Oposición de Raza y Cultura, Aguirre Beltrán

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28 OBRA POLÉMICA mentan las agencias y organismos indigenistas, las comunida- des son incitadas a invertir sus propios esfuerzos para lograr su propio mejoramiento y su integración a la nación, para que efectivamente se conviertan en partes integrantes de la misma. La política indigenista, cuyos contenidos de propósito son la integración y el mejoramiento, bien podría decirse que cabe dentro de la definición de desarrollo de la comunidad formulada por los expertos de las Naciones Uni das y así sería si además de esos fines se agrega, en lugar preeminente, el de la justicia social que hace de esa política no sólo una formulación técnica sino, esencialmente, una formulación política. De todo lo antes dicho parece desprenderse con claridad me- ridiana que la política indigenista con fines de segregación, ca- racterística de los regímenes coloniales, difiere fundamental- mente de la política indigenista de genio integrativo que tiene sus raíces próximas en el Congreso de Pátzcuaro. Además, que la política indigenista es una política de comprensión nacional, con metas y propósitos nacionales, fundada en los principios básicos de la ciencia antropológica y que habrá de persistir como modo de acción en tanto existan grupos étnicos que no participen plenamente en la vida nacional. El indigenismo no está destinado a procurar la atención y el mejoramiento del indígena como su finalidad última sino como un medio para la consecución de una meta mucho más valiosa: \ ell?gro. la tegración y el. bajo normas ) de JustiCia soc1al, en que el mdw y el no-mdw sean realmente V ciudadanos libres e iguales. II. OPOSICIÓN DE RAZA Y CULTURA EN EL PENSAMIENTO ANTROPOLÓGICO MEXICANO* EL SIGLO decimonono se caracterizó, particularmente, por la. preocupación incansable que puso en definir al hombre de acuer- do con sus rasgos físicos así como en explicar, con base en las diferencias somáticas, la diversidad de la cultura humana. El racismo el darwinismo social, el colonialismo y otras formas de capitalista contribuyeron a elaborar una ideo- logía que sirvió como rationale de la subyugación de grupos étnicos como los indígenas americanos, que habían quedado ' . rezagados en su evolución política. Los pensadores meXIcanos comprometidos en la creación de la idea de nacionalidad usaron el concepto raza de muy variadas maneras; las más de las veces describieron con él a grupos humanos que compartían ciertos rasgos heredados sumamente visibles, como el color de la piel, con características adquiridas, como el lenguaje, la religión, la economía y otras más, a las que asignaron incapacidades es- pecíficas. Los sectores de población que componían el país quedaron de este modo definidos por la naturaleza de su constitución, a la que se le relacionaron disposiciones y cualidades morales, intelectuales y volitivas al parecer innatas. Este traslape de bio- logía y ciencia social tuvo una prolongada sobrevivencia, mas comenzó a acusar la determinación de sus elementos opuestos cuando el positivismo comtiano separó los hechos sociales de los orgánicos e inorgánicos y, con la de sociolog!a, finalmente a postular un nuevo credo nentlflco. A prmopws del presente siglo habían ,quedado establecidas como verdades absolutas dos aserciones, contrarias a las del siglo anterior, a saber: 1) que las diferencias raciales no están significativamente relacionadas con variaciones en inteligencia o con cualesquiera otras capacidades socialmente trascendentes; y 2) que la di- Publicado en Revista Mexicana de Sociología, vol. XXI, 1969. 29

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    mentan las agencias y organismos indigenistas, las comunida-des son incitadas a invertir sus propios esfuerzos para lograr su propio mejoramiento y su integracin a la nacin, para que efectivamente se conviertan en partes integrantes de la misma. La poltica indigenista, cuyos contenidos de propsito son la integracin y el mejoramiento, bien podra decirse que cabe dentro de la definicin de desarrollo de la comunidad formulada por los expertos de las Naciones U ni das y as sera si adems de esos fines se agrega, en lugar preeminente, el de la justicia social que hace de esa poltica no slo una formulacin tcnica sino, esencialmente, una formulacin poltica.

    De todo lo antes dicho parece desprenderse con claridad me-ridiana que la poltica indigenista con fines de segregacin, ca-racterstica de los regmenes coloniales, difiere fundamental-mente de la poltica indigenista de genio integrativo que tiene sus races prximas en el Congreso de Ptzcuaro. Adems, que la poltica indigenista es una poltica de comprensin nacional, con metas y propsitos nacionales, fundada en los principios bsicos de la ciencia antropolgica y que habr de persistir como modo de accin en tanto existan grupos tnicos que no participen plenamente en la vida nacional.

    El indigenismo no est destinado a procurar la atencin y el mejoramiento del indgena como su finalidad ltima sino como un medio para la consecucin de una meta mucho ms valiosa:

    \ ell?gro. la tegracin y el. bajo normas ) de JustiCia soc1al, en que el mdw y el no-mdw sean realmente V ciudadanos libres e iguales.

    II. OPOSICIN DE RAZA Y CULTURA EN EL PENSAMIENTO ANTROPOLGICO MEXICANO*

    EL SIGLO decimonono se caracteriz, particularmente, por la. preocupacin incansable que puso en definir al hombre de acuer-do con sus rasgos fsicos as como en explicar, con base en las diferencias somticas, la diversidad de la cultura humana. El racismo el darwinismo social, el colonialismo y otras formas de capitalista contribuyeron a elaborar una ideo-loga que sirvi como rationale de la subyugacin de grupos tnicos como los indgenas americanos, que haban quedado ' . rezagados en su evolucin poltica. Los pensadores meXIcanos comprometidos en la creacin de la idea de nacionalidad usaron el concepto raza de muy variadas maneras; las ms de las veces describieron con l a grupos humanos que compartan ciertos rasgos heredados sumamente visibles, como el color de la piel, con caractersticas adquiridas, como el lenguaje, la religin, la economa y otras ms, a las que asignaron incapacidades es-pecficas.

    Los sectores de poblacin que componan el pas quedaron de este modo definidos por la naturaleza de su constitucin, a la que se le relacionaron disposiciones y cualidades morales, intelectuales y volitivas al parecer innatas. Este traslape de bio-loga y ciencia social tuvo una prolongada sobrevivencia, mas comenz a acusar la determinacin de sus elementos opuestos cuando el positivismo comtiano separ los hechos sociales de los orgnicos e inorgnicos y, con la de sociolog!a, finalmente a postular un nuevo credo nentlflco. A prmopws del presente siglo haban ,quedado establecidas como verdades absolutas dos aserciones, contrarias a las del siglo anterior, a saber: 1) que las diferencias raciales no estn significativamente relacionadas con variaciones en inteligencia o con cualesquiera otras capacidades socialmente trascendentes; y 2) que la di-

    Publicado en Revista Mexicana de Sociologa, vol. XXI, 1969.

