Nuevas perspectivas de investigación
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Nuevas perspectivas de investigación
en Historia Moderna: Economía, Sociedad, Política y Cultura en el Mundo
Hispánico
Mª Ángeles Pérez Samper y José Luis Betrán Moya
(eds.)
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ISBN: 978-84-949424-0-2
© Los autores
© De esta edición: Fundación Española de Historia Moderna, Madrid, 2018.
Editores: Mª Ángeles Pérez Samper y José Luis Betrán Moya.
Colaboradores: Alfonso Calderón Argelich y Francisco Fernández Izquierdo
Fotografía de cubierta: Vista de Barcelona, de Anton van den Wyngaerde (1535).
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En el umbral de la secularización: últimos repertorios
barrocos de imágenes y devociones, 1739-1851
On the threshold of secularization: the latest baroque repertoires of images and devotions, 1739-1851
Cristina Gimeno-Maldonado
Centro de Estudios de la América Colonial
Universitat Autònoma de Barcelona
RESUMEN:
A partir de la bibliografía del carmelita Roque Alberto Faci (1684-1744), del cual destaca su conocida obra Aragón, reino de Cristo y dote de María Santísima, analizamos ocho libros devocionales que compendian cultos de santos, imágenes y santuarios españoles e internacionales, a partir de estudios históricos, cuentos, mitos, leyendas y costumbres populares con tintes prodigiosos. Estas obras, que popularizaron los dogmas cristianos mediante la representación de las virtudes y acontecimientos milagrosos, se enfrentaron a reticencias culturales cada vez mayores en la España del siglo XVIII. El discurso ilustrado empezaba a surgir en el mundo hispano, y con él, el rechazo a la herencia tridentina. Aun así, la producción editorial de este tipo de literatura siguió gozando de gran aceptación, sobre todo mediante obras como las del carmelita Faci, dedicadas al público seglar. Estos libros reflejaban las inquietudes y aspiraciones de la sociedad, sus ideas y creencias, e incluso el estado del catolicismo español del momento en la masa de sus creyentes.
PALABRAS CLAVE:
Religiosidad, Barroco, Literatura, Ilustración, Devociones
ABSTRACT:
Starting from fray Roque Alberto Faci’s (1684-1744) bibliography, which his most memorable is “Aragón, reino de Cristo y dote de María Santísima…...”, we present the analysis of eight devotional books that include a multitude of saints cults, images and hispanic and international shrines from historical studies, stories, myths, legends and popular customs with fantastic features. These works, which were created to popularize the faith through the representation of virtues and miraculous, faced the cultural reticences born in XVIII century in Spain. The Enlightenment voice began to emerge in the hispanic world, and with it, the rejection of the tridentine costums. Even so, the editorial line of this type of literature with great success, especially those readings dedicated to the secular world. From this claim we show a reflection of the concerns and aspirations of society, their ideas, beliefs and the state of catholicism in Spain.
KEYWORDS:
Religiosity, Barroc, Literature, Enlightenment, Devotions
El carmelita Roque Alberto Faci (1684-1757) es el tema de nuestra tesis doctoral1. Pese
a su trascendencia, hasta la fecha no se le ha dedicado un estudio de conjunto que abarque
Este trabajo se ha realizado en el marco del proyecto “La religiosidad femenina en la Cataluña de la Época Moderna”. HAR2014-52434-C5-4-P (Ministerio de Economía y Competitividad). 1 Encontramos divergencias en cuanto a la fecha de su fallecimiento. LATASSA Y ORTÍN, FÉLIX: Biblioteca Nueva de los Escritores Aragoneses, Pamplona, Oficina de Joaquín Domingo, 1802, la fija el 28 de abril de 1774.
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los diversos aspectos de su figura, tanto religiosos como literarios, sin olvidar las influencias
a las que se vio sometido y las repercusiones que ejerció a través de su abundante obra. Su
labor historiográfica y apologética fue inmensa, en parte porque trabajó sobre las dos ramas
del Carmelo histórico: el observante y el descalzo. Recibió el hábito del Carmen de la
Antigua Observancia en el convento de Alcañiz el 23 de marzo de 1698 a los trece años y
profesó en Calatayud en 23 de julio de 1700. Tuvo una destacada carrera intelectual y una
formación en filosofía y teología, disciplinas en las que alcanzó el grado de doctor. Fue
importante su labor como bibliotecario, docente y rector en el Colegio de San José de
Zaragoza, y desarrolló otras ocupaciones como prior en el convento de Alcañiz y
examinador sinodal del Obispado de Albarracín2.
Fue un escritor eminentemente religioso, que compartió protagonismo con muchos
prelados de la época3. De su producción escrita, casi medio centenar de obras impresas,
analizamos ahora el repertorio de libros devocionales que elaboró; en especial, ocho obras
dedicadas al culto de santos, imágenes y santuarios hispanos recopilados por el carmelita y
publicados entre 1739 y 18514. Estos compendios se centran en la descripción de imágenes
y reliquias milagrosas que se ofrecen a partir de explicaciones de carácter histórico, mitos y
costumbres populares. Elementos imprescindibles y demandados que iban intrínsecamente
unidos con todas las festividades y sus correspondientes celebraciones por santos,
advocaciones, representaciones gremiales, fundaciones nuevas de iglesias, conventos y
ermitas o restauraciones de retablos, entre otras5.
