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Los órganos de la catedral de Calahorra

The organs of Calahorra Cathedral

por

Ángel Ortega López*

ResumenEn el culto catedralicio es imprescindible el canto, y para su acompañamiento se inventó el órgano. Este instrumento musical tiene su propia historia, su evolución a través del tiempo. En este artículo se describen los distintos órganos de que se tienen noticias en la catedral de Calahorra, y los organeros que los crearon.

Palabras clave: catedral de Calahorra; Órganos; Organeros.

AbstractSinging is essential in the Cathedral worship, and organ was invented for his accompanying. This musical instrument has its own history, its evolution over time. This article describes different organs that we have knowledge in the Calahorra Cathedral and the pipe organ builders who created them.

Key words: Calahorra Cathedral; Organs; Pipe organ builders.

* Archivero de la catedral de Calahorra. E-mail: [email protected]

Ángel Ortega López


La música en las catedrales va pareja a su propia historia, ya que su primera actividad es el culto solemne, en el cual el canto es una parte importante. Desde el comienzo de las actas capitulares (año 1450) hay constantes referencias a las personas obligadas a

la práctica de la música: chantre, sochantre, maestro y mozos de coro, organista, maestro de capilla, etc., así como de sus obligaciones y retribución.

Con el tiempo, además del canto llano o monódico, se van introduciendo otras formas musicales de carácter polifónico, que requieren conocimientos de ese arte y voces espe-cializadas. Nace así la “capilla de música”, conjunto de voces divididas en cuerdas de tiple, contralto, tenor y bajo. Y para el apoyo de las voces se usan los instrumentos: al principio con los de viento (chirimías, cornetas y sacabuches), después con la introducción de la cuer-da (familia de las violas) y también de viento madera (flauta, oboe, bajón). Tenemos ahí la capilla de música completa, dirigida por el maestro de capilla, que estaba encargado de la enseñanza de los niños, de los instrumentistas, y sobre todo de dirigir. Pero sobre todo se usa el órgano: instrumento compuesto por numerosos tubos de distintas familias, que produce varios sonidos simultáneamente formando acordes, y que maneja una sola persona, el orga-nista, que tenia unos conocimientos y práctica musicales muy apreciables. El órgano estaba situado normalmente en el coro alto, y desde allí expandía sus sonidos por encima de todos las personas situadas en el coro bajo, a los cuales acompañaba con sus acordes, y también se dejaba oír por todo el ámbito del templo, sobre todo cuando interpretaba piezas de solo, es decir, independiente de las voces, como instrumento solista.

Las primeras referencias del instrumento musical del órgano en la catedral de Calahorra, que encontramos en los documentos son del año 1482: “Item en el año de 82 se trocaron unos organos viejos que estaban en la dicha iglesia por otros nuevos y mayores, en que se gastaron veintemil mrs1”. Y en 1509 las actas capitulares hablan de “unos organos grandes con todo su aparejo de puerta de hierro y fuelles2”.

Aparte del órgano grande, se habla en los documentos de órganos pequeños, como eran los órganos utilizados en las procesiones, instrumento portátil que, llevado a hombros, acom-pañaba a la capilla de música en las procesiones de las solemnidades, como el Corpus o los Santos Mártires. En 1560 se pagan tres reales a los portadores de este órgano3.

Había además un órgano realejo pequeño, órgano portátil con algunos registros o cambios de sonidos. De estos instrumentos se conservan algunos ejemplares en algunas catedrales, pero no en ésta. Afinando este órgano se nombra el primer organero, Miguel de Borgoña, maese Miguel Flamenco, oriundo de los Países Bajos y afincado en Logroño, que percibió en 1560 seis reales “por concertar y afinar el realejo. Dieronse asimismo cuatro reales al organista Valerio Pérez por lo que gasto con Maese Miguel en darle de comer y cabalgaduras y peones para que viniese”4.

1. Archivo de la catedral de Calahorra, sig. 930. (en adelante ACC)

2. ACC. Actas capitulares, sig. 108. Estos libros no están foliados. Citado en adelante como AC y signatura y año.

3. ACC. Libro de fábrica, sig. 193. Citado en adelante como LF y signatura y año.

4. LF, sig. 193, 1560.

Los órganos de la Catedral de Calahorra


En el trascurso de este artículo daremos cuenta de cada uno de los cinco órganos gran-des que a través del tiempo se han sucedido, y de los cuales tenemos noticias documentales. Sus autores son: Miguel de Borgoña, Cristóbal Vicente Zapata, Lucas de Tarazona, Juan de Monturus y Pedro Roqués.

