Manual de versificación española
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8/16/2019 Manual de versificación española
1/219
BIBLIOTECA
ROIVÍÁNICA
I-{ISPÁhiICA
FuNo¡rr¡
po¡r
DÁMASO
AI-ONSO
III.
MANUALES,
25
RUDOLF
BAE}IR
MANUAL
DE
VE
RSIF'ICACIO}\
ESPAN
OLA
TRADUCCION
Y Al)¡\Plr\(
I()N l)t:
K.
WACNER
r-
F.
LÓPEZ ESTRAD.C
BIBLIOTECA
ROMÁNICA HISPÁNICA
EDITORIAL
CREDOS
MADRID
-
8/16/2019 Manual de versificación española
2/219
-
8/16/2019 Manual de versificación española
3/219
Manuaí
rie versífícación
españoIa
su
planican'riento,
y
no ha
parecido
necesaria
una
modificaciÓn
raCi;¡l
clc
la obra, sino sólo
rcvisar
1'
matizar
partes
¡*
e-iem-
plos que los tracittctores
han
estimadc conveniente
para
que
ei
librc
se
ajuste
en
español a
su
condición
de manual
univer-
sitario.
Por
oira
parte,
el autor
ha
aceptado
con
agradecimiento
las
sugerencias
y
propuestas aparecidas
en
reseñas
críticas
en
lo
que
le
fue
posible,
y
cre-vó
necesario.
También
procuró
com'
pletar
la
bibiiografía.
En una futura edición
se
tendrá más
en
cuenta
la
poesía
contemporánea,
y
ias investigaciones
más
re-
cientes
de musicología.
extremos
deseados
con
raz6n
en
dos
reseñas.
PRÓLOGO
Esta
obra fue concebida
como
un
Ítanual
destinado
a
Ia
enseñanza
unirrersitaria;
un libro
de
esta clase
se
echaba de
rnenos
en Aleinania.
Este
fin
pr:imorCial
determina
tarrto
el ca.
rácter
general
de
la
exposición
como
la ordenación,
método
y
extensión
temática.
En
la
parte general
se
trata
primero
de
los
fundamentos
d.e
Ia métrica
española,
Ia
medicla
de las
sílabas
y
manera
de
con.
tarlas.
En
especial
ofrecemos
un nuevo
sistema
de
notación
(fundamentado
en Ias págs.
17
:'
18),
que
modifica
de
raiz
la
terminología
más
en
uso,
para
facilitar
así una
concepción
y
comprensión
más
exacta
y
esencial
del ritmo.
La
segunda
parte
contiene
una
descripción
sistemática
de
las
diferentes ciases
de versos
regulares y
una
selección
de
las
principales
formas
de versos
irregulares.
Una mavor
importancia
se ha
dado
a la
tercera
parte, que
contiene
las
combinaciones
métricas.
No
han
podido
tenerse en
.cuenta
todas las formas,
aunque
en
Ia
selección
se
ha
querido
abarcar
el
ma-vor
número
posible.
La
exposición
pormenorizada
de versos
y
formas
se inicia
con
un
párrafo
que
describe y
explica
las
variantes
rítmicas
y
su
valor expresivo
y
estilístico; y
con
relación
a
las
formas, se
dan
noticias
sobre
su
empieo
temáiic
-
8/16/2019 Manual de versificación española
4/219
11
0
trlanual de
"'ersi'fícacíón
española
¡leierminada,
y
se
indica,
en l¿r forma
más
objetiva
posible,
el
estado
actual
de
Ia
int'estigación
con
uña crítica
de
las
dir,ersas
cuestiones,
a
veces muy
embrt¡ilaclas.
Por
esto
se
intenta
dar
al
lector
uná
orientacjón,
basada
en
el estudio
de
la
misma
ma-
teria.
Partiendo
de
que la versificación
española
debe
considerarse
como
un
sector
dentro dei
á¡ea
de
la
métrica
románica'
aunque
con evjdentes
rasgos
individuales,
se han
establecido
paralelos
con
las
de
Francia,
Italia
y
Portugai,
siernpre
que
esto
haya
pa'
recido
úti1
para
un
mejor
conocimiento
histórico.
En
relación
con
la
erposición
cle
la materia, se
aspiró
a
mantenqr
ltn
eclui-
librio
enlre
análisis
y
síntesis,
para
que,
por
una
parte,
el con'
junto
no
¡esulte
demasiado
vago
e inconcreto,
y
por otra'
que
la
investigación
dei
pormenor, en cierto modo
microscópico,
no
altere
las
proporciones
del colijunto.
No
se
han
escatimado
las
citas
para
poner
así
al lector
en contacio
con
los
mismos
textos.
Se
supone
que la
"Biblioteca
de Autores
Españoles",
la
"Nueva
Bibliotece
de
Autores
Españoles,,
y
la
Antología de
Poetas
Lí'
ricos Castellanos
de
l\{arcelino
l(enéndez Pelayo
son
obras
de
consulta
accesible
en los centros
universitarios;
por
esta
razón
se
han
utilizado
con
preferencia para
las citas.
Un
manual
no
puede
ni
debe
sustituir
las
investigaciones
especializadas,
y
por
esto
se
ha
procurado citarlas en
notas. Cuando
son
de
carácter
monográfico
o
cuando
exponen de manera
exhaustiva
aspectos
muy
concretos,
se
las
consigna en
la
bibliografía
at
findt
de
cada
párrafo,
a fin
de
facilitar
en
estos
casos concretos
un estudio
más
profundo.
Me ha
parecido
más
oportuno
consignar
la bibliografía
especial
en relación
con cada tema
tratado, en
vez
de
establecer
al
fin
del
libro
un
excesivo
indice alfabético
de obras utilizadas.
I-a
bibliografía
general
(págs.
409 y
sigs.)
se limita,
pues,
a
la
mención
de trabajos
bibliográficos
y
obras
generales.
El
índice
de
laMétrica
Española
de
Alfredo
Carballo
Picazo,
y
los
de autores
y
materias
establecidos
en
mi
libro
(que
no
pretenden
ni
pueden
ser
completos')
facilitan
la
consulta
de
investigaciones
en cada
caso
especial.
Las
obras citadas con
más
frecuencia
aparecen
en
abreviaturas
que
se
recogen en una
tabla
general
(pági'
nas
12-16).
Por
necesidades
pr'ácticas,
se
ha tomadc¡
comc
ma¡erial
bá_
sico
para
ei
estudio
de
la
Edad
Media
la
poesía
en
verso,
sin
limitación
de
asunto;
a partir
del
Renacimiento,
me
refiero
sola-
mente
a la poesía
artística
en
verso
isosilábico,
pues
a
parttr
de
esta
época
el
estudjo
especial
d.el
verso
irregular
es menos
importante;
Pedro
Hcnriquez
ureña
ha
deciicado
a
este aspecro
un
libro
ya
clásico,
La
versi"t'icación
irregurar
en
Ia
poesía
cas-
tellatta'
sobre
ios
versos
Iibres
siguientes
al
Motle.nismc)
se
dan tan
sóio
breves
indicacior,",
i
notas
bibliográficas.
Sin
embargo,
rne
ha
pareciclc
,rna
e*igencia.
indispenJar-.re
incluir
Ia
poesÍa
hispanoamericana
en
er
m*arco
ce
ra
*étri.."
española
y
así
lo
he
hecho
en
la
medida
de
mi
aicance.
Por
supuesto,
el
presente
manual
se
basa
en
los
trabajos
científicos
tel'ados_a
cabo
hasta
hoy.
Sin
la espléndicia
síntesis
que
es
la
obra
de
Tomás
Navarro,
Métriro
espitlola,
mi
tratado
de versificación,
empezado
en
1952,
no
hubiera
poaiOo
uf"r".".
en
la
forma
presente,
sobre
todo
en
su parte
documentai.
En
algunos aspectos
cle
los problemas
de
verso
y forma
en la
poesía
de Cancionero,
debemos
mucho
a
la
obra
de
pierre
Le
Gentil
La
poésie
lyrique
espagnole
et portugaise
á
la
firt
dtt
mo1,en
d"ge,
tomo
II,
dedicado
al
estud.io
de
lasJormas.
Quiero expresar
el
más
sincero
agradecimiento
a
mi
querido
maestro,
el profesor
doctor
Gerhará
Rohlfs,
que
me
uni*O
.
emprender
este
trabajo,
Io
siguió
con gran
interés
y
publicó
la
edición
alemana
en-
la
Colección
que
él
dirige.
