Índice - unesco.org.uy · Mapa con ubicación de las fiestas ... desde cuándo y con qué...
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Índice 9. Prólogo 13. introducción 16. Fiestas folclóricas 52. Fiestas artiguistas 88. Fiestas de la producción 160. Fiestas religiosas 184. Fiestas étnicas 216. Fiestas de carnaval
Otras fiestas 247. Mapa con ubicación de las fiestas 248. Cronología de las fiestas 253. Fuentes 255. agradecimientos
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Prólogo
Para la querencia y el turismoEsmoris
Me remonto a marzo de 2006. estoy en uno de mis puestos de tra-bajo, el escritorio de la presidencia de la Comisión de Patrimonio Cultural de la Nación. Jorge Brovetto y luís Mardones me habili-taron a ocuparlo, lo que se materializó por resolución presiden-cial. es de mañana, suena mi celular, atiendo, es un conocido, nos tenemos confianza. No somos amigos, ni nos dedicamos a los mismos temas, ni nos unen afinidades políticas, tampoco lo contrario, simplemente nos tenemos confianza.
Me dice: “Me gustaría que recibas a unos muchachos, es gente que te va a gustar lo que hacen, que están recorriendo el país, fotografiando y escribiendo, no sobre el país vacío, sino so-bre la parte llena y alegre, tienen un proyecto interesante, si po-dés atendelos, si te interesa y tenés chances apoyalos”. “deciles que me llamen, los voy a atender”, contesto.
Unos días después, en el mismo escritorio tengo frente a mí a dos muchachos de alrededor de 25 años. se llaman antonio di Candia y Federico estol. Me muestran una carpeta con fotos y tex-tos de fiestas populares del Uruguay. ya han recorrido una parte del país, habiendo registrado varias. Veo el trabajo, es simple y contundente: imágenes y descripciones sencillas, claras, infor-mativas. Me plantean que necesitan recursos para seguir desa-rrollando el proyecto: cubrir el resto del territorio y editar un libro con los resultados.
Mientras me siguen contando, hago una evaluación. la ins-titución pública que presido no tiene un área de patrimonio inma-terial. lo de estos muchachos es una buena “punta”. además, la Comisión de Patrimonio no solo tiene un debe, sino que entró en una zona de inconsistencia, pues el año anterior, el día del Patri-monio, se promovió el homenaje a Carlos solé, con el tema “el re-lato deportivo como paisaje sonoro del Uruguay”, introduciendo el patrimonio inmaterial en la agenda pública y no tenemos recursos, ni elaboración, ni acuerdos, de cómo darle cabida institucional.
en ese contexto y frente a este proyecto que tienta por todos lados, lo que se me ocurre como responsable de una unidad ejecuto-ra de un ministerio, es autorizar a que se le paguen pasajes, habili-tarlos al uso del teléfono y demás comunicaciones, proporcionarles un espacio físico y que utilicen el “caparazón” de la institución, a fin de que se le puedan abrir puertas frente a intendencias, institu-ciones y otros. termino proponiéndoles todo esto y aceptan.
de ahí en más fueron asiduamente por el edificio de la Co-misión, trabajaban y se les notaba contentos. así los percibí has-ta que renuncié al cargo a finales de 2006. desde entonces y hasta ahora, junio de 2009, he mantenido el
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contacto con Federico y antonio, telefónicamente, por escrito y en cenas realizadas en hogares. regularmente hablamos de la marcha del proyecto y del futuro libro.
¿Qué significa este libro? Para la herencia cultural compartida de los uruguayos, esta obra pasa a ingresar el relato documentado sobre una parte de ella: patrimonio inmaterial, fiestas populares. este trabajo se une al de otros de su género, como lauro ayestarán y su recopilación de la música popular, Milita alfaro y el carnaval, daniel Vidart y el tango y su mundo, sheila Werosch - Walter Ve-neziani y la danza del tango, Néstor ganduglia y la cuentería, gus-tavo goldman y el candombe, así como los 2 minutos y 2 segundos en que Jaime roos relata en la canción “los futuros murguistas”, cómo se transmite a las generaciones jóvenes hacerse murguista.
Cada uno con un estilo y una forma de trabajar. algunos académicos, otros coloquiales, poéticos, literarios, ensayísticos, pero todos con igual valor, jerarquía, honestidad, capacidad para sistematizar y sensibilidad positiva o llanamente amor y pasión por lo que abordan.
¿Para que sirve todo esto? Como espejo de una parte de la vida cultural del Uruguay, en un momento determinado: princi-pios del siglo XXi.
es información en el sentido más estricto, pues se describe y se documenta, lo que permite evaluar el estado de la cuestión y verificar los valores de “existencia”, “identidad”, “opción”, “edu-cación” y “legado”, de las fiestas en el pendiente mapa cultural del Uruguay.1
también permite apreciar los temas de cada fiesta, ubicar las localidades donde se desarrollan, el tipo de público y prota-gonistas que la integran, desde cuándo y con qué frecuencia se realizan, en qué fechas, cuál es su duración, entre otros.
esta información, presentada en este formato, colabora a prestigiar a las propias fiestas y las localidades donde suceden. Como la obra de investigación que ayestarán realizó con la músi-ca tradicional en su momento.
esta información cultiva los apegos al lugar, donde las per-sonas nacieron, se criaron, habitan o donde se pasa bien yendo de visita.
esta obra alimenta la querencia. ahora se cuenta con conocimiento sistematizado para elabo-
rar un inventario y un almanaque de fiestas populares, dos nue-vos productos a materializar. el primero analítico cultural, que se actualiza en períodos prolongados, cada diez años. el otro de divulgación para la promoción del consumo de las fiestas, de ac-tualización permanente, a fin de profundizar la identidad, promo-viendo el turismo cultural, tanto de residentes en el país como de extranjeros.
gracias Federico y antonio, y a todos los que colaboraron a que este libro exista. estamos mejor que antes.
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1 Para estimar el valor del patrimonio de una forma racional debe tomarse en cuenta que hay
valores que no se reflejan en el mercado. Las dimensiones públicas del arte y el patrimonio
incluyen al menos las siguientes variables:
- «valor de existencia»: la población se beneficia del hecho de que la cultura exista, incluso si
algunos de sus individuos no toman parte en ninguna actividad;
– «valor de identidad o prestigio»: porque determinadas instituciones contribuyen a un senti-
miento de identidad regional o nacional;
– «valor de opción o elección»: la gente se beneficia de la posibilidad de asistir a estos aconteci-
mientos culturales, incluso si no llegan a hacerlo realmente;
- «valor de educación»: el arte y el patrimonio contribuyen al refinamiento de los individuos y al
desarrollo del pensamiento creador de una sociedad.
- «valor de legado»: las personas se benefician de la posibilidad de legar la cultura a generacio-
nes futuras, aunque ellas mismas no hayan tomado parte en ningún acontecimiento artístico o
patrimonial.
Bruno Frey, “La valoración del patrimonio desde una perspectiva económica”, página 176 de La
economía del arte. La Caixa. Barcelona, 2000. Disponible en Internet.
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Fiestas del UruguayFederico Estol y Antonio Di Candia
este libro es un viaje, una aventura cuyo resultado final nos lle-na de alegría. sus páginas traducen nuestra firme convicción de que Uruguay posee múltiples colores. Con esa certeza como única premisa, comenzamos a pensar este trabajo sin saber a ciencia cierta dónde íbamos a terminar.
lejos de representar una dificultad, nuestras diferentes formaciones y enfoques no hicieron otra cosa que alimentar esa poderosa herramienta humana para crear y avanzar hacia lo desconocido, ese maravilloso motor que es la curiosidad.
la inquietud por conocer las diversas realidades que forman este pequeño pero polifacético país nos asaltó desde muy jóve-nes. Fueron muchas las veces que, mochila al hombro, partimos de la “capital”, generalmente con rumbo incierto pero siempre con ganas de vivir experiencias nuevas y diferentes. en ocasio-nes las travesías eran a dedo y otras veces partiendo del Mercado Modelo, como ayudantes de los camiones de fruta y verdura que nos transportaban en pocas horas a personas y lugares que sedu-cían nuestra cabeza montevideana. así comenzó a gestarse esta idea. en un momento de nuestras vidas coincidimos, le dimos forma y empezamos a trabajar. la antropología y la fotografía, cada una un medio para interpretar lo humano, fueron las he-rramientas que nos ayudaron a enfrentar este reto.
en el año 2006 comenzamos los primeros viajes a diferentes puntos de nuestra geografía, sin mucha planificación y orienta-dos solo por vagos rumores de que nos encontraríamos con algo interesante. de forma espontánea, realizábamos entrevistas y captábamos imágenes de todo aquello que nos parecía relevante. No solo registrábamos fiestas sino también paisajes, pueblos, ofi-cios, gastronomías, historias de vida, sonidos y personajes.
Con el material a cuestas, volvíamos a Montevideo y dis-cutíamos sobre lo que estábamos haciendo. era un modelo im-pulsivo y desorganizado que aunque disfrutable, muchas veces nos hacía sentir perdidos. acotar los márgenes de nuestra inves-tigación se hizo una prioridad y sentimos la necesidad de enfo-carnos en algo concreto. elegimos entonces las fiestas tradicio-nales, expresiones que reúnen diversos elementos de la cultura uruguaya.
Varias fueron las razones que explican nuestra decisión. el hecho de que no existieran en Uruguay hasta el momento traba-jos globales en esta materia fue una. la riqueza que encontra-mos en el terreno fue, sin duda, otro argumento a favor: en po-cos meses de búsqueda, las fiestas populares mostraron indicios de un mundo nuevo y sorprendente, desconocido para muchos uruguayos, incluso para nosotros mismos.
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Cada vez que asistíamos a una fiesta nos emocionaba todo, en particular la intensidad con que la gente vivía esos momen-tos, cómo participaba y la alegría constante durante esos días. Muchas veces nos pareció estar en otro país. Colores, aromas, paisajes, personajes y tradiciones desconocidos nos transporta-ban a otros lugares y al mismo tiempo, reafirmaban la identidad multicultural de la que estamos hechos.
Para nosotros fue un hallazgo personal y conmovedor que merecía ser transmitido a otros. Fue entonces que ambos co-incidimos en dar a conocer estos mundos a través de un libro. redactamos un proyecto que presentamos en varios lugares. la Comisión del Patrimonio del Ministerio de educación y Cultura se mostró interesada, nos apoyó con los pasajes, las llamadas telefónicas y una carta avalando la investigación. luego, la em-presa Fujifilm Uruguay nos brindó los rollos de fotografía.
Poco a poco el proyecto comenzó a tomar forma. empe-zamos investigando sobre festividades en cada departamento; las direcciones de Cultura y de turismo municipales nos envia-ron sus calendarios y reunimos los eventos en un cronograma anual. Cada fin de semana hay algún evento y muchas veces se superponen en el tiempo, para lo cual debimos ajustar y che-quear previamente los contenidos con sus organizadores.
en cada viaje que hacíamos, el número de festividades au-mentaba con el clásico “boca a boca” a través del cual nos ente-rábamos de nuevas celebraciones, que ya quedaban fijadas para otra salida. en varias ocasiones nuestros informantes más ca-lificados eran los vendedores ambulantes, una especie nómada que recorre todo el Uruguay buscando las grandes concentracio-nes de gente. el ritmo de un “cazafiestas” es muy intenso: en un solo fin de semana teníamos hasta tres lugares para visitar. Por supuesto existe temporada alta de festividades, como por ejem-plo semana de turismo, cuando todos los días hay fiesta.
Considerando que el cronograma anual que elaboramos al comienzo de la investigación nos daba una cantidad de 150 cele-braciones en total y disponíamos de 52 semanas en un año, en se-guida supimos que este trabajo nos demandaría como mínimo tres años. Fue entonces cuando tuvimos que bajar nuestra ansiedad y disminuir el número de eventos, optando siempre por aquellos en los que considerábamos que existían elementos de riqueza cultural relevantes que daban cuenta del mundo festivo uruguayo.
de ahí el abanico de celebraciones presentado: las hay an-tiguas, jóvenes, de todos los departamentos del país, conocidas a nivel nacional e incluso internacional o desconocidas para la mayoría de los uruguayos, populares o cerradas, etcétera.
Nosotros teníamos medios muy escasos, los apoyos eran en pasajes, rollos fotográficos y la grandiosa posibilidad de llamar por teléfono a todo el país; la creatividad y las ganas hacían el resto. los traslados eran en ómnibus a las ciudades grandes, a dedo si era en algún pueblo sin locomoción y caminando hasta
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el predio cuando se trataba de un campo alejado. en varias opor-tunidades nos prestaron alguna moto y hasta en una ocasión en Melo nos dieron las llaves de un Chevrolet que corcoveaba más que los caballos de las jineteadas que estábamos cubriendo.
