Los misterios de Jack el Destripador

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Artículos de Gabriel Pombo sobre el célebre caso criminal del asesino serial Jack the Ripper

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Jack el Destripador - La leyenda contina

Jack el Destripador 125 aos de sangre y misterio

LOS MISTERIOS DE

JACK el DESTRIPADOR

GABRIEL POMBO

I) Invent el propio asesino su alias criminal?

Desde el mes de septiembre de 1888 comenz a arribar a la polica britnica correspondencia remitida por sujetos que se identificaban como responsables de los homicidios del East End londinense. Por tales fechas slo se haban verificado dos de las muertes que tradicionalmente se le asignan al asesino; vale decir, la de Mary Ann Nichols y la de Annie Chapman.

Las autoridades no concedan difusin a estos comunicados, ya sea para evitar que cundiera el pnico en la gente o, sencillamente, porque estimaron que eran obra de bromistas.

El manaco an careca del seudnimo que le valdra su renombre universal. La prensa, a falta de un calificativo mejor, se limitaba a referirse a l como el"Asesino de Whitechapel".

Pero llegara el 27 de septiembre de 1888. Ese da la denominadaAgencia Central de Noticias de Londresaleg haber recibido una carta firmada por el homicida anunciando nuevos crmenes, y el da 29 de ese mes la entreg a la polica.

El tenor de la extraordinaria epstola relacionaba:

"... Querido Jefe: Constantemente oigo que la polica me ha atrapado pero no me echarn el guante todava. Me he redo cuando parecen tan listos y dicen que estn tras la pista correcta. Ese chiste sobre "Mandil de Cuero" me hizo partir de risa. Odio a las putas y no dejar de destriparlas hasta que me harte. El ltimo trabajo fue grandioso. No le di tiempo a la seora ni de chillar. Cmo me atraparn ahora? me encanta mi trabajo y quiero empezar de nuevo si tengo la oportunidad. Pronto oirn hablar de m y de mis divertidos jueguecitos. Guard algo de la sustancia roja en una botella de jengibre para escribir, pero se puso tan espesa como la cola y no la pude usar. La tinta roja servir igual, espero, j, j. En el prximo trabajo le cortar las orejas a la dama y las enviar a la polica para divertirme. Guarden esta carta en secreto hasta que haya hecho un poco ms de trabajo y despus trenla sin rodeos. Mi cuchillo es tan bonito y afilado que quisiera ponerme a trabajar ahora mismo si tengo la ocasin. Buena suerte. Sinceramente suyo. Jack el Destripador..."

Y en una especie de posdata impresa transversalmente, el redactor del comunicado se mofaba:

"... No se molesten si les doy mi nombre profesional. No estaba bastante bien para enviar esto antes de quitarme toda la tienta roja de las manos. Maldita sea. No ha habido suerte todava, ahora dicen que soy mdico, j, j..."

A esta comunicacin se le adicion muy pronto una postal, tambin recepcionada por la Agencia Central de Noticias, el 1 de octubre de 1888, donde su emisor, tras presentarse como"Saucy Jacky"(Jacky el Descarado), se manifestaba en los siguientes trminos:

"...No estaba de broma, querido jefe, cuando le di la informacin. Maana se enterar del trabajo de ese descarado de Jacky. Doble funcin esta vez. La nmero uno chill un poco. No pude acabar enseguida. No tuve tiempo de cortar las orejas para la polica. Gracias por guardar la carta de mi ltimo trabajo. Jack el Destripador..." La postal Jacky el DescaradoEs un punto en discusin establecer si el verdadero criminal escribi algunas de aquellas misivas que llegaron a poder de los periodistas y de las autoridades. Esta incertidumbre parece imposible de despejar, y a ms de ciento veinticinco aos de los eventos la interrogante sigue en vigor.En los archivos de la Polica Metropolitana y en los Archivos Generales de Londres se conservan ms de doscientos mensajes vnculados al asunto. Pero slo una nfima proporcin merecera que se les preste atencin.

Una de las escasas comunicaciones reputada por los especialistas como eventualmente veraz fue la que el 16 de octubre de 1888 recibi en su domicilio el Presidente del Comit de Vigilancia de Whitechapel, empresario constructor George Akin Lusk. George Lusk:

El presidente del Cmit de Vigilancia

fue receptor de una srdida broma

Esa carta fue acompaada por una caja de cartn que contena un trozo de rin humano. Junto con el horrible obsequio iba un recado escrito con letra irregular, tosca y plagada de errores gramaticales -que en esta transcripcin se obvian- cuyo texto deca:

"...Desde el infierno Mr. Lusk, Seor: Le envo la mitad del rin que saqu de una mujer, lo guard para usted, la otra parte la fre y me la com, estaba muy buena. Puedo mandarle el cuchillo ensangrentado con el que lo saqu slo si espera un poco. Firmado: Atrpame si puedes. Mister Lusk..." La infame misiva con el encabezado: Desde el infierno

La primera ocasin en que un ex periodista se habra incriminado admitiendo ser el emisor de correspondencia remitida a las autoridades y a los medios de comunicacin bajo el seudnimo Jack the Ripper,se registr en un relato publicado por la revistaCrime and Detectionen agosto de 1966. En dicho artculo, el profesor y graflogo Francis Camps cuenta cmo fue que conoci a Frederick Best, antiguo notero del diarioStar.Este ltimo le refiri que, durante el tiempo de los asesinatos de Whitechapel, l en colaboracin con un colega de provincias, fue el responsable de pergear todas las cartas del"Destripador",y que lo hizo motivado por el afn de"mantener con vida el negocio"de la venta de peridicos, notablemente incrementado entonces merced al sensacionalismo originado por aquella ola de crmenes.Aadi que, para concretar el plagio, se vali de una pluma marcaWaverley Nib, a la cual deliberadamente estrope a fin de que su trazo diese la impresin de que las misivas eran obra de un sujeto semi analfabeto. Empero, esta versin no luce congruente, pues si algo destacaba en aquella clebre epstola trazada con tinta roja era la atildada caligrafa y la correcta ortografa del guasn que la escribiera.

Hoy da, sin embargo, se duda de esta versin, pues se da por descontado que la mayora de los mensajes se debieron a ciudadanos impelidos por los ms diversos intereses (no necesariamente periodistas).

Frederick Best: periodista que se adjudic la invencin del seudnimo Jack el Destripador

La epstola que dio comienzo a la escalada de comunicados, y que hizo pblico el apodoJack the Ripper, se supone que arrib el 27 de septiembre de 1888 a la Agencia Central de Noticias de Londres (estaba fechada al 25 de ese mes). Esa letra devino la primera firmada con el famoso mote.Se especula fuertemente que el texto fue redactado, no por el aludido Frederick Best sino por el reportero Thomas Bulling con la anuencia de su jefe de prensa, John Moore. Este periodista trabajaba para aquella agencia noticiosa, y result encargado de llevarla personalmente a las autoridades un da antes del doble crimen de Jack el Destripador.Cuando ese 29 de septiembre de 1888 elinspector Adolphus Williamson,que a la sazn oficiaba, de hecho, como jefe de prensa de Scotland Yard, ley la carta que su amigoThomas Bullingle trajo, no pareci especialmente impactado. Aunque la polica lo ocultaba, lo cierto era que ya tenan noticias sobre varios mensajes relacionados con los crmenes que se venan consumando en el East End de Londres. Por eso, al pesquisa esa noticia no le generaba mucha emocin. Inspector Adolphus Williamson

Pero deba cumplir su trabajo y comunic la novedad a sus superiores, quienes guardaron dentro de un cajn aquella letra. Probablemente no hubiera salido nunca de all si al da siguiente no ocurriera lo imprevisto: el"doble evento"; vale decir: los dos homicidios perpetrados en la madrugada del 30 de septiembre que tuvieron por vctimas del manaco ultimador de prostitutas aLiz StrideyKate Eddowes. A la primera difunta la haban degollado pero no mutilado, y tampoco le sustrajeron rganos. Sin embargo, el cadver de la otra fallecida padeci una virtual carnicera: mltiples tajos asestados por un cuchillo frentico laceraban su faz, y uno de ellos le haba rasgado el lbulo de su oreja derecha. Cuando colocaron el cuerpo inerte en el ataud el lbulo troceado se desprendi y cay dentro.

Este ttrico hecho bast para que se creyese que el presunto homicida, que en aquella ocasin firmabaJack el Destripador (o ms exactamente"Jack el desgarrador"en ingls) fuese aceptado, sin ms, como el genuino emisor de la amenazante epstola. Y es que en ella, entre otras jactancias y banalidades, se proclamaba:

"...en el prximo trabajo le cortar las orejas a la dama y las enviar como broma a la polica..."

Esta fue la gnesis de un mito que pervive hasta el presente. Esos horribles crmenes suburbanos posiblemente hubiesen quedado relegados al olvido o, al menos, minimizados, si el annimo victimario hubiese seguido siendo conocido como "El Asesino de Whitechapel", o por el mote de"Mandil de Cuero", con el cual se lo designase mientras se pens que el responsable era el zapatero judoJohn Pizer, luego exculpado.

Ninguno de estos alias delictivos posean el gancho meditico del que rubricaba aquella carta que laAgencia Central de Noticias de Londres,por medio del ya citado Thomas Bulling, hizo llegar a Scotland Yard; y que presuntamente la haba remitido previamente el matador serial a sus oficinas dirigindola a su jefe de redaccin. De all el encabezado"Querido Jefe", pues a un jefe de prensa iba destinada la misiva, en vez ser cursada directamente a las autoridades.

Muy curioso resulta que un asesino elija a una agencia noticiosa para promocionarse. Aunque parecera que en realidad s remiti algunos mensajes al cuerpo policial, aunque sin encontrar mayor eco. El 17 de septiembre de 1888 habra arribado a manos del mximo responsable de la Polica Metropolitana, general Charles Warren, una epstola inculpatoria, y otra similar la recibi el Departamento de Investigacin Criminal el 25 del mismo mes. Frente el silencio opuesto por los jerarcas el emisor opt por dirigirse a la prensa para ver si ahora lo tomaban en serio. Luego de esto, los casi doscientos peridicos britnicos compitieron en medio de una fiebre de tiradas dedicadas a las tropelas de Whitechapel. Entre los ms furibundos resaltaba elStardeFrederick Best. Este peridico, recin fundado en 1888, hizo su agosto gracias a la conmocin social que los asesinatos provocaron; pero ciertamente no represent el nico rgano de difusin favorecido. La palma al efecto se la llev la Agencia Central de Noticias de Londres, que vendi a los diarios muchas copias de aquellas epstolas que el criminal tan generosa, como sospechosamente, les obsequiaba en forma personal.

