Los Gallinazos Sin Plumas

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Los gallinazos sin plumas Artículo principal: Los gallinazos sin plumas Este cuento está ambientado en un arrabal de Lima y cerca al mar. Los hermanos Efraín y Enrique son dos niños que viven bajo la tutela de su abuelo, llamado don Santos, un ser áspero, despótico y lisiado, que andaba con una pata de palo. Don Santos obliga a sus nietos a levantarse temprano y los envía a los basurales, para que recolecten alimentos con los que cebaba a su cerdo, llamado Pascual. Cierto día Efraín se corta el pie con un vidrio roto, lo que le produce una herida que se infecta, impidiéndole continuar sus labores. El abuelo, indiferente, obliga a Enrique a asumir la tarea de su hermano, recargándose así su trabajo. Otro día, Enrique trae a casa un perro sarnoso y flaco, a quien adopta como mascota y lo bautiza con el nombre de Pedro. Pero Enrique se enferma de las vías respiratorias, le da fiebre y al igual que su hermano queda postrado en la cama; el abuelo, enfurecido, amenaza con no darles comida hasta que retomen sus labores; él mismo intenta ir a los basurales pero fracasa estrepitosamente, al no tener la agilidad de sus nietos. Era invierno y al cerdo le empieza a dar la locura del hambre. Una mañana, el abuelo entra al cuarto de sus nietos y los obliga a levantarse; entonces Enrique se ofrece ir él solo al muladar con cuatro latas o recipientes de hojalata, pero deja a su perro Pedro al cuidado de su hermano. De retorno con las latas llenas, Enrique no encuentra al perro y se entera entonces que el abuelo había apaleado al animal y arrojado su cuerpo como alimento para el cerdo. Horrorizado al ver los restos de su perro, Enrique reprocha vehementemente al abuelo por cometer tal acción, hasta hacerlo caer de espaldas dentro del corral del cerdo. El abuelo, por carecer de una pierna, no podía levantarse y teme que su cerdo se le acerque, por lo que suplica a Enrique que le ayude. Pero éste va en busca de su hermano, lo alza en hombros, y se marchan, dispuestos a vivir en otro sitio. De lejos, sienten llegar desde el corral del cerdo el rumor de una batalla. Interior "L" Este relato tiene como protagonistas a un colchonero y su hija de quince años, Paulina, que vivían en un callejón o casa de vecindad, en el interior “L”. La esposa del colchonero había fallecido tiempo atrás de tuberculosis, mismo mal que llevó también a la tumba al hijo mayor de la familia, que trabajaba como albañil. El colchonero se ganaba la vida renovando colchones y sentía que ya las fuerzas se le iban. Cierto día regresó temprano a casa y encontró a Paulina durmiendo a pierna suelta, por lo que la reprendió enérgicamente, por faltar a la escuela. Fue entonces cuando notó una convexidad en el vientre de su hija, asaltándole una negra sospecha que de inmediato lo confirmó; efectivamente, su hija estaba embarazada. Paulina confesó que había sido abusada sexualmente por un maestro de obras de una construcción vecina, un zambo joven y fornido, llamado Domingo Allende; según ella, aquél se había metido a su habitación y la había forzado. El colchonero encaró a Allende, pero éste alegó que fue su hija quien la buscó y la invitó a su cuarto, y que todo había sido consentido; sin embargo, el colchonero no se quedó tranquilo y fue a consultar a un abogado de la vecindad, quien le alentó a presentar la denuncia, pues al ser Paulina todavía menor de edad, ello le costaría a su ofensor pena de cárcel. Un día, el colchonero se encontró nuevamente con Allende y tras una

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RESUMEN DE LA OBRA GALLINAZOS SIN PLUMAS DE RIBEYRO PARA POSTULANTES A MEDICINA SAN MARCOS

