Los capiteles de la mezquita de Madinat al-Zahra, Sabine Noack-Haley.
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CuaderRosdeMadlnatal -Zahrá'
Vol. 5
Córdob a, 2004
CTJADERI{OS DE MADiNAT AL-ZAI]RÁ'
Cuadernos de Madinat a|-ZahraRevista de difusión científica del Conjunto Arqueo.lógico Madrnat al-Zahra
CONSEJO DE REDACCIÓN(Miembros de ia Comisión Técnica de Madinat al-Zahra)
Presidente: D. JESÚS ROMERo BENÍTEZDirectur Genera/ d¿ Biene.¡ Calnrales
Vocales: D." MERCEDES MUDARRA BARRERODe/egada Prorjrcia/ le Ca/ttra rJe Cít'daba
D. ANTONTO VALLEJO TRTANODirrtor del Con.funto Arquealígico Madjrat dl Z¿br¿
D. MANUEL ACIÉN ALMANSAUniru':idad de rtIálaga
D." CARMEN BARCELÓ TORRESL,ttt. n)J¿J J. \ L/.ttri¡
D." JULIA CARABAZA BRAVOUú¡w¡irlad d¿ ,\eúllt
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COMITÉ ASESOR
D. PATRICE CRESSIERCa:a de Vlázqrcz
D. CHRIST]AN E\rERTIrntituta Arqaeolígico A lenún
D. PIERRE GUICHARDtJnit,ersidad ¿tt llon IID. ESTEBAN HERNÁNDEZ BERMEJODirector delJardín Batánico rk Córdoba
D, M,'ANTONIA ]\4ARTíNEZ NUNEZUniursidal le lIálaga
D. ALASTAIR NORTHEDGEUniuersi¿lad de Parí: ID. VÍCTOR PÉREZ ESCOLANOfl n irer.¡ i tlad de S eú / la
O Junta de Andalucía. Consejcría dc Cultura
(c) Los autores
Imprenta San Pablo, S. L. - Córdoba
Sor Ángela de Ia Cruz, 1 2 - Teléfir¡o 951 283 106
ISSN:1119-9996
Depósito Legal: CO. 1.64412004
SUMARIO
. ESTUDIOS
EDUARDO MANZANO MORENOEl círculct de pocler de los califas ornelas cle Córclaha Pág. 9
JEAN-PIERRE VAN STAÉVELPrítoir jzgaler, bátir : droit de la cr¡nslruclian et institarians
judiciairu ) Cordoae rJurant le í'lX' si¿cle Pág. 3L
MOHAMED MEOUAKMadinat al-Zabm' en las fuentes árabu del occidente i¡láttica Pág. 53
BRUNA SORAVIAUne bistaire de la f.rna. Aurariré er lígitirnirí dan:
le tuIutpaltis d'Ibn Hayan Pág. 81
MANIIELA MARÍNA/tos fancionarios para e/ ca/ifa: jueces 1 otras cargos de la
Adntinisnación cle'Al¡d al-Rabntan III Pá9.97
M.' ANTONIA MARTÍNEZ NÚÑEZ.MANUEL ACIÉN ATMANSALa epi¡1rafra de Madinar al-Zabra' Pá9. I07
SOLANGE ORYL' ep i grap b i e umayy ade s ya - pa / e s t i n i enne Pás.159
CARMEN BARCETÓ
El cíJin andalusi de "praaincias" durante el Califato(3a0_403t9j2_10j3) pá9. t73
ANTONTO VALLEJO TRTANO,ALBERTO MONTEJO CÓRDOBA,ANDRÉS GARCÍA CORTÉS
Resa/tados preliminares de /a interaenciín art¡aeo/ígica en /a
"Ca:a de Ya'far" 1 en el ecliJicia cle "Patio cle los Pilaru"de X[adinat al-Zahra' Pá9. I99
PATRICE CRESSIER,
MOURAD RAMMAHS¿bra al-A4ansariya : [Jne autre aille caltfale Pág.241
JUAN F. MURILLO REDONDO,MARÍA TERESA CASAL GARCÍA,ELENA CASTRO DEL RÍOMadinat Qar¡aba. Aproxinaciín al procesa de forntaciín de la
ciudad emiral 1 califal a patir de la información arquealógica Pág. 217
VICENTE SALVATIERRALa instauraciín clel Califato en el AIra Gaadalqaiuir Pá5. 291
PEDRO GURRIARÁN DAZAHacia una canstrucción del poder. Las prácticas edi/icias
en la periferia andalusi duranre el Califaro Pág. 297
ALBERTO CANTO GARCÍAEl dinar en al-Andalas en el sigla X Pás.327
CAROLINA DOMÉNECH BELDALa rnaneda farimí 1 sa relaciín con al-Andalus Pág. 339
PATRICE CRESSIER
Histarias de capiteles: ¿Hubo talleres califales pratincialesi' Pá9. 751
TILO ULBERTResafa en Siria. Una residencia califal de los últimrts onteyas en )riente Pá9. 377
BERNABÉ CABAÑERO SUBIZA,VALERO HERRERA ONTAÑÓNLa tecbu¡nbre de la ampliación de al-Hakan II rJe la mezqaita aljama
d¿ Círdoba. Análisi: tícnico 1 estulio forxul de sa policrarnía Pá9. 391
SABINE NOACK.HALEYLos capireles de la hlezt¡aita de Madinar al-Zaltra' Pág. 4I3
MARIANNE BARRUCANDLe prentier clécor arcltitectural fatimide en Egypte Pág. 445
PIERRE GUICHARDCanc/usions Pág.463
. CRÓNICA DEL CONJUNTO
ANTONIO VALLEJO TRIANO,
JOSÉ ESCUDERO ARANDACrínica del Conlanto, añas 1998-2003 Pág. 47 I
ESTIJDIOS
ACTAS DE LAS IV JORNADAS DE MADINAT AL-ZAHRÁ':Nuevas investigaciones sobre eI Califato de Córdoba
Córdoba, 10-12 Noviembre 2003
LOS CAPITELES DE LAI.IEZQUITADE MADINAT AL-ZAHR./T
SABINE NOACK-HALEY
RESUMEN
El estudio del conjunto de capiteles de colum-na de la mezquita palatina se basa en el catálogo y
las comparaciones estilísticas que permiten encajar
el conjunto, tan destacado en el panorama del de-
sarrollo de los capiteles emirales y califales, en una
posición clave dentro de ese desarrollo. Sigue un
breve estudio de otros capiteles de menor tamaño -correspondientes a arquerías ciegas, etc.-, que con-
trastan con los capiteles grandes en varios aspectos.
Palabras clave
Capiteles califales tempranos, catálogo, estu-
dio, evaluación histórico-estilística.
ABSTRACT
The study of the group of column capitals fromthe Palace Mosque is base on a catalogue, and fol-Iowed by stylistic comparisons that allow to fit the
group, which stands out in the development ofemiral and califal capitals, in a key position with-in this development. A brief study of small capi-
tals (from blind arches, etc.) follows, which shows
how they differ in various ways from the columncapitals.
Key words
EarIy califal capitals, catalogue, analysis, his-
toric-styiistic evaluation.
PRESENTACIÓN DEL CONJUNTO
La mezqwita de Madinat al-Zahra' fue erigidaen 94014I -segírn al-Maqqari- en tan sólo 48 días.
Según este mismo autor, trabajaron en su constrlrc-
ción 1000 obreros, 300 albañiles, 200 carpinteros
y 500 operariosr.
Si esto fuera cierto ¿,cuánta pianificación en la
elaboración de los capiteles podríamos esperar en
el margen de tan breve plazo? (láms. 1-6). Nada
más que setenta años después, en 1010, la mezqui-
ta sufrió su destrucción defrnitiva, tras haber sido
saqueada ¡ frnalmente, incendiada. En consecuen-
cia, de sus más de setenta capiteles de columna se
conservan sólo unos 25,y entre éstos, pocos están
enteros o casi enteros (láms. 1a;2c; Ja, e, f;4a, d).
4t)
Y no obstante, a pesar de este estado lamentable,el pequeño grupo ofrece Lrnos aspecros muy signi-ficativos para Ia comprensión del desarrollo del ca-
pitel califal'].
Los cuatro pequeños capiteles de columnillasde arquerías ciegas, ventanas o portadas formanotro conjunto, igual qlre otros tipos de elementos
decorativos encontrados en el recinto de Ia mezqui-ta. Los capitelillos, que estudiaremos más adelante,
tienen unos relieves de acanto muy diferences, conprofundas perforaciones de trépano. En primer lu-gar vamos a tratar de los capiteles de columna, ta-llados en piedra caliza blanca mr-ry fina qlle se en-
cuentfan en una zona más o menos cercanaj. Entreellos, se pueden distinguir dos grupos según los ta-maños. AI grupo de los capiteles grandes del orato-rio y patio se puede atribuir Ia mayoría de las pie-zas, entre ellas algunas fragmentarias. A1 grupo de
los más pequeños pertenecen dos enteros, más otros
varios conservados tan solo por fragmentos. Obvia-mente, los dos grupos pertenecían a dos tamaños de
columna: las de las arquerías del orarorio y pario, yias pocas deI nzihrab o de las portadas. Sin embargo,
Ios peclueños no destacan por su relieve (compáren-
se p. e. láms. 3b y 4a).
La característica más destacada de nuestra se-
rie quizás sea su relativa homogeneidad: todas las
piezas corresponden al tipo compuesto, y la formadel cuerpo es básicamente siempre la misma. La de-
coración esculpida es igualmente basrante unifor-me. En ella, las variaciones se limitan básicamente
a los detalles y a la elaboración del relieve, qlre en-globa todas las calidades desde r-ina talla tosca has-
ta una labra profunda y de filigrana. El significa-do de tales diferencias no puede ser más que objetode especr-rlación, debido al hecho de que desconoce-
mos el emplazamiento original de cada pieza den-
tro del oratorio. En líneas generales, sugerimos sujerarquización intencionai, según la cual las piezas
más elaboradas se habrían situado en los sirios más
importantes.
Otro factor diferenciador es la talla de solo tres
caras del capitel, en vez de Ias cuarro. Indica que los
respectivos capiteles estaban adosados a la pared.
De este modelo hay dos variantes: en Llna, la cuartacaraestá cortada en vertical, quedando su superfrcie
rústica (lám. 2d). En la otra varianre, la cuarta cara
tiene hojas y volutas lisas, sin elaboración de deta-
414
Iles (p. e. láms. lb y d, 4D.En la primera solución,se adopta la fo¡ma del capitel de pilastra o de semi-columna, aplicándola a la columna adosada (com-
párese con los capitelillos y sus basas, lám. 7b). Esta
técnica fue empleada en un solo ejemplar de los ca-
piteles qlre se conservan de Ia mezquita. La técnicaera desconocida en la arquitecrura visigoda, pero sí
la encontramos en edifrcios mozárabes de comien-zos del siglo Xr, y hay un ejemplo emiral en Cór-doba, procedente de Baena (lám. Sa)t. La segundasolut ión la podcmos enca jar en su conrexro arqui-tectónico, ya que se conservan ejemplos de tal si-tuación en los pilares del patio (lám. 8b)": se prepa-
ra una especie cle nicho en la pared para 'emporrar'
la columna, de manera que ésta sobresalga de la pa-
red entre dos tercios y tres cllartos de su diametro.Es una combinación de los dos modelos diferentes:
el de la columna adosada y el de la columna entre-gada. Es un modo de hacer que se iba a aplicar tam-bién en el Salón Rico (lám. 8c).