Pese a esta rica oferta devocional y afirmando el consumo masivo y su motora y
extensa actividad editorial, encontramos las sensibles críticas que se dieron desde la
naciente Ilustración6. De forma sutil fue instaurándose en España a lo largo del siglo XVIII
el comienzo de una espiritualidad ilustrada mucho más incrédula respecto a las
manifestaciones de la devoción popular. Las críticas de los novatores censuraban las formas
barrocas que Trento estableció e iniciaron una campaña a favor de una religiosidad más
sincera e interior. Personajes como Benito Jerónimo Feijoo (1676-1765) y su “Discurso
sobre las glorias de España”, Pedro Rodríguez de Campomanes (1723-1802), Gaspar
Melchor de Jovellanos (1744-1811), Gregorio Mayans (1699-1781) en su “Orador
Cristiano”, o Antonio de Capmany (1742-1813), entre tantos otros, reflejaron esa antipatía
por el sermón barroco, las supersticiones y las creencias populares7.Estas nuevas corrientes
GÓMEZ URIEL, MIGUEL: Bibliotecas antigua y nueva de escritores aragoneses de Latassa aumentadas y refundidas en forma de diccionario bibliográfico-biográfico, Zaragoza, Calisto Ariño, 1884, p.294, indica el mismo día pero en 1744. Poseemos referencias que señalan que en 1757 estaba vivo. 2GÓMEZ URIEL, MIGUEL:Bibliotecas antigua... op. cit.p.294. 3 En la época y en el marco de la producción católico-literaria predominaron los tratados de teología, los estudios bíblicos, las obras sobre dogmática, moral, catequesis, homilías, teología ascética, así como polémicas en torno a la liturgia. Un reflejo del la historia del libro en la Europa de Moderna, PO-CHIA HSIA, RONNIE: El mundo de la renovación católica, 1540-1770, Akal, Madrid, 2010, pp. 205-215. 4 El lapso cronológico corresponde a la impresión de las obras. 5 Para más ejemplos, NÚÑEZ BELTRÁN, MIGUEL ÁNGEL: La oratoria sagrada de la época del barroco. Doctrina, cultura y actitud ante la vida desde los sermones sevillanos del siglo XVII, Sevilla, Universidad de Sevilla, 2000. 6Pueden tomarse referencias en, BETRÁN MOYA, JOSÉ LUÍS: “El discurso religioso y la imprenta barcelonesa durante el reinado de Felipe V”, en Eliseo Serrano Martín (ed.), Felipe V y su tiempo, Congreso internacional T.I, Zaragoza, IFC, 2004, pp. 627-658. 7Para profundizar sobre la situación de la cultura general, RAAB, FREDERICK H.: “Fin de la era confesional en Europa” en JEDIN, HUBERT (dir.): Manual de historia de la Iglesia VI, Barcelona, Herder, 1978, pp. 221-770.
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en el pensamiento no fueron los únicos peligros con los que se enfrentó la herencia
barroca. La disciplina tridentina fue perdiendo fuerza y el estilo de la contrarreforma
empezó a sufrir un descenso en cuanto al fervor religioso que se tradujo en una falta de
relevancia social8.
Aún con todo, la utilidad de la literatura devocional continuó teniendo un peso
importante en las tradiciones populares9. El compromiso de cofradías, gremios, cabildos y
ciudades empeñadas en exaltar a sus santos como signo de identidad colectiva, así como el
empeño del clero regular en hacer propaganda de los santos de sus familias religiosas,
procuraron su consumo masivo imposible de cuantificar10.Libros, libritos, pliegos, hojas y
estampas, fueron leídos directamente o difundidos de forma indirecta, ya que la
textualización de la imagen inspiró el guión de los sermones que oralmente llegó a un gran
público analfabeto11.
Las corrientes de espiritualidad en las expresiones literarias del siglo XVIII.
En el siglo XVIII lo que hoy puede entenderse como literatura religiosa no está
suficientemente delimitado, ya que lo religioso invadía prácticamente todos los territorios
literarios. Por tanto, el análisis expuesto parte de las diferencias y las reminiscencias que
encontramos respecto a los siglos anteriores. La diferencia más destacable fue el descenso
en la producción de la literatura mística, tan popularizada en los siglos XVI y XVII. La
mística quedó, en muchos aspectos, relegada a la expresión poética de algunas monjas que
dejaron manuscritos poemas y vivencias, siendo, en la mayoría de ocasiones, imitaciones
del los místicos del siglo XVI12. No desapareció, pero su público se redujo a directores
espirituales que la utilizaron como manuales de codificación.