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Los gallinazos sin plumasArtculo principal:Los gallinazos sin plumasEste cuento est ambientado en un arrabal de Lima y cerca al mar. Los hermanos Efran y Enrique son dos nios que viven bajo la tutela de su abuelo, llamado don Santos, un ser spero, desptico y lisiado, que andaba con una pata de palo. Don Santos obliga a sus nietos a levantarse temprano y los enva a los basurales, para que recolecten alimentos con los que cebaba a su cerdo, llamado Pascual. Cierto da Efran se corta el pie con un vidrio roto, lo que le produce una herida que se infecta, impidindole continuar sus labores. El abuelo, indiferente, obliga a Enrique a asumir la tarea de su hermano, recargndose as su trabajo. Otro da, Enrique trae a casa un perro sarnoso y flaco, a quien adopta como mascota y lo bautiza con el nombre de Pedro. Pero Enrique se enferma de las vas respiratorias, le da fiebre y al igual que su hermano queda postrado en la cama; el abuelo, enfurecido, amenaza con no darles comida hasta que retomen sus labores; l mismo intenta ir a los basurales pero fracasa estrepitosamente, al no tener la agilidad de sus nietos. Era invierno y al cerdo le empieza a dar la locura del hambre. Una maana, el abuelo entra al cuarto de sus nietos y los obliga a levantarse; entonces Enrique se ofrece ir l solo al muladar con cuatro latas o recipientes de hojalata, pero deja a su perro Pedro al cuidado de su hermano. De retorno con las latas llenas, Enrique no encuentra al perro y se entera entonces que el abuelo haba apaleado al animal y arrojado su cuerpo como alimento para el cerdo. Horrorizado al ver los restos de su perro, Enrique reprocha vehementemente al abuelo por cometer tal accin, hasta hacerlo caer de espaldas dentro del corral del cerdo. El abuelo, por carecer de una pierna, no poda levantarse y teme que su cerdo se le acerque, por lo que suplica a Enrique que le ayude. Pero ste va en busca de su hermano, lo alza en hombros, y se marchan, dispuestos a vivir en otro sitio. De lejos, sienten llegar desde el corral del cerdo el rumor de una batalla.Interior "L" Este relato tiene como protagonistas a un colchonero y su hija de quince aos, Paulina, que vivan en un callejn o casa de vecindad, en el interior L. La esposa del colchonero haba fallecido tiempo atrs de tuberculosis, mismo mal que llev tambin a la tumba al hijo mayor de la familia, que trabajaba como albail. El colchonero se ganaba la vida renovando colchones y senta que ya las fuerzas se le iban. Cierto da regres temprano a casa y encontr a Paulina durmiendo a pierna suelta, por lo que la reprendi enrgicamente, por faltar a la escuela. Fue entonces cuando not una convexidad en el vientre de su hija, asaltndole una negra sospecha que de inmediato lo confirm; efectivamente, su hija estaba embarazada. Paulina confes que haba sido abusada sexualmente por un maestro de obras de una construccin vecina, un zambo joven y fornido, llamado Domingo Allende; segn ella, aqul se haba metido a su habitacin y la haba forzado. El colchonero encar a Allende, pero ste aleg que fue su hija quien la busc y la invit a su cuarto, y que todo haba sido consentido; sin embargo, el colchonero no se qued tranquilo y fue a consultar a un abogado de la vecindad, quien le alent a presentar la denuncia, pues al ser Paulina todava menor de edad, ello le costara a su ofensor pena de crcel. Un da, el colchonero se encontr nuevamente con Allende y tras una discusin, lo amenaz con denunciarlo. Allende cambi entonces de rostro y se retir preocupado. Das despus, fue a visitar al colchonero con un representante de la constructora, para pactar un arreglo. A cambio de no presentar la denuncia, el colchonero recibira una crecida suma de dinero. El colchonero termin por aceptar, pues conoca lo intrincado y fatigoso que era andar en los judiciales. Con esa suma, l y su hija pudieron vivir desahogadamente, por un tiempo; sin embargo Paulina sufri un aborto espontneo y lo que quedaba del dinero tuvieron que gastarlo en remedios. El relato finaliza cuando el colchonero, enfermo y hastiado de tener que trabajar duramente, le sugiere a su hija, ya recuperada, que busque nuevamente a Allende. En otras palabras, le incita a que cometa un chantaje sexual, del que se