Los Tejedores

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Los Tejedores (Die Weber) Gerhart Hauptmann Integrantes: - Aguilera, Stephanie - Espeche, Paula - Kleiman, Federico

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Los Tejedores

(Die Weber)

Gerhart Hauptmann

Integrantes: - Aguilera, Stephanie

- Espeche, Paula

- Kleiman, Federico

- Papparelli, Luisina

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Naturalismo

El naturalismo en Alemania es un movimiento artístico y literario que se ubica cronológicamente entre los años 1880 y 1900 aproximadamente. Está vinculado esencialmente con el realismo del siglo XIX, y su principal característica es ser una crítica severa del orden social y político del momento, ofreciendo una imagen objetiva del mundo “real”.

Naturalismo en Alemania

Los naturalistas alemanes subrayaron los aspectos ásperos y toscos de la vida y la literatura. Era una forma extrema de realismo, en que las consideraciones estéticas cedían el sitio a las descripciones de tipo propagandístico de los barrios bajos, la miseria, la explotación capitalista y la iniquidad social. Estos autores también prestaban atención a la hipocresía de la burguesía, la importancia de la lucha de clases y la desastrosa gravitación de la herencia y el medio. Por lo tanto, la literatura naturalista es antipoética, militante, sombría y radical. Ya no se utiliza un lenguaje cultivado; sus autores emplean el lenguaje robusto, áspero y a menudo vulgar del pueblo común. También se utilizan intencionada y eficazmente los dialectos. Las detalladas instrucciones acerca del escenario en el teatro y las descripciones minuciosas e interminables en la novela reflejan la importancia atribuida al medio humano, ya que uno de los principales propósitos de los naturalistas fue la documentación exacta. Procuraban ser absolutamente objetivos, y dejar que los hechos hablen por sí mismos. Se analizan libremente los problemas biológicos y sobre todo las cuestiones sexuales, pues en general se tiende a explicar la vida sobre una base puramente científica. En su esfuerzo por mostrar fragmentos de la vida, los naturalistas representan personajes fijos, no dinámicos. Se delinean nítidamente las situaciones trágicas, pero en la mayoría de los casos no parece posible una solución real. Se desechan los monólogos y los apartes, porque se los considera elementos antinaturales en el drama. Finalmente, después de pocos años, el naturalismo comenzó a decaer, no sólo por las limitaciones de su estilo y la monotonía de sus temas, sino porque incluso las clases trabajadoras acabaron fatigándose de leer estas novelas y piezas teatrales que se limitaban a reflejar la sordidez de su existencia.

Principales representantes del naturalismo alemán

Arno Holz (1863-1929) Johannes Schalf (1862-1941) Hermann Suddermann (1857-1928) Richard Demhel (1863-1920) Carl Hauptmann (1858-1921) Clara Viebig (1860-1952) Ludwig Thoma (1867-1921) Kart Scönherr Hermann Stehr (1864-1940) Gerhart Hauptmann (1862-1946)

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Vida y Obra de Gerhart Hauptmann

Dramaturgo, novelista y poeta alemán, que llegó a ser el principal intérprete del movimiento naturalista en la literatura alemana. Nació el 15 de noviembre de 1862 en Obersalzbrunn (actual Polonia).

Después de un corto periodo de tiempo dedicado al estudio de la escultura decidió dedicarse a escribir. Durante su actividad como escultor viajó a Roma, con la secreta intención de marchar luego a Grecia, meta ideal de cualquier alemán fascinado por el clasicismo. Viaje que en años posteriores sirvió para la creación de su obra titulada “La aventura de mi juventud” (1937).

A Hauptmann le influyeron enormemente las obras realistas del dramaturgo noruego Henrik Ibsen. Y tras experimentar con distintas formas literarias, como la narración con la novela “El guardabarreras de Theil” (1888), eligió el teatro como principal medio de expresión. En su primera obra, “Antes de amanecer” (1889), Hauptmann comparte la preocupación de Ibsen por los problemas sociales, haciendo un retrato realista de las luchas de la clase obrera. La obra describe la desintegración moral de un grupo de familias campesinas que se han hecho ricas de repente al ser descubierto carbón en sus tierras. En su preocupación por los factores del entorno y de la herencia que condicionan la vida del individuo, la obra es el primer ejemplo de teatro naturalista en Alemania.

