Manual gestion riesgos_2015

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1 LINEAMIENTOS ESTRATÉGICOS PARA LA GESTIÓN DE RIESGOS EN EMERGENCIAS Y DESASTRES EN LA RED DE PROGRAMAS DE PROTECCIÓN DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES SERVICIO NACIONAL DE MENORES Elaboración Isabel Farías O. Mauricio Aparicio M. Firmas Revisión José Miguel Canales R. Jefe Departamento Protección y Restitución de Derechos Rubén Sepúlveda C. Jefe Unidad de Prevención de Riesgos y Salud Laboral Aprobación Marcela Labraña S. Directora Nacional

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LINEAMIENTOS ESTRATÉGICOS PARA LA GESTIÓN DE RIESGOS EN EMERGENCIAS Y DESASTRES EN LA RED DE PROGRAMAS DE

PROTECCIÓN DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES

SERVICIO NACIONAL DE MENORES

Elaboración Isabel Farías O. Mauricio Aparicio M.

Firmas

Revisión José Miguel Canales R. Jefe Departamento Protección y

Restitución de Derechos Rubén Sepúlveda C. Jefe Unidad de

Prevención de Riesgos y Salud Laboral

Aprobación Marcela Labraña S. Directora Nacional

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El presente documento, en su segunda versión, es parte del trabajo realizado por el Departamento

de Protección y Restitución de Derechos, la Unidad de Prevención y de Riesgos y Salud Laboral y la

Unidad de Infraestructura e Inversiones.

Responsables:

José Miguel Canales Rodríguez, Sociólogo, Jefe del Departamento de Protección y Restitución de

Derechos (SENAME)

Rubén Sepúlveda Castro, Ing. en prevención de riesgos y medio ambiente, Jefe Unidad de

Prevención de Riesgos y Salud Laboral, dependiente del Departamento de Personas (SENAME)

Elaboración:

Isabel Farías Oliva, Asistente Social

Mauricio Aparicio Mercado, Ing. en prevención de riesgos y medio ambiente

Colaboradores:

Profesionales de los Departamentos Protección y Restitución de Derechos, Unidad de

Infraestructura e Inversiones y Unidad de Prevención de Riesgos y Salud Laboral, contribuyendo a

la edición anterior y/o actual

Profesionales del Departamento Jurídico, quienes revisaron las secciones referidas a personal y

voluntariado

Profesionales de la Unidad de Adopción de la Dirección Nacional y de las Unidades de Protección

de Derechos de las Direcciones Regionales de Tarapacá, Coquimbo, Valparaíso, El Maule,

Magallanes y Arica, comentando la edición Nº1

Agradecimientos

A Andrés Ibaceta P., Jefe de División de Protección Civil y a Jean-Marie Walker, Jefe de la Unidad

de Reducción de Riesgos, Oficina Nacional de Emergencias ONEMI por la revisión y valiosos

comentarios al documento.

SANTIAGO, Enero 2015

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ÍNDICE

I. Antecedentes 3

II. Objetivos 4

III. Alcances 5

IV. Conceptualización 6

V. Ejes de los lineamientos estratégicos 7

V.1 Fase preventiva o preparatoria 8

V.1.a Análisis de vulnerabilidad 8

V.1.b Identificación de los actores regionales y locales, y sus políticas frente a

desastre 9

V.1.c Identificación de los usuarios, entorno familiar y registros 10

V.1.d Elaboración de un plan de emergencias 10

V.1.e Preparación del personal 12

V.1.f Preparación de los niños, niñas y adolescentes 12

V.1.g Stock de emergencia 13

V.1.h Recursos para la emergencia 13

V.1.i Identificación de los responsables 14

V.1.j Identificación del voluntariado 14

V.2 Fase durante la ocurrencia de un desastre 15

V.3 Fase de respuesta 16

V.3.a Recuperación 16

V.3.a.1 Recuperación del recurso material 16

V.3.a.2 Recuperación de los niños, niñas y adolescentes 17

V.3.a.3 Intervención en crisis y recuperación de la normalidad 19

VI. Diagramas 22

VII. Bibliografía 24

VIII. Anexos

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LINEAMIENTOS ESTRATÉGICOS PARA LA GESTIÓN DE RIESGOS DE EMERGENCIAS Y DESASTRES EN LA RED DE PROGRAMAS DE PROTECCIÓN DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES

I. ANTECEDENTES

La protección de la infancia y los derechos humanos1

Las Naciones Unidas establecen la necesidad de proporcionar a los niños, niñas y adolescentes cuidados y asistencia especiales en razón de su vulnerabilidad, en consideración a lo señalado en la Declaración de los Derechos del Niño: “el niño, por su falta de madurez física y mental, necesita protección y cuidados especiales, incluso la debida protección legal, tanto antes como después de su nacimiento”.2

En este sentido la Convención3 obliga al reconocimiento de que los niños, niñas y adolescentes, tienen diferencias cualitativas que es necesario reconocer a la hora de atenderles o de diseñar programas. Tienen necesidades físicas, psicológicas y sociales que deben ser satisfechas con miras a propiciar su desarrollo y crecimiento saludables.

Las emergencias y desastres alteran brusca y abruptamente el desarrollo social, cognoscitivo, familiar y comunitario de los grupos afectados. Las vulnerabilidades de la población infanto - adolescentes se agudizan, lo que hace necesario implementar medidas acordes de respuesta y rehabilitación, para disminuir al máximo sus consecuencias, originadas, por pérdidas materiales y/o humanas, separaciones familiares y desplazamientos no voluntarios.

La Convención sobre los Derechos del Niño dispone de varias medidas de protección especial para niños en casos excepcionales como conflictos armados, refugiados o desastres naturales, “partiendo por el derecho a la protección detallado en el artículo 3, el que deben asegurar los Estados en cualquier condición de esta naturaleza, así como el asegurarse de la reunificación familiar establecido en el artículo 10; los traslados ilícitos regulado en el artículo 11 y la puesta en marcha de cuidados especiales y alternativos cuando la familia no esté permanente o temporalmente, regulado en el artículo 20, entre otros derechos que están orientados a asegurar un entorno protector a la infancia bajo estas circunstancias. Este conjunto de medidas toman en cuenta la corresponsabilidad del Estado, la familia y el entorno comunitario en la protección efectiva de la infancia en condiciones de emergencia o desastres naturales”.4

Otros organismos internacionales y de ayuda humanitaria también promueven la protección de los niños/as y adolescentes en situaciones de desastre, entre ellos, Save The Children, el Instituto Interamericano del Niño, Unicef y el proyecto Esfera, quienes recomiendan a los Estados estrategias y acciones dirigidas al diseño e implementación de gestiones para la reducción de riesgos de desastre y ser más eficientes antes, durante y después del evento.

El imperativo y compromiso para garantizar la validez y el cumplimiento de los derechos tanto en situaciones normales como en emergencia se orienta a la continuidad de los procesos de desarrollo y sus actividades en la sociedad a corto, mediano y largo plazo.

En este contexto, desde el año 1965 nuestro país, dispone de una normativa legal y administrativa que sustenta la actual institucionalidad en materia de desastres y emergencias, dirigida al diseño, articulación, ejecución y evaluación de acciones de prevención, de preparación, de mitigación y de alerta temprana. Entre ellas, la creación y funcionamiento de la Oficina Nacional de Emergencia (ONEMI), dependiente del Ministerio del Interior y Seguridad Pública.

En particular, el decreto Nº 156 del Ministerio de Interior, año 2002, define el Plan Nacional de Protección Civil, cuyo objetivo es “Disponer de una planificación multisectorial en materia de

1 Minuta Técnica: Insumos para Política de ONEMI. Área Intersectorial, Departamento Protección de Derechos, 2012.

2 Convención sobre los Derechos del Niño. Naciones Unidas, 1989. 3 "Derechos De Los Niños, Niñas Y Adolescentes En Situaciones De Emergencia", disponible en http://bvpad.indeci.gob.pe/download/eventos/CD_Taller_DNNA_SE/documentos/Documento%20de%20Marco%20conceptual%20y%20metodol%C3%B3gico.pdf 4 Instituto Interamericano del niño, la niña y el adolescente. Nota Informativa Nº 01/10. 4Protección de los Niños, Niñas y Adolescentes Bajo Condiciones de Desastre Natural.

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Protección Civil, de carácter indicativo, destinada al desarrollo de acciones permanentes para la prevención y atención de emergencias y/o desastres en el país, a partir de una visión integral de manejo de riesgos”. Este instrumento “busca potenciar las capacidades preventivas, sin descuidar el continuo perfeccionamiento de las actividades de preparación y atención de emergencias o desastres, pasando a constituirse en un instrumento indicativo para la gestión descentralizada, de acuerdo a las específicas realidades de riesgos y de recursos de cada área geográfica del país.”

Por su parte, en el año 2012 se crea la Plataforma Nacional para la Reducción del Riesgo de Desastres, coordinada por ONEMI “mecanismo de coordinación nacional y multisectorial de coordinación, análisis y asesoría en torno a las áreas prioritarias que requieren de acciones concertadas en reducción del riesgo de desastres5” (RRD), instancia a la que SENAME se integra el presente año. Al respecto, la base para el trabajo de este dispositivo, es el instrumento denominado “Marco de Acción de Hyogo para el 2005-2015: aumento de la resiliencia de las naciones y las comunidades ante los desastres” (MAH), firmado por 168 países, el cual establece 5 prioridades de acción orientadas al tratamiento de la gestión de riesgo.

Como es sabido, el 27 de febrero del año 2010, la zona centro sur del país se vio afectada por un terremoto con resultado de tsunami en algunas localidades, observándose con posterioridad la escasez de políticas y/o medidas planificadas y consensuadas para la protección de la población infantil y la recuperación del ejercicio de sus derechos, tanto a nivel de organismos públicos como de la sociedad civil.

El 01 de abril de 2014, un nuevo terremoto afecta al país, particularmente a las regiones de Arica- Parinacota y Tarapacá; en esta oportunidad, sin duda, la población en general estaba mejor preparada, lo que no implica que la organización, los sistemas, procedimientos y recursos disponibles no deban revisarse y perfeccionarse a la luz de esta nueva experiencia.

Por ello, como Servicio encargado de la protección y atención especializada a niños, niñas y adolescentes vulnerados en sus derechos, se ha estimado necesario entregar orientaciones técnicas a los equipos encargados de cumplir con estos objetivos en las 4 líneas de la oferta de la red SENAME (residencial y ambulatoria, Ley Nº 20.032), con especial énfasis en los centros residenciales, a fin de que planifiquen, determinen y organicen de la mejor manera posible sus recursos humanos, materiales y estructurales, y cuyas acciones sean concordantes con las políticas regionales respecto a la protección ante riesgos de desastres , según corresponda. De este modo, se espera contar con acciones preventivas y de enfrentamiento, apropiadas y oportunas, que eviten riesgos innecesarios sobre-intervenciones y victimización secundaria, mediante acompañamiento y atenciones coordinadas, de acuerdo a su edad, género, etapa de desarrollo en que se encuentran y su cultura, con el propósito de contribuir a su seguridad física y respeto de sus derechos, durante la ocurrencia de un desastre y, en especial, a la recuperación de su salud en la fase de “normalización” de su vida.

