Josep Aguilera i Pallares

con la colaboración de J. Folqué, J.L. Gonzalvo, J. Ibáñez, R. Jové, C. Macaya, J. Martí, C. Martínez, O. Martínez, P. Mas, J.A. Melús, J. Molí, V. Polo, N. Prat, M. Riva, J. Valls, J.L. Velasco, M. Villares y M. Yagüe.

M O N T S E N Y cabuyería y técnicas de campamento

EDICIONES DON BOSCO BARCELONA

Cubierta y dibujos: Horacio Elena

FS PROPIEDAD

< Ediciones Don Bosco Barcelona, 1975

Impreso en España Printed in Spat'n

Depósito LegalB-38155-75 ISBN 736-1215-5

PARTE I

cabuyería: nudos y amarres

"Una buena cuerda y saber usarla es muy nece­sario en un campamento".

A esta primera parte se le conoce también con el nombre de CABUYERÍA. Comprende el arte de hacer nudos y hacer I os bien. Ello permite adquirir una ver­dadera destreza manual. Por otra parte el campo ofrece abundantes ocasiones para poner en práctica los conocimientos adquiridos. Es de gran utilidad el cono­cimiento de todo lo que se refiere al uso y manejo de cuerdas y nudos.

W

los chicólos, cuando se encuentra ase<|u rado en un luc|ar. Por ejemplo: una cuer da asegurada a u i u estaca.

Mena: Ls lo que mide el <|iosoi de una cuerda. Se obliene midiendo su con torno y no su di/nnei io

Nudo: Son Lis ataduias que se em plean para unn dos cueidas enire sí o con otros malenales.

Gaza: I s la lo ima que adopta la cuerda cuando ésla se acerca al lugar donde está asegurado uno d(? los chi cotes.

Lazo o sonó: Ls la lisura (JIKÍ resulta al cruzar un chicóle sobro un l irmo.

1.3. COMO GUARDAR LAS CUER­DAS

Una vez empleada, la cuerda debe ser enrollada y atada de tal modo que des­pués pueda ser util izada rápidamente.

La cuerda conviene que sea enrollada en una mano al menos los tres primeros metros, procurando que no quede torcida.

Si están húmedas convendrá exten­derlas en un lugar donde corra el aire. Procurad no extenderlas al fuego.

Convendrá, como ya se ha dicho anteriormente, qué no haya ningún nudo.

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2. NUDOS:

2.1. CONDICIONES QUE DEBE REU­NIR UN BUEN NUDO

— Que pueda hacerse con facilidad y rápidamente.

— Que sea resistente y de utilidad para el fin propuesto.

— Que sea fácil de deshacer. Convendrá no aprender ningún nudo

sin saber su utilidad. Para practicar, cada uno deberá tener

su cuerda personal, y no cordeles, puesto que éstos resultan inadecuados.

Cuando se esté practicando en nudos convendrá no pasar de uno a otro sin 14

dominar bien el anterior. Será de gran utilidad saber pasar de un nudo a otro viendo la relación existente entre ellos.

Un nudo convendrá practicarlo hasta que se sepa realizar correctamente.

2.2. ALGUNOS NUDOS

Quizá os desaniméis tan sólo al ver estos nudos. Unos tan diferentes de los otros y con nombres tan diversos. No creáis que es imposible el asimilar esta materia.

Sería muy positivo que estos nudos los fuerais asimilando a medida que los

necesitarais. Asimilados de esta manera, podéis llegar muy lejos.

J S » ü U » u W i C a ^

Nudo de ri/o: Su usa para atar cuer das del misino grosor. Es muy sencillo y se deshace con gran facilidad. Es (Je los pocos nudos qu<í so usan en vendajes. También se utih/a para atar paquetes y bultos. Debes procurar diferenciarlo del nudo de vaca. Alentó a la diferencia.

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Nudo de tejedor: Se usa para unir cuerdas de diferente grosor, pero fíjate

bien que la cuerda fina es la que está cruzada. Este nudo sirve paca tejer redes o parp amarrar los anillos de una bandera en el repliegue y despliegue de ésta. Se le conoce también con el nombre de vuelta de escota.

Vuelta de un cote: Este nudo es muy sencillo porque se desata fácilmente. Sólo sirve cuando una de las cuerdas está en tensión.

Vuelta de dos cotes: Es parecido al anterior, pero más seguro. También se llama nudo corredizo o marinero, porque se puede deslizar hasta deshacerse por

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completo. Puede usarse este nudo para atar los vientos o piquetes de una tienda de campaña. Este nudo y el anterior se usan para atar una cuerda a un obieto.

As de guía: Existen muchas maneras de hacerlo. Es de absoluta seguridad

puesto que no hay peligro de que se des­haga. Por sus aplicaciones, que son innu­merables, es el nudo que más se emplea. Entre éstos cabe destacar, por ejemplo, el izar o descender una persona en casos de salvamento, el fijar fuertemente una cuerda a un árbol, etc..

Nudo de evasión: Es un nudo de sal­vamento con el que podemos recuperar la cuerda. Pero cuidado: no lo hagas nunca alrededor de un objeto liso y prué­balo siempre con un peso antes de usarlo.

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Presilla de alondra: Se usa para suje­tar una cuerda a un objeto, pero de una manera especial para sujetar un objeto delicado por medio de una argolla a la cual está sujeta el nudo.

Vuelta de bal/estrinque: Este nudo tiene la ventaja de que no se deshace, aunque se esté realizando fuerza por un sólo extremo. Es de gran utilidad para la construcción de puentes y pasarelas improvisados.

Vuelta de braza: Sirve para amarrar la cuerda a estacas o anillos y se emplea mucho para afirmar rápidamente el cabo de una cuerda.

Nudo de pescador: En caso de que tengas que usar cuerdas deslizantes, o que hayan de ir al agua o recibir fuertes sacudidas, usa con preferencia este nudo. Se usa pues para unir cabos de cuerdas diferentes y de diferente grosor. No es de gran utilidad, ya que después es difícil de deshacer.

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Nudo de ancla: Es muy parecido a la vuelta de braza. Se le conoce también con el nombre de estalignar y sirve para atar una cuerda a un ancla o más comun­mente para sujetar los vientos de las tiendas.

Nudo de arrastre: Se le conoce tam­bién por el nombre de leñador. Se utiliza para arrastrar objetos, como por ejem­plo: un tronco. Este nudo es muy utili­za

zado para comenzar los amarres. Ya hemos dicho que para sujetar una cuerda a una estaca, árbol, e t c . se usa el nudo de ballestrinque. Pero este nudo tiene el inconveniente de que no es útil cuando hay que amarrar una cuerda tensa. En tal caso se pueden usar el nudo de arrastre o la vuelta de dos cotes, (vuelta muerta y dos cotes).

Vuelta muerta: No es propiamente un nudo, sino que es una vuelta alre­dedor de una estaca, que se suele usar para mantener tensa la cuerda, cuando se deja deslizar algún fardo.

Vuelta de gancho: Se emplea este nudo para reafirmar un cabo de cuerda a un gancho, pero sin necesidad de hacer nudo alguno; el cabo conviene que esté bien tensado para que no pueda soltarse.

Vuelta de golondrina: Es de gran utilidad, sobre todo para amarrar objetos. También se usa cuando se tienen que cruzar dos cuerdas para evitar que los cabos de una de ellas deshagan la liga­dura.

Balso por seno: Es prácticamente lo mismo que el as de guía, pero con la particularidad de que la cuerda es doble. Se usa en casos de salvamento para poder levantar a una persona; la postura de ésta es la de sentado, por lo que el seno de­berá ser lo suficientemente grande.

Balso por chicote o de calafate: Es más útil que el balso por seno, por el mero hecho de que no se emplean las manos para sujetarse. Puede usarse en

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casos de salvamento, con personas que han perdido el sentido.

Nudo de acortamiento o de mar­garita: Como indica el mismo nombre, sirve para acortar una cuerda antes de cortarla. También la protege y evita que se desgaste. Es muy resistente, prueba de ello es la gran diversidad de utilidades en que se usa. Este nudo tiene el incon­veniente de que sólo se puede utilizar

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cuando ta cuerda tiene una tracción constante.

Nudo de arnés de hombre: Se usa para evitar que una cuerda se deshaga. Este nudo se hace en el medio de la cuer­da con lo que ésta queda reducida en su longitud.

Nudo corredizo: Cuando quieras atar una cuerda a cualquier objeto, te puedes servir de este nudo. Si necesitas que un nudo corredizo sea fácil de desatar, uti­liza la vuelta de un cote, que presta bue­nos servicios cuando se trata de levantar o arrastrar maderos, con la condición de que la tracción sea siempre constante.

Nudo corredizo doble: Se usa sobre todo cuando se desea suspender una carga de un cabo doble. Al igual que la vuelta de bal/estrinque debe sujetarse un

cabo de la cuerda a un firme cualquiera que resista.

Nudo si na de bombero: Se utiliza este nudo en casos de salvamento para ¡zar a personas inconscientes. En tales casos se coloca una de las dos gazas por debajo de los hombros de la víctima y la otra por debajo de las rodillas.

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Nudo de galera: Se usa para unir un fardo entre varios. Cuidado con este nudo pues tan sólo se mantendrá sin des­hacerse, si el extremo A está siempre al lado de la tracción.

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3. AMARRES

Se utilizan para atar varios troncos. Se ha de recurrir a ellos cuando no se desea emplear clavos. Desempeñan un papel fundamental en muchos tipos de construcción que se hacen en un cam­pamento.

