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Memorias

Encuentro Nacional de Mujeres defensoras de la vida frente al

extractivismo

Informe Mujeres y extractivismo

CENSAT Agua Viva – Amigos de la Tierra Colombia-

Este evento fue convocado por CENSAT Agua Viva, la Escuela Mujer y Minería, FAU (Fondo de Acción Urgente para América Latina y el Caribe FAU-AL) y Ammucale. Los días 18, 19 y 20 de Agosto de 2015 en Fusagasugá (Colombia) nos dimos cita 41 mujeres de todo el país y 4 invitadas internacionales para discutir acerca de las afectaciones directas que conllevan la arremetida extractivista en las mujeres, en sus cuerpos y sus territorios, asunto que vive Colombia, y en general América Latina hace algunas décadas. El Encuentro se pensó como un espacio de confluencia desde las experiencias de resistencia y permanencia digna y sustentable en los territorios que se tejen y fortalecen desde organizaciones de mujeres y en general desde las mujeres como sujetas políticas que hacen parte de procesos con fuerza de base para la defensa de sus formas de vida. Las presentes memorias contienen los elementos principales del Foro de apertura al Encuentro y algunas reflexiones centrales del Encuentro Nacional de Mujeres defensoras de la vida frente al extractivismo, retomando algunas de las actividades puntuales que se llevaron a cabo en este evento.

Memorias: Encuentro Nacional de Mujeres defensoras de la vida frente al extractivismo 18 al 20 de Agosto de 2015

Presentación CENSAT Agua Viva es una organización ambientalista que ha trabajado el tema del extractivismo en el país. La Escuela Mujer y Minería de CENSAT Agua Viva se enfoca en cómo los conflictos ambientales modifican las lógicas de vida de las comunidades y cómo en éstas las mujeres se ven doblemente afectadas. Además es una apuesta pedagógica frente a la formación de sujetas políticas a partir de intercambios y debates en las comunidades, esto responde también a la necesidad del fortalecimiento organizativo del trabajo femenino en los territorios afectados por proyectos extractivos. Así pues la Escuela busca que las mujeres conozcan e implementen destrezas que les permitan incidir en los procesos de construcción de políticas sociales enfocadas a acabar con las brechas de género que son aún evidentes en la sociedad colombiana, además de los espacios de diálogo con distintas autoridades gubernamentales. En 2012, en el Encuentro de Mujeres de América Latina junto a la Red Latinoamericana de Mujeres Defensoras de los Derechos Sociales y Ambientales, se hizo una reflexión respecto a que son las mujeres generalmente quienes enfrentan las problemáticas y tienen gran parte de la fuerza de la defensa del territorio, pero vemos que los hombres son quienes tienen las vocerías, quienes se comunican o negocian con las empresas e instituciones estatales. De allí surgió la Escuela Mujer y Minería, que lleva alrededor de 2 años recorriendo el país y de allí nace la idea y la fuerza para este Encuentro Nacional de Mujeres, haciendo referencia no sólo a la minería, sino al extractivismo, reconociendo que son muchas las actividades nocivas para el territorio y los cuerpos. Para este Encuentro se creó una alianza con FAU (Fondo de Acción Urgente para América Latina y el Caribe FAU-AL), una organización feminista, de la sociedad civil, que promueve y defiende los Derechos Humanos de la diversidad de mujeres y de sus organizaciones en todos los países del continente. El Encuentro se llevó a cabo en Fusagasugá y tuvo como objetivos:

Intercambiar acciones y experiencias de defensa territorial adelantadas por mujeres en distintas regiones del país.

Construir alternativas de solución frente a los conflictos sociales y ambientales producidos por la industria extractiva en los territorios.

Concertar un marco común para la acción política en defensa de los territorios y la vida de las mujeres afectadas por el modelo de desarrollo.

A continuación la agenda del Encuentro:

18 de Agosto

HORA ACTIVIDAD OBJETIVO

1:30 pm Foro: Mujeres y extractivismo

Visibilizar los conflictos extractivos y cómo las mujeres son parte esencial en los procesos de resistencia. Posicionamiento de las luchas y demandas específicas de las mujeres.

7:30 pm Mística de bienvenida y

Compartir cuáles son las expectativas para el evento.

Presentación de las participantes.


presentación de las participantes

Presentación de la campaña Agua SÌ petróleo NO, que la

gente cuente cómo ha sido su lucha.

20 de Agosto


8:00 am Mística Propiciar un ambiente de confianza que de paso a reflexiones desde el compartir de experiencias y resistencias

8:30 am Plenaria: Reflexión de la feria de alternativas/ propuestas

Analizar qué propuestas se han construido desde la comunidad: ¿Qué se ha logrado, qué elementos facilitadores? ¿Qué

obstáculos encuentran?