Hauptmann siguió mostrando una profunda preocupación por la vida de las clases más desfavorecidas. El destino de un grupo de tejedores en Silesia es el núcleo de su obra más importante, “Los tejedores”(1892). En este drama de protesta social, introduce un nuevo enfoque literario: para presentar el conflicto hace protagonista de la obra a la clase de los campesinos y no a un individuo.

Abandonó pronto el teatro naturalista puro. En “La ascensión de Hannele al cielo” (1893) combina elementos naturalistas con una versificación más romántica y muy simbólica. De esta tendencia hacia el romanticismo da plena cuenta su obra de teatro en verso, “La campana sumergida” (1896), una fantasía simbólica y casi mística de las dificultades de un artista. Ese mismo año retornó al drama realista pero, en vez de preocuparse únicamente por los problemas sociales, describe los efectos de la corrupción moral en el individuo.

Otras de su obras fueron “El carretero Henschel” (1898) y “Rose Bernd” (1903), en donde desarrolla el trágico tema de los individuos destinados a ser destruidos por sus propias deficiencias innatas. Escribió también “El abrigo de castor” (1893), una comedia que satirizaba a los oficiales prusianos de la Alemania imperial, y algunos poemas épicos. En 1912 fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura. Luego desarrolló el problema del destino y el libre albedrío en una serie de piezas teatrales basadas en la antigua leyenda griega de la estirpe maldita de Atreo, “La tetralogía de los atridas” (1941-1945). El 6 de junio de 1946, Hauptmann, muere en Agnetendorf.

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Contexto de la obra “Los Tejedores”

La revolución industrial fue un proceso que se dio entre la segunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX en Gran Bretaña y luego se extendió por el resto de Europa. Se trató de una modernización tecnológica que permitió, entre otras cosas, la producción en serie, el reemplazo del hombre por la máquina, la expansión del comercio. De esta forma, fue posible bajar los costos de la producción y aumentar la misma. Las consecuencias más importantes de la revolución industrial, fueron el enriquecimiento de los comerciantes y el empobrecimiento de la clase baja (aumento la brecha social). El reemplazo del hombre por la máquina trajo aparejado un descenso del nivel de vida de la clase baja. Se despidieron empleados, los sueldos bajaron, en las fábricas había muy malas condiciones laborales. La población rural se vio obligada a migrar a los grandes centros productivos.

En este contexto, en Prusia, se llevó a cabo la rebelión de los tejedores de Silesia en 1844. Debido a la industrialización, los tejedores no podían competir con las manufacturas inglesas que tenían un menor costo al ser producidas en serie. Es así que el 4 de junio de dicho año los tejedores, en forma de protesta por los miserables sueldos, saquearon y destruyeron las casas de los industriales de Peterswaldau. Al día siguiente, la masa amotinada, continuó la protesta en otro pueblo El gobierno envió a la infantería que logró dispersar el motín y tomar prisioneros.

La obra de Gerthart Haupmann se basa en la rebelión de los tejedores, de la que Heine antes había compuesto una poesía. En la obra teatral, se manifiesta la pobreza extrema y las miserias a las que se enfrentan los personajes día a día.

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Los tejedores (Die Weber)

La obra de Hauptmann titulada “Los tejedores” consta de cinco actos, en donde la acción se desarrolla en Silesia, en el año1840, y se basa en una revuelta histórica en ese lugar y en esa fecha, cuando los tejedores quedaron sin trabajo a causa de la introducción de telares mecánicos y de la importación de algodón. Es, por lo tanto, la historia de una insurrección, en la que el autor expresa el nuevo espíritu revolucionario de la clase trabajadora y alude al momento histórico, político y económico que se está viviendo.

