Notas para refrescar nuestra memoria sobre un fantasma
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Transcript of Notas para refrescar nuestra memoria sobre un fantasma
· , d Julio Cortázart
ColaboraClon eCh Guevara, k·
Ernesto ~ tf Enrique Qltus 1,Mario Bene e 1, fniHumberto costM:~u~1VázquezJuan Ge~madabrielCelaya,Monta\ban, .Rafael Ba\\ester~s, Fidel Castro ~Belkis Cuza Ma e Y . 5.. (t.l.~ :\;~~"AV/t
Mauricio Ciechanower: ./~(jJq ~:f.l~~si fuécunos bl3Sileños dióamos: ~~ .'./<?j.,? (t,,;~ ~~
EL MAS GRANDE FESTIVAL %t~¿~::'~~ ~,,~~DE BOLERO DEL MUNDO ./o~~.~
LAJorge SemprúnUn adelanto de:
Al
MONTANABLANCA
EMILIANO PEREZ CRUZ: Una entrevista desde Sonora • ~GO~"Una Sociedad en Manos del Opus' Dei" 'O'
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NOTAS PARAREFRE'SCAR
NUESTRA MEMORIA
SOBRE UN FANTASMA
Con la colaboración de JulioCortázar, Ernesto Che Guevara,Mario Benedetti, Enrique OltU31ci~
Humberto Costantini, JuanGelman, Manuel VázquezMontalbán, Gabriel Celaya~ RafaelBallesteros. Bel1cis Cuza Ma~~ tiFidel Castro.
LLAMADO CHE QUE
.RECORRE [LOS AIRES
DE] AMERICALATIN~_
impulso de algún oscuro mecanísmo síquico. Habían sido siete días de hamb~ y de mareo continuos durante la travesía, mImados a tres díasmás, terribles, en tierra. A los diez días exactosde la salida de México, el 5 de diciembre de madrugada, después de una IIl8fcha nocturna interrumpida por loS desmayos y las fatigas y los descansos de la tropa, alcanzamos un punto co~oci
do parad6jicamente por el nombre de Alegría dePío. Era un pequeño cayo de monte. ladeando uncañaveral por un costado y por otros abierto aunas abras, iniciándose más lejos el bosque cenado. El lugar era mal elegido para campamento,pero hicimos un alto para pasar el día y reiniciarla marcha en la noche inmediata.
A las cuatro de aquella tarde, sin aviso previo,sin siquiera sospecharlo, sonó el primer disparoseguido de una sinfonía de plomo que se cerníósobre nuestras cabezas, todavía no acostumbradas a ese viril deporte. Algún compañero cáy6 y,personalmente, tuve la delsagradable impresiónde recibir en mis carnes el bautizo simult4neo de
• fuego y sangre. Salimos de alli como pu~.cada uno por su cuenta o en gruPOS. y era inútilla voz del Jefe sin contactO CX)~ los cilpi~ y
de temporal, la situaci6n era inquietante. Iban yvenían los vigías buscando la estela de luz que noaparecía en el horizonte. Roque, exteniente de lamarina de guerra, subió una vez más al pequeñopuente superior, para atisbar la luz del Cabo, yperdió pie, cayendo al agua. Al rato de reiníciada la marcha, ya veíamos la luz, pero el asmático caminar de nuestra lancha hizo interminables las últimas horas del viaje. Ya de dia arribamos a Cuba por el lugar conocido por Belic, enla playa de Las Coloradas.
Un barco de cabotaje nos vio, comunicando telegráficamente el hallazgo al ejército de Batista.Apenas bajamos, con toda premura y llevando loimprescindible, nos introducimos en la ciénaga,cuando fuimos atacados por la aviaci6n enemiga.Naturalmente, caminando por los pantanos cubiertos de manglares no éramos vistos ni hostilizados por la aviaci6n, pero ya el ejército de ladictadura andaba sobre nuestros pasos. .
Tardamos varias horas en salir de la ciénaga,adonde la impericia e irresponsabilidad de un'compañero que se dijo conocedor, nos arrojaba.Quedamos en tiena firme, a la deriva, dandotraspiés, CGIlStituyendo un ején:ito de sombras,de fantasm., que caminaban~ sigufelldo el .
(En algún lugor de &paño, mediados de octubre del67J ~
Yo estoy con el Che, ¿y usted?
GABRIEL CELAYA
[Fines de noviembre, principios de diciembre de 1956J
Salimos, con las luces apagadas, del puerto deTuxpan en medio de un hacinamiento infernal demateriales de toda clase y de hombres. Teníamosmuy mal tiempo y, aunque la navegación estabaprohibida, el estuario del río se mantenía tranquilo. Cruzamos la boca del puerto yucateco, yapoco más, se encendieron las luces. Empezamosla búsqueda frenética de los antihistamínicoscontra el mareo, que no aparecían; se cantaronlos himnos nacional cubano y del 26 de Julio,quizá durante cinco minutos en total, y despuésel barco entero presentaba un aspecto ridículamente trágico: hombres con la angustia reflejadaen el rostro, agarrándose el1estómago. Unos conla cabeza metida dentro de un cubo y otros tumbados en las más extrañas posiciones, inmóviles ycon las ropas sucias por el vómito. Salvo dos otres marinos y cuatro o cinco personas más, elresto de los ochenta y dos tripul~ntes se marearon. Pero el cuarto o quinto día el panorama general se alivió un poco. Descubrimos que la víade agua que tenía el barco no era tal, sino unallave de los servicios sanitarios, abierta. Ya habíamos botado todo lo innecesario, para aligerarel lastre.
La ruta elegida comprendía una vuelta grandepor el sur de Cuba, bordeando Jamaica, las islasdel Gran Caimán, hasta el dest:IDbarco en algúnlugar cercano al pueblo de Niquero, en la provincia de Oriente. Los planes se cumplían con bastante lentitud; el día 30 oímos por radio la noticia de los motines de Santiago de Cuba, que había provocado nuestro gran Frank Pais, considerando sincrqnizarlos con el arribo de la expedición. Al día siguiente, primero de diciembre, enla noche, poníamos la proa en línea reda haciaCuba, buscando desesperadarneute el fa-o de Cabo Cruz, carentes de agua, petr6leo y comida. A1_ dos de- la madrugada, $'Jn una noche'negra,36 .
mezcladas las patrullas. Recuerdo que el comandante Almeida me dio un empujón, por causa demi poca disposición para caminar, y gracias a suvoz imperativa, me levanté y seguí la marcha,creyendo estar en los últimos momentos de ni vida. Como en una. imagen caleid0sc6pica., pasaron hombres gritando, heridos pidiendo ayuda,combatientes escondiendo los cuerpos detrás delas delgadas cañas de azúcar como si fueran troncos, otros atemorizados pidiendo silencio con undedo sobre la boca en medio del fragor de la metralla, y, de pronto, el grito tétrico: "Fuego en elcañaveral".
Con Almeida a la ~beza salvamos una guardarraya, caminando, caminando hasta llegar almonte espeso. Marchamos hasta que la oscuridadde la noChe y los árboles -que nos impedían verlas estrel1as- nos detuvieron, sin estar muy lejosdel lugar del encuentro. Dormimos amontonados. Todo estaba perdido, menos las armas y doscantimploras que traíamos Almeida y yo. En esascondiciones marchamos durante nueve días interminables de sufrimiento, sin probar bocadoalguno cocinado, masticando hierbas o algo demaíz crudo y hasta cangregos vivos· que ingirieron los más valientes como Camilo Cienfuegos. En esos nueve días la moral se desmoronó totalmente y, despreciando los peligros, fuimos acomer a un bohío. Allí se produjo el desplome dealgunos. Las noticias eran malas, por un lado,pero alentadoras por otro: a la cantidad de crímenes que nos asociaban, agregaban la nota deesperanza: Fidel estaba vivo. Los espelUznantescuentos de los campesinos nos impulsaron a dejarlas armas largas bien guardadas y tratar de cruzar, con las pistolas solamente, una carreteramuy controlada. El resultado fue que todas lasarmas dejadas en custodia se perdieron, mientrasnosotros .nos encaminábamos hacia el lugar de laSierra Maestra, donde estaba Fidel.
Aproximadamente a los quince dias del desastre nos unimos los sobrevivientes en pie de luchade aquellos 82 "náufragos" del "Granma" comonos definiera d. compañero Juan Manuel Márquez. Eramos unos diecisiete hombres. El recuento de las víctimas era doloroso y extenso; elpropio Juan Manuel Márquez; "Nico" López-:-gran compañero obrero-; Juan Smith, Capi-
tán de la vanguardia; Cándído González, aytdante de Fidel y revolucionario sin tacha. En fin,la lista era amplia y casi constantemente se leagregaba un nuevo hombre que había cumplidocabalmente la sentencia de Fidel: "En el año de1956 seremos libres o seremos mártires".
ERNESTO GUEVARA
[En algún lugar de Argentina, octubre de 1967J
A lo mejor es una fiebre que DO curaA lo mejor es rebelión y está viviendo.
HUMBERTO COSTANTINI
[En la Sierra Mamra, agoao de 1958J
Se asigna al comandante Ernesto Guevara la misión de conducir a la provincia de Las Villas, desde la Sierra Maestra, una columna rebelde, yoperar en dicho territorio de acuerdo con el planestratégico del EjéI'cito Rebelde.
La columna 8 llevará el nombre de Ciro Redondo, en homenaje al heroico capitán muertoen acción.
Se concede al comandante Ernesto Guevara elcargo de jefe de todas las fuerzas rebeldes del Movimiento 26 de Julio que operan en la provincia.
La Columna No. 8 "Ciro Redondo" partirá deLas Mercedes, entre 24 y 30 de agosto.
La Columna No. 8 tendrá como objetivo estratégico batir incesantemente al enemigo en territorio central de Cuba, e interceptar hasta su totalparalización el movimiento de tropas enemigaspor tierra desde Occidente a Oriente. Fidel Castro. Comandante en jefe.Che: Te mandé entregar los 7garandscon 100 balas éada uno para que devuelvas 7 cristóbal sinbalas.
No te complazco en lo del antitanque porquelos voy a necesitar muy seriamente.
FlDELCASTRO
[En algún lugar de Pari8, octubre 1967J
Yo tuve un hermano.No nos vimos nuncaPero no importaba.Yo tuve un hermano'que iba por los montesmientras yo dormía.
Lo quise a mi modo,le tomé su vozlibre como el agua,caminé de a ratoscerca de su sombra.
No nos vimos nuncapero no importaba,mi hermano despiertomientras yo dormía.
Mi hermano mostrándomedetrás de la nochesu estrella elegida.
JULIO CORTAZAR
[Enero de 1959, La HabanaJ
En Cuba se corta la mentira de que no se podíahacer una revolución contra el ejército. Es la másclara lección de que se puede combatir 'a fuerzasregulares, con las tropas formadas por campesinos, obreros e intelectuales. Esta es una experiencia vital en la lucha contra otras dictaduras.
ERNESTO GUEVARA
[En La Habana, hablando de 106 primeros años 60, unanoche de Jina del 67J
¿Qué puedo decir del Che que no hayan dicho?Que recuerdo aquella noche en que lo conocí a
la luz de las hogueras.Que en un tiempo fuimos enemigos y sin em
37
•..
ERN~STO GUEVARA
[En Lo HabaruJ, mayo de 1961J
Acuso recibo de la Revista. Aunque tengo muypoco tiempo, me parecen muy interesantes los temas y trataré de darle una leída.
Tengo otra curiosidad: ¿Cómo pueden imprimirse 6,300 ejemplares de una revista especializada,cuando ni siquiera hay esa cantidad de médícosen Cuba?Me salta una duda que lleva a mi ánimo a los umbrales de una sicosis neuro-eeonómica: ¿Estaránlas ratas usando la revista para profundizar susconocimientos siquiátricos o templar sus estómagos; o tal vez cada enfermo tenga en su cabeceraun tomo de la publicación?
En todo caso bay 3,000 ejemplares de más en el- , . .