11:00 am

Presentación de lo trabajado en los días

Recoger elementos principales del trabajo llevado a cabo hasta el momento y así tener bases para la construcción de la hoja de ruta

12:00 m Almuerzo

1:30 pm Hoja de ruta Concertar un marco común para la acción política en defensa de los territorios y la vida de las mujeres afectadas por el modelo de desarrollo.

4:30 pm Evaluación del encuentro

5:30 pm Salida hacia las regiones

19 de Agosto


8:00 Mística Propiciar un ambiente de trabajo que permita la fluidez del pensamiento y la confianza para hablar con la verdad.

8:30 am Instalación del Encuentro

Presentación del evento, sus objetivos y organizaciones que convocan.

9:00 am Intercambio de experiencias

Intercambiar acciones y experiencias de defensa territorial adelantadas por mujeres en distintas regiones del país, a través de un ejercicio de cartografía corporal.

12:00 m Almuerzo

1:30 pm Plenaria_ Intercambio de experiencias

Construcción de territorio-cuerpo colectivo a partir de los puntos en común y los sueños.

3:00 pm Feria de alternativas

Compartir, reflexionar y construir alternativas de solución frente a los conflictos sociales y ambientales producidos por la industria extractiva en los territorios.


Foro de Mujeres frente al extractivismo

Centro de Memoria, Paz y Reconciliación

Agosto 18 de 2015

Objetivo:

Visibilizar los conflictos extractivos y cómo las mujeres son parte esencial en los procesos de resistencia.

Posicionar las luchas y demandas específicas de las mujeres.

PANEL:

Rosa Bermúdez (Moderadora)

Gabriela Ruales, Vocera de YASUNIDOS

Berta Cáceres, Co-fundadora y vocera de COPINH (Honduras)

Angela Cuenca, Co-coordinadora Red Latinoamericana de mujeres defensoras de Derechos

sociales y ambientales (Bolivia)

Lorena Cabnal- Feminista comunitaria - Guatemala

Emilce Ferrer, Mujeres del común - Ríos Vivos (Santander)

Ana María Patiño, Marcha de Mujeres Negras – Cauca

Diana Murcia- Abogada FAU (Comentarista)

El foro comenzó con algunas preguntas que buscaban ahondar un poco en el contexto de cada mujer

y de cada proceso que estaban representando.


En el caso de Lorena Cabnal(feminista comunitaria indígena maya- xinka, Guatemala), su

intervención se centró en el origen de la categoría Territorio cuerpo-tierra. En un primer momento

se hizo un recuento histórico respecto al fundamento de esta categoría desde los procesos de

resistencia en Guatemala en el 2008, específicamente las mujeres Xinkas de AMISMAXAJ, en contra

de la minería; se denunció también la violencia sexual, lo que llevó a comprender el cuerpo más allá

de una silueta, el cuerpo es un territorio en disputa, lo que se traduce en el primer territorio de

defensa de las mujeres. El territorio cuerpo-tierra primero fue consigna y luego categoría política.

Berta Cáceres compartió su saber como integrante del Pueblo Lenca y del Concejo Cívico de

Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH); así, luego de hacer una reflexión

sobre lo que significan los ríos y los espíritus femeninos que allí habitan, dió un giro para compartir

su experiencia respecto al proceso del COPINH, una lucha de más de 22 años donde avanza

agresivamente el modelo extractivo y se enfrentan a un país complejo en términos de represión,

violencia, corrupción, feminicidios, expansión de proyectos transnacionales, entre otros.

Así mismo, compartió que esta organización es antipatriarcal, pues pone en práctica las luchas a

partir de las experiencias femeninas, ejemplo de estas luchas está toda la dinámica que tuvo la

oposición a la represa El tigre, en el río blanco. La resistencia ha llevado a que las mujeres se

conviertan en objetivo militar y objeto de represión, lo que ha llevado a repensar la sobrevivencia

en un contexto como el que se describe. En este sentido resulta necesario ver las experiencias de

otros procesos y seguir en la construcción y articulación de las luchas de defensa del agua, la vida y

la soberanía de los cuerpos.

“Es una incoherencia cosmogónica

defender el territorio tierra si allí

hay mujeres maltratadas,

violentadas por el patriarcado”

Lorena Cabnal


La experiencia que compartió Gabriela, compañera que hace parte de Yasunidos1, se centró en la

participación de la población joven en las propuestas de defensa territorial frente a la extracción

petrolera y cómo el reconocimiento de la historia da más herramientas para esta defensa.

Respecto al caso de Yasuní (en la Amazonía Ecuatoriana), la propuesta fue dejar el petróleo bajo el

suelo, reflexión que fue germen de análisis críticos frente a la industria extractiva y que logró la

visibilización no sólo en el escenario nacional, sino también en el internacional. La apuesta desde

este proceso es por la democracia, por el derecho a decidir sobre sus territorios.

