Marta Garcia - El futuro de los adolescentes tutelados

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L’INTERROGANT 33 Altres discursos Los adolescentes tutelados: la salida del sistema de protección Susana Brignoni Psicóloga. Psicoanalista. Coordinadora del SAR INTRODUCCIÓN Quiero introducir esta sesión clínica a partir de lo que originó la elección de este tema. Estamos preocupados. En el SAR de la FNB atendemos a niños y adolescentes tutelados, que asisten, muchos de ellos, a sus sesiones durante un tiempo y que bajo diversas modalidades nos convierten en testigos de su historia. De alguna manera, podemos decir que les ayudamos a construir lo que, más adelante (en un tiempo diferido del que tal vez ni siquiera tengamos noticias) …lo que será su memoria. Una memoria particular, ya que se trata de la vida de cada uno de ellos pero también una memoria colectiva en la medida en que cada una de sus vidas está a cargo de la administración. Y nuestra preocupación aparece, en diversos momentos, pero hay uno en especial: ese momento en que van a dejar de estar tutelados. ¿Qué quiere eso decir? Es ese momento en que se confrontarán con la ausencia de otro reglamentado y con los resultados del trabajo que ellos han realizado para instituir a algún otro que los acompañe más allá de los reglamentos o para seguir “solos” por circuitos socialmente aceptados. Lo que sabemos desde la perspectiva clínica es que ese momento aparece marcado bajo las formas de la fragilidad…Lo que no quiere decir que sean frágiles…pero sí que hay que acompañarlos…Tal vez tenemos que empezar a pensar ese momento de corte como un puente o como el barquero que hace de lazo entre una orilla y la otra… A continuación leeremos desde dos perspectivas diferentes (*) las modalidades que puede adquirir dicho trabajo. (*) Textos presentados en la sesión clínica: “Els adolescents tutelats: la sortida del sistema de protecció” el 19 de mayo de 2009, en la Fundación Nou Barris. El futuro de los adolescentes tutelados Marta García Directora tècnica de la Cooperativa ISOM L os adolescentes tutelados que viven en CRAEs tienen una fecha muy presente en su mente: la mayoría de edad, los 18 años. Ahí está el límite de su estancia en un centro, el momento en que podrán sentirse “libres” y “hacer lo que quieran” como tanto nos dicen que desean. Pero antes de esta edad, muy a menudo cerca de los 16, cuando se empieza a plantear el des-

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L’INTERROGANT 33Altres discursos

Los adolescentes tutelados: la salida del sistema de protecciónSusana BrignoniPsicóloga. Psicoanalista. Coordinadora del SAR

INTRODUCCIÓN

Quiero introducir esta sesión clínica a partir de lo que originó la elección de este tema. Estamos preocupados. En el SAR de la FNB atendemos a niños y adolescentes tutelados, que asisten, muchos de ellos, a sus sesiones durante un tiempo y que bajo diversas modalidades nos convierten en testigos de su historia. De alguna manera, podemos decir que les ayudamos a construir lo que, más adelante (en un tiempo diferido del que tal vez ni siquiera tengamos noticias) …lo que será su memoria. Una memoria particular, ya que se trata de la vida de cada uno de ellos pero también una memoria colectiva en la medida en que cada una de sus vidas está a cargo de la administración.

Y nuestra preocupación aparece, en diversos momentos, pero hay uno en especial: ese momento en que van a dejar de estar tutelados. ¿Qué quiere eso decir? Es ese momento en que se confrontarán con la ausencia de otro reglamentado y con los resultados del trabajo que ellos han realizado para instituir a algún otro que los acompañe más allá de los reglamentos o para seguir “solos” por circuitos socialmente aceptados. Lo que sabemos desde la perspectiva clínica es que ese momento aparece marcado bajo las formas de la fragilidad…Lo que no quiere decir que sean frágiles…pero sí que hay que acompañarlos…Tal vez tenemos que empezar a pensar ese momento de corte como un puente o como el barquero que hace de lazo entre una orilla y la otra… A continuación leeremos desde dos perspectivas diferentes(*) las modalidades que

puede adquirir dicho trabajo.

