Migraciones, la gente en movimiento...Tema de capítulo 2018: Migraciones, la gente en movimiento...

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Tema de capítulo 2018: Migraciones, la gente en movimiento Desde siempre, las mariposas y las golondrinas y los flamencos vuelan huyendo del frío, año tras año, y nadan las ballenas en busca de otra mar y los salmones y las truchas en busca de sus ríos. Ellos viajan miles de leguas, por los libres caminos del aire y del agua. No son libres, en cambio, los caminos del éxodo humano. En inmensas caravanas, marchan los fugitivos de la vida imposible. Viajan desde el sur hacia el norte y desde el sol naciente hacia el poniente. Les han robado su lugar en el mundo. Han sido despojados de sus trabajos y sus tierras. Muchos huyen de las guerras, pero muchos más huyen de los salarios exterminados y de los suelos arrasados. Los náufragos de la globalización peregrinan inventando caminos, queriendo casa, golpeando puertas: las puertas que se abren, mágicamente, al paso del dinero, se cierran en sus narices. Algunos consiguen colarse. Otros son cadáveres que la mar entrega a las orillas prohibidas, o cuerpos sin nombre que yacen bajo tierra en el otro mundo adonde querían llegar. (Eduardo Galeano (2004). Bocas del tiempo. Madrid: Siglo XXI) Pedro Sanz, CDSF España. Valladolid 6 de febrero de 2018 1

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Tema de capítulo 2018:

Migraciones, la gente en movimiento

Desde siempre, las mariposas y las golondrinas y los flamencos vuelan huyendo del frío, año tras año, y nadan las ballenas en busca de otra mar y

los salmones y las truchas en busca de sus ríos. Ellos viajan miles de leguas, por los libres caminos del aire y del agua.

No son libres, en cambio, los caminos del éxodo humano.En inmensas caravanas, marchan los fugitivos de la vida imposible.

Viajan desde el sur hacia el norte y desde el sol naciente hacia el poniente.Les han robado su lugar en el mundo. Han sido despojados de sus trabajos y

sus tierras. Muchos huyen de las guerras, pero muchos más huyen de los salarios exterminados y de los suelos arrasados.

Los náufragos de la globalización peregrinan inventando caminos, queriendo casa, golpeando puertas: las puertas que se abren, mágicamente, al paso del

dinero, se cierran en sus narices. Algunos consiguen colarse. Otros son cadáveres que la mar entrega a las orillas prohibidas, o cuerpos sin nombre

que yacen bajo tierra en el otro mundo adonde querían llegar.(Eduardo Galeano (2004). Bocas del tiempo. Madrid: Siglo XXI)

Pedro Sanz, CDSF España. Valladolid 6 de febrero de 2018

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1. Introducción: historia de las migraciones

Las migraciones humanas son un fenómeno tan viejo como la humanidad misma. Siempre las ha habido y, generalmente, a lo largo de la historia, han funcionado como un elemento dinamizador del desarrollo económico y social. Por ejemplo, el Camino de Santiago. Sin embargo, ahora nos han hecho creer que son un problema. Un problema, ¿por qué? y ¿para quién?

La gente ha migrado desde tiempos inmemoriales, de forma voluntaria o forzada por las circunstancias. Cuando lo hace por voluntad propia, la población migrante busca nuevos horizontes movida por el humano afán de conocer cosas nuevas –el descubrimiento, la aventura– o por mejorar profesionalmente. Por el contrario, las migraciones forzosas se deben a diversas causas pero, en general, puede afirmarse que aparecen ligadas a catástrofes naturales, hambrunas y, más recientemente, se han visto motivadas por razones sociales: guerras, discriminaciones, persecuciones y, sobre todo, pobreza.

Durante la llamada revolución industrial hubo grandes migraciones. La búsqueda de la prosperidad durante el capitalismo creciente movió enormes masas de población rápidamente. Países enteros comenzaron a nutrirse de inmigrantes. Los Estados Unidos de América son el ejemplo más claro. Posteriormente, en la segunda mitad del siglo XX, fueron apareciendo nuevos focos de prosperidad, con la consiguiente atracción de migrantes: Canadá, Australia, Nueva Zelanda…

La industrialización de las sociedades y, por tanto, el crecimiento de la ciudad en perjuicio del campo, produjo un proceso migratorio en todo el mundo que no se detiene. Estas migraciones, que de alguna manera fueron la base que necesitó la industria para expandirse en un primer momento, no dejan de ser un problema social creciente, ya que el número de personas reubicadas en las ciudades supera en gran medida las posibilidades que éstas tienen de asimilar nuevos habitantes.

Un proceso de algún modo similar se da en el movimiento Sur-Norte, desde países empobrecidos hacia las metrópolis desarrolladas. Las oleadas de migrantes indocumentados se muestran imparables, y ésta, más que ningún otro tipo de migración, es la que alarma a los grandes poderes políticos y financieros.

Las guerras han sido desde siempre un factor determinante de migraciones. Pero las llamadas guerras de baja intensidad de las últimas décadas han dejado un saldo de migrantes forzosos como nunca anteriormente se había contabilizado. Seguramente, lo que contribuye a estos movimientos de población cada vez más masivos sea la proliferación de comunicaciones más desarrolladas en todo el mundo, que reducen distancias globalizando y homogeneizando posibilidades y alternativas.