Uno de los elementos que también que Gabriela resalta del proceso de Yasunidos es el hecho de fortalecer y hacer visible la relación campo-ciudad al hacer referencia a los impactos causados por el extractivismo. En este andar también se reconocen las prácticas tradicionales que imponen el machismo y dejan a las mujeres al margen de las discusiones políticas. Se hace un llamado a la no idealización de lo tradicional, sino a una visión más crítica frente a la historia, se trata de hacer memoria a partir de la reflexión constante.

1 “Yasunidos" es un colectivo que nace como respuesta al anuncio del presidente Correa de poner fin al proyecto Yasuní-ITT, un plan ambiental al que muchos jóvenes ecuatorianos habían apostado durante los seis años que duró la iniciativa.

“El agua y los ríos para

nosotros son fundamentales

desde nuestra espiritualidad,

territorio, de la defensa de

nuestros derechos individuales

y colectivos, de los bienes

comunes y de la naturaleza”

Bertha Cáceres


Emilce Ferrer integrante del proceso de defensa del Río Sogamoso, hizo una reflexión respecto a la

construcción del proyecto Hidrosogamoso (a cargo de la empresa Isagen), que llegó al territorio

santandereano como una gran amenaza para muchas de las familias que dependían

económicamente del Río Sogamoso y cuyas tradiciones y formas de vida estaban vinculadas al fluir

de sus aguas.

Esta situación desembocó en el desplazamiento de decenas de familias que tuvieron que buscar

vida en otro territorio, pero en marzo de 2015, cerca de 50 personas decidieron movilizarse,

decidieron acampar 6 meses frente a la Gobernación de Santander con el fin de exigir la reubicación

de su comunidad. Con esta manifestación de fuerza de base, se logró visibilizar el proceso y

encontrar apoyo en múltiples organizaciones, lo que les permitió permanecer un semestre hasta

que se firma un acuerdo para que tanto Isagen como la Gobernación den las tierras que estas

familias necesitan para subsistir.

Es de resaltar la persistencia y compromiso de estas personas que a pesar de no atravesar una

situación fácil, tuvieron la fortaleza de actuar y seguir exigiendo sus derechos, lucha que continúa

“Pensarnos como jóvenes urbanas

implicaba reconocer cómo nosotras

vivimos en el modelo extractivista

patriarcal, en qué momento

formamos parte de este sistema y

cómo nosotras también logramos

vincularnos con otros territorios”

Gabriela Ruales

“Para nosotras como mujeres es

muy difícil luchar porque las

instituciones parecen estar con las

empresas y nosotras estamos

luchando en malas condiciones,

así que es muy difícil posicionar

nuestras luchas”

Emilce Ferrer


hasta el día de hoy y que ha tomado gran envergadura debido a su articulación en el Movimiento

Ríos Vivos.

La Marcha de Mujeres Negras por el cuidado de la vida y el territorio2 proveniente del Consejo

Comunitario de la Toma (Suarez, Cauca) con las actividades previas a la toma de Casa Giralda en

Bogotá y con el proceso que se ha venido dando con el gobierno les ha permitido reflexionar sobre

la movilización y las estrategias para exigir el respeto de sus formas de vida.

“Hemos tenido reuniones incanzables con el gobierno, nuestros derechos han sido vulnerados. Pero

nosotras somos mujeres y no nos cansamos tan fácilmente, estamos acompañadas de garantes para

por medio de ellos tener mejores condiciones.” Comenta Ana María Patiño.

En su compartir de la experiencia, Ana María hizo hincapié en que los derechos no se piden, sino

que se exigen. La movilización se dio porque las mujeres ya estaban cansadas de tantas amenazas a

sus hermanos, esposos, amigos, hijos y compañeros. El gobierno no ha sido negligente en su

accionar, pero la idea que la compañera del Cauca nos expresa con más fuerza es un llamamiento a

seguir defendiendo los territorios, y han sido protegidos históricamente y así debe seguir.

“El pensar las relaciones entre el extractivismo y las mujeres es algo complejo, hay un impacto

diferenciado en las mujeres y así se ha manifestado en todo América Latina”, afirmó Angela Cuenca

desde su trabajo en la Red Latinoamericana de mujeres defensoras de derechos sociales y

ambientales3.

2 Este proceso nace a partir de las afectaciones que tiene la minería de oro ilegal y la amenaza de la minería a gran escala en el norte del Cauca. 3 La Red tiene el propósito de visibilizar los impactos de la minería sobre las mujeres, así como reconocer sus luchas y cuestionar el sistema que invade los pueblos, las mujeres y la naturaleza.

