LOS INSTRUMENTOS MODERNIZADORES DE LA … Álvarez... · 2015-03-02 · Shawn, “Potreros,...
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LOS INSTRUMENTOS MODERNIZADORES DE LA GANADERÍA
DEL VALLE GEOGRÁFICO DEL RÍO CAUCA, 1910-1930
Álvaro Alejandro Orozco Álvarez*
Esta ponencia analizará las estrategias con las cuales los empresarios agrícolas del valle
geográfico del río Cauca introdujeron técnicas de mejoramiento de praderas y tratamientos
médicos en la explotación ganadera bovina en los primeros 30 años del siglo XX. Los cruces
genéticos fueron determinantes para establecer el mejoramiento de las razas bovinas en el
Valle, y no se hubieran podido establecer y propiciar sin la implementación de nuevas
técnicas pues las praderas artificiales y medidas de tipo fitosanitario favorecieron la
transformación del panorama productivo en los hatos vallecaucanos. Para lograr el presente
análisis se han consultado y estudiado fuentes de diversos tipos con las que se han podido
determinar las especies de pastos y enfermedades bovinas existentes en el departamento,
un balance de la producción agropecuaria del valle interandino y los tipos de tratamientos
adaptados y utilizados por los empresarios ganaderos y hacendados.
1. Las praderas en Colombia: Un acercamiento al problema
El capitán de caballería, José M. Silva Plaza en el año de 1929, escribía un artículo en el que
ilustraba la necesidad de implementar una política estatal en pro de los forrajes, exponía
que el país en caso de guerra no tenía como movilizar siquiera un batallón de caballería. En
cuanto a las políticas de mejoramiento en las prácticas ganaderas decía lo siguiente:
Tanto el Ministerio de Guerra como el de Industrias, se han ocupado
últimamente con verdadero empeño, en la adquisición de valiosos ejemplares
para el mejoramiento de las razas ganaderas del país, creyendo sin duda, que
* Historiador de la Universidad del Valle; integrante del Semillero de Investigación ‘Modernidad y modernización en el Valle del Cauca, siglos XIX – XXI’. Correo: [email protected]
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con inyectar sangre nueva y noble a nuestros degenerados ganados quedaba
resuelto el problema.2
Lo anterior lo podemos relacionar con los esfuerzos por modernizar dicho renglón,
pero es claro que ese no debía ser el único objetivo de dichas políticas:
Desgraciadamente este es solo uno de los factores para el mejoramiento de las
especies ganaderas y otro no menos importantes es el factor alimentación. En
efecto, la calidad y cantidad del alimento tiene una importancia decisiva en el
desarrollo del individuo antes que continuar adquiriendo ejemplares valiosos
se debe procurar que el país en general, disponga de buenos forrajes capaces de
alimentar convenientemente los productos que se obtengan, en cualquier punto
de la República.3
Las anteriores citas ilustran en parte el problema que el gobierno colombiano enfrentó
cuando emprendió el proceso modernizador ganadero, reflejan también los grandes
inconvenientes técnicos, pero parece ser que las opiniones del capitán Silva no reflejan del
todo la problemática local y regional. Este militar al parecer ignoraba el proceso de cambio
en el Valle del Cauca, más adelante expondremos la forma en la cual se fueron vinculando
nuevas propuestas técnicas y tecnológicas para el desarrollo del sistema ganadero
vallecaucano.
El análisis de este renglón de las praderas es relativamente nuevo, lo podemos
encontrar en sub-líneas de investigaciones históricas y económicas cómo en el caso de las de
Salomón Kalmanovitz y Enrique López Enciso4; no obstante ha surgido una mirada, que
contradice las apreciaciones en ocasiones y las afirmaciones imperantes de la econometría
y los análisis numéricos a los cuales es sometida la realidad; ejemplo de esta ruptura
2 Biblioteca Luis Ángel Arango (BLAA de ahora en adelante), Boletín de Agricultura, Ministerio de Industrias, Sección de Publicaciones Silva Plaza, José M. El Problema de los Forrajes en Colombia., Año II, Bogotá, Febrero de 1929, p. 476. 3 Ibíd., p. 476-477. 4 Kalmanovitz, Salomón y López Enciso, Enrique, La agricultura en Colombia, Bogotá, Fondo de Cultura Económico- Banco de la República, 2006.
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interpretativa son los trabajos del investigador Shawn Van Ausdal5 quien ha cambiado el
panorama y reflexionado en torno a las dificultades de las técnicas agropecuarias en una
perspectiva de largo aliento, observando desde la mitad del siglo XIX hasta mediados del
XX, el cambio y la utilización de los pastos en los procesos de colonización en Colombia y
en especial la zona norte del país.
Dentro del análisis dicho autor plantea que con respecto a los pastos y potreros
presentes en las propiedades ganaderas colombianas, el mejoramiento de éstos en el periodo
antes mencionado conllevó a un importante esfuerzo tanto de empresarios como de
productores por mejorar la calidad, condición que llevó a inversiones importantes de dinero
para implantar pastos de tipo africano que tenían mayor producción de biomasa, que se
adaptaban bien al trópico y tenían finalmente mayores carbohidratos que generaban más
energía, mayores proteínas que propiciaban más masa muscular en el ganado.
