Manuel de Jesus Andrade, Páginas de Sangre; Los asesinatos de Quito.

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MANUEL DE JESUS ANDRADE

PAGINAS DE SANGRE

LOS ASESINATOS DE QUITO

28 DE ENERO DE 1912

AL LECTOR.

Esta Pginas de sangre pertenecen un libro que tenemos en preparacin, el que pronto daremos luz con los retratos y biografa de las ochos victima inmoladas en aras del fanatismo religioso como instrumento de la perfidia del General Leonidas Plaza Gutirrez del gobierno revolucionario del 11 de Agosto de 1911. Nos apresuramos publicar este volumen en gracias de la oportunidad por el inters histricos que lo informa. Conociendo el grado de indignacin efervescente que ha causado en Colombia el inslito crimen, en exposicin eminentemente nacional, motivado todo por el alto apareci que haba del Carchi al Tchira para el General Eloy Alfaro, no es grato dedicar este trabajo la vigorosa juventud colombiano, los jvenes compatriotas que con

nosotros sabrn regar con lgrima la tumba del Gran Ecuatoriano que fue todo corazn para Colombia y los colombianos. Invocamos los ttulos de haber vivido veintisis aos ausentes de la patria, para la creacin de un monumento en Bogot por suscripcin nacional consagrado perpetuar en mrmol y bronce la memoria querida de Eloy Alfaro y sus compaeros de martirio, y que sea la vez la eterna protesta de nuestro pas para los victimarios. EL AUTOR Panam, Marzo de 1912

ANTECEDENTESAo inicial de grandes sacudidas y de muy trascendentales acontecimientos fue para el Ecuador el 1911. Las elecciones presidenciales deban verificarse en Enero de acuerdo con la Constitucin poltica del Estado y de las leyes nacionales respectivas. Consagrado por la prctica el pernicioso principio de no poder co papelitos lo que se conquista por las armas, causa eficiente de nuestra revolucin hispana americana y del descrdito consiguiente ante el concepto universal, en la lucha electoral apenas actuara el partido conservador alejado del poder desde 1895 ; pero en cambio, en ella se daran cita para un duelo muerte las distintas y antagnicas fracciones liberales, honda y acerbamente separadas por motivos ms personalistas que doctrinario, si el proceso y en el debate no presida un alto y sagaz espritu de conciliacin e la eleccin de candidatos. Con muchas anticipaciones abri campaa la prensa oposicionista contra la probable reeleccin el Seor General Eloy Alfaro, Presidente de la Republica, quienes con tenacidad exhiban con tendencias y propsitos dictatoriales. El venerable anciano se vio en el caso de desmentir tales acusaciones por medio de un Manifiesto la Nacin; all por septiembre de 1910, y lo confirm con dos Mensajes al Congreso de 1911.

Acostumbrados los partidos al sistema tambin pernicioso de candidato oficial, los mismos peridicos de la cruzada fenecida la revivieron, fundndose en que no es explicaba sino por la dictadura la ausencia del dicho candidato oficial. En estos vaivenes y andanzas terminaba el ao de 1910. Durante los ltimo das hizo un viaje Guayaquil el Seor General Alfaro y consulto la opinin por medio de una junta de notables, quienes le propusieron para la postula oficial los seores doctor Alfredo Baquerizo Moreno, Emilio Estrada y Carlos Alberto Aguirre, muy conspicuos ciudadanos idneos para ocupar la primera magistratura nacional. El Placismo se condujo con tino en esta emergencia; acert en la eleccin de la terna de candidato. En efecto. Comprometido previamente don Eloy elegir uno de los tres, seguro era que se decidira por su buen amigo y partidario seor Estrada, quien vendr ser el verdadero candidato de la oposicin, el ms favorable para ella, el que mejor la servira, como tuvimos ocasin de manifestarlo y repetirlo al seor General Flavio E. Alfaro y atros amigos en Quito, cuyos nombres es discretos callar. Se decidira por don Emilio no solo por los motivos expresados, sino por ser el primero la genuina encarnacin del placismo, algo como la segunda persona del Seor General Leonidas Plaza G., los enemigos ms temido y odiado por el Gobierno, y por no ser el tercero amigo personal ni poltico del General Alfaro. Ya para ao nuevo las ranas tenan rey, haba ya candidato oficial: don Emilio Estrada, designado nica y exclusamente por don Eloy, sin or objeciones, contrariando la repugnancia de todos sus ms leales y mejores amigos, inclusive el doctor Carlos Freile Zaldumbi de, el que calificaba al seor Estrada, de zambo salvaje. Vista la impopularidad del ungido con el leo presidencial, resolviose la exhibicin del seor General Flavio E. Alfaro por sus partidarios, as en Quito como en Guayaquil, como centros ciudades principales capaces de ejercer hegemona en las respectivas secciones andina y litoral Los nimos quedaron enardecidos. Como era propusieron, atisbando, ahondar ms la divisin del

partido liberal, tocado de caudillaje desgraciadamente. Mandaron, un comisionado Europa por armas y municiones para aprovechar el momento psicolgico. Optaron los flavitas por obtener del congreso escrutador la nulidad de las elecciones. Se aseguraron mayora en las dos Cmaras, especialmente en la de Diputados con la debida anticipacin en trabajo bien conducido y previa una acta firmada por dicho legisladores. Cae en la cuenta don Eloy de que don Emilio camina aprisa su fin llevado la tumba por sus agudas incurables enfermedades; u pugna en vano por convenencerle de que renuncia para conservar la paz de la Republica. Tan ciega era la confianza en el Ejrcito que no oye el Gral. Alfaro admoniciones de sus amigos, ni cree en denuncias repetidas, fundadas y comprobadas sobre una revolucin de cuartel fraguada por el seor General Emilio Mara Tern, fallecido meses antes, la que usufruturas los estadistas de un momento otro. En julio se rene el Congreso en sesiones extraordinarios, convocado por el Poder Ejecutivo. Como la situacin era ojos vistas vidriosa y todos la vean preada de tempestades polticas, cuerdo era explorar al cuerpo soberano de la Nacin. Toma consistencia la oposicin anti-estra-dista. Apvala el Gobierno. Cada uno tira la manta para su lado. Inaugurase el 10 de Agosto constitucionalmente el Congreso ordinario de 1911. Caliginosa la atmosfera, presagia tempestad.

IIONCE DE AGOSTO Y

SUS CONSECUENCIAS.El General Presidente llega la hora de costumbre de la casa presidencial al palacio de Gobierno, minuto ante de la una de la

tarde del da 11, momentos antes del designado para pedir en Congreso pleno enemigos de Estrada la nulidad de las elecciones. A la una de filo, como dira Cervantes, se van los estadistas de filo contra la constitucin; y al grito de viva la Constitucin la decapitan tumbado en su santiamn al Gobierna El Presidente se asila lo asilan en la Legacin de Chile; los Ministros de Estado y dos Magistrados de la Corte Suprema, Edecanes y jefes de los cuerpos sublevado, porque don Dinero es un gran sujeto, son guardados en el Panptico. Por supuesto que tambin se gritaba a favor, con vivas, del verdadero candidato de la OPOSICION. Cumplido nuestro vaticinio Al principio tambin se grit: viva Alfaro y viva Flavio Los que estaban preparados para encauzar la corriente, se llevaron toda el agua su molino, ida de las manos de quienes cayeron por sorpresa. Muchos creyeron en los primeros momentos que el movimiento era por la dictadura; otros lo atribuyeron favor del sobrino del Presidente. En pocos minutos se generaliz el fogueo en total la ciudad, con disparo casi todos al aire. Los cuarteles fueron entrados saco por los conservadores. Rifles por millares y municiones por cajones se llevaron sus casas. Indudablemente don Eloy, obstinado en no apoyar al General Flavio E. Alfaro lamentaba ya el rechazo de candidatos como el seor Luis Adriano Dillon, doctor Felicsimo Lpez y doctor Jos Peralta aconsejados por la plana mayor del partido. Cuando el licor empez su faccin en las cabezas de los ciudadanos armados, las fiesta de bonita tornose trgica. Dej de ser el aire el nico enemigo para compartir honores de beligerante con los transente viandante que no tomaban vela en el entierro de la Constitucin. En nombre de la inocente difunta hubo muertes y toda clase de crmenes, as el da 11 como los subsiguientes 12 y 13. Dichos tres das sern eterno baldn para Quito por los asesinatos, robos, saqueo de almacenes y tienda, estupros, etc., sin que el nuevo Gobierno hubiese puesto coto algunos estas iniquidades. El 11 hubo una reunin de ciudadanos manumitindose para firmar

acta de pronunciamiento, nombrar Jefe Civil y Militar al seor Pedro Valdez y proclamar Jefe Supremo de la Republica al seor Emilio Estrada. Se proceda dar vado estos asuntos cuando lleg el doctor Juan Benigno Vela y asesor en otro sentido, asegurando que no haba habido revolucin, que eso era revolucin ni cosa que lo valga y que no se abandonara el derrotero de la constitucionalidad. El ilustre ciego de Ambato se impuso; y venga Freile Zaldumbide de Encargado del poder Ejecutivo, y siga con su msica constitucional el soberansimo Congreso Nacional. Y pax vobis. Vive todava la farsa. Y pax vobis. El 13 fue extrado de una quinta del seor Ministro de Chile el seor General Flavio E. Alfaro, y conducido al Panptico en medio de gran granizada de balas. Despertaba el pueblo del 19 de Octubre de 1835. Amotinabas furioso para pedir la cabeza de don Eloy, cada triquitraque. Se desperezaba el pueblo del 19 de octubre de 1835. La horda catlica se pona en acecho y afilaba sus armas de facturas inquisitoriales, todo con aplauso del Gobierno. Pudo el General Ulpiano Pez, Jefe de la 2. Zona de las cuatro zonas militares en que est dividida la Republica; pudo el General Pez castigar los fanticos de Quito cuando la ciudad era presa de las fechoras de esos salvadores entregados los ms depravados exceso con los acicates del licor y los fuertes estmulo de la impunidad, y no lo hizo por razones que pasamos exponer. En cuanto supo el cuartelazo march de Riobamba restaurar la Capital con fuerzas veteranas en nmeros de mil hombres. No tuvo el tren tropiezos en su marcha hasta Yambo, sitio entre Ambato y Latacunga muy propsito para obstruir la lnea con unos pocos petardos de dinamita utilizados por manos expertas, como lo haban hecho los partidario de la revolucin constitucional de fciles triunfos en los dos centros principales del pas, en Quito y Guayaquil. Obligado el General Pez continuar la marcha pie, tuvo tiempo el improvisado Gobierno de mandar comisionadas de paz Latacunga. Freile Zaldumbide ejerca el poder Ejecutivo como Presidente del