1. Primer órgano: maese Miguel de Borgoña

Antes de 1562 no tenemos noticias concretas del instrumento, sino menciones genéricas, sin poder apreciar cómo serían, ni su contenido, ni tamaño. A partir de este año tenemos ya re-ferencias de arreglos importantes y trabajos serios de mantenimiento de este primer órgano.

En 1562 dispone el cabildo importantes modificaciones en el órgano grande5, siendo el mismo Miguel de Borgoña quien lo rehace y recompone en trabajos que le llevaron veintitrés días. Se hospeda en casa del organista Valerio Pérez, y se citan varios artesanos de Calaho-rra, como el carpintero, el zapatero o el cerrajero, de quienes hubo que echar mano para la realización de sus trabajos.

El Libro de Fábrica, en el año 1562, ofrece con detalle la realización de estos trabajos y gastos6. El organero maese Miguel trabaja en “mudar y templar el órgano”, haciendo “nuevos un fuelle y todos los teclados”. Percibe por ello 165 rs. Le acompaña su criado Juan, quien cobra 42 rs. El organista Valerio Pérez proporciona alojamiento y manutención al maestro organero y a su criado, por lo que se le abonan 103 rs. Siguen pagos menores al fustero, cerrajero y za-patero, y de materiales como badanas, puntas de hierro y libras de plomo para la contrapesa del fuelle, por un gasto de 80 rs. En total, 390 rs. Tal fue este importante arreglo del órgano, del cual nada más sabemos: ni su constructor, ni su magnitud, ni los registros que contaba.

Para su mantenimiento intervinieron también otros organeros. En 1562 un maestro acabó y afinó el órgano para el día de los Santos Mártires. Por su salario y alojamiento en su casa percibe 102 rs. el organista Valerio Pérez7.

En 1583 el maestro Guillaume o Guillorme recibe 132 rs. por aderezar el organillo. Y en este mismo año se da orden al organista Valerio Pérez que “de orden como este guardado y no se pierda ni hurte el órgano viejo que esta debajo de la torre8”.

En 1587 Gaspar Marín adereza los órganos9. Y en 1590 de nuevo Guillorme adereza el órgano, percibiendo por ello 200 rs.10, y en 1589 adereza el realejo, y algún otro trabajo en años siguientes, hasta 1607 en que ya ha fallecido11.

5. AC, sig. 114.

6. LF, sig. 193, 1562.

7. Idem.

8. AC, sig. 117.

9. LF, sig. 193, 1587.

10. Ibid., 1590.

11. LF, sig. 194.



Su hijo Gaudioso, también organero, contrajo matrimonio en Calahorra en 1595 con Mel-chora Zapata12, e hizo algunas reparaciones en 161613, cobra 50 rs. en 162614, 122 rs. en 1627 por limpiar y aderezar15, y 108 rs. por limpiar y aderezar el órgano grande16.

En el año 1640 se acuerda “que el organero que ha hecho el órgano de la iglesia de San-tiago arregle el realejo de la Catedral17”. Y en 1656, que se vea si ha causado daño en el órgano “la gotera de agua que sobre el ha caido”, y se remedie forrando con hoja de lata la caja por encima18.

Partidas de gastos como estas abundan en los libros, debido al uso continuo de los ins-trumentos, añadiendo también el préstamo que de ellos se hacía a otras iglesias.

En 1604 el organista Pedro de Lora pide licencia “para ir a los Descalzos a la procesión del Corpus con los cantores y el organillo”. En el mismo año pide lo mismo para ir a la iglesia de San Francisco, y se le concede con la advertencia de que “tenga cuidado que no se maltrate19”. En 1621 se presta el organillo a las monjas de Arnedo20. En 1645 se acuerda que en adelante no se deje prestado “el organo que llaman del Ala”, y en su lugar se deje el organillo de las procesiones21.

