Nùm. 57 - liburutegibiltegi.bizkaia.eus
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Bilbao 6 de Noviembre de 18 7 3 .Nùm. 57mm
Afia. t /n a i n e
Stí PUBLICA TODOS LOS DIAS MENOS LOS SIGUIENTES A LOS FESTIVOS.
]$• m sasoríciunes.—lú m src s sueltos, «los cuartos.—Anuncios, rociamos y comunicados, á precios convencionales.
Nuestras predicciones se han realizado: ni el conde de Chambord ha plegado su bandera, ni los orleanistas han transigido en la cuestión de régimeu constitucional. Por consiguiente, la fusión dinástica ha desaparecido, se ha eva¡ orado, dejando únicamente como recuerdo del laborioso trabajo que costó su concepción la impotencia de los partidos monárquicos para gobernar una nación tan radicalmente democrática como es Francia.
El eco de lo que acaba de acontecer eu la vecina república, resonará tristemente en las montañas de nuestras provincias; el cuartel general carlista, que esperaba por mo - mentos la fausta noticia de la proclamación de Enrique V, y con ella fusiles, cañones, dinero, soldados, jefes, todo, lodo, hasta en caso necesario... una intervención armada, habrá vestido de lulo al ver defraudadas tan halagadoras esperanzas, y es probable que entone el De profundis al considerar que en lugar del apoyo de una nación fuerte y poderosa, con cuyo inmediato auxilio contaba, dispone solamente de algunos miles de haraposos, pobres diablos larzados á la guerra por el fanatismo de un clero estúpido é intolerante, que marchan y contramarchan por las montañas de un rincón de Españá, silbados por la Europa, despreciados por el mundo y aborrecidos por su pàtria.
Sí, la plana mayor carlista, que nunca ha creado posible el triunfo de su causa sin el apoyo directo y material de la reacción europea, llorará amargamente la calaverada que ha cometido, no solo porque queda incapacitado el partido para luchar enei terreno de la fuerza con probabilidad s de éxito, si
no también porque queda anulado como fuerza política.
Las bandas carlistas se han armado con los fondos (pie ha >rop »rcionado 6l je nitis- mo,y han adquirido organización militar por el apoyo que reciben délas autoridades francesas de la frontera. Sin la complacencia de estas, ni los recursos de la compañía de Jesús, no existirían hoy facciones; aun mas, es seguro que nadie, absolut »mente nadie, hubiera pensado en lanzarse á 1 »s aventuras que tan caras están costando á la patria.
Pues bien; si, como suponemos,el fracaso de la candidatura del conde Chambord, obliga á la mayoría de »a Asamblea de Ver- salles á modificar su política en sentido liberal, sucederá que la frontera no será ya el foco de los conspiradores carlistas, ni se introducirán mas* ni por mar ni por tierra, procedentes de Francia, armas, municiones, ni pertrechos de ninguna clase.
Además,al simple anuncio que la república francesa deja de ser la protectora de la teocracia.— como está siéndolo desde que el mariscal Mac-Mahon se encargó de la presidencia de la república— se cerrarán en el eslranjero todos los bolsillos parala causa de don Cárlos,cuyos partidarios si quieren sostenerse algún tiempo mas, tendrán forzosamente que vivir esclusivamente con los recursos del pais, hasta que las fuerzas del gobierno ocupando las principales posiciones de Navarra y Provincias Vascongadas concluyan para siempre con la mas criminal de las insurrecciones.
Y si al mariscal Mac-Mahon reemplazasen, como índica ya el te'égrafo, Mr. Thiers, ó el general Chanzv, cuyos nombres simbolizan principios liberales y cuyos anteceden-
tes son una garantía para la libertad, entonces, las bandas carlistas, encontrando herméticamente cerrada la frontera y teniendo al frente al numeroso, disciplinado y aguerrido ejéreito de Moñones,se verán obligadas pronto, muy pronto á deponer las arm as que en mala hora para la pátria y para las instituciones vascongadas las empuñaron en defensa de una cansa tan detestable.
De lodos modos, el fracaso de la candidatura del conde de Chambord tiene para España mas importancia que una gran victoria sobre las huestes carlistas; pues estas se reponen fácilmente de un desastre m ilitar, pero no se repondrán nunca del golpe mortal que ha sufrido en Francia la causa de la teocracia europea.
INSURRECCION CARLISTA.
En Arteaga (Arratia) continúan los carlistas haciendo algunas pruebas para la fundición de cañones, y esperan tener algunos en disposición de servirse de ellos para fines del presentemes.