Senado que haba muerto con la Constitucin de 1907, de un Senado que era parte integrante de un Congreso fenecido. Desde el 11 nombro Ministro de lo Interior y Policas un doctor Octavio Daz, sacado del mismo puesto por el seor General Eloy meses antes, as por decoro del Gobierno como por haberlo puesto los dems miembros del Gabinete elegir entre ellos y Daz el intrigante, el traidor, el perjuro, el ebrio consuetudinario, el feln. Este personaje sombro y en todo maleante fue quien se disparo contra el General Pez, atajarle en su marcha triunfal sobre Quito, acompaado del bandado seor Ministro de los Estados Unidos del Brasil y del Secretario de la Legacin de Colombia. Triunfo Daz en sus maquinaciones encaminadas impedir todo trance el restablecimientos de la Constitucionalidad. Se firmo un tratado por el cual quedaban con amplias garantas al General Presidente y los dems personajes que la revolucin haba capturado en Quito, teatro nicamente de operaciones cmicas militarles. El Gobierno revolucionario de Freile hizo escarnio de la palabras empeada entre el Cuerpo Diplomtico, viol el Tratado en casi todas sus partes y el Presidente Alfaro, escapando de ser asesinato, solo pudo salir cuarenta das despus, debido las gestiones privadas del Cuerpo Diplomtico, el Ministro de Chile donde se encontraba Alfaro aislado. (Asesinato del seor General Don Eloy Alfaro. Manifiesto la opinin Pblicas, por Olmedo Alfaro.) A la sazn era husped de Quito el seor General Leonidas Plaza Gutirrez, emigrado voluntario residente en el exterior desde el da en que huvo de Guayaquil, 19 de Enero de 1906, despus de contar siete mil sucres, todo lo que hubo en la Tesorera del Guayas e los momentos en que el pueblo guayaquileo se pronunciaba a favor del Seor General Eloy Alfaro. Ese das Plaza no saba cmo huir con el dinero en los bolsillos, y corra riesgo su libertad personal, no diremos su vida, porque el pueblo guayaquileo no ha escrito pginas de sangre como las del 19 de octubre de 1835, Once de Agosto de 1911 y 28 de Enero de 1912. Recibido el General Plaza con entusiasmos inusitados en Guayaquil y hecho su viaje por camino de flores hasta Quito, l vino ser

desde los primeros das de Septiembre sostn y columna de ese gobierno de hechos que presida un hombrezuelo como Carlos Freile Zaldumbide, labriego de poqusimo cultivo intelectual, pauprrimo de facultades y de dotes para mando, ayuno de energa y alzado hombre pblico, exaltacin la cumbres de poder por una aberracin del seor General Eloy Alfaro. Tuvo desde el 11 el acierto de nombrar de Ministro de Guerra un titulado Coronel de espada virgen, de histrica fama como cobarde, asesino audaz de prisioneros de guerra, que responde al nombre de Juan Francisco Navarro. Tal para cual. Asesino? En una campaita que fue provocado el rgimen liberal por el partido conservador victim de un balazo el hoy Ministro y General un cacheros de apellido Villavicencio, en alturas cercanas San Miguel de Latacunga. Por all hubo necesidad de perseguir y batir una montonera conservadores all por 1898, y se destac una fuerza con tal objeto rdenes del venerable General Rafael Arellano. Un da sostienen los perseguidos un tiroteo con la columna liberal; enferma gravemente Navarro de un miedo invencible, se esconde en lo ms recndito del quebrado terreno, nigase tomar parte en la refriega desobedeciendo rdenes superiores con pretexto de acometidas gstricas.. Vence el paladn, el paladn radical Arellano, abandona su escondite Navarro, presntase con rifle de brabucn, tropieza con el desmanado y rendido cochero y lo mata cobardemente. Pudo encontrar mejor Ministro de Guerra el atrofiado Freile Zaldumbide? Tal para cual. Tal era la trinidad oficial, Freile Zaldumbide, Daz y Navarro, cuando lleg Quito el potentado de popularidad Leonidas Plaza Gutirrez, resuelto matar hambres atrasadas, resuelto todo.. El honorable Ministro de Chile seor doctor Vctor Eastman Cox, interesado como el que ms por el cumplimientos del Tratado firmado con Pez en Latacunga, interesado como el que ms por la suerte del Presidente prfida y criminalmente derrocado el Once de Agosto, abri gestiones con su presunto concuado el Omnipotente

Plaza; y ste se neg todos con aspereza de hombre inculto, guaso como dicen lo que le conocen bien. Ejercidas hbilmente ciertas influencias, se resolvi el seor Ministro chileno una segunda entrevista en la que va se mostr dctil el agrio personaje de la vspera, quien cohonest se propuso cohonestar lo anterior con expresiones como stas: --Seor Ministro, hoy ya no le contesta el poltico sino el caballero, sus amigos General Plaza. Hoy nos entenderemos y llegaremos unos resultados prcticos. Conviene advertir que el Cuerpo Diplomtico, una vez que se convenci de lo estril de sus esfuerzos en el sentido de asegurar el cumplimiento del Tratado de Latacunga, se preocup solamente de los medios de salvar la vida del seor General Alfaro, cada da amenazado. Por turbas quiteas que pedan la cabeza del Gran Ecuatoriano, sin omitir ni la amenaza de incendiar la casa contigua la Legacin de Chile para que las llamas obraran en nombre de la santsima Inquisicin. Y salvase el que pueda. Violado y escarnecido el Tratado aconsejaron don Eloy, los diplomticos, la presentacin de un memorial al Gobierno por la cual solicitara su libertad y el abandono del pas cambio de su compromiso de no volver l ni tomar parte en la poltica durante un ao. As lo hizo; pero el Gobierno nada resolvi. Virtualmente rechazada la proposicin supuesto que nada se lo comunico en relacin con ella, se claro que no habiendo pacto no quedo vigente la caucin, no quedaron de garantes los diplomticos, y s qued el General Alfaro9 en completa libertad para actuar en la poltica de su patria grande con l pues hoy que dice el mundo? No debe pasar inadvertida la decisiva actuacin del General Pedro J. Montero en los sucesos del Onces como Jefe de la 3. Zona Militar, las ms importantes de todas por tener su asiento en la Plaza de Guayaquil. Montero traicion al Gobierno constitucional presidido por el seor General Eloy Alfaro, su jefe de toda la vida, su protector, su amigo, quien todo se lo deba: honores..todo, todo. Montero cohibi, amedrent Pez y se le impuso con telegramas

para no avanzar restaurar la constitucionalidad en Quito: Montero fue la lpida mortuoria del Gobierno constitucional que caducaba veinte das despus. Traidor Montero, sin pizca de deuda: y si va Quito, le coronan. Toda la persona apur el abecedario de los aplausos, de las loas, de los diritambos, de los endiosamientos. El Diario estradita La Unin public el retrato y una biografa del Napolen ecuatoriano. Lo ensoberbecieron, lo perdieron con el incienso. Traidor Freile Zaldumbide el mismo da 11 Traidor Octavio Daz ..Razn tena un indio de Zmbisa. En ese da tan rememorando tan cantado tan glorificado equiparado fechas como efemrides de positivas inmarcesible glorias. En ese da con el que se ha querido formar llenar todo un calendario hasta los indios zmbisas echaron su cana al aire, botaron las escobas y se entregaron la faena ms grata que barrear las calle y hacer el aseo de beber aguardiente de balde y tomar lo ajeno discrecin, ad limitum, armados de sendos rifles, de esa patente de corso cuando se despereza la Opinin Pblicas ..Asesina. Ya medios calamocanos, archivados perdidos el pelo de las dehesa, los felices indios en flor de un da se pusieron desgaitados gritar, dando vivas la Constitucin, esta traza: --Carra. veva la Prushitozin --O, carra.dami ano ma. Dolci, un mi dis na. Fortis, para gritar: veva la Prushitozin Corrompiendo el idioma daban los indios en el clavo. Con gente del fuste de Freile, de Daz, de Navarro, nada honrado poda esperarse. Dice el coronel Olmedo Alfaro en los opsculos citados: Desde el once de Agosto empez el desquiciamiento social y el Congreso formado por los elementos arriba mencionados declar Presidente don Emilio Estrada, candidato que haba sido la Presidencia de la Repblica, y factor principal en la traicin efectuada; quien tambin result impotente para restablecer la seguridad pblica. A las pocas semanas muri Estrada, como se lo anunciaron oportunamente, y volvi nuevamente al Gobierno el seor Freile Zaldumbide y prosigui su obra de anarquizacin del

pas, tratando de imponer elementos que le eran adversos la candidatura del General Leonidas Plaza Gutirrez, lo que ocasion la revolucin del General Montero quien ellos el 10 de Agosto colmaron de alabanzas, y hoy persiguieron hasta hacerlo descuartizar. Posesionado el seor Estrada el 1. De septiembre, constituy su Gabinete con lo mismos elementos revolucionarios, con Daz y Navarro en las misma carteras, Plaza en la de Hacienda, la que ms le convena para ejercer venganzas con los cados y para haberse pagar veinte mil sucre de sueldo atrasados como General de la Repblicapor plata baila el perro. Estrada era in ndice de enfermedades ineptitudes. Pocos das despach en el llamado gabinete presidencial, para hacerlo luego en su domicilio. Extremaba su terquedad, su mal humor, su olmpica soberbia con sus enemigos polticos. Pronto gan fama, gano renombre su aspereza, su falta de dotes como gobernante. Esto lo tenia elocuentemente probado con un telegrama su hijo Vctor Emilio, de felicitaciones por lo del 11, desde Guayaquil, los seores Fulano, Zutano, Mengano, toda gente annima, rematado todo con el anuncio de envi de ms dinero para gratificaciones los hroes de la jornada. Con estas autobiografas se puso en evidencia don Emilio Estrada. Socio de la Compaa Nacional Comercial de Guayaquil, mucho hizo a favor de ella ante el intruso y revolucionario Congreso, de ese Congreso que santific todo lo del 11, que decret lpidas conmemorativas para escarmiento de los traidores y dspotas..Quin ms dspota que Estrada? Quienes ms traidores que Estrada, Freile Zaldumbide y comparsas? Nuevas generaciones? Ojala lo sean en todo, especialmente en amor al prjimo. Plaza jug el papel de honrado en el asunto de la Compaa Nacional Comercial, tal vez con fines proditorios. El congreso, inspirado por l, decret que el Poder Ejecutivo reasumiera la administracin del Muelle Fiscal; el Ejecutivo objet el decret legislativo que mandaba pasear aquella institucin, acreedora del Fisco, no sin salir antes por la tangente el General Plaza del

portafolio de Hacienda como partidario de la sancin ejecutiva y por y por intrigas del exclrigo Daz. Plaza se veng de Estrada con la insistencia del Congreso sea con el rechazo de las objeciones. Y la vida privada se marcho resueltamente despus de quedar sin espina dorsal, gastada con la genuflexin de agradecimiento la mirra popular, siempre ovacionante, siempre acariciadora, siempre asfixianteFue guarecerse el Ministro chiflado en La Cinaga, resuelto con resolucin irrevocables despreciar la poltica; y ms le valiera no haber nacido, haber vivido encienagado Empez el cubileteo de Daz contra Plaza y de los placistas contra Daz. Resuelto Estrada morirse, asesorado por ese pelafustn y leguleyo, decidi no apoyar la candidatura anticonstitucional de Plaza, ya en escena mediante la exhibicin, la proclamacin de ella por una junta hbrida de liberales catlicos y de conservaciones sin Dios, ni ley, ni conciencia, llamada Sociedad Liberal Democrtica del Pichincha,! y presidida por ms seas por un proyecto de hombre llamado Lino Crdenas. Mucho hicieron para hacer cuajar estos seores unas manifestaciones popular zancadillezca contra Daz, incapaces de advertir que ste estaba asido, fuertemente agarrado del zancarrn de Mahoma, de Estrada y sus dioses; y no pudieron para hacer gente fueron impotentes, cosa distinta de hacer discursos de corte catlico y nihilista. Ministro de Guerra y Montero entraron en una de dimes y diretes, el primero mandar y el segundo desobedecer. Eso era de alquilar palcos para divertirse. Ni Plaza se atrevi, menos Navarro bajar Guayaquil capear ese toro de mil cuernos con puntas de bayoneta. Ninguno era espada para ese bicho. El bpedo hizo de las suyas con el Gobierno; se burl de l como le dio la gana. Plaza y Montero entraron en celos, en malignos cuchicheos de beatas que se disputan un padre corporal titulo de espiritual. El primero vea un serio peligro en la omnipotencia del segundo en las opulentas cinco provincias del litoral. Como en todas ellas Monteros era el presidente efectivo y Estrada el honorario, plaza poda llevarse un chasco con su candidatura aun en el mismo Guayaquil. Daz el exclrigo, sintiendo la nostalgia de aos anteriores pasados