La cuerda empleada ha de ser más o menos gruesa según el f in a que se des­tina. Con todo, hay que tener en cuenta que la resistencia del amarre depende principalmente de la forma como se ha hecho, y no tanto del cordel. Por eso, la ejecución del amarre es importantísima de cara a la eficacia. Mientras se hace el amarre, la cuerda debe estar siempre tensa.

3.1. AMARRE CUADRADO

Se emplea para atar troncos en án­gulo recto. Se inicia con un nudo de bal/estrinque en el tronco vertical y se van rodeando los troncos como indica la figura. Se termina con otro nudo de ballestrinque sobre el madero horizontal.

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3.2. AMARRE DIAGONAL

Se utiliza para atar dos maderos que se cruzan sin formar ángulo recto, es decir, en forma de X. Se inicia con un nudo de ballestrinque o leñador que une los dos troncos por los ángulos mayores. Se dan varias vueltas, según indica el dibujo, y se concluye con otro nudo de ballestrinque.

3.3. AMARRE REDONDO

Sirve para atar dos maderos parale­los. Sobre uno de los troncos se hace un nudo de ballestrinque y con el extremo 24

largo de la cuerda se van dando vueltas a los dos maderos. Se concluye haciendo un nudo de rizo con las dos puntas de la cuerda.

3.4. TRÍPODE

Se utiliza para unir tres troncos. Se inicia con un nudo de ballestrinque sobre el tronco central y se van rodeando los tres maderos como indica la figura. Se termina con otro nudo de ballestrinque y

a continuación se gira el tronco central para que el amarre quede prieto.

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4. REMATE DE CUERDAS Y ENSAMBLAJES

Ya desde su fabricación tienden a deshilacharse los cabos de las cuerdas. Puedes remediar este inconveniente rematándolos con un nudo sencillo, un nudo en ocho o un nudo en capuchino.

Resulta mucho más eficaz hacerlo con un remate. En el grabado verás dos maneras de hacerlo: escoge la que más te guste, aunque te advierto que con la de la izquierda corres el peligro de que se te rompa el hilo al tirar de él.

Más elegante es el remate hecho con un empalme. No necesitas ningún ins­trumento especial para hacerlo, ya que se puede improvisar un empalmador con

cualquier objeto puntiagudo que no sea cortante (por ejemplo: un trozo de cuer­da puntiaguda y dura, del grosor de un lápiz, tallado en punta), o con algún pedazo de alambre, al que se haya dado forma de enhebrador de agujas. Este

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segundo sistema permite aprovechar los cabos que se deshilaclian, sin que haya que cortarlos.

Estos nudos especiales son llamados también pinas. Son los siguientes:

4.1. REMATES

Pina sencilla o media pina

Gazas

Nudo de arnés de hombre

O los siguientes

^ &

z C A P U C H I N O

1 2 3 E M P A L M E EN CABO

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4.2. EMSAMBLAJE DE CUERDAS O COSTURAS

Ya hemos hablado de varios nudos que sirven para ensamblar las cuerdas entre sí: el de rizo, el de pescador y la vuelta de escota. Si temes que este últi­mo se corra —lo que no es raro cuando se unen cuerdas de grosor muy desigual— puedes reforzarlo haciendo la vuelta de escota doble o la vuelta de escota.

En el dibujo se explica cómo se hace

el empalme en longitud, muy práctico y vistoso y que sirve para unir cuerdas de un grosor parecido. Para que este empal­me resista fuertes tracciones, debe tener una longitud total igual a 15 veces el diá­metro de la cuerda.

4.3. COSTURA REDONDA O CORTA

Es la más fácil de hacer, y aunque sólida, se emplea sólo cuando no hay tiempo de hacer la costura larga.

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PARTE II

técnicas de campamento

1. MATERIAL PARA UN

Vamos a poner a continuación un elenco de materiales que creemos útiles para un campamento.

Ahora bien, la experiencia nos con­firma que muchas veces llevamos con nosotros gran cantidad de material que luego resulta inútil.

Por este motivo, el presente elenco quiere ser sólo una orientación de cara a ayudar al responsable de un campamen­to. A su criterio queda discernir qué cosas servirán y cuáles no.

Para facilitar esto, dividimos el mate­rial en tres grupos: individual, de peque­ño grupo y de gran grupo. Esta división 30

es bastante artificial, ya que habrá ma­terial que será conveniente tener indivi­dualmente al igual que en patrulla y en el almacén del campamento.

Así pues, programemos el material después de haber planificado el campa­mento y de saber qué cosas vamos a realizar.

1.1. MATERIAL INDIVIDUAL

Mochila Impermeable (anorak) Saco de dormir (mantas) Botas altas (chirucas)

Zapatillas de deporte v Hacha Linterna Cuchjllo (suizo) Silbato Cerillas Brújula Cuerdas Bloc de notas Bolígrafo Cantimplora Vaso Plato Cubiertos de campo Guantes Pijama Camisas Mudas Calcetines (de lana) Pañuelos Toallas Cepillo de dientes

Dentífrico Peine Jabón Espejito Material para afeitarse Talco Cepillo Cepillo de zapatos Crema de zapatos Trapos Servilletas Jersey de lana Pantalón corto Cinturón Bañador Pantalón y camiseta de deporte Chandal Instrumentos musicales Tijeras Aguja Hilo Imperdibles

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D.-N.l. Pasaporte Dinero Libros (cantos, juegos...) Permisos necesarios

(Cf. Técnica de Apostolado, N.° 119-120. SEL Madrid. 1974)

1.2. MATERIAL DEL PEQUEÑO GRUPO

Tienda de doble techo Palos y estacas Lonas para el suelo Hachas Palas y azadas Martillo Sierra Machete Cordeles y cuerda Alambre galvanizado Yeso y tiza Banderas e insignias

Lámpara de petróleo o butano y sus útiles

Velas Papel, lápiz, sellos... Mapas Pequeño botiquín:

— Compresa de gasa y vendas — Compresas adherentes (tiritas) — Esparadrapo — Paquete de algodón hidrófilo — Alcohol de 90° — Agua oxigenada — Pomada antihistamínica (quemaduras) — Tijeras — Pinzas

1. 3. MATERIAL PARA GRAN GRU­PO

Material sanitario: (Cf. Enfermería en Técnicas del gran grupo) Material cocina: (Cf. Cocina en Técnicas del gran grupo)

Material de limpieza: Jabón Esponjas Paños de cocina Lej ía Cloruro de cal para las letrinas Papel higiénico Escobas Estropajos

Material de almacén: Picos Palas Rastrillos Tridentes Hachas Carretilla Guadaña Hoces Capazos Maza Martillos Tenazas

Alicates Clavos Escalera Pinturas Pinceles Tijeras de podar Alambre Tubos Escobas Cuerdas Cinta métrica Balones Pelotas Cronómetro Flotadores

Material vario: Libros Máquina de escribir Folios G rapadora Cola Cinta adhesiva

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Aguarrás Transistor Rotuladores Megáfono Cancioneros Objetos religiosos Cassette

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2. TÉCNICAS INDIVIDUALES DE CAMPAMENTO

Vamos a tratar en este apartado de una serie de actividades interesantes de cara al individuo. Como es natural el campo es amplísimo. Aquí sólo vamos a ver un poco los trabajos manuales y el cuaderno individual.

Respecto a los trabajos manuales hay una gran cantidad de libros, por tanto remitiremos a ellos, donde podremos seleccionar a nuestro gusto y de forma adecuada a los niños. Con todo nos per­mitimos exponer tres que nos parecen interesantes:

— Proponerles hacer un trabajo con sólo elementos naturales es algo muy

educativo, ya que implica buscar mate­riales, conocer la naturaleza y desarrollar la propia creatividad.

— También es interesante que cada uno se construya un recuerdo del lugar. Es algo que después se conserva con gusto.

— Finalmente les podemos proponer hacer una máquina que no sirva para nada. Que los demás compañeros bus­quen posibles usos.

El otro punto que queremos resaltar es el de un cuaderno, especie de diario del campamento.

Es interesante tener este cuaderno y

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que en él tomen nota de las experiencias más interesantes, de las relaciones con los demás, de los descubrimientos en la naturaleza, de las ideas que les gustaría conservar, de un aviso que se les ha dado. Es útil después a la hora de hacer la revi­sión y también para hacerles centrar y

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responsabilizar de sus propias acciones. Como se puede comprender, puede

tener otros diferentes usos, adecuados a las necesidades de cada caso concreto. Es obvio decir que ellos deben sentirse dueños de su libreta y actuar en ella con toda libertad.

3. TÉCNICAS PARA PEQUEÑO GRUPO

3.1. LA PARCELA

Lugar para acampar

a) Preferentemente en suelo seco y compacto carente de hierbas altas o arbustos y, por tanto, de humedad.

b) Buscar un trozo elevado si no queréis ahogaros en una balsa cuando llueva.

c) Procurar que esté al resguardo de vientos, sobre todo de los del Norte.

d) Próximo a un manantial de agua potable.

e) Con árboles que puedan propor­cionarnos sombra y leña; si bien, sin

colocarnos debajo de ellos para evitar, en caso de lluvia, mojarnos doblemente, posibles desprendimientos de ramas secas, etc..

f) Alejados de pendientes que puedan favorecer aludes de piedras o nieve.

g) Evitar caminos próximos o pasos de ganado.

h) No colocar la tienda en los con­tornos de un árbol aislado. En caso de tormenta es más seguro el peligro de un rayo.

i) Separados de cualquier fuente de insectos: hormigueros, avisperos, aguas detenidas...

