NADA Segunda Parte

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Casi no soy capaz de explicar lo que Sofie debía entregar. Era algo que sólo un chico podía haber pedido, y era tan asquero- so y repugnante que casi todos los demás intercedimos por ella. Sin embargo, ella no dijo prácticamente nada, sólo no y no y no, meneando la cabeza una y otra vez, y casi se le iba también el cuerpo en el movimiento. El gran Hans se mostró despiadado. Y nosotros, por supuesto, al final tuvimos que darle la razón en eso de que los demás habíamos sido inflexibles cuando él tuvo que entregar la bici. No es lo mismo, dijimos. —¿Cómo podéis saber que mi bici amarillo neón no significa lo mismo para mí que la inocencia para Sofie? No, no podíamos saberlo. Así que a pesar de la aversión que sentíamos, se acordó final- mente que sería el gran Hans quien la ayudaría en la entrega esa misma noche en la serrería en desuso. Cuatro de los mu- chachos se quedarían para asistirlo en caso de que fuera preci- so. Al resto se nos mandaba a casa para que no se nos ocurriera salir en ayuda de la muchacha. Ese día fue un día escolar feísimo. Sofie estaba de un pálido cadavérico, sentada en su silla y sin abrir la boca, ni siquiera cuando alguna de las chicas intentaba consolarla. Las demás, al final ya no nos atrevíamos a decir na- da, estábamos aterrorizadas pensando en lo que iba a ocurrirle; y eso era casi peor que cuando montábamos bulla, porque ese silencio absoluto durante una hora nunca se había visto en nuestra clase. Eskildsen estaba a punto de sospechar algo y em- pezó a decir que nuestra clase se había comportado de forma XIII 79

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  • Casi no soy capaz de explicar lo que Sofie deba entregar. Era algo que slo un chico poda haber pedido, y era tan asquero-so y repugnante que casi todos los dems intercedimos por ella. Sin embargo, ella no dijo prcticamente nada, slo no y no y no, meneando la cabeza una y otra vez, y casi se le iba tambin el cuerpo en el movimiento.El gran Hans se mostr despiadado.Y nosotros, por supuesto, al final tuvimos que darle la razn en eso de que los dems habamos sido inflexibles cuando l tuvo que entregar la bici.No es lo mismo, dijimos.Cmo podis saber que mi bici amarillo nen no significa lo mismo para m que la inocencia para Sofie?No, no podamos saberlo.As que a pesar de la aversin que sentamos, se acord final-mente que sera el gran Hans quien la ayudara en la entrega esa misma noche en la serrera en desuso. Cuatro de los mu-chachos se quedaran para asistirlo en caso de que fuera preci-so. Al resto se nos mandaba a casa para que no se nos ocurriera salir en ayuda de la muchacha.

    Ese da fue un da escolar fesimo.Sofie estaba de un plido cadavrico, sentada en su silla y sin abrir la boca, ni siquiera cuando alguna de las chicas intentaba consolarla. Las dems, al final ya no nos atrevamos a decir na-da, estbamos aterrorizadas pensando en lo que iba a ocurrirle; y eso era casi peor que cuando montbamos bulla, porque ese silencio absoluto durante una hora nunca se haba visto ennuestra clase. Eskildsen estaba a punto de sospechar algo y em-pez a decir que nuestra clase se haba comportado de forma

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  • muy extraa desde el inicio del curso. Tena razn, pero por suerte no lo vincul al pupitre vaco de Pierre Anthon. Si se hu-biera puesto a hablar de l, no estoy segura de si habramos-conseguido mantener la mscara puesta.Mientras Eskildsen hablaba y hablaba sobre nuestro extrao comportamiento desde agosto, me gir y mir a Sofie. Creo que no se lo hubiera reprochado si en ese preciso instante se hubie-ra chivado de todo. Pero no lo hizo. Estaba totalmente quieta, tan blanca como deba de haber sido el atad nuevo del peque-o Emil, y, a pesar de todo, tranquila y entera, tal y como ima-ginaba yo que las santas deban abrazar la muerte.

