Nicolás de Cusa: Cosmos y naturaleza de Filosofía UCR/Vol. XXXIX... · concepción del cosmos...

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Gerardo Mora Burgos Nicolás de Cusa: Cosmos y naturaleza 1 NICOLAS DE CUSA nace en 1401 en la pequeña aldea de Cues cerca de Tréveris, junto al Mosela. Hijo de un barquero apellidado Krebs, razón por la cual a veces firma: Nicolaus Cancer de Cusza, y adopta por escudo un can- grejo en campo blanco. Protegido por Ulrico de Manderscheid, futuro obispo de Tréveris, hace sus primeros estudios en el colegio de los Her- manos de la Vida Común de Deventer, donde cursa letras clásicas (1413-1416), hecho que constituye uno de los acontecimientos más rele- vantes de su vida. Pasa a estudiar filosofía en Heidelberg (1416-1417), que desde su primer rector, Marsilio de Inghem, es uno de los princi- pales bastiones del nominalismo, y donde recibe una de las influencias más importantes en su pensamiento. En 1417 se traslada a Padua, cen- tro del aristotelismo averroísta. Estudia derecho, pero al mismo tiempo se interesa por la medici- na y sobre todo por las matemáticas. Es discípu- lo de Julián Cesarini, así como amigo de Pelde- monti y del astrónomo florentino Pablo Toscane- lli (1397-1482). Recibe el grado de doctor en de- recho en 1423, y después de una breve estancia en Roma pasa a estudiar teología en Colonia (1424-25), donde domina la "via antiqua" y la orientación "albertista" de Heimerico de Campo, O.P. (Heimerich van den Velde). Se ordena de sacerdote (1427) y es nombrado párroco de AI- trich, canónigo de San Simeón de Tréveris y deán de ta colegiata de San Florín en Coblenza. En 1430 lo toma como secretario Ulrico de Man- derscheid, electo obispo de Tréveris, cuya causa defiende en el concilio de Basilea (1432). Prime- ramente adopta una actitud conciliarista, que rectifica en 1437 adhiriéndose a Eugenio IV, por lo que merece el calificativo de "Hercules om- nium Eugenianorurn". Durante el concilio escri- be su primera obra: De concordatia catholica (1433-1434), amplio proyecto de reorganización de la Iglesia y el Imperio, inspirada en un senti- do conciliarista. En 1437 es enviado a Constan- tinopla por Eugenio IV en la embajada que debía acompañar a Florencia a los representantes bi- zantinos en el concilio. Esto le da ocasión para conocer numerosos personajes importantes yen- trar en contacto con la ciencia griega. En este viaje tiene lugar su conversión filosófica. La contemplación de la inmensidad del mar le ins- pira la idea de la conciliación y coincidencia de todos los opuestos en el infinito. 1 Fruto de ella son sus primeras obras filosóficas: De docta ig- norantia y De coniecturis (1439-1440), dedica- das a su "venerado maestro" en Padua, Cesarini, en las que aparece ya su sistema, que después apenas retocará o ampliará. Después del concilio desarrolla una intensa actividad diplomática al servicio de Eugenio IV y Nicolás V, quien lo nombra cardenal en 1448, obispo de Brixen (Bressanone), en el Tirol (1450), y legado a [ate- re para la reforma de Alemania, cargo que de- sempeña de 1451 a 1452, mereciendo el califica- tivo de "ángel de paz". Vuelve a su diócesis de Brixen y tiene que afrontar duros conflictos con el duque Segismundo de Tirol, el cual llega a en- carcelario. En 1460 regresa a Roma, y Pío 11,su antiguo amigo, lo nombra vicario general de Ro- ma y los Estados de la Iglesia y le encomienda la predicación de la cruzada contra los turcos. Mue- re en Todi (Umbría) en 15 de agosto de 1464. Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XXXIX (99) Extraordinario, 173-180, Diciembre 200 I