Simultáneamente se espera contribuir al fortalecimiento de una cultura de prevención y preparación, tanto para enfrentar catástrofes como para la recuperación, informando y promoviendo la participación de los niños, niñas y adolescentes, considerando que uno de los resultados de la Encuesta Visión de Primera Línea realizada por ACHNU/PRODENI en el año 2011 , fue que “las comunidades locales manifiestan manejar poca información para reaccionar ante desastres y no ser involucradas en las políticas de prevención, siendo excluidos sobre todo los niños, niñas y jóvenes.6”

Para ello, se ha estimado pertinente revisar documentos elaborados por organismos de Ecuador, San Salvador, Brasil, Colombia y Chile; en particular, desde ONEMI, Unicef, el Instituto Interamericano del Niño, Colegio de Psicólogos de Chile, Colegio de Ingenieros de Chile y el propio Servicio Nacional de Menores, entre otros; insumos técnicos que han contribuido al diseño de los lineamientos.

El presente documento corresponde a una actualización y perfeccionamiento de la Orientaciones remitidas con fecha 07 de Marzo del presente año, a través del memorando Nº 192, por tanto, se

5 Documento: Plataforma Nacional de Reducción del Riesgo de Desastres. Portafolios Institucionales. ONEMI, 2013. 6http://www.achnu.cl/2011/05/05/encuesta-revela-como-evaluan-los-chilenos-la-capacidad-institucional-de-municipios-para-la-reduccion-de-riesgos-de-desastres/

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entienden complementarias a las orientaciones vigentes, socializadas según Memorando Nº 267-A del 26 de enero del año 2009 del Director Nacional a las Direcciones Regionales7 y las Orientaciones Técnicas para la actualización de planes de emergencia de los centros de administración directa del Servicio, año 2013, elaboradas por la Unidad de prevención de riesgos y salud laboral. Finalmente señalar que el documento se estructura considerando objetivos, principales conceptos aludidos y pertinentes de destacar y tres ejes principales: acciones preventivas o preparatorias, respuestas recomendables durante la ocurrencia de una emergencia, y acciones post evento. Complementario a lo anterior, se ha dedicado un apartado a la acción de voluntariado, la presentación de diagramas, la bibliografía revisada, y anexos referidos a registros y documentos.

II. OBJETIVOS

Objetivo General: Contribuir a la protección de los derechos de los niños, niñas y adolescentes usuarios de centros residenciales y programas ambulatorios de la red Sename en situaciones de desastres, minimizando riesgos y vulneraciones, en especial, en la fase de recuperación de la normalidad, incluyendo su seguridad física y su salud mental cuando se encuentre al cuidado de un organismo colaborador y/o administración directa.

Objetivos Específicos: 1.- Disponer de una guía consensuada para reconocer y minimizar riesgos, adoptando medidas preventivas y reactivas que permitan enfrentar catástrofes de manera organizada, resguardando la seguridad de los NNA atendidos en proyectos ejecutados directamente por el Estado y por instituciones colaboradoras acreditadas. 2.- Entregar lineamientos que contribuyan a la recuperación progresiva de la salud física y mental de los niños, niñas y adolescentes víctimas de situaciones de desastres, y a la reducción del impacto. 3.- Apoyar la identificación de recursos humanos, materiales, institucionales y comunitarios disponibles para enfrentar una emergencia.

III. ALCANCES

Los contenidos del presente documento serán considerados en la gestión y planes anuales de trabajo de los centros de administración directa de la línea protección de derechos, centros residenciales y las modalidades de programas ambulatorios ejecutados en convenio con organismos colaboradores acreditados. Tal como se ha señalado, se entenderá complementario a los lineamientos entregados por el SENAME en materia de seguridad, protección y resguardo de los derechos de los niños, niñas y adolescentes usuarios de los proyectos. Es tarea de los equipos técnicos una apropiada operacionalización y cumplimiento, a través de los respectivos planes de emergencia y otras acciones que, en conjunto con la institución colaboradora, las Direcciones Regionales y actores

7Los documentos socializados según Memorándum N° 267 a instituciones colaboradores de la línea centros residenciales

son los siguientes: “Formato de Plan de Emergencia y orientaciones frente a incendios, sismos”, “Pauta de evaluación/autoevaluación condiciones mínimas de seguridad” e Instructivo de aplicación, “Requerimientos en materia de extintores portátiles.”

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regionales y/o locales, sean necesarias de implementar, según la realidad de cada centro o proyecto, y/o la magnitud de un eventual desastre. En síntesis, como ya se ha señalado se espera contribuir a crear y/o fortalecer una conducta segura, habitual y empoderada en los equipos técnicos mediante el desarrollo de una diversidad de acciones a seguir ante una catástrofe natural.

IV. CONCEPTUALIZACIÓN

A lo largo de los años, la gestión pública y privada en situaciones de desastres y/o catástrofes ha incorporado y/o fortalecido algunos conceptos que permiten identificar y contextualizar de forma más adecuada estos fenómenos, los procesos desarrollados y los mecanismos posibles de adoptar; por ello, se estima relevante que los equipos técnicos los manejen, para contribuir a un mejor abordaje, caracterización y focalización de los recursos.

DESASTRES: Una seria interrupción en el funcionamiento de una comunidad o sociedad que ocasiona una gran cantidad de muertes al igual que pérdidas e impactos materiales, económicos y ambientales que exceden la capacidad de la comunidad o la sociedad afectada para hacer frente a la situación mediante el uso de sus propios recursos.8 Entre ellos, inundaciones, sequías severas, terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas, alud, tormentas, tormentas de arena.9

CATÁSTROFE: Es una situación de una alteración tal que resultan insuficientes los medios y recursos del nivel nacional, siendo requerido el aporte de la comunidad internacional.10

EMERGENCIA: Evento o incidente causado por la naturaleza o por la actividad humana que produce una alteración en un sistema, la cual no excede o supera su capacidad de respuesta.11

ALERTA: Estado de vigilancia y atención, indica mantenerse atento. Por ejemplo, posibles vientos huracanados, fuertes precipitaciones, nevazones, otros fenómenos debiéndose tomar todas las precauciones necesarias para que provoquen el menor daño posible. La alerta puede ser: Interna, Externa o de Origen Natural.12

ALARMA: Aviso de ocurrencia de un evento o incidente adverso o destructivo, por tanto su activación significa ejecutar las instrucciones para las acciones de respuesta” Ejemplos de ella son: alarmas, sirenas, timbres. Se deberá actuar según el Plan de Emergencia.13

AMENAZA: Se concibe como un factor externo de riesgo, representado por la potencial ocurrencia de un suceso de origen natural o generado por la actividad humana, que puede manifestarse en un lugar específico, con una intensidad y duración determinadas14. Ejemplo, ocurrencia de terremoto en una zona costera.

VULNERABILIDAD: Se concibe como un factor interno de riesgo de un sujeto, objeto o sistema expuesto a una amenaza, que corresponde a su disposición intrínseca a ser dañado.

MEDIDAS PREVENTIVAS: Todas aquellas acciones realizadas antes de que suceda cualquier evento, que permitan responder y actuar de manera preparada durante y post evento crítico, minimizando las consecuencias del suceso. Entre éstas pueden

8Plan Emergencias Y Desastres De La Secretaría Regional Ministerial De Salud, Región Metropolitana De Santiago. Diciembre 2011. 9 Según el Colegio de Psicólogos de Chile, la magnitud del terremoto y tsunami febrero 2010, provocó pérdidas humanas, daños graves a la infraestructura, desorganización individual y social e interrupción en los proyectos de vida. 10 Curso: “Operaciones de Emergencias Sectorial”. Academia de Protección Civil, ONEMI, año 2014. 11 Idem 12 Plan de Seguridad Escolar, ONEMI, año 2011. 13

Idem 14 Plan Nacional, Instrumento Indicativo para la Gestión Integral Decreto N° 156, 12 de marzo de 2002.

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mencionarse: la disponibilidad y socialización del Plan de Emergencias, el desarrollo o participación en simulacros, el cumplimiento de los estándares mínimos de la infraestructura e instalaciones, el aprovisionamiento de alimentos, la existencia de un kit de emergencia, provisiones adicionales de supervivencia y un botiquín de primeros auxilios, entre otros.

ACCIONES DE CONTINGENCIA: Conjunto de medidas que se adoptan para atender una situación de emergencia, desastre o catástrofe. Entre otras, cabe mencionar las medidas adoptadas por la autoridad nacional o regional, como la acción de las fuerzas armadas.

MITIGACIÓN (MEDIDAS DE MITIGACIÓN): Actividades adoptadas para reducir la severidad o las consecuencias de una emergencia15. Por ejemplo, evacuaciones, el traslado de familias, niños, niñas y adolescentes a un albergue.

INTERVENCIÓN EN CRISIS: Proceso que sirve para ayudar a una persona o familia a soportar un hecho traumático, con el objeto de aminorar las consecuencias poco saludables o desorganizantes, y haya una mayor probabilidad de crecimiento16, en los distintos niveles de la intervención: primera ayuda a otras de mayor complejidad.

PARTICIPACIÓN DE LOS NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES: Entendido como “el derecho - asumido como capacidad - de opinar ante otros y con otros. De hacer que sus voces sean tomadas en cuenta seriamente y de asumir responsablemente, según su grado de madurez y desarrollo, decisiones compartidas en asuntos que afectan sus vidas y las de sus comunidades. Es decir, poder opinar, decidir y actuar organizadamente”. Para que esto sea posible se requiere que los adultos generen las condiciones para que ellos confíen en sí mismos y puedan expresar sus opiniones y decisiones respecto a los asuntos que les competen, de acuerdo a la etapa del ciclo evolutivo en el que se encuentra, considerando el principio de autonomía progresiva.17

PROTECCIÓN CIVIL, entendida como la protección a las personas, a sus bienes y ambiente ante una situación de riesgo colectivo, sea éste de origen natural o generado por la actividad humana. Es ejercida por un sistema integrado por organismos, servicios e instituciones, tanto del sector público como del privado, incluyendo a las entidades de carácter voluntario y a la comunidad organizada, bajo la coordinación de la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior y Seguridad Pública, ONEMI18. Se sustenta en dos principios: a) Ayuda Mutua, las personas e instituciones requieren trabajar en equipos multidisciplinarios e interinstitucionales en el diseño y establecimiento de programas de Seguridad y Protección Civil, y b) Empleo Escalonado de Recursos, es decir, la utilización eficiente de los medios disponibles.

PROTECCIÓN INTEGRAL A NIÑOS NIÑAS Y ADOLESCENTES EN SITUACIONES DE EMERGENCIA: Conjunto integrado de acciones y/o medidas preventivas y proteccionales necesarias de activar para enfrentar y/o responder ante eventuales situaciones de emergencia, según cada una de las modalidades de atención de la oferta SENAME, que buscan asegurar el derecho de los niños, niñas y adolescentes a protección física y emocional, especialmente, de aquellos que han experimentado la vivencia de fenómenos estimados desastres.