    Me puse a pensar en el inicio de todo y en cmo Pierre An-thon nos vociferaba sin parar subido al ciruelo, maanas y tar-des cuando pasbamos por delante del nmero 25 de la calle Tring. No slo nosotros bamos a acabar mal de la cabeza, tena pinta de que l mismo enloquecera si no conseguamos pronto que bajara del rbol.Los chimpancs tienen el cerebro y el ADN casi igual al nues-tro haba gritado ayer mecindose en las ramas. No tiene nada de especial eso de ser una persona.Y hoy por la maana:Hay seis mil millones de personas en la Tierra. Son demasia-das, pero en el ao 2025 seremos ocho mil millones y medio. Lo mejor que podemos hacer para el futuro del mundo es mo-rirnos!Deba de sacar todos esos conocimientos de los peridicos. No s de qu puede servir juntar todo el saber de otros. Es sufi-ciente para arrebatar la valenta de todo aquel que no es adulto y todava no ha experimentado por s mismo. Pero los adultos aman acumular conocimientos, claro, cuantos ms mejor, y da igual que sean el saber de otras personas y algo que slo puede hallarse en los libros. Claro que s, Sofie haca bien en apretar los dientes. Haba algo que importaba a pesar de todo, aunque ese algo fuera algo que iba a perder.

    No s exactamente qu sucedi esa tarde cuando el gran Hans ayud a Sofie a entregar su inocencia. Al da siguiente slo h ba all una pizca de sangre y algo de mucosidad en un pauelo a y Sofie caminaba de forma rara, como si sintiera dolor al mo-

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  • ver las piernas. No obstante era Sofie la que se mostraba orgu-llosa e inaccesible, mientras que el gran Hans solcito corra a su alrededor como si intentara complacerla.Seguro que quiere hacerlo otra vez susurr Gerda a mi o-do y se ri maliciosamente, olvidando por completo que no me hablaba desde lo de Oscarito.No le respond, pero ms tarde intent sacarle a Sofie qu ha-ba sucedido y cmo.No quiso contarme nada. Se limitaba a andar por ah con as-pecto de haber descubierto un secreto que si bien era terrible le haba dado acceso a la clave de algo de enorme significado.Enorme significado? Mucho significado? El mximo signi-ficado?

    Slo faltaban tres entregas para que pudiramos mostrar a Pierre Anthon el montn de significado, entonces l nos pro-metera que nunca ms se quedara all sentado en el ciruelo chillndonos: faltaban el piadoso Kai, la guapa Rosa y Jan-Jo-han.Sofie escogi al piadoso Kai. Deba entregar a Jess clavado en la cruz.

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  • Jess clavado en la cruz no slo era el Todopoderoso del piado-so Kai, era tambin lo ms sagrado de la iglesia de Tring, y la iglesia de Tring era bsicamente lo ms sagrado de la ciudad. Por lo tanto Jess clavado en la cruz era lo ms sagrado que po-damos imaginar, en caso de que creyramos en esas cosas. Y quiz lo fuera aunque no lo creyramos.Jess clavado en la cruz era una figura colgada en la pared jus-to detrs del altar que infunda temor en los nios y conmo-va a los adultos, con su corona de espinas y las gotas de sangre transformadas en nobles regueros bajando por su cara sagrada, retorcida de dolor y divinidad, y esos clavos atravesndole ma-nos y pies, clavados en la cruz hecha de madera de rosal y muy hermosa segn las palabras del cura. Incluso yo, que insista en que Jess Nuestro Seor no exista y por tanto no significaba nada, saba que Jess clavado en la cruz tena un enorme signi-ficado. Sobre todo para el piadoso Kai.Necesitara ayuda.La ayuda es tuya. La ayuda es nuestra. La ayuda somos noso-tros.Una vez ms traje las cartas a la serrera, esta vez la baraja con payasos en el reverso. Y volvimos a echarlo a suertes.Fueron Rikke-Ursula, Jan-Johan, Richard y Maiken los que sa-caron las cartas ms altas y los que ayudaran al piadoso Kai, aunque l se aferraba a que eso l ni poda ni deba hacerlo. Se abland un poco cuando Jan-Johan dijo que, conociendo l tambin el cdigo del candado, podra ir a la serrera a rezar a su Jess clavado en la cruz cuando le apeteciera. Y que por su-puesto lo devolveramos a la iglesia tan pronto como el tema estuviera resuelto.Yo no estuve all, pero Rikke-Ursula sin sus seis trenzas me cont el lunes por la maana, durante la hora de msica, que no todo haba ido lo bien que haban imaginado.

