Meyer Eugenia Los Ninos Del Porfiriaro 317-323

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Los niños durante el porfiriato

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Los niñosdel Porfiriato

y la RevoluciónMexicana

En los libros quedocumentan la historiade México apenas sí se

habla de cómo vivían losniños en las diferentes

etapas de nuestro desarrollo.La Revolución Mexicana,

considerada como la primeragran revolución social del

siglo xx, no es la excepción, ypoco se sabe de cómo los

niños experimentaron estarevuelta que convulsionó a

nuestro país durante lasegunda década del siglo

pasado.

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sto se debe, enparte, a que en esaépoca desde quenacían hasta

que cumplían 14 años a losniños se les veía como"adultos pequeños", fueranhijos de gente rica o pobre.Se les incluía en lasfotografías familiares de laépoca y se les trataba igualque al resto de la sociedad.

Así, la forma en que vivieronlos niños durante laRevolución Mexicana es casidesconocida para nosotros,

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Imágenes de niños, del fotógrafoguanajuatense Romualdo García.

y por ello resulta un tema deestudio fascinante ycomplejo, sobre todo porqueesos niños, una vez que seconvirtieron en adultos,formaron la primerageneración de mexicanosque habría de impulsar eldesarrollo de nuestro paísdurante el periodo dereconstrucción.

En 1910, año en que inició laRevolución, nuestro paístenía una poblaciónaproximada de 15 millonesde habitantes. De ellos, másde seis millones eran niños,la mayoría de los cualesvivían en condicionesmiserables. Muchos eranhijos ilegítimos o huérfanosque estaban internados enorfanatos o eran criados en"asilos-talleres" donde seles educaba para quetuvieran un oficio.

En esa época no habíaescuelas mixtas como lasque hay ahora. tos niños yniñas no tomaban clasesjuntos, e incluso estudiabantextos diferentes, como porejemplo, los libros delectura. Existían muy pocosjardines de niños y laprimaria se dividía enelemental —de primero acuarto grado— y superior—quinto y sexto.

tos alumnos que concluíansus estudios de primariapodían ingresar a lapreparatoria, dondecursaban dos años más. Sinembargo, eran muy pocoslos que tenían laoportunidad de hacerestudios universitarios,debido a las limitacioneseconómicas.

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escarlatina, viruela, varicela,erisipela, rubeola, difteria ytosferina. Todo ello se debíaa la falta de higiene y a ladesnutrición que afectaba alas familias más pobres. Porello, la Secretaría deinstrucción Pública y BellasArtes decidió establecer unreglamento, con el cual sepretendía evitar lapropagación deenfermedades contagiosas,

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Buena parte de las escuelasde nivel superior eranprivadas y estaban a cargode religiosos, quienes no sepreocupaban por losproblemas sociales del país.A estas institucionesasistían los hijos de lasclases más adineradas, esdecir, de los burgueses yextranjeros residentes enMéxico, y las clasesimpartidas eran en inglés oen francés.

Además del analfabetismo,que en esos años afectaba amás del 80% de la niñezmexicana, otro problemamuy serio fue la salud. Enesa época muchasenfermedades, que en laactualidad puedenprevenirse o curarsefácilmente, provocaban granmortalidad infantil. Segúninformes de los inspectoresde salud, muchos niñostenían piojos, tiña yverrugas, pero ademásenfermaban con frecuenciade fiebre, sarampión,

Niños trabajadores en un ratode descanso.

que alcanzaba nivelesalarmantes.

Ante tal panorama, conescasas oportunidades deeducación y un sistemade salud poco eficiente,tanto en las ciudades comoen el campo los niñospobres tenían que trabajarpara ganarse el sustento;por ejemplo, los hijos delos campesinos ayudabana sus padres en el trabajodiario: ellos labrando latierra y ellas en losquehaceres de la casa, delhuerto o de la granja.

En las ciudades los niños nosólo se ocupaban en tareasdomésticas sino que inclusose veían obligados a salir ala calle para trabajar comomandaderos, voceadores ocargadores en los mercados.

Había otros niños sin hogarni familia, como los queahora llamamos "niños de lacalle", que en plena lucharevolucionaria sobrevivíanen situaciones de abandonoy marginación.

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• Niño voceador durante la Decena Trágica.

los pasos necesarios para proveyó la despensa de todocumplimentar sus deseos. lo necesario.Entrevisté al entoncesdirector [...J para que meayudara en este asunto y deallí me fui a la fábrica deropa La Paz, donde sehicieron colchonetas,sábanas, camisas y demásprendas de vestir; en lostalleres de carpintería de lamisma Escuela de Artes sehicieron los catres decampaña, se dotó a lacocina de batería y se

Tres días más tarde llegó lachiquillería [...J Cuando mimarido regresó [...J les hizola primera visita, eraconmovedor ver a aquelhombre fuerte, templado porlas luchas, conmoverse antelas demostraciones deaquellos chicuelos, quetuvieron y tendrán para suprotector palabras degratitud y cariño."