En estas migraciones forzosas prácticamente se huye por una imperiosa necesidad de sobrevivir. Las cifras globales indican claramente que las migraciones, ya sea por interés, ya sea por necesidad, han aumentado en este siglo XXI

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2. Causas de los movimientos de población actuales

Los movimientos migratorios se deben a causas muy variadas. Ocurre en los humanos pero también en especies animales. Esa necesidad se ve motivada por instintos tanto de conservación como de superación. Hay dos partes implicadas, los propios migrantes y las poblaciones y países que los reciben. Como en cualquier relación humana la buena acogida dependerá del talante del acogido y de las circunstancias del país que lo acoge. Pero la migración no solo debe entenderse entre países, puesto que dentro de un mismo país, y por la mayor o menor riqueza de sus distintas regiones, podrá haber también movimientos migratorios. Además, existen pueblos nómadas que constantemente están desplazándose en busca de una mejor forma de vida.

Hoy en día la causa más dramática de los movimientos de población es la guerra, que desgraciadamente se ha convertido en uno de los negocios más rentables y lucrativos. Actualmente la guerra es una inversión. Así se expresa un politólogo y economista italiano, profesor en la Universidad Católica de Lovaina:

Nosotros (occidentales), somos ricos porque estamos empobreciendo de nuevo África, América Latina y Asia. Somos responsables de estos millones de muertos […]. ¿Qué se está haciendo con las guerras que se están desarrollando? ¿No es porque nos atacaron? ¿Quién? Cuando Sarkozy bombardeó Libia, ningún libio había atacado Francia. Cuando los estadounidenses bombardearon Bagdad o Iraq, porque era el enemigo del mal. ¡Y todos estos millones que han muerto y todos estos millones de refugiados sirios, iraquíes, etc.! ¿Acaso ellos lo han querido? Y nosotros (europeos) tenemos el coraje de decir: “quiero ayudarte a quedarte en tu casa” mientras que se han creado condiciones para que huyan (de su país) y nosotros vamos a decir: yo doy seis mil millones a Turquía, dos mil millones a los libios para poder retener a la gente que viene de África donde se está alimentando las guerras. Pero hay que dejar de contar tonterías aquí. Hay que parar. Y estamos creando la guerra […]. La guerra ya no se hace para matar al enemigo. La guerra se ha transformado gracias a la tecnología –también estaba antes– se ha vuelto la actividad económica más rentable después de la industria farmacéutica y la industria informática. Se hace la guerra porque es rentable. Y si no cambiamos nuestros dirigentes […] haremos la guerra […]. De aquí a algunos años, si se elimina la guerra, el PIB mundial fracasará, según el sistema dominante. No fracasará si se está en otro sistema. Al contrario, la desaparición de la guerra será una fuente de riqueza. Es por esto que los dirigentes, en la actualidad, no quieren reducir los armamentos y las ocasiones de guerra, porque […] imaginad Francia sin la guerra, ¿qué sería de la economía de este país?, imaginad los Estados Unidos sin la guerra, sería un país pobre. Pues, hoy, estamos en una fase donde se hace la guerra porque es rentable y no habrá ningún dirigente actual del mundo que pare la guerra porque será crucificado, porque será lapidado por el hecho de que va contra la lógica [general]. La guerra hace aumentar el PIB mundial, la guerra permite el crecimiento económico (de los países ricos). Y suponemos que si hacemos la guerra (en los países pobres), aumentamos la creación de puestos de trabajo en los nuestros (en Occidente).1

1 Jean-Pierre Mbelu y Babanya Kabudi, citando a Ricardo Petrella. “La verdad dicha por un occidental o un congoleño ¿es la misma?”. Umoya (19/12/2017). Disponible en: https://umoya.org/2017/12/19/la-verdad-dicha-por-un-occidental-o-un-congoleno-es-la-misma/#more-60380

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Aparte de la guerra como causa principal de las migraciones, a continuación relacionamos otra serie de causas de los movimientos de población:

Las migraciones políticas: exiliados políticos;

Las migraciones culturales: estudios de nivel avanzado y carreras en universidades de alto nivel;

Las migraciones de países empobrecidos hacia naciones ricas: búsqueda de una mejor oportunidad de trabajo y salario, crisis económica, desempleo, en los titulados la posibilidad de crecer profesionalmente en países con mayores recursos, hambre y miseria de países empobrecidos;

Las migraciones de países ricos hacia naciones empobrecidas: los pensionistas con divisas fuertes en países con menor riqueza;

Las migraciones que no dependen de la riqueza de los países: desplazamiento por mejora o exigencia laboral;

Las migraciones en el mismo país: la migración rural hacia urbes industrializadas;

Las migraciones por motivos familiares: reagrupación familiar; y, por último,

las migraciones por razones trágicas: terremotos, erupciones volcánicas, inundaciones, incendios, deforestación, sequías ocasionadas por el cambio climático.

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“Hay un error. La gente piensa que todo el mundo viene de África y sube hacia Europa, pero las migraciones interafricanas son de las más importantes del planeta. La gente se mueve al

país más cercano. No van a Europa”, explica Hafsa Afailal, doctora en Ciencias Sociales e investigadora en migraciones y movilidad, que responsabiliza de ese estereotipo a los medios de comunicación: “Se paran ahí, pero hay muchos marroquíes que bajan a África, a Costa de Marfil y Senegal. Vemos lo que

ocurre hacia el norte pero no lo que pasa hacia el sur. En África hay más migración dentro del continente que hacia Europa”.

