LOS CHINOS EN EL DISCURSO DE LA IDENTIDAD NACIONAL PERUANA, siglo xix.

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    LOS CHINOS EN EL DISCURSO DELA IDENTIDAD NACIONAL PERUANA,SIGLO XIX. UNA BREVE APROXIMACIN

    Juan Jos Heredia Neyra

    INTRODUCCIN. NUESTROS ANCESTROS LOS INCAS1.En el Per y en el extranjero existe el consenso de referirnos a los incas comonuestros ancestros. Este consenso no es solo compartido por la intelectuali-dad peruana, sino tambin por el comn de los peruanos. No obstante, estavisin esconde un pasado peruano demasiado complejo para ser reducido al

    imperialismo discursivo incaico. Por un lado, antes de los incas existieron unaserie procesos y ritmos histricos tanto o ms interesantes que lo incaico.Del otro lado, despus de la conquista el Per, quermoslo o no, se convirtien un pas de inmigracin. Nuestro proceso se volvi ms variopinto y com-plejo. La frase del socilogo Denys Cuche es ms que evidente:

    Le Prou est un pays d'immigration qui ne se reconnatpas comme tel(Cuch, 1997 :181)2.

    No le falta razn a Cuche cuando arma que hay una amnesia nacionalconcerniente al rol de las migraciones de los cinco rincones del mundo hacia el Perdentro del discurso de la construccin de la nacin peruana. Cuando nos aden-tramos dentro de la construccin del discurso de la identidad nacional enel Per nos percatamos, por ejemplo, del gran olvido de los historiadores

    1 Sobre el concepto de identidad nacional utilizamos los siguientes autores:Geary (2006), Detienne (2008), Thiesse (1999). Sobre racismo y xenofobia, ha-cemos uso de Olender (2009) y Delacampagne (2000). Un desarrollo ms prolijode dichas ideas en Heredia (2011), Tesis de Maestra.

    2 El Per es un pas de inmigracin que no se reconoce como tal. Si bien escierto que el Per no tuvo las oleadas migratorias como en Argentina y Uru-guay, no es menos cierto argumentar la llegada a nuestro suelo de personasprovenientes de los cinco rincones del mundo, lo que convierte al Per en uno

    de los pocos pases del mundo que ha vivido dicho proceso desde la conquista,sin olvidar las migraciones hacia mediados del siglo XIX e inicios del XX.

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    referente al rol dado a lo chino en la construccin de la peruanidad3. Todolo antes dicho nos remite al discurso de la identidad nacional basada en elmito de los orgenes, al erase una vez,en el cual el primer peruano brot de latierra como por arte de magia, y cmo en ese momento se forma una uninindisoluble entre el solar patrio y lo peruano. A partir de ah se va forjandouna especie de continuidad generacional en donde se va transmitiendo elnumen de la peruanidad. Esto explica el culto a nuestros ancestros cuandoconmemoramos el momento arquetpico en donde ellos forjaron la antorchade la peruanidad. Ahora bien, los constructores del culto nacional son losintelectuales y, contemporneamente, los historiadores. Ambos forjaron elmito del pas milenario y antiguo de races ancestrales as como el mito del

    autctono. Otros, armaban la peruanidad en el cimento hispnico. Algunosensayaron una sntesis con la manida gura del mestizaje. Dichas posicio-nes, enfatizaban en el dolo de los orgenes (lejano pasado) y, entre ellas,la visin del Per como el pas de los incas triunf discursivamente. Dichosintelectuales, prisioneros de esquemas nacionalistas, no se percataron quelas naciones, tal como las entendemos, nacieron en las postrimeras del sigloXVIII, antes de ese periodo no existan personas que se identicaban comoperuanos tal como nosotros nos imaginamos. Dicho de otra manera, nuestrosintelectuales convirtieron en peruanos a personas que pertenecan a otrasrealidades u contextos. En consecuencia, construyeron paradjicamente unahistoria del Per antes de la nacin peruana.

    Por otro lado, si la mencionada gran historia nacional tiene un sentido,una direccionalidad, entonces nos damos cuenta de la idea de originalidaden relacin al otro. Nosotros somos los puros, los originarios (originales), loanterior nos remite a la idea de autoctonidad, es decir, mientras ms antiguoeres ms peruano eres. Justamente, hacia 1990 Enrique Chirinos Soto aducaque el chinoFujimori no poda ser presidente del Per pues no tena ningnmuerto enterrado en el Per, a diferencia de Vargas Llosa, que era herederodel pas de los virreyes y de lo milenario incaico4. Dicho de otra manera,Vargas Llosa era ms peruano puesto que era ms antiguo que el "orien-tal" Fujimori (el chino). Lo anterior nos adentra a una parte importante de

    nuestra investigacin, vale decir, el anlisis del rol de los chinos en la cons-

    3 Si bien es cierto hay ingentes trabajos sobre la llegada de los orientales, sobrelos cules, el rol de los chinos en la guerra con Chile, sobre la cultura popular oel racismo sufrido por ellos etc., no es menos valido decir que casi no existentrabajos sobre la presencia de lo asitico en la construccin discursiva de laidentidad peruana

    4 Sobre el particular vase Heredia (2011). Ah analizo la reexin sobre la iden-tidad nacional en el Per en 1990 luego de las palabras de Enrique Chirinos Sotodel 12 de abril de 1990, quien menoscaba la nacionalidad peruana del futuro dic-tador en favor del novelista Mario Vargas Llosa. Lo anterior me sirve de pretexto

    para adentrarme, a vuelo de pjaro, en la discusin de cmo ciertos intelectualesperuanos construyeron el discurso de la identidad nacional peruana

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    truccin discursiva de la identidad nacional peruana. Para nuestro caso, noscircunscribiremos al ltimo cuarto del siglo XIX y analizaremos, en primerlugar, dos visiones fundadoras de la peruanidad en dicho siglo, como sonlos escritos de Sebastin Lorente y el de Manuel Gonzlez Prada, para luegoanalizar el discurso de lo chino con un sucinto estudio de la prensa satricade esa apoca. Finalizaremos con la visin de un viajero y diplomtico francscoetneo a estos autores y con una serie de representaciones regionales delo chino en el Per. Nuestro trabajo incide en dicho espacio temporal puesson visiones pioneras de lo chino, casi inmediatamente despus a su llegada.Dichas visiones son generadoras de esencias que an perduran en el imagi-nario nacional, claro est, recrendose en otros contextos.5