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  • El piadoso Kai se escondi en la iglesia, tal y como se acord, tras la ltima misa del domingo. Y cuando la iglesia estuvo en silencio y no qued ni un alma, Rikke-Ursula, Jan-Johan,Ri-chard y Maiken llegaron y propinaron tres golpes flojos y tres fuertes en la puerta, y el piadoso Kai les abri. Pero a partir de entonces todo se torci.Primero el piadoso Kai se ech a llorar.Fue cuando los dems se encaramaron al reclinatorio y ro-dearon el altar mientras l sollozaba y suplicaba, con autnti-co desespero, que le dejaran quedarse en el otro lado, apartado del Cristo. Maiken tuvo que permanecer a su lado para que no se escapara. Y no sirvi de nada que ella le contara repetidas veces que nunca haba visto a Jess Nuestro Seor con su tele-scopio, a pesar de que lo haba buscado mucho, y eso que vala para todos los astrnomos del mundo. El piadoso Kai se tapa-ba los odos y chillaba tan fuerte que era imposible que la oye-ra, as que al final ella se call. Y tambin porque tema que sus chillidos pudieran ser odos desde fuera.Entretanto Jan-Johan y Richard intentaban descolgar a Jess.Pero Jess estaba bien clavado y a pesar de que estaban sudan-do no se soltaba. Entonces Rikke-Ursula se acerc a l. Y en el mismo instante de tocarle el pie clavado y con sangre le quem la mano. Rikke-Ursula tuvo que reconocer que a pesar de no creer en semejantes chorradas se asust de lo lindo. Estaba tan vaca la iglesia y era tan inconmensurable, que de pronto fue como si la figura de Jess cobrara vida. Despacio y sin que na-die lo tocara, Jess se desliz por s mismo rechinando y aterri-z en el suelo con un fuerte golpe, rompindose justamente la pierna que Rikke-Ursula haba rozado.Fue una de las cosas ms horribles que Rikke-Ursula haba ex-perimentado jams hasta la fecha.Estaban todos a punto de salir corriendo, pero llegado este punto, no podan dejar a Jess all tirado. As que, a pesar de que pesaba terriblemente, entre todos consiguieron levantar-lo y arrastrarlo hasta el reclinatorio y all lo empujaron hasta tenerlo medio colgando encima. Era tan extrao que Jess pe-sara tanto, que daba igual que el piadoso Kai no quisiera, tu-vo que ayudar a llevarlo. Ahora eran cinco y, aun as, les cost arrastrarlo hasta la calle donde les esperaba la carretilla de los peridicos.

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  • Eran las siete y media y haba oscurecido cuando atravesaron las calles con Jess crucificado en la carretilla de los peridicos del piadoso Kai. A pesar de ello tuvieron que detenerse un par de veces y esconderse detrs de los rboles para no ser vistos por los transentes.El piadoso Kai llor todo el camino hasta la serrera repitiendo que eso no poda, que l no poda. Y Rikke-Ursula, a quien se-gua quemndole la mano, estuvo a punto de darle la razn. Y Maiken repeta que ella nunca haba visto ni a Jess ni a Nues-tro Seor mirando por su telescopio, ms que nada como si in-tentara recordrselo a s misma. Y el mismo Jan-Johan, a quiende normal nada lo echaba para atrs, estaba nervioso y arisco y no poda hacer el trayecto todo lo rpido que haca falta. ni-camente Richard pareca impasible, pero fue slo hasta llegar a la serrera y comprobar que el cdigo del candado no serva. Entonces tambin l perdi los nervios; chill, aull y propin patadas, primero a la puerta y luego a la carretilla, de tal suer-te que Jess clavado en la cruz cay al suelo y se rompi la otra pierna.El piadoso Kai se puso histrico del todo y dijo que era una blasfemia romperle la pierna a Jess crucificado, y que ya no podran devolverlo a la iglesia cuando hubieran convencido a Pierre Anthon de que Jess era parte del significado, y que l nunca ms podra aparecer por la casa del Seor. Despus Jan-Johan le chill que cerrara el pico y que no haba dicho precisamente Jess que todo pecador sera perdonado si crea en l? Eso apacigu al piadoso Kai y casi le hizo sonrer de nue-vo; entonces el cdigo funcion porque lo que pasaba era que haban olvidado los nmeros correctos.En ese momento surgi un nuevo problema.Cuando entraron en la serrera arrastrando a Jess clavado en la cruz, fue Cenicienta, la perra de Sorensen, la que se sali de quicio.Sin quicio. Ms desquicio. Perra quejona, perra tontona!Cenicienta ladraba y ladraba e intentaba morderles cada vez que trataban de acercar a Jess al montn de significado. Y al final tuvieron que irse a casa y abandonar a Jess tirado en mi-tad del enmohecido serrn.