Esto será si antes no tira el diablo de la manta.
Parece que el vapor Ville de JBayonne con - dujo ademas del armamento y municiones de guerra de que dimos cuenta á nuestros lectores, gran cantidad de vino, coñac y otros licores que se hallan lepositados en el establecimiento balneario de Urberoaga.
Es una advertencia para que las columnas de nuestro ejército sepan durante las operaciones en dónde existe buen material para refres-» car el pico.
Anteayer fusilaron los carlistas en un pueblo'de Arratia al abanderado de uno de sus batallones por haberle probado que había estafado alguna cantidad al batallón en que servia.
—̂ 5 —rimientos del ejército de la reina, acantonado á orillas del Ebro, que vió con satisfacción que el enemigo no venia en su busca, y se alentaba á encontrarle.
El tren de batir á Bilbao se componía de cinco cañones, dos obuses y un mortero.
— 4 —raciones decisivas, y el puerto seguro de salvación, el sosten'de su trono.
Con la misma, facilidad que fué seducido el infante, lo fueron muchos de sus partidarios de buena fé, que llegaron á formar una opinion poderosa. Escaso el pueblo en,¡comparación del ejército, la opinion de éste y la opinion de la córte eran decisivas.
Otros se contaban ’que, sin ser cortesanos, deseaban ir á Bilbao, no’porque la. córte estuviera mejor situada y segura,] sino porque siendo villa mercantil y rica esperaban coger rico botín; y tan rico y tan fácil lo creyeron, que se vió seguir al ejército una falange de mujeres con sacos™,para recogerle. Con esta esperanza so gritaba con entusiasmo ¡á Bilbo o! Con esta esperanza cantaban alegres los vizcaínos al verse encaminados á su querida villa, sin, igual para ellos.
Los que veian esta ilusión con amargura, en vano se esforzaban por impedir una marcha deplorable, be jo todos conceptos; en vano presagiaban lo que sucedió después, en vano tomaban bajo sus hombros la responsabilidad de otros movimientos; nada podia hacerse y ;̂ inútil era su empeño; lo quería así 'on Cárlos; era el ejecutor de su voluntad Zumalacarregui; no había mis remedio que obedecer.
El caudillo carlista, ccn catorce batallones, marcha sobre Bilbao, y Villarreal con algunos otros se quedó observando los mo-
CAUSAS QUE ORIGINARON EL PRIMER SITIO DE BILBAO.
La cuestión, era, pues, de seguir á Bilbao, ó retroceder á Alava.
Los cortesanos de D. Cárlos, anhelaban sin vacilar, correr á la capital de Vizdaya, por asentar en ella una córte espléndida, llena de boato, de pompa, de majestad,donde pudieran vestir la librea los que no querían llevar la casaca militar, donde hollaran alfombras ios que huían de pisar breñas, y de donde pudieran insultar la miseria de los pueblos con su lujo, consumir en opíparos banquetes los recursos necesarios para el pobre rancho del soldado, y leer muellemente el parte de una acción que costase la vida á centenares de valientes, ó de un movimiento en que se inutilizasen por el cansancio, el hambre, las nieves ó el calor, las dos terceras partes de los soldados; reservándose, después de todo, el derecho de criticar el movimiento» de censu-
Este acto de ferocidad había irritado á todos los soldados,-pues no comprendían cómo estando los jefes todos los días robando á los pueblos v á particulares, se castigaba con tanto rigor á un subalterno que no haci5 mai que imitarlos.
La Diputación facciosa de Vizcaya proyecta imponer una contribución de guerra de tres millones.
Nos consta, asimismo, que deutro de pocos dias pasará á todos los pueblos de Vizcaya las órdenes correspondientes para que cada uno deposite en el sitio que se le designe una cantidad determinada de provisiones de boca. Parece que esto tiene poi objeto el organizar los depósitos de víveres á fin de asegurar para cualquiera eventualidad á las partidas de la ración diaria.
Andéchaga seguía ayer en Arrigorriaga. Nombrado comandante geueral interino de Vizcaya, ha fijado sn cuartel general en dicho puuto, por conceptuarlo el mas «stratègico pa • ra sus planes.
Parece que ha ofrecido el mando de su ba tallonile ias Encartaciones al ex-comandan- te de ejército D. Andrés Orrnaechea (a) Butrón.
Corren rumores en las partidas carlistas que merodean en las cercanías de Bilbao, que muy pronto regresará de Navarra Velasco con la fuerza que llevó.