Muchas veces íbamos por el día, pero otras la celebración duraba más de una jornada, por lo que nos quedábamos a pasar la noche con sobre de dormir a la intemperie o en casa de alguien amable que vivía en la zona; también alguna comisaría o iglesia supo ser refugio de la noche. Una constante en todo el proceso fue la gente y su calidez a la hora de recibirnos. en cualquier pueblo o al llegar a algún barrio de Montevideo, siempre expli-cábamos lo que estábamos haciendo y enseguida surgía interés por colaborar con nosotros. Nuestro país en este sentido tiene un tesoro que permanece vivo y debemos valorar.
la forma de afrontar cada festividad fue siempre similar, aunque la diversidad de cada celebración nos llevaba a ir pulien-do y modificando las estrategias: llamábamos una semana an-tes para confirmar la fecha y las actividades de cada jornada, se armaba la logística para llegar hasta el lugar y bien temprano estábamos allí para empezar a trabajar. generalmente nos di-vidíamos para salir a la búsqueda de los elementos destacados, pero al poco tiempo nos juntábamos para comentar y definir nuevas cosas para registrar.
el desarrollo de cada fiesta varía, es cambiante y demanda estar atentos para no perderse nada. Había que volver obligato-riamente con un material que representara la globalidad de la celebración y también las pequeñas historias que hacen al en-torno. Nuestro desempeño fue mejorando con cada viaje y ma-durando conceptualmente, hasta el producto final que presen-tamos ahora.
a medida que pasaba el tiempo de observación en el terre-no y avanzaba el proceso de interiorización de nuestra investiga-ción, lentamente nos fuimos dando cuenta de ciertos patrones que surgían en todas las fiestas. la gran mayoría de estas festi-vidades son a beneficio de alguna institución y cumplen un rol social muy determinado en cada comunidad, siendo en muchos momentos un nivelador social que provee equidad en el espacio donde se practica. Cuando uno festeja las clases sociales desapa-recen, aunque sea por un momento; los miembros de una futura pareja se conocen; las personas olvidan su rutina y la identidad queda reafirmada una vez más.
sabemos que elegir es siempre una acción arbitraria y sub-jetiva. en este libro no están todas las fiestas uruguayas y segura-mente nos queden afuera eventos tan relevantes como los publi-cados. somos conscientes de que la naturaleza de este trabajo es demasiado rica para abarcarla completamente en tiempo y forma.
al día de hoy nos seguimos enterando de nuevas y diversas celebraciones por todo el país y esto nos reconforta: los festejos nacionales están en crecimiento. tenemos entre manos un pro-
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yecto siempre cambiante que podría llevarnos toda la vida pero que elegimos que vea la luz ahora, adoptando una de sus múlti-ples formas posibles, aportando desde nuestra propia mirada, sin pretensiones de ser un trabajo de carácter académico sino simple-mente un insumo para todos aquellos, investigadores o no, que se animen a recorrer y empaparse del universo festivo uruguayo.
esta investigación nos llevó tres años, llegamos a los 19 departamentos, recorrimos más de 15 mil kilómetros y registra-mos un total de 83 fiestas. a nuestro entender en este libro com-partimos con ustedes las 50 festividades más representativas de Uruguay, además de un calendario con los 100 eventos más im-portantes, que merecen sin duda ser considerados.
estimados lectores, esperamos que disfruten de esta publi-cación tanto como nosotros disfrutamos al realizarla. a través de estas páginas los invitamos a viajar también a ustedes, por-que Uruguay ¡está de fiesta!
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¿Qué es una fiesta?
las festividades (cualquiera que sea su tipo) son una forma pri-mordial determinante de la civilización humana. No hace falta considerarlas ni explicarlas como un producto de las condiciones y objetivos prácticos del trabajo colectivo, o interpretación más vulgar aún, de la necesidad biológica (fisiológica) de descanso periódico. las festividades siempre han tenido un contenido esencial, un sentido profundo, han expresado siempre una con-cepción del mundo. su sanción debe emanar no del mundo de los medios y condiciones indispensables, sino del mundo de los objetivos superiores de la existencia humana, es decir, el mun-do de los ideales. sin esto, no existe clima de fiesta. Bajtin, Mijail1
la definición de fiesta ha sido, desde hace décadas, tema de de-bate de investigadores a lo largo y ancho del mundo. este de-bate, por demás interesante, que aun continúa y probablemen-te lo siga haciendo, pudo arrojar algunas conceptualizaciones básicas, por ejemplo la impecablemente formulada por Bajtin. es así que categorizar, separar, dividir, aglomerar las diversas fiestas y celebraciones es un debate tan rico como el anterior y probablemente más estéril. Nuestra intención, entonces, no es agrupar de manera definitiva estas celebraciones. Muy lejos de esto, pretendemos mostrar los resultados de nuestros registros, visuales y testimoniales, y aportar a futuros debates en la cues-tión, los cuales creemos necesarios en las comunidades, institu-ciones, en los investigadores, en fin, todo aquel a quien le inte-rese este rico fragmento de nuestra cultura.
siendo conscientes de lo arbitraria que es cualquier agru-pación, aclaramos que la que sigue solo se basa en aquel elemen-to o grupo de elementos que nuclean al resto, es decir: las fiestas son fenómenos múltiples con diferentes elementos en juego. Por ejemplo, en las fiestas religiosas puede haber alguna actividad folclórica o viceversa; las fiestas de la producción generalmente van acompañadas de misas criollas o concursos de agrupaciones típicas. también hay que destacar que actores como las socieda-des criollas son claves tanto en fiestas artiguistas, como folcló-ricas y religiosas.
1 La cultura popular en la Edad Media y Renacimiento. Barral Editores, Barcelona, 1971.
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luego de un largo y profundo trabajo analítico, y sabiendo el riesgo que corremos con estas categorizaciones, les presenta-mos esta tipología de las fiestas del Uruguay.
Concebimos las fiestas como un evento-proceso, lo que sig-nifica que su realidad no se agota en el propio día festivo sino que son procesos que involucran de manera profunda a las co-munidades, a las familias y a las agrupaciones sociales gene-ralmente representadas por la Comisión de Festejos, Comisión de Fomento, Comisión de Vecinos, entre otras. este proceso co-mienza meses antes, y a veces al otro día de terminada la fiesta ya ponen manos a la obra para preparar la siguiente.
la fiesta de un pueblo no solo debemos apreciarla por su carácter de entretenimiento o diversión de una comunidad espe-cífica, también tiene funciones sociales, económicas y cultura-les muy profundas, constituyéndose en un fenómeno que aporta significativamente a la construcción de la memoria e identidad local de una manera dinámica para las futuras generaciones, de ahí su carácter patrimonial.
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las fiestas artiguistas o patrióticas artiguistas se muestran como una expresión relativamente nueva. a excepción de la celebra-ción del sauce, las mismas no tienen más de cuarenta años de antigüedad.
las fiestas patrias buscan reforzar el sentido de la nacio-nalidad por intermedio de valores patrióticos y republicanos. asimismo, tienen un carácter cívico a través del cual se intenta afianzar el sentido de pertenencia de los ciudadanos conmemo-rando la fundación de los pueblos y ciudades.1 las fiestas arti-guistas, si bien comparten una cantidad de elementos con las fiestas patrias, cuentan además con otras características que ex-ceden a las definiciones clásicas de las festividades patrióticas.
en primer lugar, toman a la figura del prócer como un per-sonaje, más allá del héroe nacional, del estratega o el estadis-ta. en el imaginario colectivo, José gervasio artigas representa además al líder moral, al “mejor de los orientales”; su figura no se limita al líder militar del pueblo sino que es también un representante de la vida en la campaña, con los sacrificios, los paisajes y los personajes que la misma implica. en estas fies-tas, artigas es el prócer de la patria pero también sinónimo del trabajo rural y del mundo de la campaña. esta visión más hu-mana y quizás más romántica de la figura del prócer explica la presencia infaltable en estas fiestas de las aparcerías, que están generalmente a cargo de la organización del evento.
también conocidas como sociedades nativistas, sociedades tradicionalistas o sociedades criollas, las aparcerías son grupos de personas, asociaciones civiles, conformadas por hombres y mujeres, veteranos y niños, peones y estancieros, cuyo fin es mantener las tradiciones rurales y gauchescas. en todo el te-rritorio participan en estas más de cincuenta mil personas que, además de organizar o colaborar en fiestas artiguistas, folclóri-
cas o de la producción, realizan actividades durante todo el año, promoviendo y rescatando tradiciones criollas o participando en concursos de jineteadas.2
Otra característica de las fiestas artiguistas es que en ellas se da un fenómeno particular e interesante con respecto a la memo-ria del prócer. Cada celebración repara en distintos fragmentos de la vida de artigas, que es interpretada y apropiada por cada localidad a su manera. la mayor parte de estas fiestas se reali-za en zonas claramente relacionadas con el accionar de artigas y su gesta, es decir, en el sur y el litoral (principalmente por el éxodo del pueblo oriental y el gobierno de Purificación). de todas formas, no es estrictamente necesario que artigas haya tenido una presencia fuerte en una región para que esta se apropie de su memoria; tal es el caso de la Noche de los Fogones, en la cual los minuanos manifiestan orgullosos el contar en su suelo con el “monumento ecuestre de artigas más alto del mundo”, tomando este hecho como punto de partida para celebrar al prócer.
1 La fiesta, la otra cara del patrimonio. Valoración de su impacto económico, cultural y social.
EdicióndelConvenioAndrésBello.UnidadEditorial,pág.24.
2 Caula,Nelson.“Documentodeanálisissobreelestadodelartedelpatrimoniocultu-
ralinmaterialenUruguay”,2005.ComisióndelPatrimonioCulturaldelaNación.
Artiguistas
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todavía es de noche y los últimos fríos invernales se hacen sen-tir con fuerza en el campamento a orillas del Chapicuy. entre la niebla y el silencio, hombres, mujeres, niños y ancianos, atavia-dos con ponchos de lana, boinas y bombachas de campo, prepa-ran sus caballos para lo que será el último tramo de su recorrido. tras horas y hasta días de cabalgata, apenas unos kilómetros los separa del monumento al padre de todos los orientales, José gervasio artigas.
Como cada setiembre desde 1995, casi un centenar de apar-cerías de todo el país llega a Paysandú, a la Meseta de artigas, siete kilómetros distante de donde fuera Villa Purificación, sede del gobierno federalista, para celebrar al “defensor de los pue-blos libres”. la simbología y majestuosidad del lugar (ver recua-dro Meseta de Artigas) resultan el marco ideal para un multitudi-nario homenaje que, al menos para las aparcerías, comienza mucho antes del día del acto. Para la sociedad nativista anfitrio-na glorias de Purificación fueron meses de trabajo en conjunto con la intendencia, dedicados a la organización del evento. Para las aparcerías visitantes, fueron días y kilómetros a caballo de-safiando lluvias y vientos; noches de campamento a la luz del fuego; heladas matinales; hileras de familias enteras vestidas a la manera gaucha, marchando a los costados de las rutas, con pabellones, banderas y estandartes en alto.
la mañana avanza. en el parque próximo a la meseta, el lento retiro de la niebla descubre los fogones todavía encendi-dos de una noche de encuentro entre pares. en la víspera del acto, las aparcerías visitantes escogieron lugares propicios para la trasnochada, siempre cerca del monumento. los mañaneros comparten mates y conversan susurrando para no despertar a nadie, pocas maneras tan gratas de hacerle frente al rocío. Fue una noche larga, fructífera en charlas y bailes, acordeones, gui-tarras y contrapuntos. Música folclórica, danzas típicas y espec-táculos artísticos acompañaron a los braseros siempre repletos. la “noche de los fogones” fue pensada para eso, para reencon-trarse y aguardar entre todos el momento del tributo al líder.
a las 11 de la mañana el lugar está colmado. autoridades, medios de comunicación, sanduceros y visitantes llegan progre-sivamente al predio donde en minutos se rendirá el homenaje a artigas. entre gritos, silbidos y aplausos del público, la entra-da en fila de las aparcerías es todo un espectáculo. Banderas, boinas y ponchos con los colores artiguistas forman un río des-
Encuentro con el patriarcaMeseta de Artigas, Paysandú
A Don JoséartiguistaOrganiza
Intendencia y aparcerías de PaysandúA beneficio De entidades sociales de la zona correspondiente al radio de la junta local de ChapicuyPrograma general Noche de fogones, desfile de caballería gaucha desde la ciudad de Paysandú, acto al pie del monumento a Artigas y espectáculos folclóricos.
Cápsula del tiempoUna hermética caja de plomo es la
guardiana de la curiosa combinación
de elementos que se colocaron en
su interior en aquel acto de 1899,
al inaugurarse el monumento
(ver recuadro El monumento). Las
actas de la inauguración firmadas
por todos los asistentes, varias
monedas de cuño nacional y una
medalla conmemorativa de la
sección uruguaya de la Exposición de
Chicago celebrada en 1893 conviven
desde entonces en esa caja al pie
del monumento, esperando quizás
que algún espíritu renovador la abra
para sumar los botines de Edgardo
Alcides Ghiggia, la medalla de Milton
Wynant u algún otro motivo de
orgullo nacional que a los uruguayos
interese conservar por los siglos de
los siglos.
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antigüedad
1995público estimado
5.000fecha
23 de setiembre
El monumento Dirige su mirada hacia el río Uruguay.
Su armado llevó 16 días, ensamblándose
desde adentro hacia afuera. El
monumento se compone de una base
piramidal de piedra con 15 metros de
lado, una columna de granito rosado
de 37 metros de altura y el busto de
Artigas. Este tiene un peso total de
cinco toneladas de bronce y fue fundido
en 40 piezas en Montevideo, dado
el tamaño. Su autor fue el escultor
italiano Juan Azzarini. El monumento
al Protector de los Pueblos Libres se
inauguró el 25 de agosto de 1899,
en tierras donadas por el estanciero
Nicanor Amaro, convirtiéndose en el
segundo monumento a Artigas de
Uruguay; el primero se encuentra
en San José. El encomendado fue
el Dr. Eduardo Martínez García, en
nombre de la comisión responsable del
proyecto, con las siguientes palabras:
“Este acto de justicia póstuma era una
necesidad reclamada; la maledicencia
y la diatriba han pugnado de tal modo
para empañar y oscurecer la memoria
del Patriota, que se hacía indispensable
reivindicar su gloria; ha sido necesario
reconstruir la verdad histórica
adulterada por la pasión del adversario,
para mostrar a la generación presente
la personalidad de Artigas tal cual es,
despojada de sombras y de lunares y
hacer su vida esmaltada de acciones
heroicas, de rasgos de nobleza y de
proezas singulares…”.