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Gerardo Mora Burgos

Nicolás de Cusa: Cosmos y naturaleza

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NICOLAS DE CUSA nace en 1401 en lapequeña aldea de Cues cerca de Tréveris, juntoal Mosela. Hijo de un barquero apellidadoKrebs, razón por la cual a veces firma: NicolausCancer de Cusza, y adopta por escudo un can-grejo en campo blanco. Protegido por Ulrico deManderscheid, futuro obispo de Tréveris, hacesus primeros estudios en el colegio de los Her-manos de la Vida Común de Deventer, dondecursa letras clásicas (1413-1416), hecho queconstituye uno de los acontecimientos más rele-vantes de su vida. Pasa a estudiar filosofía enHeidelberg (1416-1417), que desde su primerrector, Marsilio de Inghem, es uno de los princi-pales bastiones del nominalismo, y donde recibeuna de las influencias más importantes en supensamiento. En 1417 se traslada a Padua, cen-tro del aristotelismo averroísta. Estudia derecho,pero al mismo tiempo se interesa por la medici-na y sobre todo por las matemáticas. Es discípu-lo de Julián Cesarini, así como amigo de Pelde-monti y del astrónomo florentino Pablo Toscane-lli (1397-1482). Recibe el grado de doctor en de-recho en 1423, y después de una breve estanciaen Roma pasa a estudiar teología en Colonia(1424-25), donde domina la "via antiqua" y laorientación "albertista" de Heimerico de Campo,O.P. (Heimerich van den Velde). Se ordena desacerdote (1427) y es nombrado párroco de AI-trich, canónigo de San Simeón de Tréveris ydeán de ta colegiata de San Florín en Coblenza.En 1430 lo toma como secretario Ulrico de Man-derscheid, electo obispo de Tréveris, cuya causadefiende en el concilio de Basilea (1432). Prime-

ramente adopta una actitud conciliarista, querectifica en 1437 adhiriéndose a Eugenio IV, porlo que merece el calificativo de "Hercules om-nium Eugenianorurn". Durante el concilio escri-be su primera obra: De concordatia catholica(1433-1434), amplio proyecto de reorganizaciónde la Iglesia y el Imperio, inspirada en un senti-do conciliarista. En 1437 es enviado a Constan-tinopla por Eugenio IV en la embajada que debíaacompañar a Florencia a los representantes bi-zantinos en el concilio. Esto le da ocasión paraconocer numerosos personajes importantes yen-trar en contacto con la ciencia griega. En esteviaje tiene lugar su conversión filosófica. Lacontemplación de la inmensidad del mar le ins-pira la idea de la conciliación y coincidencia detodos los opuestos en el infinito. 1 Fruto de ellason sus primeras obras filosóficas: De docta ig-norantia y De coniecturis (1439-1440), dedica-das a su "venerado maestro" en Padua, Cesarini,en las que aparece ya su sistema, que despuésapenas retocará o ampliará. Después del conciliodesarrolla una intensa actividad diplomática alservicio de Eugenio IV y Nicolás V, quien lonombra cardenal en 1448, obispo de Brixen(Bressanone), en el Tirol (1450), y legado a [ate-re para la reforma de Alemania, cargo que de-sempeña de 1451 a 1452, mereciendo el califica-tivo de "ángel de paz". Vuelve a su diócesis deBrixen y tiene que afrontar duros conflictos conel duque Segismundo de Tirol, el cual llega a en-carcelario. En 1460 regresa a Roma, y Pío 11,suantiguo amigo, lo nombra vicario general de Ro-ma y los Estados de la Iglesia y le encomienda lapredicación de la cruzada contra los turcos. Mue-re en Todi (Umbría) en 15 de agosto de 1464.

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XXXIX (99) Extraordinario, 173-180, Diciembre 200 I

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escritos de Nicolás de Cusa residiera únicamen-te en el pensamiento de que Dios, de que el SerAbsoluto está más allá de cualquier posibilidadde determinación positiva, de que sólo puedeser señalado por predicados negativos y de quesólo es posible concebirlo en su estar fuera delmundo, en la trascendencia, y por encima de lafinitud de toda medida, de toda proporción y detoda comparación, el Cusano no hubiera abiertoun nuevo camino ni hubiera indicado una nuevameta. El pensamiento de Cusa no chocó contrala filosofía escolástica, pues ella ya se habíaapropiado desde un principio de la enseñanzadel Pseudo Dionisio, el Areopagita, por mediode la obra de sus grandes maestros. Tanto JuanErigena como Alberto Magno y Tomás de Aqui-no se remontaron a sus escritos y trataron esadoctrina en sus propios comentarios, asegurán-dole así una posición definitiva dentro del siste-ma medieval de vida y de doctrina. De tal ma-nera, si la filosofía del Cusano pretendía superarlos límites que confinaban el antiguo pensa-miento, sólo podría lograrlo si lo acuñaba nue-vamente y le daba un nuevo acento.l

"Pero todos los que investigan mediante lacomparación con algo presupuesto como cierto,juzgan, proporcionalmente, lo incierto. Es, pues,comparativa toda inquisición que se realiza pormedio de una comparación, de tal modo quecuando las cosas que se inquieren pueden compa-rarse a lo presupuesto mediante una reducciónproporcional próxima, la aprehensión del juicioresulta fácil, mientras que si tenemos necesidadde muchos medios, la dificultad y el trabajo apa-recen. Estas cosas son evidentes en las matemá-ticas, en donde las proposiciones primeras se re-ducen con facilidad a los primeros y más eviden-tes principios, pero las proposiciones posterioressólo mediante las primeras y con mayor dificul-tad. Toda inquisición, pues, se da en una propor-ción comparativa fácil o difícil según algo infini-to, en cuanto que lo infinito (por escapar a todaproporción) es desconocido.t" Con estas propo-siciones iniciales del tratado De docta ignorantiase anuncia una revolución del pensamiento, puesa partir de ellas Nicolás de Cusa destruye el nexoque había mantenido unida la lógica escolástica ala teología. La lógica, que durante la Edad Media

