Nuevas Aguafuertes Porteñas
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Transcript of Nuevas Aguafuertes Porteñas
Después de haber leído algunas de las ‘Aguafuertes porteñas’ de Roberto Arlt, los chicos de S 6 H se entusiasmaron con la mirada aguda de este autor y tomaron como propia la posibilidad de bucear entre los defectos más típicos de nuestra sociedad e intentar, la caricatura mediante, la caracterización de esos personajes que nos rodean. Aquí les brindamos los resultados de este proyecto.
“Yo lo sé”
Está presente en todo grupo, preparado para compartir su sabiduría de dudosa procedencia. La respuesta a cualquier interrogante él la tiene. Ante una duda o un error, seguramente él buscara la solución en su basta base de datos. Alto, callado, reservado. Su mirada comprensiva, observando el horizonte te hará pensar que él sabe el sentido de la vida. Toda pregunta filosófica él sabrá responderla. Si pasaron miles de años de distintos puntos de vista filosóficos, el suyo es el más cercano a la verdad.
Pero, ¿Qué pasa cuando una pregunta lo supera? Nadie lo sabe. Con mirada firme, una postura dominante y un pecho inflado de un orgullo dañado, responderá. Ahora, lo que salga de él, con una voz certera y segura, no necesita comprobación ya que es correcto. La procedencia de la información lo valida. Algunos dudarán; otros, valientes, y son pocos afirmo, tratarán de pelear un batalla ganada, malgastaran energía en vano. Aquí, reconocemos un error. Lo que el hombre tiene de sabio también lo tiene de terco. Así, su propio orgullo lo ciega, su seguridad lo aísla. No poder convencerse de que hay conocimientos que el desconoce lo llevara a su perdición. Sin embargo, al preguntarle “¿Sabes lo que te pasara?”, él responderá “Yo lo sé”. La respuesta, pienso yo, es muy obvia ¿verdad?
Sebastian Papp
Mujer florero
Aquella que solo sirve de exhibición. Belleza superficial tenida en cuenta únicamente como acompañante, sin valor real alguno. Bonita por fuera pero vacía por dentro, incapaz de contener la esencia más que por un momento. Al igual que una flor, el paso de los años marchita su belleza, y pierde sentido su moraleja. Sus pétalos se desploman cual flor silvestre, sin el cuidado que amerita un bello jardín. Interesante a los ojos por breve tiempo. Colocada en un estante, la “mujer florero” va vacilante, sin responsabilidad alguna, más que ser reconocida por la tribuna.
Johanna Licciardi
Mujer Ancla
Pesada como ninguna. Una mujer complicada, interrumpe en todas las charlas y quiere ser el centro de atención. Trata de imponer sus temas de conversación para quedar bien parada frente a los demás. Obsesionada por agradarle a la gente, no toma conciencia que hay un límite. Actúa de manera diferente ante los distintos grupos y no es ella misma en ningún momento. Sus comentarios caen mal y la gente ya no la aguanta. Pesada como ninguna, no cabe duda.
Tomás Rodriguez Palacios
La obsesión fantasma
Durante el transcurso de la vida, los hombres se relacionan con las mujeres y las mujeres con los hombres. Comparten actividades que varían desde ir al cine como
jugar a la generala en el living de una casa. Sin embargo, estas diversas opciones entre las que optamos para pasar el tiempo pueden no siempre te dejan con una sonrisa.
¡¿Cuántas veces hemos ido a comer con una mujer y ella, que no es más ancha que un escarbadientes, e reprocha su falta de conducta y su excesiva gordura?! Terminás de cenar y en vez de disfrutar la sobremesa, lo único que escuchás son sus falsas acotaciones sobre su supuesto sobrepeso y su “grasita”. Ni qué hablar del drama de los brazos, que ella misma mueve frente a vos para mostrarte que no son ni fornidos ni esculpidos…
A pesar de que el hombre intente convencerla de que ella no es gorda y que se encuentra en perfecto estado físico, sus palabras serán en vano y ella insistirá con su obsesión fantasma.
Lucas Kuchikian
La mujer boomerang
Escribo esto bajo amenaza de vida. Estas palabras son para una mujer que ni siquiera quiero nombrar, no se lo merece. Una mujer despechada, abandonada, con sed de venganza. Una mujer que se transforma en tu peor enemigo, en tus pesadillas y en el asesino más hábil y eficaz sobre la faz de la tierra. Vivís con más paranoia que el protagonista de "Actividad Paranormal 4",deseando nunca encontrarla otra vez. Estás atento a cada ruido, a cada movimiento, salir a la calle es una misión imposible, te sentís Bruce Willis en "Duro de matar". Tu casa es tú único lugar seguro, donde podés estar relajado. Llega a amenazarte con pisarte con el auto, aunque es difícil que apruebe el test psicológico para obtener la
licencia. Otra de sus amenazas es hacerte la vida imposible y con cortar de un tajo una parte fundamental de tu hombría...
Con esto busco aconsejar a los hombres y para que se cuiden de estas asesinas seriales. A pesar de que creas que ya está lejo, va a volver siempre con más rencor, con más fuerza y resentimiento.
Ezequiel Fernandez
La enredadera
Es una mujer muy peligrosa a la que nunca hay que acercarse.Ella nunca se sostiene por sí misma, siempre estará necesitando de tu ayuda porque busca ser la mejor sin hacer esfuerzo alguno. Tiene como meta brillar y crecer pero depende del otro para sobrevivir. En el trabajo es la encargada, amada por todas las autoridades y la preferida del director, sigue ascendiendo y ascendiendo de puesto sin mover un dedo, robándole el mérito a los demás. Se destaca delante de quien le conviene, y es siempre falsa con otros, para luego poder seguir pidiendo favores. Prospera siempre, saliéndose con la suya.