beneficiaran nuevamente. Paulina se limita a responder que lo pensar.Mar afueraEl relato empieza mostrando a dos amigos, Janampa y Dionisio, navegando a bordo de una barca, yendo a la faena de pesca. Janampa, zambo pescador y dueo de la barca, haba invitado a Dionisio muy de madrugada a que le acompaara en esa labor. Pronto, Dionisio se dio cuenta que la intencin de Janampa era otra y empez mentalmente a reconstruir su amistad con ste. Lo haba conocido haca dos aos en una construccin en la que trabajaron como albailes. En cierta ocasin le gan su salario en un juego de pquer. Tiempo despus, durante una fiesta de cambio de aros, Dionisio conoci a una mujer apodada La Prieta, a la que conquist, pero not que Janampa tambin la haba pretendido, siendo rechazado por ella debido a su fama de donjun de barriada. Al parecer, Janampa continu interesado por la Prieta y sola merodear la barraca donde pasaban la noche ella y Dionisio. Volviendo al inicio del relato, en esa madrugada, cuando parti a acompaar a Janampa a la pesca, Dionisio se despidi cariosamente de la Prieta; ella le pidi que no demorara mucho, como presintiendo algo. Llegado ya mar afuera, muy lejos del litoral, Janampa orden a Dionisio que echara la red desde la popa. Dionisio le obedeci, dndole la espalda. La tarea era muy lenta y fatigosa. Dionisio saba ya que Janampa en cualquier momento lo atacara; vio que era imposible huir y esper resignado la pualada fatal.Mientras arde la velaAparece la protagonista, doa Melchora, pensativa en su habitacin, de noche. Era una seora humilde, que viva con Moiss, su esposo, un albail alcohlico, y con su hijo menor, Panchito. Recuerda que horas antes haban trado a su esposo, inconsciente; se haba cado de un andamio, mientras trabajaba, pues al parecer se hallaba un poco mareado (ebrio). Mercedes haba credo que no sobrevivira, pero luego de un rato Moiss despert y se puso como loco, queriendo agredirla, tal como sola hacer cada vez que tomaba. Ella se defendi y lo empuj; Moiss se cay y se golpe fuertemente la cabeza en el suelo, quedando nuevamente desmayado. Pero esta vez se qued rgido y no pareca respirar. Con ayuda de Panchito, Melchora coloc a su esposo en la cama, creyndolo muerto. Luego sali de la casa a buscar a doa Romelia, su vecina, para preguntarle qu deba hacer. Melchora estaba harta de la infeliz vida que llevaba con su esposo; deseaba abrir una verdulera con los ahorros que tena, pero mientras estuviera con Moiss no poda poner en ejecucin sus planes. Le haba pedido el divorcio infructuosamente. Senta que con la muerte de Moiss las cosas seran distintas; era una gran oportunidad que se le presentaba. Pero cuando regresa a casa, su hijo le dice que su pap no est muerto, pues mientras ella estaba ausente haba hablado con l. Melchora no le cree y le da una bofetada a su hijo, creyendo que haca una broma infantil, pero luego escucha la voz de su esposo que le pide a gritos agua. Ya se haba reunido mucha gente en la casa informada de la supuesta muerte de Moiss; al conocerse que solo era una falsa noticia, todos festejaron la buena nueva. Llegan enseguida los de Asistencia Pblica, informados de la muerte de un hombre; el enfermero se molesta al no hallar ningn cadver, pero obligado por los presentes, examina a Moiss. El enfermero aconseja a Moiss que no bebiera ms, pues su corazn estaba dilatado y una borrachera ms le sera fatal. Retirados todos, Melchora se va contrariada a su cuarto, pensando que ya no podra abrir su verdulera; espera que la vela que alumbraba la habitacin se consuma para acostarse; mientras tanto recuerda la recomendacin que el enfermero hizo a su esposo. Melchora sale entonces del cuarto a buscar algo en la oscuridad; de una canasta extrae una botella de aguardiente y vuelve con ella al dormitorio. Su esposo ya se hallaba acostado y roncaba. Junto a su cabecera, Melchora coloca la botella. De pronto se apaga la vela. Melchora se acuesta entonces junto a su esposo, ya ms tranquila y confiada en el porvenir.

