NARRATIVAS SOBRE LA CUARENTENA EN ADULTOS EMERGENTES Y …
Transcript of NARRATIVAS SOBRE LA CUARENTENA EN ADULTOS EMERGENTES Y …
1
NARRATIVAS SOBRE LA CUARENTENA EN ADULTOS EMERGENTES Y
MAYORES EN BOGOTÁ.
Autores:
Esteban Jacobsohn Jiménez
Laura Sofía Monroy Beltrán
Directora:
Juanita Henao Escobar
Pontificia Universidad Javeriana
Facultad De Psicología
Bogotá
2020
2
Agradecimientos
Este trabajo no hubiera sido posible sin el apoyo incondicional de nuestros padres, que
estuvieron ahí para ayudarnos y alentarnos durante todo este proceso, esta tesis es también de
ellos.
Agradecemos a Ana María Lozano ya que su ayuda y su apoyo moral fue crucial para este
trabajo.
A Juanita le queremos agradecer de todo corazón, ya que fue pieza crucial de este equipo que
formamos. Sus enseñanzas van más allá del ámbito académico, ya que siempre nos incentivó
a trabajar con pasión y ser críticos. Fue realmente un honor haber tenido a tan excelente
profesora y ser humano como supervisora de esta tesis.
Le queremos dar las gracias también a Laura Ortiz, aunque no hayamos tenido contacto
directo con ella, sus observaciones y sus aportes fueron siempre una gran ayuda.
A los participantes también les queremos agradecer primero por su colaboración, segundo por
su honestidad y confianza al compartir sus experiencias y pensamientos.
3
RESUMEN
Esta investigación, tuvo un enfoque intergeneracional, cuyo objetivo fue comprender
la experiencia psicológica de adultos emergentes y adultos mayores de Bogotá, Colombia, a
través de sus narrativas sobre la cuarentena por el COVID-19. Se empleó un método
cualitativo-narrativo con una muestra de cuatro participantes, dos de ellos adultos emergentes
de 23 años de edad; y dos adultos mayores de 70 años o más. La elección de los participantes
fue de manera no probabilística y por cuotas, a quienes se les realizó una entrevista
semiestructurada. Los resultados muestran que la experiencia de la cuarentena varía según el
contexto e historia de vida de cada participante, y se ve influida por la forma en la que están
atravesando su ciclo de vida actual. Sin embargo, ambos grupos sufrieron efectos emocionales
comunes, como la ansiedad, el miedo, el desconcierto y la rabia, pero lograron una adaptación
hedónica en la que las redes de apoyo jugaron un papel fundamental, y a raíz de la cuarentena
construyeron nuevos referentes identitarios que dieron paso a nuevos objetivos y proyecciones.
Palabras clave: Cuarentena, COVID-19, narrativas, identidad, ciclo vital, enfoque
intergeneracional.
ABSTRACT
The intergenerational focus of this research sought to understand, through narratives,
the psychological experience lived during the quarantine due to COVID-19 by emerging and
elderly adults in Bogotá, Colombia. We implemented a qualitative method and the narrative
technique with a sample of four participants: two emerging adults 23 years old, and two elderly
with 70 years of age or more. All participants were chosen by non-probabilistic quota sampling
and participated in a semi-structured interview. The results show that the experiences vary
depending on the context and personal life story of each participant as well as on how each of
them is living his/her current life cycle. However, both groups shared emotional effects such
as anxiety, fear, bewilderment, and anger, but they also could lived a hedonic adaptation helped
by their support network. On the other hand, as a result of the quarantine, they all saw an
opportunity of broadening their existing constructions regarding their identity giving way to
new objectives and projections.
Key Words: Quarantine, COVID-19, Narratives, Identity, Life cycle, Intergenerational focus.
4
Índice de Contenidos
1. INTRODUCCIÓN ........................................................................................................................................................ 5
2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA .................................................................................................................... 6
3. MARCO TEÓRICO .................................................................................................................................................... 14
4. OBJETIVOS ..................................................................................................................................................................... 43
4.1. OBJETIVO GENERAL...................................................................................................................................................................... 43
4.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS ............................................................................................................................................................. 43
5. CATEGORÍAS DE ANÁLISIS ....................................................................................................................................... 44
6. MÉTODO ......................................................................................................................................................................... 45
6.1 DISEÑO ............................................................................................................................................................................................ 45
6.2 PARTICIPANTES ............................................................................................................................................................................. 45
6.3 INSTRUMENTO ............................................................................................................................................................................... 46
6.4 PROCEDIMIENTO ........................................................................................................................................................................... 47
7. RESULTADOS ................................................................................................................................................................ 47
8. DISCUSIÓN ..................................................................................................................................................................... 70
9. REFERENCIAS ............................................................................................................................................................... 82
10. ANEXOS ........................................................................................................................................................................ 95
10.1. VALIDACIÓN DE JUECES EXPERTOS ......................................................................................................................................... 95
10.2. CUESTIONARIO ......................................................................................................................................................................... 106
10.3. CONSENTIMIENTO INFORMADO ............................................................................................................................................ 109
10.4. MATRICES ................................................................................................................................................................................. 110
5
1. Introducción
Con una perspectiva intergeneracional, este trabajo de grado busca comprender las
narrativas sobre la experiencia psicológica de la cuarentena propiciada por el virus COVID-19
en la ciudad de Bogotá D.C., Colombia. Una pandemia se refiere a una enfermedad de carácter
epidémico que tiene la capacidad de expandirse a muchos países y a buena parte de la población
que en ellos habita. Las consecuencias de una pandemia pueden ser devastadoras en un mundo
globalizado como el actual, a pesar de los mecanismos para controlarla. Dos de las estrategias
más utilizadas en la historia para monitorear e intentar regular la tasa de propagación de un
virus son la cuarentena y el aislamiento social, términos que suponen la separación y restricción
de movimiento de los individuos y grupos que habitan determinado territorio.
Ambas estrategias de control pueden tener repercusiones en la salud mental de los diferentes
individuos y, por ende, en todas las dimensiones que componen y estructuran su vida. Así
mismo, es posible que los relatos y perspectivas sean diferentes de acuerdo al ciclo de vida en
el que se encuentre cada persona. Es por esto que analizar dos ciclos de vida, la adultez
emergente y la vejez (adultos mayores), permite describir y contrastar las narrativas que
surgen de la experiencia, teniendo en cuenta las metas, necesidades y retos que supone cada
etapa.
Este trabajo comienza con el planteamiento del problema en el que se expone el
desarrollo de la actual pandemia, así como las consecuencias que a nivel emocional trae este
fenómeno y se plantea la pregunta de investigación. Más adelante, se expone el marco teórico
en el que se profundiza en la historia de las pandemias, en los diferentes estudios e
investigaciones alrededor de los efectos a nivel psicológico y en las teorías sobre los ciclos de
vida, así como en las categorías propuestas que fueron objeto de análisis.
6
Los siguientes apartados se refieren a los objetivos y las categorías de análisis del
estudio y al método utilizado para el desarrollo de la investigación. Después se exponen los
resultados de las entrevistas realizadas y al final se desarrolla una discusión en la que se
establece un diálogo entre lo expresado por los participantes y el marco teórico. Por último,
se mencionan las limitaciones del estudio y se plantean posibles preguntas para futuras
investigaciones.
2. Planteamiento del problema
Las pandemias son epidemias a escala mundial que llegan a afectar a millones de
personas en diferentes países (OMS, como se citó en Taylor, 2019). Suelen ser causadas por
un virus o por una bacteria de la que no existe una inmunidad preexistente, lo que facilita su
transmisión de persona a persona, teniendo como consecuencia el desarrollo de enfermedades
graves (Kilbourne, como se citó en Taylor, 2019). Según Lederberg, Shope, & Oakes (como
se citó en Taylor, 2019) las enfermedades que se establecen como el origen de una pandemia
hacen parte de un grupo de condiciones conocidas como enfermedades infecciosas
emergentes, las cuales abarcan patógenos identificados de forma reciente, así como aquellos
reemergentes.
En el año 2020 el mundo experimenta una pandemia que causa un gran número de
muertes y que lleva a los distintos países a tomar medidas para controlarla.
“A finales del año 2019, un gran número de casos de neumonía con causas
desconocidas se presentaron en Wuhan, República Popular China, con síntomas de
fiebre, fatiga, tos y dificultades respiratorias. Las instituciones de salud chinas
otorgaron gran importancia a la enfermedad e inmediatamente adoptaron medidas
para su control y la atención médica, y ordenaron a las instituciones de investigación
7
identificar al patógeno de la enfermedad, que se identificó rápidamente como un
nuevo coronavirus, que posteriormente fue confirmado por la Organización Mundial
de la Salud (OMS)” (Martínez, 2020, p. 99).
El primer caso de COVID-19 registrado en Colombia fue el 6 de marzo en Bogotá. En
el transcurso de la semana, el 11 de marzo la OMS oficialmente calificó la crisis como una
pandemia. El Ministerio de Salud y Protección Social, mediante la Resolución 385 del 12 de
marzo de 2020, declaró emergencia sanitaria en todo el territorio nacional hasta el 30 de
mayo de 2020. Luego salió el Decreto 420 del 18 marzo de 2020, en el que se prohibieron las
aglomeraciones y se empezaron a instaurar medidas para restringir el derecho de circulación
como los toques de queda o los simulacros de confinamiento, como fue el caso en Bogotá.
Siguiendo el curso de acción gubernamental, el 22 de marzo se expidió el Decreto 457 que
derogó el Decreto 420. En este último se establece “Ordenar el aislamiento preventivo
obligatorio de todas las personas habitantes de la República de Colombia...” (Ministerio del
Interior, 2020, Artículo 1).
Desde un punto de vista histórico, la cuarentena ha sido considerada como una
medida de salud pública efectiva, adoptada como una herramienta para manejar brotes de
patologías infecciosas. El término cuarentena y el concepto que engloba están profundamente
enraizados en los procedimientos globales de salud y en la cultura, sumado a que,
periódicamente, el interés hacia esta medida se incrementa durante el curso de una epidemia
(Conti, 2008). En el caso del COVID-19, según Crespo & Crespo (2020), “las medidas de
distanciamiento social y la cuarentena han sido claves para mitigar la pandemia, ya que hasta
la fecha no se dispone de un tratamiento médico eficaz o de alguna vacuna.” (Crespo &
Crespo, 2020, p. 9).
8
Una vez que el Decreto 457 es expedido, Colombia empezó su etapa de
distanciamiento social y confinamiento, en la que se suspendieron las clases presenciales en
colegios y universidades; además, los trabajos que no aparecieran en las excepciones listadas
en el Decreto se tendrían que realizar desde el hogar. Así, la educación, el trabajo y el ocio de
todos los habitantes se ven afectados por esta crisis mundial. Toda esta situación que
desembocó en un confinamiento repentino, en un entorno percibido como incierto y peligroso
y agravado por las alarmantes noticias sobre el número de muertes y de contagios en los
medios de comunicación, desestabiliza tanto al individuo como a su entorno inmediato
(núcleo familiar) y a su entorno exterior (la comunidad y la sociedad). Así, el ser humano se
ve afectado en todos los subsistemas que conforman el sistema en la que se desarrolla su
vida, lo que implica no solo una amenaza para su salud física, sino también para su salud
mental.
La Organización de las Naciones Unidas (2020) define la salud mental como un
estado de bienestar en el que las personas pueden sobrellevar las diferentes circunstancias y el
estrés que trae la vida, y además pueden visualizar su potencial para funcionar de manera
productiva y fructífera para ser capaces de contribuir a sus comunidades. Igualmente, una
óptima salud mental se fundamenta en la capacidad de los individuos para presentar
conductas saludables, en las que puedan cuidar de otros y de sí mismos, lo que es necesario
durante la pandemia. Este estado mental posibilita que las personas puedan desempeñar roles
clave en sus familias y comunidades, así como en la sociedad en general, ya sea cuidando a
los niños, a los adultos mayores o contribuyendo a la estabilidad económica de su país.
Garantizar los recursos y espacios para el desarrollo de una adecuada salud mental es crítico
para la respuesta y la recuperación de cada nación dentro de esta coyuntura.
Dentro de la contingencia generada por el COVID-19, la salud mental de la población
se menoscaba por el miedo permanente a infectarse, a morir o a perder familiares y personas
9
cercanas. Además, una extensa porción de la población está en riesgo de perder su sustento
económico o lo ha perdido, lo que incrementa una fuerte incertidumbre sobre su futuro. Si a
esto le sumamos que la cuarentena implica estar aislados socialmente, en muchos casos
separados de los seres queridos, y que las noticias a las que tenemos acceso son alarmantes y
una fuente de angustia, entenderemos por qué se han registrado significativos aumentos de
los diagnósticos de ansiedad y depresión. Por ejemplo, un amplio estudio realizado en abril
de 2020, en el estado Regional de Amhara, Etiopía, reportó una estimación de 33% en la tasa
de prevalencia de síntomas propios del desorden depresivo. Hubo un incremento tres veces
mayor en comparación a las estimaciones hechas antes de la pandemia (United Nations,
2020).
En esta misma línea de investigación, Brooks et al. (2020) reportaron una serie de
estudios cuantitativos que mostraron cómo, quienes habían estado en cuarentena, tenían una
alta prevalencia de desórdenes y de síntomas de malestar psicológico. En un estudio de
Reynolds et al. (como se citó en Brooks et al., 2020), las personas que estuvieron en
cuarentena, por haber estado en contacto con aquellos contagiados de SARS, manifestaron
respuestas negativas durante ese periodo: sobre el 20% (230 de 1057) reportaron miedo, 18%
(187) nerviosismo, 18% (186) reportaron tristeza y el 10% reportó culpa. Pocos reportaron
sentimientos positivos: 5% (48) sentimientos de felicidad y 4% (43) reportaron alivio. Otros
estudios cualitativos identificaron otro tipo de respuestas psicológicas frente a la cuarentena,
entre los cuales están confusión, miedo, rabia, duelo, insensibilidad e insomnio inducido por
ansiedad.
De igual manera, Brooks et al. (2020) describen factores que causan estrés o que son
detonantes y pueden afectar la experiencia durante el confinamiento. Entre estos están: la
duración misma de la cuarentena; el miedo a infectarse o a infectar a otros, especialmente
miembros de la familia; frustración y aburrimiento; y tener suministros inadecuados resultó
10
ser una fuente de frustración, ansiedad y rabia hasta entre cuatro y seis meses después de
terminada la cuarentena. Por último, los autores también incluyen como estresor la
información inadecuada que pueden proveer las autoridades de salud pública, quienes no
ofrecen guías claras o que resultan ser insuficientes para enfrentar la pandemia. Identificaron,
además, factores post cuarentena como las finanzas y el estigma que pueden sufrir ciertos
grupos o sectores de la población por la enfermedad.
La revisión de Brooks et al. (2020) revela que la pandemia puede tener efectos en la
salud mental de los seres humanos de cualquier edad, en cualquiera de las etapas del
desarrollo en que la se encuentren. Es razonable considerar que las narrativas sobre la
experiencia de la pandemia y el aislamiento social son construidas por los individuos
teniendo en cuenta su edad, su ciclo de vida y sus circunstancias particulares. Por lo tanto,
para la psicología es pertinente abordar las narrativas que se construyen sobre ella y sus
implicaciones psicosociales teniendo en cuenta el ciclo vital de las personas, con el fin de
realizar una comparación y análisis intergeneracional. Dependiendo del ciclo de vida en el
cual se encuentre cada individuo, este presentará diferentes síntomas y mecanismos para
afrontar las circunstancias generadas por la pandemia, contingentes con su historia de vida.
La psicología del desarrollo, también conocida como del desarrollo humano o del
ciclo de vida, es el estudio científico de las maneras en que las personas cambian o se
mantienen igual desde la concepción hasta la muerte. Este estudio sobre el cambio comprende
procesos tanto físicos como psicofisiológicos; aborda aspectos cognitivos, el lenguaje, así
como el desarrollo socioafectivo, en el que se analiza el papel de la familia y los amigos y los
vínculos afectivos (Lally & Valentine-French, 2019), elementos muy importantes a tener en
cuenta en circunstancias vitales como el aislamiento social preventivo ocasionado por la
pandemia del COVID-19.
11
Según Lally & Valentine-French (2019) la adultez tardía abarca el momento en el
cual los seres humanos alcanzan la edad de 65 años hasta la muerte. Es la etapa del desarrollo
más larga a través de la vida. De acuerdo con el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento
(como se citó en Lally y Valentine-French, 2019), a nivel mundial hay 524 millones de
personas sobre los 65 años. Este número se espera que incremente de un 8% a un 16% de la
población global para el 2050. Entre los años de 2010 y 2050, se proyecta que el número de
personas mayores en países menos desarrollados aumente más del 250% comparado con un
71% para países más desarrollados. En Colombia, el Ministerio de Salud y Protección social
reconoce al adulto mayor como aquella persona con 60 años o más edad. De acuerdo con el
reporte “Sala situacional de la población adulta mayor” (2019) realizado por esta entidad, “la
población mayor a 59 años pasó de 2.142.219 en el año 1985, a 5.752.958 en el año 2018.
Con un crecimiento anual del 3.5%, es superior al 1,7% de la población total”. Este
documento también proyecta que para el presente año 2020, por cada 100 personas en edad
económicamente activa, habría 20 personas mayores de 59 años. Por último, en términos de
la esperanza de vida, se estima que entre los años 2015 y 2020 esta aumente a 76,15 años,
siendo para las mujeres de 79 años y para los hombres de 73 años.
Por otro lado, el Ministerio del Interior, en su documento titulado “Un enfoque
diferencial para las personas mayores”, reconoce al adulto mayor como aquella persona que
posee 60 años o más. Según las proyecciones hechas por el DANE, “en el año 2020 habrá
6.440.778 personas mayores de las cuales 2.893.374 (44,9%), serán hombres y 3.547.404
serán mujeres (55,1%)” (Ministerio del Interior, s.f).
Un resumen de políticas sobre el impacto del COVID-19 en los adultos mayores,
sostiene que mientras la edad media de casos confirmados por el virus es de 51, las tasas de
mortalidad para aquellos sobre la edad de 80 años es cinco veces mayor que la del promedio
global (United Nations, 2020). En Europa, más del 95% de las muertes por el COVID-19 han
12
sido de personas con una edad de 60 años o mayor. En China, aproximadamente el 80% de
las muertes fueron de adultos de 60 años o más.
No obstante, en este resumen la ONU también llama la atención y señala que el
distanciamiento físico puede agravar la exclusión social de esta población debido a las
medidas que restringen el movimiento por fuera del lugar de residencia. Además, a medida
que más adultos mayores viven solos en sus hogares, la pérdida y ruptura de contacto social
puede tener como resultado que no se suplan las necesidades de apoyo psicosocial y
bienestar, que son claves para una salud mental estable (United Nations, 2020).
La adultez temprana, había sido delimitada históricamente desde los 18 años hasta los
40 o 45, edad que marca el inicio de la adultez media. De forma más reciente, teóricos del
desarrollo han dividido este periodo de edad en dos etapas: adultez emergente y adultez
temprana. Arnett (como se citó en Tanner y Arnett, 2009) introdujo la teoría de la adultez
emergente para describir un periodo de desarrollo entre la adolescencia y la adultez temprana
que se presenta entre los 18 y los 25 años en las sociedades contemporáneas. Este periodo ha
sido caracterizado por las experiencias subjetivas y estresores psicológicos que atraviesan
quienes se encuentren en éste, como la exploración de identidad, sentirse “en la mitad de”,
inestabilidad, foco en el sí mismo y apertura o cierre de posibilidades.
Con respecto a las personas que se encuentran en esta etapa de la vida, Liang et al.
(2020) reportaron en su estudio que factores como un nivel de educación bajo, el estar
empleado dentro de una empresa, síntomas de estrés postraumático y emplear estilos de
afrontamiento negativos, tienen una gran influencia en la salud mental en los adultos jóvenes.
Loades et al. (2020) coinciden con estos hallazgos y afirman que la cuarentena en personas
que están iniciando la adultez puede tener efectos psicológicos negativos incluyendo la
confusión, rabia y estrés postraumático.
13
Ahora bien, en Australia y Escocia se adelantó un estudio desde la psicología
narrativa sobre las experiencias vividas por personas de distintas edades durante la pandemia
de la Influenza en 2009 (Davis & Lohm, 2020). Partiendo de que las comprensiones sobre el
mundo, el yo y las relaciones con los demás se encuentran en las historias que las personas
contamos y compartimos (Bruner, como se citó en Davis & Lohm, 2020), el estudio abordó
las narrativas sobre la pandemia con el propósito de comprender los significados y la
respuesta social al contagio. A través de entrevistas y grupos focales se recogieron narrativas
de la cultura popular que fueron analizadas para comprender, el conocimiento y las formas de
contagio entre la población, su propagación, la toma de posiciones y las acciones individuales
y colectivas, ante la amenaza implícita a la vida de la enfermedad. Según Davis & Lohm
(2020), las narrativas sobre la pandemia permiten comprender la experiencia vivida y los
modos de existencia intersubjetivos relevantes para la intervención psicológica o en salud,
tanto durante como después de una pandemia.
Teniendo en cuenta las consideraciones anteriores, la pregunta orientadora de este
estudio es ¿Cuáles son las narrativas sobre la experiencia de la cuarentena por el COVID-19
de adultos emergentes y adultos mayores en Bogotá, Colombia?
Este trabajo es pertinente para la psicología ya que permite un mayor entendimiento
sobre las experiencias vitales y las repercusiones en la salud mental del aislamiento social
obligatorio ocasionado en Colombia por la pandemia del COVID-19, desde una perspectiva
intergeneracional. El análisis comparativo de la experiencia de confinamiento de acuerdo con
las fases del desarrollo, teniendo en cuenta sus demandas y metas particulares, es relevante
para la disciplina, tanto para la psicología clínica como para la psicología del desarrollo. El
enfoque narrativo constituye un aporte que se une a los esfuerzos que ya se vienen haciendo a
nivel internacional para comprender a partir de relatos de vida, las experiencias y la respuesta
social a situaciones de emergencia sanitaria causadas por una pandemia. Por último, esta
14
investigación puede generar nuevas preguntas y ofrecer recomendaciones a los psicólogos
sobre las formas como pueden responder a las necesidades de las personas en este tipo de
situaciones, teniendo en cuenta su edad y la etapa del desarrollo en la que se encuentran. Sus
resultados también pueden ser útiles para orientar a los profesionales de la salud pública, y a
los cuidadores, en la prevención y mitigación de las repercusiones en la salud mental de la
población por el aislamiento preventivo al que se vean sometidos durante una pandemia.
3. Marco teórico
Etimológicamente la palabra pandemia está compuesta por la raíz griega “demos” que
significa pueblo y “pan” que significa todos (Isaacs, 2010). Una pandemia es una enfermedad
que afecta a un gran número de personas en todos los pueblos. El diccionario de la Real
Academia Española (s.f) la define como “Enfermedad epidémica que se extiende a muchos
países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región”.
