Ufólogos norteamericanos indignados ante Ia uersión oficial

ffitu &WM§ §§Tre§teA§& §rqt m§§Wñtt p[r8(3 §§m LeYAPANEMA DE UN PMOVEGTO §§CMETO

Todos los indicios apuntan a que algúnacontecimiento extraño ocurrió el 2 de Juliode 1947 en el Rancho de los Brazel, muy cer-ca de.Roswell, Nuevo México (ver monográfi-co MAS ALLA DE LOS OVN/s). El rumor po-pular y la abundante bibliografía escrita ase-guran que un OVN| "procedente de otro pla-nela" se habría estrellado en esta recónditazona próxima aWhite Sands y que el Ejército

de /os Esfados Unr'dos habría recuperado nosólo sus restos, sino incluso a varios de susocupantes.

Pero hasta el año pasado el Gobierno esta-dounidense no dio ninguna respuesta oficial alas evidencias recogidas por múltiples investi-gadores -entre los que cabe destacar a Wi-lliam Moore y Charles Berlitz-, ni a publica-ciones como el ,9oswe/i Daily Record, que sa-

A la izda., zonadonde

sup{-/esfan]enfe seestrelló e/ OVlül de

Fosvvel/; a la dcha",recorte de prensa de!Roswell Daily Recard

anunciando lacaptura del platiltavolartte. En la pá9.

sig., a la izda., elgeneral Ramey y elmayor Dubais; a la

dcha., ei comandanteJ-5>r t. t- 1i t --

có la noticia en primera página con estos titu-lares: "La Fuerza Aérea captura un platillo vo-Iante en un rancho de la región de Roswell".

Resulta sorprendente, por tanto, que des-pués de un largo paréntesis de casi cincuentaaños, un artículo del Washington Post anun-ciara el 14 de Enero de 1994 que el congre-sista Steven Schitf, de Alburquerque, iba asolicitar información sobre este asunto al

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GAO (General Accounting Office). As{ fue co-mo un mes más tarde -según reza en el infor-me oficial librado por el Depadamento de De-

fensa en Julio de 1994-, el GAO realizó una

localización de documentos a kavés de diver-sas agencias de información para resolver la

demanda de Schiff.Finalmente, y firmada por el coronel de la

USAF Richard L. Weaver, le llegó la respuesta

al diputado. En ella se asegura que la Fueaa

Aérea no dispone de informacrón alguna sobreel llamado incidente Boswell, así como tampo-co sabe nada respecto a la recuperación de los

restos de una nave exiraterrestre. Según añadeel informe: "todos los materiales oficiales dis-ponibles indican que la causa más probable delacontecimiento y del supuesto rescate posfe-rior, fue la explosión de un globo aéreo cuyafa-bricación está enmarcada en un proyecto dealto secreto conocido como Proyecto Mogul".

Este tipo de globos ha sido utilizado para

crear falsos ecos ya que los instrumentos de

radar no diferencian entre un globo de neo-preno para la meteorología y un Mogul. El in-

forme precisa, además, que la historia del 0V-Nl estrellado ha sido utilizada durante años

como tapadera para mantener en secreto laconstrucción de estos aparatos. Una circulardifundida por la Fund for UF) Research atri-buye la versión del globo al coronel WilliamBlanchard, quien, a rafu de lo ocurrido, obtu-vo un ascenso vertiginoso en su carrera.

El argumento del globo ha sido sin em-bargo desmentido por otras personas impli-cadas en el acontecimiento, entre las que

destaca el general Thomas DuBose, quien

afirma haber recibido la orden de encubrir la

verdad desde Washington. Sin embargo,otros 15 testigos -uno de ellos el coman-dante Jesse Marcel, cuya imagen puede

verse en las fotografías-, han declarado, en

un artículo publicado en Diciembre del pa-

sado año en el lnternational UF) Reporter,que las instantáneas realizadas en la oficinadel general Ramey mostraban en realidadrestos de una nave espacial y no de un glo-bo. Por otra parte, y este es un dato impor-tante a tener en cuenta, según aseveranKarl T. Pflock y Kevin D. Randle en estecontundente artículo, durante las estacionesde primavera y verano de 1947 el programa

Mogul no tuvo como escenario experimentallazona de Nuevo México.