    Antes de sumergirnos en nuestro tema deniremos rpidamente qu en-tendemos por racismo y xenofobia. Convenimos con Olender (2009) cuandoarma que el racismo se maniesta cuando algunos pueblos son caracteri-zados como ajenos a la historia a diferencia de otros pueblos. Dicho de otramanera, o se est o no se est en la historia. Mientras algunos pueblos estncongelados y no cambian, presas del inmovilismo, ajenos a la historicidad;otros pueblos, por el contrario, van cambiando y forman parte del discurrirhistrico. Otra idea fundamental de Olender, incide en la relacin de subor-dinacin entre lo visible y lo invisible, esto es, cmo el alma racial (metaf-sica) preside y explica la realidad visible. Lo invisible no es otra cosa que elinstinto innato de toda la humanidad. Ahora bien, este instinto se troca endestino, en los llamados pueblos "sin historia". Por consiguiente, los defectos

    y talentos de un grupo tienen como base esencias casi inmutables. A partir deesta grilla de lectura se comienza a denir a los pueblos, lo que nos conducea armaciones esencialistas y en muchos casos de carcter racista. Referentea la xenofobia6, consideramos que es el odio hacia al extranjero. A aquel sele cuestiona su nacionalidad, su cultura, su lengua. A su manera, el xenfoboaceptar al extranjero si este, por ejemplo, conviene con los valores de sucivilizacin. En cambio, el racismo es el odio hacia una "raza"; ah no se cues-tiona la nacionalidad, la cultura, es decir, la procedencia del individuo, sinola inferioridad genticadel ser humano. Su inferioridad es ineluctable, nunca

    cambiar. Como dira Delacampagne, la diferencia es mnima, y cuando de-nimos si se es racista o xenfobo podemos caer en errores gracias a lo difusode estas deniciones.

    SEBASTIN LORENTE

    Hacia 1876, Sebastin Lorente loaba a las razas arias. Estas eran amantes dela libertad, del orden y del cambio. Los arios eran la antorcha de la humani-dad a diferencia de otras razas, como los trtaros, propensos a sembrar la

    5 Este trabajo es introductorio y est sujeto a una profundizacin del autor que

    para el evento ha tomado unos ejemplos, para el desarrollo de sus ideas.6 Vase Delacampagne (2000).

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    destruccin y el terror. Concerniente a nuestro estudio, el pueblo chino eraconsiderado de manera semejante a los egipcios: una cultura que se habainmovilizado, a pesar de su pasado glorioso. Fueron artces de civilizacin

    y grandes adelantos: Sabido es que tanto los chinos como los egipcios hicie-ron desde remotsimos siglos admirables adelantos para inmovilizarse luego

    y presentar una sociedad y una cultura tan inalterable como sus institucio-nes (Lorente, 2005 [1879]: 319). La cita es importante, pues, en aquel enton-ces los inmigrantes chinos estaban en proceso de asentamiento en el Per.Algunos lograban ya desprenderse del estatuto de cule. Otros, por su parte,continuaban cargando el pesado fardo de la servidumbre. Ahora bien, porqu es importante la cita? Es importante pues nos ofrece una representacin

    de lo chino como un pueblo que est lejos del discurrir de la historia. Ellos seinmovilizaron y solo son gloria pasada. En el presente no tienen nada queaportar. Su inmovilismose contradice con el cambio. Es plausible extenderdicha calicacin a los descendientes del otrora Celeste Imperio, inmersosen condiciones de vida deplorables en el Per.

    Lorente, como es de conocimiento, era un pensador monogenista7. Paral todos los seres humanos son hijos de Dios, sin excepcin alguna, pues to-dos proceden de Adn y Eva. No obstante, esto no le impeda considerar quealgunos pueblos involucionaban. Lorente, asimismo, fue un historiador conun auditorio muy grande. La Facultad de Letras fue el espacio en donde suimpronta se ejerci sobremanera, como lo recuerda en su epitao Carlos Lis-son; y, sobre todo, sus libros tuvieron varias ediciones.8La lectura de Lorente,entonces, tuvo auditorio, pudiendo ser compartida por otros. En resumen, elinmovilismo implicaba la subestimacin de las capacidades de los cules, porconsiguiente, su estatuto de subalternidad no podra ser cuestionado.

    GONZLEZ PRADA

    Si bien es cierto los comentarios del pensador anarquista concernientes a loschinos no son abundantes, no por eso dejan de ser importantes. Como sabe-mos, Gonzlez Prada fue un crtico acerbo de la llamada herencia colonial,

    entre las que destaca el catolicismo. Justamente, varias apreciaciones rela-cionan a los chinos con el catolicismo como lo veremos ms adelante. Tam-bin observaremos las opiniones sobre los chinos del pensador anarquista9.

    En su ensayo Introduccin Catlica, incluido en su clsico Pjinas li-bres, Gonzlez Prada enmarca al catolicismo en el espacio de la tradicin

    7 Crtico de las ideas poligenistas y evolucionistas, Lorente no era el terico delracismo criollo como se lo ha etiquetado; antes bien, crea en el universalismocristiano, el cual considera que todos los pueblos del mundo son sujetos de sal-vacin. A partir de esta grilla de lectura debemos entender las clasicacionesque en trminos de raza elabora Lorente. Al respecto, vase Heredia (2010).

    8 Vease, Thurner (2005).9 Proponemos un anlisis cronolgico de los textos del pensador.

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    anquilosada que impide el desarrollo educativo peruano, puesto que im-pide la introduccin de enseanzas modernas provenientes del norte deEuropa. No obstante, cuando est en situacin de minora el catolicismodemanda franquicias para poder ensear su doctrina, en especial al br-baro oriental:

    Sin embargo, nadie aprovecha ms que los catlicos la libertad denseanzaal establecer sus escuelas de Oriente, donde piden i obtienen del brbarofranquicias que ellos niegan en Occidente al civilizado. (Versin Internet).

    La distincin civilizacin-barbarie es evidente. Ciertamente, el conceptoOriente no solo atae a China, sino al Cercano, Medio y Lejano Oriente; en-tonces, no es menos vlido argir que los chinos provienen del espacio de labarbarie. Espacio descubierto por los europeos sumergidos en la coloniza-cin de vastos sectores del mundo con el loable n de llevar la civilizacin.Colonizacin que comienza a desarrollar clasicaciones desde su centrali-dad. En este sentido, hay dos puntos a resaltar. En primer lugar, la europeadel norte es la civilizacin por antonomasia, mientras que el oriente es elespacio de la barbarie. En segundo lugar, el vetusto y caduco catolicismo deherencia hispana impera en un Per ajeno al cambio. Concluimos que tantoen el Oriente como en el Per, se necesita de la luces de la civilizacin y,sobre todo, no sera raro que los chinos establecidos en el Per sean perci-

    bidos como inferiores. Se colige en los posibles lectores del texto unacrticade la procedencia.Otro objeto de las crticas de Prada son los partidos polticos. En esta opor-

    tunidad, en su artculo Los Partidos y la Unidad Nacional de 1898 (Horas deLucha), critica a los partidos polticos. Destacamos en particular la relacinque establece entre el Partido Civil y los chinos. En esta oportunidad, los culesson las vctimas propiciatorias(pretexto) para denunciar las maldades y miseriasde la elite civilista; dicho de otra manera, Gonzlez Prada se conduele de ellos,o mejor an, solo los recuerda cuando tiene que exponer el comportamientoambicioso y voraz de los negociantes con disfraz de polticos y de los ca-

    aveleros. Ambos esquilmaron la riqueza peruana y la sangre de los chinos,respectivamente. Con este n, Gonzlez Prada hace uso de las analogas y delsmil para demostrar que los civilistas no se detienen ante nada, producto desu desenfrenada bsqueda de riquezas. La sangre de los chinos es equiparada ala sacarina de la caa de azcar, y ambas a la depreciacin de la moneda perua-na. El chino es como el Per, un organismo exange, deshecho de la posguerracon Chile, y a Gonzlez Prada no le faltaba razn:

    Los corifeos del Partido Civil fueron simples negociantes con disfraz depolticos, desde los banqueros que a fuerza de emisiones fraudulentas con-virtieron en billete depreciado el oro de la nacin hasta los caaveleros o

    barones chinos que transformaron en jugo sacarino la sangre de los desventuradoscooles. (Versin Internet).

