Madrid: Santillana. RAe (Real Academia española) y AALe ...€¦ · que se tenía por un signo de...

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Panace@. Vol. XIV, n. o 37. Primer semestre, 2013 41 Epilepsia, un nuevo nombre hipocrático para una enfermedad que dejó de ser considerada sobrenatural Francisco Cortés Gabaudan Con este comentario queremos hacerle un homenaje a Hipócrates o, mejor dicho, a la medicina griega del s. V a. C., puesto que es discutible que el tratado Sobre la enfermedad sagrada en el que nos vamos a centrar sea del propio Hipó- crates y muchos piensan que es una obra de un médico de su círculo y de su época, de finales del s. V a. C., pero no del propio Hipócrates. En esa obra, Hipócrates —o un médico de su escuela— defiende que la epilepsia no es una enfermedad divina o sa- grada y que es una enfermedad como otra cualquiera. El planteamiento estrictamente racional frente a la enfermedad se ha considerado uno de los grandes avances de la medicina griega desde Hipócrates. Esa actitud se manifiesta con especial clarividencia en este tratado. A los médicos hipocráticos se les planteó un problema terminológico: buscar una denomi- nación de esta enfermedad que evitara referencias religiosas. En muchas culturas, y no solo en Grecia, la epilepsia se ha considerado una enfermedad con connotaciones sobrenaturales debido a que los ataques epilépticos se presentan sin mo- tivo aparente, son muy espectaculares, sobrecogedores, y afectan muchas veces seriamente la conciencia del paciente; de ahí la idea de que estos enfermos están poseídos, endemoniados y, por tanto, de que su mal es una manifestación de origen divino. Por ello la denominación griega era hasta Hipócrates y su escuela ἱερὸς νόσος hieròs nósos, es decir, ‘enfermedad sagrada’. El tratado Sobre la enfermedad sagrada se abre con la siguiente declaración: Acerca de la enfermedad que llaman sagrada sucede lo siguiente. En nada me parece que sea algo más divino ni más sagrado que las otras, sino que tiene su naturaleza propia, como las demás enfermedades, y de ahí se origina. Pero su fundamento y causa natural lo consideraron los hombres como una causa divina por su inexperiencia y asombro, ya que en nada se asemeja a las demás. […] Me parece que los primeros en sacralizar esta dolencia fueron gente como son ahora los magos, purificadores, char- latanes y embaucadores, que se dan aires de ser muy piadosos y de saber de más. Éstos, en efecto, tomaron lo divino como abrigo y escudo de su incapacidad al no tener remedio de que servirse, y para que no quedara en evidencia que no sabían nada estimaron sagrada esta afección. Y añadieron explicaciones a su conveniencia, y asentaron el tratamiento curativo en el terreno seguro para ellos mismos, aduciendo purificaciones y conjuros [...] 1 . Se puede decir más alto pero no más claro. Lo primero, por tanto, que necesitaron los médicos hipocráticos fue darle una nueva denominación para evitar la referencia religiosa. Escogieron un término que no era específico, uno que signi- ficaba ‘ataque sobrecogedor’ y que ellos mismos utilizaban para otras enfermedades. Después se especializó y quedó ya solo para la epilepsia. Es un derivado nominal del verbo ἐπιλαμβάνω epilambánō compuesto de ἐπί epí ‘sobre’ y λαμβάνω lambánō ‘coger’, de ahí la traducción que hemos escogido de ‘ataque sobrecogedor’; en Hipócrates muchas veces el sujeto de ese verbo es la palabra σπασμός spasmós ‘espasmo’. El propio tratado que hemos citado es, pues, uno de los primeros lugares hipocráticos en los que aparece este nuevo uso de un término que hasta entonces no era específico y no designaba una enfermedad, sino manifestaciones concretas de distintas enfermedades. Después, en médicos posteriores, se generalizó el nuevo uso de la palabra. De hecho epilēpsia aparece en autores latinos a partir del s. I, primero citado como término griego, y luego, en autores tardíos del s.V d. C., como denominación habitual de la enfermedad, concurrente con las que ya tenía con anterioridad el latín.

