Organo erreb VIRTUAL/Publicaziones... · Organo de su Venerable ... por el P. Fernando...

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erreb Organo de su Venerable Orden Tercera y Cofradías. Dirección y Administración: PP. MERCEDARIOS Silva, 39.--Madrid (12) 24 DE FEBRERO DE 1928 -<> NÚM. 2 ST_TM_L9._FLIC0 LAS ARMAS DE LA MERCED. BODAS DE ORO DE LA RESTAURACIÓN DE LA MERCED EN ESPAÑA. EL INSTITUTO DE LAS HERMANAS MERCEDARIAS DE LA CARIDAD EN SUS BODAS DE ORO, por el P. Ricardo Delgado.—LA SAGRADA ESCRITURA, por el P. Fernando Vázquez.—EL P. ALONSO REMÓN, por el P. Guillermo Vázquez. — PÁGINA MISIONAL. LA OBRA DEL R EFORMATORIO, por el P. Martín O. de Arriaga.—EL CAMBIO INTERNA- cioNaL, por Wilhem.—SOÑANDO, por la Srta. Julia G. Herreros.—ALLÄ POR TIERRA DE MOROS, por el P. Juan González.—ANDA Y CANTA, por el P. José Cereij0. FAV0RES DE NUESTRA SANTÍSIMA MADRE.—NOTICIAS. NECROLOGÍAS. Las Armas de la Merced. La Gaceta del 8 de febrero publicó el siguiente Real Decreto: MINISTERIO DE ESTADO Exposieión: Señor: La Real y militar Orden de Nuestra Señora de la Merced, genuinamente española, pues fué fundada en 1218 por el glorioso monarca aragonés D. Jaime el Conquistador, que le concedió el uso de la insignia que ea'm hoy ostenta, ha brilla do constantemente en la historia de España, distinguién- dose, no sólo en la redención de cautivos, en la cual tan altos ejemplos dió de cristiana caridad, sino por sus hazañas milita- res. Estimandoconveniente que perdure el recuerdo de tan señalados servicios a la Patria y a la Religión Católica, el Ministro que suscribe tiene la honra de someter a la aproba- ción de V. M. el siguiente decreto. Madrid, 6 de febrero de 1928.—Señor: A. L. R. P. de V. M. Miguel Primo de Rivera y Orbaneja. REAL DECRETO Vengo en autorizar el uso en España de las insignias de la Real y Militar Orden de Nuestra Señora de la Merced, previo

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Organo de su Venerable

Orden Tercera y Cofradías.

Dirección y Administración:PP. MERCEDARIOSSilva, 39.--Madrid (12)

24 DE FEBRERO DE 1928 -<> NÚM. 2

ST_TM_L9._FLIC0

LAS ARMAS DE LA MERCED. — BODAS DE ORO DE LA RESTAURACIÓN DELA MERCED EN ESPAÑA. —EL INSTITUTO DE LAS HERMANAS MERCEDARIASDE LA CARIDAD EN SUS BODAS DE ORO, por el P. Ricardo Delgado.—LASAGRADA ESCRITURA, por el P. Fernando Vázquez.—EL P. ALONSOREMÓN, por el P. Guillermo Vázquez. — PÁGINA MISIONAL. — LA OBRA DELREFORMATORIO, por el P. Martín O. de Arriaga.—EL CAMBIO INTERNA-cioNaL, por Wilhem.—SOÑANDO, por la Srta. Julia G. Herreros.—ALLÄPOR TIERRA DE MOROS, por el P. Juan González.—ANDA Y CANTA, porel P. José Cereij0. —FAV0RES DE NUESTRA SANTÍSIMA MADRE.—NOTICIAS.NECROLOGÍAS.

Las Armas de la Merced.La Gaceta del 8 de febrero publicó el siguiente Real Decreto:

MINISTERIO DE ESTADOExposieión:Señor: La Real y militar Orden de Nuestra Señora de la

Merced, genuinamente española, pues fué fundada en 1218por el glorioso monarca aragonés D. Jaime el Conquistador,que le concedió el uso de la insignia que ea'm hoy ostenta, habrillado constantemente en la historia de España, distinguién-dose, no sólo en la redención de cautivos, en la cual tan altosejemplos dió de cristiana caridad, sino por sus hazañas milita-res. Estimandoconveniente que perdure el recuerdo de tanseñalados servicios a la Patria y a la Religión Católica, elMinistro que suscribe tiene la honra de someter a la aproba-ción de V. M. el siguiente decreto.

Madrid, 6 de febrero de 1928.—Señor: A. L. R. P. deV. M. Miguel Primo de Rivera y Orbaneja.

REAL DECRETO

Vengo en autorizar el uso en España de las insignias de laReal y Militar Orden de Nuestra Señora de la Merced, previo

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el cumplimiento de las disposiciones vigentes. Dado en Pala-cio a seis de Febrero de 1928. ALFONSO, El Ministro de Es-tado, Miguel Primo de Rivera y Orbaneja.

La Orden de la Merced está de enhorabuena y desde hoytiene un título más de adhesión fervorosa a S. M. el Rey, des-cendiente glorioso de aquellos Monarcas que protegieron laOrden como parte de su casa, por ser fundación del inmortalD. Jaime el Conquistador.

Debemos también un voto de gracias al General Primo deRivera, de familia muy mercedaria, que proclama tan alto quelas glorias de la Merced son glorias de España.

Por lo demás nuestros lectores saben ya cuál es el origendel hermoso escudo que casi todos llevan sobre su pecho. Se-guramente fue otorgado por D. Jaime a nuestro Padre el díamismo de la fundación, pero no se conservan los registros deaquellos primeros arios.

Existen, en cambio, los de 1251 y 1256 y en ellos aparece laconfirmación del escudo en los términos siguientes: «...con lapresente carta concedemos, alabamos y confirmamos perpetua-mente a tí nuestro fiel Fray Guillermo de Bas (segundo Maes-

tre General), Mayor de la Orden de redimir cautivos, y a todoslos frailes de la misma Orden presentes y futuros, el hábito oserial que llevareis en adelante, o sea el escudo de nuestraenseña Real y una cruz blanca puesta encima; y esta señal ohábito sea lícito a tí y a todos y cada uno de los frailes de lamisma Orden tenerlo y llevarlo perpetuamente, para distinciónde tu Orden y honor de Dios y de nuestra Majestad Real...›

El hábito militar o escudo incluía también importantes, privi-legios que explica el diploma de 1251, transcrito por el P. Ribe-ra en el Real Patronato, páginas 20 y 50.

Jaime II defendió con vigor el carácter militar de la Ordenequiparándola a las de Alcántara, Santiago y Calatrava encarta de 1302, pues como ellas, no sólo redimía cautivos sinoluchaba con las armas contra las naciones bárbaras. Pedro IVse opuso también a la unión que el General francés Fray Ponce

de Barelli intentaba en 1358, pues redundaría en menoscabo desu casa y corona, patrona y fundadora del Instituto Mercedario.El General reconoció su yerro y desistió del intento, segúnpuede verse en la misma obra del P. Ribera.

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¿Qué:significación tienen los títulos de Hermano y Comen-dador honorario dados por la Merced? Esas cartas de Herman-dad, de las que dió algunas el mismo San Pedro Nolasco, sonuna prueba íntima de cariño y agradecimiento de la Orden a susmejores amigos y colaboradores. Nada más que a ellos. EI

, Santo recibe por hermanos a algunos caballeros, obligándosea darles posada en nuestros conventos y cebada para suscaballos. A otros se obliga a sostenerlos a ellos y a sus espo-sas por todos los días de sa vida y en uno publicado reciente-mente por el P. Gazulla en su trabajo: Santa María del Puig,la Orden se encarga además de la educación de un hijo delagraciado.

Esta nota de intimidad familiar esperamos que subsistirá enlos agregados a la Merced, sean hermanos, comendadores,a pesar del reconocimiento oficial otorgado por nuestro Gobier-no a la gloriosa insignia mercedaria.

Bodas de oro de la Merced enEspaña.

(1878-1928).En el presente año 1928 cumple la Orden Mercedaria el me-

dio siglc de su Restauración en España.Cuarenta y cuatro arios hacia que habían sido suprimidas

las órdenes religiosas en nuestra patria por obra y gracia delos liberales que, inconsecuentes con sus propios principios,permitieron la conservación de los noviciados para las colo-nias de Ultramar. No sabernos por qué los Mercedarios fueronexcluidos de este privilegio, pues tenían una provincia en Cubay Puerto Rico, posesiones que hasta el 1898 fueron de nuestrapropiedad.

Privada la Orden de esta tabla de salvación que conservó lavida a Dominicos, Franciscanos y Agustinos, tenía necesaria-mente que sucumbir en el general naufragio que envolvió al res-to de las órdenes religiosas, muchas de las cuales perecieronfatalmente (Bernardos, Jerónimos, Trinitarios calzados, Míni-mos, etc.), y si algunas han vuelto a levantar cabeza, ha sidocon i m portación de elementos extranjeros que para nada re-cuerdan el ilustre abolengo de sus extinguidos ascendientes.

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La Merced tiene la alta honra de haber renacido en Españade sus propias cenizas, por cuanto el primer núcleo de su res-tauración lo integraron catorce religiosos que habían profesadoen España antes del malhadado año 1835.