V. EJES DE LOS LINEAMIENTOS ESTRATÉGICOS.

La Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior y Seguridad Pública (ONEMI) “es el organismo técnico del Estado de Chile encargado de la coordinación del Sistema Nacional de Protección Civil. Su misión es planificar, impulsar, articular y ejecutar acciones de prevención, respuesta y rehabilitación frente a situaciones de riesgo colectivo, emergencias, desastres y

15

Bases Para Una Política De Gestión De Riesgos De Desastres En Chile. Instituto de Ingenieros de Chile. 2013 16 Manual de intervención en crisis para niños y niñas en situaciones de desastre. ACISAM, UCA, W VISION, UNICEF 17 Anillas y Pauccar (2006) citado en Minuta Técnica sobre Participación, Departamento Protección de Derechos. 2013. 18 Idem

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catástrofes de origen natural o provocados por la acción humana”. Es decir, es el organismo encargado de diseñar la política pública en esta materia, no obstante, como estructura su alcance es hasta el nivel regional. En el ámbito regional y local quienes operan, recogiendo dichos lineamientos, son las Intendencias, Gobernaciones y Municipios. Hoy en día, Chile cuenta con una Política Nacional en Gestión del Riesgo de Desastre, publicada en Diciembre de 2014, luego de un trabajo colaborativo realizado por servicios públicos y la sociedad civil, en el marco de la Plataforma Nacional, cuya finalidad es “brindar al Estado de Chile de un instrumento o marco guía que permita desarrollar una gestión integral del riesgo de desastre, donde se articulen la política general con las políticas transversales y las políticas sectoriales, y en donde se lleven a cabo las acciones de prevención, respuesta y recuperación ante desastres, dentro del marco del desarrollo sustentable”.19 De este documento se desprenden los tres ejes fundamentales de acción de los lineamientos que a continuación se entregan: fase preventiva, fase de reacción y de recuperación. V.1. Fase preventiva o preparatoria:

En esta etapa se busca que cada unidad de desempeño evalúe su condición y disposición actual de recursos (humanos, estructurales y materiales), permitiendo con esto, determinar falencias y virtudes internas, locales y regionales, y con ello, poder planificar, definir y estandarizar acciones para enfrentar desastres naturales, que sean pertinentes y ajustadas a cada realidad, y en coherencia con el marco internacional referido a gestión de desastres y protección de los niños, niñas y adolescentes. Para lograr lo anterior, se debe: analizar y establecer la vulnerabilidad del centro, identificar y conocer a los actores regionales y locales y sus políticas frente a desastres, identificar y conocer el entorno familiar de usuarios, identificar y conocer voluntarios/as, elaborar registros y bases de datos, elaborar plan de emergencias, capacitar al personal, mantener provisiones de emergencia, entre otros.

Se recomienda la utilización de la Metodología AIDEP20 para el diagnóstico de la realidad, riesgos y recursos, compuesta por las siguientes etapas, las que encuentran descritas dentro de las Orientaciones del Plan de Emergencia SENAME:

Análisis Histórico ¿Qué nos ha pasado?

Investigación Empírica ¿Dónde y cómo podría pasar nuevamente?

Discusión de Prioridades ¿Qué nos puede provocar más daños?

Planificación Integral (plan de emergencia) o Programas y Proyectos de Prevención y Mitigación o Programas o Planes Operativos de Respuesta

V.1.a. Análisis de vulnerabilidad:

Determinar en base a la observación, reconocimiento y estudio de las condiciones de riesgos que presenta el establecimiento, tanto a nivel interno como externo, los peligros potenciales y aquellas situaciones que pudieran considerarse especiales durante una emergencia, ya sea por sus consecuencias o daños que puedan provocar a los niños, niñas, al personal, instalaciones y/o equipos. Como medida preventiva es conveniente la certificación de los servicios básicos. Debe tener definido un establecimiento alternativo para la atención de niños y niñas, validado por la Dirección regional de SENAME, previa coordinación y acuerdo con las respectivas instituciones, en caso que se deba evacuar día y noche, a propósito de que su ubicación o condición los exponga a riesgos propios del evento, el que deberá reunir condiciones básicas de funcionamiento para albergar transitoriamente este grupo. Así también, se debe considerar recurso humano y material

19 Política Nacional en Gestión del Riesgo de Desastre. ONEMI. 2014. 20

Decreto 156 de 2002, Plan Nacional de Protección Civil, Metodología de Gestión; Orientaciones Técnicas para la actualización de Planes de Emergencia SENAME, año 2013

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extraordinario que sea necesario para resguardar la protección de los niños y niñas, y sus derechos.

Para tales efectos, se debe tener en cuenta:

a) traslado a las instalaciones de un proyecto de la red SENAME solo para pernoctar, b) traslado a un proyecto de la red SENAME para permanecer las 24 horas, c) traslado a albergue solo para pernoctar y d) traslado a albergue por las 24 horas.

Para el caso de residencias de lactantes y preescolares podrían considerarse como establecimientos alternativos la infraestructura especializada como jardines infantiles del ámbito público o alguno que pueda disponer el organismo colaborador. Es pertinente que el director/a de cada residencia informe a los Jueces Presidentes de Tribunales de Familia con copia a la respectiva Dirección Regional, la ubicación del inmueble secundario o alternativo, en caso de destrucción parcial o total o ante necesidad de evacuación de la residencia. Ello en virtud del artículo 78 de la ley 19.968 y para que se hagan efectivas las órdenes de ingreso tras el desastre. Respecto a los proyectos ambulatorios, se estima pertinente que en sus Planes de Emergencia también se considere alternativas como punto de funcionamiento, en caso de que el inmueble sufra daños parciales o totales. Ello, permitirá garantizar condiciones mínimas para el desempeño de las funciones del personal, sobre todo que proyectos como las Oficinas de Protección de Derechos de la Infancia (OPD), deben ponerse a disposición de los Municipios dentro de las primeras 24 horas de ocurrido un evento, y los proyectos especializados, en particular, en explotación sexual comercial infantil, niños y niñas en situación de calle y reparación del maltrato, deben activar de inmediato las medidas previamente acordadas en dicho Plan, para ubicar a cada niño, niña o adolescente atendido y constatar que se encuentra en condiciones protegidas. También deberán considerar en sus Planes de Emergencia como se organizarán para entregar condiciones seguras a los respectivos adultos responsables y a aquellos niños, niñas y adolescentes que, al momento de ocurrencia de un evento, pudiesen encontrarse en actividades institucionales en dependencias del proyecto o fuera de éstas. Las residencias y centros de administración directa informarán al Tribunal de Familia la situación de los niños, niñas y adolescentes, y según corresponda, solicitarán el desarrollo de gestiones; les comunicarán las condiciones de la infraestructura y la disponibilidad de recursos materiales. Las modalidades ambulatorias, lo harán en los casos que corresponda, incluyendo la solicitud de medidas de protección.

V.1.b. Identificación de los actores regionales y locales, y sus políticas frente a desastres:

Establecer contacto formal con el encargado de la Dirección Comunal de Protección Civil y Emergencias instalado en los respectivos Municipios, con la finalidad de que esta instancia identifique y reconozca la existencia y los servicios que entrega el proyecto ambulatorio o centro residencial, solicitando convocatoria a toda iniciativa comunal que trate la prevención de riesgos debido a situaciones catastróficas, a través de acciones específicas que se planifiquen (por ejemplo, participación en simulacros regionales) y/o funcionamiento de mesas o comités técnicos sectoriales. Realizar un catastro de servicios comunitarios, incluyendo datos de identificación de encargados de los diversos departamentos y unidades de la respectiva Municipalidad y Catastro de voluntarios. Establecer contacto con la Dirección Regional de ONEMI, para la adecuada coordinación, entre los organismos e instituciones integrantes del sistema regional de protección civil y en la comunidad de las visiones, estrategias y acciones de prevención tanto de ONEMI como de SENAME.

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Mantener con ONEMI Regional un directorio de contactos institucionales con su respectivo plan de ubicación y llamado fuera de las horas de servicio, cuando corresponda, el que deberá actualizarse continuamente.

V.1.c. Identificación de los usuarios, entorno familiar y registros: Cada centro debe completar y disponer de una:

a. Matriz con datos de identidad de los niños, niñas y adolescentes y de los adultos responsables, incluido Run, domicilio y un teléfono para contacto (ver formato en anexo nº 3)

b. Matriz con datos de identidad del personal (ver formato en anexo nº 4) c. Matriz con datos de representantes de la Institución Colaboradora y Dirección

Regional de SENAME

Es pertinente que tanto los programas ambulatorios como residenciales dispongan de una carpeta exclusiva para archivar documentación asociada a temas de emergencias y desastres, que incluya al menos los registros descritos en este documento, entre otros, el plan de emergencias actualizado y sus respectivas actividades asociadas para su operatividad, informes técnicos de Bomberos, informes técnicos de la Mutualidad, matrices de identificación de los niños, niñas y adolescentes atendidos y sus familias, etc. Se recomienda contar con doble acceso a la información (papel y digital), disponible tanto en el Centro como en dependencias de la Dirección Regional, como respaldo en caso de incendios u otro tipo de emergencia, a fin de minimizar el riesgo de pérdida de la información. Se sugiere además, mantener respaldada toda la información en un disco duro externo, el cual debe encontrarse en poder del director/a del establecimiento, con carácter de información confidencial.

V.1.d. Elaboración de un plan de emergencias: Los centros de administración directa de la línea protección del derechos del Servicio, los centros residenciales y modalidades de programas ambulatorios ejecutados en convenio con organismos colaboradores acreditados, junto a sus respectivos equipos técnicos y usuarios, con la asesoría de un experto en prevención de riesgos, deben elaborar un plan de emergencias que permita enfrentar de manera organizada eventos críticos, buscando la seguridad y apropiado control de los riesgos que podrían afectar a niños, niñas y adolescentes y al propio equipo, creando y potenciando conductas seguras, habituales y empoderadas respecto a las acciones a seguir ante un evento natural o provocado.

El Plan debe contemplar acciones dirigidas a la protección de los niños, niñas y adolescentes atendidos (tanto modo residencial como ambulatorios) y a la organización del personal, al menos en las siguientes circunstancias, según corresponda: a) el evento se desencadena durante la noche, b) fin de semana o festivo, c) en horas del día en que está presente toda la población y personal y d) en horas diurnas en que un grupo de niños/as se encuentre fuera de la residencia (por ejemplo, en jardín infantil, en escuelas u otras actividades externas) y otro, pueda hallarse en dependencias del centro.

Cabe señalar que no basta solo con la elaboración del documento, sino que también, se hace necesario operativizarlo, es decir, llevar a la práctica sus indicaciones. Para ello, se necesita que cada establecimiento programe y realice al menos las siguientes actividades:

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1. Reunirse mensualmente los equipos directivos con el personal, a fin de ir tratando temas referentes a seguridad de cada establecimiento.

2. Revisar y actualizar el plan de emergencias, al menos una vez al año. 3. Es pertinente que este Plan sea compartido con la Compañía de Bomberos y Unidad

Policial más cercana para conocimiento y, en lo posible, retroalimentación. Este contacto debiese realizarse al menos dos veces al año a fin de mantener actualizados los datos de ambas contrapartes institucionales, incluyendo el nombre de los respectivos subrogantes.