Se asegura que hace cosa de tres ó cuatro dias pudo milagrosamente salvarse de una paliza que habían acordado propicarle los carlis - tas, el célebre y nunca¡bien ponderado D. Juan José Jauregui, carlista de novísimo cuño. Los motivos que tuvieron los carcas para agasajar tan significativamente al neófito, parece que eran varios, y el principal el haberse negado á facilitarles varias piezas de la maquinaria de su fábrica, después de prometer que cederia cou mucho gusto en defensa de la causa, no solo la maquinaria, sino también toda la fábrica, sus dependencias y todo lo que constituía su propiedad.
La inesperada intervención de una persona importante del carlismo le salvó de loa doscientos palos que habían resuelto suministrarle sus correligionarios.
Para que nuestros lectores recuerden las causas que impelieron á los carlistas dtl año 1835 á poner sitio á Bilbao, reproducimos un capítulo de la Historia di ¿a guerra civil, por Pirala.
Omitimos todo comentario porque hay cosas y hechos que do les necesitan.
Podemos asegurar que entre los carlistas de la partida de Beruaola cunde estraordiuaria-
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rar las operaciones de los jefes, y el poco sufrimiento de los voluntarios, procurando, por fin, su desgracia.
Estos eran los hombres que generalmente rodeaban á don Cárlos, y decidían su voluntad. Estos los que posponiéndose á todo lo que era razonable; natural, justo y conveniente, querian anteponer sus caprichos interesados y necios, á los pensamientos llenos de desinterés, y de patriotismo de los hombres que arriesgaban su vida, que der • ramaban su sangre con profusión en los campos de batalla, sosteniendo á aquellos á fuerza de privaciones.
Cuando se habló de la marcha sobre Bilbao, don Bruno VillareaL con pleno acontecimiento de causa, con prudente consejo, y (irme resolución, manifestó enérgico que era imprudente, anti mili- tar y absurdo el movimiento; que estaba indicado el de Vitoria, cuya plaza seria tomada íáciimente, y para cuya empresa contaba con un fuerte, el de la Puebla de Arganzon, cuyo gobernador lo prometiera entregarle.
Muchos han sentado que Zumalacárre- gui era del mismo modo de pensar que Villarreal. Si así hubiera sido, habria mostrado mayor oposición de la que mostró á ir á Bilbao; y habria seguido el consejo de Villareal. Uno de sus mas autorizados biógrafos, ó el único de los que merecen entero crédito, dice que «en vez de combatir el proyecto, cedió fácilmeii-
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mente el desaliento, particularmente desde que leu han suprimido la ración de carne y vino sustituida por dos onzas de tocino. Aparte de la mala alimentación, se ven descaíaos y faltos de ropa, y solo les detiene en las filas el temor de las violencias de que pudieran sar objeto las familias de los mozos que han sido sacados de sus casas por la fueiza.
Los batallones que, bajo el mando d® Velasco abandonaron la provincia de Vizcaya, continúan aun en Navarra. Esta emigración parece no agrada á los carlistas vizcaínos, pues recuerdan que en la pasada guerra civil, todas las salidas concluían por uua buena paliza.
Los carlistas se han llevado de la fábrica que poseen los S-es. Ibarra hermanos en el Desierto una máquina de pulimentar el hierro, cuyo valor asciende á 2.000 duros.
El filia menos pensado se llevarán la fábrica con todas sus dependencias, incluso el hierro que haya en las mismas.
Los carlistas han obligado á los taberneros de la parte de Zorroza a que no puedan subir el precio del vino, fijando como máxitnun el de un real por cuartillo.
Mal parados tienen que salir los que se dediquen á la venu dH vino entre los que hau puesto tasa á ese artículo de consumo.
Las fuerzas que manda el cabecilla Gorordo se han concentrado estos últimos dias en Lejo-na y Guecho.
¿Obedecerán acaso á órdenes de D. Bruno Mata?
Sin duda por lo poco que ha adelantado en la provincia de Santander el cabecilla Navar- rete, ha sido relevado del cargo de comandante general carlista de aquella provincia, señalándose para sustituirle, el Sr. Orrnaechea (a) Butrón.
El conde de Foudras, que durante la guerra franco-prusiana, fué condenado á presidio por algunos manejos, nada limpios, en ia i formación de un batallón de franco-tirador«»,ha sido citado nuevamente aute tel tribunal d‘Abel- ville.
Acusado de escroquerie, el conde de Foudras con otro compañero,h m sido condenados á tres años de presidio y 500 francos de multa. Al verificar el registro eu casa de Foudras, se le halló un nombramiento de coronel carlista.