Fuente: Aníbal Barrios Pintos, Paysandú,
Artigas.
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Encuentro con el patriarca
Meseta de ArtigasDesde fines del siglo XIX la meseta
se convirtió en uno de los principales
símbolos de la memoria artiguista. En
el año 1815 la zona tomó relevancia
al instalarse el gobierno federalista.
La meseta se encuentra a siete
kilómetros de la que fuera Villa de
Purificación y el cuartel general del
Hervidero. Tras una breve actuación
en la ciudad de Paysandú, Artigas
trasladó su campamento al vértice
del río Uruguay y el arroyo Hervidero
con la idea de fundar una ciudadela
que fuera epicentro de la Liga
Federal. Hoy día no existe ningún
resto de aquel poblado precario ni
tampoco del campamento anexo de
Purificación. Sin embargo, el lugar
conserva un enorme sentido para
el ideario artiguista. No solo por su
magnífica geografía, una espectacular
vista panorámica de tierras argentinas
y uruguayas, y por la importancia
histórica que reviste con el apogeo
del artiguismo, sino también por
la simbología que representa la
peregrinación a la meseta: Artigas,
el primero de los orientales cabalgó
durante días hasta allí y acampó en la
zona. Igual que hoy, más de 200 años
después, lo hacen las aparcerías.
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bocado que confluye en el monumento al Prócer. los jinetes y espectadores van ocupando sus sitios alrededor del estrado a los pies del monumento, custodiado por integrantes del Cuerpo de Blandengues, en un enorme semicírculo que crece con el pasar de los minutos. Mientras tanto y en menos de dos horas, se aca-bó la venta de asado con cuero. Fueron quince las vaquillonas destinadas a reunir fondos para la escuela de la zona.
Comienza el acto con la palabra de las autoridades presen-tes y representantes de las aparcerías. la multitud entona los himnos nacional y a Paysandú y se colocan ofrendas al pie del monumento. el punto más emotivo llega con la interpretación de A Don José, el himno popular del Prócer por excelencia. los gauchos apoyan los sombreros contra su pecho. Mujeres, hom-bres y niños, jóvenes y ancianos, sanduceros y visitantes, can-tan bajito al general. durante esos minutos, todos acompañan y hasta el turista más ajeno se siente paisano.
se apagan las voces y es el momento propicio de compen-sar al otro fiel compañero y gran protagonista de la jornada, el caballo. los jinetes bajan al río para que los animales calmen su sed, mientras, en el predio, las actividades continúan el resto del día. danzas y música folclórica, demostraciones de juegos antiguos como la taba, el trompo y la Herradura, convocan a nostálgicos y curiosos.
Fue una jornada larga e intensa. lentamente la caballada va emprendiendo la retirada. a muchos jinetes les espera un lar-go viaje de vuelta a casa. Otra vez los kilómetros a caballo, el caprichoso clima, las frías noches de campamento; otra vez los estandartes y las banderas en alto. Otra vez. Otro año más. Pero valió la pena el encuentro. Para ellos es allí, en ese sacrificio, donde yace el más genuino espíritu artiguista; donde cobra va-lor su más sentido homenaje al mejor de los orientales.
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La RedotaCiudad de Salto, Salto
Organiza Asociación de Amigos del Patrimonio Histórico de Salto y las aparcerías del departamentoPrograma general El sábado, pruebas de rienda y jineteadas; puestas en escena de las costumbres de la época (vestimenta, monta, carros, etcétera); representación de “la redota” desde el parque indígena Vaimaca Pirú hacia las orillas del río Uruguay y espectáculos musicales. El domingo, misa criolla, jineteadas, exhibición de los blandengues y espectáculos musicales.
El derrotero artiguista
Pastilla con cifra 11.004Mujeres y hombres acamparon en el
Ayuí, a orillas del río Uruguay, según
el censo que se realizó en el propio
lugar. Esta cifra representa los cuatro
quintos de la población de la Banda
Oriental por aquel entonces. Entre
las recreaciones propuestas por las
aparcerías en la fiesta salteña, se
realizó un simulacro de censo con
formularios que debían ser llenados
antes de entrar al predio
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aquel caluroso día de 1811 el pueblo oriental en pleno se levantó en armas. los portugueses habían logrado atravesar el escudo de bravos charrúas que, armados con flechas y bolas, protegían la caravana de orientales comandada por don José gervasio arti-gas. a orillas del río Uruguay, a la altura del salto Chico y ape-nas unos kilómetros distantes del campamento del ayuí, ambos bandos midieron sus fuerzas en una feroz batalla. en medio de tiroteos, flechas y heridos, una mujer charrúa se lanzó sobre el jefe de los portugueses, logró tumbarlo de su caballo y, a cuchi-llazos, dejarlo sin vida. la hazaña de esta brava guerrera signifi-có la victoria del pueblo oriental… y el fin de la puesta en escena de una batalla que, en los hechos, nunca existió.
realidad y ficción se mezclan cada diciembre en salto cuando la ciudad rinde tributo, durante un fin de semana, a “la redota”, la emigración masiva del pueblo oriental, considerada por muchos como el nacimiento de la “orientalidad” (ver recua-dro Con nombre propio). Previa invitación de la asociación de ami-gos del Patrimonio Histórico de salto y las aparcerías del depar-tamento, lugareños, visitantes y sociedades nativistas de todo el país se dan cita en el parque indígena Vaimaca Pirú, en las afueras de la ciudad. el encuentro salteño recuerda con repre-sentaciones históricas, música folclórica y tradiciones criollas la heroica peregrinación de más de 10 mil hombres, mujeres y ni-ños que, decididos a defender su libertad, abandonaron espon-táneamente sus hogares, quemaron sus siembras y marcharon durante meses, a pie, a caballo, en carruaje o en carreta, detrás del jefe de los orientales.
durante dos días, locatarios y visitantes de la región com-partirán asados, mates, charlas, espectáculos folclóricos, paya-das y otras propuestas que tendrán lugar en el parque frente a la costa argentina, entre espinillos, corrales de ñandúes y una hile-ra de fogones engalanados con consignas gauchas y artiguistas.
la fiesta comienza el sábado con los preparativos del asado que al mediodía se disfrutará junto a las jineteadas y las pruebas de rienda. Con el correr de las horas, el predio irá tomando color a medida que empiecen a aparecer los personajes vestidos de época; chinas, gauchos, negros, soldados, charrúas y familias patricias se cruzarán con los intérpretes de artigas, ansina, el cura Figue-redo y otros protagonistas de aquel campamento de 1811.
alrededor de las cinco de la tarde empieza a formarse la ca-ravana del pueblo; arropados con chiripás, andando a pie, a ca-
antigüedad
1997público estimado
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1er fin de semana de diciembre
Salto, la lindaPoblada desde fines del siglo XVII,
Salto inicia su proceso poblacional el
8 de noviembre de 1756, cuando un
campamento español se establece
en la zona, frente a Salto Chico. El
entonces gobernador de Montevideo,
Joaquín de Viana, construyó un
fuerte para alojar a cuatrocientos
“dragones” que formaban parte de
su milicia, convirtiéndose en los
primeros moradores de la localidad.
Su nomenclatura proviene de los
característicos saltos de agua de la
zona provocados por el río Uruguay.
Se cree que antiguamente los grupos
indígenas que allí habitaban, de
lengua guaraní, denominaban a las
tierras “Itu”, que significa arrecifes.
La zona, rica en pasturas y cursos
de agua, fue escogida por diversos
grupos socioculturales (misiones
jesuíticas, indios guaraníes o de
lengua guaraní, negros, gauchos,
indios tapes, contrabandistas, entre
otros) durante el período previo
a la independencia nacional y su
consecuente ordenamiento político
y territorial. El departamento de
Salto se creó por ley el 17 de junio
de 1837, separándose de Paysandú y
ocupando su actual territorio más el
que hoy abarca el departamento de
Artigas. La Villa de Salto pasó a tener
categoría de ciudad el 8 de junio
de 1863 por decreto del presidente
Bernardo Berro.
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Artigas, líder moralPor Antonio Di Candia
Más allá del atractivo visual que
suponen las representaciones
históricas, las propuestas referentes
al éxodo de las aparcerías tienen en
La Redota un fin pedagógico. En las
mismas se pretende, por intermedio
de su propia liturgia, interpretar
no solo cómo se vivió en aquella
época, sino también rescatar uno
de los elementos más olvidados del
ideario y accionar de José Gervasio
Artigas: su carácter de líder ético. La
representación del rapto de la china,
un hecho común durante el éxodo,
incluye la persecución de los oficiales
a los raptores y su posterior castigo.
También se recrea un casamiento
donde el cura Figueredo, brazo
moral y cristiano del grupo, une a
todos aquellos que llevaran una vida
promiscua durante el trayecto. Otra
representación que demuestra las
medidas ejemplarizantes tomadas
por Artigas es la del fusilamiento
de un violador a la vista del grupo,
basado en un hecho real en
Quebracho.
La Redota
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ballo o sobre primitivas carretas, los participantes buscarán ca-racterizar de la manera más fiel posible a quienes hace 200 años vivieron, en ese mismo lugar, la gran gesta oriental. la mar-cha de jinetes a orillas del Uruguay será uno de los momentos de mayor atractivo visual de la jornada y sin dudas, el episodio más emotivo de la fiesta. si las aguas lo permiten la caravana se internará unos veinte metros, para que el público reviva el cruce original por el salto Chico e imagine aquellos días de diciembre en que cientos de valientes familias orientales, de distinta raza, clase económica y cultura, se lanzaron a la difícil empresa de atravesar el río Uruguay, dispuestas a sobrevivir pero conscien-tes de que podían dejar la vida en el intento.
escoltada por blandengues, la comitiva deja atrás el río y emprende su retorno al parque donde la espera la profesora Ofe-lia Piegas, autora intelectual y alma de la fiesta, que iluminará a los presentes con una oratoria al pie de la recreación. el fin de la fiesta es “la búsqueda de nuestras raíces”, explicará luego Ofe-lia, de enérgicos 80 años. “la historia la hacen unos y la escriben otros desde escritorios, olvidándose de los terruños”, agregará, convencida de que no es allí donde está el pasado. “alrededor del fuego, entre mate y mate (…), ahí se formó la patria”.
tras las palabras de la profesora, coronadas de aplausos y gritos a la manera “sapucay”, el público recorrerá el predio. du-rante los dos días que dure la fiesta, salteños y visitantes apre-ciarán los ranchos construidos por los aparceros enamorados de aquellos tiempos y la recreación de la vida cotidiana, las riñas, los amores y las costumbres del aquel campamento de hace casi dos siglos (ver recuadro Artigas, líder moral). entre tanta historia, claro que también habrá lugar para el presente con buenos asa-dos y vinos, espectáculos artísticos de primer nivel, un concurso de nuevos talentos, una misa criolla dominical, la exhibición de los blandengues y las infaltables jineteadas. “Quien no conoce su pasado, no sabe dónde está parado”, había dicho Ofelia bajo la sombra de aquel espinillo. sabias palabras las de la profesora, que se asegura de que nadie salga de la redota sin haber viaja-do, por lo menos, doscientos años atrás.
Con nombre propioEl nombre de la fiesta La Redota
hace hincapié en la expresión criolla
que los propios paisanos utilizaron
para llamar a la emigración de los
orientales en 1811. “Debe respetarse
el derecho de quienes realizan algo
grande, para llamarlo según su gusto
y manera”, opina el historiador Carlos
A. Maggi. Por su parte, la profesora
e historiadora Ofelia Piegas cree
que el nombre éxodo (puesto por el
historiador Fregueiro sobre finales
del siglo XIX) no corresponde ya que
“la palabra significa la búsqueda de
una tierra prometida y este no fue el
caso”. “Está bien denominada ‘redota’,
que no se refiere a derrota sino a
‘derrotero’, que significa camino”,
explica Piegas. “Es por otra parte una
palabra rústica y expresivamente
criolla, analfabeta y gaucha; es
una expresión única, propia, para
designar un hecho que no tiene
iguales”, señala a su vez Maggi.