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    En Nuestros inmigrantes, escrito en 1901 (Horas de Lucha), ya no estpresente la visin compasiva de los chinos supeditada a la crtica de un gru-po determinado. En esta oportunidad, nuestro pensador comienza a alabara los chinos reconocindoles una serie de virtudes. El chino es trabajador,honrado y pacco y ejerce una funcin social elevada en la sociedad pe-ruana. A pesar de eso no es reconocido pues andan en la calle mendigando

    y enfermos, luego de haber gastado su juventud como trabajadores cules.Hasta aqu, podemos ver caractersticas positivas del chino conguradasdentro del espacio del trabajo y de la mansedumbre, mas no de lo intelectual.En su crtica, reparamos de vuelta que la ahora consideracin positiva de loschinos est supeditada a la crtica del catolicismo encarnada en la gura de

    los frailes. Estos ltimos son congurados como holgazanes, mendicantes yociosos sanos y rollizos. Nos damos cuenta de que la funcin social eleva-da de los chinos est en relacin con la casi nula aportacin de los frailes. Entodo caso, el chino es el mal menor. El teln de fondo es, una vez ms, el ca-tolicismo, que es delimitado en el espacio semntico de lo negativo y, a partirde dicho espacio, los chinos se hacen inteligibles al lector como personas queal menos son trabajadoras y sobre todo honradas. Nuestro anarquista an noles concede a los chinos dotes intelectuales.

    En el ensayo Nuestro periodismo (s/f) de su libro Horas de Lucha, criticaal periodismo nacional. Otra vez ms lo chino es el pretexto para deslegi-timar lo nacional. Es de resaltar la analoga de lo chino con el periodismonacional. En resumen, el periodismo peruano es al periodismo europeo loque la msica china (chirridos) es a la exquisita pera europea:

    El hombre que despus de revisar algunos diarios europeos, recorre unahoja de esta ciudad, siente la misma impresin del dilettanteque al salir deescuchar una magnca pera oyera los chirridos de una msica china.(Ver-sin Internet).

    Evidentemente, hay una admiracin de los espritus cultos por la msicaeuropea considerada como la civilizada superior en detrimento de lo orien-tal y su ruidosa msica. Otros dos comentarios sin fechas del conjunto deensayos El Tonel de Digenes, llamados memorandas, vale decir, frases memo-rables, aluden a lo chino:

    Con el chino se introdujo en el organismo nacional un germen vicioso y de-crpito, con el espaol continuamos inoculando en nuestro cerebro el virusteolgico: el Per, entre el fraile y el chino, presenta el ejemplo de una bujaque arde por las dos extremidades (Memoranda 101).En nuestra sociedad, el chino vive como un parsito: creer que se cruza con no-sotros es como armar que la savia de la yedra se une a la del olmo, que la sangrede la vermina se une a la del hombre (Memoranda 137). (Versin Internet).

    Se trasluce que el chino envejece ms al Per. Lo chino es percibidocomo una cultura en estado de decadencia. Claramente, el pensador anar-

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    quista coincide tcitamente con Lorente, en lo referente a la decrepitud dela civilizacin china entendida comogloria pasada. Inicialmente, Espaa ino-cula el virus teolgico, comenzando la decadencia del organismo nacional.Tiempo despus lo chino acenta la decadencia, por ende, ellos no contri-buyen en nada a la nacin peruana. Podemos, asimismo, resaltar la metforade la buja: el Per se incendia, por ambos lados no hay remedio. La segundacita no es menos importante, pues congura a los chinos negativamente,equiparndolos con el parasitismo. La gura de la vermina es esclarecedora,puesto que la vermina es un insecto que va destruyendo un organismo alparasitarlo, as como, en otras lenguas, es sinnimo de canalla, chusma obajo pueblo.

    Nuestro anarquista, en 1909, escribe su artculo Los chinos10. En eseao los chinos fueron atacados por una turba en clara manifestacin xenof-bica. Gonzlez Prada critica la hipocresa de la sociedad peruana. Por ejem-plo, critican virulentamente la presencia de los chinos cuando cinco dcadasantes favorecieron su ingreso. O peor aun, se conduelen de las persecucionescontra los cristianos cuando en estos lares no se conmueven cuando el chi-no es robado, pisado y escarnecido (p. 208). Esta hipocresa linda con la sin-razn, porque muchos de los crticos almuerzan en los restaurantes chinos ocuran sus males gracias a ellos:

    El jornalero y el venticautrino que arrojan estentreos mueras a los ma-

    cacos, han llenado el vientre en una mesa china y del guiso chinesco sacanfuerzas para lanzar los gritos. El magnate chinfobo que no logra ser alivia-do por el doctor en medicina, por el curandero, por la doctora, y por el aguade Lourdes, recurre a los mdicos chinos, (p. 209).

    Termina su defensa argumentando que el verdadero enemigo del puebloson los explotadores mas no el indefenso chino. Si bien en este artculo Gon-zalez Prada, se muestra favorable al chino en sus opiniones, los argumentosque utiliza revelan una visin claramente paternalista. Los chinos son en pri-mer lugar idealizados para ser luego percibidos como menores de edad conel derecho de ser protegidos. Entre las idealizaciones encontramos el lugar

    comn de que los chinos no tienen la sed infernal del oro del europeo y delamericano es por eso que venden barato. Nuestro anarquista no se percatade la estrategia econmica de los chinos con el n de eliminar la competen-cia. Obviamente su clientela estara ms que satisfecha. Como vemos, asisti-mos a una denicin esencialista de una cultura. En su defensa de los chinos,como lo mencionamos lneas arriba, aparecen guras paternalistas y protec-cionistas: los chinos son una especie de hermanos menores. Lo anterior seevidencia en la estrategia retorica del autor. Ah los chinos son mostradoscomo hermanos inocentes, infelices, indefensos, desvalidos, sin capacidadde reaccin. Su discurso se asemeja al de la caridad cristiana. Dicho de otra

    10 En Prosa Menuda(1941)

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    manera, hay que ser caritativos y buenos con los inocentes chinos. No obs-tante, en esa poca los chinos se movan socialmente. Algunos, como sealaGonzlez Prada, eran autosucientes a pesar de que a nivel de las mentalida-des seguan siendo percibidos como inferiores. Nosotros nos preguntamos simuchos se han ya movilizado socialmente. Si, como seala Gonzlez Prada,las mujeres peruanas se casan con ellos11, si ellos tienen negocios (restauran-tes, zapateras, venta de ropas, tiendas), entonces, no son tan indefensos nimucho menos desvalidos. Creemos que nuestro pensador incurre en gurasde minimizacin del chino con el n de generar enternecimiento y pena yas atacar una vez ms a las decrepitas instituciones peruanas. Lo anterior noniega las persecuciones, as como los discursos que consideran al chino como

    un ser inferior y para nada positivo. He aqu la razn de la persecucin.

