Orar en lenguas nivela el terreno de oraciónPor Dr. Jamie Morgan

INTRODUCCIÓN

No soy una fanática de las cerezas de marasca -el tipo de cereza que cubre una copa helada. Me encanta todo sobre las copas heladas: el helado, la cobertura de caramelo, la crema batida, las nueces húmedas y el confite (¡Sé que le estoy dando hambre!) … todo excepto la cereza. La cereza arruina el helado. ¡No quiero esa cereza viscosa, ni ninguno de sus residuos jugosos cerca de mi helado!

Soy tan firme con respecto a mi aversión por las cerezas, que cuando pido una copa helada en un restaurante, le digo al mesero: “Por favor quítele la cereza.” Y luego, en caso de que el mesero no me haya escuchado la primera vez, digo: “Por favor, sin cereza.” Para mí, la cereza es completamente opcional; simplemente no es esencial para mi experiencia al comer una copa helada.

Algunas personas observan el hablar en lenguas como yo lo hago con la cereza en una copa helada -que es opcional y no esencial para su relación con Dios. Pero amigo, si ese es usted, quiero animarlo a que lo reconsidere. En la escuela de oración, hay mucho que aprender y hoy vamos a obtener una comprensión más profunda de la oración en lenguas.

Cuando oramos en nuestro lenguaje de oración personal, ¡nos conectamos directamente con el Espíritu de Dios! Sin la experiencia de orar en lenguas, es como si nuestra vida de oración operara en dos cilindros en vez de ocho. Orar en lenguas nivela el terreno de oración.

I. Orar en lenguas nos ayuda a orar por la perfecta voluntad de Dios

A. “Además, el Espíritu Santo nos ayuda en nuestra debilidad. Por ejemplo, nosotros no sabemos qué quiere Dios que le pidamos en oración, pero el Espíritu Santo ora por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y el Padre, quien conoce cada corazón, sabe lo que el Espíritu dice, porque el Espíritu intercede por nosotros, los creyentes,[a] en armonía con la voluntad de Dios.” (Romanos 8: 26-27, NTV).

B. ¿Le ha sucedido esto? Usted ora por una persona o situación en todas las formas que sabe, pero aún se queda corto de palabras. Eso es porque:

1. No conocemos el corazón de la otra persona; ni siquiera sabemos el nuestro. Y no conocemos todos los factores involucrados en una situación dada; ni siquiera los nuestros. Pero Dios sí. Él es omnisciente y conoce todo. Al orar en el Espíritu, el Espíritu Santo ora la perfecta voluntad de Dios.

2. Por ejemplo, quizás está orando por un empleo para algún ser querido. ¿Dónde Dios quiere que trabaje? Quizás su ser querido tiene varias puertas abiertas de empleo a través de las cuales puede ingresar. El trabajo “A” paga más que el trabajo “B”; sin embargo, hay alguien en el trabajo “A” que el enemigo intentará usar para obstaculizar la jornada cristiana de su ser querido. ¿Cómo podría saber eso? No lo sabría. Entonces, además de orar por lo que sabe orar, ¿cómo puede orar con precisión y eficacia por su ser querido? Orando en su lenguaje de oración. Nuestro Dios conoce el principio desde el final, y al orar en lenguas, el Espíritu Santo orará por la voluntad perfecta de Dios cuando su cabeza no sepa cómo orar.

II. Orar en lenguas nos ayuda a orar por los misterios de Dios

A. “Pues, si alguien tiene la capacidad de hablar en lenguas, le hablará solamente a Dios, dado que la gente no podrá entenderle. Hablará por el poder del Espíritu, pero todo será un misterio.” (1 Corintios 14:2, NTV).