Parece que la Santísima Virgen, Madre y Protectora de estaReligión, en medio de aquel general naufragio dirigía el timónde esta frágil navecilla para sacarla de entre tantos peligroscomo la amenazaban alrededor. ¡Misericordiae Domini, quianon sumus consumptil

Alma de este Providencial renacimiento fue el insigne marió-filo Padre José María Rodríguez, Vicario General de la Orden,que aprovechando la feliz circunstancia de la restauración de laMonarquía española en 1875, vino acá desde Roma en 1877 conla idea de restaurar también la Orden; para lo cual trató de abrirde nuevo los antiguos conventos de Conjo, Puig, Burrián y Oli-var; no habiendo logrado la restauración de ninguno de los tres.primeros por haber pasado a poder de sus respectivos Ayunta-mientos.

De regreso en Roma, escribió al Padre Benito Rubio, Vica-rio Provincial de nuestros exclaustrados de Aragón, encare-ciéndole gestionara la adquisición de alguno de nuestros anti-guos conventos; y el Padre Rubio consiguió de los Sres. Mar-queses de Lazán la devolución del de Nuestra Señora del Oli-var, término municipal de Estercuel, provincia de Teruel ydiócesis de Zaragoza. Con fecha de 8 de mayo de 1878 consi-guió del nuevo Monarca Don Alfonso XII una Real orden parainstalar una comunidad en aquel convento; y tuvo la inmensasatisfacció n de que trece Padres y un hermano lego firmaranlas listas de candidatos para la nueva fundación.

El Reverendísimo Padre Rodríguez volvió a España parallevar a cabo aquel acto que había sido siempre su sueño dora-do; y el día 10 de agosto, aniversario de la Fundación de laOrden, lo pudo ver cumplido con toda solemnidad, recibiendola obediencia de los nuevos cenobitas, émulos de los anacore-tas de la Tebaida, que después de cerca de cincuenta arios de'vida regalada en sus propias casas, renunciaban todas sus co-modidades cuando los achaques de la ancianidad más se lashacía sentir y se venían a enterrar en aquel desierto cuya sole-dad y silencio sólo son interrumpidos por el balido de los cor-deros y el arrullo de las palomas.

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Después de medio siglo de aquel hermoso acontecimientolas figuras de esos catorce héroes se agrandan y los hace acree-dores a una página de oro en nuestra historia ya un perpetuo.agradecimientó, acompañado de una fervorosa oración.

EI Inmuto de las Hermanas mercedarias de idCaridad en sol BOdaS 110 oro.

1878-1928.

Los individuos y las colectividades viven del recuerdo delpasado y de la esperanza del porvenir. Por esto, los pueblos sinhistoria y los individuos sin familia, a quienes llamamos expó-sitos, no tienen ascendientes a donde volver los ojos para ilus-trar la i nteligencia con las lecciones de sus experiencias, formarel corazón según las normas de sus antepasados y confortar elanimo con la consideración de sus altos ejemplos.

El timbre de gloria, el verdadero blasón de los hijos, lo cons-tituyen las virtudes y los hechos gloriosos de sus progenitores,y en el natalicio de un nuevo vástago, conmemóranse las gloriaspasadas y augúranse otras venideras.

El por tantos títulos benemérito Instituto de las HH. Merce-darlas de la Caridad celebrará el próximo mes de Marzo lasBodas de Oro de su fundación, y es justo que LA MERCED co-mente esta fecha como una de las más gloriosas de la gloriosí-sima Orden de la Merced.

D ignísima es, en efecto, de toda alabanza la fecha del naci-miento de este Instituto, que le bastaba ser un nuevo brote de laMerced para serlo de la Caridad, que en los cincuenta arios devida sirvió en hospitales, asilos, orfelinatos, leproserías, casas-cunas, sanatorios, colegios..., con tanta abnegación y con tantaloa de propios y extraños, que vino a ser una Institución bene-meritísima de la Religión y de la Patria.

Fundación del Instituto.

En la última mitad del pasado siglo, cuando nuestra Patriase encontraba turbada por grandes conmociones, suscitó el Se-ñor a dos varones ilustres en santidad y letras para llevar acabo una de esas sus obras providenciales: la fundación delinstituto de las HH. Mercedarias de la Caridad. Fueron éstosel Ilmo. Dr. Sr. D. Esteban José Pérez Martínez y Fernández,Obispo de Málaga, gloria del Episcopado, y el I. Dr. D. JuanNepomuceno Zegrí, su Vicario general.

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Finalidad del Instituto.

Las HH. Mercedarias de la Caridad deben inspirarse enla perfectísima vida de la que tienen por Madre y Fundadorapara llegar a la imitación de Jesucristo, mediante el ejercicio delApostolado. Tiene, pues, este Instituto, como todos los de vidamixta, un doble fin: la santificación propia por la observancia delas Constituciones y la santificación de sus prójimos por lapráctica de la caridad en todas sus manifestaciones: hospitales,asilos, casas-cunas, hospicios, leproserías, patronatos, sanato-rios, colegios, escuelas profesionales, casas de ejercicios, mi-siones entre infieles, etc.

Desde la cuna hasta el sepulcro extiende la Hermana Mer-cedaria sobre los míseros mortales su acción caritativa, cual án-gel de paz para curar las llagas del cuerpo, cicatrizar las heri-das del corazón y remediar las miserias todas de la vida.

Tres fechas memorables de su historia.

Después de pasar por mil vicisitudes y vencer obstáculos,,que parecían insuperables, que el averno suscita siempre a lasobras de Dios, se mostró victorioso y triunfante el Instituto, quecomo salido de las profundidades del Corazón Sacratísimo deJesús y de las entrañas misericordiosas de la Santísima Virgel3.de la Merced, y dirigido y protegido por especial providencia,no podía zozobrar en el mar tempestuoso de las persecuciones.

La primera fecha memorable y que debe recordarse en lasBodas de Oro, es la de agregación del Instituto a la Celestial,Real y Militar Orden de Nuestra Señora de la Merced, la cual.agregación lo constituyó realmente Instituto Mercedario.

El decreto de agregación lo expidió con fecha 9 de Junio de1878 el Vicario general de la Merced, Rmo. P. José María Ro-dríguez. Después de hacer un merecido elogio de la labor delnaciente Instituto, añade: «Os concedemos y donamos la parti-cipación de todas las Misas, Divinos Oficios, oraciones, predi-caciones, meditaciones, ayunos, abstinencias, vigilias, peregri-naciones y especialmente de los trabajos que nuestros herma-nos sufren en redimir los cautivos del poder de los paganos yde los trabajos apostólicos de los misioneros en países de in-fieles; asimismo, os hacemos participantes de las demás buenasobras que, por medio de nuestros hermanos y hermanas, pro-duzca en el universo entero la Bondad divina. Finalmente, osrecibimos y admitimos como Hermanas nuestras, tanto en lavida como en la muerte para todos y cada uno de los sufragiosy beneficios de nuestra referida Orden».

La otra fecha memorable es el 25 de Septiembre de 1900, enque el inmortal Pontífice León XIII, por medio del Emmo. Car-denal Gotti, Prefecto de la Congregación de,Obispos y Regula-res, dió el decreto laudis: «Su Santidad, dice, se dignó alabar

y recomendar con especial elogio el mencionado Instituto deNuestra Señora de la Merced, como en gran manera lo alaba yrecomienda,.

Estas palabras de justa alabanza del Vicario de Jesucristo enla tierra han sonado en todas las hijas del Instituto como el ecode una bendición y un augurio de paz y de días más gloriososy de mayor provecho., Y al ario siguiente, 24 de Abril, las Religiosas recibían pro-fundamente emocionadas y henchidas las alabanzas de gozo, eldecreto de confirmación apostólica del Instituto, su verdadera

EJEA DE LOS CABALLEROS (Zaragoza).—Un grupo de niños de los 300 que educan las Herma-nas Mercedarias de la Caridad, cuyas bodas de oro oe la fundación de su Instituto se celebrará

con universal júbilo el próximo mes de Marzo.

canonización. «Nuestro Santísimo Padre, dice el decreto, aten-diendo la abundancia de frutos espirituales que constantementeha dado el Instituto de las Hermanas de la Virgen Santísima dela Merced, atendiendo especialmente a las letras comendaticiasde los Prelados, se ha dignado aprobarlo y confirmarlo, junia-mente con sus Constituciones, como por el presente decreto loaprueba y confirma».

La obra de Dios y de María estaba afianzada y sólidamenteasentada sobre la piedra viva y los poderes del Infierno se es-trellarán contra ella.

Un jubiloso «Te Deum) brotó de todos los pechos de las be-neméritas religiosas Mercedarias de la Caridad; y todo el Insti-tuto saludó a María con la tradicional y hermosísima antífonasuya, porque este honor no fue concedido a otra Orden: Beataes, María, Dei, Genitrix, Patrona et Auxiliatrix nostra; Felizeres, oh María, Madre de Dios, Patrona y Auxiliadora nuestra,

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por cuya inspiración se fundó este Instituto para la obra reden-tora,

Las Hermanas Mercedarias de la Caridad en laenseñanza.

Uno de los fines principales del Instituto—dicen sus Consti-tuciones—«es la enseñanza religiosa de las niñas pobres. CúrriLplese este fin ilustrando la inteligencia y educando el corazón,aquélla con los conocimientos literarios y éste con los senti-mientos religiosos».

¡Enseñanza y educación, y de niñas pobres con preferencia!es lo que hace tan simpático y benemérito al Instituto. CuarentaColegios en España y varios ya en América dirigidos por profe-soras sólidamente formadas en normales y academias; muche-dumbre de jóvenes educadas en estos colegios, hoy el orgullode sus familias, por su piedad, su cultura, por sus delicados sen-mientos y modales.. , esta es la obra de las Mercedarias.