Doy
también
Ias.gracias
al
oBayrisches
staatsministerium
für
unterricht
und
Kultusu,
a
Ia
-
8/16/2019 Manual de versificación española
5/219
Abreviaturas
ta
I,J
Ant.
ASTNS
AUCh
BAAL
BAE
Balaguer,
Apuntes
BBMP
Bello,
O.
C.
BHi.
Bicc
BRAE
INDICE
DE
ABREVIATURAS
A)
OBRAS
Y
REVISTAS
M. Menéndez
Pelayo,
Antotogla'
ile
poetas
líricos castellanos,
edición
nacional,
10 vo
lúmenes,
Santander,
1941
15.
.Archiv
fiir
das
Studium der
Neueren
Spra'
chenr,
Brau¡schweig'
.Anales
de
la
Universidad
de
Chiler,
San-
tiago
de Chile.
.BoletÍn
de
la Academia
Argentina
de
Le
trasr,
Buenos
Aires.
Biblioteca
de
Autores Españoles
(Rivad+
neira).
Joaquín
Balaguer,
Aryntes
Para
una
hístoría
prosódíca
de
la
rnétrica
castellana.
(Ane
jo
XIII
de
la
RdL.)
Madrid,
i952.
-
8/16/2019 Manual de versificación española
6/219
t5
4
Manual de
tersilicacíón
espainle
Abreviaturas
GG
Hisp.
HR
H.
Ureña,
Estudios
H.
Ureña,
V ersil icación
Jeanroy,
Origínes
Jórder,
Formen
KJB
Lang,
Formas
[¿
Gentil,
Formes
M.
Pelayo,
Estttdios
M. Pidal,
Rontancero
MLN
MLR
Morley,
Strophes
Gróbers Grundriss
der
rontanischen
Phiie
Iogie,
2.'
ed., Estrasburgo,
1904
y
sigs.
rHispania',
Stanford
Urúversity.
California
y
Baltimore, Maryland.
-
8/16/2019 Manual de versificación española
7/219
1ó
Manual
de versificación
española
Wolf
,
Studien
ZFSL
ZRPh
Ferdinand
Wolf, S¡¡¿dien
zur
Geschichte
der
spanischen
und
portugiesischcn
li
ationalli'
teratur,
Berlín,
1859.
, Jena
y
Tübingen.
u
Ze
itschrif t f
ür
romanische
Philoiogieu,
Halle
y
Tübingen.
B)
SISTEIVIA
DE
NOTACIÓN
DE
VERSOS
Y FORMAS
ESTRÓFICAS
ooo
óoo
óo
óo
canto:
llanto
ABAB
M
bbba
AA
abab
aab
aab
Reprcsentación
de las
sílabas
iítttticas.
El signo
dei
acento
agudo
ó
indica
Ia
sílaba
portadora
de una
vocal tónica
(o
ictus)
necesaria
para
un tipo
determinado
de
verso. El
signo
del
acento
grave
ó, menos
usadc¡,
señala
la
sílaba
que,
aunque
tónica
por
su
condición
dentro
de
la
palabra,
no
es
inciispensable
para
la
constitución
del
verso,
pero
puede
formar
variantes
del
mismo.
signiñca
enlace
(sinéresis,
sinalefa,
sina-
fÍa, encabalgamiento),
/
significa separa-
ción
(hiato,
corte silábico, cesura intcnsa).
Los
dc.¡s
puntos
signilican
que
las
palabras
que
están
antes
y
después
de
este
signo
riman
entre
sÍ.
Las letras mayúsculas
se
emplean
general-
mente
para
señalar
versos largos.
Las
letras
mayúsculas seiralan versos
cortos
sólo
cuando representan el
estribiilo.
En
caso
de confusión se señala éste
expresa-
mente.
Las
letras
minúsculas representan Ios
versos
cortos
(con
excepción
del estribillo).
Las letlas
rninúsculas
en cursiva
señalan'los
versos
quebrados
en
relación con
versos
cortos inmediatos
(por
ejemplo, tetrasíla-
bos
en
estrofas
de
octosílabos).
-
8/16/2019 Manual de versificación española
8/219
18
Manual
de versi'ficación
españoia
TA
El acento sobre
una
ietra
que
represente
ia
rima
seilala
qrie
el
verso en cuestión
acaba
en sil¡rba
ap¡.rda en
las estrofas
cionde así
lo
exija
su
condición métrica
(por
ejemplo,
en
la
octavilla aguda:
abbé
accti).
PRIMERA
PARTE
zuNDAMENTOS
DE
LA
MÉTRICA
ESPAÑOI-A
-
8/16/2019 Manual de versificación española
9/219
C¡Pfruro
I
EL
VERSO
ESPAÑOL
Y
SUS
ELEMENTOS
NOTAS PRELTMINARES
La
lengua española
pertenece
al
grupo
de las
románicas,
y
la
métrica
que
desarrolla
ha
de estudiarse en
relación con
el
conjunto.
El
punto
de
partida
y
el proceso
de
los
elementos
históricos, fonéticos
y
rítmicos
de
Ia métrica
española
eviden-
cian
esta
relación,
aun
contando con
la
originalidad
que
pueda
señalarse.
Pueden,
por
tanto,
aplicarse al verso
español
las teorias
e
hipótesis, siempre
en
discus.ión,
sobre el origen,
procedencia,
derivación y
carácter
rítmico del
sistena
del
verso
románico,
en
particular
en
cuanto
a
la
métrica
provenzal
y
francesa. Hay
que
apartar, desde
luego,
la creencia
de
que
la
poesía
española
no
existe
hasta
que
aparece
una transmisión
continua
de
textos
r.
_-=-
r
Pierre
Le Gentil,
Le
víreIaí
et le
.¿illancico.
Le
probléme
des
origi-
nes arabes, París,
19-54, ofrece un
resuinen informativo
y
crÍtico
acerca
del
estado
actual de las
cuestiones sobre
el
origen
de las formas
románícas,
con
especial
referencia
a las
tesis
árabe
y
litúrgica;
contiene, además,
una
valiosa
bibliografía.
Sobre
la
poesía
rítmica
latina
de
la Antigüedad
tardía
y
de
la
Edad Media,
compárese con
Dag
Norberg,
L'origine de la
uersifícation
latine
rythmique,
,.Eranos,,
L, 1952,
págs.
83-90,
que
orienta
sobre
el
hexámetro
corrompido
en
la España
de la
época
visigoda; La
poésie
latíne rythmique
du
Haut
Moyen Age,
Stockholm,
1954,
(studia
latina
Holmiensia',
II;
Introduction
d. I'étude
de
Ia versi"ficatiofl
lat¡ne
médiévale,
Stockholm,
1958,
nActa
Univ.
Stockholmiensis.
Studia latina
Stockholmiensia>. V.
Burger,
pecherches,
estudia,
con
buena bibliografía,
-
8/16/2019 Manual de versificación española
10/219
23
2
l[anual
de
versificación
españoía
El
que
así
io crca,
como en
su
tiempo
Pliillpp Aug.rsi Beckerr.
sc
encucilti-a
en
trl
caso
cle
er¡tender
quc
el
verso
español
i:re
una
"ianpor"tacjcin
cultural",
y
esto
ciertamente
no
concuerda coir
la
¡-ealici¡11.
Dete¡rnina
el carácter
del
verso
cspañol
el
hecho
de
que
per-
icncce
al
si.stcnra
cic la
nrétrica romlinic¿¡.;
sUS
ciemcntos
consti-
1ulivc-¡s
so¡ :
a(rt:nto cie intensiclacl. ¡:ausa mertrica (fi.nal
de
verso
..'
c1e
hcnris'l
ic¡r-ric,),
cesul'a
(en
los
vcrsos
cuva
naturaleza
así
lo
rcquici-c),
v finalmente, con
cierta
1i¡nitación,
número fijc
de sílarbas.
Los
clernás medios
fonéticos,
sintácticos
v
estilisiicos qrie
1'ruccien
hacer
m/is
patcnte
Ia cstructura
del
rerso,
tienen
sólc
función
secunci¿rria,
y, por
tanto,
no
son esenciales
en
su
consti-
tución.
Otro
tanto puede
decirse de
la rima,
aunque
en la
poesía
españoJa cs L¡n ariorno
ciel verso
que
apenas
faltal
IUODOS
DE
CONTAR
Y
DENOIlIINACIÓN
DE LOS
\ERSOS
En
la métrica
cle
composición
reguiar, las
clases
de
versos
se
denominan
scgún
ei
número
de sus
sílabas
rítmicas:
tetra.
sílabo,
octosílabo, endecasílabo, etc.
