New York Times en Espanol Edicion Prensa Libre

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Una selección semanal ofrecida por Copyright © 2010 The New York Times DOMINGO, 26 DE SEPTIEMBRE DE 2010 VENTANA POR DAVID SEGAL CAMBRIDGE, MASSACHUSETTS U Na delgada líNea separa el temperamento de un promisorio emprendedor del de una persona que podría necesitar, como dicen en psiquia- tría, “una ayudita”. académicos y consultores dicen que muchos emprendedores exitosos tienen características y peculiaridades que, de encontrarse en una proporción mayor en su psiquis, los encuadrarían en una enfermedad mental. eso no equivale a sugerir que los emprendedores son locos. Sería más exacto describirlos como apenas lo sufi- cientemente locos. “es una cuestión de grado”, dice John d. gartner, psicólogo y autor de The Hypomanic Edge. “el maníaco se cree Jesucristo. el hipoma- níaco se cree un regalo de dios a la inver- sión en tecnología”. los atributos que hacen a los grandes emprendedores, dicen los especialistas, son comunes en ciertas manías, pero ellos los tienen de formas más leves y controlados de maneras en extremo productivas. en lugar de ser temerario, el emprendedor ama el riesgo. Caracterizada por desequilibrios hormonales, intromisión paterna y confusión sobre el futuro, con fre- cuencia se minimiza la adolescencia como un preludio más que olvidable a la eterna alegría de las responsa- bilidades adul- tas. Pero si la vida adulta es tan genial, ¿por qué son tantos los jóvenes y los no tan jóvenes que la poster- gan? en muchas sociedades, los hombres y mujeres de veintitantos años y más retrasan el matrimonio, la carrera y hasta el abandono de la casa paterna. el cambio es muy notorio, y los espe- cialistas en ciencias sociales se es- fuerzan por definir toda una nueva etapa de la vida con nombres como “adolescencia tardía”, “vida adul- ta emergente” y “años de odisea”. Cualquiera sea el nombre que se le dé, describe una etapa de experi- mentación infatigable y de perezoso deambular. Como escribió david Brooks en el New York Times: “durante esa década, los que tienen veintitantos años estudian y hacen pausas en el estudio. Viven con amigos y en la casa de los padres. Se enamoran y se desenamoran. empiezan una ca- rrera y luego otra”. a pesar del creciente subgénero hollywoodense de comedias sobre hombres-chicos que no saben lo que quieren, no todos los nuevos veinteañeros son haraganes sin motivación. Como agrega Brooks, muchos adultos jóvenes del mundo responden a los cambios culturales producto del pasaje a una economía global basada en la información. los buenos empleos son más difíciles de encontrar, menos seguros y exigen más preparación, lo que hace que establecerse no sea fácil. Robin Marantz escribió en la revista del New York Times que “a pesar de los componentes emocio- nantes, hasta euforizantes, de tener esa edad, también hay un aspecto negativo: el miedo, la frustración, la incertidumbre, la sensación de no entender las reglas del juego”. los veinteañeros sin rumbo –y los padres prematuramente envejeci- dos– pueden encontrar alivio en la neurociencia. Como informó el New York Times, durante mucho tiempo se pensó que el cerebro llegaba a su madurez en la pubertad. estudios recientes, sin embargo, indican que ese proceso se extiende por lo menos hasta los 25 años. en particular, la corteza prefrontal y el cerebelo, responsables del control emocional y la función cognitiva, tienden a retrasarse en su desarro- llo. así, unos años adicionales de confusión pueden ser exactamente lo que la naturaleza dispone. los pa- dres ansiosos por lo menos pueden estar atentos a sus hijos adultos, da- do que muchos siguen viviendo en la casa paterna. la recesión global hace que acce- der a un apartamento e instalar una nueva familia en una casa, parez- ca imposible. en ee. UU., el 40 por ciento de las personas de veintitan- tos años vuelve a mudarse con sus padres por lo menos una vez. en Italia, los que se quedan en ca- sa con mamá afectan la economía. Se responsabiliza a los “mamoni”, o “nenes de mamá“, de la baja tasa de natalidad del país. Con una madre que cocina y limpia, ¿quién necesita casarse? en India, hasta los hom- bres casados y exitosos consultan a diario a su madre. “Hay un enorme cordón umbilical entre las madres y los hijos varones”, declaró al New York Times Tarun das, un especia- lista en comercio de India. la tendencia probablemente no es nueva. Tampoco lo es la “adultez emergente”, la “adolescencia tar- día” ni “los años de odisea”. Como informó la revista del New York Times, en 1970 Kenneth Kenis- ton, un psicólogo de Yale, publicó un informe sobre la confusión y el desarraigo de las vidas de los jóve- nes de esa época. “los postadoles- centes”, escribió, eran incapaces de definir “cuestiones de vocación, de rol social y forma de vida”. en otras palabras, agregó, “no parecen po- der establecerse”. ¿Su propia caracterización de esa etapa de la vida? “Jóvenes”. KEVIN DELANEY Más problemas, menos adultos Locos por tener éxito CARTAS: Los lectores responden al Suplemento Internacional. Página 2 Los capitalistas de riesgo deben distinguir a los emprendedores visionarios de los ilusos. MATTHEW CAVANAUGH PARA THE NEW YORK TIMES Podrán tener rarezas, pero los creativos como Seth Priebatsch usan esas características para sustentar una visión. Sigue en la página 4 Sus comentarios son bienvenidos en [email protected]. 11 ARTE Y ESTILo Muebles caros con detalles rústicos. 9 NEGoCIoS AMBIENTALES Champagne más verde y ecológico. 2 EL MUNDo Surge -o resurge- el “orgullo alemán”.

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Una selección semanal ofrecida porCopyright © 2010 The New York TimesDomingo, 26 DE SEptiEmbrE DE 2010

VENTANA

POR DAVID SEGALCambridge, massaChusetts

UNa delgada líNea separa el temperamento de un promisorio emprendedor del de una persona

que podría necesitar, como dicen en psiquia-tría, “una ayudita”. académicos y consultores dicen que muchos emprendedores exitosos tienen características y peculiaridades que, de encontrarse en una proporción mayor en su psiquis, los encuadrarían en una enfermedad mental.

eso no equivale a sugerir que los emprendedores son locos. Sería más exacto describirlos como apenas lo sufi-cientemente locos. “es una cuestión de grado”, dice John d. gartner, psicólogo y autor de The Hypomanic Edge. “el maníaco se cree Jesucristo. el hipoma-níaco se cree un regalo de dios a la inver-sión en tecnología”.

los atributos que hacen a los grandes emprendedores, dicen los especialistas, son comunes en ciertas manías, pero ellos los tienen de formas más leves y controlados de maneras en extremo productivas. en lugar de ser temerario, el emprendedor ama el riesgo.

Caracterizada por desequilibrios hormonales, intromisión paterna y confusión sobre el futuro, con fre-cuencia se minimiza la adolescencia como un preludio más que olvidable a la eterna alegría de las responsa-

bilidades adul-tas. Pero si la vida adulta es tan genial, ¿por qué son tantos los jóvenes y los no tan jóvenes que la poster-gan?

en muchas sociedades, los hombres y mujeres de veintitantos años y más retrasan el matrimonio, la carrera y hasta el abandono de la casa paterna. el cambio es muy notorio, y los espe-cialistas en ciencias sociales se es-fuerzan por definir toda una nueva etapa de la vida con nombres como

“adolescencia tardía”, “vida adul-ta emergente” y “años de odisea”. Cualquiera sea el nombre que se le dé, describe una etapa de experi-mentación infatigable y de perezoso deambular.

Como escribió david Brooks en el New York Times: “durante esa década, los que tienen veintitantos años estudian y hacen pausas en el estudio. Viven con amigos y en la casa de los padres. Se enamoran y se desenamoran. empiezan una ca-rrera y luego otra”.

a pesar del creciente subgénero hollywoodense de comedias sobre hombres-chicos que no saben lo que quieren, no todos los nuevos veinteañeros son haraganes sin motivación. Como agrega Brooks, muchos adultos jóvenes del mundo responden a los cambios culturales producto del pasaje a una economía

global basada en la información. los buenos empleos son más difíciles de encontrar, menos seguros y exigen más preparación, lo que hace que establecerse no sea fácil.

Robin Marantz escribió en la revista del New York Times que “a pesar de los componentes emocio-nantes, hasta euforizantes, de tener esa edad, también hay un aspecto negativo: el miedo, la frustración, la incertidumbre, la sensación de no entender las reglas del juego”.

los veinteañeros sin rumbo –y los padres prematuramente envejeci-dos– pueden encontrar alivio en la neurociencia. Como informó el New York Times, durante mucho tiempo se pensó que el cerebro llegaba a su madurez en la pubertad.

estudios recientes, sin embargo, indican que ese proceso se extiende por lo menos hasta los 25 años. en

particular, la corteza prefrontal y el cerebelo, responsables del control emocional y la función cognitiva, tienden a retrasarse en su desarro-llo. así, unos años adicionales de confusión pueden ser exactamente lo que la naturaleza dispone. los pa-dres ansiosos por lo menos pueden estar atentos a sus hijos adultos, da-do que muchos siguen viviendo en la casa paterna.

la recesión global hace que acce-der a un apartamento e instalar una nueva familia en una casa, parez-ca imposible. en ee. UU., el 40 por ciento de las personas de veintitan-tos años vuelve a mudarse con sus padres por lo menos una vez.

en Italia, los que se quedan en ca-sa con mamá afectan la economía. Se responsabiliza a los “mamoni”, o “nenes de mamá“, de la baja tasa de natalidad del país. Con una madre

que cocina y limpia, ¿quién necesita casarse? en India, hasta los hom-bres casados y exitosos consultan a diario a su madre. “Hay un enorme cordón umbilical entre las madres y los hijos varones”, declaró al New York Times Tarun das, un especia-lista en comercio de India.

la tendencia probablemente no es nueva. Tampoco lo es la “adultez emergente”, la “adolescencia tar-día” ni “los años de odisea”.

Como informó la revista del New York Times, en 1970 Kenneth Kenis-ton, un psicólogo de Yale, publicó un informe sobre la confusión y el desarraigo de las vidas de los jóve-nes de esa época. “los postadoles-centes”, escribió, eran incapaces de definir “cuestiones de vocación, de rol social y forma de vida”. en otras palabras, agregó, “no parecen po-der establecerse”.

¿Su propia caracterización de esa etapa de la vida?

“Jóvenes”.KEVIN DELANEY

más problemas, menos adultos

Locos por tener éxito

CARTAS: Los lectores responden al Suplemento Internacional. Página 2

Los capitalistas de riesgo deben distinguir a los emprendedores visionarios de los ilusos.

MATTHEW CAVANAUGH pArA THE NEW YOrK TIMES

podrán tener rarezas, pero los creativos como Seth priebatsch usan esas características para sustentar una visión. Sigue en la página 4

Sus comentarios son bienvenidos en [email protected].

11ARTE Y ESTILo

Muebles caros con detalles rústicos. 9

NEGoCIoS AMBIENTALES

Champagne más verde y ecológico. 2

EL MUNDo

Surge -o resurge- el “orgullo alemán”.

Page 2: New York Times en Espanol Edicion Prensa Libre

2� Domingo, 26 DE SEptiEmbrE DE 2010

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Editor Guatemala: Isaac Ramírez

Contenido, diseño, fotografía e ilustración: The New York Times

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POR NICHOLAS KULISH

BERLÍN — Veinte años después de la reunificación, Alemania se ha reconciliado consigo misma en una forma en que la generación de la posguerra proclamó que jamás sería posible. El cambio es eviden-te en las ondas de radio, donde las canciones alemanas viven un re-greso que desafía el dominio del pop de EE. UU. Los libros de ma-yores ventas honran a Goethe y Schiller, o exhortan a los lectores a redescubrir Alemania .

