Moro, Guillermo_I am the Walrus_Abogacía y Derechos Sociales

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Moro, Guillermo: "I am the Walrus: Abogacía y Derechos Sociales", en la obra "Los Derechos Sociales en la Gran Buenos Aires". Eudeba. Buenos Aires. 2013.

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  • I am the Walrus: Abogaca y Derechos Sociales

    [Fragmentos de algo]*

    Guillermo Moro

    Qu pena me da -dijo la morsa-haberles jugado esta mala pasada,

    despus de haberlas trado tan lejosy obligado a trotar tan rpido!

    El Carpintero slo dijo:Has untado demasiada manteca!

    Lloro por ustedes!- gema la morsa -Lo lamento profundamente.

    Entre lgrimas y sollozos escogalas de mayor tamao,

    sosteniendo un pauelo ante sus ojos chorreantes.

    (Lewis Carrol; A Travs del Espejo, y lo que Alicia encontr all)

    Una noche como cualquier otra (digamos un mircoles, digamos las 10 de la noche) salde la Universidad y empec a caminar hacia mi casa. Estaba bastante hambriento, por loque al pasar por la esquina de San Jernimo y Santiago del Estero no vacil demasiado.Decid entrar a Cortz en busca de una rpida pizza. Mientras la esperaba, tomandouna cerveza fra, otras tres personas entraron y se sentaron en la mesa de al lado. Dosvarones y una mujer. Cortz es una pizzera muy pequea. Las mesas estn separadaspor un espacio mnimo; lo quiera o no, uno termina comiendo prcticamente junto a losdems desconocidos del lugar. Estas tres personas venan muy animadas, conversando envoz alta, entre risas. Yo no tena nada mucho mejor para hacer, as que me puse a escucharlo que decan. No tard en advertir que conversaban sobre cuestiones de abogaca,derechos humanos, cambio social. Qu coincidencia: minutos atrs, hacia el final de laclase, yo haba estado hablando de lo mismo. Esa coincidencia como es habitual meresult significativa, aunque an no entenda bien por qu. Desordenado aprendiz deetngrafo, al menos cumplo la recomendacin de cargar siempre en la mochila elcuaderno de notas y el grabador de mano. No lo pens dos veces. Saqu el grabador, loapoy al lado de la cerveza sobre el extremo derecho de mi mesa, donde quedaba mscerca de los agitados discutidores y lo encend. Tampoco disimul; mis vecinos estabandemasiado compenetrados en lo suyo como para prestarme atencin. A partir de entonces* Esta es una versin resumida de esto. Se invita a consultar la versin extendida en el sitio web de laAsociacin Civil por la Igualdad y la Justicia (www.acij.org.ar) y de la Asociacin civil Tramas Derecho enMovimiento (www.tramas.org.ar). [Nota de Aquellos]

  • me desentend del acontecimiento, dejando que el grabador hiciera el trabajo por m. Sloahora me doy cuenta de que aquello fue literalmente una delegacin laboral. Lacoincidencia de la pizzera era significativa porque aliviaba mi preocupacin. Andabapoco inspirado, y necesitaba con cierta urgencia encontrar letra para un artculo en unlibro colectivo al que Gustavo Maurino haba tenido la generosidad de invitarme, y quesegn le dije, en el impostado tono asertivo de los resmenes, se llamara Abogaca yDerechos Sociales: Modelos para Desarmar. La inesperada conversacin podra ser lafuente de inspiracin que andaba necesitando para, por fin, escribirlo. Bueno, como vern,al final ha sido un poco ms que eso: el artculo completo. Tal vez con un poco ms detiempo hubiera logrado hacer algo mejor con ella; por ahora, slo me ocup dedesgrabarla, ordenarla y anotarla Basta eso para adjudicarme la autora? Lo dudo. Peroqu le vamos a hacer Al fin y al cabo, los que saben ensean que hace rato que el Autorha muerto, que detrs de los nombres no hay nadie, y que es un apuro y hasta unadescortesa adjudicar ideas. Parece que dara los mismo adjudicrselas a cualquiera. Porqu no a m, entonces, que al menos las rescat del olvido? Seguramente tienen razn, peropor favor, no se olviden de mis tres desconocidos cuando juzguen lo siguiente.

    [derechos sociales y autoridad del derecho]1

    C: as que en todo caso eso dganselo a ella. Lo nico que yo digo es que estamoda de declarar derechos a cualquier cosa, lo nico que hace es debilitar la autoridad delderecho. Es obvio que el derecho no puede cumplir con esas fastuosas promesas que losdemagogos y oportunistas le hacen hacer, pero el punto es que en ese vano prometer se vaerosionando tambin, irremediablemente, la idea misma de respeto por las reglas jurdicas,las reglas de verdad, las que s se pueden cumplir. El auge de los derechos sociales no essino el paradjico corolario de la anomia argentina.

    A: Me parece que eso es falso, y por una razn muy sencilla. Los derechos socialesno son un invento descolgado de estas leyes y tratados y constituciones nuevas que a vos teenervan. Por el contrario, son una derivacin razonada de los derechos de libertad clsicos,que ya contena la Constitucin Argentina de 1853, y hasta la Constitucin mnima de losEE.UU. que a vos tanto te gusta. La anomia en todo caso tiene que ver con la eficaciaselectiva2 de todo el espectro de derechos en Argentina, en detrimento, claro, de losderechos sociales.

    1 Toda conversacin es desordenada. Incluso una conversacin entre abogados. Al menos, cuando hay cervezade por medio. Como editor, mi deber es facilitar el trabajo del lector o la lectora. Para ello inclu ttulos deseccin, de acuerdo a cmo iban variando los diversos temas abordados. Cuidando de no amputar la frescura(adjetivo algo osado, si tenemos en cuenta las cervezas, que mejor no tendremos en cuenta) del dilogo,tambin adapt ciertos giros gramaticalmente incorrectos de la comunicacin oral al modo discursivo,articulado, ms propio de una produccin escrita. Ocasionalmente, aad parntesis, rayas o itlicas, cuandoconsider que la cadencia o el nfasis de la oracin lo requeran. Las notas al pie me corresponden. Tienen lafinalidad de aclarar, completar o especificar las referencias bibliogrficas implcitas o explcitas que aparecenen el dilogo. Por momentos me he visto inclinado a deslizar en ellas mis opiniones. Lo adjudico a unsentimiento de culpa o de bronca por no haber escrito el artculo. 2 Sobre la eficacia selectiva ver el inquietante trabajo de Alberto Binder, La Cultura Jurdica, entre lainnovacin y la tradicin, disponible en http://www.pensamientopenal.com.ar/cdcongreso/ponen30.pdf.

  • C: Est bien, pero no pods negarme que sobre las cuestiones morales y econmicasimplicadas en los derechos sociales existen profundos desacuerdos en nuestra comunidadpoltica.3 Querer resolver esos desacuerdos por va de derechos, de arriba hacia abajo, esautoritario, adems de iluso.

    A: No niego que existen desacuerdos profundos en nuestra comunidad poltica sobreesas cuestiones. Pero tambin los hay sobre las cuestiones implicadas en los llamadosderechos civiles, que segn vos seran los nicos slidos en nuestra comunidad. O acasome vas a decir que como comunidad tenemos profundos acuerdos sobre las cuestionesmorales y econmicas vinculadas con las garantas penales del artculo 18 de laConstitucin Nacional? Abr los diarios! El desacuerdo siempre est presente, esinevitable. En la modernidad lo resolvemos por va de deliberacin moral, y como susucedneo imperfecto, por va de discusin parlamentaria y votacin por mayora. Tupropio argumento de autoridad del derecho te fuerza a reconocer que el reconocimientode derechos sociales en la Constitucin y los tratados incorporados a ella es vlido yoperativo. A menos que ahora resulte que ya no te preocupa tanto la autoridad del derechoestatal y quieras organizar una sedicin contra la Constitucin vigente

    B: Yo no s de qu comunidad poltica estn hablando. La comunidad poltica noexiste. No hay tal cosa como una comunidad poltica. Estamos completamentefragmentados, y eso siempre fue as. Hay, en todo caso, mltiples comunidades polticasen nuestro pas. Y en realidad, en cualquier pas. La nacionalidad es una ficcin til, nadams. til, por ejemplo, para implicar a todos en el plan de unos pocos. Por ejemplo, en elplan poltico esbozado en Constituciones aspiracionales4 como lo fueron la argentina de1853 y la surgida de la reforma de 1994. Ninguna estaba sustentada por acuerdosprofundos. Fueron el producto de una negociacin entre elites polticas y econmicas, unacuerdo que logr imponerse. Punto. Claro que con la pura redaccin y aprobacin de untexto constitucional no termina la cuestin, sino que se reinicia. Aunque ahora en otrolenguaje y en otros foros. El lenguaje, por ejemplo, es el de las clusulas operativas yprogramticas, el de la progresividad o no regresividad, el de la exigibilidad de los derechossociales Los foros, por ejemplo, son los tribunales, la doctrina, las comisionesinternacionales, los comits de expertos. Nuevamente, otras elites (ahora tcnicas, losabogados y abogadas) combatiendo para resignificar el acuerdo contrado en el pasado a

    3 Este argumento ha sido bien desarrollado por Carlos Rosencrantz en su artculo La pobreza, la ley y laConstitucin (2004).4 La idea de Constitucin aspiracional ha sido trabajada por Mauricio Garca Villegas y Mara Paula Saffon.De acuerdo con ellos, las Constituciones aspiracionales usualmente prosperan en contextos en los que hayuna gran insatisfaccin respecto de las condiciones actuales y una proteccin muy dbil de derechos, pero almismo tiempo hay una fuerte creencia en la posibilidad de alcanzar un futuro mejor a travs del derechoconstitucional. Por esa razn, en vez de pretender conservar el presente, estas Constituciones aspiran acambiarlo radicalmente y a mejorar el cambio social. Esa es la razn por la que las Constitucionesaspiracionales tienden a tener metas ambiciosas o maximalistas, lo que implica la existencia de un gran hiatoentre el texto Constitucional y la realidad social que aspira a regular. Entre estas metas suele ser central laaplicacin de derechos constitucionales en general, y de derechos sociales en particular. Estos derechos son,por lo tanto, tratados como normas jurdicas, que DEBEN ser protegidas (Is There Hope in JudicialActivism on Social Rights? Assesing the Dimension of Judicial Activism on Social Rights in Colombia,disponible en http://dejusticia.org/index.php?modo=interna&tema=derechos_sociales&publicacion=357, p.4).

  • favor de una u otra agenda poltica. La contienda ideolgica nunca termina. Slo cambia deescenario y de actrices.