Estos cambios son visibles también en otros lugares del país, el Valle del Cauca por
como ejemplo. Estas estrategias entonces, tienen dinámicas distintas a aunque la matris
principal- el progreso- es la bandera general. Los desarrollos en materia de mejoramiento
de técnicas de explotación traen consigo cambios en las estructuras sociales y en el aparato
productivo, fortaleciendo la dinámica del capitalismo agrario.
2. Inserción de las praderas artificiales en el valle geográfico del río Cauca
¿Cómo eran las praderas en el valle? El zootecnista y veterinario Adolfo Alvares Valdez
para el año de 1931, nos ilustra el panorama de la siguiente manera:
Los hermosos pastizales que hemos visto en ambas orillas del río Cauca y el
nutrido pasto común o natural, que tanto abunda en las haciendas, nos han
impresionado muy favorablemente. Tal exuberancia de pasto sólo recordamos
5 Van Ausdal, Shawn, “Un mosaico cambiante, Notas sobre la una geografía histórica de la ganadería en Colombia, 1850-1950”, En: Flóres Malagón Alberto G., El poder de la carne. Historia de la ganadería en la primera mitad del siglo XX en Colombia. Bogotá, Editorial Pontificia Universidad Javeriana, 2008; Van Ausdal, Shawn, “Potreros, ganancias y poder. Una historia ambiental de la ganadería en Colombia, 1850-1950”, En; Historia Critica, Edición especial, pp. 126-149; Van Ausdal, Shawn, “Labores ganaderas en el caribe colombiano, 1850-1950”, En: Polo Acuña, José; Solano D. Sergio Paolo, Historia social del Caribe Colombiano. Territorios, Indígenas, Trabajadores, Cultura, Memoria E Historia, Colombia, Editorial La Carreta Histórica – Universidad de Cartagena, 2011; Van Ausdal, Shawn y Wilcox, Robert W., “Vacas y pastos: creación de paisajes ganaderos”, En: Leal, Claudia; Pádua, José Augusto; Soluri, John, Nuevas historias ambientales de América Latina y el Caribe, Munich, Climate Partner, 2013.
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haberla visto en el valle del Cibao, en Santo Domingo, y en ciertas regiones de
la costa sur de Puerto Rico. Nos ha impresionado mucho la gran semejanza del
aspecto de los potreros del Valle con los que conocemos en estas dos islas.6
Eso en cuanto a la parte plana del Valle, y la parte falduda, pero con respecto a los
pastos que habían en las lomas, el autor nos señala:
En los pastos lejanos al río y hacia la falda de las montañas, en donde las
condiciones del suelo no son las óptimas, la vegetación arbórea espinosa denota
que estas plantas sufren por la acción de los veranos. En esta región abundan
mucho las zarzas y diferentes especies del género pithecolombium7.
Esto nos deja entonces una delimitación geográfica clara, los establecimientos de
praderas artificiales se estaban concentrando para los años treinta en la planicie, insertando
entonces especies que soportaban la humedad y las inundaciones muy comunes en la época,
además de las oleadas de calor. Nos ilustra un clasificado de la época:
Se vende una finca en la banda occidental, que mide una extensión de ochenta
fanegadas más o menos: compuesta de pastos de Yaraguá y Janeiro; dos plazas
de monte, un clima delicioso y una bonita casa de habitación. A dos horas y
media de Buga, con buen camino carreteable en su mayor parte y a orillas de
éste8.
Este apartado nos permite identificar los tipos de pastos presentes en el Valle y sobre
todo aquellos pastos que eran generalmente utilizados en este territorio de ganadería
extensiva, además, el valor de los terrenos que tenían forrajes artificiales, lo cual le daba
características especiales para la época, es claro entonces que tener un terreno con pastos
artificiales no solo daba estatus a la propiedad y al propietario, sino que también favorecía
la valorización del terreno.
La importancia de los pastos radicaba -y radica- en que son un elemento de gran
importancia para el aumento de la producción sea de leche o carne. El Valle del Cauca
6 BLAA, Boletín de Agricultura, Ministerio de Industrias Sección de Publicaciones, Álvarez Valdés, Adolfo. ‘Yerbas Forrajeras del Valle del Cauca’, Año IV, Bogotá, Julio y Agosto de 1931, p. 269. 7 Ibíd., p. 269. 8 Biblioteca Nacional de Colombia (BNC de ahora en adelante), Periódico Helios, Guadalajara de Buga, marzo 6 de 1930, N° 776, Año 20, Serie 48, p. 4.
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padeció la invasión de pastos africanos mencionada por Ausdal9, compartiendo presencia
con las grandes y frondosas praderas de Pará y Janeiro que se encontraban a los alrededores
de la carretera y que surcaban las planicies, pero no toda la planicie estaba llena de pastos
artificiales, por lo general, en las unidades productivas se encontraba una mixtura con el
pasto común o grama como se le denomina.
