Todos los años la tensión entre
comunidades aumenta en el mes de julio, cuando los grupos protestantes que tratan de desfilar a través de la zona católica se
enfrentan con los que quieren impedirlo. Del lado positivo, en 1998 más del 70 por ciento
de los votantes aprobó un histórico Acuerdo de Paz y la creación de una Asamblea de Belfast compuesta por todos los partidos, acontecimientos que son un buen augurio para la educación integrada.
“Los niños más pequeños a veces utilizan
términos peyorativos como ‘Taig’ (católico) o ‘Prod’ (Protestante). Pero rápidamente
aprenden a no hacerlo”, señala Olwin. “Tratamos de que los niños expresen sus propias ideas sobre lo que consideran un
comportamiento aceptable. ” Los maestros y los niños inventan juntos técnicas para manejar los conflictos, haciendo hincapié en el respeto a los sentimientos del otro. “Si se sienten
heridos de palabra o de hecho, dicen ‘Basta. Me hace mal’, o ‘Eso hiere mis sentimientos’. Entonces el otro niño debe asumir la
responsabil idad del incidente, explicar lo que sucedió o disculparse si lo hizo adrede. ”
Olwin nos explica que los alumnos
establecen sus propias normas en el aula y en
el patio de recreo. “Debaten y se ponen de acuerdo sobre las mismas utilizando su propio
lenguaje.-- ‘Ser buenos con los demás’ o ‘Trabajar tranquilamente durante la clase’. Así, si no cumplen, están desobedeciendo sus
propias normas. ” Según los padres, algunos niños también aplican estas normas en sus hogares, con comentarios como: ” i No deberías utilizar esa palabra porque hiere los sentimientos de mis amigos! ”
Las diferencias entre los católicos y los protestantes --imposibles de distinguir por las personas de fuera-- se tratan a medida que los niños las plantean. “Tomemos por ejemplo la letra ‘H’ del inglés. Un alumno le dijo a su maestra católica: ” Señorita, usted no pronuncia la letra ‘H’ correctamente. Debería
decir aitch.’ (la forma en que la pronuncian los protestantes). Entonces ella respondió: ‘Se puede decir de dos modos: aitch o haitch’, y el niño lo aceptó. ”
Antes Olwin enseñó en una escuela totalmente protestante y reconoce que al principio tuvo que analizar sus propias
~tratatnos cuestiones sobre las ye el -]t-ef~e%¡onado.”
OJwin Frost /rlanda del Norte
actitudes. ” Me creía sumamente liberal, pero mi padre era muy derechista y anticatólico y, aunque no me había percatado, algunas de sus
ideas habían dejado rastro. ” Sin embargo, dice que el momento más feliz de su vida lo vivió hace poco en una ceremonia católica de primera comunión --“la única en Belfast en la
cual participaron dos protestantes, una tocó el piano y yo canté las canciones. Esto jamás había ocurrido en la zona. ”
Dirigir Oakwood es una actividad absorbente. “Le dedico mi vida”, reconoce Olwin. “No tengo tiempo para vera mis
E n la carretera de Colombo (capital de Sri Lanka) y en dirección al norte del país hay una región donde se lucha encarnizadamente desde
hace quince años. La guerra entre las fuerzas armadas del gobierno y los grupos tamiles de
liberación, así como los frecuentes enfrentamientos entre tamiles y musulmanes han aislado la zona del resto del país. En ese clima de confusión miles de niños han
quedado huérfanos. La hermana Therese Ranee es la directora
de la escuela Saint Mary en la pintoresca
ciudad de Trincomalee - comunidad multirracial y plurilingüe de 10.000 habitantes que practican distintas religiones. En el periodo que sigue a los estallidos de violencia, los alumnos de los distintos grupos étnicos
tienden a evitarse. ” Es preciso tratar estas situaciones con mucho tacto,” dice la hermana Therese. “Después de uno de estos
incidentes, unos pocos alumnos musulmanes quisieron dejar la escuela, pero convencí a los padres de que les permitieran continuar. ”
“Los niños viven tensiones que, por
momentos, los vuelven taciturnos,” explica la hermana Therese. “Para descargar la atmósfera organizo torneos de baloncesto
para toda la comunidad. Al principio, los cingaleses y tamiles se mantienen totalmente separados, pero con la colaboración de los docentes y sirviendo un refrigerio logro
reunirlos.” Ahora los musulmanes, cingaleses y tamiles se encuentran en determinadas ocasiones, como fiestas deportivas o el día de
los padres, y la hermana Therese confía en la integración. “Los cingaleses pensaban que todos los tamiles eran ‘terroristas’.