Necesitaban reparaciones continuas los órganos portátiles; pero también los grandes, fijos en su lugar, con un uso y desgaste continuados. En 1678 se ordena que las llaves de los se-cretos del órgano estén en el archivo y no se saquen sino “solo quando para alguna festividad se hubiese de templar…22”. Este primer órgano llevaba muchos años en uso, y era necesario sustituirlo por otro nuevo.

2. Segundo órgano: Cristóbal Vicente Zapata

Su construcción fue de iniciativa del obispo don Juan Piñero y Osorio23, y se determinó co-locarlo “encima del coro en frente de la puerta de Nuestra Señora24”. Suponemos que es el emplazamiento actual: frente a la puerta llamada de San Jerónimo, que al exterior tiene en el tímpano un relieve de la Coronación de Nª Señora entre los Stos. Emeterio y Celedonio. También suponemos que la parte inferior de la fachada del órgano actual corresponde a este

12. ACC. Libro de Matrimonio, v. 2, f. 51vº.

13. LF, sig. 194.

14. Idem.

15. Idem.

16. AC, sig. 123, 20 de febrero de 1616.

17. AC, sig. 129, 21 de abril de 1640.

18. AC, sig. 131, 17 de junio de 1656.

19. AC, sig. 121.

20. AC, sig. 124, 6 de abril de 1621.

21. AC, sig. 129, 21 de abril de 1640.

22. AC, sig. 133, 1 de octubre de 1678.

23. Vid. la carta que escribe al Cabildo: ACC, sig. 2655/16.

24. LF, sig. 195.



“órgano segundo”. Las molduras y los entrepaños de la madera así nos lo dicen, y por otra parte fue siempre muy socorrido el aprovechamiento de las cajas o fachadas del instrumento anterior.

Su constructor fue el maestro “Cristóbal Vicente Zapata”, vecino de Logroño, y su inter-vención duró bastantes años. En 1646 se le entregaron 686 rs. para preparar el asentamiento del órgano. En 1647, se le dieron 80 rs. para asentar la caja25, que va a ser reformada26 y armada de nuevo27 por importe de 85 rs. En 1653 se acuerda quitar las trompetas y poner en su lugar “las dulzainas de boj grande28”. No hubo éxito y el propio organero lo acepta y las sustituye por “otras de metal” a las cuales por razones técnicas que expone , “por ser la distancia del secreto tan larga y estar en lo ultimo de el”, ha sido difícil hacerlas “venir a la perfección que hoy tienen”. Esto ocurría en 1657. Y añade el maestro que “de ello se le han venido muchos gastos por lo que suplica se le de algun alivio para ellos”. Da a entender que está ya terminado y urge le paguen los dos plazos que se me están debiendo y que en cuanto a la entrega del organo desde luego lo entrego y suplico el buen despacho para que yo me vaya a mi casa29.

25. LF, sig. 195.

26. AC, sig. 130, 20 de mayo de 1646.

27. LF, sig. 195.

28. AC, sig. 132, 6 de septiembre de 1653.

29. ACC, sig. 2792.

Figura 1. Detalle de la fachada del órgano. Parte inferior correspondiente al segundo órgano (1646) y parte superior correspondiente al tercer órgano (1756). Foto L. Argáiz.



Las reparaciones de este órgano fueron hechas por el acreditado fray José de Echavarría, franciscano del convento de Bilbao, al que acompañaba a veces su sobrino Ventura. En 1678 pagó el cabildo 1615 rs. “a fray José de Echavarría y a su sobrino por afinar el órgano y hospe-daje30”.

Años más tarde va a intervenir el también famoso organero Diego de Orío31. En 1707 se le hace un abono de 440 rs. “por limpiar y refinar los órganos grandes y pequeños”32.

En 1719 interviene “Bartolomé Sánchez”, organero de Zaragoza. Sugiere que se haga un nuevo secreto33 “por importe de cien reales de a ocho”. Según nota del mismo año, se abo-naron 3.118 rs. 34, cantidad muy importante que hace pensar en una ampliación y arreglo que alargó su vida hasta 1755.

3. Órgano tercero: Lucas de Tarazona

Propició su construcción el obispo don Andrés de Porras y Temes, quien en 1756 hace el ofre-cimiento de mil pesos para el nuevo órgano. Su constructor fue Lucas de Tarazona, organero de Lerín, quien antes había construido uno en la catedral de Santo Domingo de la Calzada.