Antes de presentar el conjunto en forma de ca-
tálogo, voy a ofrecer una breve descripción gene-
ral de Ios capiteles que, siendo del tipo compuesro,adoptan del corintio las dos filas de ocho hojas dis-plrestas de forma contrapeada, como es canónico.Pero adoptan también los caulículos con hojas de
envoltura, suprimiendo un elemento típico del ca-
pitel compuesto romano que serían unas llores de
cuatro pétaios que ocuparían el lugar de las hojas
de envoltura salientes de los caulículos (lám. 8d: ca-
pitel romano reaprovechado en la mezqr,rita mayorde Córdoba). El único represenranre del motivo en
nlrestro conjunto es el n.u 11 ,Iám. 5c. Esra lloreci-ta, clásicamente, debería oclrpar también el centro
de las volutas; en slr lugar, en la mayoría de nues-
tros ejemplares aparece un botón liso, alguna vez
una pequeña conchar.
Del tipo jónico cleriva el equino, que corre en-tre Ia zona de hojas y eI ábaco. Sin embargo, el clá-sico ovario ahora está reemplazado por Lrn friso des-
proporcionadamente alro de lóbulos ligeramen-te curvados que se extienden en ambas direcciones
desde un eje centrai. Entre el cálato troncocónico yel equino corre el astrágalo, que en la mezquita pa-latina en muchos casos está convertido en una cuer-da, simple o de doble filete. Las cintas de las volu-tas salen, como es propio del capitel jónico, entreel equino y el ábaco formando un escalón, y bajan
para enrollarse. En trlgunas piezas, su frente está cu-
bierto con una larga l.roja lanceolada. El escalona-
miento entre el ec¡-rino, Ias cintas de las volutas ye I ábaco se realiza de forma muy regular (1ám. 2b),
manteniendo las mismas dimensiones de la huella
entre cada elemento. Por ejemplo, en la pieza n' i,la huella entre el equino y la cinta de las volut¿rs es
de 4') cm,la misma que existe entre esta última yel canto del ábaco.
La ¡lnión de las volutas form¿rndo escluina es un
rasÉao tanto de los capiteles corintios como de los jó-
nicos de cuatro caras. La ca¡acterística más destaca-
da de este elemento es su corte horizontal casi trian-gr-rlar (lám. 1a), aunque sin alcanzar la típica forma
de ¡uecla cle los capiteles califales qlre se uttltzaráen el Salón Rico (1ám. Se)s. En los de nuestra serie,
el ábaco qr-reda liso sin relieve ni epigrafía, aparte
del elemento fitomorfo central en la cartela de cada
cara, que baja hasta la superficie del equino. La car-
tela aquí todavía está cortacla de forma tradicional,en vertical (véase, por ejemplo, lám. 3e), mientras
que en el Salón Rico, por el contrario, su frente es-
r ar,Í inclinaJo tlám. 8e).
En el pie clel capitel no hay collarino, mientras
que en zrlgr-rna pieza emiral todavía aparece. En laarquitectura califal el collarino siempre será parte
del fuste.
La forma de las hojas de Ias dos coronas, con po-
cas excepciones, es Ia siguiente: el nervio central es
un canalillo qlre separa las dos mitades de la l'roja de
'palma'. Las medias hojas consisten en lóbulos pa-
ralelos y slravemente curvados que son cortados a
bisel y terminan en media luna cóncava; en algunas
piezas, además, el contorno de ia hoja está cerrado
con Lrna línea continuu (p. e. Iám. 6a: la media luna
queda rellena). Hay que subrayar clue la manera de
cortar a bisel aquí usada se distingue ligeramente
de la comunmente conocida, pues no se trata de una
talla en fo¡ma de "v" simétrica (lám. 9a: capitel vi-sigodo cle mármol, en Córdoba), sino, en la mayoría
de los casos, de una "v" de dos líneas muy desigr-ra-
les: un corte cliagonal largo y otro vertical corto. La
punta sobresaliente de la hoja está estrlrcturada por
Iigeras muesc¿rs. Los lóbr-rlos paralelos tallados a bi-sel se repiten en el equino, en la palmeta del ábaco,
y en Ia mayoría de los casos- en Ias volutas.
Principalmente, el punto de partida al cor-
tar estos capiteles fue un cubo de lados iguales. El
diámetro del pie en los capiteles peqr-reños mide
aproximadamente tres quintos de la alturzr, micn-
tras qlre en los grandes varía de tal manera que no se
puede establecer una relación uniforme. Pr-resto que
parece que los fustes se hicieron ex profeso para esta
mezquita, es inverosímil que los capiteles se hayan
debido adaptar a los diámetros de los fi-rstes. En va-
rios de los capiteles y capitelillos se conservan res-
tos del esquema con líneas incisas con que se prepa-
ró el corte de los lados de las piezas (1ám. 1lc)e: en
el pie, ios ejes centrales y anchos de las hojas que-
dan cleterminados por los de las esquinas y un cír-
culo define la planta central del ábaco -en el capitel
nu. 7, este círculo quedó peraltado (lám. 3b); de é1,
sobresalen las esclr-rinas y las cartelas- o sea, las cur-
vas del ábaco retroceden hasta tropezar con el círcu-
lo, en un pr-rnto determinaclo por la línea que marca
el ancho de la cartela. En el círculo se inscribe un
cuadrado, cuyas esquinas marcan los ejes de las es-
quinas dei capitel. Las líneas que marcan el ancho
cle las esquinas y de las cartelas (y que también cru-
zan el punto central del dibr-rjo) distan de los ejes
centrales (o diagonales) alrededor de 10". No he lle-
gado a ver un capitelillo muy interesante, de cuya
si-Lperficie publicó Pavón Maldonado una fotogra-
fíato.En e1la, se distingue el círculo con el cuadrado
inscrito, más otro círculo, mayor que aquél, sobre el
cual se superpone Lln rectángulo. No queda clara la
correspondencia de éstos. Se conserva, igualmente,
un resto clel trazado inciso dei ábaco.
CATALOGO
Las medidas se indican en el siguiente orden:
altura total, ancho del ábaco o ancho del fragmento,
diámetro del pie del capitel. Algunas otras medidas
se tomaron donde aparecieron claras y si¡¡nihcati-
vas. La descripción se rcaliza de abaio a arciba'.
A. Capitel completo conservado en el Museo Ar-queológico Provincial de Córdobatr (lám. 1a, b)
34,J x 31,5 cm
alt. cotona inf. 11,5 cm; alt. corona slrp. 10 cm;
alt. ábaco 3 cm; alt. equino 7,1 -8 cm;
alt. zona de volutas 1 cm; el retroceso del ába-
co detrás de la cartela es de 3,5 cm, el retroceso
de la zona de volutas detrás de borde del cálato
es de 2,5 cm, el retroceso del ábaco detrás del
4tt
borde del cálato es de ) cm y, finalmente, el re-
troceso de Ia cartela detrás del borde del cálato
es de 1 cm.
Tiene dos coronas de hojas decoradas de tiponotmal, con nervio central de canalillo, y contornoen zig-zag. Presenta caulículos en forma de Éno ta-l1o y hojas de envoltura compuesras por estrechos
lóbulos que llegan al borde del cálato. Falta el as-
trágalo. El equino está clrbiemo de lóbulos apenas
curvados, que se encllentran también en las cartelas
y en las volutas, no estando éstas dispuestas con iausual forma estrellada. sino como en una concha. EI
espolón a Ias que están'pegadas'las volutas conecra
con la punta del ábaco por un elemento macizo más
o menos triangular.
I. 64MZ 123 (fragmento) (lám. lc)29x28cmLas hojas de la corona superior son de tipo nor-
mal, con los caulículos sin marcar y las hojas de
envoltura colocadas con una forma sencilla de
abanico; el canalillo separa el cáIatoy el equino.Este último está decorado con lóbulos diagona-Ies y la cartela con lóbulos divergentes a partirdel centro.
2. 64 MZ 995 + 64 MZ 1.136 (dos fragmentos)(lám. ld)21 x23cm+21 x37cmalt. total 46-46.5 cnalt. corona inf. 15 cm
Las dos coronas de hojas son de tipo normal ylisas sin terminar. La zona del caulículo, la hojade envoltura y el ábaco están muy dañados y lazona del eqr-iino posiblemente inacabada.
3. 64MZ 122 (fragmento) (lám. 1e)
46 x )3,5 cm
alt. corona inf . l7 cm; alt. corona sup. 1!,5 cm;alt. equino 9 cm; alt. ábaco 4 cmLa altu.ra original del capitel se conserva inre-gramente y el relieve permanece inacabado: en
las dos coronas hay dos hojas y media sin relie-ve, siendo ias demás de tipo normal; faltan los
caulícr-rlos, las hojas de envoltura, el borde del
cáIato, el equino, la decoración de la cartela y laelaboración de las volutas; sobre el espolón de
las volutas hay r-rn elemento en forma de gota
416
(que en los ejemplares terminados, resuka ser
una l-roja).
4. 64MZ l3llI37 (fragmento) (lám.2a)26x28 x 26 cmalt. corona inf. 20 cm; ancho hojas de la coronainf. 1 1-12 cmLas hojas de las coronas inferior y superior, esta
última en estado fragmentario, son de tipo nor-mal.
5 . 61+ MZ I .142 (Se trata de un capitel entregado,está completo pero con mutilaciones) (Iám.2b-d)
4t-41 ,5 x 45,5 [ancho completo reconstruíble:461 x aprox. 21 cm
alt. corona inf. 18 cm; alt. corona sup. 13 cm;alt. ábaco ,l cm; diám. volutas 11 cm
Se trata del único capitel entregado de todo el
conjunto, con el lado trasero sin desbastar con
un grlreso de 15 cm y de un ancho mayor qr-re
el del cálato; el relieve del lado frontal está en
su mayof parte mutilado; en el lado derecho, Ia
voluta falta por una rorlrra y la trasera fue deja-da lisa sin relieve, igual que la ho¡a que se en-
cuentra bajo ella.
En contraste con los demás capiteles del con-junto, las hojas se distinguen por ia falta de uncontorno cerrado: las puntas de los lóbulos for-man un zig-zag sobre un fondo liso, sin caulí-culos u hojas de envoltura. Entre el cáIato y el
equino corre Lrna banda lisa; los lóbulos que de-coran el equino demuestran menos cuidado, y
las volutas son simples espirales. En el centrodel ábaco, en la cartela, se dispone un abanico
de lóbulos rigidos, que consriruye Ia única de-
coración. En la superficie del capitel, unas in-cisiones geométricas indican Ia preparación delábaco, con ejes centrales y diagonales, así comotres líneas que determinan las esqr-rinas, y otrastres, que sirven para ubicar las cartelas de cada
cara del ábaco (compárese con lám. I 1, fig. 1).