Pese a los temores de una cre-ciente desigualdad en ingresos, el motor económico de Alemania sigue en marcha y el desempleo ha caído significativamente en lo que fue Alemania Oriental. Y la Canci-ller Angela Merkel ha encabezado a un bloque de países que se resis-ten a los llamados del presidente Barack Obama de realizar gastos de estímulo para combatir la crisis económica, con la certeza de que el mundo debería seguir el ejemplo de austeridad de Alemania.

El orgullo alemán no murió des-pués de la derrota del país en la Se-gunda Guerra Mundial. Al tiempo que Alemania se embarca en este trayecto de autodescubrimiento, la interrogante es si dejará atrás un proyecto europeo construido en parte sobre el sentimiento de culpa del país en la posguerra

“Tal vez vuelve a ser nuestro mo-mento”, dijo Catherine Mendle, de 25 años, trabajadora social en una escuela. “Tenemos este síndrome

extremo de ayudar, para tratar de hacer que el mundo vuelva a apre-ciarnos, y ha sido xagerado”, dijo Mendle. Alemania, indicó, ha sido reducida a simples estereotipos —Oktoberfest, fábricas de autos, el Holocausto. Sus ricas tradiciones en música y literatura, así como su perdurable énfasis en el bienestar social y un férreo compromiso con el medio ambiente merecen más respeto, afirmó Mendle.

lemania ejerce su influencia y re-afirma un orgullo reprimido duran-te mucho tiempo. El país se siente más cómodo consigo mismo y con sus símbolosunque siguen cons-cientes de la historia de su país, los alemanes están menos dispuestos a dejar que dicte sus acciones.

El cambio no ha sido recibido con beneplácito, incluso en Alemania.

Ha llevado a escenas poco comunes, como cuando izquierdistas alemanes antinacio-nalistas tiraron dos veces una bandera alemana de más de 15 metros que había sido colgada por inmi-grantes libaneses en la parte frontal de un edificio en Neukölln,

en Berlín, durante la Copa Mundial este verano.

Hay temores del surgimiento (o resurgimiento) de un nacionalis-mo extremo, visto en críticas con-tra musulmanes hechas por Thilo Sarrazin, quien renunció al consejo del banco de Alemania el 9 de sep-tiembre, tras la publicación de un divisivo éxito editorial donde decía que los inmigrantes musulmanes están drenando el estado de bienes-tar social y que se reproducían más rápido que los alemanes étnicos.

Los diplomáticos y políticos han expresado preocupación por la di-rección que ha tomado Alemania en años recientes, ya sea al cerrar un contencioso trato para un gasoduc-to con Rusia o bloquear el ingreso de Georgia y Ucrania a la OTAN.

El destacado filósofo Jürgen Ha-

bermas advirtió recientemente que Alemania se había convertido en un “coloso ensimismado”. El financiero George Soros dijo este verano, en un discurso en Berlín, que el Gobierno ponía “en peligro a la Unión Europea” con sus políticas económicas.

Los alemanes, que en su mayoría no han visto mejoras en salarios y estándar de vida al tiempo que la economía se ha fortalecido, están más desencantados que nunca con las exigencias financieras de la Unión Europea.

Aunque los otros países europeos ven a Alemania como una potencia en productividad, con compañías exportadoras envidiables y compe-titivas, el debate sobre el futuro en Alemania se centra en la población en envejecimiento y contracción, así como en los crecientes déficits que tendrá que pagar una pobla-ción menos numerosa y de más edad. En particular, los Gobiernos municipales del país están suma-mente endeudados.

La crisis de deuda europea, “des-pertó a la gente y la motivó a hacer preguntas cruciales”, dijo Ulla Röbke, de 65 años, ama de casa bávara. “No podemos mantener a otros países cuando tenemos tan-tas deudas propias”.

Ha ocurrido un cambio genera-cional significativo al tiempo que los miembros de la generación de la Segunda Guerra Mundial han co-menzado a morir. Para los alema-nes más jóvenes, la guerra en Euro-pa ya no es un recuerdo palpable ni un temor tangible. En el Gabinete actual de Merkel, sólo un ministro

nació antes del fin de la guerra. Tres de ellos nacieron en los 70.

Como dirigente de la organiza-ción juvenil del partido de Merkel, Philipp Missfelder, de 31 años, es un miembro importante de la genera-ción en ascenso de políticos alema-nes. En una entrevista, nombró no a Francia o a Polonia, sino a China y sus vecinos, como los países más importantes para el futuro de Ale-mania y lamentó que la Unión Eu-ropea exigiera tantas cumbres que Merkel “apenas si tiene oportuni-dad” de realizar viajes más largos al este de Asia.

En lo que fue Alemania Oriental, Tino Petsch era un DJ en Karl-Marx-Stadt y creaba espectáculos de luces para sus presentaciones en su computadora personal KC 85/3, producida en el país. Hoy, la ciudad ha regresado a su nombre histórico, Chemnitz, y Petsch, de 43 años, es director ejecutivo de su propia compañía de alta tecnología en la ciudad, 3D-Micromac, que produce estaciones de trabajo para micromáquinas láser.

Petsch considera que, 20 años después del hecho, los debates so-bre la reunificación están pasados de moda. Alemania disfruta, dijo, de una reputación de primera en-tre los empresarios de mercados en crecimiento como India, China o Brasil, que valoran lo “Hecho en Alemania” y a Beethoven, pero no comparten los recuerdos europeos de la guerra.

“Cuando estoy en el extranjero, siempre escucho que deberíamos enorgullecernos más de nuestra nación”, señaló.

Renace orgullo alemán, bajo mirada recelosa de Europa

GORDON WELTERS paRa THE NEW YORK TIMES

Victor Homola y Stefan Pauly con-tribuyeron con reportes.

carTas�al�semanario�inTernacional�del�nYT

“Un equipo multicultural”

Sr. Editor:La frase que escribe Roger Cohen en su

columna de inteligencia (Suddeutsche Zei-tung, 5 de julio) acerca de que los valores fundamentales de Alemania eran la “de-mocracia, la transparencia, la libertad y el antimilitarismo”, a lo que ahora se suma el “multiculturalismo”, es –por desgracia– cierta sólo en parte. En lo que se refiere a la Segunda Guerra Mundial, se podría decir que la “reflexión honesta del país” funcio-nó terriblemente bien. Pero es lo que puede esperarse de un país que llevó al mundo al borde del colapso.

Sin embargo, ¿no es más sorprendente que la Primera Guerra Mundial y la guerra de 1870/71, así como el propio Bismarck, sean todavía conmemorados con indulgen-cia, pese a la actitud agresiva de Alemania en esa época, que era simplemente lo opues-to a un país “antimilitarista”, allanando de alguna manera el camino para Hitler? Nu-merosas conmemoraciones rinden home-naje a estos conflictos brutales, haciendo hincapié en la aparente inocencia alemana. Hay una firmeza deliberada en no eliminar estos objetos de nacionalismo y odio y una negativa de acompañarlos por lo menos con la información histórica apropiada.

Sebastian Dégardin

Hamburgo, Alemania

Sr. Editor:Leí con interés la columna de Roger Co-

hen donde hace una analogía entre el éxito del equipo de fútbol con su exitosa democra-cia. No sólo fue acertada sino motivadora.

En Guatemala, vemos que esos éxitos, tanto en el fútbol como en la democracia, son difíciles de alcanzar pero que no están fuera de alcance –especialmente si traba-jamos en equipo–. Trabajar en equipo da siempre muchos mejores resultados de los que podríamos lograr como individuos.

Incluso en los deportes individuales, co-mo el tenis, campeones como Rafael Nadal no ganarían Wimbledon si no fuera por el equipo que los respalda.

Trabajo en equipo es lo que demostró el “equipo” alemán. Funcionan más como grupo que como estrellas individuales.

Vale la pena imitarlos. Desiree Diaz

Guatemala

“Cuando los aparatos toman el control”

Sr. Editor:

Soy lo suficientemente viejo como para acordarme de cuando en la década de 1980 en mi empresa entraron las PC y la cultura del e-mail que generaron. Durante un tiem-po, lo nuevo convivió con lo viejo. Uno podía tener copias de memos, cartas, etc., en pa-pel, que junto con los correos electrónicos, atraían nuestra atención. Recuerdo per-fectamente la sensación incómoda que me generaba el hecho de que estos últimos sub-

conscientemente fueran adquiriendo una prioridad que no siempre merecían. Que un correo electrónico pudiera llegar segundos después de haber sido transmitido podía, a menos que uno fuera cuidadoso, hacernos dejar de trabajar en otra tarea que quizá requería nuestra atención durante días o semanas. Era necesario un esfuerzo cons-ciente para recordar esto y para usar cri-terios comunes a la hora de dar prioridad a las tareas, independientemente del medio utilizado para comunicarlas.

Otro ejemplo de nuestra necesidad cre-ciente de una inyección trivial de contac-to personal se refleja en cómo se usan los teléfonos celulares. Para muchos, la falta de información entrante reciente parece representar una exigencia de llenar el va-cío con alguna información saliente – ya sea una llamada o un mensaje de texto a amigos o familiares. Teniendo esto pre-sente, las advertencias contenidas en su artículo “Los aparatos toman el control” (The Observer, 6 de junio) son oportunas y merecen considerable atención. Son pocos los que podrían afirmar honestamente que las PC, el correo electrónico e Internet no cambiaron su manera de vivir.

Michael Benoy Surrey, Inglaterra

“El fin de la era del bienestar”

Sr. Editor:Coincido en parte con lo escrito sobre Eu-

ropa en “El fin de la era del bienestar”. De todos modos, creo que el Reino Unido caerá mucho más rápido que cualquier otro país europeo. La razón no es tanto el envejeci-miento de la población como sus políticas débiles.

La Reina Isabel II confirmó al nuevo go-bierno a principios de mayo, y el ministro del gabinete Liberal Demócrata, David Laws, ya abandonó su cargo. El gobierno afirma que está reconstruyendo el país. Sin embargo, introdujo a un hombre (Laws) que reclamaba 40.000 libras para vivir en la casa de su pareja gay. Esto muestra que el gobierno no cambió y que tiene un futuro turbio.

Sí, hay un envejecimiento de la población en el Reino Unido y hay más presión para hundir la libra e integrarse a la eurozona para una mayor estabilidad económica. Pero si Inglaterra sigue algunas de las ideas señaladas en el artículo de Steven Erlanger, como entrar en “modo rescate” o incluso “reservar el dinero” de los contribu-yentes, el país podría estar en condiciones de salir de las consecuencias de la recesión y volver a ser “un Estado que funciona de verdad”.

Con medidas apropiadas, el país se recu-perará y alcanzará una economía susten-table y tendrá la oportunidad de ayudar a otros países, como por ejemplo Grecia, que atraviesen problemas económicos en la actualidad y en el futuro.

Aidan Noad

Hampshire, Inglaterra

Un mayor patriotismo suscita temores de creciente chovinismo. Un ciudadano iza la bandera.

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Domingo, 26 DE SEptiEmbrE DE 2010� 3

e l m u n d o

POR THOMAS FULLER

PATTAYA, Tailandia — Entre los callejones traseros repletos de bares de chicas y una zona frente a la playa poblada de lo que los tai-landeses llaman eufemísticamente “mujeres de servicio”, hay señales de cambio, en Pattaya.

Parejas indias, grupos turísticos chinos y familias rusas pasean por la ciudad. Una docena de hoteles de lujo atienden a los tailandeses ricos, quienes se confunden con los turistas en un centro comercial. La ciudad ahora tiene restaurantes elegantes, un festival de música y torneos regulares de polo. Durante mucho tiempo tachada como una ciudad de mala fama, Pattaya está esforzándose por lograr respetabi-lidad.