Por lo demás,existía una relativa continuidad inspirada en la herencia tridentina. La
variante la encontramos en su génesis, basada en la recuperación de lo antiguo y el lamento
por el olvido de los buenos tiempos del siglo XVI, convertido ya en el Siglo de Oro. Estos
tópicos nos ayudan para el análisis de la decadencia, a la vez que nos indica hacía donde
8 Un ejemplo de ello es el descenso de familias trabajando para el Santo Oficio y que éstas, en el último siglo de su existencia, procedían de capas sociales muchos más bajas. En las capas sociales más altas también comprobamos este desinterés. La casa de Borbón se mostró progresivamente más beligerantes a favor del regalismo y de la reforma eclesiástica. Felipe V experimentó los momentos más difíciles de las relaciones con Roma hasta llegar a la expulsión del Nuncio y la interrupción de la comunicación con la Santa Sede. Para ampliar, HERA PÉREZ-CUESTA, ALBERTO DE LA: “El regalismo borbónico” en ESCUDERO JOSÉ ANTONIO (dir.): La Iglesia en la historia de España, Madrid, Fundación Rafael del Pino, 2014, pp. 645-659.Entre los estudios que reflejan el marco europeo pude consultarse, JEDIN, HUBERT (dir.): Manual de historia de la Iglesia VI, Barcelona, Herder, 1978. 9 Un visión para la vida cotidiana, LÓPEZ GUADALUPE-MUÑOZ, MIGUEL LUÍS: “Expresiones cotidianas en torno a la religiosidad popular: algunos testimonios literarios del siglo XVIII”, en ARIAS SAAVEDRA, INMACULADA (coord.): Vida cotidiana en la España de la Ilustración, Granada, Universidad de Granada, 2012, pp. 365-396. 10 Existen orientaciones bastante precisas deducidas en la bibliografía de AGUILAR PIÑAL, FRANCISCO: Bibliografía de autores españoles del siglo XVIII, Madrid, CSIC, 2001. También pueden consultarse los diferentes estudios de BLANCO FERNÁNDEZ, CARLOS y su tesis doctoral defendida en la Universitat Autònoma de Barcelona, Divinas palabras en moldes humanos. Libro e impreso religioso en la Cataluña de la Época Moderna (Ss. XVI-XVIII), 2010. 11GARCÍA BERNAL, JAIME: “El templo y el imaginario festivo del barroco: A propósito de la descripción panegírica de Núñez Sotomayor”, Studia Historia. Historia Moderna, 30, 2008, pp. 273-318. 12EGIDO LÓPEZ, TEÓFANES: “Religión”, en Francisco Aguilar Piñal (ed.), Historia literaria de España en el Siglo XVIII, Madrid, Trotta, 1996, pp. 739-814.
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fueron las nuevas tendencias en la reforma del ritual y otros elementos litúrgicos, que
relacionamos directamente con la mentalidad religiosa-cultural del siglo XVIII13.
Aún la confrontación entre los últimos ecos de la religiosidad barroca y la pugna de
sensibilidades en lo espiritual que caracterizó al siglo, cabe decir que la gran masa social del
momento no se vio afectada. La literatura devocional sincronizó perfectamente con gran
parte del vulgo, que como fieles cristianos, y a pesar de las críticas, seguían sus preceptos
como buenos creyentes. Siendo así, esta producción que hibridó las formas barrocas con
las necesidades sociales del momento, se centró en la practicidad, olvidó las formas
rocambolescas personificadas en grandes estandartes, y priorizó la espiritualidad del laico,
sobre todo, la tendencia asociativa popular. Este fenómeno no era nuevo ni diferente, pero
se evidencia mayor protagonismo en el siglo XVIII, haciendo del laico un componente más
activo de la Iglesia en comparación con siglos anteriores. Prueba evidente de la
intensificación de obras dedicadas a la espiritualidad seglar son la obra de Narcís Camps i
Prats y su “Directorio espiritual de la vida humana” (1701); la oratoria de José Ribot en su
“Camino para la perfección cristiana” (1729); y el gran éxito de “La familia regulada” (1715)
del padre Arbiol14.
Estos relatos, que procuraban al laico un soporte moral y un ejemplo que seguir o
imitar, se vieron reforzados con la constante literatura devocional. Que no solo multiplicó
su presencia en número, sino que hubo una masiva concesión de lugares y medios, sobre
todo visuales, para basar los dogmas y las ceremonias. Por ende, el púlpito continuó siendo
el resorte más poderoso como comunicador, formador y dominador, constituyendo el
género como herramienta para el mantenimiento, funcionamiento y conservación del orden
social. Dentro de estas pretensiones, no cabe olvidar los intereses económicos, ya que su
producción suponía ingresos considerables para las corporatividad de las órdenes religiosas,
puesto que la mayor parte de los predicadores profesionales pertenecían al clero regular15.
Por tanto, la producción de obras devocionales, mayoritariamente marianas, que se
adaptó a las necesidades religiosas de las masas por sus características, sencillas y atractivas
mediante cuentos y leyendas, floreció con exuberancia durante todo el siglo XVIII16. Estas
leyendas sagradas de tipo emotivo poseían un fin claro. Como señaló Weber, el papel y
culto de los santos, así como el héroes y dioses, es el de adaptarse a la necesidad de las
masas; pues a ellos se dirige la devoción cotidiana y su atención principal17. Y a pesar de su
uso mediante la comunicación oral, esta literatura se convirtió en propaganda efectivista
destinada a su popularización y a ser vehículo de canalización de la religiosidad popular.