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    versidad de logros entre las razas son resultado del ambiente social_ y no de la herencia, el clima o la topografa.1 gn el credo del pasado tiene sus races el racismo, en el credo del presente la objetividad positiva; entre ambos hay una gama de matices que corren de uno a otro extremo segn el momento en que se encuentra el desarrollo cientfico de cada pas .

    . .. El pensamiento antropolgico mexicano, en trminos gene-' rales, tiene sentada fama de no racista; cuando menos en los

    extremos. La calificacin de infame y mala raza que recibi el y los productos de su generacin con indios y europeos,

    al tiempo de la Colonia, ms se refera -se nos dice- a .la condicin social y a la calidad de la doctrina religiosa que a las

    \caractersticas raciales de las personas. La limpieza de sangre que se exiga a quienes aspiraban a una posicin en el grupo dominante haca. hincapi, ciertamente, en la evidencia de ha-llarse libre de toda mala raza o mcula, pero tambin peda del solicitante que fuese hijo legtimo, nacido de padres honrados, cristianos viejos, sin mezcla de moros, ni judos ni otra secta re pro bada.2

    Humboldt parece resolver el dilema al hacer una obligada dis-tincin entre la metrpoli y sus colonias: "En Espaa es una especie de ttulo de nobleza no descender ni de judos ni de moros; en Amrica la piel, ms o menos blanca, decide el rango que ocupa el hombre en la sociedad." 3 No poda ser de otra manera si la metrpoli colonial deseaba conservar el sis-tema de explotacin que tan laboriosamente ha,ba construido. Es bien sabido que el establecimiento de la dominacin colonial se basa en el funcionamiento de mecanismos dominicales entre los cuales la segregacin racial es uno de los ms substantivos y constantes. La traza de una lnea de color entre la casta do-minante y las castas subordinadas implic, necesariamente, la existencia de una. conciencia racista.

    N o obstante ello, parece tambin incuestionable que esta. conciencia era especialmente vigorosa en cuanto concierne al

    1 Pierre L. van den Berghe. Race and RaciBm. A comparative perspective. John Wiley & Sons, Nueva York (1967): 3.

    2 Gonzalo Aguirre Beltrn. La poblacin negra de Mxico. 1519-181 O. Estudio etnohistrico. Ediciones Fuente Cultural, Mxico (1946): 271.

    3 Alejandro de Humboldt. En.,ayo poltico sobre el reino de Nueva Espaa. Traduccin de Vicente Go11zlez Arnao. 4 vols. Pars (1822): 1.262.

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    negro y sus mezclas y mucho menos sensible en lo que atae al indio y los productos de su \,malgama con el blanco. Entre conquistadores y pobladores hubo quienes casaran ton indias p1'incipales y si no lo hicieron con indias del comn debise a la abyeccin d() su status social y no a la naturaleza de su casta. Los mestizos resultantes de esta mezcla., cuando engendrados en legtimo matrimonio, gozaban de los derechos y prerrogativas de los espa.oles.4

    Esto nos explica. la paradoja que a. cada. paso emerge si se contrastan las ideas polticas y sociales del siglo de la indepen-dencia con los hechos tal y como efectivamente se realizaban. La igualdad de aptitudes para. la vida civilizada y la. creatividad cu'Itural de indios y criollos no s6lo fue aceptada sino que aun se lleg a proponer, desde muy temprana fecha, la desaparicin del trmino raza por concitar opiniones contrarias a la inte-gracin nacional. En 1864, don Francisco Pimentel proclamaba: "Queremos; pues, que el nombre de raza desaparezca. de entre nosotros, no slo de derecho sino de hecho." 5 Empero, todos tambin se niegan a. reconocer al negro iguales capacidades.

    Del mismo Pimentel es el juicio que sigue: "Si acaso es cierto que la' capacidad intelectual del hombre puede medirse por la extensin del ngulo facial( ... ] resulta que el examen hecho de algu.nos crneos mexicanos es favorable a los indios pues tienen un ngulo( ... ] aun de 80. gsta ltima medida. es la que corres-ponde a las cabezas de la raza ms inteligente, la europea: los negros apenas miden cosa de 70." 6 Antes que don Francisco, el padre Clavijero haba escrito: "Puede imaginarse un conjunto ms opuesto a la idea general que tenemos de la belleza y de la perfeccin del cuerpo humano que un hombre ftido, cuya piel es negra como la tinta, la cabeza. cubierta de lana. negra. en lugar de cabellos, los ojos .amarillentos o rojos, los labios gruesos y negruzcos y 'la nariz aplastada?" 7 Mucho tiempo despus, don

    4 Magnus Morner. El mestizaje en la historia de Ibero-Amrica. Instituto Pa-namericano de Geografa e Historia, Mxico (1961): 15.

    5 Francisco Pimentel. Memoria sobre las causas que han originado la stuacin actual de la raza indgena de Mxico y medios de remediarla. Imprenta de An-chade y Escalante; Mxico (1864): 239.

    6 !bid: 212. 7 Francisco Javier Clavijero. Historia antigua de Mxico, 2 vols. Jalapa (1868):

    2.236.

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    Justo Sierra haba de expresar parecida aversin en una frase contundente: "El negro oscurece toda cuestin social." 8

    En lo general, el pensamiento antropolgico en Mxico ha tratado deliberadamente de sumergir ;Ll negro en el subcons-ciente. Cuando los hombres de letras discurren sobre las races de nuestra nacionalidad se refieren nica y exclusivamente al indio y al blanco; ni por un instante pasa por sus mentes la idea de que el negro pudo haber sido una raz robusta del rbol fron-doso. Si se ocupan del mestizaje y proponen la fusin de razas estn pensando una vez ms en el indio y. el blanco; los conser-vadores con el propsito premeditado de blanquear el pas, los liberales tal vez con el mismo fin, aunque no lo manifiestan. Ni unos ni otros discuten la mezcla con el negro, antes bien la rehuyen.

