Materiales para la I Jornada Sindical - Lucha...

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noviembre 2002-donativo 3 euros noviembre 2002-donativo 3 euros noviembre 2002-donativo 3 euros noviembre 2002-donativo 3 euros noviembre 2002-donativo 3 euros Presentación Presentación Presentación Presentación Presentación pág. 3 pág. 3 pág. 3 pág. 3 pág. 3 I. Internacional I. Internacional I. Internacional I. Internacional I. Internacional pág 4 a 14 pág 4 a 14 pág 4 a 14 pág 4 a 14 pág 4 a 14 II II II II II. Estado español páG 15 a 23 III. Globalización y sindicalismo pag 24-32 IV. Por una política sindical revolucionaria pag 33 a 40 Anexo: Crónica de la lucha de Euzkadi contra la multinacional Continental. Materiales del POS mexicano, sección de la LIT-ci Materiales para la ... ... I Jornada Sindical

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noviembre 2002-donativo 3 euros noviembre 2002-donativo 3 euros noviembre 2002-donativo 3 euros noviembre 2002-donativo 3 euros noviembre 2002-donativo 3 euros

PresentaciónPresentaciónPresentaciónPresentaciónPresentación pág. 3pág. 3pág. 3pág. 3pág. 3

I. InternacionalI. InternacionalI. InternacionalI. InternacionalI. Internacional pág 4 a 14 pág 4 a 14 pág 4 a 14 pág 4 a 14 pág 4 a 14

IIIIIIIIII. Estado español páG 15 a 23

III. Globalización y sindicalismo pag 24-32

IV. Por una política sindical revolucionaria pag 33 a 40

Anexo: Crónica de la lucha de Euzkadi contra lamultinacional Continental. Materiales del POSmexicano, sección de la LIT-ci

Materialespara la ...

... IJornadaSindical

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PRES

ENTA

CIÓN

El capitalismo recae en crisis de sobreproduc-ción. La forma que tiene de superarlas es la des-trucción masiva de medios de producción y capi-

tales: cierres de fábricas, devaluación de monedas,... con el reguero de miseria que imponen a los traba-jadores.

Los teóricos de la globalización auguraban superaresas contradicciones del sistema. Pero al contrario,las crisis se han hecho más destructivas, y hoy, porprimera vez afectan al corazón del capitalismoglobalizado. No hay solución “económica” sino que éstase resolverá en la lucha de clases internacional.

Bush, gendarme del capitalismo mundial, prepara másguerras en un intento de descargar la crisis sobre lostrabajadores, aumentar la sobreexplotación, establecerun control más decisivo de los recursos estratégicosdel planeta y vover a recuperar la tasa de gananciapara los capitalistas.

Frente a esa realidad –como se vió en el Foro dePorto Alegre- la izquierda internacional se divide entrequienes creen que el discurso de clase ha quedadosuperado por el llamado a la sociedad civil y la ciudada-nía fijando la tarea en la democratización del capitalis-mo y quienes mantienen la actualidad de la lucha declases y la necesidad de la revolución.

Enfrentar la crisis y el reguero de despidos,deslocalización de empresas... va acompañado de pa-rar los planes globales del imperialismo y sus ofensivasmilitares. Pero ¿hay salida para los trabajadores a laglobalización capitalista?

La burguesía española cogió el último trendel imperialismo de la mano de la banca y lasviejas empresas públicas (BBVA, Santander, Te-

lefónica, Repsol...). El PP establece una relación direc-ta como agente de esas multinacionales. Esta situa-ción nos carga de responsabilidad ante crisis como lade Argentina en donde tienen grandes inversiones.

La patronal y el Gobierno han conseguido estos añosuna cierta estabilización a base de una política de pro-funda división de la clase obrera. Primero González, mástarde Aznar han aplicado reformas laborales que handesregularizado, precarizado y estratificado enormemen-te la clase obrera. A esa división por estratos aun habríaque añadir otra vertical por la posición ante la cuestiónvasca o catalana. La juventud, la inmigración y secto-res de trabajo para mujeres ocupan los estratos másbajos de la ocupación.

Los sindicatos debieran ser los instrumentos de esascapas pero hoy están completamente alejados de esossectores. ¿Cómo construir una política de unidad de

II

Este material no es nada acabado. Es una recopilación de documentos de trabajo y aportaciones delos compañeros del grupo en la preparación de la Jornada. Es apenas la recopilación de apuntes ytextos ya publicados actualizados tratando de hilvanar una respuesta sólida a la crisis que se vive. Tratade recoger también los fundamentos teóricos que hemos ido utilizando en las discusiones previas. Y siesto es un material tan colectivo, esperamos que lo sea aún más con las aportaciones de todos los quevengais a la I Jornada Sindical. Si sirve para ordenar y profundizar el debate, su misión estará cumplida,y quizás estemos más cerca de poder elaborar un dossier que sintetice los ejes vertebrales de la políticasindical de un partido revolucionario. Esto , desde luego, no lo es. Esperemos que con vuestra partici-pación, un día lo sea.

Empecemos por la presentación que de la jornada hicimos y que reivindicamos como síntesis de loque encontrareis en las páginas posteriores.

toda la clase obrera? ¿Cómo acercar juventud o inmi-gración a la lucha sindical?

Los sindicatos como organizaciones de cla-se son incompatibles con el capitalismo

globalizado. La burguesía debate dos vías ante ellos: lavía thatcherista de la confrontación y represión o la víaalemana de la integración en el sistema. Hay que dis-cutir sobre el carácter de UGT y CCOO, y también dela CES, grandes colaboradores de los planes de la UE.

A escala del estado o europea estas organizacioneshan avanzado mucho en la colaboración con los planespatronales, pero ¿se puede hablar que fueron ya inte-grados al sistema capitalista?

En el trasfondo de la discusión hay aspectos centra-les como la diferencia entre la cogestión de las empre-sas y el control obrero de la producción. En esta discu-sión también entra la corriente que hoy dirige la CGTcon la autogestión y sus teorías antiestatistas.

La discusión sobre la independencia de clase y susconcreciones es decisiva. Si las repercusiones de estaspolíticas afectan todos los ámbitos, son absolutamentedecisivas en la lucha sindical en el sector público, y hoy,para enfrentar los planes de privatización que preparael Gobierno.

Avanzar en reagrupamientos sindicalesfrente a la política de las direcciones sindica-les exige establecer unos criterios determi-

nantes mínimos:ü una política de unidad de clase, con todos sus

sectores, contra todo corporativismo, más comprome-tida con quienes menos tiene;

ü la batalla por la independencia de clase ante lapatronal y el gobierno;

ü la defensa a ultranza de la democracia obreracomo base para discutir y dirimir las diferencias políticasy asegurar la unidad en la acción;

ü el internacionalismo y la voluntad de construc-ción de corrientes internacionales hoy más necesariasque nunca en este mundo globalizado.

ü Una política sindical anticapitalista.

¿Cómo impulsar esos reagrupamientos? Y por últimouna discusión ¿es necesario juntoa esas corrientes revolucionariasavanzar en la construcción de unpartido?

Octubre de 2002

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El modo de produccion capitalis-ta es el unico modo de produccionsocial que engendra crisis de sobre-producción. En todos los anteriores,las crisis aparecian por la insuficien-cia de producción y tenian por mo-tor la satisfacción de las necesida-des sociales (miseria engendradapor catastrofes, epidemias, hambru-nas o sequias, guerras...). La pro-La pro-La pro-La pro-La pro-ducción en el capitalismo debeducción en el capitalismo debeducción en el capitalismo debeducción en el capitalismo debeducción en el capitalismo debetambién satisfacer las necesida-también satisfacer las necesida-también satisfacer las necesida-también satisfacer las necesida-también satisfacer las necesida-des sociales, pero no es su mo-des sociales, pero no es su mo-des sociales, pero no es su mo-des sociales, pero no es su mo-des sociales, pero no es su mo-tortortortortor. Este es la parte de plusvalia. Este es la parte de plusvalia. Este es la parte de plusvalia. Este es la parte de plusvalia. Este es la parte de plusvaliaque, transformada en dinero, seque, transformada en dinero, seque, transformada en dinero, seque, transformada en dinero, seque, transformada en dinero, seconvierte en capital suplemen-convierte en capital suplemen-convierte en capital suplemen-convierte en capital suplemen-convierte en capital suplemen-tario (tasa de beneficios).tario (tasa de beneficios).tario (tasa de beneficios).tario (tasa de beneficios).tario (tasa de beneficios).

La forma de poder obtener esedinero es que la producción tengapor objetivo la producción de valo-res de cambio. Ese hecho es el queha distorsionado el anterior sistemade trueque, separando el procesode compra y venta por medio deldinero, separando el valor de usoy el valor de cambio.

La crisis capitalista llega porLa crisis capitalista llega porLa crisis capitalista llega porLa crisis capitalista llega porLa crisis capitalista llega por-----que el desarrollo tecnologico, in-que el desarrollo tecnologico, in-que el desarrollo tecnologico, in-que el desarrollo tecnologico, in-que el desarrollo tecnologico, in-dustrial, comercial... “producedustrial, comercial... “producedustrial, comercial... “producedustrial, comercial... “producedustrial, comercial... “producedemasiados medios de trabajodemasiados medios de trabajodemasiados medios de trabajodemasiados medios de trabajodemasiados medios de trabajoy subsistencia para hacerlos fun-y subsistencia para hacerlos fun-y subsistencia para hacerlos fun-y subsistencia para hacerlos fun-y subsistencia para hacerlos fun-cionar como medios de explo-cionar como medios de explo-cionar como medios de explo-cionar como medios de explo-cionar como medios de explo-

tación a una cierta tasa de be-tación a una cierta tasa de be-tación a una cierta tasa de be-tación a una cierta tasa de be-tación a una cierta tasa de be-neficios”.neficios”.neficios”.neficios”.neficios”. El mismo capital los im-pulsa para obtener beneficios y au-mentar la competitividad, pero a lavez, engendra su crisis al sobresaturarlos mercados que no alcanzan acomprar a precios que permitanmantener la tasa de beneficios Veranexo de VW en SEAT donde seincrementa la tasa de plusvalía perono la debeneficios por las inversio-nes tecnológicas aún insuficientes).

“Las relaciones burguesas resul-tan demasiado estrechas para con-tener las riquezas creadas en suseno. ¿Cómo vence esta crisis laburguesia? De una parte, por ladestrucción obligada de una masade fuerzas productivas –y mediosde producción-; de la otra, por laconquista de nuevos mercados y laexplotación mas intensa de los an-tiguos. ¿De que modo lo hace en-tonces?. Preparando crisis mas ex-tensas y mas violentas y disminu-yendo los medios de prevenirlas”.

En la epoca del imperialismo (apartir de la 1ª guerra mundial comodefinió Lenin), del capitalismomonopolistico, las crisis ciclicas yano pueden actuar como durante lalibre competencia y restablecerequilibrios dinamicos ampliando mer-cados: son las convulsiones de unmodo de producción que agoniza –aunque dure decadas-. Los picosde sus crisis son por tanto mucho

mas virulentos: las dos guerrasmundiales, con el crack del 29 en-tre ellas, la del 74-75, la del 80, y laactual son las pruebas.

2. Globalización:2. Globalización:2. Globalización:2. Globalización:2. Globalización:plan delplan delplan delplan delplan delimperialismo porimperialismo porimperialismo porimperialismo porimperialismo porsuperar la crisissuperar la crisissuperar la crisissuperar la crisissuperar la crisisanterior.anterior.anterior.anterior.anterior.

La “globalización” fue el plan delimperialismo por superar la crisis quea fines de los 60 y los 70 provocóuna profunda caída de los benefi-cios empresariales acompañada porun debilitamiento del imperialismo yun ascenso revolucionario (Vietnam,Nicaragua,..). En esta situación lle-gó Reagan al poder: hizo enormesinversiones en armamento (Guerrade las Galaxias), pero más que esofue al choque directo con la claseobrera norteamericana, imponien-do un retroceso enorme en suscondiciones de trabajo.

Empujó al alza el dólar aunque elloconllevara una pérdida decompetitividad de la industria, pro-vocando un fuerte efecto llamada alos capitales del mundo, movimien-to facilitado por la ofensiva políticaferoz que exigía a todos los gobier-nos permitir la libre circulación decapitales. El 70% de los ahorrosmundiales se dirigen hoy a losEE.UU. La entrada masiva de ca-pitales, junto a los gastos estatalesen la industria de armamento –mo-tor de la producción industrial yan-qui- empujaron al alza el consumointerno y ahí nació la llamada “loco-motora” mundial, aunque crecierael déficit comercial de los EE.UU.hasta cotas históricas.

La globalización se completó conamplias zonas de producción al ser-vicio de los monopolios sin arance-les internos que redujeron más loscostes (NAFTA, UE, ASEAN,Mercosur...) y aceleró ladeslocalización de industrias en bus-ca de mano de obra muy barata. Ala vez que exigía a través del FMI ycon el arma de la Deuda Externa atodos los Gobiernos a poner a laventa a precio de saldo toda em-presa susceptible de ser rentable

Normalmente en el terreno sindical usamos el concepto plusvalia para defendersalarios o exigir la reducción de la jornada o los ritmos. Se convierte en temacentral en la negociación colectiva porque el capitalista sabe bien que es la unicafuente de sus beneficios. Todo ello entendiendo por plusvalia “el excedente dehoras de trabajo por encima de las que el trabajador necesita para producir susmedios de subsistencia que es apropiado por el capitalista” (Albarracin, p 29).

Pero el motor de la producción, lo que le importa al capitalista es la tasa debeneficio que es el porcentaje que representa la plusvalia del capital total invertido(que son salarios mas capital constante: materias primas y maquinas). Pero comopara aumentar la productividad –y con ella la plusvalia y la competitividad-, hayque aumentar la inversión en maquinaria, la tasa de beneficios siempre tiende abajar, y la unica variable que le permite al capital tratar de recuperarla es la reduc-ción del costo salarial –aplicando despidos y topes-. La tasa de beneficios mide larentabilidad del capital: cuanto saco por lo invertido: ese es el motor de la produc-ción capitalista.

La tasa de beneficios es el motor de la La tasa de beneficios es el motor de la La tasa de beneficios es el motor de la La tasa de beneficios es el motor de la La tasa de beneficios es el motor de laeconomía capitalistaeconomía capitalistaeconomía capitalistaeconomía capitalistaeconomía capitalista

1. ¿Qué es una1. ¿Qué es una1. ¿Qué es una1. ¿Qué es una1. ¿Qué es unacrisis decrisis decrisis decrisis decrisis desobrsobrsobrsobrsobreprepreprepreproducción?oducción?oducción?oducción?oducción?

I. Crisis global de la globalización

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(privatizaciones). Con todas estasmedidas –impensables sin la pre-sión/colaboración de la burocraciade la URSS de Gorbachov- el capi-talismo recuperó los beneficios em-presariales a costa de un aumentobrutal de la plusvalía extraída a lostrabajadores en todo el mundo.

La actual crisis indica que los re-cursos que han utilizado en los últi-mos 20 años se agotaron. Eso noquiere decir que vayan a abando-nar esas medidas sino que debenencontrar nuevas formas de extrac-ción de plusvalía o profundizarcualitativamente las existentes.

3. La burbuja3. La burbuja3. La burbuja3. La burbuja3. La burbujaespeculativaespeculativaespeculativaespeculativaespeculativa

Uno de los rasgos fundamen-tales de la globalización es quela fuente principal de acumula-ción de capitales no está ligadaal proceso productivo, sino al-rededor de la principal mercan-cía que circula hoy por el mun-do: el dinero. Se produce así unainversión del sentido del flujo de ca-pitales. De etapas anteriores en queestos salían de la metrópoli parainvertirse en materias primas o in-dustrialización en las colonias, y re-vertir de vuelta a su orígen en pagoa productos manufacturados; aho-ra se trata lisa y llanamente de unflujo imparable de capital que searranca directamente del mundosemicolonial, sin que haya ningunainversión sustancial.

En la etapa actual, de dominiodel capital financiero, la tenden-cia decreciente de la tasa de ga-nancia empuja a los capitalistasa llevar sus capitales al mercadoespeculativo, sacandolos del pro-ceso de producción directa. LasDeudas Publicas, la especulacióninmobiliaria, el narcotrafico, el mer-cado de armamento, los denomi-nados mercados de derivados (divi-sas, etc...) son basicamente los lu-gares donde van a moverse los ca-pitales especulativos.

Con la globalización, este capitalparasitario dio un salto espectacu-lar favorecido por los mediostecnicos de comunicación al servi-cio de la circulación de capitales,llegando a hacer trastabillar mone-das y obligando a salir en su defen-sa constantemente a los bancoscentrales nacionales. Ya en el año93 (según Kurtzman) las transaccio-nes en los mercados financieros,

gracias a las computadoras, supo-nían 200 billones de dólares al año,es decir 10 veces el PIB anual con-junto de todos los paísesindustrializados occidentales, o loque es lo mismo, en ptas de en-tonces, de cada 100 circulando enel mundo, 97 pertenecían al mer-cado financiero.

Esta politica de desplazar la in-versión productiva a especulativa,si bien permite coyunturalmentecombatir la caida de la tasa de ga-nancia, no solo no esta exenta decontradicciones, sino que al mismotiempo agrava la crisis. Eso es asíporque esa polit ica generadesocupacion y contracción delconsumo, atentando contra la rea-lización final de la plusvalia, con locual se profundiza la sobreproduc-ción y provoca la crisis. Las crisisparciales vividas en este periodohan sido prueba de esos disloquesen los mecanismos capitalistas.

Esta contradicción central se ex-plica porque el unico capital quegenera riqueza es aquel ligado a laproducción. Por esta razón todo elesfuerzo de los estados burgueses,como administradores de los inte-reses globales de las burguesias ymediadores de sus sectores, secentra en generar las condicionesnecesarias para que los capitalesficticios sean reinvertidos en el pro-ceso productivo, generando la mis-ma o similar tasa de beneficios queen el terreno especulativo. Los me-canismos para atraer a los capita-les son las medidas dedesregulación y los incentivos a ladeslocalización, como medios paragarantizar al capital suficientes ni-veles de plusvalia como para man-tener tasas de beneficio aceptables.

Por eso también, junto a las tra-dicionales instituciones financierasdel imperialismo, éste ha fortaleci-do el papel de la OMC. Los acuer-dos tomados en el seno de la Or-ganización Mundial del Comercioestán encaminados a establecer lascondiciones para la liberalización delos mercados. Pero aunque estasmedidas se aplican a lacomercialización de materias primas-lo que impide establecer ningunamedida proteccionista, como aran-celes a la exportación- mayo-ritariamente procedentes de paísessubdesarrollados, no se aplican aciertos productos manufacturados(como aranceles o protección me-diante patentes a productos farma-céuticos o a los insumos agríco-

las) procedentes mayoritariamentede países desarrollados.

4. ¿Por4. ¿Por4. ¿Por4. ¿Por4. ¿Porqué laqué laqué laqué laqué laeconomía seeconomía seeconomía seeconomía seeconomía sesuborsuborsuborsuborsubordina a ladina a ladina a ladina a ladina a lapolítica?política?política?política?política?

Mientras hubo mercados queconquistar, el sistema se desarro-lló. Cuando no los hubo (1ª guerramundial) solo quedaron las guerraspara disputarlos y la carrera deses-perada por la productividad. Las cri-sis quedaron reducidas a un pro-ducto del propio sistema que im-pulsa el aumento constante del ca-pital orgánico para aumentar la pro-ductividad, pero a la vez hace caerla tasa de ganancia. Por tanto, con-tra los economistas burgueses queculpabilizan de las crisis a las cre-cientes demandas obreras y popu-lares, afirmamos que el capitalismono necesita a la clase obrera para

Las Deudas Externas, son fuente no solode acumulacion de capital (el llamado “ter-cer mundo” pasó a triplicar la deuda entreel 80 y el 92: de 567 mil millones $ a 1.419mil millones, después de haber pagado1.662,2 mil millones), sino también la viapara la semicolonizacion de muchos paisespor las potencias imperialistas. Junto a laexterna, empiezan a ser un problema ex-plosivo las deudas internas de los estados–particularmente los latinoamericanos- quese utilizan como forma de refinanciamientode las deudas externas a través de la ban-ca normalmente extranjera, con interesesaún superiores a los de los mercados inter-nacionales, en dólares y no en las mone-das nacionales.

La sangría de laLa sangría de laLa sangría de laLa sangría de laLa sangría de ladeuda exterdeuda exterdeuda exterdeuda exterdeuda externanananana

Políticas monetaristasPolíticas monetaristasPolíticas monetaristasPolíticas monetaristasPolíticas monetaristas

Para paliar la crisis los estados ponen enfuncionamiento un capital ficticio -usando pala-bras de Marx-de dimensiones crecientes so-bre la base del impulso de políticas crediticias,bajadas de los tipos de interés,... Pero con ellono resuelven la crisis sino que la aplazan ha-ciéndola mayor.

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incurrir recurrentemente en crisis,pero si la necesita para salir de ellas.Solo se cae, pero solo no se levan-ta. El capitalismo solo sale de sucrisis por la accion externa de lalucha de clases: la supera si lo-gra infligir una derrota a la claseobrera e imponer nuevas condi-ciones de sobreexplotacion quele permitan remontar la tasa deganancia.

Por eso ratif icamos lo queafirmabamos en las tesisfundacionales del Comité Internacio-

nal Cuarta Internacional: “A partir dela primera guerra imperialista (...)cambian las relaciones causales delos acontecimientos historicos. Enrelacion con las grandes epocashistoricas y el desarrollo normal delas sociedades, el marxismo ha sos-tenido que el hilo rojo que explicatodos los fenomenos son los pro-cesos economicos. Pero en unaepoca revolucionaria y de crisis,esta ley general tiene una refraccionparticular que invierte las rela-ciones causales, transfor-mando el mas subjetivo delos factores –la direccionrevolucionaria- en la causafundamental de todos losotros fenomenos, inclusolos economicos”. Asipues, si hasta la epocadel imperialismodeciamos que lapolitica era economiaconcentrada, lainversion decausalidad nos lleva a

decir que con el imperialismo laeconomia es politica concentra-da. No se puede entender el efec-to Tequila y la crisis mexicana, sintener en cuenta la rebelión zapatista;como tampoco la crisis argentinasin las caceroladas y los piqueteros.Ni un solo fenómenoeconomico, desde los grandescomo el boom de postguerra, elsurgimiento del toyotismo, o laactual desregulaciónón, podrianexplicarse sin los estados comogaran tes de los intereses del ca-pital y el rol politico jugado porlas direcciones del movimientoobrero que fueron determinan-tes en la aplicación de esos pla-nes. El capitalismo se cayó variasveces, pero ellos ayudaron a quese levantara sobre las espaldas delos trabajadores.

5. ¿Fue la5. ¿Fue la5. ¿Fue la5. ¿Fue la5. ¿Fue laglobalización unaglobalización unaglobalización unaglobalización unaglobalización unanueva etapa o ciclonueva etapa o ciclonueva etapa o ciclonueva etapa o ciclonueva etapa o ciclode desarde desarde desarde desarde desarrrrrrollo delollo delollo delollo delollo delcapitalismo?capitalismo?capitalismo?capitalismo?capitalismo?

Con el desarrollo de laglobalización apoyada en los cam-bios en la organización del trabajo yel desarrollo de las tecnologías dela comunicación se escuchó reite-radamente el que estábamos anteuna nueva época o ciclo de desa-rrollo del capitalismo. Esa teoría hatenido diversas formulaciones, inclu-so desde las filas del trotskismo, conMandel. Éste explicaba las crisiseconomicas y sus superacionescoyunturales, por las teorias de lasondas largas, las ondas Kondratieff.Estas ondas de auge-declive del

capitalismo se producirían en formaendógena, es decir por su propiodesarrollo. Estas tesis de Mandel,como antes de él todas las co-rrientes reformistas y hasta hacepoco los que veían en laglobalización la base de una nue-va onda larga de recuperación,acaban por hacer el juego a loseconomistas e ideólogos bur-gueses que propician la austeri-dad ya que “si la clase obreraacepta sacrificios podemos co-nocer una nueva etapa de auge”.Para nosotros no es así, sinocomo antes explicábamos, elmovimiento de ciclos está deter-minado por la acción externa dela lucha de clases, y una ondalarga solo es factible por un fac-tor exógeno al ciclo: la acepta-ción pasiva de la clase obrera delos planes de sobreexplotaciónsalvaje, de desregulación, quepermitan remontar la tendenciadecreciente de la tasa de ganan-cia. Así la aceptación por un sectorde la clase de mayores niveles desobreexplotación, dispara el proce-so de impulsar esas mismas condi-ciones a los otros para hacerlos“competitivos” arrastrando haciaatrás las condiciones de todos que,aunque momentaneamente hayanpermitido nivelar la tasa de ganan-cia, la verán descompensada porla inversión tecnológica y volverána enfrentarse a otra vuelta de tuer-ca para incrementar la extracciónde plusvalía mediante otra medidasalarial o desreguladora. Y aún yasí, el incremento ilimitado de la pro-ductividad para nivelar la tasa de ga-nancia, llevará necesariamente alos mercados a una nueva crisis desobreproducción.

Hay incluso economistas que dicen que comolla acumulación actual sea esencialmente especu-lativa la crisis actual es algo sustancialmentedistinto a las crisis de sobreproducción clásicas.