Según Isaacs (2010) lo que caracteriza a una epidemia es la gran velocidad con la que
se esparce infectando a un elevado porcentaje de la población que no tiene la inmunidad
contra el patógeno que la produce. Las fases de una pandemia son:
“La fase 1 corresponde a la interpandemia, cuando se identifican e idealmente se
vigilan los virus que existen en animales y que tengan potencial de afectar seres
humanos. Se denomina fase 2 cuando ya se detectan seres humanos afectados por
alguno de estos virus de animales, ya sean estos últimos salvajes o domésticos. En la
fase 3 se describen grupos de personas (clústeres) afectadas por la enfermedad con
características comunes; aunque ya puede haber transmisión de persona a persona,
esta no es suficiente para desarrollar y mantener un brote en la comunidad. Es en la
fase 4, en el momento en que se describe transmisión comunitaria de persona a
15
persona, cuando los países deben notificar la situación a la OMS y deben organizar
una intervención focalizada. En la fase 5, hay comunidades afectadas en, por lo
menos, dos países de una misma de las regiones en que la OMS divide al mundo. La
fase 5 indica que una pandemia puede ser inminente, pero ésta se declara cuando se
llega a la fase 6, cuando hay transmisión comunitaria en países de dos o más regiones
de la OMS.” (Rosselli, 2020, p. 169-170).
Históricamente, la humanidad se ha visto afectada por diferentes enfermedades que
han sido clasificadas como pandemias. Entre ellas se encuentran la peste negra que ocurrió
entre 1345 y 1351, esta pandemia causó aproximadamente 200 millones de muertes (LePan,
2020 ). Otra pandemia muy importante fue la gripe española, esta tuvo lugar a principios del
siglo XX. De acuerdo con Crosby y Pettigrew (como se citó en Taylor, 2019), esta
enfermedad tenía la capacidad de matar a una persona a gran velocidad, ya que hubo muchos
casos de personas que amanecían enfermas por la mañana y morían a lo largo del día. Por
esta razón la gripe española tuvo consecuencias muy grandes, ya que acabó con un tercio de
la población mundial; es decir, aproximadamente 500 millones de personas murieron (Frost y
Burne & Clark, como se citó en Taubenberger & Morens, 2006). Sin embargo, dicha
pandemia sucedió antes del proceso de globalización. Hoy, a través del tráfico aéreo, un virus
se puede propagar de un lugar a otro en una fracción del tiempo de lo que lo hacía
anteriormente. La interconexión global permite que las personas y las posibles enfermedades
que estén portando lleguen a cualquier ciudad del planeta en cuestión de horas.
De igual manera, se ha visto que aunque las pandemias pueden empezar por un simple
virus, pueden llegar a tener consecuencias como las de una guerra, pues generan gran
mortalidad en las diferentes naciones y golpean seriamente sus economías. Los coronavirus
fueron identificados en la década de los ‘60 y se llamaron de esta manera por la forma de
corona que tienen las puntas en su superficie. No se sabe con certeza por cuánto tiempo han
16
existido, pero desde su descubrimiento han sido asociados con enfermedades leves. Sin
embargo cada tantos años, aparece una nueva variedad muy fuerte y violenta del virus (Yang,
et al., 2020). Rothan & Byrareddy (2020) afirman que los coronavirus son una enfermedad
que ataca primordialmente al sistema respiratorio humano.
La primera pandemia causada por un coronavirus fue a principios del siglo XXI, por
el SARS (Severe Acute Respiratory Syndrome), traducida como Síndrome
Respiratorio Agudo Severo. Hacia el año 2002 apareció esta enfermedad que
se generó por zoonosis, es decir, que fue transmitida por un animal a un ser
humano. La pandemia del SARS tuvo una duración de aproximadamente un
año, finalizando en el 2003 aproximadamente (Hui et al., 2020). Según la
WHO (2003) el número acumulado de casos asociados al SARS fue de 8422
personas infectadas y las muertes fueron de 916 personas, lo cual tuvo como
resultado una tasa de letalidad de 11% afectando a un total de 32 países.
Después del SARS ocurrió otro coronavirus, el MERS (Middle Eastern Respiratory
Syndrome) o Síndrome Respiratorio de Oriente Medio. Este ocurrió aproximadamente en
septiembre de 2012, luego de que se identificara en un paciente que murió en Arabia Saudita;
el 80 % de los casos ocurrió en este país (Al-Omari et al., 2019). De acuerdo a la WHO
(2016) el número de casos confirmados, asociados al MERS, fue de 2494 personas y las
muertes llegaron a 858 en 27 países, lo cual da una tasa de letalidad de 34.4 %.
El COVID-19 es el tercer brote de Coronavirus en menos de 20 años (Yang et al.,
2020). El análisis filogenético sugirió que el COVID-19 tiene su origen en los murciélagos.
Al observar la secuencia del genoma del COVID-19 de algunos pacientes estudiados se
encontró un 88 % de similitud entre la secuencia del genoma del COVID-19 y la secuencia
del genoma del coronavirus del SARS derivado de dos murciélagos (Lu et al., 2020).
17
Tres epidemias generadas por coronavirus en menos de veinte años son un indicador
importante del peligro de este tipo de enfermedad y de su capacidad de propagación. La
rápida propagación del COVID-19 en los humanos, por ejemplo, está asociada con el hecho
de que durante el periodo de incubación una persona puede portar el virus pero no presentar
síntomas, es decir, es asintomática (Gandhi et al., 2020). De ahí que el nuevo coronavirus sea
tan peligroso; pues sin saberlo, una persona puede contagiar a muchas otras. Igualmente, un
mayor periodo de incubación representa un mayor peligro, ya que se puede dar una mayor
probabilidad de contagios (Taylor, 2019). El del COVID-19 es de 2 a 14 días (Luu & Jost,
2020).
Los síntomas de una persona contagiada con COVID-19 son malestar general, fatiga,
disnea, dolor de garganta, tos y fiebre. Por lo general, la enfermedad es leve pero, en las
personas de la tercera edad o con comorbilidades, este virus puede evolucionar en un
síndrome de dificultad respiratoria aguda, una neumonía o en una disfunción de múltiples
órganos (Singhal, 2020). El COVID-19 tiene una transmisión eficiente de humano a humano,
que se da por medio de diferentes rutas, como la transferencia de aerosoles o gotas, el
contacto indirecto y el contacto directo. Al ser de transmisión eficiente requiere una pequeña
dosis para ser contagiosa (Lee & Hsueh, 2020).
Los primeros casos de contagio se dieron en el pequeño pueblo chino de Huanan,
entre el mercado de animales marítimos y animales vivos. Aunque los contagios de estas
personas pudo haberse dado por zoonosis al estar expuestas en dicho ambiente, de ahí en
adelante el virus se propagó mediante el contagio de una persona a otra, lo que dio pie al
desarrollo desenfrenado de la actual pandemia que empezó desde mediados del mes de
diciembre de 2019 y en un mes se globalizó (Li et al., 2020). El 13 de enero del 2020 se
identificó el primer caso de COVID-19 por fuera de China, el cual fue registrado en Tailandia
por las entidades de salud pública (Okada et al., 2020). Posteriormente, el 23 de enero se
18
confirma el primer caso en el continente americano, en Estados Unidos, según el reporte de la
Organización Mundial de la Salud (2020). El 25 de enero, la WHO (2020) reporta 3 casos en
Francia, lo que demuestra la llegada del virus al continente Europeo. Así, el nuevo virus se
propagó rápidamente debido a los eficaces medios de transporte y a las ciudades densamente
pobladas. La población mundial no tiene inmunidad ante el nuevo virus que muy
eficientemente estará infectando a millones y matando a miles según Laver & Webster (como
se citó en Taylor, 2019).
Debido al manejo dado a los anteriores coronavirus, el SARS y el MERS, y a la
experiencia que han dejado estas epidemias, la Organización Mundial de la Salud propuso
recomendaciones para controlar la transmisión: un lavado frecuente de manos, en especial
cuando se ha tenido contacto con personas enfermas o con su ambiente y también evitar el
contacto con personas que tengan infecciones respiratorias agudas (Lai et al., 2020). El
distanciamiento físico y social son medidas que tienen como objetivo disminuir las
posibilidades de contagio. La distancia recomendada entre personas debe ser de mínimo un
metro y se debe evitar el contacto con cualquier superficie que pueda estar contaminada
(World Health Organization, 2020).
Entre las estrategias de distanciamiento social encontramos la cuarentena, definida
como la separación y restricción de movimiento durante un tiempo predeterminado de
personas que potencialmente han sido expuestas a una enfermedad contagiosa para
determinar si llegan a enfermarse, reduciendo así el riesgo de infectar a otros. Esta medida de
control puede conducir al aislamiento que implica la separación de personas que han sido
diagnosticadas con una enfermedad contagiosa de aquellas que no están enfermas. No
obstante, ambos términos son intercambiables, especialmente en la comunicación con el
público (Conti, 2008).
19
Sin embargo, la cuarentena que es indispensable y beneficiosa en la lucha contra el
contagio del COVID-19 puede tener efectos nocivos para la salud mental de los individuos y
la salud mental es una parte esencial de la salud general (Bhugra, Till & Sartorius, 2013). Las
repercusiones emocionales que puede tener la cuarentena son una alta ansiedad, síntomas
asociados a Trastorno de Estrés Post Traumático, malestar psicológico (psychological
distress) y mala calidad de sueño (Casagrande et al., 2020). Taylor (2019) argumenta que
muchas personas pueden experimentar una intensa ansiedad o miedo y que incluso algunos
pueden sentir rabia de ser confinados involuntariamente. El autor menciona que algunos
casos pueden ser tan severos que pueden llegar a presentar efectos psicológicos graves y de
larga duración. Esto se debe a los diferentes estresores que existen y que pueden variar, como
la duración de la cuarentena, el riesgo a infectarse, la frustración y el aburrimiento, la falta de
recursos (agua, comida, ropa, enseres) y la falta de información sobre lo que está sucediendo
(Brooks et al., 2020).
Por otro lado, en cuanto a la salud mental, Bhugra et al. (2013), afirma que el estado
de salud mental implica que el individuo tiene la habilidad para formar y mantener relaciones
afectivas con otros, desempeñar los roles sociales que se despliegan en su cultura, además de
reconocer y comunicar tanto acciones como pensamientos positivos, con lo que se evidencia
que ésta implica un adecuado manejo de las emociones como la tristeza. La salud mental se
ve afectada por factores biológicos, sociales, psicológicos y ambientales. Para cada individuo,
su habilidad para funcionar tiene como eje central su dimensión social compuesta por la
familia, los amigos, los colegas y compañeros y, aunque un poco más distante pero no menos
importante, por la sociedad en general con la cultura que la caracteriza.
La Fundación de Salud mental también conocida como Mental Health Foundation,
(como se citó en Bhugra et al., 2013) advierte que la salud mental está definida por la manera
como los seres humanos piensan y se sienten con respecto a sí mismos y a sus vidas, lo cual
20
repercute en la forma de sobrellevar y comportarse en tiempos de adversidad. De igual modo,
la salud mental afecta la habilidad para funcionar y aprovechar las oportunidades que estén
disponibles, además de poder participar del contexto social al que pertenece como fue
mencionado anteriormente. Por último, afirman que hay una conexión muy cercana entre la
salud física y mental ya que se retroalimentan de forma directa e indirecta.
A pesar de ser conscientes de la dificultad que puede representar llegar a un consenso
sobre lo que es salud mental dadas las diferencias que existen entre los países en cuanto a
categorías como los valores, la cultura y el trasfondo social, Galderisi et al., (2015) proponen
una nueva definición de este constructo evadiendo afirmaciones que puedan resultar
restrictivas y atadas a una particular cultura. La definición propuesta es:
La salud mental es un estado dinámico de equilibrio interno que permite a los
individuos usar sus habilidades, junto a valores universales de la sociedad dentro de
un estado de balance. Las destrezas sociales y cognitivas; la habilidad para reconocer,
expresar y modular las propias emociones, así como empatizar con otros; flexibilidad
y capacidad para sobrellevar la adversidad de la vida y funcionar en roles sociales; y
una relación armoniosa entre cuerpo y mente representan componentes importantes de
salud mental, lo cuales contribuyen en menor y mayor medida al estado de equilibrio
interno (Galderisi et al., 2015, pp. 231-232).
En el caso de los valores universales, Galderisi et al. (2015) aclaran que hacen
referencia al respeto y cuidado de sí mismo y de los demás seres vivos, al reconocimiento de
la interconexión entre personas, al respeto por el medio ambiente y al respeto por la libertad
propia y de los otros. Además, se comprende que el estado de equilibrio interno no se percibe
ni se mantiene invariable durante todo el ciclo de vida. Por el contrario, se espera que este
equilibrio interno cambie a medida que cada individuo crece y avanza a través de las etapas
21
del desarrollo que la ciencia y diversos autores en psicología han propuesto. Cada etapa se
entiende como un periodo de transformación en diversas áreas de la vida, a las que el
individuo deberá enfrentarse con los recursos adquiridos en la etapa anterior. Ejemplos de
estos momentos: las crisis del adolescente, el matrimonio o la jubilación son evidencia de
momentos en el curso de vida que requieren la búsqueda activa por un nuevo equilibrio.
De esta forma, una persona con salud mental posee la capacidad para experimentar
todo el rango de emociones que hacen parte de la experiencia humana, como la tristeza, rabia
o miedo y tener el nivel de resiliencia suficiente que le permita generar de nuevo un balance
interno. Este equilibrio se logra a partir de las múltiples formas en las que una persona se
acomoda a las diferentes circunstancias que pueden causar un desbalance, ya que “toda la
estabilidad se logra a partir del movimiento y el flujo de elementos también en
movimiento...” (Garciandía, 2005, p. 60). En otras palabras, el autor lo describe como un
proceso dinámico que fluctúa entre la estabilidad-cambio-estabilidad-cambio (Garciandía,
2005).
Un planteamiento similar establece la homeostasis, que según Cannon (1986), es el
proceso autorregulador que mantiene el equilibrio entre todos los procesos fisiológicos del
organismo. Son procesos constantes y en permanente movimiento que buscan que el
organismo se mantenga en una condición estable. Existe clara evidencia acerca de la
homeostasis y su relación con el ámbito psicológico. Dicha evidencia muestra que hay una
tendencia en el organismo para mantener la autorregulación en todos los niveles del
comportamiento. Fletcher (1942) propone una analogía en la que al racionalizar y hacer
consciente su propio comportamiento, se da la misma respuesta orgánica que manifiesta
frente a una falta de respeto, que ante una enfermedad infecciosa. La furia incontenible ante
un insulto no es en esencia diferente al incremento en la temperatura corporal ante una
22
infección. Ambos representan un mecanismo de respuesta del organismo para mantener el
estatus; en uno es el ámbito del cuerpo y en el otro es el ámbito social.
La homeostasis tiene como función alcanzar un balance en términos fisiológicos, por
medio de un mecanismo de autorregulación. En este sentido, la adaptación hedónica puede
ser vista como un proceso de homeostasis en el cual los individuos se adaptan a las diferentes
situaciones o circunstancias de la vida. Según Frederick & Loewenstein (1999) esta
adaptación implica cambios cognitivos en intereses, valores, metas, atención o en la
caracterización de una situación. La adaptación hedónica es entonces, el proceso psicológico
por el cual las personas se acostumbran a un estímulo positivo o negativo y de esta forma, los
efectos emocionales del estímulo se van atenuando con el transcurso del tiempo
(Lyubomirsky, 2011).
La adaptación hedónica también se puede dar de manera consciente cuando alejamos
nuestra atención de algún problema hacia “situaciones” más agradables. Dicha estrategia
puede disminuir la cantidad o intensidad de pensamientos tristes. Otra forma de adaptación
hedónica es, por ejemplo, aquella propiciada por transformaciones cognitivas, como cuando
se interpreta que una tragedia es una experiencia de aprendizaje. Dado que en un estado
adverso persisten hechos y circunstancias que no se pueden cambiar, la adaptación hedónica
se enfoca en que no se desperdicie energía buscando cambiar lo incambiable y más bien que
se redireccione esa energía hacia los cambios que sí se pueden lograr (Frederick &
Loewenstein, 1999)
La importancia de estos procesos adaptativos radica, por un lado, en que protegen a
los organismos al reducir el impacto interno que producen algunos estímulos externos y por
otro, agudizan la percepción ante el cambio (Frederick & Loewenstein, 1999). Un ejemplo de
la adaptación hedónica es “...el estudio hecho por el psicólogo Philip Brickman sobre 29
23
parapléjicos en 1978 encuentra que existe un periodo de adaptación hedónica que permite al
paciente volver al estado de felicidad experimentado antes del acontecido” (Lecoq, 2011, p.
112).
Así entonces, cada individuo tiene la libertad de decidir cómo va enfrentar una
situación y qué significado va a tener para él. Teniendo en cuenta lo establecido por el autor
Vicktor Frankl (1985), todas las experiencias de la vida son significativas, incluyendo las que
llegan a causar un sufrimiento. Estas últimas experiencias tienen un sentido y éste depende de
la decisión interna que tome el individuo. Así, si se tiene claridad sobre el sentido del “por
qué” de la situación, el “cómo” queda en un segundo plano. Es el “dar sentido” a una
situación lo que genera la fuerza interna que impulsa al individuo a superarse y cumplir la
meta que se proponga.
De igual forma, un factor que resulta relevante considerar, que además tiene una gran
influencia sobre la sensación general de bienestar de un individuo, es aquel que se refiere a
las redes de apoyo. Aunque las conceptualizaciones alrededor de este concepto empiezan con
John Barnes en la década de 1950, un sinnúmero de definiciones ha surgido respecto a este
constructo que hace referencia a las relaciones interpersonales de todo individuo. Speck
(como se citó en Guerra, 2016, s.p) plantea que las redes de apoyo son: “un grupo de
personas, miembros de la familia, amigos y otras personas, capaces de aportar una ayuda y un
apoyo tan reales como duraderos a un individuo o a una familia”. Por otra parte, Khan y
Antomucci (como se citó en Informe estado de situación de la persona adulta mayor en Costa
Rica, s.f) definen el apoyo social como “las transacciones interpersonales que implican
afecto, ayuda y afirmación; constituyen un flujo de intercambio de recursos, acciones e
información” (p.86). En este sentido, contar con una buena red de apoyo resulta crucial en las
crisis que pueda enfrentar el individuo, al mismo tiempo que en la vida cotidiana son
fundamentales para promover su salud y bienestar general.
24
Teniendo en cuenta lo anterior, los procesos adaptativos así como los factores
sociales, son especialmente importantes en la actual coyuntura por la pandemia del COVID-
19. Investigadores como Cullen, et al., (2020) resaltan que durante cualquier brote de
enfermedad infecciosa las reacciones de carácter psicológico juegan un papel crucial en la
forma en la que se propaga el virus, en la manifestación de malestar emocional, y en el
desorden social que puede presentarse durante y después del brote. Igualmente, los factores
psicológicos también pueden influir en la adherencia y compromiso que los individuos
pueden tener con las medidas de salud pública, tales como la vacunación, el aislamiento
social y el uso de tapabocas, y en la manera de afrontar la amenaza de infección y las
pérdidas que puedan presentarse.
Las respuestas psicológicas a las pandemias, como argumentan Cullen et al. (2020),
involucran comportamientos maladaptativos, emociones negativas y respuestas defensivas.
Aquellos que son propensos a problemas o a cierta disfuncionalidad psicológica son más
vulnerables a la situación. En relación con este punto, los autores exponen un estudio en el
cual participaron 1210 personas de 194 ciudades de China entre enero y febrero del presente
año. Los resultados mostraron que el 54 % de los encuestados calificó el impacto psicológico
del brote del virus COVID-19 como moderado o severo, el 29 % reportó síntomas moderados
o severos de ansiedad y el 17 % reportó síntomas depresivos en grados moderados o severos.
Estos datos representan grandes y altas proporciones de la población.
De acuerdo con Taylor (2019), los efectos psicológicos de la pandemia por COVID-
19, a la que se refería como “la próxima pandemia”, serán mucho más pronunciados y
duraderos que los efectos somáticos del virus como tal. Esto fue visto en un estudio por
Desclaux et al. (como se citó en en Taylor, 2019) en el que “la epidemia del miedo” fue
mucho peor que la epidemia en sí misma. En la misma línea, Lee (como se citó en Taylor,
2019) afirma que durante el brote del SARS en 2003, las poblaciones más afectadas fueron
25
los adultos mayores y la comunidad médica, el impacto psicológico fue mucho mayor que la
dimensión biológica. En este caso, el daño mental perduró mucho más tiempo en las personas
después de haberse recuperado del virus.
Las reacciones frente a una pandemia y la amenaza de contagio son bastante diversas:
pueden ir desde el miedo a la indiferencia o el fatalismo. En un extremo, el público puede
negar el riesgo y decidir no seguir las recomendaciones de salud tales como la vacunación,
prácticas de higiene y distanciamiento social; al otro extremo, pueden existir reacciones con
niveles altos de ansiedad y miedo, lo cual puede terminar siendo debilitante. Estas dos
últimas reacciones son las más prevalentes cuando la pandemia efectivamente se hace
presente dentro del contexto. En una encuesta a estudiantes de universidad realizada por
Kanadiya y Sallar (como se citó en Taylor, 2019), en las primeras etapas de la pandemia, un
83 % reportó ansiedad, al menos en cierto grado, ante la posibilidad de infectarse. Wheaton et
al. (como se citó en Taylor, 2019) afirma que las personas pueden llegar a tal estado de
ansiedad que es posible experimentar niveles clínicamente significativos de malestar o
inconformidad, evitación de situaciones en las que haya una probabilidad alta de contagio y
discapacidad funcional, teniendo como resultado que se requiera un tratamiento para los
síntomas del posible desorden emocional. Así mismo, pueden manifestarse comportamientos
de chequeo o diagnóstico con el fin de asegurar que no se está infectado. Quienes son o se
encuentren altamente ansiosos pueden llegar a otros niveles para protegerse, por ejemplo:
evitar personas, lugares, el trabajo y caer en conductas de descontaminación con el propósito
de prevenir cualquier tipo de contacto con un mundo potencialmente peligroso (Taylor,
2019).
Por otro lado, los desórdenes mentales pueden ser exacerbados por diversos factores
que trae consigo la pandemia entre los cuales están los desórdenes del estado de ánimo y los
desórdenes de ansiedad y estrés postraumático (TEPT). Aunque se encuentra poca
26
información sobre la relación entre la pandemia de influenza y el aumento de estrés
postraumático, reportes anecdóticos sugieren que algunos sobrevivientes tuvieron recuerdos
vívidos, detallados y repetitivos conectados a detonantes en la pandemia, que pueden hacer
referencia a síntomas de TEPT (Taylor, 2019). La depresión, sumada a un duelo severo,
puede manifestarse en personas que han perdido a sus seres queridos en el desarrollo de la
pandemia; una culpa magnificada también puede manifestarse si alguno cree que fue
responsable por la expansión del virus.