    No es, pues, una ocurrencia fortuita que en Mxico los es-tudios afro-americanos carezcan de simpata. En ninguna uni-versidad o instituto de investigacin es posible localizar una persona, para no hablar de un departamento, que tenga inters en desentraar los antecedentes africanos de nuestra compo-sicin gentica y cultural o que se dedique a recoger las for-mas de vida tnica de los grupos negros que ari conservan su identidad en unas pocas regiones del pas. En 1946 Agui-rre Beltrn concluy una obra que vino a ser la primera parte del estudio etnohistrico de la poblacin negra de Mxico; en 1958 public la parte complementaria de tal estudio, el esbozo etnogrfico del pueblo negro de Cuijlt, contrastando el pasado con el presente. Ambas obras han sido discutidas y sirvieron de inspiracin a un cierto nmero de investigadores en diversos pases latinoamericanos, particularmente en lo que concierne al origen tribal de los esclavos; en Mxico no han merecido igual fortuna ni han podido estimular la continuacin de la pesquisa que an permanece en su condicin de nica y pionera.9

    La paradoja reside en el hecho de que la mala raza, tan re-cusada por el estudioso, no encontr graves obstculos para integrarse en la sociedad nacional apenas sta qued legalmente constituida; no hubo discriminacin en su contra, ni seria in-

    8 Justo Sierra. Obras completas. Revisada y ordenada por Agustn Yiiez. UNAM, Mxico (1948): 9.136.

    9 Gonza.lo Aguirre Belt!'n. Cuijla. Esbozo etnogrfico de un pueblo negro. Fondo de Cultura Econmica, Mxico (1958).

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    terdiccin, para que ocupara una posicin en la estratificacin de clases que vena tomando forma. En cambio el indio, para quien se convino paridad, todava hoy permanece segregado configurando una multiplicidad de minoras tnicas y culturas plurales. Resulta evidente que las expresiones del pensamiento antropolgico y aun la descripcin aparentemente objetiva de la situacin social durante el pasado siglo, no siempre corres-ponda a la realidad y que en muchos casos no fueron sino reifica.ciones en que se apoyaban postulados de accin. En otro lugar hemos discutido con detallado pormenor el contexto de la integracin negra a la. nacionalidad;10 volvamos, pues, al indio.

    La equivalecia de ste y el criollo, por supuesto, no siempre fue plenamente aceptada en teora. El doctor don Jos Mara Luis Mora, quien guardaba por los indios muy poca estimacin, explicaba el estado indeseable de los "cortos y envilecidos res-tus de la antigua poblacin mexicana" por su peculiar consti-tucin biolgica que influye en el color de la piel, en sus fuerzas fsicas, en sus facultades mentales y en las industriales.11 En ella. fund la diversidad de sus aptitudes y facultades; pero de esa diversidad, con muy buen juicio, no desprendi la superio-ridad de una raza sobre la otra porque nunca se haba definido con exactitud qu es lo que debe 'constituir esa superioridad. Mora fue contemporneo de indios ilustres, como Montruia y Rodrguez Puebla, que br11laron intensamente en los aos de la Independencia y en los que inmediatamente despus se le si-guieron; aunque insurgente el uno y conservador el otro, ambos fueron ejemplos vivos de capacidad intelectual. Teniendo tan a la mano la eyidencia, Mora no tuvo menos que afirmar: "Se parte de un principio cierto y se deducen de l consecuencias erraclsimas. El principio es que la diversidad de conformacin funde la diversidad de facultades y esto nadie puede dudarlo. Pero de esta diversidad ele aptitudes se deduce la superioridad de unas razas sobre otras y ste es un error imperdonable. La verdad es que las razas mejoran o empeoran con los siglos,

    10 Gom.a.lo Aguirte Beltrn. "La integracin de la poblacin negra en la so-ciedad nacional". Gonference on Race and 0/au in Latn A rnerica during the National Period, sustentada en Nueva York en diciembre de 1965.

    11 jos Mara Luis Mora. Mxico y 81

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    como los particulares con los aos y que en aqullas y en stos lo puede todo la educacin." 12

    Mora ha sido considerado como precursor de las ideas positi-vas en nuestro pas, no sin cierta razn. La manera como enfoca el problema de las razas, aun cuando en nuestros das no sera cientficamente aceptable, no deja por ello de representar una posicin avanzada. Hay en l manifiesta incertidumbre cuando atribuye a la educacin la posibilidad de modificar patrones de conducta que supone determinados por la raza, lo que les da carcter inmutable. Pero es necesario tener en cuenta que en su tiempo la antropologa an no haba ideado el concepto de cultura ni distingua entre lo correspondiente a la constitucin fsica y lo que perteneca a la estructura social. De cualquier modo don Jos Mara Luis, al rechazar la nocin de una supe-rioridad racial fundada en la diversidad de facultades, sent un precedente que aos despus haban de seguir los positivistas mexicanos de la escuela de Comte. ste, como es bien sabido, con base en las ideas de Blanville, hace originar las diferen-cias raciales de la influencia del medio y de la herencia; pero, adems, acepta y defiende que cada una de las razas, en el curso de su formacin, ha desarrollado distintas facultades del aparato cerebral. As, la raza blanca se distingue por la inteli-gencia especulativa, la amarilla por la actividad y la negra por la afectividad. No se puede, pues, hablar de la superioridad de una raza con relacin a las otras, ya que cada una de ellas se complementa con las dems. 13 El concurso de las tres razas es necesario para que la humanidad alcance el estadio final del progreso.

    La preocupacin por la diversidad racial llev a don Ignacio Ramrez, el Nigromante, a postular pasada la mitad del siglo, la inevitabilidad de la fusin de todas ellas para llegar a la transformacin de la especie humana. "El hombre de los siglos venideros no podr lisonjearse de la unidad de su procedencia, su sangre ser al mismo tiempo africana, tlsquimal, caucsica y azteca." 14 Don Ignacio se introdujo con fervorosa

    n /bid: 1.65. . 13 Roger Bastide. "El positivismo brasileo y la incorporacin del proletariado

    de color a la civilizacin occidental". Revista Mexicana de Sociologa, 8 (1946): 371-388. .

    14 Ignacio Ramtez. Obras, 2 vols, Secretaria de Fomento, Mxico (1889): 1:207.

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    exaltacin en el campo apasionante de la raciologa cientfica de su poca y combati la teora monognica del origen humano sostenida por la iglesia catlica, en gran parte, como afirmacin de su atesmo; pero ello no le hizo propugn.r por un mundo dividido en razas diferentes sino, al contrario, por un comercio entre todas cuyo resultado terminal sera una raza csmica, "no muy diferente Stabb- de la que Vasconcelos describira medio siglo despus" ,15

    La posicin equitativa de los pensadores no evitaba, por su-puesto, la discriminacin en la prctica de las relaciones in-tertnicas. Pimentel nos hace saber que en su siglo los blancos todava despreciaban a los indios y que haba personas que, para exagerar lo malo de un sucedido, decan: "eso es indigno del hombre de cara blanca." 16 La discriminacin en algunos ca-sos lleg a institucionalizarse, especialmente en los estados con abundante poblacin india, donde se dispusieron penas diferen-ciales para naturales y gente de razn. Estas preconcepciones alcanzaron una mayor intensidad a medida que se someta ms y ms al indio a la servidumbre del peonaje y se elaboraban cionalizaciones destinadas a justificar ante propios y extraos la situacin de miseria y degradacin moral del pas.

    En este punto estaban las cosas cuando el conde Arthur de Gobineau public sus meditaciones sobre la naturaleza del hom-bre en los cuatro volmenes del Ensayo sobre la desigualdad de las razas humanas; obra que constituy, sin lugar a dudas, la manifestacin mejor articulada del racismo europeo.17 Sobre Gobineau se ha discutido mucho y an se. sigue discutiendo, lo que da una medida de la vitalidad de sus ideas. Como represen-tante de la nobleza gala propal la superioridad de la raza aria sobre las otras y legitim con ello la dominacin de Ios nobles so-bre los plebeyos, que las ideas difundidas por la Revolucin Francesa cuestionaban.