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  • Traducción y terminología

    Panace@. Vol. XIV, n.o 37. Primer semestre, 2013 41

    Laplanche, J. y J. B. Pontalis (1997): Diccionario de psicoanálisis. Bar-celona: Paidós Ibérica.

    Navarro, F. A. (2005): Diccionario crítico de dudas inglés-español de medicina (2.ª ed.). Madrid: McGraw-Hill·Interamericana.

    OMS (Organización Mundial de la Salud) (1995): Clasificación estadís-tica internacional de enfermedades y problemas relacionados con la salud (CIe-10) (10.ª revisión, 3 t.). Ginebra: OMS.

    Portugal Fernández, R. (2008): Diccionario para la corrección terminológi-ca en psicopatología, psiquiatría y psicología clínica. Madrid: Hélice.

    RAe (Real Academia española) (2006): Diccionario de la lengua espa-ñola (DRAE) (22.ª ed.). Madrid: espasa-Calpe.

    RAe (Real Academia española) y AALe (Asociación de Academias de la Lengua española) (2006): Diccionario panhispánico de dudas. Madrid: Santillana.

    RANM (Real Academia Nacional de Medicina) (2011): Diccionario de términos médicos. Madrid: editorial Médica Panamericana.

    Sadock, B. J. y V.A. Sadock (2005): Comprehensive textbook of psychia-try. Filadelfia: Lippincott Williams & Wilkins.

    Segarra Valls, J. J. (2011): Léxico psico(pato)lógico en la obra de Carlos Castilla del Pino. Valencia: Universidad de Valencia.

    Sainsbury, M. J. (1978): Introducción a la psiquiatría. Madrid: Morata.Scharfetter, Ch. (1988): Introducción a la psicopatología general (2.ª

    ed.). Madrid: Morata.Vallejo Ruiloba, J. (2011): Introducción a la psicopatología y la psiquia-

    tría (7.ª ed.). Barcelona: Masson.

    Epilepsia, un nuevo nombre hipocrático para una enfermedad que dejó de ser considerada sobrenaturalFrancisco Cortés Gabaudan

    Con este comentario queremos hacerle un homenaje a Hipócrates o, mejor dicho, a la medicina griega del s. v a. C., puesto que es discutible que el tratado Sobre la enfermedad sagrada en el que nos vamos a centrar sea del propio Hipó-crates y muchos piensan que es una obra de un médico de su círculo y de su época, de finales del s. v a. C., pero no del propio Hipócrates.

    En esa obra, Hipócrates —o un médico de su escuela— defiende que la epilepsia no es una enfermedad divina o sa-grada y que es una enfermedad como otra cualquiera. el planteamiento estrictamente racional frente a la enfermedad se ha considerado uno de los grandes avances de la medicina griega desde Hipócrates. Esa actitud se manifiesta con especial clarividencia en este tratado. A los médicos hipocráticos se les planteó un problema terminológico: buscar una denomi-nación de esta enfermedad que evitara referencias religiosas. en muchas culturas, y no solo en Grecia, la epilepsia se ha considerado una enfermedad con connotaciones sobrenaturales debido a que los ataques epilépticos se presentan sin mo-tivo aparente, son muy espectaculares, sobrecogedores, y afectan muchas veces seriamente la conciencia del paciente; de ahí la idea de que estos enfermos están poseídos, endemoniados y, por tanto, de que su mal es una manifestación de origen divino. Por ello la denominación griega era hasta Hipócrates y su escuela ἱερὸς νόσος hieròs nósos, es decir, ‘enfermedad sagrada’. el tratado Sobre la enfermedad sagrada se abre con la siguiente declaración:

    Acerca de la enfermedad que llaman sagrada sucede lo siguiente. en nada me parece que sea algo más divino ni más sagrado que las otras, sino que tiene su naturaleza propia, como las demás enfermedades, y de ahí se origina. Pero su fundamento y causa natural lo consideraron los hombres como una causa divina por su inexperiencia y asombro, ya que en nada se asemeja a las demás. […]

    Me parece que los primeros en sacralizar esta dolencia fueron gente como son ahora los magos, purificadores, char-latanes y embaucadores, que se dan aires de ser muy piadosos y de saber de más. éstos, en efecto, tomaron lo divino como abrigo y escudo de su incapacidad al no tener remedio de que servirse, y para que no quedara en evidencia que no sabían nada estimaron sagrada esta afección. Y añadieron explicaciones a su conveniencia, y asentaron el tratamiento curativo en el terreno seguro para ellos mismos, aduciendo purificaciones y conjuros [...]1.