Creemos que no. Porque la característica detodo este siglo de fase imperialista es el dominiodel capital financiero-especulativo sobre los otrosdos sectores (industrial y comercial), de maneraque –como ya ocurrió en el crack del 29- unacrisis del sistema financiero provoca una crisis encadena que atraviesa todo el sistema capitalista.Hoy ese predominio/dependencia es aun másacentudado.

Porque además cuando hablamos de crisis desobreproducción no estamos pensando sólo enproducción de mercancías consumibles sino entoda forma de mercancías, incluida el capital entodas sus formas (dinero, acciones, bonos, ...).

¿Una crisis distinta?¿Una crisis distinta?¿Una crisis distinta?¿Una crisis distinta?¿Una crisis distinta?

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1. Desr1. Desr1. Desr1. Desr1. Desregulaciónegulaciónegulaciónegulaciónegulaciónsalvajesalvajesalvajesalvajesalvaje

Toda la política burguesa, comohemos señalado, pasa por esadesregulación como mecanismopara aumentar la productividad yposibilita una segmentación de laclase obrera que dificulta las res-puestas. Pero toma formas diver-sas:

1.1. Cambios en la1.1. Cambios en la1.1. Cambios en la1.1. Cambios en la1.1. Cambios en laorganización delorganización delorganización delorganización delorganización deltrabajo.trabajo.trabajo.trabajo.trabajo.

Durante décadas el fordismo, laproducción en cadena, fueron la pre-dominante en las grandes indus-trias. Los cambios que se produ-cen teniendo como referencia eltoyotismo, buscan el aumento deproductividad adecuando la produc-ción a la demanda del mercado,diversificando el producto final, contirajes más cortos. El just in time,resume ese esfuerzo por la elimina-ción de stocks, y con ellos su costefinanciero, adecuando las plantillasa ese criterio con la flexibilización, olo que sería lo mismo, el just in timedel empleo, ajustando en realidadéste a la demanda del mercado.Estas formas se acompañan de unesfuerzo denodado por involucrar alos trabajadores en los objetivos dela producción: grupos, team leader,charlas, etc... Un involucramientoque va ligado muchas veces a larenuncia a la afiliación sindical y alpotenciamiento por parte de la em-presa de sindicatos propios. Estasformas de organización del trabajoestán asociadas fundamentalmen-te a las grandes industrias con tec-nología punta.

1.2. Precariedad:1.2. Precariedad:1.2. Precariedad:1.2. Precariedad:1.2. Precariedad:trabajadores detrabajadores detrabajadores detrabajadores detrabajadores desegundasegundasegundasegundasegunda

ETTs, contratos temporales, ysubcontratas completan la absolu-ta flexibilidad del mercado laboral yla total segmentación de los traba-jadores en una misma empresa.Caso particular de ello es la crea-ción de distintas escalas salarialespara un mismo trabajo dividiendo laplantilla en distintos convenios –por

ejemplo en metal-, o en las empre-sas de telecomunicación, la segre-gación de servicios creando empre-sas dependientes con total preca-riedad y salarios ínfimos –telemárketing-. La externalizaciónde servicios en banca, comercio, einclusive servicios públicos comosanidad, a teleoperadoras viene aengrosar el mercado deltelemárketing. Agrava todavía másla precariedad de estos sectores elcontrato a tiempo parcial –con tra-bajadores que terminan superandola jornada establecida en convenio-, con lo que el salario terminadefiniéndose por precio/hora y que-brando la vieja conquista de las 8horas. De hecho, los contratos atiempo parcial dejan en agua deborrajas la lucha por las 35 hs yaque han generalizado la reducciónde jornada con reducción salarial.Si el perfil de los trabajadores pre-carios o en la segunda y terceraescala salarial es el de jóvenes, elde telemárketing se ensaña en lasmujeres, y se concentra en el perfilde mujeres jóvenes.

1.3.Deslocalización:1.3.Deslocalización:1.3.Deslocalización:1.3.Deslocalización:1.3.Deslocalización:en busca deen busca deen busca deen busca deen busca deesclavosesclavosesclavosesclavosesclavos

La globalizaciónha empobrecidohasta el agota-miento áreas ex-tensas del planetaque, faltas de re-cursos y con redu-cida capacidad deconsumo, hanquedado fuera delcapitalismo y hanvuelto a un régi-men de economíade subsistencia (sirva de ejemploque el PIB de toda la región sub-sahariana es la mitad del del esta-do de Texas, y eso que aquí se in-cluye la riqueza en materias primas,petróleo oro y diamantes).

A ello hay que sumar que esospaíses no imperialistas han venidoa recibir la deslocalización de lasempresas de la metrópoli en buscade mano de obra muy barata,prácticamente esclava. La indus-tria texti l es paradigma de ladeslocalización de Catalunya a Ma-

rruecos, así como la explotación demano de obra infantil lo es de la deNike al sureste asiático, o la indus-tria de electrodomésticos a los paí-ses dragones. La deslocalización hasido también el producto de la pro-gresiva concentración de capitalescon la absorción de empresas ymarcas originarias de esos paísespor las grandes multinacionales queencontraban así un fácil caminopara explotar una mano de obramás barata y desregulada,incentivadas por una política fiscalfavorable. Es el caso de la industriade automoción a los países del esteeuropeo VW absorviendo Skoda).En el extremo de deslocalizacióncon mano de obra esclava y paraí-so fiscal, las maquilas mexicanas.La otra cara es el cierre y paro enlos países más desarrollados y ladesregulación todavía mayor comomoneda de cambio al traslado dela empresa. VW en México en el2000 o ahora en SEAT sirven deejemplos.

1.4.Inmigración:1.4.Inmigración:1.4.Inmigración:1.4.Inmigración:1.4.Inmigración:nuevos parias en losnuevos parias en losnuevos parias en losnuevos parias en losnuevos parias en lospaíses imperialistaspaíses imperialistaspaíses imperialistaspaíses imperialistaspaíses imperialistas

Este proceso de empobrecimien-to y sobreexplotación, cuando noabandono a la miseria, de continen-tes enteros ha generado un flujoimparable de inmigrantes a los paí-ses imperialistas. Siguiendo con losdatos mexicanos, son 5 milloneslos ”espaldas mojadas” que tra-bajan irregularmente en EEUU

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LII.Clase obrera y globalización.

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que han significado el incremen-to del 4% del PIB norteamerica-no. Y que la tendencia no es a queni la deslocalización ni el NAFTA fre-nen en manera alguna estas cifrases que se calcula que de los 18,2millones de mexicanos que resi-dían en EEUU en 1997, seránunos 34 millones en el 2020.Conscientes de este hecho, lasautoridades yanquis reformaron laley inmigratoria endureciendo enforma drástica la regularización en1996: tras ella, el flujo no se hadetenido pero sí cualquier posi-bilidad de regularizar la situaciónjurídica o laboral de losinmigrantes mexicanos. Son car-ne de cañón sin derechos paraser esclavos en el propio EEUU.

Este hecho es general a los paí-ses imperialistas. En el 2000 llega-ron a la UE 816.000 inmigrantes –100.000 más que el año anterior-.Ese año, se calculaba que había 3millones de irregulares en la UE, delos cuales 500.000 residían en Fran-cia, 235.000 en Italia, ...

2.2.2.2.2.Privatizaciones:Privatizaciones:Privatizaciones:Privatizaciones:Privatizaciones:saqueo al salariosaqueo al salariosaqueo al salariosaqueo al salariosaqueo al salarioindirindirindirindirindirecto, losecto, losecto, losecto, losecto, losserserserserservicios sociales yvicios sociales yvicios sociales yvicios sociales yvicios sociales ylas emprlas emprlas emprlas emprlas empresasesasesasesasesasestratégicasestratégicasestratégicasestratégicasestratégicas

Tras la enorme acumulación decapital especulativo que han su-puestos las deudas externas, lasprivatizaciones han sido otra fuenteingente de capital. Todas ellas sig-

nifican un enorme saqueo a los bol-sillos obreros ya que sus fuentes definanciación han sido los sistemasimpositivos de los que la clase obre-ra es principal aportante.

Buena parte del sistema impositi-vo es directo, es decir proviene delos descuentos que se hacen al sa-lario bruto:% retención por IRPF, SSy pensiones. Los dos últimos sonexpresamente para financiar servi-cios públicos universales y gratuitos.De otro lado, de la masa salarial quepaga la patronal, una importanteparte no viene directamente a nues-tros bolsillos, sino que va a parar ala caja de pensiones y la SS. Esosdos aportes (descuentos y apor-te patronal) son el llamado sala-rio indirecto: es decir algo quedeberíamos cobrar (no es partede la plusvalía que se queda lapatronal) y que no recibimos di-rectamente sino a través de lagarantía de unos servicios. Unode los objetivos de las privatizacionesfue la apropiación de este enormebolsón de capital que son nuestrossalarios indirectos.

2.1. PensionesEn los 80 y 90 la principal pre-

ocupación del capital financierofue forzar a políticas que permi-tieran la apropiación de lo quees capital invertible, es decir losaportes de pensiones, como unade las principales fuentes de acu-mulación de capital especulati-vo. Esas enormes apropiaciones sellevaron generalmente a cabo convariantes del modelo norteamerica-no llamado Plan 401K –por la casi-lla de exención de impuestos quecorrespondía- que permite que unaparte progresivamente mayor de losaportes obligatorios se desvie a losfondos privados quedando exentade impuestos; la patronal haría lopropio con parecidos porcentajes alfondo elegido por cada trabajador.Por descontado que así sedescapitaliza el sistema previsionalpúblico de carácter universal, y queante caídas bursátiles como las delverano del 2002 en Gran Bretaña,el pago privado de las pensiones setambalea, teniendo que aparecer elestado -de nuevo nuestros impues-tos- como garante, sólo que sin lacaja previsional en condicones. Sicitamos Gran Bretaña es porque,(junto a EEUU) fue el primer país quearrancó la privatización en 1978 yque a fecha enero 2002 los fondosprivados de pensiones tenían acti-

vos por valor de 1,4 billones de dó-lares, cifra similar a un año de suPIB. El otro país pionero, EEUU,también arrancó en 1978 con loscitados Planes 401K y a fecha demayo 99, poseía unos activos acu-mulados en planes privados de pen-sión de $6,4 billones. Le seguíaGran Bretaña. Los fondos privadosde estos dos paises constituían enel 99 casi 2/3 del total mundial y sóloEEUU representaba los 3/5.

Todos esos activos, inmedia-tamente, pasan a formar partedel mercado especulativo. Poreso China –que venía impulsandocon éxito los fondos privados desdeel 97- planteaba dos problemas (a

juicio del The Globe and Mail Metro19 nov 99): el primero era que aun-que las tasas de ahorro eran las masaltas del mundo, “esos fondos indi-viduales manejados por la bancatodavía no podían ser invertidos enlos mercados de capitales”... y elotro que hasta el 2000 el gobiernochino no llegó a un acuerdo con elyanqui para “permitir capital foraneoen las administradoras privadas defondos, comenzando con un límitede 33% por tres años, luego de49%” (idem).

En ese marco encaja el Pacto deToledo y la reforma de las pensio-nes en el estado español.

2.2. Ser2.2. Ser2.2. Ser2.2. Ser2.2. Serviciosviciosviciosviciosviciossocialessocialessocialessocialessociales

Es el otro gran paquete queabsorve nuestro salario indirecto,mayoritariamente para sanidad yeducación. Las directrices de laOMC exigían la inmediataprivatización para “liberalizar elmercado” y reducir gasto públi-co. Eso sin embargo, no pasa tandirectamente al capital financie-

Pensiones privadasPensiones privadasPensiones privadasPensiones privadasPensiones privadasEn los países latinoamericanos vino a su-

marse al expolio de la deuda externa. Enconcreto en México fue condición del NAF-TA y entró en funcionamiento en el 97. Enel 99, 14,5 millones de mexicanos habíansalido del sistema público para pasarse alprivado y la captación de fondos era de$15.000 millones.

Evidentemente esta extracción de sala-rio indirecto, es una golosina para las finan-cieras particularmente norteamericanas: enJapon que inició sus reformas a fines del99, las primeras empresas de USA en es-tablecerse para crear los mercados fueronFidelity Investments y State StreetCorp.realizando alianzas o consorcios conempresas japonesas.

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ro, sino que pasa a manos deempresas privadas “de servi-cios”. De un lado, seguimos ha-ciendo los mismos aportes de sala-rio indirecto que se canalizan a ma-nos privadas, a la vez que tenemosque volver a pagar por el servicio.

El mercado Europeo de polizas desalud privadas es del orden de44.000 millones de Euros (The WallStreet Journal Europa 14/6/99),pero a ello hay que añadir laprivatización de la estructura sani-taria pública. Según ArthurAndersen, en Alemania en el 2000había 2258 hospitales, la gran ma-yoría propiedad del estado, peropara el 2015, se espera el cierre deun 25% de ellos y que la mayoríade los que queden estén en manosprivadas. Creen que la estancia pro-medio de cada paciente se va areducir de 11 días a 3 a 5 (BritishMedical Journal del 15-4-00). EnEspaña con la Ley 15/1997, de 25de abril, sobre habilitación de nue-vas fórmulas de gestión del Siste-ma Nacional de Salud, se crearonlas fundaciones, consorcios, em-presas públicas y concesiones ad-ministrativas. Los hospitales quedanbajo el control de la autoridad sani-taria que continúa financiándolos,pero gerenciados por empresas pri-vadas. En el 99 existían en funcio-namiento 14 fundaciones hospita-larias, 17 empresas públicas, 17Consorcios y una concesión Admi-nistrativa. Todos los hospitales enconstrucción pasarán a gestionarsepor una de estas fórmulas. (El Mun-do, 23-5-99). En EEUU la medicinaes prácticamente privada al 100%.Desde el 92, apareció el sistemaHMO en que administradoras pri-vadas prometen abaratar los cos-tos del paciente a cambio de res-tringir su libertad de elección (el ser-vicio se les da de acuerdo con cier-tas reglas y en ciertas institucionesrelacionadas o controladas por cadaHMO). Ellas supervisan los gastos ycomprueban la calidad del servicioofrecido por los doctores. En Amé-rica Latina ya hay 60 millones deusuarios. Las empresas Americanasmás conocidas por sus operacio-nes fuera de USA son Cigna yAetna. Se destaca su presencia enChile, Argentina, Colombia, Filipinas,México, Japón, India y Europa delEste. (The wall street journal-LasAmericas 21-12-99).

En el terreno educativo, en todossus niveles, el avance de laprivatización ha sido vertiginoso. En

los países con deuda externa, for-zados por las reformas estructura-les del FMI y el BM. En los paísesimperialistas aplicando similares cri-terios a partir de los acuerdos de laOCDE. De un lado, está el cierrede escuelas públicas a la par quese abren privadas, pero además,está el traspaso de fondos públicosa muchas de esas instituciones pri-vadas con mecanismos parecidosal de los conciertos en el estadoespañol, o el de las becas públicaspara alumnado de centros privados.La tercera variante, es la de las lla-madas escuelas “Charter” enEEUU, generalizadas a partir del 93y en las que empresas administra-doras toman la gestión de escue-las públicas. La LOU, la ley de FP yla de Calidad, encajan en este sa-queo. Es de destacar el papel quepuedan jugar como “patronales” deFP, CCOO y UGT tras la integra-ción en la nueva ley de los siste-mas reglado, ocupacional ycontínuo.

Todo lo que hace a otros servi-cios sociales, se ha "externalizado"a través de concursos a ETTs o"ONGs": servicios de comedores,atención primaria de servicios so-ciales, educadoras familiares, edu-cadores de calle en barrios margi-nales. O su gestión se ha privatiza-do, como es el caso de los centroscívicos.

2.3. Demás sectorespúblicos y estratégicos:Transportes, energía,comunicaciones, sectorestatal industrial.

El tercer gran paquete hace alresto de servicios públicos (traspor-tes, aguas, servicios sociales,...),sectores energéticos y estratégicos.En los países condeuda externa, par-ticularmente enLatinoamérica en los80, lasprivatizaciones fue-ron de la mano delplan Brady, como unmecanismo de pa-garla malvendiendoa precio de gangalas principales em-presas públicas.Este fue uno de losmecanismos utiliza-dos por las multina-cionales españolaspara imponerse enel mercado latino-

americano: Aerolíneas, YPF,Entel,.... En los países imperialistaslas privatizaciones se dieron de lamano del achicamiento del estadodel bienestar en pos del déficit cero.Así en España, el gobierno del PPa continuado las ventas iniciadaspor sus predecesores del PSOEmultiplicando en 6 años las realiza-das en los 12 anteriores, comple-tando la de Repsol, Endesa, la ace-ría Aceralia, Gas Natural, Red Eléc-trica, Indra, Initec e Iberia. Ha su-puesto la venta de las joyas de laCorona, es decir, las empresas quedaban más beneficios y eran másfáciles de privatizar. Puede decirseque en la actualidad apenas quedasector público empresarial (salvosectores de Correos y RENFE quese finiquitan en 2003). El procesoseguido para esas privatizacionesha sido el de las segregacionespara facilitar la venta. Pero ya lasposibilidades de seguir obteniendoenormes sumas por ventas de em-presas con las que equilibrar los pre-supuestos del Estado, terminan. Enlo inmediato quedan lasprivatizaciones pendientes de lostransportes, con la de RENFE fe-chada para el 15 de marzo. SegúnWilliam Megginson (Foreign Policy,primavera 2000), se estima que enlos últimos 20 años, el producto delas privatizaciones de empresas entodo el mundo ha llegado a un bi-l lón de dólares ($1000.000.000.000). El año de ma-yores ventas fue 1997 con un totalde $160.000 millones. Según el BM,en América Latina y el Caribe se re-caudaron $154.000 millones porprivatizaciones entre 1990 y 1998(The Wall Street Journal-Estudio deLatinbarómetro, del 9-5-00).

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1.Expor1.Expor1.Expor1.Expor1.Exportación detación detación detación detación deuna crisis "made inuna crisis "made inuna crisis "made inuna crisis "made inuna crisis "made inUSA"USA"USA"USA"USA"

Es la primera crisis global de laglobalización. Hasta ahora, losEE.UU. –motor y principal benefi-ciario de la globalización- habíanconseguido aislar las crisis en zo-nas localizadas: la de México del 95con la entrada masiva de dinero; ladel sudeste asiático, confinándola eimponiendo una masiva destrucciónde capitales (devaluaciones de mo-nedas, cierres de empresas quedejaron millones de trabajadores enparo, ...), aunque al ser estas eco-nomía satélites del capital japonés,dejaron la economía nipona en larecesión más grave desde la II Gue-rra Mundial, de la que no ha salido.Siguieron las crisis de Rusia, Brasily Argentina, pero actuó de nuevoel efecto aislamiento.

Pero hoy la crisis llegó al corazóndel imperio. Desde el 2000 la eco-nomía de los EE.UU. inició una pro-funda curva descendente que ha idoarrastrando al conjunto de las eco-nomías del planeta. Empezó gol-peando la “nueva economía”, esdecir los sectores que “debían per-mitir al capitalismo crecer indefini-damente” según algunos “exper-tos”, pero siguió con la “vieja”. En

EE.UU. desde esa fecha, el sectorindustrial ha marcado una recesiónininterrumpida hasta hoy, en tantoel crecimiento del PIB pasaba del1% a valores negativos del 0’4%.El paro subió al 5,4%. El consumointerno -principal motor de la eco-nomía de los EE.UU.- bajódrásticamente, mientras los índicesde endeudamiento de empresas yfamilias son demasiado altos parapermitir recurrir a nuevos créditos,a pesar de las sucesivas reduccio-nes de tipos que los hacen más ba-ratos. La recesión a fines del vera-no 01 ya era una realidad.

El impacto de esta crisis es mun-dial: el comercio bajó un 1,2% en el2001 frente al 12% del 2000. EnJapón en los últimos 4 meses del2001 hubo un millón de despidos.En Alemania el PIB bajó al 0,75%,mientras el paro subió al 9,5% enoctubre y superará los 4 milloneseste invierno del 01. La OCDE ad-vierte que el mundo está en rece-sión por primera vez en 20 años.Las previsiones son de más paro enlos países imperialistas y más po-breza en el mundo semi-colonial pornuevas caídas de los precios de lasmaterias primas.

Para encontrar el último periodosimilar en datos negativos en la eco-nomía norteamericana hay queremontarnos a la grave recesión del81-82, justamente la que preparóel lanzamiento de la l lamadaglobalización. No es casual, asisti-mos al principio del final de este ci-clo que ha durado casi 20 años ypermitido a los grandes capitalistasganar enormes sumas de dinero acosta de una creciente extensióndel hambre y la miseria en el mun-do.

2. 2. 2. 2. 2. PrPrPrPrProyecto deoyecto deoyecto deoyecto deoyecto deBush para combatirBush para combatirBush para combatirBush para combatirBush para combatirla crisis.la crisis.la crisis.la crisis.la crisis.

2.1. La guerra como2.1. La guerra como2.1. La guerra como2.1. La guerra como2.1. La guerra comorevulsivo económicorevulsivo económicorevulsivo económicorevulsivo económicorevulsivo económico

Bush llegó a la Casa Blancacon un paquete de medidas parala crisis: enormes inversiones en ar-

mamento (con la estrella del para-guas antimisiles), planes para aca-bar con la escasez de energía aba-ratando su producción y dando fa-cilidades para recurrir a las fuentesmás contaminantes (carbón, nu-clear, ...), explotación de las reser-vas naturales de Alaska... rechazócualquier compromiso de control degases (Kioto). Junto a ello prometíarecortes en los impuestos de los ri-cos y menos ayudas sociales. Trasél se habian impuesto los mag-nates del petroleo y la industriade armamento, los mismos queauparon a Bush-padre y la Guerradel Golfo.

Bush aplicaba la lógica deReagan frente a la recesión: si elconsumo es incapaz de mante-ner la actividad industrial, enton-ces debe ser la administraciónquien lo active. ¿Comprar qué?La producción 100% made inUSA, de la que depende el 60%de toda la producción industrialyanqui: la industria armamen-tística, que además permite au-mentar el poder norteamericanoen el resto del planeta. Hasta el11 de septiembre 01, a Bush se leacumularon los contratiempos y lasresistencias a sus planes. A partirde esa fecha la crisis se agravó:cayó el consumo interno (1,8% sóloen septiembre, el mayor descensodesde enero del 87) ; el PIB cayó al–0,4%. La Bolsa acumuló nuevaspérdidas con la excepción de las fir-mas relacionadas con el armamen-to. Pero lo decisivo es que la nuevasituación de guerra permitió a lasmultinacionales, que habían aplica-do planes de reestructuración gra-duales de despidos ya a lo largo del2001, aplicar una drástica reducciónde costos: 450.000 despidos sóloen EE.UU. en octubre... El comba-te al terrorismo le permitió a Bushrelanzar sin discusión su plan: pre-vió para el Presupuesto federal del2002 un aumento un 7% en inver-sión militar (la mayor subida desdeReagan, en 1981), aprobó incenti-vos fiscales por valor de 75.000 mi-llones de dólares, que unidos a losaprobados para la reconstrucción

III. La crisis llega al corazóndel imperio

El gobierno de Bush-hijo refleja a sus pa-drinos y se ajusta a la política prometida: elVicepresidente Dick Cheney es un ejecuti-vo petrolero y anterior Secretario de Defen-sa. El secretario de Estado, Collin Powell,es el anterior presidente de la Junta de Je-fes de Estado Mayor. El secretario de De-fensa es Donald Rumsfeld, alto ejecutivode Searle Pharmaceuticals y el Asesor deSeguridad Nacional lo es de unatransnacional petrolera. Por lo demás, tan-to Cheney como Powell son veteranos deVietnam –Powell concretamente, respon-sable de la matanza de My Lai y de la ocu-pación de Panamá-, ambos diseñadores dela Guerra del Golfo.

El gobierEl gobierEl gobierEl gobierEl gobierno de Bushno de Bushno de Bushno de Bushno de Bush

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de Manhattan, supone un estímulofiscal de más de 100.000 millones(más del 1% del PIB), aprobó paradefensa 345.000 millones para lu-cha antiterrorista, aunque tuvo queceder más ayudas sociales (amplia-ción del subsidio de paro de 26 a39 semanas), entregó más de40.000 millones y otros 15.000 si erapreciso para ayuda urgente a lascompañías aéreas,... Desde unpunto de vista economico, sepreveia que las enormes inyeccio-nes a la industria que iban a supo-ner las compras de armamento conla guerra revertirían la crisis. Cierta-mente los aumentos de cotizaciónen bolsa General Dynamic, ATK oRaytheon compensaron en parte lasextraordinarias bajadas de lasaerolíneas -pérdidas totales entre100 y 275 millones de dólares-, deagencias de viajes, aseguradoras yotras relacionadas con el transpor-te. El Grupo aero-espacioal norte-americano Lock-heed Martin –aso-ciado al grupo britanico BAESistems- se hizo con un contratode 37 billones de ptas en pedidoyanqui de 3000 aviones de comba-te de 3ª generación JSF, que pue-den ampliarse a 74 billones de ptasen contratos a estados aliados.Pero nada de esto es equivalente ala situación que se creó en la gue-rra del Golfo del 91: entonces laGuerra permitió una consolidaciónde la industria militar en el marcode un crecimiento general.Raytheon, la compañía del misil tie-rra-aire Patriot, fue la estrella de WallStreet. Cada vez que uno de susmisiles iba al encuentro de un Scudirakí, volaba un millón de dólares.Motorola ingresó 1000 millones deptas por sus teléfonos portátiles des-embarcando en Kuwait. A ellos si-guieron General Motors, Ford yChrisler, contratados para reempla-zar las pérdidas de vehículos milita-res.