    Y se convirti en un problema de verdad el Jess y la cruz tira-dos en mitad del serrn.

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  • Adems del piadoso Kai, haba otros que tambin crean que eso no estaba bien. A Cenicienta le daba completamente igual que estuviera bien o no y se negaba sin descanso a aceptar que Jess estuviera cerca del montn de significado. Y eso hicira-mos lo que hiciramos.Sesuda. Sesuda perra. Perra quejona, perra tontona!Ni la presin ni las golosinas pudieron con ella e hicieron que dejara de morder, o mejor dicho, hicieron que mordiera el an-zuelo, y ninguno de nosotros tena valenta para enfrentarse a sus colmillos. Tras varias horas de intentarlo estbamos a pun-to de darnos por vencidos e irnos a casa. Tambin era hora de comer. Entonces a m se me ocurri algo. Pens en aquella no-che que fuimos a buscar el atad del pequeo Emil Jensen.Ella cree que es Jess el que la ha separado de Sorensen di-je.Eso est claro se ri Ole.No, en serio insist yo.S, totalmente en serio volvi a rerse Ole y yo me enfad.Elise irrumpi en la conversacin diciendo que yo tena razn y que nunca conseguiramos trasladar a Jess y la cruz al mon-tn de significado mientras Cenicienta montara guardia al la-do. Pensamos un rato en eso porque Jess clavado en la cruz nun-ca tendra el significado acertado si no reposaba en el montn.Pues lo cortamos en pedazos ms pequeos propuso el gran Hans.No estall el piadoso Kai.Y aunque los dems por lo general no le hacamos demasiado caso al piadoso Kai, eso tampoco nos pareci una buena idea. Si lo partamos en pedazos pequeos, sera como arrebatarle el significado a Jess.Pues lo pintamos de negro para que Cenicienta no lo reco-nozca propuso Sebastian.No, no sera lo mismo protest Jan-Johan y todos estuvi-mos de acuerdo: un Jess negro no sera exactamente lo mis-mo.Y si colocis a Jess en el montn mientras yo saco la perra? propuso Elise, y fue una propuesta a la que nadie puso obje-ciones.La misma tarde despus de la cena volvimos a la serrera.

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  • Elise le at la cuerda a Cenicienta y tan pronto desaparecieron por la puerta, Jan-Johan y el gran Hans agarraron a Jess y lo arrastraron hasta el montn de significado. Era demasiado pe-sado para subirlo a lo alto, as que lo acomodaron de manera que quedara recostado en el montn. La Dannebrog tembl, un guante de boxeo desapareci de la vista, la serpiente en for-mol se balance amenazadora y Oscarito chill.Jess crucificado formaba parte ya del montn de significa-do! Por consideracin a los sentimientos de Cenicienta lo ha-bamos acomodado lo ms lejos posible del atad del pequeo Emil, s, exacto, en el lado opuesto. Ahora, bien mirado y te-niendo en cuenta lo que Cenicienta hizo despus, no creo que el lugar fuera importante para ella. Elise golpe la puerta tres veces suavemente y tres veces fuerte. Todos nos apartamos del montn. Jan-Johan abri y ella entr con Cenicienta renqueando despacio detrs. La perra resopla-ba y gema como una cazuela en pleno hervor y pareca que fue-ra a desplomarse en cualquier momento. Pero en el momento de desatarla alz la cabeza, olfate como una perra joven y se movi con soltura y elegancia y la cola empinada hacia el mon-tn de significado, donde husme un instante a Jess crucifica-do, despus se apoy en mitad de la cruz y se me en l, justo a la altura de la barriga.Mear. Orinar. Ah no, no, no!Gerda solt una risita apagada. De los dems no sali sonido alguno.Las consecuencias del comportamiento de Cenicienta eran bastante incalculables y complejas. No podramos ya nunca de-volver la figura del Jess meado a la iglesia. Sin embargo, al rato, nos echamos a rer uno tras otro. Era una escena tan cmica, toda la divinidad rociada con el lqui-do amarillo que haba soltado Cenicienta y que ahora resbala-ba por el lateral yendo a parar a la pierna mutilada para gotear despus al suelo de serrn. Y qu diantre, de todas maneras Je-ss con las piernas rotas no estaba de buen ver.Nos remos a placer y se cre un ambiente de verdad fenome-nal; finalmente Sofie fue a buscar su radiocasete y pudimos e cuchar msica. Cantamos y berreamos divirtindonos hasta que descubrimos que pasaban de las nueve. Apagamos el ra-diocasete y salimos con prisas hacia casa por las diferentes ru-tas. Imagnate si algn adulto hubiera salido en busca nuestra y hubiera odo el jolgorio en la serrera en desuso.