6. 64 MZ 132 (fragmento) (lám. 2e y fl31 {orig. 47 ?} x 28,) lancho complero recons-
truíble 4Il cm
alt. astrágalo 3 cm; alt. ál>aco 4 cm; diám. vo-luta 12.5 cmLas hojas son de tipo normal, el caulículo apa-
rece como una simple talla y la hoja de envolru-
7.
ra queda reducida a un triángulo cortado pro-fundamente a bisel; en lugar de astrágalo, pre-
senta un fllete a bisel.
La decoración del equino y de las volutas se
construye a base de lóbulos. Las dos volutas que
se unen en la única esquina conservada tienen
un botón liso y otro puntiagudo en el centro;
una hoja lanceolada conecta el rollo con la pun-ta del ábaco. Detrás de la cartela central, lisa,
el ábaco retrocede 5 cm, mientras que la carte-
la, a su vez, retrocede I cm respecto a la cara
del equino.
64 MZ 385 (Se conserva el capitel completo,
aunque con mutilaciones) (lám. 3ay b)
43 x 40112?) x 26 121] cm
alt. corona inf. 15 cm; alt. corona sup. 12,5 cm:alt. astrágalo 3 cm;
alt. equino 7 cm; d.t. de la cinta de volutas 2cm; alt. ábaco 3,5 cm
Las hojas son del tipo normal, pero con dos ca-
nalillos en el nervio central; por 1o demás, el cá-
lato y el equino son similares a Ia pieza n" 6. La
cartela central del ábaco está hecha con lóbulos
rígidos de canales profundos.
En la reducida superficie conservada se obser-
va un círculo o disco peraltado de medio centí-metro, bajo el cual el borde del equino sobre-
sale unos 8 cm y la cafteIa 6,5 cm. Si este cír-
culo hubiese tenido el mismo diámetro que el
pie del capitel -lo qr,re nos parece probabie-, la
suma de éste más la distancia entre dicho cír-
culo y el borde del equino, tomada en los dos
lados, o sea, 27 + 8 + 8 = 4), equivaldtía aIaaltura del capitel. Podemos deducir, por tan-
to, que el diámetro de la superficie del equino
era equivalente a la altura del capitel, mientras
que los espolones de las volutas sobresalían de
esta medida.
Ostenta hojas de tipo normal con una pequeña
variación: dos canalillos (en vez de uno) marcan
la vena central.
64MZ 1156 (fragmento) (lám. 3c),10 x 38,5 cm
Thnto las hojas, los caulículos y las hojas de en-
voltura, como el 'astrágalo' y Ia decoración del
equino son similares a los de Ia pieza anterior.
9. 64 MZ 948 + 245 + 223 (Está formado portres fragmentos) (lám. 3d)24,> I25 l) x 25,5 {26} x ca. 15,5 cm
alt. astrágalo 2cm;alt. equino 5,1 cm; alt.ál¡a-co 2,5 cm; diám. voluta 7 cmSe trata de un capitel de menor tamaño puesto
que el ancho completo del ábaco es de 26 cm.
Se conserva buena parte de una cara, incluyen-do una hoja de la corona inferior, lisa, y otras
hojas (en estado fragmentario) con reiieve. En
el pie del capitel, un círculo inciso corre a 1,5
cm del borde, y cuatro iíneas incisas equidis-tantes se cruzan en un punto central profundo.
Una de éstas es continuada por el eje axial de la
mencionada hoja lisa hasta la punta, que pare-
ce sin terminar: aparentemente, ia línea tenía la
función de partir la hoja en dos, no llegándose
a elaborar. Resulta imposible distinguir caulí-
culos. En lugar del astrágalo, Ia pieza presenta
un friso de lóbulos (ak.2 cm), con curvatura si-
métrica. Ei equino (ak. 1,5 cm) tiene el mismo
tipo de decoración, con un eje central marcado
por un triángulo y un pequeño disco; en la su-
perflcie del equino se retoman los canales de los
lóbulos. La cartela del ábaco tiene una hoja de
palma esquemática bien elaborada a bisel. Las
volutas son del tipo estrellado, con un anillocentrall los lóbulos terminan en arcos cóncavos
y los filetes entre ellos en puntas. Las esquinas
del ábaco (con una altura de 2,1 cm y un retro-ceso respecto aIa cartela de 2,) cm) bajan hasta
la altura de ias volutas, sin llegar a formar una
hoja lanceolada. En 1a superflcie del ábaco se
conserva :unalínea incisa hasta el extremo de la
esquina.
10. 64 MZ I.I44 + 998 + 140 (Ei capitel se en-
cuentra muy dañado) (1ám. 3e)
4)x1/xtacmalt. corona inf. 18,5 cm, alt. corona sup. 13
cmPresenta dos coronas de hojas del tipo normal,
caulículos, en un caso con un anillo y hojas de
envoltura de ues ióbulos alargados y redondea-
dos. En lugar de astrágaIo, tiene un friso de pe-
queños lóbulos -a diferencia de la pieza ante-
rior-, todos inclinados en la misma dirección,
por 10 cual también se podría interpretar el di-
8.
1t7
bujo como una cuerda. La decoración del equi-
no se constrllye con lóbulos bastos, tiesos y casi
rectangulares. Ei escalón de las volutas es tan
alto como el ábaco, las volutas estrelladas tie-nen sendos botones centrales Iisos y la carte-
la presenta una decoraci ón rígida de lóbulos en
forma de abanico.
Compárese con el n." 11.
n. 64MZ 328 + I.I45 (dos fragmenros con gra-
ves mlitilaciones superfrciales) (lám. 3041 ,5 x ca. 1l ,5 x ca. 24,J cm
alt. corona |nf. 17,i cm; alt. corona sr-rp. 15
Crn;
alt. astrágalo 3 cm; alt. equino 6,1 cm; diám.
voluta l2 cm
La elaboración del relieve es algo tosca. Presen-
ta dos coronas de hojas de tipo normal, pero
no caulículos (posiblemente debido a mutila-ciones); la hoja de envoltura se separa en dos
lóbulos largos y uno central más corto a modo
de brote, en dos versiones: con forma compac-
ta, y calada (compárese con el cap. n." 13). El
astrágalo aparece en forma de cr-rerda, adornán-
dose el equino con lóbulos rectos. Finalmen-te, las volutas son del tipo estrellado con botón
central liso y la cartela del ábaco se presenta sin
relieve.
12. sln (Se trata de un capitel completo, dañado y
posteriormente recomplresto) (lám.,ia)
25,J x22l?lx ca. 15,5 cm
alt. corona inf. 8 cm; corona sup. 8 cm; alt. as-
trágalo 1,5 cm;
alt. eqr,rino 3,1 cm; ak. áL¡aco 2,5 cm' diám. vo-
luta 6,5 cm
Se trata de un capitel de menor tamaño (similar
al cap. n.'!). Presenta dos coronas de hojas de
tipo normal bien elaboradas, con una vena cen-
tral formada por dos canalillos. Las hojas de la
corona superior tienen un contorno en forma de
ligero zig-zag y punta trilobulada. Los caulícu-
los son finos y lisos y se parten en los dos lóbu-los curvos de la hoja de envoltura. Una cuerda
ocupa el lugar del astrágalo, el equino está de-
corado con lóbuios inclinados y las volutas es-
trelladas cuentan con un botón central rehun-
dido. Las cartelas están destrozadas.
4r8
13. 64 MZ 913 (Se conserva la altura completapero falta la mitad del cuerpo) (lám. 4b y c)
44,5 x 28 I45l x 19,J í34?] cm
alt. corona tnf. 14,5 cm; alt. corona sup. 11,5
cm; alt. astrágalo 4 cm;alt. equino 7 cm; alt. ábaco 3,5 cm,El retroceso del ábaco detrás de la cartela es de
5 cm y ei de Ia cartela detrás de borde de1 equi-no es de 1,i cm.
La parte conservada del capitel demuestra una
buena calidad de ejecución. Presenta dos coro-
nas de hojas de tipo normal, observándose en
la superior un contorno en forma de ligero zig-zag. Los caulículos permanecen sin marcar: la
superficie lisa termina en una 'llor de lis' (hoja
de envoltura trilobulada) profundamente es-
culpida. En e1 borde del cálato, entre dos cin-tas lisas, aparece una trenza de dos ramas pro-
fi,rndamente perforada (¡los agujeros de trépano
tienen una profundidad de 1 cml).
El equino no presenta abombamiento y se halla
decorado con lóbulos clrrvos clue se unen en pi-cos en el e1'e central de la cara. Nuevamente, las
volutas estrelladas aparecen con un botón cen-
tral liso y una 'hoja de palma' esquemática en
Ia cartela.
14. 64 MZ 386 (capitel completo, recompuesto y
bastante dañado) (lám. .id)
47 ,5 x 44 {48.1x 29 {33 ) cm
alt. corona inf. 15,5 cm; alt. corona sup. 15,1
cm; alt. ábaco 3,5 cm
Conse¡va dos coronas de hojas con doble ne¡vio
central, con gran cantidad de lóbulos (más finos
de lo usual) y contorno en zig-zag. Una punta
muy bien conservada demuestra la estructurade su superficie, con surcos que marcan los 1ó-
bulos en los lados de la parte central, que es an-
cha y se abre para englobar la propia punta en
forma de gota. Del equino se conserva tan solo
un pequeño resto con dos hojitas o lóbulos. El
arranque de la voluta con un fino tallo y hojitas
está trabajado 'á jour', rasgo éste qr-re distingueIa pieza de Ios demás capiteles del conjunto.
I5. 64MZ 387 (dos fragmentos casados) 0ál¡r'. 4e y fl39l4l,t) x 43 cmalt. astrágalo 3,5 cm; alt. ábaco 3-4 cm; diám.
voluta 12 cm
Sólo se conserva la parte superior de la prcza,
que está en un estado fragmentario. De la hojadebajo de la voluta sólo queda la punta, clue
está conectada con la voluta por un peqr-reño
bloque. La hoja de envoltura termina en tres
delgados Ióbulos puntiagudos, aún visibles.Una fina cuerda marca el borde del cálato yotra, más gruesa, en el lugar del astrágalo, corre
en dirección opuesta. La voluta, con decoración
estrellada como una rueda, escá cortada limpia-mente, y ofrece el detalle de una pequeña con-cha decorando su centro. El ábaco conecta con
la voiuta a través de un triángulo alargado, que
no está elaborado como hoja.
En la otra parte de la voluta, el relieve está ini-ciado, aunque permanece inconcluso. En aqr,re-
lla cara, ia superficie del eqr-rino quedó iisa, al
igual que la voluta de Ia otra esquina (en sus
dos lados). Lahoja debajo de dicha voh-rta está
elaborada a medias. El equino en la tercera cara
tiene relieve de lóbulos, en la cuarta ie falta.Obviamente se trata de una pieza inacabada.
i 6. s/n (fragmento de pie de capitel) (lám. 5a)
En este pequeño fragmento, el resto de relieve
que se conserva es mlry fino. Se trata del arran-
que de una media hoja de la corona inferior, se-
mejante al cap. n.u 17: Ios primeros dos lóbulos
se curvan hacia fuera. enrollándose uno de ellos
y subiendo el otro hasta tropezar con el primerlóbulo. Una hojita puntiaguda saie entre ésros
y otra redondeada por debajo.