Tanrbiern
hal' otras clenoninaciones para
algunos versos,
como
lueg..r
sc
verá; ASí \,erso
"alejandrino)),
versó
de
-
8/16/2019 Manual de versificación española
11/219
Maru¿al
de
versifícación'españoía
en
este
discutido
dominio,
no resulta
justifrcable
desde un
pun-
to de vista científico,
y
mucho
menos, desde
el
pedagógico.
De
entre
las
diferentes
teorías, me
parece
que
la más
apro-
piada
es la
de T.
Navarro;
ampliando
ideas
y
sugerencias
cie
Andrés Bello, Maurice
Grammont,
Ricardo
Jaimes
Freyre
y
cie
otros,
y
con la
contribución
de
la fonética
experimental,
este
investigador desarrolló
un
sistema
completo que
ofrece
un
co.
nocimiento esencial
y
matizaclo
de la estructura rítmica de los
versos españoles
ó.
La exposición
contenida
en este libro
tiene
como
base en sus
puntos
esenciales
el
sisterna
métrico
de
Tomás
Navarro.
De
acuerdo
con las
características
fonéticas
de
la
lengua,
los
acentos
con
su
relieve
acústico
determinan clat'amente ei
verso español
7,
aún más
de lo
que
ocurre, por
ejemplo, con
el
verso
francés.
Con el
cultivo
y
aprovechamiento
de
las
co*'bi
naciones
que
ofrece
la acentuación
de
la lengua, el
rrerso espa-
ñol
alcanzó
una
definida oriEinalidad
frente
a
los de
las
otras
lenguas
románicás.
El
acento
de
palabra
(oprosódico>
y
-
8/16/2019 Manual de versificación española
12/219
1A
lvIa.nual
de
versificación
espctñola
Elementos
del
verso
español
27
Lo
expuesto
hasta
aquí
refiriéndonos
al
vers
-
8/16/2019 Manual de versificación española
13/219
29
8
Manual de
versíficación
española
Elementos
del tterso
espaítoL
sienta
como tal
t5.
De
esta manera
el verso
yámbico
se
siente
como
una
sucesión
de
troqueos,
que
eÁpiez,a
por
anacrusis
mo
nosilábica:
A
dónde vas
perdida
lol
óo óo
óo
Los
versos
anapésticos
y
anfíbracos
aparecen en una
considera-
ción
ritmica
como
dactílicos,
que
empiezan
con
anacrusis
de
dos
o de una
sílaba,
respectivamente:
En
el
nido desierto de mlsera
tórtola
[o
o] óoo
óoo óoo óoo
El
nido
desierto
de mfsera
tórtola
lol
óoo óoo
óoo
óoo
Nido
desierto de mísera tórtola
óoo óoo óoo
óoo
Este
ejemplo
clásico,
tomado de
Bello, deja ver
en
primer
lugar
que
lo
que
determina
el
tipo
rítmico
del verso no
es
el
número
de
sílabas, .sino
el
período
rítmico.
El
período
rítmico
depende
en su amplitud
de Ia
extensión
del
verso
y
de la
naturaleza de la anacrusis; en los versos
más
usados
se compone
casi
siempre
de
dos
pies
de verso, de
los
cuales
el
primero
tiene
un
acento
más
marcado
que
el
segundo.
Esta
manera
de alternar
pies
de tono
fuerte
y
de
tono
débil
se
repite
también
cuando
el
período
rítmico
está cornpuesto
de
varios
grupos
de
pies.
Si
el
período
rítmico
se
compone
unifor-
memente
de troqueos
o
de dáctilos o
de
su
mezcla,
se distinguen
incluso
dentro de cada
clase,
tipos de verso:
trocaicos
(óo
óo),
dactílicos
(óoo óoo) o
tipos
de
verso
mixtos (óo
doo,
óoo óo).
El
empleo
preferido
de
determinados
tipos
puede
ser
consecuencia
de
una
intención
artística,
y
hay
que
interpretarlo
en
cada
caso
en
relación
con el
significado
y
con la forma expresiva del
verso.
1s
Comp.
T. Navarro,
El
grupo
fónico
como
unidad
melódica,
RFH,
I,
1939,
págs.
191,
Manual de
entonación
española,
New
York, 1948,
2..
ed.,
páginas
37-59.
Samuel
Gili
Gaya, Obseryaciones
sobre
el
ritmo
en
la
prosa
española,
en
oMadrido,
Barcelona, 1938,
pfus:
5*ó3.
Al
perioclo
ritmico
interior sigue,
según T. Navarro,
eI
pe
ríodo
de
enlace.
Éste
cornprende
la última sílaba
acentuada
del
verso,
las
sílabas átonas
que
le siguen,
y
la
pausa
del finai
de
verso
y, por
úItimo,
sólo si
existen, las silabas
átonas
que
forman
anacrusis en
eI
verso siguiente.
La
teoría de
T- Navarro
se
basa
sobre todo
en
los resultados de
la
fonética experimental,
aplicada
a la
medición
de los
versos;
con
ellos
parece
demos-
trarse
que
el
período
rítmico
interior
y
el
período
rítmico
de
enlace
presentan
casi Ia
misma
duración
de
tiempo
16.
Las
objeciones
al
sistema
expuesto
pueden
rest¡rriirse
en
tres
Puntos:
1.o
La anacrusis
en el
primer verso de
la
poesía
(y
segura-
mente
dentro
de la
estrofa tarnbién)
forma un resto
suelto.
Si
fuese
así
cabria
esperar
que
se evitase
pero
esto no ocurre.
2.o
Un factor
qlue,
a mi
parecer,
crea
inseguridad
en
eI
cóm'
puto es la
pausa
final del
verso. Por diferentes
razones,
también
suele
atribuirse
a
la
pausa
la
facultad de ajustar
el
equilibrio
de
los
diferentes finales
de
versorT.
T.
Navarro,
por su
parte,
la
entiende
como
medible
en
centésimas
de segundo,
como
si
en
cada
caso su duración
fuese la suficiente
para igualar
en
forma
automática
este
período de enlace
con el interior,
aun
cuando
su
número
de
síiabas
fuese
mucho menor.
No
se
sabe
si
esta
duración
obedece
o bien
al sentido
y
a
la condición
del
sintagma
o bien
a
razones del
ritmo.
3.o Por norma
general
(y
sobre
todo en los
primeros
tiem-
pos
de la literatura)
se mantiene
que
el
verso constituye
unidad,
que lo es
de
sentido,
sintaxis
y
ritmo,
señalacla en su
fin
por
el
acento, la
rirra
v
la
pausa;
sólo
en determinadas
conCiciones
ló
Véanse,
para
más detalles,
Ias
explicaciones
y
el
paradigma
en
T.
Navarro,
lvlétrica,
pág.
12,
y
La cantidad silábica
en
unos tersos de
Rubén
Darío,
RFE,
IX, 1922,
págs.
1-29
Comp.
recientemente G.
E. McSpadden,
New
ligltt
ott
spcech
rhytns
lrom
Jorge Guillén's
reading
of
his
poetn
qGran
silencio".
(Based
on
meast$efttents
o
sound
spectrograms), HR.,
XXX,
19ó2,
págs.
216230
(con
referencias
bibliográficas).
u
Comp.
respecto
a
este
problema,
el
estudio
histórico,
crítico
y
fonético de
Manuel Graña Etcheverry,
La
equivalencia
de
oxítonos,
paro
útonos
¡'
proparox,ítonos
a.
fin
de v¿rso,
¡Revista
do
livrot,
II, 8,
1957,
páginas
*53.
-
8/16/2019 Manual de versificación española
14/219
3l0 Manual
de
ttersificación espuñola
se
aceptan
la
sinafía,
la
compensación
y
el
encabalgamiento
18.
Por
esto
no me convence
dei
todo
que
por
principio
haya de
agregarse
la
anacrusis
del verso
siguiente
al
final rítmico
del
verso anterior,
y
se sacrifique
asÍ la
unidad
del verso en favor
de una
determinada concepción
del
período
de
enlace,
que
por
otra
parte,
es
algo
insegura
le.
Por
ello, de
ahora
en
adelante,
mantendremos
el
principio
básico
de la
unidad
del
verso.
En
lugar
de
período
de
enlace
usaremos
el
término habitual de
final
de verso. En
él se cornprende
la
última
sílaba
acentuada, las
sílabas
átonas
que
puedan
seguir,
y'la pausa.