13LÓPEZ-GUADALUPE MUÑOZ, MIGUEL LUÍS: “Expresiones cotidianas”… op. cit. pp. 365-396. 14 El libro apreció en Zaragoza en 1715. A lo largo del siglo XVIII se editó al menos en veinte ocasiones en España. En las Indias hasta se trasladó al género teatral. No cesó de aparecer ni en el siglo XIX. Para más información. ARBIOL, ANTONIO: La familia regulada, estudio preliminar de Roberto Fernández, Zaragoza, IFC, 2000. 15EGIDO LÓPEZ, TEOFANES: “Religión”… pp. 739-814. 16 En general el libro de devoción confirma el instinto teológico popular que rebrotó con vigor en la cuarta década del siglo XVII, asociada a la devoción del sacramento que se realaza para contrarrestar los sacrilegios protestantes en el contexto de la Guerra de los Treinta Años. GARCÍA BERNAL, JAIME: “El templo y el imaginario…”, pp. 273-318. 16 Para un visión de la situación socio-cultural véase, MESTRE SANCHÍS, ANTONIO: “Religión y cultura en el siglo XVIII” en García-Villoslada, Ricardo (dir.): Historia de la Iglesia de España, Madrid, BAC, 1979, pp. 586-613. 17WEBER, MAX: Economía y sociedad, México, Fondo de Cultura Económica, 1974, p. 369.
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Los ejemplares de Roque Alberto Faci.
Abordadas algunas claves sociológicas del siglo, destacamos los ejemplares que nutren
la bibliografía devocional de fray Roque Alberto Faci. Teniendo en cuenta el espíritu
erudito del autor, encontramos el afán de definir con exactitud un compendio de relaciones
de fiestas dedicadas a la consagración de templos mediante argumentos que mantienen al
lector entre la dimensión bíblica y la histórica. Esta superposición de lo histórico y lo
espiritual no ha de extrañar, pues cumplía con la tónica de la tradición existente.
El método que utilizó para recrear este tipo de literatura se sirvió de materiales ya
publicados, o a los menos recogidos por otros escritores. Las fuentes más recurridas fueron
las obras de aragoneses del siglo XVII como las de Fernando Andrés y de Uztarroz,
Vicente Blasco de Lanuza, el padre Valerio Piquer, Fernando Rodríguez, fray Miguel
Navarro y Soria, entre otros. Son nombres que frecuentemente aparecen citados, bien para
exponer un dato o hecho, bien para contrastar información. Es lógico suponer que estas
obras fueron de fácil acceso para el carmelita debido a su labor como bibliotecario.
El uso que hizo de ellas fue mediante la exposición de todas las versiones que encontró
de un determinado hecho, indicando lo que él creyó más exacto o probable. Generalmente
suele no considerar ningún autor como infalible y realizar sus propias deducciones
basándose en los datos e información recopilada. Si es preciso, también aparecen las
críticas de las fuentes escritas ante testimonios arqueológicos que no coinciden con lo
escrito. Frecuentemente se quejó del olvido y descuido de otros autores en la tarea de
conservar datos exactos de las leyendas milagrosas, ya que, deja constancia de la dificultad
de recomponer las historias por determinadas circunstancias, pues denuncia que múltiples
testimonios de apariciones y milagros que se conservaban en los archivos de villas o
parroquias desaparecieron. Es por ello que, en muchos casos se observa pobreza de datos,
sobre todo de datos concretos y fiables. Ante este reto, Faci acudió a la tradición oral
popular considerando insuficiente apoyarse en la tradición escrita, que “para lograr las
noticias con mayor seguridad pensé varios modos. El primero fue, peregrinar por todo el
reino. El segundo fue, valerme de cartas circulares de sujetos de mucha autoridad”18. Llama
la atención la importancia que prestó a las fuentes orales de carácter popular, incluso
concediéndoles más valor en determinados casos que a las fuentes escritas. Por último,
cabe destacar que, tras cumplir los formatos establecidos según lo que se consideraba que
era una praxis correcta para el fiel recreo del suceso, en cada obra existen los regocijos del
autor. Hallamos la libertad que éste poseía en el momento de crear y donde mejor pudo
hacer gala de su erudición. En las secciones más personales del libro, que suelen figurar al
final de cada discurso, se da pie al ornamento, deleite estético que Faci llevó a los extremos
que hoy consideramos barroquizante y empachosos, pero que entonces pudieron cautivar a
un lector aficionado a este tipo de prosa. En este sentido, su función como compilador de
textos da paso a su protagonismo como escritor, equiparándose a los que le precedieron.
Al comprobar el legado del carmelita, en primera instancia cabe señalar como su obra
cumbre el “Aragón, reino de Cristo y dote de María Santísima fundado sobre la columna
18ALBERTO FACI, ROQUE: Aragón, reino de Cristo y dote de María Santísima fundado sobre la columna inmóvil de Nuestra Señora en su ciudad de Zaragoza, Zaragoza, Joseph Fort, 1739, en el prólogo.