4. Sociabilizar el plan de emergencias al 100% del personal, a través de una reunión u otro mecanismo presencial para que todos estén en conocimiento de sus acciones y responsabilidades al momento de una emergencia.

5. Realización de simulacros de emergencia, a lo menos dos veces al año: realizar ejercicios simulados para corregir aquellas falencias detectadas en el ejercicio y potenciar aquellas acciones que se evidencian como correctas. Se requiere mantener un registro actualizado de estas prácticas (ej: libro de acta foliado, etc.)

6. Elaborar y actualizar planos para la evacuación y ubicación de zonas de seguridad internas y externas, equipos de extinción de incendios, y matrices de suministros básicos (agua, luz, gas)21. Los centros deben contar con la certificación de servicios básicos: agua potable y alcantarillado, energía eléctrica y gas.

7. Revisión y mantención periódica del estado de la infraestructura, equipamientos y servicios: aplicación de pauta de cotejo mensual, documento que da cuenta de la cantidad y estado en que se encuentra los ítems consultados, sus medidas de corrección, fecha y responsables de cumplimiento.

8. Capacitar al personal en temas de situaciones de emergencias, atención a los niños, niñas y adolescentes, además del uso y manejo de equipos de emergencia (ej.: extintores).

Los proyectos ambulatorios, incluirán en el Plan de Emergencia los puntos de encuentros entre los niños/as y sus familias en caso de alerta de tsunami u otro evento que implique evacuar las instalaciones, junto con socializar con ellos dicho Plan. Asimismo, deberán tomar medidas preventivas en caso de asistencia con los niños, niñas y adolescentes a actividades masivas para el contacto con los adultos responsables.22 A este tipo de actividades, el equipo técnico deberá siempre portar un botiquín de primeros auxilios transportable23 y el listado de teléfonos de contacto del personal, voluntariado y alumnos en práctica. Se sugiere que los organismos colaboradores estudien la factibilidad de incorporar en los contratos de quienes se desempeñarán como “brigadistas de emergencia” su actuación en tales situaciones, a fin de asegurar su protección mediante la ley Nº 16.744 de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales.

21

Pauta de Evaluación/Autoevaluación Condiciones Mínimas de Seguridad Centros Residenciales, Departamento Protección de Derechos, Sename, Julio 2011 22 Los proyectos ambulatorios de la región de Tarapacá, han propuesto que los documentos que registran la autorización del niño, niña o adolescente a la actividad, incluya la actualización de números telefónicos de contacto. 23 Suero fisiológico, bicarbonato de sodio común, analgésicos, alcohol para limpieza de superficies y desinfección de materiales, apósitos estériles y algodón, tela adhesiva, parches curita, gasa esterilizada, tijeras punta roma, jabón gel antiséptico, guantes de procedimiento, pinzas comunes, tablillas de cartón o madera para inmovilizar, vendajes en triangulo, alfileres de gancho.

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Anexo a este documento, se incorporan las orientaciones técnicas para la elaboración de un plan de emergencias para los centros de administración directa de SENAME (línea protección de derechos), el cual puede ser utilizado como referencia para las residencias y centros ambulatorios, en la elaboración de su propio plan, el cual puede ser complementado por la Metodología ACCEDER24 de la ONEMI, que comprende los siguientes ítems:

Alerta/Alarma

Comunicaciones

Coordinación

Evaluación Preliminar

Decisiones

Evaluación Secundaria

Readecuación del Plan

V.1.e. Preparación del personal:

Capacitación del personal respecto a tres momentos (a responsabilidad del Director/a del proyecto o centro):

1. Rol y tareas a cumplir en la fase preparatoria o preventiva respecto de los niños, niñas y adolescentes atendidos, la infraestructura, el equipamiento, las coordinaciones internas y externas, entre otras; Dentro de la definición de roles, en el ámbito de la infraestructura se hace necesario definir el personal con las competencias adecuadas a cargo de la revisión y corte de elementos de riesgo en el ámbito de las instalaciones, tales como el corte del suministro eléctrico, corte de suministro de instalaciones de gas u otros, en caso que sea necesario por los riesgos asociados en los casos de eventos críticos.

2. Orientaciones para la respuesta durante la ocurrencia de eventos, incluyendo el fortalecimiento de su propia resiliencia y capacidad de autocontrol para interactuar adecuadamente con los niños, niñas y adolescentes a su cuidado, mostrando conductas que infundan confianza y seguridad , y finalmente

3. Rol y tareas prioritarias a tener presente en la etapa de recuperación, incluyendo la formación del equipo para la intervención y contención de niños, niñas y adolescentes en situaciones de emergencias, incluyendo el reconocimiento de síntomas post traumáticos.

Se sugiere que el personal pueda rotar al menos una vez al año en los roles o funciones a desempeñar, dentro de un marco definido de tareas, especialmente, en las de mayor responsabilidad, ello podría permitir que, tanto en ejercicios como en eventos reales, puedan estar preparados proactivamente para desempeñar una u otra tarea. Para los puntos 1 y 2, se sugiere solicitar asesoría permanente y capacitación a Bomberos y/o al organismo administrador del Seguro Obligatorio de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales convenido por la respectiva institución colaboradora: ACHS, Mutual de Seguridad u otra, según corresponda, incluyendo ejercicios prácticos de los Planes de Emergencia, los cuales debieran dar claridad frente a la diversidad de posibles situaciones de riesgo (sismos, tsunamis, incendios, entre otros).

V.1.f. Preparación de los niños, niñas y adolescentes:

La elaboración del plan de emergencias debe contar con la participación de los niños, niñas y adolescentes atendidos. Una vez sancionado el Plan es necesario socializarlo con éstos, y realizar simulacros semestrales de evacuación hacia zonas seguras del establecimiento en diversos momentos de la rutina.

24

Decreto 156 de 2002, Plan Nacional de Protección Civil, Planificación ACCEDER para el Manejo de Emergencias y Desastres.

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El objetivo es informarles y prepararles ante la ocurrencia de emergencias y/o desastres, para que, a través de distintas técnicas, puedan saber qué hacer y cómo actuar apropiadamente; de este modo, complementariamente, el equipo contribuirá al desarrollo y/o refuerzo de conductas resilientes y de autoprotección. Los equipos técnicos de residencias y proyectos ambulatorios que atienden a niños, niñas y adolescentes con capacidades diferentes , adaptarán metodologías para trabajar este tema y, en especial, el personal de su cuidado directo deberá tener presente que es probable que algunas instrucciones, por dificultad auditiva, intelectual u otra podrían no ser comprendidas por éstos. Con aquella población que presente dificultades o impedimentos para desplazarse por sí misma, se incrementarán los esfuerzos por mantener siempre libres de obstáculos las zonas donde pernocten los niños, niñas y adolescentes o desarrollen sus rutinas diurnas, además, se mantendrán identificadas las personas encargadas de su traslado ante una emergencia. Para lo anterior, el equipo técnico debe comprender los factores que inciden en la ocurrencia de un fenómeno, distinguir tipos de desastres e identificar y dimensionar las vulnerabilidades a las que están expuestos los niños/as y adolescentes25. Finalmente, recordar que la protección y seguridad de los niños, niñas y adolescentes ha de considerar los enfoques de derechos, en particular, igualdad de género, equidad e inclusión, interculturalidad, ciclo de vida y una perspectiva holística. V.1.g. Stock de emergencia: Los centros residenciales, deben garantizar una reserva de alimentos, vestimentas, techo de emergencia y condiciones sanitarias, en caso de que la situación sea tal, que impida continuar con el desarrollo normal de las funciones una vez ocurrido. En este caso, se recomienda:

1. Definir con profesional nutricionista, un listado de alimentos no perecibles y minutas de emergencias, según grupo etario, que permita alimentar al menos una semana los NNA de cada residencia.

2. Disponer de al menos 2 lts. de agua potable por persona/día por al menos una semana, para beber, saneamiento e higiene.

3. Generar un procedimiento de revisión y recambio de productos almacenados, a fin de no disponer alimentos de emergencia vencidos o próximos a vencer sin ser consumidos.

4. Disponer de frazadas y una tienda de campaña o carpa en cantidad o superficie suficiente para resguardar la salud de NNA, en caso que el evento suceda durante la noche o con un clima adverso.

V.1.h. Recursos para la emergencia:

Cada establecimiento debe contar con un Gabinete de Seguridad26 para el resguardo del equipamiento básico de emergencias, que permita optimizar una intervención temprana y/o disminuir posibles daños que un evento pudiera ocasionar. Asimismo, debe mantener operativas las vías de evacuación, salidas de emergencias, zonas de seguridad, así como también, las alarmas y señales de seguridad, considerando las condiciones especiales de niños, niñas y adolescentes, según sea el caso. La oferta residencial de lactantes y pre escolares debe contar con carro de arrastre o cuna de emergencia que facilite la evacuación de éstos.

25 Instituto Interamericano del Niño, Curso Gestión de Riesgo del Desastre, Módulo 5: Resiliencia. Año 2013 26

Se entiende como un espacio protegido y exclusivo para el resguardo de los elementos básicos de seguridad para el control de emergencias (ej: extintores de respaldo, botiquín de emergencia, escalera, kit RCP, herramientas para ingreso forzado, megáfono, camilla con cuello inmovilizador, linternas, protección respiratoria, etc.), de fácil acceso, libre de obstaculizadores para acceder en forma rápida, el cual deberá estar debidamente señalizado.

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V.1.i. Identificación de los responsables del cumplimiento de las diversas tareas preparatorias y de actuación, incluyendo nombre de los posibles reemplazantes, durante una eventual situación de emergencia natural: Definir flujo de información detallada para las comunicaciones internas (organización de la emergencia en cada residencia) y externas (coordinación con organismos de apoyo, familiares, etc.). Es importante que los equipos realicen un ordenamiento interno para la asignación e identificación de responsables para cada una de las acciones establecidas en el Plan de Emergencia. V.1.j. Identificación del voluntariado27:

En situaciones de emergencia es dable que personas naturales o grupos organizados deseen solidarizar y contribuir, espontáneamente, con ayuda humanitaria a las víctimas; apoyo sin duda de gran valor que aparece relevado en el estudio del Instituto Interamericano del Niño, Sename y World Vision al señalar que representantes de la comunidad podrían cumplir “el rol de monitores o facilitadores, favoreciendo así la proactividad y co-responsabilidad respecto del bienestar de niños y niñas; y por otra parte, ejerciendo un rol contralor respecto de lo que sucede en sus territorios”28. Sin embargo, tratándose de acciones relacionadas con la atención de los niños, niñas y adolescentes, a través del cuidado directo y el desarrollo de actividades recreativas u otras muy necesarias en esta fase, es recomendable que los voluntarios/as sean seleccionados y catastrados previamente (ver formato en anexo nº 5), entendiendo que esta relación no será “habitual” y que no existe por parte de la institución colaboradora la intención de contratarla. Los voluntarios que, excepcionalmente, dada la emergencia apoyen en el cuidado directo de niños, niñas o adolescentes siempre deberán hacerlo en calidad de apoyo, acompañando al personal encargado de esta función, en ningún caso asumirán la atención directa que le compete al personal contratado. El proyecto y centro residencial siempre mantendrá en reserva los antecedentes psicosociales de cada uno de los niños, niñas y adolescentes atendidos. Al respecto, el Servicio en su “Documento Temático para Centros Residenciales de Protección”, entrega las siguientes consideraciones que deben tener presentes las instituciones colaboradoras respecto a la incorporación de los voluntarios/a29: 1.- La incorporación de voluntarios/as en labores de gestión técnica o administrativa debe obedecer a una política institucional definida de reclutamiento, selección, orientación respetuosa de los derechos individuales y evaluación. 2.- El trabajo con voluntarios/as no puede sustituir las tareas del personal contratado para realizarlas. Éste constituye un apoyo o complemento a las actividades que requieren los niños/as que enriquece la labor, pero no puede reemplazarlo. 3.- Toda institución que incorpora voluntarios/as, debe mantener un registro formal con los antecedentes y documentación de las personas que lo integran. Estos perfiles de identificación y de habilidades deben ser debidamente conocidos por el equipo de intervención del centro residencial que supervisará el trabajo del voluntariado/a en caso que se compenetre con alguna de sus funciones.