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"Todo ensayo que aspire a concebir la filoso-fía del Renacimiento como una unidad sistemáti-ca debe partir de la filosofía de Nicolás de Cu-sa".2 El Quattrocento se caracteriza por la multi-plicidad de tendencias y esfuerzos filosóficos quesin lugar a dudas están preñadas de la filosofíaque se desarrollaría con gran ímpetu en el Rena-cimiento, pero Nicolás de Cusa es el único pen-sador que abarca el conjunto de los temas centra-les del Renacimiento partiendo de un principiometódico que le permite unirlos y explicarlos. Supensamiento comprehende desde la perspectivamedieval, la unidad del universo espiritual y deluniverso físico. Cusa es un teólogo especulativo,pero ya encarna al sabio humanista, pues su saberreúne la estática y la teoría general del movi-miento, la astronomía y la cosmografía, la histo-ria de la Iglesia y la historia política, la historiadel derecho y la historia general. La unidad delconocimiento es uno de los principios por los quese rigen sus indagaciones, en las que priva su in-terés supremo por desarrollar el pensamiento do-minante que se encuentra expresado desde su pri-mer tratado filosófico: De docta ignorantia. Laoposición de complicatio y explicatio se puedeaplicar a su propio pensamiento, el que se desa-rrolla progresivamente y termina por abarcar to-do el conocimiento vigente en su época.'

Cusa elabora su sistema filosófico a partir deun principio fundamental que se le manifiesta co-mo una nueva verdad fundamental a la que se lle-ga por una especie de repentina visión que se leimpone con toda la fuerza de una intuición pode-rosa y no en forma mediata por conclusiones si-logísticas. El mismo Cusano ha relatado cómo sesintió iluminado por este principio -al que consi-dera verdadero regalo de Dios- por primera vezmientras hacía la travesía a Grecia." Pareceríaque la noción de la docta ignorantia y la doctri-na de la coincidencia de los contrarios que sobreaquélla se funda, no hicieron sino renovar pensa-mientos que pertenecían ya a la mística de laEdad Media. Nicolás de Cusa se remite perma-nentemente a las fuentes de esa mística, particu-larmente a los tratados de Eckhart y a los delPseudo Dionisio, el Areopagita. Si la base de los

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se había convertido en un organon de la teología,recobra su autonomía." El nominalismo de Gui-llermo de Ockham'' y las tendencias modernas dela Escolástica anejas a é19, habían flexibilizadoya los vínculos que existían en los clásicos siste-mas del realismo, entre lógica y gramática por unlado, y teología y metafísica por otro. 10 Pero laseparación es radical para Nicolás de Cusa, puesla lógica de Aristóteles, que descansa sobre elprincipio del tercero excluido, se le presenta co-mo una mera lógica de lo finito que, por lo tanto,debe renunciar a su pretensión de abarcar lo infi-nito. Los conceptos de la lógica aristotélica sonconceptos obtenidos por comparación y se apo-yan en la consideración de que lo igual y lo se-mejante se juntan, lo desigual y lo desemejantese separan.'! Para poder determinar un conceptopor otro, tenemos que recorrer toda la serie detérminos intermedios que están entre ellos, y allídonde tales términos no se ofrezcan inmediata-mente al pensamiento debemos descubrirlos me-diante un procedimiento silogístico para poderconcentrar así en un riguroso y determinado or-den del pensar lo abstracto y lo concreto, lo uni-versal y lo individual. Pero si las semejanzas ydiferencias, las concordancias y las discordanciasde lo finito pueden comprenderse de este modo,lo absoluto e infinito, lo que como tal está por en-cima de toda comparación nunca podrá caer den-tro de la red de los conceptos lógicos de género."Debe existir una posibilidad de pensar y cono-cer lo absoluto, lo infinito, pero ese pensar nopuede ni debe apoyarse en las muletas que lebrinda la Lógica tradicionaL, con ayuda de la cualmarchamos siempre de algo finito y limitado aalgo también finito y limitado, pero con la que deninguna manera podemos ir más allá del dominiode lo individual y condicionado.t"?