2.2. La guerra como me-dida política.

Pero además una guerra es laexpresión más sangrienta de lalucha de clases. Mas alla de losefectos economicos directos dedestruccion de medios deproduccion y fuerza productiva, yaquellos más discutibles dereactivacion economica, esta elhecho de que tras la guerra estael plan de Bush de imponer unaderrota al movimiento de masasque permita una nueva situacion

de mayor extracción deplusvalía para recuperar los be-neficios. Para ello precisa: 1) gol-pear a su clase obrera y a la in-ternacional para aplicar nuevosrecortes en condiciones labora-les, sueldo y recortes sociales;2) seguir sangrando los pueblosa través de la deuda externa ysometerlos más estrechamente(ALCA, privatizaciones, ...).Pero aplicar esos dramáticosplanes y sus consecuencias esimposible sin imponer un régi-men de terror que paralice ydestruya cualquier oposión. Esees el “nuevo orden internacio-nal” del que Bush quiere ser gen-darme indiscutido. Porque con-seguirlo es recuperar la “confian-za” de los capitales para que si-gan fluyendo a EEUU, tanto mássi la guerra va acompañada delbotín del petróleo, del desplaza-miento de los competidores enel segundo país del mundo enreservas de crudo, y en rediseñarbajo su control toda esa zonaestratégica reforzando el pesodel estado de Israel como po-tencia imperialista en ella.

La salida de la crisis no es puesuna cuestión económica sinopolítica, y ahí está la guerra: ladeclaración de Bush de perse-guir a Bin Laden “vivo o muerto”tuvo un inmediato efecto esta-bilizador en Wall Street. Y es asíporque hay una estrecha rela-ción entre la capacidad del im-perialismo por imponer sus pla-nes y la confianza política queprecisan los capitalistas. Caso deempezar a dar muestras de de-bilidad y profundizarse la descon-fianza, el crack financiero estásobre la mesa sabiendo que hoyla cantidad de papel que hay enel mercado en forma de accio-nes, obligaciones, moneda, ... esun enorme castillo de naipes mu-chísimo más inchado del que llevóal crack del 29.

La victoria en la guerra deAfganistán volvió a demostrar lafuerza del gendarme yanqui y unabuena parte de capitales volvierona buscar su cobijo recuperada la“confianza”. Con ella se recuperoel consumo y los beneficios empre-sariales y la producción remonta-ron en el primer semestre del año.Pero con la misma fuerza con losaviones bombardeos en Afganistánhabían hecho reflotar los beneficios,la falta de continuidad en la ofensi-

va imperialista precipitó de nuevola caída, con el agravante de queel consumo ha elevado aun más elnivel de endeudamiento de empre-sas y familias. Los escándalos y lacrisis bursátil volvieron a demostrarque la economía norteamericanaestá sumergida en la crisis. La ame-naza de un castillo de deudas queno se pueden pagar amenaza laeconomía de los EE.UU. del mis-mo modo que hace una décadadejó tocada la economía del Japón,con la diferencia de que les reper-cusiones internacionales serían mu-cho mayores.

La causa de este frenazo y lasdificultades de la administraciónde Bush para emprender nue-vas acciones tiene que ver conla existencia de dos conflictosque hoy son decisivos desde elpunto de vista de la lucha de cla-ses mundial: Israel-PalestinaPalestinaPalestinaPalestinaPalestinaque dificulta las acciones previs-tas por Bush sobre Irak; y ArArArArAr-----gentinagentinagentinagentinagentina –agravada con laextension de la crisis a Uruguayy especialmente Brasil y la cre-ciente inestabilidad en Venezuelatras el fallido intento de golpede estado- que impide una ac-

ción más decidida en el conti-nente sudamericano y en Co-lombia en particular. No obstan-te ambos planes siguen actuales yla recaida de la crisis empuja a Busha actuar. Por eso tiene que justifi-car la guerra contra Irak. Y la pre-potencia de las ultimas resolucio-nes de hacerlo aun en solitario nohace sino reforzar su supremacíapolitica convencido que sea la UE,Rusia o los paises arabes, al finalse sumarán al carro aunque sea adesgana y ante hechos consuma-dos.

La incertidumbre de Bush es

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el otro frente en la lucha de cla-ses: el de los trabajadores y lospueblos. Entre su opinión públi-ca la guerra contra Irak no cuen-ta con el apoyo de Afganistán.Obviamente, con estas condicio-nes, y con el conflicto palestinomuy vivo, la agresión imperialis-ta puede provocar la reacción demasas, y con ella podría ser de-rrotada. Esta es la cuestión quecambiaría la situación mundial.Por eso, insistimos, la salida dela crisis se va a resolver esen-cialmente en el terreno de la lu-cha de clases. Esa tarea hoy em-pieza con la defensa de Irak.

3.3.3.3.3. El imperialismo El imperialismo El imperialismo El imperialismo El imperialismoyanqui no detieneyanqui no detieneyanqui no detieneyanqui no detieneyanqui no detienesus planessus planessus planessus planessus planesanterioranterioranterioranterioranteriores: El ALCAes: El ALCAes: El ALCAes: El ALCAes: El ALCA

Todo lo dicho hasta aquí, no eli-mina los planes previos del imperia-lismo yanqui (la idea del ALCA vienedel 91, en tiempos de Bush-padre).sino que al contrario, los atentadosdel 11 de septiembre le permitierondesbloquear la vía rápida -fast track-para materializar el proyecto del Areade Libre Comercio de las Américas(ALCA) y completar el saqueo deAmérica Latina. La crisis revolucio-naria argentina la enfrentaba y abríala posibilidad de consolidar un am-

plio movimiento continenteal contrael ALCA: las movilizaciones de Bue-nos Aires, Quebec, y recientemen-te Quito, y el referendum con 10 mi-llones de brasileños oponiéndose sonalgunos de los hitos de esa batalla.

El objetivo es un "bloque comer-cial" de 800 millones de habitantesque generaría un PIB de 11,4 billo-nes $, el 40% del total mundial,

hegemonizado por EEUU y com-puesto por Canadá y los paíseslationamericanos salvo Cuba. Deesta manera países tan débilescomo San Vicente o Granada, conun PIB de un mísero 316 millonesde dólares, "competirían" en mer-cado abierto con la primera poten-cia mundial con un PIB de 8,7 billo-nes de dólares. El secretismo conque se han llevado las negociacio-nes da idea del saqueo que se pre-para. Según sus planes el ALCAentraría en vigor en enero 2006.

El ALCA no parte de cero, sinode las economías de los 34 paísessaqueadas por la deuda, remata-dos sus patrimonios con lasprivatizaciones, las monedas suje-tas al dólar y el 70% de las econo-mías dolarizadas, con la instalaciónde bases militares en Tres Esquinasy Tolima (Colombia), Manta (Ecua-dor) e Iquitos (Perú) que "asesora-ran" los ejércitos latinoamericanos-con la excusa del Plan Colombiacontra el narcotráfico-, una ingeren-cia en las legislaciones nacionalespara posibilitar las reformas estruc-turales dictadas por el FMI -queen Perú han llegado a tener ran-go constitucional-, y poder paradesignar hombres de confianzade las multinacionales o el BMen cargos ministeriales (Cavalloen ARgentina, Fraga en Brasil...).Es decir, el ALCA se asienta so-bre la pobreza, la desocupacióny la pérdida de soberanía de lospaíses latinoamericanos. Peroquiere más.

También parte de la experien-cia del NAFTA (Tratado de LibreComercio entre Canadá, EEUUy México), profundizándola. Elloes así porque se pretende apli-car todas las draconianas exigen-cias del gran capital que son re-cogidas por la OrganizaciónMundial de Comercio (OMC) y enespecial por el AcuerdoMultilateral de Inversiones (AMI).Así por ejemplo, en nombre deproteger la propiedad y salvaguar-dar las inversiones, el ALCA in-corpora el tristemente celebrecapitulo 11 del NAFTA en virtuddel cual se subordina el interéspublico y ambiental de un país yde sus leyes a tratados interna-cionales favorables a las corpo-raciones transnacionales. Lasgrandes transnacionales queda-rán absolutamente fuera del con-trol de los estados latinoameri-canos, amparadas por una legis-

lación por encima de las leyes na-cionales. Es decir la pérdida com-pleta de cualquier rasgo de sobera-nía.

En el NAFTA quedó fuera delacuerdo la cuestión de los recursosenergéticos, ahora mediante elALCA se pretende considerar lasfuentes energéticas del continente(petróleo, gas, electricidad, el agua,etc), como «propiedad hemisférica»,es decir «norteamericanizar» la ener-gía, o lo que es lo mismo pasar to-dos los recursos energéticos a pro-piedad del imperialismo norteame-ricano. Este objetivo apunta tam-bién a apropiarse de lo mejor de laamazonía mediante una pretendi-da internacionalización de la misma,especialmente de la brasileña.

El ALCA no puede ser consi-derado sino como el instrumen-to jurídico político imperialistapara legalizar y profundizar larecolonización de América Lati-na y, de aplicarse, será la coro-nación colonizadora de los paí-ses latinoamericanos.

Los datos de México a partirde su pertenencia al NAFTA(enero 94) hablan por sí solos. Lasinversiones pasaron a ser 6,5 ve-ces superiores al período ante-rior –pero no esencialmentecomo producto de lasdeslocalizaciones que en lasmaquilas no salen caras, sinopara la renegociación de la deu-da externa- y las exportacionesse incrementaron un 118% pa-sando de ser esencialmente dematerias primas a que los pro-ductos manufacturados repre-sentaran el 87% de la exporta-ción: es decir, la deslocalizacióninvirtió la relación entre sectorextractivo e industrial, potencian-do este último. Sin embargo, enel mismo período de tiempo ladeuda externa se duplicó, con-virtiéndose en la mayor de Amé-rica Latina con 64.000 millonesde dólares. Sólo para hacernosuna idea, en el 96, los pagos porla amortización de la deuda fue-ron 5 veces superiores a las in-versiones extranjeras de ese año.

NAFTNAFTNAFTNAFTNAFTA:A:A:A:A:saqueo de Méxicosaqueo de Méxicosaqueo de Méxicosaqueo de Méxicosaqueo de México

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1.¿Ir1.¿Ir1.¿Ir1.¿Ir1.¿Irrrrrreversibilidadeversibilidadeversibilidadeversibilidadeversibilidadde lade lade lade lade laglobalización?globalización?globalización?globalización?globalización?

Si bien señalar los cambios enla organización del trabajo comoelementos centrales para definiruna política sindical revoluciona-ria es importantísimo, confundirlo que es un modo de organiza-ción del trabajo que son con unmodo de producción lleva a po-siciones que sólo son favorablesa la patronal. Se parte de confun-dir las relaciones técnicas de pro-ducción con las relaciones socialesde producción. Así se ven los cam-bios organizativos como merosprocesos evolutivos productodel avance de la técnica. Se olvi-da que el fordismo es inconcebiblesin la acumulación originaria llevadaa cabo en dos guerras (la de Sece-sión y la 1ª guerra mundial), sin elvuelco de capitales ingleses a fina-les del siglo pasado y sin la rapiñacolonial llevada a acabo por losEEUU. Así como el toyotismo esinexplicable sin la derrota japonesa,la contrarrevolución llevada a cabocontra los trabajadores nipones y sinla presencia económica, militar y po-lítica de EEUU, que tuvo un gene-ral, Mac Arthur, durante años al fren-te del gobierno japonés. No hay unproceso evolutivo entre ambos,sino una destrucción masiva previade fuerzas productivas y medios deproducción, ni tampoco entrañanun cambio de las relaciones socia-les de producción (proletariado/bur-guesía/plusvalía...).

Eso es así porque la técnica,bien sea aplicada a la maquina-ria, bien a las nuevas tecnologíaso a la organización de la produc-ción, es un instrumento neutro.En manos del capitalismo, lejosde procurar un avance en lasfuerzas productivas (que son

IV. En debate:¿irreversibilidad de laglobalización?¿clase o ciudadanía?

esencialmente el hombre y lanaturaleza), genera más de-gradación. El potencial desarro-llo de las fuerzas productivas quela técnica podría incorporar es arrui-nado y vuelto su contrario por el sis-tema capitalista imperante. El au-mento del rendimiento del tra-bajo es un símbolo de progresosólo a condición de que reper-cuta favorablemente en las con-diciones materiales y espiritua-les de la humanidad. Sin embar-go, en la era imperialista, todos loscambios tecnológicos, incluyendolos asociados a la organización deltrabajo, han ido acompañandobinomio destrucción-reconstruc-ción. Más aún, en el último siglotodo el desarrollo de la técnica tie-ne como base de investigación ypuesta en práctica las guerras. Nohay un solo avance técnico que nohaya sido incubado y desarrolladoinicialmente en condiciones bélicasy solo posteriormente trasladado ala esfera de la producción, con loscriterios y consecuenciasdestructivas antes señaladas. Portodo ello, nosotros afirmamos quetras la primera guerra mundialno sólo no se puede hablar dedesarrollo de las fuerzas pro-ductivas, sino que vienen desa-rrollándose las fuerzasdestructivas. Por eso cuando elaumento en la productividad seconvierte en expulsión de millonesde trabajadores del sistema pro-ductivo, crecimiento de la miseria yla explotación, hablar de avance delas fuerzas productivas –ni que seaparcial- es hacer apología del sis-tema capitalista decadente.

Sin embargo, esta posición havenido siendo sostenida por la so-cialdemocracia y el estalinismo trasel concepto de “revolución científi-co-técnica”. En los sindicatos sedesarrolló con las corrientesregulacionistas que arrancaban de

analizar que “no todo es negativo”,de que “hay que democratizar lasrelaciones laborales” –en palabrasde uno de sus ideólogos, BenjamínCoriat-, buscando su“socialdemocratización”. Actual-mente es bandera también demuchas de las corrientes anti-globalización y en concreto delFSM de Portoalegre que trasconsiderar la “globalizacióncomo irreversible”, se muevenen la perspectiva de“democratizarla” para compen-sar el proceso de exclusión. Estoimplica aceptar la versión de quela economía –no la técnica- esneutral, y no un resultado de lalucha de clases. Así se apuestapor negociaciones con agendasque aborden temas como la TasaTobbin o los Presupuestosparticipativos. Es sintomático quecapitalistas como Soros (que en1992 ganó 1.000 millones netos debeneficios apostando por la deva-luación de la libra esterlina) defien-da la Tasa Tobbin (que grava preci-samente las transaccionescambiarias que especulan con lasmonedas nacionales). De hecho,estas teorías ya están siendo to-madas por todo el sector de eco-nomistas burgueses que opinan queel capitalismo debiera empezar adesglobalizarse e introducir medidaskeynesianas, es decir pasar del“neoliberalismo” a una política másintervencionista del estado, conmayores gastos de protección so-cial a fin de evitar explosiones so-ciales.

Frente a ellos, nosotros insis-timos que la economía es pro-ducto de la lucha de clases y quepor tanto no hay ningún planburgués por sí mismo irreversi-

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ble –tampoco la globalización-,sino que puede ser derrotado porla lucha de los trabajadores, asícomo también que la única sali-da realista, es decir no utópica,es luchar para derrotar -y nopara reformar- los planesimperialistas y avanzar a acabarcon el capitalismo.

2. Clase o2. Clase o2. Clase o2. Clase o2. Clase ociudadania.ciudadania.ciudadania.ciudadania.ciudadania.

Acompañando el apogeoneoliberalista que vino con laglobalización, así como los cambiostecnológicos y en la organización deltrabajo, fue calando en la izquier-da la propaganda imperialista del“fin de la lucha de clases” tras lacaída del muro de Berlín: era laconcreción de un nuevo refor-mismo. Socialdemocracia y estali-nismo fueron –y siguen siendo- por-tavoces de ella tras el discurso dela ciudadanía. Un concepto que bo-rra las clases y las “aúna” para en-frentar al estado neoliberal. Losejemplos de esos resultados formanya parte de la historia con las políti-cas anti-obreras de los gobiernos so-cialistas en Europa, el del Olivo -jun-to al estalinismo- en Italia,.... quevinieron a confirmar no sólo que lalucha de clases seguía, sino queademás, los estados son herramien-tas en manos de la clase dominan-te que sigue siendo la burguesía.

Tomaron el relevo en la defen-sa de ese concepto las corrien-tes anti-globalización que que-riendo encontrar un calificativoque las distinguiera del discur-so socialdemócrata imperanteen la izquierda, lo vistieron conla “economía solidaria”, “un Ban-co Mundial ético”, “una organi-zación mundial del comercio jus-to”... que no son sino una ver-sión sofisticada de una “econo-mía capitalista orientada al mer-cado interno”. La alternativa quedescriben al capitalismo globalizadoserían las asociaciones autoges-tionarias, cooperativas, organizacio-nes de consumo comunitario, “tasade desempleo ciudadana” y un “ín-dice de miseria humanitario” (con-ceptos todos, recogidos en las con-clusiones del II Foro Social Munidal)...en una palabra, todo aquello quepueda ser secundario con respec-to a lo que es el centro de la actualeconomía globalizada controlada porlas multinacionales. No se habla de

qué hacer con las grandes empre-sas automovilísticas, petroleras,agroalimen-tarias, grandes ban-cos... Pero suponiendo que gene-ralizaran esta propuesta también aestos sectores –cosa que no ha-cen- estarían impulsando una eco-nomía o pre-capitalista o delos inicios del capitalismo, locual aparte de la utopía re-accionaria de hacer girar larueda de la historia haciaatrás no sale del sistemaque dice combatir: los ejem-plos de las SAL en el estadoespañol, de cooperativascomo Eroski o Mondragón, losmini-créditos que se estándando a las mujeres en el Afri-ca central para impulsar la ar-tesanía, el mercado del true-que o la ocupación de em-presas en crisis como coope-rativas en Argentina... sonejemplos vívidos de dóndeconduce toda esta fraseolo-gía que encubre una negati-va a combatir las raíces delsistema que empuja al ham-bre a millones y ya cuenta con5.000 millones de personasen la pobreza más absoluta. Todasesas "alternativas" se insertan en laconcepción de la irreversibilidad dela globalización y todas acaban conlas mismas lacras del sistema glo-bal.

Con el mismo orígen y como baseteórica a los presupuestosparticipativos, intelectuales comoSusan George, Ignacio Ramonet yTony Negris teorizan sobre la auto-nomía de las multinacionales y lapérdida de funciones de los esta-dos destacando en el informe ofi-cial del último foro en febrero 02:“...el capitalismo financiero ya noprecisa el Estado Nacional y ningu-na de sus instituciones democráti-cas. En este vacío político, las insti-tuciones económicas y financierasgobernarán el mundo en nombre delcapital...” para concluir que “la de-mocracia ejercida con eficacia des-arma al capital. La autoridad delpueblo y que de ella emana, es elúnico instrumento eficaz en la lu-cha contra la globalización”. De aquíllegan a la transformación democrá-tica del estado a partir de la partici-pación democrática de los ciuda-danos, y lo aplican a los Presupues-tos Participativos. Sólo que el pre-supuesto participativo de Porto Ale-gre opina sólo sobre el 10% del pre-supuesto de la ciudad, y su apro-

bación está sometida a la decisiónde la cámara de concejales y al go-bierno municipal. Y tras años deaplicación de esta democrática pro-puesta, el gobierno brasileño siguesiendo tan burgués como antes yfirme defensor de la consolidación

del ALCA, y el peso de las multina-cionales –incluso en el área de Por-to Alegre- tan determinante comoantes. “democracia” ciudadana. Yque -como la Tasa Tobbin-, ésta noentra en contradicción con el siste-ma capitalista lo demuestra la aco-gida dentro estados burgueses conmercado laboral dependiente demultinacionales como el nuestro(aplicación en Rubí).... A la vez, losciudadanos “demócratas” de PortoAlegre vetaron la presencia de losZapatistas, las FARC colombianase invitaron a Fidel a no ir, mientrasacogían a los representates del go-bierno francés que no hace tantohabía apoyado al sanguinarioMobutu en el Zaire, impulsado laoperación Turquesa con su ejércitointerviniendo en Rwanda, dejandohacer como “fuerzas de interposi-ción” a los serbios contra Bosnia,persiguiendo a los inmigrantes queviven en ese país...

No hay inventos: la lucha declases sigue siendo el motor dela historia. Y una revolución queponga fin a este criminal siste-ma debe tener como protagonis-ta central aquella clase a la quese le arranca la plusvalía, derro-tando a la otra que lucra con ella.Eso también en el imperialismoglobalizado de hoy.

15

1. En el mar1. En el mar1. En el mar1. En el mar1. En el marco deco deco deco deco dela UE: eurla UE: eurla UE: eurla UE: eurla UE: euro y crisiso y crisiso y crisiso y crisiso y crisis

En enero 02 entraba en vigorel euro: un paso importante parala unificación financiera de la UE,es decir, permitirá en primer lu-gar una reducción de los costesfinancieros de las grandes em-presas que trabajan dentro laUE. A la vez les ha de permitir acu-mular en una divisa más fuerte quehipotéticamente pueda competir enlos mercados financieros internacio-nales y en las carteras de divisascon el dólar, decimoshipotéticamente porque hasta ahorano lo ha demostrado.

¿Y para la gente? en primerlugar el euro no es sólo unamoneda sino todo un conjuntode medidas de política económi-ca para llegar a él, que han su-puesto un retroceso en las con-diciones de vida de los trabaja-dores en toda Europa (Planes deMaastrichict, Convergencia, Re-formas Laborales ...). Es posibleque la existencia del euro comomoneda evite ataques especulati-vos sobre las monedas más débilesde la Unión Europea, como pasóhace unos años, pero en realidadestamos ante un proceso simi-lar a una dolarización de las eco-nomías menos desarrolladas,para decirlo más exactamente setrata de una deutsche-markización. Mientras la situa-ción va al alza no hay grandesproblemas, pero unadolarización o la versión europeadel euro, la deutsche-markización, impone una reduc-ción de las capacidades de losEstados para hacer una políticamás social y reducir los efectosde las crisis económicas. En de-finitiva tiende no a nivelar lascondiciones de vida sino a pro-fundizar las diferencias pues sonlos estados más ricos los quetienen el poder de la políticamonetaria.

El euro se forjó en un período decrecimiento económico, pero ha lle-gado en plena crisis: «la crisis másgrave de los últimos treinta años»,

según el ministro de Economía. Yel motor de la UE, Alemania, ve caerel PNB al 0’1% el tercer trimestredel 2001 y entra en recesión en el2002. Las cifras en el estado espa-ñol bajan menos porque todavía semantiene el consumo interno, perolos expedientes de regulación y lano renovación de contratos preca-rios ya se cuentan por decenas demiles lo que hace que las cifras delparo empiecen a crecer. A lo largode la historia de la actual UE losperíodos de desarrollo europeo hancoincidido con los períodos de cre-cimiento económico, mientras queen los períodos de crisis se para-ban. Ahora sin embargo llega eleuro en el inicio de una grave cri-sis: los dirigentes de la UE debenpensar que peor sería pararlo.

En esta situación se ponen encuestión los planes de estabili-dad en los que se basa el euro:déficit mínimo, control del gastopúblico, privatizaciones y liberaliza-ciones... Así los estados están obli-gados a no utilizar las principales he-rramientas para reducir los efectosde la crisis: recursos presupuesta-rios mayores a los ingresos, baja-das de los tipos de interés e inclusodevaluaciones de la moneda nacio-nal, más intervención del estado,... y –sin estos paliativos- los esta-dos débiles están atados de pies ymanos. Es el caso de Portugal, Ir-landa, Holanda o Finlandia perotambién, en segunda instancia, delEstado español que ha emprendi-do con una dureza extrema los ata-ques sobre las condiciones de vidade los trabajadores para hacerlesrecaer todo el peso de la crisis. Losmismos EEUU que llevaban dosaños con superávits presupuesta-rios ya han anunciado que sólo enel 2005 volverán al equilibrio y queen estos años habrá déficit. Alema-nia ya ha hecho declaracionesrelativizando la importancia del dé-ficit cero. Sin embargo, Aznar, semantiene como firme defensor enel control de la inflación.¿Cuantotiempo pueden aguantar les presio-nes que la crisis introducirá dentrode los estados bajo el Pacto deestabilidad en el que se sostiene el

euro?. ¿Qué pasará entonces?:¿un crecimiento de lasmovilizaciones sociales como enAmérica Latina/Argentina o unaruptura de las bases que han he-cho posible el euro?. Por si acasoel euro tiene dos caras, la europeay la de cada estado, no sea casoque en un tiempo se deban de uti-lizar como monedas nacionales. Deentrada, y tras las inundacionesalemanas de este verano, y enpuertas de las elecciones, el SPDanunciaba ayudas quedesestabilizaban el déficit.