(Hafsa Afailal, investigadora en migraciones y movilidad)

3. Movimientos de población: refugiados, desplazados y migrantes2

Con ánimo de confundir se ha abierto un debate sobre la diferencia entre refugiados y migrantes. ¿En qué se diferencian los refugiados, los migrantes y los tan a menudo olvidados desplazados internos? ¿Sirven estas categorías para explicar la complejidad de los movimientos de población globales, en los que están implicados cientos de millones de personas?Como se trata de personas, vamos a estudiar la cuestión a través de historias humanas planteándonos la pregunta: ¿Es tan diferente la vida de los desplazados, los refugiados y los migrantes?

Refugiados“Antes de la guerra lo teníamos todo”, dice Salwah Mekrsh, una adolescente siria. Salwah caminaba en noviembre de 2012 por el casco histórico de Alepo, cuando un francotirador disparó contra ella. Fue trasladada a varios hospitales de la zona y finalmente fue evacuada a Turquía. Se quedó en silla de ruedas.Salwah se vio directamente afectada por la violencia, pero este no es el caso de todos los refugiados, que precisamente huyen en busca de protección. El refugiado es “toda persona que debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas, se encuentre fuera del país y no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera acogerse a la protección de tal país”, según la Convención de 1951 sobre el Estatuto de los Refugiados.Casi la mitad de las personas que intentaron llegar a Europa por vía marítima en 2014 venían de países afectados por la violencia o la persecución política (sobre todo Siria).

2 El contenido de este apartado es una versión resumida del artículo de Agus Morales “Refugiados, desplazados y migrantes: en qué se diferencian y por qué estas categorías no cuentan lo que está pasando”. 5W (20/05/2015). Disponible en: https://www.revista5w.com/when/refugiados-desplazados-y-migrantes)

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Desplazados“Las casas fueron quemadas y acribillaron a disparos los grandes edificios. Vinimos a pie”, dice Ajith Athor. Podría ser el relato de una refugiada, pero Ajith habla desde un campamento remoto del Alto Nilo, una de las zonas petrolíferas más importantes de Sudán del Sur.Ajith vivía más al sur, en el condado de Baliet, y huyó de una de las peores guerras civiles en marcha, que enfrenta a las tropas gubernamentales fieles al presidente Salva Kiir, de etnia dinka, y a la oposición armada liderada por Riek Machar, de la comunidad nuer. Ajith no cruzó ninguna frontera estatal, y eso tiene importantes consecuencias sobre la asistencia que puede recibir.Los desplazados internos están a menudo desamparados. Son 38 millones de personas, cifra del año 2014 muy por encima de la de refugiados. De Siria, por ejemplo, han salido casi cuatro millones de personas, pero 7,6 millones se han visto desplazadas dentro del país. En muchos casos son personas que cruzarían la frontera si pudieran, pero que están atrapadas por la violencia. Muchos de los refugiados, de hecho, primero se han visto desplazados dentro de su propio país antes de salir. Los problemas para asistir a los desplazados son evidentes. Las organizaciones de ayuda humanitaria se pueden volcar en ayudar a los refugiados sirios en Líbano o Jordania, pero hacerlo dentro de un país en guerra como Siria se ha convertido en una pesadilla.

Migrantes“No vale la pena dejar tus hijos solos por perseguir un sueño”, dice Yenny Guardado en un albergue del sur de México. Yenny partió de El Salvador junto a su marido para cruzar México y buscar una vida mejor en Estados Unidos.Cada año, unos 300.000 centroamericanos cruzan México con la idea de llegar a Estados Unidos. ¿Buscan tan solo mejorar su situación económica? “Salí de mi país por amenazas de las pandillas. Yo no he salido por pobreza, sino por la seguridad de mi vida, y estoy pidiendo la condición de refugiado aquí en México”, cuenta Miguel Ángel Reyes, un salvadoreño en Chiapas (sur de México). La palabra refugiado parece que no cuadre con esa parte del mundo. Hay motivos. En su libro “Novato en nota roja”, Alberto Arce recuerda que en Honduras mueren asesinadas cada año 85 personas por cada 100.000 habitantes: más que en Irak. Es una guerra no declarada. Y una guerra no declarada no tiene refugiados.En el mundo hay unos 232 millones de migrantes. Escogemos esta palabra y no emigrantes o inmigrantes para no adoptar el punto de vista de la sociedad de procedencia o de acogida. ¿Cuántas de estas personas reunirían las condiciones para pedir asilo? Es difícil discernir la migración económica clásica de los movimientos de población forzosos en el contexto actual de transformación de la violencia.¿Qué está pasando entonces con los movimientos de población?La ONU alertó el año pasado de que 51,2 millones de personas (desplazados y refugiados) se habían visto obligadas a abandonar sus hogares a causa de la violencia. Era la cifra más alta desde la Segunda Guerra Mundial, pero este año seguramente será superada. Y eso sin tener en cuenta la diversidad de motivos que empujan a 232 millones de migrantes a buscar un nuevo lugar para vivir.

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4. Mitos, tópicos, mentiras y desinformación sobre la emigración3

Desconozco los mitos, tópicos, mentiras y desinformación que hay en otros países europeos, pero creo que no me equivoco si afirmo que son similares a los que se utilizan en España. A continuación relacionamos algunos de los principales con el ánimo de desmontar falsificaciones de la realidad.

