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Francisco A. Ortega Martínez y Alexander Chaparro Silva (eds.), Disfraz y pluma de todos. Opinión pública y cultura política, siglos XVIII y XIX (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Ciencias Humanas, Centro de Estudios Sociales-CES; University of Helsinki, The Research Project Europe 1815-1914, 2012), 580 pp. Este libro colectivo es el resultado de varios años de investigación de los edito- res sobre la prensa, la opinión pública y la cultura política neogranadina entre nales del siglo XVIII y el XIX, que articularon a proyectos de recuperación y difusión de periódicos de la Biblioteca Luis Ángel Arango y la Biblioteca Nacional, y a intereses investigativos de otros académicos en temas similares de trabajo. Francisco Ortega Martínez y Alexander Chaparro Silva recogen una serie de artículos de investigación que pretenden ofrecer, mediante el análisis crítico de impresos, especícamente de periódicos, un panorama amplio sobre la irrupción de la esfera pública moderna en la historia de Colombia, es decir, sobre la construcción de la vida política local en las últimas décadas del siglo XVIII y la primera mitad del XIX. Los vacíos investigativos que el libro se propone llenar se enuncian con clari- dad en la introducción. Allí se da cuenta de que ha habido poca preocupación entre los investigadores por estudiar de manera amplia y crítica la prensa que se publicó N. O 25, MEDELLÍN, COLOMBIA, JULIO-DICIEMBRE DE 2013, PP. 223-248

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  • Francisco A. Ortega Martnez y Alexander Chaparro Silva (eds.), Disfraz y pluma de todos. Opinin pblica y cultura poltica, siglos XVIII y XIX (Bogot: Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Ciencias Humanas, Centro de Estudios Sociales-CES; University of Helsinki, The Research Project Europe 1815-1914, 2012), 580 pp.

    Este libro colectivo es el resultado de varios aos de investigacin de los edito-res sobre la prensa, la opinin pblica y la cultura poltica neogranadina entre !nales del siglo XVIII y el XIX, que articularon a proyectos de recuperacin y difusin de peridicos de la Biblioteca Luis ngel Arango y la Biblioteca Nacional, y a intereses investigativos de otros acadmicos en temas similares de trabajo. Francisco Ortega Martnez y Alexander Chaparro Silva recogen una serie de artculos de investigacin que pretenden ofrecer, mediante el anlisis crtico de impresos, espec!camente de peridicos, un panorama amplio sobre la irrupcin de la esfera pblica moderna en la historia de Colombia, es decir, sobre la construccin de la vida poltica local en las ltimas dcadas del siglo XVIII y la primera mitad del XIX.

    Los vacos investigativos que el libro se propone llenar se enuncian con clari-dad en la introduccin. All se da cuenta de que ha habido poca preocupacin entre los investigadores por estudiar de manera amplia y crtica la prensa que se public

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    en dicho periodo; y que adems se han cometido arbitrariedades en la comprensin de con!guraciones polticas y sociales, porque en muchos casos los conceptos que aluden a dichas con!guraciones se han tratado desprovistos de su propia historia.

    La perspectiva de anlisis que conecta los diferentes artculos tambin se ex-presa en la introduccin del libro. Para ello se explican los dos desarrollos tericos ms prol!cos sobre la nocin de opinin pblica: el de Jrgen Habermas y el de Reinhart Koselleck. El primero comprende la esfera pblica como el espacio en el cual se pro-ducen y se difunden discursos que forman un pblico en torno a intereses privados de la burguesa, que posibilit, para los comienzos de la Revolucin Francesa, que debido a la circulacin de impresos y al incremento de espacios de sociabilidad, se creara un escenario deliberativo de discusiones que ataeran a todos. Koselleck, por su parte, presenta una perspectiva sobre la opinin pblica ms acorde a los intereses del libro. Este autor, desde su enfoque conceptual, arguye la importancia que tiene estudiar los conceptos de forma correspondiente a la realidad que estos nominan, es decir, de entender los conceptos como espacios que estn constantemente en lucha, que se transforman, y que por lo tanto almacenan la complejidad de los fenmenos histricos. Los editores del libro remiten a investigaciones sobre las independencias iberoamericanas que adoptaron los presupuestos de Koselleck, y que plantearon una perspectiva segn la cual un fenmeno poltico o social puede estudiarse mediante las desviaciones o cambios que una determinada idea presenta al trasladarse tem-poral o geogr!camente; en otras palabras, en esta perspectiva se entendi que hay ideas o conceptos puros cuyo nivel de apropiacin tiene que ver con el desarrollo mismo de la sociedad. Pero, entonces, los editores, al tomar la dimensin conceptual de la opinin pblica, pretenden hacerlo segn sus signi!cados, sus resigni!caciones o sus diferentes usos, sin considerar como si hubiera una base, slida y acabada, sobre la cual apoyarse.

