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7/25/2019 nueva guinea.pdf

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Paul Raffaele

Antroplogo y explorador

Impresiona dormir entre canbales

La vida del antroplogo australiano Paul Raffaele, 63 aos, parece una pelcula de aventuras escrita por un guionistademente: interminables caminatas por selvas tropicales donde se pudre la ropa y la piel se infecta; vagabundeos porrincones remotos, soportando cadas e indigestiones; pistolas que apuntan a la cabeza... Pero nada comparable a laexperiencia de convivir con los canbales korowai de Papa-Nueva Guinea.

ngela Posada-Swafford

Desde su primer contacto con los indgenas ms desconocidos de Myanmar antes Birmania y Laos, el empeo de PaulRaffaele, que comenz su carrera como corresponsal de la cadena de televisin estadounidense ABC en Pekn hace 30aos, ha sido llegar hasta las tribus ms remotas del planeta para escri bir sobre ellas antes de que se las trague lacivilizacin. En algn punto del camino, ese afn se mezcl con el de estudiar de cerca los animales salvajes, su otrapasin, y desde entonces el escritor errante reparte sus viajes entre ambos objetivos. Raffaele elabora una mezcla bien

escrita de historia, poltica, antropologa y aventura, y sus relatos aparecen en las mejores revistas cientficas y denaturaleza. En sus expediciones ha vagado por la selva venezolana a la caza de anacon das, ha aprendido a fabricarcurare con indios del Amazonas, ha buscado el Arca de la Alianza en Etiopa y ha contemplado la ms violentamodalidad del juego de polo en Paquistn. Pero su hazaa ms memorable ha sido la de dormir entre los canbalesde la tribu korowai de Nueva Guinea.

Desde su casa en Sydney, Raffaele confiesa que est atacado. Al da siguiente se va al Congo, escoltado por fuerzasde paz de las Naciones Unidas la nica forma de conservar la vida, para pasar unos das con los gorilas de montaa.Despus volar a India a hacer un reportaje sobre una tribu de canbales que vive a orillas del Ganges, pero an tieneque vacunarse contra un sinfn de enfermedades de nombres impronunciables y reparar una dentadura que le trae decabeza.

Cmo va ese dolor de muelas?

Mejor, pero espero curarlo del todo. No quiero sufrirlo cuando est en Ruanda frente a un gorila.

No ser tan temible como los canbales korowai, con los que usted convivi. Quines son y cmo lleg hasta ellos?

La tribu korowai de Nueva Guinea es una de las pocas que an practica el canibalismo. La forman unos 4.000

individuos que viven en grupos de 10 o 12 personas en casas construidas en las copas de los rboles en medio de laselva. No saben qu es la electricidad, ni los coches, ni las carreteras, ni los violines, ni la penicilina, ni Cervantes, ni elagua corriente, ni casi nada de lo que podamos imaginar. A los extranjeros los llaman laleo demonios fantasmas,aunque la mayo ra ni siquiera ha visto jams a una persona de raza blanca. Entre ellos se pelean a menudo, y matan yse comen a los que consideran khakhua, o brujos que toman la forma de hombres y son responsables de las muertesmisteriosas de los miembros de la tribu. Para llegar hasta all tuve que caminar y navegar durante varios das por una

Muy Interesante. Entretenimiento inteligente.

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selva inunda da. Mi gua, Kornelius Kembaren, lleva 13 aos viajando por el territorio pero nunca haba remontado tantoel ro, porque los korowai amenazan con matar a quienes se adentran en sus domi nios. Kembaren tuvo que desplegartoda su diplomacia para que aceptaran nuestra visita.

Cmo fue la primera reunin con el lder canbal?

Una noche subimos a su casa arbrea, que era bastante amplia. Nos sirvieron un pescado de ro, y el jefe, Boas, usandoa Kembaren como traductor, me cont que los khakhuas se presentaban por la noche disfrazados de parientes o amigosde su futura vctima para devorarle las entraas durante el sueo y rellenarlas con fuego, antes de rematarladisparndole un dardo en el corazn. Segn Boas, lo normal es que el moribundo pronuncie antes de morir el nombrede su khakhua asesino, que poda ser un habitante de su casa- rbol o de otra distinta. Por eso, insisti Boas, tenemosque acabar con los khakhuas. Son dainos. Despus se qued mirndome maliciosamente y me dijo: nosotros nocomemos humanos. Slo khakhuas.

Y cmo hace la tribu para identificar a los khakhuas entre su propio clan?

He ah la cuestin. Es algo muy subjetivo porque es el moribundo quien los identifica. Yo creo que la sensacin del

estmago ardiendo no es otra cosa que retortijones causados por parsitos. Pero sea como sea, el enfermo tiene elpoder de acusar a alguien, o lo que es lo mismo, de condenarlo a muerte.

Del ser humano se comen todo... excepto los huesos, las uas y el pene

Durante la cena, se senta a salvo?