En el año de 1916 encontramos en la prensa una gran diversidad de artículos tomados
del libro ‘Por la América del Sur’ del general Rafael Uribe Uribe, quien describió las
bondades de los pastos que desde Brasil hicieron tránsito a las propiedades ganaderas
colombianas y que se adaptaron a estas tierras calientes. Decía al respecto Uribe Uribe del
pasto Yaraguá:
Es una altiva gramínea, peculiar del Brasil, donde se conoce también con el
nombre capim vermelho, pasto rojo, porque al crecer presenta las puntas de las
hojas con un hermoso color rojizo. Oriundo del estado de Goyaz, es allí el forraje
por excelencia, pues ya sustituyó casi por cmpleto al antiguo capim gordura
variedad del pará, que aquí se llama capim de Ángola. De Goyaz se propagó a
Minas, Rio y San Pedro, y luego a los Estados Unidos del Norte, sujetos a
prolongadas sequías y donde está operando una verdadera revolución porque
la autenticidad del yaraguá lo habilita con facultades de resistentica mayores
que las de ningún otro pasto10.
Con discursos como éstos, con cargas de legitimación desde la academia,
comercializaba en Buga, Don Cesar Vallejo, las semillas de ‘Yaraguá’. La libra tenía un costo
de $250, precios elevadísimos, que sumándolos al jornal y al riesgo que se tenía con los
climas presentaba una inversión considerable en la modernización de las praderas. Si
miramos con atención las palabras del General Uribe Uribe, su origen remitía a Brasil, pero
la misión Chardon demostró que el pasto que se encontraba en estas praderas era en
realidad ‘Pasto Gordura’ proveniente de Angola, aunque el investigador (Carlos Chardon)
tiene en cuenta la importancia de Uribe Uribe en la difuminación del pasto en Antioquia,
resalta la equivocación que se tenía respecto al origen del mismo11.
9 Van Audal, Shawn, “Potreros, ganancias y poder…”, Op. cit. 10 BNC, Periódico Helios, Guadalajara de Buga, 18 de febrero de 1916, Año VI, Serie XIV, N° 166, p. 1. 11 Este reconocimiento científico fue denominado como la ‘Misión Chardon’ en honor a su director, reconocido ingeniero agrónomo de origen puertorriqueño que llegó a estas tierras, gracias a un convenio entre el gobierno colombiano y el de los Estados Unidos, planteado por los científicos y políticos locales
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El pasto tenía distintas formas de siembra, lo más probable, según las fuentes, es que
el pasto se sembraba utilizando el método que se describe a continuación:
se suele quemar el pasto natural primero, limpiando bastante los tacones antes
de dicha operación; a los días se procede a regar la semilla “al veleo” regando la
semilla en un ángulo de 180°, con las manos y el gordura aparecerá lozano
después de los primeros aguaceros12.
Si bien, las fuentes nos dicen que las semillas se comercializaban en el centro del
departamento, Chardon lo localiza en pequeñas proporciones al sur, en el municipio de
“Jamundí, en la base de la cordillera occidental a unos 1200 metros y en varias empresas cafeteras
cerca de La Cumbre”13 sitio localizado al suroeste de la ciudad de Cali, capital del
departamento.
Cuando Chardon, inició junto a su equipo el reconocimiento agropecuario del valle del
cauca en el año de 1929, acompañado por Ciro Molina Garces, secretario de Industrias del
departamento y Carlos Durán Castro, Director de la estación experimental de Palmira,
realizó el análisis de los forrajes presentes en los potreros vallecaucanos, encontró los pastos
y forrajes que se relacionan a continuación:
1. Pará.
2. Espartillo.
3. Guinea.
4. Yaraguá.
5. Elefante.
6. Guatemala.
7. Janeiro.
8. Hatico.
9. Nacedero.
Ciro Molina y Carlos Duran, apoyados ellos por el gobernador Holguín Lloreda. Con el propósito de realizar un balance de la riqueza natural y los problemas agropecuarios de la región. Chardon, Carlos, Reconocimiento Agro-Pecuario del Valle del Cauca. Informe emitido por la Misión Agrícola Puertorriqueña, dirigida por el Hon. Calos E. Chardon y presentado al Gobernador del Departamento del Valle en Colombia. San Juan de Puerto Rico, S.E, 1930, p. 69 12 Ibíd., p. 71. 13 Ibíd.
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En la configuración de los territorios, es claro que no todas las fincas y propiedades
estaban constituidas por pastos artificiales pues también se encuentra el pasto denominado
‘Espartillo’. Este es de origen natural, se encontraba en los potreros del Valle según como
plantea don Jairo Orozco Arango campesino, arriero y agricultor que cruzó los páramos que
dividen el Tolima y Valle del Cauca siendo un niño con ganado para las haciendas de
Barragán: “este un pasto que cuando se pasa se vuelve un pajonero, el ganado no se lo come espigado
además le seca la leche a las vacas”14; apreciaciones como éstas nos hacen pensar en las
dificultades a la hora de la faena con el ganado. Continua Orozco planteando que: “Cuando
el pasto se secaba nosotros le prendíamos candela al potrero terminando el verano así cuando el
invierno llegaba crecía fresco, ese solo se utilizaba pa’ levantar terneros”15.