Pero además el profundo de-bilitamiento del dólar productode su crisis, puso también so-bre la mesa el grado de fortale-za del euro. Y el euro no pasó laprueba. Al contrario, los únicosmomentos en que se ha cotizadoigual o ligeramente por encima deldólar ha sido por que este últimoaún ha caído más, y no porque eleuro se recuperara. El dólar conti-núa dominando ampliamente lasreservas internacionales controlan-do ¾ partes de estos fondos. Estadiferencia entre el euro y el dólar esconsecuencia de la correlación defuerzas entre la UE y los EUA. Lasincronización con la que la crisisque llega a los EUA afecta progre-sivamente a toda la UE, ha hechoescribir que ésta no es más que un“auxil iar” de laglobalización y vaa remolque de loque hagan losEUA.

La comparaciónentre las dos mo-nedas mide la ren-tabil idad de loscapitales a uno yotro lado del Atlán-tico. El economis-ta belga PaulGrauwe dice quela debil idad deleuro ante el dólar“es cuestión depercepciones ypsicología”, y si-gue, “en tiemposde guerra hay unaque es “funda-

ESTA

DO ES

PAÑO

LI. El estado español:cabeza de ratón o cola de león

1616

mental”: la “bombacortamargaritas””. El dólar no hadejado de valorizarse en toda laguerra de Afganistán,... y es queya hemos visto que la suprema-cía económica es una expresiónde la hegemonía política, y porende, militar.

La facilidad para derivar dine-ro público al empresariado -in-versión en armamento y, sub-venciones a las multinaciona-les...- y la de golpear con despi-dos a los trabajadores es lo queexplica la productividad de laempresa en los EUA y la fortale-za –es decir confianza de losinversores internacionales- en eldólar. Alan Greenspan el 1/12/01señalaba que la debilidad europeafrente USA se basaba en que “enEuropa los legisladores se han pre-ocupado de proteger a los trabaja-dores, lo que incrementa el costedel despido”.

Éste ha sido el caballo de ba-talla de la patronal y el gobiernoy han conseguido bajar el costodel despido, pero aún están le-jos del despido libre y gratuitode los EUA.

2.Los efectos de la2.Los efectos de la2.Los efectos de la2.Los efectos de la2.Los efectos de laampliación al Esteampliación al Esteampliación al Esteampliación al Esteampliación al Este

La ampliación es en realidad lareabsorción del la zona de in-fluencia alemana, en unas con-

diciones que no son las de laactual UE. Si hace unos años es-tuvo en boga la expresión de unaUE con dos velocidades, y la pre-paración con las reconversiones -SEAT comprada por VW resultaemblemático de los finales de eseperíodo- ahora esto se multiplica alaplicarse a países empobrecidoscon las brutales reformas produci-das con el paso a economías demercado en los últimos quince

años. Alemania ya se había situadoadecuadamente durante este pro-ceso, con compras de industrias aprecios de saldo, absorciones,etc... producto de las privatizacionesde la industria estatalizada. El casode la Skoda checa por VW es em-blemático. Las exencionesimpositivas de un lado (como el100% que ofrecía Eslovaquia a laVW durante un período de 10 años)y una mano de obra barata y cuali-ficada, completaban el panorama.El desfase es tal que aunque la nue-va UE crecerá exponencialmente encuanto a población, alcanzando los480 millones de personas, el PIBsólo subirá un 5%, pareciéndosemás bien a la relación de EEUU conel NAFTA o el ALCA. Lasdeslocalizaciones de las filialesde multinacionales -particular-mente- alemanas, se desplazadel arco mediterráneo anterior alEste que aún resulta más bara-to. Y como riqueza no van a ge-nerar -ver datos de México conel NAFTA-, el aluvión deinmigrantes tendrá ahora eseorígen. Ya hoy, empieza a ser así.

Esa perspectiva golpeaba direc-tamente a los países más débilesque en la cumbre de Niza del 00 seopusieron a la ampliación: con Bél-gica y Portugal a la cabeza. Perotambién con la de España, con eltímido apoyo de Grecia, que exigíanseguir percibiendo los fondos decohesión que de la región medite-rránea girarían al este, en peorescondiciones económicas. Al final fue"convencida" por Alemania, al pa-recer con la promesa de no tocaraún los fondos regionales.

Pero la pugna central era entreFrancia y Alemania, puesto que elintento de redistribuir la financiaciónhacia peligrar la PAC (política agra-ria común) que favorece especial-mente al campesinado francés, sus-tento de la V República. Ganó Ale-mania: en la cumbre, Chirac ySchröder (oct. 2002) se pactó quea Alemania, el principal contribuyen-te a las arcas comunitarias, le sal-ga gratis la ampliación pese a queserá su principal beneficiario políticoy comercial. A cambio, quedaaparcada la reforma de la PAC pre-vista para el periodo 2004-2006 querechazaba Francia. De momento los10 países que ingresarán percibanayudas directas a sus agricultorespor valor sólo de 9.650 millones deeuros entre 2004 y 2006. A partirde este año, cuando deberán en-

trar en vigor las nuevas perspecti-vas financieras para el periodo 2007-2013, el gasto agrícola anual seráel mismo que en 2006: exactamen-te 45.533 millones de euros (41.600para los actuales 15 miembros delclub y 3.933 para los 10 incorpora-dos). La desproporción de la dis-tribución es sangrante -igualque con los fondos de cohesiónpara mantener callados a los paí-ses mediterráneos-, pero teniendoen cuenta que la PAC supone el45% del presupuesto de la UE, elalivio para Berlín es obvio. Y lasdraconianas condiciones con queentran los países del Este, espeluz-nantes.

Junto con todo esto, se reabre ladiscusión de la recuperación de decompetencias de los Estados, exi-gencia encabezada por Blair, Aznar,Berlusconi o los nórdicos. Enfrente,los fuertes de la UE, con Alemaniay Francia que ya les va bien porquecontrolan todo lo "común" y sóloquieren recuperar algunas compe-tencias como la que maneja MarioMonti, que cada año impone mul-tas de miles de millones de euros alos Estados o prohíbe grandes fu-siones al aplicar las reglas comuni-tarias de la libre competencia.

Los planes referentes a la tomade decisiones, profundizan lo hastaaquí señalado. Reino Unido ha pro-puesto formar un ‘directorio’ depaíses, los grandes, que se encar-garían de llevar las riendas de la UE.España no lo acepta si él no estáincluído. Lo que está claro es queno estarán los recién llegados.

Para otras economías con pre-sencia de multinacionales alemanas-como la nuestra- se vienen cierresy deslocalizaciones.

3. La bur3. La bur3. La bur3. La bur3. La burguesíaguesíaguesíaguesíaguesíaespañola cogió elespañola cogió elespañola cogió elespañola cogió elespañola cogió elúltimo trúltimo trúltimo trúltimo trúltimo tren delen delen delen delen delimperialismoimperialismoimperialismoimperialismoimperialismo

La economía española conti-núa siendo un eslabón débil dela cadena imperialista: enorme-mente dependiente en todos lossectores productivos de multi-nacionales extranjeras, lo quesupone una mayor debilidad ante lacrisis. La balanza comercial, quemide la relación entre importacio-nes y exportaciones sigue siendodesfavorable para el Estado espa-ñol, y son los ingresos por turismo

Bulgaria hoy

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del todo necesarios para equilibrar-la.

Sin embargo, logró incorporar-se como cola del león. Su po-tencial como imperialismo sebasa en un sector de capital fi-nanciero y las que eran empre-

sas públicas como Telefónica,Endesa, Iberia, Repsol... que,privatizadas, tienen importantesinversiones en América Latina.

Felipe González hizo un gran ser-vicio al imperialismo español queparecía deshauciado del tren impe-rialista y relegado a un rango infe-rior, para llegar a tiempo de subirseal último vagón. Eso sí, prometien-do fidelidad al jefe (EEUU) y a suorganización militar (OTAN).

A fuerza de servicios al imperialis-mo (exYugoslavia, guerra del Gol-fo...), la Monarquía española ganóun puesto en el Consejo de Seguri-dad de la ONU desde el que tenerun mayor privilegio en las interven-ciones de “paz” de la ONU, parti-cularmente en Centroamérica.

El peso del Estado español enAmérica Latina fue creciendo. El reyempezó a reunir a sus viejas colo-nias, cual si fuera la Monarquía bri-tánica con la Commenwealth o elpresidente francés con sus ex-co-lonias, pero en pobre.

Los años de acumulación quepermitió el PSOE a la banca permi-tieron a ésta aprovechar el incre-mento de peso político y dar el sal-to a los mercados latinoamericanos.Junto a los bancos, aprovecharonlas gangas las multinacionales envías de privatización como Iberia,Repsol, Endesa y Telefónica. Comohoy intentan en Cuba connseguir lasprivatizaciones.

1.1.El sangrantes1.1.El sangrantes1.1.El sangrantes1.1.El sangrantes1.1.El sangrantescaso de Arcaso de Arcaso de Arcaso de Arcaso de Argentina.gentina.gentina.gentina.gentina.

Los principales bancos, telecomu-nicaciones, petroleras y energéticasen general, tienen en Argentina in-versiones por valor de 40.000 mi-llones de dólares que posibilitan es-pectaculares beneficios. La implan-tación masiva fue en la década del90, con el gobierno Menem en que,al dictado del FMI y para seguir pa-gando la deuda externa, se ven-dieron las “joyas de la corona” aprecios de saldo. ¡El 75% de esainversión no fue en metálico sinorealizados con títulos depreciadosde deuda!. Tampoco creó nuevasfuentes de trabajo sino que empe-zó por “sanear” -reduciendo plan-tillas- las empresas públicas querapiñaba para después aplicar unapolítica de enormes y rápidos be-neficios. Para hacer semejante ex-polio el capital español ha silencia-do políticos y jueces con sobornosmillonarios: no es posible una acu-mulación de beneficios tan salvajesin una corrupción alimentada des-de las multinacionales. Gobiernosy políticos españoles, tanto delPSOE como del PP, han sido co-rrea de transmisión y garantes delos dictados de su patronal indus-trial y financiera.

2. PSOE y PP al2. PSOE y PP al2. PSOE y PP al2. PSOE y PP al2. PSOE y PP alserserserserservicio de lasvicio de lasvicio de lasvicio de lasvicio de lasmultinacionales.multinacionales.multinacionales.multinacionales.multinacionales.

La connivencia de políticos y pa-tronal española es tan obvia que,al analizar lo ocurrido en diciembrecon el Argentinazo, que provocó lacaída de De la Rua y con él su mi-nistro de economía Cavallo, lo pri-mero que llama la atención, es en-contrar como asesor suyo al ex-ministro socialista Solchaga. Nohace falta recordar que Cavallo fueel que desató la movilización consu “corralito”, tras permitir desdejunio la descapitalización del paíscon la salida de los capitales de losgrandes inversores, todo al man-dado del FMI y cumplidor rigurosode un único pago: el de la deudaexterna. Excelente asesor Solchagapara el capital español.

Así cuando la crisis argentina es-taba por estallar, Felipe Gonzálezvisitara la Casa Rosada para hacergestiones ante el gobierno en nom-bre de bancos y empresas espa-ñolas. Fue también él quien pidió al

Los beneficios del BBVA en el 2001, en plenoargentinazo, crecieron ¡¡sólo!! un 10,5%sólo!! un 10,5%sólo!! un 10,5%sólo!! un 10,5%sólo!! un 10,5% .Parecido el BSCH. De conjunto ese año, lalalalala

banca extranjera –no solo española- extrajobanca extranjera –no solo española- extrajobanca extranjera –no solo española- extrajobanca extranjera –no solo española- extrajobanca extranjera –no solo española- extrajode Argentina unos 70.000 millones $ comode Argentina unos 70.000 millones $ comode Argentina unos 70.000 millones $ comode Argentina unos 70.000 millones $ comode Argentina unos 70.000 millones $ como

“ganancias excepcionales”.“ganancias excepcionales”.“ganancias excepcionales”.“ganancias excepcionales”.“ganancias excepcionales”.Repsol compró la estatal YPF a precio de

saldo, "saneó" sumiendo a zonas enteras en ladesocupación al arrastrar trabajo directo pero

también el de las empresas subsidiarias de YPF.Repsol paralizó prospecciones y cerró pozos"costosos", con lo que bloqueó la producción

controlando enormes reservas que le garanticenlos precios en el mercado mundial. Los benefi-cios son astronómicos y controla el 58,8% de

las reservas comprobables de petróleo; el 49%de las reservas de gas natural; el 50% de la

producción de petróleo; el 65% de las disponibi-lidades de gas natural; el 54% de las capacida-

des de refinamiento; el 50% de las estaciones deservicio minoristas; el 56% de las ventas de gas

oil y el 55% de la comercialización demotonaftas. Y “de pasada”, se quedó con el

mercado latinoamericano de YPF, especialmenterentable en el caso de Brasil.

El desmantelamiento de Aerolíneas a manosdel SEPI e Iberia fue quizás la mejor prueba de

cómo resulta rentable a las multinacionales laliquidación de fuerzas productivas. Los sobornosfueron evidentes para que no se interviniera en el

desmantelamiento.El escándalo de las millonarias stock options

de Telefónica no se explican sólo con eltelemárketing ien el estado español, sino

especialmente en los beneficios extraídos deArgentina tras la compra de la pública Entel y lapolítica de tarifas sobredimensionadas para los

consumidores argentinos. Para ello Villalongatuvo que sobornar a los políticos correspondien-tes lo que comprometió seriamente al Gobierno

de Menem (1989/99) y llevó a juicio a la CorteSuprema. En esa "presunta" estafa estaríanimputados Juan Villalonga y Luis Martín de

Bustamante de Telefónica; José Concejo Alvarez(del BBVA);... El 21/2/02, Garzón pasó el caso a

la Fiscalía Anticorrupción argentina.La lista de empresas españolas podría seguir

con ENDESA , Catalana de Gas, ...

Saqueo y corSaqueo y corSaqueo y corSaqueo y corSaqueo y corrrrrrupciónupciónupciónupciónupciónen cifrasen cifrasen cifrasen cifrasen cifras

efímero presidente Rodríguez Saaque frenara la devaluación del pesohasta después del 1/1/02, para nocrear problemas contables –en dó-lares- a las empresas españolas enel cierre del ejercicio. La devalua-ción llegó en enero, con Duhalde.

En el marco financiero global,Aznar y González, defienden losmismos intereses. Esto permiteincluso que, como sucedió en Ar-gentina, uno (González) actúecomoemisario del otro (Aznar) y los dosde los empresarios. Pero una vez

1818

se asentó Duhalde, fue directamen-te Aznar quien tomó la representa-ción del capital español.

Aznar fue claro con Duhalde: hayque garantizar las rentabilidadesgarantizar las rentabilidadesgarantizar las rentabilidadesgarantizar las rentabilidadesgarantizar las rentabilidadesoligopólicas de Repsol-YPFoligopólicas de Repsol-YPFoligopólicas de Repsol-YPFoligopólicas de Repsol-YPFoligopólicas de Repsol-YPF, de, de, de, de, deTTTTTelefónica y de otras emprelefónica y de otras emprelefónica y de otras emprelefónica y de otras emprelefónica y de otras empresas yesas yesas yesas yesas ybancosbancosbancosbancosbancos. Estos quieren seguir ob-teniendo beneficios sobredimen-sionados respecto de las condicio-nes generales del mercado interna-cional: por ejemplo, que la telefoníasiga percibiendo ganancias en dó-lares por encima de las tarifas mun-diales y que la actividad petroleraesté prácticamente al margen delas obligaciones impositivas. Lasmultinacionales dictan y Aznartransmite. Y las presiones surgen suefecto: el impuesto del 30% a lasexportaciones de petróleo que hizoamago de imponer Duhalde –y alque se venía negando Repsol- fuesuprimido en el verano del 2002,volviendo al 5%, aparte de prome-ter lo mismo para el gas y liberalizarel comercio interior de carburantes....

El "apoyo político" se expresa enla presión española sobre el FMIpara que envíe dinero fresco a Ar-gentina. A sabiendas que si Duhaldeimpone el plan de ajuste y el FMIdecide volver a mandar créditos, laprimera condición será el pago dela deuda anterior. Los pago al FMI,al Banco Mundial, al BID, al Clubde París y a otros acreedores bila-terales suman 9.800 millones $. Loscréditos que entrarían del FMI, elBM y el BID son 12.000 millones $.Una vez pagadas sus "deudas" leUna vez pagadas sus "deudas" leUna vez pagadas sus "deudas" leUna vez pagadas sus "deudas" leUna vez pagadas sus "deudas" lequedarían a Argentina unos 2.400quedarían a Argentina unos 2.400quedarían a Argentina unos 2.400quedarían a Argentina unos 2.400quedarían a Argentina unos 2.400millones de dólares. millones de dólares. millones de dólares. millones de dólares. millones de dólares. Gobierno ybancos españoles, volverán a sa-car tajada, ya que se cuentan en-tre los acreedores.

4. EEUU y UE:4. EEUU y UE:4. EEUU y UE:4. EEUU y UE:4. EEUU y UE:España en elEspaña en elEspaña en elEspaña en elEspaña en elcentrcentrcentrcentrcentro de la peleao de la peleao de la peleao de la peleao de la peleapor el Merpor el Merpor el Merpor el Merpor el Mercosurcosurcosurcosurcosur

Según Ciro Murayama, economis-ta por la UNAM, las inversiones es-pañolas directas (IED) enlatinoamérica en 8 años se hanmultiplicado por 45: 280 millones $en 1990, a 12.500 millones $ en1998 –vease que esta cifra es an-terior a las millonarias inversiones apartir del 2000-. Pasa a represen-tar del 9% en 1990 al 68%en 1998de las salidas de capital directo es-pañol. La tasa de crecimiento de

VVVVVolkswagen en el mundoolkswagen en el mundoolkswagen en el mundoolkswagen en el mundoolkswagen en el mundo

¿Lasmultinacionalesno tienen patria?

Está en boga decir que no, queel capital es transnacional. Real-mente no es que sean patriotas,pero es esencial comprender queprecisan su estado: tanto para im-ponerse en el exterior como paracontrolar la lucha de clases en elcorazón de su imperio. El capitalmultinacional está muy identificadocon los estados de sus casas ma-trices porque ellos son quienes lesgarantizan leyes, represión y espa-cio internacional.

Ved sino la distribución mundial deplantas de VW, así como los suel-dos y la jornada en cada una. Si elcriterio fuera sólo económico, lasmás irrentables de todas son lasfábricas alemanas: ¿por qué pueslas mantienen?. Porque el garantede los millonarios negociados deVW es el estado alemán, el estadoque VW alimenta, porque es “su”estado. Fuera de él, en el resto bus-can costos baratos –mano do obra,exenciones impositivas, jornadas ycondiciones laborales cuanto másdesreguladas mejor...- y aquellasestratégicas que les abren un mer-cado –como en su día fue SEAT-.Pero ni lo uno ni lo otro justifica elpeso de VW en Alemania: ese pesoes por razones estrictamente políti-cas, y no económicas. Lo mismo leocurre a Philips, solo que “su” esta-

do es el holandés, y mirad comolos compañeros de Miniwatt expli-can que los obreros alemanes sonlos más preocupados por los cie-rres europeos: ¿por qué? Porqueellos son de los más caros y Philipsno tiene el compromiso político deVW con Alemania. Porque las mul-tinacionales saben bien que, al fi-nal, sus beneficios se juegan en la

arena de la lucha de clases, y queen ella, precisan de los garantes delorden: los estados.❒

(LI 34, nov 2002)

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las inversiones españolas directasdurante estos años pasan a ser enLatinoamérica del 52,5% anual,mientras que en el resto del mundoquedan en el 8,5% anual.

España es el segundo inversor enel subcontinente tras EEUU. Losinversores, practicamente los mis-mos que en Argentina. Porpaíses, Argentina, Brasil, Chi-le y México concentran 70%de las llegadas de capital es-pañol, siendo Argentina el re-ceptor más importante (40%),por lo cual es también la pla-taforma de ingreso de las em-presas ibéricas al Mercosur.Los motivos de tal atracciónde capitales se relacionan conla desregulación de la activi-dad económica interna y la po-sibilidad de la compra de em-presas públicas. Eso se refle-ja en la correspondencia en-tre las privatizaciones y el vo-lumen de IED recibido porcada país. Por ejemplo, en1994 Perú concentró el 74%de la inversión española conla compra de Telefónica dePeru.

en puertas de la crisis, del2000 al 2002, hubo un giroen las inversiones españolashacia Brasil. Fueron 50.000millones de euros que hanpermitido que Telefónica controle el25% del mercado, con casi trecemillones de clientes en telefonía fijay otros seis en móvil. El SCH ocupael cuarto puesto por activos en elranking financiero del país, con unasinversiones de 5.700 millones deeuros en los últimos cuatro años.Sus activos son de 24.482 millones,con 963 oficinas y unos 25.000 em-pleados. El BBVA, con menor pre-sencia, cuenta con activos por va-lor de 5.025 millones y 478 oficinas.

Entre ambos controlan casi el 10%del mercado. Por su parte, Iberdrolay Endesa suministran energía eléc-trica a cuatro Estados, con unos 10millones de clientes. Gas Naturaltiene 600.000.

En puertas de la crisis argentina,del 2000 al 2002, hubo un giro en

las inversiones españolas hacia Bra-sil. Fueron 50.000 millones de eurosque han permitido que Telefónicacontrole el 25% del mercado, concasi trece millones de clientes entelefonía fija y otros seis en móvil. ElSCH ocupa el cuarto puesto poractivos en el ranking financiero delpaís, con unas inversiones de 5.700millones de euros en los últimoscuatro años. Sus activos son de24.482 millones, con 963 oficinas yunos 25.000 empleados. El BBVA,

con menor presencia,cuenta con activos porvalor de 5.025 millonesy 478 oficinas. Entreambos controlan casi el10% del mercado. Porsu parte, Iberdrola yEndesa suministranenergía eléctrica a cua-tro Estados, con unos10 millones de clientes.Gas Natural tiene600.000.

El capital español hajugado también comopunta de lanza de lapenetración europea, y

MerMerMerMerMercosur: EEUU y UEcosur: EEUU y UEcosur: EEUU y UEcosur: EEUU y UEcosur: EEUU y UEEn cifras:- el 27% de las exportaciones del MERCOSUR

se dirigen a la UE, por un 17% a USA y un 5% aJapón;

- el 26% de las importaciones provienen de laUE, el 23% de los USA y el 25% de Japón.

- el 47% de la IED en el MERCOSUR provienede la UE, mientras que USA genera un 42% y elJapón un 5%.

Fuente: Eurostat, 1997

especialmente la alemana -aunqueno sólo: la italina Camuzzi de gases un ejemplo-. Eso hace que laUE sea el mayor socio comercialdel MERCOSUR y su principal fuen-te de IED.

Esa relación privilegiada, favore-ce a España pues la refuerza fren-

te al plan yanqui deimplementación del ALCA.De momento es posiciónde la UE forzar un acuerdoprivilegiado o una zona delibre comercio -conMercosur y Chile-, antes dela entrada en vigor delALCA. En la octava rondade negociaciones este no-viembre, tratan de concre-tar un acuerdo bi-regionalcentrado en un amplioconjunto de normas sobrela liberalización de los mer-cados de bienes y servicios.La UE -y España con ella-tiene prisa... Y España máspues puede encontrarsesola frente a EEUU si laamplicación de la UE a lospaíses del Este hace queAlemania reoriente sus mi-ras de inversión delMercosur al Este.

5. Más saqueo5. Más saqueo5. Más saqueo5. Más saqueo5. Más saqueoy algunay algunay algunay algunay algunaconclusiónconclusiónconclusiónconclusiónconclusión

La penetración en el Magrebtampoco han sido minucias.Las in-versiones españolas directas en elMagreb representarían sólo el0,15% de las realizadas en Améri-ca Latina. Sin embargo, las delMagreb son tres veces más renta-bles que las Latinoamericanas

La participación junto a EEUU enel intento de golpe a Chávez, elconflicto de la Isla Perejil,...son ex-presiones del peso de las multina-cionales españolas.

Nos hemos extendido porque elpapel imperialista del estado espa-ñol, y de multinacionales concre-tas, normalmente se olvida en lapráctica sindical. A veces incluso sereflejan posiciones chovinistas quedebemos combatir. Al contario, lasolidaridad con las luchas de lostrabajadores contra las multina-cionales españolas se torna unacuestión central en nuestrointernacionalismo.

ESTA

DO ES

PAÑO

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2020

1.Aznar ¿hacia el1.Aznar ¿hacia el1.Aznar ¿hacia el1.Aznar ¿hacia el1.Aznar ¿hacia el2º thatcherismo?2º thatcherismo?2º thatcherismo?2º thatcherismo?2º thatcherismo?

Como Thatcher en Gran Breta-ña, Aznar recorrió una primera fasede su gobierno moderada, gradualy de diálogo con las direcciones sin-dicales. Falta ver ahora si, como supredecesora, entramos en la se-gunda fase dura no sólo con el con-junto del movimiento obrero, sinotambién con las cúpulas sindicales.De hecho, y salvando las diferen-cias del modelo europeo procedentede la posición del movimiento obre-

ro tras la segunda guerra mundial,serían intentos de suprimir conquis-tas también en lo que hace a la ne-gociación colectiva acercándose almodelo yanqui totalmente liberal ysin espacio siquiera parainterlocutores burocráticos.