“No desfallezcamos, porque los

territorios son nuestra lucha y los

territorios son nuestra vida”

Ana María Patiño


Los impactos del extractivismo son una forma de violencia, pues si no tenemos estos bienes

comunes disponibles, nos vemos obligadas a salir de los territorios. Vemos que es necesario

encontrar mecanismos de protección para todas las defensoras de la vida, como es el caso de

Máxima Acuña.

En todos los países se están violando los derechos de las mujeres, así que es muy importante

defendernos articuladamente, construir lazos de solidaridad. Queremos visibilizar estos casos y

presentarlos frente a la CIDH.

A continuación se dio un diálogo a partir de las acciones que desde el sentir como mujeres han

servido para los procesos de defensa de los territorios. Frente a este aspecto, se hicieron varios

aportes que rescataron la existencia de formas de organización comunitaria con las que, bajo formas

simbólicas ancestrales, emergen las reflexiones sobre las formas de vida.

A partir de estos diálogos, la compañera Diana Murcia, abogada y consultora de FAU-AL, recoge las siguientes ideas fuerza:

Mayoritariamente somos las mujeres las que estamos en las luchas, así que este es también

un espacio de disputa en términos de participación, no sólo mostramos la ilegalidad del

Estado sino que ponemos en el debate los espacios de consulta, las decisiones sobre el

cuerpo deben también ser tenidas en cuenta.

Surgió también un elemento importante frente a la mercantilización de los cuerpos de la

naturaleza, la lucha es por el respeto a la vida, por la justicia ambiental.

“Es necesario encontrar

mecanismos de protección

entre nosotras”

Angela Cuenca


Las mujeres no sólo demandamos que se cumplan derechos sino que nos estamos pensando

más allá, porque las mujeres somos quienes estamos poniendo nuestro cuerpo, mente,

corazón, familia, comunidades.

La institucionalización de la violencia extractivista atraviesa las fronteras, pero también

desde las iniciativas de resistencia se avanza, y se aboga por y desde la diversidad de

estrategias, de modalidades de participación y acción para la generación de propuestas de

defensa territorial.

Desde el COPINH nos comparten aspectos por discutir y fortalecer en la construcción de una

propuesta integral, la lucha contra el patriarcado que se manifiesta al interior de nuestras

organizaciones. “Fue muy fuerte por el hecho de que éramos mujeres quienes estábamos

liderando estos procesos territoriales, a pesar de la represión violenta nosotras seguimos

resistiendo”

El avance de las industrias extractivas es una invasión a los territorios y a los cuerpos, un saqueo de

las tradiciones culturales y destrucción de las formas de vida que afectan de manera diferenciada a

las mujeres, quienes, por ser en su mayoría gestoras principales del hogar, se ven obligadas a

cambiar sus lógicas de vida para sobrevivir y proteger a su familia, a sus pueblos.

Lo anterior nos lleva a incentivar y fortalecer los liderazgos de mujeres, en luchas permanentes y

cotidianas para permanecer en los territorios, luchas por el derecho a ser reconocidas como sujetas

políticas de transformación; luchas por la defensa de la democracia; luchas por las múltiples

soberanías y las múltiples diversidades.

Quedan algunas preguntas para la reflexión:

¿Cómo sobrevivir en este contexto?

¿Cómo pensar desde el ser mujeres?

¿Qué significa defender la vida?

¿Cómo recobrar desde las epistemologías y saberes para pensar la reciprocidad con la tierra?

Hoy por hoy la lucha por la vida nos convoca a las mujeres para que nos reconozcamos y

veamos cómo desde diferentes caminos podemos defender los territorios, desde

genealogías, epistemologías, con compañeros con otras comunidades. Es necesario poner

en discusión la configuración de todas las presiones que amenazan la vida y que no vienen

sólo del extractivismo.


Encuentro Nacional de Mujeres defensoras de la vida frente al extractivismo

Fusagasugá, 19 y 20 de Agosto de 2015

Mística de bienvenida y presentación de la Campaña Agua SÍ, petróleo NO.


Esta reflexión inicial, a cargo de las compañeras de la Campaña Agua SI, Petróleo NO, tuvo como

centro la identificación de todas las mujeres como guerreras del territorio, cómo desde el accionar

cotidiano defienden, de la mano de sus comunidades, sus formas de vida frente al extractivismo y

frente a los escenarios de poder basados en el patriarcado que niegan e invisibilizan su trabajo como

luchadoras fundamentales para estos proceso.

Intercambio de experiencias

A través de una cartografía corporal donde las mujeres identificaron aspectos clave no sólo de la

defensa de sus territorios sino del sentir desde sus cuerpos, se llevó a cabo el intercambio de

experiencias, momento en que las participantes se dieron a la tarea de pintar y dibujar las

percepciones de su ser mujer.