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inmóvil de Nuestra Señora en su ciudad de Zaragoza”19 (1739). Esta obra es una trabajada
apología del territorio aragonés que Faci documentó a partir de las descripciones de
múltiples apariciones y sucesos milagrosos fechados entre los siglos XIII y el XVIII.
Reunió 382 imágenes de María Santísima, junto otras de Cristo y múltiples relatos de
misterios. Cada objeto de devoción, ya sea reliquia o imagen, pose su descripción a partir
de explicaciones de carácter histórico, leyendas, mitos, costumbres y demás añadidos que
pudiera rodear el caso. Once años más tarde, en 1750, se publicó “Aragón reino de Cristo y
dote de María Santísima exaltado por la columna inmóvil de Nuestra Señora del Pilar.
Tercera y cuarta parte. Tomo II”20. Figuran 65 imágenes más de la Virgen, algunas
repetidas del tomo anterior, pero con alguna variante en el relato por nuevas referencias
encontradas que Faci consideró necesario actualizar o corregir por creer que tenían algún
valor o interés.
El mismo año de la impresión de la primera edición del primer tomo de “Aragón,
reino…”, encontramos “El cielo debajo tierra, y su puerta patente en el suelo de N. S. de la
Fonclada de la Villa de Gandesa, y N. S. del Portal de la villa de Batéa” (1739)21. De estilo
idéntico que las anteriores, se particulariza porque seguido a todo el relato geográfico y
maravilloso encontramos dos novenas a la Virgen en castellano y los gozos que se han de
cantar en su novena en catalán. Además, en el prólogo, el autor argumenta que ya aparecen
descritas estas imágenes en su “Aragón, reino…”, pero que desea agregarles a cada una de
ellas una novena para su mayor reconocimiento a instancia de Agusti Arrufi, racionero de la
iglesia de la villa de Batea, y mossen Jorge Marti, beneficiado de la villa de Gandesa, ya que
éstos no se contentaron con la breve memoria del “Aragón, reino…”22. Una adaptación
tardía, y que por ello no entraremos en mayor detalle, es “Historia de la imagen de María
Santísima que con título del Portal se venera en la villa de Batea” (1851)23. Su impresión
podríamos relacionarla con motivo de la celebración de alguna festividad. El contenido no
varía en cuanto a material histórico-espiritual, únicamente se diferencia en el suplemento de
gozos y novenas.
Sin abandonar la apología aragonesa encontramos “La perla más bella que apareció y
brilla en los términos de la villa de Épila. En el Reino de Aragón. Historia de Nuestra
Señora de Rodanas, venerada en los términos de la noble y fidelísima villa de Épila”
(1741)24. Apoyado en varias fuentes bibliográficas como las crónicas de Jerónimo Zurita,
Faci nos relata la historia de la localidad desde tiempos romanos hasta la expulsión de los
moros.
19Ibídem. 20ALBERTO FACI, ROQUE: Aragón reino de Cristo y dote de María Santísima exaltado por la columna inmóvil de Nuestra Señora del Pilar. Tercera y cuarta parte. Tomo II, Zaragoza, Francisco Moreno, 1750. 21ALBERTO FACI, ROQUE: El cielo debajo tierra, y su puerta patente en el suelo de N. S. de la Fonclada de la Villa de Gandesa, y N. S. del Portal de la villa de Batéa, Zaragoza, Joseph Fort, 1739. 22 En Aragón, reino… no aparecen indexadas estas imágenes (villas pertenecientes al principado de Cataluña), pero antes de empezar la numeración se hace referencia escasa a estas dos poblaciones. 23ALBERTO FACI, ROQUE: Historia de la imagen de María Santísima que con título del Portal se venera en la villa de Batea, Zaragoza, Roque Gallifa, 1851. 24ALBERTO FACI, ROQUE: La perla más bella que apareció y brilla en los términos de la villa de Épila. En el Reino de Aragón. Historia de Nuestra Señora de Rodanas, venerada en los términos de la noble y fidelísima villa de Épila, Zaragoza, Joseph Fort, 1741.
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“Novena y devoto elogio de Nuestra Señora de Zaragoza la Vieja que ofrece a sus
devotos, y consagra a la misma reina soberana” (1753)25, es otra de sus obras que
consideramos devocionales, pero en base a una novena. Se inicia con la memoria de la
aparición de la imagen y se caracteriza porque remonta las explicaciones históricas hasta los
tiempos de los godos. A la memoria le siguen las correspondientes oraciones que
componen la novena seguida de los gozos y un elogio breve a la imagen y a la Virgen.
“Santuarios singulares de Cristo Nuestro Señor crucificado y de su santísima madre y
nuestra venerados en el antiguo valle de Aran” (1758)26. Como los anteriores, el núcleo de
la obra es la veneración de reliquias e imágenes. Destaca en sus críticas a los sectores
iconoclastas, enfrentándose, sobre todo, a las posiciones que beben del mundo protestante.