Esta situación la analizamos a lolargo del 2001 cuando no sólo en elterreno laboral, sino también en eldemocrático, hablamos de que Aznarse había quitado la careta. En el mis-mo sentido apuntaban las declara-ciones del propio gobierno cuando de-cían querer terminar todas las cues-tiones en este curso y así tener dosaños “limpios” por delante para pre-

parar las elecciones. La aprobaciónde la LOU con las calles llenas sinnegociación de ningún tipo y el pos-terior decretazo parecían confirmar-lo. La ley de Calidad se situaría en lamisma línea. La gran manifestacióndel 16 de marzo en Barcelona con-tra la globalización, de hecho era unelemento que –como la Pol Tax parala Thatcher en su momento- deno-taba que además el movimiento yapasaba de sus direcciones tradicio-nales y que por tanto, tampoco leeran necesarias para tener controla-da a la clase obrera. Sin embargo, yaunque esa parecería ser su política,o no está claro que esten las condi-ciones para aplicarla o nos hemosequivocado en la caracterización.

La huelga general, de inmediatoprovocó un cambio en el gabinetede gobierno, dando entrada a unZaplana que durante todo su ejer-cicio en la comunidad valenciana,no ha aplicado practicamente nadasin consenso sindical. Junto a ello,las intenciones de voto a Zapateroaumentaban. Sin embargo, en elotro frente que tiene abierto el go-bierno, el nacional, la situación eradistinta. El proceso de ilegalizaciónde Batasuna ponía al rojo vivo lasituación de Euskadi pero era unelemento que agrupaba en un fren-te desde el PSOE –y dirección cen-tral de IU- a las direcciones de lossindicatos. Es decir, es un frenteque de últimas sirve a la política delPP. Todo parecería indicar que –conla fuerza demostrada el 20J y el 5de octubre en Madrid- la opción esaflojar en el thatcherismo a nivel sin-dical para resolver primero con po-lítica “unitaria” y represiva el temaEuskadi. Tampoco estaría descar-tado que con la crisis encima, yposibles estallidos de lucha, secto-res de la patronal se opusieran aesa política del PP y prefirieran se-guir el proceso de negociaciones.De hecho, la forma de resoluciondel tema Ley de Calidad no es elmismo que el de la LOU –sin ha-berse llegado a movilizaciones si-milares-: Pilar del Castillo ha hechouna campaña denodada por hacerpúblicos los sectores en que seapoya su ley, habiendo logrado en

ese empeño el apoyo de sectoresde la misma UGT, como es el casode Catalunya.

Sea como fuere, hasta ahora,pareciera hay un retroceso selecti-vo: se modifica algo sin cambiar laesencia en el decretazo, dando al-gunas migajas al sector industrial/servicios –principal base de CCOOy UGT- y se le pega el garrotazoespecialmente al SOC, a la par quese cierra la aprobación del paqueteeducativo en el que también las di-recciones sindicales habían amena-zado demostraciones de fuerza yse llega a un 29 “con el pie cam-biado”, y probablemente el 17 y el23 de noviembre, aún sea másplausible.

La aparición del escándalo de loscursos del FORCEM no impartidos–en las mismas fechas del acuer-do sobre el decretazo- y en los queaparecen implicadas además de lapatronal las direcciones de CCOOy UGT, no deja de ser otro elemen-to de presión para que las burocra-cias recojan sin chistar las migajasvendiendo de nuevo la fuerza de lamovilización del 20J y abandonan-do al sector rural a su suerte. Dehecho el aviso de lacorrupción des-tapada va más allá puesto que afectaa la inmediata aplicación de la nue-va ley de FP, único acuerdo legislati-vo obtenido en el último año con lasdirecciones sindicales y donde se lesasegura la continuación de sus fuen-tes de financiación a costa de laenseñanaza pública de FP.

Así pues, aunque seguimos cre-yendo que el thatcherismo es laactual política del PP, nos pareceque es necesario ajustar o corregiralgunas de nuestras afirmacionespues parece aplazarse su aplica-ción definitiva con la vuelta al diálo-go con las cúpulas sindicales. Elacuerdo del aumento de los traba-jadores públicos viene a corroborarla vuelta atrás, habiendo sido defi-nido incluso por los medios comola paz social hasta las próximas ge-nerales en el sector público.

Hay sin embargo, un elementoque no queremos dejar de señalar:si al final se aplicara esa políticathatcherista, es muy probable que

II. La política del PPy situación de la clase obrera

21

CCOO y UGT volvieran a encabe-zar movilizaciones, como la del 20J.Y eso no porque ellas giran a la iz-quierda, sino porque el gobierno lessierran el suelo bajo sus pies al ce-rrar las mesas de negociación, fuen-te de su sustento. No estar prepa-rado para esa eventualidad es per-der las ocasiones de darle la vueltaa la tortilla. En esos procesos, encaliente - en este leverecalientamiento de la movilización-, es cuando es posible forzar, quelos trabajadores, en defensa con-secuente de sus reivindicacionesdesborden a sus direcciones tradi-cionales.

2.Desr2.Desr2.Desr2.Desr2.Desregulaciónegulaciónegulaciónegulaciónegulaciónsalvajesalvajesalvajesalvajesalvaje

No pretendemos aquí hacer el lis-tado de pactos, acuerdos y refor-mas que hemoos vivido que apare-cen extensamente detalladas en losdocumentos sindicales de un ladoy en nuestros materiales de otro.Son la concreción en el estado dela política general de la globalizaciónque hemos analizado, y sólo dare-mos algunos hitos y sobretodo lasituación de segmentación y divisiónen que ha quedado sumida la claseobrera tras ellas.

En el estado español, la primeranormativa legal que introdujo ladesregulacióon fueron los Pactos dela Moncloa que incluyeron la figura,hasta entonces desconocida, deltrabajo eventual. Los acuerdos pos-teriores fueron introduciendo máscambios, pero los pilares de la ac-tual situación cabe buscarlos aúnen el Estatuto de los Trabajadores(1980) y la Reforma Laboral del 94.Desde el 84 hasta la actualidad seha producido un salto cualitativo enla desregulación laboral: ReformasLaborales del 94, 97 y 2001, acuer-do del contrato a tiempo parcial, ge-neralización de las ETTs,... hasta elúltimo decretazo con el objetivopuesto en la supresión de los subsi-dios y el abaratamiento del despi-do, jalonan un reguerode medidasen su mayoría pactadas con lasdirecciones sindicales. Por delante,a corto plazo, otra vuelta de tuercaen la eliminación de derechos ad-quiridos ahora para los trabajado-res de empresas ante EREs y cie-rres, con la Ley concursal, y los pre-supuestos del 2003.

El panorama a que esto ha lleva-do ya es el siguiente. Según las ci-

fras de la Encuesta de PoblaciónActiva del 4º trimestre del 2001 –antes de la última oleada de despi-dos e incremento de la tasa deparo, que con los cambios en la for-ma de cálculo de la EPA dan un11,09% en agosto 02 de parocuando ha estadoincrementándose- de los17.080.300 personas activas en elestado español, 2.213.400 estabanparados (12,96% en total, pero al-canza el 18,66% en el caso de lasmujeres que además en un gran nú-mero ya no están contabilizadascomo activas). De éstos parados,sólo 328.300 llevaban más de 3años (14,83% de los parados) o seaque el 85% son paros rotativosque pasan de contratos tempo-rales a paro.

De los cerca de 15 millones ocu-pados, 3.770.700 (33,7%) tienencontratos temporales, 2.956.800(19,7%) constan como autónomosy 1.188.800 tienen contratos a tiem-po parcial (un 20,8% en global, peroalcanza el 22% en el caso de lasmujeres).

Es decir sólo la mitad de los tra-bajadores ocupados tiene uncontrato indefinido. Si a la pre-cariedad sumamos el paro, sonmayoría (Datos del INE consulta-dos en página web el 16/10/02). Esosin contar los jóvenes en prácticasque normalmente no reciben remu-neración y el trabajo en negro queal grueso de la tradicional manode obra femenina (esencialmen-te concentrada en confección ycalzado) ahora se le suma el tra-bajador inmigrante.

La segmentación se introduce enlas mismas empresas, sumando asubcontratas, dobles y triples esca-las salariales para los nuevos con-tratos que acostumbran a ser losmás jóvenes, que también encabe-zan el ranking de precariedad. Porúltimo, con los contratos a tiempoparcial se está perdiendo la jornadade 8 horas y volviéndose al cobropor horas y jornadas superiores.

En ese panorama no queremosdejar pasar la situación de la traba-jadora con contrato. El 9/11/2002se hizo público un informe sobre 160convenios publicados en el DOGCde Catalunya: de ellos, un 14% di-rectamente presenta categorías -de un total de 80- totalmentefeminizadas y con sueldos inferio-res a las de sus homologos mascu-linos; un 4,8% de ellos recogen me-joras salariales sólo para hombres;

sólo un 3,2% de los convenios re-coge fórmulas para conjugar vida fa-miliar y laboral; de conjunto, los sa-larios de las mujeres vienen a serun 75% los de los hombres.

2.5.Inmigración:2.5.Inmigración:2.5.Inmigración:2.5.Inmigración:2.5.Inmigración:

semiesclavos ysemiesclavos ysemiesclavos ysemiesclavos ysemiesclavos yembrión de divisiónembrión de divisiónembrión de divisiónembrión de divisiónembrión de divisiónideológicaideológicaideológicaideológicaideológica

Los datos de flujo neto deinmigrantes en España demuestranel fuerte aumento de trabajadoresprocedentes de otros países. Fren-te a los poco más de 32.000inmigrantes que entraban legalmen-te en España en 1992 y los 39.000de 1996, el año 1997 registra unaumento de casi el doble, casi71.000. En 1998, la cifra sube has-ta 109.000 personas para quedaren 2001 en aproximadamente94.000. Sin embargo, el mayor im-pulso a la economía sumergida nohay que buscarlo en estas cifrasoficiales, sino en las bolsas de irre-gulares que generan beneficios ne-tos extraídos de una mano de obraesclava. Al respecto, y aunque nohay sino estimaciones, se calcula-ba en 250.000 los inmigrantes irre-gulares residentes en el Estado Es-pañol en el año 2000 (por debajoaún de las cifras estimadas paraFrancia y Alemania que superan los400.000).

Según la Comisión Europea de laUE, la economía sumergida en Es-paña siguió en aumento entre 1998(15% del PIB según la misma fuen-te) y 2000, año en el que llegó al22% del PIB, por una cuantía quesupera los 120.000 millones deeuros, y se concentra en la agricul-tura y la construcción. Buena parte

2222

de la inmigración ilegal. El“milagro almeriense” es elsímbolo, pero sectores comoconstrucción, agricultura,hostelería, el texti l en elMaresme totalmente enmanos de inmigración chinairregular –tipo maquiladorascon sistema “cama calien-te”- atención geriátrica... nole van a la zaga.

En cifras totales –regularese irregulares- se prevee queen unos 10 años, el 25% delos trabajadores de este paíssean inmigrantes. Estos he-chos introducen una nuevadivisión en la clase: no sóloporque la situación legal de-termina la laboral en formadeterminante –salarios demiseria por fuera de conve-nios, no pago de mesesde trabajoen negro...-, sino también porquede conjunto –incluyendo los re-gulares- forman el estrato másprecario y en peores condicio-nes salariales y laborales de laclase obrera, a la vez que desdeel estado –y con el apoyo de losgrandes partidos y sindicatos dela izquierda- se impulsa la con-solidación de una ideología ra-cista y xenófoba que, como enel caso nacional, dividen de arri-ba abajo a la clase obrera.

2.6.2.6.2.6.2.6.2.6. DivisiónDivisiónDivisiónDivisiónDivisiónalralralralralrededor delededor delededor delededor delededor delprprprprproblema nacional.oblema nacional.oblema nacional.oblema nacional.oblema nacional.El tema EuskadiEl tema EuskadiEl tema EuskadiEl tema EuskadiEl tema Euskadi

El otro factor que actúa comoelemento de división de la clasees el problema nacional. Espo-leado por el régimen, el Gobier-no, los aparatos políticos y sin-dicales, la política burguesa delos gobiernos autonómicaos, yla propia acción de ETA, la divi-sión nacional de la clase obrerase ha ido profundizando en losúltimos 20 años. La fuerte com-ponente inmigratoria, tanto en la cla-se obrera vasca como catalana,hacen que esta división esté insta-lada también en la propia nacionali-dad oprimida. Sin embargo, y aun-que el problema es general, la pun-ta de lanza de la ofensiva centralis-ta del régimen es Euskadi.

Ejemplo de esa división lo te-nemos en el panorama sindicalvasco con la presencia mayori-

taria de los dos sindicatos na-cionalistas ELA y LAB anteCCOO y UGT. La reciente huelgageneral del 20 de junio tuvo en Eus-kadi el contrapunto con la convo-catoria por parte de ELA y LAB dehuelga el 19. Ciertamente que laprincipal responsabilidad de esta di-visión la tienen CCOO y UGT quegobiernan el mundo sindical sin con-tar con el resto de fuerzas, ni sindi-catos menores ni menos aun na-cionalistas, pero la política de lascentrales vascas le hacen el juegoprofundizando la división. La divisiónen el seno de la clase obrera res-pecto de la cuestión nacional llevaa que la clase obrera sea hoy, ade-más de dividida, esté subordinadaa la burguesía central y nacionalis-ta, siendo a menudo un instrumen-to de estas en sus disputas.

Nosotros que defendemos la uni-dad de la clase obrera y elinternacionalismo que supere lasdivisiones entre estados, estamosplenamente convencidos que esimposible imponer ni lo uno ni lo otro.La unidad y la superación de fron-teras y divisiones nacerá de la libredeterminación de los pueblos osiempre será una forma de opresióncondenable. Es por ello por lo que lanecesaria superación de la divisiónde la clase obrera, del todo impres-cindible y posible -como la había con-tra Franco- sólo se puede hacer quebajo la defensa del derecho de au-todeterminación del pueblo vasco ydel resto de naciones que hoy vivienbajo el Estado español, no hay otraunidad posible que no sea imposi-ción. Y hemos hecho la referenciaa la lucha contra el franquismo por-

que entonces la clase obrera iba dela mano de la defensa de los dere-chos nacionales y la absoluta ma-yoría de partidos (incluido el PCE yel PSOE) y fuerzas sindicales defen-dían el derecho de autodetermina-ción de los pueblos. Es sobre esabase que la clase obrera puede for-jar una alianza con otros sectorespopulares rompiendo la actual sub-ordinación y tutela de los distintossectores burgueses.

Con el proceso abierto deilegalización de Batasuna el Esta-do emprende el ataque más con-tundente a las libertades democrá-ticas de la llamada transición. Gar-zón se anticipó en dos horas al pro-ceso que iniciaban PP y PSOE conla Ley de Partidos. Hay carreras paraver quién es el que se cuelga la me-dalla de la ilegalización de la organi-zación vasca. Por la via que sea –política/Ley de Partidos o judicial/Garzón- nos pronunciamos decidi-damente contra la ilegalización deBatasuna. En primer lugar porquedeja ante la imposibilidad de organi-zarse y expresarse a casi 200.000vascos que en el País Vasco y Na-varra han optado repetidamente porel voto a este partidoindependentista, y que les ha per-mitido obtener 890 concejales , go-bernar 62 ayuntamientos, con 15escaños en los parlamentos de Eus-kadi y Navarra y 1 eurodiputado. Ensegundo lugar porque abre un ca-mino, que –como ya ocurrió con lalegislación antiterrorista- se aplicaráa otras organizaciones que cuestio-nan el régimen.

El principal argumento de PP yPSOE para justificar la Ley de Par-tidos de que sólo deben ser legaleslos partidos que no recurran a laviolencia para conseguir sus finespoliticos, es una falacia. En primerlugar porque ellos han hechosobrados alardes de violencia parala consecución de sus fines: impul-sando y dando cobertura a los ata-ques de EE.UU. en la Guerra delGolfo, o apoyando el embargo a Irakcausa la muerte de miles de niñosiraquies; estableciendo relaciones onegándose a condenar a Israel ymanteniendo con ese país relacio-nes privilegiadas, un estado quemasacra sistemáticamente al pue-blo palestino y se niega siquiera arespetar los más elementales pro-cesos democráticos. Pero no hayque ir tan lejos, el PSOE, con mi-nistros de sus gobiernos implicadosen el GAL y los asesinatos de mili-

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tantes vascos, o el PP en el quesiguen militando viejos franquistas yque se niega a condenar el régimende Franco que después de la Gue-rra civil y en los 7 años que la si-guieron ejecutó, en multitud de oca-siones sin siquiera simulacro de jui-cio a más de 300.000. Son el PP yel PSOE quienes deberían ser losprimeros en ser ilegalizados si seaplicara con rigor su propia ley.

Pero las responsabilidades delgravísimo paso dado no se limitanal PP y PSOE, la práctica totalidadde las fuerzas parlamentarias hancontribuido a la ilegalización. IU quese pronunció contra la ley de parti-dos no está contra que se apliquecontra Batasuna absteniéndose enla votación, y manifiesta pública-mente su apoyo al proceso abiertopor Garzón. Pero ni siquiera el PNVy EA han quedado al margen, puesaunque su posición ha sido contra-ria tanto al proceso de Garzón comoa la ley de partidos, han sido ellos,con la decisión del Gobierno Vascoquienes lo han aplicado con la ac-tuación de la ertzantza en el cierrede los locales de la organizaciónabertzale. ¿No tenía otro caminoque aplicar la decisión del magis-trado? Lo tenía, podían haber avan-zado en lo que ellos reivindican desoberanismo, negándose a aplicarel auto de Garzón, llamando al pue-blo vasco a manifestarse o inclusollamando a disolver el parlamentoantes de negar derechos elemen-tales de expresión y organización.

También ETA ha estado buscando una situación de polarizacióncomo la que vive hoy Euskadi. Conel atentado de Santa Pola y su de-claración del 14 de agosto ayuda aquienes esperaban ansiosos impul-sar la ilegalización de Batasuna. Latensión extrema que vive el pueblovasco y la represión debilita objeti-vamente el movimiento político dela izquierda abertzale, pero esto noes prioritario para ETA. En ese sen-tido la ilegalización de Batasunapuede ayudar a una radicalizaciónde sectores que podrían ver en lalucha armada el único camino antela imposibilidad de la lucha política.El comunicado de ETA citado llegócomo anillo al dedo para empujarmás si cabe las acusaciones con-tra Batasuna. Los atentados enocasiones anteriores, incluso en pro-ceso electorales parecían tambiéntener el mismo fin. Sabían que ais-laban más aun a Batasuna, quehacían crecer rápidamente el voto

PP, ... pero el objetivo de ETA no esprecisamente ayudar a ganarse elmovimiento social sino solo reforzarel papel de sus acciones. Recha-zamos tanto los métodos como lapolitica de ETA que se han demos-trado nefastos para los trabajadoresy el pueblo vasco.

Todos lo saben que con lailegalización de Batasuna no van aacabar con ETA, porque lo digan ono saben que tras la izquierdaabertzale hay un sentimiento de opre-sión de un pueblo, y medidas comola ilegalización del 15% de la socie-dad vasca las corraboran, aun ensectores que rechacen los atenta-dos. Si no hubiera ese sentimiento¿acaso las fuerzas que se han pro-nunciado por la autodeterminacióny el soberanismo ganarían la mayo-

ría? ¿o lo harían los sindicatos ELA yLAB que certifican la misma ansiade libertad? Esa es una realidad quenadie puede negar. Pero el caso esque Aznar tampoco espera acabar,él está interesado en primer lugar enmantener su posición mayoritaria enel resto del estado español y hanconseguido levantar suficiente odioy elevar las dosis de nacionalismoespañol como para que esa políticaque ya enfrenta al propio PNV débuenos réditos. Esta es su prioridad.

El enfrentamiento entre las institu-ciones centrales y las autonómicasvascas subió de tono a fines de sep-tiembre 02: 1) con la decisión delParlamento vasco de no aplicar laresolución de Garzón para disolverel grupo de Batasuna (ahoraSozialista Abertzaleak); 2) con la pre-sentación de una querella criminalcontra el juez; 3) por la demanda alconstitucional contra la ley de parti-dos, y 4) con la presentación el 28

de setiembre del Plan de Ibarretxe(ver recuadro) para declarar a Eus-kadi “Estatus libre asociado”.

La respuesta del Gobierno cen-tral no se esperó, Aznar le advirtióque impondrá le ley, el fiscal gene-ral del Estado, Jesús Cardenal, -porcierto a quien el gobierno acaba desubir el sueldo el 56%-, afirmó quese podía aplicar el artículo 155 de laconstitución para la suspensión dela autonomía, y el más genuino fran-quista Fraga completó las amena-zas con una referencia a la inter-vención del ejército. Más tardeAznar levantó el fantasma de laexYugoslavia. En este coro no po-día faltar el “socialista” RodriguezIbarra, pidiendo la suspensión oCaldera y Zapatero exigiendo aIbarretxe la retirada del Plan.

Otegui criticaba a Ibarretxe porengañar al pueblo vasco y afirmarque es posible la autodeterminaciónen el marco constitucional. Tienerazón, es un engaño, como lo fueen el Pacto de Lizarra. Los térmi-nos constitucionales son claros (verrecuadro) y los recordaba el presi-dente del Tribunal Constitu-cional,Manuel Jiménez de Parga, que nosólo afirma que convocar unreferédum sólo puede hacerlo el reye Ibarretxe podría incurrir en delitopenal, sino que afirmó: “basta leerla Constitución para darse cuentade que no es posible romper la uni-dad de España porque es uno delos fundamentos básicos de nues-tra convivencia.” Y reafirmó que “eraabsolutamente intocable”...

El llamado conflicto vasco, ese sen-timiento que vive en la mayoría delpueblo se resume en la negación delderecho de autodeterminación. Esdecir que a pesar de que el parla-mento reivindica ese derecho paraque ellos decidan libremente qué re-laciones quieren tener con el resto depueblos del estado, el Gobierno cen-tral y la constitución monárquica selo niega. Esta es la única solución.

Esto no es más que el princi-pio. Del mismo modo que la le-gislación antiterrorista se aplicóya en la represión de luchas decolectivos, la Ley de Partidos nohace sino abrir una terrible espi-ral de procesos arbitrarios quetan solo la unidad y la moviliza-ción podrán detener. Y sin em-bargo, bajo la presión del frentepolítico-sindical mayoritario, laclase obrera del estado español,tanto como la vasca, están ab-solutamente divididas.

ESTA

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1. De los orígenes1. De los orígenes1. De los orígenes1. De los orígenes1. De los orígenesy lasy lasy lasy lasy lascaracterísticas decaracterísticas decaracterísticas decaracterísticas decaracterísticas delos sindicatoslos sindicatoslos sindicatoslos sindicatoslos sindicatos

Los sindicatos surgieron proce-dentes de la organización por gre-mios, y por tanto fraccionados. Sinembargo, uno de los primeros pa-sos que se dieron fue el de tender ala unificación de los distintos ramos.Esa tendencia a la unidad que seexpresó entonces, es uno de losprimeros elementos para definirel carácter inicial de los sindica-tos: son organizaciones obrerasde frente único. De ahí incluso losnombres que aún conservan las

centrales, por ejemplo las españo-las: "Unión...(UGT)", "Confedera-ción... (CGT). Un segundo rasgo,consecuencia de lo anterior, era

la viva democracia obrera que sevivía en su seno, producto pre-cisamente de que acogían a to-das las corrientes políticas delmovimiento obrero. Un tercero,era el objetivo de defensa de lascondiciones económicas y labo-rales. Desde este último punto devista, el de los objetivos, su carác-ter era reformista, pero en una épo-ca histórica en que el capitalismotodavía desarrollaba las fuerzas pro-ductivas, y en que por tanto no es-taba planteada la inmediatez de sucaída, es decir la revolución. LasTrade Unions inglesas y sindicatosanarquistas primero, y luego los sin-dicatos alemanes que crecieron alcalor del desarrollo de la socialde-mocracia, marcan los mayores hi-tos de ese período histórico.

2. 2. 2. 2. 2. Los sindicatosLos sindicatosLos sindicatosLos sindicatosLos sindicatosen la épocaen la épocaen la épocaen la épocaen la épocaimperialista deimperialista deimperialista deimperialista deimperialista dedecadencia deldecadencia deldecadencia deldecadencia deldecadencia delsistema.sistema.sistema.sistema.sistema.