Un periódico ubJica las siguientes noticiassobre planes carlistas:
«Las noticias del Times sobre el carlismo no son estos días muy abuudautes. D..^Alfonso, después de disfrutar una protección que no se concibe en Perpifían y Bayona, había entrado
— 3 —te al espíritu dominante.» Como tratando de su disculpa solo se dice luego: «creyendo sin duda que habiendo presentado su dimisión, no debía ser respon sable de los sucesos que en adelante tuviesen lugar, puesto que no se le contestaba cosa alguna.»
Un hombre del carácter de Zumalacár- regui, un general en jefe que poseía en tan alto grado la confianza de las tropas, no debía ceder á obrar contra sus convicciones, acometiendo una empresa en que tanto arriesgaba, e i que tantares- ponsab.lidad le cabía. La vida ds sus soldados, la defensa de su causa, su honor estaban por cima de toda otra consideración, de todo poder por sob rano que fuesej y el jefe que marchando á Bilbao, «hablaba varias veces con desconfianza acerca de la operación que debia comenzar», no debió continuar su ruta al frente del ejército.
O participaba Zumalacárregui con la preocupación común, ó fué demasiado débil; de cualquier modo que sea, cometió un error, que le costó lo vida, y que perjudicó estraordinariamente, á sil causa.
Hízole creer á don Cárlos que en la conquista de Bilbao se cifraba el triunfo del c°rlismo, porque abanzaba el crédito, de su hacienda, siendo una segura garantía para préstamos un centro de ope-
con Freixa por Elizondo, trasladándose á Es- tella. Se le supone destinado á mandar con Ce- ballos, Planas y otros la espedicion vasco-navarra que se quería enviar á Aragón y Valencia, contando siempre los carlistas con el apoyo de los republicanos de Cartagena.
En Estella se armaban batallones son los nuevos fusiles Remingtoa desembarcados en Vizcaya; pero prevalecía el sistema de la defensiva, no queriendo atacar á Moriones en las llanuras, donde pudiera emplear su caballería y artillería. Temía Elío ver cortada» sus comunicaciones con Lizárraga en Guipúzcoa.
El nuevo viaje de D. Juan á Lómjrss, después de ver 4 la princesa Margarita en Burdeos y de vuelta de Estella, t'nia por objeto insistir una vez mas cerca de Cabrera para que viniese á España; pero nos consta que las disposiciones del conde de Morella son en esta parte inquebrantables, y lo serán mas desde el momento en que no puede argüírgele ya con las concesiones del conde de Chambord.*
Aunque algo atrasadas, no carecen de interés las siguientes noticias que pabliea la Oaceta:
«Cuatrocientos voluntarios de Mora de Ebro y pueblos vecinos se han defendido heroicamente desde el 25 por la noche á la mañana del 28 de las facciones de Vallés y Sagarra, que eu número de 2.500 hombres intentaron apoderarse del fuerte de aquella población. Los esfuerzos de los carlistas se hau estrellado en el valor de aquellos bravo» republicanos, dos de los cuales tuvieron el arrojo de ir á Falset por cápsulas, de que empezarou á carecer sus compañeros, pasando y repasando el rio á nado. Los carlistas incendiaron cou petróleo las Casas Consistoriales y cuatro mas de particulares. Los voluntario» tuvieron tres herí ios y los carlistas uu considerable número de bajas, arrojando los muertos al rio al retirarse de la población.
La partida carlista de Fernandea Nevera, fuerte de 40 caballos, intentó ayer mañana pasar el Ebro por el vado de Tobaliuilla, fren » te al pueblo de Orbañanos, pero noticiosos de ello los valientes voluntarios de Frías y los del batallón de Nouvila», formando un total de 60 hombres, decidieron atacarlos, verificándolo con tan buena fortuna que al intentar pasar el vado los carlistas les causaron cuatro muertos, entre ellos el jefe Nevera,, y varios herido».
Atacada la facción 4 la bayoneta, fué instantáneamente puesta en dispersión, dejando en el campo una yegua, un fuñí, dos escopetas, tres sables, dos carteras, una caja de cápsulas, otra con papeles y dos capote», uno del jefe muerto.
La siguiente carta de Puigcerdá demuestra
los instintos salvajes 'e los vándalos del siglo XÍX llamados carlistas:
tPuigcerdá 29 de octubre.El dia 28 por la mañana á eso de las siete,
se tuvo noticia en esta villa de que una uume- rosa fuerza carlista se hallaba eu Alp para el cobro de la contribución de los pueblos de esta comarca.