    A: A m lo que me llama la atencin es que tengamos muy buenos argumentos parapensar que los derechos civiles clsicos incluyen los derechos sociales, y ms an, que noexisten diferencias estructurales, ni semnticas, ni econmicas, ni democrticas relevantesque distingan unos de otros,5 y sin embargo, nos veamos forzados todo el tiempo a seguirhablando de derechos sociales. Es decir, no podemos salirnos de una distincin quesabemos arbitraria e ideolgicamente motivada, en tanto deriva de la separacin de lasgarantas de la Declaracin Universal de Derechos Humanos en dos Pactos con distintonivel de proteccin.6

    B: Tal vez en 1966 tena sentido hacerse esa pregunta. Hoy es una tpica argumentalya instalada. Vos no te das cuenta, pero desde el momento en que ingress en una discusinjurdica te acomods a sus reglas. Por ejemplo, a las reglas que rigen la presentacin deargumentos. Es el caso de los derechos sociales. Cada argumento viene con su opuesto, consu par simtrico, y as sucesivamente, desde las discusiones de mayor detalle tcnico hastalas ms abstractas. Vos escuchs progresividad, y responds no regresividad. Escuchsdiscrecionalidad y responds razonabilidad o esquema de derechos para las polticaspblicas. Decs exigibilidad y te responden limitacin presupuestaria. En trminosestructuralistas, vos ni siquiera habls el lenguaje de la discusin: sos hablado por l.7

    C: La distincin es una movida tpica del campo jurdico, sobre cuando sobre ste,as loteado, se han edificado numerosas quintas. Lo que los trabajadores del campo jurdicohacen es, peridicamente, crear nuevas categoras de derechos y nuevos discursos expertosa su alrededor. As se logra reproducir la importancia del campo jurdico, y con ello,conservar la autoridad de los juristas.8 Y claro, con esa autoridad s que no se jode, eh?Ah ustedes son inflexibles. La autoridad de la que hablaba yo, la de las reglas firmes, laque le dara certeza a las instituciones del pas en beneficio del inters general, esa no lesinteresa mucho, pero esta, la de ustedes, la del gremio, uff quita tus sucias manos de miMozart!9

    5 Dos clsicos sobre la futilidad de esta distincin siguen siendo Cass Sunstein y Stephen Holmes (2011), yVictor Abramovich y Christian Courtis (2002). 6 Sobre este tema es til consultar el ensayo de Rhonda Copelon, The Indivisible Framework of InternationalHuman Rights: Bringing it Home (1998:216-39).7 No caben dudas de que esto est tomado puntillosamente del seero trabajo de Duncan Kennedy, ASemiotics of Legal Argument (2008:87-152).8 Esto parece tomado del pensamiento de Pierre Bourdieu. Por ejemplo, trabajando sobre la situacin delderecho laboral, dice Bourdieu: [A] medida que un campo (aqu un subcampo) se constituye, un proceso derefuerzo circular se pone en movimiento: cada progreso en el sentido de la juridificacin de una dimensinde la prctica engendra nuevas necesidades jurdicas y, por consiguiente, nuevos intereses jurdicos enaquellos que, estando en posesin de la competencia especficamente exigida (el derecho del trabajo en elcaso que nos ocupa) encuentran un nuevo mercado. Los abogados deben redoblar la especificidad paraconservar el monopolio de la interpretacin legtima y escapar a la desvalorizacin asociada a una disciplinaque ocupa una posicin inferior dentro del campo jurdico (Bourdieu, 2005:194-95).9 Esta frase es enigmtica. Su uso en este contexto puede indicar un cdigo implcito de los hablantes que, porsupuesto, me es ajeno. La referencia ms probable es el celebrado ensayo de Ernesto Garzn Valds, Nopongas tus sucias manos sobre Mozart: Algunas consideraciones sobre el concepto de tolerancia (1993:401-415).

  • [abogaca, poltica y discurso de derechos]

    B: Igual, ms all de la unidad e indivisibilidad de los derechos humanos y todo eso,yo no subestimara tanto el fenmeno de su creciente y seccionada positivizacin. No esirrelevante ni anecdtico. No es meramente complementario. Es un cambio de paradigma.Hoy en da la imaginacin poltica est colonizada por el discurso de los derechos. Es casiimposible encontrar una reivindicacin social o poltica que se exprese por fuera del tenerderecho a. Ese es un fenmeno peligroso, que podramos llamar la juridificacin de lacorreccin: lo correcto, lo bueno, lo debido se homologa con lo jurdicamente reconocido.Es peligroso porque disminuye, o ms an, torna inverosmil, casi ridcula, la posibilidad deluchas sociales ms ambiciosas, en el sentido de luchas por la transformacin de laestructura econmico-poltica de la sociedad. El derecho se ha fagocitado casi todo elespectro de la reivindicacin poltica, y como sta ms temprano que tarde terminaexpresndose en el propio lenguaje del derecho, no puede desafiarlo. Cualquiera sabe queel derecho es el lenguaje institucional que legitima la accin de las clases dominantes y suexpresin en el Estado, ms all de que ocasionalmente sirva para cuestionarla, siempre queno se toque la estructura legitimatoria de fondo.10 La ampliacin enorme que haexperimentado el catlogo de derechos constitucionales, en particular en materia dederechos sociales, les ha dado a los abogados progresistas un nuevo libreto para el ejerciciode su profesin, sin necesidad de cuestionar la cultura formalista en la que estn insertosdesde siempre. Hipertrofiar las declaraciones de derechos no es, entonces, slo un problemade efecto simblico, o sea, de apostar a que la mera declaracin de derechos generar lailusin de que ya se ha garantizado lo que el derecho habilita a garantizar, cuando enrealidad eso no ha sucedido ni va a suceder.11 Es tambin una trampa para quienes creen

    10 Esta afirmacin parece un poco excesiva. El tema ha sido abordado desde mltiples tradiciones ydisciplinas, a menudo con visos menos pesimistas. En Argentina, Carlos Crcova lo ha analizado bajo lo quellama la funcin paradojal del derecho: El derecho, en lo sustancial, cumple un rol formalizador yreproductor de las relaciones sociales establecidas, y a la vez, un rol en la remocin y transformacin de talesrelaciones. Cumple a la vez una funcin conservadora y reformadora. [] El papel del derecho [] dependede una relacin de fuerzas en el marco del conflicto social. En manos de los grupos dominantes, constituye unmecanismo de preservacin y de reconduccin de sus intereses y finalidades; en manos de los gruposdominados, un mecanismo de defensa y contestacin poltica (Crcova,2009:139-40). En los ltimos aoshan circulado de modo bastante profuso en la academia local las traducciones de dos trabajos que abordan latemtica con similar enfoque paradojal. Me refiero a los ensayos de Patricia Williams y Wendy Brownreunidos en La Crtica de los Derechos (2003).11 Esta visin paradojal de la eficacia simblica del derecho est probablemente tomada de Mauricio GarcaVillegas, de acuerdo con quien la ineficacia es menos una anomala dependiente de variables externas que unafinalidad intrnseca de la propia legalidad, la cual busca su ineficacia. Es decir que la ineficaciainstrumental del derecho es inversamente proporcional a su eficacia simblica, que es con vistas a la cual sonsancionadas las leyes. As, por ejemplo, en el proceso de formacin de las naciones latinoamericanas seaprecia que la seleccin de los modelos constitucionales y de sus respaldos ideolgicos [] estaba msfundada en las necesidades de legitimacin poltica que en su efectividad instrumental, y se erigieron comolibretos simblicos de compromiso para generar cohesin en grupos sociales sumamente heterogneos: Labrecha entre el derecho escrito y la realidad no parece pues una disfuncin o una falla de estos modelos sinosu elemento caracterstico en la medida en que, por un lado, la produccin del derecho obedece ante todo apropsitos de legitimacin poltica y, por otro, su carcter racional y universalista necesariamente estllamado a diferir de una realidad social marcada por la heterogeneidad e hibridez cultural, econmica ysocial (Garca Villegas, 2003:4). En otro ensayo, este mismo autor formula ms claramente an la idea de

  • que toman los derechos en serio y trabajan para hacer realidad el nuevo libreto.Justamente, hacer realidad los derechos es la consigna de casi todas las organizacionessociales activas hoy en Argentina, de uno u otro signo. Es un hipnotismo, loco. Es como ircaminando solita y vigorosa hacia tu propia impotencia.

    C: Pero, no te das cuenta de que es justamente la hipertrofia de derechos sociales

    positivizados la que debilita al derecho y le quita la posibilidad de tener ese efectocontundente de carta de triunfo que, segn vos, atrae a la mayora de los activistas?

    B: No me parece. Dale, vos lo sabs bien, no volvamos sobre lo mismo. No es unacuestin de derechos sociales o derechos civiles o la categora que prefieras. Que a vos,digamos, el derecho a la vivienda te parezca inverosmil como derecho no dice nada sobreel derecho a la vivienda, sino sobre tu posicin ideolgica. Ningn derecho es verosmil depor s. Bah, ningn derecho es nada de por s. Es necesario trabajar sobre su significado,sobre su alcance; insertarlo en prcticas; respaldarlo con movilizacin social, actual opotencial; escribir una dogmtica; generar una jurisprudencia; etctera. Sin todo eso atrs,los derechos a la libertad de expresin o a la propiedad inviolable de la ConstitucinNacional tampoco significan nada en absoluto.

    A: Me perd. Siempre me pasa lo mismo con esta nueva generacin de abogadosposmodernos. No s, por ah me estoy poniendo viejo, pero me parece que ustedes hansalido fallados de fbrica Una de dos: o estn demasiado conflictuados, o son demasiadoirresponsables. Critican lo que son y no son lo que podran ser. Dejmonos de joder unpoco. De qu mundo estn hablando? Por ejemplo, yo no veo por ningn lado eso que vosdecs, la colonizacin de la imaginacin poltica por el discurso de los derechos, y todasesas paparruchadas acadmicas. Lo que veo es una ausencia feroz del derecho, en casitodos los estratos sociales. Veo a los poderosos hacer lo que se les canta. Veo a los polticoshacer lo que les conviene, sin atarse a principios. Veo a los excluidos anestesiados de tantainjusticia, o bien movilizados en reclamo por sus derechos, pero sin suficientes abogadosque los asistan. As que no s de qu me habls. Este pas ni siquiera ha empezado atomarse los derechos en serio, y vos ya propons abandonarlos? Lo que hace falta es msderecho, no menos. Y abogados y abogadas de inters pblico que defiendan ese derechocomo barrera contra el ejercicio arbitrario del poder, a favor de los grupos desaventajados.Eso es lo que hace falta.

    B: Pero es que no lo entends. Yo no propongo abandonar nada. Es obvio que hayatropellos todo el tiempo. Y es obvio que esos atropellos implican violaciones dederechos. De ah la conclusin que saca el abogado: si se respetan los derechos, seterminan los atropellos. Prstino. Es lo que hablbamos hace un rato sobre la reproduccinprofesional. Lo que los abogados hacemos todo el tiempo es custodiar nuestro monopoliosobre la legalidad.

    que el derecho escrito se sanciona buscando su ineficacia instrumental, es decir, dificultando la posibilidad decambios sociales: El asunto no es que el derecho choque con la realidad que se resiste al cambio y por esoresulta ineficaz; es ms bien que la realidad no cambia porque choca con la resistencia del derecho, el cualpersigue por s mismo la ineficacia (Garca Villegas, 1989).