    El cuerpo del libro rene tres partes. La primera la compone un captulo que se denomina El nacimiento de la opinin pblica en la Nueva Granada, 1785-1830. En l, Francisco Ortega Martnez y Alexander Chaparro Silva explican la emergencia de la opinin pblica durante el Antiguo Rgimen y cmo este ejercicio se constituy luego en la base del rgimen republicano. Lo que los autores realizan es un recorrido histrico meticuloso en el cual evalan los procesos, las pugnas polticas, los cambios semnticos que tuvieron lugar desde el nacimiento del concepto de opinin pblica

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    en la Nueva Granada hasta su establecimiento en el seno de la poltica republicana. Para ello los autores se sirven de gacetas, prensa ilustrada y prensa poltica, como he-rramientas sociopolticas y espacios con!guradores de percepciones colectivas, cuya elaboracin, circulacin y recepcin le conciernen a la constitucin de la esfera pbli-ca en el trnsito de los procesos independentistas.

    En la segunda parte, titulada Opinin pblica, Monarqua y Repblica, se agrupan seis artculos con aportes valiosos sobre la compleja situacin socio-concep-tual de la opinin pblica desde las guerras de la Independencia hasta el ao de 1839. Esto, sin embargo, no se presenta con precisin en la introduccin del libro, porque se enuncia que esta segunda seccin comienza en el proceso independentista y !naliza en el perodo que se ha denominado, historiogr!camente, como grancolombiano, es decir, hasta 1830.

    En este conjunto de artculos se considera la prensa como una herramienta con la que diferentes sujetos o grupos polticos pretendieron imponer sus intereses par-ticulares como generales, con el !n de construir una nica concepcin de la opinin pblica; es decir que se concibe la prensa peridica como instrumento para con!gurar actitudes, legitimaciones institucionales y controles polticos. Entre estos est el de Alexander Chaparro La opinin del Rey. Opinin pblica y redes de comunicacin impresa en Santaf de Bogot durante la Reconquista espaola, 1816-1819. Aqu se de!ende la idea de que los realistas consideraron la opinin pblica como el espacio con el cual posibilitaran la autoridad monrquica. Y, dentro de los diferentes medios en los que esto se llev a cabo, el autor privilegia el de los medios impresos. Esta rela-cin entre la prensa y la poltica, la primera como la que modela y aporta en la cons-truccin de lo pblico y de nuevos valores, tambin se argumenta en El nombre de las cosas. Prensa e ideas en tiempos de Jos Domingo Daz. Venezuela, 1808-1822 de Toms Straka y en Opinin pblica y cultura de la imprenta en Cartagena de Colom-bia, 1821-1831 de Mayxu Ospina Posse. Ambos, en contextos distintos, presentan la tesis segn la cual mediante la prensa se pretendi construir legitimidad en torno a valores polticos. Sin embargo, este ltimo artculo es ms terico que analtico: se preocupa ms por hacer una discusin en torno a las teoras polticas que sustentan sus a!rmaciones y menos por a!anzar su anlisis en un conjunto documental.