Como los
hemis-
tiquios
de
versos
compuestos
se
comportan
como los autónomos
correspondientes,
el
final
de verso
aparece
al
término
de
cada
hemistiquio.
LAs
PAUSAS MÉTRICAS
En
la
versificación
española
se
distinguen
tres
clases
de
pausa.
Como
principio
general
se
pide que
las
pausas
ülétricas
coincidan
con las
gramaticales.
Cada pausa
exige,
por
io
tanto,
en
principio,
una
detención.
a)
La
pausa
mayor
marca el final
de la
estrofa.
Coincide
siempre
con el final
del
verso,
y
casi
siempre
con
el
final
del
sintagma
o
de
un
marcado
período
del
mismo.
El encabalga-
miento
de estrofas
se
encuentra generalmente
en el
caso
de las
cortas.
b
)
l,a
pausa
media
se
halla
solo en
las estrofas
simétricas,
como
en
la octava. Según
indica
su nombre,
señala
el
medio
de
lE
Véase
Paul
Zumthor,
Le eels
comme
unité
d.'expression datu
ia
poésie
rotnane
archaique,
-
8/16/2019 Manual de versificación española
15/219
5¿
Manual
de versificacíón
española
minados
efectos
rítmicos
y para
evitar
ia
monotonía
¡ü.
Otros
casos,
con
el
carácter
de
licencias métricas,
son
menos
frecuerr-
tes:
la
sinafía
y
la compensación
1v.
págs. 51-53)
y
ia
tmesis
(véase
pág.
45).
CLASES
DE
CESURA
Con
el
término
cesura,
adopiado con
dudosa
justificación
de la
rnétrica
clásica,
se señalan
en la
versificación
española
dos
fenómenos
rítmicos situados en
el
interior de
los
versos
largos,
y que,
si bien
por
su
procedencia son idénticos,
sin enl-
bargo,
por
su
efecto
y
tratamiento,
resultan
ser muy
dis-
tintos.
1)
El
que
primero
apareció
se encuentra
en
los
versos
es-
pañoles
que
claramente se
consideraron
con'¡puestos
por
dos
pártes,
como
el
alejandrino. En
casos
asl, esta
cesura
va
acom-
pañada,
en la
mayor
parte
de
las
veces, de un corte
en
ei
sintagma,
de
tal manera
que
el final
del
primer
hemistiquio
en
el
interior
del
verso
se
comporta
en
relación
al ritmo
como
si
fuese final.
Ernst
Stengel denominó
por
eso
esta cesura Reihen-
schluss
(que
traducimos
por
cesura
intensa)21. En algunos
ver-
sos
alejandrinos
(7
*
7) encontraremos
condiciones
idénticas
entre el final del
verso y
esta cesura
intensa
en
relación
con
el
acento
final,
el
corte
del
sintagma
y
el equilibrio de la
pausa
menor:
20
Véase
Antonio
Quills,
Esrn¡ctura
del encabalgamiento
en la métrica
española,
Anejo
LXXVII
de
RFE, Madrid,
19ó4
[Análisis
fonético-expcr-i-
mentall;
El encabalgarniento desde los
orígenes
de
Ia
poesía
española
hasta
eI siglo
XVI,
"Actes
du X'Congrés
international
de Linguistique
ct
Philologie
romanes',
II,
ParÍs,
19ó5,
págs. 791-813.
Aunque el encabalga-
miento
puede
documentarse
desde
el
principio
de
la
literatura
españcla,
sólo en el
siglo
xvr
lr'
en
el
uso
de
los
poetas
horacianos
se
convierte
en
un
recurso
estilÍstico
empleado
de
manera
consciente.
2l
Stengel
omitió el
término
nhemistiquio,
acaso
porque
la
cesu¡a
no
-qiempre
divide
el
verso
en
dos
partes
iguales, sino
rambién en series
rltmicas
desigualesi
asl
en
el
decasílabo
francés
de la
disposición
4+ó.
Comp.
Stengel,
Verslehre,
págs.
48
y
sigs.
Elementos
del
t¡erso
español
euiero
con tu
consejo prender
forma
de
vida
(Berceo)
En
consejar
la pas,
faga
a su
poder
(López
de
Ayala)
Si el
huérfano
guardárcdes
e
viucla
defendéredes
(López
de
Ayala)
2)
La marcada
detención
de
esta
crase
de cesura
intensa
pudo
debilitarse y
aun
desaparecer,
al
tiempo
que
se
daba
otra
especie
de
cesura
con
el
fin
de
marcar
un
señalado
acento
en
el
interior
de
un verso
largo, que
en este
caso
no podía
consicie-
rarse
como compuesto.
Desde
el punto
de
.r'ista
gramatical
(véanse los
ejemplos
a
continuación),
esta
cesura
aparece
en
el
]ímite
de una
palabra
aguda,
inmediatamente
clespués
c1e la
tónica;
o
si es llana,
después
de
la
átona
siguiente;
o si
es
esdrújula,
después
de
las
dos
átonas
siguientcs.
Esta
cesura,
a
diferencia
de
la
intensa,
establece
el
equilibrio
de
las
sÍlabas
sumando
las dos
paltes
del verso,
y
también,
cuando
el
caso
se
presenta,
verifica
el
enlace
correspondiente
de
las
vocales
(véase
sinalefa),
como lo
demuestran
estos
versos:
1) Ves el
furor
/
del
animoso
viento
I
2)
embrar,eciclo
/
en
Ia
fragosa
.i".."
I
cndec¡silabos
3) AquéI
es el
Dávalos
/
mal
for¡unado
dodecasjlabo
Cuando
se
trate
de
los
distintos
versos
largos,
se
indicará
el empleo
de
ambas
clases
de
cesura,
la
intensa,
y
esta
orra,
más
general.
Conviene
indicar
algunas particularidacles:
1.
La
cesura
épica.*
El
término
procecle
d.e
Fcderico
Dicz;
se refiere
a
versos
franceses
y provenzales,
v
con
el
señala
esta
cesura
intensa
producida
por
la
terminación
paroxítona
(o
femenina)
en
el decasÍlabo
,v
ciodecasírabo
(que
is
et alciartclri-
no
de
dichas
métricas)
cuancio
se
presenta
sobre
toclo
en
Ia
épica
antigua
francesa;
esta
terminación
se halra
en competen-
cia
con
la
oxítona,
más
general
¿.
22
Comp.
Suchier,
Verslehre, págs.
120
y
sigs.
vERsmcAcróN
¿sp.
-
2
JJ
-
8/16/2019 Manual de versificación española
16/219
35
4 Manual
de versificación española
Elementos
del
verso
esPañol
5 ó 7
89
10
li bons
pedre
le
mist
(Vie
de
S¿irr
-,{.le¡is,
v.
33)
| 2
34(-)
puis
ad
escole
Como el español,
conforme
al carácter
paroxítono
de
la
mayoría
de su léxico,
aplica
la
terminación
llana
como
forrna norrnal
de
final
de verso
y
de
final
del marcado
hemistiquio de esta ce-
sura
intensa, sólo
se
puede
hablar-en
la versiñcación española
de cesura
épica
cuando
en
cerrada imitación
del
decasílabo
fran-
cés
o
proverual-catalán,
se
mantiene
sistemáticamente el
juego
de las terminaciones
oxítonas
y
paroxítonas,
mientral
gue
las
formas
habituales
del
endecasílabo
que
continúa el decasílabo
lírico,
tienen
solamente la
otra
cesura,
y
ya
no la
intensa.
[¿
cesura épica
se
da,
por
tanto, como una
posible
formación
del
llamado
endecasílabo
a
la
francesa:
Lo
por
venir
-
siempre
me fue
peor,
y
sé
muy cierto
-
que
he de dar en
sus
manos
23
Sin
embargo,
si
en
estos
versos
se
establece
la cesura
épica
sin
excepción,
el resultado
no se
considera
ya
como endecasílabo,
sino como
dodecasílabo,
con la
disposición
5
*
7.
Como los diferentes
tipos
del
alejandrino
español
mantienen
la
partición
habitual
en dos hemistiquios,
resulta
que
pueden
aplicarse a
este
verso
los
principios
de
la
cesura intensa
con
las
diversas
posibilidades
en el
juego
de
sus terminaciones.
