Los Cristianos y El Sindicalismo Español en La Segunda Mitad Del Siglo XX

13
Los cristianos y el sindicalismo español en la segunda mitad del siglo XX. En el panorama sindical español existe una significativa presencia de cristianos. Es más, la historia de muchas de las actuales organizaciones sindicales no puede entenderse sin su aportación. Pero, desaparecidos los sindicatos confesionales, ¿qué criterios, en este campo, puede seguir un cristiano que vive también el mundo del trabajo desde la fe y la pertenencia a la Iglesia? Introducción. Aunque, jurídicamente hablando, sindicato lo es tanto una asociación de obreros como una agrupación de empresarios, popularmente y como fenómeno sociológico, por sindicalismo se entiende el llamado "de clase". Se trataría, pues, de agrupaciones de obreros y campesinos pobres, proletarios en suma, que se asocian con un interés defensivo ante los patronos y los poderosos, con una finalidad transformadora y un compromiso internacionalista. Su ideología sería comunista, socialista o anarquista. Pero esa delimitación conceptual "clásica" no corresponde a la realidad histórica, pues con ella se deja fuera a importantes movimientos como fueron los sindicatos católicos españoles, cuya presencia arranca de las últimas décadas del siglo XIX, eclosionando en los años 20 y 30 del siglo XX hasta su "integración" en la Central Nacional Sindicalista surgida de la guerra civil.

description

historia del catolicismo social y el movimiento sindical

Transcript of Los Cristianos y El Sindicalismo Español en La Segunda Mitad Del Siglo XX

Los cristianos y el sindicalismo espaol en la segunda mitad del siglo XX

Los cristianos y el sindicalismo espaol en la segunda mitad del siglo XX. En el panorama sindical espaol existe una significativa presencia de cristianos. Es ms, la historia de muchas de las actuales organizaciones sindicales no puede entenderse sin su aportacin. Pero, desaparecidos los sindicatos confesionales, qu criterios, en este campo, puede seguir un cristiano que vive tambin el mundo del trabajo desde la fe y la pertenencia a la Iglesia?Introduccin.

Aunque, jurdicamente hablando, sindicato lo es tanto una asociacin de obreros como una agrupacin de empresarios, popularmente y como fenmeno sociolgico, por sindicalismo se entiende el llamado "de clase".

Se tratara, pues, de agrupaciones de obreros y campesinos pobres, proletarios en suma, que se asocian con un inters defensivo ante los patronos y los poderosos, con una finalidad transformadora y un compromiso internacionalista. Su ideologa sera comunista, socialista o anarquista.

Pero esa delimitacin conceptual "clsica" no corresponde a la realidad histrica, pues con ella se deja fuera a importantes movimientos como fueron los sindicatos catlicos espaoles, cuya presencia arranca de las ltimas dcadas del siglo XIX, eclosionando en los aos 20 y 30 del siglo XX hasta su "integracin" en la Central Nacional Sindicalista surgida de la guerra civil.

Actualmente, el sindicalismo de clase aspira a la exclusiva representatividad de las llamadas "clases trabajadoras", desbordando el tradicional concepto de "clase proletaria". Coincide esa transformacin en el tiempo con la desaparicin del sindicalismo confesional catlico, fenmeno paralelo al sucedido en otros pases, si bien siguen existiendo sindicatos en Europa y Amrica Latina de clara orientacin cristiana.

Eso no quiere decir que no existan cristianos trabajando en el seno de organizaciones sindicales. Pero quines as actan, lo hacen de forma individual, como consecuencia de su compromiso personal, suscitado en muchos casos por concretas comunidades cristianas.

Que no exista en Espaa un sindicalismo especficamente catlico es consecuencia, adems de causas histricas muy concretas que pasan por el periodo franquista, de la "poltica" de la Jerarqua catlica, que no ha apoyado la existencia ni de partidos polticos ni de sindicatos confesionales en el actual rgimen; en buena medida en consonancia con las orientaciones derivadas del Concilio Vaticano II y el impacto de corrientes polticas y sindicalistas izquierdistas que suscit el "mayo del 68" en muchos movimientos catlicos.