    LO CHINO EN LA PRENSA SATRICA:EL CHICO SATRICO12.

    El Chico Satricosali a la luz el viernes 3 de enero de 1873, en pleno contextode fragor poltico entre el ocialismo del presidente Manuel Pardo y la opo-sicin. La publicacin atac jocosamente a la Repblica Prctica13, repre-sentada por su lder, ministros y senadores. Sus hojas utilizan la gura de lochino como agente de deslegitimacin del oponente. Asimismo, relacionadocon lo anterior, lo chino es equiparado a lo indgena. Nos proponemos estu-diar ambas percepciones a partir de dos ejemplos.

    La primera burla, es contra la Guardia Nacional, recientemente implan-tada por el civilismo. Dicha institucin encargada de la seguridad ciudadanaes dirigida por el periodista pardeano Cesreo Chacaltana14, motejado comoel chacal. Para desmontarlo del poder inciden en su procedencia tnica;hacen escarnio de su procedencia indgena, y para nuestro caso, la relacinde aquella con lo chino:

    11 Por ejemplo, muchas mujeres no les niegan sus favores en alianzas duraderasy bien avenidas (p. 208). Gonzlez Prada no ve lo anterior como algo malo

    12 Fue publicado en la Imprenta del diario de avisos y costaba 10 centavos; suextensin era de 4 pginas y meda 48 por 31centmetros. Fueron publicados4 nmeros. Sobre el particular y la prensa satrica estoy en preparacin de unartculo.

    13Segn Revoredo, citado por Basadre, la Repblica Prctica fue constante -mente atacada. Hubo 37 alteraciones para subvertir el orden pblico. Basa-dre mitiga esta apreciacin de manera coherente al no convertir en vctima aPardo. No hubo en esas 37 intentonas un movimiento verdaderamente grave(Basadre, 2005 Tomo VII: 142-145). Sin embargo, es inobjetable la lucha entrepardistas y pierolistas. Ambos compitieron por inuenciar a la opinin pblica

    y adems utilizaron tcticas bajas para la deslegitimacin del oponente.14 El Chico Satrico, viernes 3 de Enero de 1873, nmero 1, p. 4. Esta burla se en-

    cuentra en la seccin Diablos azules, en donde se critica a la Guardia Nacionalcreada por el gobierno de Manuel Pardo.

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    Anda pues Por ah viene otro de morrin hasta los ojos de chivato, miradatorva; como buen indio no tiene bigotes, sino cuatro pelitosa la usanza china. Esuna de aquellasfguras estrambticas.

    Se trae a colacin dos guras denigrantes en el horizonte racista de lapoca, ambos inferiores en humanidad al hombre blanco: lo indio y lo chi-no; estos dos criterios denen la incapacidad del personaje de poder paraocupar un cargo pblico. La stira enfatiza en uno de los supuestos rasgosde los indios, el no tener bigote, mucho menos barbaque es sinnimo de virili-dad. Ahora bien, para ocupar un cargo de corte militar (la Guardia Nacional)se necesitaba ser masculino, exudar masculinidad; caractersticas no mani-estas en Chacaltana al no ser barbado. Al mismo tiempo, se emparent susupuesta ascendencia india con lo chino; el tener el bigote a la usanza china(cuatro pelitos). Adems lo indio y lo chinoes asimilado en aquel entonces alo cuasianimaly a la traicinen la imagen de Chacaltana: ojos de chivatoy lamirada torva(airado o irritado). De lo anterior, se deduce la incapacidad deChacaltana para ser jefe de la Guardia Nacional: por ms que lleve morrin(gorro militar alto y con visera), se le ver estrambtico:

    Que ms quiere pues chacal / que ser guardia nacional / no lo tomaran deleva / ni se mojar aunque llueva / su tarro inquisitorial.

    En otra edicin de El Chico Satrico, la crtica es proferida contra el sena-

    dor civilista por Hunuco, Pedro Acua.15A diferencia de la stira preceden-te, ahora s se ataca lo chino sin emparentarlo a lo indio:

    (Tiene el tipo de un asitico) / esjorobadoy raqutico/ por consiguiente antiptico:/ Ah siempre contemplo esttico! / A tan rastrero poltico. (Benavides).

    Se puede observar que lo asitico es relacionado a lo antiptico repre-sentado por Pedro Acua. Percibimos, tambin, la fealdad del biotipo asi-tico: jorobado y raqutico, opuesto a la beldad occidental. Aparecen otrascalicaciones negativas, por ejemplo, ser rastrero a la manera de la serpien-te (animal engaador). Se puede relacionar el comportamiento indigno

    del poltico en relacin a su parecido al tipo asitico: los chinos son rastre-ros. Para nalizar, de los dos anlisis se desprenden contenidos jerrquicos:la posicin del asitico es inferior.

    Como sabemos, la prensa satrica es el espacio donde todo est permi-tido. Ahora bien, cual es la funcin de la prensa satrica? Su funcin era

    y es desacralizar la posicin privilegiada de algunos personajes que hanllegado al protagonismo en un momento determinado de la historia, eneste caso protagonismo poltico. La posicin encumbrada se debe a la vo-luntad popular que los lleva a una posicin sagrada. Comienzan a alejarsedel comn de los mortales (espacio profano), dicho de otra manera, su es-

    15 El Chico Satrico, viernes 10 de enero de 1873. nmero 2, p. 3

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    tatus se convierte en superior al comn de sus electores y otros mortales.Incidir en sus aquezas a travs de un racismo evidente, favorecido por larisa y la burla, incide en presentarlos como inferiores al resto de morta-les (minimizarlos). Nunca debieron sobreponerse o salir de las miasmasde la sociedad. Criterios estamentales como la prioridad de lo blanco y lapureza de la sangre se oponen a la movilidad social. En conclusin, con eln de demoler al oponente, lo chino considerado como inferior y homolo-gado con lo indgena era un buen pretexto. De lo chino, todos los viciosaoran. Al parecer, los posibles lectores eran ms que legitimadores de lasprcticas racistas.