III

El principio metódico de la filosofía de Ni-colás dé Cusa lleva implícita una serie de conclu-siones que tienen decisiva influencia en la confi-guración de su imagen concreta del mundo, en suconcepción del cosmos físico y espiritual. Elprincipio por el cual el Cusano sostiene la relati-vidad del movimiento+' y el movimiento propio

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de la Tierra se relaciona directamente con lasmencionadas manifestaciones de los dos trata-dos, De docta ignorantia y De conjecturis. Nico-lás de Cusa no es ningún científico experimentalcomo lo demuestra la conexión del conjunto desu obra, y no llegó a estas conclusiones por con-sideraciones hechas en torno a la física misma,sino por reflexiones estrictamente especulativasde carácter teorético y general sobre el conoci-miento; no habla aquí el físico sino el filósofo dela ignorancia consciente.

Para comprender estos aspectos del pensa-miento del Cusano debemos tomar como puntode partida la oposición que supone su pensamien-to científico frente a la física medieval, la cual sebasa en la doctrina fundamental de Aristótelesque enseña la existencia de cuatro elementos, ca-da uno de los cuales tiene señalado un lugar de-terminado en la estructura del cosmos. Fuego,agua, aire y tierra están entre sí en una fija y re-gulada relación espacial, en un determinado or-den del arriba y del abajo. 14 La naturaleza de ca-da elemento le asigna un lugar que está a una de-terminada distancia del centro del universo. Muycerca de este centro está la tíerra, y cada trozo deella que se arranque de su lugar natural, de su in-mediata proximidad al centro del mundo, tiendea caer nuevamente hacia abajo con un movimien-to rectilíneo que le es natural. Por el contrario, elmovimiento propio del fuego en sí tiende haciaarriba, de lo que resulta que su tendencia perma-nente consiste en alejarse del centro. Entre el lu-gar de la tierra y el del fuego se extiende la re-gión que corresponde al agua y al aire. La formageneral de toda actividad física está determinadapor este orden de posiciones. Toda actividad en elmundo de lo físico se cumple en virtud de latransformación de un elemento en otro; un ele-mento se transforma en aquél que tiene más pró-ximo, de modo que el fuego se transforma en ai-re, el aire en agua, el agua en tierra. Este princi-pio de la transmutación recíproca, esta ley querige el nacer y el transcurrir de los elementos,imprime su sello a todo acaecer terreno. Por en-cima del mundo terrestre se eleva la esfera queya no se somete a esa ley general, que no reco-noce ni nacimiento ni transcurso. La materia delos cuerpos celestes tiene un ser propio, una

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mentales, análogos en todas partes y difundidospor todo el mundo.I" Si pudiéramos elevamoshasta el Sol encontraríamos en él, junto al ele-mento del fuego, también un estrato de agua, otrode aire y otro de tierra; por otra parte, a un obser-vador situado en un punto fuera de la Tierra, y su-ficientemente alejado de ella, la parecería esteplaneta una brillante estrella.'? He aquí una se-gunda consideración que, por obra del Cusano,despoja de todo valor de verdad al sistema cos-mológico de Aristóteles y la Escolástica. Si seexamina con detenimiento tal sistema, inmedia-tamente se reconoce que está combinado con doselementos de especie distinta y, en última instan-cia, del todo inconciliables. Lo ideal se confundeen él con lo empírico, lo empírico con lo ideal. Ala sustancia perfecta del cielo tiene que convenir-le un movimiento perfecto, el movimiento circu-lar dentro de una órbita exacta. Pero lo verdade-ramente exacto, como nos lo ha enseñado el prin-cipio de la docta ignorantia, nunca puede darsecomo existencia real y efectiva, como algo exis-tente que se exhiba en la realidad de las cosas. Enefecto, lo exacto es un ideal al que tenemos quereferir, eso sí, los cuerpos y los movimientos delos cuerpos para llegar a conocerlos, pero nuncase encuentra inmediatamente dado en ellos mis-mos como algo perceptible y caractertstico.P Demodo que el cosmos no representa una esferaperfecta ni describe tampoco órbitas de una rigu-rosa precisión; permanece, pues, en la esfera dela indeterminación, en la simple esfera del más ydel menos. Partiendo de estas premisas metódi-cas Nicolás de Cusa alcanza las conclusionesesenciales de las cosmología moderna. La Tierraes un cuerpo móvil que adopta la forma de unaesfera, pero tanto su forma como su movimientoson de tal naturaleza que no pueden determinar-se con absoluta precisión matemática. El hechode que quede fuera de la absoluta perfección delconcepto geométrico -carácter que comparte contodas las cosas de la naturaleza visible- no signi-fica que dentro de esa naturaleza sea algo inferiory despreciable. Es, por el contrario, un astro per-fecto al que corresponde luz y calor y una activi-dad propia y distinta de la de todos los otros as-tros, pues, en última instancia, en la coherenciadel cosmos ninguna parte es superflua, antes