Afortunadamente en el año 1757 del Libro de Fábrica se han conservado cuentas detalla-das de esta construcción35, que incluye el instrumento y la caja que ha llegado hasta nuestros días36. Como ya hemos dicho, esta caja con ornamentación rococó, se asentó sobre la base de la caja del órgano anterior.

Recogemos aquí algunos de esos datos:

Lucas de Tarazona organero cobró por su trabajo y materiales _______________________ 7.700 rs.Por un fuelle nuevo ___________________________________________________________________ 412 rs.A Julián Martínez maestro arquitecto y carpintero por cincuenta y cuatro días que ocupó en hacer la caja del órgano con su hijo y otros artesanos _________________ 7.476 rs.A Andrés de Bolide por la talla de San Miguel en lo sumo de la caja del órgano ______________________________________________________ 800 rs.A José Goya dorador de la caja del órgano por su jornales y de su hijo y aprendiz _______________________________________________________________ 1.429 rs.A Pedro Luzán dorador de la caja del órgano _________________________________________ 1.429 rs.A Juan de Ortega batidor de oro por el oro consumido en el órgano y estofado de la figura de San Miguel ________________________________________________ 3.076 rs.

30. LF, sig. 195.

31. Vid. Gómez García, A. y Usabiaga, A. Órgano de la parroquia de Santa María de Briones, p. 30.

32. LF, sig. 196.

33. AC, sig. 142, 13 de enero de 1719.

34. LF, sig. 196.

35. Vid Gil Munilla, L., Llaurado, A. y Fischer, K. Órgano barroco de la Parroquia de Santo Tomás de Haro, p. 13.

36. LF, sig. 197. Vid. Mateos Gil, A. J. La influencia de Juan Miguel Mortela en la catedral de Calahorra, p. 75.



La construcción del órgano costó en total 22.322 rs. El obispo don Andrés de Porras dio como donativo 15.000 reales, el resto, 7.322 rs fue aportado por el cabildo.

Las buenas relaciones que con el cabildo mantuvo este maestro organero se demuestran con el hecho de que a su fallecimiento hizo donativo de su organillo a esta catedral:

Lucas de Tarazona por su testamento “mando y dejo a esta Santa Iglesia un organillo para que sirviese en la capilla de los Santos Mártires y Patronos en las funciones y casos que pudieran ocurrir”37. En las cuentas de 1763 quedó reflejado el gasto de 40 rs. del transporte del organillo que se trajo de Lerín para la capilla de los Santos Mártires38.

Este pequeño órgano fue conocido y solicitado, y así desde Aldeanueva de Ebro se pide prestado en 1771 “para usar de el en una ermita donde decian los divinos oficios interin no se concluyese la obra del enlosado de la iglesia39”. El órgano grande de la catedral siguió siendo atendido por la familia Tarazona. En 1766 se pagan 550 rs. a Ramón Tarazona por refinar el órgano40.

Catorce años después efectuó en él algunas reparaciones el renombrado organero Andrés de Gasparini, que se hallaba en Calahorra trabajando en la iglesia de San Francisco41. Corrigió determinados defectos “dandole el aire correspondiente a algunos registros y especialmente a los timbales que no hacían el estruendo y ruido que antes”. Se le pagaron 1.500 rs. por un registro nuevo42.

En el último tercio del s. XVII destacó en los trabajos de la organería la familia San Juan, instalada en Logroño, que contratará con el cabildo de Calahorra el mantenimiento de su ór-gano. En 1782 Francisco Antonio San Juan presenta un presupuesto de 10.000 rs.; pero falleció antes de terminar la obra, que concluyeron Lorenzo de Arrazola y Juan Antonio de Albisúa, vecinos de Oñate. La obra consistió en añadir la trompeta magna y la chirimía “para juego de la mano izquierda lo que serviria de mucho lucimiento para imitar los violines43”. Esteban de San Juan revisó y reparó el órgano en 178644 y en 179045.