Es así que se distribuía la producción ganadera en distintos potreros, pues no se
podían colocar en los mismos espacios, las vacas lactando, las vacas preñadas y los terneros
destetos. Dicha separación se presentaba en casos y propiedades contadas ya que como
menciona Chardon, en algunas haciendas las labores de separación no se daban, incluso el
mencionado observador encontró que algunos propietarios no separaban el ganado por
especies, edad y especificidad de producción y al respecto nos comenta: “Es muy común ver
en las ganaderías del Valle, vacas en avanzado estado de preñez pastando con los demás ganados. En
los mismos potreros se encuentran toros, toretes, novillas, caballos, en fin, toda clase de ganado y de
todas las edades. No hay separación entre ellas”16.
Más adelante Chardon nos aclara el motivo de esta situación: “En algunas ocasiones la
causa de esto no es la ignorancia del criador, sino la falta de división de los potreros y el descuido con
el que se mira esta industria, los que no permite la clasificación de las especies, razas, edades y
sexos”17. Esto determinaba no sólo el tipo sino los índices de producción del ganado en el
Valle del Cauca. Tenemos por tanto, la inclusión de nuevos pastos y la adopción de
esquemas de separación vacuna pero a la vez la permanencia de prácticas y elementos que
pervivían en la producción y que en definitiva anclaban ésta. En suma, un conflicto entre
las técnicas modernas y las prácticas domésticas rudimentarias. Esto es lo referente a las
formas de producción, pero miremos ahora la presencia de variedades de forrajes o pastos
14 Orozco Arango, Jairo. Entrevista realizada el 20 de Enero de 2014, Candelaria, Hacienda el Triunfo. 15 Ibíd. 16 Chardon, Carlos, Op. Cit, p. 44-45. 17 Ibíd.
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en las haciendas del Valle del Cauca para el año de 1929, según la información obtenida en
el ‘Almanaque de los Hechos Colombianos’, la ‘Revista de Industrias’ y el ‘Libro Azul de
Colombia’ en los cuales se localizaron un total de 82 haciendas con los respectivos pastos
que utilizaban:
Gráfico N° 1
Fuente: Gráfica realizada por el autor a partir del ‘Almanaque de los hechos
colombianos’ y el ‘Libro azul de Colombia’.
El Pará era entonces el pasto con mayor presencia en 27 haciendas vallecaucanas
según la información sistematizada; en segundo lugar se encontraba el Guinea encontrado
en 15; los pastos comunes en 11; el Janeiro tenía presencia en 8 haciendas, seguido por el
Micay que tenía presencia en 3, y finalmente, la Alfalfa y el Elefante que reportaban su
presencia cada uno en una hacienda. Tan solo una propiedad no registró información de sus
pastos.
La utilización del pasto Pará se daba en la ganadería extensiva, grandes potreros
tenían esta especie de forraje. Chardon lo recomendaba para alimentar vacas de leche,
mezclado con concentrados, pues sus aportes en solidos eran pocos y la leche solía –y suele-
ser de una calidad inferior, además los hacendados y ganaderos lo utilizaban por su fácil
11
27
8
15
1
1
3
1
15
COMUNES
PARA
JANEIRO
GUINEA
ALFALFA
ELEFANTE
MICAY
N.R
ARTIFICIALES
0 5 10 15 20 25 30
Tipo de pastos y su presencia en las
haciendas vallecaucanas, 1929
224
recuperación, pues aunque los ganados lo pisoteaban, su capacidad de producción de
biomasa era óptima.
Las haciendas podían poseer distintos tipos de pastos, algunas como por ejemplo, en
el municipio de Palmira, en la hacienda ‘La Propicia’, propiedad de los señores Carlos
Barona, José María Plaza y la señora Jorgina Plaza encontramos cuatro tipos de pasturas:
pasto alfalfa, elefante, hierbas Rosen y Sudan. No todas la haciendas, para este período,
tenían pasturas artificiales, si encontramos presencia de estos pastos, pero las hiervas
comunes forman parte de su potreros.
En conclusión, para el caso del Valle del Cauca el manejo técnico de las siembras de
los pastos estaba en proceso de acrecentarse, la industria estaba realizando esfuerzos muy
significativos por cambiar los pastos, comenzando a establecer solidez en la importación de
semillas para la mejora en las haciendas las praderas artificiales. El hecho de tener gran
porcentaje de producción de biomasa para el alimento de los ganados y el tipo de ganadería
extensiva no permitía que los ganados tuviesen una alimentación como lo deseaba la región,
sumado a la inexperiencia y costos de la división de potreros generaban un panorama
problemático de la ganadería vallecaucana, pero prometedor en el proceso de acercamiento
a nuevas formas de producción.