en lucubraciones msticas resuelve preparar el santo advenimientos ultramontano nombrados autoridades conservadoras. Oportunamente dio la voz de alerta el escritor radical seor Manuel J. calle. Vencidas las resistencias de Plaza por los medios diplomticos ya expresados, sali de Quito el seor General Eloy Alfaro en viaje al exterior el 14 de septiembre. Llegado Durn tom el vapor Chile para dirigirse Panam. Pudo ahorrarse la proscripcin regresando Quito con su arrepentido teniente Montero, quien le ofreci su apoyo incondicional y el de todo el ejercito de su zona para vengar la felona del 11 de Agosto; y por no anegar en sangre la Republica, como lo dijo en documento pblico en Guayaquil cuatro meses despus, se neg rotundamente las fascinadoras insinuaciones del General Montero. No llevaba riesgo la partida porque en Quito y en el Norte haba batallones en atalaya, resentidos ya con las asperezas de Estrada y que sentan la ausencia de don Eloy, dgase la acefala en materia de cario y buen trato, todo estimulado por el arrepentimientos; y no era factor insignificante el desprestigio que en tan poco tiempo se haba labrado Estrada aun en el estrecho circulo de sus ms leales partidarios, por su insuperable ineptitud, la que engendr una expresin pocos corts : ES UNS VACA, que todo el mundo profera cuando se trataba de calificar al presidente de la planchas monumentales. Todos un monumento de odio para Colombia levant en los pocos y contadsimos das que actu como primer magistrado, antes de ir empezar su larga agona en Pomas qui, continuada en Guayaquil hasta el 21 de Diciembre. Con los colombianos, nada, era su formula sacramental vertida siempre con deleite. Y agregaba: si pretende Colombia permiso de trnsito para poner esos cincuenta mil hombres en el Norte del Per, no lo obtendr mientras sea yo Presidente del Ecuador y tendr que abrir un tne3l del Carchi al Macar Esto rompi el bloque de relativa cordialidad entre Colombia y el Ecuador. Esta feroz des templanza, tan spera como falta de tino nos indujo los colombianos don Eloy con don Emilio. Al Sol con la Luna, al prodigio de luz y cario con un luntico sombro, rebelde

las buenas formas. Volviendo al llorado viejo Luchador, es indudable que desech las tentadoras proposiciones de Montero. Otro hubiese hecho lo de don Eloy? Frescas las amargas decepciones del 11, fresco el acibarrado recuerdo de infidencia y traiciones sin cuento, palpitantes todo eso en su corazn, el asco era y deba ser sus sentimientos predilectos y su nico ideal la prescindencia de la sucia y rastrera polticos. Para reemplazar la lucha con la tranquilidad del hogar, de ese hogar tan ejemplar hoy desgarrado por las garras de buitres quiteos. Cunda la anarqua con el desgobierno de Estrada y la gravedad creciente de sus males, en vano ocultada por su satlite. Consecuencias lgicas del Once; frutos naturales del crimen. Termina el intruso Congreso sus sesiones ordinarias el 8 de Octubre. Sella sus labores con el rechazo de que hablamos, con la muerte para el Presidente Estrada, quien reciba de dividiendo cincuenta mil sucres anuales. Proscritos todos los Alfaros. Vino Montero ser el nico receptculo de peligros y de esperanzas, el pararrayos de una situacin en cuyos senos se fraguaba el rayo reivindicador eliminante. El flavismo haba aprovechado el tiempo sugestionado por una actualidad polticas que invitaba obrar. Preparo una revolucin con base fundamental en el ejrcito de la costa, con Montero sin Montero, con resolucin de aprehenderle en el segundo caso. El eloicismo haca en Guayaquil labor de zapa. Trabajaba subterrneamente por asegurarse Montero, sin participacin la ms minima de don Eloy en tales trabajos, ni de sus partidarios de Quito, que seguirn las insinuaciones del Jefe en orden abstencin. El Placismo con su jefe encenagado, en carantoas con Montero, su fantasma de toda honra; pugnando por sustituirlo aunque fuese con Navarro, si no era posible con Plaza a pesar de su revolucin patriticas inquebrantable de no danza de la vida pblica como sin un danzante pudiera perder el comps:; el coms; pugnando ` por quitarse de encima Octavio Daz, el eximinio maestro en intrigas que blasonaba de jefe del Gabinete (as andaba la Prushitozin),

resuelto comerse crudo Plaza y sus parciales. Fcilmente se advierte que el Placismo era lo menos y el flavismo lo ms. Los conservadores, dicho se est, trabajaban insidiosamente en el sentido de dividir para reinar. Don Eloy no pensaba en aventuras revolucionarias, pues as consta en cartas recibidas en Quito en das en que todos esperaban como segura la muerte del primer magistrado nacional, en das en que se esbozaban en el horizonte probables y prximas reivindicaciones inminente catstrofes. Preparbase Estrada regresar Quito ver modo de zanjar el conflicto producido entre el Ministro de Hacienda y la Nacional Comercial, cuando se vio sorprendido por la muerte en forma de ataque cardaco fulminante las onces y media de la noche del 21 de diciembre de 1911. Resuelto el Ministro de Hacienda seor J. Federico Intriago hacer cumplir el Decreto Legislativo contra la comercial, y resistida esta poderosa compaa entregar la administracin del muelle Fiscal mientras no se le pagara lo que se le deba por prstamos hechos al Estado, las dos entidades se mostraban los puos y se amenazaban con terquedad verdaderamente estadista. Entre entregue usted y yo entrego mientra no me paguen saldo previa liquidacin de cuentas pasaban los das siempre en marea creciente en los agitados mares del encono. Intriago orden hasta el empleo de la fuerza armada. Nadie saba en qu pararan esas misas en las que por lo menos diaconaba Daz, cuando se le ocurre don Emilio el damnificado lo mejor que pudo ocurrrselo en su vida : morirse. Una muerte ms oportuna por verificada antes hubiese ahorrado tantas desgracias, tantos desastres, tantas calamidades pblicas y privadas; y parece que apenas ha empezado la tragedia dejada de herencia por el hombre eminentemente trgico, parece que suma y sigue Los dos beligerantes depusieron las armas para enterrar al muerto, obra de misericordia cumplida el 22 por la tarde. En la maana haba tenido el acierto cronolgico El Grito del Pueblo Ecuatoriano de publicar dos artculos nuestros mandados de Quito, de los que no es grato reproduccin algunos prrafos continuacin. El primer

artculo ocupa bajo nuestra firma la primera columna del diario, numero 123, y su termino sigue el segundo bajo este rubro: Panecillos del Pichincha, firmados stos por Capi Toln. hace pocos aos se expres esta guisa el doctor Carlos Freile Zaldumbide en sesin secreta del Senado: Prefiero una invasin peruana diez mil descamisados de Colombia en auxilio del Ecuador. aquellos del tnel para pasar los colombianos del Carchi al Macar guerrear con el Per, atribuido con fundamento al seor don Emilio Estrada, es cosa de estos das. Y ello es pattico: con los colombianos.. Nada Buenas formas gastaban el Presidente y el Encargado impenitente en el cultivo de relaciones con Colombia. Mora el uno, ocupaba el candelero el otro. Pero viene Plaza, pudiera alguien argirnos; Plaza, el de aquella cosa por Panam; Plaza, el mejor amigo de los colombianos; Plaza, el que acompao con el Ecuador Colombia en sus negras horas de tribulacin cuando la separacin de Panam; Plazaplaza. Todava hay tontos embaucados con las perversas mistificaciones de placeras asesinas. Plaza se opuso tenazmente lo que se le ahja, lo que se hizo: quienes vencieron sus resistencias fueron los seores General Flavio E. Alfaro y Emiliano Isaza, Ministro de Guerra y Ministro de Colombia, respectivamente, sin cuya intervencin Plaza reconoce ipso facto la nueva Repblica. Pasado el acto fnebre de enterrar al muerte presidencial se exhibi Montero con un documento de relumbrn de adhesin estricta la constitucionalidad ..Cuidndose de no profundizar en el concepto de constitucionalidad cuyas banderas empuaban sus manos aun desde el 11 de Agosto de 1911. Enterrado el difunto, ardi tambin la provincia de Esmeraldas con la proclamaron del General Flavio E. Alfaro como Jefe Supremo de la Republica. En la maana del mismo fecundo da supimos por el canon en Quito la desaparicin de don Emilio Estrada. Todo el mundo cort los frenos y se ech la plaza mayor; y digmoslo con franqueza,

conspirar, conspirar al aire libre y todo pulmn, casi sin escrpulos de ninguna clase. Muchos ignorbamos que el cuervo mayor se encontraba en Quito desde la vspera, parece que llamado por el Gobierno para que lo apuntalara. Dejo La Cinaga con patriotismo y todo no slo para apuntalar sino para apuntalarse. Harto haba hecho el Gobierno para impedir que Plaza saliera de Senador por alguna provincia en las elecciones de Enero prximo. Pues por lo mismo, apuntalarse tocan. Y quin otro poda hacerse cargo de ese muerto ms ftido por su mayor descomposicin orgnica que el inhumado en Guayaquil? Plaza y l integraban un todo homogneo indisoluble. Tambin se empeo en apuntalarse con Montero quien tema y de quien desconfiaba. Aprovechose de ese documento que hicimos referencia a favor de la constitucional, para enderezarle un telegrama de felicitacin, as como su segundo Prez, despachos que calific de aoranzas El Ecuatoriana de Quito. Funesto el da 11 de Agosto de 1911: pavorosas sus consecuencias. Y suma y sigue.

IIIOTRA TRAICION Y SUS DERROTAS.