    Para l, la desigualdad de .las razas explica el distinto de-sarrollo histrico de los 'pueblos; las razas superiores impulsan el progreso, las inferiores la india americana- estn

    15 Martn S. Stabb, "Indigenism and Racism in Mexican Thought". J ournal of In ter-A merican Studies, 1 (1959): 405-423.

    16 Pimentel: 203. 17 Nicols F. Timasheff. La teora socio/6gica. Su naturaleza y desarrollo. FCE,

    Mxico (1968).

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    social y culturalrnente limitadas por la herencia y destinadas a obedecer a sus conquistadores. Cuando stos se mezclan con los conquistados las sociedades degeneran, porque la sangre no puede conservar sus ,cualidades originales y la civilizacin decae. La unidad de accin y de ideas no es, entonces, posible y los conflictos y las revoluciones se multiplican hasta dar al traste con los pueblos mezclados, corno lo demuestra el caso de los pases mestizo-americanos. La retrogresin de estas naciones se corresponde exactamente con la cantidad y calidad de la adulteracin de su sangre debida a la mezcla.

    La teora de Gohineau, por supuesto, cientficamente es in-sostenible; las capacidades del hombre no estn determinadas pniponderantemente por la raza, ni mezcla racial tiene nada que ver con el florecimiento de las culturas; mas por el tiempo en que la proclam la antropologa y la sociologa, todava en su tjerna minora de edad, desconocan estos hechos. Muchos pensadores se sintieron atrados por la fascinante teora y mu-chos ms validaron con ella la expansin colonial de los pases europeos.

    Durante el siglo decimonono Mxico experiment un proceso de desarrollo secundario; todas sus ideas provenan de fuera, en gran parte elahorp.das en Francia. El impacto de las propala-das por Gobineau y sus numerosos seguidores sacudieron la conciencia del pas que vio de pronto a sus indios catalogados como raza inferior y a sus mestizos acusados de ser origen y prueba de su degradacin. Por otra parte, la pronta fama que alcanzaron los primeros principios de Spencer y su darwinisrno social se ganaron adictos entre los positivistas ms conservado-res que, como Justo Sierra, se afiliaron al organicismo ingls y a la teora de la seleccin y de la supervivencia del ms apto en materia social. 18

    El racismo y el darwinismo social, sin embargo, no fueron adoptados con su contenido original al ser trasvasados a la cir-cunstancia mexicana; sufrieron modificaciones y retorcimientos tan inesperados que vinieron a quedar volteados al revs. El mestizo, tan abominado por los pensadores europeos, en manos de los mexicanos se convirti en la raza superior. Este proceso,

    16 Leopoldo Zea. El Positivismo en Mxico. Nacimiento, apogeo y decadencia. FCE, Mxico (1968): 407-421; captulo sobre "Justo Sierra: Teora sobre el progreso Inexicano',..

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    que tiene sus primeras manifestaciones en la raciologa de el Nigromante, segn ya fue advertido, viene a tomar una figuracin definida con don Justo, adquiere valor con Molina Enrquez y alcanza su apogeo en el mito vasconcelia,no de la ' . raza cosm1ca.

    El drama de la intervencin extranjera haba concluido con el trgico fin de sus actores y, un irtdio, Jurez, se hallaba al frente de los destinos del pas ocupando el ms alto sitial del gobierno republicano; otros indios y muchos mestizos ms, entre los cua-les figuraba Porfirio Daz, el futuro dictador, sobresalan en las artes, la cienda, las letras y la milicia. Difcilmente el racismo y el darwinismo social podan tener en Mxico las tonalida-des y propsi_tos europeos. Don Justo, en un clebre ensayo en que interpreta el desarrollo histrico del pas, estratifica a la poblacin en tres grupos raciales: los indios, los criollos y los mestizos. Sita a los primeros en el escao inferior; son los menos aptos como lo demuestra el hecho de haber sido vencidos por los criollos en la lucha por la tierra, que era la lucha por la vida. Pero se cuida "bien de asignar al indio incapacidades con-naturales; la razn de su decadencia para l es un "problema de nutricin y educacin" cuyo desenlace poda convertirlo en factor de progreso al transformarse "en nosotros, en los mesti-zos" .19

    Los criollos, descendientes de los conquistadores espaoles, al emerger corno grupo dominante con la Guerra de Indepen-dencia, afiliaron sus Intereses y sus lealtades en las filas del retroceso y vincularon su destino con el clero "que se obsti-naba en impedir la constitucin de nuestra na.cionalidad sobre la hase de las ideas nuevas, hoy comunes a la sociedad civili-zada". Los ms de ellos terminaron por meterse en la aventura de la intervencin postulando "la incapacidad radical del pue-blo mexicano para gobernarse a s mismo" y, al ser vencidos en la lucha poi' el progreso, af:abaron por formar "una pseudo-aristocracia sin .races en el pasado, sin tradicin, sin historia, sin sangre, sin porvenir" .20 Parece innecesario decir que Sierra ubica a este grupo I'acial en un escao inmediatamente arriba del indio; pero no en el ms alto. ste, sorpresivarnente, lo reserva para el mestizo, la raza. bastarda.

    19 !bid: 409. 20 !bid: 412.

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    Para poder situarlo en tan elevada alcurnia, don Justo tuvo necesidad de refutar la creencia generalizada en el mundo le-trado de que la mezcla de europeos con razas inferiores daba "origen a poblaciones bastardas, sin porvenir y completamente incapaces de contribuir con el ms dbil contingente al progreso de la civilizacin", segn lo expres Gustavo Le Bon.21 Sierra inici la defensa con estas palabras:

    Mucho s ha dicho en pro y en contra de las familias mezcladas o mestizas. Ha tiempo .que los sabios extranjeros nos han acos-tumbrado a declaraciones dogmticas respecto de los antecedentes y consecuentes de nuestro estado poltico y social, y esas senten-cias son por tal modo desconsoladoras, que si ellas fueran siones realmente cientficas, desesperaramos de nosotros mismos; las energas para el bien que nosotros sentimos nos pareceran ficticias. . . apoyndonos en el mismo mtodo que pretenden se-guir los condenadores infalibles de nuestro porvenir, protestamos contra sus inducciones, que no son cientficas porque dimanan de observaciones deficientes de los

    Don Justo contina: "lejos de ser la raza mestiza una raza sin energas, incapaz de cooperar al progreso de la sodedd a la cual pertenece, es todo lo contrario":

    la Independencia y la Reforma no son ms que actos de inmensa energa de la raza bastarda de Mxico. . . La familia mestiza, macla a absorber en su seno los elementos que la engendraron, a pesar de errores y vicios que su juventud y su falta de educacin explican de sobra, ha constituido el factor dinmico en nuestra historia: ella, revolucionando unas veces y organizando otras, ha movido o comenzado a mover las riquezas estancadas en nuestro

    La inteligencia de Sierra lo salv de caer en la trampa de un darwinismo social ortodoxo; la defensa y elevacin de la raza bastarda fue en su tiempo -1890- un acto de valor intelectual que hoy apenas podemos comprender en su exacto valor.