Ya en los años 30, Trotsky escri-bía sobre los sindicatos en ese pe-ríodo y señalaba como "caracterís-tica común en el desarrollo, o paraser más exactos en la degenera-ción, de las modernas organizacio-nes sindicales de todo el mundo:su acercamiento y su vinculacióncada vez más estrecha al poderestatal. Este proceso es igualmen-te característico de los sindicatosneutrales, socialdemócratas, comu-nistas y "anarquistas. (...): la ten-dencia a "estrechar vínculos" noes propia de tal o cual doctrinasino que proviene de condicio-nes sociales comunes para to-

dos los sindicatos. El capitalismomonopolista... encara la vida eco-nómica desde la misma perspecti-va que lo hace el poder estatal, y acada caso requiere su colaboración.... A su vez los sindicatos ... debenenfrentar un adversario capitalistacentralizado, íntimamente ligado alpoder estatal. De ahí la necesidadque tienen los sindicatos -mientrasse mantengan en una posición re-formista, o sea de adaptación a lapropiedad privada- de adaptarse alestado capitalista y luchar por sucooperación. A los ojos de la bu-rocracia sindical, la tarea princi-pal es la de "liberar" al estadode sus ataduras capitalistas,debilitar su dependencia de losmonopolios y volcarlos a su fa-vor. Esta posición armoniza perfec-tamente con la posición social dela aristocracia (1) y la burocraciaobreras, que luchan por obtenerunas migajas de las supergananciasdel imperialismo capitalista. Los bu-rócratas hacen todo lo posible , enlas palabras y en los hechos, pordemostrarles al estado "democrá-tico" hasta qué punto son indispen-sables y dignos de confianza entiempos de paz, y especialmenteen tiempos de guerra. Al transfor-mar a los sindicatos en organismosdel estado el fascismo no inventónada nuevo: simplemente llevó has-ta sus últimas consecuencias lastendencias inherentes al imperialis-mo" (Trosky. Sobre los sindicatos;pag 133-134). Este acercamientoal estado termina imponiendo en elseno de la organización sindical, ladesaparición de la democracia in-terna; y con todo el proceso, lapérdida del carácter unitario de lossindicatos que pasan a convertir-se, en palabras de Trotsky en "par-

III. Globalización y sindicalismo

Nota:(1). Una aclaración: el término aristocracia obrera no está planteado en términos peyorativos, sino descriptivos y concep-

tuales. Fueron los sectores obreros que en las grandes fábricas iniciaron la lucha sindical, favorecidos por el número de obrerosque se concentraban en ellas. Fueron pues, los pioneros en la organización, y también vanguardia en la lucha por conquistasglobales del movimiento obrero en tanto que columna vertebral de la clase. Por ello también fueron la base social de lossindicatos siempre. Eso no es óbice para que con sus conquistas de empresa, obtienen salarios y condiciones que los elevansobre el conjunto de la clase, formando su estrato superior. Ni tampoco que haya una política consciente de ese hecho porparte de patronal y sindicatos para favorecerlos con determinadas migajas que as veces aparecen contrapuestas a otrosestratos, -como en los casos de pre-jubilaciones a cambio de segunda escala-. O que, como en muchois casos trabajan paramultinacionales, reciban indirectamente migajas de la explotación imperialista en otras zonas del mundo.

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tidos sindicales", en los que cadaburocracia -apoyada en un partidoo no- termina consolidando sus pro-pios lazos con el estado, y buscan-do una base social homogénea quela sustente. Como prueba Trotskypone el ejemplo de "que el sindi-calismo francés era un partidoquedó totalmente confirmadocon la ruptura que sufrió tanpronto aparecieron divergenciaspolíticas en sus filas.... (pero) noasumió el nombre de partido...".

Respecto al papel en los paísesimperialistas, decía "La burocraciasindical es la columnavertebral del imperia-lismo británico.... nosólo en las metrópolissino también en la India,en Egipto y en las de-más colonias" haciendode la burocracia sindicalel principal instrumentode la opresión del esta-do burgués".

Como caracteriza-ción, la burocracia sin-dical, responde a la ló-gica pequeño-burguesaque cree que puede re-formar el estado, rom-piendo las ataduras conel capital.

Podría parecer quehasta aquí, se salvan lascentrales anarquistas.Pero sin embargo no esasí. Justamente su opo-sición a todo estado, loshace "los representan-tes más lógicos" de lapequeña burguesía... yen tiempos de guerra lesempuja a tomar las rien-das como ministros enestados burgueses,como en la guerra civilespañola.

Insiste Tortsky: La neutralidadde los sindicatos es total e irre-versiblemente cosa del pasado.Ha desaparecido con la libre de-mocracia burguesa. Ya no pue-den ser anarquistas ... e ignorar lainfluencia decisiva del estado en lavida del pueblo y de las clases. Yano pueden ser rreformistas, porquelas condiciones objetivas no dan ca-bida a ninguna reforma seria y du-radera. Los sindicatos de nues-tro tiempo pueden servir comoherramientas secundarias delcapitalismo imperialista para lasubordinación y adoctrinamien-to de los obreros y para frenar

la revolución, o bien convertir-se, por el contrario, en las he-rramientas del movimiento revo-lucionario del proletariado".

3. La política del3. La política del3. La política del3. La política del3. La política delimperialismo sobrimperialismo sobrimperialismo sobrimperialismo sobrimperialismo sobreeeeelos sindicatos:los sindicatos:los sindicatos:los sindicatos:los sindicatos:entrentrentrentrentre la re la re la re la re la repreprepreprepresión yesión yesión yesión yesión yla integración.la integración.la integración.la integración.la integración.

"La intensificación de las contra-dicciones de clase dentro de cada

país, de los antagonismois entre unpaís y otro, producen una situaciónque el capitalismo imperialista pue-de tolerar (claro que por cierto lap-so) una burocracia reformista, siem-pre que esta le sirva directamentecomo un pequeño pero activo ac-cionista de sus empresasimperialistas, de sus planes y pro-gramas tanto dentro del país comoen el plñano mundial. El social-re-formismo debe convertirse en so-cial-imperialismo para poder prolon-gar su existencia, pero para prolon-garla y nada más... Exige que laburocracia reformista y la aristocra-cia obrera, que picotean las miga-

jas que caen de su mesa, se trans-formen en su policía política a losojos de la clase obrera. Cuando nose puede lograr esto, se reemplazaa la burocracia por el fascismo" (en-tendido en términos marxistas, esoes un régimen de guerra civil con-tra el proletariado y sus organiza-ciones y tiene por objeto destruir-las).

A caballo de esa disyuntiva, seposicionan los estados burguesespor liquidar la organización de cla-se, sea por medio de la represión -antesala del fascismo- o de la inte-

gración.La imperiosa necesi-

dad de desregulaciónde las relaciones labo-rales lleva a dificultadesen la relación con unasorganizaciones que na-cieron para acordarjustamente la regla-mentación laboral. Así,para un sector de laburguesía lo funcionalson los sindicatos de lapropia empresa, liga-dos a la dirección de lamisma y con el objeti-vo del sometimiento di-recto de los trabajado-res a las necesidadesde la producción. Ni si-quiera los sindicatoscorporativos le son úti-les: se fomenta elamarillismo puro y duro.Esta posición, amplia-da al conjunto de laclase obrera, conside-ra que ya no precisade los grandes sindica-tos como control polí-tico sobre los trabaja-dores y que puede pa-sar al

desmantelamiento de las organiza-ciones obreras. La política de la bur-guesía japonesa, Reagan y el se-gundo período del gobiernoThatcher son los prototipos de estaopción.

Para otro sector, sin dejar de te-ner las mismas pretensiones, con-sidera que el rol de control políticode la clase que ejercen los grandesaparatos sigue siendo una imperio-sa necesidad para poder aplicar losplanes de desregulación: Gonzálezo el primer gobierno de Aznar aquí,pero sobretodo Khol y la burguesíaalemana son los referentes de estemodelo de desactivación de la or-ganización sindical integrándola to-

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talmente en el sistema. Con unatasa de afiliación alemana del 34%,la DGB agrupa entre 8 y 10 millo-nes de trabajadores seguida muy delejos por la DAG con alrededor demedio millón: ambas están afiliadasa la CES. La DBB que quedaría enmedio, y no está afiliada a la CESsólo agrupa unos 800.000 funcio-narios de la Administración Pública.La política de los sindicatos alema-nes en la VW apoyando los planesde la empresa de deslocalización delIbizal son un ejemplo. Pero aún másque este, llas acciones de la DGBen el Deutsch Bank o la CGIL en laBanca dil Labore, o la compra delos ferrocarriles alemanes al ser pri-vatizados,

El grado de esa integración es po-lémica abierta en la izquierda, yaque para algunos está tan avanza-da que les ha hecho perder el ca-

rácter de organización obrera –ni si-quiera reformista-, mientras quepara otros, entre los que nos con-tamos, todavía no se ha completa-do este proceso y debemos seguirteniendo una política hacia ellas pormás que las direcciones sean abier-tamente reformistas y traidoras anuestra clase. Es precisamenteeste proceso contradictorio entre lapolítica de las direcciones y las ne-cesidades de la clase y de la propiaburocracia para mantenerse comoaparato el que genera un sinfín deresquicios por donde impulsar unapolítica revolucionaria y conseguirarrastrar a sectores de trabajado-res en ruptura con la política de sus

direcciones. Sin estas contradiccio-nes no podría explicarse la huelgadel 20J, o las movilizaciones italia-nas de abril y octubre 2002 impul-sadas por la CGIL.

4. Las iedologías4. Las iedologías4. Las iedologías4. Las iedologías4. Las iedologíasde la adaptaciónde la adaptaciónde la adaptaciónde la adaptaciónde la adaptación(cogestión y(cogestión y(cogestión y(cogestión y(cogestión yautogestión) y suautogestión) y suautogestión) y suautogestión) y suautogestión) y suopuesto (contropuesto (contropuesto (contropuesto (contropuesto (controlololololobrobrobrobrobrererererero)o)o)o)o)

La justificación ideológica de lasburocracias sindicales para acep-tar los procesos de integración enel aparato de estado se apoyan ge-neralmente en la defensa de lacogestión. Este concepto fue ela-borado por el reformismo en susti-tución al del control obrero clásico

del marxismo y suutilización en la re-volución rusa.

Empecemos porel significado de laspalabras. Controles vigilancia deuna gestión quehace otro orga-nismo. Gestiónes tomarlo en lasmanos. Atrás decada palabra pode-mos ponerle el ape-llido que queramos,pero la palabra nocambia. A la degestión se le puedeañadir el “auto” o el“co”, pero sigue to-mando en sus ma-nos la empresa, laescuela, la adminis-

tración o lo que sea. En unos ca-sos, los obreros solos –autogestión-, en los otros compartiéndolo conla patronal o el estado burgués –cogestión-. La primera es habitualen el lenguaje anarcosindicalista, lasegunda en el reformista.

Empecemos por la base de lasburocracias para entrar en el pro-ceso de integración que impulsanlos estados, la cogestión. Esta dis-cusión se inicia sobre la base de lareivindicación obrera del control so-bre los libros contables, los ritmos,la rentabilidad ante supresiones depersonal,... y en los sectores públi-cos se identifica con el mecanismode control para garantizar un servi-cio de calidad. Sin embargo, todas

las formas que adopta son formasestables institucionalizadas por lapatronal o la administración. En to-das ellas, estamos hablando no dela imposición del control de los tra-bajadores de la mano de la movili-zación, sino de las formas queadopta la explotación para seguirmanteniendo el control en sus ma-nos e incorporar a las cúpulas sin-dicales en la gestión. Es decir, jus-tamente lo opuesto. La revisión delas cifras de beneficios y rentabili-dad, acostumbran a ser la puertapor la que los burócratas pactistasterminan firmando acuerdos quesustituyen EREs y vendiendo el pro-ducto a los trabajadores para quela empresa tras la cortina de quesino, la medicina será peor, y quesi ellos van bien, nosotros podre-mos también ir mejor. Los dirigen-tes sindicales, en estas situaciones,de ser representantes de los tra-bajadores pasan a ser agentes dela empresa entre los trabajadores.Habitualmente, además, estos ser-vicios se pagan a buen precio: loscierres de empresa denunciadospor las burocracias, los acuerdosde bajas no traumáticas (fin de con-tratos temporales, pre-jubilacio-nes...) en sustitución de EREs,etc... acostumbran a ser millonesque vienen a consolidar a la buro-cracia sindical y su dependencia delestado y la patronal. No hay nin-guna posibilidad de “co-gestio-nar” ni la empresa ni el serviciopúblico por parte de los traba-jadores con quien tiene la visiónopuesta de los resultados quetiene que tener la gestión: de unlado está las mejoras obrerasque reducen la plusvalía y la tasade beneficios, del otro quienesquieren acrecentarla.

Veamos ahora la autogestión. Eneste caso, son los obreros los quetoman en sus manos la empresa.Estos procesos se han vivido yanormalmente en épocas de crisis ycierres. En España lo vivimos ma-sivamente cuando lasreconversiones: fueron las SAL.Posteriormente, con los recortes deservicios públicos, se han multipli-cado las cooperativas –a veces de-nominadas ONGs- de servicios so-ciales que ofrecen su trabajo a lasadministraciones ligados a proyec-tos. En Argentina actualmente sehabla de más de 2.000 empresasocupadas y puestas en funciona-miento por los trabajadores, la ma-

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yoría de las cuales están tomandola forma de cooperativas. Las ca-sas okupas, comunidades rurales,etc... son otros tantos modelosautogestionarios. Todos ellos, en-frentan un doble problema: el deque para producir se precisa mate-ria prima y maquinaria y tras hacer-lo se necesita distribuir y comercia-lizar el producto. No importa como,pero ambos procesos son indispen-sables. Ya para lo primero, lo habi-tual son créditos –más o menosblandos- que terminaran utilizándo-se , para que sean rentables, en lacompra de materias primas o pre-viamente manufac-turadas, lo más ba-ratas posibles: yaaparte del endeuda-miento de los propiosobreros para el cré-dito, suponiendo quelo superen, a conti-nuación se convier-ten en explotadoresindirectos de otrostrabajadores –los li-gados a las materiasprimas o a la prime-ra manufactura-;para ser competiti-vos en la elaboraciónde su producto lae m p r e s aautogestionaria en-tra en ritmos produc-tivos muy altos en que se acostum-bra a compensar la falta de maqui-naria en autoexplotación o explota-ción a otros trabajadores que ya noson cooperativistas, sino que –porlo menos inicialmente- se sometena las leyes del mercado laboral; siregulando o no los dos pasos ante-riores, sus productos terminan enel mercado, vuelven a imponerse lasreglas del mundo capitalista y de lacompetencia. Si realizan todo elloen forma rentable, la tendencia esa crecer, pero siendo una empresaexactamente igual a las demás:Eroski o Mondragón son buenosejemplos. Si no lo hacen, y les pesasu origen de clase, los cierres depequeñas empresas se cuentan pormiles, con el endeudamiento pos-terior procedente del arranque dela cooperativa. Las leyes del mer-cado capitalista son inexorables yno tienen ningún problema en queexistan núcleos pequeños que re-produzcan a su manera el sistema,menos aún si puede servir de frenoa un estallido social. En Argentinase están multiplicando los mini-cré-

ditos, así como en Bolivia las cifrasoficiales de julio del 2002, hablan de780.000 microempresarios que ha-cen funcionar 350.000microempresas. Serán más chicas,serán marginales, pero son otrastantas piezas del engranaje del sis-tema capitalista y, muchas de ellas,al servicio de otras mayores y al finde multinacionales... vendida encambio, en muchos casos, comoelementos de ruptura con el siste-ma, anticapitalistas y obreras.

Un caso próximo y gráfico de loque significan es la aplicación en elterreno educativo. Una de las intro-

ducciones del último período es laautogestión de los centros. Eso enla práctica es decir que se gestionelo que la administración decide enfunción del número de alumnos, dela “rentabilidad”. Inmediatamente,eso ha generado no el choque frontalde las escuelas contra la adminis-tración exigiendo más recursos oservicios

Y es que, como decía Trotsky,no hay ninguna posibilidad de“gestión obrera” dentro del mer-cado mundial capitalista: “... lagestión obrera de la industria auna escala mucho más impor-tante empieza por arriba, inclu-so en sus mismos inicios, por-que es inseparable del poder yde un plan económico general.”(La lucha contra el fascismo”(1930) Hablar de gestión obrera,sin tomar el poder es una uto-pía reaccionaria que genera la ilu-sión de la reforma o el cambiogradual del sistema.

A la inversa, el control obrerose impone por abajo: dentro deuna empresa. “El comité de fá-

brica es el órgano del control.Los órganos del control en lasfábricas deben de entrar en con-tacto los unos con los otros, si-guiendo las relaciones económi-cas existentes entre las empre-sas. En este estadio, no hay to-davía un plan económico global.La práctica del control obrero nohace más que preparar los ele-mentos de ese plan”. Estamoshablando de control, la gestiónsigue siendo capitalista y no hayninguna posibilidad de que elcontrol obrero como tal seestabilice ni dure mucho tiem-

po, porque sólo es po-sible sobre la presiónde la clase obrera mo-vilizada. “El controlobrero es una medidatransitoria, en condi-ciones de extrematensión d ela lucha declases, y que solo pue-de ser tomada comoun puente hacia la na-cionalización revolu-cionaria de la indus-tria”. (id)

¿Qué hacer entoncescon las ocupacionesante los cierres o despi-dos masivos como enArgentina? La ocupa-ción de la fábrica es sóloun paso para frenar el

desvalijamiento y conservar el apa-rato productivo, pero la clave esquien asume la gestión y como seaprovecha al máximo la fuerza re-volucionaria que ha propiciado laocupación. A nuestro entender, laúnica salida no utópica es forzar ala nacionalización –en cuanto al tipode gestión capitalista- bajo controlobrero. Es decir, quien paga deu-das, salarios o materias primas esel estado que es también quien bus-ca el mercado: la empresa pues,es suya. La tarea del control de losritmos, de salarios, de contratacio-nes, de las cuentas de la empre-sa,... es de los trabajadores, que ala vez extienden su modelo conec-tando con otras empresas. Es tran-sitorio, tras esto –que es una pie-dra en el zapato capitalista, aunqueno cambia el régimen de propiedad-, queda avanzar hacia la revolucióna corto plazo para desde el poder,planificar globalmente la economiay entonces sí, asumir la gestiónobrera. Si no se avanza hacia larevolución, como la situación es ex-tremadamente tensa, quien avan-

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zará será la contrarrevolución,como en Alemania en los años 30.Por eso no compartimos muchosde los conceptos y confusiones quese barajaban en el encuentro deGrissinopolis (Argentina) de 24/8/02de fábricas ocupadas: “... enfren-tar la competencia capitalista ytransformar “el compre controlobrero” en una gran causa políticade los explotados y el pueblo.(...) 10)El Encuentro llama a la creación deuna central única de empresas ocu-padas o bajo gestión obrera. (...)Una federación de fábricas ocupa-das y en lucha permitirá librar a otraescala la lucha contra la presióncapitalista y darle una dimensión na-cional a la lucha por el auxilio eco-nómico del Estado a las fábricasbajo gestión obrera, lo que planteala nacionalización de los bancos yla creación de una banca estatalúnica, capaz de facilitar el accesoal crédito a las fábricasautogestionadas y en cuyo directo-rio deberían incorporarse represen-tantes de las fábricas ocupadas, ele-gibles y revocables en cualquier mo-mento por el colectivo de trabaja-dores”. En realidad, a pesar de lasconfusiones, aquí se está hablandode autogestión, de cooperativismo,y por eso preocupa abaratar los cré-ditos. Crear esa ilusión es desarmarfrente a la disyuntiva que plantea larealidad: revolución o contrarrevo-lución. Así el impulso de esaautogestión, viene a atar de manosla fuerza revolucionaria de los tra-bajadores reconduciéndola al impul-so de reformas en el seno del mis-mo sistema capitalista, y desarman-do por tanto para la revolución.

5.5.5.5.5. La CES y losLa CES y losLa CES y losLa CES y losLa CES y losplanes de la UEplanes de la UEplanes de la UEplanes de la UEplanes de la UE

Los grados de afiliación sindical enlos países europeos son muy varia-bles y van del 85% sueco o el 70%finlandés al 10% francés, pasandopor todos los porcentajes interme-dios, acompañando la disminuciónde sindicalización a medida quebajamos hacia el sur. Agrupadosen la CES encontramos los gran-des sindicatos de toda el áreaeurpopea: DGB y DAG alemana(con cerca de 11 millones de afilia-dos entre las dos), la OGB austriaca(más de millón y medio de afiliados),la FGTB-ABVV y la CSC-ACV bel-gas (con 2 millones y medio de afi-liados), CCOO, UGT y ELA-STV en

el estado español (con algo menosde dos millones), el SAK, la STTK yAKAVA finlandesas (1.750.000 en-tre las tres), la CGT, la CFDT, laCGT-FO, y la CFTC francesas (queagrupan entre todas unos 2millo-nes y medio de trabajadores), laTUC británica (algomenos de 7 mi-llones de miembros), la GSEE y laADEDY griegas (algomenos de unmillon entre las dos), LO y TCO sue-cas (algo menos de 3 millones ymedio) (Datos de CCOO, Relacio-nes Internacionales, agosto 1997:“Los sindicatos de la Unión Euro-pea”). Las relaciones de la patro-nal de las multinacionales de laUE con la CES y de cada una delas burguesías nacionales con“su” burocracia, junto a la filo-sofía reformista de todas ellas ylos grandes aparatos sindicalesque mantener, ha venido a deli-mitar una trama sindical cóm-plice de los planes de las multi-nacionales que no sólo no ayu-da sino que traba todo enfren-tamiento internacional a ellas. Lafilosofia de fondo: la utopía re-accionaria de una UE “social”.Decimos reaccionaria y utópica,ateniendose a la unidad que di-cen aceptar con el carácter “so-cial” que dicen quererle dar.

Cumplen así esa ley general quedestacara Trotsky hace más deseis décadas. Los sindicatos nacie-ron en el período de surgimiento yauge del capitalismo. Su objetivo eramejorar las condiciones materialesy culturales de la clase obrera, asícomo la extensión de sus derechospolíticos. La decadencia del capi-talismo mina las bases del trabajoreformista de los sindicatos. Colo-cados en esta tesitura, cualquierpolítica, no ya revolucionaria, sim-plemente reformista consecuente,les llevaría a chocar abiertamentecon el sistema capitalista y sus re-gímenes bonapartistas. Su empe-ño es el contrario, con lo que su rolse vuelve abiertamente reacciona-rio y no progresivo como en la épo-ca de su surgimiento. Veámoslo enel tema UE.

El capitalismo en Europa se en-frenta a una contradicciónirresoluble: de un lado las necesi-dades de producción que obligaríana derribar las fronteras, puesto quelos actuales estados europeos sondemasiado pequeños para el po-tencial productor de la industria mo-derna y obligaría a darlas porobsoletos y construir otros cada vez

más grandes. Del otro las necesi-dades de mantener, preservar y re-forzar los actuales estados, puesson en su seno donde se desarro-lla la lucha de clases concreta, quepermite a la burguesía manteneruna posición dominante como cla-se. Es sobre los actuales estadosque la burguesía consiguió esta po-sición dominante y desde los queestableció una relación internacio-nal con otros países, a menudo encontraposición con el estado de allado,...

Esta contradicción fundamentaldel sistema capitalista no es exclu-siva de los pequeños estados eu-ropeos, sino una característicairresoluble que ya K. Marx definió.No se trata de un dogma sino deuna constatación que nos permitecomprender los acontecimientos acada paso. Por ejemplo cuando laUE es incapaz de impulsar una po-lítica exterior común en el planeta,ni siquiera en la misma Europa, enlos Balcanes, y al final son los EUAquien impuso su política. No es fal-ta de armas sino esencialmente depolítica. Y lo mismo pasa cuandono se puede superar el funciona-miento con derecho a veto de losestados de la UE, un derecho quebloquea cualquier decisión impor-tante y que llevaría a la parálisis to-tal si se amplía a los nuevos sociosque quieren entrar al club. Es decirque el estado nacional se reservala última palabra. Sólo en el terrenomás estrictamente económico losavances han sido importantes,...veremos qué puede pasar cuandoestos avances para las multinacio-nales –en época de crisis- ponganen cuestión algunos de los pilaresde dominio estatal.

La posibilidad de la construcciónde un Estado europeo necesaria-mente supondría la aparición de unanueva burguesía europea y el debi-litamiento progresivo de los estadosactuales en las cuestiones que lesson decisivas en la lucha de clases(empezando por la policía y el ejér-cito), y lo que vemos es un podero-so refuerzo de cada estado, elavance hacia estados policiales yque disponen cada uno de ellosejércitos profesionalizados. No es-tamos ante el proceso de confor-mación de una nueva burguesíaeuropea, La UE no ha perdido laidentidad nacional de cada multi-nacional. Esta referencia estatal decada multinacional no es sólo unapeculiaridad histórica de la empre-

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sa, al contrario, tiene efectos en eldía a día. Por ejemplo, laVolkswagewn es alemana. Adqui-rió la SEAT a precio de ganga loaprovechó. Sacó enormes recursospúblicos y garantías de beneficiosen la operación a la vez que obte-nía un vehículo a buen precio parael mercado europeo. Pero cayó elMuro y encontró una oferta econó-mica y políticamente mucho mejorcon la compra de la checa Skoda.Económicamente es evidente puesel sueldo de un checo es muy infe-rior al trabajador del estado espa-ñol, pero también políticamente,pues los sitúa en la zona de influen-cia política alemana. Desde enton-ces la Wolskwagen no ha dejadode hacer caer la SEAT. Todas lasmultinacionales saben que no haysuficiente con hacer un buen pro-ducto y a buen precio, sino que senecesitan las influencias políticas yéstas se obtienen a través de susestados.

Por eso es tan nefasto el dis-curso que –particularmente des-de la socialdemocracia y elneoestalinismo- nos explica queel proceso de construcción deuna Europa políticamente unidaes viable. Y es perniciosa para lostrabajadores la política de la CES enEuropa y la de las direcciones deCCOO y UGT dando toda la cober-

tura y apoyo al proyecto de la UE, yfacilitando que vayan pasando susplanes queriéndoles dar un barnizsocial que nos dicen que un día lle-gará. Ésta es la finalidad de la Car-ta Social que pretenden llegue a serel núcleo de una futura constitucióneuropea. La UE no es una carta enblanco que se puede llenar ahoracon medidas más favorables paralas multinacionales, mañana a fa-vor de los trabajadores. Es un ins-trumento al servicio de aquellas paraamplificar la sobreexplotación de és-tos, y es desde ese punto de vistaque no hay reforma posible de esteinstrumento. Su UE, ni será nun-ca social, ni de los trabajadoresaunque sean la mayoría y sevote, ni de los pueblos como di-cen otros, ni tan siquiera unida.