Este ejercicio partió del dibujar su cuerpo y ubicar en él cuestiones relacionadas con su sentir

respecto a los procesos, desde su individualidad. Los ejes de análisis de este momento se pensaron

para que fuesen tenidos en cuenta desde el ser mujer:

Salud Soberanía alimentaria Reconocer nuestras bellezas indígenas, afro, campesinas y urbanas Representarnos políticamente con nuestros cuerpos Derecho a tener edad Información y conocimientos de nuestros cuerpos y las situaciones problemáticas en cada

territorio Tiempo y espacio real para el descanso, para el cuidado personal. Participación política en los procesos de defensa territorial Incidencia política: Reconocimiento como lideresas

A continuación de este compartir de experiencias se propuso un ejercicio de construir un cuerpo

comunitario, identificando las ideas comunes desde cada mujer. Aquí salieron representaciones que

consolidan la creatividad y el diálogo en cada grupo.

En este momento surgieron varias reflexiones frente a la oportunidad de pensarse y plasmarse en

un papel, de representar sus necesidades, sus alegrías, tristezas y su fuerza. Si bien no es fácil

plasmar lo que se vive en la cotidianidad, resulta interesante enfocar las vulneraciones desde el

cuerpo, como lo expresa una de las participantes:

“Les juro mujeres que en el trabajo que nosotras hacemos, aparte de ser un trabajo bonito,

pasamos mucho trabajo”4

4 Aquí se hace referencia a la carga del trabajo del cuidado, que resulta ser invisibilizado, a pesar que genera afectaciones en la salud física y emocional de las mujeres.


Los elementos que se expresaron con más énfasis en la plenaria de los cuerpos construidos

conjuntamente radican en que la fuerza está en la cabeza, relacionada al pensar, al aprender y al

tener en mente las enseñanzas de las ancestras; y en las manos y los pies ya que no sólo es el pensar,

sino también el hacer, cómo desde las acciones cotidianas se van transformando las realidades.

Sumado a lo anterior, se acentuó que el bienestar de las mujeres, desde sus cuerpos, sus tiempos y

espacios propios es indispensable para que las luchas regionales se robustezcan; Trabajar desde el

amor y la unidad hace que la defensa de los territorios sea diversa y se traduzca en autonomía y

soberanía.

Feria de alternativas

En esta actividad se dividió el grupo por mujeres indígenas, negras, campesinas y urbanas, donde

cada uno preparó un stand que daba cuenta de las alternativas que se proponen desde cada

territorio.


A continuación se hizo un llamado para que cada grupo pudiera apreciar el trabajo de las

compañeras, recorrido que iba de la mano con el planteamiento de un aporte o una pregunta.


Debido al carácter participativo de este momento surgen algunas reflexiones por parte de cada

grupo y las preguntas hechas por las compañeras:


Mujeres campesinas

¿Cómo ha sido la lucha de las mujeres frente a la minería?

Las mujeres campesinas enfrentamos la minería visibilizando los impactos, y el ecocidio producido por las

empresas mineras. Aprovechamos cualquier espacio para socializar y difundir, para denunciar lo que ocurre

en nuestros territorios y encontrar aliadas.

¿Cómo se lleva el proceso para articulación con las mujeres afrodescendientes e indígenas?

Existen varias experiencias de articulación y diálogo a través de los encuentros y las iniciativas comunes desde

espacios de propios de mujeres como la Ruta Pacífica, y de movilización y construcción de propuestas de país

como la Cumbre Agraria. En contextos de conflictos por la tierra, como el departamento del Cauca, las

mujeres nos articulamos a través de Escuelas Interétnicas, encuentros de soberanía alimentaria, ferias e

intercambios de semillas, saberes y sabores.

¿Cuál es la lucha de las mujeres campesinas contra el machismo dentro de las organizaciones?

El patriarcado persiste al interior de nuestras organizaciones. Sin embargo, hemos logrado fortalecernos a

través de espacios de formación, del fortalecimiento de nuestra autoestima y el autocuidado. Mediante

iniciativas de economía solidaria y popular hemos generado autonomía para nosotras y así reducir las

violencias.

Además, hemos impulsado espacios de formación y campañas informativas sobre la Ley 1257 de 2008, sobre

las Violencias contra las mujeres, y hemos transformado las relaciones de desigualdad al interior de nuestras

familias y en espacios comunitarios a través de la reflexión y el trabajo en la cotidianidad. Hemos luchado por

construirnos como sujetas políticas de derechos.

¿Cómo se articulan con mujeres urbanas?

A través de la resistencia y organización frente a problemáticas como la privatización del agua, la violación a

derechos humanos producto de proyectos extractivos. También construimos alianzas para la comercialización

de productos orgánicos, fortaleciendo así el ejercicio de la soberanía alimentaria en campos y ciudades.