Muchos aos ms tarde segn antes sealamos- un anciano Frederick Best se inculp reconociendo, en un artculo periodstico, que l en complicidad con otro reportero invent a"Jack el Destripador".

Durante largo tiempo se reput a este sedicente periodista como plausible responsable de forjar el mito sensacionalista de Jack the Ripper, e incluso en pelculas y mini series televisivas (por ejemplo: "Jack el Destripador", serial inglesa de 1988 conMichael Caineen el protagnico principal) veremos a ese inquieto reportero y al diario Star jugar un papel de gran fuste en la sagaripperiana.

No obstante, desde poca relativamente reciente (ao 2001) las cosas comenzaron a cambiar. En"Letters from hell"; publicacin espaola:"Jack el Destripador. Cartas desde el infierno" (ediciones Jaguar, Madrid, Espaa, 2003), los expertosStewart Evans y Keith Skinnerplantearon que el responsable no fue otro sino Thomas Bulling.Sostienen que ese periodista fabric (de su puo y letra) el mensaje, y tambin invent el meditico seudnimo; contando para ello con el consenso de su jefe de prensaJohn Moore. La primordial fuente que acusa a Bulling y a la Agencia Central de Noticias provino de John Litlechild, un inspector jefe de la Brigada Especial de Scotland Yard, el cual, en una misiva redactada en 1913, le confi a su amigo el dramaturgo y periodistaGeorge R. Sims su conviccin de que las cartas suscritas con el infame alias constituyeron un bulo creado por un sector de la prensa. II) El extrao graffiti de la calle GoulstonUn inciso aparte en esta historia sobre el perfil meditico del elusivo criminal lo configura la clebre pintada trazada con tiza sobre el muro de la calle Goulston. As se llamaba la calle de Whitechapel por donde habra transitado, durante su escape, el asesino tras destripar a Catherine Eddowes y arrojar contra la pared que portaba la consigna un trozo de tela impregnado en sangre; presumiblemente arrancado de las ropas de esa occisa.

El tenor del mensaje fue objeto de permanentes discusiones pero, en general, se acepta que sealaba: LOS JUWES SON LOS HOMBRES QUE NO SERAN CULPADOS POR NADA El texto en ingls reproducido en un informe policial

No lleg a fotografiarse nunca la escritura pues se orden que fuera borrada, tras instrucciones impartidas por el jerarca supremo de la Polica Metropolitana britnica Sir Charles Warren, quien se haba personado al lugar.

Cabe concluir, entonces, en que otro notable acto publicitario, cimentador de la leyenda, lo configur la frase estampada sobre un muro descubierta luego de perpetrado el crimen de la plaza Mitre, la cual se erigi en una incgnita menor inmersa dentro del misterio mayor que rode a los homicidios.Si realmente se trat de un acto deliberado a cargo del asesino estaramos frente a un suceso clave que desvela el mvil principal, o uno de los mviles accesorios que lo impelan a matar, a saber: su afn por causar el mayor impacto y extraeza posibles; el anhelo meditico. Dicha caracterstica habra parecido inslita cuando se concretaron aquellos delitos, pero ya no lo resulta tanto en pocas recientes.

El fragmento de ropa ensangrentada, que delat la presencia de la frase estampada en la pared, haba sido descubierto por el agente policial Alfred Long placa 254 A, no perteneciente al distrito H -que era la jurisdiccin de los policas que custodiaban en Whitechapel-, sino a la divisin de Westminster; y que fuese asignado al patrullaje del rea a modo de refuerzo. El hallazgo tuvo lugar en la madrugada del 30 de septiembre de 1888 durante el curso de un rastreo rutinario.Al comenzar esa madrugada dos mujeres haban sido asesinadas en el distrito y la polica actuaba intensamente en procura de cerrar las vas de escape al criminal. Pero esa noche reservaba otra sorpresa a los agentes. A las 2 y 55 Long en su ronda por la calle Goulston vio un trozo de delantal de mujer manchado con sangre cado en la entrada que conduca a la escalera de los nmeros 108-119 de las viviendas modelo Wentworth. De inmediato el polica se aboc a buscar otras seales de sangre, pero no las haba. Sin embargo, en el lado derecho de la entrada, por encima de la plataforma, hizo un segundo hallazgo. Escrito en tiza blanca contra una pared de ladrillos negros estaba visible el mensaje. Long no investig a los inquilinos residentes en ese edificio y se limit a buscar en las escaleras. No encontr all tampoco rastros de sangre ni huellas de pisadas. Luego, tras consignar en su libreta el texto de la frase descubierta, tom el delantal ensangrentado y se dirigi a la comisara de la calle Leman. Una vez en esa sede, inform de los hechos y entreg la prenda al inspector que estaba de guardia. Arcada en cuyo pasaje interior

se traz la enigmtica pintada

Desde esa comisara se contactaron con la Polica de la City, dado que dentro de la competencia de sta se haba consumado el crimen; siendo llamados a comparecer al escenario de los luctuosos hechos varios pesquisantes de dicha jurisdiccin.

En particular, el detective Daniel Halse mont guardia frente al muro donde se consignaba el mensaje y se qued protegiendo esta importante evidencia forense hasta el arribo del inspector James Mac William, jefe del Departamento de Investigacin de Scotland Yard de la City, quien orden que el graffiti fuera fotografiado lo antes posible.

Pero su colega el superintendente inspector Thomas J. Arnold de la Polica Metropolitana, que tambin haba arribado al lugar, mostr dudas y prefiri aguardar ordenes superiores, debido a que la prueba estaba localizada dentro del mbito competencial perteneciente a la Polica de la Metro.

Seguidamente se le comunic la novedad al general Charles Warren. Una vez que, alrededor de la hora 5 de esa maana, el supremo jefe policial de Inglaterra concurriera a dnde fue hallado el extrao mensaje dispuso que el mismo fuera borrado de inmediato, y prohibi que le tomaran fotografas.

Dibujo contemporneo que muestra a Sir Charles rodeado por sus subordinados mientras lee el graffiti

General Charles Warren:

Mximo Jefe de la Polica Metropolitana

Ese mandato fue aceptado a regaadientes por el principal polica de la City de Londres, comisionado Henry Smith, quien en sus memorias fustigara acerbamente a Sir Charles por adoptar esa actitud.

Dicha decisin se fund en evitar posibles desordenes y disturbios al estimarse que se trataba de una consigna antisemita insultante, y que el pblico podra tomar represalias generalizadas contra los integrantes de esta colectividad que habitaban en el distrito.

En los alrededores poblaba una vasta comunidad juda que ya haba sido objeto de recelos por los habitantes del East End mientras se mantuvo detenido a John Pizer -Mandil de Cuero- acusado de ser el responsable de inferir los desmanes.Adems, el primero de los dos asesinatos concretados aquella noche se llev a cabo al lado de un club socialista emplazado en la calle Berner cuya principal concurrencia era de origen semita, y esta coincidencia poda inducir a creer que el criminal integraba dicha colectividad.

Debe tenerse presente, asimismo, que al arribar el general Warren a dnde luca la pintada ya era de madrugada y pronto amanecera, lo cual la dejara expuesta a la vista de mucha gente que se congregaba en una feria que tena lugar todas las maanas de domingo en las inmediaciones de la calle Goulston.

Aunque devinieran infundadas, y producto de la xenofobia, las sospechas recadas sobre miembros de la grey juda con asiento en el este de Londres, tal suspicacia fue muy pertinaz.

De aqu que los motivos de la cautela exhibida por el jerarca al mandar borrar el escrito en la pared no devendran tan ilgicos y absurdos como, vistos en retrospectiva, pareceran haber sido.Pero lo real fue que el graffiti -haya o no sido obra del criminal- adquiri estado pblico, y la tal vez loable mesura que inspir al responsable policial a hacerlo prontamente desaparecer, impidiendo que fuera fotografiado, ninguna utilidad revisti sino que, contrariamente a sus propsitos, slo sirvi para fomentar las suspicacias.Acaso las autoridades ocultaban datos esenciales por oscuras e inconfesadas razones? Haba un complot de alto nivel destinado a proteger al perpetrador?La prensa ciertamente no desaprovech la oportunidad de agudizar sus crticas contra la polica en general, y sobre su mximo jefe en especial.

Novelescas obras literarias posteriores consideraran a la enrgica actitud asumida por el general Warren como una pieza importante dentro de sus teoras acerca de la existencia de una conspiracin a gran escala.La pintada hecha sobre el friso de la calle Goulston, junto con las cartas, establece el perfil meditico que aliment el misterio, y le garantiz su triste pero duradera celebridad.

Aquel acto constituira el germen de lgidas y antagnicas interpretaciones. Se quiso referir en la pintada a los Judos? Jews en ingls O, en cambio, su autor realmente escribi Juwes, y tal trmino tendra otra significacin?

Dentro de las eventuales acepciones de esa palabra, quizs no mal escrita, podra haber implicancias masnicas, segn algunos ensayistas plantearon. Tambin se ha rebatido esta posicin considerndose que la palabra Juwes ningn significado posea en la tradicin masnica. Y como tal vocablo no existe en el idioma ingls, de haberse impreso as, esa escritura pudo obedecer a un mero error de ortografa.

En otro sentido, otros escritores pretendieron que verdaderamente en la pintada se deca Jews Judos, en mayscula y que la diferencia que se crey advertir en esa palabra es atribuible a un error de transcripcin sufrido por Alfred Long, el primer polica que la descubriese, cuando la anot en su libreta personal antes de que el jefe ordenara hacer desaparecer el mensaje.

Pero, ms all de esas polmicas, vale aqu resaltar que se debe tener en cuenta que algunos de los ms slidos especialistas actuales sobre el caso del Destripador le restan importancia al episodio, ponderando que la escritura no tuvo por qu ser necesariamente autora del homicida.

Opinan que el graffiti podra estar estampado con anterioridad a llevarse a cabo la accin criminal. Parecera que no era infrecuente, en aquel tiempo, que los frentes y dems paredes de las casas suburbanas en la principal urbe del mundo estuviesen decoradas con pintadas similares.

De tal suerte, los peritos Stewart Evans y Keith Skinner han afirmado: ...Esa frase sobre la que tanto se ha discutido y analizado, puede que ni siquiera fuese escrita por el asesino. Si el trozo de delantal se hubiese depositado en el siguiente portal, probablemente se hubiese estudiado con lupa una crptica pintada totalmente diferente. Porque entonces, como ahora, este tipo de pintadas eran comunes en el East End de Londres

. III) Tuvo imitadores Jack el Destripador?Tal vez el fenmeno de los homicidios de imitacin (perpetrados por"copycats") no sea tan moderno tal cual pareceran indicarlo pelculas taquilleras de reciente data. Es posible que el viejo monstruo de la era de la reina Victoria no fuera una unidad, sino que aquella brutal matanza constituyese obra de una sucesin de matadores que se imitaron entre s.