    En conocido estudio sobre el pensamiento positivo, Leopoldo /bid: 410.

    Stabb. op. cit. 23 Zea: 414.

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    Zea hace notar el dominio que logr adquirir la escuela espence riana sobre la comtiana al consolidarse la dictadura porfirista; a tal punto lleg ese imperio que el darwinismo social pudo es-tablecerse como la filosofa de la clase dominante.24 Justo Sierra llam a Spencer "el ms insigne pensador de nuestra poca", pero se. apart de sus premisas ideolgicas cuando no enca-jaron en la circunstancia mexicna y, entonces, pa.saba "con armas y todo a la doctrit de Comte" .25 Hubo, sin embargo; un terrible polemista, Francisco Bulnes, que permaneci fiel al grupo oligrquico en sus consecuencias trascendentes. Si-guiendo a Feuerbach y a otros tratadistas que pusieron gran nfasis en los factores nutricionales como determinantes de la diversidad racial y sostuvieron que el genio de los pueblos de-pende de la clase de su alimentacin -ist was er isst, el hombre es lo que come-,26 Bulnes levant una teora ad hoc para de-mostrar la superioridad del blanco sobre el indio y el asitico, con base en la dieta bsica que consuman. .

    La tesis tuvo una enorme resonancia durante el porfiriato y alcanz a orse dcadas despus de su debacle; fue dada a conocer a la vuelta del siglo y propona una ingeniosa estratifi-cacin que colocaba a la razadel trigo en la posicin superior. Las grandes culturas de la antigedad, arga don Francisco; se erigieron sin excepcin sobre los campos de trigo. En el casillero inmediatamente inferior situaba a los indios, la raza del mz, que fundara. en Amrica dos imperios en apariencia poderosos, el azteca y el inca, "pero dbiles al grado de caer para siempre vencidos, por insignificantes gavillas de bandoleros espaoles". En la posicin ms baja ubica a la raza del arroz, que expresa la debilidad suprema; raza que estableci "dos tenebrosos impe-rios, animalizados por su espritu conservador, como por un ins-tinto de tortuga inmvil, en el fondo de los fangos de sombras ignorancias. Estos dos imperios fueron la India de los brahamas y China" .27

    En nuestros das Josu de Castro, en su clebre Geografa 24 !bid: 418. 2 s Stabb. dp, cit.

    Revista Positiva. Tipografa Econmica, Mxico, 10 (1910): 176. 27 Francisco Bulnes. El porvenir de las naciones latinoamericanas ante las

    recientes conquistas de Europa y Norteamrica. El pensamiento vivo de Amrica. Mxico (s.f.): 11. La primera edicin es de 1899.

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    da Fome, ha vuelto a resucitar la teora de la nutricin para explicar la fertilidad diferencial de los pueblos desarrollados y los subdesenvolvidos; al igual que Bulnes ha tenido un enorme xito al propalar un credo en el que los hechos sociales y los fenmenos biolgicos se traslapan incorregiblemente, pero, a diferencia del mexicano, extrae de sus premisas consecuencias revolucionarias. Bulnes, a decir verdad, propuso su raciologa alimentaria con el intencionado propsito de hacerle ambiente favorable a la colonizacin europea que los cientficos porfi-ristas desesperadamente trataban de atrar, para transformar -transformar fue el trmino que los pensadores decimononos utilizaron para connotar lo que hoy da es costumbre nar cambio sociocultural-----, a Mxico en una nacin prspera y civilizada. El haber signado el escao bajo a la raza del arroz llevaba por finalidad desacreditar la corriente migratoria china que pa.ra la ltima dcada del siglo amenazaba con desbordarse.

    El darwin.ismo social no slo se granje la voluntad de los positivistas espencerianos; hizo tambin chuza entre los com-tianos. En los Anales de la Asociacin Metodfila fundada por Gabino Barreda, maestro epnimo, se public un ensayo, fir-mado por Manuel Ramos e intitulado Estudio de las relaciones entre la sociologa y la biologa, que Zea comenta crticamente. Para Ramos las ciencias sociales tienen aplicacin en la reso-lucin de los problemas que aquejan a las naciones y las leyes biolgicas, que son vlidas para todo hombre, deben ser to-madas en cuenta para gobernar. U na de stas es la ley de la supervivencia del ms apto.

    Cada individuo -dice textualmente- sucumbe porque no puede resistir a las numerosas causas de destruccin que todos cono,ce mos; pero la resistencia vara mucho en los individuos, segn sea. su constitucin su carcter su posicin social, etc.; si se supl'itne una

    o varias de causas de' destruccin, el nmero de los dbiles au-mentar dejando una posteridad dbil como ellos, al mismo tiempo que, la intensidad de las causas de destruccin que han subsistido, el resultado ser que la raza ser ms numerosa pero ms dbil. 16

    Anales de la Asociacin Metodjila Gabino Barreda .. Imprenta del Comerclo de Dubln y Chvez (1877). Citado por Zea (1943): 180.

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    mitivo, obra de su maestro Franz Boas, y al hacerlo confirm una posicin que claramente haba manifestado en sus prime-ros escritos de 1907. Coincidiendo en todo con Meza, dijo: "no existe la pretendida inferioridad innata que se atribuye a algu-nos [ ... ] grupos en relacin con otros, sino que es producida por [ ... ] causas de educacin y medio." 33 El mismo Gamio, en 1935, volvi a insistir en el asunto: "Unimos sin reserva nues-tra opinin [ ... ] a la de los ms ilustres pensadores contem-porneos que creen que, desde los puntos de vista psicolgico, antropolgico, etc., no existen diferencias fundamentales entre las razas o grupos tnicos que constituyen la humanidad, siendo slo motivos circunstanciales de educacin y medio los que pro-ducen sus distintas situaciones de economa, poder material, cultura, etctera. "34

    La continuidad del pensamiento positivo, en lo que atae a la oposicin entre raza y cultura, tal y como se desprende de la exposicin que de ella hacen los estudiosos arriba mencionados, no puede ser ms evidente. La afinidad no slo se encuentra en los conceptos, sino que aun se extiende al uso de vocablos similares. Pero tal vez ms importante que la continuidad del pensamiento es la permanencia de la: contradiccin, ostensible ya para el ltimo tercio del siglo anterior, entre los positivis-tas espencerianos que se afiliaron al racismo o al darwinismo social y quienes los impugnaban, en su mayora comtia.nos or-todoxos, con base en la interpretacin cultural del hombre. Al persistir la opugnacin durante los inicios y el curso ulteriot de la Revolucin de 1910, la contradiccin de posiciones tom un vigor mayor, un ritmo ms rpido y, a ratos, una violencia inusitada, para terminar conjugando los elementos opuestos en la sntesis racial y cultutal simbolizada por el mestizo.