Para los flavitas todo marchaba pedir de boca en la capital de la Repblica aun cuando no se conocan los progresos de la revolucin iniciada en Esmeraldas. Se adivinaban se los vea al travs de lentes de aumento; como es de rigor en tales casos, y porque haba antecedentes que autorizaban verlo todo el color de rosa. Los trabajos de un comit de cinco personas entusiastas insospechables, distintos de otro en que hubo Galrraga, lo decimos por una delator de ese apellido quien marcamos con INRI afrentosos, haba podido asegurarse la decisin tres unidades

militares en Quito y de dos en el Norte, para secundar el 30 de Diciembre la proclamacin del General Flavio en Esmeralda. Se crea que ellos coincidiran con iguales movimiento en Guayaquil sus dependencias militares. En el plan de Quito entraba la prisin del General Plaza y su encierro en el Panptico, y el respeto al retraimiento en que viva el seor General Julio Andrade, el amigo muy sincero de Colombia, amigo exento de egosmos de almas vulgares. Todo lo baraj la proclamacin de Jefe Supremo en Guayaquil el 28 de Diciembre a favor del seor General Pedro J. Montero, jefe de esa 3. Zona Militar Traicin? Seguramente, pero de atenuaciones fciles de hacer valer ante la Historia, por ser traicin contra los otros traidores del 11 de Agosto. El reto resultaba de revolucionario revolucionario. Ni ms ni menos. El verdaderamente traicionado fue el flavismo, cuya revolucin perdi sus atributos de viable. El primer efecto fue el desaliento en los flavistas de la Capital con el naufragio de esperanzas fincadas en la noche del 30 de diciembre. Nada hubo, nada poda haber en presencia del peligro de ayudar Montero, de coadyuvar en el sentido de robustecer una revolucin descabellada por un Jefe Supremo imposible. Repetimos que los alfaristas partidarios de don Eloy se abstuvieron por no contrariar la abstencin de su jefe, aunque simpatizaban con la actitud de los flavitas y deseaban de todo corazn sus triunfos. No nos es dable ni por barruntos sealar el espritu que anim impuls Montero la trgica inocentada del 28 de Diciembre de 1911. Hay motivos para sospechar que obr el odio Plaza de factor eficiente, de razn potencialsima para ponerle obstculos en su camino triunfal la Presidencia de la Repblica. Tocole al Gobierno debelar una revolucin fuerte en sus elementos materiales y dbil en sus recursos morales, hurfana de fsforo de tcnica militar y tocada de anarqua en sus dirigentes y caudillos. Nombrado el General Plaza Comandante General en Jefe del

Ejrcito, el primer paso la victoria, como lo dijo un peridico quiteo fue conquistarse de segundo al talentoso seor General Julio Andrade. Sabamos que ellos no andaban en muy buenos trmino.Cmo sedujo Plaza Andrade, el escarabajo al guila caudal? Lo ignoramos. Juntos salieron campaa contra las fuerzas monteristas. El Generalsimo se despidi con algo de pocas amigas que desagrad todos, atentos lo serio, lo bien presentado y reido con lloriqueos por hijos ausentes impropio en un militar de jerarqua y amigo de panderetas y bombos. El Jefe de Estado Mayor General se despidi como se dice la francesa, porque en cultura y dems cultivos mentales es todo un buen francs, y sabe que en boca cerrada no entran moscas. No pas de Riobamba el General Plaza, el jefe de la campaa de carbn contra las paredes de Quito en trminos de dejar all carbonizada su candidatura presidencial. Enemigo de fanfarrias y letanas populacheras, el bizarro General Andrade pas directamente buscar al enemigo de Alaus Huigra, con batallones de lneas y de reservas, de las tres armas. Montero llam y arrastr de Panam al seor General Eloy Alfaro, quien lleg Guayaquil el 4 de Enero. Al da siguiente desembarc en el mismo puerto el seor General Flavio E. Alfaro procedente de Esmeraldas, adonde haba vendido del Istmo haca pocos das. El segundo acept el nombramiento de Director de la Guerra y General en jefe del Ejrcito monteristas. As yerran los hombres? Fue asimismo un error craso prescindir de una posicin inexpugnable como la del puente de Chimbo en Bucay y exponerse un desastre en Huigra y las alturas de que est circundada la poblacin. De parte de Montero hubo imprevisin de todo. El Coronel Belisario Torres era un ciudadano muy distinguido que saba ms de tropos que de tropas; y las que formaban la Divisin de vanguardia, comandaba por el escritor periodista seor Torres no eran como bisoas las mas a propsito para responder por un triunfo contra las unidades veteranas de Quito, mxime si stas eran conducidas por un Jefe experto de la gallarda de Julio Andrade.

Quien da primero da dos veces, reflexion el jefe de la altura; y embisti para ganar en jornada brillantes la batalla de Huigra Pasan el 11 de Enero de 1912. Mentir es padre y madre en pocas revolucionarias, sobre todo el centro como Quito donde falta trabajo y sobran ociosos; y como la revolucin es para un sol y para otra noche de todos los das, la mentira es la nica verdad en nuestra agitada y falaz vida republicana con ribetes democrticos. Pues mentir y frer mono; lo ltimo en obsequio de la unidad nacional, como grito herido se deca en un cuasi comicios el 29 de Diciembre 30, esta traza regionalista, en la plaza mayor de Quito: ---- Abajo Guayaquil ----- Mueran los monos (los costeos). Las mentiras volvan la oracin por pasiva, divulgaban en la Capital que el derrotada era el Gobierno. Algn consuelo busca siempre el vencido. Cuando ya no haba enemigo en Huigra resolvi avanzar el prudentsimo General en Jefe. Telegrama de Luisa para avisar que ha salido de Riobamba donde haba estado padeciendo de aguda y cruel enfermedad de padre. Viaja con la Ambulancia, no la despacha vuela-maquina, mueren muchos heridos por desangre; y los quiteos todas estas letras le acomodan esta msica: Luisa Plaza. Llegado Huigra costa de padecimientos mil, fsicos y morales sale con la estupenda noticia de darse sepultura a los Jefes monteristas Brito y Ayarza; y los chuscos quiteos al punto se le enfrentan con este alias: General entierramuertos. Huigra es una poblacin de unos ochocientos habitantes situada en el margen derecha del ro Chanchn formado al pie de la Nariz del Diablo con la Unin de los riachuelos Alaus y Zula. All almuerzan los pasajeros que viajan en el ferrocarril de Guayaquil Durn Quito, para pernoctar en Riobamba. Su clima participa un poco de las condiciones de sano con una temperatura de 23 centgrados. De all parte un mal camino de herradura a Cuenca, la metropon meridional ecuatoriana. Su posicin es una hondonada angosta por la que serpentea el Chanchan combatido por astas cordilleras en los

Llancos. En las alturas queda la hacienda de Pasan en la que se decialo en xito de la batalla 11 de Enero. Llene oncimas postal y telegranca y algunos buenos camelos pertenecientes la Compaa del Ferrocarril, la fundadora del Pueblo que es ya parroquia del cantn de Alaus, uno de los cinco en que se divide la Provincia de Chimborazo, despus de las prximas estaciones de Chancan y Sibambe la lnea en ascenso atrevido repecha zona fra en la Nariz del Diablo. Mandados algunos batallones ocupar Bucay, sifuilos Plazas con su Estado Mayor. Su viaje lo comunica el General Andrade Quito en telegrama que rompe as: S que el Comandante General en Jefe sali hoy las 6 p. m. al Sur. Seguramente, han Rompido los amigos, razn para quedarse rn Huigra el ungido por las brillantes jornadas, el galardonado con apologticas y muy merecidas felicitaciones, cuando su puesto predilecto ha sido siempre en la vanguardia cual arrojado galanteador de la muerte. Quien dude del rompimiento. Lea: Deseara que estos datos se publique, no por m que nada busco; pedrada de muy seor nuestro, chpate ese huevo Leonidas. Adelantito remacha el clavo: Por lo dems, puedo asegurar que present la batalla de mi propia iniciativa. El domingo 14 fue sorprendido Plaza en Naranjito por unos ochenta monteristas emboscados. Me di el lujo de poner en desfile mi gente lo largo de la lnea frrea, dice al Gobierno, talvez por no haber alcanzado elevarse con ella en aeroplanos. Qu otra cosa caba hacer? Casi se loi comen vivo. Esos ochenta bravos le causaron bajas por centenas y lo trancaron duro y parejo hasta quemar el ltimo cartucho. La nica plvora que oli costle una carnicera al Gobierno. Llevbamos en Quito un Diario del cual copiamos algunos prrafos. si los unos no atacan, los otros engaarn construyendo fortificaciones en Yaguachi, por que las batalla de los Alfaro se librar en Guayaquil, y lo nico que habr en la cuna de Montero no exceder las proporciones de lo acaecido en Naranjito, aun cuando el General Plaza se d el lujo de exhibirse bufo: trancar palomeando

y palomear trancando. Se librar en Guayaquil la batalla de los Alfaros, dijimos supuesto que la de Huigra fue de Montero, y agregamos: si se ha de liberar batalla, si la Bay. Cuando Plaza levante toldas para ir contra Yaguachi el enemigo habr escapado Durn atrayndolo hacia el Guayas, y poca ser la resistencia que encuentre en las trincheras opuesta por gente que se escurrir ro Yaguachi abajo ponerse bordo, suponemos, del sincero Cotopaxi puesto en atalaya en sitio conveniente. Tiene dos vas la del ro Yaguachi y de la lnea frrea. Un grave problema para el General en Jefe. Gravsimo, superior los recursos de la tcnica militar. Cae en la cuenta del callejn sin salida en que ha cado, cogido de sorpresa por la sabidura del Viejo Luchador. Cavila, reflexiona, discute sin atinar por dnde avanzar. Desde el puente, la lnea destruida. El ro con vida pletrico de aguas como camino andante. Puesto en las influencia de cualquier modo, el caudaloso Bodegas por delante irritado con el recio llover. Se presentan dos soluciones: ocurrir por Moiss mandar el ro para que del extranjero lo devuelva con puente. Molleras calientes nada resuelven. Para habilitar la otra va no se consigue ni el clavo en que se meci la cuna de Montero cuando era pichn de General. Se pasa la noche en devaneos estriles. Mientras tanto. Llueve que llueve; mientras tanto, los pcaros escapados ms all de lo s extremos del planeta, comiendo y bebiendo sabroso en Guayaquil. El zancudo, pica y pica. La vbora en acecho. El hospital, pletrico. Implacable, implacable la sed de la fiebre. Yaguachi encantado por lo desierto, haciendo or un chasquido de muerte y un aleteo de hostilidad el peso bos que que lo circunda. Noche triste Mi general, qui tal muchi ha pasau? Pundnde piensa avanza? Trujo usted sapos para estas lagunas? Aqu llueve halto, no mi general? Mis patrones y toita la gente si fue aspirarlo in Guayaquil. Yo quedi sulita para avisarli mi. Ay! Mi jefe, hora avieto qu usted ta. Infuermo. Tien una cala. Mi voy; Hata luego.

Ven ac, zamba de todos los diablos! Hay que cogerla. Parlera enantes; ahora muda. Halagos, amenazas, todo intil. Cansados de bregar, vieja perdiz al monte, djanla ir libre y parece muchos que corre horajadas en lo de escoba y silbando como serpientes. Se resuelve avanzar Durn, objetivo desde Quito. Viaje pie: no hay remedio. Ms menos 20 kilmetros de mar muerto cruzado por la carrilera fuer de puente, pues el trayecto es un invierno larga zona de lagunas y tembladera incubadoras de trillones de zancudos que pican, destrozan y matan inyectando el germen del monstruoso paludismo. Dos noches tenebrosas en brazos de prfida hospitalidad, la intemperie, en desfile de espectros maromeando sobre durmientes; y se llaga, sabe Dios cmo. all en la ribera opuesta la presa codiciabas, por seis mil soldados, por el Libertador Bolvar, por el Cotopaxi, por el torpedro Turqu y por cuarenta caones de 12 kilmetros de radio algunos. Na. Hay otro cantar que el triste: Babahoyo para buscarse camino Mapasingue. La exposicin de Guayaquil en reaccin decisiva destruye todos vuestro clculos. A ser posibles, cierto Sabe usted lo que son 50 caones con alcance varios de doce mil metros y no calcula su efecto devastador desde Santa Ana y los cerritos de Durn? Concedo que don Eloy lo haya credo posible; pues entonces el remedio supremo, el remedio infalible para conjurar toda reaccin urbana y mantener raya Plaza hasta que acabe con su ejrcito el sistema de eliminacin del invierno con sus invencibles aliados el clima, el zancudo y congneres, la bubnica, la fiebre amarilla, la perniciosa y similares infecciosas, en suma el paludismo, progenitores de la desercin. Lo transcrito denuncia el error en que estuvimos con la participacin de don Eloy en la direccin de las operaciones militares. Su misin de paz no sera firme; pero al principio y al fin revisti los caracteres de sincera. Plaza nada vala sin Andrade. Sin el jefe de Estado Mayor General, cerebro y msculo, no tena sentidos el General en Jefe y apenas se