A dos horas por carretera de Bangkok, era poco más que una aldea de pescadores hace cuatro décadas, cuando los soldados es-tadounidenses que pelearon en la Guerra de Vietnam descubrieron una prístina bahía llena de coral. Decenas de miles de soldados so-litarios, armados con dólares, bus-caron un respiro de la guerra en un país de relativa pobreza, laxa impartición de justicia y actitudes históricamente tolerantes hacia la prostitución.

Pattaya sobrevivió a la partida de los soldados al expandirse ha-cia el turismo sexual. Los hombres forman aproximadamente el 60 por ciento de los visitantes extranjeros en Tailandia, en comparación con el 52 por ciento en la cercana Singa-pur, que es respetuosa de la ley.

En los últimos años, los adminis-tradores de hoteles se dieron cuen-ta que, pese a los chistes sobre las industrias a prueba de recesión, depender mucho de una clientela masculina occidental era poco sen-

sato en una época en que Estados Unidos y Europa eran sacudidos por la recesión.

Las agencias turísticas ahora buscan activamente visitantes de las economías crecientes de China e India.

El Gobierno fomenta el cambio de imagen de Pattaya al desarro-llar un plan maestro de US$1 mil millones para la ciudad, con todo y un monoriel para ayudar a aliviar las calles congestionadas de tráfi-co, un puerto remodelado y una lí-nea de ferrocarril de alta velocidad desde Bangkok.

El plan está en espera de la apro-bación del gabinete tailandés. La

Policía, también, dice estar enfras-cada en un intento por limpiar la imagen de la ciudad.

“Hay gente que dice que Pattaya es el paraíso de los delincuentes”, dijo el coronel Atiwit Kamolrat, jefe de la Policía de Inmigración. “Aho-ra va a ser imposible para ellos es-conderse aquí”.

Sin embargo, muchos en la ciu-dad se preguntan si alguna vez se podría limpiar su imagen.

“Creíamos que Amsterdam era la capital del sexo del mundo”, di-jo Olga Bidenko, de 28 años, turis-ta procedente de Ucrania. “Pero ahora que he estado aquí, creo que Amsterdam es una ciudad muy res-petable”.

POR CARLOTTA GALL

THATTA, Paquistán — A pesar de ser obligados a abandonar sus hogares y acampar en terraple-nes a causa de las inundaciones, hay una comunidad que está feliz por las peores anegaciones de las que se tiene memoria en Paquis-tán. Son los pescadores del delta del Río Indo, cuya fuente de ingre-sos ha disminuido con el paso de los años debido a la falta de agua, y quienes le dan la bienvenida a la repentina abundancia.

“Es una bendición”, expresó Yar Ali Mallah, de 21 años, des-cendiente de generaciones de pes-cadores que han vivido en el delta, en el extremo sur de Paquistán. “Cuando llegue agua buena, me-jorará nuestro sustento, pues los peces vendrán”.

Sin embargo, aun mientras los pescadores se regocijan, otras fi-guras más poderosas piden más presas y proyectos de riego río arriba para contener el flujo del agua e impedir una futura des-trucción a gran escala.

La inundación ha reabierto vie-jas disputas sobre el manejo del agua a lo largo del Río Indo, que atraviesa Paquistán de norte a sur, y muchas de las víctimas más pobres temen que una vez más sean ignorados a favor de intere-ses ricos y poderosos.

El Gobierno de Paquistán ten-drá que lidiar no sólo con las nece-sidades de millones de personas que repentinamente perdieron su hogar y sustento, sino también con las explosivas repercusiones políticas a causa de la distribución del agua y cómo gastar de manera equitativa la ayuda económica pa-ra la reconstrucción.

“A menos de que haya una ruptura radical con el pasado, es probable que las nuevas medidas favorezcan los grandes proyectos financiados por el Banco Mundial que depositan aun más de los re-cursos de este río en manos de los

poderosos, en lugar de enfocarse en la supervivencia a largo plazo de comunidades marginadas”, escribió Alice Albinia, autora del libro Empires of the Indus (Im-perios del Indo) en entrevista vía correo electrónico.

Está bien documentado el daño causado al delta del Indo por ca-si 100 años de riego intensivo río

arriba. Ha convertido a Paquistán en un exportador de alimentos y algodón y ayudado a enriquecer a terratenientes. Pero se consume tanta agua, que el Indo, uno de los ríos más grandes de Asia, se vuel-ve prácticamente seco antes de llegar al delta, donde se vacía en el Mar Arábigo.

La falta de agua de río ha per-mitido que el agua de mar inunde unas 800 mil hectáreas del delta, destruyendo arrozales otrora

fértiles y acabando con los man-glares costeros, que son el hábitat de reproducción natural para los peces.

The Nation, diario con sede en la Provincia de Punjab, inició una campaña, en septiembre, a favor de uno de los proyectos de pre-sas más controvertidos, la presa Kalabagh, al que se oponen las comunidades en el noroeste de Paquistán cuyas tierras queda-rían inundadas, y también en la Provincia sureña de Sindh, donde la gente teme que exacerbe la es-casez de agua.

Los habitantes de la Provincia Khyber-Pakhtunkhwa señalaron que las anegaciones han com-probado su postura, sostenida durante mucho tiempo, de que poblaciones como Nowshera, que sufrió mucho en las inundaciones, serían dañadas aun más por una presa río abajo del poblado en Ka-labagh.

En Sindh, muchos agricultores abogan por recurrir a la energía del carbón en lugar de la hidráu-lica para las necesidades de elec-tricidad de Paquistán. Para los pescadores, el asunto es sencillo. “Queremos seguir con nuestra pesca”, dijo Mallah. “Es nuestra profesión ancestral”.

justin mott para the new York times

hoy, grupos de turistas y familias asiáticas visitan pattaya, tailandia, donde ven con escepticismo su campaña de decencia.

pescadores desplazados por inundaciones viven ahora cerca de nowshera, paquistán, donde hay abundancia de peces.

fotografías por tYLer hiCks/ the new York times

muchos en paquistán se preocupan de que potenciales proyectos de represas en el río indo limiten el flujo del agua e inunden gran cantidad de poblados.

Plan multimillonario busca cambiar imagen pervertida.

Pescadores ganan de desastre, pero temen al desarrollo.

Inundaciones avivan disputa entre clases

El sexo le dio fama nunca superada por otra ciudad

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4� Domingo, 26 DE SEptiEmbrE DE 2010

e l �m undo

En lugar de delirar, el empren-dedor imagina un producto que parece tan atractivo que lleva a la gente a apostar su carrera, o mu-cho dinero, a algo que no existe y que tal vez nunca se venda.

Los capitalistas de riesgo de-dican mucho tiempo a analizar la psiquis de las personas en las que barajan invertir. No se trata tanto de estudiar la psiquis de la gente en la que podrían invertir ni de distinguir entre locos y levemente maníacos. De lo que se trata es de determinar qué hipomaníacos son demasiado arrogantes e insopor-tables –características bastante habituales del tipo-, y cuáles tienen cierta humanidad y habilidades para relacionarse, lo cual siempre resulta útil a la hora de reclutar gente talentosa y recaudar dine-ro.

Algunos capitalistas de riesgo recurren a tests de personalidad para contribuir a eliminar a los primeros. Otros destacan su ca-pacidad para tolerar las manías leves, aunque más no sea porque crear una empresa es en sí una pe-queña locura.

“Para fundar una compañía hay que tener fe. Mucha gente dice que lo que uno está haciendo no puede hacerse, y que si pudiera hacerse ya lo habría hecho alguien”, dice Paul Maeder, socio de Highland Capital Partners, una firma de ca-pital de riesgo de Lexington, Mas-sachusetts. “Es bastante loco”.

Un emprendedor con ese tipo de “locura” que Highland Capital con-sideró digno de apoyo con US$750 mil fue Seth Priebatsch, un joven de 21 años que fundó una empresa llamada Scvngr para crear “el me-jor juego del mundo”.

Para mantener el ritmo de su pensamiento y su conversación en niveles manejables, Priebatsch co-rre en una cinta hasta desplomar-se literalmente todas las mañanas. Puede trabajar 96 horas seguidas. Planea vivir en su oficina. Todo lo que lo distraiga, y distraiga a sus futuros colegas, es “malo”.

“Scvngr es un juego que se pue-

de jugar en el teléfono”, dice Prie-batsch. El juego permite competir y ganar premios en negocios, gim-nasios, teatros, museos, etc.

“Nos pasamos la vida jugando”, afirma. “La escuela es un juego, sólo que muy mal diseñado.” Las tarjetas de crédito American Ex-press, que tienen una jerarquía que va de la verde a la dorada y la negra, son un juego. También lo es el millaje para viajeros frecuentes. “Pero la dinámica del juego no se crea a conciencia, y Scvngr lo ha-ce”.

Eso, por lo que parece, tiene grandes implicaciones. “Si pode-mos imprimirle al mundo una di-námica de juego, éste va a ser más divertido, más gratificante”.

El grandioso temperamento hipomaníaco no se limita a los emprendedores. También está presente en políticos (Theodore Roosevelt), militares (George S. Patton) y en virtualmente todo campo donde riesgos enormes tie-nen rendimientos gigantescos.

El mundo empresarial, sin em-bargo, es el que ha aportado una mayor cuota de hipomaníacos. El más pintoresco fue sin duda Henry Ford. “Es el mejor ejemplo del espí-ritu emprendedor trastornado”, di-ce Douglas G. Brinkley, el autor de Wheels for the World, un libro sobre Ford y su compañía. Ford podía ser encantador y despiadado. Con los empleados, era un autócrata que nunca toleraba el disenso.

Casi todas las conversaciones sobre hipomaníacos contempo-ráneos comienzan con el CEO de Apple, Steven P. Jobs. Al igual que Ford, es un vendedor extraordina-rio, y también se lo describe como un déspota y un controlador de mal temperamento, dice Leander Kah-ney, autor de Inside Steve’s Brain.

Los académicos que se dedi-can a los estudios organizacio-nales tienden a dividir el mundo en “líderes transformacionales” (el grupo en el que se encuentran los hipomaníacos, por supuesto) y “líderes transaccionales”, que son los gerentes mesurados que saben delegar, que escuchan y fi-jan objetivos alcanzables. Ambos

tipos de líderes necesitan que los empleados abracen su causa, pero los emprendedores tienen que re-clutar y entusiasmar cuando una compañía es apenas más que un destello de una gran idea.

“Tenemos una grilla de persona-lidad por puntaje, y hay diez o doce atributos que son vitales para el éxito”, señala Michael A. Greeley, socio de Flybridge Capital Part-ners en Boston. El objetivo es de-tectar los personajes en extremo erráticos. “Un día se levantan y su color favorito es el rosa. Al día siguiente es el verde. He trabajado con hipomaníacos, y se trata de gente que puede volverse contra sus colegas con gran rapidez. Un empleado puede ser un colabora-dor maravilloso y luego, después de un solo error, se convierte en mala palabra”.

Maeder, de Highland, todavía no sabe con certeza si Scvngr es el comienzo de una gran empresa. Al mismo tiempo, considera que la inversión de US$750 mil es una apuesta a Priebatsch y también a su compañía. “Seth tiene una men-te muy fértil. Sabemos que atraerá a gente muy interesante a la com-pañía”, dice, “y que las ideas segui-rán fluyendo y cambiando hasta que descubra algo genial”.

También se tiene la sensación de que Priebatsch no se detendrá ni siquiera si Scvngr es un completo triunfo. “Me gusta ganar”, afirma. “Soy adicto al acto de ganar, al pro-ceso. Cuando se está en el acto de ganar, todo es grandioso. Una vez que se ganó, pasa a ser aburrido. Es bueno, es mejor que perder, pe-ro aburrido”. Tampoco el dinero afectará su ritmo, por más que sea mucho.

“No me opongo al dinero”, dice. “Me gustan las bicicletas buenas y las computadoras sofisticadas. Me gusta que el dinero sea una repre-sentación del éxito, pero el dinero en sí no me resulta interesante. Es poco lo que puedo querer y aún no tengo, y el dinero no puede com-prar las cosas que quiero”.