Actualmente, ese sentimiento está desapareciendo poco a poco. El resentimiento no es tan fuerte como hace diez o quince años”, explica.
” Creo en la vibración de los corazones, ” declara la hermana Therese. ” El amor y el odio viven en el corazón.” Por su parte, cada día antes de ir a la escuela trata de alcanzar la paz interior. Así se siente preparada para ayudar a
la gente a hacer las paces consigo misma y
con los demás. “La maestra o el maestro da el
tono de la clase y del ambiente que la circunda y, si ama la paz, entonces el entorno y las personas estarán en paz. ”
La hermana Therese y sus alumnos tamiles aprenden cingalés para aumentar las interacciones entre comunidades. “Al conocer el idioma los alumnos tamiles pueden
conversar con los niños cingaleses y expresar sus aspiraciones y deseos,” sostiene. “Cuanto más se relacionan entre sí, más sentimientos
comparten y más fácil resultará la convivencia en el mismo lugar. ”
Para mejorar las ‘relaciones rotas’, la hermana Therese alienta a los alumnos tamiles
a aprender las danzas tradicionales del país que, usando los trajes prestados de una escuela cingalesa, presentan en público el día de los padres. “Es una ocasión ideal para que los padres aprecien el valor de otras culturas. ”
Los ‘programas de contacto” son la iniciativa más riesgosa de la hermana Therese:
lleva a sus alumnos a pasar algunos días en los distritos cingaleses de Colombo. “Mis colegas
:ocjio viven en el cohaZón”
mee, A.C. Sri Lanka
piensan que corro riesgos, pero estoy convencida de que las visitas a las escuelas, las
presentaciones de danzas y las actividades deportivas transforman sus mentes, y el resentimiento por el pasado se atenúa o
desaparece. ”
“A/wca fui tan lejo., cvr convet+ticjo en ej profeso!
P ascal Diard enseña historia en la
escuela Henri Barbusse de Saint-
Deis, uno de los denominados “barrios difíciles” de la periferia de
París. Entre los monumentos locales se encuentran la basílica del siglo XII donde están
enterrados los reyes de Francia, el flamante estadio construído para el Mundial de 1998 y,
lejos del sendero de los turistas, los grupos de torres de cemento o barriadas de alquileres módicos que han llegado a simbolizar la
alienación urbana. ” En su calidad de centro industrial
importante, Saint-Denis atrajo como un imán a los trabajadores inmigrantes procedentes de las
regiones más pobres de Francia, Europa, el Magreb, Africa, las Antillas y Asia Sudoriental “, explica Pascal. Los 600 alumnos de su escuela
reflejan esta diversidad, pero los empleos por los que vinieron sus abuelos ya no existen, y actualmente el nombre de Saint-Denis evoca privaciones y exclusión. Los resultados de los
exámenes de fin de escolaridad (baccalauréat) son los más bajos de Francia, el desempleo de
los jóvenes sobrepasa el 40 por ciento y se desconfía mucho de la autoridad.