Respecto a este asunto cabe recordar la historia del amante de Elizabeth Stride y la hiptesis de que ese sujeto ultim por despecho a su mujer, y que ese crimen pas como uno ms dentro del elenco fatal de los cometidos por el depredador de Whitechapel, cuando en realidad slo se habra tratado de un vulgar crimen pasional.Resulta pertinaz la desconfianza en relacin con el presunto tercer homicidio atribuido al mutilador; o sea, el perpetrado contra la prostituta sueca de cuarenta y cinco aos apodada "Long Liz" ("Liz la Larga"). Elizabeth Stride pudo morir a manos de su amanteHasta escasos das previos a su bito, acaecido en la madrugada del 30 de septiembre de 1888, la mujer convivi con un belicoso irlands de nombre Michael Kidney. Se separaron luego de una violenta pelea (una de las tantas); pero antes del incidente Liz lo haba denunciado a causa de malos tratos verbales, amenazas y agresiones.El individuo (cuyo apellido rememora inquietantes evocaciones, pues equivale a "rin" en lengua inglesa) exhibi un comportamiento tan asombroso que despert justificadas suspicacias en investigadores ulteriores, an cuando debe admitirse que no fue reputado sospechoso por la polica de la poca.

Sin embargo, tanto sus declaraciones inmediatas al cruel desenlace, cuanto sus actitudes posteriores, dieron pbulo a acentuados recelos. De ser veraz la conjetura de que dicho hombre fue el ultimador de su novia, no cabra dudar que interpret a entera satisfaccin el papel de inocente, cual si de un buen actor aficionado que supo cubrir hbilmente sus huellas se hubiese tratado. Supo fingir indignacin frente a la impericia de que hizo gala la polica a la hora de desenmascarar al que mat a su "amada" Elizabeth.A escasas horas de saberse del crimen se person en la comisara de la calle Leman y mont un escndalo. Entr borracho y aferr por las solapas al sargento de guardia, al cual le espet:"Si hubiesen asesinado a Liz la Larga en mi distrito, y fuese polica, yo ya me habra matado".

Entre otros peritos, la ripperloga A.P.Wolf, autora de "Jack. The Myth", sustenta la culpabilidad de Michael Kidney en el homicidio de Elizabeth Stride, y destaca que el incidente antes referido ocurri el 1 de octubre de 1888, un da despus del atentado fatal contra la meretriz, cuando por entonces los policas todava no saban cul era la identidad de esta vctima. Por consecuencia, a esta escritora el problema provocado en la comisara, donde tan histrinicamente Kidney manifiesta su desazn echando en cara a los agentes lo ineficaces que eran por no descubrir al ejecutor de su amante, le parece que es una de las ms firmes pruebas de su culpa.

Cmo pudo saber en aquel momento este hombre que la an annima vctima no era otra sino su amante Long Liz? Y ms an: Cmo poda saberlo si al declarar en interrogatorios posteriores reconoci que desde das atrs, luego de una agria disputa, se encontraba separado de ella? Por lo tanto, Michael Kidney se erigira en un sospechoso de primer orden respecto del asesinato de esta vctima en particular. Michael Kidney: sospechoso de asesinar fingiendo ser el DestripadorPero la plausible imitacin asesina en el caso de los crmenes de Jack el Destripador no se limita a esa posibilidad aislada.

Tambin llama la atencin el homicidio de Catherine Eddowes, que result muy diferente a los tres crmenes cannicos que le antecedieron los de Nichols, Chapman y Stride, pues aqu el rostro de la difunta fue mutilado. Los estudiosos suelen justificar esa disparidad en la actitud seguida por el criminal, esgrimiendo la opinin de que los victimarios seriales se van tornando ms audaces a medida que avanzan en sus ataques, y que necesitan operar cada vez con mayor encarnizamiento impelidos por un irrefrenable crescendo salvaje.Pero: Si esto no hubiese acontecido as en el caso del Destripador? Y si el ejecutor del East End no fue una nica persona, sino que cada asesinato se hubiese debido a la aparicin de sucesivos imitadores de los homicidios precedentes?Si tal fuera la situacin, el ultimador de Kate Eddolwes por fuerza debi en el acto de provocar mutilaciones faciales a esa agredida obrar remedando la conducta observada por otro matador, al cual la gente consideraba el verdadero causante de los decesos que venan sobreviniendo. Lo inquietante es que tal extremo pudo en verdad haber acontecido. Ocurre que por las fechas en que cristaliz la secuencia de atentados, otra muerte ms aparte de las cannicas y las de Emma Elizabeth Smith y Martha Tabram fue atribuida a la saa del mismo perpetrador.Se trat del homicidio de una chica de nombre Jane Beadmoore acaecido entre la noche el 22 y la madrugada del 23 de septiembre de 1888, en la localidad de Birttley Fell, County Durhan, una semana antes de ser finiquitada Catherine. En esa emergencia, la fenecida soport extensas mutilaciones faciales. Vale significar, se trat de idntico gnero de ataque que precisamente ira a reiterarse pocos das ms tarde en el crimen consumado en la plaza Mitre.Su cadver exhiba cortes en el abdomen y en la regin genital y, lo que era peor an, le haban acuchillado frenticamente la cara hasta desfigurarla. Las heridas abdominales semejaban a las padecidas por dos vctimas que toda la prensa adjudicaba al matador tildado"Asesino de Whitechapel"(pues el mote"Jack el Destripador"todava no haba cobrado estado pblico). Mutilaciones faciales curiosamente semejantes en las vctimas Jane Beadmoore y Kate EddowesLa mujer asesinada contaba con veintiocho aos, seis ms que su homicida, un joven que realizaba trabajos ocasionales. El individuo, si bien se mostr hbil al imitar los precedentes crmenes del bajo Londres intentando as despistar, incurri en errores muy torpes que facilitaron su aprehensin. Entre stos se cuenta el hecho de vender dos das despus del crimen su ropa con manchas de sangre a una tienda de compra al menudeo. A su vez, varios testigos declararon haberlo visto con la occisa en los momentos previos a concretarse el ataque letal; y la precipitada huda de la localidad emprendida por el sospechoso contribuy a dejarlo en evidencia.

Pero lo relevante es que para la prensa el asesinato de Beadmoore y el sucedido a la siguiente semana en la plaza Mitre eran faena del mismo perpetrador. Ese convencimiento cal muy hondo en el pblico. Tanto fue as que, aunque dos meses despus se arrest al asesino de Jane y se supo que el responsable era un rufin llamado William Waddell que haba sido amante de la muchacha y que la mat por despecho, ese homicidio bien pudo servir de modelo al inferido contra Eddowes, pues por entonces fue echado a la lista de los infligidos por Jack el Destripador.

Por consiguiente, vale enfatizar que ya en la era de la reina Victoria existan asesinos imitadores, y dicho extremo qued comprobado, entre otros casos, por el crimen de Beadmoore. Y ello pues resulta que, tras su captura, el ultimador confes a sus interrogadores haberse inspirado en las muertes que venan aconteciendo en los arrabales del este de Londres. Pero, a la parafernalia de aquellas matanzas precedentes que imit, el ejecutor de esta joven le aadira un nuevo y siniestro ingrediente: las mutilaciones faciales.Los modernos estudios sobre el comportamiento psicoptico homicida coinciden en sostener que en crmenes particularmente sangrientos, donde preexiste una relacin pasional entre la vctima y el victimario, no resulta infrecuente que el asesino infiera tajos sobre la faz de la persona agredida, para de tal manera deshumanizarla. Se trata de un comportamiento habitual en los homicidas violentos que actan imbudos por lo que en criminologa se denomina pensamiento mgico.

Como el matador de Jane era un ex amante suyo, la vinculacin pasional incidi sobremanera. El crimen estuvo motivado por los celos, y por la frustracin que experiment aquel sujeto al verse rechazado en su tentativa de reanudar la relacin sentimental. No se trat de un delito meramente impulsivo, sino que el responsable busc en forma deliberada despistar y alejar de s la atencin de la polica, cuando decidi remedar la operativa del mutilador victoriano procurando que los pesquisas creyeran hallarse frente a otro deceso ms en esa cadena de agresiones mortales.Sin embargo, William Waddell no copi el cruel acto de rebanarle a cuchillo la cara a su vctima menoscabo que no tena planificado, y que no haba ocurrido an en los desquicios del East End, sino que ese brutal aadido obedeci a un impulso. Como el crpula conoca a la mujer y se hallaba ligado pasionalmente a ella, en forma inconsciente, trat de deshumanizarla al infligir esa desfiguracin facial puesto que, segn confesara a sus aprehensores: No pude soportar cmo me miraba. Jane Beadmoore: vctima de un homicida imitador.

Al principio se crey que esta joven haba sido asesinada por el demonio de

Whitechapel, pero luego la polica apres a su verdadero ejecutor

Mary Ann Nichols (31 de agosto 1888) y Annie Chapman (8 de septiembre 1888) tambin padecieron profundas incisiones en sus abdmenes, y le extrajeron rganos a la ltima. No se haba practicado mutilacin facial todava, por lo cual este nuevo crimen no tena por fuerza que serle asignado al mismo victimario.

No obstante, los periodistas s lo atribuyeron, y durante un par de meses, mientras se mantuvo libre el autntico responsable, toda Inglaterra estaba convencida de que el homicidio de Jane Beadmoore tambin haba constitudo una sanguinaria faena del Destripador.

El motivo de este error? Segn parece, los peridicos de entonces dieron amplio pbulo a la hablilla de que el perpetrador, adems de acuchillar a sus presas humanas en el abdomen y extirparle rganos, les desfiguraba el rostro. Esta versin falsa circul con extrema insistencia tras el asesinato de Annie Chapman, y no fue desmentida hasta tiempo despus.Debido a ello fue que el verdadero ultimador de Jane, el aludido ex novio, pensaba que el asesino de Whitechapel rebanaba a cuchilladas la cara de sus vctimas. Por esa razn, de acuerdo confes, fue que ejercit esas laceraciones faciales para que los investigadores creyeran que el crimen tambin perteneca a aquel homicida, y de ese modo desviar las sospechas sobre su persona y salir impune.

De poco le vali la treta a este imitador (tempranerocopycatde la era victoriana). Lo descubrieron, fue declarado culpable por el tribunal reunido al efecto, y pag su culpa pereciendo en la horca. IV) ENIGMAS EN LA MUERTE DE MARY JANE KELLY

Thomas Bowyer, conocido como"Indian Harry", por tratarse de un militar retirado del ejrcito ingls de la India, mejoraba los ingresos de su magra pensin trabajando como cobrador al servicio de John McCarthy, dueo de unos miserables cuartuchos en el edificio llamadoMillers Court, cuyos ocupantes en su mayora eran mujeres que se ganaban la vida ejerciendo la prostitucin.