Tienen, además, algunos internados, donde sus alumnas es-tudian Magisterio, Comercio, música, obteniendo señaladostriunfos en normales y conservatorios.

En casi todos estos centros de cultura están establecidasEscuelas Dominicales para obreras, sirvientas que estudian,se forman en la piedad y ocupan las tardes de los domingosalejadas de diversiones peligrosas en que naufragan la inocen-cia y a veces la honra de tantas jóvenes.

Las Hermanas Mercedarias en los Asilos.

¡Qué hermoso y sublime espectáculo nos da la Hermana Mer-cedaria ejerciendo su abnegado y callado apostolado en mediode los ancianos, esos despojos de la vida, que a diario vemospor las calles y plazas de nuestras ciudades, y aun por los cam-pos, andrajosos, sucios, harapientos, muertos de frío, encorva-dos por el peso de los años y del hambre, durmiendo como bes-tias sobre paja húmeda y podrida, sin una mano amiga que loscuide, sin el calor del cariño de un corazón que por ellos se inte-rese, eco del corazón de Cristo, que, al verlos, repita aquellaspalabras: «Misereor super turbas».

«Rasgos sublimes de caridad y de abnegación hemos pre-senciado, dice un piadoso autor, en esas abnegadas mujeres, yejemplos extraordinarios de privaciones y de heroicos sacrifi-cios; ellas con maternal cariño los cuidan, los asisten, los lim-pian, se desviven por rodearlos de todas las comodidades. Conmucha razón puede la Hermana Mercedaria de la Caridad ex-clamar: Si las lágrimas de mis ojos pudieran convertirse en oropor tí, lloraría todas las mañanas».

Diré con Luis Venillón: «Esto es amar a los pobres». «¡Diosmío!—puede la Hermana Mercedaria hacer suyas estas palabras

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de Bossuet--tiendo los brazos a mis hermanos y les abro mi co-razón, a fin de ser para ellos padre, madre, hermano, hermana,amigo, defensor y cuanto necesiten para su contento».

Las Hermanas Mercedarias en los Hospitales.

El Instituto sostiene un buen número de hospitales, sanato-rios y leproserías.

En estos talleres del dolor y del sufrimiento es donde lasHermanas se exceden a sí mismas derramando el suave bálsa-mo del consuelo en los corazones despedazados por cruel en-fermedad, curando con sus delicadas manos las repugnantes ycancerosas llagas del cuerpo y con sus santas palabras otrasinvisibles, pero más repugnantes, del alma, prestando al mismotiempo aquello de sus Constituciones: «La asistencia materialpara el cuerpo del enfermo y el consuelo espiritual para elalma».

Alguien ha dicho: «La mujer tiene un instinto celestial parala desgracia», y la ilustre pensadora gallega Concepción Are-nal escribió con más justeza: «Vivirás sobre la tierra para pa-decer y consolar».

¡Padecer y consolar, la sublime misión de la Hermana Merce-daria!

El Instituto tiene en América algunas leproserías, dondeestas abnegadas religiosas se sepultan por toda la vida en esassilenciosas islas para vivir la vida íntima de Dios y la del pró-jimo con esos infelices seres de la humanidad.

* * *

¿Quién podrá narrar la fecunda historia de estas incompa-rables religiosas...? ¡Pluma!, ¡no sigas!, ¡calla! El silencioesmás elocuente que la palabra para narrar tanta heroicidad, tan-to amor por los seres más desgraciados de la sociedad. Báste-te saber, caro lector, que las Mercedarias de la Caridad sos-tienen varios de estos establecimientos.

FR. RICARDO DELGADO CAPEÄNS

O. de M.

La Sagrada Escritura.A guisa de prólogo.

Lo son las presentes lineas, querido lector, de muchascosas que te dirán en páginas sucesivas, Dios mediante,algunos paladines de la Santa Biblia.

La renovación en Cristo del pueblo fiel, de la heredadde Jesús, está llevándose a cabo con entusiasmo y tesón

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dignos de la causa entre todas nobilísima. Pero, ¡no hayque ocultarlo!, los operarios son pocos. Lo cual, en tiem-pos de Cristo, y aun en todos los siguientes, si debe enten-derse del deseo de que éstos se multipliquen, en los nues-tros hay que aplicarlo a los pocos que hay buenos y acti-vos. Porque no debemos cerrar los ojos a una realidadaplastante. Y es que todos estos trabajos de renovaciónsegún Cristo pesan sobre los hombros de unos pocos va-lientes que, debidamente secundados por todos los sacer-dotes (a lo menos), harían desaparecer rápidamente esaplaga de neopaganismo, indeferentismo y nauseabunda tibie-za. Una ojeada a la cruzada en pro del Reinado del Cora-zón de jesús en el individuo y en la sociedad; otra a la quese hace por excitar a las almas a escalar las alturas de lasantidad, a todos asequibles y recomendadas por nuestroDivino Maestro; una más a la campaña por la difusión ylectura de los Libros Santos; y otra, en fin, a la orientaciónque se procura imprimir al estudio de la filosofía, del dog-ma, de la moral y de la historia; y en nuestra mente bulli-rán al momento media docena de nombres que, si no estántotalmente aislados por la gracia de Dios, son muchos máslos que se encuentran en la vida poltrona e inactiva: que esvida para alargar las orejas, corno me decía donosamenteun hermano de hábito, entrado en arios y sabio.

Una de estas cruzadas (el amor a los Libros Santos)tratamos de emprender entre los lectores de LA MERCED,

firmísimamente persuadidos de que, si ellos se aficionan alTestamento que nos legó nuestro amado Padre celestial,habrán puesto los cimientos de su renovación sobre rocafirme. Les invitamos a que prueben el leerlas, y verán laverdad de las palabras de Kempis: «La doctrina de Cristosupera a todas las enseñanzas de los Santos.» (Libro 1,capítulo 1).

Y aquí os manifestaré, queridos lectores, mis impresio-nes estéticas acerca de la Biblia, pues la razón anteriorpodría valer únicamente para los aficionados a lecturasespirituales; y ¡son tantos, por desdicha, los que encuentransoso todo lo devoto y se apartan sistemáticamente de estaslecturas!...

Recuerdo haber tenido de pequeño el buen deseo de leerla Biblia tan pronto como mis conocimientos de latín meayudasen a comprenderla sin gran pérdida de tiempo. Conefecto, leí sin cansancio de ninguna clase todos sus libros,y con grandísimo placer todos los históricos, pues el lector

-algo versado no ignora que es manjar algo fuerte para elpaladar de un niño la lectura de libros como el Exodo, Le-vítico, Números, Deuteronomio y los Profetas en la mayorparte de sus capítulos.

Los que habeis pasado horas agradables y habeis calen-tado la cabeza en el dulce Virgilio, oyendo al pío Eneascontar la destrucción de Troya ante la reina Dido; siguien-do sus pasos hacia el Lacio, mientras su amante abando-nada se reducía a cenizas sobre las llamas de una pira; losque habeis sentido la impresión del más allá en su descen-so a los infiernos, y habeis admirado sus proezas en elantiguo Lacio. Los que saboreáis la novela de episodio, lade lícitos amores (no digo la de impuros, pues creería ofen-deros); leed, os ruego, los libros santos, y os preguntareiscomo yo, cuando niño, si no será cierto que ellos encierranun arte, por lo menos tan elevado como el de las obras quepasan por inmortales. A buen seguro, que no encontrareisen ellos la impresión de fuegos artificiales que os produz-can el vértigo de la novela moderna, a la que el vate Man7tuano tanto se anticipó en su estilo. Pero, si consultaislos doctos, os dirán que el arte puro, la belleza íntima yverdadera, no están en las obras de relumbrón, sino en lasque con sencillez expresan la naturaleza, la cual, comoveis, tiene, a veces, cosas muy duras.

Pero, puesto que todo lo que existe es obra divina,salvo cuando los hombres lo deforman (pecado), aquel-artista merecerá mejor el nombre de divino, con tanta ridi-culez prodigado, y también de humano, que con mayor'verdad exprese lo que las cosas son, sin deformar la belle-za de las unas, ni colorear la fetidez de las otras. Los ver-sados en la Biblia ya adivinais que estoy esbozando sumanera de expresarse, que es el de todas las obras maes-tras y que causa hastío al gusto artificial moderno Sed sin-ceros, y me direis la impresión sacada de vuestra primeralectura de Homero, del Dante, de Shakespeare y aun denuestro «Quijote». No se hizo la miel... Y el entendido loes después de mucho trabajo. Bendigamos a Dios que nosp roporciona en qué emplear el tiempo para llegar a sabo-rear lo bueno. ¡Que no iba a estar al mismo nivel y alcanceque lo frívolo, como sueñan muchos!...

Conclusión. Gustad y ved, cree y serás sano, cree yverás. Son fórmulas de diferentes términos en los dos Tes--lamentos, pero idénticas en el fondo. Los hombres vemosy gustamos, arrastrados por la suavidad y belleza que se

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nos entra por los sentidos. Y alguien pasa entre nosotrospor buen oculista, buen médico, si ha hecho algo que me-rezca tal estimación. Y será mejor, muy bueno, si hace cura-ciones más asombrosas, insuperables. Para con Dios nuestraestimación ha de seguir opuesto rumbo. Si queremos queDios obre algo en nosotros, creamos. Si queremos queobre todo, creamos; porque lodo es posible al que cree.Con este ánimo, lector, has de llegarle a leer las SagradasEscrituras, y conocerás los tesoros de arte y gl'acia (estoes lo principal) que encierran.