De vez en cuando la frustración provoca
enfrentamientos violentos entre las pandillas de jóvenes y la policía. La violencia se extiende
a la escuela en forma de insultos, peleas o vandalismo. Pascal propone a los alumnos una alternativa: la cultura del debate. “Trato de demostrarles que son capaces de reflexionar y
que sus opiniones son tan válidas como las mías. ” Los alumnos aprenden por etapas. “Primero eligen un tema, buscan
documentación y preparan su razonamiento. Luego, aprenden a defender sus puntos de
vista respetando al mismo tiempo los de los demás. ” Pascal filma los debates que se desarrollan ‘igual que en la televisión’. También recibe en el aula a oradores invitados. “Cuando estudiabámos Rwanda vino un
periodista de Radio France. Cuando trabajábamos sobre Hiroshima y Nagasaki invitamos a personas que militaban tanto a
favor como en contra de las pruebas
nucleares. ”
El proyecto más satisfactorio de la carrera
de Pascal surgió espontáneamente, casi de casualidad. Cuando en su clase de alumnos de 14 a 17 años estaban leyendo un libro de la
biblioteca municipal sobre los campos de concentración, descubrieron que las páginas estaban cubiertas de consignas y lemas racistas y neonazis, cruces gamadas y
alabanzas desmesuradas a Hitler. Pascal preguntó: “iQué piensan? iEs justo
permitir que la gente escriba estas cosas?” Algunos alumnos estaban indignados, otros defendían la libertad de expresión. “A
continuación estudiamos diversas leyes antirracistas y descubrimos que esos actos eran ilegales. Un muchacho estaba tan indignado que exclamó: ‘iSi llego a encontrar
al tipo que hizo eso le daré una paliza! ’ ” El proyecto se transformó en una
campaña. La clase mandó cartas al encargado de la biblioteca municipal, al alcalde, al ministro francés del Interior y a los ministros
de Justicia y de Educación y Cultura, así como a las organizaciones de lucha contra el racismo
wm clase. FinaItnente fne lqve siefnptv quise set’
~C~SCQ~ fhrd Francia
y de defensa de los derechos humanos. Manifestaron su indignación ante las consignas y los lemas racistas y solicitaron
apoyo para perseguir al o los culpables, obtener que el libro fuera retirado de circulación y comunicar a la población local
que no se toleraría ese tipo de actos
toda la clase la nota máxima. “Nunca fui tan 1
lejos con una clase”, admite. ” Finalmente me
he convertido en el profesor que siempre
quise ser. ”
Esta acción produjo resultados
inesperados que fueron difundidos en la prensa local. El alcalde envió una carta a los alumnos para felicitarlos por su vigilancia y
espíritu cívico. El ejemplar que había causado la controversia fue retirado de circulación.
Este compromiso con la sociedad en su
sentido más amplio galvanizó a los estudiantes. ” Fue una verdadera revolución cultural”, señala Pascal. “Se dieron cuenta que podían influir en los acontecimientos. Esto cambió la idea que tenían de sí mismos. Se
volvieron más tolerantes y se matrdron tmás respetuosos entre sí. Los demás profesores
quedaron asombrados.” La expenencia también transformó a
Pascal y por primerd vez w iii carrera ¿iio d
‘O Lecciones de
E n 1992, después de la victoria del Frente Islámico de Salvación (FIS) en la primera vuelta de las primeras
elecciones legislativas democráticas
y de la anulación de la segunda vuelta, Argelia se vio precipitada en una pesadilla sin
precedentes. Se inició una ola de asesinatos dirigida contra todos los grupos sociales: la élite, la policía, los periodistas, los docentes y
los ciudadanos comunes. Ataques terroristas masivos y coches bombas se utilizaron para
amedrentar a la población argelina en nombre de la religión, aunque el Islam nunca
propugnó actos de barbarie. Se perpetraron masacres contra los
indefensos y aislados habitantes de Rais,
Bentalha, Sidi Hamed y muchos otros pueblos, causando miles de muertes, incluso de niños. En 1997 fueron asesinados en A’in Adden once maestras y dieciséis alumnos. Actualmente los aldeanos no se atreven a
dedicarse a sus actividades cotidianas porque los extremistas imparten órdenes prohibiendo
ir al trabajo o a la escuela bajo pena de muerte.