Pero el órgano acusa un progresivo deterioro planteándose su sustitución por otro nuevo. En 1796 aparece Juan de Monturus y su hijo Guillermo, que presentan las “condiciones de las reparaciones, aumentaciones y refacciones que se deben hazer al organo de la Sta. Igª de Calahorra46”. En su larga exposición proponen introducir los nuevos modos de trabajar que se practican por los mejores maestros alemanes y franceses47. Comentan los grandes defectos,

37. AC, sig. 154, 6 de agosto de 1764.

38. LF, sig. 197.

39. AC, sig. 157, 20 de abril de 1771.

40. LF, sig. 198.

41. AC, sig. 157, 20 de Julio de 1771.

42. LF, sig. 198.

43. AC, sig. 161, 9 de agosto de 1782, 12 de octubre de 1782, 20 de diciembre de 1782, 4 de enero de 1783, 11 de enero de 1783, 24 de junio de 1783, 19 de junio de 1784.

44. LF, sig. 199.

45. AC, sig. 163, 25 de septiembre de 1790.

46. AC, sig. 164, 2 de abril 1796.

47. Vid. Jambou, L. Evolución del órgano español, siglos XVI-XVIII, p 239.



como su corta extensión por arriba y por abajo, la poca calidad de los sonidos, etc. y propo-nen la construcción de dos teclados, más un tercero llamado cadereta, a imitación del que habían construido en Bañares48. Pero todo ello se quedó en proyecto, ya que su intervención no llegó hasta 1816.

Mientras tanto siguió trabajando en su conservación el maestro Pablo de Salazar, quien en 1804 cobró 3.500 rs. con la orden de “que se desmonte, limpien y afinen dichos registros como propone el maestro organero49”.

Con este arreglo el instrumentó aguantó hasta 1815, en que se reconoce que tiene “tales defectos que no es susceptible de mejora, llegándose a la conclusión de la construcción de uno nuevo50.

4. Cuarto órgano: Juan de Monturus

Juan Monturus se ofrece en 1816 a poner por obra el proyecto de órgano nuevo que había presentado en 1796. Su instalación requiere obras de albañilería y carpintería que molestaban la celebración de los divinos oficios, que se trasladan a la capilla de los Santos Mártires51. La caja que ha de albergarlo es la misma que en 1757 fue construida por Julián Martínez y otros artesanos, y que ha llegado hasta nosotros en perfecto estado.

A principios de enero de 1818 los Monturus tenían ya construido e instalado el nuevo órgano. Su examen, censura y aprobación corrió a cargo del organista primero de la Metro-politana Basílica del Pilar de Zaragoza, don Ramón Ferreñac52.

Afortunadamente se copiaron literalmente en el libro de actas capitulares el contrato del organero, con todas las novedades técnicas que se iban a introducir, y la censura del Sr. Ferreñac, aprobando la buena ejecución y acabado de la obra.

El mismo Monturus siguió conservando este instrumento, revisándolo dos veces al año según convenio, y percibiendo por ello 500 rs. anuales53. La composición detallada de este órgano se la debemos al organista José Enguera, para dar cumplimiento a una petición de la Real Orden del Ministerio de Gracia y Justicia en el año 1857, escrito que se copió íntegramente en las actas capitulares54.

Las revisiones periódicas de Monturus duraron hasta 1837 en que, con las nuevas cir-cunstancias de la desamortización, fue imposible al Cabildo el mantenimiento de la Capilla

48. Este órgano todavía se conserva con su cadereta, como la tuvo el de la catedral de Calahorra hasta la reforma de Roqués en 1917.

49. AC, sig. 167, 14 de Julio de 1804.

50. AC, sig. 168, 4 de noviembre de 1815.



53. AC, sig. 171, 2 de Julio de 1831.

54. AC, sig. 175, 5 de enero de 1857. Recogido en LOPEZ CALO, J. La música en la catedral de Calahorra, p. 193-197.



Figura 2. Cuarto órgano. Foto Archivo Bella.



de música y los arreglos más elementales de los instrumentos musicales55, y se acuerda que el organero Monturus “no venga a refi nar el organo por falta de fondos”.

Ahora va entrar en escena otro organero: Pedro Roqués, aprovechando la visita a su her-mano don Manuel, canónigo de esta catedral. Es el año 1848, y repasa, afi na y repara algunos defectos56. En 1875 realiza un desmonte general y ampliaciones57, por lo que percibirá 5.576 rs. Al mismo tiempo presentó un informe detallado de las necesidades del instrumento, que también se han conservado gracias a la diligencias del organista Enguera.