3. Del rezandero a la vacuna Pasteur
En la primera década del siglo pasado, Colombia entraba lentamente en las dinámicas
modernas, su infraestructura cambiaba y las formas de concebir el mundo también; además
en el campo comenzaban a utilizarse la medicina veterinaria moderna, y lentamente, se
desplazó al rezandero de los nuches, el que con saberes populares y místicos curaba
animales, por una vacuna. El gobierno nacional, a través del Ministerio de Industrias,
estableció propagandas para educar a la población, en cuanto a la utilización de
medicamentos para el tratamiento de las enfermedades que aquejaban a los ganados
colombianos. En el Valle, en la visita hecha por Chardon se identificaron algunas de éstas:
1. Carbunco Bacteridiano o Antrax.
2. Carbunco sintomático.
3. Septicemia hemorrágica bovina.
4. Adenitis equina.
5. Tripanosomiasis.
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6. Piroplasmosis bovina.
7. Anaplasmosis bovina.
8. Tétano.
9. Conjuntivitis infecciosa.
10. Diarrea de los terneros.
11. Onfaloflebitis.
12. Acetinomicosis bovis.
13. Estomatitis infecciosa de los caballos.
14. Estomatitis infecciosa de los terneros18.
Estas enfermedades comenzaron a ser tratadas en el Valle del Cauca con medicamentos
importados, entre ellos el Carbón o Rayo (Carbunco sintomático) que según Victor Manuel
Patiño fue detectado desde mediados del siglo XIX19. Este era el que mejor tratamiento
brindaba para tratar enfermedades en la época y podía encontrarse y administrarse con una
vacuna especializada traída de Francia y producida por el Instituto Pasteur. De hecho, en
algunos clasificados y publicidades de la prensa en la época estudiada, podía leerse lo
siguiente, refiriéndose al origen del medicamento:
NUEVA MARAVILLA DEL GENIO FRANCES
La vacuna contra el carbón simptomático en los temeros
Hace doce años, M. M. Lechainche y Vallée, se ocupan sistemáticamente de la vacuna
contra el carbón simptomático, enfermedad tan temida por los hacendados que se
ocupan en la crianza de ganados. Ellos han hecho conocer a la Academia de Ciencias
un procedimiento perfeccionado, que les permite obtener razas microbianas
verdaderamente atenuadas. No se había podido, hasta ahora, producir esas razas
atenuadas del bacilo de Chauveau. Ellas eran indispensables para obtener una vacuna
en la cual se pudiera confiar. Actualmente, gracias a esas razas, M. M. Lechainche y
Vallée producen vacunas que, por medio de una sola inyeción, y sin ningún peligro,
determinan una inmunización perfecta.
Durante tres años han sido vacunados 345.000 bovidios en I Francia, Alemania, etc.
Etc. Por el nuevo método, con un éxito completo. Por eso los autores consideran el
18 Chardon, Carlos, Op cit, p. 97. 19 Patiño Rodríguez, Víctor Manuel. Esbozo Histórico Agropecuario del Periodo Republicano en Colombia. Serie “LA GRANADA ENTREABIERTA”, 92. Instituto Caro y Cuervo, Santafé de Bogotá, 2002, p.147.
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problema de la vacunación, contra el carbón sintomático, como completamente
resuelto.
(Traducido del diario L’Ilustration, N9 3.660, del 19 de Abril de 1913)20.
En el Valle del Cauca, los únicos vendedores de dicho medicamento eran los dueños
de la compañía HIJOS DE JUAN C. TORO Y CÍA., que tenían su casa matriz en Medellín y
sucursales en Cali y Buga; estos empresarios se dedicaban a la importación de productos,
entre los cuales se denotaban mantillas y pañuelos y un remedio preventivo en la época para
las enfermedades de los ganados llamado ZARKOL 21.
Si observamos detenidamente el contenido de la propaganda citada anteriormente,
pensaríamos que el tratamiento a estos problemas era frecuente, pero cuando el doctor
Chardon comenta, que para el caso del Carbunco Bacteridiano, en algunas ocasiones era
confundido con la mordedura de las serpientes22, percibimos que la desinformación y el
desconocimiento de las enfermedades en la gran mayoría de los hacendados y ganaderos
vallecaucanos fuese grande.
Otro gran enemigo de los ganados era la garrapata, estas tierras del Valle tenían una
gran cantidad y una de las enfermedades más peligrosas que trasmitían estos parásitos se
denominaba y denomina Piroplasmosis; Chardon describía así sus síntomas: “La enfermedad
inicia con fuerte elevación de la temperatura, la que llega a 41 y hasta 42°. Los anímales se entristecen
y cuando la enfermedad avanza, la rumia se suspende”.23. Otra enfermedad que también es
trasmitida por este parásito es la Anaplasmosis, que produce una anemia crónica y
debilitamiento del sistema digestivo.