Hoy para los maestros y profesores de Argelia dar clase es en sí un acto de paz que
perpetúa la rutina ‘normal’ de los niños y les proporciona la educación a la que tienen derecho. En el centro de la región conocida
como ‘el triángulo de la muerte’, en una escuela marcada por las balas, trabaja una de estas maestras, Zohra T.
Zohra se salvó milagrosamente de la
muerte varias veces, sobre todo durante la masacre de Bentalha, el pueblo donde vive. ” Esa noche “, recuerda, “creí que había l legado mi hora, pero no fue así. Nunca olvidaré los gritos de mis vecinos mientras los torturaban con cuchillos, o los alaridos de los
niños agrupados y quemados vivos.” Por casualidad no entraron en la casa del vecino donde se habían refugiado Zohra y su familia. Se sintió profundamente conmovida cuando al
día siguiente sus alumnos se atrevieron a ir para ver si había sobrevivido.
zohra T.
Como los maestros están en una lista de sentenciados, Zohra corre peligro cada vez que va a la escuela o vuelve a su casa. A pesar
de la difusión de carteles en los que se conmina a los maestros a dejar de trabajar bajo pena de muerte, Zohra continúa su labor
en un lugar que parece un campo de batalla. La escuela fue ametrallada y bombas de fabricación casera provocaron incendios. Pero Zohra tiene una actitud de resignación. “[Por qué tener miedo?“, pregunta. “Dios me dio la
vida y El me la quitará en su momento.” Se siente alentada porque sus alumnos siguen
asistiendo a clase, del mismo modo que ellos se sienten confortados por su presencia. “Mis alumnos me necesitan y debo reconocer que mi coraje viene de ellos. Nos necesitamos
mutuamente. Entre nosotros existe una especie de complicidad. ”
Zohra desplegó todo su coraje cuando
mataron a cuchilladas a uno de sus alumnos, Mouloud. “Cuando sus condiscípulos se enteraron fue imposible contenerlos”, recuerda. “Todos lloramos durante dos días. ”
Con sus colegas decidieron suspender las clases para que todos pudieran asistir al entierro-- un acto valiente porque el pueblo
está en medio de la zona terrorista y nada pasa por desapercibido. “El miedo a las represalias por esa manifestación tan
numerosa era muy fuerte”, recuerda, “pero queríamos expresar nuestro apoyo y nuestra ira. ”
Prácticamente todos los niños de la clase
de Zohra pueden contar experiencias espeluznantes. Uno perdió a sus padres en una masacre; otro espera noticias de su padre que fue raptado, otro vive por el momento en
casa de amigos. Muchos sufrieron heridas. Zohra los escucha y les brinda consuelo y aliento. Esto en sí conlleva un riesgo, ya que
algunos alumnos, hermanos y hermanas de terroristas conocidos, son informantes potenciales. Pero, a pesar del miedo, cuando
dicta clase Zohra trata a estos niños del mismo modo que a todos los demás. “Para mí la paz es un ideal”, explica. “Dar clase simplemente, como si todo fuera normal, es mi forma de
alcanzarlo. ” Olvida el miedo y las tensiones para concentrarse en crear un clima de armonía.
“Existe una conspiración para doblegar a Argelia aterrorizando a la población “, declara Zohra. “Los niños comprenden que deben
aceptar este reto, por esta razón siguen desafiando el peligro y asisten a clase.”
más infoUnación I estereotipos 1
T eresa Gangemi es siciliana y enseña italiano, historia y geografía en la escuela Terragni,
de Olgiate, cerca de la frontera con Suiza, en el norte de Italia. A pesar de su
prosperidad, Olgiate ofrece muy pocos incentivos culturales a los jóvenes, y Teresa se preocupa por la influencia de los movimientos xenófobos de escisión. Estos, deseosos de separarse de las regiones más pobres del sur,
están creando un clima de racismo e
intolerancia que puede tener efectos a largo plazo en la juventud.