¿Como qué? No hace una pausa.“Quiero crear el mejor juego del

mundo”.

Las redes sociales influyen en la salud

¿Su red social lo está haciendo engordar? ¿Sus amigos y su fami-lia lo llevan a fumar y a beber más? Así como nuestras relaciones con-tribuyen a conductas que perju-

dican nuestra salud, ¿pueden controlarse las redes sociales pa-ra que la salud mejo-re?

Son las preguntas de la “ciencia de las re-

des”, un nuevo campo que examina la forma en que nuestros cambios de conducta se extienden por las redes sociales. Por redes sociales me refiero a las viejas relaciones de sangre. “Es algo que hacemos des-de tiempos inmemoriales. Como las hormigas, nos adaptamos a la vida en estructuras sociales”, dice el Dr. Nicholas A. Christakis, un profesor de la Universidad de Harvard que estudia la salud y las redes socia-les. “Los seres humanos se han agrupado en redes desde hace cen-tenares y miles de años”.

El Dr. Christakis y James H. Fowler, profesor adjunto de la Fa-cultad de Medicina de la Univer-sidad de California, San Diego, causaron revuelo internacional en 2007 al publicar un estudio sobre la obesidad en el que señalaban que la gordura podía ser contagiosa y extenderse a nuestras relaciones sociales. Uno de los descubrimien-tos del estudio fue que las posibi-

lidades de una persona de pasar a ser obesa aumentaban 57 por cien-to si la persona tenía un amigo que se había vuelto obeso. Otro descu-brimiento sorprendente fue que las probabilidades de pasar a ser obe-so no sólo obedecían a la influencia del aumento de peso de los amigos, sino también a la de amigos de ami-gos.

Ahora el Dr. Christakis y el pro-fesor Fowler, así como otros cientí-ficos analizan cómo controlar las redes sociales para impulsar la sa-lud pública. Sabemos que la gente puede cambiar sus hábitos de salud cuando se abre y participa en nue-vas agrupaciones sociales. ¿Pero cómo extraemos información de las redes sociales existentes para mejorar la salud pública?

Un método es identificar a los conectores sociales, las personas que pasan tiempo con más amigos que lo habitual, y que, por lo tanto, se ven expuestas a más gérmenes y son las primeras en contraer enfer-medades contagiosas.

Si los funcionarios de salud pu-dieran seguir a las personas socia-bles, podrían idear un sistema de detección temprana de epidemias y determinar a quiénes vacunar primero.

El invierno pasado, el Dr. Chris-takis y el profesor Fowler obser-varon a los amigos de distintas personas para analizar la exten-

sión del H1N1 en Harvard. Obser-varon a 744 estudiantes de grado seleccionados al azar o a los que estudiantes seleccionados al azar mencionaron como amigos. Luego siguieron a los estudiantes de gra-do por medio de sus historias clí-nicas electrónicas para detectar qué alumnos asistían al servicio de salud universitario.

En el estudio de Harvard, la gri-pe se desarrolló unas dos semanas antes en el grupo de amigos que en el grupo seleccionado al azar. Los resultados, dicen los directores del estudio, indican que los funcio-narios de salud pública podrían usar el monitoreo de amigos como sistema de detección temprana de enfermedades. “Este método inédito podría aplicarse a toda enfermedad contagiosa. Por más que nosotros estudiamos el H1N1, podría usarse para el tabaquismo o el aumento de peso”, dice el pro-fesor Fowler.

Algunos investigadores también estudian cómo la estructura de una red social afecta la velocidad a la que la gente adopta y conserva hábitos de salud. Damon Centola, un profesor adjunto de sociología económica del Massachusetts Ins-titute of Technology, llevó a cabo un experimento con más de 1 mil 500 personas. Creó un foro de salud en la web donde tenían acceso y po-dían catalogar sitios de informa-ción de salud.

El profesor Centola luego asignó participantes al azar a una de dos redes sociales: una se creó como barrio residencial con grupos de vínculos superpuestos entre veci-nos; la otra era una red casual.

Cada participante se comparó con otros miembros, llamados “amigos de salud”.

Si bien la gente no podía con-tactarse de forma directa con sus amigos, recibía e-mails del sistema sobre las actividades de los amigos en el sitio.

La estructura de barrio resultó ser mucho mejor que la red social al azar en lo relativo a alentar a los participantes en el estudio a parti-cipar en el foro de salud, según el informe del profesor Centola, que se publicó en septiembre en Scien-ce. Lo más importante, dice Cen-tola, es que cuantos más eran los e-mails que recibía la gente sobre las actividades de sus amigos de salud, más a menudo volvía al foro. En el mundo real, dice, eso signifi-ca que el grado de apoyo social que se le da a la gente para que mejore sus hábitos de salud puede ser más importante que quien los aliente a hacerlo.

Una red local de amigos y vecinos puede ser más importante que el vocero de una celebridad remota en lo que respecta a detener la expansión de, por ejemplo, las enfermedades de transmisión sexual entre los adolescentes. Si queremos hacer cambios perdurables en nuestros hábitos de salud, dice Fowler, necesitamos un apoyo social en el que nuestros amigos, y los amigos de amigos, cambien sus hábitos con nosotros.

No es poca cosa para una red so-cial.

La gente sociable con relaciones afecta el bienestar de otros.

Reconocer a los que tienen la locura suficiente como para lograr el éxito

Viene de la página 1

Steve ruark para the New York timeS

pensadores geniales integraron empresas, escribe John D. Gartner en the Hypomaniac Edge.

NATASHA SINGER enSAYo

Page 5: New York Times en Espanol Edicion Prensa Libre

Domingo, 26 DE SEptiEmbrE DE 2010� 5

e l m u n d o

POR MARC LACEY

El reciente plan de Cuba redujo la fuerza de trabajo un 10 por ciento al tiempo que esperaba que los cen-tenares de miles de tra-bajadores despedidos en-contraran un lugar en un nuevo sistema parecido a la libre empresa y genera-ran un gran cambio en el país comunista.

En una escala inédita durante medio siglo, los cu-banos contratarán a otros cubanos en pequeñas em-presas sin la participación directa del Partido Comu-nista. La idea de recibir un sueldo independiente-mente de si se haraganea, se duerme o se asiste al trabajo se verá sometida a un nuevo desafío. Por otra parte, es posible que la creación de un grupo de cuasi capitalistas pueda desencadenar fuerzas que los Castro y sus sucesores no logren controlar. ¿Pero Cuba se encamina a una transformación del tipo de la de Rusia y China? Resul-ta tentador imaginarlo. De todos modos, los especia-listas en Cuba recomien-dan no tener expectativas tan amplias.

Yoani Sánchez, una blo-

gger cubana disidente, escribió hace poco: “En el marco de los estrictos cá-nones de la economía so-cialista –planificada, cen-tralizada y subsidiada–, el empleo independiente siempre se consideró una suerte de plaga indeseable que es necesario abatir de forma periódica y, en oca-siones, exterminar”.

Sí, el gobierno de Castro admite que existe un pro-blema profundo. Pero tam-bién siempre relacionó su ideología con el temor y el desprecio por EE. UU. y su sistema económico.

Es por eso que su feroz búsqueda de independen-cia de la influencia eco-nómica estadounidense –a pesar de que condena el embargo comercial de Washington– haría que un cambio radical para incorporarse al sistema de libre comercio global que domina EE. UU. resultara particularmente difícil de explicar.

Un sociólogo cubano, Haroldo Dilla, pronostica que el nuevo sistema no permitirá a los cubanos salir de la pobreza y que el gobierno resistirá una verdadera apertura eco-

nómica al mundo. Eso no equivale a decir que las autoridades no quieren cambiar nada.

El presidente Raúl Cas-tro considera que los inten-tos de Mijail Gorbachov de revitalizar el sistema político soviético, que de-rivaron en la caída del co-munismo, son una adver-tencia a tener en cuenta. La combinación de con-sumismo y autoritarismo que puede observarse en Vietnam y China puede ser un modelo de privatización más digerible, pero con el Estado en firme control de la situación.

De todos modos, el plan anunciado es hasta ahora mucho más modesto que el que han instrumentado los países asiáticos. Pa-rece pensado sólo para impulsar la productividad económica de Cuba en las pequeñas empresas para flexibilizar una economía estatista y una fuerza de trabajo que tienen proble-mas desde hace años.

El anuncio de despidos tampoco es el primero que Cuba experimenta con la privatización. Ya están permitidas muchas ocupa-ciones en pequeña escala.

Cuba, sin embar-go, depende de la exportación de un solo producto pri-mario –azúcar– que la Unión So-viética compraba a precio subsidia-do. Hace poco que invita a algunos socios europeos a integrar empre-sas conjuntas, por ejemplo en el sec-

tor del turismo.Una amplia apertura a

una nueva industrializa-ción, por ejemplo, segura-mente significaría recibir un flujo de capital privado extranjero para fabricar productos de exportación en suelo cubano. Probable-mente, también exigiría la normalización de relacio-nes diplomáticas y comer-ciales con EE. UU.

Por supuesto, Cuba y EE. UU. tienen más vínculos de lo que los funcionarios gubernamentales de sus capitales quieren admitir, a través de los lazos fami-liares, por ejemplo.

“Si se la instrumenta de forma completa, una gran expansión del sector pri-vado de Cuba beneficiaría a muchos miles de familias cubanas y daría, remesas mediante, más oportuni-dades a los cubanos esta-dounidenses de ayudar a sus familiares en Cuba que estarían trabajando por cuenta propia”, escribió Philip Peters, del Instituto Lexington de Arlington.

Tek Henken, un profesor del Baruch College que es-tudia la empresa privada en Cuba, resume la ambi-valencia con la que los ob-

Castro proyecta otra revolución cubana

Muchos ven un quasi-capitalismo en un sistema sociliasta con alto control.

DesmonD Boylan/ReuteRs

el plan del régimen de Castro de dar más flexibilidad a las pequeñas empresas, como este puesto de frutas de la Habana, puede resultar difícil de controlar. esta decisión podría generar cambios.

servadores prudentes de Cuba evalúan las últimas noticias.

“Es el comienzo de lo que todos estábamos es-perando”, dijo. “Es un gran cambio en la forma en que funcionará el sis-tema económico cubano. Todos los cubanos lo sen-tirán.” Pero agregó: “aún quieren mantener el con-trol del Estado. Vamos a ver cómo se desarrollan las cosas”.

La verdadera prueba del último experimento de Cuba residirá en cómo se instrumenta y en si el trabajo tendrá relación con la riqueza, señalaron el profesor Henken y otros especialistas.

En las anteriores cam-pañas de privatización, añadió, “la gente se en-

contró tan abrumada por regulaciones, que el em-pleo independiente se vio plagado de ilegalidad y corrupción”.

Como destacó la blogger Sánchez, los emprendedo-res deben cuidarse, como lo hacen todos los cubanos, de la policía secreta debi-do a la actitud del régimen respecto de la propiedad privada y la empresa en general.

Cualesquiera sean los cambios, ningún funcio-nario cubano dijo que el nuevo sistema era capi-talista. Como manifestó Julia Sweig, una especia-lista en Cuba del Consejo de Relaciones Exteriores: “La reorganización de su modelo no necesaria-mente significa que van a adoptar el nuestro”.

Page 6: New York Times en Espanol Edicion Prensa Libre

6� Domingo, 26 DE SEptiEmbrE DE 2010

c i e nc i a � y � t ecno log í a�

POR SEAN B. CARROLL

Los entrenadores en el Hawaii Sea Life Park se quedaron pasma-dos cuando un delfín gris nariz de botella hembra, de 182 kilos, dio a luz, en 1985, a una cría de piel os-cura que guardaba cierto pareci-do con la ballena asesina falsa, de poco más de 900 kilos, con quien compartía el tanque. La cría era un balfín, un híbrido con 66 dientes en comparación con los 88 del nariz de botella y los 44 de la ballena asesina falsa mucho más grande.