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Cercado de la parcela

Algunas veces es útil limitar el es­pacio de cada equipo, o bien, dedicar una tienda para enfermería, cocina,...

El dibujo nos muestra una barrera hecha con cordones y cuadrados de tela o pañuelos, etc..

Emplear el amarre diagonal.

Y poner cuidado en no tensar demasiado los pañuelos, si no queréis rasgarlos.

Instalación de la tienda

— Limpiar el terreno de hierbas y piedras. 38

— Allanarlo cuanto nos sea posible. — Colocar los montajes perfecta­

mente perpendiculares al suelo

Servirse para ello de una plomada impro­visada qon un cordel y una piedrecita.

— Mientras dos sostienen los mon­tantes el resto clava los piquetes (deben formar un ángulo de 45° con el suelo) y va tensando IQS vientos (cuerdas), tra­tando de que guarden la dirección de la costura que los une al toldo.

Otras maneras de sujetar los pique-

tes, sobre todo cuando el suelo es poca consistencia.

En cuanto a la ventilación:

Preparados contra la lluvia

Hacer siempre alrededor de la tienda una zanja de 15 o 20 cm de anchura y otros tantos de profundidad para que, en caso de lluvia, el agua no se detenga en el suelo y así no pueda filtrarse luego en el interior de la tienda. Siguiendo la pen­diente del terreno hacer varios desagües o canales de la misma anchura que con­duzcan las aguas hacia un terreno más bajo.

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Cuando llueva, notaréis al principio que el techo de la tienda se empapa dan­do la impresión de que el agua va a pasar de un momento a otro al interior; pero no os asustéis, una vez se haya mojado todo el tejido, éste se contrae y el agua no podrá filtrarse. Pero tened siempre mucho cuidado, cuando el paño esté mojado, en no rozarlo en absoluto pues, si lo hacéis, estad seguros de que se os formará una gotera en ese mismo sitio. 40

De todas formas, si ocurriera así, lo mejor es canalizar la gotera; basta para ello aplicar el dedo sobre el lugar de la molesta filtración y deslizarlo suave­mente hacia abajo, siempre en contacto con el paño hasta llegar al suelo por el camino más corto. Hecha esta operación, la gotera ya no caerá directamente aden­tro, sino que llegará al suelo siguiendo la línea trazada por el dedo.

SUJETAR UN TENSOR

TENSOR

Cuando llueva aflojad las cuerdas de la tienda, pues éstas se encogen y existe el peligro de que la tracción rasgue el

paño. Por eso es conveniente estar pro­visto de unos buenos tensores que debe­remos manejar como indica la figura.

Podéis también usar para tensar la cuerda un as de guía.

Contra el viento

El viento es un temible enemigo de la tienda de campaña; por eso, procurar ins-

s

talarla siempre al abrigo de algún ribazo y con la entrada de frente a este obs­táculo. Sujetad bien los piquetes y re­forzad la tienda con vientos suplemen­tarios como indica la figura.

Reparación de la tienda:

— Desgarrón de una esquina del do­ble techo: Cose una pieza triangular y una correa colocada de forma que forme un ojo al que se pueda fijar un nuevo viento. _ /??^

R I N C Ó N r j \ REPARADO {¡¿I ^J$

— Rasgón de la tienda en el ojete pro parado para el palo: cose en este sitio un

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trozo de cuero redondo con un agujero en medio por donde pueda pasar el palo.

— Desgarrón en el techo o en los muros: cuando es en el techo, cose una pieza a cada lado; primero la del interior y luego la del exterior, fijándote que ésta última sea un par de cm. más larga que la interior. En los muros bastará una sola pieza.

— En cualquier desgarrón será siem­pre muy útil el uso del esparadrapo como primera medida de urgencia.

— Ten siempre presente que una vez en casa repararás nuevamente y con su­mo cuidado todas las averías.

Iluminación

Nada más molesto que una linterna que se mueve al borde de una cuerda, cuando leemos por la noche. Así, pues, colocaremos el foco de manera que la luz 42

sea lo más fija posible. En lugar de la vela puede colocarse una linterna o una lám­para de butano; aprovechar para ello el montante de la parte de atrás de la tienda.

Perchas y colgadores

— Gancho: Cuidar atentamente los rebordes para no estropear el vestido.

Colgado Atado a un tronco

Clavado a una madera lisa

En el gancho, atado a un tronco, hacer dos entrantes: uno en el gancho y otro en el tronco.

En el gancho clavado a una madera lisa: cortar el gancho a lo largo por la mitad.

Pueden unirse varios ganchos para formar una percha, como muestran los dibujos.

— Usar el nudo de galera, en la per cha alrededor de un tronco

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— Colgador al fondo de la tienda:

— Colgador para herramientas:

— Colgador para utensilios provistos de un asa (cubos,...)

— Porta-objetos de cuerda: este sis­tema permite colocar todos los objetos provistos de un anillo (silbato, brújula, reloj, linterna, cuchi/lo, etc..)

Soportes para bordones:

— Estanterías para el interior de la tienda:

La red de cuerdas o lianas puede sostener los sombreros y objetos muy ligeros.

Soporte para zapatos

Mojados y llenos de papel de perió­dico o de paja y protegidos del suelo.

Tendereros de ropa

Si tenéis tiempo y buen humor po­déis comenzar a fabricar uno de estos modelos con la esperanza de no comer 46

nunca en ellos, porque los acabaréis el día antes de marcharos. Y para no acabar de mataros la creatividad, que se supone tenéis, omitiré las explicaciones que deberían seguir a cada dibujo:

Toldos y sombrajos

Podéis construir un sombrajo de la siguiente manera:

— Cortad cuatro estacas de unos dos metros de altura y cinco centímetros de diámetro.

— Hacedles punta en un extremo y clavadlas en tierra formando un rec­tángulo de las dimensiones que ne­cesitéis.

— Cortad otras cuatro estacas lo más derechas posibles de la longitud de los

lados del rectángulo y atadlas horizon-talmente a la parte de arriba de las pri­meras.

— Colocad por encima una serie de travesanos más delgados que ataréis sobre los largueros longitudinales y sobre éstos extended heléchos, retamas, bá­lago, eneas u otro ramaje tupido, suje­tando bien el conjunto con cuerda fina.

Si disponéis de una buena lona de suficientes dimensiones, os bastará con las cuatro estacas verticales y los vientos bien tirantes en las esquinas.

3.2. CONSTRUCCIÓN DE UNA CABANA

Refugios

Para que en una choza no entre el agua deberá tener las paredes oblicuas. Por ello debemos construir cabanas muy puntiagudas.

Para empezar haremos una zanja F y después colocaremos los palos ma­yores A, B, C.

Atemos todo esto con círculos dis­tanciados E, dejando sin cerrar la puer­ta P.

Estos círculos los podemos atar con alambre F, cuerda C y lianas naturales I.

Cubrámoslo con haces de paja B atados unos contra otros, empezando por abajo y yendo hacia arriba.

Si lo que queremos construir es una cabana larga, debemos poner más cui­dado, siguiendo el esquema.

La parte superior del techo ha de quedar bien cubierta, o bien pegando los extremos con barro o tierra, o con una banda de lona atada.

Choza cónica

a) Estructura: Los palos mayores deben ser fuertes y afilados en su extre­mo más grueso. 50

Trazar una circunferencia que tenga por diámetro la separación de los palos mayores. Poner estacas a lo largo de la

circunferencia distanciadas unos 60 cm, aunque para la puerta deberemos dejar unos 90 cm. Para la puerta ver la figura.

Si queremos hacer dos cabanas uni­das, pero independientes la una de la otra, la figura nos puede dar una orienta­ción al respecto.

Si lo que nos interesa es hacer una cabana alargada, el esquema de la figura nos explica cómo hacerlo. Es de notar que tiene cuatro palos mayores, los que limitan el rectángulo central, y un lar­guero central.

b) Para cubrir la tienda podemos servirnos de mimbres y a falta de ellos, con una liana llamada clemátides, muy frecuente en los bosques.

Entre los montantes M de la cabana pongamos diferentes postes clavados en el suelo, que no lleguen a la punta. Sujé­tennoslos con la liana L, según la figura.

Igualmente hagámoslo con postes más cortos.

La figura nos puede orientar con res­pecto al resultado. Es importante hacer notar que debemos empezar el tejido por arriba dejando en la parte superior una abertura circular. 52

c) El revestimiento se hace con adobes de turbas o si no con terrones de hierbas, mejor que de barro.

Los adobes deben tener unas dimen­siones de dos anchuras de pala a lo largo y una anchura de pala a lo ancho. La figura nos muestra cómo sacar un terrón.

Choza cubierta

El esquema de la figura nos puede dar una idea de cómo construir una ca-' baña cubierta.

Choza colgante

La figura nos muestra los diversos aspectos que presenta una cabana de este tipo.

Cabana de horcas

Hay un tipo de cabana, llamada de horcas, que sirve muy bien como refugio en caso de necesidad, y además es muy simple.

2.50<n.

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3.3. EL FUEGO EN EL CAMPA­MENTO

El fuego es uno de los ingredientes de un campamento, que es de gran utili­dad, pero que, a la vez, puede resultar un grave peligro para el grupo y para el bosque.