27

“Las políticas públicas deben fortalecer la capacidad de la comunidad local para prevenir, mitigar y responder ante un desastre. Estas políticas deben asegurar que la población tenga la capacidad de actuar de manera ordenada, con los recursos materiales, los conocimientos y los medios necesarios para enfrentar adecuadamente los riesgos de desastres y sus consecuencias. La participación ciudadana debe permitir la autonomía y la autogestión de las personas y las comunidades, excluyendo de esta manera el asistencialismo.” BASES PARA UNA POLÍTICA DE GESTIÓN DE RIESGOS DE DESASTRES EN CHILE. Instituto de Ingenieros de Chile. 2013 28 Informe Final Estudio De Casos Infancia Y Gestión Del Riesgo En Chile, Año 2012. IIN/SENAME/World Vision. 29 Documento Temático para centros Residenciales del Departamento de Protección de Derechos, SENAME, año 2011.

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4.- El trabajo de los voluntarios/as debe ser claramente planificado, controlado y evaluado y encontrarse inmerso en estándares de buenas prácticas para asegurar el bienestar general, físico y emocional de los niños/as y del personal del centro. 5.- La efectividad del trabajo de los voluntarios/as debe ser periódicamente revisada de la misma forma que los recursos en materia de personal y/o financieros involucrados en mantener y apoyar un sistema de voluntariado. Implica responsabilización en la selección de voluntarios/as de parte del nivel central de la institución y/o de la dirección del centro y del equipo profesional directa participación en la supervisión de sus tareas, materiales para actividades u otros recursos necesarios para el cumplimiento de sus labores etc. 6.- Por otra parte, una organización que incorpora voluntarios/as debe asegurar que éstos comprenden el propósito de la organización y tienen el conocimiento, destrezas y la capacidad para recibir la retroalimentación sobre el trabajo realizado para llevar a cabo de buena forma sus funciones. 7.- La institución colaboradora debe asegurar que incorpora la inducción y el monitoreo del voluntariado/a desde el enfoque de Derechos, relevando los principios fundamentales del sujeto, la participación, el derecho a vivir en familia, etc. Lo anterior compatibilizando con la visión y misión institucional en vistas de propiciar el mejoramiento continuo de los servicios prestados por el voluntariado. 8.- La Institución debe tener presente el principio de reserva de los antecedentes de los niños y niñas, por lo que la información que se comparta con los voluntarios/as, debe ser la estrictamente necesaria para comprender las necesidades y características de éstos en función de la labor que van a desempeñar. 9.- Consecuente con aspectos de la inducción y también de la reserva se estima que la institución debe dialogar con sus voluntarios/as acerca del fenómeno que atienden los proyectos en que se van a desempeñar en particular cuando se trate de residencias especializadas en explotación sexual, niños/as de calle, inimputables etc. Asimismo, como ya se ha señalado los voluntarios de cada centro, proyecto o institución debiesen conocer y saber aplicar el Plan de Emergencias, teniendo claridad de los procedimientos, de su rol como apoyo en esos momentos, a fin de que se constituyan en una real ayuda, en especial, en centros y proyectos que atienden a niños/as lactantes, preescolares y niños/as y adolescentes en situación de discapacidad. Entendiendo que la ocurrencia de un evento puede llegar a una magnitud considerable y podrían requerirse recursos humanos extraordinarios al personal y voluntariado seleccionado para cumplir algunas tareas específicas no relacionadas con el cuidado directo de los niños/as o adolescentes, podría ser pertinente aceptar el apoyo de personas vecinas al establecimiento, siendo esencial la presentación de su cédula de identidad. Un encargado del equipo técnico registrará los datos personales de dicho voluntario/a, la función desarrollada y el día y horario de su participación y supervisará su trabajo, el cual como ya se ha señalado no debe implicar atención directa a niños/as.30 Entre las redes de voluntariado nacional se puede mencionar a la Cruz Roja de Chile, la red Chile Voluntario (http://chilevoluntario.cl/) y la Red de Ayuda Humanitaria Chilena. V.2. Fase durante la ocurrencia de un desastre: Si bien la naturaleza y la intensidad de los eventos pueden ser diversos y, los riesgos e impacto en los niños, niñas y adolescentes probablemente no siempre sean predecibles, es fundamental que

30

El SENAME, en su Documento Temático para Centros Residenciales de Protección, entrega un conjunto de consideraciones que deben tener presente las instituciones colaboradoras respecto a la incorporación de voluntarios/as. Asimismo los convenios suscritos entre el SENAME y las instituciones colaboradoras refieren las condiciones del personal a contratarse.

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el personal encargado actúe acorde a lo establecido en el plan de emergencia, manteniendo y transmitiendo calma a los niños, niñas y adolescentes durante la evacuación y/o permanencia en las zonas de seguridad previamente definidas, evitando en lo posible entrar en pánico. Ello ayudará a minimizar los riesgos y las consecuencias en su salud física y mental, como en el estado emocional de los adultos encargados de su cuidado. La Alianza Internacional “Save The Children” afirma la importancia de la presencia y capacidad de los cuidadores de entregar el apoyo y la seguridad necesaria a los niños, niñas y adolescentes, relación que facilitaría el aumento de su resiliencia ante los efectos adversos provocados por una emergencia. En forma inmediata al inicio de una emergencia, el personal asumirá el rol operativo asignado, según el Plan de Emergencia definido, velando prioritariamente por la seguridad de los niños, niñas y adolescentes. El Director/a del proyecto coordinará las respuestas inmediatas y post evento que sean necesarias activar, entregando los reportes de la situación de manera oportuna, según esté definido. V.3. Fase de respuesta: Ante un desastre o catástrofe, y con la finalidad de coordinar la entrega oportuna de respuestas en una determinada área, corresponde al Mando de Autoridad (Alcalde, Gobernador, Intendente o Ministro del Interior, según corresponda) activar los Comités de Operaciones de Emergencia, a nivel nacional, regional provincial y comunal, representados por organizaciones sectoriales, técnicas, científicas, de servicios y comunitarias. Por su parte SENAME Regional activará su Propio Comité de Emergencia para coordinar la fase de recuperación de los centros CREAD, centros residenciales y proyectos ambulatorios.

V.3.a. Recuperación:

Los centros residenciales y ambulatorios, después de un evento, deben diferenciar dos tipos de recuperación: la del recurso humano y del recurso material.

En este contexto, los catastros comunales, el reconocimiento de los servicios sociales que se encuentren operativos, el mapa de redes, el contacto con los adultos responsables, las visitas domiciliarias, la elaboración de informes para tribunales de familia, y/o la eventual derivación a un sistema residencial validado por la respectiva Dirección Regional será responsabilidad, preferentemente, de los/as trabajadores/as sociales. Mientras que a los/as psicólogos/as les corresponderá efectuar las acciones de contención emocional con los niños, niñas y adolescentes y/o con las familias, evaluando posibilidad de desarrollar terapia reparatoria.

V.3.a.1. Recuperación del recurso material: El establecimiento debe definir en el plan de emergencias, particularmente en las acciones post evento, las gestiones y acciones pertinentes (conjuntamente con los responsables de aquello) para la evaluación y tratamiento estructural, según sea el caso, debiéndose verificar en compañía de personal competente, el estado de funcionamiento y ocupación del inmueble, equipamiento, alimentación, etc., determinando la factibilidad de volver a ocupar las instalaciones o si es necesario reubicar a los usuarios hasta su reparación y normalización, situación que deberá informar al organismo colaborador y/o Dirección regional, dentro de las primeras 24 horas de ocurrido el evento. Es necesario que los proyectos cuenten con el apoyo del respectivo Organismo Colaborador y actores de la Comunidad -bomberos, profesionales voluntarios- para el levantamiento de un Informe especializado sobre el estado y condiciones de habitabilidad del inmueble, especialmente, cuando presente zonas dañadas y la población se encuentre evacuada. Esto contribuirá a tomar decisiones que deberán compartirse con los niños, niñas y adolescentes y el personal, quienes

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podrán expresar su opinión. En el caso de los Centros de Administración Directa será la Unidad de Infraestructura e Inversiones del propio Servicio quienes realicen el Informe sobre las condiciones de habitabilidad del inmueble. Se deberá poner especial atención a la recuperación de los servicios básicos (agua, electricidad y

gases combustibles) de modo de que se garantice su correcto funcionamiento. V.3.a.2. Recuperación de los niños, niñas y adolescentes:

Las múltiples necesidades de los niños, niñas y adolescentes después de un terremoto u otros acontecimientos naturales, dependerán de un conjunto de factores. El tipo y complejidad del evento, el nivel de preparación para enfrentarlo, el impacto y daños provocados, la capacidad de organización institucional, sectorial y comunitaria, los recursos disponibles, entre otros; sin embargo, las respuestas que se entreguen a la niñez siempre considerarán el sentido de urgencia y oportunidad, y el interés superior de éstos. Al respecto, el estudio de Casos Infancia y Gestión del Riesgo en Chile, realizado en el año 2012 por el Instituto Interamericano del Niño, Sename y World Vision sobre las acciones realizadas con motivo del terremoto del 2010, señala que “los elementos más complejos de abordar, desde el punto de vista de los niños y niñas fueron: la asunción de pérdidas (en el caso de fallecimiento de familiares) y enfrentar temores traspasados por los padres ante las réplicas o nuevos sismos. Por ello, los programas deben contar con medidas o respuestas inmediatas ante determinadas situaciones, que para estos efectos denominaremos Plan de Reparación, entendido como intervenciones de proceso que requieren tiempo y cuyos resultados se observarán al mediano plazo. Este proceso, según organismos internacionales y la experiencia de las Unidades Móviles del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar en Chile, año 2010, también debe ser guiado desde el enfoque de derechos y un enfoque diferencial facilitando la puesta en marcha de un modelo solidario de inclusión social, con participación y aporte de los niños, niñas, adolescentes, sus familias, equipos técnicos y la comunidad, respecto de las diversas materias que deberán definirse. Ello ayuda a promover la corresponsabilidad, la cohesión social, equidad y apropiación de las acciones. Fundamental entonces es la comprensión de los tiempos y ritmos de los otros y de sus necesidades para contribuir a generar condiciones para trabajo conjunto. Los Centros de Administración Directa, residenciales y proyectos ambulatorios deben preparar un primer reporte sobre la situación de niños, niñas y adolescentes, tanto para el Organismo Colaborador como para la respectiva Dirección Regional, dentro de las 24 horas de ocurrida la situación, incluyendo eventuales recursos materiales y apoyo humano faltantes, en lo posible con la información referida en el anexo nº 6, según corresponda. Se espera que los equipos técnicos de todas las modalidades programáticas reafirmen sus intervenciones y el apoyo solidario desde un enfoque de derechos, evitando caer en el asistencialismo y en la disminución de las capacidades de los adultos y los niños/as; cada uno/a ha de ser un “actor activo de su propio proceso de recuperación…protagonista e interlocutora válida en la búsqueda de alternativas dignas y viables.”31 Ante un eventual abandono de la medida de protección de un niño, niña y adolescente luego de ocurrido un evento, se informará a la Dirección Regional, y un miembro del equipo técnico deberá efectuar inmediata visita domiciliaria comunicando resultados, incluyendo al Tribunal de Familia correspondiente. Si en la eventualidad de que algún niño/a resultase afectado físicamente o entrare en pánico con riesgo de daño o abandono, de inmediato se buscará atención médica y se informará a la Dirección Regional, Tribunal y familia. Del mismo modo, el equipo técnico intentará comunicarse telefónicamente con todos los adultos responsables de los niños, niñas y adolescentes atendidos en la residencia y facilitará la comunicación entre éstos, con la finalidad de contribuir a reducir ansiedades y temores.