Puede afirmarse que cada acto es un cuadro separado, y en cada uno la revuelta va madurando, hasta estallar amenazadora y quedar sin resolución alguna, en una especie de final abierto. La miseria, la humillación y el hambre son el alma y el fondo de estos cuadros, además de conferir unidad a la obra.

El primer acto se desarrolla en la fábrica de Dreissiger, el día de pago. La multitud de obreros se reúne para cobrar su mísero salario; todos tienen un aire angustiado, débil, enfermizo y lastimoso. Dreissiger, el patrón, no se deja ver, y sólo sale de su oficina al ver desmayarse de hambre a un niño que acompaña a los obreros. Dreissiger lo socorre impresionado y con falsas palabras calma a la multitud, que ha empezado a agitarse. Pero el tejedor Baeker no se deja convencer, y sólo él eleva el tono de su voz. Este cuadro sórdido y miserable, de hambre y pobreza, de sumisión abyecta ante el patrón, retrata desde el primer momento la explotación y la injusticia social que imperan.

El segundo acto ocurre en casa del viejo tejedor Baumert; la miseria más negra está presente en el ambiente, en las caras macilentas y en los harapos que visten los personajes. Jaeger, un soldado en uso de licencia que regresa a su terruño, prende la mecha de la insurrección. Cantando la canción que luego se convertirá en el himno de los sublevados, es él quien despierta y agita las ansias del desquite en aquellos miserables y hambrientos.

Este impulso se agudiza y toma forma en el tercer acto, cuando los tejedores reunidos en la taberna del pueblo, perturbados por las discusiones y el vino, se rebelan contra un gendarme que les prohíbe cantar el famoso himno. Entonces la multitud se dirige a la fábrica —cuarto acto— y Jaeger, el jefe, es detenido mientras la muchedumbre airada penetra a la fuerza en la mansión de Dreissiger, donde causa terribles destrozos.

El quinto y último acto plantea cierta duda sobre esta aparente victoria mediante el uso de la violencia. La acción transcurre en casa del viejo Hilse, un tejedor mutilado que, debido a sus ideas religiosas, no se deja arrastrar por la multitud sublevada. Pero la nuera se rebela contra sus "cosas de viejo" y baja a la calle donde los soldados reprimen a los huelguistas. Y mientras el hijo de Hilse va también para defender a su mujer, el viejo tejedor es alcanzado por una bala perdida y muere frente a su telar.

El autor declaró que con este drama no perseguía intereses socialistas, sino sociales, y sólo era "un pedazo de vida, lo cual significa mucho más". Cierta o no esta afirmación, literariamente corresponde verla así, y además se trata de una obra valiosa por sus innovaciones estilísticas y teatrales dentro de la escena moderna.

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HipertextualidadIm düstern Auge keine Träne,

Sie sitzen am Webstuhl und fletschen die Zähne:

“Deutschland, wir weben dein Leichentuch,Wir weben hinein den dreifachen Fluch -

   Wir weben, wir weben!

Ein Fluch dem Gotte, zu dem wir gebetenIn Winterskälte und Hungersnöten;

Wir haben vergebens gehofft und geharrt,Er hat uns geäfft, gefoppt und genarrt -

   Wir weben, wir weben!

Ein Fluch dem König, dem König der Reichen,

Den unser Elend nicht konnte erweichen,Der den letzten Groschen von uns erpreßt

Und uns wie Hunde erschießen läßt -   Wir weben, wir weben!

Ein Fluch dem falschen Vaterlande,Wo nur gedeihen Schmach und Schande,

Wo jede Blume früh geknickt,Wo Fäulnis und Moder den Wurm erquickt -

   Wir weben, wir weben!

Das Schiffchen fliegt, der Webstuhl kracht,Wir weben emsig Tag und Nacht -

Altdeutschland, wir weben dein Leichentuch,Wir weben hinein den dreifachen Fluch -

   Wir weben, wir weben!"

Taciturnos, sin fe, no brilla el llanto

de aquellos hombres en los ojos secos.Crujen sus dientes, fúnebres canciones

ante el telar sentados van diciendo:“Vieja Alemania, tu sudario helado

ya tejen en la sombra nuestros dedosy en el tejido vil, los labios mezclan

la maldición y cólera los ecos.¡Tejemos! ¡Tejemos!