Comenzamos por uno de los mensajes que más están transmitiendo los medios, que es falso y alarmante: Es una invasión. El mundo es muy grande y la UE no es el objetivo principal de los migrantes y refugiados. De entre los principales 25 destinos de los migrantes, encabezados por Estados Unidos y Rusia, solo hay cinco de los 28 Estados miembros de la UE. Según Naciones Unidas, el 87% de las migraciones internacionales que se produjeron en África en 2015 fueron entre países de ese continente.En cuanto a los refugiados, María Jesús Vega, la portavoz de ACNUR en España tiene también cifras contundentes para contextualizar: “En el mundo hay 60 millones de personas desplazadas por conflictos; el 86% de los refugiados se encuentra en los países

3 Parte del contenido de este apartado está tomado de un artículo de Gloria Rodríguez-Pina, “Datos que desmontan los falsos mitos y leyendas sobre la inmigración”. El Huffington Post (29/11/2015, actualizado el 30/08/2017). Disponible en: http://www.huffingtonpost.es/2015/11/29/mitos-falsos-migracion_n_8398132.html

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más pobres del planeta, es un hecho constatado, y sobre todo en países cercanos a las zonas de conflicto. En el caso de Siria, por ejemplo, Turquía, Libia, Jordania e Irak tienen prácticamente al 95% de la población siria que ha salido, que son unos cuatro millones”. “Aquí llega una pequeña parte. El año pasado en Europa hubo en torno a 600.000 peticiones de asilo; este año evidentemente va a haber más. Es una gota en el océano si comparas esta cifra con 60 millones desplazados internos o solicitantes de asilo. Turquía tiene dos millones, Líbano 1.200.000 más medio millón de palestinos, en una población que tiene unos cuatro millones. Es como si aquí en España nos llegasen 12 millones de refugiados. Ningún país de la UE es más pobre que Etiopía, Turquía, Pakistán o Líbano, países que más refugiados acogen. Aquí en Europa tenemos 500.000 millones de habitantes”. De invasión, nada de nada. Es un exageración interesada de los medios de comunicación.

Abusan de la sanidad pública. Frente a la idea de que los inmigrantes colapsan la sanidad pública, bastan las cifras para desmontar la mentira. Según el Ministerio de Sanidad de España, el uso que hacen de ella los migrantes es un 15% menor que el de los españoles. La Sociedad Española de Medicina Comunitaria (semFYC) confirma que los inmigrantes van al médico la mitad que los españoles: suponen un 10% de la población, pero solo un 5% de los pacientes. Tampoco colapsan las urgencias. “Hay extranjeros sin tarjeta sanitaria que solo pueden ir a urgencias. Aun así, solo representan un 5% de este servicio”, según la Sociedad Española de Medicina de Urgencias. Estos datos concuerdan con los de la Seguridad Social, que apunta que generan solamente un 4,6% del gasto sanitario.

La población extranjera incide de forma directa en el aumento de la delincuencia. ¿Verdad o mentira? La Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior de España, desmonta el bulo con un ejemplo: “En 2002, con la mitad de inmigrantes, la tasa de criminalidad era 1,5 puntos superior a la de 2006. Por lo tanto, no hay correlación entre inmigración y delincuencia”. Expertos como José Luis Díez Ripollés, catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Málaga, dice que: “no puede afirmarse que la presencia de migrantes sea determinante a la hora de explicar los niveles delincuenciales”. La Policía confirma que el 63,5% de las bandas criminales son mixtas (integradas por españoles y extranjeros).

Nos quitan el trabajo y no tienen formación. No hay más que mirar el porcentaje de población activa que está sin empleo para comprobar que la crisis ha tratado peor a los migrantes que a los del propio país. Mientras la tasa de paro de los españoles está en el 20,13%, la de los extranjeros es del 28,94% (datos para 2010 de la Encuesta de Población Activa del Instituto Nacional de Estadística de España). Además, como señala la portavoz de ACNUR en España, “muchos de ellos traen otras capacidades en distintas áreas que a lo mejor no las tenemos aquí, por ejemplo, en cuestiones como el idioma, o formación complementaria”.Otro aspecto importante es que “la mayoría de los estudios (Comisión Europea, 2006) recomiendan un abanico de políticas a largo plazo […], combinadas con un flujo sostenido de inmigración, para garantizar la sostenibilidad del sistema actual de pensiones y de protección social”. Así lo afirma en un estudio del Real Instituto El Cano, Teresa Castro Martín, demógrafa y profesora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que investiga el impacto de la inmigración para aliviar el envejecimiento de la sociedad europea.

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Tampoco hay que olvidar, comenta la portavoz de ACNUR, que “los refugiados, los inmigrantes que llegan, suelen aceptar los trabajos que no quieren los españoles, los vacíos que hay en el mercado laboral”. Si se comparan las estadísticas del tipo de ocupación, es evidente que en el reparto de empleos entre los trabajadores nacionales y extranjeros, los inmigrantes se dedican en mayor medida a trabajos no cualificados. Suponemos que esto también pasa en otros países europeos.