(*) Textos presentados en la sesión clínica: “Els adolescents tutelats: la sortida del sistema de protecció” el 19 de mayo de 2009, en la Fundación Nou Barris.

El futuro de los adolescentes tutelados Marta GarcíaDirectora tècnica de la Cooperativa ISOM

Los adolescentes tutelados que viven en CRAEs tienen una fecha muy presente en su mente: la mayoría de

edad, los 18 años. Ahí está el límite de su estancia en un centro, el momento en que podrán sentirse “libres” y “hacer lo que quieran” como tanto nos dicen que desean.

Pero antes de esta edad, muy a menudo cerca de los 16, cuando se empieza a plantear el des-

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internamiento, los chicos ponen en marcha diferentes manifestaciones (ya sean verbales o a través del com-portamiento) que nos indican que hay algo que les está pasando, algo que les inquieta y que tiene que ver con la salida.

¿Podemos los equipos educativos realmente prever o anticipar lo que ocurrirá? Pensamos que no, no hay nada previsible ya que la experiencia nos dice que tenemos aquellos chicos que nos hacen creer en que todo va ir bien y luego no va bien, aquellos otros que parecen que no lo van a conseguir y lo consiguen…

Pero lo que sí sabemos y hay que tener en cuenta es el sufrimiento o la ansiedad que este hecho plantea en los chicos a partir de cierta edad y por este motivo pensamos que el proceso o preparación de la salida de los chicos de los centros debería considerarse uno de los objetivos prioritarios de la atención en los centros. Este proceso debe planificarse en forma de objetivos y organizarse adecuadamente para cada joven de forma individualizada. No puede tratarse de forma aislada.

En todos los casos en los que se plantea el desin-ternamiento hay que preparar al chico para que pueda hacer frente a una nueva situación vital en la que se debe tener en cuenta

Por un lado: -Las cuestiones materiales como el manejo del dinero,

la formación prelaboral y laboral y su futura inser-ción, el alojamiento.

-Las cuestiones que tienen que ver con sus capacidades y habilidades para tolerar la frustración, el com-portamiento compulsivo o impulsivo, la capacidad para la anticipación o la reflexión, el manejo de la agresividad, el nivel de influenciabilidad.

-Las cuestiones que tienen que ver con ayudarle a manejar un sentido de continuidad en su vida y a integrar, en el mismo, la previsión de futuro fuera del centro. Y que no se dé por supuesto una repe-tición de lo que ocurrió en su vida antes de entrar en el centro.

Debemos igualmente tener presentes algunas consideraciones.

La primera es el cambio tan brusco que se produce de un día para otro. El chico pasa de estar protegido por la administración, bajo el soporte constante a nivel asistencial y educativo de un equipo, a verse con las maletas a cuestas y tratando de averiguar “¿y ahora, qué?”. Evidentemente existen recursos para paliar esta realidad tan dura, pero pensamos que la sensación en la salida debe aproximarse a la descrita. Deberíamos

cuestionarnos si el sistema de protección y sus recursos son los adecuados para el desarrollo individual de los chicos/as tutelados hacia a una mayoría de edad. A veces pensamos que el sistema protege demasiado para desproteger luego de inmediato.

Parece evidente que la gran responsabilidad que se asume por parte de los profesionales implicados en la tutela y guarda de los chicos/as desamparados deriva muchas veces en cierta inacción por miedo a las con-secuencias, entendiendo inacción como sobreprotección o el no probar (no otorgar autorización para permisos, actividades, etc.). No vamos a defender aquí el probar por probar, pero sí el anticiparles las situaciones con las que se van a encontrar. De forma gradual, pensada para cada uno de ellos. Creemos que el centro debe animar hacia la toma de contacto con estas situaciones difíciles con un objetivo: la aceleración en la toma de conciencia de las propias limitaciones, ya que invita y posibilita la transformación de algo en el chico.

¿Por qué? Sencillo. En la vida es necesario apren-der, y se aprende más y mejor desde la práctica del no acertar y rectificar lo equivocado que desde el tránsito exento de riesgos en el que a veces se convierte el itinerario de vida de un adolescente en el sistema de protección.