“Cada vez son mayores las dificultades
que deben afrontar los adolescentes de hoy para construir su identidad”, afirma Teresa. “Tienden a adoptar actitudes relativamente inflexibles.” Para contrarrestar esta tendencia, Teresa se fijó una misión: ensanchar el
10s niños, es posible cjestrdr 10s ~Iirninar jos p+0icio~.‘*
Teresa Gan 8 etni I talía
horizonte de sus alumnos y enseñarles una forma distinta, más generosa, de considerar las
cuestiones mundiales. Teresa siguió una formación en educación
para el desarrollo y trata de “desterrar en los
niños la idea de la superioridad cultural y tecnológica de los europeos”. Según lo explica: “Para comunicar a mis alumnos un sentido de
la historia, hago hincapié en acontecimientos como la conquista de América por Cristóbal
Colón, el colonialismo europeo del siglo XIX y el actual neocolonialismo de los países ricos con respecto al tercer mundo. Dando más información a los niños, es posible destruir los
estereotipos y eliminar 0, por lo menos, atenuar los prejuicios. ”
El desmembramiento de Yugoslavia creó un
frente de guerra muy cercano y abrió la posibilidad de enfocar la educación para la paz. Teresa entabló relaciones con una escuela en Sarajevo para que sus alumnos comprendieran
mejor lo que estaba sucediendo y, actualmente, los adolescentes mantienen con
ésta un contacto continuo.
” En la clase de geografía “, añade,
“concedemos menos importancia a los ríos y lagos que al medio ambiente, los recursos
hídricos, la demografía, las migraciones, los refugiados y la economía basada en la justicia. ” A veces, al investigar sobre las cuestiones mundiales, sus alumnos invierten los
papeles: “Me traen noticias y documentación de los medios de comunicación, los libros e
Internet”, agrega. Teresa nunca sermonea a sus alumnos de
15 y 16 años sobre el racismo y la intolerancia,
pero constantemente subraya el concepto de la diversidad y la relatividad de los puntos de vista. Uno de sus métodos es elaborar una lista de lecturas multicultural. “Recomiendo autores
de todo el mundo para escuchar-a través de sus historias-- las voces de personas que
difieren de nosotros. ” Tanto dentro como fuera del aula los
alumnos de Teresa han respondido favorablemente a sus incentivos para
relacionarse con el ancho mundo. Asistidos por asociaciones de solidaridad, algunos alumnos
aprendieron a practicar el comercio equitativo: vendieron artesanías fabricadas
ecológicamente en algunos países en desarrollo a precios que garantizaban un
salario justo para las personas que las confeccionaban.
El año pasado pusieron en marcha un proyecto sobre la mano de obra infantil.
Recaudaron fondos vendiendo pasteles para que niños que estaban trabajando por
necesidad pudieran volver a la escuela. También iniciaron una campaña para boicotear los productos fabricados con mano de obra
infantil. Un alumno bromeó: ” iNunca me imaginé que ir de compras podría provocar una revolución! ”
‘la pat no se aprende el coraZÓn no hay nada que
rqQrie-LQewt¡
n Burundi, decimoquinto país mas pobre del mundo, el 80 por ciento
de la población vive por debajo del umbral de pobreza. Los disturbios
recientes, la escasa importación de alimentos y el alto precio de los mismos han deteriorado aún más su situación económica.
Las características étnicas y culturales de Burundi son similares a las de Rwanda, donde
en 1994 dos millones de personas murieron a causa del antagonismo étnico. En Burundi las tensiones entre tutsis y hutus estallaron en
1993, provocando miles de muertes y desplazando temporalmente a casi un millón de personas. Las escuelas se requisaron para albergar a los refugiados o fueron quemadas y
los niños abandonaron las aulas. Ahora que gradualmente se está estableciendo una paz precaria, las familias regresan a sus hogares y los niños retornan a la escuela.