Huremović (2019) afirma que la ansiedad es una respuesta razonable para lo que el
contexto propone en una pandemia. Los planes y el futuro inmediato o a largo plazo de la
población se ven ahora comprometidos, además de poder estar ansiosos por contraer la
enfermedad. Por otro lado, aquellos que tienen familiares que se encuentran en aislamiento o
cuarentena pueden presentar gran preocupación frente a la responsabilidad de proveer los
recursos básicos para quienes dependen de ellos, más aún si el proveedor es quien está en
aislamiento. Una encuesta realizada a una muestra significativa de la población canadiense a
lo largo de diez días, aproximadamente, a propósito del brote en el año 2003, evidenció que
un 29 % tenían síntomas de TEPT y un 31 % síntomas de depresión; la relación cercana con
alguien que hubiese sido diagnosticado con SARS fue vinculado con TEPT y síntomas
depresivos. De acuerdo con Huremović (2019), la depresión se manifiesta a través de un
estado de ánimo bajo, la pérdida de disfrute en actividades antes consideradas como
placenteras, además de irregularidad en el apetito, patrones de sueño, concentración,
sensación de falta de valía, culpa, desesperanza y cierta apertura al suicidio. Otra
manifestación que varios estudios han identificado en los pacientes, además de la depresión y
ansiedad, es la rabia.
A pesar de experimentar reacciones de tipo psicológico y emocional que pueden
afectar la salud mental así como la noción de estabilidad o balance, los seres humanos tienen
27
la capacidad de desarrollar mecanismos que les ayuden a sobrellevar las circunstancias
inesperadas y llenas de incertidumbre que trae la vida. En este caso se habla de estrategias de
afrontamiento las cuales, según Macías et al., (2013) “son entendidas como recursos
psicológicos que el sujeto pone en marcha para hacer frente a situaciones estresantes”
(p.125). Los autores añaden que implementar estas estrategias no implica o garantiza la
solución del problema. Sin embargo autores como McCubin, Cauble y Patterson (1982)
(como se citó en Macías et al., 2013) su utilidad se encuentra en la capacidad que tienen para
disminuir el malestar y los conflictos que puedan surgir entre las personas con las cuales se
atraviesan ciertas experiencias teniendo como un posible resultado, beneficios personales y
un fortalecimiento en los vínculos.
Sobre las experiencias vividas, los seres humanos hacen uso de su capacidad de
narración a través del lenguaje para darles sentido. Así, a través del lenguaje narrativo se
produce la construcción de significados, lo que influye en la estructuración del self e
identidad de cada individuo. En palabras de Payne (2006), una narrativa es la acumulación de
varios eventos y narrar es el acto de contar historias, así como de construir significados sobre
ellas. La historia que una persona cuenta de sí misma es una narrativa en primera persona en
la que define quién es teniendo como base para construirla, su pasado, su presente, los roles
que ha ocupado en diversas áreas de vida y sus relaciones interpersonales. Pequeñas partes de
estos relatos son las que se cuentan a otros y a sí mismos, las cuales pueden variar en forma y
detalles. Sin embargo, en las narraciones de una persona existen temas dominantes o
recurrentes que se pueden identificar a través del tiempo (Payne, 2006).
Siguiendo la explicación de Payne (2006), estas historias no son sólo un reflejo neutro
y perteneciente al ámbito del lenguaje dentro del campo más amplio de la memoria, sino que
también pueden generar un impacto visible en la vida de cada persona. Esto último quiere
decir que las narrativas conforman toda la matriz o red de conceptos y creencias con los que
28
se comprende la vida, así como el mundo que se habita, existiendo una interacción constante
entre lo que el individuo narra, la forma en la que vive su vida y las siguientes narrativas que
construye.
Con la pandemia por COVID-19, no sólo se ha atravesado una experiencia global y
regional, sino que también se han vivido millones de experiencias subjetivas que tienen su
origen en el mundo interno de cada persona íntimamente atado a su contexto, y dependientes
de la manera particular de interpretar el mundo de cada individuo. De acuerdo con los
planteamientos de Davis & Lohm (2020) en su libro Pandemics, Publics and Narrative, las
narrativas que se refieren a la experiencia de una pandemia pueden posibilitar el
entendimiento de la forma de contagio y sus distintas modalidades de transmisión, así como
sus ramificaciones lo cual puede posibilitar incurrir en nuevas acciones tanto individuales
como colectivas que le hagan frente al patógeno. Igualmente, se puede hacer un análisis de
las narrativas que usan las instituciones e individuos dentro del sector de la salud, en sus
procesos de comunicación y pedagogía social con el fin de influir en el comportamiento de
los ciudadanos. Esto último puede tomar múltiples formas como lo son la radio, juegos,
videos, el plan de estudios en el salón o ámbitos académicos; marketing social, entre otros
mensajes y advertencias que usen el estilo narrativo.
Davis & Lohm (2020) exponen que este vuelco hacia el campo narrativo tuvo un
inicio más evidente en la respuesta social que se desplegó ante la pandemia de la influenza en
el 2009. Fue una coyuntura bastante intervenida por los medios y sus efectos se propagaron al
campo político (en la formulación de políticas), así como a la respuesta que se tuvo en
pandemias posteriores como el ébola (2014) y el zika (2016). Sin embargo, arguyen que no
existen registros personales que evidencien la experiencia individual como tampoco se han
documentado las distintas respuestas desde el campo narrativo que ha desarrollado el sistema
de salud pública. Por otro lado, Catherina et al. (como se citó en David & Lohm, 2020)
29
añaden respecto a las experiencias personales, que éstas pueden no ser fáciles de contar por la
complejidad que implica trasladar el trauma vivido a la estructura de una historia, a lo que se
agrega que ciertas narraciones pueden suscitar o atraer “estigma y prejuicio”, lo cual puede
prevenir que se relaten ciertas historias a determinados receptores.
En la introducción al libro, los autores ponen como ejemplo la historia que relata
Cameron, un hombre mayor de 40 años de edad, acerca de su experiencia durante la
pandemia del 2009. Apoyando la idea de Phoenix (como se citó en Davis y Lohm 2020) en la
cual se argumenta que las narraciones propician la exploración de la dimensión psicosocial de
la experiencia, Cameron hace una representación de sí mismo como un ser psicológico cuya
vivencia se ve permeada de pensamientos, emociones, autorreflexión y relaciones
interpersonales, todo envuelto en un proceso lleno de dinamismo y constante movimiento. Su
relato refleja una experiencia de autodescubrimiento y más adelante, redirecciona la atención
hacia lo que se conoce como “apertura fenomenológica” (phenomenological openness). En
general, resulta pertinente tener en cuenta que los relatos sobre cualquier vivencia, no abarcan
la totalidad del periodo vivido ya que la memoria puede estar incompleta o se puede reprimir
cierta información, como exponen Frosh et al. (como se citó por Davis y Lohm, 2020).
La descripción que aporta Cameron está enmarcada dentro de una etapa de vida
particular, en este caso, la adultez media. La percepción que tiene sobre sí mismo, sus
pensamientos y las preocupaciones o metas personales, se han transformado a lo largo de
toda su vida a medida que transita cada etapa del desarrollo y logra pasar a la siguiente. El
campo de la psicología que se ocupa del estudio del desarrollo individual (ontogénesis),
desde el momento de la concepción hasta la vejez, es la psicología del desarrollo, también
conocida como del ciclo de vida Baltes et al. (como se citó en Lally y Valentine-French,
2019). Un principio de esta rama es aquel que afirma que el desarrollo humano se extiende a
través de todo el curso de la vida e involucra diversos procesos adaptativos.
30
Como afirman Lally & Valentine-French (2019), el estudio dentro de este campo
abarca una gran variedad de temas dentro de los cuales están los procesos físicos y
psicofisiológicos, la cognición, el lenguaje y el desarrollo psicosocial que incluye las
relaciones con la familia, compañeros o amigos. Teniendo en cuenta la idea anterior, los
investigadores en este campo suelen hacerse ciertas preguntas que se constituyen como clave
para el avance en la teoría: ¿Son los niños cualitativamente diferentes de los adultos o sólo
carecen de la experiencia de los primeros?; ¿El desarrollo ocurre por la acumulación
progresiva de conocimientos o se trata de movimientos de una etapa de pensamiento a otra?;
¿El desarrollo está impulsado por el contexto social o desde algo interno de cada niño? Cabe
resaltar que esta área de la psicología también está en permanente contacto con otras áreas de
la disciplina como la psicología educativa, la psicología forense y la psicología comparativa.
De la misma forma, se relaciona con otras disciplinas entre las cuales se destacan la biología,
la sociología, la nutrición y la antropología (Lally & Valentine-French, 2019).
En la misma línea y ampliando la conceptualización alrededor de la psicología del
ciclo de vida, Paul Baltes (como se citó en Lally & Valentine-French, 2019), plantea que ésta
se fundamenta en ciertos principios: 1. El desarrollo persiste durante toda la vida; 2. El
desarrollo es multidireccional lo que significa que se puede avanzar en ciertas áreas mientras
existe un estancamiento en otras; 3. El desarrollo es multidimensional. En este principio se
destacan diferentes dimensiones que son la física, la cognitiva y la psicosocial; 4. El
desarrollo entendido como multidisciplinar se caracteriza por la plasticidad, que alude a la
capacidad de cambio, adaptación y flexibilidad de muchos de los aspectos humanos; 5. El
desarrollo es multicontextual, y está influido por normativas relacionadas a la edad, al
momento histórico en el cual se haya nacido y a las experiencias únicas vividas.
Según la teoría del ciclo vital, la etapa de adultez emergente es uno de los ciclos del
desarrollo por el que pasan las personas, un periodo que comprende desde los 18 hasta los 25
31
años de edad. De acuerdo con Jeffrey Arnett, como se citó en Lally & Valentine-French
(2019), esta etapa no pertenece a la adolescencia como tampoco a la adultez temprana, ya que
a pesar de que haber abandonado la dependencia característica del adolescente, aún no se
asumen en totalidad las responsabilidades de la adultez. Además, desde la perspectiva del
autor, en las sociedades contemporáneas este periodo puede representar uno de los momentos
de mayor exploración de las “posibilidades de la vida” que pueden no darse en ningún otro
momento del desarrollo.
A propósito de esta etapa, ya se han realizado estudios en Latinoamérica sobre la
salud mental de los jóvenes durante la cuarentena impuesta por el COVID-19. Según Guzmán
y Tamayo (2020), la Universidad Autónoma de Barcelona realizó un estudio internacional
con el fin de visibilizar las principales consecuencias que puede causar la cuarentena en la
salud mental de la población. A partir de los hallazgos en el primer informe, se pudo concluir
que las poblaciones más afectadas por la coyuntura son: las mujeres, los adultos jóvenes entre
los 18 y los 29 años y aquellas personas con un bajo nivel de ingresos económicos. Los
porcentajes indican que un 35% de la población ha manifestado síntomas de depresión, el
31% somáticos, el 29% ansiedad y el 21% soledad. Toda esta sintomatología generalizada
está directamente relacionada con los cambios en las modalidades de trabajo así como la
pérdida de empleos y la falta de un ingreso estable para subsistir.
Otro estudio realizado por la Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad
Javeriana por medio de la implementación de 1,178 encuestas evaluó la presencia de la
ansiedad o depresión en la población de jóvenes Colombianos. En este caso, el 17% de todas
las personas, presentó síntomas severos de depresión. Además, se visibiliza que 46,9% de los
hombres y el 56,3% de las mujeres presentan altos niveles de ansiedad, lo que se pudo
concluir a través de una “escala de ponderación” de 1 a 20 en la que la mayoría de los
encuestados respondió mayor a 10.
32
Un informe realizado por Profamilia, en colaboración con la Alianza para la Salud de
la Madre, el Recién Nacido y el Niño [PMNCH], la Organización Mundial de la Salud
[OMS] y la International Planned Parenthood Federation [IPPF] (2020), indica que el estudio
Solidaridad de Profamilia, fue una investigación “exploratoria descriptiva transversal que usó
datos a nivel subnacional a partir de una encuesta por muestreo no probabilístico realizada
entre el 8 y el 20 de abril de 2020”. La muestra total fue de 1.287 personas entre los 18 y 19
años de edad (886 mujeres, 288 hombres y 13 con género no normativo). Los efectos que
pudieron recolectarse demuestran que el 67% de las mujeres y un 56% de los hombres tienen
una preocupación significativa respecto a sufrir de ansiedad o depresión; 16% de las mujeres
y 14% de los hombres han sufrido algún tipo de desorden mental entre los cuales se incluyen:
ansiedad, depresión, esquizofrenia e insomnio. Por último, la mayoría de los adultos jóvenes
en el estudio expresaron haber sentido “estrés, tristeza, ansiedad, aburrimiento, fatiga, nervios
o miedo. Las principales causas de malestar mencionadas fueron el encierro, la interrupción
del estudio o de la rutina diaria y la imposibilidad de salir a trabajar y de ver amigos o
familiares” (The PMNCH WHO, PAHO WHO y Asociación Profamilia., 2020, p.11).
En concordancia con las investigaciones internacionales, Arnett (como se citó en
Lally & Valentine-French, 2019), identificó qué diferencia a la adultez emergente de la
adolescencia y de la adultez temprana. En primer lugar, se trata de un tiempo para la
exploración en el que puede seguirse debatiendo la cuestión de la identidad, además de
afrontar temas como la elección de profesión y las relaciones íntimas, lo cual sienta las bases
de la posterior fase del desarrollo. En segundo lugar, es un ciclo permeado por la
inestabilidad siendo esto una consecuencia de la necesidad de exploración. Las personas en
esta etapa se enfrentan a muchos cambios en el trabajo, las relaciones interpersonales y el
lugar de vivienda, entre otros. En tercer lugar, es la era del enfoque en sí mismo, en inglés
“self-focus”, en la que no hay demasiadas responsabilidades hacia otros, por lo que existe
33
más libertad en el actuar. Cuarto, quienes transitan estas edades se caracterizan por sentirse
“en medio de”. En muchos casos no se identifican todavía dentro de la etapa adulta, ya que a
pesar de haber salido de la adolescencia (terminar el colegio o mudarse fuera de la casa
familiar), pueden continuar siendo dependientes económicamente de sus padres, además de
no tener aún un trabajo a tiempo completo, de no haberse comprometido en una relación ni
asumir responsabilidades hacia otros. Por último, la adultez emergente implica muchas
oportunidades y puede verse impregnada por una gran sensación de ilusión; según Arnett
(como se citó en Tanner y Arnnett, 2009), en esta etapa los individuos aún no han actuado en
pro a los sueños y metas, siendo este momento la oportunidad propicia para hacerlo.
Tanner (como se citó en Tanner y Arnnett, 2009) aportó significativamente al trabajo
y la mirada de Arnett. Por lo cual, Tanner (como se citó en Tanner y Arnnett, 2009) propone
que la principal tarea psicosocial en esta etapa es lo que llama “recentering” o volver a
centrarse, lo cual ocurre en tres etapas. En la primera, el adolescente realiza el paso hacia el
periodo de adultez emergente, lo que trae consigo un cambio sustancial en el tipo de
relaciones que establece y las dinámicas que son intrínsecas a estas. Hay un cambio en cuanto
a los vínculos y roles que se configuran, los cuales pasan por una transición desde
caracterizarse por ser dependientes, basados en el cuidado, la protección, la guianza y los
recursos; a ser relaciones donde el poder es compartido de forma más horizontal y existe más
reciprocidad en la manera de impartir cuidado y apoyo. En la siguiente etapa, el individuo se
ve involucrado con las experiencias del desarrollo, siendo una evidencia de esto el empezar a
asumir compromisos frente a aquellos roles y relaciones que son de carácter temporal y
transitorio; examinan una gran variedad de compromisos con el fin de hacerse una idea de las
oportunidades en los ámbitos de trabajo y amor. En la etapa final, el sujeto se encuentra en la
capacidad de comprometerse con los roles y responsabilidades de la adultez que son mucho
34
más duraderos en el tiempo, como los son el matrimonio, los roles parentales, trabajo, la
profesión, entre otros.
Estudios en el campo del desarrollo aportan evidencia empírica que sostiene la idea
del “recentering” o “volver a centrarse” como un proceso fundamental durante la adultez
emergente. Cohen et al. (2003) (como se citó en Tanner y Arnnett, 2009) destacó el
incremento que se experimenta en términos de independencia alrededor de los ámbitos
financiero, romántico, de vivienda (residencial) y de constitución familiar, entre los 17 y los
27 años. De esta forma, la evidencia señala que el progreso durante esta etapa no es lineal,
sino que además se evidencian avances y retrocesos en el trayecto hacia los roles y
responsabilidades que la adultez implica. Por otro lado, el progreso o avance en esta etapa se
ve en las acciones que identifican, eligen y priorizan metas de vida. Asimismo, los objetivos
de esta etapa incluyen metas en el ámbito académico, social y conductual, posteriormente
dando espacio para incluir metas en términos profesionales y de intimidad.
Alrededor de la década de 1950, Erik Erikson, estudiante de Sigmund Freud, propuso
la teoría del desarrollo psicosocial, la cual afirma que el proceso de crecimiento o desarrollo
está dado por la combinación entre procesos biológicos (maduración fisiológica) y las
exigencias que provienen de la sociedad en general y de la vida de cada individuo (Salkind,
2013). Esta teoría abarca todo el ciclo de vida de una persona, a diferencia de la teoría del
desarrollo psicosexual de Freud, la cual encuentra su culminación en la etapa de la
adolescencia. Erikson fragmenta todo este proceso en ocho etapas en donde cada una
contiene una crisis que el individuo debe resolver para avanzar hacia la próxima. Una de las
bases que más se destaca en la teoría es el concepto del ego. Para este autor, el ego es una
estructura que integra las facetas del “sí mismo” y su nivel de fortaleza es lo que une la gran
variedad de dimensiones de la actividad de la psique.
35
Considerando la importancia que Erikson atribuye al concepto de identidad y la
noción del yo y el ego, resulta relevante comprender qué se entiende por este primer
constructo. El campo de estudio de la identidad se ha desarrollado tanto desde una
perspectiva individual como social. En la primera, surgen explicaciones que remiten a
características intrínsecas al individuo; desde la segunda, se analiza la relación del individuo
con su entorno, la forma en la que pretende identificarse o diferenciarse de él, en otras
palabras, cómo se percibe el “yo” dentro de un “nosotros” (Fernández, 2012). Según Colás
Bravo (2007), “por identidad entendemos la construcción personal de un yo personal y social
a través de procesos de reconocimiento e identificación de valores” (p.153). En este sentido,
la autora hace alusión a la conformación de múltiples identidades, dependiendo del contexto
al cual se haga referencia. Por otro lado, desde una perspectiva Narrativa, Sepúlveda (como
se citó en Capella, 2013) propone que la identidad es “el proceso de construcción de
significados entre el sí mismo y el mundo a través de la narración” (p.119). De esta forma la
identidad se hace evidente a través de la acción y lo que se hace ante el otro, así como por
medio de la dinámica de “narrarse al otro”. Desde este punto de vista, será el lenguaje la
herramienta más importante a través de la cual el ser humano logra interpretar quién es, cómo
son los otros y el mundo dentro del cual habita, además de lograr construir las formas para
diferenciarse de él. El lenguaje es el medio principal de construcción y comunicación de la
identidad. De acuerdo con Iñiguez y Lupicinio (como se citó en Fernández, 2012) “la
identidad se convertiría en una subjetividad comunicable de carácter simbólico e inherente
para los humanos” (p.5).
En este sentido, la quinta etapa que propone Erikson, llamada Identidad vs. confusión
de identidad, abarca las edades que competen a la mencionada adultez emergente. Sin
embargo, en este modelo, la etapa es mucho más amplia e incluye lo que se ha
conceptualizado como la pubertad y la adolescencia, lo que indica que empieza
36
aproximadamente a los 12 años de edad y se prolonga hasta los 25 años, edad en la cual
comienza lo que se ha conceptualizado como adultez temprana. La etapa de confusión vs.
identidad se caracteriza por grandes cambios físicos impulsados por alteraciones hormonales.
Además, los adolescentes comienzan a recibir más demandas de su entorno para definir sus
intereses, que serán determinantes en cuanto a la elección de una profesión, la proyección
hacia una pareja (matrimonio) y el establecimiento de una familia. Igualmente, se ven
presionados por la definición y concreción del sí mismo (self) o identidad, lo que incluye la
escogencia de ciertos roles funcionales en la sociedad (Palombo, Bendicsen & Koch, 2009).
Si el desarrollo hasta este punto no ha sido del todo exitoso, sumado a la presencia de un
contexto que no es alentador y dificultad en la escogencia de un rol, entonces se manifiesta lo
que es una “ill-defined identity”, en otras palabras, confusión de rol.
Erikson (como se citó en Capps, 2006) hace hincapié en la sensación que tienen los
sujetos de sentirse “en medio de”, resaltando que la mente del joven es esencialmente una del
“moratorium”, es decir, un estado psicológico entre la niñez y la adultez, que además se
encuentra entre la moral aprendida en la niñez y las exigencias de carácter ético que debe
asumir el adulto. A esto último, Palombo et al. (2009) agregan que el proceso de darle forma
a la identidad del ego a lo largo de esta etapa es una tarea ambiciosa, ya que las
identificaciones anteriores del líbido y las oportunidades que suponen los roles sociales
exigen un alineamiento coherente en la organización interna del individuo. En este sentido, la
estructura psicológica que resulta esencial en esta etapa de identidad, es la fidelidad que se
transforma en una integridad del ego caracterizada por la resiliencia, en donde se validan las
sensaciones de la identidad y la continuidad en el “yo”. Por último, estos autores plantean que
la mente del individuo es identificada por ser ideológica. Esto se debe a que se necesita el
paso por el periodo de “moratorium” en el cual el proceso de toma de decisiones está
contenido y depende, hasta cierto punto, de la propia trayectoria, para así unificar
37
identificaciones pasadas y finalmente elaborar una identidad del ego que se perciba como
coherente (Palombo et al., 2009).
De igual manera, se destaca que la red de conexiones interpersonales se expande del
barrio, hasta el colegio, compañeros, diversidad de agrupaciones y modelos de liderazgo; la
formación de un ego coherente es lo que permite que se puedan establecer relaciones íntimas
con un otro. Además, representa una meta alcanzar la confianza en sí mismo, definir la
identificación sexual y la formación de una visión a futuro. La virtud o fuerza del ego, tiene
que ver con la integración de las tareas que comprendían o exigían las etapas pasadas, así
como la fidelidad hacia los otros y una ideología (Palombo et al., 2009).
Una vez que el adulto emergente logra cumplir con aquellas tareas y retos que supone
la etapa misma, avanza de forma más integral por los siguientes momentos del desarrollo que
suponen otros retos y crisis que deberá superar con las herramientas ya adquiridas. De esta
forma, crece, madura y acumula aprendizajes que le permitirán llegar a la etapa conocida
como la vejez; la cual implica un gran número de cambios a nivel físico, social y cognitivo,
en la cual se adquiere una facultad mucho más contemplativa acerca de lo ya se ha vivido.
Los procesos de desarrollo que tiene cada individuo a pesar de presentar diferencias,
comparten una similitud la cual se evidencia en la continuidad y permanencia del desarrollo
durante toda la vida, el cual nunca para. En este sentido, se ha validado una idea errónea y es
que la vejez representa un declive en este proceso, “... la vejez no puede ser entendida sólo
como un periodo de pérdidas, sino también como una fase en el que también pueden
conseguirse ciertas ganancias” (Villar, 2005, p.7).