31 Informe Final, Unidad Móvil del ICBF en tres regiones de Chile, Abril 2010.

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Igualmente, se facilitarán las visitas a los niños/as, en la medida de lo posible, flexibilizando el horario. Las residencias no enviarán niños/as a sus casas, si en ella permanecen agresores o padres negligentes. Los equipos técnicos de proyectos ambulatorios, post evento, deberán constituirse en la sede del proyecto o en su defecto en lugar alternativo antes acordado, con la finalidad de activar el plan de ubicación y contacto con cada niño/a o adolescente dentro de las 24 horas siguientes al evento; los proyectos que atienden víctimas de explotación sexual comercial, niños/as en situación de calle, niños/as abusados sexualmente, realizarán todos los esfuerzos para constatar que se encuentran protegidos y sin riesgo de revictimización. Es recomendable que los equipos técnicos de residencias y ambulatorios, según corresponda, desarrollen una rutina que permita a los niños y niñas expresarse sobre la experiencia vivida a través del dibujo y/o el diálogo. En caso de ser necesario efectuar un traslado de la población atendida a otro establecimiento se deberá informar a los niños, niñas y adolescentes y adoptar todas las medidas de resguardo integral, durante el traslado y en el lugar que los albergará; ello implica:

ATENCIÓN INTEGRAL A LOS NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES

Aplicación de las medidas técnicas y administrativas que correspondan para evitar eventuales vulneraciones (maltrato, riesgo de abuso, otros).

Los niños, niñas y adolescentes siempre permanecerán al cuidado del personal del centro residencial, según los turnos que se definan.

Si fuese necesario se reforzarán los turnos del personal y/o voluntarios. Cada niño, niña y adolescente deberá contar con un kit mínimo de vestuario, ropa de abrigo, útiles de aseo.

El equipo apoyará el establecimiento de “espacios seguros de coexistencia32” para el desarrollo de actividades recreativas, educativas, otras, evaluando diariamente con los niños, niñas y adolescentes “el día”.

Se informará al Juez de Turno de los Tribunales de Familia, si se decide el traslado físico de los niños, niñas y adolescentes atendidos.

Se reportarán o denunciarán las situaciones de vulneración de derechos que pudiesen ocurrir, no obstante, los esfuerzos estarán dirigidos a la prevención y protección de los niños, niñas y adolescentes.

La reincorporación de los niños, niñas y adolescentes a su rutina se efectuará de manera progresiva, atendidas las recomendaciones de las autoridades encargadas de la emergencia.

De encontrarse el niño, niña o adolescente en proceso de acercamiento familiar, el egreso se podrá efectuar siempre y cuando se constate la existencia de condiciones materiales, de habitabilidad y competencias protectoras en los adultos.

32 Concepto utilizado en el Protocolo Nacional para la Protección Integral de Niños y Adolescentes en Situaciones de Desastre, Brasil.

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Las OPD actuarán de acuerdo a los requerimientos definidos por la autoridad comunal o Dirección Comunal de Protección Civil y Emergencias de los respectivos municipios, no obstante, las sugerencias técnicas que los equipos técnicos estimen pertinente proponer en materia de seguridad y protección a la infancia y adolescencia en el territorio.33 Especial atención ameritan la observación y una eventual asesoría en materia de atención a niños/as y adolescentes que puedan brindar estos programas, respecto del funcionamiento y cumplimiento de estándares o condiciones mínimas que deben cumplir los albergues destinados a la población en general, incluida la población infantil. V.3.a.3. Intervención en crisis y recuperación de la normalidad: Es sabido que “el impacto en los niños, niñas y adolescentes varía, según la edad, sexo, contexto familiar, cercanía de la zona siniestrada, haber vivido episodios directamente, pérdida de familiares, etc. por lo tanto, se requiere una atención diferenciada.”34 Por ello, la experiencia ha demostrado que las consecuencias en la salud, en especial, la salud mental de los niños, niñas y adolescentes que han estado expuestos a desastres hacen necesario que los adultos encargados de su protección sean capaces de reconocer las manifestaciones emocionales que aparecen posteriormente y manejarlas adecuadamente, considerando que cada una de las víctimas tiene su manera particular de afrontar la situación. El estrés postraumático35, provocado por la pérdida de seres queridos, pérdida de la vivienda, traslados forzados, incomunicación con figuras significativas, daños físicos en las personas y otros, ha de tratarse oportunamente, inclusive dibujando y/o hablando de la experiencia36. Unicef y la Pontificia Universidad Católica refieren en la Guía Psicoeducativa, “Rearmemos la Vida de los Niños y Niñas” (Marzo 2010) que “la mente infantil funciona de manera distinta a la del adulto, y en gran medida este funcionamiento va a depender de cómo los adultos manejan las situaciones y cómo posteriormente son capaces de “mentalizarle” al niño o niña, es decir, traducir la experiencia vivida en un lenguaje cercano y comprensible para él o ella, que le permita comprender, elaborar y poder expresar sus sentimientos frente a esta situación”. En el caso de niños/as en situación de vulnerabilidad psicosocial los cuidados preventivos y adecuados por parte del adulto después de una experiencia de esta naturaleza son aún más importantes, ya que son niños y niñas que ya han experimentado situaciones difíciles (pérdidas, abandono, negligencia) y, por tanto, podrían encontrase más frágiles emocionalmente. Es importante estar alerta a sus señales y apoyarlos muy especialmente, de modo que puedan elaborar esta experiencia de la manera más adecuada. En este contexto las residencias y proyectos ambulatorios deberán trabajar con los niños/as y adolescentes, en el ámbito de la salud mental, según las particularidades, utilizando las metodologías y recursos disponibles, los que de acuerdo a la siquiatra Ana Matilde Concha L., son:

33 El artículo 6 de los Convenios para OPD referido a “Facilitar al niño, niña o adolescente, el acceso efectivo a los programas, servicios y recursos disponibles en la comunidad, fortaleciendo el trabajo en redes y las acciones colaborativas de actores públicos y privados”, en situaciones de emergencias o desastres, puede entenderse como la generación de acciones articuladas para la protección de los niños, niñas y adolescentes de un determinado territorio. Para otras modalidades, se indica en estos instrumentos “cumplir las normas e instrucciones generales o especiales que en materias técnicas, administrativas y financiero-contables, les imparta el SENAME”, por lo que también se entenderá en este marco su inserción a actividades comunitarias, con fines de mitigación y recuperación de la población infanto-adolescente y sus familias. 34

Instituto Interamericano del Niño, Curso Gestión de Riesgo del Desastre, Módulo 5: Resiliencia. Año 2013 35 “golpe emocional muy fuerte, un impacto rápido ocasionado por situaciones no frecuentes en la vida de la persona”. Guía para el Promotor de Salud”, Secretaría de la Salud. México. 2007. 36

Recomendable revisar el cuento “Bruno y Violeta Sobreviven al terremoto” y/o la “Guía de Intervención en Situación de Crisis por evento de Catástrofe: terremoto y Tsunami Febrero 2010” u otros documentos afines.

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OBJETIVOS DE LA ATENCIÓN DE SALUD MENTAL EN NIÑOS,

NIÑAS Y ADOLESCENTES

Disminuir el sufrimiento sicológico originado por el evento traumático.

Prevenir secuelas a corto y mediano plazo, en especial, las que afecten su capacidad de aprender, su forma de relacionarse con los demás y la manera como enfrenten situaciones difíciles en el futuro.

Reincorporar a los niños y adolescentes a sus actividades cotidianas, en especial, en el seno de la familia y la escuela, cuando corresponda.

Obtener aprendizajes de la experiencia y favorecer estrategias de afrontamiento.37

En concordancia, por tanto, es recomendable que los equipos técnicos consideren los siguientes indicadores que pudieran presentar los niños, niñas y adolescentes luego de la vivencia de un desastre, los que son reconocidos por el Colegio de Psicólogos de Chile, la Pontificia Universidad Católica, Unicef y otras fuentes revisadas38:

MANIFESTACIONES EN EL PLANO EMOCIONAL

1. Problemas de concentración 2. Temores 3. Dificultades para dormir 4. Alteraciones frente a ruidos 5. Irritabilidad 6. Desgano y desinterés 7. Ansiedad 8. Inseguridad 9. Tristeza 10. Llanto sin motivo aparente 11. Reaparición de lo ocurrido en imágenes, ideas, recuerdos y sueños 12. Aislamiento 13. Indiferencia 14. Excitabilidad en los niños y niñas 15. Descuido de su higiene y aspecto personal. 16. Se sienten desorientados, confundidos y no saben qué hacer

Atendida la necesidad de prevenir la agudización de síntomas y eventual aparición de expresiones de mayor complejidad, a continuación se listan recomendaciones tomadas de los autores antes referidos, las que debiesen tenerse presente al momento de interactuar con los niños/as y adolescentes atendidos como en las planificaciones y desarrollo de actividades. Cabe destacar que un estudio realizado por la Universidad Alberto Hurtado en el año 2010, demostró que seis meses después de ocurrido el terremoto en Chile, un 34,5% de los niños consultados presentaba síntomas depresivos y estrés postraumático39, lo que nos indica la relevancia de atender en forma integral el proceso restaurativo con los niños, niñas y adolescentes que viven un desastre y/o sus efectos.

37 Presentación: “Trastorno por estrés post-traumático en niños y adolescentes: Intervención”. Año 2010. 38 “Recomendaciones para la recuperación emocional de la población en general”, Colegio de Psicólogos. Marzo 2010. 39 www.comunidadmujer.cl 29/09/2010

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Recomendaciones con Niños y Niñas Recomendaciones con Adolescentes

Contención: la cercanía y contención física transmite seguridad y protección

Entregar respuestas sensibles y oportunas. Mostrar empatía con las emociones y

necesidades de los niños y niñas Fomentar el reinicio de las rutinas dentro de

lo que es posible; ello ayudará a disminuir la inseguridad.