Una de aquellas desafortunadas era Mary Jane Kelly, joven irlandesa pelirroja de venticinco aos que rentaba la habitacin nmero 13.

En la maana del 9 de noviembre de 1888 el casero mand a su dependiente a que fuese hasta aquella covacha para tratar de cobrar la renta que la chica adeudaba. Afuera se oa el jolgorio de un da festivo para los londinenses, en el cual se celebraba la fiesta del Lord Mayor, ttulo que recibe en el Reino Unido el Alcalde de Londres, York y otras ciudades importantes del pas.

Bowyer llam varias veces a la puerta. Como no obtuvo respuesta se dirigi hacia una ventana lateral que l saba tena una rotura. Cuidando de no lastimarse, introdujo su mano a travs del hueco del vidrio y descorri la cortina para escudriar hacia el interior. Lo que vio le hizo proferir un grito de horror.

Sobre la cama empapada en sangre yaca el destrozado cuerpo de la desdichada inquilina. Su estmago luca abierto en canal, y sus rganos internos se amontonaban en torno suyo, cual una masa informe, repugnante y sanguinolenta.

El cuadro era dantesco y el cadver estaba irreconocible. Posteriormente, el ex novio de la vctima, el jornalero Joseph Barnett, asegur en la morgue que se trataba sin duda de Mary Jane, pues la reconoci a causa de su cabellera rojiza, y por sus ojos y orejas, que era lo nico que qued intacto en aquel rostro desfigurado.

Lleno de espanto,Indian Harryvolvi corriendo al bazar de su patrn y le comunic sobre el terrible descubrimiento. El arrendador fue junto con su empleado aMillers Courty comprob la escena mirando tambin l a travs de la hendija. Llamaron a la polica, y pronto acudieron los inspectores Walter Beck y Frederick Abberline, y casi al mismo tiempo el mdico forense George Bagster Philips.

Pareca ms la obra de un demonio que la de un hombre!, exclamara ms tarde en los estrados un conmocionado John McCarthy, al deponer en la encuesta judicial instruida por motivo de ese crimen.

As dejaba constancia de la tremenda impresin que le produjo el monstruoso hallazgo, que estremeci incluso a los endurecidos agentes que concurrieron a aquella ttrica habitacin. Dibujo del arrendador John McCarthy; al lado: macabra fotografa del cadver de Mary KellyNo cabe vacilar que la joven y bella irlandesa pelirroja de ojos azules conocida por los motes de"Ginger", "Fair Emma" o "Jeannette" Kellyresulta la vctima deJack the Rippercuya muerte arroja mayores incgnitas.

El 8 de noviembre de 1888, penltimo da en la existencia de esta mujer, su casi adolescente vecinaLizzie Albroock acudi hasta su pieza a visitarla, y all emprendieron una nimada pltica que fue interrumpida bruscamente por Mary, quien le aconsej a su oyente:"Hagas lo que hagas, no termines como yo", palabras sombras y premonitorias si las hay.Entre la noche del 8 y la madrugada del 9 de noviembre, Mary Jane Kelly fue vista mientras era abordada por hombres, cuando menos, en dos oportunidades. La testigo del primer avistamiento fue la viuda Mary Ann Cox, una prostituta de treinta y un aos que viva en la pensin de Millers Court.Pero posiblemente el ms trascendente testigo que la habra observado en compaa masculina, horas previas a su bito, lo constituy un individuo llamado George Hutchinson. Se present tres das despus del crimen, el 12 de noviembre, en la estacin de polica de la calle Comercial, y su inicial deposicin fue recogida por el sargento de guardia Edward Badham.

Este informante, por medio de esa tarda denuncia, declar haber visto a la chica caminando asida del brazo de un cliente muy peculiar. El deponente describi con minucia el aspecto de aquel sujeto, a quien calific como"extranjero, posiblemente judo". Vieta que recrea el avistamiento de Mary Kelly caminando junto a un sospechoso cliente horas previas a su decesoTan interesante pareci su testimonio que se llam al inspector Frederick Abberline para interrogarlo. El detective asegur en un reportaje de prensa que aquellas declaraciones le parecieron veraces y muy sugestivas. Seal en concreto: Lo he interrogado esta tarde y tengo la opinin de que su declaracin es verdadera. l me inform que en ocasiones le haba dado unos chelines a la fallecida y que la conoca desde haca tres aos. Tambin me dijo que le sorprendi que el acompaante de Kelly fuera un hombre tan bien vestido.Si damos crdito a la especie que a la polica aport el testificante, por aquel tiempo se alojaba en el hogar Victoria de la calle Comercial y regresaba de Romford, en Essex, cuando advirti cmo un individuo se personaba a la muchacha que l conoca por el mote de Ginger. Se trataba, a todas luces, de un posible cliente que requera los servicios de la atrayente ramera. De acuerdo se conjetura, el mismo George tambin resultaba ser uno de los clientes habituales de dicha joven. Declar que hacia las 2 de la madrugada del da 9 de noviembre, justo antes de arribar a la calle Flower and Dean se encontr con Marie Jeannette Kelly, la mujer asesinada. Eran amigos o, cuando menos, tenan mucha confianza entre s. De otra forma no se explica que ella le preguntara si tena algo de dinero para prestarle, de conformidad report Hutchinson. l estaba sin un penique, y as se lo dijo. Ella le contest que deba conseguir dinero para pagar la renta y prosigui su camino.En la denuncia se relata de qu modo un sujeto que vena transitando en direccin contraria a la de la joven le dio un golpecito sobre el hombro y le susurr al odo unas palabras que la hicieron echarse a rer. Tras esto, el denunciante habra escuchado que ella le deca: De acuerdo, a lo cual el presunto cliente respondi: Saldrs ganando lo que ya te he dicho. Acto seguido, le acomod su brazo derecho por encima de los hombros y marcharon hacia a la pensin de Millers Court.En la mano izquierda el sospechoso aferraba: Una especie de paquete sujetado por una especie de correa, atento indic con lenguaje redundante el testigo; quien aadi: Yo estaba parado bajo la farola de la taberna Queens Head y me qued mirndolo.La descripcin suministrada prosigue dando cuenta de que el acompaante de Mary era un hombre de cabellos negros y con apariencia de extranjero, posiblemente un judo. En lo referente a su indumentaria, iba vestido con un gabn largo de color oscuro con cuello y puos ribeteados en piel de astracn, su chaqueta y sus pantalones eran de tono tambin sombro, usaba camisa de cuello blanco y corbata negra.Tambin portaba un sombrero de fieltro opaco, el cual llevaba tan hundido sobre la frente que no permita observarle con claridad el rostro. Calzaba polainas oscuras con botones claros sobre zapatos abotonados. Penda de su chaqueta un reloj de bolsillo asido por una gruesa cadena de oro que traa engarzado un ostentoso sello con una piedra de color rojo. Un par de finos guantes de cabritilla enfundaban sus manos completando su elegante atuendo. En cuanto a su estatura, sta oscilaba en torno al metro setenta, su edad entre los treinta y cuatro y los treinta y cinco aos, su tez era de tonalidad clara tirando a plida, y luca un afinado bigote. Representacin alegrica del extrao acompaante de la vctima descrito por el testigo Hutchinson

Por qu razn demor tres das George Hutchinson en personarse a la polica y radicar su denuncia? Este atraso indujo a especular que tal vez l era el homicida, y que se tom ese tiempo para buscarse una coartada. De acuerdo sugieren algunos escritores, este individuo efectivamente era Jack el Destripador, y asesin a Mary por frustracin amorosa. Aquella noche trgica se present ante la chica; pues al enterarse que sta haba roto la relacin con su concubino crey que su oportunidad haba al fin llegado. Esa ocasin requiri los servicios de la mujer como un cliente ms; pero una vez dentro de la pieza, le manifest su amor proponindole que se fuera a vivir con l. La muchacha lo despreci. Sobrevino una agria pelea y, enardecido de despecho, la estrangul previo a inferir las salvajes mutilaciones en las cuales esta vez, por el odio desatado, estaba ausente la precisin ginecolgica que caracteriz al resto de la matanza del Ripper. Una vez repuesto del xtasis vesnico que lo invadiese comprendi que se haba arriesgado en demasa esa vez. Temi que lo hubiesen visto ingresar junto con su vctima a la habitacin del crimen, y salir despus ensangrentado. El matador necesitaba distraer la atencin antes de que la polica lo detectara sirvindose de las descripciones que, a no dudar, iran a suministrar quienes lo sorprendieron junto a Kelly aquella madrugada.

Esgrimi la historia de haber observado a la occisa abordada por un extranjero rico. Saba que de ese modo las miradas apuntaran a un hebreo, y la xenofobia que desde la acusacin contra "Mandil de Cuero" - John Pizer - se vena desatando hara el resto. No desconfiaran de que un decente trabajador ingls como l era el verdadero responsable de la masacre.Sin embargo, la conjetura donde se lo acusa no parecera contar con base slida; y lo cierto es que obra prueba en apoyo de las afirmaciones de este informante. La versin de aquel hombre fue convalidada por los dichos de la vecinaSarah Lewis.Esta fmina, tanto en la encuesta judicial como en deposiciones formuladas en los peridicos, inform haber concurrido a Millers Court entre las 2 y las 3 de la madrugada de la noche fatdica. Al ingresar contempl a un tipo sospechoso, cuya fisonoma coincida con la de Hutchinson, rondando por la entrada del patio de aquel edificio.La joven Sarah, de veintitrs aos, aleg que haba reido con su esposo -luego se supo que era su concubino del cual ya tena un hijo y otro vena en camino, pues estaba embarazada de cinco meses por entonces-, y haber ido a pernoctar al hogar de una familia amiga que all resida. La dama tambin cont haber escuchado, cerca de las 4 de esa madrugada, el grito de "asesinato!" prorrumpido por una voz femenina; pero adujo que no se molest en salir del apartamento a verificar de dnde proceda el llamado, debido a que tales barullos eran frecuentes por all, y porque no volvi a or nada ms. Fotografa de la testigo Sarah LewisY no slo este presunto amigo y cliente sera reputado sospechoso de haber sido el victimario. El ltimo compaero sentimental de la finada tambin fue objeto de una hiptesis inculpatoria desarrollada dcadas ms tarde.

Joseph Barnett tena treinta aos, y estaba cesado de su trabajo habitual cuando fue brutalmente masacrada su ex novia Mary Jane Kelly, ese viernes 9 de noviembre de 1888. Su actividad usual consista en trabajar como changador en el mercado de pescado de Billinsgate, aunque ocasionalmente laboraba de pen en la construccin.