La vejez comprende el periodo de tiempo desde los 60-65 años hasta la muerte. Desde
la perspectiva del desarrollo que proponen Lally y Valentine-French (2019) se ha dividido
esta etapa en categorías determinadas por la edad, las cuales están basadas en las nociones e
38
ideas alrededor del envejecimiento incluyendo las diferencias de tipo biológico, psicológico,
social y cronológico. En primer lugar, se encuentran los “viejos-jóvenes” o Young-old. Esta
etapa contiene muchos aspectos favorables por lo cual también se reconoce como los años
dorados de la adultez. En comparación a aquellos que tienen más edad, los viejos-jóvenes
tienen en general una salud satisfactoria, mejores lazos sociales, conocimiento, así como
pericia y mayor flexibilidad orientada a la adaptación en el diario vivir. Lo más probable es
que este grupo no requiera de cuidado a largo plazo o se encuentre en condiciones de
pobreza, así como de dependencia. En cambio, puede esperarse que los individuos se
encuentren casados, realizando un trabajo por placer dejando en un segundo plano al ingreso
económico y que se encuentren viviendo de forma independiente. De acuerdo con
Carstensen, Fun y Charles (como se citó en Lally y Valentine-French, 2019) se trata de un
periodo en el que el bienestar y la sensación de felicidad puede llegar a ser mejor que en
cualquier otra etapa adulta.
En segundo lugar, se pasaría a ser “viejo-viejo” u old-old. En este periodo hay más
oportunidad de seguir viviendo de forma independiente, sin embargo, las discapacidades
físicas puede hacerse visibles a medida que las condiciones crónicas aumentan después de los
75 años. La siguiente etapa se denomina los “viejos más viejos” o Oldest-old que incluye a
los individuos que tienen enfermedades crónicas mucho más severas que representan un
impedimento a la independencia total y a la capacidad de cuidarse por sí mismos. Aquellos
que llegan a la edad de 85 años, son más propensos a necesitar cuidado de tiempo completo y
a largo plazo. Según datos de la APA (como se citó en Lally y Valentine-French, 2019) casi
el 50% de los adultos mayores en este momento requieren de algún tipo de ayuda en sus
actividades diarias de vida. Así mismo, es menos probable que se encuentren casados.
Por último, se encuentran los centenarios. Se trata de aquellos adultos mayores que
llegan a la edad de 100 años o más. En el 2015 había alrededor de medio millón de
39
centenarios en el mundo y se estima que este grupo crezca a aproximadamente 3.7 millones
para 2050. Como indica Stepler (como se citó en Lally y Valentine-French, 2019) los Estados
Unidos de Norteamérica tienen la mayoría de centenarios, pero son Japón e Italia los países
con mayor número per cápita.
La etapa de la vejez se caracteriza por presentar cambios físicos que se hacen mucho
más notorios al llegar a estas edades. El estudio longitudinal sobre envejecimiento de
Baltimore (BLSA por sus siglas en inglés) empezó en 1958 y siguió de forma detallada el
proceso de envejecimiento en 1,400 personas desde la edad de 20 años hasta los 90. Los
investigadores encontraron que a pesar de ser este proceso un recorrido único para cada
individuo y sistemas corporales, se pueden plantear algunas generalizaciones cruciales
incluyendo que: los músculos del corazón se hacen más gruesos con la edad; las arterias se
hacen menos flexibles; la capacidad de los pulmones disminuye; los riñones y el proceso de
remover desechos de la sangre se hace menos eficiente; la vejiga pierde la capacidad para
almacenar la orina y la células ubicadas en el cerebro reducen su capacidad aunque aún es
posible que la producción de nuevas neuronas continúe (Lally y Valentine French, 2019).
En un estudio transversal realizado con personas de 25 a 105 años citado en Baltes,
Lindenberger y Staudinger (como se citó en Villar, 2005) el resultado de la investigación
concluyó que las prioridades vitales de los individuos se transforman con el tiempo a medida
que se avanza a lo largo del ciclo de vida. De este modo, la importancia que se le da a la
salud cobraba un mayor peso a medida que las personas iban envejeciendo, llegando a ser la
prioridad más importante en los individuos de mayor edad.
Esta etapa de ciclo vital no se debe entender exclusivamente por el proceso
envejecimiento enfocado en el factor biológico, también hay otras áreas del individuo que se
ven afectadas, como el ámbito social, familiar y social. (Jara, 2007). Por este motivo, resulta
40
importante resaltar el papel que juegan las amistades en esta etapa. Estudios longitudinales
proveen una visión más amplia sobre la transformación que tienen las amistades durante la
adultez. Blieszner y Roberto (como se citó en Cavanaugh y Blanchard-Fields, 2015)
argumentan que en general, el paso del tiempo usualmente hace que cada individuo tenga
menos amigos y un menor contacto con aquellos que mantiene. Por otro lado, las amistades
son vitales durante la adultez ya que, hasta cierto punto, la percepción de satisfacción que
tiene una persona sobre su vida tiene que ver con la cantidad y calidad de contacto que
sostiene con sus amigos. Durante las últimas etapas de la vida, según Schulz y Morcycz
(como se citó en Cavanaugh y Blanchard-Fields, 2015) mantener amistades cercanas es un
factor que puede “suavizar” el impacto que trae consigo las experiencias de la vida como lo
son la pérdida de roles y estatus, así como la jubilación y la muerte de seres queridos.
Además pueden incrementar la sensación de felicidad y el autoestima.
En esta línea de investigación, Charles y Carstensen (como se citó en Cavanaugh y
Blanchard-Fields, 2015) demuestran que los cambios que se presentan en la vejez respecto a
los patrones e interacciones sociales responden a una teoría del ciclo de vida que ellos
proponen la cual denominaron: Teoría del ciclo de vida de la selectividad socioemocional ó
life-span theory of socioemotional selectivity, la cual propone que el proceso de establecer
vínculos está motivado por una serie de metas que incluyen: la búsqueda de información, el
auto-concepto y la regulación emocional. Los investigadores concluyen que la regulación
emocional tiende a ser la meta principal en la vejez lo cual se hace visible en la actitud de ser
bastante selectivos con las amistades que se eligen. Magai (como se citó en Cavanaugh y
Blanchard-Fields, 2015) complementa esta visión al sintetizar varias perspectivas sobre el
desarrollo en la adultez y afirma que las personas se orientan de forma más usual hacia los
aspectos emocionales de la vida y de las interacciones que mantienen; siendo cada vez más
41
compleja la experiencia y las formas de expresión emocional que experimentan a medida que
crecen y envejecen.
Por otro lado, desde la perspectiva de desarrollo de Erikson & Erikson (1998) la
última etapa recibió el nombre de integridad vs desesperanza en la que el adulto mayor hace
un recuento de lo que hasta el momento ha sido su vida y qué tan satisfecho(a) se siente con
sus vivencias versus los remordimientos que pueda sentir por no haber aprovechado al
máximo las oportunidades que se le hubiesen presentado. En esta etapa, el objetivo es aceptar
y sentirse orgulloso de los logros alcanzados y de darle significado a la propia vida. El
resultado que se obtenga a través de este acto reflexivo de significación hará que la persona
se sienta a gusto consigo misma y con su vida o, por el contrario, que se sienta
desesperanzada y frustrada por lo que ha sido su vida. Es esta aprobación de sí mismo y de
los demás lo que permite a la persona mayor una sensación de integridad y de sabiduría. Por
el contrario, cuando no se logra esta aceptación y hay resentimiento y amargura por lo que ha
sido su vida y cómo percibe a los demás, el adulto mayor siente desesperanza en esta última
etapa de su ciclo vital (Lally & Valentine-french, 2019).
El adulto mayor necesita sentirse conectado, no aislado, necesita del otro, de su
compañía y de sus cuidados; necesita que lo respeten y que lo tengan en cuenta. Esta
necesidad de otro se denomina contacto de mantenimiento cuando hablamos de un adulto
mayor que necesita, por sus condiciones de salud, de cuidados especiales: ser alimentado o
ayudado en su higiene personal, por ejemplo. Además del contacto de mantenimiento existe
el contacto comunicativo: un abrazo, una caricia o una palabra amable. Estas expresiones de
afecto son indispensables para que estas personas vivan su última etapa de manera íntegra y
digna (Erikson & Erikson, 1998).
42
Erikson & Erikson (1998) mencionan que el ciclo de vida de cada individuo tiene una
conexión dialéctica con el ámbito social. Las etapas del desarrollo no se pueden comprender
del todo sin tener el contexto social en cuenta. Hay diferencia entre estar solo y sentirse solo,
ya que sentirse solo es muy común en adultos mayores. Sentirse solo es la discrepancia entre
el contacto social que una persona espera y el que recibe (Brehm et al., como se citó en Lally
& Valentine-french, 2019). El sentirse solo está ligado a desesperación, depresión y baja
autoestima. Esto puede ser resultado de aislamiento emocional o social (Lally & Valentine-
french, 2019). Por otro lado, estar solo no implica necesariamente sentirse solo. Se puede
estar solo por una decisión propia, como parte de un proceso de sanación, o para
reencontrarse o por el simple gusto de estar con uno mismo (Brehm et al., como se citó en
Lally & Valentine-french, 2019).
En este sentido, Villar (2005) plantea que: “puede haber maneras de envejecer
ciertamente muy negativas, dominadas por el aislamiento, con sentimientos de culpa,
depresión y con temor a la muerte, pero también hay muchas otras altamente positivas, como
por ejemplo cuando el individuo es capaz de expandir su capacidad creativa, de
comprometerse con su entorno y de asumir los errores y éxitos que ha cometido conservando
un sentimiento de satisfacción en relación con su propio devenir evolutivo.” (Villar, 2005, p.
4). Este planteamiento tiene similitudes con lo que postula Erikson de la vejez, ya que hay un
enfoque en todo el proceso reflexivo y lo importante que resulta en esta etapa, que no es sólo
una etapa de envejecimiento, sino de darle un significado y valor a todo lo que se ha vivido.
Las etapas de desarrollo de Erikson & Erikson (1998) se basan en la idea de una crisis
producto de la tensión entre elementos diversos, que se resuelve de una u otra manera, para
dar paso al progreso hacia otra etapa y por consiguiente a una crisis diferente, lo cual ocurre
durante todo el ciclo de vida. De esta manera se conforma un proceso dialéctico, entendido
como un “... proceso de transformación en el que dos opuestos, tesis y antítesis, se resuelven
43
en una forma superior o síntesis” como define la Real Academia Española (s.f). Así, se crea
una interacción dialéctica constante entre crisis-resolución-crisis en la que el individuo
alcanza la constitución de una identidad y coherencia del ego que le provean de una
sensación de mayor bienestar a lo largo de su vida y en los vínculos que logra construir.
4. Objetivos
4.1. Objetivo general
Comprender la experiencia psicológica de la cuarentena por el COVID-19 con un enfoque
intergeneracional, a través de las narrativas de adultos emergentes y adultos mayores de
Bogotá, Colombia.
4.2. Objetivos Específicos
● Describir las circunstancias vitales de los participantes antes de la pandemia.
● Caracterizar las vivencias de los participantes al inicio de la pandemia y de la
cuarentena, así como sus pensamientos, sentimientos y comportamientos
predominantes.
● Identificar los efectos emocionales que pudieron afectar la salud mental de los
participantes a lo largo de la cuarentena.
● Determinar si hubo un proceso de adaptación hedónica y cómo se desarrolló.
● Establecer el papel que jugó la red de apoyo de los participantes durante la
cuarentena.
● Identificar si se presentaron cambios en la identidad narrativa de los participantes a
raíz del confinamiento por el COVID-19.
44
● Comprender el sentido que le han dado los participantes a la experiencia de la
pandemia del COVID-19 en el marco de su narrativa vital.
5. Categorías de análisis
5.1. Circunstancias Vitales: Hace referencia a las condiciones de existencia de cada
individuo antes de la cuarentena en las diversas áreas de la vida como la familiar, personal,
económica, social, laboral y de esparcimiento, las cuales le dan contexto a su narrativa vital.
5.2. Vivencia inicial: Se comprende cómo los pensamientos, emociones y comportamientos
predominantes experimentados durante el desarrollo inicial de la pandemia y las
consiguientes medidas de cuarentena obligatoria y aislamiento social preventivo.
5.3. Efectos emocionales: Se refiere a las repercusiones y afectaciones en los sentimientos y
estados de ánimo generadas por el confinamiento prolongado ocasionado por la pandemia.
5.4. Adaptación hedónica: La adaptación hedónica es un proceso psicológico por el cual los
individuos se adaptan a una situación negativa o positiva de modo que los efectos
emocionales que genera se van atenuando y normalizando con el paso del tiempo generando
equilibrio (Lyubomirsky, 2011).
5.5. Red de apoyo: Se plantea que son “un grupo de personas, miembros de la familia,
amigos y otras personas, capaces de aportar una ayuda y un apoyo tan reales como duraderos
a un individuo o a una familia en la vida cotidiana o en situaciones de crisis” (Speck, como se
citó en Guerra, 2016).
5.6. Identidad narrativa: Se entiende como los significados que los individuos construyen
sobre sí mismos a través de sus relatos.
45
5.7. Sentido de la experiencia: Se entiende como la interpretación y el sentido general que
los participantes le han dado a la pandemia y la situación de confinamiento o cuarentena.
6. Método
6.1 Diseño
Este estudio tiene como base la metodología de tipo cualitativo y se empleó el método
narrativo cuyo eje central de su análisis es la experiencia humana y está dirigido a su
comprensión y a “hacer sentido” de ella. Parte del supuesto según el cual todas las vidas
tienen la capacidad de historiarse, aspecto que les brinda a las personas la oportunidad para
exteriorizar y construir relatos sobre experiencias y momentos de vida de carácter íntimo así
como personal. De acuerdo con Clandinin y Conelli (como se citó en Blanco, 2011) los
relatos son “una puerta de entrada a través de la cual una persona se introduce al mundo y
por medio de la cual su experiencia del mundo es interpretada y se transforma en
personalmente significativa”. Por esta razón, el método narrativo no sólo es una forma de
entender la realidad subjetiva, sino también es comprendido como un “espacio de
construcción de sujetos, es decir, como fuente epistemológica y ontológica” (García-
Huidobro, 2016, p.160). Al respecto, Ivor Goodson (como se citó en García-Huidobro, 2016)
dirá que lo narrativo además de significar posibles fuentes de aprendizaje para los lectores e
investigadores desde las historias que se relatan, también implica un aprendizaje que se
despliega durante todo el proceso de quien se cuenta y reflexiona sobre su vida.
6.2 Participantes
El grupo de participantes en este estudio está conformado por 4 personas que residen
en Bogotá, 2 hombres, uno de 23 años y el otro de 77 años, y 2 mujeres, una de 23 años y otra
de 71 años. La selección de los participantes fue de manera no probabilística y por cuotas, ya
46
que se buscó intencionalmente seleccionar dos personas de cada ciclo de vida y de ambos
sexos. Para mantener la confidencialidad de los participantes no se utilizaron sus nombres
reales, sino que a cada uno se le asignó un alias.
Tabla 1
Resumen características participantes
Participante Alias Edad Sexo Ocupación Grupo
1 Mateo 23 Masculino Artista Adulto
emergente
2 Sara 23 Femenino Estudiante Adulto
emergente
3 Martin 77 Masculino Floricultor Adulto
mayor
4 Elena 71 Femenino Ama de casa Adulto
mayor
Los participantes del estudio fueron separados clasificados y agrupados por su etapa
de desarrollo, como lo muestra la tabla 1. El grupo de los adultos emergentes está compuesto
por un hombre y una mujer de 23 años. El grupo de los adultos mayores lo compone un
hombre de 77 años y una mujer de 71 años.
6.3 Instrumento
Para recolectar la información del estudio se utilizó la entrevista semiestructurada, la
cual tuvo como base de su diseño un cuestionario que fue validado por tres expertos (Anexo
1). Gracias a esto se pudo validar y afinar las preguntas del cuestionario final, el que se usó
en las entrevistas con los participantes (Anexo 2).
47
6.4 Procedimiento
Etapa de recolección de datos: Se realizaron las entrevistas semiestructuradas a los
cuatro participantes que fueron contactados. Para ello se acordó una cita con cada
participante de carácter virtual, teniendo en cuenta la posibilidad de acceso a internet, a través
de plataformas como Zoom, WhatsApp o Skype. Así mismo, antes de dar comienzo a las
entrevistas, se dio a conocer a los participantes el consentimiento informado que postulaba la
posibilidad de grabar en video o en audio la conversación (Anexo 3). Los cuatro
entrevistados aceptaron participar voluntariamente en el estudio.
Etapa de análisis e interpretación: Posterior al proceso de entrevistas, se inició la
transcripción de las mismas. Con el fin de organizar la información, los participantes se
clasificaron en dos grupos de acuerdo con el ciclo de vida y luego se plasmó la información
recolectada en las entrevistas en dos matrices (una para cada ciclo de vida), de acuerdo con
las categorías del estudio (Anexo 4). Después de organizar la información en las matrices, se
realizó un análisis a través del cual se identificaron las tendencias comunes y las
particularidades de los participantes teniendo en cuenta su ciclo de vida (análisis
intrasujetos), y se compararon los testimonios de las dos generaciones (análisis intersujetos).
Los hallazgos posteriormente se interpretaron y se discutieron a la luz del marco teórico,
dando respuesta a la pregunta de investigación.
7. Resultados
En esta sección se exponen los resultados de las entrevistas semiestructuradas que
fueron realizadas a los cuatro participantes, separados en dos grupos de acuerdo con su etapa
de desarrollo. Acorde a los objetivos específicos del estudio, se realizó un análisis de siete
categorías: circunstancias vitales, vivencia inicial, efectos emocionales, adaptación hedónica,
48
red de apoyo, identidad narrativa y sentido de la experiencia. Los resultados de las entrevistas
realizadas se exponen teniendo en cuenta su etapa de desarrollo.
7.1 Circunstancias Vitales
Antes del confinamiento obligatorio preventivo por el COVID-19, en la narración de
los adultos emergentes, Sara y Mateo, se puede evidenciar que en el área personal, ambos se
encontraban en una relación romántica (la cual se ha mantenido a lo largo de la pandemia),
estaban enfocados en construir su proyecto de vida y seguían involucrados con el área
académica, es decir, la universidad. Mateo ya se había graduado, pero muchos de sus
proyectos que giraban en torno a las artes escénicas, lo mantenían en contacto con la
institución. Todo lo anterior resulta muy distinto a lo que los adultos mayores viven, ya que
ambos participantes se encuentran casados, sin obligaciones académicas, además de ya
encontrarse jubilados. Viven con su pareja y, al igual que los jóvenes, son personas aún
activas. Antes de la pandemia tenían una vida social dinámica y se dedicaban a actividades
que reemplazan su trabajo: yoga, cuidar del hogar, estudiar y bailar en el caso de Elena,
mientras que cultivar flores en su finca es la principal actividad de Martín, él cuenta que:
“hace como 25 años empecé a sembrar, pero hace 17 o 18 años que me dediqué a la finca, y
eso pues ha venido evolucionando, yo aquí tengo mucho trabajo en la finca”.
Dentro del ámbito familiar, los adultos emergentes se posicionan como hijos y
hermanos menores, viven con ambos padres, además de tener animales domésticos, en este
caso perros; por su parte, los adultos mayores asumen principalmente los roles de padres y
abuelos, tienen hijos que ya se encuentran en la etapa de adultez media (los hijos de Elena) y
adultez tardía (los hijos de Martín) y que viven independientemente, varios en el exterior.
En lo que se refiere al contacto y relación con sus familiares, antes de la cuarentena
todos los participantes consideraron las interacciones como “buenas” y para hablar de la
49
calidad de la relación, tienen en cuenta el factor de la comunicación, su frecuencia y su
percepción en cuanto a la cercanía. Es importante tener en cuenta que los hijos de los adultos
mayores se encuentran fuera del país por lo cual la comunicación era y es mucho más
espaciada en términos temporales; el domingo solía ser el día para hablar con ellos a través de
la virtualidad. Elena relata: “Sí, pues generalmente ellos llaman una vez por semana,
generalmente el domingo, dado que ellos trabajan allá tanto”. Mateo percibe que dentro de
su familia eran lejanos entre sí a pesar de ser un núcleo estable y armónico: “Tenemos una
relación muy sana, como muy bonita como familia, pero éramos muy distantes", lo cual se
reflejaba en una comunicación superficial y una presencialidad breve: “podía pasar días sin
ver a mi papá, si como días y a mi mamá igual, a mi hermana igual entonces nos podíamos
ver por ahí cada tres días. Por el contrario, Sara refleja un contacto mucho más cercano por
la mayor frecuencia que tenían los momentos que compartían juntos, en los que se involucra
su familia extensa a la que también ve y visita de forma regular: “La mayoría de las veces
desayunábamos juntos, o si teníamos horarios diferentes (...) pues comíamos en la noche
juntos. Y ya, pues nosotros siempre hemos tenido una buena relación”.
Las relaciones de amistad se conservan y cultivan en ambos ciclos de vida. Se
caracterizan por una comunicación regular, cercanía en el vínculo y encuentros presenciales
antes de la pandemia. Para los adultos emergentes, los amigos representan aquellas personas
o grupos con los que existía más frecuencia en el contacto e interacción. Se podría decir que
ambos le atribuyen un grado mayor de importancia a estas relaciones que los adultos
mayores. Sobre este punto, Mateo dice: “Tenía muchos lugares donde estar y con quien
hablar y molestar y tomarnos algo, comer algo, (...)mi vida social era bastante activa”. Sara
también mantenía una vida social bastante activa gracias a sus amistades. Para los adultos
mayores el paso del tiempo resulta importante, ya que algunas amistades se han mantenido
desde la etapa del colegio, como mencionó Elena. Martín señaló que “a nivel de amigos es
50
más compleja la percepción, pues hay una diversidad, un diverso grado de intensidad, hay
un grupo con el que uno tiene cierta proximidad, pero yo podría decir que son personas, son
como 15-20 y hablo con honestidad”. Se detecta, entonces, que Martín parece tener una red
de amigos más amplia que Elena, pero las amistades de ella se caracterizan por la duración.
Por último, las actividades que solían realizar las dos generaciones tienen cierta
similitud, ya que se trata de encuentros grupales para salir y comer algo. Sin embargo,
difieren en aspectos más específicos como los ambientes (lugares) y las razones del
encuentro, ya que en los adultos emergentes se trata de escenarios de fiesta en los que buscan
relajarse y generar nuevos vínculos, así como estar juntos por largo tiempo hasta avanzada la
noche. En la vejez cambian los lugares y lo que rodea el encuentro, pues las actividades se
concentran en tomar un café, compartir un almuerzo, paseos con amistades o reuniones de
índole familiar. En este caso se refleja una reflexión sobre los cambios que se viven en esta
etapa de vida, ya que se excluyen ciertos eventos de sus agendas. Martín afirma: “Eso todo es
una época, todo tiene unas temporadas en la vida; ya uno no es candidato de ir a
matrimonios, bautizos, primeras comuniones, cumpleaños, nada, ni amor y amistad, nada
eso no está en el calendario, en la agenda de uno”.
Las narrativas indican que en la generación de adultos emergentes la vida social
significaba mucho y era de gran importancia. Para Mateo significaba la oportunidad de estar
en otros espacios para conectarse con otras personas, conocer a los demás y conocerse a sí
mismo en esos procesos de interacción: “Para mí era re importante, siento que era como una
manera de comunicarse, de distraerme, de reconocerme, reconocer a los demás, de estudiar
como a los otros también. Diversión, como de alimentarse de otras vainas.” Para él también
tenía gran importancia el contacto físico con el otro: "Digamos, no sé, como que yo soy una
persona que es muy táctil, ¿no?, como, como de tocar a los demás, como de abrazarlos.”