  • A: Y cul es el problema? Ves, a eso me refiero cuando digo que ustedes estnconflictuados o son irresponsables. Si la abogaca cumple una funcin social importante,por qu renegar de ella? Al contrario, hay que bancrsela y estar a la altura de lascircunstancias. No entiendo ese reflejo de auto-flagelacin disciplinaria. Es como si tefueras a atender con un cirujano neurlogo, y cuando, desesperado, le peds diagnstico, tedijera mire, yo s lo que a usted le pasa, pero no corresponde que se lo diga: es mejor queusted mismo se diagnostique de acuerdo a sus propios parmetros de salubridad. Pero noquerido, no quiero diagnosticarme, no estudi para eso, no pude o no quise estudiar paraeso, decimelo vos que sos el experto y operame bien, qu tanta vuelta!

    B: No me dejaste terminar. Iba a lo siguiente. No se trata de que haga falta ms omenos derecho. Eso, as, en abstracto, no significa nada. Lo importante es cmo concebs lafuncin del derecho en los procesos de cambio social. El desacuerdo es con algunosaspectos del modelo dominante de activismo jurdico en Argentina que ustedes hanconstruido, no con la idea de utilizar el derecho y ejercer la abogaca en pos de avanzarproyectos polticos. Cuando vos pretends caricaturizar ese desacuerdo con el ejemplo delcirujano, no hacs sino revelar tus propias anteojeras. Tu visin de la abogaca es muy pocoproblemtica. Y justamente por la importancia que ha adquirido la profesin, que yo enningn momento niego, seguir aferrado a una visin cmoda de ese tipo es peligroso, yhasta negligente.

    A: No tengo claro de qu modelo habls. Tampoco tengo claro que exista uno. Loque muchos de nosotros hemos ido haciendo no es ms que intentar practicar una abogacade inters pblico. Ejercer la profesin a favor de los que estn peor. Aprendimos de lasmuy pocas experiencias que haba en ese sentido en Argentina12 y en otras partes delmundo, y fuimos probando, haciendo camino al andar. No tuvimos ningn modelo enmente.

    [ejercer la abogaca social]13

    C: Bueno, pero lo cierto es que en tu expresin de ese supuesto objetivo de ejercerla abogaca en favor de los que estn peor yace resumida toda la mistificacin que originaeste problema. Porque yo los he visto, a todos y todas y todxs ustedes, supuestos abogadosde los grupos desaventajados, debatiendo panza arriba en lujosos hoteles latinoamericanossobre la mejor interpretacin del segundo principio de John Rawls y la justificacin de losderechos sociales como derechos exigibles, entre el desayuno, el almuerzo y la cenaopulentas, con la zalamera ansiosa de sentarse al lado de la figurita de turno o recibir lapalmada aprobatoria de un Owen Fiss, un Ronald Dworkin, un Luigi Ferrajoli o alguno deesos. Los he visto porque yo tambin he estado ah muy feliz, por cierto. Choluloconsciente. Los he visto llevar sus ponencias bilinges, sin mezquinar snobismo, al SELA y

    12 Nota Martn sobre la inexistencia del derecho de inters pblico.13 Los Desconocidos A, B y C parecen hablar intercambiablemente de abogaca social y de abogaca deinters pblico. La segunda de estas expresiones es de uso habitual y est asociada con el movimiento deDerecho de Inters Pblico (DIP). La primera no la he escuchado nunca, pero tal vez alguno de ellos estintentando promoverla. Sabemos bien cun apegados son los abogados a la magia verbal (como decaKantorowicz, segn Nino), as que me he abstenido de unificar la terminologa y he dejado registro de lasaleatorias apariciones de ambas.

  • a la OEA y a la FAO y a La Haya y a todas esas conferencias internacionales sobre teoraconstitucional y derechos humanos que se parecen bastante a un circo de rosca,especulacin abstracta y figurismo, previo pago del pasaje areo y del esplndido hospedajepor alguna universidad o fundacin internacional. Vamos. Los he visto predicar la igualdaddesde el aula de las universidades privadas ms elitistas del pas. Los he visto publicarcoloridos informes y ensayos y reportes sobre la situacin de los derechos humanos enArgentina, como si eso le sirviera para alguna cosa a alguno de los habitantes de lasvillas

    A: Par, par un poco Y eso qu tiene que ver? Ests mezclando todo. De lo quehabls es del espacio acadmico, no del activista. Y adems, como activista, vos pods estaren cualquiera de esos espacios acadmicos para aprender, para mejorarte, incluso parahacer rosca, como vos decs, y generar oportunidades o financiamientos para tu causa,pero en la medida en que no ocupe todo tu tiempo y tu atencin, sino slo una parte, qutiene de malo?

    C: Nada tiene de malo, est perfecto! El punto es todo lo que la pertenencia a esoscircuitos refleja. La contradiccin que simboliza. Ustedes estudiaron, se destacaron,tuvieron suerte, hicieron las conexiones correctas, listo: a divertirse. Pero no. No les bastacon gozar hasta el lmite de los privilegios de los incluidos. No: tambin necesitan creerse,y pretender hacerle creer a los dems, que lo que hacen es una forma distinta de ejercer laabogaca, abogaca de inters pblico, abogaca social, progresista, abogaca para los queestn peor. Por favor Pura culpa burguesa. Hay que sacudrsela... Relajarse y gozar.

    A: Ah, fantstico, brbaro lo tuyo. Relajarse y gozar. Dejemos todo como estentonces, y dediqumonos a ejercer la abogaca para hacer plata y vivir una vida lujosa. Ylos dems que se arreglen como puedan. Qu concejo edificante para la sociedad.

    C: Y vos crees que no dejs todo como est, que ests cambiando algo ademsde tu propia posicin en el campo jurdico? Por favor Hacer plata, vivir en el lujo,desentenderse de los demsbueno, esa ser la opcin de algunos, los que disfruten coneso, y ojo, que adems tengan el talento y la suerte de alcanzarlo. Todo bien. Yo, como lachica de Patricio Rey, creo que el lujo es vulgaridad,14 as que no lo busco. Aunque claro, elconcepto de lujo es muy relativo: depende de dnde te pares a mirar. La posibilidad desentarnos a charlotear comiendo una rica pizza y tomando cerveza saliendo de una jornadade trabajo en blanco tambin puede ser vista como un lujo. Pero eso no importa. Ladicotoma es falsa y auto-complaciente. No ejercer la abogaca en la judicatura o enestudios jurdicos grandes sino en una ONG no te hace necesariamente ms pulcro ni msaustero. Ms bien a veces lo contrario es el caso. Vos sabs a lo que me refiero. Como sea,no se trata de ganar ms o menos plata en trminos netos. Se trata de lo que hacs con tutrabajo. Mi punto es: quers promover el cambio social? Perfecto, me encanta.Moralmente me parece lo correcto, lo que hay que hacer. And a militar a las villas, a lascomunidades rurales, a los movimientos sociales, and, qu s yo, a un partido poltico, aun sindicato. Ahora, si no tens las agallas para hacerlo, y quers quedarte a resguardo en la

    14 Referencia al tema Un poco de amor francs, incluido en el disco La Mosca y la Sopa, de Patricio Rey ysus Redonditos de Ricota.

  • atalaya del privilegio profesional, trabajando con una herramienta inevitablementeconservadora como el derecho, cultivando los placeres del prestigio, el workshop, el sueldofijo, la imparcialidad crtica, la argumentacin forense, las redes acadmicas, el amicuscuriaebueno, asumilo. No tiene nada de malo. Lo nico malo es la hipocresa de negar tucondicin de clase. Y encima, de tanto en tanto, arrastrar a otros que s la estn yugandomal hacia las aventuras abogadiles que necesits para completar un formulario definanciamiento internacional o calmar tu mala conciencia, pero que en realidad no lemejorarn la vida ni un poquito.

    A: Eso es pura provocacin. Ests exagerando y lo sabs, no es todo blanco onegro hay grises tambin

    B: S, es verdad, est exagerando, pero algo de razn tiene, no? Digo, en lo querefiere a la contradiccin existencial de los abogados de inters pblico Aunque ahtambin est exagerando un poco, me parece, en el sentido de que hay muchos y muchasabogadas a las que su descripcin no alcanza. Es un universo demasiado heterogneo comopara pretender caricaturizarlo as. Tambin esa visin de la lucha social es simplista,idealizada al revs, como si se tratara de o ir al choque y tirar todo abajo, o nada. Es ciertoque hay grises. Ahora bien, lo crucial es distinguir claramente de qu tipo de grises estamoshablando. Eso nos trae de vuelta a la cuestin del modelo dominante de activismo jurdico.

    A: Y dale con el modelo dominante. De qu carajo ests hablando?

    B: De una prctica homognea implcita en la accin de los principales ncleos deactivismo jurdico en Argentina: las ONG ms visibles, los casos judiciales ms sonados,los y las activistas de mayor renombre. Estos son sus elementos distintivos. Primero, tieneuna fijacin judicial. Segundo, es un activismo aislado. Tercero, es un activismo extensivo.Cuarto, fomenta una democracia estadocntrica. Quinto, se concibe bajo las metforas dela traduccin y tradicin. Sexto, tiene un concepto generoso de su propio xito.

    A: Me gustara discutir cada uno de esos elementos.

    [la fijacin judicial]

    B: Perfecto. Vayamos por partes. La fijacin judicial. Con eso me refiero a que es unactivismo jurdico orientado principalmente hacia el litigio. Piensa en trminos de casos.Su trabajo como abogado gravita alrededor del caso.15 Para cada problema una violacinde derechos; para cada violacin de derechos una demanda; para cada demanda unasentencia.

    A: Y qu tiene de malo? Justamente lo que un abogado puede aportar, por ejemplo,en barrios marginales, es la habilidad profesional para llevar adelante un litigio en defensa15 Dice Martn Bhmer: Cmo se inicia una clnica jurdica? Simplemente tomando la decisin de serabogados para la democracia latinoamericana y haciendo lo que hace cualquier abogado: identificando unproblema y proponiendo una solucin a los jueces. Una clnica se inicia asumiendo un caso, de la mismaforma que a una puerta se la atraviesa atravesndola (Bhmer, 2006).

  • de los mltiples derechos vulnerados de los habitantes. Se trata de una tarea muy compleja,que slo el abogado se encuentra profesionalmente capacitado y habilitado para conducir.As, puede posibilitar el acceso a la justicia de personas que de otra manera lo encontraranvedado. Es una herramienta muy valiosa.

    B: Muy valiosa para quin? No pods negar que la efectividad de los tribunales ysus sentencias judiciales para mejorar la vida de las personas en contextos de exclusin omarginacin es extremadamente limitada, por decirlo suavemente. Hay un malentendidogrande alrededor de la idea sacralizada de acceso a la justicia. La mayor parte de lassentencias que las ONG de derechos humanos publicitan como triunfos, en la prctica seencuentran sub-implementadas o tienen efectos muy acotados, no duraderos. Sin embargo,como el objetivo del abogado es obtener la sentencia, se desentiende de ese problema, y seconsidera satisfecho si gana el caso. No advierte que a la gente no le importa ganar elcaso, sino que sus problemas se solucionen.