    Libertad, prensa y opinin pblica en la Gran Colombia, 1818-1830 de Leidy Jazmn Torres Cendales parte de un punto de vista similar al de los anteriores, pero se

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    concentra, a diferencia de los otros, en un solo concepto para referirse a la opinin pblica: el de la libertad. La autora analiza este concepto desde las transformaciones semnticas que se encuentran en la prensa y cmo este mut en la potestad de dictar las propias leyes, cuando antes se refera a la capacidad de actuar bajo ciertos par-metros morales y jurdicos. En este sentido, la autora de!ende la tesis de que el inters del gobierno republicano era el de !jar la opinin pblica.

    Los otros dos artculos que componen esta parte, Nacin, Constitucin y fa-milia en La Bandera Tricolor, 1826-1827, de Nicols Alejandro Gonzlez Quintero, y Ministeriales y oposicionistas. La opinin pblica entre la unanimidad y el espritu de partido. Nueva Granada, 1837-1839, de Zulma Roco Romero Real, comprenden un estudio centrado en peridicos particulares. El primero se centra en La Bandera Tricolor y a partir de este peridico el autor presenta de manera comprensiva cmo un grupo poltico quera que su opinin se impusiera como la verdadera en la esfera pblica y que, por lo tanto, cuando no pudo lograrlo, la publicacin desapareci. As se entiende que los intentos de construir nacin, un imaginario y una opinin comunes no encontraron la manera de legitimarse. El segundo artculo se aparta temporal-mente de los otros cinco, pero contina con la misma perspectiva de los anteriores. Aqu lo que se trata de evaluar es la oposicin poltica a partir de dos peridicos, La Bandera Nacional, que estaba en contra del gobierno de Jos Ignacio Mrquez, y El Argos, que estaba a favor. Se argumenta entonces cmo en este punto los partidos se autodenominan como los representantes de la voluntad general, es decir, la opinin pblica como un espacio de luchas de partidos, forjadas, en parte, en los peridicos.

    La tercera seccin, de ttulo Publicidad, sociabilidad e institucionalidad, se compone de siete captulos y es mucho ms diversa temtica y temporalmente que la anterior. El primer estudio se nomina La mujer y la prensa ilustrada en los peridicos suramericanos, 1790-1812, de Mariselle Melndez, y en l se pretende estudiar cmo la mujer se relacion con los intereses de promocin del bien pblico, mediante los peridicos ilustrados, que eran el medio de comunicacin local y global. Sin embar-go, este artculo no cumple a cabalidad con lo que promete el ttulo, pues se centra especialmente en el Papel Peridico de espritu de la Ciudad de Santaf de Bogot y no analiza de manera rigurosa ningn otro peridico suramericano. Por su parte, La cartografa impresa en la creacin de la opinin pblica en la poca de la Indepen-dencia, de Lina del Castillo, y El artesano-publicista y la consolidacin de la opinin

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    pblica artesana en Bogot, 1854-1870, de Camilo Andrs Pez Jaramillo, realizan aportes importantes por su perspectiva de estudio. El primero entiende la cartografa desde su valor geopoltico, y para ello toma el Atlas nacional de Jos Manuel Restrepo y lo compara con la representacin que se hizo sobre Colombia en Colombia Prima or South America. Lina del Castillo analiza el proyecto cartogr!co de Restrepo como una herramienta poltica mediante la cual se pretenda crear la imagen, para 1827, de la Repblica de Colombia como entidad soberana, de manera que se legitimara te-rritorialmente la independencia. El segundo pretende matizar la visin totalitaria que se ha impuesto sobre la funcin suprema de los medios impresos ilustrados, y para ello resalta la importancia de las actividades polticas que realizaron gran nmero de artesanos por medios impresos. El autor elabora, desde esta perspectiva, el argumento segn el cual la construccin de la opinin pblica estaba basada en intereses parti-culares de un grupo social y no en preocupaciones generales.