Al que discurra un poco no le será difícil penetrar estaverdad, dado el origen que ellas tienen. No me maravilla,por lo tanto, el oir que algunos Santos Padres leyesen laBiblia de rodillas, ni que otros estampasen un beso en cadapágina. Lo digo, porque estas demostraciones de afectolas hacemos con reliquias, imágenes devotas, etc.; y la Sa-grada Biblia es algo más que todo eso. Y Kempis hace esteparangón, nada atrevido por cierto: El Cuerpo de Cristo yJa Escritura Santa son absolutamente necesarios al almafiel (1).

Haga Dios que vuelvan aquellos tiempos en los quetoda la Sagrada Escritura era patrimonio común de fieles yministros; tan común como lo es hoy el Padrenuestro. Laversión del Salterio, por San Jerónimo, no cuajó en laIglesia, porque todos los fieles se sabían la corriente de me-moria, y hubiera ocasionado gran trastorno y escándalo,según le escribía su amigo San Agustín. (Que, a veces,hay que evitar el escándalo de los pequeños, que hoy tantoabundan, aun en clases, por su oficio, magistrales). Prue-ba de ello es el conocido caso de la calabaza de Jonás(que así rezaba en la antigua versión). En cuyo lugar pusoSan Jerónimo hiedra. Y leyendo un Obispo africano talinterpretación en su iglesia, se armó tal alboroto por esta,sola palabra, que el Obispo no tuvo otro remedio que con-denar lo leído para no ser arrojado de su Sede. Recordadtambién la impresión que nos produce el cuadro de nuestrosiglo de oro, en el que los dogmas estaban tan popula-rizados.

Haced, Sacerdotes míos :(nos dice el apenado jesús)„

(I) Es el título del cap. Xl (Lib. IV). Léase todo el capítulo. Es pen-samiento ya con más decisión expresado por San Agustín: AudireVerbum Dei, est manducare ipsum Christum (serm. 179). «Oir la pa-labra de Dios, es comer al mismo Cristo.

_que vuelvan los tiempos santos... Que el fuego que en miTestamento, se halla, se propague a vuestros corazones...-que con él abraseis a todas las almas... Este era el que medevoraba en la Cruz, cuando os dije con grito supremo deangustia: ¡Estoy sediento!... Y éste ha consumido a mismás finos amantes, uno de los cuales, mi amantísima espo-sa Catalina de Sena, queriendo abrasar al mundo, excla-maba: ¡La mía natura e fuoco!... Propagad este fuego por-todo el mundo y haced una inmensa hoguera en que ardien-

- ,do todos, pueda venir Yo a calentarme, que tengo frío...FR. FERNANDO VAZQUEZ

MERCEDARIOS ILUSTRESEl Padre Alonso Pernón.

•gl Padre Bernardo de Vargas, enumerando en su Crónica

'.de la Merced las glorias de la Orden en -su tiempo (1620), dice,entre otras cosas: «Tiene además dos poetas famosísimos:Fray Gabriel Téllez y Fray Alonso Rerrión, de los cuales el últi-mo publicó varios opúsculos » (II, 440). Después, la fortuna favo-reció más a Téllez, que hizo glorioso el seudónimo de Tirso deMolina, oscureciendo un poco el nombre de su compañero ymaestro el Padre Remón, con el cual se le confundió algunavez en nuestros días.

Su celebridad en los primeros años del siglo XVII, compitiócon la de Lope de Vega, su gran amigo. Cervantes dice en elprólogo de sus comedias (1615) que el monstruo de la natura-leza, el gran Lope, se había alzado con la monarquía cómica,arrojándole a él y a otros de las tablas, avasallando y poniendobajo su jurisdicción a todos los farsantes y llenando el mundode comedias propias, felices y bien sazonadas.

( Pero no por esto —añade—, pues no lo concede Dios todo atodos, dejen de 'tenerseen precio los trabajos del doctor Ramón,»que fueron los más después de los del gran Lope».

El Padre Remón era natural de Vara de Rey, en la Provincia, y Obispado de Cuenca, según él mismo declara en muchos lu-gares, y debió nacer en 1560, pues las matrículas de Alcalá,donde estudiaba Teología, en 1580, dicen que tenía veinte arios.Grande hubo de ser su talento, pues los mayores ingenios le,tributaban los más desmesurados elogios. Escribió mucho yrecibió fervorosos aplausos del pueblo, entusiasmado con el

„teatro _naciente, que había de ser una de las mayores glorias de_

(1560-1632)

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España. Algunas de sus piezas se representaron ante los Reyes,.y sus autos sacramentales eran los más buscados.

Pero eso no le satisfacía, y cansado de los aplausos mun-danos tomó el hábito de la Merced en Toledo y profesó el 24de Agosto de 1605, siendo comendador el Presentado Fray Joséde Espinosa, y General, Monroy. Declara el acta que es hijo deAlonso y de Catalina López de Araque, natural de Vara de Rey,y añade: Es mi voluntad llamarme desde hoy Fray Alonso de

Jesús y San Benito, enterrando así un apellido ya glorioso enlas letras españolas. Pero todos sus esfuerzos fueron inútiles,y aunque no como dramaturgo, continuó brillando en la repúbli-ca literaria. Precisamente en el Corpus de 1605, o sea duranteel noviciado, se representó en le Catedral de Toledo un actosuyo, por el que le gratificó el Cabildo, según nota de PérezPastor en la Bibliografía Madrileña. Tengo el extracto de suprofesión sacado por el Padre Arqués en 1785.

Una cosa quedó en pie, sin embargo, del propósito hecho,por el recién profeso: el despego hacia su producción dramáti-ca, de la que ni una sola pieza se imprimió con su nombre, de-jando que los farsantes se la apropiaran y estropearan de mil,maneras. Quedan, sin embargo, algunas manuscritas y una(icaso maravilloso!) escrita a medias entre Lope y Remón.

A este desdén suyo y de otros eclesiásticos por la poesía,alude Cervantes en su «Viaje al Parnaso» (cap. IV):

¡Aquí del Rey! ¿Qué es esto?¿Qué recelo o celo les impide a mostrarseSin miedo ante la turba vil del suelo?¿Puede ninguna ciencia compararseCon esta universal de la poesía,Que límites no tiene do encerrarse?

Y señalando a uno de los embozados, dice:

Un licenciado de un ingenio inmensoEs aquél, y aunque en traje mercedario,Como a señor le dan las musas censo.Ramón se llama, auxilio necesarioCon que Delio se esfuerza y ve rendidasLas obstinadas fuerzas del contrario.

añadir una necedad y quitar una cosa bien dicha, decfan queera suya».

Los años inmediatos a su profesión debió pasarlos Remónen Toledo, ejercitándose en la predicación, que le granjeó mu-cha fama. Parece que debió coincidir allí con Tirso, que enton-

El P. Maestro Alonso Rernón.

Con todo, Remón dice en el prólogo de los «Entretenimien-tos y Juegos Honestos . , impresos en 1623, «que había puestoen público doce diferencias de libros en su nombre y seis en elajeno». ¿Serían parte de sus comedias?

Que muchas de ellas se las apropiaron otros, lo dice Que-vedo en la «Vida del Buscón» (II, cap. IX), donde admirándoseD. Pablo de que todos los autores o empresarios escribieran

-comedias, dice: «antes, si no eran comedias del buen Lope de:-Vega y Ramón, no había otra cosa... «pero los farsantes, con

ces terminaba sus estudios, y aun es probable que influyera enla vocación dramática de éste.

Dedicóse también a componer libros, algunos de los cualesestaban ya dispuestos para la imprenta en 1612, aunque tarda-ron en encontrar Mecenas que costeara la edición. El más an-tiguo impreso son sus «Discursos Predicables de la Concep-ción Purísima», que publicó Luis Sánchez, en 1616; pero «LasEtimologías Bíblicas» tienen las aprobaciones en 1612, y de esa

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fecha es también el retrato del autor, que va en ellas (y repro-ducimos aquí), pues dice tenía entonces Cincuenta y dos dí05.

La Orden le honró con los títulos de Presentado, Predicadory Cronista general, encargándole escribir su historia para cele-

-brar el cuarto centenario de su fwaciacIón en 1618, trabajo- queabsorbió gran parte de sus fueezas y que no vió terminado,pues sólo imprimió el tomo primero en dicho año. El segundosalió en 1633, por los cuidados del Maestro Fray FranciscoBenavides, y los dos restantes quedaron en el Archivo generalde la Orden.

Lope de Vega, que había hecho un prólogo al «GobiernoHumano», excusándose de presentar al autor, tan conocido entoda Europa, alude a los trabajos de su ancianidad en el «Lau-rel de Apolo

Fray Alonso Ramón, puesto que olvidaLas musas por la historia,Cuenca le ofrezca duplicada gloriaA sus letras debida,Pues le ha dado más frutos, más tesoro,Si los libros son más que plata y oro,Entrando más por tí, dichoso Júcar,Que a España por la Barra de San Lucar.

En tan fructuosas ocupaciones le encontró la muerte el 23de Junio de 1632 en el convento de Madrid, donde había resididocontinuamente los últimos veinte años.