11. 64M2439 + 1.I04 + I.111(capitel fragmen-tado con la altura completa) (lám. 5b-d)46,5 x 28 I45) cm
ait. corona inf. 15 cm, a1t. corona sup. 13,5 cm;alt. astrágalo 3 cm,alt. equino 8 cm; alt. ábaco 4,f cm; diám. vo-luta 13 cm
Este es el ejemplar más elaborado de los capi-teles de la mezquita de Madinat aI-Zahra'. Eltestigo de la corona inferior de hojas presenta
una particuiaridad: se trata del resto del pie de
una media hoja, con la siguiente estructura: e1
arranque del primer lóbulo se enrolla hasta en-
cerrar un pequeño círculo marcado por un agu-jero de trépano y el corte a bisel corre de unextremo al otro del mismo lóbulo. Debajo de
este caracol, nacen cllatro lóbulos en abanico y
de diferentes longitudes que rellenan el espacio
entre dicho primer lóbulo y el pie del capitel.
El lobulo que se encuentra más bajo está corta-
do a bisel, los otros tres son lisos, terminando
uno en punta redondeadal2. Aunque la corona
superior esté dañada, se puede observar que no
quedaría espacio para este motivo que es, ade-
más, característico sólo de la zona del pie del
capitel. Las dos puntas dobladas que se conser-
van muestran un fuerte relieve a bisel, compa-
rable al del equino. El elemento del caulículo
con hoja de envoltura está transformado en el
ornamento floral más complejo de toda la serie:
en vez de una, hay dos hojas de envoltura que
llegan al borde del cáIatc¡. Tienen forma de 'flor
de lis', con un lóbulo central redondeado pla-
no. Estas hojas enmarcan una especie de doble
palmeta o capullo: dos pequeños lóbulos cur-
vos constituyen un eje horizontai, desde donde
crece hacia arriba un gran capullo plrntiaglldocon centro cavado y flanqueado por dos lobuli-tos redondeados; y hacia abajo, cuatro finos ló-bulos cortados a bisel, de los que sale otro capu-
llo almendrado liso. En la otra cara del mismo
fragmento con voluta, por el contrario, aparece
la flor de cuatro pétalos del modelo clásico cuya
sustitución habíamos observado antes; sin em-
bargo, entre ella y el astrágalo se insertó tam-
bién un pequeño brote.
E1 astrágalo adquiere acluí su forma clásica, con
dos pequeñas perlas alternando con unaa).arga-
da. La decoración típica a base de lóbulos cubre
el equino y la carteia. Como en ).apieza n." 11,
una concha ocr-rpa el centro de la voluta estre-
llada; al lado de una de las dos volutas conser-
vadas (no visible en la foto), el lóbulo del equi-
no termina en Lrn peqlreño caracol y dos hoji-tas.
Una hoja lanceolada se ace rca a la esquina de las
volutas, llegando con su punta a la esquina del
ábaco.
Compárese con el n.'18.
61+MZ 943 (fragmento con voluta) (1ám. 5e)
::" cm; a1t. eqr-rino 9 cm; diám. voluta 13
18.
119
El fragmento conserva una voluta completa es-
trellada con su concha central, ia punta de lahoja situada debajo de Ia esquina de las volu-tas, un resto del astrágalo ciásico (se observa
una perla pequeña y parte de otra alargada)y,al
Iado de la voluta, un fragmento del equino con
el primer lóbulo de su relieve fo¡mando una pe-
queña voluta con dos hojitas, ya observada en el
capitel n.' 17. Se podría tratar de un fragmento
del capitel n." 17 o, lo que es más probable, de
un paralelo exacto.
addendum: 64MZ 846Con astrágalo, equino con lóbulo enroliado yvoluta con concha, este fragmento sin lugar a
duda formaba parte de los n." 17 ó 18.
19. 64 MZ 97 I (fragmento con parte del ábaco y
de una voluta) (lám. i02l ,J x 39"5 142] cn't
alt. astrágalo ca. 2 cm, alt. equino 7 cm; alt.ábaco 4 cm, diám. voluta 11 cm
Aparecen restos de la corona superior de hojas
con contorno en zig-zag, ya qlre las medias lu-nas en que terminan los lóbulos están recorta-
das muy Iimpiamente; hola de envoltura de ttes
lobulitos con punta aguda; astrágalo en forma
de cuerda. Los lóbulos que decoran el equino
irradian de una palmeta central qlre es similara las palmetas del capitel n." 17'. encima de dos
lóbulos enrollados alrededor de unos grandes
agujeros de trépano, sube un capullo con cen-
tro cavado y flanqueado por dos hojitas redon-
deadas. En el centro de la voluta estrellada hay
una concha y un triángulo liso ocupa el espacio
entre la voluta y Ia punta de1 ábaco (rota).
20. 64MZ I49 (fragmento de pie de capitel) (1ám.
6a)
alt. torona in[. 16,5 cm
Un fragmento de la corona inferior de hojas
está sin terminar de elaborar, pues ia hoja exte-
ma de la izquierda no tiene relieve. Las medias
lunas en las que terminan los lóbulos quedaron
rellenas, en contraste, por ejemplo, con las ho-jas del capitel n." 19, donde dichas medias lu-nas fueron cortadas por dentro y por fuera. Se
parece a Ios n.u I, 4,I ,8, 10, 1 1.
21. Fragmentos con o s/n (lám. 6b-e)
420
Varios fragmentos con hojas y una serie de frag-
mentos de capiteles de mayor tamaño.
Ent¡e los fragmentos hay tanta variedad de de-
talle como en los capiteles presentados arriba,
por ejemplo: en el fragmenro 64 MZ Cl11tl(lám. 6b), vemos hojas de la corona inferior 1i-
sas; en el 64MZ l')5 (Iám.6c), las hojas de la
corona inferior tienen un relieve muy poco pro-fundo y blando. En la punta de hoja 64 MZl4O (lám.6d), por contrario, el corte a bisel es
limpio y profundo (compárese con el cap. 17,
lám. 5b), y su dibujo tiene detalle. El fragmen-
to s/n. (lám. 6e) muestra una estructura en la
parte superior de la hoja (debajo de la voluta)que se parece a otras de la serie (p. e., lám. 1a,
4d) y que se mantendrá en los capiteles del Sa-
lón Rico (lám. 8c).
22. fragmentos con o s/n (1ám. 6f-h)Varios fragmentos de volutas que ostentan bo-tón liso, botón rehundido, concha lisa o concha
elaborada.
23. sln (fragmento de cálato con líneas debajo del
pie, sin fotografía)
Parte del nírcleo de un capitel en cuyo asiento
se conservan líneas incisas, en ocho manojos (o
sea, cuatro que se crllzan en el punto central) de
tres iíneasrr.
s/n (capitel recompuesto de muchos fragmen-
tos, sin fotografía)
46 x? x32 cm
s/n (capitel de altura completa, con relieve des-
trozado, sin fotografía)
alt. total 45 cmEl excavador de la mezquita relata qr-re se halla-
ron los siguientes capiteles en el patio: n." 4,5,7,9-1I,I3,It, 16,19, y en el oratorio, n." 1,
3 y 1414.
ANALISIS DEL CONJUNTO
En cuanto a la forma del cuerpo, nuestra serie
es mlry homogénea. Su decoración esculpida, igual-mente bastante uniforme, presenta algo más de va-
riación. Por eso, la secuencia del n." A / n." I al
n.' 19 del catálogo se ha establecido según el grado
de complejidad de su relieve. Los capiteles n." 2l a
l1
2t
25 están demasiado incompletos para encajarlos en
esta progresión. El n." A, conservado en el Museo
Arqueológico Provincial de Córdoba, ya fue atri-buido a la misma serie por D. Félix Hernández Gi-ménez en base a argumentos comparativos. Aunque
compartimos ai cien por cien esta atribución, no
tenemos ninguna prueba definitiva de que Ia pieza
haya sido utllizada en la mezquita palatina.
Los capiteles grandes miden entre 44,5 y 4l ,1
cm -en los ejemplares más completos, alrededor
de una media de 46 cm de alto y 46 cm de máxi-mo ancho-, y los dos capiteles mas pequeños arro-jan un ancho y una altura de 24,5-2),5 cm. El diá-metro del pie de Ios primeros mide entre 21 y 33
cm, el de los segundos unos 15,5 cm. No sabemos
con exactitlld cuál era el codo nta'muní en aquel
momento; Félix Hernández dedujo que equivalía
alrededor de 4l cm, lo cual cuadraría suficiente-
mente bien con Ia altura media del grupo de capi-
teles estudiados por lo que suponemos que el cubo
a partir del cual se esculpió el capitel tenía un lado
de un codol¡.
Es interesante observar que en eI área del Salón
Rico fileron encontrados dos lotes de capiteles cuya
medida básica es cliferente. Según Patrice Cressier't,
los capiteles de los arcos de la nave axial miden 13145
cm de lado y 28129 cm de diámetro en Ia base, y los
de los vanos laterales de la sal¿r sur miden 3413J cm
y 22123 el diámetro de la base , con lo cual su propor-
ción ya está cambiando ligeramente desde la t¡on-cocónica hacia la cilíndrica. Cressier contrasta estas
medidas con otras de la mezqr-rita mayor de Córdoba,
donde la altura de los capiteles labrados en tiempos
de 'Abd al-Rahman III para transformaciones pun-
tuales de la sala de 'Abd al-Rahman II alcanza J2
cm. Entre los capiteles de la mezquita de Madinat
al-Zahn', hay dos cuyo ancho llega hasta 50-52 cm.
Parece aventurado, de todas formas, intentar hacer
cualquier deducción sobre canteros o incluso equipos
en base a estas variaciones.
El estado de las piezas no permite establecer e1
esquema de medidas básicas con claridad y detalle.
En paréntesis [], se indican las medidas originales
reconstruibles o estimadas. Resulta:
Capiteles grandes, y capitel mediano (n." A, en el MAP de Córdoba):
a) altura: media de'16 cm
b) máximo ancho (ábaco): media de 46 cm
c) diámetro pie: media de 2) I )) cm
d) diámetro ecluino: = alt. capitel? (véase n." 7) - diám. de La "planta del ábaco" (expresión de Pavón Maldonado)
e) alt. corona inferior de hojas: 15-20 cm
f) ancho holas de la corona inferior: 1 1-12 cm (n." 4)
g) alt. corona superior de hojas: 11,1-l 5,5 cm
h) alt. astrágalo: 2-1 cm
i) alt. equino: 7-9 cm
j) ait. zona de volutas: 2 cm
k) alt. ábaco: 3,5-4,1 cm
l) diámetro voluta: 11-13 cm
N." a b tl e f g
A r4,5 l +,j l 1.5 10
2L) lt] 28 l?l
2 46 +6,5 23t31 l?l
l 16 ll.5 l?l I1 19,t
I 26t /1 28 I?l 26 20 L1 T2
5 45,1 45.1 {161 5 l8
6 15 141 t) 28.1 {.i1 l
1 4a 40 t12t1 26 1211 4L,t [?] It 12.5
u 10 I?l j8.5 {?l
10 45 41 ll 18.5 rl
42r
LL .i7.5 \1 .5 150/l 21.5 L 7.5 Itt3 11,5 28 Ii5l 1 9.i Il,17 l L+.t 1 1,)
I1 ,11t 1.18/l 29 []r1l 15,5 15,5
t5 l9 I.1l,5l 41
I7 28 I,l5l Ll-15 11.5
is )- \ lr1 19.1 1421
20 L 6,5
I 46 l/) a2
2t +5 I?l
Capiteles pequeños (n." ) y L2):
a) altura: 24,5 Q5)-25,5 cm
b) máximo ancho: 22 I?l-21,5 (26) cm
c) diámetro pie: 1i,5 cm
e) alt. corona :inf.: 8 cm
g) alt. corona sup.: 8 cm
h) a1t. astrágalo: I,)-2 cm
i) alt. equino: 3,i-1,5 cm
k) alt. ábaco: 2,) cm
l) diám. voluta: 6.1-7 cm
ESTUDIO ESTILÍSTICO-COMPARATIVO
Al margen de los problemas métricos, los esti-
lísticos resultan también del mayor interés. EI ca-
tálogo elaboraclo en 1993 por Carlos Márquez Mo-
reno de los capiteles romanos de Corduba, Colonia
Patricia -catálogo qriizás no completo, pero sí voiu-minoso- compre nde )2I piezas. Sólo diez de ellas
son capiteles compuestos. Claramente, el tipo más
importante en la arquitectura cordobesa durante el
principado era el corintio. Siete capiteles complres-
tos romanos reaprovechados en la mezquita ma-
yor forman un grupo estilístico diferenciado (lám.