Sola-
mente
el alejandrino
a Ia francesa
requiere,
por
principio,
la
terminación
aguda
del
primer
hemistiquio,
y por
tanto
la
sflaba
átona
final
del
mismo
forma
sinalefa
coq
la
primera
del
se-
gundo
hemistiquio,
cuando
la
palabra
final es llana
y
esto es
posible:
En
cierta
catedral
una
campana habfa
Que
sólo
se
tocaba-algún
solemne
día
(Iriarte,
Fáb.
VII)
23
Baltasar
de Romanf,
en la
traducción
de las
obras
de
Ausias
March;
citado
según
Riquer,
Resumen,
pág.
51.
Con
esto
se
excluye
la cesura
épica,
en tanto no
aparece
Per'
ceptible
mediante
una s{laba
postónica enteramente articulada.
2.
La
cesura
lírica.
-
También
la
denominación
procede
de
Diez,
en
su
estudio de la
poesía
lírica;
consiste
en
que
el
ritmo
métrico
como
manifestación
musical
se sobrepone
al
acento
de
la
entonación
normal,
y
realza
la
sílaba
destacada
por
Ia
cesura,
aunque
ella no tenga,
por
su naturaleza,
fuerza
iOni*.
Así
en
el
endecasílabo
con la
disposición
4
+
7,
a
pesar
de
gue
esta
sílaba
es
prosódicamente
átona
postÓnica,
como
Io
demuestra
la contraposición siguiente
de dos
versos
(endecasí-
labos
hipotéticos)a
de la
cantiga
del
Arcipreste
de
Hita:
Fo¡oa
normal:
'
Ouiero
seguir
/
a
ti,
flor
de las
flores.
(est.
ló78)
Con
cesura
llrica:
Gran
fianzá
i
he
yo
en
ti,
Sennora,
[...]
[...]
si¡
tardanzA,
/
vénme
Iibrar
agora
(est.
1ó79)
25
Más
que
una
forma especial
de
la cesura o
final
de
hemisti
quio
esta
cesura
lírica
es
una
modalidad
de
la
acentuación.
Como
queda
indicado, tiene su origen
en
la
superposición del carácter
musical
sobre el métrico,
y
también sobre el
prosódico.
Ya
hay
noticias
de
ella
en la
poesía
medieval
latina
4,
J
€o
la literatura
en
lengua
rn-rlgar
se encuentra
por
primera
vez en
provenzal,
donde
se
registra en el
siglo x¡rr.
Desde
allí
penetró,
a través
de
la
poesía
gallegoportuguesa,
en Castilla,
donde
influye
oca-
sionalmente
en Ia
lírica
de
la
Edad
Media.
3.
La ley
de
Mussafia.
-
Recibe el
nombre de su descubridor,
el romanista
vienés
Adolf
Mussafia
(183$1905),
y
con ella
se
2a
No los admite como
tales
J.
Corominas en su
ed. del
LibTo
de
Buen
Amor, Madnd,
1967,
pág.620,
que pre6ere
restituir
en este caso
(Grand¿
fianga...r
y
rsin
detardanqar
25
Comp.
'arbolé,
arbolé,
seco
y
verdé'
en las
Andaluzas de
F.
Garcla
larca
(Obras
completas, Ed. Aguilar,
pág:
309).
2ó
Comp.
Suchier, Verslehre,
págs.
123
y
sigs.
-
8/16/2019 Manual de versificación española
17/219
37
6
Manual
de
wrsificación española
Elementos
d.el
verso
esqañol
quiere
mostrar,
como
él
dedujo,
que
en la
poesÍa
gallegeportu-
guesa
y
en la
castellana
de Ia Edad
Media influida
por
ella,
se
corresponden
los
versos
según
el
número
de
sílabas,
sin
considerar
el
carácter
acentual
de'sus
terminaciones.
Así
se equi-
para
el octosílabo
con
final
agudo
(con
siete sílabas
en cuanto al
número)
con
un
heptasílabo
llano
(también de
siete
sílabas)
t.
El
hecho registrado
en
la
ley
de
Mussafia
es, como la
cesura
lírica,
una
modalidad
de
la
acentuación
con la diferencia,
sin
embargo,
de
que
el
cambio
de acento,
debido
también
a la
musicalidad del
ritmo,
no
tiene
lugar
en medio
del verso,
en la
cesura,
sino al
final
del
mismo.
Si se
entienden,
tal vez
con más
tazón,
los
endecasÍlabos
del
Arcipreste
antes
citados, como una
combinación de pentasílabos
y
de
heptasílabos,
las
particulari-
dades acentuales
al final
del
verso
se
explican
por
la ley de
Mus-
safia:
Forma
normal:
Quiero seguir
Icy
de
Mussafra:
Gran
fianá
sin
tardanzá
En
la seguidilla
este
caso
perduró
más
allá
de la
Edad
Media.
Sin
embargo, a fines
del
siglo
xvrrr ya
no se
entendía,
como
lo deja ver el
Arte poética
fócil
de
Juan Francisco
de
Masdeu
4.
zz
Adolf Mussafia, Sull'antíca
metríca
portoghese,
ositzungsberichte
der
Kaiserlichen Akademie
der
Wissenschaften
Wien,,
CXXXIII,
1g95,
Abhandlung X. Véase,.
además,
H.
Ureña, Versificación,
págs.
27
y
sigs.
y
47
y
sigs.
(con
ejemplos);
H. Ureña,
Estudios,
págs.
3l
y
45
y
sigs.
I-e
Gentil, Formes,
pág.
339,
nota 33.
M.
Rodrigues
Lapa, Das
origens
da
poesia
lirica
em Portugal
na ldade
Média,
Lisboa,
1929,
págs.
3lZ
y
sigs.
Fr.
Gennrich,
Grundriss
einer
Formenlehre
d.es mittelalterlíchen
Líedes,
Halle, 1932,
págs.
138
y
sigs.
(con
ejemplos de
melodías).
28
Corominas
señala
que
en
la misma
cantiga
existen
claros
pentasf-
Iábos:
onunca
perece>
(1682),
y que
estos
versos
pueden
también
serlo;
pero
aplica
esta ley
por
ejemplo
en
las est.
104e1058
(véase
nota
págs.
405-
406).
La
mención
decisiva
de
Masdeu,
en
Clarke,
Sketch,
págs.
34.t346.
EL
ISOSILABISMO
Los
versos,
definidos
por
los
elementos
rítmicos
que
se
han
citado,
adoptan
una
forma
estrictamente
regular cuando
están
compuestos
de
un
número
fijo
de sílabas'
El
isosilabismo,
sin
embargo,
no
es
condición
previa
ni
necesaria
para que
exista
un
verso
completo
desde
el
punto
de
vista
rítmico.
Mientras
Francia
e
Italia
adoptan
muy
pronto
desde
el
co-
mienzo
de
su
época
literaria
el sistema isosilábico,
Ios
versos
de
las
lenguas
r,rrlgares de
España
pueden
dividirse en
dos
grandes
grupos
o
sistemas.
Uno
abarca,
como
en
Francia
e
Italia,
los
versos
métricos
(regulares,
isosilábicos),
mientras
que
el
otro
comprende
los
versos amétricos
(irregulares,
anisosilábicos,
asi-
lábicos,
acentuales,
fluctuantes).
Observando
el
conjunto
de la
métrica
española
resulta
que una considerable
paite
de la
poe'
sía
(sobre
todo en
sus
manifestaciones
más
importantes
desde
un
punto
de
vista
artístico) sigue
el
principio
de los
versos
con
medida
silábica.
Sin
embargo,
el anisosilabisrno fue
muy
frecuen'
te
en
la
Edad
Media,
y su
eliminación
de
la
poesía
artística
acon-
teció
sólo
durante los
siglos
xv
y
xvr.
Y
además,
perdura
hasta
hoy
en la
poesía popular,
v
en
la
poesía
artística
que
se
inspira
en
las
formas
y
temas
de ella.
Expondremos
con
brevedad
en
el
lugar
conveniente
las
más
importantes
clases
de
versos de
la
versifi.cación irregular
(véa-
se
más
abajo,
págs.
177-197).
-
8/16/2019 Manual de versificación española
18/219
-
8/16/2019 Manual de versificación española
19/219
4t
0
Manual de tersilicación
españolq
Medición
de
las
sílabas
Por
tanto,
la
medición de
h- en
los autores de
estas
épocas
varía
según
los casos;
el
modo
de
tratar
/r- aspirada sirve
de
ayuda
para
documentar
la cronología
y
en
problemas
de
atribución
r.