En ese sentido, en el año de 1920, afanosamente recomendaba el presidente de la Junta
de Higiene del Valle muy preocupado por la situación de los ganados y las fiebres
efectuadas por los mismos, que se realizara un informe detallado de las enfermedades
causadas por las garrapatas, su reproducción y propagación de la misma, aún en las tierras
frías de la sabana cundiboyacense, lugar al cual se habían trasladado varios animales y
20 BNC, Periódico Azul, Año III, Serie XII, N° 112, 1 de enero de 1914, p.4. 21 Posada Callejas, J. Libro Azul De Colombia, New York, impreso por la empresa JJ Little & Ives. 1918, p. 666. 22 Chardon, Carlos, Op. cit, p. 99. 23 Ibíd., p 107.
227
estaban propagando el parásito.24 Los ganaderos y la gobernación tomaron cartas en el
asunto, renuentes unos y proponentes otros, para que la situación mejorara, y es así, que
comienza el proyecto modernizador de las estructuras de control sanitario en las haciendas
con los tanques llenos de garrapaticidas, también llamados baños arsenicales con el fin de
enfrentar a dicho parásito, transmisor de muchas enfermedades, dañino de cueros y asesino
de vacas
El investigador Carlos Chardon recomendaba purgar los animales y en caso de que la
enfermedad ya estuviera avanzada, se debía utilizar una solución intravenosa de azul
trípano al uno por ciento, este medicamento, colabora con la defensa de las células vivas,
permitiendo que los glóbulos actúen en la detección y eliminación de las enfermedades, otra
solución era bañar el ganado. En este sentido, percibimos que los ganaderos innovaban y se
apropiaban de técnicas para el tratamiento del parásito.
En haciendas cómo ‘Salomia’ propiedad de Abraham Domínguez, se utilizaban
tanques de inmersión del ancho de las reses, en los cuales se vertía el producto que combatía
las garrapatas, tal y como se muestra en la imagen a continuación:
IMAGEN N° 1
TANQUE PARA BAÑO DEL GANADO EN LA HACIENDA ‘SALOMIA’ Y ‘EL
AGUACATAL’
24 Archivo de la Asamblea del departamento del Valle de Cauca, Gaceta Departamental, ‘El Valle’, Año XI. Cali, 10 de septiembre de 1920, N° 902.
228
Fuente: López, Eduardo, Almanaque de los hechos colombianos, Bogotá, Casa
Editorial Arboleda y Valencia, 1929, p. 288.
Remigio Morales es la prueba de la especialización en el Valle del Cauca; López lo
describe como un albañil práctico, de piel negra, que vestía camisones grandes y sus manos
eran toscas y fuertes. Manejaba instrumentos de construcción como palustres, reglas,
plomadas para tomar niveles y serruchos. Las construcciones que realizaba parecieron
haber gustado mucho entre los propietarios de las haciendas, como en el caso de la
propiedad de la señora María Lora viuda de Sarmiento, dueña de la hacienda ‘Campoalegre’
en el municipio de Tuluá, así como otros cuatro ganaderos más25.
En el año de 1929, el maestro Remigio Morales construía un bañadero para el Dr, Luis
Felipe Campo, con un palustre, armazones de madera y una gran cantidad de ladrillo.
Dichas instalaciones representaban todo un cambio en el aparato tecnológico del manejo de
las enfermedades, estas junto con las políticas estatales que se avecinaban.
IMAGEN N° 2
EL MAESTRO REMIGIO MORALES
25 López, Eduardo, Almanaque de los Hechos Colombianos, Bogotá, Casa Editorial Arboleda y Valencia, 1929, p. 74.
229
Fuente: López, Eduardo, Almanaque de los hechos colombianos, Bogotá, Casa Editorial
Arboleda y Valencia, 1929, p. 74.
En ese mismo año, en el mes de septiembre, el congreso de la república, interesado por
el mejoramiento de los hatos ganaderos y por combatir las enfermedades que aquejaban ha
dicho renglón de la economía, dictó la ley 7ª que regulaba y daba una “subvención de 150
peso por cada uno de los tanques que se construya, siempre que se ciña a los planos e instrucciones
oficiales”26. Veamos el siguiente plano:
IMAGEN N° 3
26 BLAA, Boletín de Agricultura, Año III, Bogotá, Julio y Agosto de 1930, Número 10 y 11. P-600
230
BAÑADERO PEQUEÑO PARA GANADO
Fuente: BLAA, Suplemento del Boletín de agricultura, Bogotá, Octubre de 1932,
p-52.
La anterior ilustración corresponde a un bañadero pequeño que debería tener una
profundidad de un metro con 86 centímetros, y una capacidad de 7.180,52 litros; para
llenarlo a este nivel, se utilizaba 4 ½ litros de Garrapaticida Cooper o Kiltik – venenos con
alto contenido de arsénico – y 7, 232 litros de agua. Los semovientes se sumergían, enrutados
por un embudo que los dirigía hacia la entrada del tanque y los obligaba a salir por la otra
punta, logrando un baño completo de todo el cuerpo.