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quinta essentia, que es radicalmente distinta delos cuatro elementos terrestres. No es susceptiblede ninguna transformación cualitativa y sólo leconviene una clase de variación: el puro cambiode lugar. Y como de todas las formas posibles demovimiento debe corresponder la más perfecta almás perfecto de los cuerpos, .se sigue que loscuerpos celestes describen puras órbitas circula-res alrededor del centro del mundo. Es verdadque la cuestión relativa a la sustancia del cielosiempre es motivo de nuevas dudas y aunque enlos detalles sufra innumerables modificaciones,éstas no atentan contra el punto de vista funda-mental, que permanece invariable.P

La clásica concepción aristotélica y escolás-tica del cosmos se opone en un doble sentido alprincipio especulativo fundamental que Nicolásde Cusa desarrolla en su tratado De docta igno-rantia. Esta concepción dispone el elemento ce-leste y los cuatro elementos terrestres según unaescala especial única que, al mismo tiempo, re-presenta una escala de valores. Cuanto más ele-vado se encuentre un elemento en la escala pro-gresiva del cosmos, tanto más próximo estará alinmóvil motor del mundo, y según esto tanto máspura y perfecta será su naturaleza. Pero el Cusa-no no reconoce tal relación de cercanía y lejaníaentre lo sensible y lo suprasensible. Para Nicolásde Cusa no hay un arriba ni un abajo, sino unúnico cosmos, homogéneo en sí mismo, que co-mo cosmos empírico se opone al ser absoluto, asícomo por otro lado, en cuanto todo, participa delo absoluto en la medida en que la naturaleza em-pírica admita semejante participación.!" Porqueesta forma de participación, esencialmente pro-pia de toda existencia individual, no puede alcan-zar a uno de esos elementos en mayor o en me-nor grado que a otro. Así, el Cusano descarta laoposición de valor que existía entre el mundo in-ferior sublunar y el superior celeste. En lugar dela disposición gradual de los elementos que supo-nía la física peripatética, para el Cusano cobrafuerza la afirmación de Anaxágoras de que en lanaturaleza corporal todo está en todo. 17 La dife-rencia que suponemos en los distintos cuerposdel mundo empírico no es una diferencia especí-fica de su sustancia, sino que se debe a las variasrelaciones de composición de elementos funda-

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bien, cada una de ellas tiene su particular modode obrar y conforme a él posee su propio e in-comparable valor" En esto se reconoce clara-mente cómo, para el Cusano, la moderna orienta-ción astronómica que conduce a la anulación dela concepción geocéntrica del mundo, sólo cons-tituye una consecuencia y la expresión de unadistinta orientación espiritual. Este encadena-miento íntimo aparece ya manifiesto en la fórmu-la por la cual el Cusano expone su concepción dela cosmología en su tratado De docta ignorantia.Es inútil buscar un centro físico del mundo, puescomo éste no tiene una configuración de precisovalor geométrico sino que se extiende espacial-mente en lo indeterminado, no puede tener uncentro local determinado. De modo que la cues-tión relativa al centro del mundo, por más que ala postre pueda formularse, no puede ser resueltapor la física, sino tan sólo por la metafísica. Dioses el centro de la Tierra y de todas las esferas ce-lestes, como igualmente de todo lo que hay en elmundo. Y así como es el centro de todo, tambiénlo es de su esfera infinita, ya que su esencia en-cierra en sí todas las otras.P

IV

En el doble punto de vista de la diferencia yla semejanza de la creación con relación con elcreador es donde Nicolás de Cusa ha sintetizadosu original concepción del universo. En el con-cepto de "universo" ha comprendido el Cusanotodo lo que no es Dios. El universo es, pues, el"todo", con explícita exclusión del Único. El Cu-sano se ve precisado a concebir el universo comoinfinito privativo o indefinido, en el sentido deque no existe nada fuera de él que pueda Iimitar-1023, pues no puede concebirlo como finito, yaque el universo comprende por definición todo loque es, ni puede el universo ser mayor de lo quees en acto, por motivo de que la materia no se ex-tiende más allá de sí misma, ni tampoco puedeatribuirle la infinitud negativa de Dios. En tantotodo omnicomprensivo, el universo se convierteen una especie de intermediario entre Dios y losseres individuales.é" El universo precede a suscomponentes particulares, de ahí que para el Cu-sano la relación entre el universo y los seres indi-