Europa perderá su identidad y su cultura cristiana. Viktor Orbán, el ultraderechista y xenófobo dirigente húngaro dice que “si no protegemos las fronteras, seremos minoría en nuestro propio continente”, y, además, advierte del riesgo que supone para la cristiandad europea la llegada de refugiados musulmanes.La portavoz de ACNUR, dice lo siguiente: “Esa afirmación pone en cuestión los valores de lo que la UE es o aspira a ser. Es fundamental preservar los valores de tolerancia, de respeto por la diversidad, de solidaridad, que es lo que nos va a dar a nosotros los mecanismos y las herramientas para los retos a los que nos tendremos que enfrentar en el futuro”, recordemos, que frente a esos mensajes hay que decir que lo que pueden aportar quienes llegan es “una riqueza impresionante”.Y además, discursos como los de Orbán tienen otro riesgo: “Lanzar estos mensajes de intolerancia o de rechazo a determinados grupos religiosos es la mejor propaganda que se puede hacer para que grupos ultras capten a más gente”.

El tratamiento de los medios de comunicación y el mensaje de los políticos . Los medios dan poco o ningún eco a datos y argumentos que desmontan los tópicos antes expuestos (aunque los conocen perfectamente) y hacen mucho énfasis en otros aspectos de las migraciones. No se discute que la llegada de una patera sea un hecho más noticioso que la graduación en ingeniería aeronáutica de un ecuatoriano, pero sí se debe poner en cuestión el trato mediático que recibe la llegada de inmigrantes; es

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sesgado e intencionado, y alimenta la percepción social negativa del fenómeno.La llegada masiva de refugiados está resucitando algunos de los viejos mitos sobre los migrantes de los que hemos hablado en los párrafos anteriores. El discurso xenófobo de líderes políticos, como el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, que afirmó que ponen en riesgo la cultura y la identidad europea, o los mensajes alarmistas del exministro de Interior español, Jorge Fernández Díaz, que dijo que entre los refugiados podían llegar terroristas yihadistas, avivan la narrativa que apela al miedo.“Son mensajes peligrosos que pueden provocar un impacto fatal en la sociedad española, y en cualquier sociedad. Tenemos que cuidar muchísimo lo que decimos, entre otras cosas porque esto puede fomentar actitudes de rechazo, provocar un miedo infundado, y confundir a la opinión pública”, advierte la portavoz de ACNUR en España. Su organización trabaja con los refugiados, pero los mensajes falsos son extensibles también a los migrantes que no huyen de la guerra pero sí de la pobreza extrema y que también se juegan la vida en busca de una vida mejor. La UE los tiene además en su punto de mira y piensa expulsar a cientos de miles en los próximos meses.

5. La crisis actual de refugiados y migrantes, ¿qué está pasando?

Un año acaba, otro comienza, y, entre buenos deseos de paz y de concordia, los desarraigados siguen llegando en botes a las playas de Grecia. El desarraigo es el signo de nuestro tiempo. Nunca, en la historia de la humanidad, ha habido tanto tránsito de refugiados y migrantes forzosos como en la actualidad. Pese al cinismo del FMI y a la complicidad de la propia ONU –que quieren ver en estos movimientos una prerrogativa natural del ser humano “en busca de oportunidades económicas y nuevos horizontes” y una “herramienta primordial para la lucha contra el paro”–, la causa verdadera de este desarraigo ha de buscarse únicamente en la guerra y en las exigencias de la doctrina de la globalización: esto es, en la ambición de una reducida oligarquía sin patria y sin alma.4

Las migraciones internacionales deben ser abordadas como un fenómeno global. Se producen y son favorecidas por el contexto de la globalización. Si bien las migraciones han acompañado al ser humano a lo largo de la historia, la actual configuración global del mundo les proporciona nuevas características y dimensiones. Las condiciones adversas en el ámbito político, económico, social y cultural, unidas a la búsqueda de un futuro mejor, siempre han estado detrás de los flujos migratorios. En el actual contexto en el que se producen, las migraciones internacionales son en gran parte resultado de las fuertes desigualdades en términos de desarrollo entre unos países y otros, y se enmarcan, de este modo, en las relaciones Norte-Sur. Los flujos migratorios procedentes de los países menos desarrollados emergen como consecuencia de la dependencia económica, política, comercial, tecnológica e incluso cultural respecto de los países más desarrollados.

¿Por qué, desde hace unos años hay cada vez más refugiados y migrantes? La crisis migratoria en Europa, también conocida como crisis migratoria en el Mediterráneo o crisis de refugiados en Europa, es una situación humanitaria crítica, que se agudizó en 2015, por el incremento del flujo descontrolado de refugiados, solicitantes de asilo, emigrantes económicos, y otros migrantes en condición de vulnerabilidad, que en conjunto comparten las vías de desplazamiento irregular hacia países de la Unión Europea. Hasta diciembre

4 Olalla, Pedro. “La estrategia del desarraigo”. ctxt.es, nº 99 (17/01/2017). Disponible en: https://ctxt.es/es/20170111/Politica/10553/Sykes-Picot-guerras-terrorismo-imperialismo-refugiados.htm

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de 2015, más de un millón de personas había entrado en Europa, de las cuales más de 942.400 habían solicitado asilo político. Por otra parte, 3.406 personas habían muerto en el intento.

Se trata de la mayor crisis migratoria y humanitaria en Europa, después de la Segunda Guerra Mundial. Según el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, es “una crisis mundial que necesita una respuesta europea”. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados declaró que Europa está frente a una “de las mayores afluencias de refugiados en décadas” y enfatizó que se trata de “una crisis de refugiados, y no solo un fenómeno migratorio”.