Yo estaba tranquilo con Boas porque me pareca una persona razonable, hasta que apareci Kilikili, el asesino msnotable del clan, segn mi intrprete, un tipo de mirada inexpresiva cuya boca dibujaba una mueca que me puso los

pelos de punta. De pronto sac de una bolsa el crneo de Bunop, su vctima ms reciente, a la que haba matado ysacado el cerebro con el hacha de piedra que llevaba colgada al cinto. Los ojos de Kembaren se humedecieronmientras me comentaba espantado que Bunop era uno de sus porteadores habituales. A continuacin me pasaron elcrneo. Yo no quera cogerlo pero tampoco pretenda ofender a los korowai, as que lo sostuve entre mis manos y se mehel la sangre al sentir el contacto con el hueso. Ningn occidental haba estado jams en esa situacin. Me contaronque Bunop mereca morir porque era un khakhua que haba matado al primo de uno de los miembros del clan: As que loatamos, lo llevamos ro arriba y lo acribillamos a flechazos. Luego, mientras entonbamos nuestros cantos rituales, lesacamos los intestinos, le abrimos las costillas y le cortamos los brazos y las piernas. Despus repartieron los trozos decarne entre los miembros del clan. La cabeza se la dieron al que haba identificado al khakhua. Cocinaban la carnehumana mediante el mismo procedimiento que la de cerdo, envuelta en hojas de pltano bajo una pila de piedrascalientes que hacan de horno.

A usted le toc comerla?

Por suerte no, ya que la matanza haba tenido lugar unos das antes, pero les pregunt a qu saba la carne humana, sise pareca al cerdo. Uno de ellos neg con la cabeza y me dijo que saba a casuario, el ave caracterstica de NuevaGunea. Tambin me contaron que en las comidas khakhua no participan los nios y que los hombres y mujerespresentes se comen todo excepto los huesos, las uas y el pene. A m me gusta todo, seal Kilikili, pero el cerebro esmi bocado favorito, y los dems asintieron en silencio.

Y esa noche logr conciliar el sueo?

Poco. Estaba fascinado pero tambin impresionado y asustado de pensar que iba a dormir entre canbales. Pa ra colmo,al da siguiente apareci un tipo musculoso armado con arco y flechas y se sent en medio del grupo, evitando mi mi rada;sin embar go, durante la ma ana not que mientras yo hablaba con Boas sobre el clima y las cosechas l me estudiaba detenidamente. Luego Kembaren me dijo que se trataba de Lepeadon, el khenmengga- abl u hombre fiero delclan. Una hora despus se sent a mi lado, muy serio, y me dijo: yo pensaba que era usted un fantasma, pero ahora veo




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que es un humano igual que nosotros. Le iba a contestar cuando un nio me salt encima y trat de quitarme lospantalones en medio de las risotadas generales. Para los korowai la ropa es algo absurdo.

Existe algn truco para lograr que te acepten?

El mo es hacerles rer. En una ocasin hice un viaje memorable a Brasil con Sydney Possuelo, un directivo del gobiernode ese pas que se ocupa de las tribus indgenas amaznicas ms aisladas. Sydney es una persona increble que haestablecido contacto amistoso con siete tribus que jams haban visto a un extranje ro, y ha sabido ganarse su respeto.Es el ltimo de los grandes exploradores. Pues bien, en una ocasin me llev a visitar a los korubo, un grupo muy aisladoque vive en una zona remota a la que se llega tras un penoso viaje a travs de cientos de kilmetros de selvas y ros. Alacercarnos a la maloca, una choza comunal que sirve de punto de reunin de todo el clan, Sydney me advirti que debaestar alerta porque los korubo, conocidos tambin como los aplastacabezas, eran, segn me dijo, personasimpredecibles y a veces muy violentas que haban matado recientemente a tres hombres blancos por traspasar suterritorio. Incluso a l le haban atacado en alguna ocasin. El caso es que pasadas unas horas me dejaron solo con ungrupo de nios y jvenes que me miraban boquiabiertos y se me ocurri bailarles la danza haka, de los guerreros maoresde Nueva Zelanda, que se acompaa de una gesticulacin exagerada, abriendo los ojos grotescamente, sacando lalengua y dndote golpes en el pecho. Los nios se rean a carcajadas.

Despus salieron los adultos de la maloca y Sydney me pidi que repitiera la danza; esta vez fui ms atrevi do y mebaj los pantalones, como hacen los maores, y eso les divirti todava ms, porque nunca haban visto un trasero tanblanco. Al final, uno de los guerreros korubo se me acerc y me dijo: usted es un nowa, un hombre blanco. Algunos nowason buenos, pero la mayora son malos. Yo lo mir con ansiedad, esperando que me dijera que yo era de los buenos. Elguerrero cogi un puado de fresas salvajes, las aplast con la mano y me embadurn la cara con el jugo. Despus mezclms jugo con el polvo de una raz y me lo dio a beber. No me atrev a rechazarlo y me lo tom, cruzando los dedos paraque no fuera veneno, pues al lado haba otro recipiente donde acababan de preparar curare para las flechas. Pens queiba a tener un efecto narctico, como la kava de las islas polinesias, pero slo me supo a barro. El guerrero me mirsonriendo y copi uno de los gestos maores que yo haba hecho anteriormente. Creo que eso signific que me aceptaban.