El C. T. C. comandante militar Sr. D. Francisco Galiana, mandó toc>ir llamada y puso la tropa sobre la9 armas, cubriendo el recinto perfectamente para evitar una sorpresa. Pasarnos la noche en vela, dispuestos á resistir un nuevo ataque, pero nada ocurrió de particular, pu- diendo empero ap.-ec arse el ánimo sereno y valor así enfre los militares como entre los paisanos.
Al siguiente dia, después de ciertas impaciencias que creo inútil comentar, hubo de disponer el señor Galiana que saliese una pequeña columna para practicar un reconocimiento por estas inmediaciones; pero con órden espresa y terminantemente repetida de no pasar del puente de Soler por lo que pudiera suceder.
Se componía la columna de la segunda y sesta compañía de Est-e madura: de la sección de movilizados y otra de voluntarios de la libertad, total unos 250 hombres á las inmediatas órdenes del capitán don Francisco Alleva.
Los buenos deseos de algunos voluntarios de la libertad, juntamente con algunos soldados, fueron causa principal de lo ocurrido mas allá del citado sitio por u > obedecer lo mandado.
Visto el apar nte número de la faccio i, desplegaron en guerrilla ambas fuerzas. Ellos iban aumentándrse y formando dos alas, que con los del frente, nos pillaban entre tres fuegos.
Advertido de esto el jefe encargado de la fuerza, asi como también de la emboscada preparada para cerrarnos el paso por la retaguardia, que era el puente, mandó tocar retirada con objeto de burlar los iutentos del enemigo, como así sucedió, á pesar de ser mas de 600 los ocultos con 20 caballos. Atacaron con denuedo á los gritos de ¡ Viva el rey\ y se hizo la retirada como se pudo, burlando de este modo á los que pretendían otra cosa y nos decían: No huyáis, que sois nuestros.
Hemos perdido al teniente de la 6 a don José Sanfeliz, des soldados y uno de Saboya muertos, dos heridos ieves, y dos contusos; los que fueron trasladados á esta villa, y enterrado» los cadáveres ho irosamente y curados los heridos. Délos paisanos, Nogués (a) Petit de la Molina, muerto; dos paisanos heridos.
Debo llamar, señor director, la atención sobre el buen comportamiento de las compañías de Estremadura que fueran las que resistieron todo el fiero empuje de la facción en especial y en general de todos los demás; pero mas todavía sobre el bárbaro comportamiento de los que HevHQ por lema Dios, patria y rey y se escudan con la religó n, vil juguete para ellos. Horroriza j ensar, y mucho mas ver, el cadáver del teniente señor Sanfeliz, que, ya herido, ha sido martirizado de una manera atroz; pues yo que presencié todo el hecho, jamás creí un proceder tan inicuo. Se le han cortado las orejas, cosido á puñaladas, quebradas por diferentes partes las piernas, sacados los sesos, desnudo completamente y quemada la barba, como igualmente con un soldado.
No comprendo qué religión será esa que aclaman, ni qué Dios el que mande en su santo código cebarse sobre un cadáver ie ese modo, ni qué caridad la suya, cuando ni aun compás.'on tienen del que herido no puede continuar, haciéndoles daño alguno. Gomo era natural los ánimos se axaltarou, los corazones se conmovieren al presenciar tal espectáculo; al ver ia gran diferencia que va de r-sos defen - sores de uua religión toda paz, caridad y amor, á los que se interesau verdaderamente por la tranquilidad de la pátria.
Cuántas consideraciones pudiera hacerle sobre este particular, las conceptúo escusadas, porque creo que Vd. las imaginará. ¡Cuándo será el dia en que se vea España tranquila y los hombres conozcan sus deberes antes ó al mismo tiempo por lo menos que sus derechos!
H U R A C A N EN CUBA.
Los periódicos de la Habana, que alcanzan al 9, dan pormenores mas circunstanciados que el telégrafo sobre el haracan que tanto daño ha causado en las costas, en las poblaciones y
LiA G U E i m A .
eu los plantíos de uua parte da la isla de Cuba.