“Maldito sea el Dios de los dichososal que elevamos míseros acentos,

del hambre horrible en los eternos díasy en las heladas noches del invierno:

en la piedad la fe pusimos;él nos vendió, burlados: ¡pobres necios!

¡Tejemos! ¡Tejemos!

“Maldito sea el rey, el rey del rico,al cual en vano, de amarguras llenos,misericordia y compasión pedimos:

de nuestra bolsa ruin el postrer sueldonos arrancó con avidez, y ahoraametrallarnos hace como perros.

¡Tejemos! ¡Tejemos!

“Y que maldita nuestra patria sea,nuestra patria alemana, donde el cielocubre tan sólo oprobio, mal e infamias;

donde, al abrir sus pétalos al viento,se marchita la flor, y sólo viven

la traición, el engaño, el vilipendio.¡Tejemos! ¡Tejemos!

“La lanzadera vuela, el telar cruje;días y noches sin cesar tejemos.Vieja Alemania, tu sudario helado

ya tejen en la sombra nuestros dedos,y mezclan nuestros labios al tejido,

la maldición y cólera los ecos.¡Tejemos! ¡Tejemos!

Heinrich Heine: Los Tejedores de Silesia

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Este poema fue escrito por el gran poeta alemán Heinrich Heine antes de que Hauptmann escriba su obra. El dramaturgo, conocedor del poema, lo tomó como inspiración junto al recuerdo de las historias que su padre le contaba de su abuelo, quien era un tejedor. En la obra de Hauptmann analizada se da el fenómeno, designado por Gérard Gennete, hipertextualidad, que supone la transformación de un texto A (hipotexto) en un texto B (hipertexto).

Los tejedores de Heine (A) – Los tejedores de Hauptmann (B)

El tema de los tejedores es recurrente en la literatura alemana y repetido a lo largo del tiempo. En ambas obras –el poema de Heine y el drama naturista de Hauptmann– el tema de los tejedores se trata sobre el maltrato de las clases bajas por mano de los ricos, y en particular, en la obra de Hauptmann se hace referencia a la revolución industrial; motivo por el cual los pequeños productores son reemplazados por la producción en serie. Los menores de costos de la industria, las mayores ganancias, el tiempo ahorrado, desfavorecen la situación de los pequeños tejedores.

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Bibliografía

La información extraída para la realización de este informe proviene de las siguientes fuentes:

- Hauptmann, Gerhart. Los Tejedores. Trad. de Manfred Shönfeld. Buenos Aires: Losada, 1958.

- Bompiani, Valentino. Diccionario de autores: De todos los tiempos y de todos los países. 4° ed, 2° tomo. Barcelona: Hora, 1992.

- Friederich, Werner. Historia de la literatura alema. Trad. de Aníbal Leal. Buenos Aires: Sudamericana, 1973.

- Genette, Gérard. Palimpsestos: La literatura en segundo grado. Trad. de Celia Fernández Prieto. Madrid: Taurus, 1989.

- García, Salva y Delgado, Nina. “Gerhart Hauptman”. En: El poder de la palabra. En línea: <http://www.epdlp.com/escritor.php?id=1803> (Consultado: 20 de septiembre de 2012)

- “Los Tejedores”. En: Resumen de libros. En línea: <http://resumendelibros.blogspot.com.ar/2011/04/los-tejedores.html> (Consultado: 22 de septiembre de 2012)

- Fernández Insuela, Antonio. “Sobre el nacimiento del teatro social español y su contexto” En: Monteagudo, 3° época, n° 2, 1997. En línea: <http://revistas.um.es/monteagudo/article/view/76941> (Consultado: 22 de septiembre de 2012)

- “La rebelión de los tejedores en Silesia”. En: Partido Comunista Revolucionario. En línea: <http://www.pcr.org.ar/nota/internacional/la-rebeli%C3%B3n-de-los-tejedores-de-silesia> (Consultado: 20 de septiembre de 2012)