¿Cómo entienden la conexión entre cuerpo y tierra a través de soberanía alimentaria?

Esta conexión se da cuando nos formamos para hacer limpieza y desaprender las malas prácticas y

pensamientos frente a la producción y consumo de alimentos. Nosotras cuidamos y defendemos la tierra y el

alimento, así tenemos un alimento sano, una siembra sana y así podemos conectarnos también con las

mujeres de la ciudad. Si construimos autonomía desde las mujeres, frente al Estado, hacemos remos respetar

nuestro territorio cuerpo- tierra, cuidamos lo que producimos y consumimos y ejercemos así la soberanía

alimentaria.

¿Cómo enfrentan los transgénicos?

A través de la conservación de las semillas nativas y criollas. Por ejemplo, mediante la Red de Semillas Libres

nos hemos articulado a personas y organizaciones en lo nacional que trabajan en la incidencia política frente

a la privatización de las semillas.

Nosotras impulsamos espacios de encuentro e intercambio con custodios y custodias de semillas. También


Mujeres indígenas

¿Cómo se plantean las articulaciones en un contexto de conflictos territoriales?

Parte de lo que hablamos en el grupo es que encontramos algunos puntos para seguir construyendo el

debate:

Hay momentos en que se considera que no hay articulación, que las luchas de las mujeres indígenas están

dispersas. El estado es el responsable de la generación de los conflictos por las políticas que plantea frente

a derechos territoriales diferenciales.

Hay formas de extracción de minería artesanal, al inicio pareciera que los pueblos no se ponen de acuerdo

en este punto, sin embargo la articulación se da para la defensa frente a la entrada de multinacionales.

Existen manifestaciones de racismo entre los pueblos, en territorios compartidos.

¿Frente a la justicia indígena, las mujeres se sienten en condiciones de igualdad?

Sentimos que no hay igualdad en los mecanismos de aplicación de la justicia indígena, hay una carga

también del derecho occidental, la justicia ordinaria, y esto afecta a los pueblos indígenas. En ocasiones

nos encontramos con situaciones desiguales en lo organizativo, comunitario y familiar, muchas veces

somos señaladas, tenemos miedo a hablar y compartir lo que nos pasa y analizar cuál es nuestra

participación en la comunidad.

Gracias a la lucha de las mujeres hemos logrado que se lleven casos de violencia y hostigamiento a la justicia

propia. Esta lucha la hemos dado a través de procesos de educación y comunicación indígena y popular.

Ahora hay mujeres que son cacicas y capitanas, jóvenes en procesos de formación que han visibilizado la

necesidad de lograr la participación equitativa de las mujeres. En el Vaupés estamos en proceso de

construcción de una justicia propia. En otros casos la junta directiva está conformada por mujeres.

¿Cuáles son sus formas organizativas?

Nuestras formas organizativas de nuestra historia, de nuestra conformación política, espiritual y territorial.

A veces convocan los líderes espirituales, también a través de consejos comunales. Todas las hermanas

coincidimos es que debe haber una apertura espiritual que de paso a la lucha. La espiritualidad siempre

acompaña la defensa territorial.

¿Qué tanto ha beneficiado a la lucha indígena el reconocimiento desde la constitución del 91?

A partir de la Constitución del 91 tuvimos reconocimiento por parte del Estado, porque antes no éramos

tenidas en cuenta. Sin embargo las mismas instituciones desconocen nuestra existencia y permiten la

entrada de actores que afectan nuestros territorios y derechos. A pesar de contar con unas leyes a nuestro

favor, en el Congreso se sigue aprobando legislación que diezma nuestros derechos. Somos la piedra en el

zapato para el gobierno.

En el caso de Honduras, la constitución no es ninguna ganancia sino una pérdida, pues no reconoce nuestra

existencia y menos nuestros derechos.


Mujeres Afrodescendientes

¿Qué mecanismos hemos utilizado para lograr la tenencia de la tierra y la educación propia?

La primera herramienta que logramos para garantizar la tenencia y propiedad colectiva de la tierra fue la Ley

70 de 1993. Luego, en vista de la ausencia de una educación propia y del racismo en la educación, propusimos

realizar la Cátedra Afrocolombiana, y así recuperar y mantener vivos nuestros saberes y memoria como

pueblo afro. Allí se articulan organizaciones del Bajo Atrato para aprender las tradiciones culturales.

En el Chocó las mujeres no teníamos acceso a la tierra, ahora sí podemos ser dueñas de nuestro territorio.

Anteriormente las mujeres se quedaban sin nada cuando se separaban de sus esposos. Ahora las mujeres

también somos dueñas de lo que se construye en el territorio colectivo, y podemos hacer un uso autónomo

del mismo. A través de la oficina de territorio y de género se les otorga el usufructo de la tierra a las mujeres

y se trabajan los derechos territoriales de las mujeres.