[En ÚJ HabaruJ, 26 de mayo de 1964J
Estimado Ordaz:
el seno de la Asamblea General de las NacionesUnidas. En la primera de ellas, se denunció lapreparación de mercenarios y la situación deaviones bombarderos en Guatemala; y la segunda, que se conoció boy, fue un memorándum elevado por el propio Primer Ministro cubano, Fide1Castro, donde denuncia los propósitos inmediatos de los Estados Unidos de invasión a Cuba. Lapregunta es: ¿qué comentarios me pudiera ustedagregar sobre estas dos denuncias de Cuba?COMANDANTE GUEVARA. -Bueno el romentarío es el de todo el mundo. Yo, como casitodos, creo que vendrán, y también creo que, yoconsidero como todo' el mundo, que no podránsalir. (Ovación)
Por ejemplo, la cocacola cubana, tenía más o me-"nos catorce productos, algunos de ellos secretos,que venían directamente de la matriz norteamericana. Entonces nosotros bemos tenido que reinventar la cocacola, y el sabor es así así ...
....... ... ..." ; -~.. .~
.' " ..~- .... -.. . ..: . ~
•
".
ENRIQUE OLTUSKI
ERNESTO GUEVARA
-Bueno, vete, polaquito -me decía. .Pero éramos viejos noctámbulos y yo no me Iba
hasta que amanecía y bajábamos juntos en el elevador, él quejándose de que yo le bacía perder eltiempo.
¿Qué puedo decir del Che que no bayan dicho?¿Qué todavía no he podido reunir valor para ir
a ver a Aleida y mirar a los muchachos.Que cuando vi las fotos de Bolivia, él ~ado
sobre la tarima, con el torso desnudo, recorde lasnoches en que él yacía igualmente sobre la alfombra de su oficina, en el Ministerio de Industrias, con una mirada que traspasaba las cosas,con un brillo en los ojos como reflejo de estrellas,de estrellas del Sur.
¿Qué puedo decir?
lEn La Habono, fine3 de 19fK))
JIMENEZ. -Comandante Guevara, en los últimos días se ban hecho dos denuncias de Cuba en
Ir
[En ÚJ HabaruJ, fines de 1960J
Por ejemplo, Cuba no paga las,deudas anterioresal año 59. ¿Por qué Cuba no paga esas deudas?Porque, fíjense qt,le se establece el control decambios en diciembre 4 del año 1959, entonces,una compañía, vamos a poner una compañíaequis, que tenía una cuenta"abierta, y un crédítoilimitado en el tiempo, con su casa filial en Cuba,que le tenían dado material el año 57, y no se lobabían cobrado entre el 57 y el 4 de diciembredel 59, el día 5 de diciembre del 59 ya quierenque le paguen todos los atrasos.
Es decir, era una política clara de discriminación y de desconfianza que no podíamos admitir.Si ellos habían tenido confianza en Batista paradarle los crédítos tan largos, tenian que tenerlaen nosotros. No desconocimos la deuda, no, dijimos simplemente que durante el año 60 no las
. pagaríamos, y cumplimos nuestra palabra, (Risas)
bargo yo lo admiraba.Que después pedí trabajar precisamente con
él. y un día puse mi mano sobre su hombro en se-·ñal de afecto y me dijo:
- ¿Y esa confianza?y cayó mi mano.Que pasaron los días y un día me dijo:-¿Sabes? No eres tan hijo de puta como me
habían dicho -y reímos y fuimos amigos.¿Qué puedo decir del Che que no hayan dícho?Que una vez le pregunté:-¿Nunca has sentido miedo?y me contestó:-Un miedo atroz..Que en pleno sectarismo, y en su presencia, un
extremista atacó al 26 de Julio y después de pensarlo dos veces me atreví:
-Es cierto que no sabíamos nada de marxismoy que no pertenecíamos al Partido, pero quizásgracias a eso fue que derrocamos a Batista.
y me dio la razón.Que cuando yo era un sectario a la inversa y
atacaba injustamente a un viejo comunista, elChe me situaba en mi lugar.
Que una vez alguien criticaba la falta de comida y él dijo que no era cierto, que en su casa secomía razonablemente.
-Quizás recibes una cuota adicional-le díje,medio en serio, medio en broma. -
Al otro día nos llamó para decirnos:-Era cierto, hasta ayer recibíamos en casa
una cuota adicional.¿Qué puedo decir del Ché que no hayan dicho?Que recuerdo las madrugadas en los portales
del Ministerio de Industrias, cuando bromeábamos esperando la hora de partir para el trabaj~
voluntario.Que venía por las noches a Jaceplán y después
de las agotadoras reuniOnes jugaba una partidade ajedrez con los escoltas, mientras nosotros lorodéabamos y él cantaba bajito y muy desentona-do viejos tangos de su niñez. ,
Que al principio era muy estricto en eso de lasmujeres, pero que después terminó diciendo queno le cuidaba la portañuela a nadie.
Que recuerdo la noche en que murió mi madre, cuando no éramos muy aJbigos y los ~ue sí lohabian sido me evitaban. Recuerdo, repito, quellegó en la madrugada a la funeraria y me puso lamano en el hombro, como yo a él aquella vez. Yestuvo hablando conmigo muchas boras hastaque ya fue de -día.
Que después, cuando ya no trabajaba con él,seguía sintiendo el deseo de verlo y cada ciertotiempo iba a su oficina y bablábamos interminablemente. Manresa pedía café. El se tiraba en elsuelo sobre" la alfombra, fumando tabacos.Cuan'doel aire acondícionado estaba rotoabria laventana y se quitaba la camisa. Arreglábamos elmundo.38
,
de esta pobreza
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número de la tirada; te ruego que pienses sobreesto.
ERNESTO GUEVARA
{E" Barcelo,uz. octubre de 1967J
Y si el revolucionariomotor de la revolución en su partidono tiene otro descanso que su muerteque renuncie al descanso
y sobreviva
MANUEL VAZQUEZ MONTALBAN
[En la Habana. octubre de 1965J
Hay una ausencia en DUestro Comité Central, dequien posee todas las virtudes necesarias en elgrado más alto para pertenecer a él... Alrededorde esto el enemigo ha podido tejer mil conjeturas,ha tratado de confundir y de sembrar la cizaña yla duda, y pacientemente, puesto que era necesario esperar, hemos esperado.
Muestra una carta de despedida escrita por elChe.
-No fue' ruesta la fecha, puesto que esta cartaera para ser leída en el momento en que lo considerásemos más conveniente -dice-, pero ajustándonos a la estricta realidad fue entregada elprimero de abril de este año, hace exactamenteseis meses y dos días.
Lee la carta. Algunos párrafos parecen dirigidos directamente a los difamadores:
"'Siento que he cumplido la parte de mi deber .que me ataba a la Revolución Cubana en su territorio y me despido de ti, de los compañeros, de tupueblo, que ya es mio.
"Hago formal renuncia de mis cargos en la Dirección del Partido, de mi puesto de Ministro, demi grado de Comandante, de mi condición decubano. Nada legal me ata a Cuba, sólo lazos deotra clase que no se pueden romper como losnombramientos...
FIDEL CASTRO
(En España, octubre de 1967J
y pasopor
,lanochesoñando hora tras hora,montañas bolivianas.
El dia ya pasó, MañanaChe Cuevara,
., vuelta a la traición
~FAEL BALLESTEROS
[En Bolioia, 1961]
Mayo 15
Día sin novedad.Mayo 16Al comenzar la caminata, se me inició UD cólicofortísimo con vómitos y diarrea. Me lo cortaroncon demerol y perdi la noción de todo mientrasme llevaban en hamaea; cuando desperté estabamuy aliviado pero <:8gado como un niño de pecho. Me prestaron un pantalón, pero sin agua,hiedo a mierda a una legua. Pasamos todo el díaallí, yo adormilado. Coco y el Ñato hicieron unaexploración encontrando un camtno que tienerumbo sur-norte. Por la noche lo seguimos mientras hubo lun..a y luego descansamos. Se recibió elmensaje No. 36, de donde se desprende el totalaislamiento en que estamos.
ResUmen del mes
El punto negativo es la imposibili<bd de hacercontacto con Joaquín, pese a nuestro peregrinarpor las serranías. Hay indicios de que éste se hamovido hacia el norte.
Desde el punto de vista militar, tres nuevos combates, causándoles bajas el Ejército y sin sufrirninguna, además de las penetraciones en Pirirenda y Caraguatarenda, indican el buen éxito. Losperros se han declarado incompetentes y son retirados de la circulación.Las características más importantes son:
1b) Falta total de contacto con Manila, la Paz, yJoaquín, lo qu~ nos reduce a los 25 hombres queconstituyen el grupo. .
2°) Falta completa de incorporación campesina,aúnque nos van perdiendo el miedo y se logra laadmiración de los campesinos. Es una tarea lentay paciente.3°) El partido, a través de Kolle, ofrece su colaboración, al parecer, sin reservas.4°) El clamoreo del caso Debray ha dado más beligerancia a nuestro movimiento que 10 combates victoriosos.5°) La guerrilla va adquiriendo una moral prepotente y segura que, bien administrada, es unagarantía de éxito. .6°) El Ejército sigue sin organizarse y su técnicano mejora substancialmente. . "
,
. --::-- ..... .---......- .--.....
~ \: ~ ~..~
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Noticia del mes: el apresamiento y fuga del Loro,que ahora deberá incorporarse o dirigirse a lapaz a hacer contacto.
El Ejército dio el parte de la detención de todoslos campesinos que colaboraron con nosotros enla zona de Masicuri: ahora viene una etapa en laque el terror sobre los campesinos se ejercerá desde ambas par~ aunque con calidades diferentes; nuestro triunfo significará el cambio cualitativo necesario para su salto en el desarrollo.
ERNESTO GUEVARA
[En Buenos Airea, después de octubre del 67]
peroahorael comandante Cuevara entró a la muertey allá andará según se dice
JUAN GELMAN
[En &rceloa, después del 9 de octubre de 1967]
adiós viejosésta es la definitiva
no lo busco pero está dentro del cálculoadiós Fidél
ésta es la definitivabajo los cielos de la gran patria de Bolívarla luna de Higueras es la lunade Playa Cirón
soy un·revolucionario cubanosoy un revolucionario de Américaseñor coronel
soy Ernesto del Che Cuevaradispare
seré tan útil muerto como vivo.
MANUEL VAZQUEZ MONTALBAN
[En Montevideo, despuh del 9 de octubre-de 1967]
Así estamosconsternadosrabiososaunque.esta muerte seauno de los absurdos previsibles
da vergüenza mirarlos cuadroslos silloneslas alfombrassacar una botella del refrigeradorteclear las tres letras mundiales de tunombreen la rígida máquinaque nuncanunca estuvo
con la cinta tan pálida.
MARIO BENEDETTI
[En La Habana, después del 9 de octubre de 1967]
Que todos digan que le han muerto,porque a un fantasma no se le mata fácilmentey quien descubra el cadáveres que no tiene fé.
I •
PACO.LUNA:
"Una Sociedad
en Manos
del
Opus Dei"
Emiliano Pérez Cruz
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No es un tipo común en la Ciudad delSol (HermosUlo, Sonora). Y esta singularidad que lo caracteriza le haocasionado no pocas discriminaciones. Francisco Luna Preciado,
Paco Luna o, para los cuates el Frank Moon: psi-cólogo, cronista del barrio con mucho chuqui sabor y sano rencor social; reportero, cuentista,letrista de canciones grabadas por el grupo Machaca ensemble, futbolero, tícher etl la Escuelade Altos Estudios de la Universidad de Sonora,fustigador de la moralinera clase media-racista- hermosillense; polémico conferenciante, bailador de cumbias, música tropical yrancheras, igual goza las canciones de RamónAyala y sus Bravos del Norte que aquellas de RigoTovar y su Costa Azul; lo mismo prepara (enfebrecido) una carne asada, que suda la crudacon una pancita estilo Jalisco o unos sopes bienchilosos.