guiaba por el instinto de propia conservacin. El Jueves 18 se libra la batalla de Yaguachi en la que triunf el vencedor en Huigra: Julio Andrade. Su compaero Plaza reserv sus energas para darse el lujo de presenciar sin impedirlo el saqueo de la poblacin por la noche. Noche triste! Para los vencidos. La batalla estuvo perdida para el Gobierno. La perdi el General Flavio Alfaro cuando lo pusieron fuera de combate hirindolo en las piernas. No hubo jefe que lo reemplazara y que pusiera coto la desmoralizacin; y s los hubo en bastante nmeros para restarse al peligro iniciar el desbande. Yaguachi es cabecera del cantn del mismo nombre, uno de los cinco ricos y florecientes que forman la provincia del Guayas. Tiene por parroquias principales su mula el Milagro y Naranjito, la vera del Ferrocarril y rodeadas de ingenios de azcar. Poca confianza tuvo el Gobierno en el triunfo de Yaguachi. Al efecto, copiamos de nuestro Diario: Cspita! Llega la trashumancia. Un Ministro escolar cambia de domicilio y recibe el almuerzo en un cuarto ms obscuro, si cabe, que el Sur, y recomienda la fmula no denunciar ese escondrijo donde el bho se juzga ms seguro que en la suspirada y atractiva corte celestial. Casa de los herederos de Alejandro SAA, ltimos piso, cuatro el ms hermticamente cerrado es la direccin que damos quien necesito instruirse en artes de escondites. A falta de pan buenas son tortas. Nuestra brujita de alcoba presidencial sorprende este monlogo: Yo, Carlos Freile Zaldumbide, alias doctor, rematadamente tonto de nacimiento, ms flojo que tabaco alemn metido de patas y cabeza en estas honduras. Bien estaba en Europa viviendo de la fortuna que me dejaron mis taitas, que he sabido y podido conservar viviendo en todo decir vida de perro, sin ofender al hijo de mi mama. Razn tuve para resistirme un poco el da 11. yo no quera ir por donde alumbr el ciego Vela, autor irresponsable de la constitucionalidad por no haber podido ver ni or, tocar ni palpar y creemos que ni gustar la revolucin de ese da de estupricios, robos,

saqueos y asesinatos. Lo que yo me deca: muerto el amo, el perro llorar. Caro me va costar el papel de intruso que he venido representando hasta hoy: cara mi prfida ingratitud con mi generoso protector caramba! Quien me elev de pobre diablo las alturas del poder: cara..si ya no tengo cara con que presentarme antes las gentes decentes. Encontrarme en condicin de no poder comer ni mi cuchuco, mi comida predilecta por lo barata; no poder dormir ni un pienso. Lo peor lo ms pior es no poder escaparme de esta jaula antes de que vengan don Eloy, Flavio y Montero, mis fantasmas toda hora de la noche. OH! Matarlos sera lo ms prctico. Tengo el Norte para correr Tumaco; pero le temo por mi estolidez en el Senado contra los colombianos, que hace poco puso fresca ese descamisado, Manuel de Jess Andrade en El Grito del Pueble Ecuatoriano Torpe! Toda mi fortuna diera por una pizca de talento.. (Y se pone llorar el infeliz hombre ya que el sueo huye de sus ojos.) Sabemos que en la manifestacin popular de noche qued enterrada la candidatura de Leonidas Plaza, quien se le neg la ciudadana ecuatoriana con grito de muera el colombiano! El Gobierno piensa en el doctor Carlos R. tobar para candidato oficial.Sueos! Involucramos aqu una informacin sobre este personaje. Todos creen que se impuso el quebrantamiento de su resolucin de vivir fuera del pas por no desairar al General Plaza, por amistad ntima con el Ministro de Hacienda que quiso tenerle de compaero en el Gabinete. Tobar acept el Ministerio de Relaciones Exteriores por que as se lo impusieron sus copartidarios los conservadores, por cable. Cuando lleg al Ecuador ya Plaza ordeaba vacas en vida muy privada en La Cinaga, donde par el tren y donde los dos echaron un palique largo En Yaguachi termin la campaa. Y slvese quien pueda. -------------------------------------------

IV

CAPITULACION Y TOMA DE GUAYAQUIL.----------------Hubo no la hubo? De lo segundo se agarran huy todos cuantos necesitan defenderse de las tremendas responsabilidades derivadas del fin trgico de seis Generales y un Coronel. No hubo capitulacin, dicen, porque no la aprob el Gobierno, por falta de personera en el General Plaza, quien no estuvo autorizado para ello. Un General en Jefe est ampliamente autorizado dgase facultado por el Derecho de Gentes para firmar y acepto capitulaciones, y ellas rigen sin necesidad de veto de nadie, se cumplan sin ulterior aprobacin del Gobierno. Pero no hay para qu entrar todava en los dominio de lo especulativo, en esos dominios en lo que palma como ltima potencia el doctrinita sin doctrina doctor Carlos R. Tobar, capaz de rechazar tantas prcticas no consagradas por el derecho, como la ingerencia de los Cnsules en el caso de Guayaquil. Bien cabe de Guayaquil. No hay quien no reconozca que el pueblo prctico por excelencia es las ingles. Todos aceptan como articulo de fe que el mejor gobierno es el del poderoso Imperito Britnico, regido por un rey que gobierna nominalmente gobernado por un gobierno esencialmente republicano que cuantos nos vanagloriamos de el contraste no puede ser ms desastroso para nosotros, tan terico, como favorable para los inglesas tan prcticas. Nosotros tenemos una carta fundamental, no tienen ni eso, ni una constitucin. Algo ms esos brutos no tienen Cdigos, ni leves, ni doctrina Tobares, que es el colmo; y yendo por

otro rumbos, son tan infelices, que no tienen ni diccionario, carecen de lxico. Luego.no tienen gobierno, ni idioma, ni nada. Vegetan es estado de conquistar; y cuidado que el doctor Tobar gasto esfuerzo en conquistar o en conquistarse al honorable Ministro Ingles con panzas doctrinista que generaban compasin. Sabemos que estuvo a punto de pedir sus pasaportes para no dejarse doctrinistas coba rizar. Tuvo o no tuvo autorizacin Plaza para firmar la capitulacin? Si la tuvo, debi cumplirla toda costa, ineludiblemente, aun con la oposicin de todos los gobiernos de la Fierra. La Moral no tiene creciente en menguante; y la Honradez es la primognita de la Moral. Si no la tuvo, debi cumplirla toda costa, ineludiblemente, aun con la oposicin de todos los gobiernos de la tierra, sacrificndolo todo inclusive la Presidencia de la Republica; y todo para salvar su honor, hoy en completa bancarrota. No la tuvo, peor Plaza. Si no la tuvo, cualquier puede calcular el alcance de una Capitulacin destinada morir en su cuna, sentenciada esfumarse por sentencia de uno de los firmantes, del General Plaza. Ese alcance va lejos; va tan lejos que uno se resiste crecer en lo que se ve en el limite, de cuerpo entero: UNA FELONIA, una felona del General en jefe parea que no pudieran escaparse, para que cayeran en sus vengadoras manos todos esos Generales que podan disputarle temprano tarde la PRE eminencia en el pas..porque Plaza anda ebrio de popularidad, concupiscente de poder y no piensa sino en bailar el bambuco en calles y plazas con su enamorada la Opinin Pblicas, de esa Opinin Pblica que mata, que asesina General y se divierte profanando y arrastrando sus cadveres. No conocamos Plaza; ya le conocemos. Valor cabalstico tuvieron aquellas bellas expresiones: el mejor legado que dejar mis hijos, no nac para verdugo, que venga otro derramarla; propias como se dice para la exportacin, fruto de la ms refinada hipocresa, narcticos para las presuntas vctimas. Y un hombre de tales hgados se juzga por s y ante s el primero en

la Repblica, el Ecuatoriano sin segundo, ms grande y ms histrico que Leonidas de Esparta. Alguien nos cont, dicho sea entre parentela, que entre Plaza y el periodista seor Manuel J. calle hubo un dilogo como el siguiente. --- Y qu opina Manuel Jota de la situacin actual? ---- Quiere usted que yo opine? Pues opinar. Opino que estamos tan insolventes en inteligencias, General, que usted es presume ser el primero en la Repblicas Cierta no, la spera franqueza tiene marca del clebre diarista Calle, aunque sea calumniosa para el Ecuador, como lo es sin duda algunas. Por ah nos dijeron en Guayaquil, que los amigos de Plaza alegaban tambin que la capitulacin no haba sido ratificada. Por quien ya lo hemos dicho y no nos casaremos de repetrselo: no haba necesidad de la aprobacin del gobierno, para nada la habla menester. T como la de Guayaquil esta firmada por el mismo General Plaza y Montero y no por comisionados. Argumenta el Grito del Pueblo Ecuatoriano que habiendo el pueblo atacado y tomado la crcel y la gobernacin, la capitulacin quedo sin efecto. Este argumento es apropioso. Montero disolvi los cuerpos de tropas desde que recibi firmada la capitulacin, de acuerdo con los Cnsules, reservados dbiles escoltas para guardar la crcel, la casa de gobierno, los parques y el orden. Esperaba que los bomberos relevan esas escoltas, cuando los placistas las asaltados, porque las vieron muy fciles de batir. Esta fue la primera felona, y no puede disculpar la segunda, la violacin de las inviolables leyes de la guerra. Los escritores de la coalicin han atacado los Cnsules que intervinieron en la Capitulacin, negndoles el derecho de haberse inmiscuido en esos asuntos. Intervenir en una transaccin, interesarse en un acto humanitario no es faltar la neutralidad. Los Cnsules, casi en todas las guerra modernas han desempeado un papel semejante, con aplauso de sus gobiernos. Y spase que en el caso actual, tan acremente censurado con vilipendio para el pas, el gobierno de Taft estaba en comunicacin constante con su Cnsul en

Guayaquil sobre los asuntos que lamentamos, segn lo comprueba la prensa neoyorquina. El quebrantamiento de la Capitulacin, en la que estaba empeada la palabra de honor del General en jefe, ha puesto al Ecuador en el rol de las tribus salvajes. Y diremos de paso que el telegrama de Freile Zaldumbide Plaza con la orden de entrar Guayaquil sangre y fuego, sin aceptar ningn asentimiento con los revolucionarios monteristas, porque stos estaban impotentes para resistir, pintar al hombre primitivo, al troglodita de las cameranas, sin entendimiento ni sentimiento hemos aadir que el documento aquel, es obra de Daz, y nicamente suscrito por el infeliz vicepresidente de Alfaro. Hay algo ms negro en este cuadro de perfidias placistas y oficiales que invade los dominios de lo inverosmil. El 21 recibi Plaza un telegrama de su conmilitn Freile Zaldumbide en el que le prohbe aceptar la capitulacin Qu cumpla un General de honor un caballero? Poner al particular en conocimiento de Montero de los Cnsules de los Alfaros, de los interesados Nada de esto hizo Oculto el telegrama y continu discutiendo la Capitulacin hasta firmarla. As no podran escaparse los Alfaros, ni Montero, ni Pez, ni Serrano, ni Coral, los sentenciados por Plaza el cobarde, el feln, el asesino, segura muerte. Licenciadas las tropas de acuerdo con la capitulacin, la toma de Guayaquil sin disparar un tiro por el Ejrcito de Quito, la toma pacfica de Guayaquil fue una de las consecuencias, la conservacin esenciadsima del Tratado. Volveremos sobre este tema de importancia capital.