Un 'a que el generaPancho aba porla capital del país, se

sorprendió al descubrir avarios niños que dormían enlas bancas de las plazas oen las banquetas, abrazadosa sus perros y cubiertos conperiódicos que apenas losprotegían del frío.

Esta situación conmoviótanto al general, que al díasiguiente ordenó que los

niños capitalinos sin hogarni familia fueran recogidospor sus tropas y llevados aun cuartel para mandarlos aChihuahua. Según cuenta ensus memorias doña LuzCorral, esposa de PanchoVilla, este episodio concluyó

de la siguiente manera:

"En diciembre de 1914,estando mi marido en lacapital de la República, undía me envió un telegramaque decía: `Por tren demañana te mando como 300chamacos; arréglalesalojamiento en la Escuela deArtes y Oficios'.

Como yo nunca discutí susórdenes, inmediatamente di

• Niños de hospicio.

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Los niños que trabajaban comopeones en las haciendas no

de ir lacon facilidad y

tenían oportunidad aescuela ni tiempo libre para • morj an a faltapoder 'u ar. de una

adecuadaatenciónmédica

> : Asta realidad,

Antes de que se promulgarala Constitución de 1917, queactualmente rige a todos losmexicanos, había muchosniños que trabajaban enfábricas, talleres, minas,sombrererías, cerilleras,droguerías (lo que hoyllamamos farmacias),ladrilleras o panaderías.

Por lo general el trato quesus patrones daban a estospequeños obreros era deexplotación y abuso, pues alno contar con protecciónlegal y a veces ni siquierafamiliar, estos niños eranobligados a trabajar durantemuchas horas a cambio deun salario miserable,además de que carecían deseguridad social.

Sin oportunidades ni tiempopara estudiar y muchomenos para jugar, con lopoco que ganaban, luego deduras jornadas de trabajo,estos pequeños apenaspodían alimentarse contortillas de maíz, frijoles,chile, arroz, piloncillo, y casinunca carne ni leche. Poreso había tantos niñosdesnutridos que enfermaban

que noauguraba unfuturopromisorio paralas nuevasgeneraciones,se sumabanotrosproblemas desalud que

solían padecer los padres delas familias más pobres,como el alcoholismo, latuberculosis o la sífilis,enfermedades por las quemoría mucha gente quedejaba a sus hijos en laorfandad.

En cambio, los hijos defamilias ricas llevaban unavida totalmente diferente.Tenían hogar, vestido,educación y unaalimentación equilibradaque consistía en pan detrigo, cereales, carne, leche,frutas y verduras. Asistían aescuelasparticulares yademás de loscuidados que lesproporcionabansus padres teníanvarios empleadosa su servicio.Tanto en lasciudades como enlas grandeshaciendas delPorfiriato, estosniños vivían almargen de losacontecimientos •En contras

los niños dsociales, aunque gozaban d

luego del estallido de laRevolución Mexicana suvida cambiaríaradicalmente.

En ese tiempo, en el campomexicano existían tambiénlos "criados", es decir, loshijos de peones otrabajadores domésticosque algunas veces seganaban la confianza de suspatrones y lograbanintegrarse a su vida familiar.

Algunos de estos pequeñosque trabajaban al serviciode los hacendados tuvieronacceso a una educaciónparecida a la que recibíanlos niños ricos, aunquenunca igual porque habíalímites y distancias quedeterminaban lasdiferencias de clases.

Naranja dulce, limónpartido...

Pero había algo queunificaba a los niñosmexicanos de esa época,fueran ricos o pobres, delcampo o de la ciudad: eljuego. Unos y otroscompartían esa capacidadnatural de interactuar y

te con los niños que tenían que trabajar,e clase media y alta vivían con lujos ye tiempo libre para jugar.

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familiares que provoca todoconflicto armado.

Igual que los adultos,durante 10 años los niñosfueron testigos deenfrentamientos entre elejército y los rebeldes, de ladestrucción y el saqueo.Pero además, muchos niños,sobre todo los más pobres,se vieron envueltos en estalucha que estalló tras variasdécadas de injusticia social.

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n provincia, las clases medias contaban con patios y jardines, donde los niños salían adivertirse.

Quizá para muchos de ellosforma de cochinito. Fueran la guerra resultabacaros o baratos, los juguetes incomprensible, pero luegodivertirse, de aprender y

crecer mediante el juego, asífuera con los mediosmínimos a su alcance,porque para jugar no hacíanfalta más que las ganas y laconvivencia con otroschicos.