Fuentes: entrevista a la profesora e historiado-
ra Ofelia Piegas / Testimonio del historiador
Carlos A. Maggi publicado en el sitio
http://mundomatero.com/estampas/la-
redota.html
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las fiestas de la producción, o del trabajo, son las más dinámicas en cuanto a que son las que menos perduran en el tiempo pero, a su vez, se renuevan año a año sumando propuestas (Festival del alambrador y trenza de Payadores, Fiesta del arroz).
este tipo de fiestas responden a la identificación de los ha-bitantes con cierta producción local. se basan en la estrecha rela-ción de los pobladores de una localidad con los valores asociados a un tipo de trabajo, los roles y las relaciones entre las personas, el medio ambiente y los ciclos de la producción vinculados a la naturaleza (cosecha, ciclos lunares).
son celebraciones con gran apoyo en lo comunitario, sobre todo en aquellas localidades en las que la producción a la que se rinde homenaje representa la fuente de trabajo de la mayor parte de la comunidad (Fiesta de la Uva y el Vino, Fiesta de la Madera, Fiesta de la yerra o Fiesta del arroz). incluso en algunas celebraciones de la producción, como es el caso de la Fiesta de tradición, Jabalí y aventura en aiguá, la participación de la co-munidad resulta determinante, ya que cumple la función fun-damental de velar por el control de la natalidad de estos anima-les que afectan profundamente la producción ganadera local.
las fiestas de la producción se sitúan de manera uniforme en todo el territorio nacional y están fuertemente impregnadas de las identidades locales construidas históricamente en base a las producciones de la zona. esta característica se manifiesta en la manera en que se perciben a sí mismas esas poblaciones y en cómo se diferencian del resto de las localidades con denomina-ciones como “Piedras Coloradas: capital de la madera” en el caso de la Fiesta de la Madera. así se van conformando localidades o regiones asociadas a determinadas producciones (la sandía en tranqueras; la cuenca lechera en Cardal y el resto de Florida; el arroz en isidoro Noblía y el resto de la zona este).
sin embargo, más allá de esta identificación, el devenir histórico y sus coyunturas económicas inevitablemente afec-tan a este tipo de celebraciones, organizadas generalmente por agrupaciones de productores rurales y los propios pobladores. es justamente por esta razón que las fiestas del trabajo son las que menos perduran en el tiempo, al sustituirse un tipo de produc-ción por otra.
de la Producción
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“traiga su copa y beba su vino”. lejos de ser una simple invita-ción, la frase eslogan de la Fiesta de la Uva y el Vino resume el espíritu de Villa rodríguez y de su gente.
rodríguez es un pueblo “vinero” como pocos en Uruguay, con climas y suelos especialmente propicios para dicha actividad. la lo-calidad fue madurando entre bodegas, cepas y manos expertas en el cuidado de la viña, dando una peculiar fisonomía a sus campos y a sus pobladores. No debe extrañar entonces que Villa rodríguez posea, de acuerdo a sus pobladores, la segunda plaza vitivinícola en el mundo, encontrándose la primera en Burdeos, Francia.
desde sus orígenes la zona que ocupa Villa rodríguez es-tuvo muy ligada al trabajo de la uva y la producción del vino, y con estos a la celebración del momento de mayor relevancia para sus productores: la cosecha (ver recuadro Tiempo de cosecha). la primera fiesta de la vendimia y la elección de reinas del pueblo se celebraron en 1948 y 1949 bajo la organización de viticultores locales que cuatro años antes habían creado la Unión de Viticul-tores de rodríguez. luego, la fiesta se tomó un largo descanso hasta que en 1996, a iniciativa del rotary Club y de la Unión de Viticultores, la celebración se retomó con gran entusiasmo y se le dio forma a los festejos incorporando otras actividades, como el desfile de carrozas, carros y tractores y espectáculos artísticos como broche final de cada jornada.
la Fiesta de la Uva y el Vino es una celebración que deja en evidencia la importancia que tiene la producción vitivinícola para todos los habitantes del pueblo. el día del evento, vecinos y comerciantes engalanan calles, ventanas y vidrieras, vistiéndo-las con adornos que hacen referencia a la labranza y a diferentes etapas de la producción de la uva y el vino. tanto esfuerzo tendrá su recompensa en el Concurso de Vidrieras y Ventanas, llevado a cabo por los organizadores que premian a quienes presenten de forma más creativa y atractiva su hogar o comercio.
algunos que peinan canas se acercan, mate en mano, a la plaza donde se exponen los autos tuneados, a “relojear” los impe-cables coches, los brillos y los fulgores de sus vestiduras. los re-cuerdos surgen inevitables, como pegados en las retinas: “antes había carreras de bicicletas antiguas”, dice uno. a la reflexión le sigue la pausa inevitable mientras ceba un mate a su compañero: “y sí, los tiempos cambian”, confirma el otro entre risas.el desfile, sencillo y familiar, es para los rodriguenses el mo-mento más importante de la jornada. transcurre a media tarde
Salú RodríguezOrganiza Comisión organizadora integrada por diversas instituciones sociales del puebloA beneficio De instituciones sociales localesPrograma general Feria en la plaza, exhibición de autos tuneados, desfile de carrozas y Reina de la Vendimia, puestos de degustación gratuita de vino y espectáculos artísticos.
Fiesta de la Uva y el VinoVilla Rodríguez, San José
de la producción
Villa RodríguezFue declarada pueblo en 1909 y villa
en 1960. Nació como consecuencia
de la inauguración, el 20 de mayo
de 1876, de una parada de ferrocarril
en la línea que conectaba San José
de Mayo con 25 de Agosto. Los
terrenos pertenecían a la sucesión
de Santiago Rodríguez, uno de los
primeros pobladores de la zona. A
principios del siglo XX se propuso
llamarla Conciliación. La iniciativa
no prosperó porque el nombre
Rodríguez estaba muy arraigado
entre los lugareños. En sus orígenes
se constituyó en un centro granero
y de viñedos. E :( stá ubicada sobre
la ruta 45, a unos 15 kilómetros de
San José de Mayo. En 1996 vivían en
Rodríguez 2.354 habitantes.
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antigüedad
1996público estimado
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Entre febrero y mayo, próximo a la vendimia
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Tiempo de cosecha“La vendimia es un símbolo del
trabajo culminado del agricultor,
que recibe en frutos el premio del
esfuerzo, el cual tendrá nueva vida
en el cuerpo y espíritu del buen
vino”, se lee en el sitio en Internet
del Instituto Nacional del Vino
(Inavi). Por vendimia se entiende la
recolección o cosecha de las uvas
de vino. En el caso de las uvas de
mesa, se usa simplemente el término
cosecha. El periodo de vendimia
varía entre febrero y abril (en el
hemisferio sur), y julio y octubre (en
el hemisferio norte). Esto depende
del grado de maduración de la uva
que se desee, es decir, del momento
en que la relación porcentual entre
los azúcares y los ácidos en el grano
de uva ha alcanzado el valor óptimo
para el tipo de vino que se desea
producir. Si bien este parámetro es
genéricamente válido para la uva de
mesa, en el caso de la uva destinada
a la producción vinera es necesario
considerar otros parámetros
para decidir cuándo es tiempo de
vendimia. Esto puede depender de:
condiciones climáticas (al aumentar
la latitud, la uva madura más tarde);
zona de producción (las uvas de
las viñas expuestas al Sur maduran
primero que aquellas expuestas al
Norte; al aumentar la altitud la uva
madura primero); tipo de uva (los
viñedos de uva blanca maduran
generalmente primero que las de
uva negra) y tipo de vino que se
quiera obtener, determinado por la
mayor o menor presencia de algunos
componentes, tales como: azúcares,
ácidos y componentes aromáticos.
Fuentes: sitio en Internet del Instituto Nacio-
nal del Vino (Inavi) y enciclopedia Wikipedia.
Fiesta de la Uva y el Vino
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por la calle principal con su parsimonia característica. en carro-zas, camionetas, tractores o a pie, todo el pueblo está presente: la Casa de la Cultura, la escuela, el liceo, la policlínica, la guar-dería, entre otras instituciones sociales locales. en la torre más alta de un carro, la reina de la vendimia del pueblo sonríe y sa-luda al público. la joven tiene la doble responsabilidad de repre-sentar al departamento de san José en la elección de la reina na-cional, pero también de brillar y honrar a su pueblo y a sus viñas desde una suerte de altar móvil que se abre camino entre cientos de admiradores. a un costado de la calle, una señora aplaude y sonríe: es la primera reina de la vendimia de rodríguez, quien también decidió acompañar la procesión.
entre la multitud, los puestos que ofrecen cata de vino apa-recen como hongos, atestados de sibaritas, quienes también cu-riosean entre los quioscos de comidas de distintas instituciones locales y los puestos de la feria de artesanías que se extienden a un extremo de la plaza.
a pocos metros, frente al escenario, locales y visitantes es-peran el comienzo de las primeras notas de guitarra. rodríguez cuenta con una población de casi tres mil habitantes, así que no es difícil darse cuenta que todo el pueblo dijo presente en su plaza, sumado a los vecinos de zonas aledañas como san José, santa lucía y libertad, quienes también se acercaron a la villa para disfrutar de su música, su gente y sobre todo, su vino.
Cuando cae el sol, el centro de la ciudad se ve desbordado de gente. Frente al escenario se arma espontáneamente un gran bai-le donde predominan los jóvenes, aunque también hay lugar para algún que otro veterano, que se luce en la improvisada pista desa-fiando al tiempo con pasos lentos pero vigentes. ya clareando son pocos los que siguen en la plaza, los más están de regreso en sus ho-gares, cansados pero satisfechos, pensando cómo seguir puliendo la gran fiesta del pueblo para que sea aún mejor el próximo año.
Origen de la fiestaEn su publicación Historia de Villa
Rodríguez, el profesor de historia
Pablo Rivero cuenta que la fiesta de
la vendimia comenzó a celebrarse
en Uruguay en forma espontánea,
a fines del siglo XIX, a los fondos
de la Granja Vidiella, donde los
trabajadores una vez culminada su
labor se reunían a bailar y tomar
vino. “Sabemos que en el año
1883 Francisco Vidiella organizó,
el 25 de febrero, una fiesta de
la vendimia con degustación de
vinos en su granja de Colón. En
el año 1941, el 16 de marzo, por
iniciativa de la maestra Tula Suárez
de Cutinella, se llevó a cabo en El
Caño (departamento de Colonia) la
primera fiesta de la vendimia con las
característica con que la conocemos
hoy, o sea elección de la reina,
desfile de todas las participantes con
trajes de vendimiadoras en carros
adornados con uvas y hojas de parra.
En esta oportunidad fue elegida
como reina Margot Judith Gfeler,
quien a la postre resultó por lo tanto,
desde el punto de vista histórico,
ser la primera reina de la vendimia
electa en el Uruguay. En el año
1943 se realiza por primera vez una
fiesta de alcance nacional, y en esta
oportunidad es electa como Primera
Reina Nacional de la Vendimia Esther
Yolanda Musso”.
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Folclóricas al igual que las fiestas de la producción, las folclóricas son cele-braciones dinámicas, que perduran menos en el tiempo pero a la vez se renuevan año a año.
el fin de las festividades folclóricas es rescatar y valorizar las tradiciones rurales y criollas del pasado y del presente como, por ejemplo, la danza, la música (Festival de folclore de duraz-no, Festival del payador en san José de Mayo), las tareas y los ofi-cios, las costumbres tierra adentro (Fiesta del Mate en san José de Mayo), los personajes (la Patria gaucha en tacuarembó), las destrezas criollas (Festival de Jineteadas en Palmitas, semana Criolla en roosevelt, Canelones, y la rural del Prado en Mon-tevideo). se evidencia de esta manera la apropiación por parte de determinadas localidades de ciertos elementos folclóricos, conformando así una identidad propia a pesar de pertenecer al mosaico identitario nacional. ejemplos sobre lo anteriormente dicho son autodenominaciones como “Capital de la payada” en san José de Mayo; “Capital de la jineteada” en el caso de Palmi-tas, o “Capital del asado con cuero” en lascano.
las fiestas folclóricas, generalmente llamadas festivales, representan también la oportunidad de poner en valor y reno-var las propuestas musicales, dando a conocer, muchas veces a públicos urbanos, nuevos cantores y grupos artísticos. esta re-valorización de las tradiciones folclóricas se da principalmente por intermedio de espectáculos y concursos donde generalmente participan las sociedades tradicionalistas: exhibiciones gastro-nómicas, la flor del pago (certamen de belleza), concurso de fo-gones criollos, pruebas de rienda y jineteadas, entre otros.
entre los elementos a destacar de las festividades folclóri-cas, cabe mencionar el importante crecimiento de la jineteada en las últimas décadas, cristalizando en una ley donde se la de-clara deporte Nacional en el año 2006.
Otra característica importante y generalmente presente en este tipo de fiestas son las misas criollas, en las cuales la liturgia de una celebración tradicional católica se combina con elementos criollos y gauchescos de antaño. las misas criollas tienen lugar los días domingo en la mañana; en general son acompañadas de músicas y/o danzas folclóricas y se da un espacio para la entrega de ofrendas con alto valor simbólico para la comunidad (un pon-cho de lana, una artesanía, una receta típica, entre otras).
en cuanto a la dispersión de las fiestas folclóricas en el te-rritorio nacional, vale decir que es bastante pareja, siendo or-ganizadas en su mayoría por sociedades tradicionalistas y las intendencias.
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El río que cantaOrganiza Intendencia Municipal de Treinta y TresPrograma general Actividades deportivas, náuticas, cabalgatas, vaquerías, fogones, paseos, excursiones y espectáculos de música: canto popular, rock, murga y propuestas gastronómicas.
Festival del Olimar Treinta y Tres
folclórica
lejos de festejar hechos pasados o personajes importados, el olimareño homenajea, desde hace 35 años, aquello que su pro-pia tierra le ha dado. Cada semana de turismo, el habitante de treinta y tres celebra los bosques de eucaliptos, los montes nati-vos, sus sombras, frutos y olores, el temblor de los sauces sobre el río, el rumor de las aguas, el canto de los pájaros, las tardes de pesca en familia, los paseos en bote y los baños con amigos, las siestas al sol en solitario y tantas otras alegrías que su propio río, el Olimar, le regala.
es así que, guitarras y cañas de pesca en mano, los olima-reños recuerdan cada año la antigua afinidad con su afluente más próximo. el Festival del Olimar representa un agasajo mu-tuo entre el hombre y su entorno. esa semana el hombre honra al río con cantos y bailes, paseos, baños y caminatas, regatas, juegos, risas, asados y encuentros a sus orillas. el río, a su vez, se ofrece al hombre en todo su esplendor. el Olimar es parte cen-tral del festival, un invitado siempre activo, que se brinda gene-roso, que crece y se desborda, que baja y se retira.
el oriundo de treinta y tres sabe bien de los caprichos de su río y al pasar las generaciones aprendió de memoria los secretos ocultos de sus aguas. tal es la afinidad que algunos hasta cre-yeron oír llorar al Olimar, luego de que la dictadura persiguiera y censurara a muchos de los cantores que tanto lo agasajaron. Pero el festival continuó, pese a la merma en cuanto a figuras del canto y letras del sentir popular. tras la apertura de la demo-cracia, los habitantes de treinta y tres decidieron, a partir de 1985, renombrar a la celebración como “Festival del reencuentro a orillas del río Olimar”.