    Se puede decir más alto pero no más claro. Lo primero, por tanto, que necesitaron los médicos hipocráticos fue darle una nueva denominación para evitar la referencia religiosa. Escogieron un término que no era específico, uno que signi-ficaba ‘ataque sobrecogedor’ y que ellos mismos utilizaban para otras enfermedades. Después se especializó y quedó ya solo para la epilepsia. Es un derivado nominal del verbo ἐπιλαμβάνω epilambánō compuesto de ἐπί epí ‘sobre’ y λαμβάνω lambánō ‘coger’, de ahí la traducción que hemos escogido de ‘ataque sobrecogedor’; en Hipócrates muchas veces el sujeto de ese verbo es la palabra σπασμός spasmós ‘espasmo’. el propio tratado que hemos citado es, pues, uno de los primeros lugares hipocráticos en los que aparece este nuevo uso de un término que hasta entonces no era específico y no designaba una enfermedad, sino manifestaciones concretas de distintas enfermedades. después, en médicos posteriores, se generalizó el nuevo uso de la palabra. de hecho epilēpsia aparece en autores latinos a partir del s. i, primero citado como término griego, y luego, en autores tardíos del s.v d. C., como denominación habitual de la enfermedad, concurrente con las que ya tenía con anterioridad el latín.

  • Traducción y terminología

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    Veamos, entonces, las distintas maneras de llamar en latín la enfermedad:• morbus comitialis, denominación muy curiosa y que incide nuevamente en los prejuicios culturales que ha habido

    durante mucho tiempo contra la dolencia; en efecto significa ‘enfermedad de los comicios’, donde los comicios son asambleas populares en las que se adoptaban decisiones de naturaleza política; la explicación de esta denomi-nación es que se desconvocaba la asamblea si ocurría algún caso de epilepsia en el día de la convocatoria, dado que se tenía por un signo de mal agüero.

    • sacra passio es la traducción de la denominación griega que ya hemos comentado.• caducus morbus, literalmente ‘enfermedad que cae’, en alusión a lo inesperado de sus ataques.

    No debe extrañarnos que Alfonso X el Sabio en 1270 la llame en castellano caduco morbo o epilemsia. La palabra aparece en época medieval con una gran variedad de formas que recoge el DETEMA2 (apilensia, enpelinsia, enpilensia, enplinsia, epelensia, epilencia, epilensia, epilinsia, epilisia, epilisya, eplisia, epylensia, pelensia, pelensya, pelesia, pilen-sia, pilirsia, pilisia, pilusia, plisia), pero, además, podemos encontrar otros nombres como dolençia caduca o gota coral, es decir, ‘gota del corazón’. en cualquier caso, gracias al rey sabio, el español atestigua la palabra epilepsia —o sus va-riantes— dos siglos antes que el francés o el inglés y uno antes que el italiano. en todas estas lenguas en época medieval había otras denominaciones concurrentes que se remontan a las que hemos visto en latín, así en francés, mal caduc, mal sacré; en inglés falling sickness.

    Notas1. Hipócrates: «Sobre la enfermedad sagrada». en: Tratados hipocráticos I (1990). Madrid: Gredos. Traducción de C. García Gual.2. Diccionario español de textos médicos antiguos (DETEMA) (1996) bajo la dirección de M.a T. Herrera. Madrid: Arco Libros.

    © Francisco Cortés Gabaudan. . Universidad de Salamanca

    http://dicciomed.eusal.es