Bosquejo de Joseph Barnett: ltima pareja de Mary Kelly

Fue el ltimo concubino de la joven y sensual irlandesa conocida como "Marie Jeannette", "Fair Emma", "Ginger", y por varios otros seudnimos; y hasta escasos das precedentes a la tragedia comparti con ella la minscula habitacin nmero 13 del edificio de Millers Court, situado frente al nmero 26 de la calle Dorset.

El 30 de octubre de 1888 se haba separado de la chica, tras protagonizar una violenta pelea en cuyo transcurso los airados amantes se agredieron lanzndose con cuanto objeto contundente tuvieron a mano y, de resultas de tal estropicio, se rompi el vidrio de la ventana contigua a la puerta que daba ingreso al modesto alojamiento.

Al parecer, mientras el hombre se hallaba con empleo, ayudaba a la manutencin de la muchacha, y sta no ejerca la prostitucin ni se alcoholizaba durante esos intrvalos. El problema radicaba en que Joe sola estar desocupado, situacin que precipitaba las fricciones entre ambos provocando que, acuciada por la necesidad, ella volviera a vender su cuerpo, recorriendo las callejuelas del Este de Londres en busca de clientes.

La realidad era que la peliroja no conoca otra forma de ganarse la vida para afrontar el pago de la renta y mantenerse, y an dedicada a su profesin las ganancias obtenidas no le alcanzaban para saldar sus cuentas. Tanto era as que a la fecha de su muerte, su retraso en el abono de los arriendos ascenda a una libra y nueve chelines.

Ese adeudo determin que atento ya se dijera- Thomas Bowyer, el dependiente encargado de las cobranzas, aporreara su puerta a las ocho de aquella lgubre maana y, tras correr la esculida cortina que cubra el cristal roto, a fin de averiguar si la mujer estaba dentro y finga no orlo, escudri por la hendidura captando la conmocionante visin de aquel cuerpo irreconocible y mutilado tumbado en el camastro tinto en sangre.

Joseph Barnett dispuso de oportunidades ms que suficientes para ser el homicida de su amante, e igualmente para finiquitar a las precedentes vctimas. En la teora que lo postula como el culpable de las muertes se sindica que, dada su relacin sentimental con Mary, representaba una figura familiar para otras compaeras de oficio de aquella, circunstancia que contribuy a que stas no estuvieran en guardia cada vez que l proceda a agredirlas.

En cuanto a las desfiguraciones que exhiban los cadveres, se argument que la destreza adquirida por este sujeto, gracias a su labor de cortador de pescado en el mercado, le habra dotado de los rudimentos tcnicos que el macabro desmembrador victoriano acredit poseer a la hora de diseccionar los organismos. Este trabajador resultaba un joven carente de fortuna que, en principio, no mostraba bastante inteligencia para hacer pensar que pudiese salir bien librado. Sin embargo, evit la segura ejecucin que habra sido su destino inexorable si era desenmascarado y aprehendido.

Conforme se supo, un homnimo suyo falleci en 1926 en la localidad britnica de Stepney, a la edad de sesenta y ocho aos; bien podra haberse tratado del amante de Kelly, y haber constituido -cindonos a esta propuesta- su brbaro matador. Enfermo de pasin por la cautivante peliroja Barnett habra tratado de persuadirla para que abandonase su existencia promiscua y se comprometiese en exclusiva con l.

A tal fin, la emprendi contra las compaeras de oficio de su novia, finiquitndolas de una forma singularmente violenta y sdica. Si Mary crea que poda transformarse en la prxima vctima de un implacable psicpata, era factible que se convenciera de que lo mejor para ella consista en renunciar definitivamente a las calles, y pasar a vivir segura bajo la proteccin de su fiel amante.

El retorcido plan pareca ir transitando por exitoso camino. La joven transcurra sus das sumida en el temor, tras enterarse de los espantosos homicidios que se iban acumulando a su alrededor. Pero al descubrir el enamorado a su chica compartiendo el lecho con otra prostituta llamada Mara Harvey -segn una versin las sorprendi en medio de una relacin lsbica- se retir de la vivienda, humillado y derrotado en su afn reformador.

En la madrugada del 9 de noviembre de 1888, Joseph habra arribado a la habitacin nmero 13 de Millers Court para ensayar un postrero intento reconciliador y trat de hacer, de una vez por todas, las paces con su antigua concubina. Sobrevendra el tajante rechazo de la mujer, otra virulenta disputa, y la furia del individuo se disparara como jams antes ocurriera. Ello explicara la extensin y el salvajismo de las mutilaciones.

Fue Joseph Barnett el asesino de su amada y, adems, Jack el Destripador? Casi seguramente no, atendiendo a la carencia de evidencias aptas para incriminarlo. La hiptesis que lo pinta como un hombre que se abism en los crmenes ms barbricos cegado por el amor frustrado, aunque literariamente devenga seductora, resulta demasiado artificiosa y forzada.

Poco se sabe a ciencia cierta del gris cortador de pescado y pen de albail ocasional. Tal vez continu residiendo en Whitechapel. Es posible que haya contrado enlace o que se buscase una nueva concubina, tratando de olvidar la tormentosa tragedia cada cual funesto rayo tan cerca suyo. Quizs -conforme se especulase- se mud del distrito y, sin llamar la atencin, concluy oscuramente su existencia casi cuarenta aos ms tarde.

Tras la defuncin de Mary Jane Kelly otro de los testimonios reproducidos en la encuesta judicial devino especialmente conflictivo. Se trat del vertido por un sastre de la calle Dorset de nombreMaurice Lewis -sin ninguna relacin parental con la testigo homnima antes aludida-. Este caballero insisti que conoca muy bien a la fallecida y al hombre que fuese su pareja sentimental -Joseph Barnett-al cual l identificaba por el apodo de "Danny". Indic que vio a ambos de jarana y bebiendo licor en la taberna"The Horn oPienty"en compaa de su joven vecina Julia Venturney.

Lo preocupante de esa declaracin se centr en la hora en que el testigo asegur haber avistado al alegre tro, a saber: las 10 de la maana del 9 de noviembre de 1888. Ocurre que -de atenernos a los reportes forenses- la infeliz muchacha ya haba sido brutalmente masacrada horas atrs y, desde entonces, su destrozado cadver deba irremisiblemente estar yaciendo sobre el ensangrentado camastro de la habitacin sita en el nmero 13 de la pensin donde moraba.

El testimonio del sastre se adicion a otro que dio no pocos quebraderos de cabeza a los investigadores: el aportado por Caroline Maxwell. Pese a ser contradichas sus afirmaciones en la instruccin judicial, la mujer se empecin en sostener que se haba visto cara a cara con Mary Jane Kelly despus de cundo aquella deba estar muerta. El encuentro se habra producido entre las 8 y las 8,30 del mencionado 9 de noviembre en la esquina de Millers Courts. La deponente repiti que no abrigaba la ms mnima duda acerca del horario porque su marido siempre regresaba de trabajar a las 8 en punto de la maana.

A la testificante le llam la atencin comprobar que la bonita meretriz se hallaba con su nimo sumamente decado, acusando obvios sntomas de malestar; por lo cual, le ofreci ron a fin de levantarle el espritu en el curso de una breve conversacin. Tambin apunt que, una hora ms tarde, la volvi a ver hablando con un individuo en el clubBritannia, popularmente conocido como elRingersen honor al apellido del propietario de ese establecimiento.Caroline proporcion un minucioso recuento del aspecto que exhiba aquel hombre y de la ropa que vesta la chica. La presunta Kelly luca una falda oscura, corpio de terciopelo y un chal marrn. Maxwell expres que dicha vestimenta era habitual en la finada, y reiter que en esa segunda emergencia tampoco se haba equivocado al identificarla. El inspectorFrederick Abberlineinterrog personalmente a esta testigo, la cual se mantuvo inflexible en sus aseveraciones.

Estos curiosos aportes testimoniales dieron pie a los recelos. Por caso, en una vidriosa versin, se atribuy al detective Abberline haber consultado con un mdico de nombreThomas Duttonsi no era posible que Mary hubiese sido finiquitada por una mujer que escap del teatro del crimen usando las ropas de su vctima para disimular, y que fuera a sta a quien los deponentes confundieron con la occisa.

Vista de las ventanas laterales de la habitacin del crimenOtras ideas ms estrafalarias an se formularon, aunque fueron postuladas a travs de obras de ficcin. En "The Michaelmas girls" ("Las muchachas de San Miguel"), publicada en 1975, el autorJohn Barry Brookssustent que aquellos testimonios no estaban equivocados ni eran falsos. Efectivamente fue Mary Jane Kelly la fmina a la cual vieron los testigos en horas tan tardas de esa maana.

La explicacin? la muchacha no fue la vctima cuyo lacerado cuerpo hall la polica en la lbrega habitacin. Por el contrario, Kelly -con la asistencia de un cmplice masculino- constitua la victimaria, y el descarnado cadver perteneca a una pordiosera a la cual el perverso do atrajo con engaos. En consecuencia, Mary y su secuaz fueron los responsables de los crmenes atribuidos a Jack el Destripador.

En el mundo de los hechos reales la polica concluy, sin embargo, que los testigos Lewis y Maxwell se haban confundido en cuanto al horario, o respecto a las personas que creyeron ver. No quedaba otra opcin ms que considerar errneos estos testimonios.El informe de la autopsia redactado por los forensesdoctores George Bagster PhillipsyThomas Bondprecisaba con exactitud el tiempo en que acaeci el bito el cual qued fijado, como mucho, prximo a la hora 5 de la madrugada de aquel luctuoso 9 de noviembre. V) VIDENTES E ILUMINADOS DESCUBRIERON LA IDENTIDAD DEL CRIMINAL?

Robert James Leesfue un psquico, mdium y espiritista cristiano que alcanz rpida fama en la corte de lareina Victoria.Apenas contaba con diecises aos cuando fue conducido ante la Monarca para mostrarle sus dotes de precoz visionario. Tan grata impresin le caus a la reina madre y a su entorno, que continuara durante muchos aos vinculado a la corte en carcter de mdium o vidente, cobrando el correspondiente estipendio a cambio de sus servicios.

En lateora de la conspiracin monrquico masnicase incluye una ancdota donde aparece este hombre fungiendo un papel importante en la historia del victimario serialJack the Ripper. Ancdota que fue repetida a travs de distintos medios de prensa hasta llegar a la pantalla grande en pelculas como"Muerte por Decreto", donde veremos al vidente cooperando codo a codo con el mticoSherlock Holmesen la bsqueda del elusivo desmembrador de rameras. Afiche publicitario del filme Muerte por Decreto donde el mdium colabora con Sherlock Holmes Segn esta aeja formulacin, Lees ayud a las autoridades britnicas en las indagatorias tendientes a desenmascarar al culpable. De esta manera, suministrara relatos describiendo sus visiones respecto de los crmenes, e informando sobre cul era el posible aspecto del criminal y dnde podra ste estar escondido. En una de sus premoniciones, en particular, habra contemplado claramente el rostro del victimario.

