Nietzsche y Heidegger

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    Nietzsche y Heidegger "Todos hablan de m...pero nadie piensa en m" Friedrich Nietzsche, 100 aos de su muerte

    Cuando apareci su Nietzsche en 1961 [2 vol. Destino, 2000] Heidegger seal su importancia para comprender su trayectoria desde 1930 a 1947. A partir de ah se gener el tpico de que sirve ms para entenderle a l que a Nietzsche. Hasta ahora no tenamos una traduccin al castellano, que nos llega de la mano de Juan Luis Vermal. Es todo un acontecimiento. Vermal enriquece la edicin de 1961 con las notas del autor recogidas en la edicin de la Gesamtausgabe. Ms all de las discrepancias, se lee bien, y es todo un hallazgo verter Erinnerung como el recuerdo que se interna.

    JOS LUIS MOLINUEVO | 21/06/2000 | Edicin impresa

    http://www.elcultural.com/revista/especial/Nietzsche-y-Heidegger/2620

    Esta queja de Nietzsche en As habl Zaratustra es repetida por Heidegger hasta el final de su vida. El triste destino de los lugares comunes es que todos pasan por ellos, pero raramente los visita alguien. Cuando esto sucede tiene lugar un encuentro personal. Es lo que le aconteci a Heidegger con Nietzsche. Aparentemente poco hay en comn entre el sedentario profesor de la Universidad de Friburgo y el atormentado y errabundo pensador de Sils Maria. Pero no es la persona sino la obra la que establece el vnculo entre ambos y as, dice Heidegger, los grandes pensadores, como las guilas, dialogan sobre los abismos. Si atendemos a las notas autobiogrficas sus lecturas de Nietzsche son ya muy tempranas, pero es a partir de 1930, y ms en concreto de 1936, cuando de modo sistemtico y regular se ocupa en sus cursos universitarios de su obra. Es un perodo clave, pues en 1930 habra comenzado ya Heidegger ese giro en su camino del pensar que har pblico en 1947 en su Carta sobre el humanismo. Esas lecciones universitarias y algunos ensayos son los testigos de las consecuencias de una esperanza y de una derrota. Cuando en el semestre de invierno de 1936-37 dicta su curso La voluntad de poder como arte est ya de vuelta de Siracusa (por utilizar la expresin de Gadamer), de la aventura del Rectorado, y del momento ms explcito de su compromiso poltico con el nazismo. A travs de la correspondencia podemos entrever un Heidegger ensimismado, que describe su situacin afirmando que no hago ms que interpretar y expresa su voluntad de crecer en las races, que ya no publica libros, pero que revisa sus lecciones en previsin de una futura publicacin. Los dos tomos titulados sencillamente Nietzsche (1961) (y que ahora se traducen por primera vez al castellano) son fruto de ello.