Es el Paco Luna, el mismo que provoca afinidades o rechazos por igual, que calza tenis conagujeros en la suela, viste pantalón de mezclilla,saco a cuadros negros y blancos, camisa norteña,sombrero de jipijapa y anteojos estilo Lennon concristales color violeta. Estigmatizado como cholopor las buenas conciencias locales, asume el despectivo y lo revira escribiendo de los de abajo, delos- barrios marginales existentes en su ciudad,desmitificando al Grupo Sonora y sus acciones, ala carne asada y a la burguesía sonorense, a la religiosidad de dientes pa'fuera.
Para el Fr.nk Moon la poesía, aunque no laejerce con frecuencia, es una actitud de vida quese opone a la que se garrapatea derramando melcochosos versos, caducos antes de nacer, con me-
diocres reminiscencias románticas y modernistas.Dice el Frank: "Para hacer poesía en Sonora hayque estar alerta o termina uno de versero; ni modo de hacerle a la poesía Hereford a la que leentran los muchachitos gorditos hijos de papi.Afortu.nadamente, en Sonora, entre la raza nueva, entre los jóvenes, se está produciendo unapoesía que busCa explicar la vida desde lo cotidiano, desde los chingadazos, desde la calle; influenciados, ¿por ql,lé no decirlo? a raíz de la difusión de la poesía que actualmente se hace enMéxico".
-Claro que han surgido tantos poetas comopícheres-, señala Paco-, pero ninguno es Fernando Valenzuela, carnal; podríamos decir queno ha surgido entre nosotros el poeta mayor, aunque los hay buenos como Abigaíl Bojorquez o Alicia Muñoz Romero que van más allá del cánon dela poesía simposona, de la poesía Hereford pues.Los jóvenes están incorporando el lenguaje coloquial, las formas d~ la poesía contemporánea para hacer los poemas del calorón, bien distintos alos de los cena-culos, a los del buen gusto y las veladas literarias.-¿En qué medios pueden los escritores de Sonora publicar SUS trabajos?-Pues está la revista de la Escuela de Letras o lossuplementos dominicales de los diarios. Pero unalabor editorial que se dedique a elaborar librosde poesía, no existe o difícilmente se mantiene.Pese a que nuestro estado es muy rico, sigue pesando más un tractor o una vaca que la cultura ola literatura en especial. "Agrégale que dondeeditan está el compadrito de la comadríta que nola hace pero cómo se quieren con las otras romadres que les hacen bulla y también quieren
publicar. Dije que no hay que ser versero, porqueen Sonora y en general el provincia caemos en lafácil dificultad de escribir poesía y andarse conque ¿tú escribes? Pues yo también. Ahhh, québueno: tú me lees, yo te leo; tú me la chaqueteas,yo te la chaqueteo.
"Agrégale las etiquetas: si escribes crónicas, sile haces al periodismo, entonces no puedes serpoeta ni novelista ni cuentero. Lo que ustedes hacen en algunos periódicos y revistas, allá haráunos tres años era mal visto, decían que eran temas muy populacheros, que por ser periodismono podían arribar a la literatura. Ysi me interesallegarle a la historia, ah pues tampoco puedes serhistoriador. Te ponen piedritas en el camino,aunque al final tengas que imponerte, por: tu trabajo".
-¿Qué tipo dP trabas, de piedritas, te 'poníanpara estigma" Ar tu labor? (El Paco es del barriodel Mariacl. , eminentemente popular, como losteTTUlS que este periodista aborda en sus crónicas).-Simplemente piedritas morales, carnal. Censura. No cualquier cuento te aceptan, poraquello del stablishment: imagínate decir, escribir coloquialmente en una sociedad donde la cultura y los medios de comunicación en general están manejados por el Opus Dei: están instaladosen el siglo pasado, bajo reglas puritanas, religiosas. No consideran a la literatura como unasensibilidad que se ejerce de tiempo completo ybusca expresarse por todos los medios. Pero estamisma actitud motiva a romper géneros, estilos,a romperle la madre a la inmoralidad literariadominante que le rinde culto a la carne asada y alos tenis Nick o a los Convers, tractores y vacas,
41
pero no a la sensibilidad. Y conste que no es privativo de la provincia: se da en el Defe también,tan provinciano como éso. Yo creo que ahorita seestá dando el encontrón literatura institucionalcontra literatura de la n~ta.
-Este mano a ~no ¿en qué ámbito Be da, cuáles su escenarior-Pues nuestro estado, Sonora, con una sociedadque brinca de la vaquería a la modernidad industrial, a la fábrica. Eso conlleva que todos los valores existentes en la cultura de la carne machacase vean resquebrajados por las nuevas expresionesquetrae la masificación de la sociedad, de la universidad, la instalación det la planta Ford y lashuelgas que en ella se han c!ado.
"La modernidad apareja otra moralidad, otroscódigos, otros valores signados por la crisis queatravesamos: ya llegó el momento en que el sonorense no se distingue por el "yo como carne y losguachos, los sureños, los'chilangos, comen gusanos y hierblU", tan racista y despectivo como semanifiesta. Ahora no: todo mundo está comiendofrijoles (los mentados parralitos), a pesar o por laindustrialización de la franja fronteriza: territorio libre para chingar al que se deja".
Después de estudiar la preparatoria, FrancisCoLuna viene a la ciudad de México e ingresa a laENEP-Iztacala para estudiar sicología. Le tocavivir en carne propia la confrontación ranchogrande-monstruópolis. Concluye los estudios yvuelve a su tierra natal. De ahí, como a tantosotros que pasan la Plisma experiencia, le cuelgane(sanbenito de sonoguacho, de norteño achilangado; casi cas} traidor a la patria... chica. Perosaca juventud de su pasado y se pone a trabajar.- Volver a Sonora me significó un reencuentrocon la moralidad del barrio de una ciudad fronteriza, donde se da un trastocamiento del lenguaje como aquí en l~ barrios del Defe: el calóestá más apegado a las vivencias, al afán desobrevivencia; significó encontrarme con los camaradas desempleados, con el hacinamiento, laescacez de recursos; ya creció la ciudad y ahoratienes que rilártela en la calle porque no todos losvecinos se conocen como antes.
"En cuanto al estigma por ser del sur o por haberte educado en la capital, es una expresión ideolÓgica que surge que grupos de poder muy particulares que tratan de fomentar el regionalismopara controlar la conciencia de nuestros paisanos. No deja de ser curioso que en Sonora discriminen al que nació o estudió en el Defe y llega aestas tierras, y en cambio le siguen haciendo homenajes al padre Kino, un gtiey que ni mexicanoera. Ora sí que como dicen: ahí se v.e la falsedad:se desprecia a un mismo compatriota y al padreKino le erigen monumentos, le dedican calles ycorridos en un estilo de catolicismo más pragmático que la puta madre.
-La gente joven de Sonora cómo reacciona: ¿están prendido&, aplatonadO&, les vale lo que suce-der o
-Pu~ hay de todo. Ahí tenemos que los burguesitos siguen todavía bulevareando en el carrode papi, creyepdo que por el solo hecho de compartir cuentas bancarias con sus progenitoresallende el Río Bravo, ya se ganaron un lugar ysobre todo un respeto entre todos nosotros. La raza del barrio, los pfebes, están jalando porque lavida misma los está arrastrando. En la literaturatambién se da eso y ahí tienes a la intelectualidadclase media que se mamó desde temprana edad aGarcía Márquez y que ahora es fan de SilvioRodríguez, jugándole al revolucionario de café,radicales chies... Ni pa'cuándo que la raza le llegue a la nueva trova cubana: prefiere a RamónAyala, al Ohico Che, al mismo Rigo Tovar, alHeavy Metal o al rock mexicano; el Tri tiene granaceptación y también Jaime López porque enbuena medida en el barrio nos sentimos los mequetrefes norteños. La raza jQdi~a responde.a sucondición de estar jodido, °9ue'ya es una .condi:42 o
ción nacional, una identidad nacional y no eschiste: nomás hay que ver cómo está la raza enChiapas, Nayarit, el Defe, por donde uno le bus-~
que, p'arriba o p'abajo, también entre los chicanos.
Francisco Luna estudió en el sur de los EstadosUnidos. Estuvo en la entraña del mostro y no seda golpes de pecho pero tamporo se traga la verba aquella del American way oJ lije: "A la sociedad chicana hay que medirla con los mismosparámetros de las clases sociales: el intelectualtrata de consolidar una posición dentro del ~iste
ma, aunque sea universitario; el chicano debarrio, y hablo del sur de Tucson, Arizona, delsur de Los Angeles, trata de aferrarse a sus raícesmexicanas. pero sin perder de vista que ya está delotro lado. Claro que los intelectuales tambiéncubren este aspecto, pero dándole esa coberturade turrón o de ice cream que le da un sitio privilegiado entre la raza del barrio que sigue comiendosus nopalitos con jamón o""'COn parralitos: "los frijoles como salvadores del mundo", escribe algúnpoeta chicano.
-Pero nosotros que estamos acá, en México omás allá: en el Distrito Federal, queremos obtener una visión del chicano y los estudiosos dicen:ay sí, vamos a verlos, vamos a estudiarlos; y lellegan los investigadores, a pelo, sin entendercompletamente el idioma que ellos manejan ydescubren que el chicano más jodido anoa en sucarrote. Entonces, yo creo que se les ve con unavisión muy romántica e incluso se habla de ayudarlos, cuando son ellos quienes deberían alivianarse. Nosotros no tenemos ni para qué investigar a los chicanos ni tratar de descubrirlos, sinunca se han escondido".
Ganador de un premio literario -don Edmundo Valadés estaba en el jurado- con sucuento "Qut;tzalcóatl", Paco Luna ha incursionado en la investigación histórica. Algunos de suspoemas se han incorporado a la Poesía sonorensecontemporánea, antología de Alonso Vidal editada por el gobierno del estado; Gerardo COI:nejo,rector del Colegio de Sonora incluyó el cuento"Los reyes vagos" en el volumen de relatos titulado Cuéntame uno. Actualmente escribe una novela y recopila las crónicas publicadas en el extinto diario InJarmación para publicarlas en formade libro. También se incluyen poemas suyos enuna antologia de poetas de la frontera norte; sugusto por la historia le viene desde los tiempos deestudiante: .
~
- Es que lees filosofía, lees historia, y descubresestas disciplinas perfectamente ordenadas a laversión institucional; en nuestro estado se hace laapología de los tiburones de la colonización y lahistoria degenera en historieta. Entonces unoquiere darle otro tratamiento con la idea de recuperar un pasado y una vida concreta, sabiendode antemano para qué y para quiénes quiere unodar su versión, que de ninguna manera es paraaquellos que están haciendo labor para colarse ala historieta oficial.
"Cosas, intereses como éstos motivan a 'escribiry a no quedarse en un sólo género del conocimiento o de la creatividad. Creo como dice Canetti, que hay que darle voz a los que no latienen; creo que el escritor debe tener esa capacidad de metamorfosis de la.que habla este señor, yno chillar por la imposibilidad de tener a la manoel más reciente libro de Milan Kundera. Mientrashaya quienes se duelan de esta situaci6n que nosmantiene al márgen deJas novedades y de lasmodas editoriales, uno tiene que andar haciéndole al Milan Kulero y ejercer el ¡mirad, culeros,vuestra obral con la sensibilidad, la perspectivadel nuevo estilo periodístico que se hace en México y que ya no se basa únicamente en el olfato reporteril, sino que incorpora herramientas- deotras disciplinas para explicamos y transformar~ta realidad. l:so es lo que yo pienso, camal".
LAGUERRACIVILESPAÑOLA
YLOSPOETAS
Enrique Cortazar
Con la Guerra Civil en España(1936-39) se da una .serie de cambios, de encuentros y desencuentros, de rupturas en la poesíade ese momento. Muchos escrito
res, casi todos desde el exilio, incorporan a su te-mática lo político. No pocos del llamado grupopoético de 1927, además de padecer el exilio, severán profundamente influidos en sus temas y sutono con los bruscos cambios que los avasallan.El surrealismo será el camino por donde Alberti yEmilio Prados transiten hacia la poesía contestaria y de contenido político. Alberti declara: "Antes mi poesía estaba al servicio de unos pocos.Hoy no. Lo que me impulsa a ello es la misma razón que mueve a los obreros y a los campesinos, osea, una razón revolucionaria".