Los años siguientes están faltos de noticias relativas a la música y los instrumentos. El órgano fue sustituido en gran parte por un armonium que en 1898 regaló un bienhechor.El armonium es un instrumento de teclado, en el que el sonido se produce moviendo unos fuelles con los pies, y el aire actúa sobre unas lengüetas metálicas. Es “un armonium de concierto cuyo coste en Barcelona fue de 2.600 pts. para su uso dentro de la Iglesia58”. Este armonium todavía existe y sigue prestando sus servicios en la capilla de los Stos. Mártires.

55. AC, sig. 172, 7 de octubre de 1837.

56. AC, sig. 174, 29 de enero de 1848.

57. LF, sig. 201.

58. AC. sig. 183, 3 de septiembre de 1898.

Figura 3. Mascarones del cuarto órgano con las imágenes de San Emeterio, San Celedonio y el jarrón de azucenas, símbolo de la catedral. Fotos R. Puy.



5. Quinto órgano: Juan Roqués e Hijos

En 1916 el maestro de capilla don Leocadio Hernández Ascunce dirige al cabildo una amplia memoria 59en la que expone el estado imposible a que ha llegado el órgano de Monturus y la conveniencia de su sustitución por un órgano totalmente renovado. Se nombra una comisión técnica formada por Gerardo Arenzana (chantre), Leocadio H. Ascunce (maestro de capilla)

59. Citada en Hernández Ascunce, L. Memoria sobre el órgano de la catedral de Calahorra.

Figura 4. Armonium en la capilla de los Santos Mártires. Foto L. Argáiz.



Figura 5. Fachada general del órgano actual. Foto L. Argáiz.



y Manuel Cruz Torres (beneficiado tenor). Se pide proyecto y presupuesto de órgano nuevo a Roqués, conservando la caja del anterior (es decir, la que ahora contemplamos)60

El presupuesto fue de 31.075 pesetas más otros trabajos accesorios y complementarios. De todo ello queda documentación en el archivo catedralicio61.

Se cuidó especialmente de la conservación de la caja:

Que se cuide y arregle la fachada del órgano en la forma que indica el constructor del órgano nuevo, y que se trate con las empresas del fluido eléctrico para determinar de cuál de ellas conviene servirse para el motor del órgano62.

De esto se desprende dos grandes innovaciones: la supresión de la trompetería horizon-tal exigía algún arreglo en la fachada; y por otra parte, la incorporación del motor eléctrico para proporcionar aire a los fuelles suponía una gran ventaja y la supresión de una persona encargada de esa penosa labor.

Otra innovación que afecta en gran manera al aspecto exterior es la supresión de la cadereta, y en el lugar que ésta ocupaba se coloca la consola de los teclados, de madera de cedro americano, desde donde parte todo el complicado mecanismo que une cada una de las teclas con sus correspondientes tubos.

Su inauguración fue el 12 de diciembre de 1917 interviniendo en el concierto Jesús Guridi y Miguel Echeveste63. Y en el acto Leocadio Hernández leyó la “Memoria sobre el órgano de la catedral de Calahorra”, trabajo que se imprimió y ha llegado hasta nosotros64. En él se hace mención de los registros de que consta, sus características técnicas, las mejoras respecto al instrumento anterior, etc.

Las diferencias acústicas con el instrumento anterior consistieron en la sustitución de algunos registros más propios de los órganos barrocos y anticuados por otros más propios de los órganos románticos europeos.

Tiene en total 1.422 tubos, distribuidos entre el teclado 1º (gran órgano, de intensidad fuerte) con 11 registros de 56 notas, el teclado 2º (expresivo, de intensidad suave) con 10 registros de 56 notas, y el teclado pedalier con 3 registros de 30 notas.

Estos 3 teclados se pueden unir entre sí mediante mecanismos que se mueven con los pies a voluntad del organista. Y todos los tubos del 2º teclado están dentro del arca de ex-presión, especie de armario con una persiana que se abre más o menos según la voluntad del ejecutante, variando la intensidad del sonido y logrando así dar expresión a la frase musical, de ahí el nombre de “teclado expresivo”.