§E GUNñPI§T\T TME§ AroCI§ BH t,& &§§&LE§IF¡&A§IO}.¡§E LO§ ¡ruFomtLfi§§ §1fr*! §M §SpAN&

El pasado 14 de Abril se curnplía eltcrcer aniversario de la orden de des-clasificación cursada por la Junta de Jefes de Estado Mayor españal, Este

aniversario coincide con la entrega de cinco nueYo§ expedientes sobre losque se oierne la sospecha de ocultación,

Sobre esfas líneas, la escombrem de Gal{arta; a la dcha., Juan Sillera, en compañía de algunosmiembros el Grupo IVAN, firmanda su deciamción; debaja, el documento en el qt-te se reconoce

que las huellas fueron hechas por un amiga, Adnán Traman, can una retroexcavadora.

ferente a OVNls y sólo es conocida por un redu-

cido número de personas. Por otro lado, sEúnha expresado Juan José BenÍtez en declaracio-

nes a MAS ALLA DE l-A C|ENC|A,. "cualquler in-

formático se pañe de isa al leer xte informe, que

El pasado mes de Abril el proceso de descla-

sificación de los expedientes sobre OVNls conte-

nidos en los archivos del Ejérclto de/Are español

cumplía tres años. Sin embargo, ha sido esta una

desclasificación cuya transparencia, según la

mayoría de los investigadores ufológicos denuesiro país, deja mucho que desear, Además,

las maniobras y golpes de efecto de la cúpula mi-

litar por demostrar lo contrario añaden una mayor

sensación de ocultamiento de Ia verdad. Lo cier-

to es que desde que se inició el proceso de des-

clasificación, el 14 de Abril de 1992, no ha dejado

de aumentar Ia sospecha de que estos informes

militares puestos al descubierto siruen sólo para

negar la existencia de los OVNls.

Becordarán nuestros lectores que todos los ex-

pedientes incluian, hasta hace bien poco, unas lineas redactadas por el MOA (Mando Operativo Aé-

reo), en las que se daba una valoración actualizada

de los acontecimientos. Estos comentanos -tal ycomo el conocido investigador Juan José Benfuzdenunció en su libro Mafera tmeruada-, contradecÍan frecuencuentemente las pesquisas deljuez in-

fomador nombrado para aclarar los hechos y aña-

dÍan elementos de confusión o se limitaban a dar

por buenas las conclusiones de cierto sector ufólo-

gico, en detrimento de las investigaciones contem-poráneas de los acontecimientos. Por estas y otras

€zones, el penodista navaro no duda en calificar

esta desclasrficación como "Ln GAL en miniafitm".*Rwfta

inc¡eíble a esias a/turas -afirma BenÍtez-

que se sgamanipulando kverdad'.El golpe de efecto del general Tojeiro al supri-

mir las páginas delcomentario del MOAy numerar

los folios del infon¡e auguraba un cambio en lapol'rtica de la desclasificactón -en el que, justo es

decirlo, influyó definriivamente la presión ejercida

por los medios de comunicación y los investrgado-

res-, pero por desgracia no ha sido asi y ahora lmcomentarios figuran dentro de los informes como

material anexo u "opiniones personales".

Cinco nuevos expedientes de contenido sos-pechoso han sido recientemente "librados" a laBiblioteca Central del Cuartel General del Aire.

Uno de ellos hace referencia a un hecho ocunido

el 19 de Maao de 1978 en Alcorcón (Madrid) eincluye seis fotografias efectuadas desde el Par-

que de Lisboa, situado en la citada localidad ma-drileña. El expediente no iendría mayor importan-

cia a no ser por un análisis fotográfico fechado en

Sevilla, el 20 de Junio de '1994, algo que no deja

de sorprender porque cuando el caso sucedió no

hubo investigaciones militares y las instantáneas

fueron tramitadas por el interesado directamente

al coroneljefe de la )frcina de lnformadón, Difu-

dén y Relaciones Públicas. Sin embargo, si en su

momento no hubo investigación militar ¿cómotuvo acceso un organismo civil a las copias de un

expediente que fue hasta hoy materia reserua-

da?, ¿quién efectuó el análisis fotográfico?, ¿yqué persona encargó ese trabajo?