De sus obras impresas hasta 1625 nos da razón él mismoen «La Casa de la Razón y el Desengaño ' .., condenando la pe-sadez de muchos contemporáneos suyos:

«Yo he puesto a vista y en el tribunal de los censores ordi-narios todas estas diferencias de libros, sin otros muchos pape-les sueltos a diferentes propósitos:

«La Historia de mi Orden».«Los Discursos de la limpísima Concepción de Nuestra

Señora».«La Práctica espiritual».«El Gobierno humano sacado del divino».«La Etimología Sacra in universam Bibliam».«La Espada Sagrada».«La Vida de Don Fernando de Córdova».«La Vida de Gregorio López».«La Vida del exemplar y santo varón Fr. Juan de Vallejo,

hijo de mi religión».«La Vida del Caballero de Gracia».«La Vida de Nuestro Padre San Pedro Nolasco».«La Historia de la imagen de Nuestra Señora de los Reme-

dios, que está en nuestro convento de Madrid».«Los Juegos y Recreaciones honestas,.

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«La Quaresma del Buen Cristiano».«La Semana Santa bien empleada».«El Psalterio Virginal de San Buenaventura».«Los Proverbios de Salomón, con tres paraphrases».«Una Apología de la Concepción Limpíssima».Y un Elogio, desnudo de autores y vestido de conceptos

propios, de la Purificación de la Reina del Cielo.Y a ora esta Casa de la Razón y el Desengaño».Y en tanta variedad de lección y abrazando materias tan di-

ferentes como son las de espfritu, las de historia, las políticasy de razón de Estado, las predicables, las morales, las teólogasy aun algunas de las letras humanas, escasamente llegan a mily quinientos pliegos de impresión».

De casi todos estos libros hay papeleta detallada en la Bi-bliografía de Pérez Pastor. El Padre Harciä, en su «BiblotecaMercedaria», manuscrita, enumera hasta dieciseis obras másdel Padre Remón, impresas en su mayor parte, de varias de lascuales he visto ejemplares:

Discursos Elógicos y Apologéticos de la vida de San PedroNolasco, Madrid, 1627.

Las Fiestas solemnes y grandiosas que la Orden de la Mer-ced hizo a la canonización de su Fundador, Madrid 1629.

Relación del martirio de/Padre Alonso Gómez de Encinasa manos de los holandeses en la isla de la Puná. Ha sido repro-ducida en el Boletín Oficial de la Merced, Febrero de 1914.

Imprimió por vez primera la Historia de la conquista de Nue-va España, de Bernal Díaz del Castillo, y dejó muy adelantadala impresión del primer Bufado de la Merced, en colaboracióncon el célebre canonista portugués Fr. Serafín de Freitas.

Escuela del espíritu para los principiantes en este camino,Madrid 1626.

No cabe en esta revista un estudio más detallado, pero elPadre Remón merece y espero que tendrá una biografía comple-ta. Es nuestra figura más grande en la literatura, después deTirso.

FR. GUILLERMO VÁZQUEZ

PAGINA MISIONALDe Puerto Rico.

f2vdo. P. Director de LA MERCED.Sabido es cómo esta perla de las Antillas fue colonia

española.A la vez que los yanquis, entraron aquí una verdadera horda

de protestantes con sus diferentes sectas, evangelistas, presbi-terianos, metodistas, etc.; vinieron también muchos masones,

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judíos y espiritistas y todos ellos abrieron centros y organiza-ron la propaganda.

Por otra parte el Gobierno con su libertad de cultos, con laescandalosa ley del divorcio, con la escuela mixta, amén deadelantos y considerando por ciudadano más honrado al quetenga más dinero, sin preocuparse de si está bien o mal adqui-rido, contribuyó a la apostasía general y a la ignorancia máscrasa en materias de religión.

El setenta por cien de la población vive diseminada en loscampos, en los grandes cafetales—verdaderos bosques - en lasfincas de caña, tabaco, etc., y en un estado tal de pobreza, quetodo el ajuar de una familia, incluyendo la casa, ganados, mue-bles, etc., no vale más de 50 pesetas españolas y en la mayorparte de los casos la casa es del propietario de la finca.

El tipo general de todas estas casas es el de una jaula cua-drada, de madera y cáscaras, con una sola habitación que hacede cocina, comedor, dormitorio, etc. No se ven ni sillas, nicamas, ni ropas, y sin embargo en ellas vive una familia, gene-ralmente muy numerosa. Las casas están en aire sobre cuatropuntales de madera clavados en el suelo, y cuando se trasladauna familia se sustituyen los puntales por ruedas y se trasladala casa sin necesidad de deshacerla. Ahora se explica la noticiade los periódicos yanquis de que los norteamericanos trasladanlas casas sin deshacerlas. Una cosa buena han hecho los ame-ricanos y es colocar una escuela donde haya varias familias yhan conseguido que los analfabetos no excedan del tres alcuatro por cien, aunque difícilmente sube de ese número losque conocen quién es Dios.

El otro día tuve ocasión de acompañar al Sr. Obispo en laVisita Pastoral a las parroquias de Maricao y Las Marías, yhe visto confirmar a padres, hijos y nietos, y que hacían la pri-mera comunión hombres de treinta, de cuarenta y de cincuentaaños. Para mejor darse cuenta del estado de estos pueblos,baste saber que de diez a once mil habitantes que tiene cada unade estas parroquias, sólo quinientas viven en el pueblo y elresto en los campos, y que el número de matrimonios católicosno excede del cinco por cien.

Tanto en éste como en otros pueblos de la Isla hay muchasfamilias españolas que por cierto saben honrar a su patria.

Una cosa graciosa observé al tomar los nombres de losconfirmados, y fué que casi todos los apellidos eran nobles:Ponce de León, Figueroa, Quiñones, etc., y también que en laspartes altas de la Isla no hay negros y sí en la bajura, comodicen aquí, en las ciudades, sin duda efecto de la esclavitud.

Como después de la invasión quedaron muy pocos sacerdo-tes para contrarrestar tantos males, la religión católica, exte-riormente, casi llegó a desaparecer. Para suplir algo esa falta declero, aparecieron hace unos veinte años varios predicadores

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campesinos, gíbaros, llamados cheos, que se decían estar ins-pirados por San Juan Evangelista y en lenguaje gibar° (el cas-tellano con muchos términos indios) predicaron en muchospueblos de la Isla. Predicaban cuando la inspiración los asistíay cuando ésta se elevaba, como ellos dicen, callaban.

La gente del campo los seguía ciegamente y no fue poco elfruto que cosecharon. A primera vista diríamos que eran nues-tros iluminados españoles de antaño.

La intervención de las autoridades eclesiásticas dió porresultado que aprobaron su doctrina, pues era sana, y fundaron

Jóvenes postulantes del hábito de la Merced, que seestán iniciando en la vida religiosa a la sombra del

Santuario de San Ramón, en Portell.

una Asociación de San Juan Evangelista y en los altos de Jayu-ya, en un punto casi inaccesible, verdadero nido de águilas,construyeron una magnífica capilla a la que concurren todoslos cheos dos veces al año a practicar los santos ejercicios yrenovar el «Pacto Cheo», programa de catolicismo prác-tico.

Pues bien, a esta Meca chea fuí a pasar los alegres días deNavidad.

Expresar las variadas impresiones de esos días no es cosafácil. La bendición, Padre, era el saludo de todos al verme,

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acompañado de una profunda inclinación y a veces genuflexión.Ellos se saludan con un abrazo fraternal y un beso.

Una casita de madera adosada a la capilla y cuatro o cincochavolas próximas es todo lo que alcanza la vista. Pero, cosarara, se toca la campana al anochecer y aparecen como porencanto y por diferentes veredas uno a uno hasta que se llenala capilla.

Empezamos el ejercicio con el «Perdona a tu pueblo» (a estagente le gusta mucho el canto); sigue el rosario con el «VivaMaría», sermón de una hora, bendición y después confieseusted hasta las doce que la gente no tiene prisa y el que menosvino de uno o dos kilómetros y por camino de cabras. A lassiete de la mañana están todos oyendo misa y comulgando.

En la Nochebuena, y después de la Misa del Gallo, me acos-té rendido, y cuál sería mi sorpresa cuando me doy cuenta quelos ratones me llevaban toda la lana de la almohada_ No sécómo no me comieron las orejas.

El día de Navidad celebré tres matrimonios y cuatro bau-tismos.

El 26 por la tarde, antes de empezar el ejercicio, me avisanque en la iglesia el demonio atormentaba a una joven.

Fui, allí y, en efecto, una joven de veintiún arios que por loque yo había observado y según opinión de todos, era buení-sima, estaba convertida en una energúmena, que si la dejaranse comería los brazos a bocados.

¿Qué hacer? ¿No será esto algún ataque mujeril?...A varias preguntas que se le hacen, contesta: «Me llamo

Barrabás». «Ya que no puedo nada en el alma me gozaré en elcuerpos. Para curar llevarme a un centro espiritista, etc.»

Después de algunas oraciones, agua bendita, etc., quedó ensu estado normal sin darse cuenta de lo que había pasado.

Al despedirme de estas gentes tan buenas y sencillas, sólosentí no poder proporcionarles un crucifijo, una estampa, unrosario para llevar a sus casas y al que sin duda le tendríanmucha devoción. Pena da ver gente que no ama a Dios, pero esmayor cuando se ve que quiere amarle y servirle y no tiene me-dios para ello.