    A: Me parece que el malentendido es otro, al revs. No se puede hablar en generalsobre la efectividad o inefectividad de las sentencias judiciales para promover el cambio.Eso es tpico de los estudios de ciencia poltica sobre los tribunales, a la manera deRosenberg en The Hollow Hope,16 o de buena parte de los estudios de Law&Society,17 quesupuestamente prueban sus hiptesis. Y est mal. La efectividad de las sentenciasjudiciales depende de cul sea la expectativa que el activista tenga respecto de ellas en cadacaso. Si vos tens una expectativa maximalista, obvio que te vas a frustrar. Si considersque una adecuada reforma jurdica es equivalente a una adecuada resolucin de losconflictos, bueno, sos un ingenuo o un demagogo. La realidad te va derrotar una y milveces. Pero el punto es que esa derrota no dice la ltima palabra sobre la inutilidad delderecho o de las sentencias judiciales, sino slo sobre la inutilidad de la expectativamaximalista. Yo prefiero verlo sencillamente como una cuestin de especialidades. Unacosa que se llama divisin social del trabajo, no s si te suena. Visto desde ah, no se tratade que tengamos una fijacin judicial: se trata de que a algunos les toca hacer una cosa, ya otros, otra. Nosotros somos abogados y litigamos en tribunales. Ya que hacemos eso, esmoralmente mejor hacerlo en favor de los que estn peor, de los que han sido siempreolvidados, dejados de lado, y aportar desde ah nuestro granito de arena.

    B: Est perfecto. El punto es que la cosa no empieza ni termina en los tribunalespara la abogaca social. La posibilidad de obtener una victoria en los tribunales que setraduzca en algn tipo de cambio social significativo no depende de las variables internasdel litigio, o sea, de que la pretensin sea o no acogida. Si lo es, lo que tenemos, como biendice Siri Gloppen, en el mejor de los casos es un xito en sentido restringido.18 Loimportante, sin embargo, es en qu contexto ese xito se inserta, cmo se lleg al mismo, ycmo se va a trabajar con l una vez obtenido. A eso Gloppen lo llama impacto sistmico.La verdad, ya que estamos, es que el aparato analtico de esa mina es inmejorable paraexplicar toda la historieta Tens que leerlo.

    16 Rosenberg, 1991. 17 Referencia a todas luces infundada.18 Ver Siri Glopen, 2009.

  • A: No me jodas, contalo rpido.

    B: Te lo resumo bien apretado. El xito de una estrategia de litigio con derechossociales se juega en tres dimensiones: el litigio, la implementacin y el impacto sistmico.Primera dimensin: el litigio mismo. Ganar o perder en Tribunales. Para ganar, tienen quedarse al menos tres cosas: (a) una correcta canalizacin de las voces de los afectados, (b) unPoder Judicial responsivo a las demandas jurdicas de los ms pobres, y (c) que los juecestengan la capacidad de hacer exigibles los derechos sociales y concebir remediosadecuados. Para canalizar correctamente las voces de los afectados es necesario poner elexpertise legal a su disposicin y constituir relaciones fructferas. Que el Poder Judicial searesponsivo depende de que la demanda est bien construida de acuerdo con los cnones dela profesin, de que existan normas autoritativas para invocar en tu favor y de laconcepcin de la funcin judicial prevaleciente en tu cultura jurdica. De eso tambindepende lo anterior: que los jueces conciban remedios adecuados y hagan exigibles losderechos sociales. Segunda dimensin: la implementacin. Esto depende de un montn deotras variables, como la legitimidad poltica del tribunal, el contexto poltico, la voluntadpoltica, la capacidad de gestin estatal, el tipo de remedios propuestos, la capacidad deseguimiento y de presin de las organizaciones sociales, etctera. Tercera dimensin: elimpacto sistmico. Esto depende de la habilidad para utilizar el litigio en pos de generarmovilizacin social, de que esa movilizacin sea sostenida, de trazar una estrategia de largoplazo en la que se inserte el litigio, de la capacidad para atraer la atencin de los medios decomunicacin, del lobby para impactar en el diseo de polticas sociales. Bien. Lo cierto esque los abogados del modelo dominante han laburado bien, incansablemente dira yo, sobrealgunas de estas dimensiones extra-litigio. Eso es para aplaudir. Principalmente en lacuestin de transformar la cultura jurdica, a travs del uso estratgico de la academia y dela ocupacin de cargos en organismos pblicos, nacionales e internacionales. No es casual,claro, ese recorte. La academia es foco de prestigio y a veces de buena remuneracin, y loscargos lo mismo pero al revs. La parte que han descuidado es la de la articulacin con losmovimientos sociales y el trazado de estrategias amplias, sostenidas, de largo alcance, ansi sobre temas chiquitos, especficos, o con comunidades especficas, acotadas. Esas cosaslas ven como ajenas a su laburo de abogados.

    C: El problema en realidad es que tienen una relacin fetichista con las sentencias.Ganar es ganar el caso, y ganar el caso es obtener una sentencia favorable. Cuando esosucede, el primer impulso es poner la sentencia en un cuadrito, digamos, colgarla en lapared, o para hacerlo ms actual, en el blog. Lo que pasa afuera del juego interno de lasentencia ya no es su problema. O en el mejor de los casos, es una preocupacinsecundaria. Eso los convierte, yo dira, en abogados angostos.

    A: No s porqu le adjudican necesariamente funciones negativas al fetichismo.Hay algunos trabajos muy buenos de una colombiana que se llama Julieta Lemaitre, laubics?, en los que muestra el lado positivo del funcionamiento del derecho como unfetiche.19 El fetiche surge de la consciencia del vaco: surge para negar, para llenar ese19 De acuerdo con Lemaitre, la esencia del fetiche legal es el goce que producen los fallos progresistasindependientemente de su aplicacin, o mejor an, en exceso de sus posibilidades reales de aplicacin. Es unaemocin ligada no a los beneficios concretos sino a los significados polticos y culturales que invoca la ley,como en el caso de la unin civil de parejas del mismo sexo, donde se puede decir que el beneficio concreto

  • vaco. El derecho, incluidas no solo las normas constitucionales sino tambin las sentenciasque las aplican, sirve para llenar el vaco de la justicia, para reconstituirla en una realidadque persiste injusta. O sea, supongamos que en la realidad yo no tengo un techo para vivir,no tengo vivienda. Bueno, lo que hace el artculo 14bis declarando mi derecho a la viviendadigna es establecer que est mal que yo no tenga una vivienda digna. Lo mismo con lassentencias. Lo que hace la Corte en Quisberth Castro es enviar el mensaje de que estmal que la gente est en situacin de calle, que est mal que las personas no tengan accesoa una vivienda digna, ms all de que luego en la prctica nada significativo vaya a resultasde sentencia tan loada Lo mismo hacen las sentencias de la Corte en otros casosparadigmticos como Verbitsky o Mendoza: enviar el mensaje de que est mal que yome hacine en las crceles o me apile en las comisaras sin condena, o que me estintoxicando y viviendo en un medioambiente hediondo en la Cuenca Matanza-Riachuelo.Lo mismo Grootboom en Sudfrica o Desplazados en Colombia o el que quieras.Ahora, esa declaracin simblica, esa idealizacin o conjuro como la llama Lemaitre,redefine la realidad al nombrarla de manera distinta. Ms an: constituye una razn para elgoce, y as, un espacio posible para encontrarnos. Porque nos brinda a la vez un norte y unmotor para la lucha colectiva por reafirmar el valor de la dignidad humana frente a susviolaciones. Eso es lo que importa, no la supuesta eficacia concreta, prctica delResuelvo de cada sentencia en s misma. No s si es la mejor teora, pero es interesante.

    B: S, es interesante el planteo. Yo coincido en que la principal funcin que tienenlas normas y las sentencias en una estrategia de cambio social es simblica, pero en unsentido diferente al de Lemaitre. Lo que una norma, y ms an una sentencia, hacen, esautorizar o desautorizar posiciones y discursos. O sea: darle o quitarle poder a unadeterminada agenda poltica en el campo social. Nada ms y nada menos. Es el caso de ladiscusin del ao pasado sobre matrimonio igualitario. Por qu tanto nfasis, de parte deun movimiento tradicionalmente disruptivo y crtico del sistema institucional modernocomo el de las sexualidades no-heteronormativas, en obtener el visto bueno de ese mismosistema institucional? Una respuesta posible es justamente esa: que la eficacia buscada porlos movimientos sociales en la sentencia de la Corte que nunca lleg o en la ley nacional esautorizar sus posiciones y discursos. La ley de matrimonio igualitario posibilit justamenteeso: empoderar a los colectivos por la diversidad y debilitar a los colectivos tradicionalistasen la contienda pblica. Ahora bien, los problemas de querer encuadrar ese fenmeno apartir de un elogio del fetichismo jurdico como hace Lemaitre son tres. Primero, que lafascinacin fetichista por las leyes y las sentencias en s mismas, esa que pone alegre yhasta exultante, slo la experimenta un grupo muy reducido de personas, a saber, nosotros,los abogados. No es casual que todos sus escritos sobre el tema sean agotadoramente auto-referenciales: una suerte de sesin de terapia en envase de tesis doctoral.

    C: Ja, no seas jodida, che, ese es un punto valioso de su laburo, porque implica unatoma de posicin epistemolgica correcta, una puesta en acto de la idea de que tododiscurso de conocimiento es un discurso de auto-conocimiento, nunca objetivo, sinoatravesado por la variable subjetividad desde la que se construye la mirada y la palabra, quepor lo tanto debe ser, tambin, investigada y explicitada.

    para los homosexuales, incluso en trminos culturales, no es dramtico, y sin embargo, ello no empaa ladicha (Fetichismo Legal. Derecho, violencia y movimientos sociales en Colombia, SELA 2007, p. 6).