Madera

La madera ha de ser bien seca. Cada tipo de madera arde según su poder calo-

rífico. El cuadro siguiente muestra dicho poder calorífico según la clase de ma­dera:

ÁLAMO

ABEDUL

OJARANZO

ROBLE

CONIFERAS

FRESNO

HAYA

OLMO

CHOPO

SAUCE

TILO

Arde pronto

X

X

XX

X

XX

Llama viva

X

X

X

X

X

X

Calor fuerte

X

X

XX

X

X

X

X

Buenas brasas

X

X

X

X

Cómo encender fuego

Lo primero que debemos hacer es un montículo de madera o ramas, con la abertura cara al viento; este montículo tiene un armazón de tres ramas con madera seca alrededor. Introducir una hoja de papel y encender.

ANTORCHA. DEL-PAp-E.1-

Pequeñas observaciones

Si el suelo está húmedo el fuego lo debemos hacer encima de una plancha de ramas.

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A falta de papel se pueden usar: abedul, agujas de coniferas, virutas o ramas muertas, pero con la condición de que estén bien secas.

Si el tiempo es húmedo y frío c' fuego debe ser mucho mayor.

Hay un tipo de piedra, la de gres, que se rompe con el calor, por lo que no debe ser usada para hacer el apoyo del fuego.

Tipos de fuegos

De pastor De estrella 56

Con reflector Llar

Fuego de zanj as Protege fuegos

Fuego de campamento

Precauciones

Finalmente digamos unas cuantas palabras respecto del cuidado que hay que tener al encender un fuego.

— Alrededor de donde encendamos fuego, en un radio de 2 ó 3 m por lo menos, desbrocemos y limpiemos el terreno de toda clase de hierbas com­bustibles.

— Tener siempre a mano un cubo de agua, por si acaso.

— Al acabar de utilizar el fuego hay que poner especial cuidado en apagarlo inmediatamente y apagarlo bien.

— Si con todo se produce algún per­cance, podemos hacer un contrafuego que consiste en desbrozar de toda clase de maleza combustible una franja de terreno para que el fuego se extinga.

3.4. EL HACHA

El modelo de hacha más aconsejable es el hacha canadiense, cuyo mango está curvado dos veces y da la posibilidad de poder sostener bien la herramienta.

El mango queda sujeto al hierro por un agujero llamado ojo. Es importante que haya un buen equilibrio entre el hierro y el mango.

PUNTO DE EQUILIBRIO

\ w

La parte posterior del filo puede uti­lizarse para plantar piquetes, pero debe­mos tener cuidado con ello, pues si se usa de cualquier manera, podemos llegar a resquebrajar el ojo del hierro y en­tonces el mango pierde fuerza.

58

Es preciso para conservar el hacha tener una funda que se puede hacer con un trozo de cuero. También es intere­sante llevar una piedra de afilar para las necesidades urgentes.

Cómo empuñar el hacha

Observando el hierro del hacha nos daremos cuenta de que el agujero tiene cierta largura H, pero hay una parte E más estrecha que la otra S.

El mango debe entrar en el hierro por el lado estrecho. El mango, pues, debe tener una forma necesaria.

VA L

Dibujemos la forma de la entrada E. Seguidamente, a la distancia H del agu­jero, tracemos una línea circular limi­

tando la forma a cortar. Seguidamente cortemos los cuatro lados y a continua­ción lo redondeamos.

La última operación consistirá en cortar con un serrucho la mitad de la parte saliente, para formar la ranura C en donde irá la cuña.

a) Fabricación de la cuña: El ma­terial que "debemos usar es una madera dura, tengamos en cuenta que la parte más resistente es el centro de una rama.

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Por ello, cojamos un leño bastante largo y hagamos dos cortes oblicuos E en el borde, dándose la cara.

Seguidamente cortemos la ranura hecha anteriormente ^

b) Colocación de la cuña: Prime­ramente debemos coger el mango e intro­ducirlo en el hierro. Seguidamente meter la cuña en la ranura, golpear la cabeza de la cuña contra la pared a fin de que se introduzca por la ranura, asiendo el hacha por el mango, cerca del hierro.

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Una observación importante es que debe­mos empezar a golpear despacio, e ir aumentando progresivamente la velo­cidad.

Cuando la cuña no penetre más, serremos lo que sobre. Si queremos reforzar el ensamblaje podemos hacerlo poniendo cuñas de hierro pequeñas en forma de cruz o atornillando dos tor­nillos cortos y gruesos en la madera.

Cuidado del hacha

Después de haberla usado, es con­veniente secar bien el fi lo del hacha con un trapo empapado de grasa y meterla en su funda.

Para impedir la oxidación del hierro en tiempo de lluvia, será preciso secarlo y engrasarlo ligeramente.

Con el uso puede ocurrir: a) Que se salga el mango: Entonces

debemos volver a poner el hierro gol­peando por la otra punta, seguidamente y para engrandar la madera podemos ponerla en aceite de lino tijpio.

Los mangos tienen en su parte infe­rior una forma más o menos puntiaguda. Si no ponemos atención a los golpes la podemos romper. Por ello, es aconsejable serrar una pequeña parte de madera a fin de que los golpes den sobre parte plana.

b) Que el hacha no corte: la ma­yoría de las veces bastará con la piedra de afilar. Pero cada cierto tiempo habrá que afilarla. Necesitaremos una piedra de gres dando vueltas a una cubeta de agua. Como que es difícil acertar con el ángulo adecuado, es mejor dejar el trabajo a un especialista.

c) Que se rompa el mango: debe­mos retirar el trozo de mango que está en el agujero, para ello enterremos en tierra húmeda el hierro hasta el agujero y después encendamos un pequeño fuego.

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Esta operación se ha de hacer lo más rápidamente posible.

Seguidamente se enfría el hierro en agua y está dispuesto para poner otro mango.

d) Que se raje el hierro: cuando el fr ío es intenso, y hay posibilidad de que el hierro se raje, es bueno calentar lige­ramente el hierro del hacha.

Empleo del hacha

a) Principios generales: — Para atacar la madera con el hacha.

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— Para cortar, golpear a derecha e izquierda.

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— Dónde apoyar lo que se deba cor­tar.

— También se puede trabajar en el

— Cuando estemos po»$ ̂ mitad hay que tener en cuenta.

— Nunca debemos coger la madera por el pie o con la mano de forma que podamos lastimarnos.

— En tiempo de heladas la tempera­tura baja puede estropear el hierro, por esto es aconsejable calentar el filo en la llama.

b) Poda de árboles: Los cortes han de ser exteriores.

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Sentido de la poda

c) Tala de los árboles: Los cortes han de ser.

CORTE: W fti'.'-i DE L<\ • p = —- , SIERRAN m,\'l , )'&«

La forma de hacer las virutas. Sepa­radas oblicuamente y cortadas al ras.

Es preciso, al cortar, estar siempre al lado opuesto de la caída y alejado a cier­ta distancia.

d) Para afilar o aplanar una super­ficie.

5. Montseny

Precauciones

Está prohibido: — Golpear el hacha contra los

árboles. — Cortar un árbol sin autorización. Es peligroso: — Dejar las hachas por el suelo. — Clavar el hacha en tierra húmeda,

pues se podría romper el hierro. — Llevar el hacha sin funda y soste­

nida por el mango. Para cuando la llevemos sin funda

debemos llevaría­

is

3.5. EL CUCHILLO

El mejor cuchillo es el plegable, de una sola hoja y de corte recto, con un gran punzón en la punta.

Precauciones: — Alejar, al cortar, el cuchillo del

cuerpo.

- No separar la madera dando vuel­tas, pues puede romperse la cuchilla.

— Debemos separarla moviendo en el sentido del corte.

— No cortar perpendicularmente a las fibras, sino oblicuamente.

Si se ha de hacer un corte perpen­dicular pequeño, con un cuchillo afilado podemos hacer.

— Tener siempre el cuchillo limpio, alejado de los ácido y las confituras.

3.6. USOS DEL BORDÓN, DE LA PA­ÑOLETA Y DE LA MANTA

El bordón, la pañoleta y la manta son accesorios muy útiles al excur­sionista.

Usos del bordón

Usos de la pañoleta

Usos de la manta

tí

4. TÉCNICAS PARA GRAN GRUPO

4 . 1 . URBANIZACIÓN: GENERA­

LIDADES:

Tener el campamento bien presen­table es una alegría tanto para quienes lo ocupan como para quienes lo visitan, por eso sería conveniente que unos días an­tes de ser ocupado se destacase una patrulla de muchachos un poco mayores para iniciar el trabajo de montaje de aquellas instalaciones que usarán todos en común, como comedores, letrinas, fuego de campamento,... Luego, cada patrulla se encargaría de su tienda o lugar propio. Para ello señalizarían los

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caminos y sendas de acceso al campa­mento con letreros que bien pueden hacer ellos y de los cuales veremos al­gunos modelos. También delimitarían el recinto con una empalizada apropiada, marcar calles, puerta principal,...

Entradas

Para hacer la entrada principal del campamento hay muchas posibilidades y a la vez varios sistemas: pueden ser a base de dos torretas de madera con un alero transversal, con mástiles y cuerda entrelazada o con bordones ligados entre sí.

Cercas

Las cercas son útiles para delimitar, o bien todo el campamento, o el espacio de cada equipo y las tiendas especiales: enfermería, almacén,... También hay diferentes tipos de cercas para construir, ya sea empleando bordones y pañuelos o

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bordones y banderines, como en las figu­ras. Si la cerca es de mayor longitud se puede hacer más sencilla, ya sea me­diante una empalizada de 1 metro o 1,50 de alto, o incluso más sencillo: estacas de madera distantes entre sí y unidas por alambre.