De algo no cabe duda: la persona u organis-mo, que permanece en la sombra, pertenece alos cí'culos ufologicos, pues menciona en su in-

forme a IaGSW (Ground Saucer Watch), unaor-ganización que analiza el material fotográfico re-

utilia para el análisis progmmas caducos y que

también es abenante en lo concemiente alosda-tos meteorológicos".

Otro de los expedientes conesponde a un he-

cho sucedido en Gallarta (Vizcaya), en Febrero de'1977.

Se trata del conocido atenizaje de un objeto

no identrficado que presuntamente dejó más de

ochenta huellas en una escombrena y tuvo un am-plio eco en los medios de comunicación. Precisa-

mente el informe comenta que la investigación

miliiar se inició a nÍz de un ad'lculo aparecido en

ln Gaceta del Norfe (Bilbao).

Sin embargo, según declararía más tarde el

testigo Juan Sillero al hoy negador del fenóme-

no OVN| Félix Ares de Blas, los aterrizajes en la

--'ca, Juan José Benítez, flanqueada par Ballester Almos: -:a.) y Féiix Ares" Debaia, dacumenta dei señar Hennesey eni rue se muestft que el horaria del vuela de! camandanfu Ar-,-:. ás es el que figura en las info¡'mes

llas habrian sido efectua-das con una retroexcava-dora meses antes de la

noticia del oVNl.Es sorprendente que,

aunque los militares están

obligados a preservar la

íntimidad de los testigosimplicados en cualquierinforme, en este caso no

han sido censurados los

nombres del estudio efec-

tuado por Félix Ares, ni

Ios anexos del Grupo de

Consu/fores de Stendek,vinculados al CEI (Centro

de Estudlos I nterplaneta-no$. Ahora bien, para Vi-cente Juan Ballester, au-

tor que defiende la auten-ticidad de la transparenciadel proceso de desclasifi-cación, esto se debe sim-plemente a que ese infor-

me era de dominio público y los militares se han

limitado a reproducirlo.

Sin embargo, lo que no menciona Ballester es

que en la pafte militar, redactada por eljuez infor-

mador, el único nombre no censurado es el de

BenÍtez, algo que ciertos jóvenes ufólogos han in-

terpretado como un obús contra elAt/a de la des-

clasificación militar por ser este periodista navano

el principal defensor público del caso en 1977.

Para Ballester es falso que el Ejército trate de

manipular u ocultar información y tales declara-

ciones se hacen"por puro afán sensaciondista",

AIgo que en su opinión queda demostrado en

caios tan paradigmáticos como el del coman-

dante ffiovás, ocunido en Febrero de 1969, y

en el que los r,,fólogos acusaron a los militares de

haber modificado los horarios de vuelo para ha-

cerlos coincidir con la posición del planeta Ve-

nus; mienkas que, según Ballests, los horarios

of'ecidos por el Ejército del Aire conesponden a

la hora real del sucmo, sEún demumtra un do-

cumento consEuido recientemente por el ufÓlo-

go británico Julian Hennesey, del NICAP (Pto-

Tect of the National/nvesttgaübns Commite on

Aerial Phénoména) y firmado por el propio co-mandante Ordovás, en el que se señala inequÍvo-

camente que el suceso ocunió en el horario indi-

cado en el expediente militar. Lo que, en cual-quier caso,'no supone que el comandante de

lberia, con miles de horas de vuelo, confundiera

un planeta con un OVNI. En todo caso, la polémi-

ca sigue abierta.

escombrera de Gallarta resultaron ser un fraude

y, según sentencia un informe del Grupo IVAN

-incluido curiosamente sin censura y con todo

lujo de detalles en el expediente militar-, las hue-

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