Estimular la aceptación de la realidad a

través del reconocimiento de las nuevas condiciones del entorno.

Respetar el tiempo y la forma que cada niño

necesita para expresar lo ocurrido Afianzar su seguridad con acciones que

incluyan la palabra y el contacto corporal.

Considerar los recursos propios de cada niño (Según edad, personalidad y gustos)

Facilitar la expresión verbal y escrita de sus

vivencias, mediante relatos y dibujos

Facilitar la conversación, el juego y la recreación

Favorecer el contacto con otros niños

Asignarles tareas de recuperación de sus

espacios (en el centro residencial, la casa y en el barrio)

Contención: la cercanía y contención física transmite seguridad y protección

Entregar respuestas sensibles y

oportunas. Estimular el desarrollo de conductas

constructivas que fortalezcan los vínculos.

Estimular participación en las tareas de

recuperación

Promover la reflexión grupal e individual acerca de conductas de riesgo o desprotección para sí y para otros.

Desalentar la conducta irreflexiva que

conduce a la violencia. Promover liderazgos positivos

Asignarles tareas que impliquen un

compromiso grupal e individual (por ejemplo: asistir a los más pequeños)

En este ámbito cobran especial importancia las coordinaciones sectoriales locales establecidas, a partir de las acciones preparatorias impulsadas desde el proyecto o centro residencial, siendo pertinente que todos los niños, niñas y adolescentes usuarios de residencias se encuentren inscritos en los establecimientos de salud de atención primaria. “Por ningún motivo hacer uso de medicamentos sin indicación médica”. “Previo a su utilización, se revisarán las fechas de vencimiento de todos los medicamentos y alimentos donados. Los productos vencidos serán eliminados de acuerdo a las instrucciones entregadas por la autoridad sanitaria”

Respecto a la intervención con adultos responsables que puedan requerir apoyo psicológico y/o psiquiátrico como secuela de la catástrofe, el equipo técnico, preferentemente psicólogo/a, realizará una actividad de acogida y/o contención, orientando a la persona a solicitar atención en el establecimiento de salud primaria correspondiente al domicilio. Finalmente, señalar que ningún niño/a menor de 15 años de edad trabajará en actividades de reconstrucción y los mayores lo podrán hacer siempre y cuando se cumpla la normativa establecida.

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VI. DIAGRAMAS

CENTRO RESIDENCIAL Elaboración de plan emergencia y preparación según

protocolos establecidos

Activación Plan de Emergencia

Revisión de daños en la

infraestructura

Evalúa estado de Salud de

NNA

Después del evento

crítico

Con daños observables

Etapa preventiva

Durante el evento

Recuperación

Comunicación con DINAC

OCA

Informe de daños, reparación y/o

reconstrucción de la Infraestructura

Intervención en crisis y regreso a la normalidad

Observación de Indicadores de

estrés post traumático

Atención grupal psicosocial educativa

Reuniones equipo técnico-representantes

de NNA

Atención

individual

Supervisión y asesoría

DR SENAME

Sin daños observables

Solicitud de evaluación técnica

de habitabilidad

Evalúa y coordina necesidades humanas y materiales

NNA sin lesión o

crisis

NNA con lesión y/o

crisis

Atención interna

Atención en red de salud

local

Altamédica

NNA internado/a

NNA vuelven a centro

residencial

Familia Campamento interno

Albergue / otro

centro

Comunicación y coordinación

con DR SENAME

Envía Plan a Bomberos y Unidad Policial

Coordinación con Comité de Emergencia Comunal

Informa a Tribunal de Familia y/o

solicita diligencias

Page 24: Manual gestion riesgos_2015

24

PROGRAMAS PREVENCIÓN Y AMBULATORIOS EN GENERAL

Elaboración de plan emergencia y preparación según orientaciones técnicas

Activación Plan de emergencia

Evalúa estado de situación de

usuarios

Des

pués

del

eve

nto

críti

co

Etapa preventiva

Dur

ante

el

even

toRe

cupe

raci

ón

Comunicación con comité comunal de emergencia

DR

Informe de daños, reparación y/o

reconstrucción de la Infraestructura

Intervención en Crisis y regreso a la normalidad

Observación de Indicadores de

estrés post traumático

Atención grupal psicoeducativa

Reuniones equipo técnico-representantes

de NNA

Atención

individual

Supervisión y asesoría

DR SENAME

Revisión de daños en la

infraestructura

Con daños observables

Sin daños observables

Participa en acciones de

protección de la infancia y familia

NNA y familia sin requisitos

especiales

NNA y familias con requisitos especiales

Atención interna

Atención en red de salud local y/u

otros servicios

Comunicación y coordinación

con OCA

Comunicación con comité comunal de emergencia

Informa a Tribunal de familia y/o

solicita diligencias según

corresponda

Page 25: Manual gestion riesgos_2015

24

VII. BIBLIOGRAFÍA

1. Política de Gestión del Riesgo de Desastres en Chile. ONEMI, 2014 2. Convención sobre los Derechos del Niño. Naciones Unidas, 1989 3. Cuento “Bruno y Violeta Sobreviven al Terremoto”. Bernardita Muños y otros, año 2010 4. Curso on line “Gestión en Riesgo de Desastre”, Instituto Interamericano del Niño, 2013 5. Curso: “Operaciones de Emergencias Sectorial”. Academia de Protección Civil, ONEMI, año

2014. 6. Documento de Supervisión Regional “Pauta de Evaluación/Autoevaluación Condiciones

Mínimas de Seguridad Centros Residenciales”, Departamento Protección de Derechos, Sename, Julio 2011

7. Escuela Segura en Territorio Seguro. UNICEF, 2009 8. Guía para el Promotor de Salud, Secretaría de la Salud. México. 2007 9. Guía Psicoeducativa, Rearmemos la Vida de los Niños y Niñas, Unicef, Pontificia

Universidad Católica de Chile, 2010 10. Guía de Intervención en Situación de Crisis por evento de Catástrofe: terremoto y Tsunami

Febrero 2010”, Andrea Santibañez, Pib AITUÉ, Viña del Mar. 11. Informe Final, Unidad Móvil del Instituto Colombiano Bienestar Familiar en Chile, Abril

2010 12. Informe Final Estudio De Casos Infancia Y Gestión Del Riesgo En Chile.

IIN/SENAME/WORLD VISION. año 2012 13. Manual de intervención en crisis para niños y niñas en situaciones de desastre. ACISAM,

UCA, W. VISION, UNICEF 14. Minuta Técnica: Insumos para Política de ONEMI. Área Intersectorial, Departamento

Protección de Derechos, 2012 15. Minuta Técnica sobre Participación de Niños, Niñas y Adolescentes, Departamento

Protección de Derechos. 2013 16. Monitoreo a la Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes en Situación de

Emergencia. San Salvador, 2011 17. Orientaciones Técnicas Para La Actualización De Planes De Emergencia. SENAME, 2013 18. Para Reconstruir la Vida de Los Niños y Niñas. Guía para apoyar las intervenciones

psicosociales en Emergencias y Desastres. Unicef, 2010 19. Plan Nacional Instrumento Indicativo para la Gestión Integral Decreto N° 156, 12 de marzo

de 2002 20. Plan Emergencias y Desastres de la Secretaría Regional Ministerial de Salud, Región

Metropolitana De Santiago. Diciembre 2011. 21. Plan Familiar de Emergencias. Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos. Ecuador 22. Presentación: “Trastorno por estrés post-traumático en niños y adolescentes:

Intervención”. Dra. Ana Matilde Concha L. Año 2010 23. Protección de la Infancia en Emergencias. Save The Children. Año 2009. 24. Protocolo Nacional para la Protección Integral de Niños y Adolescentes en Situaciones de

Desastre, Brasil. 25. Protección de los Niños, Niñas y Adolescentes Bajo Condiciones de Desastre Natural. Nota

Informativa Nº 01/10. Instituto Interamericano del niño, la niña y el adolescente. 26. Recomendaciones para la Recuperación Emocional de la Población en General. Colegio de

Psicólogos de Chile (A.G.), Marzo 2010 27. Recomendaciones “Antes, Durante y Después” de Sismos y Terremotos. ONEMI 2013

SITIOS WEB

1. “Derechos De Los Niños, Niñas Y Adolescentes En Situaciones De Emergencia", disponible en http://bvpad.indeci.gob.pe/download/eventos/CD_Taller_DNNA_SE/documentos/Documento%20de%20Marco%20conceptual%20y%20metodol%C3%B3gico.pdf

2. www.comunidadmujer.cl 29/09/2010

Page 26: Manual gestion riesgos_2015

25

VII. ANEXOS

ANEXO 1

PRINCIPALES ACCIONES A DESARROLLAR POR LOS EQUIPOS DIRECTIVO-TÉCNICO DE RESIDENCIAS Y PROYECTOS AMBULATORIOS INMEDIATAMENTE DESPUÉS DE OCURRIDA

UNA CATÁSTROFE

CON EL NIÑO, NIÑA O ADOLESCENTE INFRAESTRUCTURA Y ELEMENTOS

MATERIALES PERSONAL

Activación de Alarma que será acordada previamente como parte de las acciones preventivas del Centro o Residencia, que es conocida por todos los usuarios del proyecto o recinto.

Coordinación de las acciones simuladas anteriormente y que mejor se enmarquen en el evento que motiva la activación de la Alarma.

Evaluación inmediata de acciones a seguir, si existe el tiempo de reacción. De manera contrario, propiciar la reacción definida en situación de normalidad.

Conducir acciones ya ensayadas y por todas, conocidas.

Apoyo y contención de los niños, niñas y adolescentes presentes en el programa al momento del evento.

Atención de salud de los niños, niñas, adolescentes y el personal que lo requiera.

Desarrollo de acciones informativas a los niños, niñas y adolescentes sobre las

Verificar el estado de la infraestructura del inmueble y del funcionamiento de servicios básicos, revisando efectos provocados por la emergencia, los que pueden ser visibles o no. Ello podría exigir el levantamiento de un campamento al interior del Centro, mientras se evalúan alternativas.

Solicitar la visita de un especialista (arquitecto, constructor civil, ingeniero calculista o ingeniero en construcción), en especial, cuando los daños en el inmueble sean observables.

Gestionar la pronta recuperación de servicios básicos asegurando condiciones sanitarias mínimas.

Gestionar que la entrega de alimentación a niños, niñas, adolescentes y personal en turno, sea en cantidad y calidad suficiente, según sea posible.

Elaborar levantamiento de necesidades cuantificadas, para la presentación de una propuesta de proyecto de

Evaluar riesgos del recinto, una vez vuelta la normalidad, que permitan identificar alternativas de manejo en situación de crisis o riesgo de desastres.

Verificar la efectividad de las zonas identificadas como seguras.

Trabajar coordinada y activamente en la preparación de acciones de Protección, iniciando por la elaboración del Plan en comento

Buscar el momento para la expresión y acogida entre los miembros del equipo presente

Facilitar la comunicación con su familia

En la medida de lo posible, facilitar el cumplimiento de los turnos rotando al personal.