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Mástil

Si la bandera o banderines propios del campamento no se han puesto en la entrada, es conveniente, y a la vez un trabajo que se puede hacer en el cam­pamento, la colocación de una bandera. Para ello hay que construir un mástil.

Este mástil tanto puede ser de bordones como de pequeños troncos unidos entre sí. Este modelo es un compuesto de cuatro trípodes de bordones, tres de ellos clavados en tierra, los cuales se componen de tres bordones cada uno convenientemente atados entre sí; el cuarto se apoya sobre estos tres trípodes. Finalmente sobre éstos se apoya un pequeño mástil, formado por tres bor­dones unidos uno a continuación del otro como en la figura. El gran mástil es más complicado de hacer: lo más impor­tante es que la unión de los troncos sea bien segura por lo que se cortará como en la figura, se clavará bien, si es posible se reforzará con planchas clavadas y un largo atado de ballestrinque. Otro mo­mento importante* es el izado del mástil: primero se prepara la fosa F donde que­dará clavado, y luego mediante un ro­dillo/? y tres obenques se procederá al

izado teniendo en cuenta que el mástil ha de estar sujeto cerca de su base>4 para que no se corra y se salga del, foso. Los obenques servirán posteriormente para aguantar el mástil sujetando éstos a unos piquetes previamente clavados en tierra.

Carteleras y rótulos

Tanto los carteleras como los rótulos tienen una función importante en el campamento, ya sea la de exponer posi-

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bles trabajos a los muchachos, orienta­ciones sobre el campamento o sobre el horario. Los rótulos evitarán que, al menos durante los primeros días del campamento se encuentren despistados. Los carteles pueden ser de muy diversas maneras. Aquí presentamos varios tipos

que los mismos muchachos pueden fabri­car. El primer modelo es un pergamino o un cuero tensado entre dos palos; el 76

segundo modelo es una piel tensada en un marco de madera. Y el tercer modelo es sólo de madera.

Los rótulos son más sencillos de hacer y se los pueden repartir los mucha­chos. Pueden ser de madera con letras pintadas, letras de alambre o cualquier

otro modelo que inventen. Ahora presen­tamos una lista de rótulos para un campamento:

AL CAMPAMENTO ACOTADO LETRINAS PASO PROHIBIDO AGUA POTABLE FREGADEROS ASEO PERSONAL LAVADEROS

BAÑO \¿-y* COCINA COMEDOR FUEGO DE CAMPAMENTO SANIDAD ENFERMERÍA ALMACÉN DE VÍVERES ADMINISTRACIÓN JEFE DE CAMPAMENTO CAPELLÁN CAPILLA

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Altar

El altar tiene una importante función en el campamento. Las misas de cam­paña favorecen la mejor participación de los muchachos, y esta participación puede empezar también preparando ellos el altar y los utensilios propios del altar. Presentamos aquí algunos modelos pero que desde luego no deben ser los únicos. Modelos de cruces ya los hemos visto en el pequeño grupo.

Buzones

Correos, pérdidas, papeleras Son unas cajas con una función muy

interesante, no muy importante pero tampoco debe olvidarse. El buzón de correos es para enviar la correspon­dencia, la papelera para mantener limpio el campo y la caja de pérdidas para depo­sitar en ella aquellos objetos que se han encontrado y pueden ser de otros com­pañeros. Presentamos algunos modelos.

Puentes

Son muy necesarios para salvar des­niveles, cruzar ríos y arroyos, y su cons­trucción, a la vez que es sencilla,es inte­resante para los muchachos. La pasarela Himalaya se construye con tres cuerdas suficientemente largas y muy resistentes. Se amarra a dos árboles de cada orilla con ramas en forma de horquilla. Las dos cuerdas superiores han de ser paralelas y no separadas más de un metro; sirven de pasamanos. La tercera cuerda es para el apoyo de los pies. Estas tres cuerdas for­man un triángulo con el vértice hacia abajo. En el caso de no existir árboles se construye un trípode. Otra pasarela más complicada pero de carácter más per­manente y con mayor tráfico es la de cuatro cuerdas. En las dos inferiores se colocan palos o tablas unidos con un nudo de ballestrinque o de galera; las dos

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cuerdas superiores sirven de pasamanos. Otro tipo de puente que sólo tenemos que utilizar en caso de emergencia, con­siste en una cuerda gruesa y fuerte que se sujeta entre dos árboles y a diferente nivel. Para cruzar este desnivel, la per­sona o la carga se sujeta a esta cuerda con dos anillos de seguridad unidos entre sí mediante un mosquetón para que se deslice pendiente abajo. También se añade otra cuerda más fina a estos anillos

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que es manejada por un individuo en la parte superior, que sirve de freno, y que a la vez hace volver las anillas a su puesto inicial para seguir transportando más cosas.

Torres

Presentamos aquí dos tipos sencillos de torres de madera, además de los que hemos visto en las torretas de las entra­das. El primero es una base triangular que rodea la base de un árbol y se eleva sobre él por tres palos sujetos a tres ramas de éste. La única dificultad estriba en que cada vez que se sube un vigía se ha de bajar la plataforma a no ser que se ponga una escalera. La otra torre es algo más complicada: consiste en ocho postes de madera situados de tal forma que se pueda construir con otros palos más pequeños una escalera de caracol.

Escalera fija para pendientes resbala- tes resbaladizas sino para subir a una dizas puede ser a base de un tronco gran- base elevada o subir a árboles es la esca-de (1/4 de él) o a base de una tabla, relie- lera de madera fácil de construir. Dos nando el peldaño con tierra y piedras. postes finos de madera e iguales a los que

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se atan peldaños de madera más fina y con una longitud de unos 40 centíme­tros. Aún se puede construir otra esca­lera. Consiste en dos cuerdas gruesas y suficientemente fuertes a las cuales se atan palos. Estas cuerdas harían el oficio

de los dos postes de madera finos. Es más transportable, pero para utilizarla ha de estar sujeta en la parte superior a un árbol. 82

Construcciones deportivas

Es muy compleja la construcción de un complejo deportivo en un campa­mento. Depende del espacio disponible, de las cualidades del terreno, de los materiales que se tengan disponibles.

En el caso en que se quiera hacer algo de deporte es fácil idear dentro del campo cercano una pista de carreras, construir un foso y llenarlo de tierra para saltos, preparar unas colchonetas con hojas secas para los saltos.

Si se tienen balones es fácil preparar un pequeño campo de fútbol. Las por­terías se podrían construir de madera: dos postes lo suficientemente fuertes clavados en tierra y unido a ellos el lar­guero por medio de una~ranura en el poste.

Para la red de balonvolea se clavarán también en el suelo dos postes, y entre ellos se puede tejer una red de cuerda de pita.

La jabalina puede ser de caña de bambú, es un buen material aunque escasea. La punta se reforzaría con una placa de hojalata, enrollada y en el cen­tro de gravedad, por donde se agarra para

arrojarla, se puede poner una cuerda bien enrollada.

Las pesas se pueden hacer de rodé les de un árbol con un orificio en el centro para introducirlos en una barra de hierro o de madera que sea fuerte y fina: roble. Así las pesas se pueden ir cambiando gradualmente de peso.

Letrinas

Las letrinas conviene construirlas con anticipación y a cierta distancia del cam­pamento, en dirección de los vientos dominantes, ocultas por el bosque, maleza o en ausencia de ésto por una valla artificial. Es muy importante que

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estén bien alumbradas y si es posible protegidas de la lluvia.

Construcción: Zanjas de medio me­tro de profundidad, unos 30 centímetros de anchura y aproximadamente un metro de longitud por plaza. La tierra que se saca se deja detrás para que una vez utilizado el servicio se tapen los excrementos con ella, así se evitarán ma­los olores y la presencia de insectos. Una vez construido el foso se puede proteger

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por unos tablones, cuatro en total, para que las paredes no se desmoronen, tablo­nes que también pueden ser lavados. Hay otro modelo que resulta más cómodo pero que es más complicado de hacer: Fijar un respaldo con dos piquetes hun­

didos oblicuamente, colocar dos trave­sanos; uno servirá de respaldo y el otro de asiento. El asiento ha de estar bien redondeado y pulido y es indispensable que sea movible para lavarlo cada día.

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Los biombos de protección pueden ser tanto de madera como de cañas o lonas.

Duchas

Es muy importante que en todos los campamentos haya un lugar para el baño o la ducha. Es preferible un lugar donde se pueda practicar la natación. Si esto no

es posible hay que construir unas duchas para hacer un aseo diario, preferente­mente antes de la cena. Es un momento ideal para refrescarse, descansar y así los vestidos no se ensucian tanto. En el caso de no existir duchas aquí hay un modelo fácil de construir. Sólo se necesita una regadera, un plato agujereado y unas cuerdas, y claro, agua.

Lavabos

Pero también, además de una ducha diaria es conveniente lavarse las manos y la cara antes de las comidas p al levan­tarse. Para su construcción ver el apar­tado de aseo de pequeño grupo.

4.2. COCINA

Material

He aquí la lista de los elementos más indispensables: 86

Para la cocina: — cacerolas, ollas — sartenes — cazos y cucharones — tabla para cortar — espumadera — rayador de pan y colador — cuchillos de cocina y para el pan — botes o frascos para especias — trapos de cocina — parrillas — batidora de huevos — cubos para el agua — un fuelle.