El 27 por la tarde, cuando bajaba a la carretera de Poncepara coger un carro, como aquí le dicen al automóvil, creí quela montaña se venía conmigo. Se descolgó un aguacero tal, quesin poderlo evitar me puse todo perdido. Realmente para verllover hay que venir a Puerto Rico. Contra lo que era de espe-rar no tuvo consecuencias.

Por hoy nada más. Salude a esos buenos Padres y mandea su afectísimo hermano,

FR. E. Pe,REz

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Cooperación Misional.

te el pasado año de 1927 a la Misión del Piauhy.

sus alumnitas han prestado espiritual y económicamente duran-

nos mandan la siguiente nota de la cooperación misional que

Nuestras hermanas las Madres Mercedarias de Escoriaza

Cooperación espiritual.Actos de amor. Exámenes de concienciaComuniones sacramentales Idem espirituales Misas

111.0961.570

9639.452

MortificacionesAvemarías

1.0951.910

Rosarios 17.946Visitas al Santísimo 2.323

2.797

Cooperación económica.Pesetas.

Las cuotas del Colegio Ex colegialas y otras personas bienhechoras Recogidas en la Visita Domiciliaria de Nuestra San-

tísima Madre En las huchas del recibidor y comedor

31,0036,00

60,004,90

TOTAL 131,90Cantidades recibidas en LA MERCED:

Madres Mercedarias de Escoriaza Srta. Carmen García Palacios

María Luisa Ramos2' Carmen Pos

Mercedes Quesada Pilar Díez ..................... ....Carmen Cuervo

• •

131,901,651,301,651,551,85

» Pilar Redondo Mercedarias de la Caridad de Cazorla D. Juan G. Rodrigo

1,401,051,00

15,00

TOTAL 158,35

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La obra del Reformatorio.Necesidad del trabajo.

El fin único de los reformatorios es suplir los defectos de lafamilia en la educación de sus hijos. La educación es un con-cepto orgánico que comprende la instrucción, aprendizaje deuna profesión u oficio, y, sobre todo, una esmerada formaciónreligiosa. La instrucción es casi siempre elemental. Son genteque no ha de vivir de una profesión liberal; algunas veces podráconsistir sú medio de vida en un escritorio, pero regularmentelo constituye un oficio manual.

La influencia educadora del trabajo, de todo trabajo, es unatesis que no necesita demostración; con todo, es la doctrina querequiere predicadores muy celosos. Así, estos inmensos casi-nos, inmensos en cantidad y calidad, hablan de un culto sus-tancial, no pasajero, al ocio. Allí se juntan los hombres mástristes del mundo, los que no saben qué hacer de su vida. Son loseternos disponibles, los sobrantes del mundo. Pero el horror alvacío es una ley biológica, sea lo que quiera en Física, y setraduce en el corazón por una amargura incurable. Siguiendo lalínea de lo fácil, de lo cómodo, la vida viene a ser la repeticiónincesante de las mismas cosas.

El orden resulta aburrido, decía uno. No obstante, respetausted mucho sus narices, repuso otro. Esa monotonía intolera-ble es la que enardece el anhelo nunca satisfecho de diversión,las expensas innecesarias sobre nuevas y nuevas formas demimo sensual, la inversión de enormes cantidades en el juego.Pero la monotonía no se quebranta por esos medios; hay quebuscar la curva del trabajo para encontrar amenidad, el encantoinefable de la producción de las ideas y los hechos.

El trabajo crea una disposición tranquila y suave, muy apropósito para asimilar el lenguaje de la verdad. La exaltaciónpasional, la intoxicación criminal no se compadecen bien conese placer íntimo y sereno que por disposición divina sueleacompañar a una vida ocupada. Vale la pena de referir aquí uncaso, por lo mismo que es típico y que ocurre con frecuencia.Hace bastante tiempo de esto, era un mozuelo que apuntaba yapara hombre, tan ignorante en religión como en las primerasletras. No sabía signarse, ni tenía idea de Dios, prueba evi-dente de que en su casa no había ningún interés ni cuidado deestas cosas. Por fuerza tenía que frecuentar medios sociales,donde la frase soez, la ignorancia de Dios y la blasfemia con-siguiente suelen gozar de envidiable fortuna. Sin embargo, eljoven se conservaba relativamente sano, esto es, sentía verda-dera ansia por aprender Religión, las cuentas y primeras letras.Sentía hambre de saber cosas buenas, como él decía; con gusto

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estaría oyendo horas seguidas las explicaciones de la Doc-trina.

El hecho tenía su interés y me puse a examinarlo. ¿Encon-traría la clave en la herencia? No, porque la herencia cedesiempre a la influencia del medio; además se ve cuál podía serella. En resumen, no encontré mejor explicación que la de queel joven, niño aún, había perdido a su padre y se vió forzado atrabajar bravamente para mantener a sus hermanitos menores ymadre. A veces se puede intentar un ensayo o experimentobonito y eficaz en los reformatorios. Reúnase a un grupo dechicos que hayan venido de análogos medios, familiar y calle-jero, con la diferencia de que uno o varios hayan tenido quetrabajar y los demás no. Y si esta comparación se puede hacerentre dos grupos numerosos, mucho mejor sería la expe-rimentación. Bien discutidos los términos de comparación, esbien seguro que brotarían conclusiones felices a cuenta de esadiferencia, que es el factor trabajo.

El trabajo manual, que puede convenir más o menos a todos,es de una higiene necesaria a muchísima gente. En los quecarecen de facultad crítica bien formada, la fantasía goza deuna fuerza sugestiva que conduce a todos los delirios, sin elcontrapeso de una ocupación fija.

Variedad de procesos neuróticos tuvieron sus primerosmomentos en la dulce vagancia y divagación. Es cosa demos-trada.

El trabajo crea carácter en el joven y le sugiere el sentidode una independencia sana y digna, Le hace depender de símismo y no mendigar ajenas ayudas. Le enseña prácticamenteque él tiene que andar con sus pies, ver con sus ojos, discurrirhasta cierto punto con su razón y trabajar con sus brazos. Estoes lo que aprovecha, lo que hace uno. Lo que hace el vecino, aél aprovecha en primer lugar.

De todo lo cual se deduce que los reformatorios que no tie-nen bien establecido el trabajo con sus talleres y oficinas, cum-plen su fin muy a medias. No tan sólo eso, sino que crea parael educador un problema de muy difícil solución. Es muy esen-cial que el menor esté constantemente ocupado en alguna cosa;hay además otra razón, muchos de ellos están atravesando lacrisis de la pubertad. Son unas dieciséis horas las que quedanfuera del sueño; no hay trabajo; es contraproducente tenerlosconstantemente en clase; total, que el educador tiene que haceruna gimnasia mental formidable para evitar el aburrimiento y nolo consigue. El que escribe esto tiene derecho a la indulgenciadel lector, pues ha tenido que pasar por estas experiencias. Yel caso es más doloroso, cuando entra un joven que vivía yadel trabajo y descubre que también se puede vivir sin trabajar yhasta bien.

Seamos muy amigos del trabajo, aunque solo sea porque

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se trata del adversario de nuestro enemigo. Nuestro enemigoes el hombre viejo, condenado en el Evangelio.

Necesidad de amor paternal en los reformadores.

Este amor paternal, a través del cual debe mirarse la obrade los reformatorios, es esencialmente picudo como todo amorverdadero.

Tiene una arista de benignidad e indulgencia, y otra de seve-ridad o justicia. Abundan los que piensan que el amor tiene queser una cosa unilateral: sólo debe saber perdonar y compa-decer. Pero no es así; pues atributo esencial del amor es elodio a la injusticia, y si el amor es substancial, como en Dios,requiere un odio infinito a la iniquidad. Para los que confundenel amor verdadero, que es espiritual, con el carnal, su sombra,ha de sonarles muy fuerte esta verdad: los dolores mismos dela vida denuncian una fuente amorosa, lo mismo que las bendi-ciones del Señor. Una vez supuesto el pecado o el desordenespiritual, esencial es que se traduzca a otros órdenes inferio-res de nuestra unidad orgánica y su expresión sensible es eldolor.

Todos los métodos pedagógicos han de reconocer esta ver-dad fundamental. Cuanto más amor, mejor; pero entendido a lamanera completa que aquí se entiende. La bondad excesiva delprofesor estimula la astucia del discípulo para aparentar lo queestá muy lejos de ser. Por otra parte la severidad inflexible creagrandes hipócritas y abúlicos. En ambos casos el resultado esel mismo: no hay modificación, reforma de la voluntad y de esose trata precisamente. Lleva esa silla al otro lado, se le dijo unavez a un chico para sondear su voluntad. El niño permaneceimpasible. Se le repite la orden una y otra vez. Continúa inmu-table el chico. El profesor, un poco nervioso, le toca en el pes-cuezo, y entonces, como si fuera por resorte, ejecuta la orden.

En resolución, abulia de un pobre chico tan familiarizadocon el palo, que parecía haber hecho interiormente una asocia-ción inevitable entre el palo y el movimiento, al estilo de losbrutos.

FR. MARTIN ORTUZAR

El cambio internacional.Antes era un asunto que interesaba a contadas personas y

que muy pocas entendían. Hoy interesa a casi todo el mundo ysus consecuencias se hacen sentir en todas partes. Las medi-das que toma, o debe tomar el Gobierno para regularizar elcambio monetario, son objeto de acaloradas discusiones hastaen retiradas aldeas.