Sucedi que una tarde viajando en uno de los autobuses tirados por caballos (que constituan el medio de transporte habitual en el Londres de 1888), y mientras el rodado avanzaba por Baywater Road, reconoci al Destripador en la persona del hombre que ocasionalmente se hallaba sentado a su frente. Se trataba de un individuo de caractersticas distinguidas que iba vestido de levita y portaba un sombrero de copa.

El clarividente descendi raudo del transporte colectivo y sigui los pasos de su sospechoso hasta verlo entrar en una finca sita en Park Lane. Dicha mansin era propiedad de un prominente mdico de la casa imperial y, aunque en la narracin no se aclara, cabe presumir que Lees conoca al galeno porque tambin l mantena fluido contacto con la corona britnica. El vidente Robert Lees en su vejez

Cuando el psquico requiri el auxilio de las fuerzas del orden fue rechazado en ms de una oportunidad. No obstante, su insistencia producira frutos, y ms adelante lograra que un detective lo acompaase a inspeccionar la residencia del facultativo. Una vez all fueron atendidos por la esposa de aqul, quien al principio se manifest molesta por la intromisin, pero finalmente admiti que su cnyuge vena obrando de forma muy extraa ltimamente, y tema que estuviese perdiendo la cordura. Tras ello, accedi a que revisaran las pertenencias de su marido, y el inspector encontr dentro del maletn de cirujano un cuchillo de trinchar, objeto que obviamente no tena sentido lgico que estuviera guardado all.

La investigacin continuara avanzando hasta desembocar en la detencin del profesional quien, luego de ser examinado por sus pares mdicos y tras determinarse que se hallaba irremisiblemente fuera de sus cabales, terminara encerrado en un manicomio durante el resto de su vida.

Al igual que sucediera con tantas otras, esta incomprobada conjetura sufrira diversos ajustes en las ulteriores obras que retomaron el asunto. Depurando la versin, se asegurara que el annimo galeno, sospechoso gracias a las premoniciones del espiritista, no era otro ms queSir William Withey Gull, el cual efectivamente resida en las cercanas de Park Lane; ms concretamente en el nmero 74 de Grosvenor Square. En su mansin recibira la impertinente visita de un detective de Scotland Yard -el inspectorFrederick Abberline, de acuerdo con algunas propuestas- asistido por el mdium acusador.

La esposa del Dr. Gull se indign ante la presencia de los extraos que requeran al dueo de casa, pero despus intervendra el propio mdico, apaciguando a su cnyuge y encarndose con los intrusos. Sir William trat de desviar las suspicacias que recaan sobre el prncipe Albert Vctor, paciente suyo al cual trataba por su progresiva sfilis, y de cuya identidad como asesino de Whitechapel el doctor estaba al tanto. Aparentemente procur atraer -en un gesto de grandeza- esas sospechas hacia s mismo pretextando que padeca amnesia, y que en cierta ocasin se despert con las mangas de su camisa empapadas de sangre.

En fin: que el Dr. Gull constitua el mdico oficial de la corona inglesa por el ao 1888, y que se le haba encomendado cuidar del enfermo de sangre real deviene una circunstancia histricamente verificada. El resto pertenece al mbito de la fabulacin, o por lo menos de los hechos no corroborados.

Ni su enjundia profersional evitara que el

Dr. William Gull fuese acusado de ser Jack el DestripadorEn cuanto atae a Lees, sin duda le gustaba el circo meditico y, de hecho, merced a ello se ganaba la vida. Nunca se anim, sin embargo, a defender publicamente esta versin, pero permiti que en notas de prensa otros lo hicieran por l. As fue que la leyenda del medium que actu mancomunado con las autoridades en procura de capturar al asesino serial victoriano perdur en el tiempo. Ejemplo de esta creencia es una carta despachada desde el correo en noviembre de 1889, y que permanece en los archivos de la Polica Metropolitana. Stephen Knigth, primordial promotor de la teora de la conspiracin monrquico masnica, a travs de su taquillera obraJack the Ripper: The final solution (Londres, Inglaterra, 1976), pretendi que esa comunicacin representaba una prueba irrefutable de que Robert James Lees integr las pesquisas en pos de dar caza al criminal.

En la letra referida un presunto"Jack el Destripador"se burlaba de las fuerzas del orden, y calificaba a sus jerarcas de incompetentes. Aparentemente comenzaba sealando:

"Querido Jefe.Ya ves que no me has atrapado todava con toda tu astucia, con todos tus Lees, con todos tus maderos..."

Se supona que si ya por el ao 1889 haba cobrado estado pblico que el psquico particip en la infructuosa bsqueda, era claro que bien poda ser cierta la versin conforme la cual, fundado en sus visiones, gui al detective de Scotland Yard hasta la casa del cirujano sospechoso.

No obstante, en la magnfica obraJack el Destripador. Cartas desde el Infierno,escrita por los peritosStewart EvansyKeith Skinner(ediciones Jaguar, Madrid, Espaa, 2003) se estudia minuciosamente dicha misiva y se descubre la verdad. En realidad all no deca"Lees", sino"Tecs", palabra sta que evoca a un lunfardismo con el cual las clases bajas del East End londinense calificaban despectivamente a los agentes de polica. Por ende, ninguna prueba vlida avala que el mdium participase en la investigacin y persecusin del matador de meretrices. A despecho de la orfandad de evidencias, el mito de que Lees le pis los talones a Jack the Ripper ha perdurado desde 1931, cuando una revista especializada en temas esotricos editase una nota alusiva bajo el rtulo"El vidente que descubri a Jack el Destripador".Pero Robert James Lees no es el nico iluminado que se registra vinculado a la historia de Jack the Ripper. Ms meditico que l result el clebre Aleister Crowley. De casi todo se ha acusado a este individuo. Agente de Lucifer, mstico, charlatn? Tal vez fue un poco de cada una de estas cosas. Personaje extraordinario del siglo XX, sin embargo, este hombre dej su singular impronta sobre las sociedades ocultistas. El mstico Crowley vestido con curioso atuendo

En una de las ms recientes acusaciones que se le endilgan lo imputan de ser el responsable de la sucesin de misteriosas muertes acaecidas luego del descubrimiento de la tumba del faran Tutankamn.

Edward Alexander Crowley vino a este mundo el 12 de octubre de 1875 en el seno de una familia inglesa acomodada (su padre fue un magnate cervecero). El dinero que hered de su acaudalado progenitor le posibilit llevar una existencia de leyenda, aunque con el andar el tiempo supo acrecentar sus arcas por mritos propios, ya que decenas de seguidores solventaran sus emprendimientos mesinicos.

Fue igualmente un poeta y un escritor radical, adems de mago, drogadicto y bisexual. La prensa lo fustigara con acritud aplicndole eptetos tales como "El hombre ms malvado del mundo" y "La gran bestia 666". Defini a su doctrina esotrica "Iluminismo cientfico", mtodo que, conforme adujo, cuando deviene utilizado e interpretado adecuadamente, sintetiza la sabidura humana suprema. Los mensajes crpticos de sus teoras resultaron difundidos por conducto de la revista The Equinox -El Equinocio-.

Entre otras curiosidades, se cuenta que Alesteir fue quin le sugiri al lder Winston Churchill el empleo del smbolo de la "V" de la victoria, mediante la exhibicin de los dedos mayor e ndice de la mano derecha. Durante la Segunda Guerra Mundial se present ante la opinin pblica como un patriota ingls, y apoy a los soldados en lucha remitindoles panfletos con inflamados poemas y pentagramas msticos que -de conformidad pretenda- garantizaban el triunfo blico de las fuerzas armadas aliadas.

Logr comandar la antigua asociacin hermtica Golden Dawn, no sin antes chocar contra miembros prominentes de la misma. Por ejemplo, con el literato William Butler Years, y con S.L. Mac Gregor Matthers. En dicha entidad Crowley principi a ejercitar ceremoniales exticos, inspirndose en las instrucciones de un remoto manuscrito del siglo XV conocido por el nombre de "El libro de la magia sagrada de Merln el Mago".

Lo radiaron de esa secta por causa de sus actitudes rebeldes y contestatarias, pero pronto fundara la Astrum Argentum. Tambin actu con singular brillo dentro de la renombrada orden ocultista OTO (Ordo Templis Orientalis), sociedad msnica rosacruz para la cual redact los textos de una misa gnstica.

Aos ms tarde, se retir a Escocia donde instal una magnfica mansin emplazada a las orillas de lago Nees, a la cual bautiz: "Palacio de Boleskine". Observaba la mana de cambiarse de alias y, entre los muchos que utiliz al cabo de su luenga vida, se cuentan los de Conde Vladimir Svareff, Master Terrino, Prncipe Chiog Kim, Baphomet, y Lord Boleskine.

En el correr de su estada en Norteamrica, una vez concluida la Primera Guerra Mundial, estrech relaciones con personas de variopinta opcin sexual para -segn alegara- reforzar as el alcance y podero de sus ceremonias gnsticas. En este pas conoci a su segunda esposa, Leah Hirsing, a quien calific hermticamente "Mujer Escarlata", y la cual cont con la Baronesa Vittoria Cremers como su primordial asistente.

Residiendo en Italia fund la llamada Abada Thelema, en la ciudad de Cefal, Sicilia. All se dedic a organizar a un reducido grupo de devotos con los cuales consumaba orgas sexuales en pos de potenciar la eficacia de sus rituales mgicos. El rgimen fascista de Benito Mussolini lo expus de esa nacin, tras el escndalo desatado a raz de la muerte de un adepto a la orden, debida a intoxicacin por ingesta de estupefacientes. Aparte de ese trgico hecho, las autoridades itlicas lo consideraron un espa britnico y, pese a que dicha acusacin era falsa, el propio Crowley se encarg de propalarla con el objeto de auto promocionarse.

Ya haba despertado, debido a sus actitudes excntricas, la atencin pblica desde tiempo atrs. Por caso, en el transcurso del ao 1901 se encontraba residiendo en Mxico cuando se enter del fallecimiento de la Reina Victoria. Acto seguido, delante de testigos, se puso a bailar una pretendida danza ceremonial azteca, al tiempo que exclamaba jubiloso que por fin vendra la era de la luz. Y es que, conteste con la opinin de este seudo profeta, la anciana monarca representaba el smbolo del ms arcaico oscurantismo y de la mxima intolerancia poltica, social y religiosa. En aquel pas centroamericano, asimismo, afirm haber descubierto y perfeccionado un sistema centrado en frmulas alqumicas que le permita volverse invisible.

