Los Malditos

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Los malditos “La cobardía humana no puede soportar oír lo que tienen que decirle la locura y la muerte.” (Sören Kierkegaard) ―Hola, mijo, ¿usted cómo está? Yo creo que bien, vea, yo vengo… Deje de llorar, además, que le importa la vida de un viejo a su persona, es que yo lo quiero con todas las tripas y me sentía lo más de mal sin despedirme y decirle el porqué. Sino mírese como está, ¿es feliz? Las gentes deberíamos buscar la felicidad, como me lo decía mi difunta madre, pero nadie controla nada, esta vida se encarga de revolcarnos en los peores pantanos. Mijo, esto es lo último que le voy a decir. De pronto no sabe, pero la vida que me tocó cuando usted apenas nació fue muy difícil, como una maldición, yo sé que no quiere escuchar, pero igual se lo voy a contar… ―… ―Perdón, creí que quería decirme algo. Bueno, continúo entonces. Vivíamos allá en el campo, éramos tres: mi mamá, mi hermano y yo, felices comiendo frutas de todas partes y a los vecinos no les importaba, porque es que cuando eso la gente no era tan mala como en estos tiempos. Ya crecidos, yo me case con una amiga de juegos, la flor más hermosa, y ella se vino a vivir conmigo a la casa de su abuela. Cultivábamos la tierra muy unidos, y como la felicidad sólo dura un ratico la maldición llegó y como usted sabe

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Los malditos

La cobarda humana no puede soportar or lo que tienen que decirle la locura y la muerte.

(Sren Kierkegaard)

Hola, mijo, usted cmo est? Yo creo que bien, vea, yo vengo Deje de llorar, adems, que le importa la vida de un viejo a su persona, es que yo lo quiero con todas las tripas y me senta lo ms de mal sin despedirme y decirle el porqu. Sino mrese como est, es feliz? Las gentes deberamos buscar la felicidad, como me lo deca mi difunta madre, pero nadie controla nada, esta vida se encarga de revolcarnos en los peores pantanos. Mijo, esto es lo ltimo que le voy a decir. De pronto no sabe, pero la vida que me toc cuando usted apenas naci fue muy difcil, como una maldicin, yo s que no quiere escuchar, pero igual se lo voy a contar

Perdn, cre que quera decirme algo. Bueno, contino entonces. Vivamos all en el campo, ramos tres: mi mam, mi hermano y yo, felices comiendo frutas de todas partes y a los vecinos no les importaba, porque es que cuando eso la gente no era tan mala como en estos tiempos. Ya crecidos, yo me case con una amiga de juegos, la flor ms hermosa, y ella se vino a vivir conmigo a la casa de su abuela. Cultivbamos la tierra muy unidos, y como la felicidad slo dura un ratico la maldicin lleg y como usted sabe mientras ella lo tena se muri de tanto pujar. Entonces mi mam lo cuidaba y yo buscaba el sustento. Ya pasaditos los das llegaron unos hombre uniformados dicindonos que si no nos bamos nos mataban, y la madre de mis entraas no quera que porque esa era la casa de sus padres y les grit y le dispararon muchas veces, no tuvimos ni tiempo para estar de luto por miedo de que le hicieran algo a su persona y mejor me fui con su to para la ciudad y terminamos viviendo en un basurero. No tenamos nada, lo mejor que podamos hacer era recoger cosas para el reciclaje, por suerte un seor me fo un pedazo de tierra y con unos plsticos armamos un cambuche, todos animados nos pusimos a buscar tablas pa` hacer un rancho. Despus de mucho rato por fin construimos una casita, hasta que el basurero dej de ser basurero y ya sin trabajo debimos buscar cualquier cosa para sobrevivir, hasta que a la maldicin le dio por aparecer otra vez. Como su to no tenia destino se puso a robar pa` que pudiramos comer, unos hombre se armaron y empezaron a matar a los ladrones, y cierto da l estaba entrando a la casa cuando le dispararon, lo tena a usted en mis brazos, mi hermano me peda ayuda mientras se revolcaba en el polvo, saba que si lo ayudaba ellos despus nos mataban a nosotros y lo mejor que hice fue rezarle a Dios para que se lo llevara. Pasados los aos estbamos mejor y le pague la escuela para que aprendiera algo para que no se quedara ignorante como yo, pero como usted est maldito mejor se puso a hacer amigos y formar combos para robar, y hasta a m me quito las cositas, se acuerda, y todo por los vicios

Usted no quiere hablar?...

Sabe porque me voy, ya con el barrio tan cambiado no estamos en tanta guerra y es bueno vivir. Lo que pasa es que sentado por ah me quede mirando a la gente y cerquita de donde yo estaba veo a tres nios cogidos de las manos jugando, y me imagine a mi mujer y mi hermano conmigo, de pronto empezaron a salir matas de todos lados y mam nos miraba, no importaba nada, slo reamos y dbamos vueltas, su abuela aplauda y cantaba. La vida la record muy rpido, todo en un ratico, setenta y seis aos, cuando despert de eso tena muchas lgrimas. Bueno, mijo, yo me despido con mucho dolor en el corazn, es que as uno est todo viejo tambin tiene corazn, para que recordarle lo malo que es, adems por eso lo denuncie a la polica y ya lleva bastante tiempo aqu encerrado. Estamos malditos, usted y yo. Que la Virgen me lo guarde, y pues, si sale algn da no se ponga a matar gente otra vez.

Pasados varios das me llego la noticia de que mi padre haba muerto, al parecer mirando un pedazo de tierra seca, y su rostro plido mostraba una pequea sonrisa, puede ser que la maldicin haya muerto con l.

Larry Milton lvarez Adarve