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    La publicacin en las Obras Completas de las lecciones universitarias sobre Nietzsche permite realizar un contraste con lo reunido en los 2 vols. y aadir algunos elementos nuevos al encuentro entre ambos pensadores. Se ha dicho que no hay diferencias fundamentales entre las dos versiones. Depende de lo que se entienda por fundamental. Por ejemplo, en la Gesamtausgabe, 43,193 se encuentra bajo el epgrafe Nihilismo y gran poltica un texto suprimido en Nietzsche I (1961), 183. El texto dice as: Europa sigue queriendo aferrarse a la democracia y no quiere ver que esa sera su muerte. Pues la democracia es, como Nietzsche vio claramente, slo una variante del nihilismo, es decir, de la transmutacin de los supremos valores, de suerte que stos son ya slo valores y no fuerzas configuradoras. Hay textos similares de las lecciones no incorporados al Nietzsche, en los que Heidegger expresa sus opiniones polticas y que son imprescindibles para una lectura desde la situacin histrica en la que surgieron. El conflicto de las interpretaciones en torno a Nietzsche en Alemania durante los aos 30 revela un conflicto poltico, y lo mismo sucede con Platn y las polmicas en torno al tercer humanismo. Posteriormente se intentan borrar las huellas, bien suprimiendo pasajes comprometedores o alterando otros. En el caso de Heidegger se hace cada vez ms necesaria una revisin filolgica de las fuentes, pues a las fundadas sospechas de la poca fiabilidad de la Gesamtausgabe, se aaden respecto a los manuscritos sobre Nietzsche los reparos de un heideggeriano tan alejado de toda sospecha como Vietta, quien s los ha examinado y detecta cambios importantes en las diferentes versiones. No es asunto de mera erudicin sino de tica de la memoria, pues en ese momento Heidegger, de la mano de Nietzsche, piensa que el arte toma el relevo de la filosofa, y es un saber que abre los destinos histricos de un pueblo. El arte es la puesta en obra de la verdad que recibe el poeta, piensa el filsofo, y realiza el hombre de Estado. El encuentro con Nietzsche ha tenido lugar bajo las reglas de lo que Heidegger denomina el dilogo pensante entre pensadores. Son reglas muy peculiares, que vulneran las de la hermenutica tradicional, y que configuran la interpretacin, un modo de ver para ser. En ella se trata de re-iterar, de recorrer el camino de los grandes pensadores hacia aquello que merece pensarse: el Ser. Para Heidegger, tanto Kant, como Hegel, pero tambin Schelling y Nietzsche, no son una meta sino un puente. No le interesa hasta dnde han llegado, sino hasta dnde podan llegar. Por eso, el punto de partida de su interpretacin es paradjicamente la constatacin de un fracaso y la necesidad de la superacin. En este contexto, Nietzsche le ha servido a Heidegger para experimentar los lmites y tomar la decisin. Los lmites son los del pensamiento filosfico y la decisin es por los orgenes. Nietzsche es para Heidegger un prisionero de la tradicin metafsica que culmina en l, ya que no ha formulado la pregunta fundamental del pensar, qu es el Ser?, sino la pregunta directriz de la filosofa, qu es el ente? A sta ha respondido diciendo que el ser del ente es voluntad de poder y su forma de manifestarse el eterno retorno de lo mismo. Nietzsche es as el ltimo metafsico de Occidente, ya que en su interpretacin del ser del ente como voluntad de poder culmina la modernidad como poca del dominio del sujeto sobre el objeto. La

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    historia de la filosofa, en clave nietzscheana, es la historia de poder y de dominio que llega hasta nuestra actual poca tcnica. Nietzsche ha podido fracasar con la pregunta por el Ser, pero le ha dado a Heidegger un anlisis lcido de nuestra situacin en medio de los entes: estamos al final de la modernidad, en la poca de la imagen del mundo, del mundo como imagen, en la que la metafsica basada en el principio de razn suficiente ha desembocado en el fenmeno del nihilismo como dominio de la tcnica a nivel planetario. Con el nombre de nihilismo habra descrito Nietzsche la historia y la esencia de la metafsica, resumindola en la frase Dios ha muerto. Al comentarla, Heidegger interpreta la esencia del nihilismo como que el ser queda reducido a valor, a un punto de vista necesario para la conservacin y aumento de la vida. Ya no existen ni la verdad, ni la realidad consideradas en s mismas, slo el punto de vista, y por ello el hombre vaga en una Nada infinita, sin saber a qu atenerse. Nietzsche le habra dado a Heidegger con estos anlisis, ante todo, la lucidez necesaria para comprender el presente. Pero tambin la posibilidad de un contramovimiento, de una superacin del nihilismo. Y Heidegger, de la mano de Hlderlin y de Nietzsche, lo cree factible en los aos 30. Cree, al igual que Jnger, en la posibilidad de un nihilismo fuerte que cambie la historia. Es en el Gran Arte de inspiracin nietzscheana, donde se unen el gran estilo y la gran poltica, y es en ellos, y no en Wagner, donde Heidegger se basa para su proyecto del Estado como obra de arte total. El fracaso es de todos conocido. Y no es casual. Para Heidegger todo gran pensador es un fracasado. Por eso ha recogido el pensamiento y el talante de Nietzsche en una frase que hace suya: amor fati. Deca Nietzsche que para los hroes todo se vuelve tragedia. Su comienzo, as ocurre con Zaratustra, es su cada. Para la generacin de 1914, a la que pertenece Heidegger, Nietzsche ha sabido formular todas las inquietudes de una poca inmersa en el nihilismo y su superacin y lo dems, apostillaba Benn, era exgesis: "...para una generacin de alemanes fueron vlidas las palabras de Nietzsche de que el arte era la nica actividad metafsica, a que an nos obligaba la vida". Su destino trgico es la constatacin de que slo cuando nos vamos a pique tocamos el fondo(abismal) de las cosas, pues, dice Heidegger en unos versos "....Llegamos demasiado tarde para los dioses/y demasiado pronto para el Ser/cuyo poema empezado es el hombre ".