Y en 2006, un cazador en el Ár-tico canadiense mató a tiros a un oso que tenía el pelaje blanco como el de un oso polar, pero tenía man-chas café, garras largas y una gi-ba como la del oso grizzly. El ADN confirmó que el animal era un hí-brido.

Resulta que la hibridación entre distintas especies no es tan inusita-da. Algunos biólogos estiman que hasta el 10 por ciento de las especies animales y hasta el 25 por ciento de las especies de plantas pueden en ocasiones reproducirse con otras especies.

La cuestión más importante no es si tales relaciones en ocasiones producen crías, sino la vitalidad del híbrido y si las dos especies po-drían combinarse para dar origen a una tercera especie distinta.

Aunque varios ejemplos de híbri-dos animales criados por el hom-bre pueden crecer exitosamente en cautiverio, entre ellos los cebroides (cebra-caballo), beefalos (búfalo y ganado vacuno), ligres (león y ti-gre) y mulas (burro y yegua), los híbridos de animales que ocurren de manera natural tienen muchos factores que trabajan en contra de

su éxito a más largo plazo.Uno de los principales obstácu-

los es que, aún si los miembros de diferentes especies pudieran apa-rearse, cuando las dos especies son genéticamente demasiado distan-tes entre sí o portan números dife-rentes de cromosomas, la cría, por lo regular, es incapaz de sobrevivir o es infértil (como los cebroides y las mulas), y por lo tanto, son calle-jones evolutivos sin salida.

Sin embargo, es posible que al-gunas combinaciones pudieran permitir a los híbridos adaptarse a condiciones en las que ninguno de los dos padres podría prosperar.

El análisis de ADN hoy permite a los biólogos descifrar mejor las historias de las especies y detectar acontecimientos pasados de hibri-dación que han contribuido nuevos genes y capacidades a diversas clases de organismos, entre ellos, ahora resulta, nosotros.

Los análisis de la distancia ge-nética en general entre los Nean-derthales y los humanos modernos revelan que nuestro ADN es 99.84 por ciento idéntico al de los Nean-derthales.

La evidencia indica que los hu-manos modernos migraron fuera de África y llegaron a Medio Orien-te hace más de 100 mil años y a Eu-ropa hace unos 45 mil, y pudieron haber encontrado Neanderthales algún tiempo en cada lugar.

Ahora parece que los Neander-thales contribuyeron con entre un 1 y un 4 por ciento de la secuencia de ADN de los europeos y los asiá-ticos, pero no los africanos, al mez-clarse con los Homo sapiens, quizá en el Medio Oriente hace 50 mil a 80 mil años. Es posible que algunas versiones de genes de Neander-thales permitieron a los humanos modernos adaptarse a los nuevos climas y hábitats.

Las barreras entre las especies no necesariamente son abismos gigantes; algunas veces se cruzan con resultados maravillosos.

udo richter/european pressphoto agency

haWaii sea LiFe parK

entre los animales híbridos está el cebroide, cebra y caballo, incapaz de reproducirse. Kekaimalu es un balfín. su padre era una ballena asesina falsa y su madre un delfín nariz de botella.

Algunos híbridos pueden adaptarse donde sus padres no.

Animales híbridos: ¿avance, retroceso o reto?

POR BENEDICT CAREY

Los psicólogos han descubier-to que algunos de los consejos más sacrosantos sobre los há-bitos de estudio están equivoca-dos.

De hecho, unas cuantas técni-cas sencillas pueden mejorar de manera confiable cuánto apren-de una persona al estudiar.

Por ejemplo, en lugar de ape-garse a un lugar para estudiar, el simplemente alternar la habi-tación en la que estudia una per-sona mejora su retención de in-formación. Lo mismo sucede con estudiar habilidades o conceptos distintos, pero relacionados, en una sola sesión, en lugar de con-centrarse intensamente en una sola cosa.

“Tenemos cierto tiempo de

conocer estos principios y nos intriga que las escuelas no los hayan adoptado o que la gente no los aprenda a través de prueba y error”, dijo Robert A. Bjork, psi-cólogo en la Universidad de Cali-fornia, en LA.

Un ejemplo es la noción de que los niños tienen estilos de apren-dizaje específicos, que algunos son “visuales” y otros “auditi-vos” para aprender; que algunos estudiantes son de “hemisferio izquierdo” y otros de “hemisferio derecho”. En un estudio reciente en la publicación Psychological Science in the Public Interest, un equipo de psicólogos encontró casi cero respaldo para dichas ideas.

Muchos cursos sobre habili-dades de estudio insisten en que los estudiantes encuentren un lugar específico, una habitación

de estudio o un rincón tranquilo en la biblioteca, para trabajar. La investigación encuentra justo lo opuesto.

El cerebro hace asociaciones sutiles entre lo que estudia y las sensaciones de fondo que percibe en ese momento, dicen los auto-res. Por ejemplo, colorea los tér-minos del Tratado de Versalles con el brillo fluorescente de la sala de estudio de los dormitorios de la universidad.

“Lo que pensamos que sucede aquí es que, cuando el contexto exterior es variado, la informa-ción es enriquecida y esto desace-lera el olvido”, explicó Bjork.

Del mismo modo, variar el tipo de material estudiado en una so-la sesión parece dejar una impre-sión más profunda en el cerebro que concentrarse en una sola ha-bilidad a la vez.

La investigación también so-cava el enfoque de la inmersión intensiva. Atiborrar apresurada-mente el cerebro de información es similar a empacar rápidamen-te una valija barata: sostiene la carga durante un rato, pero luego todo se sale.

Cuando la valija neural se llena de forma cuidadosa y gradual, sostiene su contenido durante mucho más tiempo. Una hora de estudio esta noche, una hora de estudio en el fin de semana, otra sesión dentro de una semana: el así llamado espaciamiento me-jora la memoria posterior de lo estudiado.

Nadie sabe por qué. Podría ser que el cerebro, cuando regresa al material más tarde, tiene que volver a aprender algo de lo que ha absorbido antes de agregar cosas nuevas, y ese proceso es en sí mismo autorreforzante.

“La idea es que el olvido va de la mano del aprendizaje”, dijo Na-te Kornell, psicólogo en Williams College, en Massachusetts, y au-tor de un estudio sobre el apren-dizaje. “Cuando se olvida algo, eso permite volver a aprenderlo, y hacerlo con efectividad, la si-guiente vez que se ve.”

Llenar el cerebro de datos en poco tiempo no sirve.

Adiós a viejos hábitos de memoria y estudio

eLLen Weinstein

Los investigadores echan por tierra las viejas nociones sobre el aprendizaje, y hoy sugieren variar temas y entornos de estudio.

Page 7: New York Times en Espanol Edicion Prensa Libre

Domingo, 26 DE SEptiEmbrE DE 2010� 7

c i e n c i a y t e c n o l o g í a

POR WILLIAM J. BROAD

Aunque muchos de los científicos que elaboraron bombas atómicas durante la guerra fría se volvieron famosos, los hombres que filmaron lo que pasó cuando esas bombas fueron detonadas formaron un cuerpo secreto.

Su existencia y la naturaleza de su labor ha emergido de las som-bras desde que el gobierno esta-dounidense empezó, hace unos 12 años, un esfuerzo organizado para desclasificar sus películas. En to-tal, los cineastas atómicos realiza-ron 6 mil 500 filmes secretos, según los funcionarios federales.

Hoy en día, el resultado es un au-mento en imágenes llenas de fuego en las pantallas de TV y cine, así co-mo un creciente conocimiento pú-blico sobre los cineastas atómicos.

Dos nuevos documentales ató-micos, Countdown to zero (Cuenta regresiva a cero) y Nuclear tipping point (Punto de inflexión nuclear), incluyen imágenes de archivo de las explosiones. Ambos argumen-tan que la amenaza del terrorismo atómico va en aumento y hacen un llamado al fortalecimiento de las salvaguardas nucleares y, a la lar-ga, la eliminación de los arsenales globales.

En cuanto a los camarógrafos

atómicos, ya no quedan muchos de ellos. “Bastantes han muerto de cáncer”, dijo George Yoshitake, de 82 años, uno de los sobrevivientes, de sus compañeros. “Sin duda estu-vo relacionado con las pruebas”.

Los camarógrafos se enfocaron en las explosiones de pruebas nu-cleares realizadas en el Pacífico Sur y Nevada.

Alambre electrizado cercaba su sede en Hollywood Hills, Califor-nia. El discreto edificio contaba con un foro, salas de proyección, labo-ratorios de procesamiento, equipo de animación, bóvedas para pelí-culas y un personal de más de 250 productores, directores y camaró-grafos, todos ellos con autorización ultrasecreta.

Cuando fueron filmadas original-mente, las películas sirvieron como fuentes de información vitales pa-ra científicos que investigaban la naturaleza de las armas nucleares y su poder de destrucción. Algunas películas también sirvieron como tutoriales para líderes federales y congresionales estadounidenses.

Un libro del 2006, How to photo-graph an atomic bomb (Cómo foto-grafiar una bomba atómica), explo-ra la naturaleza de la labor secreta de los camarógrafos.

“Las imágenes que captaron

serán, durante mucho tiempo, un retrato de cómo fue nuestro siglo pasado”, dijo Peter Kuran, autor del libro y cineasta de efectos espe-ciales en Hollywood.

La unidad de películas secreta, establecida en 1947 por las fuer-zas armadas, era conocida como Lookout Mountain Laboratory. Ro-deado por la vegetación exuberante del Cañón Laurel, el laboratorio hi-zo uso del talento y la tecnología de Hollywood.

Varios historiadores del cine co-mentan que la unidad puso a prue-ba muchas películas, cámaras y lentes avanzadas que Hollywood adoptaría más tarde.

Los camarógrafos viajaron a si-tios de pruebas gubernamentales en el Pacífico Sur y el desierto de Nevada y su tarea era filmar una crónica de la furia de la época. En ocasiones, esto los llevó a sólo tres kilómetros de las explosiones.

Yoshitake recordó haber docu-mentado los efectos de una explo-sión en unos cerdos: “Algunos aún chillaban. Podías oler la carne que-mándose. Te daba asco”.

Varias estrellas de Hollywood aparecieron en algunas de las pelí-culas. Reed Hadley, estrella del pro-grama de televisión Racket squad, interpretó a un observador militar que presenció la primera explosión

de una bomba de hidrógeno.La unidad secreta perdió su ob-

jetivo a captar en 1963, cuando las superpotencias acordaron realizar las pruebas de armas nucleares ba-jo tierra.

En 1997, Hazel R. O’Leary, secre-taria de energía bajo el presidente Bill Clinton, buscó desclasificar las viejas películas.

Las desclasificaciones se detu-vieron en el 2001, tras la llegada de la Administración Bush y los aten-tados terroristas del 11 de septiem-bre.

Hoy en día, el Departamento de Energía afirma que ha divulgado unas 100 películas de las enormes reservas, que se encuentran bajo el control de las fuerzas armadas. Las califica como una perdurable y asombrosa documentación visual del poder y de la destrucción de las armas nucleares.

Kuran aún trabaja con las pelícu-las, al tratar de restaurar y mejorar sus imágenes descoloridas.

Por su parte, Yoshitake dijo que la divulgación de los filmes mejo-raba la comprensión pública de la amenaza nuclear.

Se preguntó, ahora que la guerra fría ha terminado, por qué las na-ciones avanzadas aún conservan más de 20 mil de las armas más mortales de todas.

“Es atemorizante”, expresó.

fotografía de “HoW to PHotograPH aN atoMIC BoMB”

Salen a luz las crónicas y filmes de era atómica

Cineastas trabajaron a 3 km de las detonaciones, en Nevada. en la fotografía, efectos de una explosión de prueba.