La crisis surgió como consecuencia del creciente número de refugiados, solicitantes de asilo y migrantes que llegan –o intentan llegar– a los Estados miembros de la Unión Europea, a través de peligrosas travesías en el mar Mediterráneo y el sudeste de Europa, procedentes de países de Oriente Medio, África, los Balcanes Occidentales y Asia del Sur.

La mayoría de estos movimientos de población se caracterizan por: a) una migración forzada de víctimas de conflictos armados, terrorismo, persecuciones, pobreza, cambio climático o violaciones masivas de los derechos humanos; y b) la acción de redes delictivas transnacionales de tráfico ilícito de inmigrantes –que los expone al transporte en condiciones peligrosas o degradantes– y de trata de personas –con el propósito de explotación de los migrantes vulnerables, principalmente mujeres y niños. Hasta septiembre de 2015, el número de refugiados y migrantes que habían cruzado el Mediterráneo, según el ACNUR, era de 951.412, en su mayoría provenientes de Siria, Afganistán, Eritrea, Nigeria, Albania, Pakistán, Somalia, Irak, Sudán, Gambia, Egipto, Marruecos, India, Nepal, Bután, Sri Lanka y Bangladés, que han ingresado por esta ruta marítima a la UE, principalmente a través de Grecia e Italia, para continuar su tránsito hacia Europa Central y Europa del Norte.

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), 2.760 personas fallecieron en naufragios en el mar Mediterráneo, durante los primeros ocho meses de 2015, lo que representa el 73% de las muertes de migrantes en tránsito hacia su destino ocurridas a nivel mundial. Por su parte, la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) estima que durante este mismo período de 2015 fallecieron y desaparecieron 2.850 personas en aguas del Mediterráneo.

Las proyecciones del ACNUR indicaban que la cantidad de refugiados y migrantes que realizan la travesía por el mar Mediterráneo hasta Europa llegaría a 400.000 a finales de 2015 y podría alcanzar los 450.000 o más en 2016, es decir, que en dos años al menos 850.000 personas han cruzado el Mediterráneo en busca de refugio en la UE.

También es necesario destacar que la gran mayoría de las personas atrapadas en esta crisis internacional de los refugiados se encuentra desplazada dentro de su propio país de origen o en países vecinos. En Nigeria, el actual conflicto con Boko Haram ha obligado a 1,8 millones de personas a huir de sus casas y buscar protección en otras zonas del país. El Líbano, con una población de 4,5 millones de personas y 1,2 millones de refugiados sirios, se encuentra en una situación límite. Cada vez más refugiados viven en condiciones muy precarias en campos situados en las fronteras con Turquía y Jordania.

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6. ¿Qué nos enseña la Biblia y la vida de Francisco de Asís sobre los refugiados y migrantes?

La Biblia presenta la realidad migratoria como un elemento común en la historia de la salvación. En los textos bíblicos se presenta al Pueblo de Dios como un pueblo peregrino, en movimiento.

En el Antiguo Testamento se brinda abundante doctrina y praxis sobre las migraciones y las personas en movimiento.

Por un lado, junto con los huérfanos y las viudas, los emigrantes constituyen la trilogía típica del mundo de los marginados en Israel. Para ellos, Dios pide un trato digno y de especial respeto y atención. Por otro, Israel, el pueblo de Dios, no solo conoce el fenómeno de primera mano, sino que se constituye como pueblo migrante: “Mi padre era un arameo errante” (Dt 26,5). “Conocéis la suerte del emigrante, porque emigrantes fuisteis vosotros en Egipto” (Ex 23,9). El período fundacional de Israel tiene dos hitos fundamentales en dos movimientos migratorios: el exilio a Egipto (Gn 42,1-8) y el éxodo a la tierra prometida (Ex 33,1-3). Entre sus normas de conducta, el pueblo de Israel tiene clara la prohibición de oprimir, explotar o vulnerar el derecho del emigrante: “No vejarás al emigrante” (Ex 23,9), “No lo oprimiréis” (Lev 19,34), “No lo explotaréis” (Dt 23,16), “No negarás el derecho del emigrante” (Dt 24,17), “Maldito quien viole los derechos al emigrante” (Dt 27,19).

También se expresa una actitud de amor por el forastero: “Amaréis al emigrante, porque emigrantes fuisteis en Egipto” (Dt 10,19), “Al forastero que reside junto a vosotros, lo miraréis como a uno de vuestro pueblo y le amarás como a ti mismo” (Lev 19,34). En este sentido, la eficacia en el amor se traduce en el compartir: “Cuando siegues la mies de tu campo y olvides en el suelo una gavilla, no vuelvas a recogerla; déjasela al emigrante, al huérfano y a la viuda” (Dt 24,17).

El Nuevo Testamento lleva al Antiguo Testamento a su plenitud (cfr. Mt 5,17-19). Uno de los elementos centrales del Nuevo Testamento, mirándolo desde la realidad migratoria, es el hecho de que el mismo Jesús se presenta como un migrante. Mateo muestra la infancia de Jesús y a la Sagrada Familia bajo una primera y cruenta experiencia de emigración forzosa (Mt 2,14-15). Por su parte, el Evangelio de Lucas narra el nacimiento de Jesús fuera de la ciudad “porque no había sitio para ellos en la posada” (Lc 2,7).