51
Dentro del relato de los adultos mayores, los dos participantes expresan diversas
percepciones sobre el significado de la vida social. Para Elena, el poder darse espacios con
otras personas es un reflejo de su independencia, mientras Martín enfatiza el cambio que ha
tenido la vida social a través de una mirada retrospectiva sobre su experiencia vital. “La vida
social es la vida social. La vida social para esta etapa de la vida ha cambiado, la perspectiva
que una persona de 30-40-50 años pueda tener”. Para terminar, es visible que a esas edades
se deja en un primer plano lo familiar y todas las demás relaciones quedan en un segundo
plano, siendo la comunicación la base de estas y no la intensidad.
En términos económicos, ninguno de los adultos emergentes tiene independencia ni
genera sus propios ingresos aún. En este caso, los adultos mayores se encuentran en una etapa
en la que reciben la pensión y una retribución por el trabajo realizado durante toda la vida; las
ocupaciones de ambos no tienen un carácter de obligación laboral, sino que son una forma de
ocio y de ocupar el tiempo. No obstante, para Martín cultivar plantas sí es un trabajo, del cual
obtiene una remuneración económica. Por su parte, Elena está centrada en las labores del
hogar, el cuidado de su esposo y las actividades artísticas y físicas ya mencionadas. Por lo
anterior, estas actividades, además de algunas otras que están relacionadas con la
personalidad de cada uno, son las que constituyen y abarcan el tiempo de ocio de ellos
(aprender inglés, leer, hacer crucigramas).
7.2 Vivencia Inicial
La aparición del virus en el mundo despertó entre los participantes una gran variedad
de pensamientos y de expectativas sobre lo que podría ocurrir, desencadenando un sinnúmero
de ideas y creencias negativas, ya que conocían la posibilidad de que se convirtiera en
pandemia y llegara a Colombia si seguía creciendo el impacto a nivel mundial. En la
generación más joven, Mateo expresó que pensaba que la situación sería cada vez más grave
52
y que muchas cosas empezarían a cambiar. Sara, por su parte, relató la aparición de
emociones como el miedo por sus familiares mayores, ya que gran parte de la información
sobre los riesgos del virus que ofrecían los medios de comunicación se refería a los adultos
mayores: “Y pues me asusté mucho porque pues mis papás son mayores, entonces pues me
dio mucho miedo eso, pues también por mi abuelita”.
En la etapa de la vejez, las impresiones fueron diferentes, dadas las prioridades que
cada uno consideró en ese momento. Elena vivió este primer momento con expectativas
frente al tiempo que tomaría la cuarentena, hasta que decidió mejor no crear ese tipo de
elaboraciones en su pensamiento. Martín resaltó su preocupación por la economía, además
del impacto negativo que tuvo en él saberse parte de la generación más vulnerable y afectada
por el virus: “Vino el mensaje de que eso era gravísimo para los mayores de 70; ahí tuve un
impacto yo harto, porque mi perspectiva es que yo estoy activo.”
Respecto a las sensaciones que los participantes tuvieron en el momento en que se
anunció la cuarentena, en las narrativas se identificaron algunas diferencias. Por un lado, en
la adultez emergente se experimentó un proceso de conciencia y aceptación de la
contingencia, así como de emociones relacionadas con la incertidumbre y el miedo en
relación a las diferentes áreas de vida que podrían cambiar. Sara afirma: “Sentí un poquito de
miedo, porque me parecía algo muy raro, y yo decía como juepucha, pero cómo va a
funcionar todo (...) decía cómo iba a ser la vida ahora, quién sabe cuándo volveré a ver a la
gente”. Para ellos también fue desconcertante que el primer anuncio por parte de las
autoridades donde se proponía un confinamiento que duraría dos semanas, se extendiera tanto
tiempo hasta que duró cinco casi seis meses, lo cual generó sorpresa y gran malestar.
Entre los adultos mayores se presentaron diferencias en aquellas sensaciones iniciales
por las oportunidades que cada uno tenía de afrontar la situación. Martín pudo irse a su finca
53
y vivir allá todo el proceso de cuarentena, con lo cual afirmó que hubiera sido muy difícil
permanecer en Bogotá, expresando un alto grado de intranquilidad al imaginarlo: “yo no
hubiera podido resistir en Bogotá encerrado en el apartamento, eso para mi si hubiera sido
uf, horrible, inimaginable. No sé que me hubiera pasado, yo allá guardado (...)”. Elena
expresa la preocupación por la salud de su esposo quien tiene una enfermedad respiratoria
avanzada y grave, por lo cual para ella fue muy difícil asimilar todo: “yo me sentía pues tenaz
porque ahora me preocupaba lo de salud”. Las circunstancias de ambos marcaron sus
reacciones iniciales, pues mientras que Martín pudo refugiarse en su finca: “Yo no salí
huyendo, bueno, salí huyendo de Bogotá”, Elena no lo pudo hacer, sino que tuvo que
permanecer en su casa siguiendo los consejos y advertencias de su hijo quien trabaja como
microbiólogo en Boston, en la universidad MIT.
Las reacciones ante la cuarentena son similares en ambas generaciones, ya que hubo
actos preventivos comunes como irse de la ciudad o comprar grandes mercados ante la
posibilidad de no salir más. Este último comportamiento, ejecutado por Sara y su familia,
cambió con base en lo que el gobierno informaba sobre la duración del aislamiento: “Cuando
dijeron que ya iba a ser como un mes, ahí si fue que mi mamá y yo nos asustamos y fuimos a
hacer mercado a Alkosto y compramos un montón de comida y de cosas”. Mateo, por su
parte, manifestó siempre sentirse ampliamente tranquilo frente a la idea de estar en su casa.
Las únicas reacciones negativas que tuvo fueron dolores de cabeza, en aquellas primeras
semanas, y una expectativa pesimista frente a los fuertes cambios en la sociedad.
Frente a los pensamientos sobre la pandemia en sus inicios, ambas generaciones
manifestaron no saber qué pensar frente a la aparición del fenómeno, por su llegada
inesperada y los límites que impuso en la vida de cada persona. Entre la generación más
joven, Sara relata que la pandemia: “Ha mostrado mucho la desigualdad que hay, por lo
menos en Colombia, como que hay gente que está muy bien, pero también hay gente que se
54
está muriendo de hambre. Hay gente que sí o sí tiene que salir, porque si no, no tiene como el
sustento diario”. En línea con lo anterior, también hace una crítica a la falta de educación que
no ha permitido que se afronte el virus de una manera óptima. Así mismo, Mateo elabora una
valoración en torno a la responsabilidad social y el cuidado que todos deberían tener, lo cual
ha despertado grandes opiniones matizadas de inconformidad. En el relato de Mateo resulta
clave la experiencia previa que tuvo con un virus que por poco fue catalogado como
pandemia, el H1N1, también conocido como la gripe porcina. Esta experiencia le pudo
brindar otra perspectiva y herramientas para atravesar la pandemia del Covid 19, además de
una mayor adaptación frente a la actual coyuntura. Sin embargo, al mismo tiempo lo llenó de
pensamientos permeados por la incertidumbre: “Entonces en mi fue cómo “uy será que otra
vez.. bueno otra vez esta vaina.. tan” también pensé mucho cómo en ojalá las mierdas no se
vayan a la mierda si? Ojalá no colapse el sistema hospitalario, ojalá el sistema económico
ojalá la gente todavía pueda cómo comer no? cómo puta ojalá todo no se vaya tan a la
mierda”.
Entre los mayores, Martín comunicó su inquietud acerca de los posibles orígenes del
virus, resaltando las teorías e hipótesis alrededor de la coyuntura; su creencia es que la
pandemia es realmente un mensaje del planeta para nosotros y una consecuencia del actuar
humano: “Yo creo que son procesos realmente resultantes del desajuste del planeta y del uso
que estamos haciendo del planeta tierra, entonces pueden estar apareciendo nuevos brotes.”
Elena, por su parte, resalta lo amplio y grande que ha sido el cambio, el cual requerirá
aprender a “convivir con ello”, lo cual puede incluir a accesorios de prevención como el
tapabocas. Además, expresa la duda y malestar que genera no saber cuándo llegará la vacuna
o cuándo podrá visitar a sus hijos, que es definitivamente algo por lo cual se espera: “No a mí
me parece muy horrible este virus, todo esto me parece horrible. Ahora, la vacuna no
sabemos cuándo llegue exactamente.”
55
Los pensamientos en relación con las medidas del gobierno, en retrospectiva,
evidencian un grado moderado de inconformidad frente a los mecanismos para manejar el
virus, sumado a aquellos para controlar la población, y por último, el tipo de comunicación
entre los gobernantes dentro del país. Al respecto, cada participante destaca diferentes
aspectos y opiniones sobre las decisiones tomadas. Para Mateo pudo haber una respuesta más
rápida para enfrentar el virus por parte del gobierno. Además hace una crítica a la forma en la
cual se deciden controlar estos acontecimientos, pues considera que es a través de despertar
miedo en las personas: “Siento que acá en Colombia todo funciona un montón a partir como
del terror, como del miedo, entonces yo decía como si todo bien está pasando algo, pero
tampoco nos piquemos tanto (...) eso me rayaba un poco, no como todo este terror, todo ese
miedo que siento que a mi alrededor empezó como a asustar mucho a la gente, ¿no?”. De
igual forma Sara manifiesta que la comunicación y uso del lenguaje por parte del gobierno
respecto al inicio de una cuarentena definitiva tuvo como consecuencia confusión en la
población: “desde un principio debieron haber sido claros, cómo no decirnos que iba a ser
cómo una cuarentena preventiva, cómo simulacros, sino decir que pues ya era la
cuarentena”. Así mismo, destaca que las medidas fueron demasiado rígidas para ciertos
sectores de la población que se estaban viendo realmente afectados en términos económicos o
de movilidad, como los adultos mayores; por esto, reflexiona que pudo haber mayor
flexibilidad y excepciones en estos casos.
En las opiniones de los adultos mayores se exhibe un mayor respaldo hacia las
acciones del gobierno, a pesar de hacer hincapié en la falta de comunicación entre el
presidente y la alcaldesa de Bogotá; al respecto Elena afirma: “Yo veía las contradicciones
entre el presidente y doña Claudia López ¿no? o sea él decía una cosa, todas esas
diferencias que han tenido, yo nunca he estado de acuerdo con eso”. Una crítica similar
realiza Martín al exponer su opinión no favorable hacia la alcaldesa de Bogotá, aunque
56
concluye que sus acciones y las del gobierno ante la pandemia han sido favorables. Por otra
parte, Elena extiende su relato para manifestar su preocupación frente al efecto de estas
medidas restrictivas sobre la economía, así como la desconfianza frente a la disciplina de la
población colombiana.
Las emociones durante las primeras semanas de cuarentena se manifestaron de forma
diferente entre los jóvenes y los adultos mayores. Los primeros expresaron no sentirse
afectados negativamente al comienzo, sino que normalizaron y aceptaron más rápido el hecho
de estar en la casa. Sara afirma: “A mí al comienzo realmente no me dio tan duro, o sea, yo
decía como “ay, ya, estamos en la casa. Yo duré incluso como dos o tres meses sin salir, sin
verme ni siquiera con mi novio, y no me daba tan duro”. No obstante, Sara menciona la
ansiedad y el miedo que sentía y que afectó su experiencia en general; estados emocionales
muy relacionados a la posibilidad de contagio de sus familiares, los cuales pudo manejar con
el apoyo de una terapeuta.
En la narrativa de los mayores, las emociones y comportamientos que vivieron
durante las primeras semanas de cuarentena fueron más difíciles de concretar y verbalizar.
Sin embargo, Elena pudo narrar haber sentido emociones “negativas” alimentadas por una
preocupación directamente relacionada a la calidad de la atención en salud que su esposo
podría recibir, sumado a estados emocionales de estrés y angustia. Esta última emoción se
encuentra relacionada a la rabia y el enojo que surgieron por haber tenido que abandonar el
baile, una actividad de ocio que tenía gran significado en su vida personal, lo cual fue
complicado de aceptar y asumir. Más adelante comenta que en este periodo dejó de bailar
como un reflejo de su estado emocional e interno: “Fue en abril, y todo pues yo sí estaba un
poco pues bajoneada y todo. Pero entonces no era la misma así que .. no me provocaba
bailar”. A pesar de lo anterior, siguió con el yoga para poder manejar el estrés. Martín, a
grandes rasgos, narra que este suceso no lo ha desestabilizado emocionalmente ya que ha
57
logrado aceptar la situación, por lo cual su comportamiento y energía estuvieron más
enfocados en la naturaleza, sus acciones con el cultivo de flores y demás plantas así como en
reflexionar sobre todo lo que ha ocurrido: “Yo he aceptado la realidad de la pandemia como
un fenómeno biológico real, como un peligro real, pero no me he trasnochado por eso, es
una realidad del planeta”.
Para terminar, el comportamiento de los más jóvenes durante estas primeras semanas
de cuarentena fue coherente con las emociones experimentadas. Mateo estuvo más enfocado
en apoyar a los demás y transmitir tanto calma como tranquilidad ante aquella zozobra que lo
rodeaba y que percibía en gran parte de la población, mientras que Sara estuvo enfocada en
descansar, y en alejarse de las responsabilidades académicas: “recién empezó al cuarentena
cómo que la Universidad se pausó entonces realmente me la pasé cómo viendo series,
durmiendo, haciendo ejercicio, cómo siendo super perezosa la verdad”. Este
comportamiento puede deberse al nivel socioeconómico al cual pertenecen los adultos
emergentes, el cual les permitió no tener que asumir aquella responsabilidad económica.
7.3 Efectos emocionales
Después de las vivencias iniciales, en las narrativas se pudo identificar que la
cuarentena prolongada produjo efectos emocionales negativos en los participantes. La
emoción más frecuente en los adultos emergentes fue la rabia, en un grado que podríamos
calificar como alto, más que todo en Mateo. Para él, la rabia la detonaba la forma de actuar de
las personas: la irresponsabilidad y el no tener prácticas de autocuidado que ponen en riesgo a
los demás. A la rabia se le sumaba la impotencia por no poder hacer nada frente a los
desastres sociales que involucran la violencia, haciendo énfasis en la realidad de sólo poder
estar en la casa. En la narración de Sara se destaca que la rabia es causada por la
imposibilidad de tener espacio para ella sola, ya que es alguien que disfruta mucho eso; la
58
cuarentena causó que los espacios fueran muy compartidos lo cual afectó la convivencia
(aspecto que a Mateo no le afectó con su familia). Además, menciona haber tenido momentos
de estrés donde estuvo irritable debido a la convivencia con su familia. Esto se debe al hecho
de que en la cuarentena todos estaban en la casa todo el tiempo. Así lo manifestó ella:
“...muchas veces me encontraba a mí misma muy brava, porque no tenía mi espacio, mi
tiempo, mis cosas, sino que todo era todo el tiempo juntos, y pues yo no soy tampoco de estar
todo el tiempo con mucha gente porque me irrito fácil.” Mateo menciona estar en un punto
de quiebre: "Sí, me llevó a un punto de quiebre, de verdad. Ya no estaba tranquilo conmigo..
(..) me estaban desbordando un poco", todo esto generado por la rutina y la monotonía en el
diario vivir, aspecto frente al cual no estaba acostumbrado, ya que mantenía una vida bastante
dinámica. No obstante, durante gran parte de la cuarentena Mateo pudo estar agradecido con
las posibilidades que tenía para sobrevivir una pandemia.
Explícitamente, los adultos emergentes reconocen que la cuarentena ha tenido efectos
negativos en su vida emocional. En el caso de Mateo, menciona haber sentido bastante ira y
esto se debe a la indignación que le ha causado todo lo que ha observado en la gente y en la
sociedad. Sara, por el otro lado, manifiesta haber estado desanimada y con mucha “jartera”,
debido a que le afecta mucho pensar en el estilo de vida actual: "... entonces no es que yo te
diga que voy a salir fácilmente a un bar a encontrarme con mis amigos, porque no es así. O
sea, yo igual me sigo cuidando mucho y me da mucho miedo. Entonces sí, a veces me siento
cómo desanimada, y es cómo de hartera. ¿Cuándo se irá a acabar esto? Como que a veces
en verdad sólo quiero dormir y ya, porque me da mucha hartera cómo la vida, así como con
coronavirus." De igual forma, los dos adultos emergentes afirman haber tenido dolores o
reapariciones de condiciones físicas crónicas. Mateo expresa haber tenido un fuerte dolor de
espalda que relaciona con el contagio de COVID-19 de su mamá y de su hermana, ya que
expresa que "lo cargaban demasiado". También considera que lo afectó el hecho de que él
59
asumió el rol de tranquilizador y apoyo para toda su familia. A esa carga emocional, él le
suma la sensación de total incertidumbre sobre la condición de cada uno y el miedo ante la
posibilidad de contagio de su papá. Por otro lado, dice haber experimentado mucho cansancio
por toda la carga emocional que significaba la situación en su hogar. Al comienzo, Mateo
también sintió muchos dolores de cabeza que atribuye al hecho de tener que acostumbrarse a
estar encerrado, algo bastante difícil de procesar para él. Así lo manifiesta: "Al comienzo de
la pandemia a mí me empezaban o sea a mi me dolía mucho la cabeza del encierro, si cómo
el hecho de estar tanto en mi casa me hacía doler mucho la cabeza; o sea duré como una
semana y media adaptándome al hecho de estar tanto como en la casa si cómo estoy acá y no
puedo salir y más cómo estar desesperado. Era en verdad cómo que mi cabeza me dolía
como parece estoy muy encerrado, ¿sí? ".
Sara tuvo que acudir al nutricionista debido a la reaparición de síntomas de gastritis.
Aunque reconoce que la alimentación sí ha cambiado en la cuarentena, relaciona la gastritis
mucho más con el estrés del encierro como tal. Sumado a esto ha presentado muchas
migrañas que atribuye a estar tanto tiempo frente a una pantalla. Además, agrega que su
visión se ha deteriorado por este mismo motivo.
En el caso de los adultos mayores, hay amplias diferencias en la afectación emocional
de cada uno durante la cuarentena. Martín manifiesta haber estado bastante tranquilo. Dice
que no logra identificar en él algún efecto emocional y que no realiza ciertas actividades que
podrían alterar su vida: "Yo no alcanzo a leer en mí mismo efectos emocionales resultantes de
la pandemia ni de otras vainas. Como le digo, no tomo trago ni tengo segundas personas
fuera de la casa, ni tengo vínculos afectivos de ningún género más allá de mi casa o mi
hogar". Por su parte, Elena destaca varios aspectos que cree han afectado su salud mental.
Por ejemplo, la distancia que la separa de sus hijos y el refugiarse dentro de sí misma, lo que
la llevó a alejarse de las demás personas. Para ella, la convivencia con su esposo ha sido
60
compleja, en ocasiones, ya que a pesar de vivir en una casa grande no ha salido. Todo esto ha
representado retos y dificultades para ella también, especialmente si se ve desde la posición
de madre, ya que Elena expresa que los hijos son el motor de uno como madre.
En el relato de Elena es evidente que percibe las repercusiones emocionales de la
cuarentena como "pérdidas", como por ejemplo, de la extroversión. Además, refleja cierta
preocupación porque en un futuro se puedan perder el contacto físico, como los abrazos o
demostraciones de afecto. Por el contrario, Martín afirma que no ha tenido repercusiones
emocionales, debido a que realmente no extraña a ninguna persona en particular y afirma que
su estado, en general, ha sido tranquilo. En lo referente a los malestares físicos durante la
cuarentena, ambos adultos mayores expresan no haber tenido ningún dolor en particular.
Tanto Martin como Elena atribuyen esto a que tienen un estilo de vida muy activo.
7.4 Adaptación hedónica
El proceso de adaptación hedónica varía y depende de cada individuo. De todos
modos es crucial identificar lo que han hecho los participantes para adaptarse y tratar de vivir
la cuarentena de la mejor manera posible. En cuanto a los adultos emergentes, ambos hacen
énfasis en lo beneficiosos que ha sido para ellos generar espacios donde puedan compartir
con amigos y con sus parejas sentimentales. Así lo expresa Mateo: "...me ayudaba un montón
también como encontrar estos pequeños espacios de sociabilidad como presencial, como si
mediada por esta responsabilidad, cómo digamos salí a manejar con un amigo mío, entonces
yo con mi tapabocas, salíamos a dar vuelta; no sé, cómo pequeñas actividades así". Sara, por
su parte, menciona que para ella fue fundamental tener una rutina y ser productiva en el día:
"Entonces trato de pararme a hacer ejercicio, si tengo clase me baño antes de clase, como
que intento que la vida siga <normal>”. Mateo, al igual que Sara, menciona que para él es
muy importante hacer ejercicio.
61
En el caso de los adultos mayores, los recursos que les han sido de utilidad para
afrontar la cuarentena son las mismas actividades que realizaban como una forma de
esparcimiento, de conectar con otro ámbito de sí mismos y otras formas para generar un
quehacer. Para Elena estas prácticas son el yoga y la meditación que, según ella, tienen
grandes efectos sobre sus niveles energéticos. Para Martín ha sido la actividad relacionada
con las plantas. Para él lo importante es tener algo que hacer, estar en actividad, no quedarse
sin hacer nada.
Como signos de la adaptación hedónica, ambos grupos de participantes manifiestan
haber tenido un cambio en su estado de ánimo, si los comparan con los que tenían al principio
de la cuarentena. Los adultos mayores han experimentado cambios en su estado de ánimo de
formas distintas. Elena, por ejemplo, expresa que se siente más tranquila que al inicio de la
cuarentena. Atribuye esto a que intenta no enfocarse en un futuro incierto, sino en agradecer
lo que tiene en su presente, con la creencia de que si llega un obstáculo ella tiene todas las
capacidades para afrontarlo. Para ella rezar y hacer yoga son prácticas claves para lograr esa
tranquilidad: "...sí, yo no es que esté todo el día rezando, todo el día haciendo yoga, pero
esas sí son como mis herramientas que me han ayudado mucho.". Martín hace el análisis y
dice que sus sentimientos se han purificado e intensificado, tanto hacia sus seres cercanos
como a los que no son tan cercanos. Él lo expresa de esta forma, "Sí, yo creo que sí hay un
nivel de intensificación y de purificación de los sentimientos y afectos; digamos, yo es
probable que ahora vea y haya estado viendo y recibiendo a mi esposa, a mi señora, con
unos ojos de mayor profundidad en el amor y en el respeto y en el interés por ella; igual con
mis hijos. Yo creo que se ha intensificado la valoración de los seres queridos y la valoración
de las vidas y las presencias... La vida tiene un nuevo grado de intensidad y de atención;
principalmente, hacia los más próximos, pero ese sentimiento es extensivo."