viduales desarrolla una dialéctica semejante a laexistente entre Dios y la creación. Dicha dialéc-tica encontraba su expresión en los dos concep-tos de complicatio y explicatio en el caso deDios, en el del universo el concepto es el de con-tractio.é Dios es el máximo absoluto y el univer-so es el máximo contracto. Dios está en el univer-so complicative y el universo lo está en sus par-tes contracte. En Dios las creaturas son compli-cative el mismo Dios y en el universo están con-tracte todas las cosas finitas.é" En este sentidodebe interpretarse la ya mencionada expresióncusana "Quolibet in quolibet". Todo está en todosy cada uno en cada uno.27 Solamente así el uni-verso es lo que su mismo nombre indica: la uni-dad de muchos.P Por la insalvable distancia queimpera entre lo .finito y lo infinito, el universocontinúa estando infinitamente lejos de la unidaddivina. La unidad del universo no puede separar-se de la pluralidad, de modo que es unidad en lapluralidad y pluralidad en la unidad.i? El univer-so del Cusano no puede ser otra cosa que infini-tamente dinámico, pues lucha por acercarse a launidad de Dios sin poder alcanzarla, pues por sumisma concepción no puede alcanzarla de otraforma que ordenando la diversidad. Aquí residela perfección del universo cusano, un universo enel que cada cosa es individualmente lo que es y,a pesar de su alteridad participa lo más posible delas otras y de todo el conjunto, puesto que "quo-libet in quolibet" y "omnia in omnibus".3o

.Mientras que la nueva ciencia rompía expe-rimentalmente con la imagen antigua y medievaldel universo?', Nicolás de Cusa realizaba dichocambio en la mentalidad de su tiempo, ya no apartir de experiencias físicas, sino de sus propiasconcepciones metafísicas.

En contraposición al mundo limitado delaristotelismo medieval, Cusa concibe su univer-so como ilimitado o relativamente infinito,opuestamente a la concepción del mundo limita-do del aristotelismo medieval. El cambio de suconcepción abarca asimismo todos los aspectosde la cosmología tradicional.V La concepciónaristotélica comprendía la diferenciación entre elarriba y el abajo del universo: por una parte lamateria de los cuerpos celestes o supralunar y porotra parte la materia de los cuerpos terrestres o

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sublunar. Recordemos que para Nicolás de Cusaya no existe un arriba y un abajo, sino un únicouniverso relativo frente al único Ser absoluto.Las diferencias relativas de la concepción aristo-télica entre las diversas partes de un mismo uni-verso son anuladas por la diferencia infinita entreDios y el universo. Cada una de dichas partes, aligual que cada ser universal, está en relación di-recta con Dios y consecuentemente infinitamen-te alejado de Él. Dicho "principio metafísico derelatividad't+' resulta ser verdaderamente revolu-cionario. Ya la Tierra no es sencilla y de distintanaturaleza que el Sol y los demás planetas. Su di-ferencia aparente con respecto a los demás cuer-pos celestes es sólo cuestión de punto de vista. ElCusano recurre al ejemplo de que así como a no-sotros, situados en la Tierra, el Sol nos parece lu-minoso, así a un observador situado fuera de laTierra, nuestro planeta le parecería una brillanteestrella.r' Todo el universo, así como también suspartes, permanece en la esfera del más y del me-nos frente al único Máximo. Ni los planetas des-criben órbitas de rigurosa precisión circular, ni laTierra es una esfera exacta, sino que tiende a laesfericidad, ni su movimiento circular es tan per-fecto que no pueda ser más perfecto; ni hay queconcebir la Tierra, ni otro planeta, como el centrodel mundo, ya que por carecer éste espacialmen-te de límite, carece también de centro. Dios es elúnico centro del universo, así como su periferiainfinita.F' Nicolás de Cusa, por la dialéctica de sumisma concepción, despide definitivamente laconcepción del universo limitado y geocéntricode la Antigüedad y la Edad Media y prepara, sinsaberlo, el camino a las modernas concepcionesde Kepler y Galileo. A la revolución en la astro-nomía precede la revolución en el pensamiento,como sostiene E. Hoffmann.é"

Notas

l. "Recibe ahora, padre respetado, lo que hace mu-cho tiempo deseé alcanzar por los varios caminosde las doctrinas, hasta que regresando por mar deGrecia (creo que gracias a un supremo don dadopor el padre de las luces, de quien todo lo proce-dente es sumamente bueno) fui llevado a com-prender las cosas incomprensibles de modo in-

comprensible en la docta ignorancia, trascendien-do las verdades incorruptibles cognoscibles hu-manamente". Nicolás de Cusa, La docta ignoran-cia, Buenos Aires: Aguilar, 1966, pág. 235.

2. Ernst Cassirer (1951). Individuo y cosmos en lafilosofía del Renacimiento. Buenos Aires: EmecéEditores, pág. 21.

3. Ernst Cassirer, Op. cit., pág. 22. Cf. Gerardo Mo-ra Burgos, "Nicolás de Cusa y los orígenes de lamodernidad". En: Revista de Filosofía de la Uni-versidad de Costa Rica, XXXVI (88/89), 349-357, 1998 Y XXXVII (91), 61-68, 1999.