VRUPTURA DE LA CAPITULACION

Y LA GRAN TRAGEDIAFirmada la Capitulacin, tomada la plaza de Guayaquil y descuidados los Generales por ministerio de ella, preciso era romperla y preparar la gran tragedia para el da en que aquellos llegaran Quito. La prensa oficial preparo los asesinatos. Los oradores de la esquinas los inculcaron en las turbas. Los sermones los santificaron. Las autoridades concedan impunidad todas estas manifestaciones, a pesar de estar castigada por la ley. El Ministro Daz no mand juzgar ninguna de estas provocaciones al crimen. Lejos de esto, el citado Ministro de Gobierno y polica pagaban la prensa criminal. La Constitucin era y es diario oficial. Publicose una lista de proscripciones encabezada por todas las personas que despus fueron sacrificadas: y peridicos placistas, como el Grito del Pueblo Ecuatoriano, la reprodujeron, como una cosa natural y buena. El mismo diario aconsej decapitaciones, aunque para arrepentirse despus del 28 de Enero. La prensa ecuatoriana, con rara excepcin, hace manchado en sangre. El Comercio conservador mercantil, narra los sucesos como quien se ocupa en una revista taurina, de matanzas en proscenio de coliseo. Reservndose palpitantes y en los labios los elogios los diestros y actores. El Telgrafo dice, cuando la muerte de Montero, que hubo alarma en la ciudad, creyendo que suceda algo serio No tena seriedad un crimen que ha cubierto de infamia una noble Nacin! La Prensa habla en revista de la tragedia de Quito, como si hubiera sucedido solamente en el teatro. Sin una fase de condenacin; y es rgano de Plaza. Y todos los peridicos achacan el crimen al pueblo, infamndolo para salvar los criminales que pagan esas plumas. Venga nuestro Diario narrar con detalles la Historia de la gran tragedia. Tomamos la crnica escrita en Quito desde el 19.

Horror! Da de enterrar muertos en el campamento, quemarlos, por centenas. Sangre derramada torrentes por una candidatura porque la paz lo designa. Habrase visto ms cruel irona? Contra Plaza, si quiere ser presidente, deca y repeta Montero, he de quemar el ltimo cartucho. Acaso no hay un Julio Andrade, un Manuel Benigno Cueva, un Alejandro Crdenas, un Flavio E. Alfaro, un Gonzles S. Crdova, un Carlos Alberto Aguirre, un Miguel Seminario, un Carlos Benjamn Rosales, un Felicsimo Lpez, un Juan Illingworth, un Sixto Durn Balln? Un Washington, sin segundo, porque la paz lo designa, es el cacareo en el gallinero placitas. Mucho pueblo mujeril acantonado en Chimbacalle para acariciar con piedra, palos y cuchillos los prisioneros de Huigra, para quienes el viaje habr sido un horrible va crucias. En todas partes los prisioneros de guerra son sagrados, menos para los fanticos que supieran por la santsimas Inquisicin. Muy temprano nos hacen saber la entrada de los presos, hoy sbado 20, y hirieron al Coronel Belisario Torres en la puerta del Panptico. Los maltratos en el camino, brutales, sin faltar ni agua caliente arrojada por la caridad metlica Plebeya. Primera noticia de hoy domingo 21, terrible! Belisario Torres ha muerto! Terrible, por el terror que tendr posedo al Gobierno que no pudo que quiso evitar ese asesinato. Pocos das y todos se esclarecer. Se nos hiela la sangre pensando en las represalias. Belisario Torres, el caballero sin tacha, el amigo ejemplar, el abnegado portavoz del radicansimo con el DIARIO DE AVISOS fundado en 1888, el ciudadano sin macura, el carioso esposo, el tierno padre, el notable ecuatoriano sucumbe a los certeros y aleves golpes de asesino ebrios de sangre y que agona! Y enciendo obstancias resistencias oficiales llega un amigo a verle en el Panptico, encuntrele sobre enarca de sangre examine, perdido el conocimientos los labios costados por la sed; ya en busca de un vaso de agua, vuelve con el, y se le impide refrescar la boca del moribundo!. Conste que el Coronel Torres muri a causa de un tiro de rifle.

Asustados Carlos Freile Z., Octavia Daz y Juan Francisco Navarro, mandronle un papel escrito para que lo firmase creyendo fcil arrancarle su firma. ---Yo no firmo sin saber el contenido. Odo el escrito, continu No es cierto que el tiro que me causar la muerte por alfarista me lo diesen por el antiguo. Protectorado; no, fue aqu al entrar al Panptico donde me dispararon con rifle un tiro que me cruz de parte parte. Tambin quiero que conste para dar mi firma y si tanto inters tiene en ella el Gobierno, que yo apostrof mis asesinos dicindoles, que en vez de matar aqu por la espalda mansalvar un prisionero indefenso, fueron campamento pelear como hombre; adems, que no fue mujer la autora de mi asesinato, si no hacen estos cambios, no firmo. Pasado al Hostipal el sbado en la noche ruego de muchos ruegos y suplicas, fue un trailer de tantos que tiene Quito mortificar al moribundo con patraas de confusin; y pasada la ofuscacin de los primeros momentos y como un vigoroso y aquilatada radical, dijo; ---Nada tengo de que confesarme: nunca he hecho mal nadie y he procurado hacer todo el posible mis semejantes. Falleci en la plenitud de sus facultades a las tres de la maana de ayer 21 de Enero. Hubo empeos para trasladar su cadver casa particular; y el Gobierno se neg rotundamente ello. MARTES 23. Se verifica una algarada de mujeres del pueblo.Cmo sera eso! Exclamar con pauelo en las narices todo el que conozca el gremio mujeril de placeras, cocineras y hembras de la laya. Tolera el Gobierno el feminista atentado de que es victima la casa de la seora Rosario Alarcn de Alfaro, esposa del General Flavio, Todo lo destrozan, todo se lo roban. Nadie impide la consumacin de un saqueo brbaro. MIERCOLES 24. Gran da con la grandeza de los generales victoriosos exhibida de cuerpo entero en Documentos para la Historia compilados en hoja volante de gran formato. Se quiere ms sangre? Que venga otro derramarla, contesta

Plaza despus de confutar con igual brillantez moral al Gobierno: En cuanto a que sea vergonzoso obtener la entrega de Guayaquil por capitulacin, acepto esa pgina ser la mejor que legue mis hijos Bofetada sublime los matones Carlos Freile Zaldumbide y camaradas! El gran General Julio Andrade dice sobre el mismo tema; Mi opinin en incidente de la captura de los Generales Eloy Alfaro, Montero y Pez, es que debemos cumplir el compromiso de darles garantas para que salga del pas. Se quiere ms sangre? Chacaes, lobos, ida beberla las orillas del Guayas. Frente frente Plaza y Andrade? Montero propone al segundo para Jefe Militar de la plaza de Guayaquil, y el primero lo rechaza. Esto es grave. Qu fermentar en la ciudad portea? El Ministro de Guerra marchara por estas complicaciones adems de ir traer los presos para cumplir Freile su juramento las mindalas, de entregrselos aqu en Quito? Un grupo de conservadores le ofrecen la candidatura presidencial al traidor Carlos Freile Zaldumbide. Otro grupo de liberales lo amenaza. El pobre hombre ordena que patrullas armadas recorran la ciudad y que una guardia doble garantice su sacratsima persona en su domicilio de San Agustn. En que pararan estas misas, egregio polticos mutantes doctor Federico Gonzles Surez? Ora po nobis. Hay irritacin oficial, encono gubernativo contra Andrade y Plaza Y por quienes son gobierno? Por los perseguidos hostilizado y calumniados hasta la vspera de la proclamacin monterista OH! Eso medios de Zambita valen tanto como todos los sabios de Grecia juntos. Que prostitucin! JUEVES 25. fardando a la capitulacin pactada el 22 por quienes tenan poder para con tratarla un pequeo grupo de pueblo ataco los cuarteles el mismo das en Guayaquil y los reduzco a precio de poco esfuerzo. Se toma presos los Generales Eloy Alfaro, Ulpiano Pez y Pedro J. Montero, juzgado ste por un consejo de Guerra y

condenado 16 aos de penitenciara, previa degradacin, se le victima, se le decapita, se arrastra su cadver por las calles. Estos excesos se le atribuyen al pueblo los ha cometido, ni aun despus de combates sangrienta decididos en sus afueras dentro del permetro de esa Ciudad? La prensa calumnia al pueblo guayaquileo? Esperemos. La misma prensa de esa ciudad de Francisco Pizarro ha dicho tantas cosa..sale nutrida de telegramas por los que se pide Plaza la remisin de los Alfaros, Monteros y compaeros. Citaremos solamente el de Lino Crdenas y doctores de la ley liberal democrtico, y el de la esposa de Alejandro Sierra: uno y otro apremiantes, conminatorios, sedientes de sangre. VIERNES 26. Completo eclipse de noticias de Guayaquil, por interrupcin de lneas, real ficticia. Andar todava el diablo suelto? Asesinato de otro general? Corre el rumor de haberse suicidado Flavio Alfaro en Guayaquilcircula la noticia de haberse marchado Plaza en el vapor Chile despus de renunciar la comandancia en Jefe. En calle central amanece en exhibicin un cuadro pictrico con la cabeza de don Eloy amagada por un cuchillo, ilustrado todo con esra evanglica leyenda; Traicionero Ladrn---Perjuro ----- As ser castigado; ste y todos los que sigan-En el Palacio Nacional, otro con retrato de don Eloy Flavio y Colon. Con cadenas y letanas catlicas. Como no ande la mano negra empeada en la eliminacin de los jefes del liberalismo. Suntuosa y merecida recensin los vencedores en Huigra. Naranjito y Yaguachi. Arcos triunfales coronas Flores msica vivas, aplausos; todo mezclados con sollozos de viudas y lgrima de hurfanos. SABADO 27. De Guayaquil, ni una palabra. Continan en sus puestos los cuadros de alegra infernal, obsesionando incitados la matanza de prisiones prximo llegar al Panptico. Pobreza de criterio titula La Prensa su editorial, enderezado contra El Grito del Pueblo Ecuatoriano, y sigue otro contra El Ecuatoriano y los conservadores. No resultar ocioso insertar aqu

los dos ltimo prrafos. Cuantos las pruebas que pide El Ecuatoriano respecto de lo que afirmamos que los conservadores trataban de atraer su seno al General Andrade, la cosa ha sido tan clara y tan pblica, que no necesita de pruebas palpables: est en la conciencia de todos. Personas hay, honorables, muy honorables, de esas que no saben mentir, que oyeron de una de las ms alta autoridades del Partido Conservadores, la declaraciones de que su candidato era el General un banquete en uno de los conventos de esta capital. Quin no hablada en esos das de tal banquete? Los colegas de El Ecuatoriano no han podido ignorarlo. Que el General Andrade no les ha dado gusto, es otra cosa pero existi la tentativa de parte de los conservadores, eso nadie lo ignora. Queris otra prueba, colegas y amigo? Pues la protesta formal, terminante que se vio obligado hacer nuestro amigo el General Andrade en el Gabinete presidencial, contra lo que en esos das se afirmaba, de que el mencionado General estaba en un pensamiento con el Partido Conservador. Esta declaracin no nos sorprendi en el General Andrade, que siempre ha militado en nuestras filas; pero por eso nuestro adversario se han dado por vencidos, y no cesan de trabajar activa y astutamente por realizar su ambicin, cual es de conquistar para ellos un General de prestigio. Puede que tambin sirva para definir ulteriores responsabilidades este telegrama publicado en el mismo nmero de La Prensa, al doctor Gonzalo S. Crdova: Los conservadores y con ellos algunos liberales frvolos, dizque estn explotando la capitulacin de Guayaquil, para llevar el agua su molino. No los dejen esa labor maquiavlica. Hgales saber que los prisioneros quienes ellos tanto temieron y algunos de ellos los amaron, estn bien seguros y que irn Quito tal y como lo ha ordenado el Gobierno. La justicia cumplir con su deber, como hemos cumplido nosotros con el nuestro.