Sd)tt. En ellos, ia corona inferior cie hojas siempre
despliega un acanto espinoso con profr-rndos cana-
les y ojos de trépano; los segmentos de las hojas se
componen de varios foliolos. En algunos, la coro-
na superior de hojas demuestra una alternancia en-
tre hojas de acanto y'hojas de palma'. Las'hojas de
palma' se componen de foliolos individuales sepa-
rados por canales qlre corren más o menos paralelos.
Dichos foliolos terminan en un corte ancho, no en
punta. Se nota el fuerte uso del trépano. Esta susti-
tución del acanto parece agudizarse con el tiempo.
422
De la época visigoda, una gran parte de los ca-
piteles conservados en Córdoba se encuentran en la
mezquita mayor: en total 68 ejemplares de Ios cua-
les 16, o sea casi una cuarta parte, son del tipo com-puesto'8. Hay que destacar que todos ellos, con una
sola excepción, tienen hojas lisas. Por el contrario,en la misma mezquita aljama, entre los 16 capite-les islámicos emirales (ampliación de 'Abd al-Rah-man II terminada en 8,18) ninguno corresponde al
tipo compuesto. En la periferia de Ia Península Ibé-rica, el panorama del capitel visigodo compuesto
es amplio. En la iglesia regia asturiana de San Ju-lián de los Prados, por ejemplo, unos capiteles vr-
sigodos reutilizados ofrecen interpretaciones libres
de los elementos del compuesto, aunque incluyen-
do caulícuios (1ám. 9b)Le. AI mismo tiempo, sabe-
mos que existía en el mundo visigodo la capacidad
de trabajar a otro nivel, como lo prueba en la basí-
lica del rey Recesvinto de San Juan de Baños en Pa-
lencia una copia de casi total perfección del corintioc1ásico20 situada cerca del ábside central, Lrn proce-
so que se repetirá en el mihrab de 'Abd al-RahmanII en la aljama de Córdoba2t. Otros dos capiteles de
Baños -derivados del corintio- mlrestran un traba-jo a bisel más rígido; uno de ellos (1ám. 9c) ofre-
ce la particularidad de conectar dos hojas vecinas
por Lrna media Iuna de compás. Aquel método loencontramos también, por ejemplo, en un capitel
corintizante visigodo en Ia mezquita mayor de Cór-
doba". ¿Se daría desde ailí el paso para enrollar el
primer lóbulo de la hoja en una pequeña voluta? Es
un motivo que aparece en un capitel de la mezquitapalatina, al igual que en un fragmento de otro del
patio de la misma (Iám. ia, b, d). Un edificio más
temprano, de mediados del s. IX, que ofrece este
detalle es el mirador del rey asturiano Ramiro lla-mado Santa María de Naranco en Oviedo (lám. 9d).
Se observa también en un pequeño capitel islámico
de piedra caliza del Museo Arqueológico Provin-cial de Córdoba, que parece ser emiral (lám. 80'?r.
La mencionada serie cordobesa de capiteles com-puestos lisos de época visigoda, tiene un paralelo
estrecho en Mérida, en Ia Alcazaba (lám. !e) y en el
patio del Parador. Al grupo se añade alguna pieza
suelta en Sevilla y Granada (lám. 90. Sus caracterís-
ticas fundamentales son: proporciones compactas, a
veces con cáIato alargado; hojas carnosas, las de las
esquinas en la corona superior conectadas con el so-
porte de las volutas (o discos), en algún caso tras ser
alargadas, en otros a través de un filete o una hojitaque desciende desde la voluta y la cubre. El corte de
la esquina de voh-rtas tiende hacia la forma triangu-lar. EI borde del cálato y el equino quedan marca-
dos por dos canalilios o astrágalo y ovas. En pocas
de estas piezas se dá, entre el cálato y el ábaco, la
zona retrocedida de la cual salen las volutas; éstas,
sólo en un caso llevan Ias hojitas aflechadas miran-do hacia el equino y la llor de cuatro pétalos en el
centro. IJn elemento macizo de esquina es su sopor-
te, a cuyas caras están 'pegadas'. En la mayoría de
ejemplares, las volutas ya no forman espirales, sino
qlre están reducidas a unos sencillos discos, como en
un capitel granadino en el Museo de la Alhambra(lám. 90"'. Ya que nuestros capiteles ostentan una
técnica a bisel bastante fina, en cuanto al manejo de
herramientas, sí que se puede comparar con el corte
a bisel muy limpio (lám. 9a), aunque hayamos ob-
servado antes que el corte en la mezquita palatina
es en "v" asimétrica, mientras que en los ejemplos
visigodos es en "v" simétrica. Como es sabido, la
técnica a bisel en general estaba muy difundida en
el relieve visigodo, sobre todo del s. VII avanzado, e
iba a se¡ característica de los capiteles mozárabes.
Entre los 66 capiteles que Patrice Cressier atri-buyó a Ia época emiral2s -en algunos casos con
grandes dudas o reservas-, sólo siete son compues-
tos. Aparte de la coincidencia de la conservación,
tendencialmente confirman que el tipo compuesto,
antes de la época de 'Abd al-Rahman III, no tuvouna importancia especial.
Todos ellos muestran Lrna enorme heterogenei-
dad. En cuanto a la técnica escultórica. entre los
capiteles emirales de la mezquita mayor de Córdo-
ba, por ejemplo, algunos están elaborados con el
corte a bisel, en combinación con el trépano, so-
bre todo para los 'ojo5'':r'. En otros, se observa mu-cha más maestría, sobre todo los cuatro que flan-
quean el tnihrab (originalmente el de 'Abd al-Rah-
man II, t¡asladados al de al-Hakam Ii) y que copian
modelos clásicos con gran fidelidad2r. Esta fuer-
te corriente de reviviscencia de tipos romanos, la
ilust¡an tambien un capitel complresto en Londres
(lám. 10a)28, y otro en Granada2e. Un follaje empa-
rentado, pero más simplificado, se encuentra en un
capitel cordobés (del tipo con clratro hojas de esqui-
na) conservado en el Museo Arqueológico Nacio-nalj0. En éste, el contorno de las hojas de la corona
inferior ya aparece'serrado', aunque no tan regular-
mente como en los capiteles de la mezquita palati-na (p. e., Ián. 4d). Las hojas de esquina superiores,
a su vez, terminan en una media luna rellena, como
algunas de nuestra serie (p. e., lám. 3a). Si compa-
ramos el capitel de Londres (lám. 10a) con dos capi-
teles emirales de Sevilia (lám. 1Ob)lt, observamos losiguiente: el acanto de la corona inferior se ha hecho
en Sevilla más rígido: sus lóbulos aquí tienen todos
los mismos ojos triangulares, están separados por
canalillos desde el pie del capitel y dejan notar el
uso del compás para slr curva, 1o que no se dá en el
capitel de Londres. La corona superior en el de Sevi-
lla ya no es de acanto, sino de hojas rígidas 'de pal-ma', con lóbulos paralelos ligeramente curvos que
terminan no en punta, sino en línea recta, con una
superficie ligeramente cóncava. La vena medial está
perforada con agujeros de trépano, un ornamento
que ya se realizaba en época visigoda¡2. Los caulícu-
los, sencillos en el londinense, y terminando en dos
hojitas lisas de las que sale un tallo que lleva flor yotra hojita, en el de Sevilla, se componen de lóbulos
lanceolados con la llor sentada encima del caulícu-
Io. Astrágalo y ovas en el sevillano han perdido algo
de su plasticidad, las hojitas aflechadas salientes de
las volutas aparecen como pequeñas alas, y en las
volutas mismas, trabajadas con mucha penetración,
unas profundas líneas de sombra separan tallo y ho-jas, al mismo tiempo que en dichas hojas se ha dado
el paso definitivo desde cierto movimiento natura-
lista a Ia seriación gráf.ca. O sea, la tridimensionali-dacl se mantiene a través del juego entre superficie y
perforación, mientras que Ia ornamentación se acer-
caala bidimensionalidad. Lo mismo sucede con la
flor del ábaco y el 'friso de cañas' inclinado que re-
corre las caras del ábaco. Es una rama entre varias
42a
en el desarrollo del capitel emiral que tendrá cierro
reflejo en los de la mezquita paiatina.
Volviendo a Córdoba, hay dos capiteles emira-
Ies en el Museo Arqueológico Provincial que nos
interesan por ciertos rasgos. El primero (lám. 10c)
es un compuesto con una sola corona de 'acanto',
sín caulículos pero con hnos tallos llevando media
palmeta en vez de hoja de envoltura y flor; conrario
de perlas muy alargadas y huesecillos -los propios'astrágalos' marcados con grandes agujeros de tré-
pano, y ovas y flechitas en el equino- todo esto sin
demostrar una clara compresión del modelo clásico.
En las volutas, Ia copia del vástago de hojas qlre ter-
mina en la voluta es difícil de reconocer, y no tie-ne una conexión orgánica con los demás elementos.
De hecho, parece que en vez de arrancar de Ia zona
entre el equino y el ábaco, Ias hojas bajan desde las
caras del ábaco mismo. La vista de esquina de las
volutas mllestra que ya se está preparando la 'rueda'
típica de los capiteles califales. Desde el pie del ca-
pitel, el diámetro del cálato crece casi desproporcio-
nadamente. Este ensache es similar al del segundo
capitel (lám. 10d), el cual, sin embargo, tiene otra
relación de altura, resultando un cuerpo netamen-
te troncocónico. La relativa altura se debe a las cua-
tro grandes hojas de esquina encima de la primeracorona; entre ellas, un cáliz de hojas sube hacia las
volutas, pero no Ilega a formarlas claramente. Más
bien, las volutas parecen salir de un cuádruple ani-
llo clasificable como "equino", aunque el follaje no
corresponda al tipo compuesto. Los elementos com-
parables con los capiteles de nuestro estudio son ese
tratam.iento independiente de las volutas, la rose-
ta de pequeños lóbulos qLre ocupa las volutas ¡ a
modo de contraste, la superficie calada del cálato: si
en los capiteles de ia mezqr-rita de Madinat al-Zahraapenas se empleó el trépano (salvo en algunos de-
talles), y la diferencia con el subsiguiente estilo de'nido de abeja' resulta enorme , no es porque no haya
habido aírn Ia tendencia hacia disolver la superficie,
pues esta voluntad es patente (detalles a trépano en
la mezquita palatina: lám. 5b y c: el astrágalo está
profundamente marcado, igual que los brotes que
salen de los caulículos; lám. 4b y c: muestra el uso
del trépano para las hojas de envoltura, contario de
trenza de dos cintas; lám.5f decoración de la carte-
Ia; Iám.4d: lóbulos y curva de la voluta).