4. Cf. Nicolás de Cusa, Op. Cit., pág. 235.5. Cf. Ernst Cassirer , Op. Cit., pág. 22-23.6. Nicolás de Cusa. La docta ignorancia. Buenos

Aires: Aguilar, 1966, pág. 25-26.7. Ernst Cassirer, Op. cit., pág. 26.8. Guillermo de Ockham. Suma de lógica. Traduc-

ción de Alfonso Flórez Flórez. Santa Fe de Bogo-tá: Editorial Norma, 1994, págs. 13-16.

9. Cf. Ernst Bloch. Entremundos en la historia de lafilosofía. Traducción de Justo Perez Corral.' Ma-drid: Taurus, 1984, págs. 107-115.

10. Las profundas investigaciones de Gerhard Rittersobre la contienda de via antiqua y via modernaen los siglos XIV y XV han establecido que larelajación de esos vínculos, tal como la exigiósistemáticamente la enseñanza de Ockham y queel mismo maestro logró cumplir dentro de cier-tos límites, no llegó a un desprendimiento o se-paración total de ambos momentos, y que loslindes que Guillermo de Ockham había procura-do fijar se borraron casi al punto en el movi-miento dominante de la escuela universitaria yaun en el campo de los moderni. (Studien turSpiitscholastik: 1. Marsilius von Inghen und dieokkamistische Schule in Deutschland. 1/. Via an-tiqua und via moderna auf den deutschen Uni-versitaten des /5. Jahrhunderts, Sitzungber. derHeidelb. Akad. der Wiss., Philos.-histor. K\.,1921, 1922) ... Si se tiene presente el resultadode las investigaciones de Ritter se advertirá enqué medida había superado ya todo esto icolásde Cusa en la época de su primer escrito. y loque habrán podido ofrecerle sus maestros ockha-mianos de Heidelberg.

11. "Comparativa igitur est omnis inquisitio medioproportionis utens". Nicolai de Cusa. De doctaignorantia, 1. Hamburg: Felix Meiner Verlag,1979, pág. 6.

12. Emst Cassirer, Op. cit., pág. 28.13. Cf. Karl Jaspers. Nikolaus Cusanus. München:

Piper, 1987, pág. 124.

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14. Cf. Nicolai de Cusa. De coniecturis. Hamburg:Felix Meiner Verlag, 1988, pág. 121. Cf. tambiénKarl Jaspers, Op. Cit., pág. 126.

15. Consúltese asimismo para estudiar las grandestransformaciones que experimentó la doctrina dela sustancia del cielo dentro de la misma Escolás-tica: P. Duhem. Etudes sur Léonard de Vinci, 2ü!-me série. París, pág. 255 Y sigo

16. Cf. Karl Jaspers, Op. cit., pág. 124.17. Cf. Nicolás de Cusa, Op. Cit., pág. 123.18. Cf. Karl Jaspers, Op. cit., pág. 126.19. "Considerando el cuerpo del Sol, tiene una especia

de Tierra más central y una cierta luminosidad ca-si ígnea circular, y en medio una casi nube ácuea yun aire más claro, del mismo modo que la Tierratiene sus elementos. Por ello, si alguno estuvierafuera de la región del fuego, la Tierra, en la circun-ferencia de su región, aparecería, por el fuego, co-mo una estrella brillante, lo mismo que se nos apa-rece a nosotros el sol como muy brillante porqueestamos cerca de la circunferencia de la región delSol y, sin embargo, no nos aparece la Luna tan bri-llante porque estamos, con respecto a su circunfe-rencia, hacia sus partes más centrales, casi en su re-gión ácuea, y por ello no vemos su luz, aunque latenga propia, pareciendo para aquellos que esténen las extremidades de su circunferencia. A noso-tros se nos aparece sólo la luz que refleja del Sol"(Nicolás de Cusa, Op. Cit., pág. 160).

20. Esta misma consideración, mediante la cual elCusano desquicia, por así decirlo, el sistema físi-co de Aristóteles, se encuentra también expuestacon plena claridad y agudeza en Platón (La Repú-blica, 529d)~

21. "La figura de la Tierra, por tanto, es móvil y esfé-rica, y su movimiento circular, pero puede sermás perfecto. Y como el máximo no se da en lasperfecciones, movimientos y figuras del mundo,como resulta evidente por las cosas dichas antes,no es verdad que la Tierra sea vilísima e ínfima,pues aunque parezca la más central en cuanto almundo, sin embargo, por la misma razón, estámás próxima al polo, como se ha dicho ...La Tierra es, pues, una estrella noble, que tieneuna luz, un calor y una influencia distinta y diver-sa de todas las demás estrellas, lo mismo quecualquiera de ellas difiere de otras en luz natura-leza e influencia. De este modo cualquier estrellacomunica a otra, luz e influencia, no por inten-ción, pues todas las estrellas se mueven y brillan,sólo para ser del mejor modo, y esta participaciónse origina de esto como una consecuencia.

