No toméis nada para el camino Poner toda mi confianza en Dios y no en mis propios recursos.

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No toméis nada para el camino Miércoles de la 25ª semana del Tiempo Ordinario-A Poner toda mi confianza en Dios y no en mis propios recursos. Primera Lectura: libro de los Proverbios (30, 5-9): Salmo Responsorial: Sal 118,29.72.89.101.104.163 R/. Lámpara es tu palabra para mis pasos, Señor Evangelio: san Lucas (9,1-6): : P . Clemente González | Fuente: Catholic.net Miércoles 24 de Septiembre del 20

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Meditación del Papa Francisco El Reino de Dios es un regalo. Desde el inicio de la comunidad cristiana, esta actitud ha sido sometida a la tentación de buscar la fuerza en otro lugar que no fuera en la gratuidad, mientras que nuestra fuerza es la gratuidad del evangelio. Siempre, en la Iglesia, ha habido esta tentación. Y esto crea un poco de confusión, pues el anuncio parece ser proselitismo, y de esa manera no va. El Señor nos ha invitado a predicar, no a hacer proselitismo. La Iglesia crece no por proselitismo, sino por atracción. Y esta atracción viene del testimonio de aquellos que desde la gratuidad anuncian la gratuidad de la salvación. Todo es gracia. Todo. ¿Y cuáles son las señales de cuando un apóstol vive esta gratuidad? Hay muchos, en primer lugar, la pobreza. El anuncio del evangelio debe ir por el camino de la pobreza. El testimonio de esta pobreza: no tengo riquezas, mi riqueza es solamente el don que he recibido, Dios. Esta gratuidad: ¡esta es nuestra riqueza! Y esta pobreza nos salva de convertirnos en organizadores, empresarios... Se deben llevar a cabo las obras de la Iglesia, y algunas son un poco complicadas; pero con corazón de pobreza, no con corazón de inversionista o de un empresario, ¿no? (Cf. S.S. Francisco, 11 de junio de 2013, homilía en Santa Marta) .

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No toméis nada para el camino

Miércoles de la 25ª semana del Tiempo Ordinario-A

Poner toda mi confianza en Dios y no en mis propios recursos. 

Primera Lectura:  libro de los Proverbios (30, 5-9):

Salmo Responsorial: Sal 118,29.72.89.101.104.163R/. Lámpara es tu palabra para mis pasos, Señor

Evangelio: san Lucas (9,1-6):

Autor: P . Clemente González | Fuente: Catholic.net Miércoles 24 de Septiembre del 2014

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No me des pobreza ni riqueza; dame solamente lo necesario para vivir.

Primera lecturaLectura libro de los Proverbios (30, 5-9):

Toda palabra de Dios es verdadera. El Señor es un escudo para cuantos en Él confían. No alteres para nada sus palabras, no sea que te reprenda y resultes mentiroso. Dos cosas te pido, Señor, antes de morir, no me las niegues: líbrame de la falsedad y la mentira; no me des pobreza ni riqueza, dame tan sólo lo necesario para vivir, no sea que la abundancia me aparte de ti y me haga olvidarte; no sea que la pobreza me obligue a robar y me lleve a ofenderte. 

¡Palabra de Dios! ¡Te alabamos Señor !

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Salmo 118,29.72.89.101.104.163R/. Lámpara es tu palabra para mis pasos, Señor

Apártame del camino falso, y dame la gracia de tu voluntad. R/.

Más estimo yo los preceptos de tu boca que miles de monedas de oro y plata. R/.

Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo. R/.

Aparto mi pie de toda senda mala, para guardar tu palabra. R/.

Considero tus decretos, y odio el camino de la mentira. R/.

Detesto y aborrezco la mentira, y amo tu voluntad. R/.

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R/. Aleluya, aleluya.El Reino de Dios ya está cerca, dice el Señor. Conviértanse y crean en el Evangelio. R/. Los envió a predicar el Reino de Dios y a curar a los enfermos.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (9,1-6):

En aquel tiempo, Jesús reunió a los Doce y les dio poder y autoridad para expulsar toda clase de demonios y para curar enfermedades. Luego los envió a predicar el Reino de Dios y a curar a los enfermos.