En Córdoba se ha dado una lucha muy dura, hemos conseguido tener nuestra propia escuela para dar la

cátedra afro. No sólo queríamos que se dictara en nuestra institución, sino en todas las instituciones; para

esto tuvimos que ir a la Secretaría de Educación, y estar como veedoras para que se imparta la cátedra en

todas las instituciones.

¿Cómo hemos logrado el reconocimiento de nuestros territorios?

Tuvimos que demostrarle al gobierno que sí existíamos, que teníamos una tradición cultural propia. Nuestros

territorios son colectivos, son imprescriptibles, inembargables e inalienables; pero esto sólo se da en el papel

porque en nuestros territorios hay presencia de multinacionales, en complicidad con el Estado y porque en

ocasiones algunas comunidades son permisivas.

No todas las comunidades tenemos territorios colectivos, sólo ancestrales, porque nuestro territorio no ha

sido reconocido.

¿Qué experiencias tienen en las acciones por la soberanía alimentaria?

Tenemos muchas huertas caseras, allí sembramos nuestros productos nativos de la región que nos

contribuyen a tener autonomía frente al mercado, así podemos consumir alimentos frescos, libres de

químicos.

Algunas tenemos plantas procesadoras de harina de plátano. En Córdoba tenemos la experiencia con

proyectos agroecológicos CICIPA, allí llegan los excedentes de lo que la familia cultiva, entonces se va a la

tienda, con eso se hace un ahorro y luego la plata se le entrega a las mujeres.

La lucha de las mujeres afro ha sido histórica, desde el tiempo de la esclavitud, teníamos un poder por estar

encargadas de las cocinas de los amos. Muchas mujeres pudimos estar en la construcción de la ley 70,

caminamos desde territorios muy lejanos, para salir a movilizarnos, las que no pudimos salir, nos quedamos

en la casa sosteniendo el hogar para que esta ley se lograra.


Mujeres Urbanas

¿De qué manera pueden fortalecer las luchas rurales a los territorios urbanos?

Estamos muy cerca de los ‘centros de poder’, de espacios donde podemos hacer incidencia política y

visibilización. En la ciudad no se habla de la cadena productiva, esa podría ser otra forma de dar a conocer a

los habitantes urbanos los ciclos productivos, de dónde provienen los bienes naturales y cómo cuidarlos.

¿Cuál es su apoyo como urbanas a la recuperación de la naturaleza?, ¿De qué manera han trabajado el

desplazamiento y la expropiación del territorio?

Nosotras en la ciudad tenemos un espacio rural, queremos visibilizarlo y contribuir a protegerlo. También

estamos muy interconectadas con las regiones rurales. Hemos recibido a las comunidades desplazados,

realizamos acciones de solidaridad y visibilizamos las problemáticas a través de estrategias de comunicación.

Desde nuestras organizaciones trabajamos para construir puentes.

¿Por qué se enfocaron tanto el territorio cuerpo y descuidaron el territorio tierra?, ¿Cuáles son las acciones

para defender el territorio tierra?

Nosotras no dejamos de lado el territorio tierra, sin embargo, nos enfocamos en el territorio cuerpo porque

lo habitamos permanentemente y es allí donde sufrimos las violencias.

En las ciudades nacimos sin territorio tierra, esa conciencia del territorio tierra llega después, llega a partir de

la relación con otras, como ustedes que provienen del campo. La defensa del territorio cuerpo es

permanente, porque tenemos que estar enfrentando la contaminación, las violencias, el acoso callejero, las

calles que priorizan a los autos, debido a eso, en un primer momento defendemos el territorio cuerpo que el

territorio tierra.

Es difícil porque vivimos en ciudades llenas de cemento. Nos mantenemos en un espacio donde corremos

contra el tiempo. Aportamos desde nuestras capacidades técnicas, porque somos mujeres con formación

académica, y por eso nos vinculamos con nuestras capacidades a las luchas de los habitantes del campo.

También podemos aportar desde el cambio de nuestros hábitos de consumo, podemos incentivar el uso y

consumo de productos orgánicos y tengamos cierta reciprocidad.

¿Cómo desde esos espacios hemos desmontando el racismo?

Desde nuestras acciones y espacios diversos, estamos ayudando a que estas luchas de mujeres afro, indígenas,

campesinas sean reconocidas y legitimadas. Tenemos acceso a los medios de comunicación, podemos ayudar

a visibilizar, y trabajar para enfrentar esos prejuicios basados en el racismo.