En este artculo vamos a ver, de forma muy somera, la realidad del sindicalismo en Espaa en las ltimas dcadas y la presencia en el mismo de un sujeto catlico, pues ello nos puede aportar claves para comprender la actual situacin y vislumbrar el futuro del mismo.

Antecedentes.

Con el "nuevo rgimen", todos los sindicatos "de clase" son declarados fuera de la ley, siendo sus militantes perseguidos y sus organizaciones disueltas.

Los sindicatos catlicos y "libres" (la C.E.S.O), al igual que los minsculos sindicatos falangistas (CONS), son integrados por Ley en la nica Central Nacional Sindicalista, en la que se participaban obreros y patronos organizados en ramas de produccin siguiendo un esquema semi-corporativista. Fuera de esa nica organizacin sindical legal, como ncleos especficamente obreros, solo figuran los movimientos especializados de Accin Catlica en ese mbito: la HOAC (fundada en 1.946) y la Juventud Obrera Cristiana (JOC).

Los sindicalistas de izquierdas encontraron, salvo los casos de estricta clandestinidad (CNT, bsicamente) esos dos cauces para trabajar "sindicalmente": la propia CNS (infiltrndose en la misma) y los movimientos apostlicos.

En los aos 50 y, sobre todo, en los 60, surgen organizaciones ilegales con la pretensin de actuar en el mundo del trabajo y tambin de transformar la realidad poltica. En unos momentos actuaron dentro de la CNS y en otros casos lo hacen fuera, dependiendo de estrategias concretas. De forma paralela, se infiltran en HOAC y JOC, donde encuentran un numeroso grupo de obreros y clrigos formados en las nuevas corrientes teolgicas, en parte derivadas del Vaticano II y que sufrieron el impacto del radicalismo izquierdista.

Entre esas nuevas organizaciones obreras, destacan dos: Unin Sindical Obrera (USO) y Comisiones Obreras (CC.OO.), si bien existieron otras. As, destacaremos a la Federacin Sindical de Trabajadores, que fue un intento de creacin de un sindicalismo catlico en la clandestinidad, de 1.958 a 1.960; fracasando en el empeo.

La Hermandad Obrera de Accin Catlica (HOAC).

La Hermandad Obrera de Accin Catlica es un movimiento apostlico especializado de la Accin Catlica, siendo, por tanto, una organizacin impulsada por la Jerarqua de la Iglesia Catlica.

Ha jugado un papel muy importante en el franquismo, al constituir una escuela de formacin de militantes obreros y cristianos y un cauce organizativo que "escapaba" de la disciplina del Sindicato Vertical.

Varias personas extraordinarias influyeron, especialmente, en su historia: Guillermo Rovirosa, Eugenio Merino y Toms Malagn.

De HOAC, y de otros movimientos apostlicos como la JOC, naci USO en buena medida. En HOAC tambin encontramos a los promotores de ediciones ZYX, a dirigentes del PSOE, a los fundadores aos mas tarde de "Comunin y Liberacin" en Espaa, y a los actuales dirigentes del Movimiento Cultural Cristiano.

Por HOAC pasaron muchos cientos de militantes que desarrollaron -y desarrollan- su labor sindical en CC.OO. y UGT. No puede entenderse la historia reciente del sindicalismo en Espaa sin la cobertura ofrecida al renacido movimiento obrero por esos movimientos apostlicos, los llamados "curas obreros", numerosas parroquias y algunos conventos y Seminarios.

En la actualidad, HOAC sigue presente en la mayora de las dicesis espaolas (as, en la de Getafe, ya funciona, desde enero de 2.000, el primer grupo de 30 militantes de este movimiento apostlico), con apoyo de la Jerarqua. Por otra parte, forma parte de la Coordinadora de Movimientos Apostlicos de Accin Catlica y tiene magnficas relaciones con la llamada "Iglesia de Base" y las Comunidades Cristianas Populares, con las que busca alguna modalidad de articulacin. Est integrado por casi dos millares de personas, entre las que figura un nmero significativo de clrigos.

Unin Sindical Obrera (USO).