Actualmente Marie-Laetitia Kayirerwa
tiene 43 años y cría sola a sus cinco hijos (su marido, perteneciente a otro grupo étnico, la abandonó durante la guerra). Después de las
matanzas, adoptó a su hija más pequeña, una niña de 6 semanas cuyos padres perecieron en
las masacres. Marie-Laetitia enseña en Bujumbura, en la
escuela primaria Stella Matutina que se libró de la destrucción que padecieron otros
establecimientos. Hoy tiene más de 1.000 alumnos --tutsis, hutus y twas, y también nacionales de Rwanda-- y cuarenta docentes.
“La paz no se puede enseñar”, dice Marie- Laetitia, “si no se lleva en el corazón no hay
nada que hacer. Los maestros no deben conceder importancia al origen étnico. Deben
hacer que los niños se sientan bien entre sí y demostrarles que todos son iguales. ”
Marie-Laetitia cree fervientemente en la
bondad intrínseca de los niños. Aunque se preocupa de que poco a poco puedan ‘contaminarse’ de los prejuicios de los padres. En parte este temor surgió en un incidente
reciente: “Un día al llegar a clase mis alumnos habían escrito en el pizarrón el nombre de los maestros y el grupo étnico correspondiente a
cada uno. Era evidente que estaban
esperando ver mi reacción. Me limité a
pedirles que borraran el pizarrón y seguí con mi clase como si no hubiera pasado nada. Nunca volvieron a plantear la cuestión. ”
A pesar de este tipo de incidentes, Marie- Laetitia cree que los alumnos no captan en toda su magnitud las tensiones de la
comunidad que, según su opinión, son una preocupación de adultos. Relata el incidente ocurrido en el patio de recreo que la llevó a esta convicción: un niño recibió un golpe en el
ojo jugando al fútbol con sus compañeros; el padre fue a la escuela para preguntar quién
había herido a su hijo. Cuando descubrió que el culpable era de un origen étnico diferente exclamó: ” iTenía que haberme imaginado que era uno de ellos! ” Pero los otros niños se unieron para defenderlo y sostuvieron que no había habido intención de causar daño. “Los
niños impusieron su punto de vista”, dice Marie-Laetitia.
Marie-Laetitia asegura que no tiene ninguna receta para enseñar la paz. Cree que basta con dar el ejemplo. “Educando a los
-Si no se lleva en i
Q irerwQ Y Burundi
niños estamos sentando las bases de una sociedad mejor”, añade. “No se puede engañar a los niños, leen todo en tu rostro y juzgan viendo las relaciones que tienes con tus
colegas y vecinos. ”
L a horrible expresión de ‘depuración étnica’ apareció por primera vez en
1992 en ex Yugoslavia cuando, en
un intento por crear dos Estados nacionales, Serbia y Croacia, los nacionalistas
fanáticos entre los serbios de Bosnia aplicaron una política de asesinatos masivos y destrucción contra los no serbios. Después, los croatas fanáticos de Bosnia trataron de
‘depurar’ sus territorios con métodos similares.