Hay
dificultades
en
medir
las
sílabas
cuando dos o
más
vo,
cales
quedan
juntas:
a)
dentro
de
la misma
palabra;
ó) si
están
unas
al
fin
de
palabra
junto
a
otras,
que
son
el
comienzo de
la
palabra
siguiente.
Distinguiendo
ambos
casos
por
requerir
dis.
tintos criterios
en la medición,
los
examinarernos
aquí.
m¡otctóN
DE LAs sÍLesas
DENTRo DE
LA
pALABRA
vocALES
INMEDIATAS.
-
Las
vocales
se
ordenan
en
dos series:
Serie
palatal
Vocal media
Serie velar
ie
a
ou
y
la
i
y
la
u
ocupan
los lrrgarei extremos
de
cada
una
de
ellas.
Las
vocales
que
se
hallan
juntas
dentro
de
una
palabra
man-
tienen
cada
una su
valor silábico
en el
caso
de
qu.e
seart
a,
e,
o;
pero
si
una
de
ellas
es i o
tt,
entonces las dos
o tres
vocales
cuentan
como
una
sílaba,
y
la
combinación
se llama dipton-
go
o
triptongo.
El
diptongo se
forma
cuando
una de las vo-
cales
l,
a
se
reúne
con cualquiera de las
otras
que
tenga
plenitud
acenrual
o articulatoria
con
respecto a la i
o la ¿r. En
el
sistema
fonético
de
T. Navarro
se llaman semiconsonantes
[j,
w] si
las
vocales
i
o u
ocupan
el
primer
lugar
del grupo:
vien-to
[bjép-to],
sa-bio
[sá-bjo],
es-cue-la
[es-kwé-la], a-hue-car
[a-rve-
kárl;
y
semivocales,
si
la
d
o a
ocupan
el
segundo
lugar:
ai-re
[ái-re],
pai-sa-je
Ipai-sá-xe].
El
triptongo se
forma
cuando
estas
vocáles
extremas
i,
u están
en
principio
y
fin de
un
grupo
de
tres
vocales,
y
la
de
en medio
es
d
o
e,
con
plenitud
acentual
2
Comp,.
J.
H. Arjona,
Díd
Lope
de
Vega write
-
8/16/2019 Manual de versificación española
20/219
43
2
Manual
de
veríificación
españoIa
ylei íción
de
las
sllabas
la
condicién
articulatoria
de las
vocales.
por
tanto, cuanto
más
cerca
de
la
pronunciación
común
se
halle una
poesía,
más
podrá
ocurrir
esto.
En
la
poesía
culta,
desde
el
Renacimiento,
apzrrecen
general.
mente
los siguientes
criterios:
1)
La
sinéresiS.
se
da
casi
como
caso
normal en las
pala-
bras
esdrújulas
en
las
que
la
combinación
de
vocales
sigue
¿l
acento
principal
de
la
palabra:
Dá
nao,
héroe,
pur-pú-reo
2)
Es
menos
frecuente
si
una
de las
tres
vocales
a, e,
o
tiene
un
acento
tónico
pleno:
cre-é-mos,
ca-nó-as.
La
palabra
ahora
suele
pronunciarse
[ao-ra],
si
bien
también
es
posible
hacerló
[aóra].
Menos
frecuente
es la
sinéresis
cuando la vo,
cal
a
precede
a la tónica:
leal,
león,
real;
en
palabras
de
mucho
uso
esta
e
pasa
a
i
[fjál].
3)
Cuando
en
el
grupo
de
vocales
la
segunda sea
la
j
o
la
n
tónicas, la
sinéresis
poética
se considera'
como forzada:
ráí2, saúco.
Es rarísimo
el
encuentro
.ii
o
-uú-,
y
no
parece
so-
portar
la
sinéresis
a.
B)
prÉnesrs.
-
La diéresis,
por
el
contrario,
consiste
en la
separación
de
las vocales
de
un diptongo,
y
así
cada
vocal
cuenta
con valor
silábico:
gleri-oso
en vez
de
glo-rio-so.
La
diéresis puede
tener
varias
funciones. Considerándola
en
cuanto
a
la
técnica
del verso,
es
un
recurso
para
conseguir
el número
de
sílabas
en
una medición
que
resulte
defectuosa
según
los
principios
generales.
Por
otra
parte,
como
la
diérésis
está en
oposición
con.
la
tendencia
común
de la lengua
hablada, puede
ser un
recurso
de
clara
intención
artística;
por
su condición
artiñcial es
propia
¿
Sobre
la
historia
y
modalidades de
la sinéresis,
comp. J. Balaguer,
En
torno
a
un
pretendido
picio
prosódico
de
los poetas
hispanoamerica-
r¡os,
BICC,
IV,
1948,
págs.32l-341;
impreso
también
en
sus
Apuntes
para
una
historia
prosódica
de
la métrica
castellana,
ob.
cit.,
págs.
243:?fi
(con
bibliografía).
del
estilo
culto,
y,
por
situar
la
palabra
fuera de su
pronuncia'
"ión
usual,
queda
así
señalada
en la
conciencia del
lector
u
ávente
con
la
plenitud
de
su
significación.
También favorece
las
iánaencias
humanÍsticas
de carácter erudito
por
las implicacio
nes
que
tiene
con
la
fonética clásica;
y
resulta
adecuada
para
P
onomatoPeYa'
De
estas
observaciones
se
infiere
que su campo de empleo
es
más
restringido
que
el de la sinéresis.
En
algunos
textos
de
impresión
moderna
la
diéresis se reconoce fácilmente,
porque
está
señalada
por
un
signo diacrítico
llamado crema
(.')
que
ileva
la
vocal
que
pasa
a ser considerada
como
sílaba. El
empleo
de
la
diéresis
depende
del
carácter
de
los diptongos, según
se
considere
el
grado
de
la
unión entre
las vocales.
Así
resulta:
l)
No
se
suele
usar
en diptongos
considerados
insepara-
bles,
como
-ié-
y
'ué-
que
proceden
etimológicamente
de
-é-
y
-ó-
(e
y
p
abiertas
del
latín
vulgar): tie-rra,
puen-te;
tampoco
en
desinencias
verbales
-ieron,
-iendo,
etc. Si el diptongo
está
en sílaba
postónica, la diéresis
es
más
usada: cambio (cam-bio
y
carn-bi-o);
injuria
(in-ju-ria
e
in-ju-ri-a);
estatua
(es-ta-tua
y
es-ta-
tu-a).
Pero
si
es
palabra que
deriva
o
está en relación
con
otra
en
que el diptongo
suele considerarse
inseparable,
entonces
es
más
violento:
quieto
(quie-to)
en
reiación con
quietud
(quie-
tud,
quie-tud).
2)
Los
diptongos
que
se
deshacen
fácilmente
por
diéresis
son:
¿¿i
(rüina,
rüido),
-tiis,
-éis
en las desinencias verbales
de
la
segunda
persona
del
plural, que
en
español
antiguo
constaban
de
dos sílabas
(-ades,
-edes).
3)
En los
demás
diptongos
la
diéresis es
posible,
si bien
ocurre, como
se
ha
dicho, raras
veces.
La
compenetración del
poeta
con
el
genio
de
ia
lengua y también
ocasionalmente ciertas
intenciones
estilísticas, determinan el empleo de
la
diéresis.
C) orRAS LrcENcrAs.
-
Jr¡nto a la sinéresis
y
a la
diéresis
hay
que
añadir otras
pecuiiaridacies
en
ia medición
de las
sÍiabas
en
el
interior
de
la
palabra.
I
)
Reducción del
número
de
sílabas
de
una
palabra
por
supresión
de una
vocal o
una
sílaba:
-
8/16/2019 Manual de versificación española
21/219
44
Manual
de
versificación
españolq
Meitición
de
las
sflabas
45
2)
Aumento
del
número
de
sílabas
de
una
ción
de
una
vocal:
palabra
por
adi.
a)
al principio
de
la
palabra
(prótesis):
arremeda
en
lu-
gar
de
remeda.
Delante
de
s
Ia prótesis
resulta
usual
en
poetas
antiguos
y
modernos,
que
la
cuentan
como
sílaba
aunque
no
aparezca
gráficamente:
est
animus
sapientissimus
splendor
siccus;
de
forma
que
la
falta
de
mi
cuerpo
a
mi
espíritu
le
sobra.
(Tirso
de
Molina)
Sólo por
la
prótesis
d.e
esplend.or,
el
segundo
ver_
so se
convierte
en
octosílabo
correcto.