Para el comedor: — platos y vasos — tenedores, cucharas y cuchillos — aceiteras y saleros — porrones, botijos, botas — fuentes para servir — abrelatas

Para limpieza: \ — jabón y detergentes

— estropajos de esparto y de metal — guantes de goma

Montaje

A ser posible que esté colocada junto a un edificio sólido, y algo distante del campamento, si no hay otra manera de evitar las molestias que produce el humo. Pero si no se cuenta con un local se po­dría montar así:

Para proteger el espacio dedicado a la cocina, podemos construir un entoldado.

Bajo el entoldado se colocará el, o, los fuegos; una mesa para hacer más cómodo el trabajo; pero si el lugar no es apto para cortar madera, se puede hacer una pequeña trinchera en el suelo, para utilizar como silla, e incluso como mesa, el nivel de tierra, como se puede observar

en el dibujo; para este caso es conve­niente proveerse de una tabla para co­locar los alimentos sobre las rodillas. Reunir también una provisión de leña para los fuegos. Para el agua tener pre­vistos dos o tres cubos.

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Colgadores para los utensilios de cocina y escurridores de platos.

Frascos o cajas para las especias. Algunas toallas y paños de cocina. Una pequeña despensa. También es necesario un agujero para

los desperdicios suficientemente grande, un poco apartado de la cocina y siempre tapado con una tabla o algo parecido.

Hornos

Una gran ayuda para la cocina del campamento es un horno, pues en él se pueden cocer tostadas, pan, buñuelos, y todo lo que quepa en la fantasía del coci­nero. La buena construcción del horno contribuye en gran parte a que se obten­ga el éxito. Por lo que hay que tener en cuenta varias cosas: que las paredes del horno deben ser capaces de recoger y retener gran cantidad de calor, para así 88

calentar el aire interior y poder cocer los alimentos.

Se necesita para ello un recipiente de metal redondo o cuadrado, pero que las paredes no estén unidas por soldadura; ladrillos o adobes, que son capaces de retener gran cantidad de calor.

Si ya tenemos el recipiente, que pue­de ser una caja metálica o un pequeño bidón, se le hace una abertura, de forma que abra toda una cara lateral, doblamos la parte central hacia abajo en forma de repisa. Sobre ésta colocaremos una puer­ta con algo de peso, para tapar la aber­tura. También se puede hacer un doble piso con hojalata. Se agujerea y se do­blan los bordes hacia abajo, después se introduce en el horno, como se ve en el dibujo, pues los alimentos nunca deben estar en contacto con las paredes del hor­no, ya que se quemarían.

Ahora colocamos la caja sobre unos

ladrillos o adobes, con un hueco en me­dio para el hogar, por detrás se colocan más ladrillos con otro hueco en medio para la chimenea, que es imprescindible; todo esto se puede ver bien en el dibujo. Después se recubre con tierra para rete­ner el máximo de calor. Debajo mismo de la chimenea será conveniente hacer un agujero para que caigan las cenizas, y no tener que apagar el fuego cada vez que necesitamos quitarlas.

Una observación. Si queremos cocer pan, debemos calcular, antes de intro­ducir la masa, el espacio que necesitará cuando empiece a crecer, y dejar libre el horno de otras cosas.

La capacidad del horno puede ser variable según las necesidades del cam­pamento.

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Despensa

La despensa puede variar de tamaño según las necesidades del campamento, puede ser desde una simple caja, hasta un almacén, que se pueda colocar en una tienda más grande, con un encargado que anote las entradas y las salidas. Si es pre­ciso el almacén, éste se montará en un lugar fresco y seco, y si es una tienda, que esté protegida contra el calor exce­sivo y contra posibles aguaceros.

Nunca se deben poner los alimentos en el suelo, sino en diversos tablones y estanterías. Sobre todo que haya orden y limpieza. Procúrese traer desde el lugar de origen los alimentos que se puedan almacenar y se conserven bien, los demás se comprarán en un lugar próximo. Algo necesario, también para un almacén, son instrumentos de medida, una balanza y medidas de capacidad. Que esté cerrado

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y protegido contra animales de toda clase.

Pero puede ocurrir que sólo se nece­site una pequeña despensa, ya sea porque el campamento es pequeño, o, aunque sea grande, para la cocina. Para esto hay varios sistemas también.

Se cuelga de una rama un cuadrado de lona atado por los cuatro extremos. En ella se introduce una bolsa que sirva

de base. Por el peso de los víveres se mantendrá abierta, pero se puede cerrar cuando se desee con una cuerda.

En vez de colgar el cuadro de lona se puede utilizar también una caja grande de madera, con algún estante por dentro, V tapada la abertura con una lona.

Si deseamos mantener los víveres frescos, y disponemos de una caja de madera, la colocamos en el fondo de un riachuelo poco hondo o en un estanque,

en el fondo de la caja pondremos algunas piedras para que no se la lleve el agua. Unos agujeros en la dirección del ria­chuelo permitirán la circulación del agua por dentro de la caja, manteniendo fres­co el ambiente de dentro. Se pueden co­locar varios estantes según sea la caja; a partir del nivel del agua, una lona con algo de peso la cubre. Se puede dejar también ventilación.

Comedores

Es aconsejable que estén cercanos a la cocina, a la fregadera y a la fuente. Es importante protegerlos por medio de cobertizos de cañizo o de lona, contra el sol y las lluvias. En grandes campamen­tos se puede poner una mesa por pa­trulla, que se cuidará de ella. También es importante disponer de recipientes o agujeros para arrojar los desperdicios.

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Las mesas se pueden construir de varias formas, o se hacen de madera. Si no se dispone de ella, excavando una zanja circular o cuadrangular, el cercado del centro puede servir de mesa y el bor­de exterior a manera de sillas. Una piedra más o menos plana y grande puede servir de mesa, y otras más pequeñas, alrede­dor, servirán de sillas.

4.3. ENFERMERÍA

La enfermería debe estar en una tien­da, y se ha de procurar que las colcho­netas sean más cómodas y abrigadas que las demás. 92

El botiquín de primeros auxilios debe de estar en un armario indepen­diente, ser lo más completo posible, y usarse sólo para su destino; no debe estar cerrado con llave, pero sí, fuera del al­cance de los niños.

Material

El material más necesario que puede tener un botiquín es:

Heridas: agua oxigenada, alcohol de 96°, sulfamidas, mercromina, novisrum antitetánico.

Hematomas y golpes: arnicón, ter-mosán.

Picaduras: pomada antihistamínica, amoníaco, agua de yodo.

Intoxicaciones: bicarbonato de sosa, frutos ácidos, vinagre, amoníaco.

Quemaduras: pomada Avril o lono-tol, alcohol de 96°.

Hemorragias: hemos 141, agua oxige­nada.

Restreñimientos: supositorios de gli-cerina, sal de frutas Eno.

Diarreas: pastillas de estreptomicina. Dolores: aspirinas, optalidón. Compresas de gasa estéril para lim­

piar y cubrir heridas. Vendas de gasa para sujetar las com­

presas puestas en la herida. Caja con compresas adherentes sur­

tidas. Rollos de esparadrapo. Algodón hidrófilo. Tijeras rectas. Tijeras curvas. Pinzas rectas y pinzas acodadas para

curas de oído y de nariz. Termómetro. Bolsas para agua caliente y para

hielo. Una jeringuilla de 3 ce. con un sur­

tido de agujas; y otra jeringuilla de 5 ce. Un infiernillo y cerillas. Imperdibles. Finalmente, sólo hay que decir que

el medicamento más imprescindible y el primero que hay que adquirir es la direc­ción del médico más cercano al lugar del campamento.

Primeros auxilios

He aquí los cuidados más inmediatos que se deben tener, ante cualquier caso de accidente que se te presente:

Lo primero: tapar bien al herido. Un herido se resfría muy pronto. Aflojadle luego cuanto pueda oprimirle.

— Cuidar de parar la eventual he­morragia. La sangre que mana -tiene prioridad.

— Atender a la posible fractura. — No transportar al herido sin tener

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la certeza de que no está herido en el cráneo, columna vertebral o vientre. Y en el caso de tener que darle la vuelta para ponerle el abrigo no se olvide trazar su silueta en el suelo en el lugar preciso donde se encontraba.

— Por último, avisar enseguida a la policía, al médico, a la ambulancia, y si fuera necesario, al sacerdote.

Si estás acompañado cuando te encuentres con un accidente, reparte con los compañeros todos estos trabajos.

Y ahora que ya sabes las instruc­ciones generales que debes seguir en cual­quier accidente, aprende los síntomas y tratamientos de los accidentes que se te pueden presentar.

Contusiones

No hay ruptura de la piel; duele, se hincha y se pone amoratado. 94

— Calma el dolor con la aplicación de compresas calientes.

— Agua de golpes (de Goulard), Árnica.

— Descanso cuando se trata de una lesión importante.

Heridas

No tocarlas jamás sin tener las manos y las uñas bien limpias.

— Heridas pequeñas: Heridas en las que deja pronto de manar sangre.

• Limpiar con agua hervida, jabón o agua oxigenada, comenzando desde el centro y apartando la suciedad hacia el exterior de la herida.

• Desinfectar con alcohol de 90°, éter, alcohol yodado, tintura de yodo o mercuro-cromo sobre los labios de la herida.

• Cubrirla con una venda aséptica, es decir que no tenga microbios.

• No usar jamás algodón hidrófilo sobre una herida.