Pero más allá de ese bautismo o renacimiento simbóli-co del festival, hay una constante que junto al río se mantiene siempre vigente y representa desde sus inicios el espíritu de esta celebración: el reconocimiento al hijo pródigo del Olimar, el maestro y poeta rubén lena (ver recuadro El maestro). el recuerdo del compositor, autor de tantos éxitos de los Olimareños, sobre-vuela cada aspecto de esta fiesta, desde su mismo nombre hasta las múltiples referencias al maestro que nunca faltan de la boca de figuras del canto popular como “Pepe” guerra, Braulio lópez, Héctor “Numa” Moraes, el dúo larbanois - Carrero, Jorge Nasser, el conjunto Maciegas, daniel Viglietti, gastón Ciarlo (dino), los grupos Nambí y solipalma, Washington “Canario luna” y su
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antigüedad
1972público estimado
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Semana de Turismo
El tercer olimareño En la última entrevista que concedió,
Rubén Lena (ver recuadro El maestro)
se refirió al dúo Los Olimareños,
que llevó al canto popular textos
del maestro como De Cojinillo, Pobre
Joaquín y A Simón Bolívar, entre tantos
otros, y los convirtió en éxitos. “No
puedo precisarlo con exactitud,
pero a Pepe (Guerra) y a Braulio
(López) los conocí a comienzos de
los años 70. Ellos conformaban un
dúo que recién había empezado a
tocar muy tímidamente en Treinta y
Tres, sabiendo poca música y con el
repertorio clásico de aquellos años.
Guerra estudiaba la guitarra con
un gran maestro local, profesor del
Instituto Normal e investigador de la
cultura indígena, don Óscar Prieto.
Braulio López en ese momento
creo que no era guitarrero. Más
bien tocaba el bombo. A los dos
los invitamos a participar en unas
jornadas culturales de la escuela
y allí nació nuestra entrañable
amistad. Desde entonces gastamos
días y noches compartiendo
cantos y lecturas, conversaciones
y búsquedas. Nunca les estaré lo
suficientemente agradecido. Desde
ese momento, todo aquello que yo
escribía y componía para mí, empezó
a tener destinatarios”.
Fuente: entrevista realizada por César Di
Candia, publicada en el Semanario Búsqueda
el 16 de diciembre de 1993.
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Festival del Lago “Andresito le canta al país”
El maestro“Yo nací en el 25, cuando Treinta y
Tres tenía poco más de quince mil
habitantes, casi todas las calles
sin asfaltar y un solo cine al que
iba muy poco porque al revés de la
mayoría de los niños, no me llamaba
la atención”, cuenta Rubén Lena
en la última entrevista, publicada
dos años antes de su muerte. “Mi
padre era sastre y vivíamos como
podíamos. Nunca me importó otra
cosa. Pocos juguetes, poca plata
en el bolsillo, pero ropa y comida
suficientes. Fútbol en la calle,
caballitos hechos con palos de
escoba, grandes matreriadas, que
eran un antecedente criollo del juego
de las escondidas. Nunca fui un
chico travieso ni díscolo”, comenta
Lena sobre su infancia en Treinta y
Tres. Se desempeñó como maestro
en el medio rural, primero en Sierras
del Yerbal, luego en Arrayanes de
Corrales del Cebollatí e Isla Patrulla,
todos pagos del Olimar. En 1961,
siendo director de una escuela en
Treinta y Tres, se le ocurre hacer
un cancionero para los niños. A
partir de ese entonces comenzó su
composición de versos y canciones
que luego serían éxitos que
interpretaría el dúo Los Olimareños
(ver recuadro El tercer olimareño). En
1968, Lena escribe la letra del tema
que luego sería declarado himno
cultural y popular uruguayo, A Don
José. Murió en 1995 y fue sepultado en
su tierra natal. “Me gustaba pescar,
estar tirado al sol escuchando el
canto de los pájaros, contemplar los
temblores de los sauces sobre el río.
Cosas chicas que mucha gente, sobre
todo la de las ciudades grandes, no
alcanza a comprender…”.
Fuentes: entrevista realizada por César Di
Candia, publicada en el Semanario Búsqueda
el 16 de diciembre de 1993. Página web de
Patrimonio Uruguay. http://www.patrimo-
niouruguay.net
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conjunto, Oscar Massita, el dúo Cerno, Copla alta, el “Zucará” Julio Víctor gonzález, entre tantos otros artistas locales y nacio-nales siempre presentes en el escenario mayor serafín J. garcía.
Junto a destacados músicos uruguayos, visitantes de la re-gión y del país llegan al parque ubicado sobre la ruta 8, en la entrada de treinta y tres, con el fin de sumarse al festejo del Olimar. si bien el festival folclórico en sí se extiende durante tres días (viernes, sábado y domingo), turistas y locatarios fes-tejan al río toda la semana. Familias enteras se instalan en el camping al pie de los puentes para disfrutar de los últimos so-les todavía fuertes del a veces verano, otras otoño, olimareño. Mientras, el camino que conduce al predio se transforma en una pasarela constante de público de todas las edades, con algunas paradas obligatorias en los puestos que venden la explosiva com-binación de tortas fritas y el “verdadero vino con frutilla”, orgu-llo olimareño y dulzón, que cada año tiene su merecida mención al cierre del festival. “se consumieron más de quince mil litros”, dirá el presentador de turno, entre aplausos y silbidos.
durante el día, la propuesta recreativa de la intendencia, que seis meses antes comienza a organizar el festival, abarca to-dos los gustos y las edades. Bajo el título “Podés”, los afiches dis-puestos en distintos puntos del predio invitan sin dejar a nadie afuera: “Podés… acampar / Ordeñar una vaca / Bailar al compás del acordeón / Jugar a la taba o las bochas / Cabalgar / Ver una doma tradicional / Comer asado con cuero / Probar nuestras tor-tas fritas / Conocer la Quebrada / Navegar el Cebollatí / apren-der oficios tradicionales / ser un artista plástico / Jugar al fútbol y voley de arena / Hacer gimnasia aeróbica / Practicar mini atle-tismo / aprender a jugar ajedrez / Participar en teatro, títeres, danzas, canto…”.
ya de noche y con el predio a pleno, fogones y escenarios se encenderán hasta la madrugada para continuar la fiesta. los jóvenes siguen los espectáculos de pie o sentados sobre el cés-ped, en tanto los adultos disfrutan desde cómodas sillas playe-ras, compañeras de toda la jornada. Mientras músicos y público cantan al Olimar, a pocos metros del escenario, una docena de niños aprovecha la distracción de los mayores para lanzar obje-tos al agua. aros perfectos a simple vista comienzan a aparecer, surgen pequeños en medio de la agitación, se estabilizan y cre-cen hasta dejar lugar a los siguientes.
Contra corriente “Señora, el río está a dos metros de
su carpa”. Palabras más, palabras
menos, esta fue la frase con la que
los funcionarios de la Intendencia
de Treinta y Tres despertaban a los
acampantes del parque a orillas
del Olimar aquella madrugada de
2007. El río crecía y crecía pero
olimareños y visitantes se resistían
a quedarse sin la celebración. Al día
siguiente llegaron las interpelaciones
a los organizadores: “¿Cuándo se
hace el festival?”. La insistencia de
la gente fue tanta que ese año se
decidió, por primera vez, trasladar
la fiesta a la Sociedad Fomento. En
veinte horas se calculó, planificó y
reprogramó todo el trabajo de los
últimos seis meses. En menos de un
día se reinstalaron comerciantes,
puestos, acampantes y se
montaron escenarios, amplificación,
iluminación, entre otros. A los
tres días el río bajó y otra vez se
puso en marcha el proceso inverso
para volver al parque. “En ningún
momento hubo una protesta de
parte de nadie”, cuenta el entonces
director del Departamento de
Cultura de la Intendencia, Juan
Luis Casalla, “eso solo se explica
porque la gente tiene un sentido de
pertenencia con el festival”.
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Religiosasson celebraciones donde se manifiesta la necesidad de los pobla-dores de expresar su devoción religiosa, reflejando sentimientos de acercamiento al mundo trascendente. Quienes participan de estas fiestas solicitan una intervención sobrenatural con el fin de solucionar las dificultades que afrontan las personas o comu-nidades, o bien agradecen por los favores recibidos. las personas asisten a rituales y ceremonias para conmemorar los misterios centrales de la fe y expresar su devoción.1
en las fiestas católicas se evocan las personas por medio de imágenes y los acontecimientos de la vida de Cristo, de la Virgen María y de los santos.2 además de las celebraciones litúrgicas en el propio santuario, se desarrollan procesiones que son recorridos que realizan los fieles hacia los propios santuarios u otros defini-dos con anterioridad.
Previamente al día de la celebración es común la realiza-ción de una novena: celebraciones y/u oraciones durante los nueve días anteriores. en algunas ocasiones, la novena se realiza trasladando la imagen del santo a los diferentes hogares de los fieles de la congregación; es así que una vez por día la imagen recorre los recintos y se celebran reuniones también allí.
se diferencian dos tipos de fiestas religiosas. Por un lado, aque-llas celebraciones tradicionales que responden a las prácticas de los primeros pobladores del Uruguay, como son el santo o Virgen Patro-nal (Virgen del Carmen en Carmelo; Virgen de dolores en dolores; san ramón en san ramón); y por otra parte, aquellas celebraciones más cercanas en el tiempo, que responden a devociones traídas por inmigrantes de zonas definidas. en estos casos, la celebración es or-ganizada por comisiones privadas con predios y santuarios propios que pertenecen generalmente a descendientes de los primeros in-migrantes que trajeron la imagen al país y donde la iglesia participa brindando los servicios religiosos. algunos ejemplos son los “santos italianos” (san roque en Colonia estrella y san Cono en Florida); o también las relacionadas con la Virgen María en lugares geográficos de relevancia como la Virgen del Verdún en Minas, que responde a la línea de búsqueda espiritual de muchas religiones donde los lugares altos (cerros, montañas, etcétera) representan lugares privilegiados de contacto con lo trascendente.
Por último, destacamos en esta selección la celebración de iemanjá en Montevideo, organizada y desarrollada por grupos de culto umbanda y kimbanda de origen afrobrasileño.
1 La fiesta, la otra cara del patrimonio. Valoración de su impacto económico, cultural y social.
Edición del Convenio Andrés Bello. Unidad Editorial, pág. 23.
2 La fiesta, la otra cara del patrimonio. Valoración de su impacto económico, cultural y social.
Edición del Convenio Andrés Bello. Unidad Editorial, pág. 24.
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La batalla puede esperarOrganiza Iglesia local y Colegio San IsidroAño de origenLa festividad es anterior a la fundación de la ciudad de Las PiedrasPrograma general Novena, procesión por las calles de la ciudad de Las Piedras y misa al aire libre.
San Isidro LabradorLas Piedras, Canelones
RELIGIOSA
es 15 de mayo en las Piedras, Canelones. Faltan apenas tres días para que el calendario patrio anuncie una de las principales fe-chas de la historia del país, la Batalla de las Piedras. los pre-parativos en conmemoración a la gesta artiguista, empero, no empañan el otro gran festejo popular de la ciudad. durante ese día, pianos y pabellones de los colegios católicos descansan de ensayos, en tanto maestros y alumnos rinden homenaje, junto a quinteros, chacareros y agricultores de la zona, al santo de los trabajadores del campo, san isidro labrador (ver recuadros Las Piedras y El hombre que se convirtió en santo).
Ni el calendario poco favorable ni el importante crecimien-to urbano e industrial de esta histórica región agrícola, han po-dido opacar la antigua fiesta labriega que llegó a estas tierras en manos de los primeros inmigrantes campesinos, allá por 1750. Fiel a la tradición, la comunidad religiosa de las Piedras y alre-dedores da inicio nueve días antes al tributo a su santo patrono, alternándose durante la novena (ver glosario, pág. XXX) la ima-gen de san isidro y compartiendo encuentros en su homenaje en casa de la familia anfitriona de turno.
el mismo 15, la jornada comienza temprano para los más fieles con una misa en la parroquia de san isidro labrador (ver recuadro La iglesia). el resto de la mañana y las primeras horas de la tarde transcurren en tranquilidad, como cualquier tarde de oto-ño en las Piedras, de no ser por el gran escenario y los parlantes instalados en la vieja plaza. a medida que el sol comienza a caer, el movimiento aumenta en las calles próximas a la iglesia. en la plaza, los curiosos se confunden con los seguidores de san isidro en un festejo que cada año reúne a creyentes y no creyentes por igual. al margen de toda fe, son muchos los vecinos que llegan desde localidades cercanas como la Paz, toledo, toledo Chico, Cerro Colorado y Canelón Chico con el fin de rendir tributo a un hombre como ellos: trabajador del campo, amante de la tierra y de sus frutos; otros tantos se acercan a homenajear al trabajo y a su ciudad o simplemente a disfrutar de una tarde en familia.
alrededor de las cuatro comienza la procesión. la misma parte de la iglesia con el obispo, los curas y los monaguillos a la cabeza, que avanzan leyendo extractos de la Biblia. la curia es seguida por un tractor que empuja un carro con la imagen del santo, su esposa María de la Cabeza y una niña disfrazada de ángel. Horas antes, las señoras de la comunidad católica habían
El hombre que se convirtió en santo Isidro nace en Madrid en 1082. Ya
desde muy joven muestra una
profunda devoción por la Virgen,
identificándose con el pueblo, los
niños, los desvalidos y con los que
sufren hambre “de pan y del alma”.