    Ricardo Garca Granados representa tal vez el mejor mo-mento de la posicin cultural positivista. Provisto de una vasta informacin sobre el pensamiento social de su poca, en 1910 public en la Revista Positiva, captulo a captulo, un notable ensayo, El concepto cientfico de la historia; en l dedic el ter-cero al anlisis de la raza como factor histrico.35 Toma la obra

    33 Manuel Ga.mio. Forjando Patria. Porra, Mxico (1916): 38. 34 Manuel Ga.mio. Hacia un Mxico nuevo. Mxico (1935): 25. M Garca Granados. o p. cit.: 77.

    OPOSICIN DE RAZA Y CULTURA EN EL PENSAMIENTO ANTROPOLGICO 43

    de Gobineau como punto de partida para exponer su posicin y apoyndose en Finot la califica como una cruel condenacin de las razas llamadas inferiores, en donde los campeones de la opresin y de la persecucin de los dbiles han encontrado siempre argumentos.

    Para comprender lo insostenible de la teora de Gobineau, dice don Ricardo, basta apenas darse cuenta de la imposibilidad de que existan, o hayan existido en pocas histricas, razas puras. Hace ms de cien mil aos Europa ha estado habitada y las leyes que dan cierta luz en cuanto a los acontecimientos remotos informan que las razas estn destinadas a mezclarse constantemente, so pena de perecer. La degeneracin y lenta extincin de las aristocracias que se substraen al proceso de amalgamacin es un ejemplo que viene al caso. No obstante ello, argumenta, adems de los que creen en las razas puras y en la superioridad de unas respecto a otras, hay quienes sostienen que la mezcla de dos razas dismiles da resultados desfavorables. Una investigacin imparcial, sin embargo, revela que mestizos y mulatos tienen una gran vitalidad y que su fecundidad est fuera de toda duda.

    La perversidad de carcter, sigue diciendo, entre los hombres de raza mezclada tiene causas sociales y no antropolgicas, esto es, biolgicas. Los instintos ms bajos de la naturaleza humana, la hipocresa, la codicia, la falsedad y el odio a las instituciones polticas y sociales se presentan de preferencia en los donde la preocupacin del pueblo dominador hacia los domina-dos es ms intensa y en donde se les excluye con ms rigor de los crculos y empleos superiores, como en los Estados Unidos de Amrica y la India bajo los ingleses. En los pases latinoa-mericanos, concluye, en donde por lo general no se hacen dis-tinciones de raza, en mestizos y mulatos no puede descubrirse ms inferioridad que la que trae consigo la falta de educacin.

    En cuanto al producto de la mezcla de la raza india y la blanca en Mxico el resultado es favorable. Los profesores en nuestras escuelas estn de acuerdo en que no hay diferencia intelctual entre sus discpulos, segn su raza, y todos sabemos que un gran nmero de nuestros hombres ms notables han sido de raza indgena o mestiza. Termina Garca Granados su razonamiento afirmando textualmente:

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    En vista de los hechos referidos podemos asegurar que todas las razas tienen la aptitud a elevarse al grado ms alto de civilizacin, siempre que las circunstancias y las condiciones sociales favorezcan la evolucin progresiva. Sin embargo, hay que advertir que durante el proceso de amalgamacin de varias razas, cuando el pueblo no ha adquirido la conciencia de formar ur. conjunto orgnico, las instituciones polticas y sociales son por lo general defectuosas y los trastornos frecuentes; pero una vez que se han unificado los ideales y aspiraciones y una vez que con la homogeneidad tnica nace el espritu de solidaridad, se constituye una nacin con todas sus cualidades de fuerza, individualidad e iniciativa. 36

    Don Ricardo lleg finalmente al punto que deseaba alcanzar: la necesidad del mestizaje para el logro de la homogeneidad tnica requerida para la formacin de la nacionalidad. Frederick Starr, antroplogo de la Universidad de Chicago, que recorri el pas por la ltima dcada del siglo pasado y primera del pre-sente, el ao de 1908 calcul en un tercio su poblacin india, en algunas partes tan india que "casi parece como si la sangre blanca, que alguna vez existi, se hubiese desvanecido" .37 Este hecho, en toda su desnuda realidad, constitua la preocupacin mayor del pensamiento antropolgico. Ga.rnio, a.l fijar las condi-ciones eficientes para la. consecucin de una nacionalidad defi-nida, nombr en primer trmino la unidad tnica de la mayora de la. poblacin, esto es, la. necesidad de que los habitantes de la. patria pertenecieran a. la misma raza o, cuando menos, a. tipos tnicos muy cercanos entre s.38

    En Mxico esto slo poda obtenerlo un proceso gradual e irreversible de mestizaje, porque tanto la. unin de blancos e indios cuanto la. de mestizos con cualesquiera de los otros gru-pos engendran productos mestizos; de ah el desvelo de los es-tudiosos por defender o exaltar el mestizaje. En est sentido los pensadores mexicanos se apartaron grandemente de la con-ducta. que siguieron los pensadores europeos; stos ponan la fuerza. unificadora en una supuesta unidad racial obtenida a base del logro de un linaje puro, sin mezcla o mcula.39 La

    36 /bid: 79. 37 Frederick Starr. In Indan Mexco. A Narrative of Travel and Labor. Forbes

    & Co., Chicago (1908): 396. 38 Garro {191'6): 10. . 39 Frederick C. Turner. The Dynamic of Mexcan Nationalam. The University

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    innovacin mexicana resida precisamente en la bsqueda con-traria; la lnica unicidad que le era psible, la unicidad en la mezcla. El orgullo nacional en la fusin racial surgi por eso tan vigoroso que la. Revolucin de 1910 hizo de ella uno de sus postulados reivindicatorios y de la incorporacin del indio a. la nacionalidad uno de sus propsitos ms eminentes.