La historia de este sindicato arranca del llamado "grupo de Rentera", cuyos primeros panfletos datan del ya lejano 1.958. Formalmente se constituye en 1.960, redactndose la carta fundacional en 1.961. Nace de un grupo de obreros de JOC y de HOAC y su vida se mezcla con la de esa organizacin apostlica y en el mbito internacional con la central francesa CFTC (despus, CFDT). De hecho, nace como consecuencia de la reflexin derivada del mtodo empleado en los movimientos de Accin Catlica: "ver, juzgar, actuar". De hecho hasta 1.965 su vida se solapa con la de la propia JOC; si bien por razones de edad muchos de ellos pasaran despus a HOAC.

Hoy da JOC, fundada en Espaa en 1.947, contina su existencia, aunque muy mermada, habiendo sufrido una escisin hace una dcada: la JOC-E.

USO sufre los avatares de las corrientes ideolgicas de moda. As, la influencia socialista autogestionaria fue muy fuerte, plasmndose de forma sucesiva en las estrategias "afirmacin poder obrero" y "reconstruccin socialista".

En abril de 1.977 es legalizada. En las primeras elecciones polticas apoya al PSP y la FPS. Sufre graves escisiones hacia UGT (liderada por el secretario general Zufiaur, septiembre de 1.977), CC.OO (1.980) y CNT.

El fenmeno polaco de "Solidaridad" tambin influye, al menos como "marca publicitaria", iniciando su deslizamiento ideolgico hacia la "autonoma" e "independencia". En tal evolucin, distancindose del radicalismo, se desarrolla una estrategia de captacin de independientes, siendo su momento lgido la entrada en USO de la CGDT (1.980).

CC.OO, UGT y CNT-AIT

Las primeras Comisiones Obreras (CC.OO.) surgieron a partir de grupos de militantes catlicos, comunistas incluso falangistas (Centro Social Manuel Mateo, 1964), con una vocacin unitaria pero rpidamente fueron dominadas por los militantes del Partido Comunista de Espaa. En cualquier caso, hablar del sindicalismo clandestino en Espaa durante el franquismo pasa inevitablemente por la historia de esas Comisiones Obreras que protagonizaron luchas importantes y estrategias diversas.

La antao poderossima Confederacin Nacional del Trabajo (CNT-AIT) quedar, por fidelidad a la "accin directa" y a las directrices de la FAI en el exilio, fuera de esa estrategia, si bien algunos pensadores anarquistas son estudiados y conocidos en crculos catlicos (caso de la labor editorial de ZYX).

La CNT-AIT en la transicin sufri un momento de espectacular auge, coincidiendo con las multitudinarias "jornadas libertarias" de Barcelona, pero a raz del "caso Scala" entra en una profunda crisis, que desembocar en la escisin de los "posibilistas" en el congreso de Valencia.

De esa escisin surge, actualmente como cuarta fuerza sindical, la Confederacin General del Trabajo (CGT). En esta confederacin, dinmica y en relativo ascenso, tambin trabajan militantes de formacin cristiana, procedentes de una pequea escisin de USO, as como otros de los restos de CSUT (sindicato impulsado por el Partido del Trabajo de Espaa, maosta).

La CNT-AIT, en la actualidad, apenas desarrolla trabajo sindical, reducindose su presencia en el medio laboral y proyectando su accin en fenmenos marginales como el movimiento insumiso, "okupa", etc.

La UGT socialista no se reconstruye hasta principios de los aos 70 (salvo alguna limitada experiencia aislada). En la actualidad es la segunda gran organizacin sindical espaola, tras CC.OO, manteniendo magnficas relaciones con su partido hermano, el PSOE.

Otros sindicatos.

Tambin en los ltimos aos del franquismo, otras organizaciones sindicales intentan asomar de la mano de partidos polticos radicales (FRAP, ORT y PTE), as como algunas de carcter nacionalista (SOC y ELA-STV).

Otros pequeos sindicatos ven la luz en los aos de la transicin con la sea de identidad de "independencia": CDT, CGTI (unificados en CGDT) y la CTI del exfalangista y cofundador de Comisiones Obreras Ceferino Maestu. Ya hemos visto que parte de ellas recalan en USO en 1.980.