La tormenta fué del Sud, en cuya costa naufragaron muchos buques, sobre todo desde Ciuco Villas ai Oeste pues el temporal se recrudeció eü la Vuelta de Abajo La línea telegráfica terrestre de la Habana á Oojímac fué destruida; mas'dos empleados de la dirección h .bi in salido á restablecerla. Las demás líneas de; rumbo de Pinar del Rio, habían dejado también de funcionar hasta la hora de ia salida del corren. En 1» Habana estuvo interrumpida la ci-municaciou de los vap res de Regla todo el lúnes; pues aunque algunos quisieron aventurarse á hacer la travesía, tuvi ron que regresar á sus mueile», averiados.
Toda la calzada de Galiütio ha sufrido grau de-troro de edificios p >r causa de Us olas que de la b oda del Norte ta invadieron; »i ndo las mas conocidas por su carácter público la del café Progreso Español, la del tren de tostar café de D. José Piñeira, ia de ia bodega del Judío Errante, y los establecimientos de baños de R maguera v Elíseos. La crecieut estraor • dicaria del rio Almendares inuudó eu su totalidad y destruyó gran parte de los barrios el Vedado y la Chorra ra, dejando en la miseria á una porción de familias.
En la calzada del C rro, en los Quemados en los caseríos de! Carmelo y Pigirigua, en el Torreón de Sau Lázaro, en el barrio de la Punta y en otros muchas partes han sido grandes la inundación v los destrozos. Las autoridades cumplieron su deber asistiendo con la mayor a iduidad á todas partes en los momentos de peligro.
Lo que sucedió el 6 en la isla de Cuba se reprodujo el 7 sobre las costas de Florida:el viento filé de 75 millas por hora en Cayo Hueso y Punta Rosa y en la primera de dichas posiciones subió de tal modo U marea que casi toda la población se halló inundada.
GA€ ETÍLICA.
Se^uu tone nas entendido, son term inantes las órdenes comunicadas por la superioridad al Sr. Gobernador civil de esta provincia para que se higa efectiva la contribuciou de guerra de seis millones de reales que se impone ai vecindario de esta villa co i escep- cion de los individuos que pertenezcan á los cuerpos de voluntarios y de los veteranos de la guerra civil que hayan permanecido fieles á la causa liberal.
Ahora empieza aquello.Ayer ta rd e fué conducido al campo
santo de Mallona el cadáver del soldado de ingenieros que falleció á consecuencia -le las heridas que le causaron los disparos de los carlistas eu el fuerte de Mir villa.
Concurrieron al acto los oficiales del cuerpo á que pertenecía, los zapadores del ayuntamiento, voluntarios le ambos cuerpos, forales y soldados de diversas armasé institutos. La fúnebre comitiva era numerosa y tributó el obsequio que debía ai que fué compañero de peligros y fatigas.
El cura R ebollar h a «vijido rs.á los paure» de un jóveu que debia ingresar como cadete en las filas de D. Cá los. Este cu ra, que según parece tiene el empleo de capí tan en las filas carlistas, es de los que saben como se ha de manejar para ver de a rapar algunos ochavos.
Como que de esta manera no se celebra mi ■ sa y la gauancia cuesta, por consiguiente,me - nos trabajo.
Según tenemos entendido, parece queel jefe militar de esta provincia, Sr. Castillo, no es ageno al proyecto dt comenzar las ope • raciones contra los carlistas dentro de un plazo breve. Mucho nos alegraríamos de eilo; pues nos duelo verles en las inmediaciones de esta villa, envalentonados con la pasividad á que nos ha condenado hasta ahora la falta de refuerzos.
El a«nigo Eolo nos visita estos dias h a ciéndonos sentir el viento Sur que ha sucedido al frió que había empezado á hacer de las suyas.
A los que tienen una vista de lince no les afecta gran cosa estas visitas. Lo decimos porque esto aseguran las que tieueu la fortuua de estrenar botitos nuevos eu los dias que Eolo nos hace una caricia espresiva.
Hoy se ia dado el uniforme á muchos quintos de la reserva destinados al regimiento Inmemorial.
a'areee que la comisión del Ayuntamiento que entiende en el estudio proporcionar medios de abrigo á los voluntarios de ambos cuerpos, trabaja con afan para llevará cabo su cometido en cuanto lo permiten los recurso» de que se pueden disponer, dada» las gran le» atenciones que sobre dicha corporación pe» an.
Ayer m añana hicieron ejercicio defuego en el fuerte de Miravilla los mozos de la reserva incorporados al regimiento Inmemorial.
Como continuamente están disparando sobre este punto las avanzadas carlistas establecidas en Ventabarri,se acostumbran de este modo,sin esposicion ninguna, los reclutas, al fuego de fusilería.
En la sesión últim a qoo celebró elayuntamiento de esta villa se leyó una comunicación del director de la fábrica del gas diciendo que no podia proporcionar mejor alumbrado.