La producción, difusión y consumo de estos juicios poseen un significado ideológico. Se
volvió a poner en primero plano a la religiosidad barroca a través de los símbolos.
Estampas, grabados, rosarios y lecturas, evidenciaron la obsesión anti protestante de la
religión hispana tridentina que ya expuso Caro Baroja en “Las formas complejas de la vida
religiosa”27.
Hasta ahora hemos expuesto todas aquellas obras de ámbito aragonés que escribió,
basadas en milagros y favores celestiales de alto prestigio para la devoción popular. Más allá
de su uso práctico, observamos la pretensión de certificar la supremacía católica y
consolidar la imagen providencialista de la monarquía. Dejando de lado su relativo valor
histórico en lo que respecta a los hechos, Faci documentó un estado de cosas, y de ánimo,
en un tiempo de importancia singular para los aragoneses. Cuando escribió estas apologías
aragonesas, Aragón no existía ya como reino ni como entidad política autónoma. El
proceso comenzado por Felipe II (1527-1598) después de la rebelión aragonesas se
consumó con Felipe V al abolir los fueros y asimilar Aragón en las leyes de Castilla28. Junto
a este episodio político, paralelamente se construía la nueva planta del templo dedicado a la
Virgen del Pilar. La eclosión pilarista no puede explicarse solamente a partir de
motivaciones religiosas, y cabe tener en cuenta los condicionamientos socio-políticos29. Es
por ello que no hay que pasar por alto este patriotismo aragonés, así como el símbolo
religioso en el que se manifiesta. Por tanto, cabe poner la impresión de estas obras, sobre
todo los tomos de “Aragón, reino…”, en relación con la defensa de las devociones
marianas y la providencialidad al elegir Aragón y Zaragoza como lugar para la aparición de
la Virgen del Pilar30.
25ALBERTO FACI, ROQUE: Novena y devoto elogio de Nuestra Señora de Zaragoza la Vieja que ofrece a sus devotos, y consagra a la misma reina soberana,Zaragoza, Francisco Thomas Revilla, 1753. 26ALBERTO FACI, ROQUE: Santuarios singulares de Cristo Nuestro Señor crucificado y de su santísima madre y nuestra venerados en el antiguo valle de Aran, Zaragoza, Joseph Fort, 1758. 27CARLO BAROJA, JULIO: Las formas complejas de la vida religiosa. Religión, sociedad y carácter en la España de los Siglos XVI y XVII, Madrid, Akal, 1978. 28 Para ampliar, en referencia con la línea historiográfica más actual, GASCÓN PÉREZ, JESÚS: Alzar banderas contra su Rey: la rebelión aragonesa de 1591 contra Felipe II, Zaragoza, Prensa Universitaria de Zaragoza, 2010. 29 Para una visión sobre la creación del templo del Pilar, su tradición y el contexto socio-político, SERRANO
MARTÍN, ELISEO: El Pilar, la historia y la tradición. La obra erudita de Luis Díez de Aux (1572-ca. 1630), Zaragoza, Editores Mira, 2014. 30 Un análisis sobre la territorialidad sagrada en Zaragoza, TAUSIET, MARÍA: “Zaragoza celeste y subterránea. Geografía mítica de una ciudad (siglos XV-XVIII)”, en DEPECH, FRANÇOIS (coord.): L’imaginaire du territoire en Espagne et au Portugal (XVIe-XVIIe siècles), Madrid, Casa de Velazquez, 2008, pp. 141-170.
En el umbral de la secularización: últimos repertorios barrocos de imágenes y devociones, 1739-1851
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Como último ejemplar encontramos “Carmelo consagrado con santísimas imágenes de
Cristo y de María Santísima que con especial devoción se veneran en varios conventos de la
religión de Nuestra Señora del Carmen Observante y en los de su sagrada reforma,
aumentado con las historias de imágenes de la Santísima Trinidad, de la santa cruz”
(1759)31. En él, con la misma tipología que las anteriores, encontramos un compendio de
imágenes y reliquias que van más allá del territorio aragonés y se relacionan con la Orden
de Carmen. Geográficamente no posee límites, ya que abarca territorios a nivel
internacional. Desde las provincias carmelitas repartidas por toda Europa (Alemania,
Francia, Italia, Polonia, Inglaterra…), haciendo referencia a Tierra Santa, imágenes halladas
en Asia, y sobre todo el continente americano, con preferencia en los territorios hispanos.
La característica que más diferencia a esta obra la encontramos en los relatos, mucho más
breves respecto las demás obras, debido, seguramente, a que las fuentes no eran tan
accesibles. También se presta a una novedad, ya que Faci incorporó algunas relaciones de
personajes excepcionales de la orden como los generales Juan Soreth y Juan Bautista Rossi,
Rubeo para las fuentes españolas, entre otros insignes.