  • B: S, tens razn, fui mezquina ah. Pero bueno, lo que quera decir es que bastasalir dos minutos a la calle para advertir que el resto de la poblacin tiene una relacinbastante, bastante diferente con el derecho. Lo segundo, derivado de lo anterior, es que lapostura de Lemaitre pone al derecho en el centro de la escena, como el director de orquestade la lucha social, no advirtiendo su posicin subalterna ni por ende la necesidad de suinsercin y articulacin con el movimiento social, que va primero. Lo tercero es quelegitima la prctica facilista y muy difundida por ac, de eso que Botero llama el sndromenormativo,20 y que tambin podramos llamar sndrome adjudicativo: ante cadaproblema, crear sucesivas realidades virtuales que reconstituyan simblicamente lajusticia en el mundo real, mientras en ese mundo real nada cambia en absoluto, y elsufrimiento y la exclusin y la violencia siguen imperando como siempre. Ah, y una cosams: no da cuenta de los costos de esa idealizacin a travs del derecho. Sigamos con elcaso del matrimonio igualitario. Cunta potencia crtica se perdi respecto de los arreglosculturales asociados a la monogamia y a la economa de la convivencia sexualizada parafranquear la puerta lustrosa del derecho estatal?21

    C: Par, cortala con eso Es la vieja cantinela de la revolucin o reformismo. Yafue. La crtica de Marx a los derechos universales del hombre, que en realidad era unamistificacin del hombre individualista burgus.22 Y toda la cantinela subsiguiente de loscritical legal studies, pseudo marxistas de universidad privada yanqui, que los derechosalienan,23 que los derechos desmovilizan, que los derechos cooptan24 S s, todo muylindo. Pero ya fue. Hoy nadie est abogando por el comunismo nena, ni por el anarquismo.Mir a tu alrededor. As que la cosa est en reflexionar sobre el potencial del nico tipo deestrategias que estn en accin, las estrategias internas al paradigma de la modernidad, demedio alcance, respetuosas de los lmites establecidos. Lo que los pomposos sociologuitostercermundistas como tu amigo Santos llamaran luchas sub-paradigmticas. Si sirven ono sirven para algo.

    B: Ojo que el concepto de lucha sub-paradigmtica en Santos es ms complejoque eso. Refiere, s, a luchas que no cuestionan directamente el paradigma de lamodernidad, pero no por eso abandonan la causa mayor. Por el contrario, se conciben comosedimentos que se van acumulando y articulando para avanzar la transicinparadigmtica.25

    20 La expresin sndrome normativo refleja una realidad en la cual un problema social o poltico seenfrenta nicamente con la expedicin de normas jurdicas de todas clases y en todos los niveles[] Todopareciera querer solucionarse con la mera promulgacin de una norma, quedando en un segundo plano laimplementacin paralela de otros controles socio-culturales (Botero Bernal, 2006:90-1). Encontramosidnticas expresiones en, del mismo autor, en Botero Bernal, 2004). 21 Es posible que esta idea provenga del trabajo de Michael Warner Beyond Gay Marriage (2002:259-289),y si no, vale de paso la mencin. Tambin puede consultarse al respecto el trabajo de Mariano FernndezValle, Despus del Matrimonio Igualitario (2009:179-204). 22 Esto se encuentra en Karl Marx, La Cuestin Juda, Fondo de Cultura Econmica.23 Posiblemente refiere al ensayo de Peter Gabel (1984). 24 Posiblemente refiere al ensayo de Duncan Kennedy, The Critique of Rights in Critical Legal Studies(2002:178-227).25 En trminos de Santos: La definicin de la transicin paradigmtica implica la definicin de luchassubparadigmticas, o sea, luchas que tienden a profundizar la crisis del paradigma dominante y acelerar latransicin hacia el paradigma o paradigmas emergentes. La transicin paradigmtica es un objetivo a muylargo plazo. Sucede que las luchas sociales, polticas y culturales, para ser crebles y eficaces, tienen que

  • A: Ah, bueno, dec que no bamos a discutir ideas abstractas, che! Al final sos lams acadmica de las acadmicas. Puro bla bla.

    B: No son ideas abstractas. Son formas de pensar la accin cotidiana msambiciosas que las tuyas, nada ms.

    C: Djense de joder. Ac lo que importa es indagar las causas de la fijacin judicialen el modelo de activismo jurdico dominante. Para m son tres.

    B: A ver.

    C: Primero, les posibilita a los abogados de inters pblico bregar, o mejor dicho,creer que bregan, por conquistas polticas con independencia de los vaivenes de lasmayoras legislativas. Para ello, claro, es necesario que traduzcan sus propiasreivindicaciones en trminos de derechos objetivamente garantizados por laConstitucin, los Tratados y/o las leyes maquillando su proveniencia ideolgica, pero estono es una tarea demasiado compleja, ya que el entrenamiento argumentativo bsico decualquier abogado consiste en generar discursos de necesidad.26 Es su especialidad, comopara el garrapiero hacer garrapiadas. Segundo, aunque no lo tengan racionalizado, o nose animen a confesarlo, todos se han dejado persuadir por alguna variante del escepticismoante las reglas, y entienden que (ya sea por razones lingsticas, o pragmticas, o detrabajo estratgico, o la etiqueta pomposa que ms te guste) los textos legales son, y seviene esa palabrita que tanto ha dado de comer, s, indeterminados. Conducir el asunto antela judicatura, entonces, es conducirlo ante quienes verdaderamente lo van a dirimir: ante losjueces y las juezas, quienes, en ltima instancia, sern los que determinen el sentido delas normas generales. O sea: si de cualquier manera las normas no sern tales hasta que nosepamos cmo es que los jueces las aplican, para qu priorizar la inversin de tiempo yrecursos en reformas legislativas, en vez de entrar directamente en la generacin deinterpretaciones de los maleables materiales jurdicos existentes que puedan resultarpersuasivas en sede judicial? Basta mirar la historia del Cdigo Civil de Vlez paraentender esto. Tercero, la judicatura funciona con una lgica afn a aquella en la que lamayora de los abogados (consideran que) han sido entrenados: el litigio adversarial es

    trabarse a corto plazo, o sea, en el marco temporal con que cuenta una generacin con capacidad y voluntadpara trabarlas. Por esta razn, las luchas paradigmticas tienden a ser entabladas, en cada generacin, como sifuesen subparadigmticas, o sea, como si an se admitiese, por hiptesis, que el paradigma dominante pudiesedar respuesta adecuada a los problemas para los que ellas estn reclamando atencin. La sucesin de luchas yla acumulacin de las frustraciones van profundizando la crisis del paradigma dominante, pero, en s mismas,poco contribuirn a la emergencia de un nuevo paradigma o de nuevos paradigmas (de Sousa Santos,2000:18). En base a esta cita no me queda del todo claro si tiene razn B o C. Pero eso es culpa de Santos, noma. William Twining se ha ocupado de criticar la oscuridad analtica y la reivindicacin del barroquismo deeste autor en su ensayo Globalizacin, Pluralismo y Postmodernismo en Derecho y Globalizacin, Siglo delHombre Editores, (2004).26 Un discurso de necesidad (necessitarian discourse) es un discurso orientado a generar un efecto declausura o inevitabilidad en la audiencia, borrando las huellas de la subjetividad, la emocin, la contingencia,la ideologa del hablante. No solamente es utilizado por los jueces al redactar sentencias y los abogados alredactar escritos, sino tambin por los profesores de derecho al dar clases. Ver un anlisis del tema en DuncanKennedy (1997:364-8).

  • donde se sienten cmodos. Otras dimensiones como el lobby, el diseo institucional o lamilitancia de base les resultan ajenas y relativamente inmanejables o hasta intimidantes.

    [activismo aislado vs. activismo comunicado]

    B: Totalmente de acuerdo con eso. Ahora, lo importante es que en el modelodominante esa fijacin judicial va acompaada de la expectativa que l mismo marcabarecin. No la expectativa maximalista, sino la que yo llamara expectativa conformista.Quienes tienen esta expectativa dicen ser conscientes de que el derecho es slo unengranaje ms en el entramado social, de que no basta con transformar las leyes paratransformar la realidad, de que la obtencin de una sentencia judicial favorable es slo,como dijo l, el granito de arena que pueden aportar a la causa. Cada uno, piensan, aportadesde su lugar. Nosotros aportamos desde el derecho (entendido, claro, como derechoestatal): el resto lo harn los dems desde sus respectivas reas de incumbencia. El punto esque justamente el conformismo de esta expectativa es lo que la auto-derrota en trminos decambio social. Si lo que nos interesa es producir un cambio efectivo sobre realidadessociales (y no, digamos, sentirnos menos burgueses), no es suficiente con aportar nuestrogranito de arena y desentendernos del asunto, ya que arrojado al mundo por s slo, se lolleva el viento. El conformismo de quienes abordan la abogaca social con esta expectativalos lleva a practicar un activismo aislado.

    A: A qu te refieres, Porcia?

    B: Ja, no seas chicanero. Lo que quiero decir es lo siguiente. El activismo aisladomira los problemas jurdicos slo desde el derecho estatal. No presta atencin a todos losdems derechos que estn implicados en cada problema.

    C: Todos los dems derechos? Ahora resulta que sos pluralista? Lo que mefaltaba! Esper que me pongo el gorro coya.

    B: Bueno, ya que te burls, pequeo ignorante, tendr que invocar mi fuente, que esBoaventura de Sousa Santos.

    C: Mir como tiemblo.

    B: El planteo de Santos que tengo en mente es el que postula la existencia dedistintos espacios estructurales en la sociedad, cada uno con su especfica forma dederecho, de conocimiento y de poder. El espacio estatal o de la ciudadana es slo uno deellos; tambin tenemos el espacio domstico, el espacio del trabajo o de la produccin, elespacio del mercado, el espacio de la comunidad y el espacio internacional o sistmico.Ms all de que es plausible, no creo que esa subdivisin haya que comprarla del todo. Unopodra agregar otros espacios, qu s yo: la Administracin Pblica provincial, el hospital,la crcel, la escuela, la junta barrial, sin necesidad de irse a un nivel tan general como el deSantos. En todo caso, el punto es que en la sociedad existen diversas juridicidades, todasellas caracterizadas por la presencia de los tres elementos distintivos del derecho paraSantos: retrica, violencia y burocracia. Estas juridicidades se influencian mutuamente,constelndose alrededor de los distintos fenmenos. De cmo est planteada esa

  • constelacin depende cmo va a ser la regulacin en ese determinado espacio social. Amenudo hay tensin en la constelacin. Por ejemplo, algo que puede ser un crimen en elespacio del derecho estatal (como algunas formas de violencia familiar), puede no serlo enel espacio del derecho domstico. Tambin se influencian mutuamente. Por ejemplo, laartificialidad e imposicin externa del derecho de la produccin se revela de un modo tanintenso y hasta brutal, que puede ser vivido como demasiado desptico para ser derecho;por su parte, el derecho domstico (con su casi inexistente nivel de burocracia y suviolencia a menudo no manifiesta) puede ser vivido como demasiado dbil para serderecho. El despotismo experimentado por el trabajador respecto del derecho de laproduccin bien puede hacer aparecer al derecho domstico como mucho ms benvolo delo que en realidad es, y adems, puede repercutir sobre el aprovechamiento por parte deltrabajador al interior del espacio domstico del tipo de jerarquas e imperativos vividos enel espacio de la produccin. El derecho estatal, anclado en el espacio de la ciudadana,funciona dentro de una construccin social muy bien urdida que lo hace aparecer como lanica cara visible de la juridicidad, mientras que no puede prescindir para funcionar talcomo lo hace de las restantes formas de derecho con las que se constela, las cuales porestar ocultas permanecen ajenas a las restricciones que impone el espacio de laciudadana, y por lo tanto, ms libres en el despliegue de la violencia.

    C: Y entonces?