Con más de 400 milagros en su
haber, Isidro Labrador es admirado
y venerado principalmente entre
los labriegos y trabajadores de la
tierra. Santo Patrono de la ciudad
de Madrid, San Isidro es beatificado
por Paulo V el 14 de junio de 1619,
fijándose la celebración de su fiesta
el 15 de mayo. Muere con 90 años el
30 de noviembre de 1172. Siglos más
tarde, el Papa Juan XXIII extendió
el patronazgo de San Isidro a los
agricultores y campesinos españoles
por intermedio de la Bula “Agri
Culturam”, expedida en Roma el 16
de diciembre de 1960.
Fuente: Parroquia de San Isidro.
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antigüedad
Previo a 1750público estimado
5.000fecha
15 de mayo
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decorado el carro con ramas, hojas, flores y fardos y enmarcaron la escena con las banderas papal, nacional y artiguense detrás. el tractor, que se abre paso entre el público con un cartel cuya leyenda reza “san isidro, protege nuestro trabajo”, es seguido de cerca por los fieles, que sin perderle pisada al santo, recitan es-trofas e himnos seleccionados para la ocasión.
la temática labriega da al desfile una identidad particular y una fisonomía pintoresca. durante días, familias, maestros y vecinos hacen uso de sus recursos de trabajo y dan rienda suel-ta a la creatividad para transformar tractores y camionetas en coloridas carrozas decoradas con ramas de árboles, hojas de pal-mera, canastas de frutas y legumbres, fardos, girasoles, tarros de leche, sogas y cajones rebosantes de uvas y margaritas, entre tantos otros elementos inspirados tierra adentro. sobre los vehí-culos, niños disfrazados de ángeles o de labriegos con sombreros de rafia, boinas, trenzas y pañuelos, lanzan al aire papelitos de colores y animan al grito de “san isidro” al público, que respon-de con aplausos. en el transcurso de las 20 cuadras por las que
La santa del santoMaría Toribia, también conocida
como María de la Cabeza, nació
en Uceda y vivió en Torrelaguna
–localidades ambas de la provincia de
Madrid– hasta que conoció a Isidro
y se casó con él. Cuenta la historia
cristiana que se le aparecía la Virgen
María y que cruzaba el río Jarama
extendiendo su mantilla sobre las
aguas. Tuvo un hijo con Isidro, Illán,
que un día se cayó a un pozo; luego
de largos rezos, milagrosamente
las aguas subieron hasta el brocal
devolviéndoles el niño sano y salvo.
No está claro el día de su muerte:
algunos investigadores manejan el
año 1175 y otros 1180; lo que sí está
claro es que el 9 de setiembre es el
día de su celebración.
Fuente: Parroquia de San Isidro.
San Isidro Labrador
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Las PiedrasLas Piedras, que debe su nombre a
su suelo rocoso, fue fundada en 1781
como Villa San Isidro, aunque ya
desde mediados del siglo XVIII familias
de granjeros poblaban la zona. La
ciudad se encuentra dentro del área
metropolitana de Montevideo, si bien
pertenece a Canelones. Con 69.222
habitantes, según el censo de 2004,
es la cuarta ciudad más poblada
del país y una de las que presentan
mayor crecimiento demográfico. Su
cercanía a Montevideo (20 kilómetros)
le valió la denominación de “ciudad
dormitorio”. Sin embargo, si bien es
cierto que la ciudad se convirtió en
un polo industrial y que gran parte de
los pedrenses estudian o trabajan en
la capital del país, Las Piedras cuenta
con una intensa vida propia y supo
mantener su identidad campesina
chacarera, con una producción
vitivinícola, avícola, agrícola y granjera
muy importante. Es en Las Piedras
donde funciona el Instituto Nacional
de Vinicultura (INAVI), el organismo
rector de la actividad vitivinícola del
país: la ciudad se encuentra en una
de las zonas con mayor cantidad de
hectáreas dedicadas al cultivo de la
vid en el país.
Fuentes: Guías Visuales de El Observador,
2004. / Sitio en Internet de radio El Especta-
dor www.espectador.com
La iglesiaEl templo parroquial de San Isidro
Labrador tiene aproximadamente
260 años. Antiguamente abarcaba
zonas de Montevideo como Peñarol
y Paso Molino. Se fue construyendo
en varias etapas. Los primeros
registros parroquiales datan de
principios de 1824 (un bautismo,
un matrimonio y una defunción),
aunque la parroquia ya existía desde
1771 aproximadamente. Se cree que
el primer templo fue un simple
rancho de terrón y totora, como
muchos otros de la época. El primer
cura en desempeñar funciones fue
el presbítero don Domingo Castilla,
desde 1782 hasta 1825, y el párroco a
cargo que vio finalizar las obras del
actual edificio fue Joaquín Moreno,
en 1868.
Fuente: Parroquia de San Isidro.
se extiende la caravana, hombres y mujeres mayores, caracte-rizados también de campesinos, regalan manzanas a la gente a ambos costados de la calle. Completan el cuadro los cientos de alumnos pertenecientes al colegio local san isidro, en carros adornados con globos azules y amarillos. las carrozas avanzan ordenadas por grado, con su respectiva maestra delante. los más chicos aportan su color con vinchas con figuras frutales, mientras que los alumnos más grandes adaptan sus uniformes a la temática con sombreros y pañuelos a la usanza campesina y pancartas alusivas al santo.
la procesión culmina en la puerta de la iglesia, donde el resto de la curia espera para comenzar la misa al aire libre. Mientras la imagen del santo es subida a un gran estrado jun-to a María de la Cabeza, el público termina de acomodarse para seguir la ceremonia de cerca. Como cada mayo, fieles, niños, ancianos, campesinos y trabajadores en general cerrarán to-dos juntos la jornada dedicada al santo; los creyentes lo harán orando y cantando a viva voz; los menos devotos acompañarán en silencio, implorando para sus adentros: “san isidro protege nuestro trabajo”.
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ÉtnicasNuestro territorio, acostumbrado a recibir oleadas migratorias desde sus orígenes, fue constituyéndose como crisol multiétnico y cultural. aunque las diversas corrientes de inmigrantes llega-ron en diferentes contextos, por ejemplo, el traslado forzado de esclavos o el estimulo para la radicación de población europea, todas estas colectividades trajeron consigo sus tradiciones, dan-zas y música, recetas y leyendas, celebrándolas como una mane-ra de mantener el arraigo a sus comunidades de origen.
las fiestas étnicas se desarrollan, en una amplia mayoría, en las zonas claramente vinculadas a los principales asentamien-tos de inmigrantes básicamente europeos, por ejemplo ciudades puerto, o sea sur y litoral del país (Fiesta rusa en san Javier, Fiesta de las antorchas en Colonia la Paz, Fiesta suiza en Colo-nia suiza). la mayor parte de estas fiestas tienen una antigüe-dad de entre cincuenta y cien años, coincidentemente con los últimos períodos de fuerte afluencia extranjera.
en el caso del desfile de llamadas, este surge en una zona de asentamiento de afrodescendientes, próxima a los lugares donde desempeñaban tareas de servicio doméstico. esta mani-festación se diferencia del resto en cuanto a que la colectividad afro, al ser trasladada de manera forzada, no conformaba un grupo étnico propio. Procedentes de diversas regiones africanas, con diferentes lenguajes, fue a principios del siglo XX cuando terminaron de conformarse como una colectividad, asentada en los conventillos del Barrio sur y Palermo.
las celebraciones étnicas son, luego de las religiosas, las más antiguas, distinguiéndose dos tipos. Por un lado, aquellas que surgen una vez asentada la población inmigrante o bien una vez que esta se conforma como una colectividad. y, por otra par-te, están las de menor antigüedad, que surgen a iniciativa de descendientes de inmigrantes reunidos en asociaciones civiles con el fin de mantener, rescatar y difundir los valores tradicio-nales de sus antecesores; tal es el caso de la Fiesta de las Colecti-vidades en el Cerro o las Hogueras de san Juan en Pocitos, ambas en Montevideo.
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Organiza Club de Leones del CerroPrograma general Las colectividades conmemoran el Día del Inmigrante con un desfile desde la Plaza de la Inmigración hasta el Teatro Florencio Sánchez, donde realizan una muestra de danzas típicas.
Fiesta en la Villa
Fiesta de las ColectividadesCerro de Montevideo
ÉTNICA
Montevideo, siglo XiX. Barcos de inmigrantes entran en la ba-hía montevideana a diario. tras meses de hambre, cansancio y dolor, familias enteras se aproximan a su destino. tierra, por fin. Poco hay para rescatar de aquella inhóspita postal. Una muralla protege unas pocas edificaciones; extramuros algunos ranchos, ganado pastando y mucho, mucho campo. entre tanto verde uniforme, una leve elevación se despega del paisaje y pa-rece custodiar la pequeña ciudad amurallada a un costado de la bahía. a la distancia y con el ancho río de la Plata como testigo, así fue el primer encuentro entre los inmigrantes y el cerro.
Poco importa hoy si aquello fue amor a primera vista o pura necesidad, lo cierto es que Villa Cosmópolis fue entonces el ho-gar elegido por las diferentes oleadas migratorias que llegaron a la ciudad desde la primera mitad del siglo XiX hasta mediados del siglo XX (ver recuadro Villa Cosmópolis).
Casi doscientos años después, cada primer fin de semana de diciembre, los descendientes de aquellos viajeros toman el día del inmigrante como excusa para volver al Cerro y rendir tri-buto a sus ancestros y a la cuna de la inmigración. la iniciativa partió de un grupo de socios del Club de leones del Cerro que, en 1987, celebraron la primera fiesta en homenaje a los inmigran-tes y a sus descendientes. aquel festejo fue todo un éxito. dece-nas de colectividades se acercaron al club dispuestas a desem-polvar sus trajes típicos y lucirse por las calles del barrio que tan generosamente acogió, dos siglos atrás, a sus ancestros. Pero los impulsores de la celebración, ellos mismos descendientes de in-migrantes, no se detuvieron en aquella precursora jornada de espectáculos artísticos y desfile sino que enseguida iniciaron las gestiones para que el Ministerio de educación y Cultura decla-rara la fiesta de interés cultural y que el Poder ejecutivo estable-ciera, a través del Ministerio de turismo, el primer domingo de diciembre como el “día Nacional de la inmigración”. los mis-mos impulsores del festejo se ocuparon también de recuperar el Monumento al inmigrante (ver recuadro El Inmigrante) que se hallaba escondido en algún lugar del puerto, y en el año 1990 la estatua fue colocada en la flamante Plaza de la inmigración.
es así que cada año, previa convocatoria a las distintas co-lectividades y tras meses de planificación y coordinación, llega el esperado domingo. ya desde tempranas horas de la tarde, las calles del Cerro comienzan a tomar color con el ir y venir de las
El inmigranteObra en bronce sobre basamento
de granito gris rústico del plástico
uruguayo Juan D’Aniello (1892-
1972), es un homenaje a quienes
poblaron la Villa del Cerro. Se ubica
en la Plaza de la Inmigración. Fue
realizada en 1930 por encargo de la
Comisión Nacional del Centenario e
inaugurada el 28 de agosto de 1931.
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antigüedad
1987 público estimado
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familias descendientes de inmigrantes. la antigua parroquia del Cerro recibe a niños y niñas que llegan entusiasmados del brazo de sus padres y abuelos. Puertas adentro, gallegos, vascos, griegos, armenios, lituanos, rusos, hebreos, bielorrusos, cata-lanes, italianos, libaneses, entre otras agrupaciones, conviven en armonía pese a los clásicos nervios por aquel abanico que fal-ta o la ansiedad por el reloj que corre apurado.
alrededor de las cinco de la tarde las distintas colectividades se dan cita en torno al Monumento al inmigrante. Poco a poco, cada grupo se va apropiando de una porción de la plaza, que pasa a ser una pequeña metáfora del mundo, un rompecabezas en el que cada postal representa una mínima pieza: la estatua de un hombre modesto, con una bolsa a sus espaldas como único bien; los viejos edificios en torno a la plaza; los carteles de las calles que en una sola palabra remiten a tierras lejanas; los trajes de lentejuelas y las trenzas de las niñas lituanas; las boinas y los chales de los jóvenes vascos; las gaitas y las mantillas de los gallegos; entre tantas otras referencias que invitan a viajar. lejos del estigma de inseguridad que ostenta el barrio, el ambiente cosmopolita atrae a los vecinos que se acercan a la plaza con mate y silla de playa bajo el brazo, dis-puestos a seguir el espectáculo cómodos y en primera fila.
Villa CosmópolisSe eleva unos 135 metros sobre el
nivel del mar y en sus laderas tiene
asiento el barrio Villa del Cerro. En
tiempos de la Colonia, el Cerro formó
parte de la estancia de las caballadas
del rey y, a partir de 1814, sus tierras
pasaron a manos privadas hasta que
el gobierno decretó erigir un poblado.
Fundado en 1834, la denominación
de Villa Cosmópolis pronto cayó en
el olvido, para adoptar la actual.
Sin embargo, es el primer nombre
del barrio el que evoca los orígenes
del mismo, considerado la cuna
de la inmigración en Montevideo.
A medida que bajaban de los
barcos, las familias, empujadas
por la miseria, la guerra o la
persecución, elegían instalarse en
un barrio pujante, acostumbrado
a recibir corrientes migratorias.
Los inmigrantes confluyeron
durante décadas, interactuando,
compartiendo espacios, dialectos,
tradiciones y elementos culturales
como gastronomía, música,
danzas, vestimenta, entre otros.
Esta interacción fue generando un
caldo de cultivo social y cultural
muy particular, que se manifestó en
instituciones culturales, en plazas
y parques, en clubes y en teatros.
Villa del Cerro se extendió sobre las
laderas este y norte y prosperó a
principios del siglo XX bajo el influjo
de la industria frigorífica.