Este proceso de aprendizaje activo en el que es imprescindible involucrarles en el trabajo, hacerles prota-gonistas, les facilita la elaboración de cualquier fracaso o éxito en su proceso. Y desde nuestro punto de vista es necesario y aconsejable hacerlo durante el periodo de estancia en el centro.

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Porque ahora el centro le puede acompañar. Le puede escuchar y retomar sus preocupaciones, puede guiarle y amortiguar sus fracasos, puede ofrecerle ex-periencias que le ayuden a reconstruirle y darle res-puesta a sus interrogantes. En definitiva le empuja a continuar creyendo en su proyecto de futuro. En los centros quienes la apoyan y materializan el proyecto de futuro de los chicos son los equipos educativos. Y lo hacen mediante mensajes que articulan en su discurso, que ayudan a reforzar la creencia del ideal del chico en un futuro mejor.

Este mensaje está cargado o debería estarlo de la firme creencia en las posibilidades de construcción de un futuro diferente para ellos y del firme compromiso a querer hacerlo y a llevarlo adelante. Supone pensar en que su destino o su futuro no está predeterminado por la situación que vivió en su pasado.

La segunda consideración. Si miramos a nuestro entorno, nos damos cuenta que la edad de emanci-pación se retrasa cada vez más. Hay unas cuestiones socioeconómicas evidentes que todos conocemos y en las que no vamos a redundar (precio de los pisos, sueldos, precariedad laboral). Pero hay otra cuestión básica de especial importancia para nosotros: madurez. ¿Los ado-lescentes tutelados (los cuales están en pleno proceso de construcción, con serias dificultades sociales, orgánicas, intelectuales y emocionales) pueden dar respuesta a las exigencias sociales que les plantea el desinternamiento? ¿El nivel madurativo de los adolescentes tutelados res-ponde a estas exigencias? Una pregunta más ¿Los chicos de 18 años de familias normalizadas están capacitados

para la emancipación? Conclusión, los tutelados DEBEN ser más maduros y estar mejor preparados que los no tutelados cuando la lógica indicaría que necesitan más tiempo que los otros.

Cabe incluir aquí que los equipos educativos tene-mos prisa ya que hay que trabajar muchísimas cuestiones anteriormente citadas: recursos materiales, capacidades y habilidades, y el manejo del sentido de futuro; y en muy poco tiempo

La tercera consideración. Las rupturas, pérdidas y cambios de referentes que se producen a lo largo de su vida. Primero, del núcleo familiar. Después, de los profesionales que van pasando por su lugar de traba-jo en el CRAE (a lo largo de los años, muchos). Pero también puede ser que en el proceso haya sufrido más pérdidas si de inicio ha estado en un centro de acogida, después en uno infantil de edad limitada hasta los 12 y por último en uno de adolescentes con edad limitada hasta los 18. Por poner solo un ejemplo. Entendemos que debe ser difícil irse creando referentes sólidos en la misma medida en que uno los va perdiendo. Llegan los 18 y “¿ahora quien es mi referente?”.

¿Quién o quienes dan continuidad al mensaje del que antes hablaba? ¿Quizás se nos ha pasado por alto qué debemos pensar en que los encuentros con los que le atenderán (otros equipos, otros terapeutas, etc.) deben estar pensados para que sean significativos para los chicos? Y por significativo entendemos que le den sentido también a su proyecto de futuro, que lo sustenten.

Por lo tanto la continuidad debería darse entonces también en relación a las personas que apuestan por

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Oferta particular en un momento particular

El Àrea de Suport als Joves Tutelats y Extutelats (AS-JTET) existe desde el año 1995. Depende directa-

mente de la Secretaria d’Infància i Adolescència del Departament d’Acció Social i Ciutadania. El objetivo de l’Àrea es la creación de un sistema que facilite el proceso madurativo de los/las jóvenes a través de un acompañamiento, la motivación, el asesoramiento, la orientación y la formación para facilitar y potenciar sus procesos de autonomía personal y todo esto mediante una intervención individualizada. El ASJTET consta de diferentes programas:

Via Laboral: Trabaja en la inserción laboral. El objeti-vo es ayudar a los jóvenes a mejorar las competencias profesionales para incrementar las posibilidades de acceder al mundo laboral

Acompanyament jurídic: Ofrece apoyo a los jóve-nes en materia legal de inmigración, en cuestiones civiles o penales, de documentación, tales como NIE, permisos de trabajo,…

SAEJ (Servei d’acompanyament especialitzat a jo-ves): principalmente a jóvenes inmigrantes que se les ofrece pensiones. donde poder vivir temporalmente y el acompañamiento y seguimiento de un educador de calle.