Y les dijo: "No lleven nada para el camino: ni bastón, ni morral, ni comida, ni dinero, ni dos túnicas. Quédense en la casa donde se alojen, hasta que se vayan de aquel sitio. Y si en algún pueblo no los reciben, salgan de ahí y sacúdanse el polvo de los pies en señal de acusación".

Ellos se pusieron en camino y fueron de pueblo en pueblo, predicando el Evangelio y curando en todas partes. 

¡Palabra del Señor! ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!

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Oración Señor, quiero ponerme en camino para predicar tu Reino con mi

testimonio de vida. Inicio poniendo en tus manos mi intención y te pido, en esta oración, que me concedas un corazón generoso y seguro de su misión, para la cual sólo necesito de tu gracia.

Petición Jesús, dame tu gracia para ser un auténtico discípulo y misionero de

tu amor.

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Meditación del Papa Francisco El Reino de Dios es un regalo. Desde el inicio de la comunidad

cristiana, esta actitud ha sido sometida a la tentación de buscar la fuerza en otro lugar que no fuera en la gratuidad, mientras que nuestra fuerza es la gratuidad del evangelio. Siempre, en la Iglesia, ha habido esta tentación. Y esto crea un poco de confusión, pues el anuncio parece ser proselitismo, y de esa manera no va. El Señor nos ha invitado a predicar, no a hacer proselitismo. La Iglesia crece no por proselitismo, sino por atracción. Y esta atracción viene del testimonio de aquellos que desde la gratuidad anuncian la gratuidad de la salvación.Todo es gracia. Todo. ¿Y cuáles son las señales de cuando un apóstol vive esta gratuidad? Hay muchos, en primer lugar, la pobreza. El anuncio del evangelio debe ir por el camino de la pobreza. El testimonio de esta pobreza: no tengo riquezas, mi riqueza es solamente el don que he recibido, Dios. Esta gratuidad: ¡esta es nuestra riqueza! Y esta pobreza nos salva de convertirnos en organizadores, empresarios... Se deben llevar a cabo las obras de la Iglesia, y algunas son un poco complicadas; pero con corazón de pobreza, no con corazón de inversionista o de un empresario, ¿no? (Cf. S.S. Francisco, 11 de junio de 2013, homilía en Santa Marta) .

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Reflexión ¿Qué se necesita para predicar el Evangelio? ¿Conocerlo, Nada más? 

Vamos, pues, a descubrir dos lecciones que se esconden en este pasaje de san Lucas.

La primera es la profunda fe que debe tener el enviado a proclamar el Reino de Dios. Debe poner toda su confianza en Dios y no en sus propios recursos, sabiduría, medios técnicos, etc. Y esa fe exige también el desapego de las comodidades y la esperanza de que Dios proveerá todo aquello que necesite el apóstol para cumplir con su labor.

La segunda enseñanza va dirigida a los fieles que acogen al misionero, sacerdote o religiosa que viene de parte de Dios. Porque si ellos han entregado su vida, su tiempo y su esfuerzo para darnos a conocer lo más importante, ¿cómo vamos a despedirles sin darles ni siquiera de comer?

Jesús nos invita a atender las necesidades materiales de la Iglesia. Por ejemplo, ¿sabes cuántos seminaristas se están formando actualmente? ¿Y cómo lo harán para pagarse los estudios, la alimentación, el vestido, etc? Sería muy triste que un joven dejase casa, familia y amigos para abrazar la vocación sacerdotal y luego no tuviese medios para completar su formación.

Es buen momento para reflexionar en todo lo que nos da la Iglesia y ver qué aportamos nosotros a cambio.

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Propósito Acercar a Cristo, con mi oración y atención, a quien esté pasando por

la enfermedad.

Diálogo con Cristo Señor, el mundo necesita apóstoles santos. La persona «moderna» se

caracteriza por su insensibilidad e indiferencia ante las necesidades de los demás. Por eso confío en que esta oración me ayude a pasar mi vida haciendo el bien, pensando bien, hablando bien y dando no sólo lo que tengo, sino sobre todo, lo que soy, con sencillez y generosidad.