    Como en el captulo de Camilo Andrs Pez, que pretende dar cuenta de la situacin de un territorio espec!co, asimismo Juan Camilo Escobar Villegas en Im-presos peridicos en Antioquia durante la primera mitad del siglo XIX. Espacios de sociabilidad de opinin de las lites letradas estudia los espacios de sociabilidad de las lites letradas en una sola regin. Aqu el autor analiza la manera como estas lites constituyeron imaginarios sociales, legitimados y difundidos en los impresos peridi-cos que ellos mismos crearon.

    El artculo No dudo que este breve plan de literatura ilustrada os electrizar: Primicias, lecturas y causa pblica en Quito, 1790-1792 de Mara Elena Bedoya Hi-dalgo traza el vnculo entre lo impreso y las discusiones sobre la causa pblica, por-que fue precisamente durante la ltima dcada del siglo XVIII que, con la extensin de las publicaciones, hubo posibilidad de que se escribiera, se leyera y se discutiera en pequeos grupos, de carcter asociativo, sobre asuntos que le correspondan a la sociedad en general. Por otra parte, El Neogranadino, 1848-1857: un peridico en el umbral, de Gilberto Loaiza Cano, es un esfuerzo por comprender la importancia de las publicaciones peridicas en el panorama poltico y cmo a travs de ellas pueden entenderse aspectos de la sociedad, en el contexto en el que se desarroll ampliamen-te la competencia de la produccin, la difusin y el consumo de impresos, que ejerca una restriccin encaminada a la consolidacin de un discurso espec!co dentro de un marco vulnerable. En este sentido, la desaparicin del peridico, como lo explica Loai-

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    za, no puede entenderse solo desde aspectos editoriales o comerciales, sino tambin desde la situacin crtica del liberalismo.

    El artculo que falta por mencionar de esta seccin corresponde a Lenguajes econmicos y poltica econmica en la prensa neogranadina, 1820-1850 de John Jai-ro Crdenas Herrera. Este es un estudio menos amplio y ms general en comparacin con otros que componen este libro. Lo que trata de hacer el autor es mostrar que los lenguajes econmicos inter!rieron en la constitucin de la esfera pblica republicana, y para ello los sita dentro de los debates econmicos europeos, pero los especi!ca con las discusiones polticas que se encuentran en los peridicos de poca.

    El libro termina con el eplogo Las varias caras de la opinin pblica de Vc-tor Manuel Uribe Urn. En este apartado se resalta la manera comprensiva y amplia como esta obra estudia la historia conceptual de la opinin pblica y la historia del periodismo en Colombia. Tambin Uribe Urn destaca que en esta publicacin no se deja de lado el papel de la mujer ni el de la prensa popular o no ilustrada, aunque a!r-ma que es conveniente que otros estudios profundicen en este sentido, as como en problemas de investigacin que involucren impresos diferentes a los peridicos. Uribe Urn invita a continuar estudiando histricamente la prensa y a distinguirla segn las intenciones comunicativas de los diferentes sujetos de enunciacin.

    Como se puede ver, este libro explicita los vnculos entre la poltica y los medios de comunicacin, se centra en las actitudes, los presupuestos de diferentes personas y las maneras de inculcarlos a un pblico ms amplio. Este libro pretende renovar la mirada sobre la cultura poltica de la poca, dejando a un lado la idea de los conceptos importados y adiestrados desde el exterior. En este sentido, la consulta de esta obra es valiosa para quienes estn interesados en la historia de la prensa y en la comprensin de la cultura poltica de la poca pasada y presente. Tambin es importante porque en este libro se entienden las publicaciones de prensa en relacin con la sociedad en la que se escriben y se difunden, y por lo tanto se conciben como viables de analizar crticamente con respecto a la esfera pblica. Este libro traza una orientacin que abre caminos en el estudio histrico de los conceptos polticos, y ms, porque en esta investigacin se han recuperado y se han dado a conocer peridicos y fuentes docu-mentales poco estudiados.

    Maria del Pilar Ramrez RestrepoEstudiante de Historia de la Universidad Nacional, Sede Medelln

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