Se estimó que el número de muertos fue de
250.000. Al igual que muchos otros, Azijada
Borovac, de 45 años de edad, perdió a
miembros de su familia -los padres de su marido- y su casa en el devastado distrito
cercano al aeropuerto de Sarajevo. Aunque durante la guerra no se pagaba a los docentes, ella siguió enseñando en la escuela Osman Nakas, que era un blanco permanente, puesto que el edificio estaba ocupado por el
ejército de Bosnia y Herzegovina. Los niños estaban profundamente
afectados, tanto durante la guerra como
inmediatamente después. “Algunos se negaban a hablar, otros presentaban problemas de comportamiento. No era fácil
comunicarse con ellos, lograr que expresaran sus miedos. ” Azijada se sentía preocupada y decidió hacer algo. “No podía ocuparme de la
cuestión sin ayuda “, reconoce. Siguió un curso
con médicos del lugar sobre la asistencia a los niños traumatizados y se puso de acuerdo con los padres para trabajar juntos. “También le
pedí al psicólogo de la escuela que hablara
con los padres y los niños”, añade. Todos tuvimos los mismos objetivos: evitar que la guerra y la destrucción dañen el desarrollo de la personalidad de los niños.” No obstante,
Azijada cree que la mayoría de los maestros carece de una preparación adecuada. “Necesitamos que se organicen cursos de capacitación en las escuelas para trabajar con
niños traumatizados”, afirma. Durante un tiempo, los alumnos
manifestaron resentimiento contra los que
regresaban. “Los niños que se quedaron creen que los que se fueron tuvieron una vida ideal,
‘*La tojeroncil sien&
llena de chocolates y caramelos, buena ropa y electricidad. Quizá para algunos fue así, pero otros bosnios vivieron aislados en campos de
refugiados”, señala Azijada. Téoricamente en Bosnia y Herzegovina
todas las escuelas son multiétnicas. Pero no
hace mucho un padre se opuso a que su hija se sentara al lado del hijo de un matrimonio serbocroata mixto. Otros padres protestaron cuando Azijada enseñó el alfabeto cirílico,
utilizado únicamente por los serbios. “Tuve que demostrarles que muchos buenos libros estaban escritos en cirílico”, recuerda. Aunque
Azijada subraya que este tipo de incidente no es común. “Todas las fiestas se celebran en el aula: Pascua, Navidad (católica y ortodoxa), la fiesta musulmana de Bairam, y muchas más.
Los niños traen huevos pintados para Pascua y pasteles de miel para Bairam. Estos festejos crean la unión y fomentan la tolerancia. ”
En estos momentos Azijada pasa menos tiempo curando las cicatrices de la guerra y
debe ocuparse más de los problemas cotidianos, como las burlas y la intimidación.
se enseña lolerante.”
!kijQcjQ 6OrOVQC Bosnia y Herzegovina
Afronta estas situaciones con la misma
paciencia. “Una de mis alumnas, Medina, tiene defectos de pronunciación y los otros niños se burlan de ella. Hablo de esto con
toda la clase, les explico cuál es el problema que esta niña padece y les pido que la ayuden, pero también hablo aparte con Medina y le aclaro por qué se burlan de ella. Luego me ocupo del cabecilla y le explico que la n~tia
está sufriendo y le pido que se ponga en el lugar de ella. ” El objetivo de Azijada es siempre el mismo: ayudarles a encontrar una
solución. “Los niños son tolerantes y aceptan todo lo positivo si se les presenta de esta forma “, afirma. ” La tolerancia sólo se enseria siendo tolerante. ”
“Mi consejo: CreQr forc IQ escuela de la comunidaid, no iporo
E I distrito Mission, que está en el centro de San Francisco -una de las
ciudades más cosmopolitas y progresistas del mundo--
representa lo mejor y lo peor de los centros urbanos contemporáneos de los Estados Unidos de América. La población es originaria de todos los rincones del mundo. Rodeado de
bellezas naturales, vibra de actividad y oportunidades. También proliferan el crimen, las pandillas callejeras, el uso ilícito de drogas,
los conflictos raciales, las familias desmembradas, la gente sin hogar y la
pobreza. Avi Black enseña en la escuela Horace
Mann para niños de 10 a 13 años en el distrito Mission. “Mis alumnos son un reflejo
de la sociedad en la que viven”, explica Avi.
“Algunos nacieron ya con adición al crack, otros son victimas de la violencia familiar”.
