Milicianos y estudiantes del exilio (Sudán del Sur)
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PÚBLICO DOMINGO, 10 DE JULIO DE 201118
«Los soldados no deben sentirse ofendidos, ya que aún tienen sus armas»
Los jóvenes formados en el extranjero reclaman la gestión del país frente a los que lucharon por su independencia
Soldados y estudiantes exiliados se disputan el futuro de Sudán del Sur
Los que se saben el him-
no entero lo gritan orgullosos,
no sólo de su nuevo país sino
de saberse la letra. Los ciuda-
danos han tenido poco tiem-
po para aprendérsela. Los me-
nos aplicados se enganchan al
-
tonces sí, la marabunta sue-
na rítmica y melódicamente:
Sur Sudán.
Y cambia la bandera. Mien-
tras por un asta desciende la
sudanesa –la antigua, la que
representa a partir de ahora
solamente al norte–, la estre-
llada tricolor de la nueva re-
pública asciende acompaña-
da de las trompetas militares.
“Adiós”, repite la multitud,
despidiéndose de Khartum
y de Omar Al Bashir, el presi-
dente de Sudán, quien des-
de la tribuna observa impasi-
ble a la población con la que
él y sus predecesores estuvie-
3
Sudán del Sur proclamó ayer su independencia en una larga ceremonia a la que asistieron jefes de Estado y representantes de organismos internacionales. PETE MULLER / AP
Formará parte de la ONU y ha sido reconocido por la UE, EEUU y Corea
El presidente, Salva Kiir, ha prometido la amnistía para los rebeldes
ron en guerra durante 21 años
–sólo si se cuenta la segunda
guerra civil–.
Por esos años, 21 cañona-
zos retumban absolutamente
-
pide del norte, y el norte lo ha-
ce de las tres cuartas partes de
hasta ahora le pertenecían y
que han sido un pilar para su
economía.
duro retraso tuesta a los miles
de asistentes, a las pieles oscu-
rísimas de los sursudaneses y a
las poco coloridas de las dece-
nas de kawajas (blancos), en-
tre periodistas, cooperantes y
ni tiempo. Y mientras los mi-
el verde, rojo y negro del nue-
vo país, bailan, cantan y luego
se aburren, el presentador pi-
de que se vacíen las sillas ba-
jo la sombra para los invitados
-
ra todos ellos.
-
vo estado –el que se convier-
te en el país 54 del continen-
-
gen y bajo su nueva identidad
además de prometer no jugar
el rol de país agresor.
-
neses han logrado su sobera-
nía. ¿Pero quién la va a ges-
su vida y batallaron en la re-
belión por la libertad duran-
te más de dos décadas? ¿O
los exiliados esparcidos por
el mundo, que estudiaron en
el extranjero y que han vuelto
ahora, cada uno con su parti-
cular idea de país?
Niños perdidos
Bol conduce un todoterre-
no aunque viva en una caba-
ña. Su vivienda es un tukul de
gama alta, bien acabado y con
paredes de cemento, pero él
mismo asegura que le da prio-
ridad al coche. Bol es uno de
los niños perdidos de Sudán
del Sur, parte de una genera-
ción de niños y jóvenes que
-
-
dos Unidos, Australia, Canadá
y Cuba– para que pudieran es-
tar a salvo de la guerra y ade-
más recibir estudios, tanto bá-
sicos como universitarios.
-
tado goteando de vuelta a su
los acuerdos de paz, en 2005,
pero sobre todo desde que se
enero, el sí a la escisión.
Quieren cambios y se sien-
ten capaces de proporcionar-
los. Y para eso exigen pues-
tos en el nuevo Gobierno. De
hecho, a parte de un empleo
-
na organización internacio-
nal, un trabajo en el Gobierno
sursudanés se percibe para los
ciudadanos como la única op-
ción, por ahora, para ganarse
la vida dignamente.
Bol, boina y shorts cuando
no está de servicio, ya lo ha lo-
grado. Tiene la carrera de ad-
ministración de empresas, pe-
ro ha acabado trabajando pa-
ra Presidencia.