A finales de los aos 70, y tras las primeras elecciones sindicales de la democracia (1.980), se observa que el nmero de "independientes", tanto de pequeos sindicatos de empresa, como a personal, es muy elevado. Surgen algunos intentos de unidad de los anteriores, como es el caso de "Solidaridad Independiente", de la que tras su congreso fundacional anunciado a bombo y platillo, nunca ms se supo.

Progresivamente los independientes se van integrando en todo tipo de sindicatos, al no poder competir con los servicios ofertados desde las grandes confederaciones sindicales.

Incluso desde las formaciones de la extrema derecha se realizan incursiones en el mundo sindical, a travs de siglas como FNT, UNT, ASNT y CONS. Salvo xitos aislados y por escaso tiempo (caso de FNT en el taxi madrileo y CONS en Valencia) tales intentos no pasaron de lo anecdtico.

En estos primeros aos de la transicin se consolida el sindicalismo nacionalista. ELA-STV, de origen catlico, se consolida como primer sindicato en la Comunidad Autnoma Vasca, siendo casa comn de todos los nacionalistas no radicales, superando la escisin de ELA Askatuta. El sindicato radical LAB, impulsado desde KAS, surge en la escena vasca, con un estilo propio reivindicativo e innovador en ascenso.

Convergencia Intersindical Gallega surge de la unin de INTG y la asociacin campesina gallegista. Constituye una correa de transmisin del pujante nacionalismo radical del Bloque Nacionalista Gallego, mejorando de forma progresiva sus resultados y su accin sindical, siendo sindicato de referencia obligada en Galicia en prcticamente todos los sectores laborales.

En el mundo del funcionariado, una confederacin de marca "independiente" surge, a partir de numerosos sindicatos nacidos en sectores muy concretos de la Funcin Pblica. Tambin aqu encontramos a catlicos actuando de forma individual. Hablamos de la CSI-CSIF.

Aunque la lgica de una legislacin que prima a los sindicatos mayoritarios llevaba a la confluencia de CSI-CSIF con USO, tal no se produce. Si bien debemos sealar que ambas confederaciones son complementarias. En el mundo de la Funcin Pblica USO apenas tiene incidencia (salvo enseanza), siendo el medio natural de CSI-CSIF. Por su parte, en el mundo de la empresa privada, CSI-CSIF apenas tiene representacin.

Persisten algunos sindicatos muy radicales, como el SOC andaluz, el SU, ESK - CUIS, etc.; siendo su implantacin local y muy desigual.

Fuera de las organizaciones mencionadas quedan importantes organizaciones sectoriales, como el poderoso Sindicato Espaol de Pilotos de Lneas Areas (SEPLA), la CEMSATSE (mdicos y ATS de la sanidad pblica), el SAE (auxiliares de clnica), el ANPE (sindicato independiente de las enseanzas medias pblicas), el SEMAF (en RENFE), la UCSTE (izquierda radical en la enseanza, tanto pblica como privada) y diversas organizaciones sectoriales de las policas Nacional y locales (SUP, SPPU, SG, ARNE, SPF, etc.), Correos, Banca (FITC) y Cajas de Ahorro, administraciones autonmicas y locales, etc.

Otro sector con presencia sindical es el agrario, aunque con carcter empresarial, por lo que quedara fuera de este anlisis. Organizaciones tradicionales (Jvenes Agricultores, COAG) compiten con otras de nuevo cuo, como la impulsada desde UGT (Unin de Pequeos Agricultores) u otras de carcter nacionalista como EHNE.

Como conclusin de este breve repaso a las organizaciones sindicales existentes en Espaa, vemos cmo el marco jurdico existente, pese a los porcentajes que establece para determinar la representatividad desde un criterio mayoritario (favoreciendo a los grandes y ahogando a los ms pequeos en la negociacin y discriminando va subvenciones), no ha conseguido eliminar el pluralismo del sindicalismo espaol.

Presencia de un sujeto cristiano en el mundo sindical.