A continuación, algunas propuestas de articulación y apoyo entre las organizaciones asistentes

construidas a partir de trabajo en grupos y socializadas en plenaria:

Espacios de intercambio y encuentro: Podemos fortalecer y apoyar encuentros entre

comunidades y organizaciones, así podremos lograr eventos más amplios, significativos y

visibles, conocer la experiencia de muchas organizaciones y aunar más fuerzas. Las aliadas

podemos aportar con recursos, gestión, conocimientos, contactos, comunicación. Todas

podemos aportar desde nuestras posibilidades: alimentos, semillas, saberes, no sólo dinero.

Para estos encuentros podemos buscar lugares propios y autónomos (fincas, casas

culturales, salones comunales) para no tener que invertir en tantos recursos.

Apoyar procesos de formación en: cuidado y defensa del territorio, en herramientas

jurídicas. Aportar nuestros saberes desde la academia, gestionar apoyos desde

universidades.

Acciones jurídicas: denuncias frente a acciones de la fuerza pública (abuso de poder, robo,

violencias, represión), acciones de empresas y personas extranjeras que despojan

territorios.

En los escenarios locales podemos aliarnos con colegios y otras instituciones para visibilizar

las problemáticas ambientales.

Acciones de comunicación: Tenemos que hacer visible la magnitud de las mujeres y

procesos que estamos en esta lucha. Así tenemos más fuerza ante las instituciones y la

sociedad en general. Tanto a CENSAT, como el FAU y la Red Latinoamericana de Mujeres

defensoras de derechos Sociales y ambientales ponemos a disposición nuestras páginas

web, redes sociales y demás herramientas con las que contamos para visibilizar las acciones

de las mujeres defensoras. Podemos crear herramientas juntas mapas de conflictos

ambientales y resistencias desde las mujeres, testimonios, entrevistas, historias de vida,

productos audiovisuales.

Propiciar la visita a los territorios: Expediciones, misiones de verificación: podríamos hacer

intercambios entre procesos para que los que aún nos sufrimos directamente las

consecuencias del extractivismo podamos prevenirnos y aprender de la lucha de otros

procesos y compañeras.

Contribuir a la articulación con colectivos urbanos: Desde la ciudad podemos hacer presión

permanentemente por lo que estamos cerca de los centros de poder.

Acuerpamiento: Estar en comunicación permanente, las unas de las otras, comunicación

interna, llamadas, cartas, no sólo para visibilizar, sino para darles solidaridad, saludos de

apoyo.

Contribuir al diálogo: Trabajar en torno a las diferencias y divisiones que han querido

imponernos desde el Estado. Nos duele escuchar en este espacio que en los territorios la

gente está en conflictos por el territorio.


Posteriormente se llevó a cabo una reflexión respecto al proceso de la Escuela Mujer y Minería,

espacio en el que la mayoría de asistentes han participado.

¿Qué nos ha permitido la Escuela Mujer y Minería y el Encuentro?

Principales aprendizajes señalados por las participantes:

“Tener la capacidad de mostrar las potencialidades que tenemos guardadas e identificar

qué necesitamos fortalecer y transformar en nuestro territorio.”

“Poder hablar de nosotras, no estamos solas, tenemos que seguir empoderándonos como

mujeres.”

“Esta escuela es muy importante para poder llevar conocimiento a mis hermanas, paisanas.

Tenemos que mostrarles que somos escuelas de vida, que somos capaces de incidir.”

“Aprendimos que no debemos trabajar para las empresas: no debemos lavarles la ropa ni

ofrecerles servicios porque ellos han llegado a destruir nuestro territorio. Tenemos que

pensar en la madre tierra, en lo espiritual.”

“Sería importante que podamos apoyar las luchas más fuertes y cruciales en estos

momentos, porque están en una situación muy grave y apoyar a las compañeras que están

en situación de riesgo.”

Finalmente, compartimos algunas frases memorables de las participantes, que parten de las

reflexiones no sólo en el Encuentro, sino desde su quehacer cotidiano y sus luchas territoriales:

.

“Tenemos que radicalizar nuestra lucha,

exaltar la rebeldía de la espiritualidad, esto

se hace a través de la solidaridad. A partir

de compartir experiencias enriquecedoras"

“Pensarnos como mujeres y desde el

feminismo es muy importante para

romper con las estructuras de poder”

“Las mujeres tenemos gran capacidad

de conspirar, nuestras luchas tienen

que ser enérgicas y así lo hemos

entendido.”

“Como feministas estamos reflexionando cómo hacer la defensa de la

vida, nos oponemos a la empresa de la muerte. Todo lo que implica la

destrucción de los territorios. Queremos vidas vivibles, en donde se den

las características fundamentales para poder vivir, decidir ser o no

amadas hace parte de ver cómo queremos vivir.”


"Si nos tocan la tierra nos tocan la sangre, si nos tocan la sangre nos tocan la tierra"

Consigna de las mujeres del pueblo Xinka

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