62
Por su parte, los adultos emergentes revelan en su relato que aunque sí han tenido
cambios en su estado de ánimo, estos cambios, en consideración a un "antes y un después",
han sido diferentes si se examinan desde una perspectiva global. Mateo narra que al principio
estaba muy tranquilo e intentaba darle calma a las personas que lo rodeaban, pero fue sólo
hasta hace poco que se empezó a sentir sobrecargado y pasó a ser la persona que necesitaba el
apoyo y la ayuda. Esto significa que Mateo llegó a su punto de quiebre emocional, sin
embargo, usa la metáfora de la batería para recalcar que cambiar de ambiente y ver otras
personas puede generar cambios significativos en su estado de ánimo, recargándolo de
energía. Con respecto a Sara, a pesar de tener un sentimiento de tranquilidad, como Mateo al
principio de la cuarentena, ella describe que tuvo una época (de aproximadamente un mes) en
la que se encontraba bastante irritable, pero que en el momento de realizar la entrevista estaba
más tranquila, como antes. Sara describe que ha tenido épocas en las que se ha sentido mejor
y otras peor, evidenciando un estado de ánimo variable y fluctuante. Sin embargo, al igual
que Mateo, ella expresa que tener la posibilidad de salir y ver personas así sea del ámbito
académico es de gran ayuda, "un respiro." Es decir, los participantes han logrado adaptarse a
la situación utilizando algunas estrategias que varían según el ciclo de la vida en la que se
encuentran.
7.5 Red de apoyo
La red de apoyo en ambos ciclos de vida la constituyen la familia, los amigos y la
pareja romántica. Son estos grupos y personas quienes les han brindado apoyo en la
cuarentena, más que todo de tipo emocional, a través de acciones como mantener la
comunicación, hablar de lo que están pasando, sentir compañía y reforzar los vínculos
construidos. Mateo, como adulto emergente, resalta que gracias a la pandemia la interacción
y relación con su familia ha cambiado de una manera positiva, en cuanto a que el mayor
tiempo juntos ha significado construir nuevas dinámicas de interacción: “Le sumo mi familia,
63
como que antes este vínculo que estaba como un poco olvidado se ha reforzado un montón.”
Por otra parte, Sara destaca el apoyo de su psicóloga en estos momentos y el de su pareja.
Este último vínculo ha sido de gran importancia para ambos ya que se ha tornado más
profundo y demanda mayor presencia y esfuerzo. Elena hace énfasis en el apoyo moral que
ha recibido en este tiempo a través de mensajes y videos de temas de su interés. Martín
menciona lo beneficioso que es tener un grupo con el cual hablar: “Es una buena opción
tener un grupo de amigos con los cuales hacer catarsis y bueno, estoy bien, estoy contento”y
también destaca el servicio que recibe del sistema de salud, que valora en gran medida ya que
lo ha podido comparar con otros países: “Yo he estado en muchos países por fuera y se lo que
es acudir al sistema de salud, y aquí en Colombia, en general hay opción, yo creo que buena.
Cuando usted me dice que qué apoyos, el sistema de salud para mí”.
Además, ambas generaciones han tenido la oportunidad de brindar apoyo. Sin
embargo, difieren ya que los adultos mayores, además de ofrecer en cierta medida apoyo
emocional, también lo han hecho en términos económicos, lo cual les genera una sensación
gratificante al saber que están haciendo algo por alguien más. Martín comprende el apoyo
también en términos de brindar atención y proveer protección a quien lo necesite. Los adultos
emergentes lo han brindado esencialmente de forma emocional a sus amigos y familia. Se
puede evidenciar que el apoyo es comprendido como una serie de acciones concretas como
escuchar al otro, proponer actividades para hacer juntos utilizando medios virtuales o en
algún punto poder encontrarse con algunas personas; este último aspecto fundamentalmente
en la generación más joven. Sara destaca que ella ha brindado: “ más que todo como apoyo
emocional, creo que sobre todo con mi mamá, a ella le ha dado super duro la cuarentena, y a
mi hermana. Entonces como hablando con ellas, como escuchándolas (...) Si alguna amiga
me dice <estoy desanimada por tal cosa> pues hacemos videollamada, o incluso me he visto
con ellas”.
64
Por último, es común en todos los relatos considerar que el apoyo que han recibido los
ha ayudado en gran manera a afrontar la cuarentena, ya que son aquellas oportunidades para
hablar, compartir con otras personas con las que ya se han tejido vínculos más significativos,
con una carga emocional más fuerte, los que dan la sensación de soporte a cada persona y
permiten que se viva aquella experiencia de otra manera, con otra perspectiva diferente.
Mateo explica su experiencia diciendo: “Me ha ayudado a llevar esto desde otro punto,
porque claro, como que para mí muchas veces solo hablar de ciertos temas es como lo que
necesito para verlos de otra forma, ¿si? El hablar, el dialogar no sé, el hacer vainas como
que contar con el otro y tener a alguien con el que pueda compartir mis ideas y me comparta
sus ideas sí, me ha ayudado a llevar esto.”
7.6 Identidad Narrativa
Las descripciones que ambos adultos emergentes realizan de sí mismos están
influidas, al igual que las de los adultos mayores, por su recorrido de vida, por aquello que
han podido visibilizar durante la cuarentena y los proyectos a futuro como también los
aspectos estables que han podido identificar. Mateo se refiere en gran medida a alguien que
está en una búsqueda por materializar sus proyectos: “Siento que estoy ahí como en la
búsqueda de volver mis ideas algo tangible. Estas nuevas ideas, esto que está apareciendo,
creo que en eso me podría describir ahorita.” En la descripción que Sara hace de sí misma
hay más referencia a la continuidad, a lo que es y ha sido hasta ahora. Destaca su capacidad
de adaptación y su perseverancia y la paciencia que ha visto en sí misma últimamente. Martín
refleja una conciencia extensa en cuanto a lo que ha sido y es hasta el momento, además de
aquellas características que lo identifican y los aprendizajes que ha tenido en el camino. Se
evidencia solidez y un proceso de reflexión en la elaboración de su autoconcepto: “Yo soy un
afortunado, soy un privilegiado, yo soy un privilegiado, hablo mucho con facilidad de mi
edad, yo vivo intensa y consciente y positivamente el hecho de estar próximo de tener 78
65
años, me faltan 2-3 meses (...) yo soy dueño de mis días y mi conciencia, entonces he hecho
lo que he querido, porque estar aquí es decisión mía, no estoy mandado por nadie”. Por otro
lado, resalta su paso por las diferentes etapas de vida y menciona que ya próximamente será
reconocido como “anciano”. En los dos adultos mayores se evidencia aún una proyección
frente a lo que queda de la vida, por lo cual para Elena ha sido muy gratificante decir que se
encuentra construyendo su nuevo yo, brindándole siempre un campo a la transformación.
Martín comparte su experiencia diciendo: “pero me siento muy contento de estar activo,
productivo, tengo proyectos, tengo cosas, este domingo se terminó de construir aquí un
vivero, técnicamente construido para procesos de manejo de las plantas”.
La descripción que ellos brindaron se ha transformado en distintos grados para cada
uno. En general, los participantes mencionan una intensificación de ciertas características:
ahora están mucho más presentes en su constitución como personas, en su autoconcepto.
Mateo reflexiona acerca de una aceleración en el proceso que él mismo estaba llevando sobre
sus proyectos y capacidades, mientras que Sara destaca un cambio respecto a cómo se percibe
socialmente y nuevamente se reconoce más paciente que antes. En la etapa de la vejez,
Martín usa palabras como “purificación” y “ser más auténtico” en la descripción de sí en este
periodo: “Yo creo que la ha purificado, la ha intensificado, he tomado conciencia de eso,
porque de todas maneras la pandemia si es una sacudida (...). Entonces se sacude uno y
queda más auténtico”.
En términos de descubrir aspectos de sí mismos, en las dos generaciones los
participantes están de acuerdo con la oportunidad que ha brindado la pandemia de conectarse
con características y nociones de sí mismos que no reconocían o habían dejado a un lado,
simplemente por el hecho de pasar más tiempo en contacto con sus pensamientos y
emociones. Sara afirma: “En la cuarentena uno tiene mucho tiempo para pensarse a uno
mismo, entonces la verdad me he conectado con muchas cosas de mi vida, de mi pasado,
66
como que he descubierto que he logrado hacer muchas cosas sola”. Sin embargo, también se
destaca la posición que comparten Mateo y Martín, quienes narran que no necesariamente
descubrieron algo nuevo, sino que se han despertado aspectos de sí mismos que ya estaban
ahí y que se ha acelerado ese proceso de conciencia que permite traer mucho más orden a la
vida; por ello la pandemia significa, al mismo tiempo, la oportunidad para orientar proyectos
y visiones. Martín dice: “La palabra que me parece es purificado, porque no se trata de esa
pureza, sino de ser neto, de ser más auténticas las cosas y más conscientes también. Para mí
el elemento consciente es muy valioso, porque hay mucha vida que se vive sin conciencia, y
hay mucho desorden”.
Sobre la descripción que otros harían de sí mismos, los adultos emergentes creen que
las personas cercanas a ellos los verían como seres emocionales e irritables, hasta cierto
punto. Sin embargo, destacan otras características como el ser críticos (as), la tranquilidad
que destaca Mateo y el “malgenio” por parte de Sara. Por su parte, los adultos mayores
consideran que la opinión de los demás es buena, lo cual sería una consecuencia de poder
mantener estables y armónicas las relaciones con quienes los rodean (familiares). Frente a lo
anterior, Martín destaca que la opinión de sus familiares se evidencia en el tipo de afecto que
le transmiten, el cual suele expresarse de manera diferente a lo que la cultura normaliza:“Yo
creo que la opinión de ellos es buena, pero esas son culturas familiares, pienso yo. Hay
culturas familiares en donde hay muchas palabras (...) en la casa se expresa el afecto y la
relación más por los hechos (...) Entonces, ¿esto qué quiere decir? Si ellos no tuvieran una
buena opinión mía, pues la vida no sería como es”. A diferencia de Martín, Elena piensa que
algunas personas entre su círculo de amistades pueden considerarla aburrida por mantenerse
distanciada de los encuentros presenciales además de haber detenido algunas actividades de
ocio. Sin embargo, ella argumenta que “es realista” y por ahora “es juiciosa” con las medidas
de prevención.
67
7.7 Sentido de la experiencia
Qué ha representado la experiencia de la cuarentena para los participantes depende del
sentido que se le dé a esa vivencia. En el caso de los adultos emergentes, para ambos la
experiencia ha representado un tiempo en el cual han podido identificar gran variedad de
aspectos sobre sí mismos. Mateo menciona que no solo se ha dado cuenta de cosas de él, sino
también de la sociedad. Así lo expresa: "...esto ha sacado a la luz quiénes somos, qué somos
como sociedad, como personas, como individuos...". Sara manifiesta que ha sido un tiempo
de introspección que le ha permitido tomar conciencia de aspectos positivos de ella que antes
no consideraba: "Pero ha representado un espacio en el que me he podido conectar conmigo,
donde me he podido mostrar a mí misma como que soy realmente muy disciplinada (...).
Entonces ha sido chévere como poderme demostrar a mí misma que si bien las
circunstancias no son las mejores, pues he luchado por las cosas que quiero."
Por otra parte, los adultos mayores coinciden en que la experiencia de la cuarentena
ha tenido un impacto muy grande en la vida de todo el mundo. Así lo comenta Martin: "A mí
me parece que es un hecho histórico generacional, y en un punto me impacta o me llama la
atención que es universal: no fue ni de los blancos, ni negros, pobres, ricos, países del norte,
desarrollados, no, fue universal." Por otro lado, Martin hace alusión al aspecto medio
ambiental de todo lo que está sucediendo, ya que puede ser una respuesta del planeta al mal
uso que le han dado los seres humanos, manifestando que "... para mí es una tarjeta amarilla
que el planeta le saca al ser humano, es una advertencia al ser humano como habitantes de
este planeta." Para Elena la experiencia de la cuarentena se resume en la importancia del
valor de la tolerancia y la virtud de la paciencia en estos tiempos. También destaca el hecho
de que la gente ha tenido que reinventarse, a veces con el fin de poder sobrevivir. Dice:
“Ahora también hay gente que se ha reinventado cosas, gente que qué sé yo, que vendía ropa
interior y se puso fue a vender tapabocas; por ejemplo, Arturo Calle está en su empresa con
68
yo no sé cuántos empleados y empezó a producir ropa antifluidos o sea eso sí ha servido
para reinventar muchas cosas a la gente, sí.”
En cuanto al proceso personal que ha vivido cada uno, se puede observar cómo cada
grupo etario comparte características en sus respuestas. Los adultos emergentes describen su
proceso personal durante la cuarentena como una etapa con altibajos. Así lo describe Sara:
"Mmm, lo que te digo, ha sido de mucho autoconocimiento, … ha sido como una montaña
rusa...". Mateo menciona tener un proceso más tranquilo en el que se enfoca en ser coherente
y fiel consigo mismo. Por otra parte, Sara no solo se ha esforzado en identificar ciertos
aspectos personales que no le gustan, sino también en controlarlos, cómo la rabia. Lo narra de
esta forma: "Pero también me he dado cuenta de cosas súper positivas mías. Entonces, ha
sido un proceso como de conocerme mucho, de mucho, mucho autoconocimiento, y también
de aprender a manejar lo que te digo, sobre todo mi rabia, como que he aprendido a
manejarla mucho; entonces, eso es chévere."
Los adultos mayores también coinciden en algunos aspectos de sus respuestas, ya que
para ambos la cuarentena ha representado un proceso personal bastante positivo ya que, a
grandes rasgos, ha traído a la conciencia muchos aspectos que han podido transformar o
acoger mucho más dentro de su forma de accionar en el mundo y en el contexto que se
encuentran ahora. Para Elena, a pesar de añorar y tener el deseo de encontrarse físicamente
con su familia, este ha sido un proceso para conectarse con ella misma más profundamente y
ser más espiritual y así desarrollar una manera de ver las cosas más agradecida. Para Martín
ha sido un proceso de ganar ciertos conceptos para su día a día, como la serenidad y la
madurez; además que esto ha impactado la forma en la que se relaciona con las otras
personas.
69
Cuando se les preguntó a los participantes qué nombre le pondrían a este capítulo de
su vida, los adultos emergentes responden que este capítulo de sus vidas está enfocado en el
autoconocimiento. Mateo menciona que siente que en esta etapa de su vida se ha conectado
con una parte de su pasado y que está más preocupado por la sociedad y de lo que pasa
alrededor. Por eso le puso al capítulo de su vida "El despertar de antiguos pensamientos". Él
también habló sobre cómo en este tiempo se ha empezado a cuestionar el arte que se está
creando: "... qué estamos haciendo con el arte... porque nuestro arte se ha vuelto tan vacío...,
nuestras obras se vuelven a hablar como de cómo terminar con mi ex fue lo peor, ¿no? ¿Y
eso realmente qué está aportando...a la sociedad y ¿qué quiero hacer con mi arte y qué
queremos hacer con nuestro arte?" Por otro lado, Sara le dio a su capítulo el nombre de
"Descubrirme en medio de la incertidumbre", ya que dice que realmente no se sabe qué va a
pasar, ni con el virus ni con su vida. Sin embargo, menciona que ha sido muy valioso todo lo
que ha aprendido de sí misma: "...igual dentro de toda incertidumbre y de tanto tiempo en mi
casa, pues he pensado mucho y me he aprendido a conocer mucho cómo soy en diferentes
contextos y situaciones."
En el caso de los adultos mayores, cada uno trató aspectos diferentes en su respuesta.
En el caso de Elena, ella nombró a su capítulo "Mi nueva versión" ya que siente que ha
logrado estar en un plano más espiritual y que eso representa una nueva versión de ella:
"Estoy más metida en mi parte espiritual que en mi parte material, esa es como mi nueva
versión. Ahora yo tampoco es que haya sido muy materialista, ni eso que compre esto, que no
sé qué. Entonces, ahora yo podría vivir en un mat de yoga, con una vela, con un libro...".
Martin, aunque no le dio un título como tal a este capítulo de su vida, sí menciona que toda la
experiencia de la pandemia representa un mensaje que manda el planeta para promover un
cambio de tendencias: "Para mí hay un mensaje, el mensaje de que la pandemia manda al
planeta, a los terrícolas, digamos...".
70
Todos los participantes manifiestan haber aprendido o rescatado algo de la
experiencia vivida en la cuarentena. Los aprendizajes de los adultos mayores difieren. Martín
llega a conclusiones sobre sus aprendizajes desde un análisis amplio y que abarca el
cuestionamiento sobre el impacto de la acción individual, afirmando que ese es uno de los
mensajes que nos deja esta coyuntura: que la acción individual, ya sea positiva o negativa, es
muy potente y rescata la responsabilidad social. Por su parte, Elena rescata más aprendizajes
desde su contexto inmediato que incluyen el manejo de la tecnología, la solidaridad con los
demás que también puede enmarcarse como un análisis que incluye a los otros, así como ese
desprendimiento de lo material y el foco hacia lo espiritual y el momento presente.
En cuanto a los adultos emergentes, ambos manifiestan que toda la experiencia de la
cuarentena los hizo concientizarse de lo afortunados que son. Tanto Mateo como Sara
rescatan ese sentido de agradecimiento, ya que valoran más las cosas. En el caso de Mateo,
para él es más amplia la reflexión, ya que lo ve desde el hecho de estar agradecido por las
cosas más simples como tener un techo, comida, a su familia y a las personas que están a su
alrededor. En cambio, Sara destaca el valorar más a su familia y a las personas de las que se
ha dado cuenta que sí están ahí en los momentos de crisis. Sara agrega que es ahora más
consciente y cuidadosa con su higiene personal, cosa que antes no hacía o no tenía como una
prioridad. Esto se puede relacionar con el aprendizaje de Mateo sobre la responsabilidad con
los demás dentro de un contexto crítico.
8. Discusión
En esta investigación se planteó como objetivo comprender la experiencia psicológica
de adultos emergentes y adultos mayores de Bogotá vivida durante la cuarentena generada
71
por el COVID-19, a través de sus narrativas. Analizamos los relatos de cuatro participantes y
pudimos identificar que el confinamiento obligatorio es una experiencia que cambia la vida
cotidiana y la subjetividad de las personas, cuyas implicaciones se encuentran mediadas por
el ciclo de vida en el que se encuentran, sus circunstancias vitales, las redes de apoyo y, sobre
todo, por los significados atribuidos a la vivencia. Se encontró que los efectos emocionales
fueron similares en la mayoría de los casos y que las reflexiones de los participantes sobre su
experiencia son congruentes con su etapa de vida. Lo común de la experiencia en las dos
etapas resulta ser que la cuarentena ofrece oportunidades para explorar el mundo interior,
resignificar y añadir elementos nuevos a la identidad.
En nuestro estudio, los adultos emergentes evidenciaron conductas que concuerdan
con los planteamientos de Arnett (como se citó en Lally & Valentine-French, 2019). Tanto
Sara como Mateo continúan en una fase de exploración, ya que todavía están definiendo su
camino profesional, así como dimensiones de su identidad que, durante la pandemia por el
COVID-19, han podido redescubrir y profundizar. Por otro lado, se logró visibilizar aquella
sensación de estar “en medio de” que proponen tanto Erikson (como se citó en Palombo et
al., 2009) como Arnett (como se citó en Lally & Valentine-French, 2019), debido a que
aunque no se encuentran dentro de la etapa de la adolescencia, todavía dependen
económicamente de sus padres y viven con ellos, si bien ambos trabajan. De igual forma,
demostraron también estar viviendo la transición frente a los roles y el tipo de vínculos que se
construyen en esta etapa según lo que plantea Tanner (como se citó en Tanner y Arnnett,
2009) ya que las relaciones que mantenían con sus padres no se caracterizaban por la
dependencia, la protección o el cuidado en niveles altos, sino por una mayor reciprocidad en
términos de cuidado y afecto, es decir, una dependencia más horizontal. Además, ambos
adultos emergentes se encontraban viviendo relaciones románticas, lo cual evidencia el hecho
de que en esta etapa se asumen mayores responsabilidades y compromisos con otra persona.
72
En Mateo se evidencia una prioridad por tener amistades y vínculos fuera del hogar y
de las dinámicas familiares. Las amistades se caracterizan por una mayor horizontalidad y
representan oportunidades para establecer alianzas en el campo profesional, lo cual Erikson
(como se citó en Palombo et al., 2009) destaca de la etapa de Confusión vs Identidad en la
que están inmersos los dos participantes. Para Erikson (como se citó en Palombo et al.,
2009), la red de relaciones interpersonales se expande más allá del barrio y del contexto más
inmediato, lo cual permite una construcción de identidad mucho más sólida por la gran
oportunidad de exploración que hay. Esto se evidencia en ambos entrevistados, por
encontrarse muy próximos al contexto del trabajo adulto, en el cual deben reforzar y construir
otro tipo de relaciones (laborales). A pesar de que el confinamiento ha generado limitaciones
en esta exploración, los dos participantes han logrado manejarlas, como se verá más adelante
más en detalle.
Sobre los adultos mayores, se puede destacar aquello que menciona Villar (2005)
sobre la vejez como una etapa no sólo caracterizada por la pérdida, sino también como un
periodo donde pueden existir ganancias. Los dos entrevistados reflejan un proceso de vejez
óptimo, con gran calidad de vida, salud y buenas relaciones interpersonales. Asumen los roles
de esposos y padres, así como el de abuelos. Este último rol se atribuye frecuentemente a esta
etapa de vida. Por otro lado, reflejan varias características de las expuestas por Erikson
(como se citó en Palombo et al., 2009) respecto a la etapa de Integridad vs. Desesperanza, ya
que ambos manifiestan en su narrativa procesos reflexivos respecto a lo que han sido, lo que
han aprendido, lo que han trabajado y cómo todo aquello se ha transformado por un evento
masivo como la pandemia, resaltando la conciencia de lo que el virus generó en su etapa de
vida y de acuerdo con su edad. Debe resaltarse el hecho de que los dos adultos mayores aún
sostienen y cultivan la vida social, que antes de la pandemia incluía encuentros frecuentes a
tomar café o almorzar, los cuales representaban momentos de distracción, además de ser un
73
reflejo de su autonomía. Esto último contribuye a la integridad que propone Erikson,
teniendo en cuenta, como lo señalan Blieszner y Roberto (como se citó se citó en Cavanaugh
y Blanchard-Fields, 2015), que el contacto y la calidad de las amistades puede tener un
impacto directo en la satisfacción general que la persona percibe sobre su vida y bienestar
mental. Sin embargo, es importante destacar que en esta etapa las amistades quedan en un
segundo plano en comparación con las relaciones familiares, lo que se constató en este
estudio, pues ambos adultos mayores tienen una conexión mucho más cercana con sus hijos y
reciben un apoyo más directo y constante por parte de ellos. Esto último se puede relacionar
con la teoría del ciclo de vida de la selectividad socioemocional o life-span theory of
socioemotional selectivity que proponen Charles y Carstensen (como se citó en Cavanaugh y
Blanchard-Fields, 2015), según la cual una de las principales metas que se tienen para
establecer vínculos en esta etapa es que contribuyan a la regulación y bienestar emocional,
por lo cual los adultos mayores suelen ser mucho más selectivos con las amistades que tienen,
lo cual se encontró en el estudio.
En cuanto a la experiencia que los participantes tuvieron durante las primeras semanas
de cuarentena, en todos se pudo evidenciar una vivencia inicial permeada de expectativas y
pensamientos negativos, que anticipaban una gran cantidad de cambios a nivel económico y
social. En las narrativas se identificó una gran sensación de desconcierto frente a la
pandemia en general, sumada a la incertidumbre que despierta el no saber qué va a ocurrir a
medida que se desarrolle el nivel de contagio en la población. Se puede destacar cómo en la
etapa de la vejez, Martín experimentó inestabilidad, además de malestar psicológico, al
enterarse a través de los medios de comunicación que pertenecía a la población más
vulnerable frente al virus, lo cual implicaba un riesgo mucho más alto para él.