La trayectoria de lo milagroso en la literatura devocional
Presentadas las obras sobre las que hemos trabajado, nos adentrarnos en entender el
éxito y apego a la tradición devocional con sus prioridades y predilecciones. La idea motriz
se basó en el simbolismo clásico que, interpretado por el barroco, con precisión histórica y
un detallismo obsesivo, se convirtieron en textos que motivaron la inspiraciones de muchos
cronistas y relatores de fiestas a la hora de abordar la descripción del templo donde tenían
lugar los actos litúrgicos de las fiestas religiosas32. Esta característica tuvo sus precedentes
en la Contrarreforma, siendo en estilo muy similar a la corriente que iniciaron los jesuitas
con su obra monumental de los Bolandistas, por su estudio detallado de las fuentes y
manuscritos. Pero, referente a la producción de fray Faci, pertenecen a él propiamente
obras de menor calado como el “Jardín de María plantado en el Principado de Cataluña”
(1657) de Narcís Camós, que como dice Faci en el prologo de su “Aragón, reino”, tras la
noticia de la existencia de la obra de Camós, consideró que era necesario que Aragón
tuvieses lo mismo33. Ambas obras se centran en el tratamiento concreto de las imágenes de
la Virgen María, que siempre tuvieron mucho éxito y alcanzaron grandes cotas de
popularidad.
En general, todas las historias y leyendas ofrecen narraciones aparicionistas con
caracteres y rasgos específicos que se repiten, con ligeras variantes, pero con un relato muy
delimitado y concreto. Su estructura expresa una historia y/o creencia que propicia el
acercamiento de todas las capas sociales así como su comprensión.
El esquema que se propone como modelo, que ya hemos ido deduciendo, es aplicable a
la generalidad de estas narraciones y viene dado por la identificación del lugar, su
significado toponímico, la descripción geográfica y las circunstancias históricas concretas de
31ALBERTO FACI, ROQUE: Carmelo consagrado con santísimas imágenes de Cristo y de María Santísima que con especial devoción se veneran en varios conventos de la religión de Nuestra Señora del Carmen Observante y en los de su sagrada reforma, aumentado con las historias de imágenes de la Santísima Trinidad, de la santa cruz, Pamplona, Pascual Ibáñez, 1759. 32 Sobre el simbolismo clásico puede consultarse, ELIADE, MIRCEA: Imágenes y símbolos: Ensayo sobre el simbolismo mágico-religioso, Madrid, Taurus, 1955. 33ALBERTO FACI, ROQUE:Aragón, reino de Cristo…, prólogo.
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cada caso. Le sigue el argumento milagroso donde lo sagrado se manifiesta por la aparición
o hallazgo34. Las causas pueden ser varias: deseo de culto, reaparición en el mundo profano
cristiano tras la etapa de la dominación musulmana, remedio y auxilio del cristiano o deseo
de proteger o privilegiar a la villa o lugar de manifestación, entre otras35. El medio en el que
se producen, generalmente suelen ser dos: el natural (montes, ríos, árboles, peñas…) o en
lugares ruinosos (antiguas villas, castillos, ermitas…). El personaje al que se manifiesta la
Virgen es habitualmente un ser humilde y devoto. Cabe señalar que cuando se produce el
hecho milagroso, los personajes suelen estar realizando actividades y trabajos comunes
(labranza, pastoreo, recolección de hierbas…). Tras la explicación de lo maravilloso, se
manifiesta la incredulidad por parte del resto de la comunidad a la que se le trasmite el
hecho, y solo tras nuevas pruebas milagrosas que el elemento fabuloso realiza, se logra el
convencimiento general. Estos sucesos suelen ser conversiones o curaciones, aunque
también encontramos alguna memoria sobre algún suceso traumático tales como robos o
incendios. Tras la aceptación general, se inicia la puesta del ritual y su culto hasta la
adoración. Se deja constancia de su protagonismo durante las fiestas patronales (cantos,
procesiones y rituales) y en las distintas festividades, así como la particularidad de cada una
de ellas. Un ejemplo de relato:
“Cerca de esta fuente, y casi al lado del mismo peñasco fue la aparición de Nuestra Señora
según la tradición de la villa de Gandesa (…). En este valle tenía al pasto un pastorcito de
Prat del Compte, pueblo distante de este sitio una legua, y en un día (cual fuese, y el año, se
ignora) feliz para él, y los vecinos pueblos, vio no lejos de aquella fuente una imagen de
Nuestra Señora de quien nadie tenia noticia, y sin duda, como otras, allí escondida por los
antiguos católicos en alguna de las persecuciones que padeció España. La tradición afirma
que el pastorcito tuvo alguna señal del cielo, en esta aparición, pero si fue exterior, como se
ve en otras apariciones, o interior, y habla en el de su alma, se ignora. Hallada la santa
imagen, dice al tradición de la villa de Gandesa, que dio noticia de la aparición el pastorcito
a sus amos, naturales de Prat del Compte, llevándole la santa imagen en su zurrón a este
pueblo, pero al querer sacarla del zurrón, se halló sin imagen. Repitió su sencillez la
diligencia de traerla otra vez, pues la volvió a hallar en el sitio primero de la aparición, pero
del mismo modo (…) volvió a su Fon-Calda. Con estas diligencias, desengañados los de
Prat del Compte, divulgaron el favor, y teniendo noticia la villa de Gandesa, acudió al sitio
de la aparición y vio la santa imagen, que había ennoblecido sus testimonios con este favor,
y en procesión solemne y devota, se traslado la santa imagen de la iglesia parroquial
(…).Pero la voluntad de Nuestra Señora era ser venerada en Fon-Calda. Al día siguiente no
se halló la imagen en la parroquia porque había vuelto al sitio de su aparición (…) Edificó
Gandesa por entonces una pequeña capilla (…) en el mismo sitio donde apareció”36
34 Las apariciones milagrosas no son extrañas en los procesos aparicionistas europeos. Existen multitud de referencias similares en espacios sagrados. El proceso esta vinculado con la evolución de santuario y su éxito, por ello es pertinente hacer distinción entre los momentos de la evolución del mito. Para ampliar estos aspectos, TURNER, VICTOR Y EDITH: Image and Pilgrimage in Christian Culture, New York, Columbia University Press, 1978. 35 Otro de los rasgos que se observa es el presente recuerdo del islam que tienen los coetáneos, ya que intentan favorecer todo el legendario mariano de imágenes escondidas y encontradas que legitiman la fe católica en el lugar. 36ALBERTO FACI, ROQUE:El cielo debajo tierra…, op. cit., pp.7-8.