Todos, con excepción de Dámaso Alonso,~rardo Diego y Vicente Aleixandre, se dispersanpor el mundo llevando en su quehacer poético elcompromiso de denunciar una realidad que losexpulsó de su seno, re8lidad que asesin~ a GarcíaLorca y encarceló a Miguel Hernández y JoséHierro. Aun el mismo Guillén, considerado comoel poeta más incontaminado de realidad, el másaséptico y puro de todo el grupo, dejará que lahistoria como tiempo de desolación y muerte sefiltre en las últimas etapas de su impecable Cántico. De los tres que permanecen en España después de la Guerra, sólo uno está con Franco:~rardo Diego, creacionista militante y gran admirador de nuestro Vicente Huidobro. Los otros dosdan la cara inteligentemente al régimen opresorcon dos libros publicados el mismo año: 1944.Año en que predomina una poesía de evasión inspirada en Unamuno y Garcilaso: poesía religiosay de pulcritud formal que deja impune y a salvoel régimen guerrerista de Franco. Dámaso Alonso publica HijO& de la ira y Vicente AleixandreSombra del paraíso. Con ambos libros se reiniciaen España una poesía que rompe con ese tonoclásico y evasivo de los garcilasistas. DámasoAlonso escribe poemas, en un ambiente atestadode sonetos religioss, con lenguaje coloquial y hasta prosaico en total contradicción con dichos sonetos, lenguaje en el que entrevera el presentedoloroso:
Madrid es una ciudad de más de un mJll6n decadáveres (según las últimas estadfsticas).veces en la noche yo me revuelvo y me incorporoen este nicho en el que hare 45 aiíai que mepudro...
(Fragmento del poema "Insomnio". cW libro'; Hif03 de", fTu.)
• o
Aleixandre, por su,parte,~nodesmiente la época,
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de injusticia que se vive; su libro es una elegía, laañoranza del pasado como un tiempo perdido.Hay dolor por esta pérdida pero sin implicaciones religiosas. Y así se refiere en Sombra del paraíso a la ciudad que ya no está más, ciudad quees vivencia de un pasado grato, ahora trágicamente suspendido:
...ciudad madre y blanquísima donde viví y recuerdoangélica ciudad que, más alta que el mar, presides
sus espumas....
....a la ciudad voladora entre monte y abismo,blanca en los aires, con la calidad del pájaro suspensoque nunca arriba ¡Oh ciudad no en la tierral
(Fragmento del poema "Ciudad del paraíso")
En este mismo momento la mayoría de los poe-tas jóvenes pertenecientes a la a genera-ción del 36, con la m' a e to ignora-ban en sus textos la realicIa e. LeopoldoPanero, quien antes de la guerra fue liberal y queincluso estuvo en la cárcel, pero que logró salirlibre gracias a las influencias de su madte conFranco, en consonancia total con los requerimientos poéticos del régimen cantó en pulcro soneto:
Todo amor es tu sombra. Dios viviente,silenciado fluir que en sueños mana,perpetuamente, bajo el alma humana,como pasan las aguti por el puente.
y concluia su soneto diciendo:
•.•y casi desprendido al contemplarteen mi íntima visión de lejanía, .piadosamente, las éstrellas miro.
y el poeta José García Nieto, en un soneto perfectamente construido, pero de pobrísimo contenido, nos narra su subida a la catedral de Toledo,alejándose de la tierra, característica esencial deest~ poetas. Dicen así las dos últimas estrofas:
Subir, subir. Yesperar. Y oscurosentirme en Dios. encarcelado y puro,ní60 de Dios, de pronto en cada miedo.. ,
y en la cima del viento y la mañana,esperar que se rompa en la campanael pecho silencioso de Toledo.
Uámese José García Nieto, Leo¡)oldo Panero,Dionisio Ridruejo, Luis Rosales o José Luis Cano,fueron en su mayoría estos poetas del grupo del36 víctimas de ciertas circunstancias: los ricoshallazgos vanguardistas o los intensos afanes puristas de sus mayores (grupo del -27) que tantosorprendieron, no les dejaba mucho que decir; y,por otro lado, la guerra y el estado de opresión losconfinó hacia temáticas y fortnas, que no tocaban para nada una realidad que imponía el grito.Ellos se decidieron por el sifencio. Pero no por elsilencio total que pudiera sigttificar un acto deprotesta, sino por el silencio que oculta la realidad golpeante y desesperanzadora qúe se vivía,cantando a una "realidad" ultraterrenal. Leopoldo Panero dice así en las últimas dos líneas de susoneto"Arte poética":
...más que decir palabras ser su propia fragancia,y estar callado dentro del verso; estar callado...
~
Por su parte Gerardo Diego, tal vez con algode culpa, pues es el único del grupo del 27 que es-.tá con Franco, dice:
Callar, callar. No callo porque quiero.Callo porque la pena se me impone,para que la palabra no destroneni más hondo silencio verdadero.
Mientras estos poetas garcilasistas tienen losojos en el cielo e ignoran voluntariamente el aquíy el ahora, hay otros poetas que como Aleixandrey Alonso, ven 1" tierra y, en ésta, su realidad másinmediata. Uno de ellos, Juan de Leceta (seudónimo usado por Gabriel Celaya), ve el mundo desolado que lo rodea, capta en su lente poético elsentido caótico de la realidad, así en 1944 escribe:
.. .Ios obreros trabajan y maldicen a ratos.
- ¿Un cigarro, buen bombre?Buen hombre qae ha escupido su silencio.Buen hombre me ha plantadocon sus ojos claros todo su desprecio.
Los hombres tienen liambre.· .Los hombres tienen miedo. '.
(Fragmento del-poema "A vuestro servici,?")'. ,y en 1947 publiéan un libro cuyo título ~ala
claramente una oposición expresiva ante el amaneramiento y refinada sofisticación formal de losgarcilasistas; el libro se titula Tranquilampttehablando. Allí nos dice expresamente en el poema "Mi intención es sencilla (difícil)", uno de losprimeros de este libro:
No quisiera hacer versos,quisiera solamente contar lo que me pasa(que es lo que nun<i4 pasa),escribir unas cartas ~estinadas a amigos...
y en contra abiertamente de los garcilasistasafirma en el mismo poema:-
Tengo compañeros que escriben poemas buenosy otros que se Cal1an~o maldicen sin tino;pero todos me aburren (aunque los admiro),y todos me ocultan lo único que importa...
y concluye el poema diciendo:
'" yo que me repudro y, tontamente muero,no puedo callarme,.no puedo aguantarl~
digo lo que quiero,. ysé que con decirlo sencillamente ac(erto.
Qué lejos están dé la evasión 'del intimismo ode la contemplación nústi&a, .poetas como Leceta-Celaya o José Hierro. ESte, al salir de la cárcel,después de cinco añqs de cautiverio sienao apenasun joven de 22 años, escribe su libro titulado Alegría. Es, al igual que Se da en Leceta-Celaya, uncanto a la integridad vital de un mundo en el quese entremezclan odio y amor, dolor y optimismo.En Hierro, su "Alegría en nombre de.!a vída", esla afirmación gozosa de saberse de píe y con saludable energía en una realidad 'que ha matado amillones de seres. Se da pues en ambo$ poetas elabrazo, pese a todo, con un mundo que si- bien hasido ingrato les otorga el invaluable don de podercontinuar. Escribe Celaya: I
Hay una alegría -oioiT- que enouelve y junIDmú pentJ.f, mis errorel, mú f'ÚtJ6 y mi miedo.
Aunque ambos poetas serán de contextura diferente. Celaya es deudor de Neruda surrealista,Hierro está más en deuda con Juan-Ramón Jiménez; en ambos se da ese impulso inicial que losidentifica: la maravilla-cotidiana de estar vivos,la aceptación integral del mundo y el deseo dellamar a las cosas por su nombre sin afeites oam,.aneramientos formales, mucho menos conocultamientos, '
Después de entronizar a la alegría en sus textosvendrá la esperariza, la cual adquirirá el rangó .de deber moral y tarea artística. En estJl propuesta Celaya rompe con el poeta solitario, y hace nacer al poeta solidario, al poeta con los otros, l1la~
no a mano, codo a codo, construyendo un mejorfuturo. En este afán irá acompañado por grandsvoces: Otero, Nora, el propio Hierro. En 1955Celaya con el optimismo y la esperaJlZl1. hechoscompromiso solidario y fe poética, gnta: "Lapoesía es un arma cargada de futuro".
Independientemente del deterioro posterior dela llaynada poesía social, de la poesía como íostrumento para el cambio revolucionario, Celaya,como nos dice acertadamente Angel Gonzálczt"Desborda COD plitud, por todos los costados,el estrecho te en que la poesía social ha sidoconfinada tanto por sus detractores como por lalI;layoría de sus cultivadores".
En el pequeño coro que valientemente, y pasoa paso, se levanta contra la evasión y el silenciocómplice, destaca la voz de Celaya, siendo la másalta que en su momento se opone en forma y COD
tenido a los gareilasistas; voz que por suf~a,sifM:eridad y sabiduría poética sigue, vigente. 7
' .
Pablo Milanés canta a NicolásGuilIénA cargo del cantante cubano.Polydor, con licencia ECREM de LaHabana.Una magnífica traslación del octogenario poeta cubano, gracias a la doble faena -musicalizador e intérprete- de uno de los líderes notoriosde la Nueva Trova en la tierra de Fidel.
Una decena de páginas que dancuenta del reconocible ritmo de lapoesía negra y del folldore al que generalmente acudiera el notable creador de Sóngoro Cosongo y El son entero. Siempre, como telón de fondo,su preocupación social y política.Siempre, el lenguaje directo y vigoroso: antes de la revolución cubana, expresando la aflición y la esperanza; luego de ella, festejando conel verbo y la palabra, su desarrollo yevolución, su peculiar enfoque delamor y la solidaridad.
Pablo Milanés le otorga eficaz música de fondo a esas palabras contenidas, entre otras, en De que calladamanera, en Responde tú y en Burgueses, en Mariposa y en Pasan días,o en Ho Chi Min y Tengo. La elocuencia de su voz, el infaltable complemento guitarrísco, le brindan esaparticular afinidad sonora a la sumade textos de Guillén.
Esa misma estrecha labor conaquel instrumento con el que cumpliera gran parte de su inicial trayectoria, brinda la oportunidad de reencontrarse -con el Pablo Milanés intimista y alejado de los núcleos musicales acompañantes de los últimosaños. Es posible acceder entonces,mediante este fugaz retomo a lasfuentes, al notable artista que, en estas condiciones solitarias o flanqueado por agrupamientos con reducidoselementos, cumple idénticas laboresen cuanto a calidad del producto-discográfico terminado.
En esta ocasión, por partida doble: en su tarea de musicalizador delos versos de Nicolás Guillén y, unavez más, como indudable primera figura en el terreno vocallatinoameri-.cano. (Me)
Siempre hay tiempo para la ternuraVíctor Manuel y Ana Belén.CBS Columbia
•
Algo habrá que agradecer al bombardeo sistemático del que ha sidoobjeto el tema La puerta de Alcalá,perteneciente a este álbum: que después de muchos años, entre quince yveinte digamos, se conozca -de rebote parte ínfima de la producciónde Víctor Manuel. Infima si, pero algo es algo diria el del vaso medio lleno.....
Con cerca de una veintena de elepés en su trayectoria, el cantante español ha irrumpido con esa composición en las emisoras netamente comerciales de nuestro país. Aunqueno tengan la misma difusión (ni so
.ñarlo) las restantes obras contenidasen el long play que nos ocupa, habráque poner el grito de atención al parde ellas que llevan la firma de ChicoBuarque (una impecable versiónblusística de Barrio de la Cruz, porejemplo), y otras tantas del mismoVíctor Manuel que, entre él y su esposa Ana Belén, se encargan de volcar con propiedad y buen gusto. Lasventajas -en ciertos C3S0S- de imponer por reiteración y cansanciouna de las composiciones integrantesde un disco: al menos, el auditor deberá soplarse las que completan esalabor cuando adquiera su ejemplardiscográfico,
Es posible que, de esa forma, logreconstatar que el cantautor hispanono es un improvisado o una estrellarecién elaborada por el sello graba~
dor al que pertenece-o Que hay todoun historial tras de sí, mediana o nulamente conocido por el gran público.