    Pero es forzoso que hagamos una distincin. Mientras Garca Granados y Manuel Gamio contradijeron el racismo europeo negando a todas las razas, incluso ala mestiza, superioridad de clase alguna y a la unidad en la raza pura opusieron la unidad en la multicidad de la fusin tnica, otros pensadores siguieron un camino distinto para alcanzar el mismo objetivo. Andrs Malina Enrquez y Jos Vasconcelos, uno en 1909, otro en 1925, en lugar de ocuparse en negar la superioridad de una raza res-pecto de las otras, simplemente colocaron esa superioridad en el mestizo con el mismo derecho que llev a los racistas europeos a ubicarla, en el blanco, esto es, tergiversando la. sindresis del razonamiento cientfico!0

    Al calificar la posicin poltica de una persona es frecuente que la. ubiquemos en el caslllero de los conservadores o los revolucionarios sin considerar en su totalidad el contexto de sus ideas. En Mxico muchos positivistas se llamaron a s mismos liberales e hicieron gala de un anticlericalismo furibundo y una jenofobia que les llev a manifestar una aversin honda por los esta.dunidenses, Ante los ojos del pblico esto les hace aparecer como rnateriallstas y antimperialistas al modo marxista; nada ms errneo: los positivistas mexicanos al igual que sus colegas europeos, como bien lo ha. demostrado Leopoldo Zea, eran pro-fundamente conservadores. Malina. Enrquez fue uno de esos conservadores que en el panten de nuestros hroes aparece, primero corno precursor y luego corno revolucionario. Jos Vas-concelos, por equvocos semejantes entre los cuales el mayor fue el haber servido una secretara de Estado en un rgimen revolucionario, ha sido tambin generalmente calificado corno progresista no habindolo sido; de ah que sus actos posteriores, of North Carolina Press, Chapel Hill (1968): 74.

    40 Andrs Molina Enrquez. Los ,qrandes problemas nacionales. Imprenta de A. Carranza e hijos, Mxico (1909). Jos Vasconcelos. La raza csmica. Misin de la raza iberoarnercana. Mxico (1925).

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    consecuentemente, se tomen como desviaciones de una ideologa que nunca sustent.

    Viene esto al caso porque ambos pensadores, ostensible o en-cubiertamente, se afiliaron a la esencia misma del darwinismo social no obstante que el filsofo oa.xaqueo constantemente combati esta doctrina cuando en otros se expresaba. Para don Andrs las razas humanas, en el curso de su formacin, van paso a paso mejorando en la eficacia de su accin y de su resistencia de tal modo que aquellos que alcanzan un grado ms adelan-tado en su desenvolvimiento adquieren evidente superioridad. El proceso est. determinado por dos fuerzas de signo opuesto o cuando menos, independientes en su operacin: la evolucin y la seleccin. Las razas blancas se pueden considerar superiores a las indgenas por la mayor eficacia de su accin, resultado lgico de su ms adelantada evolucin; en cambio, las razas indgenas pueden considerarse superiores a las blancas por la mayor eficacia de su resistencia, consecuencia lgica de su ms adelantada seleccin. Entre las energas de accin y resistencia hay un equilibrio que al fin y al cabo se rompe en favor de la ltima. La acci6n se cansa ms pronto que la resistencia. La raza espaola en Amrica agot sus energas como lo demuestra la debilidad de Espaa misma y la de los criollos en los pases latinoamericanos. La energa de resistencia se siente "palpitar'' en los indios pero se manifiesta en el creciente desarrollo del mestizo. 41

    Por este camino Malina Enrquez llega a afirmar que el mes-tizo, indudablemente, es el elemento ms fuerte

    puesto que en una larga carrera que ha durado ms de tres si-glos, a travs de inmensas dificultades y en lucha con los dems elementos blanco y el indio- ha llegado a Pfeponderar. Su fuerza le viene de su sangre indgena, y como est en contacto ntimo y en constante cruzamiento con el elemento indgena que es todava numeroso, puede renovar y renueva de un modo incesante sus energas. 42

    La historia colonial fue una lucha continuada entre los dos elementos raciales primitivos articulados en el pas, cada uno ja-

    41 Molina. Enrquez {1909): 257. 42 /bid; 271.

    OPOSICIN DE RAZA Y CULTURA EN EL PENSAMIENTO ANTROPOLGICO 47

    laudo en la direccin opuesta de sus respectivas culturas, arras-trando al mestizo en un sentido o en otro. En el juego de las opuestas fuerzas los elementos originales pierden sus energas y el mestizo, finalmente, impone la fuerza de la accin y la re-sistencia que respectivamente hered de blancos e indios. Esto viene a suceder en 1854, cuando Juan lvarez, con su Plan de Ayutla, hizo ingresar al mestizo en la historia de Mxico como la raza dominante en nmero y potencia.43

    Cuando a la sangre espaola e india se mezcla la sangre ne-gra la consecuencia es un mestizo de tipo especial, al parecer no muy del agrado de don Andrs. Los blancos, nos dice, repug-nan mucho la sangre negra y aunque los indios, por afinidades atvicas, la repugnan menos, la amalgama con el africano no llega a generar un ser definitivo sino uno "antropolgicamente oscilante"; el producto fsica y moralmente es confuso, da saltos inesperados de una sangre a otra y hace muy difcil su asi-milacin. El triple mestizaje es particularmente notable en el estado de Morelos de origen del movimiento agrario que encabez Zapata muy pocos aos despus de que esto se escribiera-'-; pero no es raro en las dems regiones del pas, incluso en la capital.u

    Las resistencias ala unificacin del tipo morfolgico, sin em-bargo, parten de todos los elementos y de todos los grupos; no slo del negro. La cuestin es importante porque el tipo morfolgico es una de las causas que ms obran para mantener las diferencias que separan a los grupos sociales, dada su gran visibilidad. Desafortunadamente, su modificacin tiene que ser ms obra de la naturaleza que de los propsitos humanos; lo nico que podemos hacer es dejar en libertad las fuerzas que conducen al mestizaje: "bastar. que el elemento mestizo predo-mine como grupo poltico y como grupo social y con que eleve su nmero hasta anegar a los otros." 45 La predominancia del mestizo permitir, como resultado trascendente, la constitucin de una naci6n y como resultante la consolidacin de la idea de patriotismo.

    Aunque Vasconcelos representa en Mxico la reaccin intui-43 Andrs Molina Enrquez. La revolucin agraria de Mxico, Libro primero.

    Museo Nacional de Arqueologa, Mxico (1932): 125. H /bid; 122. '"Molina Emquez {1909): 317.