L. PLAZA G.

A continuacin consta este comentario: Sentimos no complacer al seor General Plaza en aquellos de oponernos la labor de esos caballeros quienes se refiere en su parte; por el contrario juzgamos conveniente dejarlos pasar como la fiera corriente del gran Betis cuando airado etc. DOMINGO 28:---Santificar las fiestas Se hace pblica la llegada de los presos en la madrugada durante las primeras horas de la maana, y aun se precisa el nmero de ellos y la hora de entrada al Panptico. Pensamos que la cautela, que el esmerado celo oficial en precauciones haba obedecido el silencio con Guayaquil: y en nuestro fuero interno aplaudimos al Gobierno. OH! Qu desengao tan cruel, solo comparable con la perfidia del Poder Ejecutivo. Almorzbamos las doce del da. Se oyen disparos de rifles por la parte del Panptico, despus de pocos momentos de excitacin, se establece la calma. Han intentado un salto, nos decimos, y la Guardia disparando al aire, ha rechazado a los asaltantes. Nuevas decepcin. Antes de una hora se impone la pasmosa realidad de haber sido victimados los Generales Eloy Alfaro y Ulpiano Pez; y cunde la noticia con detalles de una salvajez..sin nombre. Empieza el pueblo escribir con sangre de vctimas indefensas la brillantes pginas del 28 DE ENERO DE 1912. Miles de furias para asesinar con barbarie de antropfago seis padres de familia con palos, cuchillos, puales, pistolas, revlveres. Miles de furias para Eloy Alfaro, Ulpiano Pez, Flavio E. Alfaro, Medardo Alfaro, Manuel Serrano, Luciano Coral. Miles de bestia humanas para arrastrar los cadveres hasta el Ejido, completamente desnudos y despus de repartirse el botn de sus ropas, alhajas y dinero Santificar las fiestas. Cinco Generales, un Coronel! Perversidad humana! Eres ms grande que Dios? Dorma Dios

arrullado por la orga en que fueron victimados los seis prisioneros? Fuele grata la fiesta que tuvo por remate la incineracin de los cadveres? Y todo esto en la sede del sagrado Corazn de Jess Para que sea Quito baldn de Amrica? Falso que los presos hubiesen llegado en la madrugada. El Gobierno provoc y alent las masa catlicas haciendo que aquellos llegasen al Panptico las doce del da, hora en que todos iban Chimbacalle, la estacin del ferrocarril recibir los vencedores del MARAON y de otras unidades militares que regresaban de la campaa: y las masas le imprimieron carcter la catolicsima fiesta inquisitorial, propia de tiempos medioevales de la conventual Quito con gritos que no eran para nosotros una revelacin. --- Viva la religin! --Mueran los masones! --- Viva los conservadores! --- Mueran los liberales! --- Mueran los extranjeros! --- Viva el clero! --- Viva el General Sierra! --- Mueran los herejes! No estar arrepentidos el General Andrade como hombre de Pro, de haber salvado con su esfuerzo sus talentos y pericia un gobierno de Fraile y monaguillos; y convencido de haber con tribuidos sin pensarlo la inminente cada del Partido Liberal con el degello de seis Generales que eran tronco secular y ramas vigorosas del va mustio y deshojado rbol del radicalismo? Cmo no han de estar de pascua los ultramontanos? Tambin lo estar Juan Francisco Navarro, quien el 25, en telegrama al Presidentes y Ministros, dice como rezando un padrenuestro: as es que los presos son tres Generales Alfaros, Montero, Pez y Serrano; con esta media docena de traidores, principiar limpiarse por la cabeza el escaln militar Traidores todos? Montero fue traidor el 11 de Agosto, da en que Navarro se elev sobre esa traicin, que le servio de escala, Ministro de Guerra; para que un Congreso intruso lo ascendiera

General: luego de ella, de esa traicin fue y es usufructuario, su hijo muy legtimo. Habr quien lo limpie por las patas falta de cabeza? Sigue el pblico preocupado con la incomunicacin con Guayaquil. Plaza y Andrade, afnicos. Se habla de la entrada de otros dos busques de guerra Guayaquil LUNES 29. Relata El Comercio Los sucesos de haber. Copio algunos prrafos: Creencias en el pueblo.---Amaneci el da de haber y con l la noticia tenida por autntica de que la madrugada haban entrado los presos la ciudad y que guardaban prisin en las celdillas de la Penitenciara. Aseguraban los moradores del trayecto para llegar ese establecimiento, que ellos haban visto subir un automvil al Panptico en horas avanzadas de la noche, enumerando las personas y detallando los colores de los vestidos que llevaban. En Direccin al Panptico. Enmarcados los presos iban en el siguiente orden: El chauffer y Manuel Serrano en los primeros asientos, en segunda lnea Eloy Alfaro y Medardo Pez, Flavio y Luciano Coral. Del camino nuevo de la Magdalena fueron conducidos los presos por la carretera de Loja, tomaron la avenida 24 de Mayo para subir por la de Rocafuerte la Penitenciara. Cubra una escolta doble del batalln Maraon el automvil que iba con un andar al alcance de la escolta de pie. El pueblo comenz amotinarse desde la calle de Ambato tratando de arrebatar los presos, acompaado la accin los gritos de mueran los traidores, los criminales, los asesinos. LOS DISPAROS.---La escolta, vindoles arrollada por la multitud, comenz hacer descargar cerradas al aire con nimo de conseguir se dispersaran las multitudes que crean por momento, descargas que fueron secundadas por las unidades que guardaban las calles del trayecto, pero que no consiguieron el objeto deseado. En la placeta Victoria fue herido en la nuca el capitn Liborio Abril y el paisano Reinaldo Viteri en la pierna, y una piedra alcanza

al General Pez, por el pueblo sobre el automvil. En el Panptico. Con todas estas dificultades lleg el automvil que conduca los presos la Penitenciaria. Encerrados en las celdillas la Direccin orden que se cerrarse tambin las puertas del establecimientos y se las tapiase por detrs con adobes, fin de impedir cualquier ataque por parte del pueblo. En unos momentos el oleaje popular invadi los muros del Panptico y al empuje de la multitud cedieron las puertas de fierro y penetr al interior en busca de los que en esos instantes acababan de ser encerrados. El primero quien encontraron fue Eloy Alfaro quienes el pueblo hizo tres disparos con los que puso fin esa existencia. Dirigiose, luego la multitud las dems celdillas y al ser encontrado Ulpiano Pez sac un revlver que tenia oculto en la bota y victim ngel Viteri. Sucesivamente la ira popular ultim los dems presos y arrojando sus cadveres del segundo piso al primero, y en seguida. Los sacaron para pasearlos por las calles de la ciudad. En el Ejido. Llevados estos cadveres el pueblo procedi la incineracin levantando cinco piras en una de las cuales juntaron los cadveres de Eloy Alfaro y Luciano Coral, sirvindose de lea y kerosine. .Excitacin popular. El pueblo recorra las calles de la ciudad y por los cuarteles anatematizando los dspotas, a los traidores y a los que haban ensangrentados el Suelo de la Patria. En esos momentos salieron los Iimos. Arzobispo, Riera y el Padre Jos Mara Aguirre con el objeto de calmar tanta excitacin, exhortartndoles que se dispersaran y se recogieran la sus hogares. Con lagrima en los ojos hablaban estos salcedotes al pueblo, el que conmovido, les rodeaba ofreciendo que acataran los mandatos en forma de splicas y ruego, como en efecto cumplieron dispersndose masas compactas que an afluan por la poblacin. La Calma en la Ciudad. Pasada la excitacin de la ira popular y dispersadas las multitudes, volvi la poblacin su natural calma, la tranquilidad ms absoluta, sin que tengamos que deplorar los

desbordamientos y desmanes consiguientes y que eran de tenerse de una multitud ebria de coraje y de indignacin. La ndole buena de nuestro pueblo, unida las precauciones de la Intendencia ordenados la clausura de cantinas influy decisivamente para que se restableciera el orden en la ciudad y la calma y la tranquilidad entre los moradores. Sin que tengamos que deplorar desbordamientos y desmanes consiguientes; la ndole buena e nuestro pueblose necesita servicia para proferir conceptos tan peregrinos. Llegan seis prisioneros, todos son ultimados con refinada crueldad, se arrastran sus cadveres desnudos, se les propinan puntajes cuando algn obstculo interrumpe la marcha cvica, se les mutila se les acuchilla en larga agona de Martnezy todo sin que haya desbordamiento, todo amoldado la ndole buena de nuestro pueblo, . Se insulta as la civilizacin? Sin la intervencin aunque tarda de la polica, por que la fiesta en que no faltaron dianas ni la bandera nacional, dur cinco horas, no hubiese quedado preso en el Panptico ni alfaristas en su casa con vida; pues por ah se iba la avalancha arrastrada por la ndole buena de nuestro pueblo, Injuriar as el ajeno criterio, es cinismo! Una gran porcin de fanticos atac, en efecto, la casa del honorable radical seor Francisco Lpez, ayer domingo, la sazn en la Penitenciara y los tales no tuvieron tiempo de llegar mayores por la oportuna y energa intervencin de la Polica. Ya ve, seor Gobierno? Conste que el destacamento fue mandado comandado por jefes entre los cuales actu un colombiano resuelto defender vidas y evitar oprobios. El furor sectario no perda de vista al seor Lpez. Los frailes dominicos lo tildaban desde el plpito de hereje, masn, espiritista, ms menos veladamente. Viene La Prensa, el rgano placista, com. El 28 de Enero por editorial y arranca as galope tendido: Si lo que presenciamos ayer estuviramos condenados ver cada veinte aos, cada diez aos, ya nos veramos obligados emigrar de

aqu, porque donde los hombres se hacen justicia por s haciendo caso omiso de la Ley, la vida es imposibles. Efectivamente, la vida es ms que imposibles con Onces de Agostos y Veintiochos de Eneros, sino de cinco meses y medio. Efectivamente la vida es imposible. Nosotros preferimos largarnos al monte si no podemos machar al exterior, lejos de la LUZ DE AMERICA vivir en sociedad con fiera del bosque no contaminadas de clericalismo, ajenas las responsabilidades inherentes la educacin inquisitorial catlica, apostlica, romana, pa en dcima potencia. Acaso es otra la gnesis de la perversin moral que el menos escudriarlo advierte en la egosta y relajada y maleante conciencia quitea? Las excepciones en su santuario, como Quito liberal: en el festn brillaron los liberales por su ausencia, todo lo hicieron sbditos de Po X. Y ese odio, esos odios inveterados por todos y para todos, donde tiene sus fuentes? Esos odios tan tpicos, tan caractersticas.. Porque donde los hombres se hacen justicia por s.Bueno. Como todo es relativo, la pena proporcional al crimen al delito, queda Quito catlico obligado presentar al mundo el ominoso catlogo de los crmenes canibalesco perpetrados con alambicada servicia, como en el 28, por cada uno de los Alfaros, por Pez, por Montero por Serrano, por Coral, por Torres. Esto ser imposible, imposible de toda imposibilidad, como defenderos de un crimen nico por el cual os pedir cuenta asesino! Toda la humanidad. Das de enfermedad en el alma. Amen! Das de renegar de Dos. Dios! Alma es armona, equilibro en las funciones fisiolgicas: Dios es lo inexplicable; lo inescrutable sobre la creacin existencia del Universo; la cima de ficcin de espejismo filosfico, porque llegado ella cualquier pregunta quin hizo Dios; la ltima palabra, como si dijeron en biologa, con cosmos de Laplace. Con todo, aceptamos las dos entidades en el concepto vulgar con los arreos del escolasticismo, en el concepto religioso como minas de explotacin inagotable por la razn social, industrial comercial de mayores negocios en el mundo, vaticano y compaa, sin capital y