Entre
los
do-
decasílabos
(6
+
6)
d.e
Era
un
aire
suave
de Rubén
Darío
aparece
el
verso
(con
los
staccati
de
una
bai-
larina".
El primer
hemistiquio
de
este
verso
sólo
es
correcto
por
Ia
i
protética
(istaccati)s.
en
el
interior
de
la palabra
(epéntesis):
coronista
en
lugar
de
cronista.
aI
final
de
la palabra (paragoge):
virtude
en
lugar
de
virtud
ó.
3)
Dos
licencias
se
refieren
a la
acentuación
7.
pronut:tíation
ín
Rubén
Darío,s
paragogic
-e,
Hisp.,
XLV,
1962,
que
han
tenldo
una
doble
acen-
por
raz6n
del
ritmo o de la
rima, eI
acento
de
una
palabra
puede
cambiar
de
sitio:
a)
pasando
a
la
sílaba anterior
(sístole):
ímpio en
lugar
de
imPío.
b)
pasando
a la sílaba
siiguiente
(diástole):
oceano
en
lugar
de
océano.
La
cuestión
del lugar del acento es difícil de
precisar
en
los
casos
alternantes.
Unas
veces hubo
una
pronunciación
an-
tigta
(Dário, en
la
Edad
Media
y
siglo xw) que
fue
sustituida
por
otra
(Darío, posteriormente).
La Academia
quiso poner
orden
en
esto,
y
admite
a
veces
dobles pronunciabiones
(me'
dula,
médula,
pabilo,
ptibilo,
etc.),
y
se rechazan
otras
(ópimo
por
opímo).
La
mención
de licencia
para
estos casos
se ha
de
establecer
teniendo
en cuenta las circunstancias
históricas
del
uso
y
las
normas
que puedan
haber sido comunes,
y
cuando
exista,
el
criterio
académico.
4)
La
tmesis
o
hipermetría
consiste
en
la
separación
de
una
palabra
generalmente
compuesta
en
posición
final de
verso,
de
modo
que
la
segunda parte pase
al
principio
del
verso si-
guiente.
Esta
licencia,
en
general poco
usada, se emplea
más
que nada
como recurso artístico,
para
evitar una
rima
trivial,
formada
con
los
adverbios
en
-mente:
Y mientras miserable-
.
mente
se esrán los otros
abrasando.
(Luis
de León)
o,
a
veces,
para
lograr
un efecto cómico
8.
tuación se encuentra
en
Rufino
José Cuervo, Apuntaciones
crítícas
sobre
eI lenguaje bogotano.
9.'
ed.,
Bogotá,
1955,
"Voces
de
varia
acentüación>,
páginas
151-173,
con
numerosos
ejerñplos
procedentes
de
versos.
Comp.
Felipe Robles
Dégano,
Ortología
cldsica de Ia lengua castellatut,
Madrid,
1905,
SS
320
y
sigs.
Sobre los tiempos modernos, Silvanus Grisrvold Morley,
Accentuation of
past participles
in
-uido,
Hisp.,
IV,
págs.
187.-191.
8
Comp.
S. G.
Morley,
Otra
vez el
octosílabo castellano, RFE, XIII,
1926,
págs.
287'2E8.
T. Navarro, La
división
de 'escalparnte',
ídem,
págl-
nas 287 290.
A.
Quiiis,
Los encabalgamientos
léxícos en
-mente
de
Fray
Luís
de
León
y
sus comentarislas, HR, XXXI, 1963,
págs.
2l-39, en
que
trata
la
historia
y
fuerza
de este fenómeno.
a)
b)
c)
al principio
de
palabra
(aféresis):
hora
en
iugar
de
ahora.
en
el
interior
de
la
palabra
(síncopa):
redor
en
lu.
gar
de
rededor
y
alred.ed.or.
al
final
de
la
palabra
(apócope):
hi
en
lugar
de
hijo,
sauz
en
lugar
de
sauce.
b)
c)
5
Véase
A. Coester,
The
inlluence
of
verse,
Hisp.,
XV,
1932,
pág.
25g.
ó
Comp.
Vladimir
Honsa,
Old
Spanísh
páginas
242-216.
7
Una
lista
comentada
de
estas
voces
-
8/16/2019 Manual de versificación española
22/219
r
47
6
-
Manual
de versifícación
españoh
Mediciónile
:tasinatt
lsinarcra
reúne
en
una
sílaba
rítmica
dos
o más
vocales
,.--pcient€S
a
paraoras
distintas:
venerable
asilo'
M¡nrcrór.I
DE
LAS
sfleus
EN
cRupos
DE
pALABf,¡g
NOTAS
pRELI¡vf
INAR¡S.
-
El
verso
contiene
una sucesión
r¡¿g
o menos
amplia
de
varias palabras.
En
esto
participa
cie
las
condiciones generales
de
la
pronunciación,
en
la
que
las
pala-
bras
se
reúnen
en
determinadas
unidades
o
gn¡pos
fónicos.
por
tanto, en
el
verso
las concliciones
en
que
se verifica
el encuentro
de las
palabras,
intervienen
en Ia
medición
de las sílabas;
lss
sonidos
finales de una palabra
se relacionan
con
los
iniciales
de
la
inmediata.
Así
puede
ocurrir que:
1)
I¿s
vocales
contenidas
en
las sílabas
del
comienzo
y
fin
de
palabra
no
se
reúnen porque
de una
manera
u otra
existe
consonante
por
medio:
Horas
alegres
que
pasáis
volando.
(Gutierre
de
Ceti¡a)
2)
EI
sonido
final
de una
palabra
forma
con
el inicial
de
la
otra
un
grupo
de
vocales:
Desde_el
ocuJto_y
venerable_asilo.
(Jovellanos)
En
el
caso
primero
no se
necesita
explicación.
En
lo
que
res-
pecta
al
segundo
conviene
notar
lo siguiente:
Para medir
las
sílabas
en
los
grupos
de
vocales que
pertene-
cen a
palabras
distintas
hay que
valerse
de
la
sinalefa
y
el
hiato
(o
dialefa)
e.
9
Sinalefa
y
hiato
son
poco
frecuentes
en la
poesfa
clásica
latina, y
'esto
justifica
que
ambos
fenómenos
se
consideren
como
licencias.
La abun-
dancia
del
latín en
consonantes
finales
facilita
limitar
sin
dificultades
a
una
proporción
mínima
el
encuentro
de vocales
finales
e iniciales.
El
material léxico
del
español
es
distinto
en
la fonética;
ei
encuentro
de
vo-
cales
finales
e.
iniciales
resulta
entonces
dentro
del
verso
un
fenómeno
habitual cuya
regulación
mediinte
la
sinalefa
y
el hiato
no
pued'e
consi-
derarse como
licencia
propiamente
dicha.
En
efecto,
en la
poesÍa
española
prevalecen
con
mucho
los
versos
que
ofrecen las
condiciones
de
si¡alefa
Dertenecrenres'a
v-.*"'-"
l'--------
""'r,
n,",o
(o
di¿^lefa)
es
el
caso
contrario
de
la
sinalefa'
Se
,^
"*"i",-a"Uiendo
verificarse
la
sinalefa,
esta
no
se
realiza
oir
sv"--'
^rgún
motivo.
El
hiato
hace
que
dos
o
más
o
se
la
evita
Por
atl
;;;;
contiguas, pertenecientes
a
diferentes
palabras' no
se
ñ;;;;t,
sino
que
mantensan
su
valor
silábico
propio:
lafhora'
;;7;r".
Para
mayor
claridad,
en
lo
que
sigue
se
tratará
por
.lj'"r"ao
de
la
sinalefa
y
del
hiato,
y
se
expondrán
solamente
i;í;;"t
que,
desde
la
sezunda
mitad
del
siglo
xv'
pueden
"onri¿"rutte
como
más
ampliamente
reconocidas
l0'
yhiatofrenteaaquellosquenomuestranelencuentrodevocalesenel
árá.n
¿"
las
palabias. El estudio
de
1a
Epístola
de
Fabio
a Anfriso
(Des-
iripcíón ilel
paular) de
Jovellanos
muestra
el
sig:iente cuadro:
de
los
2li
versos,
sólo
ó9
no.
ofrecen
el
encuentro
de
vocales
en
la sucesión
de
patabras; 146 versos
presentan
en repetidas
ocasiones
las condiciones
de
iinalefa
y
hiato.
sólo en
el
siglo
xv
algunos
poetas
de cancionero,
acaso
por influjo francés,
más
o
menos
consecuentemente,
pero
en
todo
caso
con
intención,
evitaron
el
encuentro
de
vocales
finales
e
iniciales
dentro
del verso,
si
el
Triato
no
se
justificó
Dor
razones
estillsticas
o la
sinalefa
no
se
admitió
a modo
de
licencia
auténtica,
como
en
lópez de
Ayala'
Para
más
detalles,
comp.