Fiesta de las Colectividades
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Coliseo cultural cerrenseLa construcción del Teatro Florencio
Sánchez data de 1915 y fue iniciativa
del comerciante cerrense Manuel
Diz, quien en marzo de ese año
inauguró el Teatro Cinema Apolo
con un baile de gala. La crónica
informa que la sala funcionó hasta
1914. Tras la muerte de Diz, sus
hijos lo vendieron a la Intendencia
de Montevideo en 1962. En 1971 fue
reabierto con el nombre actual y
funcionó durante toda la década.
Un reacondicionamiento permitió
reinaugurarlo en 1997 como centro
cultural polivalente, cuya intensa y
variada agenda lo ha convertido en
activo polo de desarrollo local.
tras el acto inaugural se da inicio al desfile. la colectividad ar-menia, primera según el orden alfabético, será la encargada de abrir la procesión. al igual que todas las agrupaciones, lo hará con sus estandartes bien en alto y un cartel que la identifique, gratificada por el caluroso aplauso de los cerrenses. la hetero-génea columna avanzará hacia al teatro Florencio sánchez (ver recuadro Coliseo cultural cerrense), donde en minutos nada más cada comunidad hará una demostración de sus danzas y músicas típicas. Mientras banderas, atuendos y rasgos identificarán a cada agrupación, la unánime expresión de orgullo en los rostros de los niños participantes borrará toda frontera. al paso de las distintas colectividades, los viejos ladrillos de la villa volverán a estremecerse, como lo hicieran hace tantos años, con el sonido de gaitas, panderetas y cantos.
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los carnavales se presentan como momentos de ruptura en los pueblos. representan un tiempo diferente al tiempo del trabajo, son parodias de las reglas sociales reconocidas y aceptadas por las colectividades. en este tipo de celebraciones se invierten las diferencias de raza y de clase.1
en el país del “carnaval más largo del mundo”, la fiesta por naturaleza toma las más diversas formas en todo el territorio na-cional. impregnado de elementos culturales locales y extranje-ros, el carnaval uruguayo tiene varias caras, sonidos y danzas. en él conviven manifestaciones relativamente nuevas, como las escuelas de samba o las comparsas del litoral más asociadas a las entrerrianas, con tradiciones antiguas, resabios de los primeros carnavales coloniales, como es el caso del entierro del Carnaval en la ciudad de Cardona, soriano.
el carnaval uruguayo es una clara demostración de nuestra naturaleza pluricultural. Una muestra de ello son los carnavales de frontera, con características bien distintas entre sí a pesar de los pocos kilómetros que separan a las ciudades uruguayas. el de rivera, por ejemplo, toma elementos del carnaval de Bahía y de rio grande do sul, mientras que el de artigas es bien distinto al ser influenciado por el carnaval carioca.
Otro fenómeno a destacar en esta festividad es la expan-sión del carnaval montevideano, históricamente más asociado a la murga y el candombe, al resto del Uruguay, principalmente durante los últimos quince años.
los carnavales se sitúan de manera pareja en todo el terri-torio nacional. Por su naturaleza profundamente popular y su asimilación de elementos culturales tanto locales como de otras regiones, es difícil categorizar y definir al carnaval uruguayo como una entidad única y uniforme.
1 La fiesta, la otra cara del patrimonio. Valoración de su impacto económico, cultural y social.
Edición del Convenio Andrés Bello. Unidad Editorial, pág. 24.
Carnaval
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Organiza Intendencia de Artigas y Comisión de CarnavalPrograma general Durante tres días tiene lugar el concurso, inspirado en el carnaval de Río de Janeiro. Participan escuelas de samba de Artigas.
Carnaval de Artigas
Carnaval de ArtigasCiudad de Artigas, Artigas
carnaval
al caer la tarde, la ciudad de artigas comienza a transformarse. Faltan algunas horas para que la principal arteria de la capital norteña, la avenida Coronel Carlos lecueder, deje atrás su as-pecto estructurado y formal para convertirse en una exuberante pasarela y temblar frenética al ritmo del samba. apenas el sol se descuida y baja la guardia, los artiguenses se sacuden la siesta y salen a las calles del Centro, dispuestos a asegurarse la mejor ubicación a lo largo de las siete cuadras por las que se lucirá, du-rante tres noches, su mayor fiesta popular, el Carnaval.
el ambiente festivo y alborotado que reina en la ciudad du-rante las horas previas al desfile da al visitante claras pistas del espíritu y las dimensiones de esta celebración artiguense. en las inmediaciones de la avenida lecueder se ven postales que bien podrían aplicarse a un domingo de fútbol: familias enteras que cargan sillas de playa, madres empujando cochecitos, padres con sus hijos a caballito, jóvenes mate en mano y adolescentes envueltos en las banderas de la escuela de samba de su barrio. No faltan tampoco las clásicas motos y bicicletas que desde tem-prano rodean la plaza Batlle, curioseando la antesala a la pro-cesión de carros alegóricos. Mientras, trabajadores de la inten-dencia, la comisión organizadora, medios de prensa y turistas, uruguayos, brasileños, argentinos y europeos, ocupan sus horas deambulando por la plaza, tomando una cerveza o deteniéndose ante los vendedores ambulantes de refrescos y helados, dispues-tos estratégicamente cerca de la entrada.
entre los turistas brasileños predominan los hermanos de Quaraí, que cruzan la frontera como espectadores y también como participantes resignados del carnaval de artigas, luego de haber perdido el suyo propio a mediados de los 80 ante el inne-gable protagonismo de las vecinas escuelas de samba artiguen-ses. así fue como surgió, en 1986, la mayor fiesta de carnaval uruguaya. el actual concurso está inspirado en el carnaval de río de Janeiro, adaptando sus reglamentos, músicas, bailes y estilos estéticos a la cultura local. desde su origen, las escuelas de samba mantienen el protagonismo indiscutido de la fiesta. a las agrupaciones más antiguas, como las históricas rampla, Pirata y académicos, se fueron sumando otras como Unidos de san Miguel, emperadores de la Zona sur, imperio del ayuí, en-tre otras (ver recuadro Las “escolas” de samba).
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antigüedad
1986 público estimado
50.000fecha
Tres jornadas a mediados de febrero
Samba en castellanoEl ritmo africano portugués es
sin dudas uno de los mayores
diferenciales de este carnaval en
tierras charrúas. Representa también
la interesante y compleja fusión
entre lo uruguayo y lo brasileño,
que forma parte de la identidad
artiguense. Si bien el samba resulta
de la clara influencia brasileña en los
artiguenses y hasta hoy la mayoría
de sus letras están en portugués, los
temas que tocan son muy variados y
algunos propios uruguayos refieren
a aquellos símbolos que forman
la identidad nacional. Por citar
un ejemplo, la Escuela de Samba
Emperadores de la Zona Sur rindió
homenaje en su enredo a Juan
Zorrilla de San Martín y Académicos
a la fundación de la ciudad de Salto
en uno de los últimos carnavales.
“Muchos nos critican, nos dicen
brasileños por nuestro tipo de
carnaval”, comenta Carlos Silveira,
uno de los miembros del jurado.
“Pero nosotros tratamos de mostrar
que este carnaval está hecho por
uruguayos, con influencia lingüística
de Brasil, pero es uruguayo”,
concluye al tiempo que informa que
los carnavalescos se están animando
a las letras en castellano. “No cambió
mucho la esencia y al parecer al
público le gustó”, cuenta. “Es un
cambio lento pero pienso que se
puede dar, en un futuro próximo”.
Fuentes: entrevista a Carlos Silveira y artículo
“Nos-Otros: ¿Los de afuera?”, de María Noel
Bicera publicado en la revista Dixit de la
Universidad Católica.
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alrededor de las 7 de la tarde, las primeras carrozas llegan a la plaza. entre nervios, los integrantes de las distintas escuelas, que en algunas agrupaciones se cuentan de a miles, aprovechan el momento para dar los retoques finales a los carros alegóricos y ensayar, por última vez tras meses de trabajo, las estrofas y los pasos de baile que darán vida a sus historias. los temas o “en-redos” a representar por la agrupación serán tan diversos como abstractos: la conquista española, las piedras preciosas, Walt disney o los dioses del zodíaco, entre otros tantos.
Mientras la plaza recibe a las alegorías, la avenida lecue-der, cercada y discretamente custodiada por agentes policiales, también se prepara para la ocasión. a lo largo de las primeras cuadras se encuentran los palcos, las gradas y las sillas coloca-das por los organizadores para aquellos espectadores que com-pren su entrada con asiento. en diferentes puntos de la calle, los técnicos de iluminación y sonido realizan las últimas pruebas, en tanto a poca distancia, los mozos van y vienen agitados, apro-vechando cada centímetro de vereda para ubicar mesas y sillas que rápidamente encontrarán dueño. Unos metros más arriba, vecinos, turistas, inquilinos y comerciantes encienden parrille-ritos y acercan sillas, convirtiendo techos y balcones en palcos privilegiados del desfile que ya está por comenzar.
a las 11 de la noche, tal como estaba programado, la rei-
El carnaval en números3 noches duran los desfiles de
las escuelas de samba, que son
puntuadas por los ojos clínicos de
los jurados. La Elección de la Reina
Oficial, el Desfile de Fantasías y otros
eventos los realizan con anticipación
a los días oficiales del Carnaval. Cada
Escuela de Samba, en total, desfila
dos noches para ser puntuada.
5 carros alegóricos es lo mínimo que
tiene cada escuela de samba, con un
mínimo de 600 integrantes.
6 escuelas de samba participan
del concurso: Barrio Rampla,
Académicos (barrio Centenario),
Emperadores de la Zona Sur (barrio
Zorrilla), Imperio del Ayuí (barrio
Ayuí) y las del grupo de Ascenso o
Invitadas: Pirata (barrio Hospital) y
Unidos de San Miguel (barrio San
Miguel); todos estos barrios rodean
el centro de la ciudad.
7 cuadras es la extensión del desfile
por la avenida Lecueder, desde la
calle Treinta y Tres hasta Eduardo M.
Castro, desde la plaza Batlle hasta la
plaza Artigas.
70 minutos es el mínimo de tiempo
que tiene cada escuela para desfilar.
El máximo es 90 minutos.
100 ómnibus llegan a Artigas
repletos de turistas.
1.200 puestos de trabajo se crean
especialmente para el carnaval.
1.000 integrantes llegan a tener las
escuelas de samba más destacadas.
6.000 personas participan
activamente en las cinco noches de
desfiles.
7.000 personas desfilan por la
avenida.
8.000 es la cifra de personas
comprometidas en esta realización.
20.000 personas es la cifra estimada
en cuanto a público por noche.
50.000 entradas son vendidas en las
tres noches.
1.500.000 pesos es el monto
aproximado en premios.
1.500.000 pesos fue la inversión
de la Intendencia de Artigas solo en
infraestructura para el carnaval 2007.
2.500.000 pesos reclama la puesta
en escena de cada escuela.
Fuentes: Carlos M. Silveira, miembro del jura-
do. / Sitio en Internet del diario El País www.
elpais.com.uy. / Sitio del Carnaval de Artigas
www.carnavalartigas.com
Carnaval de Artigas
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Las “escolas” de sambaEn los tres días que dura la
competencia de carnaval no hay
descanso para las escuelas de samba,
que durante todo el año ensayan
en los clubes de su barrio. Se les
conoce como “escolas” o escuelas,
aunque no son precisamente
instituciones educativas sino
agrupaciones de personas que viven
en un mismo barrio y se reúnen para
prácticas de samba. Son el motor
artístico del carnaval y proveen
una importante fuente de trabajo
para la localidad al generar diversas
oportunidades de empleo, entre ellas
la fabricación de fantasías (disfraces)
y alegorías (carrozas). Partiendo
de un reglamento inspirado en el
del carnaval carioca, las escuelas
artiguenses compiten para obtener
el primer lugar ante un jurado
multidisciplinario y riguroso que
las califica en diferentes categorías:
Comisión de Frente, Batería,
Armonía, Enredo, Samba-Enredo,
Fantasía, Evolución, Conjunto, M.
Sala y Porta Bandera, Alegorías.
El enredo es la esencia de la
propuesta artística, vendría a ser
la sinopsis y desarrollo de lo que se
quiere representar. Es creado por
el carnavalesco de la agrupación y
debe tratar algún tema de interés
cultural y social para la localidad.
Existen varios tipos de enredo:
histórico, ficticio, satírico, abstracto,
entre otros. El carnavalesco tiene
que estudiar a fondo la historia o el
personaje para luego desarrollar la
historia y presentarla con antelación
a la comisión organizadora. El jurado
(que comienza sus actividades al
menos cinco meses antes) tendrá
que estudiar el enredo, juzgar
la investigación del tema y la
coherencia entre la misma y la
representación creada mediante los
elementos usados durante el desfile
(alegorías, fantasías, etcétera).
Fuente: Carlos M. Silveira, miembro del jurado.
na del Carnaval de la Ciudad abre el desfile. la energía de bai-larines, reinas, princesas y músicos se traslada al público, que acompaña enérgico al ritmo de los tambores. Mientras los me-dios se abalanzan sobre las alegorías para mostrar al mundo la inagotable creatividad artiguense, los turistas registran con sus cámaras la destreza de pequeños bailarines vestidos con fastuo-sos trajes o se pierden, calor y cerveza mediante, en el contoneo de las sensuales vedettes. las diminutas tangas no dejan nada a la imaginación y las damas se llevan los chiflidos y aplausos del público en tanto se abren paso orgullosas entre expertos bailari-nes varones. Cual fanáticos hinchas deportivos, los artiguenses siguen cada minuto de su fiesta: flamean banderas, tiran pape-litos, gritan eufóricos y se hinchan de orgullo, especialmente cuando aparecen los colores y el carro abre alas con el nombre de la escuela de su barrio.