A nivel emocional, los adultos emergentes pudieron adaptarse de forma más rápida al
proceso de cuarentena, lo cual se refleja en narrativas que exhiben una mayor tranquilidad al
74
asumir la realidad de estar en la casa. Sin embargo, en Sara se destacan emociones como el
miedo y la ansiedad, relacionadas con la preocupación por aquellos familiares que ya son
mayores y quienes están en un mayor riesgo de contagio. Por otro lado, en la etapa de la vejez
también se experimentaron emociones negativas, más que todo por parte de Elena, debido a
la enfermedad de su esposo, lo que le despertaba estrés y angustia por su vulnerabilidad.
Emociones como la rabia fueron comunes tanto en Mateo como en Elena, aunque por razones
fueron diferentes. Para Mateo tenía que ver con la falta de responsabilidad social frente al
cuidado por el virus que percibía en la gente y para Elena, por haber tenido que disminuir
ciertas actividades de ocio. Estas manifestaciones emocionales concuerdan con los
planteamientos de Cullen et al. (2020), para quienes las respuestas psicológicas a las
pandemias pueden involucrar comportamientos maladaptativos, emociones negativas y
respuestas defensivas.
En la misma línea de investigación, Huremović (2019) afirma que la ansiedad es una
respuesta razonable para lo que el contexto propone en una pandemia. Los planes y el futuro
inmediato o a largo plazo de la población se ven ahora comprometidos, además de la
ansiedad que puede producir el riesgo de contraer la enfermedad. Ambas generaciones tenían
planes que fueron interrumpidos y no sabían si los podrían realizar; los adultos mayores
tenían planeados viajes para visitar a sus hijos y los adultos emergentes tenían planes de
seguir construyendo su práctica y proyectos en el ámbito profesional.
Dentro de las reacciones y comportamientos generados por la pandemia al iniciar la
cuarentena, se pueden destacar aquellos exhibidos por Sara que, ante al anuncio del
confinamiento y alentado por el miedo colectivo, salió a hacer grandes mercados y optó por
no salir de su casa por ningún motivo. Martín relata que “huyó” a su finca porque el encierro
que implicaba la cuarentena en Bogotá hubiera podido desencadenar mayores consecuencias
a nivel psicológico. Al respecto, Taylor (2019) reporta que comportamientos y reacciones
75
comunes en personas con altos niveles de ansiedad pueden ser los de evitar personas, lugares
y el trabajo o caer en conductas de desinfección excesiva de espacios con el propósito de
prevenir cualquier tipo de contacto con un mundo potencialmente peligroso.
Por otra parte, las opiniones que surgieron frente a las primeras medidas tomadas por
el gobierno presentaron una mayor inconformidad por parte de los jóvenes, aunque ambos
grupos destacaron que sí hubo una falta de comunicación entre los gobernantes y la población
en general. Mateo destaca que a nivel macro, en el país, los mecanismos para controlar a la
población parten de la utilización del miedo como primera herramienta a través de la forma
en la que los medios divulgan el avance del virus. Al respecto, Davis & Lohm (2020)
destacan las formas en las que una pandemia puede provocar una utilización específica de las
narrativas, del lenguaje y la manera de comunicar la información, que pueden propagarse e
impactar al campo político, así como la respuesta social hacia el mismo evento.
Situaciones críticas como la cuarentena y la pandemia tienen efectos emocionales de
distinta índole e intensidad en las personas que las viven, después del momento inicial. La
ansiedad, la rabia, el miedo, el malestar físico, son solo ejemplos de los efectos emocionales a
los que están sometidos los seres humanos que experimentan contextos como los generados
por la pandemia. Como lo afirman Casagrande et al., (2020) y Taylor (2019), uno de los
efectos emocionales que pueden tener las personas por la cuarentena es un nivel alto de
ansiedad. Los relatos de la mayoría de los participantes, son ejemplo de ello. En el caso de
Martin, por el contrario, el hecho de haber estado en su finca durante toda la cuarentena
permitió que él no sintiera esa ansiedad en altos niveles. Cabe agregar que en su relato, los
adultos emergentes, además de ansiedad, manifiestan con claridad la rabia que sintieron
durante la cuarentena debido al encierro. Esto concuerda con lo postulado por Taylor (2019),
quien dice que en situaciones como ésta bastantes personas pueden llegar a sentir incluso
rabia.
76
De las cuatro personas que entrevistamos, los adultos emergentes manifestaron haber
somatizado los efectos emocionales que les produjo la pandemia. Sara y Mateo narraron
haber padecido malestares físicos; Mateo, durante un tiempo, sufrió dolores de cabeza y en la
espalda baja, y Sara volvió a sufrir de gastritis. Curiosamente, los adultos mayores no
presentaron ningún malestar físico. Guzmán y Tamayo (2020), en un estudio realizado por la
Universidad Autónoma de Barcelona, encontraron que el segundo síntoma más común
durante la cuarentena era la somatización (31%).
Por último, queremos resaltar que aunque la cuarentena es una medida de
distanciamiento social, esto no impide que muchos individuos continúen nutriendo su círculo
social. Como Bhugra et al. (2013) afirman, una persona con un buen estado de salud mental
dispone de la habilidad para crear y preservar sus relaciones afectivas con otras personas.
Este postulado se evidencia en la narración de todos los entrevistados, ya que tanto la vida
social como la vida familiar eran un aspecto central para ellos durante la cuarentena. Lo que
permite concluir que aunque hayan vivido momentos difíciles, alcanzaron un equilibrio
mental para conservar su salud mental.
En la mayoría de los participantes se ha podido evidenciar un proceso de adaptación
hedónica a las circunstancias ya que, como lo postula Lyubomirsky (2011), hubo un proceso
psicológico en el cual los participantes se acostumbraron a la situación y los efectos
emocionales de la experiencia se fueron reduciendo a medida que pasaba el tiempo.
En efecto, a medida que transcurría la cuarentena hubo una transformación cognitiva
en los participantes, pues se pasó de interpretar la pandemia como una tragedia mundial a
convertirla en una experiencia de autoconocimiento en la que ocurre algo positivo: lograr
aprendizajes sobre ellos mismos en este tiempo de introspección. Lo anterior hace evidente lo
que postulan Frederick & Loewenstein (1999) de cómo la adaptación hedónica, mediante
77
transformaciones cognitivas, cambia la interpretación de un evento trágico a una oportunidad
de aprendizaje.
En lo referente al apoyo dado y recibido durante el tiempo de cuarentena, se pudo
concluir que ambas generaciones necesitaron algún tipo de apoyo y que, al mismo tiempo,
estuvieron dispuestos a darlo a quienes lo necesitaban. Los adultos mayores obtuvieron en
mayor medida esta ayuda, que suele ser de tipo emocional, por parte de sus hijos. Además, se
encontró que esta generación, fuera de brindar apoyo emocional, brindó también apoyo
económico, dada la crisis económica que generó la pandemia. Los adultos emergentes, por su
parte, estaban más inclinados a recibir el apoyo de sus amistades y parejas sentimentales; a
estas se les concedió más tiempo y atención.
Todos los participantes consideran que su red de apoyo está conformada por aquellas
personas con quienes han construido un vínculo a través de los años, vínculo que implica una
interacción recíproca pautada por la confianza, la afectividad y el cuidado mutuo. Por esta
razón, el apoyo de alguien se evaluaba por acciones que generalmente partían de un deseo
genuino y auténtico por dedicar tiempo para hablar y escuchar la experiencia del otro y por
organizar actividades de forma virtual o presencial en las que pudiera existir diversidad y una
oportunidad de distracción. Todo lo anterior resulta ser congruente con el planteamiento de
Khan y Antomucci (citados en Informe estado de situación de la persona adulta mayor en
Costa Rica, s.f) que definen el apoyo social como transacciones interpersonales que incluyen
el afecto, la ayuda y la afirmación, a través de un intercambio de acciones, lenguajes y
manifestaciones.
Ahora bien, a través de las narrativas y apreciaciones que los participantes hicieron
sobre sí mismos, se pudo evidenciar lo que Payne (2006) sobre las historias como
acumulación de eventos que se cuentan y en la que cada individuo define quién es, teniendo
78
como base principal su pasado, su presente, los roles que ha ocupado en diversas áreas de
vida y sus relaciones interpersonales. Esto fue evidente en los adultos mayores. Sin embargo,
fue Martín quien tuvo más en cuenta su pasado, su recorrido de vida y la continuidad de
ciertas características que estructuran su identidad a través del tiempo, lo cual también es
coherente con la etapa de Integración vs. Desesperanza que propone Erik Erikson (como se
citó en Palombo et al., 2009) y que se caracteriza por hacer una evaluación de todo lo vivido.
En el caso de los dos participantes mayores, esta evaluación no reflejó un análisis negativo de
su vida sino, más bien, gratificante, por lo que se evidencia una sensación equilibrada y de
aceptación de lo que son ahora. Además, hay una proyección hacia el futuro que puede tener
una relación estrecha con su óptimo estado de salud y su nivel de autonomía.
En el caso de los adultos emergentes, su descripción es consecuente con lo que
plantea Erikson (como se citó en Palombo et al., 2009), al decir que durante esta etapa están
atravesando un periodo de “moratorium” en el que siguen explorando aspectos de sí mismos
que contribuyen a edificar su identidad y a influir, tanto en la trayectoria presente como en
los proyectos que imaginan a futuro. Esto requiere una integración de las experiencias
pasadas para dar paso a una construcción del yo coherente y congruente con sus
pensamientos, tal como se constató en los dos adultos emergentes.
La experiencia de la cuarentena ha permitido a todos los participantes generar
cambios en su identidad, además de brindarles la oportunidad de enriquecer las descripciones
que tenían de sí mismos antes de la llegada del virus. En el caso de los hombres de las dos
generaciones, ellos no destacan “descubrimientos” sino la intensificación de ciertas
características, una mayor conciencia y la aceleración de procesos que ya venían gestándose,
en lo que se refiere a intereses o cualidades que podrían determinar sus decisiones futuras.
Martín usa palabras como “purificación” o frases que hacen referencia a procesos que le han
permitido encontrar zonas de sí mismo más auténticas, sumando mucho más a su experiencia
79
en la vejez. Las mujeres sienten que han descubierto características relacionadas con su
carácter y sus relaciones con los demás, además de estar afirmando algunas dimensiones de sí
mismas, como en el caso de Elena quien ha fortalecido su espiritualidad.
La necesidad de exploración en la que se encuentran los adultos emergentes, según
Arnett (como se citó en Lally & Valentine-French, 2019), se vio en gran medida limitada por
la cuarentena que impedía estar en contacto con nuevas posibilidades y contextos que
pudiesen enriquecer su narrativa vital. Sara y Mateo evidencian una exploración interna,
manifestando que la cuarentena les permitió un espacio de autoconocimiento y de
introspección. Se puede concluir que debido a que los adultos emergentes no pueden explorar
el mundo externo por la cuarentena, su alternativa es explorar su mundo interno.
Frankl (1985) postula que una experiencia que puede llegar a ser dolorosa lo deja de
ser cuando se le otorga significado. Lo anterior se constató en el caso de Martin, quien
manifestó que la pandemia es una advertencia del planeta y del cuidado que requiere. Es
claro que él interpreta la pandemia desde su propia perspectiva y el sentido que le otorga a la
experiencia influye en cómo se siente él. Para todos los participantes la situación mundial
actual representa un momento difícil en la vida de cada uno. Pero esto no significa que
carezca de sentido, ya que, como afirma Frankl (1985), todas las experiencias de la vida son
significativas, incluyendo las que llegan a causar un sufrimiento, a las que se les debe dar un
sentido, el cual depende de la decisión interna que tome el individuo. Esto se hizo evidente en
los diversos significados que cada participante de la investigación le otorgó a su propia
vivencia. Aunque todos los entrevistados construyeron un significado diferente de su propia
experiencia de confinamiento, el sentido que le dan a esta crisis mundial es una muestra de
cómo han trascendido desde los puros hechos hacia la construcción de una realidad que va
mucho más allá de una situación específica. Esto es muestra de cómo los participantes buscan
un aprendizaje, un mensaje, algo que sea significativo para ellos, para no adoptar una
80
narrativa externa y pesimista y construir así su propio relato. Resignifican la situación y al
hacerlo, simultáneamente, de una forma consciente o inconsciente, también determinan su
sentir frente ésta.
De los resultados obtenidos en la presente investigación surgen nuevos interrogantes
para estudios posteriores. Teniendo en cuenta que gran parte de los estudios mencionados en
el marco teórico hacen énfasis en los efectos emocionales que han experimentado dos
generaciones específicas, queda como interrogante cuáles son las consecuencias que puede
desencadenar la cuarentena en la salud mental de otras etapas o ciclos de vida. Resulta
pertinente abordar en qué se diferencian, teniendo en cuenta las metas y conflictos que
supone cada una de las etapas, así como los puntos que puedan tener en común.
Por otro lado, teniendo en cuenta que darle sentido a una experiencia es lo que
permite, en cierto nivel, atravesar una situación compleja, podría pensarse que esta categoría
se entrelaza con la adaptación hedónica instaurándose como un mecanismo que permite al
individuo acomodarse cognitivamente y emocionalmente a lo que todavía no comprende. En
línea con lo anterior, es posible plantear algunas preguntas relacionadas con la propuesta de
Victor Frankl: ¿Existe una relación entre el sentido de vida y los procesos de adaptación
hedónica?, ¿Cuáles son los sentidos y significados construidos internamente que resultan no
ser adaptativos para las personas durante una cuarentena?
Las limitaciones del presente estudio hacen alusión, en primer lugar, al reducido
número de personas que participaron y que dificultan la generalización de resultados. Se
puede considerar que para que sean narrativas de las que puedan extraerse conclusiones
generalizables, debería ser un número mayor de participantes. En segundo lugar, el tiempo de
desarrollo de esta investigación también se impone como una limitación para tal objetivo
81
dado que resulta ser muy corto para realizar un análisis profundo y rico a partir de entrevistas
que pretenden ahondar significativamente en la experiencia de las personas.
Ante una crisis de salud pública como la que ha generado el COVID-19, la tendencia
mundial ha sido abordarla desde la perspectiva de la salud física, sin reconocer
suficientemente las repercusiones en la salud mental. No solamente hay que cuidar el cuerpo
y sus distintas respuestas biológicas en una pandemia, también hay que cuidar todo el
repertorio emocional y psíquico, ya que estas dos dimensiones están conectadas. Las
repercusiones en la salud mental puede que no sean tan visibles como los síntomas físicos del
virus, pero esto no quiere decir que no haya una afectación que tiene que ser tenida en cuenta
y atendida. Como afirma Taylor (2019), los efectos psicológicos de la pandemia por COVID-
19, a la que se refería como “la próxima pandemia”, serían mucho más pronunciados y
duraderos que los efectos somáticos del virus como tal. Es por esta razón que resulta
indispensable que a la luz de las narrativas que dan testimonio de la experiencia vivida en
esta pandemia, se diseñen estrategias de intervención, teniendo en consideración las
necesidades y exigencias de cada ciclo de vida presenta en cuanto a su salud mental y un
óptimo desarrollo, con el fin de no deteriorar la calidad de vida de la población, así como
prevenir el aumento de diagnósticos de patologías o trastornos mentales. De igual manera, en
un país como Colombia se debe construir mayor conciencia en la población sobre la
importancia del cuidado emocional y mental y que los servicios de salud psicológica sean
asequibles a personas de escasos recursos, quienes por falta de información no reciben este
tipo de atención.
82
9. Referencias
Al-Omari, A et al. (2019). MERS coronavirus outbreak: Implications for emerging viral
infections. Diagnostic microbiology and infectious disease, 93(3), 265-285.
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7127703/
Blanco, M. (2011). Investigación narrativa: una forma de generación de conocimientos.
Argumentos (México, D.F.), 24(67), 135-156. Recuperado en 03 de noviembre de
2020, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0187-
57952011000300007&lng=es&tlng=es.
Bhugra, D et al. (2013). What is Mental Health?. International Journal of Social Psychiatry.
59 (1), 3-4. DOI: 10.1177/0020764012463315
Brooks, S et al. (2020). The Psychological Impact of Quarantine and How to Reduce It:
Rapid Review of the Evidence. SSRN Electronic Journal, 395, 912-920.
https://doi.org/10.2139/ssrn.3532534
Cannon, W. (1968). Self-regulation of the body. Modern Systems Research for the
Behavioral Scientist. Chicago, Aldine Publishing Company.
http://www.cybsoc.org/cannon.pdf
83
Capps, D. (2004). The Decades of Life: Relocating Erickson’s Stages. Pastoral Psychology.
Princeton. 53(1). 3-32
Capella, C. (2013). Una propuesta para el estudio de la identidad con aportes del análisis
narrativo. Psicoperspectivas. 13(2), 117-128.
Casagrande, M et al. (2020). The enemy who sealed the world: Effects quarantine due to the
COVID-19 on sleep quality, anxiety, and psychological distress in the Italian
population. Sleep Medicine.
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7215153/
Cavanaugh, J., y Blanchard, F. (2015). Adult Development and Aging. Stamford: Cengage
Learning. ISBN: 1285444914
Colás Bravo, P. (2007). La construcción de la identidad de género: Enfoques teóricos para
fundamentar la investigación e intervención educativa. Revista de Investigación
Educativa, 25(1),151-166. Disponible en:
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=2833/283321895010
Conti, A. A. (2008). Quarantine Through History. International Encyclopedia of Public
Health, 454–462.
https://doi.org/10.1016/B978-012373960-5.00380-4
84
Crespo, R. M., & Crespo, M. M. M. (2020). Pandemia COVID-19, la nueva emergencia
sanitaria de preocupación internacional: una revisión. Medicina de Familia.
SEMERGEN. Recuperado de:
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1138359320301714
Cullen. W et al. (2020) Mental health in the COVID-19 pandemic, QJM: An International
Journal of Medicine, 113 (5), 311–312. https://doi.org/10.1093/qjmed/hcaa110
Davis, M., & Lohm, D. (2020). Pandemics, Publics, and Narrative. New York: Oxford
University Press. ISBN: 9780190683764
Erikson, E. H., & Erikson, J. M. (1998). The life cycle completed (extended version). WW
Norton & Company.
Fernández, E. (2012). Identidad y personalidad: o cómo sabemos que somos diferentes de los
demás. Revista Digital de Medicina Psicosomática y Psicoterapia. 2(4), 1-18.
Frankl, V. E. (1985). Man's search for meaning. Simon and Schuster. ISBN: 0671244221
85
Frederick, S., & Loewenstein, G. (1999). 16 Hedonic Adaptation. Well-being: The
foundations of hedonic psychology, 302-329.
Fletcher, J. M. (1942). Homeostasis as an explanatory principle in psychology. Psychological
Review, 49(1), 80.
Galderisi, S et al. (2015). Toward a new definition of mental health. World psychiatry :
official journal of the World Psychiatric Association (WPA), 14(2), 231–233.
https://doi.org/10.1002/wps.20231
Gandhi, M et al. (2020). Asymptomatic transmission, the Achilles’ heel of current strategies
to control COVID-19.
https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMe2009758
García-Huidobro, R. (2016). La narrativa como método desencadenante y producción teórica
en la investigación cualitativa. EMPIRIA. Revista de Metodología de las Ciencias
Sociales, (34),155-177. Disponible en:
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=2971/297145846006
Garciandía Imaz, J. A. (2005). Pensar sistémico: una introducción al pensamiento sistémico.
Editorial Pontificia Universidad Javeriana.
86
Guerra, D. (2016). La importancia de las Redes de Apoyo. Recuperado de:
http://www.davidguerra.com.mx/redes-de-apoyo/
Guzmán, J., y Tamayo, A. (2020). Ansiedad y depresión, “verdurgos” de los jóvenes en la
pandemia. Pesquisa Javeriana. Recuperado de:
https://www.javeriana.edu.co/pesquisa/ansiedad-y-depresion-verdugos-de-los-
jovenes-durante-la-pandemia/
Hui, D et al.(2020). The continuing 2019-nCoV epidemic threat of novel coronaviruses to
global health—The latest 2019 novel coronavirus outbreak in Wuhan, China.
International Journal of Infectious Diseases, 91, 264-266.
https://www.ijidonline.com/article/S1201-9712%2820%2930011-4/fulltext
Huremovic, D. (2019) Mental Health of Quarantine and Isolation. En D.Huremovic . (Ed),
Psychiatry of Pandemics. A Mental Health Response to Infection Outbreak (pp. 95-
118). Manhasset, NY: Springer
Isaacs, D. (2010). Lessons from the swine flu: Pandemic, panic and/or pandemonium?.
Journal of paediatrics and child health, 46(11), 623-626.
https://onlinelibrary.wiley.com/doi/pdf/10.1111/j.1440-1754.2010.01912.x
87
Jara, M. (2007) La Estimulación Cognitiva en personas adultas mayores. Revista Cúpula,
Universidad de Costa Rica. 11, 4-14.
Lai, C et al. (2020). Severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 (SARS-CoV-2) and
coronavirus disease-2019 (COVID-19): the epidemic and the challenges.
International journal of antimicrobial agents, 105924.
Lally, M., & Valentine-french, S. (2019). Lifespan Development A Psychological Perspective
A Psychological Perspective. Second Edition. Illinois. Recuperado de:
http://dept.clcillinois.edu/psy/LifespanDevelopment.pdf
Lecoq, T. (2011). Economía de la felicidad. RUPTURA, 1(1), 107-116
Lee, P. I., & Hsueh, P. R. (2020). Emerging threats from zoonotic coronaviruses-from SARS
and MERS to 2019-nCoV. Journal of Microbiology, Immunology and Infection.
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1684118220300116/pdf?md5=682
eac74614c6814574721240cbafeea&pid=1-s2.0-S1684118220300116-
main.pdf
LePan, N. (2020). Visualizing the history of pandemics. Visualizing the History of
Pandemics.
88
http://www.shaunmomalley.com/uploads/2/3/7/9/23795323/infographic__the_history
_of_pandemics_by_death_toll.pdf
Li, Q et al. (2020). Early transmission dynamics in Wuhan, China, of novel coronavirus–
infected pneumonia. New England Journal of Medicine, 382 (13), 1199-1207.
https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMOa2001316
Loades ME et al. (2020). Rapid Systematic Review: The Impact of Social Isolation and
Loneliness on the Mental Health of Children and Adolescents in the Context of
COVID-19, Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry, doi:
https://doi.org/10.1016/ j.jaac.2020.05.009.
Liang, L et al. (2020).The Effect of COVID-19 on Youth Mental Health. Psychiatr Q .
https://doi.org/10.1007/s11126-020-09744-3
Luu, H. D., & Jost, J. (2020). Mathematical modelling and empirical data analysis of the
Covid-19 pandemic. Max-Planck-Institute for Mathematics in the Sciences.
https://www.mis.mpg.de/preprints/2020/preprint2020_80.pdf
Lu, R et al. (2020). Genomic characterisation and epidemiology of 2019 novel coronavirus:
implications for virus origins and receptor binding. The Lancet, 395(10224), 565-574.
