Los derechos humanos: 1948-1998

PRESENTACIÓN

Este año, 1998, tiene una significación espe-cial en todo lo que tiene que ver con el vasto mo-vimiento internacional de los derechos humanos.Efectivamente ellO de diciembre de 1998 secumplirán puntualmente 50 años desde que enotro lejano 10 de diciembre de 1948 fuera procla-mada la "Declaración Universal de los DerechosHumanos" por parte de la Asamblea General delas Naciones Unidas. Esta Declaración constitu-yó el punto de partida de un poderoso movimien-to a favor del reconocimiento y salvaguarda delos derechos humanos a nivel mundial, y ha ge-nerado la elaboración de más de 70 tratados, a ni-vel regional e internacional, sobre derechos hu-manos. y este movimiento dista mucho de haber-se detenido: este mismo año se firmarán nuevasconvenciones sobre derechos humanos y concre-tamente entrará en vigor el Protocolo XI a laConvención Europea de los Derechos Humanosque, entre otras novedades, reconocerá a todos losindividuos el derecho de recurrir directamente, pa-ra defender sus derechos, ante la nueva Corte Eu-ropea de Derechos Humanos. Algo análogo se vie-ne haciendo también en América, donde, desde1997, los representantes de las víctimas de viola-ciones de derechos humanos, pueden presentar suspruebas y argumentos "en forma autónoma" antela Corte Interamericana de Derechos Humanos, yno ya, como hasta entonces, a través de la Comi-sión Interamericana de Derechos Humanos.

La redacción de la "Revista de Filosofía" de laUniversidad de Costa Rica ha juzgado oportunodedicar un número especial, consagrado a los de-rechos humanos, para celebrar esta efemérides.Costa Rica se ha distinguido históricamente en elconcierto de las naciones centroamericanas por

su tradicional respeto a los derechos humanos ypor su declarada y reiterada vocación pacifista.En Costa Rica tiene su sede precisamente la Cor-te Intéramericana de los Derechos Humanos y elInstituto Interamericano de los Derechos Huma-nos, y en Costa Rica se firmó en 1969 la Conven-ción Americana sobre Derechos Humanos, másconocida como "Pacto de San José de Costa Ri-ca". En costa Rica también hace unos 20 años, en1978, se publicó una obra titulada "La Declara-ción universal de los derechos humanos" por par-te de la Asociación Costarricense pro NacionesUnidas para conmemorar el 30 aniversario de es-ta Declaración.

La "Revista de Filosofía" de la Universidadde Costa Rica quiere, pues, sumarse a esta tradi-ción civilista y académica en la defensa y promo-ción de los derechos humanos y contribuir mo-destamente a la celebración de este cincuentaaniversario.

Abre este número especial un estudio extensoy pormenorizado sobre "BSpinoza como defen-sor de los derechos humanos" de la profesoraAmalia Bernardini, especialista en la filosofía delpensador holandés. Subraya, por una parte, laprofesora Bernardini la importancia de Spinozacomo defensor de las libertades, en primer lugar,de la libertad religiosa entendida como libertadde conciencia, independientemente de cualquierreligión positiva, y, en segundo lugar, de la liber-tas philosophandi como consecuencia del dere-cho natural al libre pensamiento y de la indepen-dencia recíproca ente religión y filosofía; destacaasimismo, por otra parte, "cierto carácter pendu-lar de la teoría política spinoziana" (que, en algu-nas ocasiones, parece oscilar entre absolutismo y

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XXXVI (90), 487-488, 1998

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democracia, entre heteronomía y libertad, entreracionalidad y personalidad).

A continuación, en el ensayo titulado "Los de-rechos humanos y la cultura" el profesor ÁlvaroCarvajal analiza algunos problemas relativos alos llamados "derechos culturales". Explica elautor que estos se encuentran en una situación derelativo abandono y normalmente relegados alúltimo lugar de los derechos humanos. Inclusohay autores que se niegan a considerarlos comoverdaderos y auténticos derechos. En concreto laindeterminación de los derechos culturales deri-varía de la ambigüedad del mismo concepto decultura. En efecto, si, desde el punto de vista an-tropológico, cultura es todo lo que hace el ser hu-mano, en nombre del respeto a la cultura o a ladiversidad de culturas, habría que justificarasimismo obvios atentados a los derechos huma-nos, como por ejemplo la mutilación genital demás de treinta millones de mujeres que se practi-ca en muchos países. Frente a tales paradojasCarvajal parece postular la existencia de un códi-go ético mínimo universal (=¿imposición de unacultura sobre otras?) aplicable a todas las cultu-ras. y frente a la dificultad de precisar los dere-chos culturales, distingue, dentro de éstos, dostipos de derechos: unos que serían más bien de-rechos morales o valores ideales a alcanzar;otros que serían propiamente derechos humanosque se podrían exigir jurídicamente ante las ins-tancias pertinentes.

Posteriormente se presentan tres ensayos,que tienen claramente unidad y coherencia en-tre sí, del profesor Antonio Marlasca. El pri-mero de ellos, titulado, "Antropología y dere-chos humanos. 1. (A propósito de la Declara-ción de los derechos del hombre y del ciudada-no de 1789)", analiza la concepción del hombrey del ciudadano implícita en la famosa declara-ción de derechos por parte de los revoluciona-rios franceses. Al fin y al cabo, y al margen de

su discutida originalidad, la Declaración de 1789·marca indudablemente un hito en la historia delos derechos humanos, y la Declaración universalde 1948 no es sino la lógica continuación, a casidos siglos de distancia, de la Declaración france-sa. Por considerarla de especial interés en nues-tros tiempos feministas, se ha incluido, en una delas notas de este trabajo, la "Declaración de losderechos de la mujer y de la ciudadana" deOlympe de Gouges de 179l.

El segundo ensayo, en clara continuidad conel precedente, titulado "Antropología y derechoshumanos. II. (A propósito de la Declaración uni-versal de los derechos humanos de 1948)", expo-ne el humanismo subyacente en esta Declaración,de inspiración innegablemente laica y profana, yel recurso a la dignidad humana -concretamente ala razón y a la conciencia del ser humano- comofundamento último de los derechos humanos.

En el tercer y último ensayo, titulado "Funda-mentación filosófica de los derechos humanos",se intenta ahondar directamente en una "cuestióndisputada" -que dirían los filósofos medievales-y típicamente filosófica: por qué hay derechoshumanos, o, dicho de otra manera, cuál es el fun-damento último de los derechos humanos. Con-cretamente se expone la justificación de los dere-chos humanos que hoy por hoy parece la más ati-nada y convincente: la que se basa en las necesi-dades humanas.

Con estos ensayos, pues, se intenta contribuiral esclarecimiento de la justificación teórica delos derechos humanos. Tarea por cierto nada fá-cil, que otros autores llaman "fundamentación delos derechos humanos", y a la que algunos consi-deran como una empresa un tanto utópica cuan-do no, literalmente, como imposible.

Antonio Mar/asea López