Claro, eran otros tiempos: aquellos, sin ir más lejos, en que el régimen franquista no permitía su salidaal aire su indispensáble difusión, araíz de su pertenencia al partido Comunista español....
Soplan otros vientos, indudablemente, para los materiales de VíctorManuel y su compañera. (Me)
J"
Para quienes peinan canas, un verdadero empacho musical. Para todosaquellOSJllA..e,l al compás de algún bolero, tuvierob la dicha -o la desgracia- de entablar una relación quepudo haber culminado en el a1~ar,
una serie de recuerdos gratos... o delos otros.
Hay para todos los gustos. Tomarnota: f.JOS Santos, Los tres caballeros,Los Montejo, Los hermanos Martioez Gil (a quienes, hace poco, acabade bomenajear Osear Chávez en todo un álbum), Los Panchos, Los Tresases, Los duendes, Los tres diamantes, hasta completar diez y seis gruROS que se sacan chispas, como enotras épocas de bonanza.
Sumarle a estos participantes en elelepé algunos de los títul~ convocados (sin ir más lejos, Regálame estanoche, Novia mÚJ, Sin ti, Usted, Poquita fe. La barca, Chacha linda, yahí queda el listado) y se tendrá unaidea del conteniddo de este álbum.Nostalgia para los más añejos audito'res; conocimiento de una etapa claveen la historia del bolero, para losmás novatos.Grabacion~ originales que le
otorgan, aún más si cabe, ese saborde inexorable paso del tiempo a todas estas versiones. Tiempo que noha podido, no obstante, arrasar convoces y guitarras que en su momentodictaron cátedra en un género siempre poblado de figuras artísticas protagónicas de primer nivel. Quienestienen buena memoria, al amparo delos nombres y títulos citados, puedendar fe de esa época de oro en la canción popular. Gran parte de ella seencuentra recogida .en este longplay. (Me)
Serenata inmol'tal, volumen IDiversos intérpretesLaser Internacional
Esta noche vendrásVilcki CllrrSello: CBS Columbia
Algún mérito debía de tener este á1bun de la cantante norteamericanaque incursiona en SUl, versiones en elidioma de Cervantes. No nos costómucho esfuerzo detectarlo, y pa.~
mos el dato al costo con destino a losoyentes de este elepé: sirve, sin nin.guna dificultad, paca desentrañar elmisterio de <-'()mo producir temasmm,icales a ni,'el indlL«rial. En serie...
El <Iue halló la fórmula cuenta connombre y apellido: José Luis Perales,el hispano que le puso firma autorala la decena de composiciones que tiene a su cargo la Carro Plaga de lugares comunes, de rimas facilonas. " dela serie de elementos absolutam~nteindispensables para estas lides cancioneras: separaciones y reencuentros, amor, pasión, dolor, ali"io, ytodas las imágenes dizque poéticas oletrística... ima~nables sin ningún tipo de esfuerzo ni peligro de imprevistas jaquecas.
La cursilería \' lo telenovelesco,con la habitual éuota de balada comercial apta para estos casos. Si' ellector desea saber cómo las lleva aldisco ViJckj Carr, ésta es una inmejorable oportunidad. Al menos, ya sehalla prevenido. (Me)fa
1Antoine se halla al fondo del estudio, no la ha vislo todavía. Se Umpia los dedos manchados depintura azul con un trapo.
-rAntoinelSe vuelve hacia Franca.-¿Has estado trabajando toda la noche?
-prepnta ella.Ella aira.-He tenninado -dice.Un cuadro de dimensiones reducidas -unos
treinta centímetros por veinte, a juzgar por unaprimera ojeada- descansa sobre un caballete,allá al fondo. Ella sólo lo ve por detrás.
Franca inicia un movimiento. El la detienecon un ademán.
-Espera -dice-, ¡el sollEn efecto, el sol.Ac;ba de salir por detrás de las colinas, afuera,
más arriba del río. Un rayo acaricia la ampliacristalera del estudio. Su luz desfleca la blancuracruda de una cortina, la hace resaltar, se va extendiendo; pero aún no ha llegado al lugar dondese expone el lienzo.
Ella ríe, despreocupada. Demasiado, quizá.-¿Y qué más da?Ella observa, sorprendido, sin duda, pOr tanta
ligereza.-He pintado por la noche -dice-, pero la
luz, en el océano. Tienes que ver el cuadro a plena claridad.
Ella comprende, está conforme, esperará.-¿Qué título le has puesto? -pregunta.El se ruboriza, como si le hubiera hecho una
pregunta indecente. Indiscreta, por lo menos.Como si le obligara a una respuesta que fuera louno o lo otro. Demasiado tímida, al menos.
-Marina clara -dice por fin.Ambos esperan, separados por un charco de sol
que va extendiéndose.Ella ha olvidado que aún lleva en la mano una
tarjeta postal, en la que se reproduce un cuadrode Joaquín Patinir. La ha cogido de un mueble,al entrar en el estudio.
En todos los libros de arte, en los catálogosfranceses, aquel cuadro del maestro flamenco sellama Le passage du Styx. Pero en el envés de latarjeta podía leerse: El paso de la laguna Estigia.
~.' .
LA
MONTAÑA
BLANCAJorge Semprún
Capítulo uno de una novelaque está haciendo muchoruido en Europa
Semprún, autor de Eldesvanecimiento, la Autobiografíade Feclerico Sánchez, E~.1a.rgo viajey de los guiones de Z, L4 confesióny Las rotas del sur, acaba depublicar en España La montañablanca, novela que prontoaparecerá distribuida. en México aprecios inaccesibles en edición deAlfaguara.
Igual que en el Museo 'del Prado, por lo demáS,Franca lo recuerda. ¿Por qué el río Estige seconvertía en laguna en la denominación castella:.na del cuadro? Era un enigma. ~n cualquier caso, debajo de la iílscripcióri impresa en letras mayúsculas, una traducción al inglés y al fráncesparecía confirmar que el Estige había dejado deser un río. Le passage de la laguna stigienne..... Theeromng oi the Stigitm laggon: he aquí lo queproclamaba la tarjeta. Laguna, pues, doblemente, en aquella traducci6n bilingüe, perentoria,pero sospechosa. No pareeia, en efectó, que «Stigienne» fuera adecuado. Imposible comprobarloen aquel mismo instante. Aunque hubiera habidoalgún diccionario eq el estudio de Antoine, noera el mejor momento para consultarlo. Pero"stigienne" no le sonaba nada bien a Franca. (1).
Franca mira el rostro anguloso, los altos pómulos salientes de Antoine. El le sonríe tímida- .mente. Ella espera, el tiempo pasa. El sol tomaposesión de11ugar.
-Ven -le dice él-, ahora..Ella se adelanta, rodeada de un halo luminoso
en el que giran mirladas de n!tnúsculas partículasde polvo bañadas de sol.
Se ha parado d~lante del cuadro que Antoineterminó de pintar ~oche. -
Lo contempla detenidamente. Una especie deternura la invade; le late el corazón. Marina clara, no hay duda. Reacciona, sale de su arrobo.
Durante un segun<lo apoya la cabeza en el hombro de Antoine que está a su lado. No dice nada.¿Qué podría decir? Basta con llenarse los ójos contodos aquellos azules de cielo y de mar... Hayque empaparse de ellos, nada más. .Antoine se fija en la tarjeta postal que ella llevaen la mano. Se la coge, lee en voz alta, de un tirón.
"Madrid, 6 de abril. Saludos de Judith. Acabode presentarle mis respetos. Después, como decostumbre, he comprobado que el azul Patinir sigue siendo lo que era. Lo que solía ser (2) Azul fijo, azul loco; inusable; todo nuestro. Todo1vuestro".
Dos iniciales mayúsculas para firmar aquelbreve mensaje: J.L.
Da la vuelta a la tarjeta, mira la reproduccióndel cuadro de Patinir. Frunce los labios, asqueado.
- Los colores son de echarse a llorar -dice-.La Estigia ha perdido el misterio de sus azules...El cielo ya no tiene su luz de tormenta. ¡Es unareproducción pésimal
49
,
peles. unas fotografías. al otro extremo del estudio.
Marina clam, había dicho.Aún no sabía que iba a llamarlo así cuando
Franca le había preguntado. Había tratado, a lolargo de muchas horas consagradas con intensidad a su trabajo. frenéticas a veces y abundantesen ideas; otras, en cambio, desprovistas de todaalegría, sedientas, asoladas, taciturnas -como sila calma chicha canicular hubiese caído, sofocante, sobre un paisaje marino del que soñabamostrar a un mismo tiempo la extraordinaria vacuidad vertical y el infinito estremecimientocromático-, había tratado simplemente de captar todos los matices del azul.
Pero nadie mira el cuadro que ha pintado paraFranca, al cumplir ésta cuarenta años.
Marina clara. ¿por qué no?Antoine, después de haber salido Franca. habíavuelto a coger la tarjeta postal. Tal vez habíaleído mal. o interpretado mal. al menos. Quizáaquel texto fuera del todo inocente. Pero, ¿porqué reaccionó ella con tanta violencia, con tantaangustia contenida?
Apartó esta pregunta otra vez. ¿Por qué abandonar los amargos deleites de la sospecha por unacerteza determinada, cuando la sospecha remueve la sangre y nos prueba que aún estamos vivos?
Vuelve la tarjeta postal.
La reproducción del pQMJ de la lagUtUJ Estigiaes detestable. en efecto. Se dirige hacia el mueble'estantería que ocupa toda una pared del estudio.En seguida encuentra lo que buscaba. Hay que<lecir que Franca tiene el instinto del orden. de laclasificación, de las nomenclaturas. Antoine encuentra, en la carpeta' dedicada a este fin. las fotografías que había mandado hacer de los cuadros de Patinir, en cierta época. Por el azul. naturalmente. Saca de la misma una subcarpeta deplástico translúcido, ambarino. que contiene lasfotos del. PalO.
Se instala a una larga mesa. a plena luz. Perose contiene y no enciende aún ningún cigarrillo.
La primera fotografía reproduce el cuadro en
la cultura enMEXICO~~ la Cl'~.~~
Dir«tor GennaI: José p. LlergoDineto.-: Paco Ignacio Taibo Ujefr tÚ rrd«rión: Geranio de la TorreDiario: Beatriz Mira1Wtl«ción: Francisco Pérez Aroe,Mauricio Ciechanower, RogelioVizcaino, Emiliano Pérez €ruz, LuisHemández, Cosme Omelas, JorgeBelarmino Femánclez TomM, JesúsAnaya Rosique, Alldrés R.uz, OrlandoOrtíz, Víctor RonquiDo, Jom ManuelPayán, Iléctor R. de la Vega, CarlosPuig, Angel Valtierra, Pilar Vásquez,Armando Castellanos. Ciro GómezLeyva, Miguel Bonasso'numrcoción cnífiC'Q: Paloma Saa
El cuadro está sobre el caballete. nadie lo mira.Antoine se ha alejado un poco. Revuelve unos pa-
Ella contempla el cuadro. Admira otra vez superfección sin énfasis.
-Me lo suponía. ¿sabes? -dice sonriente.Pero una angustia apunta. súbita. poniéndole
un nudo en la garganta. y afluye seguidamente.-No me gusta pensar en la edad que tengo
-dice.En un murmullo que podria ser un grito susu
rrado.El da unos pasos. reacciona. recobra SU seguri
dad.-~Qué tontería! ¡Hay que festejarlo, Franca!
¡La edad triunfal Además, he invitado a Juan.Uegará esta tarde.
Ella contiene una especie de sollozo. se vuelvede espaldas para ocultar su turbación; luego. sevuelve otra vez hacia él.