En la comisaraEl relato esta ambientado en el patio de una comisara, donde se hallan un grupo de detenidos, entre ellos dos amigos, Martn y Ricardo. Echado en el suelo est un individuo al que llaman el panadero, plido e inerte. Ricardo le dice a Martn que se animase, pues haba llegado su oportunidad; se refera a que, poco antes, el comisario haba prometido liberar a quien diera una golpiza al panadero, detenido por haber golpeado salvajemente a su esposa, dndole una patada en el estmago. Martn, que era famoso enSurquillopor ser un peleador consumado, rehsa al principio tomar la oferta y trata de defender al panadero, aduciendo que haba actuado as estando borracho. En eso, otro detenido, ebrio y vestido de frac, empieza a vomitar ruidosamente en un rincn del patio. Un mal olor llena el ambiente y Miguel no esconde su molestia. Piensa en que si no sera mejor abandonar ese lugar y respirar el aire de la calle. Ricardo no le insiste en que aproveche la oferta del comisario, pero de todos modos, indirectamente, acicatea a Miguel, recordndole que al medioda deba encontrarse en el paradero con Luisa, para ir a la playa con ella. Martn piensa entonces en Luisa y se lamenta de la posibilidad de dejarla plantada. Recuerda que en una ocasin, ella, que trabajaba frente al mostrador de un bar, le cur de una herida producto de una de sus numerosas peleas con malandrines. De pronto, Martn cree que el panadero le est mirando fijamente, con algo de sorna, y eso le molesta en extremo. Acaso crea ese infeliz que le tena miedo?, pregunta. Ricardo no atina a decirle nada. Entonces, Miguel se anima y ordena avisar al comisario que estaba dispuesto a dar una golpiza al panadero. El comisario ingresa entonces sonriente y acomoda el espacio. Los dems detenidos arrinconan las bancas y forman un crculo, habilitando as un improvisado coliseo. El panadero retrocede lleno de terror, pero dos detenidos lo cogen de los brazos y le arrojan al centro del espacio, donde le esperaba Martn, con los puos en ristre. De pronto, el panadero se llena de valor y empieza a danzar en torno a Martn con los puos en alto, aunque sin atreverse a acercarse. Esto exaspera a Martn y empieza a sentirse ridculo de participar en tal pantomima. Sin embargo, de manera inesperada, el panadero se arroja encima de Martn, dndole de patadas, puetazos y araazos. Martn siente que se le oscurece todo; solo recordara despus que logr arrinconar a su rival hasta la pared, dndole finalmente tres recios puetazos en la cara. El comisario cumple su promesa y suelta a Martn, quien se dirige al paradero del tranva. All le esperaba Luisa, quien de lejos le saluda agitando su bolso. Martn quiere responderle, pero al ver sus puos lacerados, esconde las manos en sus bolsillos, avergonzado.La tela de araaLa protagonista, Mara, es una joven provinciana natural de Chincha, que trabaja como empleada del hogar en Lima. El relato se abre con ella refugiada en una habitacin enJess Mara, a donde le lleva su amiga, sirvienta como ella, llamada Justa, donde deba encontrarse con un seor llamado Felipe Santos, una supuesta alma bondadosa, que se haba ofrecido para ser su protector y darle nuevo trabajo. Mara haba huido de la casa donde trabajaba, a raz del continuo acoso que sufra de parte del hijo de su patrona Gertrudis, el joven Ral (al que le decan el nio Ral). La Justa, antes de dejarla en esa habitacin de Jess Mara, le advierte que el seor Felipe Santos llegara muy tarde, pues trabajaba en una panadera; le asegura una vez ms que le ayudara a conseguir trabajo, pues era una buena persona. Mara, al quedar sola, tiene sentimientos contrariados; por un lado siente un gran alivio de haber huido del acecho de Ral, pero por otro, se siente sola en una habitacin extraa, a la espera de un hombre desconocido. En el techo ve a una araa haciendo hbilmente una enorme tela. Empieza a sentir ttrico el ambiente y tiene un mal presentimiento. Mientras