Una a una las escuelas se irán sucediendo, tomando peda-citos de historia y transformándolos en obras teatrales ambu-lantes. la misma avenida que une a la ciudad de artigas con su hermana Quaraí se convertirá en una escenografía gigante, una suerte de pasarela sobre la cual las escuelas desfilarán en dirección al puente internacional de la Concordia, sobre el río Cuareim. a pocas cuadras del puente que unen ambos países, la procesión de alegorías finaliza su presentación para luego dor-mir a orillas del río Cuareim y esperar el nuevo día. durante tres noches, la alegría no será solo brasileña.
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Otras fiestasCon la denominación otras fiestas pretendemos sencillamente agrupar diferentes manifestaciones festivas que responden a di-versas naturalezas y comportamientos.
son fiestas con particularidades propias y merecen ser es-tudiadas con mayor detenimiento antes de incluirlas en alguna categoría específica, o quizás crear alguna nueva para ellas ya que son únicas en el mundo (día del Patrimonio a escala nacio-nal, Noche de la Nostalgia en Montevideo).
Una explicación aparte merecen dos celebraciones en las que se muestra una concepción del tiempo cíclico o calendario específico: Fiesta de la Primavera en dolores y Fin de año en el Mercado del Puerto en Montevideo. en el caso de la despedida del año en el Mercado del Puerto, representa la única fiesta registra-da por nosotros que es autoconvocada, es decir, que no necesita de ninguna organización o planificación para que suceda: los pobladores de Montevideo y los turistas saben que cuando llega el 31 de diciembre “hay que ir al Mercado a despedir el año”.
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Tiempo de cosechaOrganiza Liceo Nº 1 Dr. Roberto Taruselli, Liceo Nº 2 Juan Bautista Herrero y Universidad del Trabajo del Uruguay (UTU) de DoloresA beneficio De liceos locales y de la UTU Con lo recaudado se pagan los gastos de funcionamiento; de lo restante, se destina el 53% a las clases participantes, proporcionalmente a la posición en el concurso, y el 47% a los centros de enseñanza, de acuerdo a la cantidad de carros que presente cada instituciónPrograma general Desfile de carrozas por calle Artigas hasta plaza Constitución y desde esta por Puig hasta plaza Artigas; espectáculos en escenario en la península Timoteo Ramospé: recitales, desfile de princesas, elección de reina de la primavera; desfile nocturno por calle Asencio con carrozas iluminadas.
Fiesta de la PrimaveraDolores, Soriano
OTRAS FIESTAS
Corría el año 1960 cuando el profesor Vicente Betervide irrumpió en un salón del liceo taruselli. Con su tez oscura, su moteado ca-bello casi blanco y su traje gris y corbata a tono, se paró frente a los alumnos y los miró firmemente. “¿Qué les parece muchachos si organizamos un día de camaradería entre ustedes, los profe-sores y los padres?”, preguntó el maestro, rompiendo el solemne silencio. el alegre “sí” como respuesta no se hizo esperar. “sería conveniente en primavera que los días son más lindos, y lo ha-ríamos en la península”, dijo entonces Betervide, con su singular vozarrón, siempre dispuesto a chistes en los corredores del liceo.
Pasaron más de cuarenta años de aquella inolvidable ma-ñana que marcó el inicio de la Fiesta de la Primavera, un evento que hoy, como ayer, involucra a todo el pueblo de dolores (ver recuadro Santuarios estudiantiles). la idea original del homenaje a la primavera era compartir un día de picnic, elegir una reina y culminar con un gran baile nocturno. en el correr del día, una caravana de carruajes tirados por caballos o tractores adorna-dos animaría el trayecto desde el liceo doctor roberto taruselli hasta la península timoteo ramospé. la jornada cerraría con la música del grupo de alumnos los estudiantes. en estas sencillas actividades consistió la primera fiesta que dolores dedicó a la estación de la cosecha (ver recuadro Capital nacional del trigo).
Pero lo que comenzara como un pequeño desfile, algunas chatas adornadas con hojas de palmera, enredaderas, flores e ins-trumentos musicales, fue creciendo en entusiasmo y participan-tes. al tiempo se sumaron el liceo 2 y la Universidad del trabajo del Uruguay (UtU), llegando a desfilar alrededor de cuarenta carrozas. a los materiales se fue agregando nailon, papel, pintura, telas, en-tre otros. la puesta en escena se volvió más sofisticada y ornamen-tal, con equipos de música, iluminación, elaborado vestuario y co-reografía y, en algunas ediciones, hasta carrozas con movimientos mecánicos. Poco a poco, el festejo fue ganando también en público con la asistencia de vecinos de zonas aledañas a soriano, departa-mentos linderos, Montevideo e incluso argentina.
el mismo día de la fiesta la actividad comienza temprano. apenas pasadas las nueve de la mañana ya se puede ver a visitantes y lugareños avanzando por artigas y Puig, algunos por las veredas y muchos (¿participantes frustrados?) por las calles por las que en una hora transitarán las carrozas. el paisaje humano es el típico de cada primavera: los mochileros; los alegres descamisados; y
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antigüedad
1960público estimado
20.000fecha
2do domingo de octubre
El desfile hoyEn el correr del tiempo y a
consecuencia de la profesionalización
lograda, el costo de las carrozas
ha ido en aumento. Esto derivó en
que la cantidad de carrozas haya
disminuido, manteniéndose hoy
un promedio de entre ocho y diez
carros. Esta cifra también se explica
porque los grupos se unen por nivel
(1ro., 2do., 3ro.); en cada carroza
desfilan alrededor de 120 alumnos,
todos vestidos con indumentaria de
acuerdo a la temática y realizando
coreografías creadas para la ocasión.
Para desfilar contratan potentes
discotecas de todo el país que
acompañan durante el recorrido.
Las dimensiones de los carros son de
entre 12 y 14 metros de largo, cinco
de ancho y seis de alto. Las carrozas
se financian a través de beneficios
como rifas, bodegones, cenas show,
bailes, venta de repostería, carreras
de caballos, cachilas, entre otras
actividades. El lunes siguiente al
desfile se realiza el “entierro”, la
carroza ganadora abre el desfile
seguida del resto de los carros y toda
la población acompaña bailando
alrededor de la misma, realizando
el mismo recorrido que se realiza
en la mañana y noche del domingo.
Este evento no es organizado por los
centros de enseñanza, aunque se ha
convertido en tradición.
Fuente: Liceo Taruselli.
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por supuesto las familias que caminan por la calzada buscando un buen lugar, en lo posible sombreado, para no perderse detalle de la fiesta pero tampoco ser castigado por el fuerte sol de octubre. alrededor de las diez de la mañana la banda municipal abre el desfile, mostrando coordinación y gracia, y secundada por los es-tudiantes que arremeten con fuerza, sabiéndose dueños de las ca-lles y demostrando cómo se celebra la primavera. exhiben sus ca-rrozas con orgullo, bailan, cantan y se ríen acompañados por los miles de espectadores que siguen la fiesta a lo largo de las quince cuadras por las que se extiende la caravana. en el transcurso de la mañana, las carrozas avanzan con sus alegorías y sátiras, sus sonidos y colores, cosechando generosos aplausos. al terminar el recorrido, ya entrada la tarde, los carros duermen la siesta en la plaza en tanto participantes y público se confunden en la penín-sula, dispuestos a disfrutar de una jornada de espectáculos musi-cales y apagar el calor en las aguas del san salvador.
el atardecer será el marco ideal para el desfile de princesas y la posterior coronación de la reina y su séquito de princesas y
Capital del trigoAntes de la primera fiesta de la
primavera en 1960, los doloreños ya
tenían arraigada la costumbre de
celebrar en setiembre la llegada de
la estación de la cosecha. En aquel
entonces era común ver a estudiantes,
docentes y padres disfrutando de los
picnic, jornadas deportivas y artísticas
en la privilegiada península bañada por
las aguas del San Salvador. El arraigado
vínculo con la estación renovadora por
excelencia se resume ya en el escudo
de la Junta local, dejando en claro la
identidad de Dolores y su entorno como
“el granero del país”. La clasificación
de “la capital nacional del trigo” se
confirma apenas uno recorre la zona
y comienza a ver barracas, silos, un
gran molino, depósitos de maquinaria
agrícola, camiones, talleres, empresas
metalúrgicas y otras vinculadas a la
actividad agropecuaria. Incluso, los
doloreños adjudican la permanencia
de la Fiesta de la Primavera en parte al
hecho de ser una sociedad agrícola, con
gente habilidosa y respetuosa de los
ciclos de la naturaleza.
Fuentes: publicación Un embrujo
llamado Fiesta de la Primavera y
entrevista al escribano doloreño Hernán
de la Fuente, realizada el 20/08/2007 en
el programa En Perspectiva y publicada
en el sitio de El Espectador www.
espectador.com
Fiesta de la Primavera
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Santuarios estudiantiles de ayer y de hoyCambió el almanaque y con él la
asistencia, los números y el entorno
en que año a año se gesta la gran
Fiesta de la Primavera. Sin embargo,
algunos ritos permanecen idénticos,
heredándose de generación en
generación desde aquella primavera
de 1960 hasta hoy. Tal es el caso de
las reuniones en los galpones de la
ciudad, “esos santuarios estudiantiles”
como los llamó Carlos María Cattani
en su recopilación Un embrujo llamado
Fiesta de la Primavera, donde jóvenes y
mayores dan forma durante meses
al carro que los hará lucirse en
primavera. Una vez elegida la temática
y definida la carroza de sus sueños, los
estudiantes ponen manos a la obra
en una labor en la que todo el pueblo
participa, ya sea comprando tortas
fritas, rosquitas, rifas, asistiendo a
bailes o dando una mano con algún
material, una herramienta o una idea.
Los participantes van y vienen, “como
hormiguitas laboriosas (…), llevando
de aquí para allá las cosas, dándoselas
al que tiene una tarea por cumplir, de
soldadura, de carpintería, de pintura”,
relata Cattani. “A un costado las madres
sentadas, charlando, intercambiando
ideas sobre qué beneficio hacer, dónde
conseguir los materiales más baratos,
a quién recurrir para tal o cual cosa.
Están los jóvenes que toman mate,
fuman, escuchan música, se cuentan
cosas. Están los padres que se sienten
felices porque están haciendo algo por
sus hijos, y se divierten, es como volver
a aquella adolescencia… ¡Era tan lindo
aquello que... Y como antes, como
ahora, como siempre, en la puerta de
los galpones, no importándoles las
risas, los ruidos, los comentarios, unos
enamorados se comen a besos”.
Fuente: publicación Un embrujo llamado
Fiesta de la Primavera. Capítulo V, pág. 121.
Recopilación de Carlos María Cattani.
La generación de oroAsí se conoció al grupo de jóvenes
que ingresó al Liceo Nº 1 en el año
1998 y desde entonces ganó todas
las ediciones hasta 2003, año en
que cumplieron su ciclo liceal. Las
temáticas elegidas por esa clase son
un claro ejemplo de la diversidad
e ingenio de las propuestas que se
presentan en cada desfile:
1998: “Diabluras del carnaval”.
1999: “Circus… Una historia sin fin”.
2000: “Ponle alas a tu imaginación”.
2001: “Monarquía musical”.
2002: “Ajj…puaj…buuu!!!”.
2003: “Cuéntanos mandarín”.
Fuente: publicación Un embrujo
llamado Fiesta de la Primavera.
pimpollos. Cuando el sol se oculta, las carrozas vuelven a brillar, esta vez iluminadas y bajo la luz de la luna que las verá pasar rumbo a la calle Cheveste. al finalizar el desfile, los vecinos se irán ubicando en el escenario montado frente al liceo taruselli para conocer a los ganadores del concurso de calles y vidrieras que ese día embellecen la ciudad, así como el fallo del jurado en el concurso de carrozas. sentados en el pasto, es hora de descan-sar y relajarse. Fue un año intenso en trabajo y en emociones. algunos, los más jóvenes, se recuperan pronto y dejan atrás las carrozas para saltar enérgicos al ritmo del espectáculo de rock de turno. Otros se sientan en el pasto, dejan volar su imaginación y ven sus carrozas atravesando el tiempo. así se permiten volver, aunque sea por un rato, a sus tiempos de estudiantes.
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Distribución de las fiestas
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1. Patria Grande Hogueras de San Juan Desfile inaugural de carnaval Fiesta de las colectividades Despedida del año en el mercado Desfile de llamadas Iemanja2. Procesión de San Isidro Labrador3. Criollas de Parque Roosvelt4. Fiesta del salchichón5. Fiesta del natalicio de Artigas6. Festival de la vendimia7. Procesión de San Ramón
8. Fiesta del Mate Festival de motoqueros Festival del payador9. Procesión de San Cono Procesión de la Virgen de los Treinta y Tres10. Casupá le canta al prócer11. Virgen del Verdún12. Fogones de Minas Festival de Minas y Abril13. Festival del alambrador14. Noche de las antorchas15. Procesión de la Virgen de Shoenstatt Bierfest
16. Fiesta del jabalí17. Virgen del Carmen18. Procesión de San Roque19. Entierro del carnaval20. Festival Nacional del Folcklore21. Fiesta del cordero pesado22. Festival de Integración23. Virgen de Dolores Fiesta de la Primavera Fiesta del caballo24. Festival de jineteadas25. Fiesta de potros y fogones26. Andresito le canta al país
27. Romería en Capilla de Farruco28. Fiesta del Olimar29. Fiesta Rusa30. Fiesta de la madera31. Patria gaucha32. Procesión de la Virgen de Itatí33. Fiesta del arroz34. Gran Yerra35. Encuentro con el patriarca36. La Redota37. Carnaval internacional38. Carnaval de Artigas
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camino hilo de la vidaruta 12 km 346
cerro Verdún
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ciudad de artigas
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Piedras coloradas
San Javier
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Cronología de las fiestas
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