    B: Entonces lo que tenemos es un modo novedoso, y a mi modo de ver msadecuado, de pensar la ineficacia de las normas y de las sentencias para promover elcambio social. El modelo dominante de activismo jurdico ha centrado sus batallasexclusivamente en el derecho estatal, descuidando completamente las otras juridicidadesque se constelan sobre los fenmenos en cuestin. La mera alteracin del derecho estatal(mediante una reforma legislativa, mediante una sentencia judicial) puede no transformarnada ser ineficaz si el resto de los rdenes jurdicos consigue reestablecer susarticulaciones con el derecho estatal en otros moldes. Y eso es lo que pasa todo el tiempo.Si vos reconocs la existencia de estas constelaciones jurdicas, necesariamente tens queconcebir tu accin en red.27 A eso yo le llamo activismo comunicado.

    A: Bueno, si te pude seguir bien, me surge esta pregunta: no te queda un pococorto, o un poco forzado, tener que acomodar toda la realidad bajo esos seis espacios de losque habla Santos? Digo, pensando en algunos de los casos en los que he trabajado, no?Ms all de que no comparto el planteo, me cierra en los casos de violencia de gnero o enlos casos de discriminacin en el trabajo, etctera. Pero no me cierra tan bien en los dederecho a la salud, o en los de diversidad sexual, o en los de acceso a los servicios pblicos,por nombrar algunos.

    B: Tomemos un casos importante que vos28 litigaste con tu ONG. El de acceso alempleo pblico de personas con discapacidad. Lo ganaste en la Cmara laboral a partir del

    27 De acuerdo con Santos, el reconocimiento de las constelaciones de derechos equivale a reconocer que lasprcticas y las luchas emancipatorias tienen tambin que articularse en red y formar coaliciones si es quepretenden tener xito. Una lucha aislada contra una forma de regulacin puede, involuntariamente, reforzarotra forma de regulacin28 Estimo que se refiere al Desconocido A.

  • incumplimiento del cupo mnimo del 4% en la planta permanente que marca la ley 9325.Esto fue en 2009. La Cmara dijo que el Estado se les tena que ingeniar para darle uncargo a tu cliente, que le tenan que crear la partida presupuestaria, buscar una tarea paraasignarle, todo. Y qu paso?

    A: Es un caso complicado.

    B: S, justamente, es complicado. Pero no en lo que respecta a la sentencia judicial.Yo la le. Tiene ocho pginas. Es facilsima. Dice: hay una ley que impone un cupo mnimodel 4%; hay un Estado que no lo cumple; hay una persona con discapacidad que solicita suingreso a la Administracin Pblica. Conclusin: crense el cargo y la partidapresupuestaria. Prstino. Ahora, hasta la fecha, eso no se ha hecho. Y en verdad, cmopodra haberse hecho? Ustedes ningunearon completamente la juridicidad especfica de laAdministracin Pblica, la que se construye en sus pasillos, entre sus oficinas, en lasasesoras jurdicas, en las secretaras y sub-secretaras. La estrategia sencillsima del litigiode inters pblico, la ecuacin derecho + incumplimiento = litigio + sentencia los ceg alresto de las juridicidades que se constelaban sobre el problema. Lo que habra que haberhecho es trabajar con la sentencia para reacomodar la constelacin. O sea: para transformarlos trminos de la juridicidad de la Administracin Pblica. En concreto, esto significa quedeberan haberse preocupado por la reestructuracin del complicado sistema deconvocatorias y concursos para el acceso a la Administracin Pblica, que es donde sejuegan los ingresos en la diaria. Como eso no lo tocaron, el mandato de la sentencia, que esel mismo de la ley, cmplase el cupo del 4%, es de cumplimiento imposible. Todo lasprcticas atrincheradas alrededor del fenmeno se rearticulan para resistir la eficacia delmandato. Y eso ustedes lo hubieran visto si no se hubieran cortado respecto de lasorganizaciones sociales de personas con discapacidad, que militan estos temas hace rato.De hecho, la estrategia judicialista de ustedes, cortndose con un solo cliente, no slo fueineficaz, sino que podra haber tenido backlash respecto del movimiento social, efectorebote. Porque la interpretacin de la Cmara transform la medida igualitaria de accinpositiva en una medida desigualitaria, que manda el acceso al empleo pblico por orden dellegada, y peor an, por capacidad de acceso a representacin letrada, que la mayora notiene. Entonces: no se trata de que no haya que litigar. No. Se trata de cmo inserts laestrategia de litigio en los procesos sociales ms amplios, articulados, que necesita para sereficaz. Ustedes podran haber hecho un montn en ese sentido con esa sentencia. Pero envez de laburar, antes y despus, sobre esos espacios, se congratularon de la sentencia y lapublicitaron en los blogs, en el anuario de la ONG, en las revistas jurdicas y entre losfinanciadores.

    C: Pienso que algo parecido podras pensar en relacin con el fallo de la Corte sobreaborto. En tus trminos, se logr un triunfo judicial muy destacado en s mismo, pero quealcanza slo una dimensin de la juridicidad estatal; en la realidad, el desafo es articular elmandato de esa sentencia con el trabajo de los movimientos feministas y con los distintosenclaves locales de salud pblica reacomodar la constelacin del Cdigo Penal interpretadoa la luz de la sentencia favorable con la juridicidad propia de, digamos, los hospitalespblicos. El hecho es que hoy en da la juridicidad de los hospitales pblicos, que est enmanos de los mdicos y los directores de rea, es capaz de desarticularte cualquiera de estostriunfos simblicos. As, podras decir que la prctica se blinda ante ellos, no?

  • B: Claro, porque siguen impidiendo la realizacin inmediata y gratuita del abortosin necesidad de intervencin judicial, y siguen armando el circo de los protocolos y laobjecin de conciencia y la consulta a los comits de biotica y la delegacin en los jueces(te das cuenta? Retrica, burocracia y violencia: derecho), resignificando las conquistas dederechos de las mujeres en el espacio estatal.

    A: Entiendo tu punto, a ver si entends el mo. Tal vez eso se deriva, perdoname quete lo diga as, de tu falta de experiencia. Habls de ganar un caso como si fuera algo fcil.Como si fuera comprar el polvito Godet y hacer una torta de chocolate en el horno. Eso espor mirar de afuera. Ganar un caso es algo bien complicado. Sobre todo en estas temticascontrovertidas de derechos humanos. Y en Tribunales como los argentinos. Requieremuchsima energa, trabajo intelectual y fsico, anlisis estratgico, presencia pblica,capacidad de permanencia en casos de apelacin, etctera. Eso te consume gran parte de laagenda. Y ni te cuento si, como la nuestra a diferencia de la tuya tu ONG es grande ytiene al mismo tiempo varios de estos casos abiertos. Vos cargs con demasiadas tareas alabogado social. Tal vez eso sera lo ideal. Pero en la prctica es imposible. Prob litigandocinco casos de inters pblico a la vez y despus contame.

    B: Es cierto que es una visin ms exigente que la dominante sobre la tareas deabogados y abogadas. De eso se trata esto que, a falta de un nombre mejor, yo llamaraactivismo comunicado. Tal como lo veo ahora, con un par de cervezas encima, tiene treselementos: la prctica de la inteligibilidad, la incertidumbre y el aprendizaje, y laexpectativa en red. La prctica de la inteligibilidad deriva de que el activismo comunicadopone en el centro de la cuestin la articulacin entre las estrategias perseguidas por losdistintos grupos activistas que intervienen para reformar algn sector de la realidad. Estaarticulacin presupone aceptar que la reforma efectiva de ese determinado sector dependede variables multi-dimensionales e interdependientes, que en la medida en que no logren (ono se interesen por) comunicarse y se persigan por s solas estn destinadas a la impotenciao, en el mejor de los casos, a impactos marginales, simblicos y efmeros (tal como en elcampo del derecho argentino lo han mostrado a menudo las intervenciones bajo el modelodominante de activismo aislado). Esto conduce a la inter-disciplina (personas con distintasformaciones tericas ocupndose de distintos aspectos del problema) y a la inter-poltica(personas con distintas pertenencias grupales interviniendo en el campo). Para articulartodos estos vectores es necesario generar mecanismos de inteligibilidad mutua que cambieninconmensurabilidad por complementariedad. En ellos, desde ya, los abogados noconservan la posicin central, sino una subalterna, secundaria.

    C: No hay comunicacin posible. Slo se trata de agentes intentando ganar poder enel campo. Fijate sino las permanentes rencillas entre las organizaciones de derecho o deotra disciplina que trabajan en un mismo caso. Siempre se estn matando. Celo y recelo. Nose trata de inteligibilidad. Se trata de poder.

    B: Esa es una forma de verlo. Todo puede siempre ser visto en su costado luminosoo en su costado oscuro. Ya que todo es a la vez luminoso y oscuro. Yo prefiero pensar quela inteligibilidad es una cuestin de paciencia y buena predisposicin.

  • C: Eso es una estupidez.

    B: Bueno. Sigo con el segundo elemento. Lo de la incertidumbre y aprendizaje tieneque ver con lo siguiente: el activismo comunicado no requiere un master-planperfectamente diagramado en todos sus detalles. No hace falta poder conceptuar cadaaccin como parte coherente de un Proyecto de transformacin social. Los distintos gruposactivistas estn arrojados hacia la experiencia de cambio, al mismo tiempo que no puedensortear la opacidad del sentido ltimo de ese cambio ni de los medios necesarios paraalcanzarlo. Y por qu deberan hacerlo? No hace falta, ni queremos, una intelligentsia queest a la vanguardia, que cristalice la movilizacin y encaje todas las piezas: no sabemoscul es la figura que resultar del rompecabezas, porque todava no sabemos claramente nisiquiera cules son las piezas. Pero s sabemos que queremos armar otra figura, distinta dela actual. A la manera ilustrada por Neurath, la balsa se va construyendo mientras yanavegamos sobre ella. Por eso el activismo comunicado se ve bien representado por lalgica experimental: porque es un proceso de permanente incertidumbre creativa yaprendizaje. Este aspecto del activismo comunicado pretende ser una alerta frente a latendencia al congelamiento de las opciones. Por ltimo, el tema ms importante es el de lasexpectativas en red. Esto quiere decir que el xito de las distintas acciones de cambioemprendidas en las distintas dimensiones de un fenmeno no pueden medirse de modoaislado, aunque no por ello pierden su especificidad. Una accin judicial sigue siendo unaaccin judicial en sus propios trminos. El punto es que su efectividad para afectar unestado de cosas en el mundo no puede medirse en sus propios trminos, sino en relacincon el xito o fracaso de otras acciones en otros niveles. xitos y fracasos en los distintospuntos de la constelacin se influencian recprocamente. Por eso, todos estos casos quemencionamos y los muchos que conocemos donde se ve la inhabilidad del Poder Judicialpara alterar un estado de cosas persistente en el mundo, no son una muestra de que elderecho es impotente o siquiera secundario respecto de las acciones que s pueden provocarcambios sociales semejantes, sino que ms bien son una muestra de que nos acercamos alderecho con las expectativas equivocadas. El problema es de los activistas que esperabandel derecho algo que este por s solo no poda darles, o peor an, de los que anunciaronvictoriosos que les haba dado algo que no les haba dado. Tener una expectativa en red noniega sino que asume la complejidad que vos mencions, la de patrocinar clientes en unlitigio de inters pblico y ganarlo, pero lo hace con la clara conciencia de que si noarticulamos nuestro accionar con el de otros grupos sociales, no podemos esperar producirefectos significativos.