Entre los juegos favoritos delos niños de esa épocaestaban el soldadito, lafamilia, los caballitos, elconejo y el perro, el gato ylos ratones, y el zapatero.Otros, que por fortunatodavía disfrutan muchosniños de hoy, eran losencantados, "engarrótesemeahí", la víbora de la mar, larueda de San Miguel, doñaBlanca, los maderos de SanJuan, naranja dulce, limónpartido, las escondidillas yla gallina ciega.

Y claro, también existían losjuguetes de barro o demadera, de pasta o de trapo,de lámina o carrizo, quehacían las delicias de losniños. Había trompos,yoyos, soldados, muñecas,carritos, sonajas, matracas,globos, rehiletes, flautas,jaranas y las muy popularesy tradicionales alcancías en

eran objetos muy apreciadosentre la niñez de esa época.

Las ferias y los circoscallejeros también atraíande manera irresistible tantoa los niños ricos como a lospobres. Asistir a este tipo deentretenimientos lesprovocaba una alegríainmensa: se divertíanhaciendo estallar cohetesmulticolores y luces debengala, rompiendo a paloslas piñatas de barro,mirando boquiabiertos, y sinperder detalle, las funcionesde títeres, o asistiendoincrédulos y maravillados alas primeras proyeccionesde cine mudo, en aquellosdías infantiles y de risa, conlos personajes deCinegunda, Cebollín, Pitou oGumersindo y 14alino.

Pero llegó la revolución...

La guerra y los sucesosrevolucionarios marcarían lamemoria y el futuro de todosestos niños. Unos y otros seenfrentaron a lasli mitaciones y carencias, a laviolencia y la desolación, alas fracturas sociales y

de haber vivido en medio dela miseria y el abandono,seguramente se dabancuenta de que la situacióndel país no podía sostenersemás en esas condiciones.

En este largo y difícilproceso, los niñosmexicanos se convirtieronen adolescentes y enjóvenes, muchos de loscuales empezaron a vivirpor su cuenta.

Existen testimonios de

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Niños en campo de batalladurante la Revolución Mexicana.

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muchachos que se fueron "ala bola", es decir, con losrevolucionarios, apenasdespués de haber terminadola educación básica, porquemuchas escuelas cerraronsus puertas durante elconflicto armado, o bien,porque sus padres se habíanincorporado a la lucha:

"Cuando yo me fui a larevolución tenía [...j unos 14años más o menos, porqueanduve con una gavilla allíde merodeadores, éramostodos muy jóvenes; antes deeso, ahora que me acuerdo,había cursado yo miinstrucción primaria ...] Mipadre fue maderista yempecé a querer trabajar enlos talleres del ferrocarril enla ciudad de Durango (...JAllí estuve trabajando comoayudante de mecánicotornero [...j Después de queme salí de la escuela [...] mipadre me metió comocontratado a losferrocarriles, de aprendizaje,Ya sabía yo hacer algunascosas en los ferrocarriles,ya tenía yo noción de lo quemi padre andaba haciendoen la revolución, de por quése luchaba en la revolución[...] [como] la arbitrariedadde [...]los jefes políticos".

Para los niños que vivían enla Ciudad de México,acontecimientos como laDecena Trágica, el velozsilbido de las balas y elgalope embravecido de loscaballos de uno y otrobando habría de fijarse parasiempre en su memoria.

Pero no sólo eso, también laescasez de alimentos que en1915 provocó una alarmante

hambruna: cuando bien lesiba, las personas apenaspodían llevarse a la boca unpedazo de pan o algunastortillas duras.

Durante la Revolución, lavida en México cambióradicalmente, para bien ypara mal; por ejemplo, lalucha armada provocó quemuchos niños escaparan desus casas miserables,buscaran nuevos horizonteso siguieran a sus padres adondequiera que la guerralos llevara. En eseperegrinaje otros niñosnacieron en los caminos,porque hubo muchasmujeres que decidieron irdetrás de sus maridoscuando éstos se unían a latropa de manera voluntariao eran obligados a hacerlo.

Estos hijos de soldadosanónimos tuvieron quepasar sus primeros años enmedio del fragor de unabatalla que libraban suspadres con la esperanza deque en el futuro tuvieranuna mejor vida.

La Revolución marcó la vidade los niños mexicanos deese tiempo. En algunos

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casos los hijos de familiasprivilegiadas fueronllevados al extranjero, peroa la mayoría de los niños delcampo y las ciudades les tocóvivir en carne propia losefectos de la lucha armada.

Aquellos que sobrevivierona la guerra comprendieronque su vida, lo mismo que lade sus familias, no volveríaa ser la misma, que estaríamarcada por un antes y undespués. El propio porvenirdel país sería nuevo ydiferente. n