Page 8: New York Times en Espanol Edicion Prensa Libre

8� Domingo, 26 DE SEptiEmbrE DE 2010

N EGOC I O S � y � ECO LOG Í A

POR KEITH BRADSHER

CHANGSHA, China — El prós-pero sector chino de la energía lim-pia, que ahora consiste de hasta un millón de empleos, está próximo a dominar la producción de tecnolo-gías esenciales para la reducción del ritmo del calentamiento global y la contaminación ambiental.

Changsha, capital de la provincia de Hunan, en la región central del sur de China, y dos ciudades adya-centes emergen hoy como centros de manufactura de energía limpia. Producen paneles solares para los mercados estadounidenses y euro-peos, desarrollan nuevos equipos para fabricar los paneles y se diver-sifican las turbinas eólicas.

En contraste, las compañías de energía limpia en Estados Unidos y Europa enfrentan problemas. Al-gunas han comenzado a recortar empleos y a trasladar sus opera-ciones a China.

Gran parte del éxito chino en la energía limpia radica en las agresi-vas políticas gubernamentales de subsidios, que ayudan a esta crítica industria de exportación en formas en que la mayoría de los otros go-biernos no lo hace. Estas medidas corren el riesgo de infringir reglas internacionales a las que China y casi todas las demás naciones se

adhieren, de acuerdo con algunos expertos en comercio.

Una visita a una de las historias de éxito más recientes en Changs-ha ofrece un ejemplo de los métodos gubernamentales. Hunan Sunzone Optoelectronics, una compañía de dos años de antigüedad, fabrica pa-neles solares y embarca casi el 95 por ciento de estos a Europa. Aho-

ra, está en proceso de abrir oficinas de ventas en Nueva York, Chicago y Los Ángeles, en preparación para incursionar en el mercado de EE. UU.

Para ayudar a Sunzone, el go-bierno municipal le transfirió 9 hec-táreas de valioso terreno urbano, cerca del centro de la ciudad, a un precio de ganga. Eso incrementó enormemente el valor de la com-pañía. Mientras tanto, un banco estatal se prepara para otorgarle un préstamo a bajas tasas de in-

terés y el gobierno de la provincia mejora el trato al reembolsarle casi todos sus pagos de intereses, para ayudar a que Sunzone duplique su capacidad de producción.

El gobierno local de Zhuzhou, ciudad cerca de Changsha, es aún más generoso. “Para proyectos realmente buenos, podemos darles gratis el terreno”, dijo He Jianbo, subdirector de la próspera zona de alta tecnología de la ciudad.

Sin embargo, este tipo de ayuda viola los reglamentos de la OMC que prohíben prácticamente todos los subsidios para exportadores.

Si el país con subsidios no los eli-mina, otros países pueden respon-der al imponer elevados aranceles sobre las importaciones de ese país. Sin embargo, las empresas multina-cionales y las asociaciones comer-ciales en el negocio de la energía limpia se han visto recelosas, como sucede en muchas otras industrias, de presentar quejas comerciales, al temer la reputación de China de tomar represalias contra coinver-siones y potencialmente negarle el acceso a su mercado a cualquier compañía que no esté de su lado.

China, que apenas si tenía pre-sencia en la industria solar hace cinco años, se encamina para pro-ducir más de la mitad de los pa-

neles solares del mundo este año. Más del 95 por ciento de ellos será exportado a países como EE. UU. y Alemania, que ofrecen generosos subsidios a los consumidores que compren paneles solares.

Evergreen Solar, de Marlboro, Massachusetts, planea trasladar los últimos pasos de la fabricación de sus paneles solares a China, el verano próximo, lo que eliminará

300 empleos. Batalló para obtener préstamos en EE. UU. antes de descubrir que los costos en China eran más bajos.

“En EE. UU. no puedes conse-guir ni un centavo, no importa a quién llames: bancos o gobierno. Es terrible”, dijo Michael El-Hillow, director financiero de la compañía. “He ahí la ventaja oculta de estar en China”.

AriAnA Lindquist pArA the new York times

paneles solares hunan sunzone, en Changsha, China, incluye un columpio enfriado por un abanico accionado con energía solar.

Con subsidios, apoya la producción de paneles solares.

POR TOM ZELLER Jr.

El que se hagan estallar cumbres de montañas para llegar al carbón en la región estadounidense de Appalachia, o que se produzcan millones de toneladas de dióxido de carbono para extraer petróleo de la arena en Alberta, Canadá, se cuentan entre los principales moti-vos industriales de irritación para los ecologistas.

Sin embargo, después de años de enredos legales surgidos de desastres ecológicos y un mayor escrutinio por parte de los bancos que financian a las industrias más sucias, varios grandes prestamis-tas comerciales hoy adoptan una postura respecto de las prácticas industriales que consideran ries-gosas para su reputación y sus re-sultados financieros.

En los últimos dos años, Credit Suisse, Morgan Stanley, JPMorgan Chase, Bank of America, Citibank y Wells Fargo han tomado medidas para mirar con creciente lupa los préstamos otorgados a compañías involucradas en la eliminación de cimas —hacer estallar la parte su-perior de las montañas y arrojar los desechos a los valles y arroyos a sus pies— o ponerle fin por com-pleto a los mismos.

En algunos casos, las políticas cambiantes representan un intento por pulir sus reputaciones ecológi-cas en áreas donde los bancos te-nían poco interés, y no hay indicio de que las compañías involucradas en las prácticas censurables no puedan encontrar financiamiento en otra parte.

Aún así, el surgimiento de pro-blemáticas como el calentamiento global, junto con un creciente es-crutinio, por parte de grupos eco-logistas, de las inversiones realiza-

das por los bancos en muchas otras industrias (como el desarrollo de petróleo y gas, energía nuclear, ge-neración de electricidad mediante la combustión de carbón, arenas bituminosas, construcción de oleo-ductos, edificación de represas, sil-vicultura e incluso ciertos tipos de agricultura), empujan a los presta-mistas hacia nuevo territorio.

“Una cosa es que tu potencial prestatario arroje cianuro en un río”, expresó Karina Litvack, direc-tora de administración e inversión sustentable en F&C Investments, firma de manejo de inversiones, con sede en Londres. “Sin embar-go, si arrojan dióxido de carbono a la atmósfera, lo cual no es estricta-mente ilegal, ¿qué haces? Los ban-

cos se encuentran en una especie de dilema, porque compiten por hacer negocios”, afirmó, y podrían per-der negocios contra otros bancos si “comienzan a jugar al policía”.

Litvack señaló a las grandes pro-testas realizadas, en agosto último, por activistas preocupados por el cambio climático afuera del Royal Bank of Scotland, en Edimburgo, Escocia. Por lo menos una docena de inconformes fue arrestada en manifestaciones contra el finan-ciamiento, por parte del banco, al desarrollo de arenas bituminosas en Canadá.

El banco HSBC, con sede en Lon-dres, restringió sus relaciones con algunos productores de aceite de palma, a menudo vinculado con la

deforestación en países en vías de desarrollo. El Rabobank, presta-mista holandés, ha establecido una lista de control de nueve puntos de condiciones para los aspirantes a prestatarios del sector de petróleo y gas que incluye compromisos pa-ra mejorar el desempeño ecológico y proteger la calidad del agua.

Por su parte, el banco Wells Far-go señaló en julio la “considerable atención y controversia” en tor-no a la minería de eliminación de cumbres en Appalachia, en el este de Estados Unidos. Dijo que su in-volucramiento con compañías que realizan dichas prácticas era “limi-tada y menguante”.

“Estamos analizando más de cer-ca una variedad mucho más amplia

de cuestiones”, externó Stephanie Rico, vocera de Wells Fargo.

A nivel mundial, los bancos y los defensores ecologistas están desa-rrollando mejores prácticas y otros estándares voluntarios. Varias ins-tituciones financieras internaciona-les, como HSBC, Munich Re y otras, han formado los Climate Principles (Principios del Clima), que busca alentar el manejo del cambio climá-tico “en toda la gama de productos y servicios financieros”, de acuerdo con el sitio de internet del pacto.

El Royal Bank of Canada, en res-puesta a la presión de defensores ecologistas que denunciaban su financiamiento a proyectos de are-nas bituminosas, recibió a 18 ban-cos internacionales, en Toronto, en febrero, para “un día de aprendiza-je” sobre las “problemáticas regu-latorias, sociales y ecológicas” en torno a las arenas bituminosas.

En agosto, el Rainforest Action Network, grupo ecologista que en-cabezó una campaña para poner de relieve a las instituciones finan-cieras con vínculos con la industria minera, declaró que los cambios en las políticas ya minaban el finan-ciamiento.

Rebecca Tarbotton, directora ejecutiva de la Rainforest Action Network, comentó que las medidas de los bancos envían “una señal cla-ra de que estas compañías tienen un perfil de alto riesgo y que otros bancos deben tener cuidado”.

Bancos evitan financiar proyectos con riesgo ambiental

Buscan ahorrarse protestas y años de pleitos legales.

China lidera mercado de energías limpias

stephen CrowLeY/the new York times

por el cambio climático, muchos bancos frenan la aprobacion de créditos. La minería de cimas, en Virginia occidental, es una actividad económica con la que no quieren verse involucrados.

Page 9: New York Times en Espanol Edicion Prensa Libre

Domingo, 26 DE SEptiEmbrE DE 2010� 9

N E G O C I O S y E C O L O G Í A

POR LAWRENCE W. CHEEK

SEATTLE — Seth Me-yer y John Wells cosechan árboles urbanos condena-dos por la urbanización, enfermedades o daños por tormentas, y los convier-ten en muebles a la orden, cada pieza con una narra-tiva botánica diferente.

Su negocio, fundado hace cuatro años, ha sido rentable, dice Wells, y sus ingresos han crecido; en el 2009 ascendieron a US$850 mil y los socios dicen que van camino a rebasar US$1 millón este año.

Hoy, Meyer Wells tie-ne nueve empleados y los pedidos han crecido más allá de cocinas suburba-nas para incluir a clientes con gran proyección, como Starbucks y la Universi-dad de Washington.

Si hay una regla en el taller de la compañía, es ésta: respetar la narrativa del árbol —con todo y los capítulos sobre su difícil vi-da urbana. Una vez, Meyer encontró un trozo de acero incrustado en una hermosa tabla de madera de cerezo, quizás el remanente de un clavo utilizado para suje-tarle al árbol un anuncio de “gato perdido”. Meyer ahí lo dejó, como un elemento de la historia del árbol.

Casi todas sus piezas presentan el tan de moda “borde vivo” —orilla del bloque de madera que se deja sin lijar para celebrar la topografía del árbol. La filosofía Meyer Wells es imponer tan poco diseño humano como sea posible.

“Creo que nuestro idea-lismo hace equipo con la demanda por hacer que los edificios sean más ecológi-cos”, dice Wells.

Janet Pomeroy, presiden-ta del consejo de la Cámara de Comercio Ecológica, con sede en San Francisco, dice que los negocios ecológicos a los que les va bien son los que tienen una historia au-téntica qué vender.

Eso lo tuvo Meyer Wells desde el principio. Aunque los artesanos de muebles a la medida abundan en el Noroeste Pacífico de EE. UU., Meyer Wells se apro-

pió de un territorio distin-tivo: los grandes tablones, muebles que podían llevar a interiores el poder crudo del ambiente, en lugar de la visión de un constructor.

Wells señala que la com-pañía también detectó trayectorias en la cultura y los negocios a nivel mun-dial —particularmente el movimiento “locavore”, que aboga por el consu-mo de productos locales, y el Slow Food, que busca contrarrestar la comida y estilo de vida rápidos— que sugerían que era el momento apropiado para su iniciativa.