    A: Pero vos te centrs slo en los casos donde hubo problemas de implementacin!Hay muchos otros, ms o menos conocidos, donde el resolutorio de la sentencia fluy sindrama. No pods ignorar eso. Sino tu enfoque es muy sesgado.

    B: No lo ignoro para nada. Yo misma he litigado alguno de esos casos. Pero el puntose sostiene igual. El xito de una sentencia en trminos de cambio social depende de suarticulacin con una serie de otras acciones; en la medida en que stas hayan estadopresentes, podremos estar hablando de buenos pasos. Ahora, pienso que buena parte de lassentencias que vos tens en mente como exitosas tienden a haberlo sido slo desde ladimensin estatal, aquello del xito en sentido restringido de Gloppen. Te pongo el ejemplo

  • ms claro; vos despus traspasalo adnde quieras. El caso Freddo. Ha sido por aos elcaso de derecho de inters pblico en Argentina, al menos en el mbito de las clnicasjurdicas. Freddo se gan en sede laboral, y eso fue excelente. Pero como se despreocupde todos los otros espacios de juridicidad, qu tuvimos despus? Convocatorias en las queno se presentaban mujeres! Es decir, la propia sentencia no poda ser efectiva para alterar elstatus quo porque la pretensin del supuesto interesado, los colectivos de mujeres, habasido expropiada en manos del discurso institucionalista de abogados preocupados por la no-discriminacin.

    C: Par, cortala un poco, est errado completamente tu planteo. Hay que separar doscosas. Una lo que los abogados tienen que hacer. Otra lo que se puede hacer con lassentencias para lograr cambios sociales, si es que semejante entelequia existiera. Elabogado logra la sentencia, o el dictamen, o la reforma legislativa, y luego los movimientossociales que lo tomen como quieran.

    B: Bueno, de nuevo, ese es el activismo aislado. El granito de arena. Cmo quersque lo tomen cuando les ha sido ajeno desde el principio, cuando desde el principio ha sidocosa de los abogados y no de ellos? Ah el contra-ejemplo es el del movimiento de derechoshumanos por delitos de lesa humanidad. Ah est muy claro el rol a la vez importante ysubalterno de la abogaca. Desde el principio todo se ha concebido como una accincolectiva, articulada, bajo el impulso las madres y abuelas y los militantes familiares dedesaparecidos. Los triunfos y fracasos jurdicos de los 80 a esta parte se insertaronperfectamente en un movimiento de largo aliento, que trabaja sobre todos los espaciosconcernidos. Fijate vos la fortaleza que hoy en da tiene ese movimiento, los cambiosestructurales que ha producido en los temas de su causa, la potencia de su activismoarticulado, y contame si ese no debera ser el rumbo para la abogaca social en general

    [abogaca para la democracia vs. abogaca democrtica]

    A: El problema de tu planteo es lo que postula como meta del cambio social. No setrata de cambios estructurales palpables de ndole econmica, social y cultural.

    B: Cmo que no? Ese es el norte. El punto es que, mientras se avanza hacia eso,hay que avanzar en la generacin de las precondiciones que lo posibiliten. A eso refiere lode las luchas sub-paradigmticas. En ese sentido, para m, esto es discutible, claro, peropara m lo fundamental es construir poder popular, comunitario. Slo en la medida en quelos procesos jurdicos avancen esa construccin podrn darse, acaso, los cambiosestructurales ms ambiciosos. De hecho, incluso si se dieran pero sin una participacinintensa y directa de los actores sociales involucrados, n podramos verlos como cambiosestrucutrales etc. En ese sentido, la participacin, entendida como construccin deciudadana poltica, como fortalecimiento de colectivos populares, no es slo forma:tambin es contenido.

    A: No, lo lamento, pero en el derecho la cosa no va por ah. Cuando uno gana un

    caso, o incluso cuando lo pierde pero forzando al rival a dar razones, buenas razones,mejora la prctica social a la que llamamos derecho. Es una cuestin lenta, que se vadesenvolviendo en el tiempo. A eso es a lo que podemos y tenemos que aspirar. El derecho

  • ya es una prctica social, de ndole deliberativa, y lo fundamental de mi aporte comoabogado de inters pblico es conservar y mejorar la deliberacin, avanzar hacia unarepblica fundada en razones, como dira Maurino, en las mejores razones. Mi funcin es lade traducir las pretensiones del inters individual en el lenguaje del inters pblico. Mejorarel derecho, mejorando la deliberacin, implica una mejora de la democracia, y as, de lasociedad. Por lo tanto, esa es la efectividad principal de la abogaca social: mejorar laprctica jurdica. En la medida en que esas mejoras se acumulen, vamos a tener un mejorderecho, una mejor democracia, y el Estado va a tener cada vez menos excusas legtimaspara no ocuparse de los grupos desaventajados. Freddo hizo mejor al derecho laboralargentino. Afianz el principio de igual consideracin y respeto, sin discriminacin porgnero, incluso proyectndolo hacia la esfera de las empresas privadas, y as, robusteci losfundamentos de la deliberacin democrtica argentina. Eso es lo importante. Despus,cmo se articul en concreto la resolucin con los colectivos sociales es una historia muycomplicada, sobre la que, insisto, no se puede esperar tener mucho control como abogadoPero es innegable que para el futuro mejor los estndares generales. Lo mismo podradecirse en Mendoza. Es cierto que hubo y sigue habiendo mltiples problemas con laimplementacin de la sentencia en la cuenca Matanza-Riachuelo. Pero los estndaresfijados en el fallo cambian hacia adelante la fisonoma de todo otro conflictomedioambiental que se plantee.

    B: Entiendo lo que decs. Y es justamente otro de los rasgos de lo que venimosllamando modelo dominante de activismo jurdico. Piensa que el compromiso de laabogaca es con la democracia. Pero se olvida de practicar la democracia. O sea: sepreocupa por mejorar la democracia argentina, pero no ejerce una abogaca democrtica.29

    C: Eso es posta. Aunque no es sorprendente, no? Digo, es como los varoncitosdeclamando la igualdad de gnero en la esfera pblica y luego ejercitando el patriarcado encasa. O, ya que estamos, como los deliberativistas, que escriben libros y papers y danconferencias y discursos predicando el potencial epistmico y transformador depreferencias de la deliberacin democrtica, y luego nunca, nunca jams, vade retro, los vasa ver cambiando de punto de vista o reconociendo que otro tiene razn. La democraciatiene un potencial transformador de las preferencias de los otros.

    B: Claro. As con la abogaca de inters pblico. Pero creo que no es por cinismo ohipocresa. Es porque tienen una visin estadocntrica de la democracia. Soninstitucionalistas. La democracia es el armado institucional del sistema de gobierno, elparlamentarismo, la admisin de voces en la deliberacin pblica como justificacin delcontrol de constitucionalidad, el dilogo entre poderes, todo eso Democracia no es, porejemplo, ponerse codo a codo con los vecinos a deliberar una estrategia de militancia, quepotencialmente pueda resultar opuesta a nuestras ideas preconcebidas, a los inputs conlos que llegamos a la deliberacin, dira Nino. Por eso no se preocupan mucho de poner enprctica la democracia cuando trabajan con sus clientes en los barrios. Ah la deliberacinest de ms.

    29 Sobre desafos y potencialidades de la prctica de una abogaca democrtica son muy interesantes lostrabajos de Gerald Lopez (1996), de Ascanio Piomelli (2009; 2006, 2004) y de Lucie White (1194; 1997;1998:82229).

  • C: Exacto. Pero ms an: en realidad s creen que lo estn poniendo en prctica,porque han hipostasiado tanto la idea de prctica, que la han transformado en una puracuestin institucional. Si hasta le llaman prctica constitucional a los antecedentesjurisprudenciales de la Corte! Y, como el marinero de La Caza del Snark, creen que a fuerzade repetirlo en cuanto artculo o seminario haya lo van a transformar en realidad. Nuestraprctica constitucional dice, nuestra prctica constitucional dice Como si una prcticapudiera estar en un tomo de fallos. Animismo puro.

    A: De nuevo, ests exagerando. Eso a veces es as y a veces no. Sobran ejemplos decasos en los que es al revs. Fijate alguno de los casos que ha ganado ACIJ. Por ejemplo, eldel acceso al agua potable en la Villa 31bis de Retiro, que cuentan en el libro deAbramovich y Pautassi. Ah trabajaron por una iniciativa de los propios vecinos que eranmuchsimos, y les permitieron lograr una victoria contra el gobierno que sin ellos leshubiera sido imposible alcanzar. Adems, hay que poner la cuestin en contexto. En laprctica lo que ves, cuando trabajs como abogado en los barrios marginales, es que lamovilizacin poltica no siempre est presente. Y cuando s est presente, a menudo estembrollada de mil maneras, atravesada por punteros e intereses de los partidos polticos, deuno u otro signo. Si uno procediera como vos propons, entregndose a esas redes,hacindose el horizontal, terminara morfado, diluido, impotente.

    B: Yo no propongo entregarse a nada. Lo que digo es que, si te interesa el cambiosocial y quers promoverlo como abogado, tens que articular tu accin con losmovimientos sociales de base, as como con una multiplicidad ms de actores de laresistencia, en cado uno de los espacios de juridicidad que se constelan sobre el fenmenoque te interesa. Cuando esas redes no estn formadas, hay dos opciones. La primera eslaburar con el derecho para fortalecerlas, con toda la paciencia y el esfuerzo que esoimplica. La segunda es retirarte y buscar otro espacio de laburo. Armar todo con apuro ypor tu cuenta est descartado.

    A: Bueno, se me vienen a la cabeza otro par de casos que cuentan los chicos deACIJ en ese libro. Los casos de las aulas containers y de los tachos. Ah ellos, conhonestidad y agallas, cabe decirlo, dejan al desnudo que aunque no haba inters delcolectivo afectado por litigar el caso de discriminacin en la campaa de basura, o aunqueno haba acuerdo entre el colectivo de maestras, alumnos y padres en lo de las escuelas,ellos se mandaron igual a litigar el caso porque lo consideraban correcto. Y es verdad: eralo correcto. Qu hubiera pasado si no? Se hubieran diluido en zonceras colectivistas y todaesa energa hubiera terminado resultando buena para nada. As, en cambio, lograron dosmovidas grosas que pusieron en jaque al estado y mejoraron el derecho de la CiudadAutnoma de Buenos Aires.

    [quin paga?]