424
En los capiteles de la mezquita de Madinat al-Zahra', las proporciones dei cálato son tan conci-sas como en el capitel fuertemente clasicisante de
Londres (lám. 10a) o los visigodos de hojas lisas en
la mezquita mayor de Córdobarr. La corona supe-
rior de hojas llega hasta el borde del cálato; como
en otra pieza emiral exquis.ita, pero de proceden-
cia desconocidaia, unas hojas de envoltura llenan los
vacíos entre hojas y astrágalo, así que toda la super-
ficie del cálato está cubierta con relieve. La impre-sión que ofrece nuestra serie es la de un tipo ma-
duro que enlaza con diferentes corrientes emirales,
simplificándolas. Al mismo tiempo que su relieve
no mantiene la profundidad y dinámica, eI caráctet
plástico es más fuerte que su ornamentación.Todavía anteriores a los capiteles de Ia mez-
quita palatina, p^ra la fase del emirato de 'Abd ar-
Rahman III y el primer decenio de su califato nos
orientan aigo unos capiteles con epigrafía que, a su
vez, también comprueban la transición del cuerpo
troncocónico al cilíndrico; el follaje, por el contra-rio, empieza a formar la 'malla'r5. En este ambien-te, parece cuadrar también un capitel compuesto en
Córdoba, en el patio de la antigua sede del Banco
Pedro López (lám. 10e). El cálato se encuentra re-
cubierto con dos coronas de hojas de acanto blan-do, que llevan acentos de trépano. Entre las I'rojas
superiores, la superflcie está rellena con caulículoscon pequeñas hojas de envoltura. Las volutas, ad-
quiriendo ya la forma de rueda, hacen contacto con
las hojas de esquina. Esta organización del relieve
es igual en Ios capiteles de nuestro estudio. En el
ejemplar cordobés, el contario y el equino llevanlos motivos clásicos; en otro capitel, en el Alcázar
de Sevilla (lám. 100, éstos se han transformado en
ornamentos de hojitas. Las volutas, desde su arran-
que, consisten en tallos planos con hojas puntia-gudas marcadas por profundas sombras; el capiteln.' 14 de nlrestro conl'unto (lám. 4d), aunque muymutilado, deja reconocer una voluta similar, con ladiferencia de que el relieve empiez donde Ia volu-ta sobresale más aIIá de la superficie del equino (loque es una constante en todo el conjunto). Visras
por la diagonal del capitel, aparecen como ruedas
tripartitas; en vez de la hola Ianceolada que cubriríasu per6l subiendo desde abajo, sale entre la volutay la esquina del ábaco una hoja corta que se enrollahaciaarriba. Las cartelas ostentan, en su mayoría, la
hoja de palma esquemática que se adapta al rectán-
gulo, surcada con el trépano. Por las caras del ába-
co, corre un fino canalillo que falta en la serie de la
mezquita palatina.
Por último, hay que observar un capitel muti-lado de las terrazas superiores de Madinat al-Zahra'
publicado por Pavón Maldonado (lám. 1la)'6. Cres-
sier hace referencia al mismo en comparación con
otro ejemplar del Museo Arqueológico Provincial
de Córdoba que llega a clasifrcar como "inmedia-
tamente pre-califal" y "de transición" por su acan-
rolr, asumiendo esa continuidad del acanto clásico
espinoso, el capitel de las terrazas no representa una'reviviscencia' del acanto, sino que los capiteles de
la mezquita representan un hiato en esta tradición.
Por otro lado, el abandono de la forma 'naturalista',
como hemos dicho arriba, ya estaba avanzando, y
un capitel de Granada fechado en 340H1 95112 de
nuestra era, que fue publicado por Manuel OcañaJ8,
demuestra que unos diez años después de labrarse
nuestra serie, las dos corrientes se fundían de ma-
nera sofisticada.
Dadas tales variantes en el mismo contexto cro-
nológico y geográfico, debemos asumir que los can-
teros de la mezquita de Madinat al-Zahn' tuvieron
ocasión, en cuanto a modelos y corrientes, de elegir
entre distintas opciones, por un lado, y por otro,
como subrayan las fuentes, no disponían de mucho
tiempo: solo un ai'o. La deliberación, por tanto, es-
taba condicionada por las circunstanciasle. Incluso,
inferimos que se eligió la piedra calizablanca, por
su parecido de color con el mármol, mientras que su
textura blanda se trabajaba mucho más rápidamen-
te. Y precisamente por la escasez de tiempo dispo-
nible, tenemos que contar con un equipo bastante
nlrmeroso de tallistas; posiblemente, diferences in-dividuos trabajaban en las dife¡entes etapas de la
producción del capitel. Para conseguir una relativa
uniformidad en las dos series de capiteles (grandes
y pequeños), 1o más operativo era una cierta simpli-cidad en la traza. Esta observación puede extender-
se hasta la proporción cúbica.
Para los capitelillos se recurrió a otras posibili-dades, al igual que para un capitel de pilastra (lám.
11b) cuyo fragmento fue publicado por Pavón Mal-donadoa" en dibu¡o, y que ostenta hojas blandas y'ojos' a trépano.
En los capiteles de columna, los canteros re-
unieron varias tendencias y corrientes: una, retros-
pectiva en el fuerte uso del bisel; otra, mucho me-
nos prominente, convirtiendo el repertorio fltomor-
fo en ornamentación gráfrrca, con tendencia, en ter-
cer lugar, hacia el tipo 'encaje'; por írltimo, 1a deci-
sión de crear una serie homogenea, con ligeras va-
riaciones, que sí denota un ideal clasicista. Esta de-
cisión está en contraste con Ia mezcla de tipos en
los capiteles emirales de la aljama de Córdoba, don-
de llevaban significados específicos en sus distintos
emplazamientos. En consecuencia, deducimos que
bajo 'Abd al-Rahman III ha madurado una volun-
tad de definir un 'estilo propio' a través de la pro-
ducción de series, cuya primera realtzactón encon-
tramos en la mezquita palatina, después en el Salón
Rico, y por fin, IIevará a la ya'producción en masa'
en las siguientes ampliaciones de ia aljama de Cór-
doba.
La novedosa preferencia del tipo compuesto, la
proporción, y la organización de los elementos de-
corativos de los capiteles de la mezquita de Madi-
nat al-Zahra' se mantuvieron en los capiteles califa-
les posteriores. Por eso, nlrestro conjunto se puede
clasificar como clave para concluir un período de
formaciónr', que, en mí opinión, quedó tan simple
y austero en su follaje por la brevedad de tiempo
disponible, dando paso al enfoque total y virtuoso
en ei follaje a un nivel de increible suntuosidad en
el Salón Rico, donde los canteros tuvieron la liber-
tad de desplegar sus capacidades. Su maestría ya se
formaba, o incluso ya existía, a la hora de trabaiar
parala mezquita. Adaptándose a las circunstancias,
el director del taller encontró una solución elegante
para los capiteles del templo que por io menos era
el segundo en importanctapara el califato en el mo-
mento de su construcción.
CATÁLOGO DE LOS CAPITELILLOS
Los catorce capitelillos que se conservan son to-
dos diferentes entre sí'i'. Esta heterogeneidad con-
trasta con la uniformidad seriada de los capiteles de
columna. Están hechos en otro tipo de piedra caliza
de grano muy fino. Las cuatro piezas mejor conser-
vadas (n.' 1-4) tienen e n común que una de sus cua-
tro caras es lisa, cortada en vertical, para ser adosa-
da aI aparelo de un vano (arquería ciega o ventana).
42t
Sus basas respectivas comparten este rasgo. El relie-
ve de las tres caras de los capiteles distingue entre
el frente y los lados. Los agujeros y rombos de tré-
pano tienen hasta 1 cm. de profundidad, con lo cual
ofrecen unas zonas de sombra muy destacadas. En la
parte superior de los capiteles se conserva el esque-
ma de las líneas de preparación.
1. (Neg. MaZ 2002-241 ,2002-212) (Iám.7a,l y7 b,1)15 x 16 cm.
alt. corona in{. 12 cm; diám. disco en el ábaco
10 cm; aln. ábaco 2 cm.
De esta pieza mutilada sólo se conservan ias
dos volutas traseras. Una hoja lanceolada cu-
bre el perfrl de las volutas, en el centro de las
cuales está ubicado un pequeño racimo de uvas
colgante. Las hojas de la corona inferior tienen
una vena medial de filete, pequeños lobulitos
iniciales horizontales, lóbulos tiesos que sr-rben
en diagonal con grandes ojos de trépano y va-
nos entre hojas romboidales. La superficie de la
zona superior -segunda corona de hojas, carte-
las- está demasiado destrozada para evaluarla,
pero se habrá parecido mucho a la pieza n." 2.
La voluta sale de una hoja serrada. En el ábaco,
la única decoración es un canal horizontal inin-terrumpido.
2. (Neg. MaZ2002-250,2OO2-2r3) (lám. 7a,2 y
lb,2)13 x 12 cm,
alt. corona lnf . 4,J cm; diám. disco en el ábaco
9 cm; alt. ábaco 2 cm.
En mejor estado de conservación, se reconoce
que este capitel, hermano del n." 1, es del tipo
corintizante con tendencia hacra el compuesto:
los cálices de las hoias no suben desde los cau-
lículos, sino que forman un peldaño (en el lu-gar del equino); las volutas, a sll vez, tampo-
co nacen de los cálices, sino que salen detrás de
las cartelas (compárese con los capiteles de co-
lumna, compuestos). Las hojas de las dos coro-
nas tienen la misma estructura que en el n.' 1,
con la superfrcie de las puntas mostrando surcos
que indican el ancho de los lóbulos. En la carte-
la se despliega un abanico de lóbulos muy sen-
cillos. La voluta aquí se enrosca como una sim-ple banda terminando en un pequeño botón. La
hoja lanceolada que conecta la voluta con la es-
quina del ábaco tiene un relieve interno.
3. (Neg. MaZ 2002-218, 2002-251) (Iam. 7 a, 3 y
]b,3)13 x 12,5 cm.
alt. corona inf. 5 cm; diám. disco en el ábaco
8,8 cm; alt. ábaco 1.5 cm.
Este capitel corintizante tiene dos coronas de
hojas parecidas a las de los n." 1 y 2; sin em-
bargo, la vena medial aquí no está defrnida en
sí. Entre la corona superior de hoias y la carte-
la están apretados los cálices de las hojas, care-
ciendo otravez de caulículo; y como en los n.''