En la escuela Horace Mann los alumnos establecen las normas basándose en el respeto mutuo. Aunque Avi insiste particularmente en algunas de ellas. “Siempre cuestiono las
expresiones de hostilidad, en especial los insultos personales basados en la raza u otros
estereotipos” explica. “Los alumnos aceptan de buena gana estas normas porque se aplican a todos por igual y son previsibles. La
posibilidad de prever los ayuda a sentirse
seguros. ” Nunca se olvidará de la alumna que se
disculpó por no poder entregar los deberes
ese día porque a su padre lo habían matado a tiros la noche anterior. “Su mundo se había
derrumbado, pero vino a la escuela porque necesitaba por encima de todas las cosas algo en que sostenerse. ”
Avi cree que la conciencia de la diversidad
es esencial para resolver los conflictos y fomentar la paz. Pide a sus alumnos que adivinen el significado de las letras L, C, AA,
Avi Bjack Estados Clnidos de América
C, J, V, F, OB, y ONB, (las categorías étnicas oficiales de la escuela). Una vez que han identificado los grupos, se describen a sí mismos como latinos, chinos, afroamericanos,
coreanos, japoneses, vietnamitas, filipinos, otros blancos y otros no blancos. Esto suscita un debate sobre cómo este tipo de etiquetas puede favorecer la aparición de estereotipos
negativos. Una vez finalizada la ‘cuestión de las etiquetas’, Avi y sus alumnos pueden identificar las características que todos tienen
en común antes de terminar con la ‘celebración de las diferencias’.
Los colegas, los padres y los miembros de
la comunidad apoyan a Avi en su tarea de convertir la escuela Horace Mann en un ‘lugar seguro’. Cada año la escuela establece un Mes de la Concientización, durante el cual asambleas, oradores invitados y publicaciones ayudan a los alumnos a entender cuestiones
relacionadas con la diversidad, el conflicto, la paz y la violencia. Un programa de arbitraje de conflictos proporciona a los jóvenes un lugar
al que pueden dirigirse para plantear sus
controversias y resolverlas pacíficamente con gran auditorio o frente a los dirigentes la ayuda de alumnos voluntarios que comunitarios 0 incluso aparecen en la recibieron formación de mediadores. televisión”, explica. Quizá han aprendido el
“Este es un esfuerzo sistémico”, explica sentido de la responsabilidad social en el aula Avi. ” Un maestro que trabajara solo no sería de Avi Black. suficiente. ” Piensa que los tiroteos que se
produjeron en otras escuelas de los Estados Unidos a principios de 1998 no podrían ocurrir en la escuela Horace Mann. “Este tipo de incidentes surge de un sentimiento de
alienación con respecto a la comunidad y nuestros chicos no lo experimentan gracias a nuestros esfuerzos por establecer una
comunidad dentro de la escuela. ” Su consejo a las otras escuelas es: “Crear foros para tratar los conflictos, no separar la escuela de la comunidad y no ignorar lo que pasa.”
“La realidad exterior no ha cambiado”,
declara Avi. ” Pero nosotros la tratamos aquí, dentro de la escuela. ’ Las pruebas de que este método da resultados aparecen constante- mente. A menudo los ex alumnos de Avi
participan en las actividades comunitarias. “A veces veo que toman la palabra delante de un
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La UNESCO y la Internacional de la Educación quieren expresar su reconocimiento a todos
aquellos que han contribuido a la realización de este folleto y particularmente a los colegas de la Sede y de las oficinas regionales que participaron con entusiasmo y empeño.
Fátima Amine, Argelia; Rubina CengiC-ImanoviC, Bosnia y Herzegovina;
Hélène Nahimana, Burundi; Mary Fontaine, Estados Unidos de América; Anne Donegan, Irlanda del Norte:
Celeste Grossi, Italia; 5. B. Thoradeniya y M. Therese Ranee, Sri
Lanka
Los artículos que aparecen en este folleto no están sometidos al derecho de autor y pueden
reproducirse siempre y cuando se cite a la UNESCO y la Internacional de la Educación y se envie copia a las direcciones que se indican a continuación.
UNESCO Programa de Acción Mundial sobre la
Educación para Todos 75352 París 07 SP, Francia Tel: (33-l) 45 68 21 27 Fax: (33-l) 45 68 56 29
correo electrónico: t.murtaghQunesco.org espacio web: www.education.unesco.org
Internacional de la Educación 155 Boulevard Emile Jacqmain, (8) 12 10 Bruselas, Bélgica Tel: (32-2) 224 06 32
Fax: (32-2) 224 06 07 correo electrónico: patrice.vezinaQei-ie.org espacio web: www.ei-ie.org
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