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Y, sin embargo, es.fácil observar que la mayor parte de losdiscutidores no tienen idea clara de las causas que alteran elcambio, ni, por tanto,' de los remedios que deben aplicársele.No pocos llegan a negar su importancia y acusan al Gobiernoporque deja salir de España nuestros productos, so pretexto de

'que tal salida beneficia al cambio, aunque se produzca la cares-tía en el interior. ¿Qué nos importa el cambio (exclaman sulfu-rados), si nosotros no queremos nada del extranjero?

Los que tal dicen no se dan cuenta de que el comercio ex-terior, con ser menos importante, es, sin embargo, el que marca

-los precios al interior. Unos cinco mil millones de pesetas re-'presenta el comercio exterior de España (entre exportación eimportación), mientras que el comercio interior, o sea lo com-prado y vendido dentro de España, es seguramente cinco vecesmás. Y sin embargo la experiencia demuestra que el comercioexterior es el que impone los precios dentro de cada nación.

La razón es obvia. Supongamos que nuestra moneda bajaen el cambio internacional: los extranjeros podrán adquirir,-cuanto tenemos a bajo precio, y que se producirá en seguida lacarestía y con ella el alza de los propios, o lo que es igual, laruina de la moneda en el mercado interior. Inútil decir que nos-;otros no podremos comprar nada en el extranjero.

¿Que el cambio mejora? Pues los extranjeros cesan de com-prar nuestros productos, que para ellos resultan caros, y nos-otros podremos adquirir los suyos, haciendo así que todoabunde en nuestro mercado y que los precios bajen.

Algunos radicales piden que se cierre el comercio exterior,pero aunque eso fuera posible (que no lo es), y consiguiéramos

‚encerrarnos en una torre de marfil, no podríamos evitar que aldespreciarse nuestra moneda se viniera aquí medio mundo adisfrutar de la vida barata y a encarecérnosla, como sucedióalgunas temporadas en Francia y en Alemania.

El problema del cambio es, por tanto, de vida o muerte paralas naciones, y los Gobiernos tienen que dedicarle atenciónpreferente.

¿Cómo se sostiene el valor de la moneda nacional? La cau-sa fundamental de su valor es el equilibrio del comercio de ex-portación e importación, o sea que lo enviado por España alextranjero valga tanto o más que lo adquirido por nosotrosfuera de España.

Si ese equilibrio no existe, los extranjeros tendrán excesivoscréditos contra España, poseerán demasiados valores en pese-tas que nadie querrá comprar, y la peseta se depreciará necesa-riamente. ¿No les bastará con poseer nuestra moneda? No,Porque la moneda (sobre todo si es papel), no tiene valor sinocomo medio de adquirir otras mercancías. Si nuestras deudasal extranjero superan a nuestro haber, o sea cuando emitamosexcesivo papel, darán nuestro signo monetario a bajo precio,con tal de adquirir otro que lo tenga seguro.

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Algo parecido, bien que en menor escala, poseen también lasdemás naciones. Para España uno de los mejores ingresos esel ahorro de los emigrantes, que envían cada año a sus familiascerca de seiscientos millones de pesetas. Pero ¡cuánto más valesu trabajo! Las dos terceras partes de su valor quedan en elextranjero.

Las oscilaciones del cambio originan crisis y trastornos sincuento. Un alza pronunciada de nuestra moneda tiene por con-secuencia próxima la invasión de nuestro mercado por los pro-ductos extranjeros, quedando sin trabajo nuestras fábricas ysus operarios. Actualmente nuestras minas de carbón no pue-den competir con las inglesas; de ahí el hambre y lágrimas delos mineros.

Por el contrario, la baja de nuestra moneda representa porel instante un aumento de bienestar para muchos ciudadanos,para todos aquellos que viven de la industria y del comercio,y aun del campo, los cuales ven aumentados sus pedidos yventas. Pero luego se encuentran con que el dinero ganado valepoco y no les proporciona lo necesario. ¡Cuántos fabricantescreyeron enriquecerse trabajando furiosamente estos años!Pero como la moneda seguía bajando, se encontraron al fin decuentas arruinados. Yo vi un órgano alemán que, después decolocado, valió al fabricante 1.800 pesetas.

Pero el estado de la balanza comercial no se modifica to-dos los días, y, sin embargo, la cotización de la moneda estásujeta a continuas oscilaciones; ¿por qué? La ley de la oferta yde la demanda rige en el mercado del dinero como en los de-más, y puede muy bien suceder que en un momento dado seamayor la demanda de pesetas que la oferta, y por tanto quesuban de precio, atrayendo de ese modo a los que puedanvenderlas.

Pero muchas veces tales oscilaciones proceden del agio, o

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de los manejos bursátiles. Se puede jugar al alza y a la bajasacando de ambas gran provecho, si hay habilidad y suerte.

Las operaciones de Bolsa no se conciertan siempre al conta-do, sino que se venden y compran valores para entregarlos afin del mes corriente o del próximo. Si, concertado el precio,se produce un alza, podrá el comprador vender inmediatamenteel título adquirido (que aun no le entregaron), quedándose conla ganancia. Es el negocio de los alcistas.

Se comprende también que, concertada la venta de un títuloa Un precio dado, si entretanto se produce la baja, el que lavendió sin tenerlo puede adquirirlo a precio inferior, embolsán-dose la diferencia. Eso es el negocio de los bajistas, y ambospueden ejercerse con la moneda, o combinar la especulaciónde títulos con la de ésta.

Pero ¿cómo se produce artificialmente el alza o baja? Antespara hacer que bajara la moneda de una nación, bastaba lanzarcontra ella una noticia alarmante: la pérdida de las cosechas,una crisis ministerial, el temor de una revolución o de unaguerra, etc., y los agiotistas aprovechaban con mucha frecuen-cia el telégrafo y la prensa para sus manejos.

Hoy esos recursos están desacreditados y la gente curadade espantos. ¿Qué hacer? Otro medio más seguro, aunque cos-toso: Un consorcio de banqueros pide en un día dado y en mu-chas Bolsas gran número de millones de pesetas; como noloshay, suben. Entonces los especuladores venden todos los valo-res españoles que tenían en su poder (acciones de ferrocarrilesy minas, títulos de la deuda, etc,) ,y como la peseta está altarealizan con eso un pingüe negocio.

Ya está aprovechada el alza y es tiempo de provocar la bajaimpulsando el péndulo en sentido opuesto. Otro buen día losbanqueros lanzan al mercado las pesetas que antes habían ad-quirido, y como no hay quien las quiera, bajan, pero al mismotiempo los especuladores compran toda clase de valores espa-ñoles, preparando así el terreno para otra alza. Y así indefini-damente, mientras el Gobierno no se decida a influir eficazmen-te, poniendo coto a los manejos de los especuladores. El cómonecesita estudio aparte.

WILHELM

¡Soñando!El artista dejó a un lado la paleta metiendo el manojo de

pinceles en su hueco y dando algunos pasos atrás para mejorgozar del golpe de vista contempló su obra con visible satis-facción.

En verdad que el cuadro era de lo mejor que Alberto Manuelpintara en su gloriosa carrera artística; la armonía del colorido,

Unica excepción de esa ley monetaria es el oro, que tienesiempre un valor fijo, y, por tanto, no se deprecia. La plata enbarras vale poco más de la mitad de lo que reza su cuño, y encuanto al papel... es papel mojado y sucio. Al equilibrio del co-mercio exterior deben aspirar, por consiguiente, todas las nacio-nes, y, si es posible, a que la exportación supere a la impor-tación.

Hay, sin embargo, algunas naciones (como Inglaterra), cuyocomercio exterior está en perpetuo desequilibrio, y a pesar detodo, tienen el cambio favorable; ¿cómo se explica eso? Por-que tienen otras fuentes de ingreso, que llevan cada ario a In-glaterra grandes sumas de dinero; por ejemplo, las compañíasinglesas de ferrocarriles, minas, navegación, bancos, etcétera,que trabajan en el exterior y cuyas ganancias representan milesde millones. Todo eso va al bolsillo de los ingleses y contribu-ye a mantener alta su moneda.

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la composición de las figuras, la corrección del dibujo, la ver-dad de la perspectiva, hacía que aquel cuadro pareciera untrozo arrancado a la realidad...; satisfecho el artista sintió esegoce íntimo'del que tiene conciencia de su valer, y después decontemplarle largo rato en pie, se dejó caer en un sillón pa-seando su mirada orgullosa por todos los ámbitos de suestudio.

Y su mirada fue fijándose en aquellos bocetos de sus másfamosas obras que colocaran su nombre a la mayor altura enel mundo del arte; allí eStaba el de su primera medalla, «La

_Visión de Velázquez», hermoso lienzo en que se veía al grangenio de la pintura española arrobado ante la aparición de suhermosísimo Cristo que parecía surgir de un fondo de gloria;este cuadro adquirido por un Museo Extranjero, había alcanzardo universal fama al joven pintor,

Y con la satisfacción del padre que se ve rodeado de sushijos muy amados, Alberto Manuel permaneció largo rato enesta grata contemplación, hasta que su criado apareció en lapuerta preguntando si el señor no deseaba le sirviesen lacomida.

La voz del fámulo sacó al pintor de su arrobamiento.—Sí----dijo volviendo en sí—; súbeme aquí el almuerzo.Y poco después, con el mejor apetito hacía los honores al

suculento almuerzo, rociándolo con sendos vasos de vinoRioja.

Cuando terminó, encendió un hermoso habano, y reclinán-dose en un diván cubierto de almohadones, dijo al criado queretirara los platos.