    LA MIRADA HEGEMNICA EXTRANJERA: CHARLES WIENEREl viajero Charles Wiener, en su libro Perou et Bolivie (1880), deslegitima alos habitantes del Per. Al mostrar a los indios como innobles, a los mulatoscomo arribistas, a los chinos como charlatanes y a los criollos como dbiles ylujuriosos, da entender la ingobernabilidad del pas (consideraciones hist-ricas), con el correlato que deducimos en su texto de ubicar un protectoradoen estos lugares para explotar sus recursos antes de que todo degenere (con-sideracin climtica). Incluso, Wiener hizo una campaa laudatoria de Chile:ellos eran civilizados, nosotros no.16

    En nuestro estudio queremos conservar la mirada extranjera (Wiener)

    de lo chino en el Per. Mientras Europa en el siglo XIX se reparte el mundo(colonialismo), con el n de civilizar y llevar al progreso a los salva-

    jes; aqu en el Per an vivimos en un contexto, en palabras de Wiener,de feudalismo, es decir, de atraso que impide llegar al estadio superior decivilizacin: el capitalismo. Notamos dos pares, uno inferior (el feudalis-mo) y otro superior (el capitalismo). Wiener pertenece a ese mundo su-perior, lo que le permite objetivar y estudiar a los habitantes del pas.Los extranjeros como Wiener que llegan al Per aprecian poco al criollo y,a diferencia de ellos, no abrigan prejuicios contra los hijos del pas (Wie-ner, 1993:32-33). Por ejemplo, en su texto, los criollos son explotadores a lausanza feudal (esclavistas)17, a diferencia de los europeos (humanitarios);crticos de todo tipo de esclavismos (no prejuiciosos). Sin embargo, muyen el fondo, Wiener, ms all de su cosmopolitismo deslegitimar al pasen su conjunto.

    16 Para un estudio ms profundo de tales ideas, vase Heredia Neyra (2006). Ahanalizamos las consideraciones climticas e histricas legitimadoras del dis-curso de Wiener y la incapacidad del peruano para gobernarse, como tam-bin, la superioridad del chileno sobre el peruano y la inferioridad de lo lati-noamericano. Todo esto justicado por la teora del progreso.

    17 Wiener, confunde los trminos feudalismo y esclavismo. En su texto no hay de-nicin alguna. Ambos son sinnimos de explotacin y maldad. Para el anlisisde la superioridad europea vase Heredia Neyra (2006).

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    En su narracin, Wiener se conduele de las desgracias del chino y aa-de ms polmica en la deslegitimacin del malvado criollo. Contrapone alcriollo con el chino. El primero, es ojo, ocioso, dbil, lujurioso y catlico: elcriollo nunca ser trabajador manual, ni comerciante, ni industrial; mien-tras el segundo (cuando deja de ser cule), rene las siguientes caractersticas:es trabajador, negociante, desprecia los ttulos, es decir, es emprendedor, locual le permite movilizarse socialmente y adems, est congurado en la fe-cunda actividad industrial y comercial. Concluye Wiener: El chino dominareste mundoque desde hoy depende de l (Wiener, 1993:39). Antes de desle-gitimar al chino, tendr la ltima opinin positiva: El chino es domstico

    y ganadero; liberado es hotelero, dueo de un restaurante, negociante (),

    y desde hace poco, incluso mdico. Se ha infltrado en la sociedad hispanoame-ricana, pero no se ha asimilado a ninguna parte, lo cual le permite reencontrarseen cualquier momento (Wiener, 1993: 39). Debemos resaltar la capacidad deinltracin y su no asimilacin en dicha sociedad. El chino tiene la potencialcapacidad de dominar el pas.

    A pesar de todo lo dicho, Wiener comenzar a deslegitimar al chino enoposicin al europeo. El pretexto tomado ser el ejercicio de la medicina porlos chinos. Los chinos, luego de ser cavadores, cargadores o carreteros, setransforman en mdicos charlatanes. Wiener escribir: Dnde han apren-dido estos su ciencia? Qu garantas ofrecen a los llamados a vigilar la saludpblica? Nadie se ha preocupado por sus ttulos, ni por las drogas que admi-

    nistran. Se les alaba, se estima que curan bien y en un pas crdulo eso basta(Wiener, 1993: 39). Debemos retener la credulidad de los pacientes (los ha-bitantes del pas). Ellos preeren la charlatanera del curandero chino alprofesional europeo, sujeto de luces, progreso y gran civilizacin. Encima losmdicos peruanos evalan al profesional europeo, experiencia por lo demspoco grata: Despus de recibirse en la facultad de Pars o de Londres, noles es permitido ejercer en Lima sino a condicin de aprobar sus exmenesante los profesores de la facultad de Medicina de la capital. Y, al mismotiempo, los encargados de vigilar la salud pblica toleran ingenuamente laprctica de los chinos. El autor aade ms aditamentos a la deslegitimacin

    de los habitantes del pas. Gracias a su credulidad y supersticin se pone enriesgo la salud de todos. Deducimos que incluso un extranjero tendra unamuerte casi segura si es tratado por los mdicos chinos. En vez de curarnoslos chinos nos acercan a la muerte; la ciencia china, su saber natural es infe-rior a la occidental (ingleses, franceses).

    Concluyendo, vemos como Wiener se sirve de la explotacin del chinocon el afn de deslegitimar a los hombres del pas. Tambin se puede ar-mar que la mirada hegemnica del viajero es de carcter paternalista (su-perioridad del europeo). Es importante retener las calicaciones positivasdel chino ya que las encontraremos ms adelante y seguirn manifestndoseen la actualidad. De la misma forma, debemos conservar su deslegitimacin

    cuando son opuestos a lo europeo. Ah los chinos son conceptualizados comoinferioressubalternos.

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    EL PELIGRO AMARILLO A EXTERMINAR:

    LA COLONIA CHINA EN HUANTA Y LA MARLas buenas andanzas y tribulaciones de la colonia china en Huanta y

    La Mar, entre otras historias18, son narradas en tres largas pginas por elhacendado huantino Miguel Crdenas (1895 -1985), en sus memorias devida compuestas en forma de novela y titulada El Nio Desterrado. Lo quenos interesa del texto es conocer las representaciones regionales del chinoen el norte de Ayacucho.19Inicialmente, delimitaremos temporalmente elasesinato de los chinos, a pesar de la escasa informacin y enseguida esbo-zaremos la posicin social de los comunicadores del discurso, a saber, loshacendados Miguel Crdenas (narra los acontecimientos consignados por

    sus familiares) y de Miguel Lazn (su discurso es transmitido por la plumade Miguel Crdenas).Los acontecimientos tuvieron, al parecer, lugar entre el espacio mediado

    por la ocupacin chilena en Huanta, en el ao 1882, y la revuelta de la salde 1895, y forman parte de la tradicin oral de la regin. Todo este espaciotemporal est salpicado de constantes conictos entre clanes20en Huanta.Los espirales de violencia crecan y los crmenes quedaron, en su mayora,impunes. Respecto a su posicin social, ambos personajes fueron de comnprocedencia criolla. S hacemos caso al narrador, la familia Crdenas, porun lado, haca remontar su abolengo al conquistador Francisco de Crdenas:

    Mi padre, descendiente de Francisco de Crdenas, fundador de la ciudadde Ayacucho en el siglo XVI, contrajo enlace con mi madre, pertenecien-te a la familia Samanez de lo ms linajudo de Huanta (Crdenas. Tomo I,1983:12). Por otro lado, Miguel Lazn junior (Miguelito) era hijo de MiguelLazn, quien fuera el brazo derecho de Andrs Avelino Cceres y lder de laresistencia antichilena en Huanta, como tambin diputado civilista en 1876.El linaje de esta familia en el Per por la va paterna se remontaba al coronelde milicias reales don Pedro Jos Lazn, nacido en Huanta en 1762 e hijo de

    18 La obra consigna acontecimientos regionales, anteriores en una generacin alnacimiento del autor, gracias a la tradicin oral. La invasin chilena y la resis-tencia en Huanta es narrada junto al conicto de la sal a vuelo de pjaro. Claroest, su vida como hacendado y la prdida de sus propiedades, como tambin,sus peripecias estudiantiles (universidad), cubren gran parte del texto.

    19 Huanta (2600 msnm) y La Mar se ubican al norte de Ayacucho. Hay variedadde microclimas como las punas, los valles semitropicales y ceja de selva. Cadacual con su consiguiente produccin. Desde los productos de altura como lapapa y el maz, pasando por lo frutcola del valle y la produccin cocalera enclimas tropicales. Asimismo es importante la ganadera. El clima es saludable,

    y la vegetacin exuberante, sobre todo en los valles tropicales20 Los caceristas, representados por la familia Lazn (terratenientes), versus las

    familias Arias y Urbina bautizados por el historiador Patrick Husson, como

    hombres nuevos o burgueses. Al respecto, cifrarse a Husson (1992) y LusEduardo Cavero tomo 1 (1953) y tomo 2 (1957).

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    Joseph Lazn, natural de Galicia (Espaa), de ilustre abolengo con ttulode nobleza, escudo de armas en el seoro de Vizcaya21. Antes de nalizarcon la procedencia social de las dos familias debemos sealar que las ambasusaban el don antes del nombre, y adems eran hacendadas22. Luego de estanecesaria explicacin pasamos a los hechos y el anlisis de las imgenes.

    El memorialista Miguel Crdenas narra idlicamente cmo llegaron loschinos a Huanta a nes del siglo XIX: "Los primeros chinos que llegaron alPer, se establecieron en la costa: pero no s por qu casualidad lleg uno aHuanta, vio el valle y se fue hasta la selva. Regres a Lima y en el lmite delentusiasmo contaba a sus paisanos: Es una maravilla, la feracidad, densidad,todo virgen; no hay nadie, no saben trabajar ()." Luego, llegaron 50 chinos

    y se dispersaron por todo Huanta (Crdenas, 1983: 22).Es preciso observar la posicin del escritor ante la llegada de los chinos:

    Fue una colonia numerosa, progresista y laboriosa, que hizo progresar esaregin. Segn Crdenas, su jefe se llamaba Olegario. Era una colonia din-mica; se distribuyeron en gran parte del norte de Ayacucho: (En la regin)pusieron sus carniceras, sus chinganas, sus fonditas en Ayacucho, lo mismoen Tambo, Aina y Huarantaja y toda la zona a ambas orillas del ro Apurmac(), en la regin de La Mar, extendindose por toda la selva, hasta el conven-to de Sivia (Crdenas, 1983: 22). Adems llegaron 20 chinos a trabajar en lahacienda de Huarantaja, propiedad de los Crdenas en ceja de selva, gracias

    a la gentileza, amabilidad de mi abuela que cuando llegaron a Huanta los lla-m y les ofreci trabajar su fundo abandonado (p. 22). No era de extraarentonces el progreso del fundo gracias a las virtudes de los chinos. Ahorabien, cules eran esas virtudes? El autor da la respuesta: eransobrios, jamsse emborrachaban, y coman con parquedad, una demostracin de que iban atriunfar en la vida. Es de suma importancia, retener estos argumentos, pues-to que advertimos un cambio en las representaciones de los chinos, empa-rentados con ciertas armaciones de Wiener. Los chinos se distinguen porsu honradez, dinamismo y laboriosidad. Vemos manifestado el carcterde hormiga del chino, ese carcter que le abrir todas las puertas y los harproclives a la movilidad social:

    Los chinos fueron la prosperidad, trabajaban de sol a sol, con un celo nicoy gran honestidad (). Los chinos no tenan eso de los peruanos o sudamericanos,de apoderarse de lo ajeno, tenan un principio de disciplina y losofa basndo-se en la honestidad como norma de vida.

    21CAVERO, Luis Eduardo. Monografa de Huanta. Tomo II, pp. 121 122. Ah se citael expediente organizado para el reconocimiento de su nobleza y servicios pres-tados a la corona, por el coronel de los ejrcitos reales, Don Pedro Jos Lazn.

    22 Los primeros eran dueos del Gran Pomanjay y el Vado, mientras los segundos

    eran dueos de la hacienda Huayllay en el distrito de Luricocha y de la hacien-da Arequipa en el valle de Acn. (Husson1992:192)

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    Asistimos, a un proceso de identicacin de parte del memorialista con

    los valores chinos. Se nota cmo un descendiente de criollos admira las virtu-des de los chinos y los pone como ejemplo de comportamiento de los perua-nos y sudamericanos semnticamente congurados como ladrones. Atisba-mos, tambin, la existencia de oposiciones subyacentes, a favor de los chinos,en las citas siguientes: sobrios/borrachos, frugalidad/glotonera, laboriosos/ojos, honrados/ladrones, leales/desleales, dinmicos/lerdos. Ahora, los chi-nos son percibidos como seres trabajadores, para nada inferiores, en suma,progresistas y con grandes expectativas de triunfar en lo futuro. No son des-humanizados. A pesar de lo anterior, todo no fue felicidad, puesto que otrocriollo tendr un parecer dismil en torno a la colonia china en Huanta. El

    personaje en mencin era Miguelito Lazn, secundado por los campesinosenvidiosos de la prosperidad de los chinos. En su discurso narrado por Mi-guel Crdenas23hay guras propias del racismo antichino como lo observadoantes en la prensa satrica.