Bajo el capitalismo la contradic-ción entre las necesidades de lasfuerzas productivas de superar ydestruir las fronteras, y las necesi-dades de la burguesía de preservarsu estado como instrumento de do-minación y poder, se decantan a fa-vor de este último, porque en defi-nitiva es la lucha de clases la queacaba determinando el curso de lahistoria, a pesar de las necesida-des puramente económicas. Estatarea, la unificación de Europa, desuperación real de las fronteras, im-prescindible para un nuevo desarro-

llo de las fuerzas productivas quepermita una mejor atención de lasnecesidades de todo el mundo seráobra no del capitalismo sino de unproceso revolucionario que conduz-ca al socialismo.

6. Las centrales6. Las centrales6. Las centrales6. Las centrales6. Las centralessindicales aquí:sindicales aquí:sindicales aquí:sindicales aquí:sindicales aquí:base social y anti-base social y anti-base social y anti-base social y anti-base social y anti-sindicalismo de lasindicalismo de lasindicalismo de lasindicalismo de lasindicalismo de laprprprprprecariedadecariedadecariedadecariedadecariedad

Los sindicatos hoy representansólo a una pequeña parte de la cla-se obrera, en especial a un peque-ño porcentaje de los trabajadoresfijos. Las mismas fuentes citan elnúmero de afiliados de CCOO yUGT en 1’4 millones de trabajado-res (700.000 cada una). Los secto-res más duramente explotados,como a menudo son los autónomosy temporales están casi ausentesde las organizaciones sindicales, yya no digamos la juventud, los tra-bajadores de ETT’s y losinmigrantes.

Ya hemos dicho que la base so-cial de las burocracias sindicales esla aristocracia obrera, y precisamen-te la preservación del poder del apa-rato reside en dejar fuera del sindi-

Para nosotros no hay escape, si no es la revolución

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cato los sectores más explotados yexplosivos de la clase obrera por susituación material o, a lo sumo, in-tegrarlos consolidando la desigual-dad (convenios diferentes para nue-vos contratos, consolidación del sec-tor de las ETTs con el correspon-diente convenio o el deTelemárketing).

Las burocracias sindicalesasientan el predominio de susaparatos también en los acuer-dos políticos con la burguesíapara dividir a la clase en funcióndel tema nacional –especialmen-te en Euskadi- y de sus acuer-dos en el tema inmigración. Am-bos temas, profundamente políticose ideológicos, introducen otra divi-sión no sectorial –como los demásestratos divididos por las condicio-nes laborales y salariales, grupos deedad, etc...- que abre una profun-da fisura en todos los estratos des-de el más lumpenizado al más aris-tocrático de nuestra clase. La polí-tica centralista de todas las cúpu-las de las centrales sindicales sin ex-cepción –también CGT particular-mente desde el posicionamientoque adopta en Valladolid- los hacecómplices del acomodo a la ideolo-gía españolista que llueve desde losmedios de comunicación y el esta-do, cuando no son sujetos activosde su generalización (pacto anti-te-rrorista, apoyo a la ley de parti-dos,...). Expresión de esta situaciónes la consolidación de los sindica-tos nacionales: CIGA, ELA-STV,LAB. Cabe destacar que estos dosúltimos mantienen más del 55% dedelegados del país vasco, mientrasCCOO y UGT alcanzan sólo el 33%entre las dos.

En el otro tema, con trasfondo es-pecialmente ideológico, encontra-mos el de la inmigración. En él, lasdos grandes centrales han venidoimpulsando la política de los cuposy distintas variantes sobre los lími-tes de la ley de extranjería. CGT queno ha tenido esa política, tampocose ha consolidado como referentepuesto que, como las otras dos havenido manteniendo por fuera de lasestructuras sindicales a losinmigrantes –CITE, AMIC, ex Por-tes-Obertes-. Estos hechos conso-lidan un planteamiento que no com-bate ni el racismo ni la xenofobia quese impulsa desde el PP, y cuando lohacen, toman un carácter “social”que no entra en la polémica en loscentros estructurales de la claseobrera. Esta división, como la na-

cional, van más allá del lugar semi-esclavo que vienen a ocupar losinmigrantes en la estructura pro-ductiva, y dibujan divisiones de pro-fundo calado.

Así pues, malograda conscien-temente, la posibilidad de con-formar la Central Unica de Tra-bajadores en el período final delfranquismo, la dispersión sindi-cal se hizo notoria. Los ya se-ñalados posicionamientos so-bre el tema nacional, alentaronla consolidación de los sindica-tos nacionalistas que ya hemosseñalado. Posteriormente, y so-bre la base material en la que seasientan las divisiones de la cla-se, los aparatos han venido ali-mentando una política que la haprofundizado. Eso ha hecho queuna parte de la bronca haya aca-bado adoptando formas corporati-vas de organización sindical. Lasunas desde una óptica derechista–como CSIF, médicos, SEPLA...-,las otras, con unos inicios muycombativos que han terminado enproyectos corporativos –como Pla-taforma Sindical de la EMT, la rup-tura de CCOO del Sindicato Ferro-viario, COP de Lucas, el de los con-ductores del Metro o la RENFE...-.La falta de política hacia esos sec-tores por parte de las burocraciasde los grandes sindicatos y en algu-nos casos la hostitlidad hacia ellossin hacer la menor distinción y to-mando posiciones abiertamente re-accionarias ante determinadas huel-gas, sólo consiguen alimentar su cor-porativismo a la vez que profundizala división en las filas obreras.

La política nefasta de las direc-ciones de CCOO y UGT con el avalque han prestado una y otra vez ala política del gobierno es el princi-pal responsable de ladesregularización aplicada: desdelos Pactos de la Moncloa, el Esta-tuto de los Trabajadores, las Refor-mas Laborales, el Pacto deToledo,... al reciente AcuerdoInterconfederal para la negociacióncolectiva del 2002. Sin embargo, ya pesar de la actitud muy crítica conellos de muchos trabajadores, nohan dejado de ser sus referentes –con más 70% de delegados sindi-cales- como se vio en la huelgageneral del 20J. A mucha distan-cia se sitúa CGT con cierto pesoen Catalunya - delegados- yAndalucia - delegados- y uncómputo total de delegadosa nivel estatal, pero sin haber lo-

grado aglutinar a los sectores enrupturani convertirse en referentesindical.

En el seno de los tres, se han ex-presado sectores combativos quehan enfrentado esa desmovilizacióncomo la sección de CCOO deMiniwatt (exLCR) o SINTEL, sec-ciones de CGT en SEAT y FORD,... No se trata de jóvenes ni nue-vos dirigentes que surgen con lasluchas, sino de sindicalistas experi-mentados y a menudo exmilitantesde la izquierda. Por su parte, las for-mas que han tomado las luchas dejóvenes en precario contra las ETTs,fomentadas de un lado por la políti-ca de traición y pactos, y por otrodel abstencionismo desde las gran-des empresas en hacer suya esadifícil batalla, han empujado a ac-ciones directas más o menos radi-cales, totalmente aisladas a secto-res de la vanguardia juvenil. Secto-res que, al día siguiente eran carnede cañón de la misma ETT sin queni la rotura de cristales ni lasiliconada afectara en sus condicio-nes de sobreexplotación en lo másmínimo. Pero además esta situa-ción desesperada y de impotencia,fruto de la política sindical mayori-taria –e impulsada a veces desdelos sindicatos minoritarios, comoCGT- ha llevado a teorizar al res-pecto consolidando un amplio sec-tor jóven anti-sindical.

7.7.7.7.7. CCOO y UGTCCOO y UGTCCOO y UGTCCOO y UGTCCOO y UGT

Si bien el discurso sindical tan-to de CCOO como de la UGT eseuropeísta, lo es en la medidaque son los planes de la burgue-sía española. En cuanto apare-cen fricciones, como las demásburocracias sindicales, CCOO yUGT corren a adaptarse a losdictados del estado capitalistamonárquico. En el terreno exte-rior, la política de CCOO en Ar-gentina, participando en las re-uniones del Mercosur, el enviode fondos de sindicales a la CTA,los liberados,... En la interior, elsin fin de pactos y el posiciona-miento junto al PP en el temaEuskadi, dan la talla de a quépunto llega la adaptación de quehablamos. Pero como las organi-zaciones no se sustentan en el aire,los sindicatos entran en contradic-ciones cuando la clase se fragmen-ta más y más, quedando más sec-tores por fuera de los aparatos y

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cuando las crisis económicas em-piezan a golpear a su propia basesocial. Aún y así, hoy por hoy, apesar de la baja afiliación en el es-tado español que apenas agrupaunos 700.000 en cada una de lascentrales, y a pesar de las broncasacumuladas contra esas direccio-nes, CCOO y UGT siguen siendolos referentes de la clase obrera es-pañola –especialmente porque don-de se concentran es en la columnavertebral del proletariado en las gran-des fábricas- como se demostró elpasado 20J.

Otro elemento clave para ex-plicar una política que en reite-radas ocasiones ha cho-cado con importantessectores de su propia afi-liación, es su adaptaciónfinanciera al estado. El68,4% del presupuesto dela ejecutiva confederal deCCOO procede de sub-venciones institucionales(en el 96, 4.078 millones deptas. de un total de 5.963),y en el mismo año las deu-das de CCOO con la SSfueron 1.350 millones.Dentro de ese paquete,cabe destacar desde el 93los procedentes de los fon-dos del FORCEM (Funda-ción para la FormaciónContinua) que compartenCEOE, CEPYME, CC.OO,UGT y CIG producto delacuerdo con el gobiernodel 92. El FORCEM es laentidad encargada de im-pulsar y difundir la Forma-ción Continua entre empre-sas y trabajadores, y degestionar las ayudas a laformación continua, y rea-lizar su seguimiento y con-trol técnico. Para tener una nociónde las cifras de que hablamos, sóloen el 95 el FORCEM gestionó70.000 millones de ptas., gran par-te de ellos procedentes de subven-ciones de la UE.

Sin embargo, aparte de estasenormes cuantías, la total falta detransparencia en la gestión, los con-vierte en aún más apetitosos por elplus que pueden dejar. A 3 años defuncionar, en el 96, se detectó elprimer caso grave. En el ojo del hu-racán estuvieron los sindicatos, lapatronal y la Fundación para For-mación Continua (Forcem). La Co-misión y el Gobierno español salda-ron el problema con la devolución

de 4.700 millones de pesetas, trasadmitir su uso indebido sobre untotal de 22.000 millones bajo sos-pecha. Entonces no hubo escán-dalo político y su resolución pasóinadvertida. Pero los problemas demalversación de fondos comunita-rios destinados a mejorar la forma-ción de los parados continuaroncuatro años después. El casoPallerols (uso indebido de fondoscomunitarios por academias deempresarios vinculados a Unió) des-pertó un revuelo político en Españaque hizo intervenir de inmediato ala Comisión europea que decidióinicialmente bloquear 10.000 millo-

nes de pesetas del programa deayudas a la formación de paradosen Cataluña (1997-1999) que conposterioridad se han idodesbloqueando salvo los últimos1.000 millones que siguen a la es-pera de que las autoridades espa-ñolas den garantías del uso de esosfondos. A la lista se sumó el pre-sunto desvío de fondos adjudicadosal Instituto Municipal de Empleo deMadrid para realizar cursos de for-mación en las prisiones. La Comi-sión Europea todavía sigue espe-rando, después de un mes de ha-ber pedido explicaciones por escri-to a Madrid, una respuesta.

Curiosamente, de la mano de la

huelga general y del posterior acuer-do de octubre, saltaba otro escán-dalo. En julio 2002 la fiscalía denun-ciaba irregularidades detectadas enun muestreo sobre el 5 % del totalde los cursos que se impartieron en2001 y que se financiaron con sub-venciones de la UE. En el 95% dela muestra se descubrieron irregu-laridades. El 31 de octubre se ha-cía público que las irregularidadesalcanzaban un valor de 100 millo-nes de euros, de los más de 600que concedió el año pasado laUnión Europea. También en octu-bre salía a lka luz que el Tribunal deCuentas ha denunciado numerosas

irregularidades enla gestión de 1.800millones de eurosentre 1996 y 1998por parte delForcem. Entreotros, tiene indiciosde que al menos36.000 empresasde las 228.000que en 2001 soli-citaron subvencio-nes de la UE pararealizar cursos delFORCEM ni si-quiera existen.Junto a ello, lasi r regu la r idadestambién salpicanal paralelo vascodel FORCEM, elHobetuz, formadopor las centrales yla patronal vasca.Confebask y UGTaseguraron que noha habido uso irre-gular de los fon-dos, pero CC OOpidió que ELA yLAB devuelvan lo

percibido de esta fundación, puesjamás han realizado cursos.

Sea como fuere, la dependenciaabsoluta de las centrales sindicalesmayoritarias del Estado, las ata depies y manos para actuar en de-fensa de los trabajadores a los querepresenta. Sólo la total indepen-dencia del gobierno y la patronalsienta unas bases sanas para eldesarrollo de una acción sindical afavor de los trabajadores.

Los críticos de CCOOEn esas condiciones, CCOO vi-

vió con retraso las evolución de laUGT, y del mismo modo que la po-lítica de derechización de esta últi-

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ma arrastró enfrentamientos inter-nos de aparatos por cuotas de po-der, lo mismo está ocurriendo en los

últimos años en CCOO. No hay di-ferencias sustanciales en política sin-dical, sino en quien y cómo contro-lar el aparato. Sin embargo, en loque sí coinciden es en el incremen-to de las restricciones a la demo-cracia interna. Estas restriccionesdemocráticas son consecuenciadirecta de la derechización políticaque al no responder a los trabaja-dores, prevee mayores dificultadesde convencer a los afiliados. Sóloqueda acallar la resistencia.

Aunque con responsabilidades dis-tintas, los críticos han jugado undoble papel según hayan sido direc-ción o no. En el primer caso, redu-ciendo las diferencias con losoficialistas y aplicando la misma po-lítica sindical y, consecuentemente,aplicando sanciones para acallar suoposición de izquierdas: el casomás claro es el consenso en laCONC. En el segundo, comoAsturias, donde han sido apartadosde los puestos de dirección, hanpasado al enfrentamiento directo.Pero en uno u otro caso, los críti-cos son menos críticos de puertasadentro y limitan su acción a accio-nes exteriores o a apoyar iniciativasparlamentarias de IU, para ayudara mantener el orden interno en elsindicato y así aplicar/o permitir quese aplique, la política de pacto conel gobierno.

8. CGT8. CGT8. CGT8. CGT8. CGT: gir: gir: gir: gir: giro a lao a lao a lao a lao a laderderderderderecha yecha yecha yecha yecha ysectarizaciónsectarizaciónsectarizaciónsectarizaciónsectarización

En los últimos 15 años, CGT ha-bía venido siendo un referente querecogíió varias de las rupturas porla izquierda de CCOO y UGT. A suvez, su participación en los movi-mientos sociales, entre sectores dejuventud, posibilitaba que pudieraser el nexo de los dos sectores yconstruirse como sindicato alterna-tivo.

Sin embargo, en abril del 2001 elCongreso estatal celebrado en Va-lladolid señalaba el fin d euna épo-ca en el sindicato. Ganaba EladioVillanueva aupado por las corrien-tes teóricamente anarquistas -losllamados "negros" en el sindicato-.Era el principio de una crisis galo-pante que ha ido consolidando elnuevo aparato sin encontrar unaoposición capaz de frenarlo. En fe-brero 2002, la misma corriente ga-naba el congreso de Catalunya, uti-lizando todo tipo de métodos buro-cráticos al punto de que el 40% delas delegaciones abandonara el con-greso ante la sóla constitución. YCatalunya había sido uno de lasconfederaciones emblemáticas delsector "rojo".

La política que a continuaciónse implementó se alineó con laclaudicación al estado en el temaEuskadi votada en Valladolid,avanzó en la nega-tiva a participar enla Plataforma con-tra la Ley de Parti-dos enCatalunya,... y enel terreno sindicalcon una fuertec o m p o n e n t ecorporativista quese consolida, alpunto de prevale-cer en sectorescomo RENFE porencima de la luchacontra laprivatización, quequeda en papelmojado y convier-te la visi´´on corpo-rativa de las elec-ciones en una for-ma de adaptarse ala inminente se-gregación, conser-vando el poder del

aparato. Sin embargo, si ha ha-bido un elemento claro de esegiro, ha sido la práctica ausen-cia de un impulso centralizado yserio del proceso de huelga ge-neral y su continuidad, cuandoera política votada por la orga-nización desde hacía un año. Laverborragia sectaria, contra CCOOy UGT se convierte en reiterante,anteponiéndose a nuestros enemi-gos reales, patronal y estado, parafacilitar una automarginación de losprocesos vivos de la lucha de cla-ses. Cuando no, la disolución en losmovimientos, eso sí anarquistas oanarquizantes, sigue poniéndola porfuera de la construcción de un sin-dicato alternativo también para es-tos sectores.

Junto a ello, las maniobras bu-rocráticas se suceden con losmétodos más característicos delstalinismo, y no parando siquierani frente despidos o juicios (OficiosVarios BCN, Espectáculos, ...). Lasdesconfederaciones de zonas en-teras está ya sobre la mesa.

Sin embargo, la importancia queesto tiene para el aparato es relati-vo ya que está haciendo primar lahomogeneización de la afiliación, enun proceso claro para algunos sec-tores de acercamiento a CNT.

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1. Enfrentandoorganizadamente alas direccionessindicales.

La realidad de las direcciones sin-dicales de CCOO, UGT y CGT obli-ga a desarrollar un paciente trabajode debate en su seno apoyándoseen las movilizaciones para impulsarjunto a otros muchos sindicalistasde distintas tradiciones agrupacio-nes por un sindicalismo revolucio-nario. La creación de nue-vos sindicatos, y menos sison de empresa, no resuel-ve el problema, pues nohacen sino dividir aun másla organización de los tra-bajadores dejando más có-modamente el control delos sindicatos mayoritariosa las direcciones. Menosaún somos partidarios deenfrentar este problema enclave electoral, aquí el tra-bajo estratégico no sonunos delegados más o me-nos sino un trabajo de or-ganización en sindicatos declase.

Sin despreciar el posibletrabajo en el seno de UGT,nuestra opción prioritaria eshoy el trabajo en CCOO yCGT, el primero porque demanera genérica es el prin-cipal referente de la claseobrera, organizando a miles de lu-chadores, el segundo porque es elprincipal referente alternativo a losdos grandes sindicatosburocratizados. Esta preferenciageneral no excluye que en cadaocasión haya que hacer un análisisconcreto de la realidad sindical.

En el caso de CCOO y UGT setrata de enfrentar una direccióncompletamente entregada a la co-laboración de clases y a la lógicacapitalista. En ambos casos la di-rección está directamente bajo lainfluencia ideológica del PSOE comoes el caso de la UGT, o muy cerca-na a él como en CCOO. De hechomuchos sindicatos de éste último

son dirigidos por militantes de co-rrientes del PCE que han acabadoen el PSOE (del PT de Carrillo, odel PDNI), o muy cercanos al PSOEcomo en CCOO de Catalunya (IC).Conocemos menos la situación in-terna de UGT, por el criterio de in-tervención sindical que tenemos, asípues nos centraremos en CCOO.

En CCOO la realidad sindical esla existencia de la corriente crítica,pero más que una verdadera co-rriente que busca reunir a sindica-listas para construir una alternativaa la dirección de CCOO, en reali-

dad actúa como un grupo de pre-sión y a poco que se presta la di-rección al reparto de cargos, lasdiferencias políticas se disuelvencomo un terrón en el café. Ya he-mos visto como convierten la ba-talla con los oficialistas en una pug-na de aparatos por el control delsindicato y los puestos de poder.Sin embargo esta corriente no eshomogénea y recoge a cientos demilitantes que verdaderamentequieren o querrían batallar por le-vantar una alternativa. Es por elloque los acuerdos o el trabajo conla corriente crítica es un instrumen-to esencial del trabajo en CCOO.

Los estatutos de CCOO restrin-

gen enormemente el derecho a laorganización interna de las mino-rías y dificulta extraordinariamenteel derecho a constituir corrientessindicales, sin embargo permite unahipotética mayor flexibil idadestatutaria para la constitución deCorrientes de Opinión. Aunque másallá de la redacción estatutaria, larealidad es que el aparato intentareprimir cualquier intento de reor-ganización contraria. La experien-cia más positiva que conocemos esla de la Corriente de Opinión de lasComarcas de Girona que alcanza-

ron algo más del 20% delos votos en el congre-so. Este no es el únicoreagrupamiento. Ayudara consolidar esta expe-riencia y ampliarla esuna de las tareas cen-trales del trabajo sindicalen CCOO.

En CGT la nueva di-rección combina un sec-tarismo extremo hacialos demás sindicatos ypartidos junto a un pro-fundo corporativismo enla acción sindical. Lacombinación de estosdos factores es el de unapolítica reformista conlenguaje radical. A pesarde que muchos de susdirigentes se reclamandel anarquismo, nada

tienen que ver con la tradición pro-fundamente clasista delanarcosindicalismo de los años 20y 30. La política de la CGT se vaalejando más y más de los trabaja-dores y desaprovecha el espacio ala izquierda que dejan cada vezmás CCOO y UGT con su políticaconciliadora y burocrática.

Sin embargo hubo una importantereacción en Catalunya que hoy seagrupa alrededor del boletín Deba-te Confederal. Un obstáculo impor-tante para el posible desarrollo deuna oposición interna es que tam-bién en CGT los derechos de lasminorías están extraordinariamen-te recortados, por ejemplo se

IV. Por una política sindicalrevolucionaria

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prohíben las tendencias o corrien-tes. Hoy, el desarrollo de DebateConfederal es la principal apuesta

por revertir el curso del sindicato yavanzar como referente alternati-vo abierto a los trabajadores másconscientes y combativos. Peropara ello Debate Confederal tieneque defender abiertamente -parti-cularmente ante las luchas concre-tas-, el sindicalismo de clase con-tra toda forma de corporativismo.

2 Elementos para unsindicalismorevolucionario.

A modo de puntos queremos darlos principios que a nuestro modode ver fundamentan un sindicalis-mo revolucionario: a) un sindicalis-mo de clase, b) consecuentemen-te anticapitalista, c) que defienda suindependencia de clase, d) interna-cionalista, e) que batalle por la uni-dad y la movilización, y f) que seaintransigente en la defensa de la de-mocracia obrera.

a) Sindicalismo de clasea) Sindicalismo de clasea) Sindicalismo de clasea) Sindicalismo de clasea) Sindicalismo de clasefrente a corporativismo.frente a corporativismo.frente a corporativismo.frente a corporativismo.frente a corporativismo.

Hablar de construir el seno de lossindicatos agrupamientos por un sin-dicalismo revolucionario exige poneren primer lugar la batalla contra todaforma de corporativismo, por un sin-dicalismo de clase. En este sentidoel sindicato busca defender al con-junto de la clase obrera y en primerlugar a los sectores más explota-dos por el capital, tenga mayor omenor afiliación es esos sectores.Contrariamente –como ocurre enCCOO y UGT- la política profunda-mente corporativa de su dirección

está especialmente al servicio de lallamada “aristocracia obrera”, y porel contrario huye de ompromtersecon los trabajadores másprecarizados, como son jóvenes einmigrantes

El capitalismo divide en profundi-dad la clase obrera en empresas,categorías, eventuales/fijos, legales/ilegales (inmigración)... generandoinnumerables situaciones e intere-ses distintos dentro de los trabaja-dores. A menudo utiliza esos distin-tos intereses concretos para sepa-rar y/o enfrentar los distintos secto-res de la clase obrera y como uninstrumento destinado a obstaculi-zar profundamente la respuestaobrera. El corporativismo es cuan-do la simiente de la división encuen-tra eco en sectores de trabajado-res y, a partir de ese momento, elcentro de la acción sindical es la dedefender los intereses del sectorfrente al resto de trabajadores odesentendiéndose de las otras lu-chas obreras. Hemos visto esas di-visiones llevadas al extremo en com-pañías como la Renfe o Iberia. Apartir de que se impongan criterioscorporativos, la empresa sólo tieneque ir jugando a enfrentar sector asector y con extrema facilidad vaentrando sus planes.

Hay un corporativismo de dere-cha, de sindicato amarillo, pro-pa-tronal, este es claramentedetectable y como tal rechazable,pero lo hay también hay otro cor-porativismos de izquierda.

En primer lugar el primer impulsordel corporativismo son las direccio-nes de CCOO y UGT. ¿Porqué?Porque la despolitización de la ac-ción sindical, el aislamiento en losaspectos específicos de convenio oluchas de empresa fue una políticaconsciente de la dirección para evi-tar que las bases del sindicato dis-cutieran y controlaran las grandesdecisiones políticas de la dirección,así les dejaba manos libres en cuan-to acuerdo de paz social, reformalaboral, acuerdo de pensiones,... pu-dieran firmar.