sin exponer nada. Qu mejor capital que la imbecilidad humana? Das de enfermedad en el alma: das de renegar de Dios. Imposible creer ciertas cosas quitea! La cara de sastifaccin el 29! Los dilogos canibalesco! --- Yo no esperaba un festn tan bueno como el de ayer! --- Venir los tres Alfaros juntos hacer mejor la fiesta! --- Si hubieses visto la cara de Flavio cuando se la picaba con mi cuchillo, todava te estaras riendo como yo, mi querida Mara! ---A m me toc algo mejor, muy divertido tambin: bailar con otras compaeras sobre la barriga del viejo Eloy, hasta hacerle sacar la lengua con unos gestos de diablo y reventarlo como sapo. ---Eso s: todos han de estar en lo ms profundo de los infiernos, hecho unos chicharrones. ---Buenos chicharrones los de ayer en el Ejido El puerco Pez dio quintales de manteca. ---Los dems se quemaron poco. Flavio ni Kerosine quera arder. ---Yo los vi. llevar todo el pantaln de San Diego, por el Obispo Riera y el padre Aguirre, en una carreta. Perecan puercos ahornados; al fin puerco de das domingo. ---T mientes al decir todos, porque Serrano fue botado por la quebrada del Tnel de la Paz ... ---aita, de parabienes: salimos de todos los Alfaros. ---El viejo me tuvo m y mis hijos viciosos y leprosos con quinientos sucres mensuales y por las cosas. Nuestro pueblo es un prodigio de valor, hijita; lo que hizo ayer es un mayor glorificacin. Los ms inicuos, los ms favorecidos por don Eloy y su familia; sus peores verdugos. Esto es Quito, un estercolero fsico y moral, cual cumple la ciudad del sagrado corazn de Jess, emporio de conventos mximos y mnimo donde se vive la ejemplar vida descrita por el historiador Gonzles Surez, nido de raza de vboras como diran mi amigo el doctor Jos Peralta, almciga de presuntuosos que creen descender del Padre Eterno en lnea recta por ministerio de algn fraile mujeriego cannigo simonaco.

Tngase entendido que existen datos para creer en una confabulacin de poderes para la apoteosis del Crimen en 28 de Enero de 1912. Dicho da de maana unos diez polizontes discurran sobre la segura muerte de los Alfaros. --- Qu dicen ustedes? ---Que es segura la muerte de los Alfaros --- Cmo va ser posible? Freile Zaldumbide enferm el mircoles jueves, despus de mandar Navarro Guayaquil por los presos. Pasada la matanza el lunes asom su nombre exhibido en las paredes como candidato presidencial. MARTES 30. Conste que el eminente Dr. Pablo Arosemena, Presidente de Panam, interpuso su influencia a favor del General Eloy Alfaro. Copio de El Comercio de hoy, nmeros 1874:

Panam, enero 25.Seor General Plaza:

GuayaquilEncarzcale proteger general Alfaro: descanso en su reconocida honorabilidad. Excuse este paso, teniendo en cuenta el noble que lo motiva. Atto. Servidor.

PRESIDENTE AROSEMENAConste asimismo que el cura de Santa Brbara de esta ciudad, cura de buena cepa catlica, fue uno de los ms regocijados el domingo, en trminos de exponerse or reconvenciones de un joven doctor en la Botica Alemana del seor don Teodomiro Andrade. Y hablan

los prfidos de amor al prjimo y de caridad cristiana! La fiera atisba en su cubil. ---Deban estar satisfechos con lo del domingo y no envenenar, segn se dice, el agua de las fuentes pblicas. --Cllate! Contesta un chapa. --Mi consuelo es que han de venir los yanquis poner orden. --Que vengan: hemos de repetir con ellos lo del domingo. El dilogo de una mujer con el polizonte versa sobre un rumor general, sobre un crimen atribuido los alfaristas, desde luego inverosmil. Talvez no mucho si se lleva la mira los primores de la Inquisicin, eterna edad de oro en Quito. Trae La Prensa una manifestacin en la que el menos ladino advierte uas de felino, la que hace recordar por lo sugestiva el aforismo latino: Satisfaccin no pedida, acusacin manifiesta. El tiempo divulgar lo que hoy esbozan cuchicheos sobre la conducta del batalln que trajo a los presos, en los inocentes sucesos del domingo.

MANIFIESTOEl peligro que amenazaba nuestra patria y el cumplimiento de nuestro deber de patriotas honrados, nos llevaron al campo de batalla. Una vez en el, no descansamos hasta obtener el triunfo del Derecho y la Justicia. Fuimos vengar el ultraje irrogado al honor del Ejercito ecuatoriano no sufre ultrajes de ninguna clase. Los jefes de la inicua revolucin cayeron en nuestras manos; no murieron, porque el soldado valiente y leal no mata los vencidos. El seor Ministro de la Guerra y el General en jefes de Ejrcito, nos confiaron el delicado encargo de conducir los principales prisiones la Penitenciaria de esta ciudad, para que Fuesen juzgados y castigados por los Tribunales de la Repblica. La esplendidez de nuestro triunfo no habra sido cabal, sino hubiramos cumplido fielmente este encargo de nuestros superiores.

Una vez los presos en el Panptico, una turba inconsciente, capitaneada quizs por los que no tuvieron valor para salir al campo de batalla, cometi los abusos de lesa civilizacin que todos los liberales, es decir, todos los hombres honrados, reprobamos enrgicamente. El Batalln Maraon no puede aprobar ni apoyar esos actos de Barbie; como valiente y culto que es, los condena y tiene honra manifiesta a la Nacin entera, que impedir, con derechos ajenos, contra la majestad de la Constitucin contra el Gobierno LIBERAL que se su guardin.

QUITO, 29 DE ENERO DE 1912 JEFES, OFICIALES Y SOLDADOS DEL BATALLN MARAON NUMERO 9 El documento transcrito no es produccin de escritor; es defensa de abogado, y de abogado rampln por la prodigalidad en las alabanzas popias. Tiene tufos de autor, de papel sellado. Respira en su texto un culpable, alienta un criminal, un delincuente asustados con las proporciones que asumi la espantaza cesrnicer, fregase LOS ABUSOS DE LESA CIVILIZACION, fruto de alguna seal hecha la multitud por quien acababa de cumplir EL DELICADO ENCARGO DE CONDUCIR A LOS PRINCIPALES PRISIONEROS A LA PENITENCIARIA, el que CUMPLIDO FIELMENTE, lavarse pilatunamente las manos. En efecto, cumplido fielmente el programa sobre eliminacin de los principales jefes del radicalismo, el Maraon impedir, con la fuerza de que dispone, todo atentados contra los derechos ajenos, que ya lo son propios con Torquemada la cabeza y con la horca del Carchi al Macar.

Previsin de abogados fue callar nombre de los jefes y oficiales; pero ya sabremos pronto, si escapamos de la segunda degollina anunciada quin es el primer agraciado con ascenso general de la Repblica. Curiosidad tenamos de conocer una hojita arzobispal repartida el domingo. Splica.---Ruego y suplico encarecidamente todos los moradores de esta catlica ciudad, que se abstengan de hacer contra los presos demostracin ninguna hostil: condzcanse para ellos con sentimientos de caridad cristiana. Lo ruego, lo suplico en nombre de nuestro seor Jesucristo. FEDERICO

ARZOBISPO DE QUITO

Quito, Enero 28 de 1912. Parco y mesurado ahora el pontfice mximo de la poltica nacional conservadora. En Julio Agosto no se qued chiquito con un pregn de guerra lanzado en forma de manifiesto de la Junta Patritica la Nacin, en el que se pona un rifle en manos de cada ciudadano contra los Alfaros. El mismo fantoche arzobispal lobo con piel de oveja aconsej tomar las armas en defensa del Gobierno constitucional de su devoto feligrs Freile Zaldumbide. Qu extrao es que todo esto lo haga un arzobispo? El mundo lleva siglos de estar curado de sorpresa con las farsas y expoliaciones catlicas. Volvamos sobre la hojita arzobispal. Sentimientos de caridad cristiana.. Acaso hay cristianos en esta catlica ciudad? Se aferra en creer que el catolicismo no es la negacin del cristianismo? Nos fuerza el tonsurado historiador ensearle que cristianismo y catolicismo hace tiempo se excluyen? Fringe ignorar que en jerga catlica los cristianos son ateos, herejes, masones?

Buen caso le hizo la grey, desde el gaznpiro dorado hasta el nio escolar. Actuaron todas las clases sociales. Nadie falt la cita. No hay sedativo como el tiempo. Ya podemos hoy darle unos retoques al infernal cuadro del da del Seor, del crimen de proyecciones espantosas. Individuos de la llamada mejor sociedad de Quito tomaron parte en la medioeval cruzada conduciendo triunfalmente como estandartes, quien una pierna del General Pez , quien una troncha de carne del General Flavio, quien un pedazo de cecina del Gran Ecuatoriano, quien media cara de Coral, quien medio pecho del General Serrano. Que tarea de matarifes! Un chiquillo chacaln haca flamear en asta improvisada la quijada con la blanca barba del General Eloy Alfaro. Espantosos los cadveres, literalmente cosidos pualadas, descuartizados rganos por rgano, chorreados los intestinos. Pero ms espantosas esas caras con aspavientos de buitres de un Cristbal Gangotena Jijn, de un Bello, de un Gabriel Unda, de un Antonio Cevallos Hidalgo de un Vidal Velasco, de un zapatero Montenegro, de un Arteta, de un Araujo de un Carlos Prez Quinez de un Fernando Prez Quinez, de unos salvadores comerciantes. Dios catlico apostlico, quiteo! Hay algo igual en ferocidad consciente en la historia de la humanidad? No hay paridad con lo de los Gutirrez en Lima, victimados raz de un combate, cuando ellos haban abusado de la confianza del Presidente Balta, su protector destituyndole con un golpe de cuartel y llevndole la prisin cuando ellos haban asesinado cobardemente ese prisionero. Sin embargo no hubo profanacin ni arrastramiento de cadveres, ni fiesta cvica para arrastrarlo incinerarlos, ni osada y cinismo para defender por la prensa el crimen menos para preparlos con sangre fra, premeditacin y alevosa. La Revolucin Francesa? Ah! Est Quito catlico plantado en pleno siglo XVIII? Esto si se una justificacin.. Plena, sastifactoria, concluyente; y nadie ms osar alardear de civilizacin

t de progreso entre los catlicos de la Capital ecuatoriana. Pero sepa el mundo que Quito catlico no es el Ecuador. Siguen los peridicos publicando protestas de jefes que brillaron por su ausencia en los combates que entraron ellos precio de cintarazos propinados por los superiores; de asociaciones polticos que pidieron la trada de los presos, etc. Muy acusadora es la circunstancia de publicarse slo hoy los telegramas que tomamos de un peridico: Guayaquil, 27 de Enero de 1912. Seor Arzobispo: Apelo sus sentimientos humanitarios y cristianos para que emplee su influencia a favor de lo0s prisioneros de guerra que son conducidos Quito. Vele usted por la vida de stos fin de que la justicia cumpla con