Victoria Sung
El todopoderoso
Creen ser superiores al resto y siempre tener la razón. No existe cosa tal como equivocarse para ellos. Al debatir alzan la voz, hacen gestos y suelen mirar en menos al resto, como si fueran pequeñas hormigas y ellos estuvieran parados sobre un altar dando una cátedra acerca de un tema y tuvieran la verdad absoluta. No aceptan opiniones ajenas ya que piensan que son todos inútiles, retrasados y que sus opiniones no tienen validez. Suelen dar órdenes, y pretenden que el resto, como ganado, sean sus seguidores. Se enojan fácilmente y los pone
de malhumor que el resto no piense como ellos, al enojarse sacan su lado agresivo y critican, lejos de decir las cosas de buena manera, hiriendo al otro.
Sin embargo, no es su culpa tener este comportamiento, ya que están dotados de una inteligencia que a veces les permite pensar más rápido que el resto, y de ahí nace su desprecio. Pero sí deben hacerse responsables del buen uso de su inteligencia, ya que pueden tornarse insoportables para el resto, deben bajarse del altar y sacarse la corona, y entender que son personas como todos, no todopoderosos.
Florencia Zurlini
El eterno resentido
El eterno resentido es un hombre mediocre que sólo se demuestra capaz cuando se trata de expresar rencor. Es una persona cuya vida entera se centra específicamente en odiar. Pero, ¿Dónde canaliza el eterno resentido su rencor? A quién si no a aquellos que viven mejor que él. Simplemente no puede evitar despreciarlos y victimizarse cuando reconoce ser peor. “Es por esos malditos que no pude hacer algo mejor con mi vida” afirma como si ésta ya no pudiera ser modificada. Porque este hombre no sólo no se centra en ser una persona mejor; ni siquiera piensa intentarlo.
El eterno resentido odia a todo aquel que es organizado, a aquel que logra conllevar una vida tranquila y que para algunos exagerados pareciera no tener defectos.
Nunca hay nada que satisfaga a este hombre. No está de acuerdo con ningún tipo de competición, y siempre busca nivelar para abajo. Porque lo único que quiere (y probablemente esto tampoco lo satisfaga por completo) es ver a esos seres que tanto aborrece posicionados por debajo de él. Ésta es su única meta.
Como este odio le impide obrar bien, parece a vivir amargado hasta el fin de sus días. Y es cuando otra persona pretende impedir que esto suceda cuando el resentido se ofende. Mucha gente lo ha intentado ya, y las respuestas que
obtuvieron nunca fueron muy distintas de “Te parecés a uno de ellos. Yo no soy el culpable de ser así”.
Ya nadie conserva la esperanza. El eterno resentido no cambiará jamás.
Tomás Ferro
Rugby Time
“No man, mañana se juega”. Célebre frase de un típico hombre dedicado al rugby. Se hace llamar deportista pero es probable que el rugby sea más que un deporte para él.
Sus días transcurren en el gimnasio y en la enormidad el campo de juego. Los días de juego son sagrados; se deben ingerir proteínas y dormir ocho horas mínimo. Es esencial una buena semana de entrenamiento para concluir con una excelente “performance” en el partido. De no ser así, no solo será juzgado por su “team” y sus entrenadores, sino que también se verá perjudicado en la famosa “previa”.
Sus salidas nocturnas deben contar con la presencia de mujeres. Mujeres que lo elogien. Mujeres que se desvivan por él. Y, por supuesto, ninguna de ellas debe opacar su genialidad.
Su habla suele ser peculiar; parece que estos supuestos deportistas hubieran creado su propio idioma. La palabra “man” se repite incansablemente y es probable que de veinte oraciones emitidas, solo se les entienda una.
Todos deben notar que él está presente, todos deben apreciarlo, todos deben nombrarlo. Su accionar no estaría en lo correcto si de éste no nace un “show”. Un “show” que lo haga lucirse. Un “show” que lo haga ser la estrella. Lo que ellos no saben, es que más que luciéndose, probablemente estén siendo ridículos.
Melina Constanzo
Mujer Araña
Todo hombre conoce una, sin importar que el número de especímenes sea reducido. No es plaga ni mucho menos, pero el alcance de su telaraña es extenso. Con ella logra atrapar cientos de inocentes insectillos que vuelan desapercibidos a su alrededor. ¡Pobres desgraciados! Ni se dieron cuenta y en un instante perdieron su libertad para siempre.
Es que en ello recae su audacia: el disfraz de súper-‐heroína lo lleva puesto a todos lados, no se lo quita ni siquiera para dormir (si es que duerme alguna vez). Disfraz porque poderes sobrenaturales no necesita. Por más aterradoramente increíble que nos resulte, ¿acaso tejer, esperar y morder no es algo “natural” para una de su especie?
Pasa sus días al acecho; vive para saciar su apetito insaciable. Jóvenes, viejos, ingenuos, astutos, inocentes, osados: todos terminan en el mismo lugar, su voluntad reducida al más patético servilismo, todos felizmente idiotizados.
Con algunos se divierte más. Deja que se acerquen hasta que tengan sus colmillos cara a cara. Y allí se quedan, inmóviles por deseo propio. Como el canto de las sirenas, su perversión es adictiva y conduce a un masoquismo agudo. Aún los más avispados llegan a creer en sus posibilidades de supervivencia, por más pequeñas que parezcan. Es inútil. Los usa y, no solo los descarta, se los devora. No hay huecos en su filosofía de viuda negra.
Todos conocen a una. Muchos conocen a la misma, y a veces pareciera que es una sola. Todos se preguntan si en verdad la llena su vida de mujer araña. Nadie quiere saber la respuesta que todos sospechan.
Juan Bautista Sosa