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    48 OBRA POLMICA

    tiva contra el materialismo positivo y no pierde ocasin para lanzar ros de injuria e invectiva contra los cientficos del porfi-riato, toda la argumenta,cin en que funda su evangelio mestizo est basada en el positivismo de Comte o en el de Spencer. La filosofa biolgica que proclama no deja de ser darwinismo puro por el simple hecho de que le llame mendelismo y le asigne finalidades que no son dominicales. Don Jos afirma:

    Uno de los primeros pasos hacia nuestra regeneracin por los que he abogado en Mxico, es el abandono de esta crega creen-cia en ciertas dedJ.Icciones precipitadas del darwinismo Y su subs-titucin por el mendelismo en nuestra ,filo?ofa bi?lgica, ya. que nosotros podemos en

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    se volvern universales. Pero si aun esto no fuese verdadero, en Mxico donde el mestizo predomina tan abundantemente, nada hay podamos hacer excepto ir adelante con la situacin que la naturaleza nos depar y proseguir que requiere nuestro propio problema y nuestra propia rms10n. Cada pais construye teoras para su hazaas desarrollemos en MeXIco nuestras propias teona.s. Yo he a predicar -proclama Vasconcelos- el evangelio del mestizo tratando de imprimir en las mentes de la nueva raza la conciencia de su misin como edificadora de conceptos sobre la vida enteramente nuevos. Pero si la raza mezclada va a ser capaz de hacer a.lgo es necesario primero darle fortaleza moral

    r d t "51 y :..e en su propia es reza. . Parece innecesario decir que ningn antroplogo meXIcano

    subscribira hoy da la filosofa biolgica de Va.sconcelos, no porque sea esencialmente falsa sino porque se apoya. en ciones de causa a. efecto entre raza y cultura, que no han sido demostradas con ello e modo alguno se quiere decir que esas relaciones n existan si.mplemente que su verificacin no ha

    ' 1 - 1 sido probada. Cua.lquiera. que sea. la validez de la teona cosmica de Vasconcelos, lo cierto es que con l culmina una tendencia de pensamiento antropolgico mexicano que puso en muy alta es-tima al mestizo, tanto por el camino de la raza cuanto por el de la cultura. Al trastocar los valores asignados al hombre de mez-cla por la civilizacin occidental y al poner en la raza bastarda el orgullo nacional, esa tendencia difundi por toda Amrica una nueva ideologa, la del indigenismo, como expresin cultural de ese fenmeno biolgieo.52

    La oposicin raza-cultura no es un proceso cuya resolucin seafcil se levanta y hunde segn sea el signo dominante de las pasio1nes en un momento dado de la historia contempornea. Durante los aos comprendidos entre las dos ltimas guerras el racismo volvi a florecer y alcanz un auge inslito con el ada-nismo nazi. El prejuicio contra el negro, el judo y el mestizo hizo renacer una abundantsima propaganda que, aprovechando los medios de c.omunicacin de masas, alcanz una amplia di-fusin y un impacto que se estaba muy lejos de sospechar; En

    51 Ibid: 95. . , . ( " ) 52 Gonzalo Aguirre Beltrn. El proceso de aculturac1n. UNAM, Mex1co 19o7 :

    126.

    OPOSICIN DE RAZA Y CULTURA EN EL PENSAMIENTO ANTROPOLGICO 51

    Mxico, el movimiento sinarquista, proyeccin deL falangismo espaol, lleg a conmover a grupos numerosos de campesinos, algunos de ellos indios, que alguien malvolamente llam "nazis de huarache".

    Una vez ms el pensamiento antropolgico mexicano se vio obligado a retomar el problema y desmenuzado en sus premi-sas para buscarle un desenlace. En esta ocasin tcale a Juan Comas velar las armas y presentar combate usando, razonable-mente, los instrumentos que ya para entonces haba elaborado la antropologa, la gentica y la psicologa. En un'a publicacin reciente resumi ideas, argumentos y prueba.s de un debate que ha venido sosteniendo por ms de veinticinco aos.53 En el tra-bajo aludido se encuentran las bases cientficas del credo que hoy sostiene la UNESco, organismo internacional que ha estado particularmente interesado en hacer menos tensas las relaciones entre las razas.

    Comas intervino en la redaccin de la Declaracin sobre la raza y las diferencias raciales que prepar el citado organismo y que constituye hoy en da la doctrina oficial de la mayora de los pases del mundo, incluso Mxico. En ella se postula la unidad de la especie humana y se distinguen con claridad meridiana los factores genticos de los culturales, como deter-minantes de la variedad entre los hombres; se niega justificacin a los conceptos de superioridad e inferioridad de los potenciales hereditarios y se afirma la conviccin de que todos los pueblos tienen capacidad biolgica para alcanzar cua!quier nivel de civi-lizacin. En suma, la oposicin entre raza y cultura no se quiso o no se pudo resolver dialcticamente por la. conjugacin de los elementos contrarios sino mediante una acusada determinacin que los mantiene separados, lo cual prolonga indefinidamente el proceso.

    El traslado del problema al campo de las relaciones sociales al travs de la identificacin de sus trminos con la lucha de clases, parece abrirle al pensamiento antropolgico mexicano un nuevo marco de referencia para repensar el asunto. La tenden-cia a negar la etnicidad del indio y la. del negro para otorgarles categora de clase social, patente en la nueva generacin de

    53 Juan Comas. "El polimorfismo racial y sus implicaciones sociales". A na/es de A ntropologa 1 4 (1967): 49-94,

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    52 OBRA POLMICA

    antroplogos, deja entrever la direccin tomar versia. El materialismo positivo ya habta dado un mdlClo. de ella cuando uno de sus voceros eminentes, Jos Lpez Portillo y Rojas, afirm: "Puede decirse, en cierto modo, que el civilizado deja de ser indio, as como los negros y los amanllos civilizados, dejan de ser negros y amarillos."54

    54 Lpez Portillo: loe. cit.

    III. POLTICA INDIGENISTA EN AMRICA LATINA*

    LA POLTICA indigenista naci al momento en que las naciones imperiales de Europa establecieron en Amrica colonias de ex plotacin, que luego heredaron al grupo dominante que emergi cuando esas colonias se independizaron. La poblacin colonial, o la nacional en su caso, como es obvio, siempre tuvieron acti-tudes y pattones de accin pr-econcebidos frente a la poblacin nativa. Sin embargo de este antecedente, que no debemos pasar por alto, ms comnmente se designa poltica indigenista -o, simplerrlente, al movimiento que tom impulso de los aos veinte a los cuarenta de este siglo, destinado a con-seguir el mejoramiento y desarrollo de los grupos tnicos indios que, en Mestizoamrica, .constituyen una importante porcin de la poblacin rural. El indigenismo, entonces, se dilat por los campos del arte, la liter-atura y otros ms, hasta constituir una formulacin de gran importancia y de muy amplia comprensin.

    La poltica indigenista de carcter econmico social, desti-nada al desarrollo e integracin de los grupos tnicos nativos, tiene como rasgos propios el ser parte de la poltica general de la nacin y a la vez, una poltica especfica diseada por los organismos a quienes se ha encomendado en cada pas la resolucin del problema. La redistribucin de la tierra, la. co-lonizacin interna, la alfabetizacin y enseanza de la lengua oficial, la extensin agrcola, la comunicacin con las regiones de refugio, la urbanizacin, etc., que afectan tanto a la po-blacin india cuanto a la no india, forman parte de la poltica nacional de ndole general. Los programas de desarrollo de la comunidad y de desarrollo regional, tengan o no tengan un carcter integral, sori los que llevan al cabo los institutos y dems agencias indigenistas. Una y otra clase de poltica son necesarias y complementarias, mas es innegable que, a medida

    Publicado en Anuario Indigenista, vol. XXIX, 1969.