“Sudán del Sur no pue-
de permitirse el lujo de per-
der nuestro potencial”, suel-
ta muy seguro de sí mismo y
dormido. Desde la mediano-
che se inundaron las calles y se
ciudad de nocturnidad hostil
a una velada de júbilo, en la
que los soldados que habitual
y duramente controlan los es-
casos conductores sonreían,
uniéndose a la alegría gene-
ralizada.
Reconocimiento internacional
La República de Sudán del Sur
Unidas y ya ha sido reconoci-
Corea.
Constitución provisional que
debe servir de marco jurídico
y juró su cargo de presiden-
te para el periodo transitorio
de cuatro años, el mismo en
que tiene que ser debatida y
aprobada la Constitución de-
-
zarse por la paz, prometió am-
nistía para los rebeldes e invitó
a los diversos grupos étnicos a
GEMMA PARELLADAENVIADA ESPECIAL
JUBASUDÁN DEL SUR
WWW.PUBLICO.ES
PÚBLICODOMINGO, 10 DE JULIO DE 2011 19
Mundo
de los que en las aulas lejanas no dejaron de seguir la tra-gedia que ocurría en su país.
compatriotas que mantuvie-ron las armas alzadas, pero han aprendido en las trinche-ras y no les toca a ellos dirigir el país”, comenta Bol, con un ápice de desprecio hacia los militares del Ejército del Pue-blo para la Liberación de Su-dán (SPLA, en sus siglas en in-glés), el movimiento rebelde que luchó en la guerra contra el Norte durante 21 años.
El director del Centro para la Paz y el Desarrollo de la Uni-versidad de Juba, el doctor Le-ben Moro, considera funda-mental el equilibrio entre és-tos dos colectivos.
“Uno necesita al otro y es vital que entiendan que ca-da parte ha jugado su papel”, predica Leben, que pasó por Oxford, “pero habrá que hacer limpieza en el brazo militar”.
“Los programas de forma-ción deben concentrarse en ellos, y los que no valgan para gobernar tienen que reconver-tirse a los negocios o la agri-cultura”, añade Leben. “Pe-ro hay que ser muy sensible con ellos, porque si no pueden sentirse ofendidos. Y la mayo-ría tiene aún sus armas”.
Un arma, “por si acaso”
Tshukok ha vuelto con la licen-ciatura de Ciencias Políticas bajo el brazo. Ha hecho su so-licitud para entrar en el Ejecu-tivo, pero paralelamente quie-re recuperar su rango.
La mayoría de los niños per-didos pasaron primero por el entrenamiento militar, en la vecina Etiopía, y muchos fue-ron después enviados a la guerra como niños soldado. Tshukok tiene también mu-chas ideas para la construc-ción de su nueva nación, pero quiere recuperar un arma “por si acaso”, dice.
“Sé lo que necesita este país y estoy dispuesto a entregarme políticamente, pero hay tam-bién muchos riesgos y gen-te que no comprende, así que hay que estar preparado por si no se entienden las palabras”, suelta convencido. “Somos co-mo toros, no estamos comple-tos si no tenemos dos cuernos: uno es el conocimiento, el se-gundo es la fuerza”. D
Un país y sus huérfanos de Estado
Neveras, camas, cajas entre los árboles y una nebli-na, con olor a pollo, que lo cu-bre todo, incluidos los hom-bres que visten ropas rasga-das y aúpan sus bultos en los camiones.
Están en la orilla, en el puer-to de Juba, la capital de la re-cién nacida República de Sur Sudan. Son ciudadanos del nuevo país que reviven la ex-periencia de pisar su patria, después de años como refu-giados en Jartum.
“Si veo alzarse nuestra ban-dera me acordaré de los tiem-pos en los que iba a la escuela, en mi tierra. Y si me dan una oportunidad y logro trabajo en mi país, marcaré la diferen-cia”, comparte lleno de opti-mismo Emmanuel, sin que su pasado le turbe las ilusiones y aunque su futuro no se pre-sente, por ahora, mucho más brillante.