— Heridas grandes: Si mana abundan­temente la sangre, hay hemorragia. Esta hemorragia puede ser de dos clases: arte­rial o venosa. Como no se debe actuar de igual modo en ambas hemorragias, es necesario saber distinguirlas:

Si sale un chorro generalmente a bor­botones, al ritmo del corazón, o sangra de un bello color rojo claro, se trata de una hemorragia arterial.

Si, por el contrario, mana sangre de un color más oscuro en forma continua, no siempre mana de esta manera, nos encontramos ante una hemorragia venosa.

Sólo excepcionalmente debemos usar el torniquete. La mayor parte de las hemorragias se contienen por compre­

sión manual durante unos quince minu­tos en la parte de la arteria correspon­diente; para parar una hemorragia arterial hay que hacerla entre el corazón y la herida.

Para una venosa, al otro lado de la herida respecto al corazón. En cuanto a la herida misma, conténtate con limpiar­la lo mejor que puedas sin desgarrar más los tejidos, y cubrirla con una venda. En este caso corresponde al médico el em­pleo de medicamentos. Por consiguiente lleva inmediatamente al herido a la pre­sencia de un médico.

Una toalla limpia y en buen estado es muchas veces preferible a una gasa que lleve mucho tiempo en vuestro botiquín.

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Fracturas

Se dan cuando se rompe un hueso. Síntomas:

— El herido no puede mover el miembro. Si lo menea se percibe a veces movimientos anormales.

— Dolor intenso localizado en el mis­mo sitio de la fractura.

— Un morado que no aparece ense­guida.

— Si se comparan los dos miembros, se observa generalmente una deforma­ción en el lado herido.

Se ha de procurar siempre mover lo menos posible al herido.

— Inmoviliza el miembro fracturado por medio de unas férulas.

— Acólchalo primero con algodón, pañuelos, y en caso de necesidad, con musgo o hierba, envueltos en tela blanca.

— Coloca después dos o tres objetos 96

largos, lo ideal es que sean unas tablillas, a lo largo del miembro, de modo que lleguen más allá de las articulaciones vecinas.

— Ata luego con vendas o pañoletas. En caso de necesidad, una buena

férula para una pierna la constituirá la otra.

Si el miembro fracturado es un brazo haz un cabestrillo con la pañoleta.

— Fracturas abiertas. Son fracturas acompañadas de una herida. No se debe tocar esta herida en ningún caso. Pon una venda aséptica, como te he expli­cado para las heridas, e inmoviliza.

Insisto en que no te pongas a limpiar esta herida, pues podrías organizar una catástrofe.

— Fracturas de cráneo. Con frecuen­cia un golpe recibido en la cabeza pro­voca una fractura de cráneo. Es un caso muy frecuente en accidente de tráfico,

sobre todo en accidente de motocicleta. Se reconoce por los siguientes síntomas:

1.° Pérdida del conocimiento. 2.° Mana sangre por nariz, boca y

oídos. 3.° Se tienen vómitos y mareos; pul­

sación lenta (30 pulsaciones por minuto). A veces pueden faltar estos síntomas

o llegar mucho más tarde. Por ello hay que sospechar de todo

accidente de cráneo y poner al paciente en observación.

Se debe llamar al médico. No permitir que el herido marche

solo. Y colocarle en un reposo absoluto,

donde reine la calma, el silencio y la oscuridad.

Si la fractura ha ocurrido en acciden­te de moto no se le debe quitar el casco al herido.

— Fracturas de la columna vertebral:

Es muy grave, porque si no se tiene cui­dado, se puede herir la médula espinal que está en el interior de la columna.

Pensaremos que hay fractura de la columna cuando el herido tiene el dolor localizado en el sitio de la herida, y no puede mover las piernas.

Hay que darle la vuelta y transportar­lo boca abajo. Y no se le debe sentar por nada del mundo.

— Fracturas de costillas: Se ha de temer esta fractura cuando el herido siente un vivo dolor en la caja torácica, agravado en la respiración. Se nota cierta crepitación.

Colocar una toalla alrededor del pecho, de modo que inmovilice el tórax, sin que impida la respiración.

Si el herido escupe sangre, debe in­tervenir urgentemente el médico.

Una actividad que puedes hacerla en grupo: En tus reuniones de grupo puedes

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aprender a construir tablillas sólidas que "vayan más allá de las articulaciones ve­cinas" y no molesten al herido. Ejercíta­te en construirlas con todos los materia­les que puedas tener a mano en un momento determinado: madera, cañas, cartón, ramas, etc..

Luxación

Los huesos están atados entre sí a la altura de las articulaciones, por medio de ligamentos. Las principales articulaciones son la rodilla, el tobillo, la cadera, el hombro, el codo, la muñeca.

Estas articulaciones pueden dislocar­se: por ejemplo, el húmero, hueso del hombro, puede salirse del sitio que ocu­pa regularmente en el omóplato. Esto es una luxación.

Las tres señales más significativas de 98

que nos encontramos ante una luxación son:

— Deformidad del miembro. — Incapacidad para moverlo. — Dolor. Hay que inmovilizar el miembro dis­

locado, dejándolo en la misma posición en que se encuentra, sin pretender colo­carlo en su sitio.

Se ha de llamar al médico sin perder tiempo, pues se debe colocar el mismo día el miembro en su sitio.

Mantener la temperatura del herido.

Esguince

Se produce cuando uno de los liga­mentos que unen los huesos de la articu­lación se desgarra o simplemente se magulla.

Es un accidente que se da sobre todo en el tobillo (tercedura del pie).

Los síntomas son: Un dolor muy vivo en el momento del accidente, y una hinchazón sin que haya desplazamiento.

— No quites el zapato al herido antes de que llegue a su casa, ya que el zapato mismo inmovilizará el pie.

— No le cures tú solo: llama a un médico.

Los primeros días el accidentado debe permanecer en reposo y con el pie fuertemente vendado.

Cuando el médico lo ordene, hay que hacerle andar y obligarle a que haga mo­vimientos con el pie. Es muy bueno que menee el pie dentro de agua caliente con sal.

Quemaduras

Son causadas por calor o por frota­miento.

Las que están muy extendidas, aun­

que sean de primer grado son muy graves y deben ser tratadas en una clínica. En general, se debe evitar aplicar sobre estas quemaduras cuerpos grasos, que hagan más difícil el trabajo del médico, ya que raramente se tratará de heridas única­mente de primer grado.

Si se ha enrojecido simplemente la piel, se tratará de una quemadura de pri­mer grado.

— Se curará aplicando un poco de vaselina o de polvos talco, que alivien la sensación de escozor.

Cuando se han formado ampollas, nos encontramos ante una quemadura de segundo grado.

— No deben reventarse las ampollas. Se correría el riesgo de una infección. Hay que cubrirlas con una venda.

Si se nota que no podrá evitarse su ruptura, es mejor pincharlas con una aguja previamente quemada, dejar salir el

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líquido y curar luego como en una herida.

— Las quemaduras de tercer grado tienen que ser tratadas inmediatamente por el médico. Mientras llega éste, se cu­brirá la parte quemada con una venda aséptica.

— Las quemaduras provocadas por líquidos químicos exigen también la intervención urgente del médico. Pode­mos colocar un tampón seco, hasta el momento en que éste intervenga.

Y como consejo general ten siempre en cuenta que debe ser el médico quien decida si se le debe quitar la ropa o no a quien haya recibido quemaduras. No le toques nunca.

— Quemaduras del sol: Es una que­madura y por consiguiente su tra­tamiento es el mismo que el de las que­maduras de primer grado.

— Insolación: Una exposición al sol

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muy prolongada puede provocar una insolación. Sus síntomas son los si­guientes:

• Cara muy enrojecida. • Dolor de cabeza y fiebre. — Debes poner al enfermo a la som­

bra, aflojarle al enfermo todas las ropas y ponerle compresas frías en la frente.

— Y lleva siempre sombrero, cuando hace un sol fuerte, para prevenir el que te venga una insolación.

— Hemorragia nasal: ¿Qué hacer en este caso? Tapar la ventana de la nariz que sangra apretándola fuertemente con el dedo; meter un tampón embebido en agua oxigenada; aspirar agua avinagrada fría. Un buen medio es aplicar un objeto muy frío en la nuca y en la espalda.

Asfixia

En caso de asfixia (hundimiento, ahogado, ahorcado, intoxicado por aspi-

rar gas), cosa que sucede con cierta fre­cuencia, hay que practicar la respiración artificial. He aquí cinco maneras de hacerla:

a) Método Nielsen: Coloca al pa­ciente boca abajo con la cabeza vuelta de lado, reposando sobre las manos. No te olvides de abrirle la boca y dejarle bien libre la lengua. Un cojín bajo el vientre.

• Ponte de rodillas a la cabeza del paciente y coloca tus manos sobre sus omoplatos.

• Balancéate hacia adelante dejando caer el peso de tus hombros sobre sus omoplatos el tiempo en que se tarda en decir lentamente 1.001-1.002. No empu­jes muy fuerte: solamente con una fuer­za de unos 6 ó 7 kilos.

• Enseguida échate hacia atrás to­mando los brazos del paciente justa­mente bajo el codo tirando hacia tí,

hasta que estés sentado sobre los talones. Durante este tiempo di lentamente

1.003-1.004 y enseguida deja durante el quinto tiempo (1.005) los codos de la víctima en el suelo y vuelve a tomar la posición primera A.

b) Método Schaeffer: Se coloca al asfixiado boca abajo; los brazos hacia lo alto, uno extendido y el otro replegado hacia la cabeza. Cuida de que tenga bien libre la boca y la lengua. Un cojín bajo el vientre.