    En primer lugar, se cita el miedo a la invasin amarilla, los chinos soncongurados como invasores de Huanta y usurpadoresde las propiedades: Es-toscon el tiempo van a ser dueos de esta hermosa regin, se van a apoderardetodos los fundos (p.12). Represe en las palabras estosy apoderar. La primera,de ndole peyorativa, y la segunda, es el correlato de una invasin: los leg-timos dueos perdern sus propiedades. Al carcter de supuestos invaso-res se le aaden otras connotaciones que terminarn por deshumanizara loschinos: chinos asquerosos, chinos sucios, amarillos repugnantes, estos hanvenido como basura de la China, para que trabajen en la costa, as que vamos aliquidarlos. Segn Lazn merecen ser muertos por ser simplemente chinos.El ataque discursivo es contra el fsico del chino, se crtica la raza, el colorde la piel. Lasuciedady la repugnanciason sinnimos del chino. La cultura delchino, por aadidura, primitiva es el resultado de ser congurados comoanimales, vale decir, vistos como una plaga. Estas caractersticas sern luga-res comunes en la literatura racista en contra del chino24y se convertirn enla justicacin de Lazn para borrarlos del mapa. Todos estos razonamientosconducen lgicamente al atentado contra la vida de los chinos. Este atentado

    tuvo lugar en el ro Apurmac, especcamente en los rpidos, y fue realizadocon alevosa, premeditacin y ventaja. Para nes de una mejor comprensinveremos como fue planeado en la cita siguiente:

    Vamos a hacer unas balsas, los embarcamos a todos remando al principio,en el remanso con remeros campas, estos salvajesque a m me quieren

    23 Es necesario recalcar la pasin o subjetividad del autor, al narrar las andan-zas del clan Lazn. Sin embargo, a pesar de algunas posibles exageraciones,debemos preocuparnos de la imagen del chino a travs de la descripcin delmemorialista del comportamiento de Lazn.

    24 Adjetivos parecidos sern lugar comn en el perodo de la peste bubnica en elPer. Los chinos sern los responsables.

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    (). Los campas antes de que entren al remolino, botan los remos, aban-donan y se salvan a nado, entonces los chinos van a ser ahogados como

    pericotes(p. 13).

    Dicho y hecho los chinos perecieron. Analizando, esta larga cita, se evi-dencia la posicin de Miguelito Lazn transmitida por la pluma de Crdenas.l escribe desde una mirada hegemnica (criolla), adscribe al chino al camposemntico de lo animal, les da ignominiosa muerte como se le da a los n-mos pericotes (ataca a la plaga). La degradacin de lo chino va ms lejosan puesto que sus ejecutores son los salvajes (congurados como asesinos

    y brbaros). La gura del hombre campa y de los chunchos25en trminos deposicin racial, era inferior al indio de la sierra. El cerebro del criollo sloplanica, mas no ejecuta. Un hombre blanco no poda ser el verdugo26. Esa esla funcin de sus buenos amigos llamados por l, de manera tambin racista,los salvajes campas. Ms adelante, Lazn justicar su accionar con pre-supuestos tomados del racismo cientco decimonnico (justicacin por laautoridad intelectual): Deben agradecerme; porque segn los socilogos delsiglo XIX, ms claramente Valera, este es un peligro amarillo, el mundo va aser dominado por los chinos; es una profeca cierta; por eso he exterminadoaesta avanzada, y no se hable ms27(p. 13).

    Al respecto, era lugar comn 28en el ltimo cuarto del siglo XIX esgrimirel racismo cientco. Para la mayora de intelectuales era una verdad inobje-

    table. De tal manera, Lazn se justicaba con la lectura cientca de la su-perioridad de las razas y pasaba como un salvador, pues destrua la avanza-da amarilla, posible dominadora, en lo futuro, del mundo. La ejecucin del

    25 La representacin pauprrima del chuncho la podemos ver en la pluma delmurciano Sebastin Lorente. En su libro Pensamientos sobre el Per(1855 1967),congura al chuncho como asesino y brbaro. Para muestra dos botones:Ciertas hordas toman prisioneros. Motivo: alimentarse con carne humana.Hieren por herir y matan por matar. Al respecto vase las pginas 35 42 dela obra antes dicha.

    26 Lazn le haca bien a la sociedad, pues eliminaba la avanzada amarilla en Huan-ta. Desde su perspectiva racista, poda dormir con la conciencia tranquila pueseliminaba a los que l consideraba una plaga.

    27 Es de resaltar lo letrado de cierto sector de la sociedad huantina. En palabrasde Crdenas: Miguel Lazn era un hombre que haba ledo (), y como todafamilia de ese tiempo tena su biblioteca. Mis padres al no tener mayor entre-tenimiento que la lectura, haban adquirido una cultura casi enciclopdica ()(Se lea), la losofa, ciencia y literatura, desde los clsicos hasta Vargas Vila ydesde Scrates hasta Darwin. En una confusin grande (p.13)

    28 A diferencia de Wiener, quien cree en la dominacin china del Per, Crdenascree en la dominacin de los chinos del mundo. Los dos autores deenden alchino; sin embargo, los crticos de este discurso vern el avance de los chinos

    como el peligro amarillo. Al parecer era una lectura extendida en aquel enton-ces.

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    plan de Lazn y la desaparicin de la colonia es narrada por el memorialista:Se ahogaron los pobres, ms de 80 o 100 chinos; y desapareci la colonia, soloquedaron chinos de nuestra zona, en Huanta; uno que tena su chingana,otro que tena su carnicera en Ayacucho y otros dos o tres ms. Ese fue el nde la colonia en el Ro Aprimac, de la provincia de La Mar en Huanta.

    En cambio, el discurso de Crdenas es proclive al chino, al parecer escapaa la mirada hegemnica racista, denuncia la maldad de Lazn. Incluso lneasarriba vimos como se identica con el chino. Relativiza posiciones y se con -duele de la desgracia ajena, maniesta dolor y vive como si fuera propia lapenuria del chino. En palabras de su abuela: Que maldad del tipo este, quecrueldad de Lazn; pero va a ser castigado por Dios, no quedar impune ese

    crimen. En su texto crtica acerbamente a la gran mayora legitimadora delaccionar de Lazn: La mayora aprob ese asesinato en masa; y aunque esoslos de la selva haban visto la labor de los chinos, tan ecientes, no aprendie-ron. Claro, era una leccin que no convena a esta raza de ociosos. El narrador,otra vez condena la inferioridad de sus paisanos. La frase se complementacon la anteriormente enunciada, a saber:Los chinos no tenan eso de los perua-nos o sudamericanos, de apoderarse de lo ajeno. De lo citado, aseveramos la des-legitimacin de lo regional (Huanta y La Mar), enmarcando en un contextomacro lo peruano y lo sudamericano. Conviene conservar el signicado depor s negativo de las palabras ociososy ladrones(apoderarse de lo ajeno).