No sabe siquiera donde va a vivir. Otro campo de refu-giados, de momento, pero es-ta vez en su propia tierra. Él y 300 sursudaneses más llega-ron hace cuatro días a su vie-ja y nueva nación, después de una penosa travesía de tres se-manas en dos barcos de carga. Muchas mujeres y niños enfer-maron e incluso un bebé per-dió la vida.
Emmanuel y sus compa-ñeros de viaje son de los últi-mos retornados que han lo-
3
Refugiados en un campamento de Juba. PHIL MOORE / AFP
Miles de refugiados vuelven a casa atraídos por una paz de papel
Reportaje
G. PARELLADAENVIADA ESPECIAL
grado volver. Como él, hay más de 300.000, animados por la paz –de papel, aunque no real en todo el territorio– y la independencia.
Los hay repartidos por to-do el país: algunos lograron ya llegar al pueblo, donde se están construyendo humil-des viviendas, aunque ape-nas tienen posibles para so-brevivir; mientras, otros se acumulan en grandes ciuda-des como Malakal, esperan-do que un camión los trasla-de a alguna parte.
Pero, aparte de los retor-nados, hay en la zona fronte-
Los ‘retornados’ esperan que un camión los lleve a alguna parte
Unas 260.000 personas no tienen hogar ni destino
riza –donde sigue la inestabi-lidad– una situación huma-
Allí se concentran la ma-yoría de los desplazados in-ternos, otra porción de po-blación muy necesitada que hereda el nuevo Gobierno sursudanés.
Unos 100.000 han huido recientemente de la dispu-tada región de Abyei, mien-tras que se calcula que toda-vía hay unas 260.000 perso-nas que no tienen hogar ni destino. D
EGIPTOLIBIA
CHAD
REPÚBLICACENTROAFRICANA
ETIOPÍA
UGANDA
REPÚBLICADEMOCRÁTICA
DEL CONGO
KENIA
Mar Rojo
0 km 500
FUENTE: EUROPEAN COALITION ON OIL IN SUDAN Y US ENERGY INFORMATION AND ADMINISTRATION
Petróleo en el sur
DARFUR
Juba
Bloque 3
Bloque 7
Bloque 5
Bloque 1
Bloque 2
Bloque 4
Bloque 6
Bloqoq
loquBloloq
e 4BloqoqueoqB
Bloqueqq
e 5
Los principales pozos petrolíferos se encuentran en el sur. Sudán exportó en 2009 395.000 barriles de crudo, el 65% de ellos a China.
0 km 200
CONCESIONES
Oleoductos
POZOS PETROLÍFEROS
ETIOPÍA
REPÚBLICA CENTROAFRICANA
R.D. DEL CONGO
PRODUCCIÓN
Barriles al día
ZONA SUR
250.000
100.00050.000
Nace un nuevo país
El nuevo mapa político
Dos realidades diferentes
SUDÁN DEL SUR
SUDÁN 31MILLONES
8,26MILLONES
PoblacionReligión
640.000KM2
1.860.000KM2
Área
MUSULMANA
CRISTIANA
ASH SHAMALIYAH AL BAHRAL AHMAR
SHAMAL DARFUR
GHARBDARFUR
JANUB DARFUR
AL WAHDAH
SHAMAL KORDOFANKASSALA
GEDAREF
KHARTOUM
A’N NILAL ABYAD
AL JAZIRAH
SINNAR
AN NIL AL AZRAQ
A’ALI AN NILAZRAQ
SHARQ ALISTIWAIYAH
BAHRAL JABAL
GHARB ALISTWAIYAH
SHAMAL BAHRAL GHAZAL
WARAB
AL BUHAYRATJUNQALI
NAHR AN NIL
GHARB BAHRAL GHAZAL
Jartúm
Juba
SUDÁN
SUDÁN DEL SUR
KORDOFÁNDEL SURZona en
contienda
ABYEILa disputa por la región, rica en petróleo, ha obligado a huir a 260.000 personas
La única forma de ganarse la vida con dignidad es trabajar para el Gobierno
«Nuestro potencial no puede ser desperdiciado», dice un ‘niño perdido’