Mindfulness en el IES Las Lagunas.

Atención Plena a la postura. Meditación del árbol.

Meditación de pie. Lo ideal es estar de pie junto a un árbol o visualizarlo desde la

ventana. Si no tenemos un árbol cerca cerramos los ojos y lo visualizamos.

Ahora vamos a imaginar que cada uno de nosotros nos convertimos en un árbol. El que

queramos.

Visualiza un árbol delante de tuya, siente su energía. Conviértete en ese árbol. Percibe

que ese árbol posee un tronco largo. Observa las ramas y las hojas. Siente las raíces de

ese árbol al penetrar en el suelo, y la energía de la tierra que es emanada hacia ti y te

está envolviendo.

Durante el ejercicio, trata de mantenerte en clama. Sigue las instrucciones.

Recuerda: respira profundo. Siente como el aire te limpia y regenera al pasar a través

de ti. Observa tu respiración (¿está agitada?, ¿es acelerada?, ¿es tranquila?), no

juzgues, solo observa. Contrólala. Inhalación y exhalación igual de profunda y larga.

Céntrate en tu respiración. Si llegan sonidos, pensamientos,…, identifica y deja pasar.

No te enganches. Vuelve a tu respiración, siente estar dentro de tu cuerpo.

Siente como crecen tus raíces desde las plantas de los pies y van penetrando en el

suelo sobre el que estás.

Lo mismo sientes un ligero balanceo en tu cuerpo, como cuando el viento mece las

ramas y las hojas del árbol. No fuerces este movimiento, sintonízate con él de manera

natural.

No te muevas del sitio, recuerda que tienes unas raíces que te fijan al suelo y a la

tierra que está pisando.

Permanece en contacto con la respiración y percibe todo lo que te llega del entorno.

Ahora, siente ese árbol que está más cercano a ti, ese ser con tantos y tantos años de

edad, él ha visto muchas generaciones pasar. Míralo con respeto, admiración y

agradecimiento. Tócalo (¿qué sientes?, ¿qué te transmite?), abrázalo como si fuera

alguien que hace mucho que no ves. Agradece la experiencia.

Escúchale y siente su presencia.

Aunque no te puedes mover de tu sitio, imagina que puedes tocarlo con tu mente y

con tu cuerpo.

Concéntrate en tu respiración para mantenerte atento al momento presente.

Siente tu propio cuerpo de pie, respirando, existiendo momento a momento.

Ahora:

- Explora el contacto con el aire a través de la respiración

- Explora el contacto con el suelo a través de los pies

- Explora el contacto con los sonidos del entorno a través del oído

- Explora el contacto con la luz, el color y las sombras a través de la vista

- Explora el contacto con los pensamientos que pueden surgir en tu mente y

déjalos pasar

- Explora este momento, ahí, de pie.

Abre los ojos y reflexiona:

¿Qué te puede enseñar el árbol? ¿Puedes aprender algo más sobre la calma? ¿Y sobre

estar en contacto con lo que nos rodea?

Mª Adela Camacho Manarel