Su modelo financiero no depende de las llamadas an-gustiadas de los amantes de la naturaleza, sino crecien-temente de redes con otros negocios y profesionales del diseño. Tutta Bella, cadena de pizzerías de lujo, le pidió a Meyer Wells que constru-yera una mesa para chef, de 9 metros de largo, a partir de un olmo de un siglo que se había partido en un par-que durante un ventarrón.

Meyer, de 40 años, quien abandonó la preparatoria, irradia una obsesión con la artesanía. “Algunas per-sonas dejan la preparato-ria porque no pueden con ella”, dice Wells. “Otros lo hacen porque la escuela no funciona para ellos. Así es Seth”.

Meyer dice haber creci-do en una casa “con mucha conciencia estética. “Mi padrastro era fabrican-te de muebles”, añade. “Siempre hubo charlas so-bre belleza y artesanías”.

Mientras que a Meyer aún le encanta deliberar sobre las posibilidades expresivas de una grieta en una tabla, Wells ahora parece más impulsado por la gran cuestión de la sus-tentabilidad.

“Realmente creo que un diseñador puede tomar mejores decisiones y eso puede influir en la gente y llevarnos en una dirección más sustentable”, dice. “Eso es lo que he elegido hacer y creo que es lo que nos ha convertido en un negocio exitoso”.

POR LIZ ALDERMAN

REIMS, Francia — Mu-chos metros debajo de un paisaje de uvas para cham-pagne en maduración, Thie-rry Gasco, maestro vinatero de la casa productora Pom-mery, pasó su dedo sobre los hombros de una botella ver-de oscuro que lucía idéntica a miles que reposaban en sus frías bodegas subterráneas.

Sin embargo, para las ma-nos y ojos entrenados, hay una diferencia sutil, aunque significativa. “Así rehace-mos el futuro del champag-ne”, dijo, señalando abajo del cuello de la botella. “Es-tamos adelgazando el hom-bro para hacer la botella más ligera, para reducir nuestra huella de carbono y mante-ner el champagne aquí para generaciones futuras”.

La industria del champag-

ne ha iniciado un esfuerzo para reducir las 200 mil tone-ladas de dióxido de carbono que emite todos los años al transportar millones de bur-bujas diminutas alrededor del mundo. La producción y embarque representan casi una tercera parte de las emi-siones de carbono del cham-pagne, con la pesada botella siendo el culpable principal.

La modificación actual, que usa 65 gramos menos de vidrio, se da en respuesta a un estudio de 2003 de la huella de carbono del champagne, que la industria quiere reducir en un 25 por ciento para 2020, y en un 75 por ciento para 2050.

El champagne compone sólo 10 por ciento de 3 mil millones de botellas de vino espumoso producidas a nivel global cada año. Sin embar-go, la botella destaca por su

peso. El prosecco italiano, por ejemplo, usa una botella de 750 gramos, en compara-ción con los 900 gramos de la de champagne. Además, el prosecco y sus primos efer-vescentes sólo contienen cer-ca de la mitad de la presión del champagne, que genera tres veces la presión de aire de una llanta de automóvil.

Aunque algunas de las bo-tellas reestilizadas de Pom-mery ya están en el mercado, el Comité Interprofessionnel du Vin de Champagne, or-ganización de la industria, espera que todas las casas productoras de champagne empiecen a usar, el próximo abril, el envase de 835 gra-mos para embotellar la co-secha de uva de este mes; la nueva tendencia en botellas llegará a las tiendas después de tres años de fermentación.

El esfuerzo, dice el grupo, re-ducirá emisiones de carbo-no en 8 mil toneladas al año, equivalentes a retirar de la calle 4 mil autos pequeños.

La botella aún tiene que resistir la presión extrema del champagne. También ne-cesita sobrevivir la pista de obstáculos de 4 años desde la producción a las bodegas y de ahí a la mesa del consumi-dor, y que se adapte a la ma-quinaria existente. Y tendría que ser moldeada para que el cambio pase desapercibido por el consumidor.

Gasco dijo que Vranken Pommery, una de las casas más grandes, ha gastado en-tre US$635 mil y US$1.3 mi-llones cada año desde 1994 en iniciativas ambientales, entre ellas la investigación y prueba de la botella más ligera.

STUART ISETT pARA THE NEW YORK TIMES

Seth Meyer y John Wells fabrican muebles con árboles caídos por urbanización o tormentas.

El champagne busca reducir huella de carbono

Los árboles narran su historia botánica

Page 10: New York Times en Espanol Edicion Prensa Libre

10� Domingo, 26 DE SEptiEmbrE DE 2010

l a � fo rma � en �q u e � c omemos

POR MAÏA de la BAUME

NANTERRE, Francia — Duran-te años, Anissa Benchamacha com-pró su carne en un estacionamien-to, a vendedores que ofrecían pro-ductos casi caducos a musulmanes ansiosos por encontrar alimentos que cumplieran con sus requisitos religiosos.

Sin embargo, una tarde reciente, Benchamacha se encontraba en un estado de callado asombro ante las ordenadas filas de carnes em-paquetadas en Hal’Shop, un nuevo supermercado en este suburbio pa-risino de clase media, a unos pasi-llos de distancia de las latas de foie

gras y botellas de champaña no al-cohólica, todas halal, o permitidas bajo el islam.

“Vine el primer día que abrió”, dijo. “Es bueno que las cosas están cambiando en este país”.

Francia tiene la mayor población de musulmanes en Europa, e inclu-so al tiempo que escuchan al país debatir los términos de su integra-ción hoy tienen un importante im-pacto en la cultura alimenticia.

Ya se trate de un reflejo de sus simples números o de los crecientes ingresos de los inmigrantes musul-manes de segunda y tercera genera-ción, el mercado de productos halal es casi dos veces más grande que el mercado de alimentos orgánicos.

La expansión de los productos halal ha suscitado protesta, y algu-nos funcionarios gubernamentales la han denunciado por difundir el “sectarianismo” e invitar a la dis-criminación contra los no musul-manes.

Sin embargo, otros afirman que es una señal de que la fusión de re-ligión, comercio y cultura ha sido más extensa de lo que muchos se dan cuenta.

“Es una señal de integración”, aseguró Abbas Bendali, director de Solis, agencia de investigación de mercado. El segmento más jo-ven de la población musulmana de Francia, señaló: “ya no vive con el mito de volver a su país de origen”.

En los últimos cinco años, el gas-to familiar en los alimentos halal se ha multiplicado por 20, según el diario Le Figaro.

Los productos halal también han ascendido a un nivel más exclu-sivo, del tradicional carnicero de barrio que vendía carne sacrifica-da de acuerdo con la ley islámica, a una presencia significativa en las industrias de los alimentos, los su-permercados e incluso los restau-rantes franceses.

Un número de supermercados galos dedican pasillos enteros a productos alimenticios halal, co-mo salchicha de pollo, paella y la-sagna.

Incluso marcas icónicas fran-cesas de embutidos y servicios de banquetes, como Fleury Michon, Herta y Pierre Martinet han in-troducido líneas halal, mientras que Evian le colocó un sello halal a algunas de sus botellas para tran-quilizar a su clientela musulmana de que las botellas nunca habían estado en contacto cercano con el

alcohol, lo que volvería al agua “ha-ram”, o impuro.

Los relucientes pasillos del Hal’Shop, que abrió el año pasado, guardan poco parecido con las pa-redes manchadas de sangre de las carnicerías halal de los barrios pa-risinos de clase obrera.

“Hasta ahora, el mercado halal se limitaba a trabajadores mayo-res de 55 años”, expresó Rachid Bakhalq, propietario del super-mercado. “Los productos eran ‘étnicos’, como el couscous o las especias, y mal empaquetados: la clase de productos de baja calidad que los clientes musulmanes ha-brían comprado en su propio país de origen”.

Bakhalq, de 30 años, se conside-ra parte de una nueva generación

de gurmés halal. Varias marcas como Roger Vi-

dal, fabricante francés por exce-lencia de foie gras y terrinas, han invertido en esta nueva ola de gas-tronomía halal.

En el 2008, Roger Vidal lanzó al mercado una línea de seis produc-tos estilo terrina con carne certi-ficada como halal, entre ellos una terrina de cordero con almendras y ciruelas pasas y un “mousse de ave oriental”.

Algunos restaurantes parisinos elegantes también han comenzado, de manera discreta, a ofrecer me-nús halal.

Aunque muchos consideran que la creciente popularidad de los pro-ductos halal es una señal de tole-rancia, algunos han condenado su

expansión como amenazadora y frecuentemente incontrolable.

Brigitte Bardot, la actriz y acti-vista sin pelos en la lengua de los derechos de los animales, dijo en una entrevista por radio el mes pa-sado que la carne halal “ha invadi-do a Francia”.

Sin embargo, el debate no parece molestar a Bakhalq. Es un empren-dedor contento y compara el nuevo orgullo causado por los alimentos halal con el movimiento Black is beautiful (Lo negro es bello) entre los afroestadounidenses en los años 60.

“Los que vienen a mi tienda se sienten orgullosos de encontrar productos que les importan”, dijo. “Aumenta su autoestima, y se sien-ten valorados”.

POR MIKI TANIKAWA

TOKIO — A medida que más res-taurantes de sushi abren en Euro-pa y Latinoamérica, las academias japonesas capacitan a legiones de estudiantes para el competitivo mercado de chefs de sushi en el ex-tranjero.

La Academia de Sushi Tokio ad-mite a aproximadamente 100 estu-diantes al año, ya sea en progra-mas intensivos de dos meses o en diplomados de un año. Más de 700 estudiantes se han graduado de la Academia desde que ésta abrió sus puertas, en el 2002, informan sus directivos.

Los alumnos de la institución planean sumarse a las crecientes filas de chefs profesionales ansio-sos por satisfacer un creciente ape-tito extranjero de sushi.

Su plan de buscar empleo en el extranjero llega en un momento en que los ingresos decaen en el sec-tor japonés de sushi en medio de una encarnizada guerra de precios

al interior de la industria restau-rantera. De los 10 compañeros de Kensuke Aoki en el diplomado de un año, 9 dijeron estar preparán-dose para emprender carreras en el extranjero.

Aoki considera su capacitación como una forma de regresar a Es-tados Unidos, donde pasó dos años realizando estudios universitarios, en Nevada.

“Me gustaba el estilo de vida allí”, dijo. “El ambiente laboral pa-

rece mejor, y la naturaleza y la vida silvestre son sensacionales”.

La industria de US$17.4 mil millo-nes de los restaurantes de sushi en Japón pasa por un proceso de cam-bio, señala Akihiro Nisugi, consul-tor de restaurantes en Funai Con-sulting, con sede en Tokio.

“Las cadenas de sushi de ‘banda transportadora’ tipo comida rápida están al alza, pero el restaurante tradicional de sushi enfrenta una contracción”, dijo.

Hace décadas, un aspirante a chef habría ingresado a un tradi-cional restaurante de sushi como aprendiz, con el sueño de un día convertirse en un taisho, o propie-tario de un restaurante de este tipo. Sin embargo, al desmoronarse esa clase de seguridad laboral, junto con el concepto de lealtad a largo plazo a un solo patrón, los chefs hoy ponen la mira en el extranjero.

Taira Matsuki, de 39 años, quien completó un programa de corto plazo en la Academia de Sushi To-kio hace dos años, abrió un negocio de banquetes en Varsovia, el año pasado, después de trabajar en un restaurante de sushi en Polonia.

“Aquí, el sushi y la pizza son dos categorías que experimentan un fuerte crecimiento y con las que la gente gana dinero”, dijo Matsuki, quien ahora emplea a cinco traba-jadores polacos. Su producto prin-cipal es una lonchera de sushi, de US$7, dirigida a los ejecutivos de negocios.

La velocidad con la que pudo abrir su propio negocio contrasta con las tradiciones de siglos co-rrespondientes al proceso de ser aprendiz del sushi japonés.