Poco despus, avanzando el ao 1904, sac a publicidad el primigenio de sus ensayos de largo aliento, a saber: "El libro de la Ley", cuyo principio crucial consista en "Haz lo que quieras", de consuno con el cual no existe otra ley por encima de la voluntad individual. A travs de ese trabajo literario desarroll una intensa apologa a la libertad sexual, as como al consumo sin trabas de las drogas, los alucingenos, y al ejercicio de las prcticas mgicas. Todo ello se relaciona con lo que dio en llamarse "Cultura Thelmica"; manifestacin social que, de hecho, configur un adelanto temporal al movimiento hippie operante en Estados Unidos por la dcada sesenta de la pasada centuria.

Para las sociedades demonacas la obra y el ejemplo proporcionado por este gran adepto conform una fuerte influencia de la cual dara cuenta, aos ms adelante, la fundacin de la denominada "Iglesia de Satn", a cargo de Anton Lavey, en California, la que lo tuvo por uno de sus ms fecundos mentores.

El extravagante iluminado muri en plena ruina econmica durante el decurso del ao 1946 en una casa de huspedes situada en la localidad de Hasting, condado de Sussex, Gran Bretaa, a consecuencia del agravamiento de una enfermedad asmtica crnica. De acuerdo coment la enfermera que lo atendiese en sus instantes postreros, sus ltimas palabras fueron: "A veces me odio a m mismo".

Aleister Crowley contaba con slo trece aos en 1888, pero ya desde entonces los crmenes del Este de Londres comenzaron a obsesionarlo.

Una vez adulto se sum al estudio de aquel irresuelto caso criminal. Pero, tal como cabe imaginar, lo hizo con su particularsisma impronta. Cul fue el candidato postulado por el psquico para el cargo de haber sido el asesino de Whitechapel? Una mujer. Nada menos que la tambin mstica Helena Petrona Blavatsky; ms recordada para la historia como Madame Blavatsky, escritora, ocultista y teosofa rusa que fuese una de las fundadoras de la Sociedad Teosfica. La ocultista y sospechosa Madame BlavatskyLa nica base para tan infundada atribucin estriba en que est comprobado que la teosofa resida en Inglaterra desde 1887. En el ao de los asesinatos del East End fund la rama esotrica de la Sociedad Teosfica. Tambin public el libro La doctrina secreta, que vena preparando desde varios aos atrs, y que se considera una de las obras ms representativas en la materia. Su salud era ya delicada y falleci tres aos ms tarde en 1891. VI) PODRIA UNA MUJER HABER SIDO JACK EL DESTRIPADOR? Elizabeth WilliamsElizabeth "Lizzie" Williams, esposa del afamado mdico gals de la casa real britnicaJohn Williams,es la ltima candidata presentada para ocupar la esquiva identidad deJack the Ripperen su versin femenina. As se sostiene en una obra aparecida en el ao 2012 donde, con peregrinos argumentos, se la postula como asesina de las prostitutas mutiladas durante el otoo europeo de 1888.

Se pretende que Lizzie dispona de algunos esenciales conocimientos de anatoma y diseccin gracias a ser cnyuge de un connotado cirujano, y que sus mviles para asesinar y amputar fincaban en el cerril odio que senta hacia las meretrices, porque stas podan concebir hijos mientras que ella era infrtil. Asimismo, se sugiere que la vctima Mary Jane Kelly era amante de su esposo, etc, etc...

Vale decir, todas las alegaciones utilizadas a fin de fundar la responsabilidad de esta seora carecen de cualquier base, devienen disparatadas, y en verdad cuesta creer que la formulacin hubiera circulado con tanta insistencia en la prensa y a travs de internet, a despecho de tratarse de una hiptesis tan absurda.

Debe subrayarse, no obstante, que no resulta novedoso culpar a una mujer de haber sido el victimario serial designado "Jack el Destripador". Estas conjeturas siempre han sido estrafalarias, y en este caso la proposicin no se volvi diferente de otras antiguas nominaciones que tambin fueron ridculas.

Viendo la fotografa de la cnyuge del galeno John William, y advirtiendo su frgil constitucin, bastara con ello para descartarla cmo plausible homicida. Pues si algo caracteriz al brutal matador en cuestin es que deba tratarse de una persona que gozaba de notable vitalidad y gran enjundia muscular. Cabe recordar que, precisamente, el tema de la fortaleza fsica desplegada por quien perpetr los ataques conform uno de los dbiles argumentos aducidos a fin de culpar -aos despus de su ejecucin- a una joven britnica contempornea a los crmenes del Ripper, llamadaMary Eleanor Pearcey.

Mary Eleanor PearceyEsta muy peligrosa fmina consum sus homicidios en el ao 1890, llevando a trmino el despiadado acuchillamiento de la esposa y de la hija del hombre que por entonces era su amante. El 23 de diciembre de aquel ao, Mrs. Pearcey, contando a la sazn con slo veinticuatro aos, subira al cadalso de la prisin de Newgate expiando la culpa impuesta por sus violentos crmenes. Las fotografas que de ella se conservan la retratan como una chica delgada, de rostro poco agraciado y hombruno, en el cual resalta una amplia y prominente dentadura.

Se llev a la tumba varios secretos. Entre stos, el motivo que la impuls a realizar un crptico mensaje que, en peridicos de Madrid, Espaa, su abogado hiciera publicar en cumplimiento de la ltima voluntad manifestada por su defendida. El texto de dicho comunicado mentaba:"Para M.E.C.P ltimo pensamiento de M.E.W. No te he traicionado".Esta extraa accin de la condenada a muerte se interpret como un aviso dejado a un cmplice, hacindole saber que -pese a las presiones recibidas- mantuvo la boca cerrada, y no delat ante la polica la participacin de aqul en los asesinatos que la enviaron a la horca.Nunca se acus formalmente durante su proceso penal a Mary Eleanor Pearcey, la matadora de la poca victoriana, de haber sido la pretensacriminal destripadora. Su postulacin para tan oscuro cargo exclusivamente se debi a especulaciones ulteriores a su trgico deceso. Muy escasos puntos en comn guardaba la personalidad de aquella malograda joven con las caractersticas personales, y con elmodus operandiultimador, que cabra atribuirle a la ficticia Jill the Ripper. Entre otras razones, la asesina a la cual venimos refiriendo no era una obstetra, ni mantena vinculacin con la profesin mdica. Sus delitos estuvieron, puntual y claramente, inspirados en los celos, y en el ciego anhelo de quedarse con el amante de su vctima, eliminando de paso a la hija de aquella para no dejar potenciales testigos con vida.Dicho rasgo la coloca dentro del elenco de victimarios denominados"spree killers"-homicidas itinerantes u ocasionales-; categora diversa a la de los asesinos seriales a la cual, sin la menor vacilacin, perteneca el metdico ultimador de mujeres que oper en el distrito de Whitechapel.Al ser consultado con respecto a su opinin de quin podra ser el asesino, Arthur Conan Doyle, el inmortal creador de Sherlock Holmes, expres creer que una mujer poda ser la causante de las muertes. Arthur Conan DoyleTan slo una mujer representara la solucin apropiada para una sumatoria de preguntas que se formularon las desconcertadas autoridades policiales de entonces, tales como: Qu clase de persona habra podido deambular sola, sin despertar sospechas en las srdidas noches del este de Londres, cuando se llevaron a cabo los crmenes? Qu individuo poda haber transitado aquellas callejuelas con las ropas manchadas de sangre y, aun as, haber pasado inadvertido? Quin posea conocimientos mdicos, de entidad tal, para haber infligido las extensas mutilaciones apreciables en los cadveres? Qu sujeto ira a disponer de una slida coartada, en el caso de ser visto junto a las futuras difuntas?La postulante perfecta a fin de llenar esos requerimientos -adems de tratarse de una fmina- deba ejercer la profesin de partera o, cuando menos, dedicarse al ms modesto oficio de comadrona. Probablemente, devena conocida por las vctimas al haberle practicado abortos a algunas de aquellas, o bien a otras compaeras de oficio con las cuales mantenan trato.Esta circunstancia explicara la actitud desprevenida adoptada por stas en los instantes precedentes al fatal ataque, a pesar de que deban estar alertadas de que un sdico acechaba a la caza de meretrices. La criminal en cuestin deba poseer la fuerza muscular suficiente para someter a sus agredidas dejndolas indefensas, mediante una enrgica maniobra de estrangulamiento.

Al tratarse de una partera, era dable imaginarla haciendo gala de la destreza y pericia imprescindibles para inferir las mutilaciones a los cadveres de aquellas desafortunadas. Las disecciones ejercitadas en los cuerpos daban la impresin de haber sido ocasionadas por una mano que dominaba rudimentos sobre anatoma humana; extremo compatible con la sapiencia que corresponda aguardar en una obstetra.En favor de la hiptesis de una partera o comadrona asesina milita la creencia generalizada de que el agresor forzosamente tena que ser un hombre; razn por la cual una fmina poda andar libremente por los barrios bajos londinenses sin despertar ningn resquemor.

A lo sumo, caba esperar de una seora deambulando sola de noche por tan peligrosos arrabales que la desgracia le recayera, y terminara convertida en una nueva presa humana de aquel manaco. Pero a nadie jams se le ira a ocurrir que, en realidad, la ejecutora de las prostitutas era ella.Est acreditado que Jack el Destripador no violaba a sus vctimas. Las autopsias son concluyentes en que no se hallaron fluidos seminales, lo cual indujo a presumir que el victimario podra ser un varn impotente. Pero, claro est, no se ira a postular -pues devena inimaginable- la solucin que ms obviamente explicaba la ausencia de actividad sexual sobre las extintas.Y tal respuesta, ante la carencia de muestras de semen, era que no poda de modo alguno haberlo, en tanto el verdugo no era -por ms increble que pareciera- un hombre, sino una mujer.Tal resulta, en esencia, la teora de "Jill the Ripper".

Desde el mundo de la ficcin, se propuso a varias asesinas para el papel de haber sido el psicpata del East End. Uno de los libros ms destacados se edit en 1939, y tuvo por autor al periodista australianoWilliam Stewart. Su ttulo fue:"Jack el Destripador: Una nueva teora".

En la trama de esa obra, la culpable resultaba una partera poseedora de tremenda potencia fsica. Esta comadrona era muy torpe en la prctica de su oficio, y sus intervenciones solan concluir trgicamente con el bito de sus pacientes. Para cubrir las huellas de sus errores letales, la obstetra comenz a mutilar los cuerpos sin vida, fingiendo que se trataba de los bestiales homicidios cometidos por un loco. La prensa, en su afn de vender peridicos, fabric el mito de "Jack el Destripador", lo cual fue aprovechado por la responsable -quien segua matando involuntariamente a sucesivas clientas- a fin de desviar de s las sospechas y la investigacin policial.