En el extranjero, más que al prójimo, el cristiano contempla el propio rostro de Cristo nacido en un pesebre y que, como extranjero, huye a Egipto, asumiendo y compendiando en sí mismo esta fundamental experiencia de su pueblo (cfr. Mt 2,13 ss.). Nacido fuera de su tierra y procedente de fuera de la patria (cfr. Lc 2,4-7), “habitó entre nosotros “ (Jn 1,11.14) y pasó su vida pública como itinerante, recorriendo pueblos y aldeas (cf. Lc 13,22; Mt 9,35).

Su vida pública es un continuo peregrinar alrededor de las ciudades del lago de Galilea y, sobre todo, en torno a Cafarnaún, sin olvidarnos de sus viajes al norte, en Tiro y Sidón; al sur, hacia Galilea; al este, en la Decápolis, y, más allá del Jordán, en Perea. Su experiencia de desamparo permite que Jesús ponga el acento en la acogida y la fraternidad, identificándose con los más pequeños y convirtiendo al migrante en signo de acogida de su reino: “Fui extranjero y me acogiste” (Mt 25,35).

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Otro de los elementos del mensaje de Jesús es el universalismo. La llegada de un Reino para todos, sin excluidos, poniendo énfasis en los paganos y en los extranjeros. Esta característica se convierte en un componente esencial en las curaciones: el buen samaritano (Lc 10, 25-37), la mujer sirofenicia (Mc 7,24- 30), el centurión (Mt 8,5-10) y la mujer samaritana (Jn 4,5-42), entre otros. La misión de Jesús desborda las fronteras de Israel y la acción del Espíritu empujará para llevar la Buena Noticia a todos los rincones del mundo. Sus seguidores perpetuarán este universalismo. El mismo Pablo, por ejemplo, dirá: “Ya no hay judío ni griego, ni hombre ni mujer, ni esclavo ni libre porque todos sois uno en Cristo” (Gal 3,28).

En lo referente a san Francisco de Asís, Éloi Leclerc, un gran conocedor de su biografía, nos cuenta lo siguiente sobre la movilidad de los primeros hermanos menores:

La nueva forma de vida evangélica se sitúa, en primer lugar, bajo el signo de la movilidad apostólica. Toma como modelo de vida de los discípulos enviados en misión por Cristo. Hoy aquí, mañana allá, los miembros de la nueva comunidad no tienen domicilio fijo. Lo que prima es la misión, el anuncio de la buena noticia, que exige una gran libertad de movimientos y conduce a una vida itinerante. A la manera de los vendedores ambulantes de la época, los compañeros de Francisco, en efecto, se hallan a menudo en camino […].Debido a su misión, los hermanos son, pues, viajeros e incluso intrépidos viajeros. Alaban a Dios tanto con su lengua como con sus pies. Su monasterio es el ancho mundo.La Regla de 1221, y después la de 1223, consagran un capítulo a “la manera de viajar por el mundo”, lo que indica hasta qué punto el viaje forma parte de la vida de los hermanos.5

7. El derecho de asilo y la respuesta de la Unión Europea

El derecho de asilo está regulado por el Derecho Internacional y es una obligación de los Estados. Queda recogido como derecho humano fundamental en el artículo 14 de la

5 Leclerc, Éloi (2006). Francisco de Asís. Un hombre nuevo para una sociedad nueva. Salamanca: Sígueme: pp. 97-98.

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Declaración Universal de los Derechos Humanos y está desarrollado en la Convención de Ginebra de 1951 y su protocolo (Protocolo de Nueva York de 1967). Por tanto, no se trata de una cuestión humanitaria (aunque exista una dimensión humanitaria) sino de un derecho.

Así, toda persona tiene derecho a buscar protección fuera de su país de origen o de residencia habitual y a disfrutar de ella en caso de huir de un conflicto que pone su vida en peligro y en caso de tener fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, opinión política o pertenencia a un determinado grupo social. La persecución por motivos de género, incluida aquella motivada por la preferencia sexual y la identidad de género, están incluidas en las causas de persecución que reconoce este derecho.

Es un derecho humano internacional recogido en la Declaración Universal de Derechos Humanos, en la Convención de Ginebra y en la Constitución Española, entre otros. Consiste en la protección ofrecida por un Estado a determinadas personas cuyos derechos fundamentales se encuentran amenazados por actos de persecución o violencia.

A través de la Convención Internacional de Ginebra se establece quién es una persona refugiada y se decide a quienes se les garantiza el asilo. Fue aprobada en 1951 con el fin de proteger a los refugiados europeos después de la Segunda Guerra Mundial. España y más de 140 países la han firmado y están obligados a su cumplimiento. El principio de no devolución prohíbe a los estados, por el Derecho Internacional, a expulsar o devolver a una persona al territorio de cualquier país en el que su vida o su libertad se encuentren amenazadas o en el que pueda sufrir tortura, tratos inhumanos o vulneración de sus derechos humanos fundamentales.

Dado que la mayoría de las personas que están llegando a las fronteras europeas huyen de conflictos bélicos y temen por su vida, la UE debe cumplir tanto la Convención de los Refugiados de 1951 como las directivas y reglamentos europeos que protegen a las personas que solicitan asilo.

La respuesta de Europa y de España, está muy lejos de la obligación legal de proteger a las personas. El pasado mes de mayo, Europa sustituyó su Operación Mare Nostrum –destinada al rescate de personas– por la Operación Tritón –una misión “civil y militar” cuyo objetivo es el control de las fronteras y el combate a las mafias de inmigración ilegal. Esta decisión ha supuesto una muy preocupante militarización de la zona del Mediterráneo que puede derivar en conflictos aún más complejos con gravísimas consecuencias para quienes buscan refugio. La situación se ha convertido en un círculo vicioso: en lugar de proteger a las víctimas se ha optado por bloquear las fronteras y aumentar los controles. Esto ha hecho que se incremente el negocio de las mafias, que a su vez son utilizadas como objetivo de las actuaciones políticas que las combaten en primera instancia en lugar de atajar las causas que provocan la crisis humanitaria.