    B: Bueno, esa urgencia por litigar el caso aunque a los vecinos no les interese o noestn de acuerdo revela tambin otras urgencias. Si no me equivoco, en ese mismo relatoque hacen los chicos de ACIJ sobre el caso de los cestos de basura, que coincido, esvaliente y honesto, el tipo de relatos no caretas que hacen falta para pensarnos, dicen al

  • pasar que necesitaban seguir adelante con las actividades del proyecto macro en el queestaban trabajando. Un proyecto sobre la discriminacin por posicin econmica en laciudad de Buenos Aires y en el pas, o algo as. Traducido: haba que rendir cuentas de lasactividades del proyecto. Entonces la pregunta que uno se hace es: para quin trabajamos?Para los que estn peor, como decs vos? O para la propia ONG?

    C: Para la propia ONG. Obvio. Siempre es as. Uno slo trabaja para uno, siempre.Lo dems es fantasa para dormir tranquilo. Externalidades positivas, si tenemos suerte.Externalidades negativas, la mayor parte del tiempo.

    A: Para nada! Estn simplificando un tema que es muy delicado. No pierdanperspectiva! De nuevo, no se ahoguen en la disputa de burdel. Abran los ojos al mundo che,a la realidad social esa de la que tanto hablan. Vos te penss que es fcil este laburo?Una asociacin sin fines de lucro que quiere construirse como un espacio para el ejerciciode la abogaca social se enfrenta a un montn de escollos. Los principales son dos: generarcapital econmico y generar capital social. El tema econmico es muy complejo. Si notens guita no pods hacer un trabajo serio. Punto, es as, y no me vengan a esta hora condelirios de seminarista frustrado, eh. Tarde o temprano hay que alimentar a los hijos, y auno mismo, y pagar las vacaciones y la televisin y los libritos de Santos y Bourdieu, ypara eso hace falta papota. Ms an, para las propias intervenciones de la asociacin hacefalta papota. Una presentacin judicial, un informe, una gacetilla, un documental, un logo,una pgina de internet todo sale guita. Sentir culpa por eso es hacerle el juego al diseoconservador de la corporacin profesional de abogados. Las trabas que te ponen en AFIPpara facturar como asociacin civil, por ejemplo, son terribles. El propio ethos de laprofesin, como dice Galanter, est marcado por la supuesta competencia ilegtima detrabajar sin cobrar honorarios. Mir, si todava me acuerdo la charla que me dieron cuandome matricul en el Colegio de Abogados Despus de las fantochadas de ocasin delpresidente del Colegio, vino una piba, directora de la seccin de jvenes abogados o algoas, y sabs para qu us sus quince minutos de fama? Para hablarnos de la importancia decobrar siempre honorarios, y de que no hacerlo era incurrir en conducta desleal con loscolegas. Te das cuenta! Todo en el diseo de la profesin est armado para desincentivar elejercicio en favor de los ms pobres. Y de ltima, para que ese ejercicio nunca se puedaprofesionalizar y practicar seriamente. Para quedar condenado a ser hobby o actividadresidual, part-time. Por eso, buscar financiamiento internacional no es una resignacin: esun acto de resistencia.

    B: Puede ser

    C: El tema es que el financiamiento no te marque la agenda.

    A: No me la marca. Al menos a nuestra ONG no se la marca; por ah a otras s.Nosotros usamos la guita para hacer el laburo que siempre quisimos hacer, an antes depresentarnos a convocatorias de donantes.

    C: Y cmo manejs el tema de que los principales financiadores sean yanquis o deEuropa central, o empresas multinacionales, todos eptomes del capitalismo, interesados enla reproduccin del subdesarrollo y la exclusin social en el tercer mundo?

  • A: Me manejo contra-hegemnicamente, claro. Uso la guita para hacer lo que yocreo conveniente. Por supuesto, en el formulario de presentacin y de rendicin de cuentasdibujs un poquito, para que te acepten el proyecto. Pero en la prctica no me condiciona ennada. Hacemos lo que queremos. Adems, me tienen re podrido con eso. De dnde quersque saque la plata? Vamos a esos financiadores porque no hay otros. Dame vos un poco deguita y me voy con vos. Pero no. Ac prcticamente nadie financia la abogaca social. Asque no me vengan a joder.

    B: Me parece que esto de la contra-hegemona da para cualquier verdura. Yotambin puedo meterme a ser CEO de Techint y decir que ejerzo ese cargo de maneracontra-hegemnica

    C: No pods negar que hay un problema en ser financiados por los centros delcapitalismo global. No digo que haya una alternativa, al menos una alternativa igual derentable. Digo que hay un problema. Mir el Banco Mundial. El Banco Mundial, bajo lagida de Estados Unidos, empez a financiar la lucha contra la pobreza en el mundosubdesarrollado despus de la guerra de Vietnam, con el objetivo de desarticular losmovimientos de resistencia desde abajo. Y todos los actores progresistas se montaron alcaballo! Es que el billete verde es el mejor sofista, my friend La fuerza del mejorargumento, dira Habermas, siempre est de su lado. Zibbecchi lo explica muy bien en unlibro que le publicaron hace poco en Lavaca. l lo llama el imperialismo blando de lasonegs, creo.

    A: Bueno, no voy a seguir con eso. Ya te dije la posta. Ahora, la cuestin no terminaah. El segundo gran escollo que tens como ONG es el de construir capital social. Tutrabajo va a ser discutir con actores polticos fuertes. Tu trabajo va a ser adquirirlegitimacin activa en juicios de amparo para litigar derechos colectivos. Tu trabajo va a serrepresentar clientes desaventajados. Ok: necesits ser alguien. De nuevo, eso slo lo podsganar a fuerza de litigios exitosos, publicacin de informes, presencia en el debate pblico.Por qu te van a dar bola si no? Cuando privilegis esa agenda, lo que ests haciendo no esilegtimo. Es construir poder para tu ONG, en pos de que sta tenga cada vez mayor poderde negociacin, y as, mayor fortaleza para ayudar. Si te queds boludeando toda la vidaentre las tramas de un colectivo social, no sals nunca a la palestra. Parece bonito, pero enrealidad es una forma de la cobarda.

    B: Esa lnea es bastante peligrosa. No es imposible, pero es bastante difcil mantenerel equilibrio, no perder el norte. Yo le tengo desconfianza a esas lgicas tipo efectoderrame de los economistas neoliberales. Acumulamos y acumulamos para despusderramar. Pero resulta que nunca derrama. Mientras tanto, lo nico que hicimos fueacumular. De nuevo, para quin hacemos abogaca de inters pblico entonces? Es slootra quintita de la profesin, como los sucesorios o las licitaciones?

    A: La economa neoliberal no tiene nada que ver con las ONG de activismojurdico. No mezcles las cosas.

    [activismo extensivo vs. activismo intensivo]

  • B: Bueno, no te enojes. Lo que s quera marcar es cmo esos escollos que vosseals, la necesidad de construir capital econmico y social, tal como vos los concebs, tellevan a practicar un activismo extensivo. Este tal vez sea el rasgo donde ms claro quedaque el modelo dominante de activismo jurdico se distancia slo superficialmente de laprctica tradicional de la abogaca. En lo que respecta a la funcin del abogado como asesortcnico de partes intercambiables, como litigante de casos sucesivos, en serie, lacontinuidad entre ambos modelos es puntillosa y perfecta. El acento en el financiamiento telleva hacia eso: los fondos son variables y temporarios, por lo que hay que estar siempre enmovimiento y no se puede planificar a largo plazo. Lo que hoy est, maana puede no estar.Por su parte, el acento en generar capital social a travs de muchos casos ganados, telleva hacia la bsqueda de situaciones convertibles fcilmente en litigios judiciales yreclamos administrativos, y a saltar de unas a otras. El problema es que eso dificulta hacerun trabajo situado, paciente. Trabajar en red, sin la urgencia del litigio ni la confrontacin.Esto es lo que digo: si no tens tiempo ni paciencia, mejor no te dediques a la abogacasocial. Tens que entender que tu trabajo qua abogado puede ser tan o ms significativo sinunca se llega al litigio. Por ejemplo, si a lo largo de un trabajo sostenido, de tallerespopulares, de reuniones, de asambleas, de movilizacin, de protesta, ayudaste a que seproduzcan mejoras palpables en las condiciones de vida de algunas personas, o ayudaste aque un colectivo se politizara, se hiciera presente frente la opresin como cuerpo de lucha,se concibiera de una manera nueva a s mismo, y vos con ellos, ests trabajandosignificativamente con el derecho. Aunque nunca usen la herramienta jurdica adversarialdel litigio o del reclamo administrativo. A eso yo le llamo activismo intensivo.

    C: Qu manera de poner etiquetas, che! Sos la Adn de la abogaca de interspblico. El mes que viene te traigo los cachorritos de mi perra as los nombrs tambin,dale? Pero qu cosa

    A: Me daras un ejemplo?

    B: Con nuestra ONG nos hemos mandado muchas macanas, y estamos metidos, ojo,en todos los problemas que estaba comentando. Pero bueno, al menos al reconocerlos yquerer superarlos a veces avanzamos un poco en esta otra direccin que me parece mejor.Un ejemplo es el laburo que nos toc hacer en el barrio de Paso Alto, a raz de los desalojosforzosos en la zona, que la queran convertir en un rea residencial. Los vecinos siguenresistiendo. Los del gobierno y los de las inmobiliarias siguen presionando. Nosotros nossumamos en 2010 al grupo de resistencia. Lo integran vecinos del barrio, organizacionessociales de distinta filiacin profesional y partidaria, y miembros de los circuitos estatalesdel barrio, sobre todo de las escuelas y del dispensario. Despus de sucesivas malasexperiencias con promesas incumplidas del gobierno, venan un poco alicados. El grupoestaba un poco disgregado. Al poco tiempo que llegamos, a los vecinos les lleg una cdulade notificacin. Era una pavada: informaba sobre un oficio interjurisdiccional. Pero claro,recibir una cdula judicial siempre es angustiante, y ms si tu situacin habitacional esirregular y est amenazada con un juicio de usurpacin del que no tens la menor ideaporque nunca te citaron ms que para pintarte los dedos, as que... Ese episodio permitipensar, junto con los vecinos que todava iban a las reuniones que estara bueno organizartalleres sobre los derechos a la vivienda, los desalojos y la propiedad de la tierra. La

  • intencin era aprovechar estratgicamente la situacin para reactivar el colectivo. Junto conuna de las organizaciones, que tena mucha cancha en temas de educacin popular, y laimaginacin para las convocatorias de las vecinas ms jvenes, armamos unos talleresabiertos y horizontales en el barrio, donde se hablaba sobre lo que poda significar elderecho a la vivienda, la regularizacin dominial, los trmites administrativos, lasnotificaciones, las acciones reivindicatorias. Como se acercaron de nuevo muchos de losvecinos, luego se seguimos haciendo por un tiempo los talleres, aunque ya no sobre temas,digamos, jurdicos, sino sobre cuestiones de arquitectura, de construccin, dealimentacin, incluso de poesa y pintur