Page 27: Manual gestion riesgos_2015

26

medidas adoptadas para su protección y ubicación de sus padres y/o adultos responsables

Para los centros residenciales incorporar a los niños, niñas y adolescentes en los procesos de redefinición de rutinas diarias promoviendo la escucha y su participación.

Contactar a los niños, niñas y adolescentes que se encontraban fuera del establecimiento al momento del evento, y evaluar la conveniencia de su regreso o no al centro.

Los proyectos ambulatorios, apoyarán la participación de los niños, niñas y adolescentes en actividades barriales y/o comunales y su equipo técnico se sumará como recurso humano al diseño y/o implementación de éstas, en coordinación con representantes del gobierno local.

emergencia a la respectiva Dirección Regional.40

40 Los proyectos de emergencia deben cumplir con los requisitos establecidos en la ley Nº 20.032 de Julio 2005.

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27

ANEXO Nº 2 PRINCIPALES FUNCIONES A DESARROLLAR POR LOS ORGANISMOS COLABORADORES, DIRECCIONES REGIONALES DEL SENAME Y DIRECCIÓN NACIONAL DE SENAME INMEDIATAMENTE DESPUÉS DE OCURRIDA UNA CATÁSTROFE

FUNCIONES OCAS FUNCIONES DIRECCCIÓN REGIONAL FUNCIONES DIRECCIÓN NACIONAL

Establecer inmediato contacto ya sea vía telefónica o por mensaje de texto, con el personal del equipo directivo-técnico que se encuentren en el centro residencial para conocer en forma rápida su situación

Visitar el establecimiento, evaluando la necesidad de entregar apoyo consistente en recurso humano, material y/o financiero para la atención de los niños/as y adolescentes.

Acompañar al equipo directivo-técnico en la atención de la emergencia.

Establecer contacto con los Encargados Comunales de Emergencia informando la situación del proyecto y las necesidades observadas.

Informar a Direcciones Regionales Sename el estado de la situación de los NNA, del personal y del inmueble completando el Formulario correspondiente al Anexo Nº 8.

Informar a las Direcciones Regionales de SENAME de ser necesario efectuar el traslado físico de los niños/as y adolescentes a otro proyecto o albergue.

Facilitar el acogimiento transitorio, en un establecimiento de su administración, de niños, niñas o adolescente que lo puedan requerir,

Activar Comité de Emergencia Dirección Regional

Establecer inmediato contacto con los proyectos residenciales a través de llamado telefónico, mensaje de texto y/o visita al establecimiento.

Verificar el estado de situación de las Residencias e identificar las necesidades relativas a NNA, personal, equipamiento, inmueble.

Revisar e informar diariamente a la Dirección Nacional la asistencia de los NNA atendidos en la distintas residencias

Facilitar y/o gestionar ayudas sectoriales para el normal funcionamiento de los centros residenciales

Reforzar diariamente procedimiento de evacuación con los NNA y adultos a cargo.

Revisar con los organismos colaboradores correspondientes la situación material, los recursos humanos y los recursos financieros disponibles de las residencias.

Establecer contacto con las Intendencias, Gobernaciones y/o municipalidades para la coordinación de información y solicitud de ayuda para cubrir necesidades de los NNA y/o

Activar Comité de Emergencia y asesorar a Direcciones Regionales en materias técnicas, administrativas, financieras, infraestructura, otras.

Establecer inmediato contacto con las Direcciones Regionales afectadas.

Consolidar y analizar la información reportada por las Direcciones Regionales, dentro del plazo que defina el/la Director/a Nacional.

Definir acciones y/o asesorías necesarias de implementar con el objetivo de contribuir a solucionar situaciones de riesgo informadas por las DR en relación a los centros residenciales

Evaluar condiciones de vida de los NNA que han debido ser trasladados a otro inmueble.

Brindar oportuna respuesta a los requerimientos planteados por las DR.

Activar comisiones de servicio para apoyar en forma presencial la gestión de las DR y/o centros de administración directa.

Informar diariamente a la máxima autoridad respecto a la dotación de funcionarios que se encuentran desempeñando su cargo.

Mantener comunicación con las respectivas OCAS y oferta directa del Servicio.

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28

incluido usuarios de proyectos ambulatorios, previa información a la Dirección Regional del Sename.

Respecto a los proyectos ambulatorios, los organismos colaboradores también establecerán comunicación con el equipo directivo-técnico de los programas, visitarán las instalaciones, desarrollarán gestiones con actores sectoriales, se coordinarán con la Dirección Regional del Sename y contribuirán a que el personal establezca contacto con los niños, niñas y adolescentes, en el menor tiempo posible.

del equipo directivo-técnico de Residencias.

Informar a Dirección Nacional el estado de la situación de los proyectos ambulatorios y centros residenciales, a través de un reporte diario.

Identificar centros residenciales para el acogimiento transitorio de un niño, niña o adolescente.

Apoyar la necesidad de traslado de niños, niñas o adolescentes que no puedan permanecer en el establecimiento debido a daños estructurales o ubicación en zona de inundabilidad.

Visitar periódicamente las residencias, centros de administración directa y proyectos ambulatorios según necesidades.

Evaluar pertinencia de presentación de proyectos de emergencia.

Verificar las principales necesidades de los proyectos ambulatorios.

Desarrollar gestiones para hacer visible las necesidades de los proyectos ambulatorios con instituciones presentes en la red territorial como municipio, intendencia, gobernación, u otras.

Entregar reporte al Ministerio de Justicia sobre la situación de los niños/as y adolescentes atendidos y el estado de las Residencias y centros ambulatorios.

Apoyar con gestiones ante el Ministerio de Justicia, Secretaria General de Gobierno, Intendencias y/o Gobernaciones, según sea pertinente.

Coordinar con organismos internacionales relacionados con la infancia posible ayuda humanitaria.

Disponer de la información necesaria para generar los planes de Reconstrucción y/o Proyectos de Emergencia.

Gestionar y evaluar proyectos de emergencias presentados por las Direcciones Regionales.

Realizar seguimiento al proyecto de emergencia a fin de apoyar su pronta aprobación y entrega de recursos en forma oportuna.

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ANEXO Nº 3

Página 1 de 1

FICHA DE NIÑOS/AS Y ADOLESCENTES (NNA) ATENDIDOS

1. INFORMACION DE LA RESIDENCIA/PROYECTO/CCAADD

Nombre establecimiento Dirección

Región/comuna Director/a

Teléfono director/a Email director/a

Organismo colaborador acreditado

2. INFORMACION DE NNA

Nombre NNA Fecha Nacimiento

Nombre adulto responsable RUN

Domicilio adulto responsable Fono

Tribunal de familia

Nombre NNA Fecha Nacimiento

Nombre adulto responsable RUN

Domicilio adulto responsable Fono

Tribunal de familia

Nombre NNA Fecha Nacimiento

Nombre adulto responsable RUN

Domicilio adulto responsable Fono

Tribunal de familia

Nombre NNA Fecha Nacimiento

Nombre adulto responsable RUN

Domicilio adulto responsable Fono

Tribunal de familia

Nombre NNA Fecha Nacimiento

Nombre adulto responsable RUN

Domicilio adulto responsable Fono

Tribunal de familia

Nombre NNA Fecha Nacimiento

Nombre adulto responsable RUN

Domicilio adulto responsable Fono

Tribunal de familia

Nombre NNA Fecha Nacimiento

Nombre adulto responsable RUN

Domicilio adulto responsable Fono

Tribunal de familia

Elaborado por Cargo

Firma Fecha elaboración

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30

ANEXO Nº 4

Página 1 de 1

FICHA EQUIPO TECNICO ADMINISTRATIVO

1. INFORMACION DE LA RESIDENCIA/PROYECTO/CCAADD

Nombre establecimiento Dirección

Región/comuna Director/a

Teléfono director/a Email director/a

Organismo colaborador acreditado

2. INFORMACION DEL PERSONAL

Nombre funcionario/a Cargo

Domicilio Fono

Cargo en plan de emergencia

Nombre funcionario/a Cargo

Domicilio Fono

Cargo en plan de emergencia

Nombre funcionario/a Cargo

Domicilio Fono

Cargo en plan de emergencia

Nombre funcionario/a Cargo

Domicilio Fono

Cargo en plan de emergencia

Nombre funcionario/a Cargo

Domicilio Fono

Cargo en plan de emergencia

Nombre funcionario/a Cargo

Domicilio Fono

Cargo en plan de emergencia

Nombre funcionario/a Cargo

Domicilio Fono

Cargo en plan de emergencia

Nombre funcionario/a Cargo

Domicilio Fono

Cargo en plan de emergencia

Nombre funcionario/a Cargo

Domicilio Fono

Cargo en plan de emergencia

Elaborado por Cargo

Firma Fecha elaboración

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ANEXO Nº 5

FICHA REGISTRO VOLUNTARIADO

1. INFORMACIÓN DE LA RESIDENCIA/PROYECTO/CCAADD

Nombre establecimiento

Dirección

Región/comuna Director/a

Teléfono director/a Email director/a

Organismo colaborador acreditado

2. INFORMACIÓN DEL VOLUNTARIADO

Nombre RUN

Domicilio Fono

Tarea asignada en caso de catástrofe

Edad

Nombre RUN

Domicilio Fono

Tarea asignada en caso de catástrofe

Edad

Nombre RUN

Domicilio Fono

Tarea asignada en caso de catástrofe

Edad

Elaborado por Cargo

Firma Fecha elaboración

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ANEXO Nº 6

En el caso de Administraciones Directas se sugiere incorporar la Pauta de Cotejo como información de infraestructura, equipamiento y condiciones de seguridad de los centros.

Página 1 de 1

FICHA REPORTE NNA, PERSONAL, INFRAESTRUCTURA E INSUMOS DE EMERGENCIA EN CONTEXTO DE CATASTROFE

1. INFORMACION DE LA RESIDENCIA/PROYECTO/CCAADD

Nombre establecimiento Dirección

Región/comuna Director/a

Teléfono director/a Email director/a

Organismo colaborador acreditado

2. INFORMACION DE NNA AL MOMENTO DEL EVENTO CRITICO

N° NNA presentes en establecimiento al momento del evento

N° NNA hospitalizados al momento del evento

N° NNA con sus familias al momento del evento

N° NNA ausentes sin autorización al momento del evento

N° NNA trasladados a Servicios de urgencia post evento y sus motivos

Observaciones

3. INFORMACION DEL PERSONAL AL MOMENTO DEL EVENTO CRITICO

N° funcionarios/as presentes en el establecimiento al momento del evento

N° funcionarios/as lesionados a consecuencia del evento

N° funcionarios/as disponibles para cumplir sus labores

N° de reemplazos necesarios para normalizar funcionamiento

Observaciones

4. INFORMACION DE LA INFRAESTRUCTURA Y SERVICIOS BASICOS

Condición SI NO Condición SI NO

Establecimiento con daños visibles Red de gas funcionando en norma

Se requiere evacuar la dependencia Red de energía eléctrica funcionando en norma

Evaluación del estado realizada por prof. idóneo Red de agua potable funcionando en norma

Observaciones