Navegando en las emocionesBien sabido es que las travesas martimas encierran incontable cantidad de peligros: desde las inclemencias del tiempo hasta la posibilidad de ser abordados por piratas (aunque parezca extrao, as es en algunas partes del planeta, en pleno siglo XXI). Recuerdo un viaje hacia el Lejano Oriente, en el que navegbamos cruzando el Ocano Atlntico, partiendo del puerto de Buenos Aires. Si bien este puerto se encuentra a los 34 de latitud sur, muy parecida a los 33 de latitud sur de Cape Town, Sudfrica (nuestro primer puerto de escala) podra pensarse en trazar un rumbo directo hacia el Este entre los dos puntos, pero se corre el riesgo de navegar muy cerca de la zona llamada de los Cuarenta Bramadores (roaring forties). Recibe ese nombre por el terrible rugido de los vientos que suelen soplar por all, y porque se verifican sobre el paralelo de los 40 de latitud Sur.Este fue el caso de nuestra travesa. Nuestro osado capitn tom la ruta ms corta --aunque ms peligrosa--, para ahorrar distancia, tiempo y costos. Es as que nos encontramos por varias horas, movindonos sin parar, capeando el temporal de vientos de ms de 150 km/h y olas de ms de 10 metros de altura

Al finalizar mi turno de guardia en el puente de comando, al medioda, baj para almorzar. De ms est decir que con los movimientos bruscos y constantes del buque, producto de las condiciones climticas imperantes, muy pocos valientes se animaban a ir al comedor (los mareos por el movimiento producen nauseas y malestar estomacal). Al entrar a mi camarote, encuentro un terrible desorden: una heladerita que estaba amurada al mamparo, haba sido arrancada por la fuerza de un cabeceo del buque, y la puerta que tena una traba, se haba roto y abierto, haciendo rodar por todo el camarote las latas de gaseosas y las botellas de agua mineral (no digo que eran de cerveza y de ron, porque nadie me va a creer). Del mismo modo, una vez que dejamos atrs la zona de peligro, revisando la mercadera que transportbamos pudimos registrar que algunas fijaciones de la mercadera en bodega se haban soltado, por suerte, sin producir daos.

Haciendo una comparativa con nuestra vida, nuestro barco (nuestro cuerpo) es conducido mediante las rdenes del capitn (nuestro lenguaje) por diferentes rumbos, y puede ser que en algunas circunstancias, seamos tomados por las inclemencias del tiempo (las emociones). An cuando seamos conscientes de que pueden suceder circunstancias adversas al propsito del viaje (el capitn saba que esto poda suceder) una vez evaluados los riesgos y decidido continuar, es posible que nos encontremos con consecuencias no deseadas como ser corrimientos internos (las latas de gaseosas rodando por el camarote y algunas fijaciones sueltas de la mercadera) que suponen un trabajo extra de reparacin y acomodamiento, para volver las cosas a su estado original.Cuntas veces en nuestras vidas somos tomados por las emociones que no podemos controlar, y que creemos son causadas por situaciones adversas que estamos observando y juzgando como de cierre de posibilidades? Y cuntas veces hemos lidiado con las consecuencias de nuestras reacciones hacia los dems en dichas circunstancias?Si estamos experimentando en nuestras vidas emociones recurrentes tales como: enojo, angustia, miedo, resentimiento, tristeza, etc., y estas permanecen instaladas durante cierto tiempo en nosotros, pueden llegar a constituirse en estados de nimo. Estos estados de nimo tien todas nuestras acciones, nuestro horizonte de posibilidades se encuentra seriamente restringido, y esto se refuerza internamente con pensamientos tales como: Esto que sucede no debera estar sucediendo!. Para qu seguir con este proyecto, ya no tiene razn de ser Haga lo que haga, nada va a cambiar Con esta prdida (amistad, trabajo, dinero, relacin, amor, salud, etc.) mi vida ya no tiene sentido Dado quien soy (malhumorado, impaciente, tmido, inquieto, irritable, inexperto, ignorante, callado, extrovertido, vulnerable, etc.) no tengo posibilidades de xitoEn la medida en que podemos distinguir nuestras emociones y estados de nimo, podremos intervenir en la vida, eligiendo accionar en lugar de reaccionar frente a las circunstancias.Y conociendo nuestro propsito en la vida nos ser mucho ms fcil elegir en qu forma actuar de cara a las situaciones que la vida nos presenta, porque sabremos dnde tenemos puesto el foco de nuestra actividad, sabemos a dnde queremos ir y qu queremos que pase, y cualquier imprevisto que pudiera suceder, ser observado como un quiebre a disolver y no como un problema a solucionar. Pero esto ya es tema para otro postEn definitiva, la clave de una calidad de vida satisfactoria sera: distinguir para elegir.Que tengas una muy buena navegacin y que los vientos te sean favorables!Hasta el prximo post!