El Kiltik, era utilizado por los veterinarios del ministerio, venía integrado a un equipo
de tratamiento de ‘fácil uso’, se componía de las siguientes cosas:
Un cilindro graduado (probeta) para medir, de capacidad de 25 centímetros
cúbicos, marcado de 0 hasta 25 de la parte superior hacia abajo;
Un frasco de boca ancha, para verificar el ensayo;
Un frasco que contiene pastillas para probar la fuerza arsenical del
garrapaticida;
Un frasco de solución Standard de yodo para verificar los ensayos; y
Un cepillo para la limpieza de la probeta y frasco de ensayos.27
27 BLAA, Rivas Putman, I., ‘La garrapata. Pérdidas que ocasiona y su erradicación’, Boletín de Agricultura, Bogotá, Octubre de 1932, p. 24.
231
Estos elementos, le servían al ganadero, para verificar la cantidad de cianuro en la
solución de agua, para que su inversión no se viera afectada y el veneno tuviera la eficacia
adecuada, también se le recomendaba, que los animales que se metieran en el tanque,
estuvieran descansados y bebidos, pues si se introducían en el tanque con alguna de las
cosas anteriormente mencionadas, probablemente tomarían de la solución y tendríamos
muertes seguras.
Fuente: BLAA, ‘La garrapata. Pérdidas que ocasiona y su erradicación’,
Suplemento del Boletín de agricultura, Bogotá, Octubre de 1932, p-24.
En cuanto a la acogida de las vacunas y nuevas formas de tratar los animales, Víctor
Manuel Patiño nos explica que “las vacunas se abrieron paso con reluctancia por parte de los
ganaderos. Todavía en 1921 la Asamblea del valle por ordenanzas N° 49, tuvo que estimularlos con
primas para que las aplicaran y construyeran baños garrapaticidas”.28 Si cruzamos esta
información con los planos de la ley 7ª de 1929, tendremos entonces que
administrativamente el departamento estaba implementado soluciones sanitarias,
incentivando el uso moderno de la medicina veterinaria, anticipadamente a las decisiones
dictadas desde la nación, decisiones que tienen aproximadamente diez años de diferencia.
28 Patiño, Esbozo Histórico, Op. cit., p.146.
IMAGEN N° 4
EQUIPO ‘KILTIK’ PARA EL CONTROL DE LAS SOLUCIONES ARSENICALES
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El Valle, para el año de 1932 ya contaba con 82 haciendas con bañaderos. Encontramos
que el municipio que contaba con mayor cantidad era Palmira, pues 14 de sus haciendas
tenían; ejemplo de esto lo dan los Barney, familia prominente en la región vallecaucana
quienes habían establecido políticas de modernización para combatir la garrapata, por lo
general, en todas sus haciendas en distintos municipios. Ahora miremos entonces que otras
enfermedades parasitarias con mayor violencia atacan los ganados, identificó y encontró
Chardon:
1. Sarna
2. Distomatosis
3. Estrongilidos
4. Tenia
5. Nuche o Gusano de Monte
De las siguientes, algunas atacan al ganado bovino, y serán las que miraremos con más
atención. Tenemos entonces que la sarna es una de ellas y fue considerada como un ácaro,
su contagio se da por contacto físico; este ácaro se aloja en el pelo, y en el Valle del Cauca,
cuando no hay separación entre ganados, es posible observar contagios entre equinos,
bovinos, ovinos y canes, pues como mencionamos anteriormente, el que no se separen los
ganados, propicia los contagios; Chardon sugería dos cosas esenciales en el tratamiento de
la enfermedad, primero: el uso de pomadas durante quince días para que los huevos del
parasito mueran; segundo, el aseo en las instalaciones y los elementos con los que se aseaban
los animales29.
La Distomatosis es una enfermedad interna, conocida por atacar el hígado de los
animales, su avance se da alrededor de los tres o cuatro meses en bovinos, cuando los
animales comenzaban a enflaquecer y morían por inanición30, lo que más llama la atención
era el tratamiento que se recomendaba para subvertir la enfermedad en sus primeros
síntomas, dice Chardon: “Consiste en la administración de cinco a ocho gramos diarios de extractos
etéreo de helecho macho”31, planta que se encuentra en muchas de las fincas como decoración,
pero los usos de esta son entonces diferenciados y comenzaron a existir matices dentro de
29 Ibíd., p. 116. 30 Ibíd., p. 117. 31 Ibíd.
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las utilidades de las plantas en la cotidianidad del campo; esta curación es una combinación
de saberes tradicionales para dar origen a una especie de homeopatía veterinaria.
Tenemos hasta este momento varios parásitos intestinales que afectaban la digestión,
causando en algunos la muerte, ahora, miremos el que es uno de los más traumáticos, no
solo por las laceraciones que ocasionan en la piel, sino también, por las grandes pérdidas
que dejaba en el ganado. A este parasito se le conoce como “Nuche” o Gusano de Monte32, esta
larva, afecta la piel del ganado vacuno, lacerándola y dejando cicatrices que dañan los
cueros dejándolos de muy mala condición y deteriorando una de los subproductos de los
cuales, carniceros, comerciantes y comisionistas se valían para ganar dinero Cuando los
animales eran sacrificados y poseían esta enfermedad, sus cueros se perdían o se
devaluaban.