1 y 2, las bandas de las sencillas volutas salen
detrás de la cartela (en vez de subir desde los
cálices existentes), reminiscencia, sin duda, del
tipo compuesto. En las cartelas hay un abani-
co de lóbulos rígidos. Las caras del ábaco tienen
una acanaladura horizontal.
4. (Neg. MaZ2002-249,2002-251) (lám. 7a,4y7b,4)16,5 x l3 cm,
alt. corona inf. 9 cm., diám. disco en el ábaco
9,J cm., aj:t. át>aco 2 cm.
Los lados quedaron sin relieve por su mitad. El
tipo compuesto está claramente definido por el
equino. Carece de corona superior y las hoias
de la única corona aparecen mr-ry altas, sin vena
medial, con lóbulos tiesos y puntiagudos que
dejan grandes rombos de somb¡a entre las ho-
jas. Un brote almendrado ocupa el centro del
equino. Por desgracia, Ia cartela está arrasada.
Presenta grandes volutas de lóbulos puntiagu-
dos (compárese con el n." 9) y las caras del ábaco
lisas.
l. (Neg. MaZ 2002-27 6) (1ám. 1 c, 1)
14 x 12 cm.
Pareja de1 n." ,1, de tamaño similar aunque el
relieve está en peor estado de conservación.
6. (Neg. MaZ 2002-256) (lám.7c, 6)
10,t {?l x 12 cm.
Gravemente mutilado. La superficie del relieve
está mlry desgastada; se reconocen dos coronas
de hojas con zonas de sombra, como las de los
n." 1 y 2. La voluta está formada con lóbulos
pLrntiagudos.
7. (Neg. MaZ 2002-260) (Iám. 7 c,1)7 x 11cm.Únicamente nos ha llegado un fragmento. Tie-
ne la voluta como la de ios n." 1 y 2, pero mejorejecutada con corte a bisel. El ábaco presenta
dos acanaladuras horizontales.
8. (Neg. MaZ2002-261) (lám.7c,8)) x 10,5 cm.
También se trata de un fragmento. La voluta es
como la del n." 7, con e1 ábaco con un canal ho-
rizontal.
9. (Neg. MaZ 2002-2J9) Qám. 1 c, 9)
8x12cm.Se conserva sólo un fragmento. La voluta es si-
milar a la del n." 4. Abaco con dos canales hori-zontales.
10. (Neg. MaZ 2002-278) (lám. 7c, 10)
11.5 x 10 l?l cm
Algo mutilado y con relieve bastante desgasta-
do, aunque aun se aprecian las profundas trepa-
naciones con qlre fue trabajado el follaje deco-
rativo. Presenta dos coronas de hojas de 'acanto
espinoso'. La zona entre las volutas queda poco
clara, si bien parece estar ocupada por lóbulos
qlre se unen en forma de brote en la cartela.
Las volutas nacen de ramas de acanto de lóbu-los muy puntiagudos (compárense con el no. !),terminando en sendos botones en las caras, tra-
bajadas también con profr-rndas incisiones de
trépano.
1i. (Neg. MaZ 2002-251) 0ám.7c, 1i)11x 13.5 cm.
Capitel compuesto muy mutilado, con Ia par-
te trasera sin elaborar. En el equino, unos lóbu-los suben c¡-rrvándose hacia una zona de sombra
central; Ios demás elementos fitomorfos, muydesgastados, parecen sencillos en su fábrica.
B¡ote (?) en la cartela.
12. (Neg. MaZ 2002-2i5) (lám. 7c,12)9x10cm.Fragmento de capitel compuesto al que le fal-tan las coronas de hojas. El único relieve ela-
bo¡ado está en el astrágalo, desproporcionada-
mente grande.
i3. (Neg. MaZ 2002-211) 0ám.1c,13)
12 x 12 cm.
Se trata de un capitel compuesto de proporcio-
nes cúbicas, poco elaborado.
t4. (Neg. MaZ 2002-258) (lám. 1c,14)8x12cm.Mitad superior de un capitel sin elaborar: sólo
está terminado el retroceso del ábaco.
BREVE ESTUDIO DE LOS CAPITELILLOS
La primera característica que desraca de Ia serie
de capitelillos es su falta de uniformidad. Sin em-
bargo, el material usado es siempre la misma cali-
za de grano frno. Los tamaños, en su mayoría in-completos, oscilan entre 12 y 16 cms. de altura.
En cuanto a los tipos, varían entre el compuesto y
el corintizante, con la particularidad de que los ca-
pitelillos corintizantes rellejan ciertos rasgos de los
complrestos, de forma un tanto híbrida.
En la superficie de los ábacos se han conserva-
do restos de ia preparación, con líneas incisas (lám.
11c, capitelillo n.' 1)4, al igual que en los capiteles
grandes. En comparación con los capiteles de co-
Iumna es notable, como ya mencionamos, el uso del
trépano para ahondar en la superficie del relieve y
crear pequeñas zonas de fuerte sombra. En algunos
ejemplares las hojas son reminiscencias del acanto
espinoso, en otros son 'de palma', pero con una es-
tructura ligeramente diferente a la de los capiteles
grandes: carecen de vena medial y sus lóbuios no
están cortados interiormente con el bisel. Sólo una
de las piezas ostenta un astrágalo. La decoración del
equino -en el único ejempiar donde aparece, el nn.
11- podría ser una transformación de las hojas en
forma de flecha del compuesto clásico. Las volutas
con lóbulos puntiagudos tienen paralelos entre los
capiteles grandes. La mezcla de formas, por Io de-
más, confirma que los canteros tenían la costumbre
de disponer de un abanico de variantes, tal como las
hemos observado en el capitel emiral. El resultado
de su empleo en los capitelillos, por otro lado, no
permite obtene¡ conclusiones sobre intenciones es-
tilísticas o iconográficas.
Lo que queda claro, una vez más, es la sobresa-
liente coherencia en la serie de los capiteles de co-
lumna.
+21
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Origen de fotos y dibujos:
Lám. Ia, l>;4a;8a,b, f; )a-c, e, f; 10c-f; 11,
fig. 1 (dibujo): Sabine Noack-Haley.Lál:l'. Ic-e;2t-f; 3a-{; 4l¡-f; 5a-f; 6a-h; 7a-c: Conjunto Arqueo-lógico Madinat al-Zahra'. Lám. 8c: CRESSIER,P. (199t), foto 15; lám. 8d: E\fERT, C., \7ISS-HAK, J.-P. (1981), Iám. 53f; lám. 8e : CRESSIER,
P. (I99t), foto 8; lám. 9d: Instituto ArqueológicoAlemán; lám. 10a: CRESSIER, P. (1985), Iám. 63e;lám. 10b: CRESSIER, P. (198t), Iár'. 6jl>; lám.1la: PAVÓN MALDONADO, B. (tg6r,tám.24;Lám. 1rb: PAVÓN MALDONADO, B. (tg66a),frg.20.
4jo
NOTAS
1.. LÓPEZ Cuervo, S. (198t), pp. 120-12>; HERNÁNDEZGIMÉNEZ, F. (198'), P. 9{); LABARTA,4., BARCELÓ,
C. (1987), p. 96s. En Ia cliscusión surgió la pregunta de Ia
rel¿rción entre ltr fechtr de Ia findación de Maclinat ¿rl-Z¡r-
hra'-936 d. C.- y 1a fecha de la construcción de su mezclui-
ta. ¿Hubo, en realidad, cuat¡o años para construirla, o no
se empezó a primera hora? Es una incógnita que quizás se
podría resolver a través de investigaciones arqueológicas de
toda ia zona concernida.
2. Sobre la excavación: PAVÓN MALDONADO,B. (r966a).
3. Se trata de una piedra caliza procedente de las canteras de
Cabra, en Ia Sierra Subbética.,i. NOACK-HALEY, S. (1991), p. e. láms. 1a. e, 2b. e, 5d,
1 lc, 18d.
5. Es dc pieclrar caliza bLanca, pero como sólo midc 21,5 cm de
alto y 1 5 cm de anchc¡ en el ábaco, puede haber pertenecido
a algún arco ciego, con lo cual, conceptualmente estaría más
cerca de los capitelillos. El origen de esta forma de hacer re-
sulta difícil de cleterminar y tampoco he podido verific¡r si
se encllentra en la mezquita mayor de Córdoba, en sus dos
primeras fáses.
6. Véase también, PAVÓN MALDONADO, B. (1966a), lám.
II.7. El hecho de que Ia venera tenga un significado en el am-
biente strgrado es patente en Ia mezquita mayor de Córdoba,
donde no sólo forma Ia cÍrpula del nibrab, sino que tambien
aparcce en los arcos, paredes y cúpulas de \a nac1snu. En el
artc cristiano, donde aparece frecuentemente, la venera sim-
boliza ia concepción de María y Ia enc¿rnación dcl /ogai divi-no, una interpretación no adoptada en el ¿rrte islámico. Pcro
cuidado: este motivo aparece también en el ¡elieve del Sa-
lón Rico, en las dovelas de los arcos (véase, p. e., STEIIN, H.
i1916l, lám. 51c).
8. Sobre los capireles del Salón ltico: CRESSIER, P (1995).
9. PAVÓN MALDONADO, B. (1966a), hgs. 11, 12, 18, 19.
10. PAVÓN MALDONADO, B. (1966a), Iám. 27, izquierda,
arriba. Según D. Salvador Escobar, restaurador del Conjunro
Arqueológico, este capitelillo se encuentra extraviado desde
los primeros años de la década de 1980, pues en I 985 ai rei-
nicia¡se los trabajos en el yacimiento 1a pieza no se halió en
el ¿rlmacén en que se custodiaba.
11. N. R. 2.465; recuperado de la c./ Alfonso XIII; HERNÁN-DEZ GIMÉNEZ, F. (19¡J5), p. 90: "de ias dimensiones mis-
mas de los de dicha mezcluita y del que tenemos por verosi-
mil que proceda cle ell¿". L¿ decoración cle la pieza es Ia mis-
ma que la de los capiteles de la mezquita, pero las medidas
no lo son pues este capitel tiene unas dimensiones interme-
dias cntre las cle los capiteles grandes' y las de los 'capite-
Ies pequeños". En consecuencia, es, por un lado, sumamente
probable que proceda dc la mezquita, pero, por otro, no per-
tenece ¿ Ia serie de capiteles dc columna del oratorio y frrio.Félix Hernández también hizo referencia a un capitel que
clesgraciadamente nos resulta desconocido, del cual dice que
es "dc mucha mejor talla{...l, perteneciente a los herederos
de clon Raficl Bernier, de Cordoba, de igual tipo y de igual
clase de piedra que los del expresado oratorio, pero de 27 cm
de aitura, que muy bien pudiera corresponder a alguna par-
te de éste".
12. El cambio, en un mismo relieve, entre cor¡e a bisel y superh-
cic plana, ya se observa en la f-¿rse ta¡dí¿r cle la época visrgoda
(San Pedro de la Nave): IJLBERT, T. (1971), pp. lls.13. Compá¡eseconlapreparacióndeiábaco, lám. 11, fig. 1.