89
https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(20)30251-
8/fulltext?fbclid=IwAR126TSfMBJ2J5AESif6hv40AFRTfVE8zLY34el8BWt9m1My
U1g6tiQ6qAA
Lyubomirsky, S. (2011). Hedonic adaptation to positive and negative experiences. Oxford
University Press.
https://escholarship.org/content/qt2w73s294/qt2w73s294.pdf
Martínez, M. M. O. (2020). La COVID-19; pandemia del siglo XXI. Medimay, 27(2), 99-
103.Recuperado de:
http://www.medimay.sld.cu/index.php/rcmh/article/view/1642/pdf_248
Marzana, D et al. (2010). La transición a la edad adulta en Colombia: una lectura relacional.
Avances en Psicología Latinoamericana. 28(1). pp. 99-112. Bogotá, Colombia.
Macías, M et al. (2013). Estrategias de afrontamiento individual y familiar frente a
situaciones de estrés psicológico. Psicología desde el Caribe, 30(1),123-145. [fecha
de Consulta 5 de Septiembre de 2020]. ISSN: 0123-417X. Disponible en:
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=213/21328600007
Ministerio de Salud y Protección Social (2020). Resolución 385 de 2020 Por la cual se
90
declara emergencia sanitario por causa del coronavirus COVID-19 y se adoptan
medidas para hacer frente al virus. 12 de marzo de 2020.
Ministerio de Salud y Protección Social (2019). Sala Situacional de la población adulta
mayor. Recuperado de:
https://www.minsalud.gov.co/sites/rid/Lists/BibliotecaDigital/RIDE/DE/PS/sala-
situacional-poblacion-adulta-mayor.pdf
Ministerio del Interior (s.f). Personas Mayores. Recuperado de:
https://www.mininterior.gov.co/sites/default/files/7._enfoque_diferencial_para_perso
nas_mayores.pdf
Okada, P et al. (2020). Early transmission patterns of coronavirus disease 2019 (COVID-19)
in travellers from Wuhan to Thailand, January 2020. Eurosurveillance, 25(8),
2000097.
https://www.eurosurveillance.org/docserver/fulltext/eurosurveillance/25/8/eurosurv-
25-8-
2.pdf?expires=1595994322&id=id&accname=guest&checksum=0681BD47CE37184
A768803E0D551A0EB
Palombo, J et al. (2009). Guide to Psychoanalitic Developmental Theories. Nueva York,
Estados Unidos: Editorial Springer
91
Payne, M. (2006). Narrative Therapy Second Edition: An Introduction for Counsellors.
London: Sage Publications.
Real Academia Española: Diccionario de la lengua española, 23.ª ed., [versión 23.3 en
línea]. <https://dle.rae.es> [Consultado el 27-08-2020].
Rosselli, D. (2020). Epidemiología de las pandemias. Medicina, 42(2), 168-174.
https://www.researchgate.net/profile/Diego_Rosselli/publication/342674870_Epidem
ologia_de_las_pandemias/links/5f006d39299bf18816005571/Epidemiologia-de-las-
pandemias.pdf
Rothan, H. A., & Byrareddy, S. N. (2020). The epidemiology and pathogenesis of
coronavirus disease (COVID-19) outbreak. Journal of autoimmunity, 102433.
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7127067/
Salkind, N. (2013) Erik Erikson’s Focus on Psychosocial Development. En N. Salkind. (Ed),
An Introduction to theories of Human Development. Sage Publications, Inc. DOI:
http://dx.doi.org/10.4135/9781483328676
Singhal, T. (2020). A review of coronavirus disease-2019 (COVID-19). The Indian Journal
of Pediatrics, 1-6.
92
https://link.springer.com/article/10.1007/s12098-020-03263-6
Tanner, J., Arnett, J. (2009). The emergence of ‘emerging adulthood’: the new life stage
between adolescence and young adulthood en A. Fulong (Ed). Handbook of Youth
and Young Adulthood: New perspectives and agenda (39-46). Abingdon, Oxon:
Routledge.
Taubenberger, J. K., & Morens, D. M. (2006). 1918 Influenza: the mother of all pandemics.
Revista Biomedica, 17(1), 69-79.
https://www.medigraphic.com/pdfs/revbio/bio-2006/bio061i.pdf
Taylor, S. (2019). The Psychology of Pandemics: Preparing for the Next Global Outbreak of
Infectious Disease. Ciudad: Cambridge Scholars Publishing.
The PMNCH WHO, PAHO WHO y Asociación Profamilia.(2020) Entendiendo las
experiencias y prácticas resilientes de adolescentes y jóvenes durante la pandemia del
COVID- 19 en Colombia. Recuperado de: https://profamilia.org.co/wp-
content/uploads/2020/07/Informe-largo-espanol-PMNCH-WHO.pdf
United Nations. (2020). Policy Brief: COVID-19 and the need for action on mental health.
Recuperado de: https://www.un.org/sites/un2.un.org/files/un_policy_brief-
covid_and_mental_health_final.pdf
93
United Nations. (2020). Policy Brief: The Impact of COVID-19 on older persons.
Recuperado de: https://unsdg.un.org/sites/default/files/2020-05/Policy-Brief-The-
Impact-of-COVID-19-on-Older-Persons.pdf
Universidad de Costa Rica (UCR) y el Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor
(CONAPAM). (s.f). Informe estado de situación de la persona adulta mayor en Costa
Rica. Recuperado de: http://envejecimiento.csic.es/documentos/documentos/costarica-
iinforme-01.pdf
Villar, F. (2005.) El Enfoque del Ciclo Vital: Hacia un Abordaje Evolutivo del
Envejecimiento. Universidad de Barcelona. Asociación Multidisciplinar de
Gerontología, 1-29.
World Health Organization. (2016). Middle East respiratory syndrome coronavirus (MERS-
CoV). 2019.
https://www.who.int/emergencies/mers-cov/en/
World Health Organization. (2003). Summary table of SARS cases by country, 1 November
2002-7 August 2003. Weekly Epidemiological Record= Relevé épidémiologique
hebdomadaire, 78(35), 310-311.
https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/232250/WER7835_310-311.PDF
94
World Health Organization. (2020). Novel Coronavirus ( 2019-nCoV): situation report, 3.
https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/330762/nCoVsitrep23Jan2020-
eng.pdf
World Health Organization. (2020). Novel Coronavirus ( 2019-nCoV): situation report, 5.
https://www.who.int/docs/default-source/coronaviruse/situation-reports/20200125-
sitrep-5-2019-ncov.pdf?sfvrsn=429b143d_8
World Health Organization. (2020). Coronavirus disease 2019 (COVID-19): situation report,
72.
https://www.who.int/docs/default-source/coronaviruse/situation-reports/20200401-
sitrep-72-covid-19.pdf?sfvrsn=3dd8971b_2
Yang, Y et al. (2020). The deadly coronaviruses: The 2003 SARS pandemic and the 2020
novel coronavirus epidemic in China. Journal of autoimmunity, 102434.
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7126544/
Decreto 420 de 2020 [Ministerio del Interior]. Por el cual se imparten instrucciones para
expedir normas en materia de orden público en virtud de la emergencia sanitaria
generada por la pandemia de COVID-19. 18 de marzo de 2020.
95
Decreto 457 de 2020 [Ministerio del Interior]. Por el cual se imparten instrucciones en virtud
de la emergencia sanitaria generada por la pandemia del coronavirus COVID-19 y el
mantenimiento del orden público. 22 de marzo de 2020.
10. Anexos
10.1. Validación de jueces expertos
NARRATIVAS SOBRE LA
EXPERIENCIA DE CUARENTENA EN
ADULTOS EMERGENTES Y ADULTOS
MAYORES EN BOGOTÁ, COLOMBIA
Formato de Milena Morales
SEPTIEMBRE
2020
Trabajo
de Grado
Docente: Juanita Henao
Escobar
Grupo de Trabajo:
Esteban Jacobsohn
Laura Sofia Monroy
NARRATIVAS SOBRE LA EXPERIENCIA DE CUARENTENA EN ADULTOS
EMERGENTES Y ADULTOS MAYORES EN BOGOTÁ, COLOMBIA.
Estimado Validador:
Nos es grato dirigirnos a usted con el fin de solicitar su colaboración como experto para
validar las preguntas que componen el cuestionario para una entrevista investigativa. Ésta se
aplicará en el estudio titulado “NARRATIVAS SOBRE LA EXPERIENCIA DE
CUARENTENA EN ADULTOS EMERGENTES Y ADULTOS MAYORES EN BOGOTÁ,
COLOMBIA.”, el cual constituye nuestro trabajo de grado para la carrera de Psicología.
96
OBJETIVOS DEL ESTUDIO
Objetivo general
Comprender la experiencia psicológica de la cuarentena por el COVID-19 con un enfoque
intergeneracional, a través de las narrativas de adultos emergentes y adultos mayores de
Bogotá, Colombia.
Objetivos específicos
• Describir las circunstancias vitales de los participantes antes de la pandemia.
• Caracterizar las vivencias de los participantes al inicio de la pandemia y de la cuarentena y
sus pensamientos, sentimientos y comportamientos predominante.
• Identificar los efectos emocionales que pudieron afectar la salud mental de los participantes
a lo largo de la cuarentena.
• Determinar si hubo un proceso de adaptación hedónica y cómo se desarrolló.
• Establecer el papel que jugó la red de apoyo de los participantes durante la cuarentena.
• Identificar si se presentaron cambios en la identidad narrativa de los participantes a raíz del
confinamiento por el COVID-19.
• Comprender el sentido que le han dado los participantes a la experiencia de la pandemia del
COVID-19 en el marco de su narrativa vital.
POBLACIÓN A ENTREVISTAR: La entrevista está diseñada para ser aplicada a personas
con las siguientes características: 2 personas adultos mayores y a 2 adultos emergentes en
Bogotá.
FORMATO DEL INSTRUMENTO: El instrumento está conformado por una serie de
preguntas abiertas organizadas en formato de entrevista semi-estructurada, lo que permite
formulación de nuevas preguntas en la medida que se vaya adelantando la entrevista.
CATEGORÍAS A EVALUAR
Se tendrán en cuenta siete (7) categorías de análisis con sus respectivas subcategorías de la
siguiente manera:
1. Circunstancias Vitales
Hace referencia a las condiciones de existencia de cada individuo en las diversas áreas
de la vida como la familiar, personal, económica, social, laboral y de esparcimiento,
las cuales le dan contexto a su narrativa vital.
2. Vivencia Inicial
97
Se comprende como los pensamientos, emociones y comportamientos predominantes
experimentados durante el desarrollo inicial de la pandemia y las consiguientes
medidas de cuarentena obligatoria y aislamiento social preventivo.
3. Efectos emocionales
Se refiere a las repercusiones y afectaciones en los sentimientos y estados de ánimo
generadas por el confinamiento prolongado ocasionado por la pandemia.
4. Adaptación hedónica
La adaptación hedónica es un proceso psicológico por el cual los individuos se
adaptan a una situación negativa o positiva de modo que los efectos emocionales que
genera se van atenuando y normalizando con el paso del tiempo generando equilibrio
(Lyubomirsky, 2011).
5. Red de Apoyo
Se plantea que son “un grupo de personas, miembros de la familia, amigos y otras
personas, capaces de aportar una ayuda y un apoyo tan reales como duraderos a un
individuo o a una familia en la vida cotidiana o en situaciones de crisis” (Speck, como
se citó en Guerra, 2016).
6. Identidad narrativa
Se entiende como los significados que los individuos construyen sobre sí mismos a
través de sus relatos.
7. Sentido de la experiencia
Se entiende como la interpretación y el sentido general que los participantes le han
dado a la pandemia y la situación de confinamiento o cuarentena.
INSTRUCCIONES PARA LA VALIDACIÓN DE LAS PREGUNTAS:
Con el fin de seleccionar los ítems que conformarán la forma final de la prueba, le
solicitamos valorar cada uno de ellos en términos de pertinencia, relevancia y forma,
asignándole a cada uno de estos aspectos una calificación de 1 a 5, siendo 1 la menor
calificación y 5 la máxima.
DEFINICIÓN DE LOS CRITERIOS:
● Pertinencia: Se entiende como la relación del ítem con lo que la prueba pretende medir.
Se considera que un ítem es pertinente si está de acuerdo con el factor que menciona estar
midiendo, con la dimensión a la que pertenece y con la dirección (positiva o negativa) que
se le otorga. La pertinencia debe ser calificada en una escala de 1 a 5, siendo 1 nada
98
pertinente y 5 muy pertinente. En el espacio de “Observaciones” le rogamos anotar las
sugerencias que considere pertinentes para mejorar la elaboración del ítem.
● Relevancia o Importancia: Hace referencia a la importancia del ítem como unidad para
medir acertadamente el rasgo a evaluar, es decir, qué tan representativo es el ítem del
factor y dimensión que está evaluando, por tanto, se espera que en este criterio se juzgue
si el ítem evalúa un aspecto central del factor y dimensión a la que pertenece, o si por el
contrario evalúa aspectos superficiales o incidentales del mismo. La relevancia debe ser
calificada en una escala de 1 a 5, siendo 1 nada relevante y 5 muy relevante. En el espacio
de “Observaciones” se pueden anotar los comentarios o sugerencias de mejora para el ítem
en específico.
● Forma: Este aspecto hace referencia a la ortografía y redacción del ítem y a la
correspondencia del vocabulario utilizado con la población a la que va dirigida la prueba.
La forma debe ser calificada en una escala de 1 a 5 siendo 1 mal redactado / vocabulario
inadecuado y 5 bien redactado / vocabulario adecuado. En el espacio de “Observaciones”
se pueden anotar las correcciones sugeridas para aceptar el ítem.
Tabla para validación
A continuación se describe la manera como se presenta la información en la tabla de validación:
1. En la primera columna de la tabla se encuentran las categorías que componen el
instrumento con su respectiva definición.
2. En la segunda columna se encuentran las subcategorías en relación con su respectiva
categoría.
3. En la tercera columna de la tabla se hallan las preguntas que hacen parte de cada
subcategoría de análisis.
4. Posteriormente, se encuentran tres columnas con los criterios de Pertinencia,
Relevancia y Forma, en donde le solicitamos ingresar su calificación en la escala de 1
a 5.
5. Finalmente, encuentra una columna para registrar sus observaciones.
6. Una vez culminada la evaluación de cada ítem le agradecemos consignar las
impresiones o sugerencias generales sobre la totalidad del instrumento, en la parte
inferior a la tabla de evaluación.
99
La información se presenta en una tabla como la siguiente:
Categoría de
Análisis
Subcategorías
Preguntas
Pertinencia Relevancia Forma
Observaciones
Asigne una
calificación
de 1 a 5
Asigne una
calificación
de 1 a 5
Asigne
una
calificació
n de 1 a 5
Formato de validación de entrevista
NARRATIVAS SOBRE LA EXPERIENCIA DE CUARENTENA EN
ADULTOS EMERGENTES Y ADULTOS MAYORES EN BOGOTÁ, COLOMBIA.
Categoría
Subcategorías
Preguntas
Pertinencia Relevancia Forma
Observaciones
Asigne una
calificación
de 1 a 5
Asigne una
calificación
de 1 a 5
Asigne una
calificación
de 1 a 5
Circunstancias
Vitales
Personal ¿Cómo era su
vida antes de
la pandemia y
la cuarentena?
Familiar
¿Cómo está
conformada su
familia?
100
¿Con qué
frecuencia
tenía contacto
con los
miembros de
su familia
antes de la
cuarentena?
¿Cómo
describe la
relación con
sus familiares
antes de la
pandemia?
Social ¿Cómo eran
sus relaciones
de amistad
antes de la
pandemia?
¿Qué tipo de
actividades
sociales solía
realizar antes
de la
pandemia?
¿Qué tan
importante era
para usted la
vida social
antes de la
pandemia?
Económica
¿Cuál era su
ocupación
antes de la
pandemia y de
la cuarentena
por el COVID-
19?
¿Cómo era su
situación
económica
101
antes de la
pandemia?
Actividades
de
esparcimiento
¿Qué tipo de
actividades de
descanso o
esparcimiento
le gustaba
realizar en su
tiempo libre?
Vivencia
Inicial
¿Cuáles fueron
sus primeras
impresiones al
enterarse de la
pandemia del
COVID-19?
¿Cómo se
sintió cuando
las autoridades
del país
anunciaron la
cuarentena?
¿Cómo
reaccionó
usted cuando
decretaron el
confinamiento
obligatorio
preventivo?
¿Qué pensó
usted sobre la
pandemia?
¿Qué pensó
sobre las
medidas del
gobierno?
¿Qué
emociones
surgieron
durante las
102
primeras
semanas de la
cuarentena?
¿Cómo
describe su
comportamient
o durante las
primeras
semanas de la
cuarentena?
Efectos
emocionales
A lo largo de
los cinco
meses de la
cuarentena
estricta,
¿cuáles fueron
sus emociones
más
frecuentes?
¿Usted cree
que la
cuarentena ha
tenido
repercusiones
en su vida
emocional? Si
es así, ¿cuáles
han sido?
¿Ha
presentado
síntomas
físicos que
crea que están
relacionados a
sus
emociones?
¿Podría
describirlos?
Adaptación
hedónica
Con el
transcurso del
tiempo, ¿qué
ha hecho usted
103
para tratar de
vivir de la
mejor manera
posible la
cuarentena?
¿Según cómo
se sentía al
principio de la
cuarentena,
cree que su
estado de
ánimo ha
cambiado? Si
la respuesta es
sí, ¿me podría
decir cómo?
Red de Apoyo
¿Antes de la
cuarentena,
qué personas
eran
importantes
para usted
como fuente
de apoyo?
¿De qué
manera esas
personas lo
han apoyado
durante la
cuarentena?
¿A quiénes y
de qué manera
usted ha
ayudado
durante este
tiempo?
¿En qué
medida siente
usted que el
apoyo que ha
recibido le ha
ayudado a
104
vivir la
cuarentena?
Identidad
Narrativa
¿Cómo
describiría
quién es usted
en este
momento?
¿Ha cambiado
en algo esta
versión de
usted mismo
en
comparación
con la que
tenía antes de
la cuarentena?
¿En qué
sentido?
¿Qué ha
descubierto de
sí mismo
durante la
pandemia?
¿Cómo cree
que sus más
allegados lo
describirían en
este momento?
Sentido de la
experiencia
¿Qué
significado ha
tenido la
experiencia de
la cuarentena
para usted?
¿Cómo
interpreta
usted su
proceso
personal
105
durante la
cuarentena?
¿Si este
capítulo de su
vida tuviera un
título, cuál
sería? ¿Por
qué?
¿Qué
aprendizajes
ha rescatado o
recogido de la
experiencia?
Anotaciones generales sobre el instrumento:
Por último, diligencie el siguiente formato:
NOMBRE DEL
JUEZ:
INSTITUCIÓN:
ÁREA DE
EXPERTICIA:
FIRMA:
Muchas gracias por su colaboración
106
10.2. Cuestionario
Categoría
Subcategorías
Preguntas
Circunstancias
Vitales
Personal ¿Cómo era su vida desde comienzos de este año antes de la
cuarentena por la pandemia de COVID-19?
Familiar ¿Cómo está conformada su familia?
¿Cómo era su contacto con los miembros de su familia antes de la
cuarentena?
¿Cómo describe la relación con sus familiares antes de la pandemia?
Social ¿Cómo eran sus relaciones de amistad antes de la pandemia?
¿Qué tipo de actividades sociales solía realizar antes de la
pandemia?
¿Qué significado tenía para usted la vida social antes de la
pandemia?
Económica ¿Cuál era su ocupación antes de la cuarentena por el COVID-19?
¿Cómo era su situación económica antes de la pandemia?
Actividades de
esparcimiento
¿Qué tipo de actividades de descanso o esparcimiento le gustaba
realizar en su tiempo libre?
107
Vivencia Inicial ¿Cuáles fueron sus primeras impresiones al enterarse de la
pandemia?
¿Cómo se sintió cuando las autoridades del país anunciaron la
cuarentena?
¿Cómo reaccionó usted cuando decretaron el confinamiento
obligatorio preventivo?
¿Qué pensó usted sobre la pandemia?
¿Qué pensó sobre las medidas del gobierno?
¿Qué emociones surgieron durante las primeras semanas de la
cuarentena?
¿Cómo describe su comportamiento durante las primeras semanas
de la cuarentena?
Efectos
emocionales
A lo largo de los cinco meses de la cuarentena estricta, ¿cuáles
fueron sus emociones más frecuentes?
¿Usted cree que la cuarentena ha tenido repercusiones en su vida
emocional? Si es así, ¿cuáles han sido?
¿Ha presentado algún tipo de malestar físico durante la cuarentena?
¿Podría describirlo?
Adaptación
hedónica
Con el transcurso del tiempo, ¿qué ha hecho usted para tratar de
vivir de la mejor manera posible la cuarentena?
¿Según cómo se sentía al principio de la cuarentena, cree que su
estado de ánimo ha cambiado? Si la respuesta es sí, ¿me podría
decir cómo?
108
Red de Apoyo
¿Antes de la cuarentena, qué personas eran importantes para usted
como fuente de apoyo?
¿Qué personas le han brindado apoyo durante la cuarentena? ¿Qué
tipo de apoyo?
¿Le ha brindado usted apoyo a alguien durante la cuarentena? ¿De
qué manera?
¿Siente usted que el apoyo que ha recibido le ha ayudado a vivir la
cuarentena? ¿De qué manera?
Identidad
Narrativa
¿Cómo describiría quién es usted en este momento?
¿Ha cambiado en algo esta descripción comparándola con la que
tenía antes de la cuarentena? ¿En qué sentido?
¿Ha descubierto de sí mismo durante la pandemia? ¿Qué?
¿Cómo cree que las personas más cercanas para usted lo
describirían en este momento?
Sentido de la
experiencia
En general, ¿Qué ha representado para usted la experiencia de la
cuarentena?
¿Cómo ve usted su proceso personal durante la cuarentena?
¿Si este capítulo de su vida tuviera un título, cuál sería? ¿Qué lo
lleva a pensar eso?
¿Qué aprendizajes ha rescatado o recogido de la experiencia?
109
10.3. Consentimiento informado
Bogotá, octubre de 2020
Acta de Consentimiento Informado
Yo _____________________________________________
identificada(o) con c.c. ___________________________ de la
ciudad de ________________ autorizo a los estudiantes de la
Facultad de Psicología de la Pontificia Universidad Javeriana
Esteban Jacobsohn y Laura Sofia Monroy identificados con
c.c. 1018498061 y c.c. 1032488528, respectivamente, para
entrevistarme y llevar un registro de la entrevista en formato de
video o audio, con fines únicamente académicos.
Conozco los fines formativos de este trabajo y sé del profundo
cuidado con que tratarán toda la información que contiene y
guardarán total reserva y confidencialidad.
Por ello, como constancia, firmo y autorizo:
110
10.4. Matrices
Adultos emergentes:
https://docs.google.com/document/d/1dEpQ3fUPvB2Wo2myMSJ2GqPmiMKrJ-
07r3yqHm2VUCM/edit?usp=sharing
Adultos mayores:
https://docs.google.com/document/d/1bYezamDOzd_bjPFtLDqkaYsiUVMCZ-
epdO03F4o9y9I/edit?usp=sharing