B. Orar en el Espíritu le permitirá orar por las personas, los lugares y cosas en el corazón de Dios, incluso si no están en su lista de oración o en sus pensamientos. Por ejemplo, cuando pasa tiempo orando en lenguas, podría estar orando por:

1. El gobierno de la nación de Kenia

2. Los enfermos en un hospital en Croacia

3. Una persona en Boise, Idaho, que no ha sido salvada

4. Un cristiano perseguido encarcelado en una nación comunista

5. Un evento futuro en su propia vida del cual, por supuesto, no tendría conocimiento

III. Orar en lenguas nos ayuda a fortalecer nuestro caminar cristiano

A. “La persona que habla en lenguas se fortalece a sí misma…” (1 Corintios 14:4a, NTV).

B. La palabra “fortalece” en esta Escritura significa edificar, construir, o recargar. Como una batería de automóvil completamente cargada, podemos caminar en el poder del Espíritu Santo cuando oramos en lenguas. Quiero animarte a orar en lenguas cuando . . .

1. No se sienta muy espiritual.

2. Esté siendo tentado.

3. Se sienta bajo presión.

4. Esté luchando contra la depresión o el miedo.

5. Necesite victoria sobre una adicción.

6. Sus emociones sean como una montaña rusa.

7. Esté en la carne, pero necesita cambiarse rápidamente en el Espíritu.

8. Necesite paz y descanso en su alma.

IV. Cómo recibir su propio lenguaje de oración personal

A. “Pero recibirás poder cuando el Espíritu Santo venga sobre ti. Y ustedes serán mis testigos, diciéndole a la gente acerca de mí en todas partes: en Jerusalén, en Judea, en Samaria y hasta los confines de la tierra.” (Hechos 1: 8, NTV).

B. El impacto que el bautismo en el Espíritu Santo hizo en mi caminar cristiano es inconmensurable, pero aquí hay diez beneficios que experimenté…

1. Un celo más profundo para servir a Dios

2. Una mayor compasión

3. La habilidad para operar en los dones del Espíritu Santo

4. Valentía santa

5. Una mayor pasión por las almas

6. Una fe más profunda

7. Una mayor sensibilidad hacia el Espíritu Santo

8. Un servicio más dedicado a la obra del Señor

9. Una forma de exaltación en la alabanza y adoración

10. Y ... ¡una vida de oración más rica y profunda!

CONCLUSIÓN

Si desea recibir el bautismo en el Espíritu Santo con la evidencia de hablar en lenguas, queremos orar por usted. Amigo, el bautismo en el Espíritu Santo es fácil de recibir; es tan fácil como el recibir la salvación. Dios quiere sumergirle en su desbordarte Espíritu. Pero déjeme darle unas breves instrucciones para cuando vaya al altar.

Primero, enfoque toda tu atención en Jesús. Es Jesús quien bautiza a los creyentes en el Espíritu Santo. Cuando vaya al altar, comience a adorar a Jesús.

Segundo, con una fe de niño, pídale al Señor que le bautice con Su Espíritu Santo. Pídale que le llene hasta desbordarlo, crea que él escucha su oración, y recíbalo por fe.

Tercero, rinda su voz a Dios. Este tercer paso es un esfuerzo cooperativo entre usted y el Espíritu Santo. Abra la boca, mueva la lengua y luego hable, aunque solo sea unas pocas sílabas. Recibir el bautismo en el Espíritu Santo no es como tragarse una grabadora. Dios no se hará cargo de su boca o voz; usted diga las palabras o sílabas. El Espíritu Santo le bautiza, pero, por fe, usted habla.

Y para todos los presentes que ya están bautizados en el Espíritu Santo y han recibido su lenguaje de oración personal, yo quiero animarles a que oren mucho en lenguas. Incorpore su lenguaje de oración en su tiempo devocional diario con Dios todos los días. Ore en lenguas durante todo el día. ¡Ore mucho en lenguas y observe cómo su vida de oración se eleva a alturas que nunca creyó ser posible!

Ahora, todos los que quieran ser llenos del Espíritu de Dios y recibir su lenguaje personal de oración, por favor, vayan al altar.