-¿A Juan? Pero. ¿por qué?El ríe, contento de su efecto. Apenado de que
sea tan evidente.
~IPero vamos. Franca! El mismo día en quetú naciste, tal día que mañana, el 25 de abril de1942. hará cuarenta años, Juan y yo nos conocimos en Niza. Es un doble aniversario: tú tienes laeaad denuestra amistad. ¿No es eso una fiesta?
Ella lo mira. se esfuerza por sonreír.-Es una fiesta -dice-. Voy a ha~ café.
Después me ocuparé de todo. Te sentirás orgulloso de mí.
-Siempre -dice él.Se miran. Saben inmediatamente que acaban
de recordar lo mismo. ¿Se siente él de verdad orgulloso? Franca mueve la cabeza y se va.
Elle habla. en cuanto ve que ha llegado al umbral de la puerta; no antes.
-Juan vendrá con una de sus amiguitas -diceAntoine-. Ha insistido en traerla. Una tal Nadi
. neoEs imposible. piensa ella. Que Juan haya insis
tido, por lo menos. Pero no reacciona. no se vuelve. no tiembla. Su voz es neutra, casi anodina,cuando responde:
-Seremos cuatro en total. Un número redondo. está bien.
~ira la tarjeta encima de la mesa........ ¡No creo que sea por la fidelidad de la repro
du~ión -dice el1a-, por lo que Juan ha elegidoesta tarjeta 001 Pradol
El ha cerrado los ojos un segundo, con una es~ie' de mueca. O de rictu'i doloroso. Luego lamira, moviendo la cabeza.
"-Precisamente. ¿por qué?Se han alejado del cuadro que Antoine terminó
de-pintar anoche. Algo se mueve entre ambos. Enla lejanía, sin duda, más allá. Algo equívoco onebuloso, no es imposible.
. -¿Por qué te ha mandado Juan esta tarjeta?---:-in'iiste él.
La súbita frialdad de su voz evoca el peligro.AJgo se paraliza dentro del pecho de Franca, alláear debajo del seno izquierdo._-.:.,..Nos.. -replica con sequedad... Pero el cambio de tono es inconsciente. Quisie
ra permanecer serena.. L¿C6mo?. -,.Q.l!é Juan nM ha enviado esa tarjeta a los dos ,Tpr~••.: Haciendo hincapié en el plural..' El vuelve a coger el rectángulo de cartón. Vest!s dos nombres ü'iCritos con una grafía minucio: r
sa, perfectamente legible, en la parte derecha dela tarjeta. Franca/Antoine de Stermaria. La dirección debajo, claro, como debe ser.
-En efecto -dice.-Se vuelve hacia ella. con la mirada aún en-
sombrecida.-Judith, sin embargo, ¿a quién... ?Ella lo interrumpe, con la ale,.,ía de una evi
dencia inofensiva.¡ -¡Pero vamos, Antoine! ¡Judithl ¡La Judithde'CovalI -Precisamente -dice él.
El sol naciente ha invadido ahora todo el estu.dio. El sUencio se hace más denso. Pero Franca
. desea saber a qué atenerse. Quizá haga mal.-¿A dónde quieres ir a parar? -pregunta.La tarjeta había llegado hacia dos semanas.
Franca la había puesto junto al plato de su marido, con el resto del correo, a la hora del desayuno. El la había leído. Había sentido inmediatamente la impresión deslumbrante. pero confusa.de hallarse ante un lenguaje cifrado cuyo códigono conocía.
No era la primera vez.El itinerario al que Juan se refería como habi
tual-"después. como de costumbre"-, desde lasala dedicada a la pintura negra de Goya. endo~ está la Judith. hasta la sala cuarenta ytres. en el piso de arriba, en donde pueden verselos Patinir, los Hosco y algunos Brueghel el Viejo.¿a qué correspondía?
Jamás. en todo caso, había hecho él aquel recorrido por el Prado en compañía de Juan. Jamáshablaron de ellos. Era verosímil que hubieranhablado de Joaquín Patinir. Seguro. incluso. después de tantos años de conversación sobre pintura. Acausa del azul. probablemente. ¿Y cómo noibkn a hablar de Goya? Y de Malram también,cuando haJ>laban de Coya: era trivial. Pero nunca habían hecho aquel recorrido juntos. ni en lavida ni en una conversación. Jamás habían aludido a ello.
¿Con qué oscura referencia, pues. jugaba eltexto de Juan. tan breve, tan elíptico incluso, porhallarse seguramente cargado de sentido?
Mira a Franca.-Aquí es donde quiero ir a parar -responde.E indica el cuadro con el dedo, Marina clara.
Ella suspira o respira, hondamente. Restablece lasituación conyugal.
-Voy a hacer café para los dos -dice jovial.El le acaricia el lóbulo de la oreja.-¡Qué estupenda idea, Franca!Pero la sigue reteniendo junto a él. habla sin
mirarla.-Es para ti -dice-. Un regalo de cumple
años.SO-~---------~---~----~-~_.....:._-----~--------------
su conjunto. Antoine la compara con la tarjetapostal (Printed in Spain-Ediciones Artísticas,OJfo-Los Mesejo, 23-Madrid 7). En la tarjeta sepierden todos los valores cromáticos del cuadro.Desaparecen los contrastes o bien resultan insípidos. Las capas laminadas de luminosidad interna que tiene la pintura se aplanan, caen en 10monocromo y en 10 monocorde. Las riquísimasgamas de azules viran a 10 lívido: blanco dudoso,verde desvaído, bilioso.
La segunda fotografía del cuadro reproduceun detalle del mismo muy ampliado. Un fragmento del paisaje de la orilla feliz, paradisíaca,de la Estigia. Unos seres humanos, en la inocencia de su desnudez, se pasean alIado de ángelescon las 'alas abiertas, vestidos éstos con pesadosatuendos de brocado y de seda, ricos en adornosdorados. Entre los árboles cargados de frutos tornasolados corren en libertad cieÍ'Vos y cervatillos.
Antoine toma una lupa y trata de encontrar,en la ampliación de aquel fragmento del cuadrode Patinir, el conejo saltarín que no puede faltar.Parece ser, en efecto -recuerda haber leído estaafinnación en algún libro de historia de( Arte-,que siempre hay un conejo escondido, bajo lasfrondosidades pintadas con minucia, en todos loscuadros del maestro flamenco.
Hoy, sin embargo, no consigue Antoine descubrir el conejo simbólico. Por 10 menos en aquelfragmento que está observando con lupa.
Interrumpe su contemplación, se levanta; camina basta el ventanal del estudio. Contempla elvalle del Sena bajo un sol de abril.
Hace tiempo, cuarenta años atr~, tal día quemañana -aunque no era domingo-, había encontrado a Juan sentado en un escalón, delantede su puerta, en Niza.
Antoine regresaba de dar un paseo a la orilladel mar. ,.¿Qué está haciendo usted aquí?",babía preguntado al desconocido. "Leo Paludes", había respondido el muchacho. Era cierto;estaba leyendo Paludes. Había vuelto el delgadovolumen con el ffu de que Antoine pudíera leer eltítulo. Era Paludes.
Ambos se habían echado a reír, con una alegria inmediatamente compartida. Una especie deflechazo de complicidad literaria. O masculina,
más primitiva. Después, Juan se había levanta-do. .. '.
En el descansillo, mientras Antoiri~ buscaba lallave, le babía explicado en dos palabras la razónde su presencia alli. Tenía que reunirse con un talDaniel -sólo el nombre emerge del olVido,mientras contempla el valle del Sena-, que tenía en la ciudad una galería de arte. Le habíandícho que Antoine podría ayudarle a encontrarsu dirección personal: la galería parecía estarcerrada. Era bastante urgente. ,
Antoine de Stermaria había abierto la puerta.Había comprendido de qué se trataba. Era factible, él poseía los medios -bahía dícho- parahacerle llegar un mensaje a Daniel (se ha olvidado ya de quién era Daniel; r~uerda que podíatransmitirle un mensaje, eso es todo), pero aquello le llevaría todo el día.
Después, en la espaciosa estancia completamente desnuda,-austera hasta llegar a ser inconfortable -al menos hasta la expresión de un desprecio soberano, aunque plácido, por parte de losobjetos y muebles- que había allí para comodidaddel posible ocupante, comodidad siñ duda precaria-, iluminada por la luz sutil, aromática, deun doble horizonte invisible, pero latente, marítimo y alpestre, en la lejanía, había visto a Juan,parado delante del cuadro que él estaba pintandoen aquel mes de abril. .
Cuando Antoine, ahora, contemplando enapariencia el valle del Sena, vúelve a ver estasimágenes en su memoria, bien alcancen éstas suplenitud o se difuminen -o también se vean roídas por lo negro, la nada, como película infla:mable que fuera consumiéndose en volutas debrasa a partir de lps bordes del marco-, se ve a símismo con el aspecto que hoy tiene, con su edadverdadera. Un hombre de sesenta años, en suma,se mantiene apartado y contempla a aquel jovencísimo desconocido, plantado ante el cuadro queél, el bombre viejo, está pintando. Permanece in
,móvil mucbo tiempo, el desconocido que leía Pa-ludes. Pero Antoine no puede ver su mirada, cautivada por el paisaje rojo. Puede ver el paisajepintado, la esp"'da del joven' desconocido, sushombros y su nuca, visiblemente agarrotados,tensos, en una postura casi desiquUibrada, con
, todo el cuerpo incÚnado bacia eHienzo, objetode aquella mirada que puede suponerse minuciosa. ¿Fascinado?
¿Dónde se encontrará boy el cuadro?Antoine se aparta del ventimal. Apenas se' ha-'
bía fijado en el paisaje que desciende bacia el ríoen suave pendiente irregul(ll', CQrtada poi unoscerros cubiertos de césped y bosquecillos de árboles. No se babía fijado en un conboy de gabarrasque navegaba por, el Sena. Ni tampoco habíaoído el son de la campana, allá lejos,- ~ la derecha, en dirección a Freneuse. El espácio antesu mirada, recortado pOr el marco del ventanal,no había sido más que una especie de pantallapara reflejar las imágenes de su recuerdo.
Se aparta de ellas, ahora.Se pregunta dónde estará el paisaje rojo. Siente
el repentino deseo de contemplarlo, es un deseomuy fuerte. Violento, inclusó. Recuerda que ellienzo pertenece a un Coleccionista américano.Imposible, por lo tanto.# Por 10 menos de inme-diato. .
Antaño, para terminar, Juan.se había d~do la 'vuelta. Su mirada expresaba una especie de júbi-,10. Había reído, con risa breve, triunfante. '
-¿Es un comienzo, no es así? :-había dí-cho-. ¿O un re-comienzo? . #
Recalcando la primera sílaba. .Era exacto, algo nuevo comenzaba en el traba
jo de Antoine con aquel cuadro. Una' maneranueva de explorar el munqo, la pintura, las relaciones entre uno y otra. Pero el desconocido-Juan Larrea no le diría su nombre hasta mástarde, varias boras más tarde, después de unaconversación en apariencia desbilvanada,.que giraría sin cesar en tomo al paisaje rojo, en un torbellino de ideas, de alusiones, de referencias- nole había dado tiempo p'ara responder. El mismohabía explicado, perentorio, a pesar del tonoaparentemente interrogativo de sus palabras, porqué el rojo del cielo y del agua -en aquel piúsajetan lleno de cielo, sobre la sangradera rectilíneade un canal-, por qué aquel rojo era forzosamente originario, inaugural.