La utilización de este órgano fue decayendo con los años por la disminución del culto catedralicio y del número de canónigos, así como por la aparición de otros cantos y formas


61. ACC, sig. 917/6.


63. ACC, sig. 917/6.

64. Hernández Ascunce, L. Memoria sobre el órgano de la catedral de Calahorra.



Figura 6. Interior del órgano, primer piso, vista de tubos. Foto L. Argáiz.

musicales según los gustos de las últimas décadas. Hoy se emplea en las grandes solemnida-des, algunos domingos, algunas bodas y entierros.

Este ha sido un fenómeno generalizado en todas las iglesias. Por el contrario, en este mismo tiempo se ha introducido la costumbre de los conciertos de órgano en los templos. Esto va parejo con la restauración y puesta a punto de estos importantes instrumentos65, y con una corriente de audiciones periódicas que contribuye a la valoración de este patrimonio cultural, que supone los órganos y todas las composiciones musicales que se escribieron para este instrumento. Si no se interpretan, es nada más que un papel polvoriento que llena los archivos. Esto ocurrió con nuestro órgano. En el año 1995 se procedió a una revisión a fondo, limpieza, reajuste, nuevo motor-ventilador y afinación…, encargándose de toda esta labor los hermanos organeros, vecinos de Hernani, Alejandro y Agustín Usabiaga66.

La primera fase de su labor consistió en desmontar todos los tubos, algunos de los cuales estaban doblados o abollados, y naturalmente no podían sonar. Se procedió a su limpieza y reajuste. Se aprovecha para desinfectar y consolidar el interior de toda la caja, así como para

65. Ver el catálogo de órganos de tubos en la comunidad autónoma de La Rioja, con su descripción, su estado y última realizaciones: Iglesia Ugarte, J. S. de la. Los órganos en La Rioja.

66. Arandia, M. Restauración del órgano de la catedral de Calahorra.



Fig. 7.- Interior del órgano, fuelle y mecanismos del órgano actual. Foto L. Argáiz.

Fig. 8.- Mecanismo interior entre el pedalier y los teclados manuales. Foto L. Argáiz.

limpiar la fachada exterior. Labor importante fue la sustitución del motor – ventilador, muy deteriorad, por otra nueva y silencioso.

La segunda fase consistió en la reparación de la consola de los teclados: desmontaje, cambio de fieltros, reglaje y ajustado de las teclas y de todos el mecanismo que desde este lugar se extiende por el instrumento.

La tercera fase consistió en montar toda la tubería después de bien ajustada, introdu-ciendo sujeciones para que los tubos no se vuelvan a torcer por su propio peso. Y, por fin, la afinación, dejando cada nota perfectamente ajustada al diapasón.

Fueron estos organeros los que en su informe prefieren calificar a este instrumento como “romántico-sinfónico”, ya que el romanticismo propiamente dicho había pasado. En el acto inaugural actuó como organista José Manuel Azcue67.

En los templos católicos, sobre todo en las catedrales, abunda el patrimonio artístico. En los últimos años ha sido grande el esfuerzo realizado para restaurar los edificios y su conte-nido de retablos, escultura y pintura. También se han restaurado los órganos. Pero el órgano

67. Este trabajo fue subvencionado por el Gobierno de La Rioja (Consejería de Cultura, Deportes y Juventud), y promovido por la Asociación Pro Música Fermín Gurbindo, y de todo el proceso quedó constancia en su correspondiente libro: Ortega López, A., et al. El órgano de la catedral de Calahorra, p. 47-67.



es un instrumento, un ser vivo que necesita un mantenimiento. No se restaura para quedar mudo, sino para que suene, para que el público vibre escuchándolo y goce con su variedad de sonidos aumentados en esa gran caja de resonancia que es el templo.

Que estas páginas sirvan para un mayor conocimiento de este extraordinario instrumen-to, su aprecio y valoración, para procurar tenerlo siempre a punto, en condiciones óptimas para su utilización y disfrute de todos.

Bibliografía

Arandia, M. Restauración del órgano de la catedral de Calahorra. En Kalakorikos, 1996, N. 1, P. 209-210.Gil Munilla, L., Llaurado, A. y Fischer, K. Órgano barroco de la Parroquia de Santo Tomás de Haro.

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Figura 9. Vista de la consola con el autor del artículo. Foto L. Argáiz.

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