La Unión Europea ha fracasado en su intento de realizar un reparto de 40.000 personas refugiadas entre los países miembro de acuerdo a criterios económicos y demográficos. La cifra, comparada al número de personas susceptibles de ser consideradas refugiadas, es irrisoria y completamente fuera de la realidad y de las necesidades presentes y futuras. España se ha ofrecido a acoger tan solo a 1.300 de los 4.300 que le correspondían, y ni

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siquiera ha cumplido su ofrecimiento.

Sirva como ejemplo, entre otros muchos, un texto sobre la respuesta que da la Unión Europea a la crisis de los refugiados. Que cada persona saque sus propias conclusiones:

Nutriéndose de fondos europeos de cooperación al desarrollo, la Unión Europea está financiando en determinados países africanos equipos militares, formación de policías, centros para migrantes repatriados y sistemas para la recogida de datos que garantizarán en Europa el reconocimiento del país de origen, lo que facilitará las expulsiones. Los objetivos: controlar las migraciones desde África, así como fortalecer los Gobiernos del país de origen y de tránsito de las rutas migratorias para frenar a quienes aspiran a cruzar el Mediterráneo.6

8. Conclusiones: ¿qué podemos hacer?

En el año 2014 Rosa Moro, periodista especializada en África, redactora de la revista Umoya y compañera de la Federación de Comités de Solidaridad con África Negra, visitó las ciudades de Ceuta y Melilla, invitada por la organización Caminando Fronteras. A raíz de esta experiencia escribió un dossier, del que ofrecemos el siguiente texto a modo de conclusiones y posible acción:

No toda esperanza está perdida, no todos los políticos son iguales. La europarlamentaria del partido Verde alemán, Ska Keller, denunció esta política de seguridad en las fronteras: “En este contexto de profundas medidas de austeridad y de recortes presupuestarios, es increíble que la UE gaste millones de euros en ‘puertas inteligentes’, aviones no tripulados y otras tecnologías de vigilancia”. “Es una vergüenza mayor que quienes se benefician de Eurosur [Programa de blindaje de fronteras del sur] sean las grandes compañías de defensa europeas”, subrayó. Si bien es cierto que con la cesión de soberanía de los gobiernos europeos a la Comisión Europea, es de poca utilidad lo que se diga en el parlamento porque, al final, la Comisión toma decisiones teniendo en cuenta a los lobbies y no los debates parlamentarios; debemos intentar que cada día sean más los representantes que enviemos allá a decir “no”, “no en nuestro nombre”, “no con nuestros impuestos”. Claro que hay cosas en nuestra mano para solucionar el “problema de la inmigración”, pequeños pasos que pueden empezar por elegir a nuestros representantes políticos y a nuestras instituciones de una forma más consciente. No se puede ser apolítico, porque la decisión de cometer crímenes con nuestro dinero y en nuestro nombre se toma a nivel político.Hay muchos grupos de activistas que denuncian, analizan, se implican y ofrecen propuestas viables que marcarían una enorme diferencia con la situación actual de las fronteras, habría que escucharlos. Uno de ellos es el Migregroup, formado por Andalucía Acoge, Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, CEAR, ELIN y la Federación de SOS Racismo, que propusieron cuatro simples medidas al parlamento: dinamizar la concesión de visados en las embajadas europeas de los países africanos, no es posible que se concedan tan pocos, a veces ningún visado en los países africanos; agilizar la resolución de las demandas de asilo, ¿cómo es posible que teniendo la nacionalidad siria el estado necesite un año y medio para

6 Jona, Ludovica. “La UE usa fondos de la lucha contra la pobreza para frenar la llegada de migrantes”. eldiario.es (23/05/2017). Disponible en: http://www.eldiario.es/desalambre/controlar-migraciones-UE-fondos-pobreza_0_646736351.html

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decidir si eres refugiado o no?, y encima para luego no conceder el estatuto de refugiado (de guerra) sino una medida temporal que dura solo un año; facilitar la agrupación familiar, al sufrimiento del viaje la burocracia añade el mantener separados a los miembros de la misma familia durante años; y que se suprima el acuerdo de devolución España-Marruecos, esto sería tremendamente justo ya que los acuerdos de repatriación con los países africanos, incluyen a los nacionales propios más cualquiera que haya pasado por dicho país. Con estas cuatro factibles medidas, el drama en la frontera sur de Ceuta y Melilla mejoraría mucho. Hay más propuestas que se pueden aplicar, pero lo que realmente hace falta aplicar al drama de la migración es el sentido común, la empatía, ética y ojo crítico. No podemos seguir fingiendo que creemos que los derechos de todos son iguales y que la mejor forma de salvaguardarlos es la violencia. Basta de hipocresía. Basta de inconsciencia.7

7 Moro, Rosa, (2015). Umoya nº 78, dossier central, invierno 2015. “Frontera Sur. La guerra contra los migrantes que no interesa ganar”. Disponible en: http://umoya.info/umoyaweb/dossier78web.pdf

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