Pero está oyendo la voz de Franca. Al parecer,el café está ya listo. ,
Cuando él quíere saber, sabe muy bien en quémomento del año pasado pudieron encontrarseen Madrid.••¿Te vienes conmigo a Toledo?", lehabía preguntado a Franca. "¿A Toledo, a España?", dijo ella. "No, a Toledo de Obío". Ella sesorprendíó, sacudiendo su corta melena. "¡Señor!¡A Ohío! Eso sale en las películas de vaqueros,¿no es así?" Ella miraba mientras tomaba el té asorbitos. "Hay allí un museo ~uy boRito; segtÍt1parece. En cualquier caso', tiene un Greco sober:'bio". Ella 10 observaba, perpleja: "¿Vas a ver losGreco a Toledo de Ohío, en lugar de ir a Toledo,el de España? ¿No resulta eso un tanto complicado? ¿Snob, incllUO?" Y añadió inmediatamente:"Además, ¡no estoy muy segura da que me gusteEl Greco!" "Yo tampoco", dijo él. Se echó a reír."EJg>Ongo en abril, en Toledo, el de Ohío. ¿Lohabías olvidado?" A la vista estaba que lo habíaolvidado. Lo sentía muchísimo.
Pero no había querido ir con él a Toledo, de ,Obío. Durante tres días seguidos no había conseguido comunicar con ella por teléfono desde allí.Según dijo ella después, hubo problemas con lalínea. Pero él sabe, naturalmente, cuando quíeresaber. Por lo general, no quiere. De repente,aquella tarjeta postal resucita sus adormecidassospechfS. O más bien su afición a los desastres.
Vuelve a coger la tarjeta del PQ$O de la lagunaEstigia. Juan llegará en seguida, después de comero Le hablará de ello, está decidido.
Notas al leño
(1) La ninfa Estige dio su nombre a un río infernal, ctÍyas aguas se remansan formando una laguna. EnEspaña se ha generalizado el nombre de la laguna:Estigia, en lugar del río Estige, como sería de espeoraro (N. de la T.)
(2) En castellano en el original.51
,
...
+~ ~
-J----...:....---~___:__---------------
NO A' LAGUNA MUERTE
1
(Crónica de una marcha mojada)3
Francisco Pérez Arce
6
. Eramos bien poquitos cuando empezamos a andar detrás del tambor Y de la muchacha bonitade vestido blanco jarocho. Pero ya en Paseo de laReforma la columna creció con los muchos quet!$peraban por ahí dispersos. con sus playerasamarillas estampadas con el sol sonriente y la leyctnda: "¿Laguna Verde? ¡Ni madres'"
Es 19 septiembre. son las cinco de la tarde y noparece que vaya a llover, hay un clima agradable.
2
En días pasados arreció la campaña publicitariade la eFE. Se suceden las planas enterti en todoslos diarios. Están gastando millones de pesos porque sienten que es la recta final. Quieren convencer a toda (lOSta de que Laguna Verde es sinónimo de modernización y progreso. Su más recienteocurrencia habla de los &anceses. Dice que losfranceses aman la vida y en su país operan 49plantas nucleares. Curioso argumento que asomadesde una ventana porfiriana: de Francia vienela cultura, la buena vida, la luz.
En Italia los ciudadanos irán a las urnas en noviembre para decir SI o NO a la energía nuclear.Los italianos también aman la vida y tendrán laoportunidad de decidir su futuro, ellos dirán siquieren correr los riesgos que representan las centrales nucleares, o no; si quieren un ambiente unpoco más radiactivo, o no; si quieren heredar alas generaciones venideras basureros radiactivoso no. Pueden contestar que sí. pero van a ser ell~quienes decidan. Podrán valorar los argumentosa f¡¡vor y en contra. Los italianos vivieron laemergencia de Chernobyl y presenciaron una polémica larga entre pronucleares y antinucleares.Después hubo elecciones y los Verdes, por primera vez, ocupan posiciones en el parlamento.Es probable un triunfo de los antinucleares y entonces este país mediterráneo, que tiene fronteracon Francia, el país más nuclearizado, y con Austria y con Yugoslavia y frontera marina con España y Albania y Grecia; este país abandonará elcamino nuclear sumándose a Suecia, que ya optópor un NO definitivo a las nucleares. Los suecosaunque no lo diga la CFE, también aman la vi~da.
Las franceses como los italianos. como los sue-cos, como los mexicanos, además de amar la vida, tienen derecho a decidir su propio futuro. decidir los riesgos que cada pueblo quiera correr,los costos que cada pueblo quiera pagar.52
Hoyes 19 de septiembre, dos años después de los .temWorescat~fiox.Nu5tracolumnavae~
cabezada por una manta enorme: NO A LAGUNA MUERTE. Vienen muchos veracruzanos. Pero f:ambién vinieron de Michoacán, que ya tuvieron un round contra los nucleares cuando una'vez dijeron que les gustaba Pátzcuaro para nu.cleoeléctrica; pero ahí si no se pudo, la gente dela zona respondió inmediatamente con UDJl opo- .sición vigorosa. También viene caminandomucha gente del DF. intelectuales la mayoría,profesores y estudiantes, y la colonia de jarochosradicados en la ciudad de México.
Desde la plataforma del Angel de la Independencia se puede ver que la columna ha crecidomucho. En las mantas dominan los tonos pastel:verdes y amarillos y anaranjados. Algunos danzan al ritmo del tambor. El aire es tibio y en algunos tramos más que manifestación parece paseo dominguero. Por ahí anda Porfirio MuñozLedo haciéndose ver. Nadie le hace fiestas, perotampoco lo rechazan. Frente a la embajada deEstados Unidos se hace una parada larga y alguien utiliza el aparato de sonido para tirarse unlargo exhorto antinuc1ear dirigido al pueblo norteamericano y una condena a las compañías delos grandes negocios atómicos. Negociantes de lamuerte.
•La comisión de la OlEA acaba de realizar su visi-ta de inspección a LV Yha dado de manera preli- _minar su visto bueno. Dice que la planta es suficientemente segura (aunque un poco anticuada,reconocen). Falta el informe final que se entrega-rá en un mes, pero sin duda dará luz verde a lacarga del reactor. Faltan diez para las 'doce: LVestá a punto de entrar en operación.
5
Es 19 de septiembre y estamos entrando a una delas zonas más afectadas por los sismOs del 85. Estamos recordando la catástrofe de entonces y advertirnos los riesgos de desgracias futuras, quepueden evitarse. A quien quiera escuchar. El cielo se nubla y de repente nos cae encima un aguacero. La marcha sigue, ahora las mantas son paraguas múltiples. El agua no le quita alegría a lacolumna (ni mucha gente). La lluvia cesa cuandoestamos por entrar a la avenida Juárez. Nos componemos un poco. Las mantas se levantan denuevo por si alguien las quiere leer. El .~ire esotra v~ tibio.
La otra marcha es enorme. La encontramos precisamente en la Alameda, frente a la plaza dondeuna vez estuvo el hotel Rítz, que hoy se llamaplaza de la solidaridad. Ellos vienen de Tlaltelolco, son los de la asamblea de los barrios, los delCUD, las del sindicato de costureras. "UraniopoI viviendas sí" es el grito que nos conecta. Nosabren un espacio y avanzamos, ahpra somos parte de ellos, 'somos la misma manifestación lasconsignas se mezclan, la fuerza se contagia, ~l coraje, el grito. Somos una sola grán manifestaciónque avanza hacia el Zócalo cuando nos cae encima la tormenta. Esta vez no cesa, arrecia.
7
Marchamos en medio de la tormenta. El Zócalonos espera con su iluminación tricolor espectáculo extra a cargo de .as fiestas paqias: La rolumna es fuerte y continuará entrando durantehoras. El Zócalo no se llena porque la tormentanos disuelve. Uegamos al Zócalo y muchos sevan, los demás nos apretamos, los oradores apresuran el mitin cuando todavía están entrandocontingentes. Ya pasaron dos oradores, el mitinestá casi necesariamente terminado cuando entrael último contingente, son los estudiantes delCEU; son muchos, no tantos como otras vecespero muchos. Son un grupo que inspira fuerza.'
Los portales están todos llenos. La lluvia va aseguir durante horas. Estoy empapado hasta loshuesos. Son las ocho de la noche. Empezamos a.caminar a las cinco. No es el cansancio sino el fríolo .que pesa. Entro a un café y me siento en labarra. La taza de café me calienta las manos. Ami lado una adolescente escurre agua por todoslados. "¿Cómo se mojaron tanto?", nos preguntaun parroquiano. "Veníamos en la manifestación".A la muchacha le ofrece una chamarra seca y palabras de aliento. El mesero sirve más café conleche. Todos los parroquianos están terriblementesecos. Entramos en calor. El vecino nos dice que élvive por ahí, a unas cuadras y que todos los días vaa ese mismo café. Ahí estaba, en ese mismo bancoante la misma barra servido por el mismo mesero'hace dos~, a la hora del temblor. Relata que sequedó quieto hasta que la tierra dejó de moverse yluego salió a la chamba; en el camino se dio roentade la ~a. La memoria no puede deteoelse~a de lo que sucedióp~te el 19 de~tiembre de hace dos añai. Porque hoy que marchamos contra Laguna Verde, por muchos motivos tenemos presente aquella catástrofe-
53
ereímcls ver por ah{ una pancarta delInstituto Nacional de la Senectu~
alguna otra de los jubilados y pensionados del ISSSTE, y una tercerade los atrevidos viejitos del Parque
Hundido que amenazan con constltufrse en asociación civil 0011 el propósito de legaliz la dedicación a resolver crucigramas y agruparse oficialmente entre todos aquellos que le dan duro y duro a las partidas de ajedrez... Pero no. Nada deeso hubo. Fue una ilusión óptica nomás. Sólo unamala pasada de nuestra desenfrenada imagina-ción. .
La eulpa la tienen las cabecitas blancas, y lasentrecanas, y aquellas otras que ya apuntan parael lado geriátrico, o de infancia de la vejez, segúncomo se mire el vaso medio vacio o medio llenode años, que se constituyeron en clara mayoríavisible y contable durante los rutilantes días de lapenúltima semana de septiembre en que se desenvolvió el Festival del Bolero, con inicio en el tea-tro Reforma y continuación en el Auditorio Nacional. Cinco días de duración, eon siete funciones en total.
Iy qué funcionesl, diría mi tía Flora. Si se hubiera enterado de esta seguidilla boleristica (raudamente, a subirse al primer avión directo de Argentina a D.F., sin importarle un rábano la crisis económica y la plancha enchufada). Se habríapuesto a bailar en una pierna (de júbilo, no alcompás,de algún bolero, obviamente presi~ente)
de haberse notificado de los números artísticoscubanos y mexicanos participantes en la cartelerade la serie de recitales programados: que ChuchoMartínez Gil, que César Portillo de la Luz y JoséAntonio Méndez, que Tito Guizar, Chalo Cervera y Mario Ruiz Armengol, que Martha Valdez yAmparo Montes, que Elena Burke, la MargieBermejo y la Tania Libertad, que Osear Chávez,y Los Tres Caballeros, y Los Tres Ases, y JoséSabre Marroquin... Basta, basta. Stop. Y aclaremos que queda gente afuera de este listaje, por sitodo fuera cuestión de apantallar aún más a lapotencial clientela.
Quienes conocen la habitual mode3tia de losbrasileños, sin ir más lejos, pueden estar segurosque, de haberse realizado est~ celebraciónbolerística en Río de Janeiro o Sao Paulo, pongamOS por caso, en el estadio Maracaná porejemplo, habría sido recatadamente promocionado como "o mais grande festival de bolerodo mundo... e alrededores'.'.
Como su realización se verificó en México, selo denominó algo más sencillamente por cierto-Festival del Bolero-México/Cuba.
Un poco más, y a lo mejor
En varias ocasiones, durante la semana festivale-ra, se dio por sentado desde el escenario-categóricamente y con una preciSión digna demejores causas- que el pastel de cumpleaños delbolero contiene 101 velitas (se insistió en que elprimero de ellos data de 1886), un dato al que seguramente se opondrían, levantando su deditodisidente, algunos musicólogos e investigadoresque ubican su origen-siempre con el convenientequizás de por medio- en la región oriental de Cuba, algún otro con cierta precisión en el tercio final del siglo pasado (sin especificar fecha exacta)en la trova tradicional de Santiago de Cuba,mientras un reputado diccionario musical de fa- •. _.ma mundial, el Oxford, se sirve consignar hasta alos de Puerto Rico como poseedores del acta denacimiento original del género.