IMAGEN N° 5
NUCHE O GUSANO DE MONTE ‘MIASIS SUBCUTÁNEA’: A) MOSCA ADULTA. B)
LARVA AL SALIR DE UN TUMOR. (TAMAÑO NATURAL)
Fuente: BLAA, Suplemento del Boletín de agricultura, Bogotá, Octubre de 1932,
p-567.
Los analgésicos que se utilizaban en humanos y reses, en ocasiones coincidían, como en
el caso del ‘Painkiller’, ya que encontramos publicidad en un importante periódico de la
32 Ibíd., p. 119.
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ciudad de Buga en el que se mencionan los usos del medicamento y en quienes podía ser
utilizado: “Los caballos y vacas padecen de cólico y de calambres. El Painkiller siempre cura. Medio
pomo en agua caliente unas cuantas veces”33 y para referirse a los seres humanos decía lo
siguiente:
Un medio seguro para curar los calambres, diarrea y disentería es tomar el
Painkiller. Esta medicina ha sostenido su reputación durante sesenta años. Rehuse
los substituos; no hay más que un Painkiller, el de Perry Davis. Dolores de cabeza,
espalda y piernas. Dolores en todos lados. Dolor de gargantas, destilación de la
nariz y ojos, ligeras toses con escalofríos. Perry Davis / Painkiller (Matadolor)
tomado en agua caliente endulzada antes de ir a la cama hará desaparecerlo todo
si se toma a tiempo34.
Si bien, el medicamento es el mismo su uso es distinto pues por ejemplo, en los
animales se usaba para tratar el cólico y calambre, mientras que en los humanos, su utilidad
crecía para los cólicos, la diarrea, trastornos inflamatorios del intestino y todos los dolores
del cuerpo, cómo la disentería. El anterior acápite nos indica la fragilidad de la medicina
veterinaria en el Valle del Cauca, al encontrar vestigios como los anteriores, podemos
apreciar la mixtura cultural en los albores del siglo XX, la combinación de saberes, las
técnicas de explotación y la preocupación de una esfera social por modernizar y hacer
rentable estas tierras, y así desarrollar y fortalecer una industria que comenzaba a ceder su
lugar a la agricultura por su falta de rentabilidad.
Conclusiones
Es entonces este el panorama del proyecto modernizador pecuario en el Valle del
Cauca, con las instituciones como aliadas, promulgando el bienestar de campo, intentado
mejorar la ganadería, fortaleciendo las dinámicas de higienización y mejorando la calidad
de los animales mediante vacunas, mejoramiento de praderas e instalación de bañaderos
para combatir la garrapata. Cuando se estudian los otros instrumentos modernizadores de
este sector, encontramos lo sorprendente de la inserción de nuevas tecnologías para el
sostenimiento de una creciente industria, estas mejoras consistían en un mantenimiento de
33 BNC, Periódico Azul, Guadalajara de Buga, 15 de enero de 1914, Año III, Serie XII, N° 114, s.p 34 BNC, Periódico Azul, Guadalajara de Buga, 22 de enero de 1914, Año, III, Serie XII, N° 115, p. 3.
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pastura, así como la inserción de las mismas, lo cual transformó profundamente el
ecosistema, estas semillas artificiales fueron introducidas para cambiar la dieta de los
bovinos y obtener ganancia en masa corporal y leche, comprobar los resultados efectivos de
los pastos se hace una tarea imposible, pero lo que sí se puede intuir es la gran importancia
de los mismos, pues a pesar de las dificultades en su siembra y posterior utilización como
pradera, se podían encontrar en las tierras del Valle, gran cantidad de estos, y hay que
aclarar, que su siembra no solo se realizaba mediante el proceso de trasplante de tallos, sino
también mediante el riego de semillas, lo cual implica unos tratamientos especiales como
arado fino en la tierra.
Este tipo de cuestiones llaman la atención pues para cultivar grandes cantidades de
este tipo de pastos, se requería de gran capital humano y económico, al realizar entonces el
paneo de las propiedades que logramos identificar, encontramos incluso que muchas de
ellas tenían entre tres y cuatro especies distintas de pastos, lo que sugiere la gran capacidad
de adquisición de semillas por parte de los propietarios, cosa que seguramente contradice
la idea del hacendado acaparador, pues para la ganadería, como estamos observando
también se necesitaba de gran capital y el mejoramiento de praderas significó seguramente
una gran inversión.
El manejo de estructuras nuevas en las labores de producción proporcionó o cimentó
nuevas prácticas en pro del mejoramiento de la industria agropecuaria. Si bien, hemos
tratado y dimensionado en estas páginas las fórmulas utilizadas por los empresarios
agrícolas y las instituciones agropecuarias gubernamentales para el mejoramiento
ganadero, nos surgen a partir de estas reflexiones nuevos interrogantes a resolver en
investigaciones futuras: ¿cómo funcionan estas prácticas en la vida cotidiana?, ¿qué pasó
con el vaquero, el capataz y el jornalero de la hacienda?
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