Quita la ropa de la espalda y busca la última costilla de cada lado. Cógelas con el borde exterior de las manos —el lado opuesto al dedo pulgar— y levántalas len­tamente y con fuerza hacia lo alto. Cuida mucho de evitar golpes y aplastar las costillas. Al levantar así la parte de atrás de las costillas, haces bajar la parte delan­tera, que ha quedado en el sitio que ocu­paba en el suelo con lo que comprimes el

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tórax y exprimes todo el aire que tiene. En el segundo tiempo relaja la pre­

sión que haces sobre las costillas, con lo que harás que entre él aire en los pulmones.

c) Método Sylvestre: Coloca al accidentado acostado de espaldas, con un cojín bajo los hombros (no bajo los ríñones), la boca abierta, sujeta conve­nientemente la lengua y con la cintura bien suelta.

Ritmo: el mismo de tu respiración. Primer tiempo: brazos hacia atrás,

tirando de las costillas y levantándolas de modo que se abra el tórax. En ese tiem­po, que es el más largo, hacemos que entre el aire en los pulmones.

Segundo tiempo: Para expulsar el aire, procede del siguiente modo. Cui­dando mucho de evitar los golpes brus­cos, repliega los brazos del accidentado de modo que coloques sus antebrazos 102

sobre la base de las costillas (no en lo alto de las costillas, ni sobre el vientre, sino casi sobre la última costilla), y con un impulso suave y delicado apóyate fuertemente sobre ellos. Ten mucho cuidado de que no se crucen ni se estor­ben los dos puños.

Este impulso debes hacerlo a la vez hacia arriba, hacia abajo y hacia el medio, en la dirección de un punto ima­ginario situado tras el ombligo.

d) Método Laborde: Sujetar la len­gua con un paño limpio y ejercer una tracción rítmica sobre ella. ¿Preguntas que cuándo se usa? Pues cuando el acci­dentado tiene las costillas o algún miem­bro roto.

e) Boca a boca: Este método .es de gran eficacia.

Pon un pañuelo limpio sobre la boca del accidentado, e insufla el aire directa­mente en ella de una manera rítmica y

regular en respiraciones profundas, man­teniéndole cerrada la nariz con una mano.

Síncope

Se ha parado momentáneamente el corazón, el cerebro no recibe el riego sanguíneo.

Sus síntomas son los siguientes: El enfermo pierde el conocimiento, se des­maya, está muy pálido. No se siente latir el corazón o apenas se le nota.

Hay que procurar de cualquier ma­nera que la sangre le llegue a la cabeza. Para ello:

Acostar al enfermo con la cabeza más baja que el cuerpo, aflojarle el cuello, flagelar su rostro con toallas hú­medas, hacerle respirar olores fuertes.

Llamar urgentemente al médico. No dar nada a beber a una persona

que esté sin conocimiento.

Electrocución

Como no pretendemos electrocu­tarnos nosotros mismos cuando quere­mos salvar a algún accidentado, lo primero que debemos hacer es derivar la corriente. Para ello puedes echar sobre los cables un alambre o una barra de hierro, que toquen tierra. Luego colócate sobre el suelo totalmente seco, por ejem­plo alguna alfombra o algunas rocas, y tras envolverte las manos con un tejido de lana, tira del herido agarrándole de una mano.

Procura que caiga suavemente y prac­tícale luego la respiración artificial.

Llamar urgentemente al médico.

Transporte de heridos

a) Por una sola persona: El que quiera transportar a un herido que se halle tendido en el suelo, le incorpora

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con gran cuidado y luego se desliza de tal modo bajo su pecho, que todo su cuerpo repose bajo sus hombros. Pasa luego el brazo derecho entre las piernas del cuer­po del herido de modo que agarre con la mano derecha el puño derecho de éste.

Una vez que tiene así sujeto y colo­cado en el hombro el cuerpo del acciden­tado, se levanta suavemente ayudándose con la mano izquierda: primero una ro­dilla en tierra y luego totalmente de pie.

b) Por dos personas: Deben llevar al herido sobre sus manos, entrelazadas de tal modo que formen una especie de silla. El herido mantiene el equilibrio agarrándose al cuello de sus amigos.

• La silla puede hacerse enlazando solamente dos manos,

• o enlazando las cuatro. Siempre es conveniente que una ter­

cera persona vigile el transporte. c) Transporte en camilla: Es claro

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que estos métodos no pueden usarse para transportar a un herido en el vientre o en el pecho, o a un accidentado que sufre fracturas. En estos casos tenemos que transportar al herido en camilla, una vez que el médico haya hecho la primera cura de urgencia.

Para tumbar al accidentado sobre la camilla, debemos proceder del siguiente modo: una vez colocada ésta paralela al herido, dos le cogen por los brazos y por los muslos, mientras un tercero se ocupa únicamente de sostener la parte enferma. Los tres, que han debido tomar la pre­caución previa de colocarse al lado opuesto de la camilla, levantan a la vez al enfermo, al tiempo que un ayudante des­liza la camilla bajo éste, y luego le dejan suavemente.

Normalmente se colocará al herido de espaldas, ligeramente vuelto hacia la derecha, con la cabeza algo levantada y

bien distendidos los miembros. Jamás se ha de acostar a un herido sobre su parte lesionada.

Es muy conveniente inmovilizar al herido para evitarle, movimientos dolo­rosos y amortiguar las posibles sacudidas. Para ello nos las ingeniaremos para im­provisar unos cojinetes con cuanto tenga­mos a mano.

No hay que olvidar nunca el colocar una manta plegada bajo el enfermo, para evitar que se resfríe por el camino.

A toda costa debemos evitar que durante la marcha caiga el peso sobre la parte herida, y que ésta roce con algo. Si las heridas están localizadas en los miem­bros inferiores, tendremos cuidado de que éstos vayan algo más altos.

Los porteadores han de ser de la mis­ma talla. Si esto no fuera posible coloca­remos a los más pequeños delante, al pie de la camilla. Una vez que hayan em­

prendido la marcha los porteadores de delante deben marchar a distinto paso que los de atrás, de lo contrario se provo­caría un balanceo peligroso para el herido.

En caso de necesidad puedes impro­visar una camilla con dos pértigas o dos bordones, que harán el oficio de mangos, a los que se mantendrá a una distancia fija con travesanos bien fijos.

Incendio

En caso de incendio jamás pierdas tu sangre fría. Evita los gritos y movimien­tos inútiles, que no hacen más que pro­vocar el desorden y el pánico, a veces mucho más peligrosos que el fuego mismo.

He aquí la forma de conducta que debes seguir:

— Da la alarma a los habitantes del lugar.

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— Avisa a los bomberos con todos los medios que tengas a mano: teléfono, auto, bicicleta, sirena,...

— Prepara, mientras llegan los bom­beros, cuanto pueda necesitarse para ex­tinguir el fuego o proceder a los salva­

mentos: escalas, recipientes llenos de agua, colchones, mantas.

Ayuda a los bomberos a mantener el servicio de orden y contener a la multi­tud; haz la cadena para pasar los cubos de agua.

Ocúpate de las personas que hayan sido salvadas, cuidando de ellas y procu­rándoles vestidos si es que hubieran sido evacuadas con poca ropa.

Por lo que respecta a los trabajos mismos de extinción del fuego lo pri­mero que se ha de hacer es reconocer el fuego, darse cuenta de las proporciones exactas del siniestro, asegurándose de que no ha quedado ninguna persona blo-106

queada en algún piso. Luego se ha de procurar atajar el fue­

go; quitarle el aire cerrando todas las ventanas y puertas, sobre todo cerrando todos los accesos que den al hueco de la escalera, a fin de evitar el tiro de aire que lo avive.

Cuando un incendio está en sus co­mienzos, el humo resulta mucho más temible que el fuego, ya que provoca la asfixia e inmovilización de la víctima que haya sido alcanzada.

Como el humo siempre tiende a ele­varse y por consiguiente es menos denso a ras del suelo, cuando tengamos que entrar en una habitación en llamas, lo haremos arrastrándonos a ras del suelo, no sin haber tenido la precaución previa de colocarnos sobre la nariz y boca un pañuelo embebido en una mezcla de agua y vinagre.

Para no perder la orientación, nos

moveremos cerca de un muro. Y hare­mos que nos echen agua sobre la ropa para empaparla y evitar así que prenda en ella el fuego. Es conveniente también que nos atemos una larga cuerda a la cin­tura, a fin de que los que permanecen fuera nos puedan sacar si nos vieran en un apuro.

Los vendajes Debes saber hacer vendajes que suje­

ten bien, sin molestar ni incomodar al herido.

Los vendajes enrollados se hacen con vendas. Los vendajes amplios con pañole­tas. Estos solamente se usan cuando no hay vendas a mano.

He aquí algunos consejos que pueden serte de utilidad:

— Fija la venda con la mano izquier da y desenróllala con la derecha.

— Comienza dando algunas vueltas circulares, las llamadas vueltas muertas, que sirven para fijar bien la venda. Y empieza siempre por la parte inferior del miembro.

— Termina con un nudo de rizo, pero no lo hagas sobre la herida.

— Cuando prepares una venda en­róllala apretada: será más fácil su uso al hacer una vuelta.

— Las tiritas o similares constituyen la mejor y más fácil de las curas para pequeñas heridas.

107

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