    Ambas tipican el supuesto comportamiento de una cultura (la peruana ysudamericana). Lo anterior, no es ms que esencialismo.Luego de este anlisis explicitaremos la posicin del autor. Al parecer, el

    narrador se desprende de su marco cultural o referente con el cual monito-rea y evala el comportamiento de los dems, es decir, su ideologa. Tal ideo-loga es la racista; gran parte de su obra, est teida de racismo en contra delos mestizos e indios de la regin matizados por un paternalismo. En cambio,con los chinos su comportamiento es distinto; los chinos salen muy bien libra-dos en su comparacin con los sudamericanos y los nacionales . El criollo regionalse sirve de los chinos, como pretexto, para deslegitimar a los sudamericanos.Esto lo lleva a posicionarse como independiente, relativizar su posicin.Su visin es simptica con el chino, es ms, gracias a sus virtudes algn dadominarn el mundo. Lo anterior, gracias a sus caractersticas innatas; valedecir, son honrados, laboriosos, y sobrios: Un chino inteligente, el ms capa-citado, sobrio y honesto. La cita hace alusin, al lder de la colonia china,Olegario. Lo anterior, no nos puede hacer olvidar ciertos tintes paternalistasde Crdenas en la descripcin del chino, sobre todo cuando se conduele dela matanza.

    Por otro lado, el miedo al liderazgochino lo vemos en el racista Lazn. Elenemigo de los chinos no slo fue Lazn. La sociedad y los campesinos envi-diosos aprueban el accionar. Este comportamiento responde a un cierto tipo

    de reaccin en las explosiones xenofbicas y racistas. Echar la culpa al dife-rente y verlo como invasor. Para ellos, los chinos llegaron con el nico n de

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    quitarles el trabajo29. La situacin es similar a las del fascismo y el nazismo.Los lderes y sus ideologas (productos socioculturales) se legitimaron ante elpueblo al echar la culpa de sus miserias y desempleo al otro.

    CONCLUSIN APROXIMATIVA

    A lo largo del anlisis de las representaciones pioneras de lo chino nos per-catamos de la importancia de dos visiones. La primera, en las cuales sonconsiderados como un pueblo decrpito o gloria pasada30(Sebastin Loren-te), ajenos al discurrir de la historia. De esta manera no contribuiran al sernacional, puesto que seran un lastre que ahondara nuestra decadenciaal introducir un germen vicioso y nocivo que nos llevara a la decadencia.(Gonzlez Prada). En Gonzlez Prada se deduce un denominador comn ensus representaciones. La critica a los chinos supeditados al nocivo catolicis-mo hispano y, sobre todo, la imagen de barbarie de los chinos, ms all desu cualidad de trabajadores. Occidente (anglosajn y francs) es el lugar deenunciacin del anarquista. Lo hispano y lo chino, cada uno a su modo, loinferior. Lo anterior no sera raro argir, pues Gonzlez Prada considerabaa los indgenas como los nicos capaces de llevar al Per a buen puerto yaque conservaban la pureza que los otros pueblos no la tenan pues se habancorrompido o haba involucionado. No obstante, los chinos tenan algn m-rito como es su vocacin al trabajo, el ser honrados y mansos. En la lectura

    del pensador anarquista, los chinos (en el mejor de los casos trabajadores)eran las vctimas de los explotadores. En resumen, en Gonzlez Prada lasreexiones sobre los chinos estn supeditadas a una crtica de carcter msgeneral de la sociedad peruana. Es decir, eran solo el pretexto, pero no eln, como s lo eran los indgenas; los mejor ponderados en su discurso de lanacin peruana.

    Por otro lado, en la segunda visin, los chinos son vistos positivamente,delimitados en la esfera del trabajo (Prada, Wiener, Crdenas). Con estos au-tores se celebra su vocacin de xito y de movilizacin social y geogrca.Surge una percepcin interesante en la cual ellos dominaran no solo el Persino el mundo en general y todo por su carcter de hormigas dedicadas altrabajo a diferencia de los peruanos. Con Prada y Wiener dicha visin estabasubordinada a la superioridad de lo Occidental. Cuando menos los chinoseran mejores a los peruanos. No obstante, visiones contrarias lo congu-raban como un peligro amarillo a exterminar. Un marcado racismo se vaevidenciando pues como vimos existan razones cientcas para desapare-

    29 Claro est, este tipo de comportamiento no es achacable a momentos de crisiseconmicas. No obstante, es innegable que las reacciones xenofbicas, encuen-tran su campo de accin en tales crisis.

    30 El trmino lo tomamos prestado de Cecilia Mndez, cuando hace alusin a los

    incas como gloria pasada y los indios como presente abyecto o pueblo decrpi-to, en su clsico texto Incas s, indios no.

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    cerlos. Sin contar con las representaciones que se van gestando en la prensasatrica en donde lo chino es situado en lo inferior al ser emparentado conlo indio.

    Ahora bien, esto nos lleva al rol de lo chino en la gestacin del discursoidentitario peruano. Corroboramos en nuestro anlisis, de manera somera,que todo lo argumentado en ese ltimo cuarto del siglo XIX y en los alboresdel XX, eran esencialismos. Es decir, lo que crean y quiz se siga creyendosobre el carcter de lo chino. En pocas palabras, el olvido de su papel en laconstruccin de la peruanidad se debe en buena parte a las guras enuncia-das, que los conguran como pueblos ajenos al discurrir histrico. Es decir,fueron vistos como inferiores, pues provienen del campo semntico del atra-

    so y de la barbarie. Con el tiempo, lo antes dicho justic manifestacionesde carcter racista, sobre todo, cuando se crea que el chino era inferior ge-nticamente. Por ende, los chinos no podan contribuir mucho a la peruani-dad. Aunque, valga subrayar, que la gura de la laboriosidad trajo consigo lavisin positiva de lo chino, que perdura sobremanera en el Per. Pero estacaracterizacin, no exenta de esencialismo, acaso no esconde una visin pa-ternalista en la cual los chinos y su diminutivo los chinitos, as como, susdescendientes en el Per seran una especie de hermanos menores graciosos

    y ecaces o, mejor an, son vistos como extranjeros simpticos con loscuales hemos convivido desde siempre y que visitbamos en la esquina, esdecir, en el rincn del barrio (cifrarse a la gura del chino de la esquina). Entodo caso, nalizando, podemos decir que en la construccin de la identidadnacional peruana, no gura la inmigracin de los cinco rincones del mundo.En carcter de preferencia, si se les preguntaba a los intelectuales estudiados

    y a otros quienes debieron llegar al Per en el siglo XIX, a ojos cerrados sehubieran decantado por la civilizacin enarbolada por Occidente y no por laoriental. A pesar de lo anterior, incluso la inmigracin europea no es consi-derada como un momento importante, pues la historia del Per, antes de lanacin peruana, nos conduce directamente al dolo de los orgenes. En con-secuencia: eres ms peruano si ms antiguo y, por ende, puro eres. Y, qui-nes eran los nicos puros? Gonzlez Prada y uno de sus epgonos, el ms

    rebelde a l, Maritegui31

    , dieron la respuesta, a saber: los indios, quienes apesar de su triunfo discursivo, no son profetas en su tierra.

    31 En los 7 ensayos, Maritegui tena una visin muy negativa de los chinos y su

    presencia en el Per. No podemos profundizar en el autor pues esta ms all denuestro espacio de investigacin que es una primera aproximacin.