No es tan sencillo, pues, asegurar sus orígenessin temor a errarle. Lo que sí tiene mucho menosmargen para la discusión y la polémica -podríadecirse que existe opinión unánime al respectoes que su etapa de esplendor se ubica allá por ladécada de 1940, merced a su alto nivel de producción autoral, a la cantidad de intérpretes que
H~ye El
Estruendo:
Por UBa Semana
Reinó El
Bolero
Mauricio Ciechanower
le dieron brillo y difusión masiva, y a su tremen-'da aceptación como género bailable.
Estadísticas exactas al margen, es más que probable, casi seguro, que gran cantidad de parejasdanzantes han dado inicio a su relación afectiva(en cuántos casos habría de desembocar, porsuerte u para desgracia, en el terreno matrimonial) al compás de alguna versión discográficadel Trío Los Panchos, de Los Tres Ases, de LosMontejo o del solista o agrupamiento que fue~a.
y otra comprobación de la que podrán dar femiles de danzarines o de observadores imparciales, respecto de aquellas mismas parejas deballe. Todas ellas se encargaron, a través de losaños, de otorgarle patente de invención internacional a eSa suerte de Teoría de la Relatividaddanzante que logró imponer el bolero en su capítulo bailable: aquel que ha sido posible constatar, fehacientemente, cada vez que las parejashan roto todos los esquemas geográfico-geométricos ballando en imposibles y microscópicoscentímetros cuad,ados de espacio al compás de~ualquierversión boleristica, recontra bien apretaditos y requetejuntitos... Ningún otro .gé~ero
ha logrado tamaño poder de simbiosis en los en:cuentros cercanos deeste tipo, fusión y pegamento corporal, COJ;OO el consegumo-por el bci1ero: .
Tu me acostumbraste
El público concurrente a esta semana mexicano-cubana tuvo oportunidad de exteriorizar su entusiasmo, haciendo catarsis con enorme ·expresividad y mucho mayor .recato que el de los espectácul<l& de ambiente rockero, por ejemplo. Supropia versión libre estuvo impregnada de grititos tenues y coquetos alaríditos (gente seria, deedad, en su gran mayoría, no olvidemos), mediante irrefrenables suspiros ante los primeroscompases de los títulos más conocidos, o coreando y tarareando cu~do las circunstancias así loaconsejaban, o cuando los intérpretes sobre el escenarío se ponían de acuerdo en iJlcentivarlos para lograr el acompañamiento colectivo, o la ~cialización de la cosa.
En todos esos instantes fue-posible comprobarel enorme grado de idolatría que genera en estetipo de con~urrenciael solo enUllciado de nombres de monstruos y próceres de la canción popu- .lar como Alvaro Carrillo, Ernesto Lecuona,Agustín Lara, María Grever, Go~o Curiel,Consuelo Velázquez, Bola de Nieve, GabrielRuiz y todos aquellOs, el enorme resto, que se vioconvocado en cada una de las interpretaciones desus temas más difudidos. Yno es para menos: como bien lo apuntaba el nobel García Márquez-luego de intentar su incursión infructuosa en elgénero- es más sencillo (al menos para él)soplarse la escritura de una novela que lograrcompletar un texto de tres minutos para bolero...
y qué decir. en igual sentido, de la inmediatarespuesta del auditorio ante la menor provocación de los primeros versos de muchas de las composiciones que se dieron cita con su afieja cargade fama y difusión a cuestas; las compuertas delentusiasmo y el éxtasis se abrían, puede decirseque en forma automática, tan sólo con escucharuna frase-c1ave, prometedora de las glorias mayores que habrían de sobrevenir a continuación:entonar No quiero que te vaYa8/ la noche e3tQmuy frío, Sabrá Dios/si tu me quieres o me engañas, o La puerta se cerró detrás de ti/ y nuncamás volviste a aparecer, o No quiero que te vayas/ la noche está muyfrío, o Un poco má&/y a lomejor nos comprendemos luego, o Amor mio/ turostro querido... (¿hace falta seguir con el repertorio?), era entrar de lleno en el delirio, en lacontemplación de los rostros cargados de ensoñación, en los recuerdos y la evocación, en tiempospretéritos en que reinaba la felicidad y la palabracrlIis era un término inexistente en el vocabulariocotidiano, apenas una mención de lo que ocurríaen otros lados pero no aquí... y el bolero dominaba la escena, y se apropiaba de los inquilinos auditivos con su enorme cuota de romanticismo..
Sí. En verdad, aquellos eran otros tiempos.Qué lindo ha sido volver a entonizarlos, y a lo
largo de todita una semana, nada menos. ¿
Semana del descanso bíblico para los innumerables pares de oídos saturados y bombardeadospor el habitual exceso señalado po: la simbólicaagujita indicadora de decibeles.
Semana del bolero vertido quedamente, casi amodo de susurro, dejado caer en el ambiente escénicb y en el recinto de Paseo de la Reforma y deChapultepec con toda la levedad requerida porsu plácido contenido.
La super electrificación instrumental, los amplificadores y las bocinas a todo trapo, la canalización vía sofisticados equipos de sonido, quedaron relegados a un segundo plano. Al menos,transitoriamente.
Durante cinco día de la penúltima semana deseptiembre, y siete funciones, con el bolero hatriunfado el sentimiento de la música popularcon perfiles de sosiego y remanso.
Aleluya.•
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Paco Ignacio Taibo II
en el valle de México
100 hectáreas que podrían resolver los problemasde habitación de 10 mil familias y que cumplíanlas condiciones exigidas. La oferta de las organizaciones populares incluyó proyectos de autoconstrucción.
El 13 de septiembre en un cine abarrotado sefunda el movimiento de solicitantes de viviendaBenito Juárez, dentro del movimiento de solidaridad y vinculado a la lucha general de las coordinadoras urbanas. Ese mismo día salen en manifestación hacia el predio y llegan seis mil peno-nas.. •
El 19 de septiembre las coordinador1lS populares llaman a una manifestación que conmemorala reacción popular ante el temblor del 85. Estava a ser el punto más alto de la movilización. Uncentenar de miles de habitantes de los barrios
. más miserables del DDF salen a la calle, ya pesarde una tremenda tormenta, llegan hasta el Zócalo empapados y gritando.
Mujeres, niños, jóvenes de los barrios, unanueva composición de la izquierda mexicana enla calle. Grupo tras grupo, colonia y barrio ygrupo de damnificados, saliendo de la negra noche de esta ciudad áspera y mentirosa, inundaday maravillosa en la que vivimos todos los días.
La manifestación sorprende hasta a las coordinadoras convocantes; es la muestra del ascensodel movimiento popular y de su radicalidad. Unasemana más tarde, el 26 de septiembre, nace elForo Metropolitano, una organización que reúnea las cinco coordinadoras. El en, seis mil faroiJiasse reúnen en la Cabeza de Juárez.
Corre el run run de una invasión, que de producirse sería la invasiÓD de tierras urbanas másgrande de la historia reciente del DF.
¿Qué hubiera hecho Juárez hace 120 años anteesta movilízación? Seguramente no les hubieracontestado a los solicitantes, que no pueden darles el predio para que autoconstruyan porque se"constituiría un feudo". ¿Un feudo de organi~ den.oclática? aUn feudo de mganizaciónpopular que trata de resolver sus problemas devivienda? ¿A eso le temen las autoridades quetienen a su cargo resolver los problemas de vivienda del valle de México?
Un predio de 100 hectáreas, en el polvorientooriente de la ciudad de UéDoo, que podría resolve!' los problemas de babitaei6n de 10 mil familias, llamado La aIbeza deJuúa, será testigo enlos próximos meses de sorpceodentes acontecimientos.
En 1987, nuevas organizaciones se suman a lalucha, y la movilización popular crece. PedroMoctezuma, uno de los portavoces de la CONAMUP fija los objetivos de las movilizaciones en:servicios, vivienda, organización democrática debase que pasa por la asamblea y en choque conlos aparatos priístas de control; y el número demovilizados en los primeros nueve meses del tr7,en 350 mil mexicanos a lo largo del valle de México, ba 'o diferentes niveles de intensidad y con
-muy variadas demandas.Son cinco las organizaciones que impulsan este
movimiento: la regional del Vallé de México dela CONAMUP, la Coordinadora Unica de Damnificados (CUD), la Asamblea de los Barrios de laciudad de México (que ha puesto en todos los periódicos al famoso super barrio), la CoordinadoYa de Luchas Urbanas y la Coordinadora de Co-lonias y Pueblos del Sur. .
El movimiento se encontraba además reanimado por las movilizaciones internacionales quese realizaban por el año de los sin techo decretadopor la ONU.
Los acontecimientos en el 87, se desenvolvieron a una velocidad inusual: en enero se celebróen el DF el Foro Nacional de los sin Techo, enabril nació la Asamblea de los Barrlos en mediode movilizaciones, el3 de julio 25 mil solicitantesde vivienda se congregaron ante el DDF bajo lalluvia; un proyecto unitario de guerra social porla vivienda fue lanzado
El programa nacional de vivienda del tr7 eDgiala identificación de los espacios habitables delvalle de Médco, las reservas territoriales. Sehablaba de 7 mil hectáreas de las cuales 500 podrlan utilizarse de inmediato, pero la SEDUE noprocedía a la identificación de los terrenos. LaCONAMUP propuso entonces la urbanizaciónpopular en áreas de esta reserva que pertenecenal DDF y que no tendrían que ser expropiadas.El Z1~ julio se hizo la propuesta y ante las vueltas que daban las autoridades que además fijaban varias condiciones (que no fuera en el Ajusconi en Cha1co, que.DO fuera en zonas altas ni bajas, que no hubiera problemas de drenaje, quefuera terreno regular y dentro de los señalamientos de la ley), los solicitantes localizaron un predio e hicieron su contraoferta:
La cabeza de Juárez en el oriente de la ciudad,
bajo la lluvia y el ascenso popular
La cabeza de Juárez, una marcha
ace 120 años, Benito JuárezteDÍa la cabeza ocupada en lascontinuas rebeliones y asonadasque impedían la reconstrucciónde un país asolado tras una d~
n de años de guerra casi continua.Hoy, la ca. de Juárez, es objeto de las pre¡
ociJpacio~de muchos miles de mexicanos, 80
gustiádós por una ciudad asolada por temblores,pequeñas catástrofes fisicas, una crisis económicagalopante y una adn;únistración antipopulu,
Un predio de 100 hectáreas en la región de las:olvaneras del oriente de la ciudad, llamado La~bezade Juárez, es el centro de la atención y fo~ del conflicto entre un creciente movimientopop~ar y las autoridades responsables de ~arle
salida a la crisis de vivienda del valle de México:SEDUEyDDF. .
El marco: una ciudad de México con UD déficitde un millÓn doscientas mil'viviendas, donde laposibilidad de acceso al suelo para un 70% de lapoblación~ pasa através de los fraecionadores
I clandestinos de propiedades irregulares, dondeno hay planes de urbanización, donde los lotes sevenden dos o tres veces y puede resultar que notengan salida a la calle, donde no hay servicios ni
. áreas v«des.El movimiento urbano popular, el nombre ofi
cial de eso que se conoce habitualmente como "lalucha de las colonias", es producto de la acciónde organizaciones de la periferia de la ciudaddesde principio de los años 70 por senicios ycontra los fraccionadores clandestinos. Tienedetrás de. sí no pocos éxitos, ligados todos ellos ala organización popular; pero sus peleas poragua, luz, escuelas y espacios para la autogestión, es cosa de nunca acabar. La tendeacia delmovimiento es hacia la búsqueda de créditos y lalucha por urbanizaciones colectiv~.
Los sismos del 85 radicalizaron la situación yaumentaron la movilización popular; las 100 milfamilias en la calle (de las que 8 mil continúan sinvivienda), la participación solidaria de la población, las increíbles experiencias de autooonstrucción, la presión popular y los planes gube~mentales, el surgimiento de la CoordínadoraUnica de Damnificados que viene a sumarse a laCONAMUP en el espacio de las org~iooespopulares democráticas, son resultados de ello.