Pero muchas veces las reaccio-nes positivas de muchos sindicalis-tas contra esa política ha caído tam-bién en el corporativismo. Ha sidocomún que ante la política burocrá-tica e impuesta desde arriba desdelas direcciones de CCOO y UGT, y

a veces frente con negociacionesdirectas con la empresa por enci-ma de las secciones sindicales, naz-can reacciones en las que el sindi-calista –rompiendo o no con el sin-dicato- busca refugio en su empre-sa y se encierra en ella. Se puedeentender pero no compartir. A ve-ces esto da lugar a sindicatos deempresa, otras simplemente se tra-duce en que el sindicalista se des-entiende de todo aquello sindical queno controle, es decir que está fuerade las cuatro paredes de la empre-sa, justo lo que el aparato quería.

También se desarrolla el corpora-tivismo en la CGT bajo el llamado ala autonomía de las secciones sin-dicales, que conduce a que cadasección sindical vive en el más ab-soluto aislamiento, y la pertenenciaa una confederación con todo lo queello debería implicar, queda en unmero formalismo.

A menudo hay complementosque tiñen de “solidaridad” la acciónsindical para que siga siendo cor-porativa. Por ejemplo los críticos enCCOO no rompieron con el discur-so oficial del apoliticismo y el aisla-miento porque muchos de sus másconocidos dirigentes practicarondurante muchos años ese sindica-lismo burocrático. Una vez en laoposición, los dirigentes de esta co-rriente optaron por sacar susposicionamientos socio-políticos fue-ra del sindicato para evitar un cho-que con la burocracia oficialista ymantener una cara reivindicativa –así lo hicieron con las Mesas Cívi-cas, la marcha contra el paro y laprecariedad,.... – mientras en el sin-dicato respetaban y aplicabanacuerdos, pactos, ...

Otra versión del mismo hecho lohemos encontrado en CGT con ladisociación entre acción sindical ysocial, la primera estaría reservadapara la acción de la sección sindi-cal de empresa, mientras para losgrandes temas ya estarían los mo-vimientos sociales y se niega el sin-dicato. Este problema es el resulta-do de la desmovilización y el retro-ceso que se vive en el movimientoobrero estructurado, y reflejan la im-posición del modelo de CCOO yUGT corporativista y reformista, yla fuerza de ese “pensamiento úni-co” que rige en la lucha sindical. Lasposiciones de la dirección de CGT -que utilicen un lenguaje más radical

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o de denuncia permanente- no rom-pe necesariamente con el discursoapolítico y reformista ante conve-nios y luchas sectoriales. Tampocolo hacen aquellas secciones que,en nombre de un discurso radical yultra no responden a las necesida-des concretas de los trabajadoresde su sector, puesto que empujana la mayoría de los trabajadores abuscar soluciones en el discurso“posibilista”, a la vez que refuerzanla lógica reformista de lairreversibilidad del sistema con susacciones radicales y testimoniales.

Tiñamos el corporativismo del co-lor que lo tiñamos, lo radicalicemos,o lo decoloremos, acabará sirvien-do al reformismo. La división en elseno de la clase obrera es la peorde todas las debilidades. Hay unacantidad enorme de ejemplos, unode ellos la evolución del sindicatoque nació de una gran lucha: la EMTde Madrid. Decimos que el corpo-rativismo lleva inevitablemente al re-formismo porque es imposible man-tener en el seno de una empresauna acción sindical coherente, por-que muchas de las reivindicacionesde los trabajadores o las ofensivaspatronales desbordan el marco dela empresa y no hay respuestas ensu seno posibles que se puedanoponer. Y aquí los dos caminos cor-

porativos caen en el mismo lado,pues si la actitud radical pretendederrotar un plan patronal imposiblede batir en el seno de la empresa,los trabajadores se cansarán conrazón de esa pelea estéril y caeránen las visiones “posibilistas” que lesplantean aceptar negociando, y siel corporativismo parte de evaluarlas fuerzas reales con las que cuen-ta en la empresa a menudo le ve-remos firmando pactosvergonzantes, .. por uno u otrocamino llegamos a unreforzamiento del reformismo.

La diferencia esencial entre elcorporativismo y el sindicalismo declase es que debemos poner porencima de los intereses de cualquiersector los intereses de la clase obre-ra en su conjunto. No hay otra po-sibilidad de enfrentar la patronal quedesde la unidad y un sindicalismode clase. Uniendo los intereses defijos con precarios, negándose aaceptar divisiones en la empresacomo las dobles escalas, batallan-do contra las ETT’S y exigiendo unsolo convenio para todos los traba-jadores de la empresa, negándosea centrar la acción sindical sólo enel seno de la empresa, buscandocoordinar las luchas, buscando per-manentemente objetivos comunescon otros trabajadores, con la con-

vicción de que cualquier lucha deotros trabajadores debe ser nues-tra lucha y por ello la solidaridaddebe ser una constante de ese sin-dicalismo de clase..

b) Consecuentementeb) Consecuentementeb) Consecuentementeb) Consecuentementeb) Consecuentementeanticapitalista frente al re-anticapitalista frente al re-anticapitalista frente al re-anticapitalista frente al re-anticapitalista frente al re-formismo.formismo.formismo.formismo.formismo.

¿Es “irreversible” –como dice laCES- la globalización? Esa es lapregunta clave que, o nos ancla enel llamado “pensamiento único” onos hace romper con él. La pre-gunta no es si estamos por lucharcontra ella –eso casi todas las or-ganizaciones o movimientos, políti-cos, sindicales o sociales, lo dicen-, sino si nos movemos en la lógicade la economía neutral, como algoexistente de por sí, o como un ins-trumento de explotación de una cla-se por otra, es decir, como un re-sultado de la lucha de clases. Si es“irreversible”, se justifica el reformis-mo sea sindical o de movimientosocial radical. Y en ese caso, sejustifica también una acción sindi-cal l igada al “posibil ismo”corporativista para lo cotidiano, jun-to a una participación discreta yanónima en un movimiento socialradical que salta a las primeras pá-ginas de los periódicos cada dos/tres meses. Es la histórica divisiónentre el programa mínimo –las rei-

vindicaciones labo-

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rales- y el programa máximo –ha-blar de la revolución y el socialismo-de la socialdemocracia en la épocade desarrollo del capitalismo y laconsecución de reformas como lalimitación de la jornada laboral, eltrabajo de la mujer y los niños.

Si no es “irreversible”, si este mo-delo no es el único, sino el que elcapitalismo precisa, si hay otro, espreciso construir otra lógica, la quedebe ser substrato del sindicalismorevolucionario. Y ésta no parte dela lógica de la competitividad, de los“ajustes” de la comprensión de lasnecesidades productivas de la em-presa... sino de la defensa intransi-gente de la clase obrera y de todasy cada una de sus condiciones deexistencia, sabiendo que no haycomplementariedad posible entreambas lógicas, sino una lucha irre-conciliable. Estamos por una revo-lución social, y para ella necesita-mos arrancar del reformismo a bue-na parte de los 15 millones de tra-bajadores y ello sólo será posiblecuando el trabajador vea esa con-tradicción irresoluble que a menu-do está soterrada bajo el discursooficial, y eso sólo es posible en lalucha por defender sus reivindica-ciones más inmediatas.

La acción sindical revolucionaria–como la política- debe ser el es-fuerzo permanente por construir elpuente entre el programa mínimode las necesidades cotidianas másvividas por los trabajadores en esaempresa, con el máximo contra elsistema capitalista, la globalizacióny sus expresiones más cercanas.Debe ser la batalla por acabar con

la disocia-ción entreacción sindi-cal (se en-tiende deempresa) ylos movi-m i e n t o santiglobalización.Debe ser unc o n t i n u oapoyarse enlos trabaja-dores de lae m p r e s apara salir deella, paraarrastrar asectores a coordinarse, en la con-vicción de que otra lógica es posi-ble y necesaria, aquella que enlazacon las inquietudes de los movimien-tos sociales, la que les da respues-ta desde una óptica de clase no di-sociada, sino única que pone a lostrabajadores en el centro de la are-na, que politiza cada acción, cadareivindicación y la encaja en esa ló-gica alternativa sin la cual, caemosuna y otra vez en el “pensamientoúnico”, el del posibilismo reformista.En una palabra, porque laglobalización no es “irreversible”,precisamos construir un sindicalis-mo revolucionario.

c) Que defienda la indepen-dencia de clase.

No hay posibilidad de hacer com-patible un sindicalismo revoluciona-rio con políticas de conciliación declases que siempre acaban subor-dinando los trabajadores a los inte-reses de la patronal y el gobierno.

Lo opuesto a la conciliación de cla-se es la política de independenciade clase que parte de la compren-sión de la lucha de clases comoenfrentamiento entre clases socia-les cuyos intereses son irreconcilia-bles.

Un aspecto de esa independenicatiene que ver con las relaciones quemantiene con el estado y la patro-nal, en particular en lo que se refie-re a sus fuentes de financiación. Ahíradica uno de los pilares centralesde la domesticación de CCOO yUGT , pero también de muchassecciones sindicales de otros sindi-catos que viven en las grandesempresas y que manejan importan-tes recursos materiales (liberados ydinero). Ese aparato que constru-yen desde el exterior a los trabaja-dores es el que les permite elevar-se por encima de ellos y a la vez lescondiciona cada vez que tienen queprovocar un enfrentamiento seriocon quienes tienen el grifo de la fi-nanciación. Cada enfrentamientoserio entre CCOO y UGT con elGobierno ha inducido a este últimoa amenazar a los sindicatos concortar fuentes de financiación, enparticular todo lo referente a cursos.

Independencia de clase significano hacer depender la acción sindi-cal de esos recursos, sino tan sólode las necesidades de los trabaja-dores.

d) Interd) Interd) Interd) Interd) Internacionalista.nacionalista.nacionalista.nacionalista.nacionalista.La tercera característica para

definir el sindicalismo revolucionariospor el que peleamos, viene defini-da, por una característica del mis-mo sistema que enfrentamos. Laglobalización es una mayorinternacionalización e interdepen-dencia, y dificilmente podemos

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construir una lógica contrapuestaque ignore esa realidad, es decir queno sea internacionalista. Si el impe-rialismo avanza en un lugar del pla-neta son todos los trabajadores delmundo los que retroceden. Así seha visto con la ofensiva posterior al11 de setiembre. Y al contrario, siderrotamos los planes del imperia-lismo o vence la lucha obrera en unlugar, entonces somos todos los tra-bajadores del mundo los que avan-zamos.

Se trata pues de reconstruir elinternacionalismo de clase. En pri-mer lugar porque es imposible com-

batir los planes de una empresamultinacional con los recursos quelos trabajadores disponen en unade sus factorías. Pero lo mismoocurre a nivel político en el enfren-tamiento entre el imperialismo y elpoder dominante con los trabaja-dores y los pueblos. La primeraasunción de internacionalismo quedebemos aplicar y hacer sentir escontra las propias empresas multi-nacionales de nuestro país quesaquean a los trabajadores deotro.La solidaridad de clase conellos, con los explotados y oprimi-dos es esencial. Pero más que esose trata de sentirnos formando par-te de una sola clase obrera inter-nacional. A pesar de las diferenciasgeográficas, de idioma, ... un tra-bajador o un pueblo oprimido quelucha en la otra punta de mundoestá más cerca de nosotros quecualquier patrón “nacional”. La lu-cha internacionalista debe estarpermanente presente en la acciónsindical.

El objetivo ha de ser coordinaruna respuesta sindical internacio-nal antiglobalización –lo que impli-

ca antiimperialista y anticapitalista-, es decir una acción sindicalistarevolucionaria también a nivel in-ternacional. Respondiendo a lainternacionalización creciente delcapital hay que responder con lainternacionalización creciente de lalucha obrera. La CES, a la que per-tenecen en el Estado español conCCOO y UGT- se constituye comouna superestructura más alejadade los trabajadores que esos mis-mos sindicatos reformistas, con loque es más difícil aun utilizarla comoinstrumento internacional de luchade los trabajadores. Esto requiere

ir poniendo enpie una corrien-te de sindicalis-mo revoluciona-rio internacional.Algunos pasosse dieron desdeBrasi l , con laconstitución deun Red Interna-cional, pero sonaun del todo in-suficientes.

e) Por la uni-dad y la movi-lización.

La extrema división de la claseobrera (parados, contrato tempo-ral, tiempo parcial, autónomos, fi-jos) es un obstáculo objetivo a suorganización y movilización comoclase. No se trata de impulsar or-ganismos por fuera del sindicato,como lo fueron las Mesas Cívicascontra el Empleo y la Precariedad,sino de cómo incorporamos las rei-vindicaciones de los sectores másexplotados a la actividad cotidianadel sindicato, como llegan a las sec-ciones sindicales y se hacen viviren los puestos de trabajo. Precisa-

mos de una política permanenteuna política permanenteuna política permanenteuna política permanenteuna política permanenteque tienda a unificar a los traba-que tienda a unificar a los traba-que tienda a unificar a los traba-que tienda a unificar a los traba-que tienda a unificar a los traba-jadoresjadoresjadoresjadoresjadores para mejor enfrentar losplanes del gobierno, y ello a tresniveles. Por un lado en la políticacotidiana de las secciones sindica-les, incorporando las reivindicacio-nes de estos sectores a las espe-cíficas de nuestra intervención: exi-giendo paso a fijos de los eventua-les, prohibición de subcontratarETTs, creación de nuevos puestosde trabajo o pelea por contratos derelevo ante las jubilaciones, etc...Por otro, con una política pacientede organización de parados, pre-carios,... dando respuesta a susnecesidades más acuciantes a finde hacerles sentir la necesidad dela organización. Y en tercer lugar,con una política sistemática de co-ordinación y extensión de las luchasen la perspectiva de la huelga ge-neral para enfrentar de raíz el pro-blema que no es sino la legislaciónglobal existente.

Los trabajadores sienten la nece-sidad de la unidad sindicalunidad sindicalunidad sindicalunidad sindicalunidad sindical paramovilizarse por sus reivindicaciones,por ello ese debe ser un objetivopermanente de la lucha sindical. Sinperder de vista esa necesidad ob-jetiva para mejor impulsar la movili-

zación, inclu-so en el peorde los terre-nos, el de lase l e c c i o n e ss i nd i ca l e s ,hay mecanis-mos paraavanzar ha-cia ella comopueden sercandidaturasunitarias ene l e c c i o n e ssobre la basede progra-mas de lu-cha, eleccio-

nes con listas abiertas, etc...

f) Intransigente en defen-f) Intransigente en defen-f) Intransigente en defen-f) Intransigente en defen-f) Intransigente en defen-sa de la democracia obre-sa de la democracia obre-sa de la democracia obre-sa de la democracia obre-sa de la democracia obre-ra.ra.ra.ra.ra.

Ante los procesos de lucha esimprescindible el impulso de asam-asam-asam-asam-asam-bleasbleasbleasbleasbleas que permitan la integracióny participación de todos los traba-jadores llamados a movilizarse,máxime con las escasas cifras dela afiliación sindical, esa es la únicaforma real de permitir la participa-ción de todos los sectores de tra-bajadores en las luchas y la mejor

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manera de convencerles que trasla lucha la organización y la afilia-ción son la mejor forma de darlecontinuidad. Las asambleas, sobe-ranas y decisorias, deben ser elmáximo órgano de dirección de lasluchas, a la que se sometan todoslos trabajadores y sindicatos. Sontambién las que deberán elegir co-elegir co-elegir co-elegir co-elegir co-mités de huelgamités de huelgamités de huelgamités de huelgamités de huelga entre los mejoresactivistas y, si es preciso, votar losmecanismos para extenderse, re-caudar fondos para las cajas de re-sistencia y tomar las medidas ne-cesarias de autodefensa o de apli-cación de sus resoluciones.

Pero también la lucha por la de-mocracia obrera debe ser una cons-tante en el interior de los sindica-tos. Esta defensa pasa por no ca-llar ante medidas burocráticas de lasdirecciones contra compañeros/assindicalistas, o por el derecho de

corrientes sindicales como posibili-dad de defender la máxima libertadde expresión a las diferentes con-cepciones. De lo contrario la ven-taja de la dirección que tiene a sudisposición la mayor parte de recur-sos del sindicato para hacer valersus posiciones es prácticamente ili-mitada.

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3. Sindicalismo y3. Sindicalismo y3. Sindicalismo y3. Sindicalismo y3. Sindicalismo ylos movimientoslos movimientoslos movimientoslos movimientoslos movimientossociales.sociales.sociales.sociales.sociales.

La forma de participación en losmovimientos sociales está siendouno de los temas de debate en elseno de los sindicatos. Aquí de nue-vo podemos encontrar dos políticasque acaban siendo complementa-rias. Por un lado las direcciones deCCOO y UGT que se marginan vo-

luntariamente de los movimientossociales –mayoritariamente com-puestos por jóvenes- dividiendo pro-fundamente clase obrera y la juven-tud. Ciertamente que muchos sec-tores jóvenes ven con enorme re-celo y desconfianza los sindicatos,máxime si son CCOO y UGT, pero–y sin que compartamos esa políti-ca- están reflejando la enorme dis-tancia que hoy separa la política delos sindicatos mayoritarios de losintereses de este sector social quea menudo ocupa los trabajos másprecarizados.

Pero también hay otra versión, lade la dirección de CGT. Ellos sim-plemente niegan el papel de los sin-dicatos en esa batalla global y laconexión directa que hay entre ellosy la lucha cotidiana en la empresa.Los movimientos sociales serían una

superación de lossindicatos en lasgrandes batallas.Lo hemos dichoantes, no hay di-ferencia posible –a no ser que seintroduzca unadivisión más- en-tre los interesessindicales y so-ciales, pero denuevo llegamos ala defensa delsindicalismo declase comoopuesto al quepractican hoy

esas direcciones.

A menudo desde la dirección deCGT se idealizan los movimientos(Seattle, Niza, Praga o elZapatismo...) más allá de su ex-traordinaria capacidad de moviliza-ción y de que han dado una res-puesta internacional al capitalismo,dos aspectos muy importantes. Anuestro entender son objetivamen-te una expresión antisistema queescapa al control de los aparatosmayoritarios del movimiento obre-ro, y particularmente del control delos grandes aparatos sindicales ypolíticos embarcados en el reformis-mo y las negociaciones con los re-presentantes del sistema. Y eso esbueno, muy bueno, por eso hay queintervenir, porque objetivamenteestán de nuestro lado. Pero eseaspecto positivo no debe ocultarotros aspectos que no lo son. Esosmovimientos de referencia tienen

direcciones y presentan una políti-ca concreta que tiene un corte pro-fundamente reformista, aunque sevista a menudo con declaracionesradicales. Así, el movimiento ATTACse desarrolla en defensa de la TasaTobin que pretende paliar la desigual-dad de la globalización con un im-puesto del 0,25% a las operacio-nes de cambio que frenen ademásel dictado del capital financiero. Perolo mismo ocurre con el zapatismoque se pronuncia “por la formacióne instauración de un gobierno na-cional de transición a la democra-cia” . Podríamos seguir con Praga,Niza, o el I Foro Mundial de PortoAlegre, y seguiríamos encontrandoel substrato de la reforma porqueen todos, la globalización es “irre-versible” y el capitalismo debe seresencialmente “democratizado”.

No puede estar en duda el parti-cipar en esos movimientos porqueson expresión objetiva antisistema,porque hay multitud de luchadoreshonestos, porque es un marco parala unidad de las luchas.... pero nopuede ser sin perfil propio, sin com-batir el reformismo imperante, sin re-conocer sus límites y sin ponerles elnorte de clase sin el cual se esteri-lizan sus luchas en combates pun-tuales y no trascienden al corazóndel sistema productivo al que dicencombatir. Obviamente en esa rela-ción directa y recíproca entre luchasindical de empresa y lucha socialhay que saber unir fuerzas y –entodo momento- huir del sectarismopara permitir la más amplia unidadde acción, no sólo sindical, en arasa los objetivos concretos. Hay queactuar sin ningún ultimatismo ni sec-tarismo hacia los miles de jóvenesde los movimientos antiglobalizaciónpara que sus acciones tengan con-tinuidad en las batallas de cada dia,y para ello los sindicatos deben par-ticipar con plena entidad en losmovimientos tendiendo ese puentenecesario.

4. Sindicalismo y4. Sindicalismo y4. Sindicalismo y4. Sindicalismo y4. Sindicalismo yparparparparpartidotidotidotidotidorrrrrevolucionario.evolucionario.evolucionario.evolucionario.evolucionario.

Hay una tendencia de limitar lapresencia de militantes de partidosen organismos de dirección de lossindicatos. Estas limitaciones surgi-das desde las direcciones sindica-les tienen por objeto que otro parti-do o aparato mantenga un control

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más estrecho del sindicato. Si esoes claro en CCOO o UGT, tambiénlo es en CGT, donde el rechazo atodo partido no puede esconder quelos mismos que levantan esa ban-dera actúen como un partido más.En ese sentido la realidad de la CNTen los años 30 es bienaleccionadora pues la FAI impulsóuna política contra todos los demáspartidos presentes en la CNT, ex-pulsando militantes del POUM, ...pero ¿qué era la FAI sino un partidoanarquista aunque no se pusiera taletiqueta? Peor aun porque ese par-tido que niega como tal funcionacomo organización secreta en elseno del sindicato queen realidad controla.

No obstante entremuchos sindicalistasy jóvenes ese discur-so anti-partido tieneeco y hay que bus-car las explicaciones.De una parte por laexperiencia del fun-cionamiento de lospartidos mayoritarios,en particular la reali-zada con el estalinis-mo, que utilizó los sin-dicatos como apén-dices del partido, im-poniendo un régimensin resquicio a la crítica, pero tam-bién por un avance del discurso in-dividualista que ha impulsado el pro-pio sistemo. Un partido revolucio-nario no encara su intervención enel sindicato bajo criterios de apara-to. Esta es una vieja discusión, porlo que aprovechamos la respuestade 1923 de Trosky a unos sindica-listas franceses: “Los comunistas notienen ninguna razón, ni ideológicani organizativa, para escondersetras los sindicatos. No los utiliza paramaquinaciones de trastienda. Noperturban el desarrollo independien-te de los sindicatos y apoyan susluchas con todas sus fuerzas. Peroal mismo tiempo el Partido Comu-nista se reserva el derecho de ex-presar sus opiniones sobre todoslos problemas del movimiento obre-ro, incluso sobre los sindicatos, decriticar las tácticas de los sindica-tos, y de hacerles propuestas defi-nidas que aquellos, por su parte, sonlibres de aceptar o rechazar.”

Pero la discusión va más allá dela presencia de militantes de unpartido revolucionario en el seno de

los sindicatos y sus organismos dedirección. Es necesario también ex-plicar porqué creemos que el sindi-calismo tiene unos límites que justi-fican la necesidad de la construc-ción de un Partido revolucionario.El sindicato lo entendemos comouna organización de frente único declase, es decir lo que debería pri-mar es la batalla por defender ymejorar las condiciones de vida dela clase obrera. En ese sentidocreemos que deberían agrupar alconjunto de la clase obrera tal cuales, con sus diferencias políticas eideológicas. Si los derechos de lasminorías fueran respetados en una

central unitaria de trabajadores,realmente no se necesarían variossindicatos sino uno en el que todoslos sectores que conforman la cla-se tuvieran cabida por el hecho sólode ser parte de la clase obrera.Pero esa no es la realidad y las po-líticas burocráticas han generado di-versos sindicatos. Es por ello quepolíticas de unidad de acción sonnecesarias para paliar en lo posibleesta división.

El partido revolucionario es otracosa, no es un organismo de fren-te único de clase, el partido tienepor motor la construcción de unaalternativa política que cambie la so-ciedad por medio de la revolución.Es en base a ello que los partidosprecisan una delimitación ideológi-ca permanente respecto de losotros partidos, porque no estamosdiscutiendo de cómo defendernosde una agresión patronal o proyec-to gubernamental donde prima laacción y la unidad sino de qué pro-yecto da una salida política a la lu-cha de clases contra el capitalismoEn ese sentido, mientras defendía-

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RIOmos para los sindicatos una políti-

ca de unificación si es posible or-gánica, mejor, para los partidosdefendemos sólo unificaciones ba-sadas en un acuerdo programáticoy una experiencia de intervencióncomún..

Es precisamente la elaboración eintervención para ir construyendoesa alternativa global la que permi-te otro marco de discusión que elque ofrece el sindicato. Esaperxpectica además para nosotrosforma parte de un proyecto inter-nacional del que nosotros somosapenas una parte. Las revolucio-

nes se hacen o no conpresencia importante delos sindicatos, a veces,como ocurrió en la re-volución rusa la presen-cia de los sindicatos fueapenas significativa, elfrente único de clasepara tomar el poderpasó por otras institucio-nes, los soviets. Enotros casos como enBolivia con la COB enel 52 o en Polonia en el80 con Solidarnosc, laclase obrera convirtiólas estructuras sindica-les de estructuras emi-

nentemente defensivas a ofensivas.En todo caso y sin saber bajo quéformas se expresará la forma de po-der obrero en un futuro, nosotros síestamos convencidos que o hay unproyecto político y una organizaciónrevolucionaria que lo impulse o losestallidos revolucionarios no conso-lidan una revolución triunfante. Porello la construcción de un partidoes imprescindible.

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Aquí nosAquí nosAquí nosAquí nosAquí nosencuentrasencuentrasencuentrasencuentrasencuentrasAp. Correu 23036 CP - 08080 de BarcelonaAp. Correu 206 CP- 17080 de GironaAp. Correu 92 CP-28320 de Madride-mail: [email protected]://personal1.iddeo.es/luchaint

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