Supervisió i suport psicològic: Es complementario a los otros programas. Su objetivo es ofrecer un apoyo u orientación psicológica a los/las jóvenes integrados en cualquier otro programa del ASJTET.

Suport econòmic: Este programa intenta dotar al joven mayor de 18 años, de unos ingresos que le permita desarrollar su proyecto de autonomía e in-dependencia. Estas posibles ayudas van vinculadas al seguimiento de un Plan de Trabajo

Habitatge: Se lleva a término mediante entidades colaboradoras y se ofrece a los/las jóvenes con determinado perfil la posibilidad de residir en pisos o residencias asistidas con el objetivo de consolidar su proceso educativo y de integración social, así como conseguir una mayor autonomía y reforzar su independencia.De lo que yo os voy a hablar es del programa de

Habitatge o pisos asistidos para menores de edad. Este

Julián Camacho Coordinador de pisos de menors de l’Àrea de Suport amb joves tutelats i extutelats (ASJTET).

su plan de futuro, para evitar de nuevo las rupturas. Y el tiempo nos dice que este es un elemento clave que no hay que olvidar si queremos garantizar el éxito en el desinternamiento.

Dichas algunas consideraciones teóricas que un equipo educativo debería tener presente para propiciar un proyecto de vida sólido y positivo. Hay que tener presente, SIEMPRE y en gran medida que será el propio chico quien va a escoger su proyecto de futuro.

Llegada la mayoría de edad hay diferentes tipos de desinternamiento (por emancipación, paso a un piso asistido, los que siguen tutelados) pero para todos ellos la experiencia demuestra que, después de un tiempo de separación, muchos de los chicos que han estado privados de volver a su núcleo familiar por motivos de riesgo quieren volver a casa aún sabiendo (aparente-mente) de las dificultades existentes. Pero este “saber” es lo que dicen los otros de lo que pasa en su casa y en su vida. Son los típicos casos en los que el mensaje del equipo está vacío para el chico. La realidad para él es otra y muy distinta a la que le cuentan que es.

Los equipos, EAIA, DGAIA y otros podemos con-siderar que su núcleo familiar no ofrece el entorno adecuado para el chico. Que tiene graves carencias y está ciertamente deteriorado, además sabemos que no va a cambiar de un día para otro. Ahora bien, desde el momento en que sabemos que el chico ha escogido esta opción y es la que va a hacer efectiva, queramos o no. ¿Qué hacer entonces? Pensamos que el trabajo previo consiste en acercarle de donde le sacaron para que pueda “ver “ distinto. Tal y como comentábamos antes, aquí debiera “probarse” la vida en casa, facili-tarle la convivencia, para detectar dificultades y poder trabajar conjuntamente con el chico las soluciones o estrategias a emplear.

Vamos a aumentar el conocimiento del adolescente sobre su realidad, las propias limitaciones y la de los otros y vamos a ensayar como va a desenvolverse allí en un futuro. El contacto y conocimiento con la realidad que van a encontrarse en un futuro les va ayudar a detectar las dificultades, a ensayar estrategias de actuación, a reconocer los errores propios, a buscar soluciones, a adquirir iniciativa, determinación y seguridad. En defi-nitiva, les va a ayudar a aumentar su madurez.

Es más; es muy posible que este conocimiento que se desprenda de esta experiencia de vida le haga cambiar de opinión respecto a su proyecto de futuro. En todos los casos en las que esta estrategia se ha puesto en marcha hemos logrado lo que finalmente pretendíamos que sea: él mismo, con criterio y mayor nivel de con-ciencia el que crea que puede tener un futuro mejor y distinto para él, (aquel que el equipo le ofrecía).