Me dieron a beber un brebaje... cruc los dedos para que no fuera curare, el veneno con que impregnan sus flechas

Les lleva regalos a los indgenas?

No, no suelo llevarles nada, ni me traigo recuerdos de sus poblados, salvo un hacha de piedra korowai que compr enuna ocasin.

Estn esas tribus en peligro inminente de desaparecer?

Sin duda. Es una consecuencia de la globalizacin. Sydney me dijo con amargura que la Iglesia y los madereros eran susmayores enemigos. La Iglesia sigue empeada en cristianizarlos, destruyendo sus formas tradicionales de vida, y losmadereros quieren talar sus selvas y bosques. l se considera implicado en su proteccin y yo temo por su vida porqueSydney tiene muchos enemigos entre la gente que quiere desarrollar la Amazona a toda costa. El caso es que la culturaoccidental seduce a los jvenes y tambin a los mayores. Quin se resiste a la televisin, los coches, las armas, lacomida variada? La transicin es rpida. En cuanto descubren la televisin, clanes enteros se unen para comprar unaparato para toda la tribu, y por ah se introducen valores ajenos a su cultura y se pierden los suyos tradicionales.

Los nios dejan de aprender la historia oral de sus ancestros, la compleja red de sus mitologas y su forma de entenderel mundo, toda esa cultura maravillosa que debe pasar a las generaciones del futuro. Pero ahora van a escuelas dondehay televisin y es como si cambiaran de personalidad. Sydney Possuelo no les lleva imgenes de otros lugares ni leshace fotos ni les ensea su cmara. Dice que an hay tribus en el Valle de Javari que nunca han tenido contacto connadie ajenoa su mundo, y que desconoce sus nombres e idiomas, pero que prefiere dejarlos como estn: felices,cazando y pescando, con la nica visin de su propio mundo.




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Y usted cree que eso es justo y lgico?

Esa es una pregunta que se hace mucha gente. Les hacemos un favor a los pueblos amaznicos mantenindolosaislados y embotellados como si fueran una curiosidad antropolgica? Es la ignorancia una ventaja o debera el gobiernodel Brasil abrirles las puertas del siglo XXI y llevarles atencin mdica, tecnologa y educacin? Yo creo que el destinoinevitable de todas estas tribus es entrar en contacto con el mundo.

Es verdad que le ha pasado de todo en sus viajes?

S, es algo inevitable en los territorios que yo suelo recorrer. He sufrido cadas, infecciones, torceduras, esguinces, me heroto el crneo y me han picado toda clase de alimaas. En una ocasin el estmago se me infl como un baln y pasatroces dolores por culpa de una infeccin, pero puedo decir que tengo mucha suerte porque por alguna razn soy inmunea la malaria, que es lo peor de todo.

Es cierto que usted no sabe conducir?

Es cierto. Cuando era joven me gustaba tanto la velocidad que tom la decisin de no conducir nunca porque saba queme matara si me pona al volante de un coche. He tenido que inventar trucos para protegerme a m mismo de mi deseode correr riesgos extremos. La mejor proteccin es el miedo. Nunca me ha impedido hacer las cosas, pero por lo menosme ha hecho ms cauteloso.

No saben lo que es la electricidad; ni los coches, ni las carreteras, ni la penicilina, ni el agua corriente

Cul es su prximo proyecto de trabajo?

Maana me voy al Congo a estudiar a los gorilas de montaa. Slo quedan 700 ejemplares salvajes en el mundo, y casitodos estn all, no muy lejos del grupo que estudi en su momento Diane Fossey. A la vuelta pasar por India paratrabajar en un libro sobre canbales en el ro Ganges. Luego voy a Mxico, siguiendo con ese mismo tema, parainvestigar sobre los aztecas, que eran grandes antropfagos. Despus ir a frica a trabajar en un estudio sobre leones yfinalmente, a Nueva Guinea para asistir al festival de una tribu cuyos miembros consumen el cerebro de sus familiaresmuertos y estn siendo vctimas de una enfermedad aparentemente a consecuencia de ello.

Se ira usted a vivir con los canbales?

Me fascinan su cultura y sus costumbres, pero la vida con ellos no es fcil y no creo que pudiera pasar muchos mesesall, armado con arco y flechas, pendiente de la posible emboscada de otro clan. Imagnese tener que andar

permanentemente armado para protegerte del riesgo de que te maten y te coman cada vez que abandonas la casa.Pero los korowai estn acostumbrados. Es algo normal en su vida, como cruzar la calle de una gran ciudad o comprarel peridico en el quiosco lo es para nosotros.



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