Hemos visto que son muchos los militantes cristianos que trabajan en diversas organizaciones sindicales. De alguna manera, los procedentes de HOAC y JOC, tributarios de su concreta metodologa y su concepcin eclesiolgica, militan preferentemente en UGT, CC.OO, CGT, UCSTE y tambin en USO.

Otros catlicos, vinculados a otras realidades eclesiales, militan en CSI-CSIF, CEMSATSE, ANPE y USO.

Y no olvidemos el origen catlico del sindicato nacionalista ELA-STV, donde militan muchos catlicos y sindicalistas antes independientes.

Pero creemos que no se trata de hablar y actuar conforme a los tradicionales esquemas de "derecha" e "izquierda", trasladndolos a las realidades eclesiales.

El mundo del trabajo est experimentando una evolucin rapidsima e imprevista. As, por ejemplo, la apertura del sindicalismo "de clase" a nuevos sectores sociales (funcionariado, autnomos, fuerzas de seguridad), aos atrs considerados como sospechosos por la "clase obrera", era inimaginable hace unas dcadas. Por ello, apegarse a viejas formulaciones (mundo obrero, conciencia de clase, militancia obrera, etc.) es ir al fracaso, al servirse de categoras y realidades en recesin.

Desde esta perspectiva, el compromiso personal, concretado en la "militancia" individual, quedara superado por el criterio de pertenencia a las realidades vivas de la Iglesia.

Por otra parte, hay que considerar que el movimiento obrero en particular y sindical en general, han perdido buena parte de la capacidad transformadora que le caracterizaron dcadas atrs, convirtindose en meros gestores de fondos pblicos y de otros recursos de la vida laboral, insertados plenamente en el sistema.

Hoy da, para un cristiano, la llamada a la "nueva evangelizacin" impulsada por Juan Pablo II debe ser horizonte inmediato. Y esa evangelizacin pasa, en primer lugar, por el testimonio personal y el encuentro "cara a cara". Y para ello, las estructuras sindicales que hemos descritos antes, no son fundamentales; aunque ello no quiere decir que, como mbito muy importante de la vida, los cristianos no puedan tambin trabajar en el seno de las mismas con un espritu transformador y misionero.

Si queremos que la Iglesia sea una realidad identificable tambin en el mundo del trabajo, como una presencia humana, es precisa la creacin de un nuevo sujeto cristiano.

La razn ltima del actuar en sindicalismo no sera, pues, un voluntarismo que pretende unir esferas disociadas de la existencia. Se trabajara en el sindicalismo como expresin de la vida nueva encontrada en la Iglesia, como una dimensin no dualista de una vivencia integral de la fe en el seno de la comunidad cristiana. Y con esa perspectiva, se abrira la posibilidad de dignificar la accin sindical, rescatndola del oportunismo en que se encuentra sumida.

No hay futuro para un sindicalismo catlico que no pase por la recuperacin de un pueblo por la Iglesia.

Los nuevos movimientos que tienen esa clara conciencia, constituyen la posibilidad de "recreacin" de ese pueblo que tambin puede ser visible en el mundo sindical.

Al igual que los partidos polticos, no todos los sindicatos respetan de idntica forma la libertad de actuacin de la Iglesia. Por ello, el trabajar en el interior de aquellos sindicatos que faciliten la actuacin de ese sujeto cristiano, es una manera realista de ser presencia en el mundo laboral. Es ms. Para algunos sindicatos de clase, el cristiano es un sospechoso que debe renunciar a su identidad ms autntica, debiendo revalidar su admisin en el grupo continuamente mediante un test de "fiabilidad sindicalmente correcta".

Un cristiano que acte sindicalmente debe considerar qu espacio se concede, en el sindicato en el que trabaja, a principios fundamentales como el principio de subsidiariedad, el derecho a la vida, la libertad de enseanza, la justicia distributiva, etc.

Un nuevo sujeto catlico en el mundo del trabajo debe partir de una identidad netamente catlica, en que la pertenencia eclesial, la experiencia comunitaria y la creatividad social, sean caractersticas de esa presencia evangelizadora.

Jos Basabura. [email protected].