espera a Felipe Santos, recuerda la insoportable vida que haba llevado en casa de su patrona, donde continuamente era abordada por el joven Ral, el cual trataba de convencerla para que saliera con l. Un da, Ral pas de las palabras a la accin y trat de abrazarla a la fuerza. Ello fue el colmo para Mara, quien lo acus ante la patrona. Esta le escuch sin inmutarse y solo se limit a decirle que volviera al trabajo, que ya sabra que hacer. Al parecer, doa Gertrudis algo le dijo a su hijo, pues durante unos das, Mara se vio libre del acoso, aunque luego el nio volvi a las andadas con renovado bro. Mara le cont de su situacin a Justa, y ella fue quien le aconsej que huyera y buscara ayuda con Felipe Santos, quien era dueo de una panadera y deca que la conoca, pues la vea siempre pasar cuando iba a la pulpera. Mara no identificaba al tal Felipe Santos; de todos modos acept la oferta. Muy de maana sali de la casa de Gertrudis y junto con Justa tom un taxi, con direccin a Jess Mara donde se encontrara con quien se haba ofrecido para ser su protector. Finalmente ste se presenta: se trataba de un hombre cincuentn, que le saluda amablemente, ofrecindole ayudarla y ser para ella como un padre, ya que ella era todava muy joven. Como gesto de su buena voluntad le regala una cadenilla con una medalla de la Virgen, colocndole l mismo en el cuello. Mara se queda inmvil, sin atinar a negarse y salir de la habitacin (a dnde podra ir, si no conoca a nadie en Lima, cuyas abigarradas calles se cruzaban como una gigantesca telaraa?) y siente a la cadenilla como un nuevo yugo que debera soportar a partir de entonces.

El primer pasoEl cuento se desarrolla en un bar, donde el protagonista, Danilo, espera a Panchito, un conocido suyo que le encargara un trabajo, que en realidad no es sino una acto delictivo de transporte de mercadera ilegal. Era de madrugada. Mientras espera observando a los dems clientes del bar, Danilo recapitula mentalmente su vida. Todo el relato se filtra a travs de la mirada de este aprendiz de delincuente. Danilo es el tpico representante del lumpen-proletariado, que trabajaba eventualmente, pues no suele durar ms de dos meses en un mismo empleo, ya que, como el mismo se enorgullece en decirlo, prefiere su libertad. Vive a expensas de los favores de sus amigos y conocidos, a quienes aborda en bares y lugares de juego. Piensa en su enamorada, Estrella, que trabajaba en un bar y a la que el da anterior le haba rogado que esa noche se quedara en su trabajo, a la espera de su llamada, pues tena algo importante que comunicarle. No quiso contarle todava su plan, que era el de ir de viaje juntos, lejos de Lima. Ella era fea, lo que para l era una garanta de fidelidad. Piensa en Panchito, un tipo de cuerpo magro, pero que siempre andaba bien vestido y con los bolsillos llenos de dinero; piensa en que su suerte mejorar cuando haga el trabajo que le ha prometido y reciba el sustancioso dinero ofrecido, lo cual sera solo el primer paso. Llega finalmente Panchito, vestido con un impermeable, pese a que no llova. Panchito, que ingresa mirando cuidadosamente todo el local, hace notar a Danilo que su impermeable estaba ya cargado y luego le explica el procedimiento a seguir: dejara su impermeable en la silla, simulara ir al bao, para luego retirarse del bar; tras lo cual Danilo, tras un tiempo prudencial, deba coger y ponerse el impermeable, en uno de cuyos bolsillos estaba ya su pago; luego, deba ir a un hotel, segn lo previamente acordado, antes de tomar el mnibus que le llevara a su destino. Cumpliendo todo ello, Danilo se pone el impermeable, al que siente pesado; luego sale del bar pensando en lo fcil que sera el trabajo; pero al voltear ve a dos hombres que le siguen, sin distinguir que estos haban estado tambin en el bar. El relato sugiere que aquel trabajo no era solo el primer paso de la carrera delictiva de Danilo, sino probablemente, el ltimo.