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  • Del piadoso Kai no esperbamos mucho, pero nos dej a todos con la boca abierta: quera la cabeza de Cenicienta.Resultaba rarsimo.Principalmente porque Cenicienta no perteneca a ninguno de nosotros.Ciertamente tal vez significaba ms para Elise, pero ella ya ha-ba entregado el atad de su hermanito. Slo faltaban la guapa Rosa y Jan-Johan, y por qu razn entregar la cabeza de la pe-rra iba a significar ms para uno de ellos dos que para los de-ms?El piadoso Kai insista.Acaba ya con eso, Kai dijo Ole.La cabeza de Cenicienta exigi l.S serio, Kai dijo Elise.La cabeza de Cenicienta exigi otra vez el piadoso Kai.Haz una propuesta admisible dijo Maiken.La cabeza de Cenicienta continu exigiendo el piadoso Kai, inflexible dijramos lo que dijramos.En realidad sabamos muy bien el porqu.Desde que Jess fue arrastrado al montn de significado, y de eso haca cinco das, Cenicienta haba usado la cruz de madera como su vter personal, tanto para lo menor como para lo ma-yor. Jess crucificado haba perdido ya buena parte de su di-vinidad con sus dos piernas rotas, pero ahora con la contina actividad de la perra pronto no quedara mucha esperanza de recuperarla. Pero aun as!Al final le dijimos al piadoso Kai que escogiera algo que tuvie-ra un especial significado para la guapa Rosa o para Jan-Johan.Vale dijo. Entonces que la guapa Rosa le corte el cuello aCenicienta.

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  • Ah nos pill a todos. La guapa Rosa no soportaba ver sangre y por eso la accin adquira un especial significado para ella. No se hable ms.Esa vez lloraron dos.La bella Rosa llor y suplic piedad d ciendo que era incapaz de hacerlo, que se desmayara a la mitad y quiz tendra un ata-que epilptico, tendra que ir a emergencias y no sera ya nunca ms la misma. Elise llor como nunca lo haba hecho sobre la tumba de su hermanito.No nos apiadamos de ninguna de las dos.Por un lado, la bella Rosa deba calmarse. La cabeza de Ce-nicienta era un sacrificio sustancialmente menor que el que muchos de nosotros tuvimos que hacer. Por otro lado, todos habamos sospechado que Elise no haba hecho un gran sacrifi-cio, y que en realidad se haba alegrado de que se desenterrara el atad de su hermano. El piadoso Kai obtuvo dos sacrificios con una sola oracin.

    El padre de Jan-Johan era carnicero y tena la tienda en la mis-ma casa donde viva la familia. Y despus de un par de inten-tos fallidos logr zafarse con un largo cuchillo de cortar carne recin afilado, se lo trajo a la serrera y lo clav en uno de los pilares donde esperaba reluciente a que la guapa Rosa se con-centrara. Fue ms rpido de lo que habamos imaginado. Cuando sali-mos de la serrera esa tarde de otoo fra y ventosa, Cenicientahaba finado y su cabeza nos miraba colrica desde encima de todo el montn, mientras su cuerpo segua encaramado al atad del pequeo Emil, ahora ms rojo que blanco y descon-chado.Blanco. Rosado. Rojo como muerto.A la guapa Rosa se la haba visto extraamente impasible du-rante todo el da en la escuela. Ms tarde afirm que estuvo a punto de desmayarse, que haba sido peor que repugnante y que haba apagado la luz de la serrera para no verla sangre.Eso de apagar la luz tal vez habasido bastante buena idea, por-que al verella el atad con la sangre y el cuerpode Cenicienta sin cabeza, se desplomsin previo aviso. El gran Hans y Ole la-trasladaron al otro extremo de laserrera y colocaron algunos tablones de madera delante para que impidieran la visin del

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