Dos aos antes -en 1937- se haba publicado el libro deEdwind Woodhall:"Cuando en Londres caminaba el terror". Aqu una ficticia modista rusa (Olga Tchkersoff), de sobrehumana fortaleza, era quin en las brumosas noches se vesta de hombre y sala a asesinar. Y es que Olga estaba furiosa con las rameras por haber inducido en el viejo oficio a su inocente hermana menor, que muri de septicemia tras un aborto mal practicado. Mary Jane Kelly, atento a esta versin, fue la inductora que gui por el mal sendero a la hermana de la modista. Ello provoc que la desquiciada vengadora desfigurase con mayor saa el cuerpo de aquella desventurada.

Tiempo ms tarde, en notas editadas por agosto de 1972 en el peridicoThe Sun, el ex policaArthur Butlerinsisti con la teora de William Stewart aportando mayores presuntos datos. Segn Butler, la innominada partera contaba con un cmplice masculino que fue el encargado de consumar los homicidios. De acuerdo con esta proposicin, adems de mediar errores abortivos que determinaron los fallecimientos, al menos dos de las presas humanas perecieron a raz del encarnizamiento de ese compinche.

Se pretendi que Emma Elizabeth Smith chantajeaba a la partera, amenazndola con denunciarla a las autoridades si no le pagaba una gruesa suma de dinero a cambio de su silencio. Las prcticas abortivas eran castigadas severamente en la legislacin inglesa, y la desesperacin por evitar una denuncia, que supona muchos aos de crcel, indujo a la amenazada obstetra a fraguar la muerte de la chantajista. Su amigo la remat, luego de que entre ambos la apalearan con ferocidad. Le infligieron a la vctima terribles heridas -por las cuales fue internada el lunes 3 de abril de 1888 en el hospital de Whitechapel- provocndole una agona que al da siguiente la llev a la tumba.

Igual desgracia recay el 7 de agosto de ese ao sobre Martha Tabram, quien result ultimada mediante mltiples cuchilladas por el sanguinario secuaz de la obstetra. La razn argida aqu fue que Martha condujo a una joven compaera de oficio, de nombre Rossie, para que se le ejercitase un aborto. La chica feneci presa de la torpeza ejecutiva de la comadrona. Como Tabram los importunaba, con sus insistentes preguntas acerca del paradero de su amiga, decidieron silenciarla.

Estos homicidios se consideraron labor de un criminal demente y salvaje. El"Asesino de Whitechapel",al cual ms adelante se bautizara"Jack el Destripador" cuando una retahla de errores abortivos precipit el fin de las victimascannicas, desde Mary Ann Nichols hasta Mary Jane Kelly. Las amputacionespost mrtem infligidas a los organismos tuvieron por finalidad hacer creer que aquellos bitos, fruto de fallidos abortos, devenan la abominable faena de un ejecutor de prostitutas.

En fin: tal cual cabe advertir tras este repaso, las muestras de fantasa literaria donde se endilg a mujeres haber sidoJack the Ripper han recorrido un azaroso camino, y no parecera que el libro en donde se responsabiliza a la esposa del mdico John Williams termine siendo la ltima perla de este largo collar. VII) MEDICOS FORENSES EN LA HISTORIA DE JACK THE RIPPER

Desde el comienzo fueron motivo de encendida polmica, y de arduo dilema, los eventuales conocimientos de anatoma que pudiera ostentar el criminal que durante el otoo de 1888 se encarnizara con las prostitutas del East End londinense.

Un puado de mdicos forenses participaron en las autopsias y en la elaboracin de los reportes de las muertes atribuidas a aquel homicida serial. Destaca entre todos esos profesionales el Dr. George Bagster Phillips, cirujano de la Polica Metropolitana. Result lgico que este galeno apareciera en forma preponderante, en tanto la mayora de los bitos acaecieron dentro de la jurisdiccin asignada a la Polica de la Metro para la cual revistaba.

Boceto del Dr. George Bagter PhillipsLa excepcin la conform el homicidio perpetrado contra Catherine Eddowes, a primeras horas de la madrugada del 30 de septiembre de 1888 en la plaza Mitre, pues ese crimen cay bajo la competencia de la Polica de la City de Londres. Debido a esta circunstancia jurdica, el forense encargado de ejercitar aquella necropsia devino el cirujano oficial de la Polica de dicha urbe: Dr. Frederick Gordon Brown.

Dr. Frederick Gordon BrownLe cupo una intervencin subrayable, asimismo, al mdico Thomas Bond. Este profesional se encarg, junto al aludido Dr.Phillips, de redactar el informe de la autopsia practicada al destrozado cuerpo de Mary Jane Kelly. Pero lo ms llamativo fue que present, a solicitud de Scotland Yard, un reporte criminolgico sobre la plausible personalidad del matador mltiple. Visto as, este cirujano fue un pionero de los modernos estudios de perfilacin criminal que efectan el FBI y otras instituciones policiales y, por ende, precedi a emblemticos expertos en materia de perfilacin de homicidas de la talla de David Canter y Robert K. Ressler, por ejemplo. Tambin se lo recuerda por su creencia de que aquel victimario serial no podra haber sido un mdico, en tanto no acredit siquiera los rudimentos de diseccin que cabra aguardar en un carnicero o en un matarife, dado el alto grado de desorden que exhiban las heridas infligidas a los cadveres. Dr. Thomas BondDe acuerdo con este facultativo, los homicidios que ulteriormente daran en denominarse "cannicos" fueron todos facturados por el mismo agresor, el cual no haba dado cuenta de una especial sapiencia tcnica a la hora de acometer las mutilaciones. No se habra tratado de un cirujano, ni de un sujeto vinculado a la profesin mdica. El motivo de los asesinatos consider que radicaba en un desenfrenado apetito sexual, pese a que las autopsias practicadas a las vctimas descartaban la presencia de fluidos seminales. Tal vez era impotente o sufra dificultades para acceder al coito de manera normal.

A partir de datos recabados en la escena de los crmenes, y del anlisis de los cadveres, el forense se anim -cosa inslita para aquella poca- a plantear su parecer sobre cul podra ser la personalidad del matador. A ste lo imagin como un individuo de mediana edad, costumbres sobrias y temperamento sosegado, de quien sus vecinos jams sospecharan nada malo. Deba disponer considerables ingresos econmicos y un trabajo estable que lo inhiba de emprender sus asaltos en los das hbiles, lo cual justificaba que stos siempre tuviesen cabida los fines de semana.De modo pues que en los balbuceos en pos de elaborar un esquema psicolgico sobre este tan extraordinario homicida, se lo conceptuaba un delincuente de ndole sexual, detentador de una doble personalidad al ms puro estilo de Dr. Jekyll y Mr. Hyde.Igualmente le correspondi un papel de inters en la historia de Jack el Destripador al Dr. Thomas Openshaw. Este prestigioso patlogo dio su parecer tras examinar el trozo de rin que arrib por correo dentro de una caja de cartn dirigida al Presidente del Cmit de Vigilancia de Whitechapel el 16 de octubre de 1888. Dicho cirujano ratific la naturaleza humana de aquel rgano, as como el hecho de que perteneca a una mujer de cuarenta a cuarenta y cinco aos de edad aquejada, en un estadio avanzado, por una enfermedad tpica en los alcohlicos.

Sin embargo, preguntado si aquella vscera casaba con la de Kate Eddowes (a quien dos semanas atrs el asesino le extirpase su rin izquierdo) el especialista se mostr dubitativo, y dej entrever que el rgano no perteneca a dicha occisa, sino que podra haberle sido extrado a un cadver dispuesto para la diseccin. En suma: Openshaw admiti que tal vez el truculento obsequio slo conformase una broma gastada por un estudiante de medicina a costa del entonces meditico George Akin Lusk, que presida el grupo de perseguidores civiles del matador londinense. Dr. Thomas Openshaw

Otro perfilador contemporneo a las mutilaciones victorianas fue el doctor Lyttleton Stewart Forbes Winslow, un reputado neurlogo o "alienista" -expresin mediante la cual se designaba en la era eduardiana a tales profesionales de la medicina-, el cual propugn la hiptesis de que la luna oficiaba de causa motriz en la masacre desatada.Este facultativo era un especialista en afecciones mentales procedente de una antigua prosapia de galenos. Las matanzas del Ripper lo perturbaron en grado sumo y, una vez puesto a reflexionar en la manera de resolver el enigma, se forj una rpida idea de cul podra ser la ms verosmil personalidad de aquel salvaje. Defini al ejecutor como un desorientado con dogmticas creencias religiosas, persuadido de estar llamado a cumplir en la tierra un destino aniquilador designado por Dios.

Dr. Lytletton Forbes Winslow

Que mova a Jack el Destripador a actuar? Quizs lo imbua una alteracin psiquitrica fundada en religiosidad enfermiza, o la influencia de fuerzas naturales an ms irrefrenables? Para contestar a tales interrogantes el Dr. Forbes Winslow desarroll la hiptesis de la influencia lunar como explicacin de aquellas insensatas tropelas.

A juicio del emprendedor facultativo, el perpetrador padeca una mana sanguinaria incurable y se trataba, por tal razn, de un desquiciado con intrvalos lcidos que an no haba sido desenmascarado, y que continuaba ocupando un lugar en la sociedad. Tales dotes de camalen le permitan sorprender inermes a sus vctimas, valindose de esa apariencia de normalidad que era capaz de fingir.

El alienista plante una conjetura que design "teora de la locura lunar". En ella traz un contorno psicolgico del escurridizo delincuente, caracterizndolo como un criminal monomanaco embargado por fundamentalismos religiosos extremos, y persuadido de tener un destino ineludible para cumplir en este planeta. Siguiendo sus desviadas creencias este sujeto habra elegido a los componentes de cierto grupo social -en este caso meretrices- para descargar all su implacable venganza.

Al comienzo el forense se puso en contacto con las fuerzas del orden. Aos ms tarde, proporcion a un rotativo una extensa entrevista sobre el tpico. Finalmente, resumira sus pensamientos acerca del misterio del Destripador en un libro autobiogrfico editado en 1910. El autor pretenda que si el cuerpo policial segua fielmente sus instrucciones estaran en condiciones de arrestar al responsable en un trmino inferior a las dos semanas.Su inicial consejo finc en que deba colocarse por el territorio ingls, y en especial en el rea aledaa a los crmenes, a un grupo de agentes disfrazados de mujeres, portando armas adecuadas bajo sus vestimentas femeninas. De acuerdo explicaba, los guardias de los manicomios eran los candidatos ms idneos para conducir a buen puerto esa arrisgada misin,