1,1 PAVÓN MALDONADO, B. (1966A), IáMS. XIII-XVII.1t. HERNÁNDEZ GIMÉNEZ, F. (1961). Las equivalencias
de codos calculadas para la arquitectura de Ia mezquita son
otras, según PAVÓN MALDONADO, B. (1966a), p. 26s
16. CRESSIEIt, P (1995), p. 87.
17. E\IERT, C., $/ISSHAK, J.-P (1981), lám. 54a-d.
18. E\{/ERT, C., \íiSSHAK, J.-P (1981), Iám. 60.
19. NOACK, S. (19864).
20. HAUSCHILD (1990), Iám. III; SCHLUNK, H., HAUS-
CFIILD, T. (1978), p. 21 L.
EI fenómeno se observa de forma parecida en San Fructuoso
de Montelios: SCHLLINK, H., HAUSCHILD, T. (197U),
láms. L06, 1OU.
21. E\(/ERT, C., \IISSHAK,J.-P (1981), p. 1130s, lám.6ic-f-.
22. E\{/ERT, C., \(/ISSHAK, J.-P (1981), lám. 56c, también
ljm'.5si, s6h. J. c, s-e.
23. Este carpitel fie publicado por SANTOS GENER, S. DE
LOS (1946-47), p. 9'1, Iám. XXIX,i. Dejo fuera de la dis-
crrsión otro ejemplar con este detalle, que es un capitel bien
conocido y extraño en Ia Qal'a des Beni Hammad, en Arge-
lia: BOUROUIBA, R. (1970), p. 441 , hs.7 .
2t1. Es importarnte oLrservar que las volutas-discos mismas no
forman la esquina, sino que Ia esquina aparece como una ex-
2t.26.
21 .
28.
tensión inorgánica del cálato para servir de soporte.
CRESSTER, P (1984).
P e. E\üZERT, C., \{/ISSHAK, J.-P (1981), lám. 62f .
E\IERT, C., $üISSHAK, J.-P (1981), Iám. 61c-f.
Victoria & Albert Museum, lprocedente de Córdobai' CAS-
TEJÓN, R. (1964-65b), p. l2Os. sugiere que deriva de Ma-
clinat a|-Zahra'; CRESSIER, P (1985), pp. 262s. comprue-
ba a ¡ravés del análisis estilístico que la pieza es del s. IX,y que la epigrtrfía ubicada en su ábaco es parte de Ia fábri-
ca original. Se puede comparar de manera muy satisfactoria
esta pieza con un capitel ¡omano del Museo Arqueológico
Provincial de Córdoba: MÁRQUEZ MORENO, C. (1987),
lám. II.Hallado en Padul, se conserva en el Museo Arqueológico
Provincial de Granada: CRESSIER, P (1985), p. 26I,|ám.63d. Hay un capitel en Córdoba, en el patio de la antigua
secle del Banco Pedro López (hasta ahora sin publicar, que yo
sepa), que parece una copia de dicho capitel granadino; lars
dos coronas de hojas, sin embargo, están 'fundidas': en vez
de las dos, hay una, muy alta, pero manteniendo Ia misma
estructura de fbllaje. En l¿ mrtad superior del capitel, el tra-
tamiento dcl relieve, compuesto de los mismos elementos,
es más duro. (¿Será procedente de Córdoba el capitel de Pa-
dul?)
La inscnpción lo dat¿r en época de 'Abd al-Rahman II: GÓ-
MEZ MORENO, M. (1941), p. 423, figs. 6 y 7; TERRASSE,
29
30
43r
H. (1961), p. 127,lám.37 (pl. i); CRESSIER, P (l98t), p.
28,1. lám. 68a. b.
i1, GÓMEZ-MORENO, M. (r9tr), p. 51, fig. 6i;CRESSTER,
P (198t), p. 261,lám. 63b. c.
72. P. e. en un cap.itel reutilizado en la Capilla de San Bartolo-mé en el Hospitarl cle Agudos de Córdoba: SCHLIINK, H.,HAUSCHILD, T. (i978), \ám.946.
13. Véase arriba. nota 1¡J.
l.i. GÓMEZ-MORENO, M. (r9)r),p. 51,69.60; CRESSTER,
P (1981), ltin.63a.lt. GÓMEZ-MORENO, M. (191r1), p. 423s., tám. 2, fig. 11:
EI capitel haLlado en Córcloba, que hoy se conserva en Be¡-
lín, Ileva untr inscripción en el ábaco que hace referencia al
emir 'Abd al-Rahman, hijo de Muhammad; fue publicado
prinero por Ernst Kühncl, KÜHNEL, E. r 1q2- ), p. 82.
16. PAVÓN MALDONADO, B. (tc)6r, Iám. 24.
17. CRESSIER, P (1985), p. 279. Un gran fragmento de capitel
compuesto procedente de los pabellones de la terraza del Sa-
Ión Rico, publicado -v arribuido por Pavón (PAVÓN MAL-DONADO, B. I1966b1, lám. I'ic) a "1os primeros años de Ia
vida de al-Zahra"', me parece proporcionar un enlace entre
los capiteles de la mezquita y los del Salón Rico: la superficie
está perforada con el trépano, pero los elementos florales aírn
no son muy finos, sino rclativamente compactos. Las hojas
de acanto espinoso están enmarcadas por cintas lisas que son
Ióbulos alargados de las hojas de envoltura (que aquí ocupan
Ios triángulos entre hojas y equino, al igual que en los cepi-
teles de nuestro estudio); estos marcos les clan algo del ca-
rácter cerrado típico de lns hojas de nuesrro conjunto (¿que
quizás darán paso a la 'hoja enmarcada' de los capiteles de
Ia Aljafería de Zartgozal). Como en algunos ejemplares de
éste, en dicha pieza el astrágalo está redllcido a un hlete. El
equino está recubierto de hojitas, pero a modo de 'corona cle
laurel'. Los arrtlnques de las volutas aquí no quedaron lisos,
sino que llevan hojitas punriagudas; sin embargo, las roscas
de las volutas, igual que en la mezquita, apareccn como ro
setones.
38. OCAÑAJIMÉNEZ, M. (1940), p. 439s., ltím. 7, derecha.
J9. Se han ofrecido interpretarciones muy varitrdas del esrilo de
los capiteles de Ia mezquita, pero me parece, como he in-tentado clemostrarr que no se les hace justicia hablando de
su "primitivismo visigodo", como hace CASTEJÓN, R.
(1985), su lalt¿r de calidad artística o ltr poca habilidad cle
sus canreros. Para DOMÍNGUEZ PERELA, E. (19u4), p.
331, se crearon "unos tipos decorativos intermedios entre
las hojas Iisas y las de'acanto'califal, como si obedecieran a
un intento de dignificacion de ia mezquita de lar ciudad pa-
latina". Quizás, Ia nobleza de la simplicidad podría ser una
percepción moderna.
40. PAVÓN MALDONADO,B. (r966a), hs.2o.47 . Para una periodización en 'fases' véanse, sobre todo, los tra-
bajos de Cressie r, Domínguez Perela y Marinetto Sánchez.
1+2. PAVÓN MALDONADO,I]. (I966a),Iám. XXVI, mLIeStf¿
12 capitelillos (o lragmentos de tales), incluyendo 2 clue no
he llegado a ver correspondientes a los n.'' 3780 y 1¡J(!.
{1. PAVÓN MALDONADO, B. (1966a), figs. 18 y 1g.
432
I
Lám. l: Capiteles de lu uezqrif,z de Aladtaat al-Zahr¿': ¡t. b:
c: ca|¡tel r¡." l: d: cd.pitel n." 2i e: cal)iÍel il." 3.
L:ttpitel n.'' A (Cór¿loba. AIa-reo Arquológico Prarinci¿l),
431
434
Capitele: de la uezr1rita de AI¿dinat a/-Z¿/¡ra': a: cirpitel n." 1: b-d: capitel n." 5:e. f: capitel n." 6.
Lám.3: Cap)te/es de la nezt¡aira de A'Iadinat dl-Z¿hra': a. h: capit,:/ n." 7:c: capitel a." 8: d: ca.p)tel n." 9: e: c4itel n." 10
f: capirel n." 1 1.
1)t
Lám.4: Capitelet tle la tttezquita de Al¿tdjwt ¿l-Z¿tbra': a: capinl n." l2: b. c: calitel n.'' 13: d: cQttel n." lri; e..f' capitel n." 1)
436
Lám. 5: Capitelu de ltt nezqaita de Al¿dindt al-Z¿bra': a: capitel n." 16; b-d: capitel n." l7: e: ca?itel n." l8: f: capitcl n." 19
4i7
Lám. 6: Cap)teles de la mezqtita de AI¡din¿t a/-Zahra': a: capitel n." 20: b+: tut.íllga, n." 21 (lragnnnto.r con bajas);.f-b
caÍtílogo. n." 22 (lragrnerttas con ua/atas).
+18
Lám. f : Ct/pife/i/lai tlt h nrczqrita de lI¿dinat al-Zahr¿': d. )ztluierJa a derecba
cdl)¡te/¡//0: n." 1.2..J,1: t. iz,t¡riertla ¿t derech¿: capitelillo.r f./a stper)or: n." I I . 13,
9. 14.7. L
' cal)¡teli//0.t n." 1.2,3.2i: Lt. )zqaierla a tlerecb¿:
6: ft/a internudia: u." ), 1C). J 2: /t/a infeúar: n
139
Lám. 8: a: Capitel eniral de Baena (Círdolu, Xlttsea Artpeológnn Prtnincia/): b: patio de /a ntezclaita de lladinar a/-Zahr¿'.nicha para lt/utnna ut e/ lado Este del p)lar Srroeste: c: AI¿dinat al-Zabra'. cafire/ del Saltín Rico: d: cap)tel rü]ttt/¡0 eLt la ntezqtita
nmlor de Círdr,ba; e: l[adinat d/-Z¿hra', capitel del Sa/ín llico: f: capite/ euira/ de /¿'Haerta de la Reina' en Círdoba (Córdobd,
Xlaseo ArcJ tt eo lígi co P rtfu ncia/ ).
140
Lám.9: a-c. e. f: Capitela t,j¡igados: a: pórt)ca de la )glesia cl¿ San Nica/¿ís de laVi/la, Córdaba: b: ábside cenÍral cle la ig/e.;ia de
SanJulián de las Prados. Orieda: c: basilic¿t de SanJaan de Bañas (prot-. Pa/encia): e: A[irida. h[meo le /a Alcazaba: f: Gr¿nada.
llueo de /¿ A/hanúra: d: capitel s. IX de/ t¿ir¿dor palaciega'Santa Al¿tría de Nar¿tnco', Ottiecl0.
441
Lám. 10: a-d: Cap)teles enirales: a: Londres. XIaseo de Victoria G Albet: b: Seú/la,Jardine.¡ de XIuri/lo: c. d: (,ínloba. l[rsea
Arqtteol,igica Prottincid/: e. f: cap)teles de ¿ ld fase del enir¿to de 't\hd ar-R¿htttdn lll 1, prirter ¿l.eceniu de tu califato.): e: ltatio de la
antigaa ¡ede del Banco Pedro l,ópez, Córdoba;f: Alt'áz¿r de Seri//¿.
142
Lám. 11: AI¿diy¡dt al-Zahr¿': a: ca!)tel hallado ut las terraza-¡ saperiores; b: capitel fu pjl.iitd de la nezqaita
c: dibzja: de lh¡eas incj.¡¿s et¡ el áh¿co de capitela 1 ca.pite/illos.
443