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Del mismo modo la luz luce por su naturaleza, nopara que yo vea, sino que la participación es unaconsecuencia, pues uso de la luz para ver. De es-te modo, Dios bendito creó todas las cosas, y entanto que cada una desea conservar su ser, comoun don divino, hace esto en comunidad con lasdemás. Así, el pie no sirve sólo a sí mismo, sinoal ojo y a las manos, al cuerpo, y al hombre todo,porque sirve sólo para andar, y lo mismo los ojosy los demás miembros. Y de un modo parecidolas restantes partes del mundo. Platón, en efecto,llamó animal al mundo, y se aclararán muchas co-sas de las que hemos dicho, si se considera aDios, sin inmersión, como alma de ese mundo"(Nicolás de Cusa, Op. cit., págs. 159-161).

22. " ...Y así como la tierra no es el centro del mundotampoco lo es la esfera de las estrellas fijas u otrascosas de su circunferencia, aunque comparando latierra con el cielo, la tierra parezca más próxima alcentro. No es, pues, la tierra tampoco el centro dela octava esfera o de otra; ni de los seis signos queaparecen sobre el horizonte se concluye que estéen el centro de la octava esfera ...Tampoco está el centro del mundo más dentroque fuera de la tierra. Ni la tierra, ni ninguna es-fera tienen centro, pues como el centro es un pun-to equidistante de la circunferencia, y no es posi-ble que haya una esfera o círculo que se ala másverdadera sin que se pueda dar otra más verdade-ra, es evidente que no puede darse un centro sinque pueda darse también otro más verdadero yexacto. Puntos equidistantes, exactos y diversos,no se pueden hallar fuera de Dios, porque Él sóloes la infinita igualdad. El centro de la tierra, pues,es el que es centro del mundo, es decir, Dios ben-dito. Y el centro de todas las esferas y de todas lascosas que hay en el mundo es el que es la la vezcircunferencia infinita de todas las cosas ..." (Ni-colás de Cusa, Op. cit., págs. 154-155).

23. Cf. Nicolai de Cusa, Op. cit., Il, pág. 13.24. Cf. Nicolai de Cusa, Op. cit., 11,pág. 37.25. Cf. Nicolai de Cusa, Op. cit., II, pág. 35. Cusa uti-

liza términos dialécticos tomados de Duns Scotoy los nominalistas para expresar la relación entreel universo y los individuos. Así como el concep-to universal se contrae en géneros, especies e in-dividuos, del mismo modo el universo se contrae(contractio) y se individualiza en los seres parti-culares del mundo sensible. El universo es la uni-dad concreta de todas las cosas posibles, actualesy futuras, en cuanto despliegue de la esencia divi-na, y los individuos resultan de la participación de

Page 8: Nicolás de Cusa: Cosmos y naturaleza de Filosofía UCR/Vol. XXXIX... · concepción del cosmos físico y espiritual. El principio por el cual el Cusano sostiene la relati-vidad del

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la contracción de la forma única del universo encada caso particular.

26. Cf. Nicolai de Cusa, Op. cit., Il, pág. 37.27. Cf. Nicolai de Cusa, Op. cit., Il, pág. 37 Y pág. 39.28. CL Nicolai de Cusa, Op. cit., 11, pág. 35.29. CL Nicolai de Cusa, Op. cit., 11, pág. 39.30. CL Nicolai de Cusa, Op. cit., Il, pág. 39.31. CL Rafael Jerez MiL Filosofía y sociedad. Una

introducción a la Historia Social y Económica dela Filosofía. Madrid: Editorial Ayuso, 1975, págs.136-138.

32. CL E. Cassirer, Op. cit., pág. 42 Yss.33. CL Eusebio Colorner. "Nicolás de Cusa: un pen-

samiento entre tradición y modernidad". En: Pen-samiento, VoL20, N° 80, 1964, pág. 399.

34. Cf. Nicolai de Cusa, Op. cit., 11, pág. 97.35. CL Nicolai de Cusa, Op. cit., 11, pág. 89.36. E. Hoffrnann. Das Universum des Nikolaus

von Kues . Heidelberg: Sitzungsberichte derHeidelberger Akademie der Wissenschaften,Philosophisch-Historische Klasse, 1929-1930,pág. 1i.

Prof. Gerardo Mora BurgosCatedrático e investigador de la Sede de

Occidente y del Instituto de Investigaciones Filosóficas dela Universidad de Costa Rica.

E-mail: [email protected]