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Estas obras devocionales, en sí, son tratadas con el fin de popularizar mayor fe en los
devotos y fomentar la religión en los seglares mediante la representación de las virtudes y
dar fe a sus devotos. Aunque también se observa cierta crítica hacía las nuevas tendencias
más sencillas en cuanto al atrezo de los templos, característica del neoclasicismo que los
nuevos ilustrados defendían. Además, Faci reconoce en sus textos que desea encender
nuevamente la devoción y la imitación de las virtudes mediante estas imágenes, pues
asegura que instruyen al hombre en la caridad, la gratitud y la virtud.
Con estas características y la abundante información que Faci recogió, este compendio
de obras no carece de interés para un estudio etnológico así como histórico de Aragón. La
conciencia de los símbolos, que se hicieron tangibles y visibles, refleja la cuestión de la
identidad, que dada a su afinidad con lo religioso, en lo que respecta a la estructura, así
como el sentimiento providencialista, proporciona unas creencias de pertenencia de grupo,
así como una identidad de pueblo.
Conclusiones.
Expuesto nuestro estudio y teniendo en cuenta el contexto de la primera mitad del siglo
XVIII, podemos advertir que el aumento del género devocional corresponde a un
fenómeno de puesta al día de devociones populares y prácticas piadosos. Su producción,
difusión, consumo y culto es el aspecto más visible del proceso. Pero estas imágenes y
reliquias, que adquirieron una fuerte carga simbólica, junto con los rituales descritos,
ofrecen dos claves sociológicas. La primera, el interesante fenómeno en el que reliquias e
imágenes vincularon a la población en un espacio cultural común. En sus usos, sobre todo
festivos, supuso la dominación de la vida cotidiana, los sentimientos y las conciencias. En
este sentido, el culto a las reliquias considerado una actividad devocional, paso a ser una
importante y destacada práctica cultural.
En segundo lugar, el consecuente interés por promover tales manifestaciones religiosas
refleja la necesidad de la población de poseer una tierra santificada. En este aspecto se
observa que el valor del conjunto de las reliquias dependía no solo de la tipología, sino que
también de la cantidad. Su groso se hizo discurso ideológico que redimensionado a la
historia, casi siempre local y desde la perspectiva de su origen cristiano, consiguió forjar una
identidad.
Sumado a esta memoria colectiva, también se observa que el eco de estos resortes fue
utilizado de la forma más conveniente. Se adoctrinó la devoción y culto que más interesó
en su momento reforzando la sacralidad de imágenes y reliquias que hubo necesidad de
prestigiar. Por tanto, la propuesta literaria moralizante y didáctica basada en la distracción,
combinó las leyendas con las demostraciones festivas, nuevas o necesarias, como fue el
caso del Pilar.
De carácter biográfico en cuanto al autor, el análisis también nos conduce a diferentes
valoraciones. En primer lugar comprobamos la multitud de fuentes que conoce, así como
la variada biblioteca a la que pudo acceder. Esto nos hace destacar el valor de la biblioteca
del Colegio de San José de Zaragoza, la cual debía disponer de uno de los fondos más
importantes de Aragón en el siglo XVIII. De carácter más personal, encontramos al fraile
aferrado al espíritu contrarreformista y disconforme con las nuevas tendencias ilustradas.
Su labor como escritor comparte la estructura de toda oratoria sagrada del barroco en la
que encontramos todos los tópicos e inducciones al paralelismo, en ocasiones forzoso, con
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las estructuras bíblicas. Pero, a pesar de que se desenvolvió dentro de la medianía de la
pompa barroca y el florilegio de sus recursos retóricos, consciente de la tradición literaria y
su relación festiva, propuso una narración más histórica que panegírica, ya que se observan
los detalles que le diferencian al querer acercar al lector con intención de claridad,
ofreciendo utilidad y entendimiento.