D.
C.
Clarke
,
Fo¡tuna
del
híato
y
de
Ia
sí¡alela
en
la
poesía
llríca
castellana
del
siglo
quince, BHi'
LVII,
1955,
págs'
1?9132'
io
sobr"
la
Edad Media,
véase más
adelante
el
resumen
histórico.
LA
STNALEFA.
-
En
lo
que
respecta
a
la
pronunciación
de
la
,in]"rá,
hay
que observar
que,
por
lo
general' se
tiende
hoy
J'".ti",r1",
plenamente
cada
una
de
las
vocales.
Esto
ocurrió
tambiéncongranprobabilidadenlapoesíaantigtra.I.afusión
; l;t
vocales
no
debe confundirse,
por
otra
parte' con
la
eli-
Jlor.
s"
exceptúa
el
caso
en que
se
encuentren
dos
o
más vocales
igo;f"r,
va
a
América.
En
estos
casos
las vocales
idénticas
pár"""n
pronunciarse
como
un sonido
alargado'
Con
re'lación
a
h
véase
arriba,
págs''
39-40'
Los cortes
de
sentido,
sipgros
de
puntuación
(inclusive
el
punto)
y
la
cesura
métrica
(no
en
el
caso
de
la
que
llamamos
cesura
intensa)
no
impiden
la
sinalefa:
-
8/16/2019 Manual de versificación española
23/219
48
Manual
de
versi-ficación
española
l,leitición
de
las
sílabas
trajo
el torcido
nervio._y
cuando
tuvo
(J.
Gómez
Hermosilla)
En
cuanto
a la
poesía
dramática,
ocurre que
a r,eces la
se
presenta
aun
cuando
las
palabras
en
cuestión
se
entre
diferentes
personajes:
sinalefa
repartan
-Dame
una seña._-Esta
mano.
-¡Ay,
Aurora
hermosa
_-Adiós.
(Tirso
de
Molina)
Por
razones
de eufonía,
se evita
en
Ia
poesía
la
fusión
de
más
de tres
vocales,
y
también
la
acumulación
de
sinalefas
en
un
verso
ll.
El
empleo
de
sinalefa
o
hiato
se
determina:
a)
'por
el
modo
de
encontrarse
las
vocales.
b
)
por
la
situación
de
los
acentos.
c)
por
razones
sintácticas.
He aquí
los
casos:
a)
Entre
dos
vocales
iguales
ocurre
siempre
la
sinalefa:
la-amadá patria,
gallardo
hombre.
Los
acentos
sólo
se
tienen
en
cuenta
si
la segunda
de
las dos
vocales
iguales
lleva
un acento
principal;
en
tal
caso
se
prefi.ere
el
hiato:
En
brazos
de mi
esposa y
de
mi
/
hija.
(J.
J.
de
Mora)
b
)
La
sinalefa
es obligatoria
cuando
se
encuentran
dos
vo-
cales
átonas:
Dichoso-el
humilde_estado.
(Luis
de
León)
Las conjunciones
y y
o
(y
sus
formas
equivalentes
e
y
tt)
no
están
consideradas
en este
sentido
como
\¡ocales,
y
requieren
el hiato
(véase
más adelante).
49
ll
.La
sinalefa no
es
una
ricencia,
es
una
necesidad
crel
idioma,
pero
muchas
sinalefas
en
un
mismo
verso
lo
tornan
duro
y
pesado.>
R. Jaimes
Freyre, Izyes
de
versificación
castellana,
Buenos
Aires,
1912,
pág.
103.
Si
se
reúnen
vocales tónicas con
vocales átonas, el
empleo
de
1a
sinalefa
se
regula
así:
l)
Es
obligatoria'cuando
la vocal tónica
precede
a
la átona:
El
divino
poder
echó-el cimiento.
(Luis
de
León)
Z)
Es
habitual
cuando la
vocal átona
precede
a
Ia
tónica:
Subido-he
por
tu
pena.
(Luis
de l-eón)
La
relación
sintáctica
impide a
veces esta
sinalefa.
Sin
em-
bargo,
se
prefiere
establecer
hiato
cuando
en
esta
vocal tónica
recae
un
acento
de intensidad obligatorio,
en
especial
al
final
de
verso:
Un
papel
discreto
/
es.
(Calderón)
3)
Se
da
en
general
la
sinalefa cuando
se
ericuentran
dos
vocales
que
tieneu ambas
condición de
tónicas
(véase
más
ade-
lante:
hiato,
n."
4)'
EL
HIAro.-Las
reglas
para
el
empleo del hiato
completan
las
de
la
sinalefa.
1)
La i
y la
¿¿,
Ias conjunciones
y
y
o
(con
las
formas
equi-
valentes
e
y
u)
que
quedan
situadas
entre vocales,
para
el
efec-
to
de la
medición
de las sílabas
se
han de
considerar
como
sonidos consonantes,
.v
establecer
con las
vocales
extremas
los
enlaces
silábicos
correspondientes
a la
condición de
semiconso-
nante
o semivocal
y
aun de
consonante
plena que
toman en
esta
posición;
la
letra ft no
impide
esta conexión:
I Fctrhcn ñrr
-
r'2tpnlác lnc ¡mnrec fmrr vr'l
(Garcilaso)
2. El
pobre-huerfanito
suspiraba
[-bre
u'ér-]
(Luis
de
Lrón)
-
8/16/2019 Manual de versificación española
24/219
r
Manual
de
t¡
er sif
icación
es
pañofu
3.
Y
su
principio
propio-y
ascondicio
[-pjo
yas-]
(Luis
de l-eón)
4.
Fueron
un
tiempo
Francia.
e_Inglarerra
[-eja
e_In-]
(Lope
de
Vega)
2)
ocurre
el
hiato
cuando
el
acento
de
intensidad obligato
rio
de
fin
de
verso
va precedido
por
una
vocal,
incluso
si
es
Ia
misma:
l.
y
tan
verdes
como
/
é1.
'
(Tirso
de
Molina)
2.
En
brazos
de mi
esposa
y
de
mi
/
hija.
(J.
J.
de Mora)
No
obstante,
algunas
veces
no
ocurre
así,
sobre
todo
si
la
vocal
anterior
es -e:
Es
su
/
amo
un
caballero.
(Catderón)
Sin
embargo,
esta
tendencia
tiene
numerosas
excepciones.
En
especial,
se
facilita
en estos
casos
la
sinalefa:
a)
Cuando
Ia vocal
que
precede
a Ia
tónica
es
una
_e:
este-hombre,
grande-urna;
incluso
se
da
al final
de
verso
(véase
antes
n.o
2).
que
a
Júpiter
ministra
el garzón
de_Ida.
(Góngora)
3)
En
el'curso
del
sintagma,
en
el
caso
de palabras
que
están
en
esfrecha
relación
morfológica,
si la
siguiente
empieza
por
vocar
tónica
y
ra
anterior
es parabra
de
condición
átona
o
secundaria,
se
tiende
al
hiato;
esto
ocurre
con art.
*
sust.
(la
/
hora,
la
/
urna);
prep.+
palabra
seguida (contra
/
ellos,
re-
sueltos
a
/
ir);
Ios
adjetivos,
incluso
los
posesivos
átonos
*
sus-
tantivos:
amado
/
hijo;
su
/
amo:
b
)
Cuando
vocales
idénticas
se
encuentran
en
las condi-
ciones
mencionadas:
de-éI,
esta_alma, gallardo_hombre,
su_uña.
En
castellano
-antiguo
esta
sinalefa
se
refleja
en
la
grafía:
de
*
ér
-
dél;
de
+
ellos
=
deüos12.
cuando
ras
vocales
idátlcas
se
encuentran
delante
o en
el
último
lugar
tónico
del
verso
con
intensidad
obligatoria,
el hiato
se
mantiene.
4)
El
empleo
de
hiato
y
sinarefa
es
vacilante,
cuando
son
tónicas
las
vocales
que
se
encuentran.
En
estos
casos
el
hiato
suele
us¿rrse
como
norma,
si
bien
sólo
se
da por
regla
general
cuando
el
acento
de
la
segunda
vocal queda
más
manifi"r-t