Si el ayunta liento se enteró y le puso un visto nos quedaremos á oscuras. Esto es delicioso después de esa hombrada de los carlistas al cortar los tubos por donde viene el agua potable á la población.
Añádase á esto la falta de correos que espe- rimentamos con frecuencia, compremos un estuche de forma igual al que llevaba en Francia é Inglaterra el shah y cátennos ustedes hechos unos verdaderos oersas.
Aquí del barón de ia castaña cuando canta: Mira que pavo, Pavoroso porvenir, nos espera aquí.
El movimiento bibliográfico de la foi-blioea Instrucción y Car id ad, durante el mes de octubre, ha sido como si¡. ue: Volúmenes devueltos á la biblioteca, 972; repartido en instructivos. 210; de amena lectura, 653; franceses, 47; ingleses, 56. Llevados á lectura 1,081, siendo instructivos 286, de amena lectura 709, f; anceses 62, é ingleses 54.
Como de costumbre, consignamos con ver dadero placer, que también durante el mes que ha finado, la Biblioteca ha recibido como do- uativo algunos volúmenes debidos á los nobles sentimientos de doña Lui°a Olalde y D. Fernando Echevarría.
Nos consta que en breve la Biblioteca recibirá una colección de obras modernas que hace algún tiempo salieron de Madrid y que siu duda se hallan detenidas eu Santander, correspondiendo de esta manera su celosa comisión al interés que el público demuestra por este centro de instrucción y caridad.
En la fáb rica de Toledo tra b a ja n d ia riamente setecientas personas dedicadas á la la coustruccion de armas blancas y construcción de cartuchos.
Dícese que el contralm irante c a r lis taPatero se ha marchado á Navarra.
¿Habrá ido á pata ó embarcado eu algún buque de vapor de la armada carcunda?
Gondra, e l hijo del de la R ápita , delmismo apellido, establecido n» hace mucho tiemj o con una sombrerería en la calle de Bi- deb! rrieta, es uno de los oficiales del batallón carlista de Fontecha que mas se distiuguen por su descortesía é insolencias.
Y á propósito de Fontecha, dicen las cróni- casque al empezar el combate últimamente ocurrido eu Artagan, iba dicho jefe á la cabeza de su fuerza cuando por efecto de la niebla tropezaron inopinadamente los com
batientes. Fontecha casi se desmayó al sentir tan de cerca las rociadas y solo pudo decir con entrecortada voz: ¡Salvadme, hijos mios! é instantáneamente fué conducido por algunos de sus voluntarios á retaguardia.
Este es ,el bravo que tan bravamente dió cuenta á D. Castor del combate de Santo Domingo.
Bueno estará el carlismo con leones como Fontecha.
A nteayer fué e l dia de San Carlos deBorromeo, cumpleaños del rey de los carcas, quienes celebraron fiesta mayor en Munguia. Hubo la novillada consiguiente y los tragos de ordenanza en tales casos.
Buenos tragos les están reservados para el dia en que ¿alga á perseguirlos una columna.
l*rofesora de francés, Arteeall», número 35, piso l.°
De la ú ltim a «Guia de forasteros» enEspaña, correspondiente al año económico de 1873 á 1873, tomamos las siguientes noticias acerca de los buques de guerra que forman parte de la escuadra del gobierno y de la de los insurrectos. A la primera pertenecen la fraga-
G U ^ H H a‘ ii ̂t r11 ii— — — — — — — — i— — —ta Vitoria, dn 23 cañoues y 1.000 caballos áe fuerza, fué construida eu 1867; la Zaragoza, de 21 cañonea y 800 caballos, construí a en 1067; ambas son blindadas. La Almansa, de 48 cañones y 600 caballos, construida en 1864; la Navas de Tolosa. de 48 cañones y 60o caballos, construida en 1865, y la Carmen, de 41 caño- ñes y 600 caballos, construida en 1861, las tres de madera. También lo son los vapores de ruedas Ciudad de Cádiz, de 16 cañones y 500 caballos, construido en 1850, y el Colon de 6 cañones y 350 caballos, construido en 1849.
Están en poder de los insurrectos de Cartagena, la «Numancia,* de 25 ca ones y 1,000 caballos, construida en 1864; la Tetuan de 40 cañones y 1.000 caballos, que o fué en 1863, y la Mendez NuJlez de 6 cañones y 500 caballos, construida en 1861,lastras bliudadas aunque el blindaje de la Mendez Nuñez es incompleto, y la goleta de hé ic Caridal, de 4 cañones y 80 caballos, construida en 1860.