“La gente dice que se requieren 3 años antes de que uno pueda do-minar el nigiri, y 5 antes de que uno perfeccione el maki sushi, el rollo, y se necesitan 10 años para que uno

se convierta en un maestro del sus-hi con todas las de la ley”, dijo Ken Kawasumi, principal instructor en la Academia de Sushi y ex chef de sushi. “Ése ya no es un enfoque válido”.

Sin embargo, los tradicionalis-tas dicen que el régimen de años de entrenamiento es integral para lograr la actitud mental correcta como un profesional que trabaja directa, casi íntimamente, con los consumidores.

“En el sushi”, dijo Issei Kurimo-to, chef en jefe de un restaurante de este giro, en el área Yurakucho de Tokio, “trabajas en la barra de una cocina abierta, de frente a tus clien-tes y sirviéndoles directamente. Necesitas desarrollar habilidades de hospitalidad directa”.

Kurimoto dice que los estudian-tes de las escuelas de chefs necesi-tan más que un diploma.

Aun con la capacitación, las habi-lidades necesarias en el extranjero pueden variar de las requeridas en Japón.

Algunos favoritos japoneses, co-mo el congrio americano, no están disponibles en la mayoría de los mercados extranjeros, mientras que muchos consumidores en Eu-ropa le hacen el feo a los mariscos crudos o a las huevas de salmón, que son ingredientes estándar en Japón.

Francia vende comida permitida por el islam

BORIS HORVAT/AGENCE FRANCE-PRESSE — GETTY IMAGES

Francia ya distribuye comida halal, o permitida por el islam. Hal’Shop maneja esos productos.

Los musulmanes influyen en el paladar francés.

Sushi atrae a chefs a nivel internacional

KO SASAKI PARA THE INTERNATIONAl HERAld TRIBuNE

Algunos alumnos de la Academia de Sushi Tokio se gradúan en dos meses. Muchos buscan trabajo en restaurantes extranjeros.

Page 11: New York Times en Espanol Edicion Prensa Libre

Domingo, 26 DE SEptiEmbrE DE 2010� 11

a r t e y e s t i l o

POR ASHLEY PARKER

WASHINGTON — El impensa-ble viaje de 362 tabletas y planchas cuneiformes de arcilla comenzó en Iraq antiguo allá por el 2030 a. C. Sin embargo, esas mismas ta-bletas cruzarían por Dubái actual en su camino hacia Estados Uni-dos, y sobrevivirían a una confis-cación estatal y los ataques terro-ristas del 11 de septiembre, para acabar finalmente en su lugar de nacimiento.

En marzo de 2001, el Servicio de Aduanas recibió la información de que dos cajones que contenían “objetos de arcilla” provenientes de Siria estaban siendo introduci-dos al país de contrabando desde Dubái. Los inspecto-res de un embarque en Newark, Nueva Jersey, descubrie-ron las tabletas cu-neiformes, cada una de ellas más peque-ña que un mazo de cartas, y un experto verificó que habían sido saqueadas del sur de Iraq.

Ese verano, las ta-blillas fueron coloca-das donde se almace-naban por entonces los artículos incauta-dos, una bóveda en el sótano de la Aduana de Estados Unidos en el World Trade Center.

“Habíamos dejado las tabletas ahí y pa-só lo del 11/9, el edifi-cio quedó destruido junto con todo lo demás”, dijo James McAndrew, agente especial superior de la Dirección de Aduanas e Inmigra-ción.

En cuanto se con-sideró que el sótano era lo bastante seguro como para bajar, unas pocas semanas des-pués los agentes de Aduana saca-ron los dos cajones que contenían las tabletas totalmente empapa-das de agua.

Las reliquias fueron luego va-luadas en US$330 mil, pero McAn-drew dijo que es difícil asignarles un valor monetario real.

Esas tabletas de arcilla repre-sentan un registro de las transac-ciones cotidianas en el antiguo Iraq (en general, son recibos por bienes y servicios prestados, pero también escrituras, himnos, poe-sía y literatura y varios presagios considerados útiles para predecir el futuro).

“Si se encuentra una colección entera, es literalmente como en-trar y descubrir un diario de cómo es la vida”, dijo McAndrew. “Es un momento raro en el que se puede leer la historia de la gente tal como se escribió en ese momento”.

A diferencia de los artículos de arcilla actuales, que general-mente se cuecen en un horno y se barnizan para ayudarlos a pre-servar su integridad, las tabletas simplemente habían sido dejadas al sol para que se secaran y con-tenían depósitos salinos del suelo iraquí.

Cuando se mojaron –por una combinación de tubos reventados y mangueras de los bomberos que inundaron el sótano de la Aduana– la humedad hizo que la sal subiera a la superficie, fracturándolas.

Aquí interviene John Russell, un profesor de Historia del Arte

que trabaja en el Departamen-to de Estado como consultor en materia de patrimonio cultural iraquí.

Él sabía que los objetos serían devueltos a Irak y decidió que “se-ría fantástico poder devolverlas en condición conservada y estable”.

El Departamento de Estado fi-nanció el proyecto con unos US$ 100 mil.

La tarea de unir las tablillas recayó en Dennis y Jane Drake Piechota, que son marido y mujer y forman un equipo de conserva-dores.

“Tratamos de recomponer todo, incluso los fragmentos más peque-ños que es necesario sostener con pinzas porque en ellos hay carac-teres escritos y la tableta tiene que poder leerse”, dijo Piechota.

El 7 de septiembre, las tabletas finalmente fuereon devueltas a Irak a través una ceremonia en el Museo Nacional de Iraq, en la ciu-dad de Bagdad.

“Iraq está saliendo de un perío-do de dificultades considerables”, dijo Russell, “y pienso que la res-tauración de estas tabletas y el he-cho de devolverlas a sus dueños en una condición estable es una bue-na metáfora de lo que los propios iraquíes están haciendo”.

DENNIS PIECHOTA AND JANE DRAKE PIECHOTA

Restauración de una antigua tableta cuneiforme de arcilla, del 2030 a. C.

EE. UU. devuelve antiguas tabletas cuneiformes a Iraq

POR PENELOPE GREEN

Joost van Bleiswijk, un diseñador holandés de 34 años, crea objetos domésticos como relojes y apara-dores de acero que deja a la intem-perie durante casi un mes, hasta que adquieren una buena capa de óxido. “Con algo de lluvia y mucho viento, lucen mejor. No sé por qué”, dijo van Bleiswijk hace poco. Pron-to empezará a trabajar en sus pie-zas con un soplete. “Pienso que en esta época la gente está aburrida de las cosas demasiado perfectas”, declaró.

La nueva tendencia del diseño son los muebles de aspecto rústico que se hacen a mano con sierras mecánicas. Murray Moss, el sagaz empresario de diseño, describe el trabajo como “artesanía butch” y ha organizado una muestra en Moss, su local de Nueva York. Tiene una estética “recia, viril y fuerte”, dijo Moss, pero al mismo tiempo es sensible. (El término “butch”, que originalmente signi-ficaba muy masculino, fue adop-tado por la comunidad lésbica para describir un tipo de hipermascu-linidad.)

Hay vasijas de cuero endurecido armadas con tuercas y con desgarra-duras de puntas de acero obra del británico Simon Hasan, que usa una téc-nica que en una época se utilizaba para ablandar y dar forma a las armaduras medievales.

Las “mesas quilla” del noruego Oscar Magnus Narud, tienen patas de hierro que uno mismo debe colocar con un mar-tillo.

“Hay muchas clavijas, cuñas y cosas que son muy simples pero que compo-nen un mueble muy recio”, dijo Narud, que trabaja en Londres y comparte el es-pacio de taller con Peter Marigold, que fue su com-pañero en el Royal College of Art.

Constituye un marcado con-traste, destacó, con los mue-bles súper modernos cuyo valor se desploma r ía si apareciera una falla en su preciosa super-ficie.

Marigold cons-truye asombrosos bancos y mesas de color rojo sangre que dominan la muestra del local de Moss y están inspirados en to-rres de electrici-dad. Marigold usó una sierra circular y una sola pieza de madera para com-poner estas piezas de aspecto áspero y nada artístico. “En la actualidad la gente recela mu-cho de cierto tipo de ornamento”,

dijo. “Cuando veo corte con láser, por ejemplo, me parece diseño ha-ragán. Este tipo de contención es importante porque uno trata de concentrarse en la idea más que en la forma.”

Recordó una conversación que había mantenido poco antes sobre las escuelas inglesas, señaló. “Si alguien es creativo y de una vaga inteligencia, se lo impulsa a hacer arte, pero si alguien es –¿cómo de-cirlo?– más o menos recio, se lo ins-ta a la artesanía.”

¿Se refiere a cosas como las cla-ses de trabajo en madera?

“Sí, a eso”, dijo. “Eso era lo que yo quería hacer, pero me impulsaron a hacer arte.”

La artesanía viril también pue-de comprender trabajos no funcio-nales, como las piezas de avión de Sheetrock de más de un metro de altura que hace Aaron Raymer, de Louisville, Kentucky.

Raymer pasó años laminando paredes antes de darse cuenta de que podía usar el material para su propio trabajo.

“Siempre da la impresión de que abordo el mundo del arte a la manera de un obrero”, señaló hace poco. “Buena parte de eso procede de haber pasado mucho tiempo haciendo trabajo indus-trial.” (Raymer, que tiene 32 años y es un padre de jornada completa, egresó de la Universidad de Nueva York, donde estudió Bellas Artes, en 2008.)

¿Los tiempos duros exigen un trabajo duro?

“Un verdadero coleccionista puede querer piezas que conten-gan una voz actual”, dijo David McFadden, principal curador y vi-cepresidente del Museo de Arte y Diseño de Manhattan.

“La gente tiene muchas ganas de experimentar el proceso, y quiere algo tangible”, observó. “Vivimos en el interior de nuestra cabeza”.

Estos diseños tienen sensuali-dad, no en términos de comodi-dad, sino en un sentido más básico e instintivo. La otra cara del mar-

keting del diseño contempo-ráneo es que todos apuntan a coleccionistas más jóvenes. Pienso que el diseño viril sin duda resulta más atractivo a

los jóvenes”.En cuanto a la virilidad, agre-

gó, “Lo que para algunos hom-bres es muy viril, para otros es femenino. Atribuimos a los ob-jetos de diseño ciertas caracte-rísticas que remiten a la propia personalidad”.

En los últimos diez años, dijo Paul Johnson, un galerista de Nueva York, “el diseño ha sido muy futurista, muy llamativo. Pienso que lo que ha pasado en el mundo les permite a los artistas hacer cosas más accesibles y ga-nar mercado”.

Agregó: “Hacer algunas de estas piezas lleva meses”. En una era definida por el gusto por la “autenticidad conspicua”, para usar una frase de Andrew Potter, el autor de La patraña de la autenticidad: Cómo nos perdemos descubriéndonos, es

fácil ser cínico. La artesanía viril bien podría ser una colección de muebles de madera reciclada obra

de hombres sofisticados con barba.

Moss rechazó esta idea. “No se trata de un tipo que sale y ha-ce una cama rústica”,

dijo. “Es un avance hacia un gesto muy elegante. Lo que pasa es que los mate-riales son recios”.

Se refiere a que sus ar-tistas pensaron mucho para lograr ese aspecto recio, lo que nos devuelve al término “butch”.

“Usé el término ‘butch’ y no palabras como “mas-culino”, “recio” o “viril” porque me refiero a que es un trabajo que se consi-dera un estereotipo mas-culino, pero lo expresa una personalidad que se considera un estereotipo sensible o femenino”.

En otras palabras, un artista.

Una artesanía áspera, para tiempos difíciles

Se desarrolla el gusto por muebles rústicos

TONy CENICOlA/THE NEw yORK TImES

la “artesanía butch” presenta un estilo recio, viril y fuerte, aunque con sensibilidad artística. Aparador de acero de Joost van Bleiswijk.

Se trata de reliquias de arcilla que quedaron atrapadas en Ground Zero.