J . 1j. OeffruKIeh, «le Lóiirirus, «lejú á su failecimi' nto 50 millones de reaies, d sti nando cerca de 2 millones á obras de caridad. Dispuso que lo embalsamaran y guardaran en caja con tapa de cristal, para que le diese la luz, y sin cerrar, para que le entrase el aire. Esta clase de escentricidades son comunes en Inglaterra.
En cambio, William Quensett, al morir, dejó dispuesto que entregaran su cuerpo á una de las compañías del gas de aquella capital, para que lo echaran en una retorta y se redujese á cenizas, pagándole por este trabajo 1,000 rvn. Mas si los herederos se negaban á hacer esto por fanatismo (palabras &uyas), lo enterraran en el cementerio de su familia para contribuir á infestar la vecindad.
Zirnmermau previene en su testamento que nadie acompañara su cuerpo á la sepultura, ni se tocasen campanas, ni se hiciera mas que enterrarlo decentemente; y que si no se hacia asi vendría otra vez, si podia, (palabras suyas) para tomar cuenta de la falta de observancia de sus órdenes.
HUIDA DELOS CARLISTAS.
Una carta de Tolosa que publica e! Diario de San Sebastian,refiere en los siguientes términos el poco entusiasmo con que, siempre huyendo ú ocultos, se batea los absolutistas guipuzcoanos:
«Tolosa 29 de octubre de 1873.La madrugada del 25 despertaron á la po
blación fuertes descargas de fusilería que los carlistas tiraban desde el monte de Izascun y desde el alto de Montescue. Era sábado, y nadie extrañó este suceso que se va h ¡ciendo frecuente, especialmente los dias de mercado y feria, pues han dado en la ridicula manía de querer matarnos de hambre. Varios voluntarios situados en las to.res de Santa María y San Francisco, hicieron algunos dispa'-os que bastaron para que ningún carlista enseñase la mas mínima parte de su cuerpo oero délos parapetos preparados de noche enviaban á la población gran número de proyectiles que embarazaban el tránsito por ciertos pjntos de ella. Visto que el fuego era coustante y muy nutri
do, dispuso el señor comandante militar que la artillería disparase algunas granadas, en tanto que reunía su gente para una salida, y lo hizo con tal acierto que puso sus proyectiles eutr • las paredes en que se hallaban parapetados los carlistas.
Protegidos por este fuego y por el de fusilería que^de puntos bien situados haciau los voluntarios,salieron al monte de Izazcun la compañía di voluntarios de distrito, la de móviles y dos del regimiento de Leou, y ai alto de Montescue la de miqueletes. Apeuas es esfuerzas llegaron á las alturas, atacaron resuelta- m rite a los facciosos que huyeron precipitadamente sin hacerles un disparo. La compañía de voluntarios de distrito persiguió á la partida Buza nasta int -ruarla en el monte Gaztelu; la tropa solo tuvo uncoutuso, y de los carlistas solo se sabe que llevaron á dos tn hombros: no es posible apreciar las pérdidas que tuvieron, pues cuando las fuerzas llegaron á los a ltos, e’los se escondieron en ios bosques y solo s e les veia correr eu ciertos puutos eu que el arbolado era claro.
Antes déla salida de la fuerza se entretuvieron en hacer disparos á la población y á los obre, os de la fábrica de papel La Esper nza, que eu su mayor número son mujeres. Dentro del pueblo fué levemente herido uu carabinero en el momento eu que hacia la compra en una tienda de comestibles; eu el campo fueron heridos un labrador y ana jóven labradora, ambos de la vecina villa de Ibarra.
Se supo por conducto fidedigno que Lizárra- ga dió órden á los 1ibradores de los barrios de esta villa y de los pueblos mas iumediatos, de retirarse á mas de dos leguas de distancia con sus ganados, gran >s y vivienda, y mientras los unos disparaban sobre la plaza, otros se entretenían en llevar el ganado. Sa bedor de esto, dispuso el señor comandante militar fuera cou- ducido á la población todo el ganado y grano que se hallase en los caseríos inmediatos, y así se hizo en la mayor parte de ellos, llevándose á efecto 1 a operación sin contratiempo alguno.
Sin mas de Vd. afectísimo S. S. Q. B. sus manos. —X.
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Casas Consistoriales á 3 de noviembre de 1873.—Por órden de la comisión, Camilo de Villavaso, secretario. 3 —3
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