—Corre los transparentes; así, que no me dé a mí la luz,pero que vea yo los cuadros.

Y envuelto en las azuladas espirales que se escapaban de sucigarro, siguió contemplando a través de sus párpados entre-abiertos su última obra que a cada momento parecía adquirirmayor vida y animación.

Una dulce somnolencia iba invadiéndole poco a poco, losvapores de la digestión, el humo del habano, la semioscuridadque le rodeaba, todo contribuía a aquel estado de beatitud enque su imaginación divagaba recopilando sus triunfos artísticos,que eran la envidia de sus rivales en arte..., rivales a los quedespreciaba considerándoles por debajo de él.

Pero de pronto una cosa singular vino a turbar el dulcesueño del artista; un objeto insignificante acababa de surgirante él, o más bien varios objetos que, irguiéndose con atrevi-miento parecían desafiarle; era el manojo de pinceles que deja-ra en la paleta y que se dirigían a su dueño, levantando suscerdas teñidas de varios colores, como cabelleras de viejascoquetas.

Y unas vocecillas finas como el soplo de la brisa llegaronhasta sus oídos:

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— ¡Necio!—decían aquellas vocecillas burlonas.—¿Has pin-tado tú acaso esos cuadros de que tanto te engríes? Si no fuerapor nosotros...; ¿cómo hubieras podido trazar ni una pin-celada? .

El asombro paralizó la indignación de Alberto Manuel, qui-so tender la mano para castigar la osadía de aquellos pincelesparlantes, arrojándolos por la ventana; pero una especie deterror supersticioso le detuvo.

Sin embargo, exclamó con voz ahogada por la ira y eestupor:

—¿Y si no fuera por que mi mano os mueve y dirige, pinta-ríais vosotros, viles instrumentos del hombre?

Una risita burlona salió del grupo de pinceles, exasperandoal artista.

—¿Y tú, no eres acaso un vil instrumento también? Es ver-dad que tu mano nos dirige, pero ¿quién mueve tu mano, quiénconcede a tu inteligencia esa luz que no es más que un reflejomuy tenue y prestado de otra luz superior? ¡El genio del hom-bre! ¿Qué es el genio del hombre si no un chispazo de la luzdivina? Y Dios todos los días, a todas horas te esta regalandoesos rayitos de luz de que tanto te enorgulleces, atribuyéndoteel mérito a tí propio. ¡Pobre y miserable instrumento que eresen las manos omnipotentes del Creador lo que nosotros somosen las tuyas...

Alberto Manuel se agitó en su diván; su vista fue a tropezarcon su gran cuadro «La Visión de Velázquez», y de su fondosurgió severo, hermosísimo el Santo Cristo con los brazosabiertos.

Entonces se operó una revolución extraña y desconocida enel espíritu del artista; se enderezó y abrió los ojos; la vocecillahabía callado, los pinceles permanecían inertes en el hueco dela paleta.

---. ¡Qué sueño más tonto!—se dijo encogiéndose de hom-bros.

Y descorriendo la cortina, graduó la luz para ver si faltabaalgún toque a su obra. Y tomando la paleta y los pinceles fuea reforzar un golpe de luz.

Pero hijo tal vez de la excitación que lo dominaba, su manotembló, no obedeciendo el pincel al mandato de su voluntad yla pincelada insegura vacilante en vez de dar más realce y be-lleza a aquel trozo, borró la pureza de su contorno.

Alberto Manuel, tiró con rabia paleta y pinceles; le parecíaoir la risita burlona de poco antes, se dejó caer en el divánocultando la frente entre sus manos y allí permaneció largoralo hundido en sus pensamientos, humillado, sin voz, sin,movimiento.

Cuando levantó su cabeza, su mirada se fijó con indescrip-tible expresión en el Cristo de Velázquez, y lentamente suslabios formular-Cm estas palabras:

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—11.1n instrumento en las manos de Dios...! ¡Pero no mearrojeis de vuestra mano! Dejadme trabajar, guiado por Vos,Dios mío, sí, guiado por Vos para daros gloria.

J. GARCÍA HERREROS

Allá por tierra de moros.(CONCLUSIÓN)

Al día siguiente subieron Amar y Nechma con sus cabras

algo más temprano que de costumbre; traían, además, un asnoenjaezado, y venía con ellos otro morillo.

Corriendo, bajó Moyúa a su encuentro. Antes de que llegara

junto a ellos, se pararon; el morillo torció de vereda y marchó

.con las cabras, y Amar y Nechma aguardaron al cabo.

—Buenos días, Amar.—Buenos, cabo.—¿Qué hay, Nechma? Qué ¿querer o no querer venir para

España?—Sí, hombre; querer, querer—respondió la pequeña con in-

terés.—Y aquél ¿ser vuestro hermano?—No—contestó Amar—; ser amigo, y yo dar a él una peseta

y hoy guardar cabras.—Y el borrico, ¿para qué traerlo?-- Para tú montar.—Yo ir andando; montar Nechma.—Nechma, no saber; y aunque saber, hoy montar tú.—Sí, cabo, sí, montar tú—dijo también ella.—Yo no querer. Si tú no montar, montar Amar.--Pues yo tampoco querer—dijo Amar.Echaron el borrico delante; y a pie, emprendieron los tres el

camino del aduar.Ya cerca, en un pequeño embalse que forma un arroyo que

por allí pasa, estaban cinco mocitas lavando. Ver a Moyúa, y•levantarse las cinco para querer escapar, fué todo uno. Habló

con ellas Nechma algunas palabras, que el cabo entendió, porlo que hicieron las lavanderas, y esperaron a que pasara; peromuy sobresaltadas. Sin embargo, una de ellas marchó, si nocorriendo, a paso más que regular.

Por lo que vió después Moyúa, era Farha, hermana de Nech-ma y Amar; la cual, viendo que el cabo venia, fui a avisar a sumadre.

Llegaron al aduar, y sucedió lo que Moyúa había ba-rruntado.

'En el huerto de su casa, debajo de un algarrobo, estabaFarha colocando una estera. Entre alguna ropa tendida, a lolargo de una pared, reconoció el cabo su bufanda. Ya no lecupo duda de que la madre de sus dos amiguitos era aquellamisma mujer a quien pocos días antes había socorrido.

Efectivamente; era ella misma la que le esperaba en la puer-ta del patio.

Cuando la mora vió a Mayúa, comenzó a levantar las manosal cielo y a hacer mil inclinaciones, y dijo muchas cosas, que elcabo no entendió; pero que debieron de ser muy tiernas y demucho agradecimiento. Al llegar junto a ella, puso la mora sumano sobre el corazón y después la besó, indicando con estoque deseaba besar la del cabo.

Lo primero que hizo Moyúa fué preguntar por el pequeñín.Corriendo entró Nechma en casa y lo trajo en sus brazos. Locogió Moyúa en los suyos, y no se contentó con hacerle unacaricia, le dió dos besos muy apretados.

El cabo sólo notaba en torno suyo, admiración y alegría,mezcladas con agradecimiento y respeto.

Después de haber hablado y enseñado la casa, faltaba loprincipal. Le tenían preparado un verdadero banquete. Sólo es-peraron a que llegara Ben-Meri, hermano de la buena mora ytío de Amar y sus hermanas.

Cuando Meri hubo llegado, pasaron a colocarse debajo delalgarrobo, en donde Farha tenía todo preparado.

El cabo ocupó en la mesa, mejor dicho, en la estera, el lugarde preferencia. A la derecha del cabo se sentó Nechma, a la iz-quierda Amar, a continuación de Nechma Ben-Meri y despuésde Amar la mora. Farha sirvió la comida.

Fueron todas las distinciones para el cabo; pero éste se lascedió a Nechma.

Hablaron de muchas cosas; pero lo que más cautivaba laatención de Mayúa eran la solicitud y cariño con que le servíaFarha. Conoció el cabo que la joven deseaba que le hablase, yJe dijo algunas palabras halagüeñas. Y por cierto que las me-

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lumbre, fué muerto alevosamente por dos moros, de quienes sehabía fiado demasiado.,

,La tarde de aquel día pasaron-Amar y Nechma por el lugar

del crimen, y quedaron horrorizados al ver el cadáver de suquerido cabo, bañado en su propia sangre.

Llenos de pánico y arrasados en 'Lágrimas los ojos, fueron acontar a su madre lo qué habían vis- to,.,

La mora no perdió la serenidad, si bien no pudo contener laslágrimas; y pensó qué determinación tomar, para que el cadáverdel cabo no quedase allí a ser pasto de los cuervos y de loschacales.

Cogió tres relazós de tela del color de la bandera española,los cosió entre sí e hizo con ellos un guión.

Cuando hubo anochecido, acompañada de Amar, fué a colo-car el guión junto al cadáver del cabo.La buena mora, decía para sí: Luego que amanezca y obser-

ven esto desde el campamento, sin duda que vendrán a mirarqué hay aquí; y viendo el cadáver del cabo, lo recogerán paradarle sepultura.

FR. JUAN GONZÁLEZ

Favores de Nuestra Santísima Ma-dre de la Merced.

El matrimonio José María e Isabel Pérez tenían un hijito lla-mado Salvador en un estado lamentable de endeblez y raqui-tismo.

Agotados los medios humanos, acudieron a Nuestra Señorade la Merced ofreciendo vestir al niño el hábito de la Merced ydar una limosna para su culto si mejoraba. Mejoró, y tan nota-blemente, que hoy está hermosísimo, .y cumplieron agradecidoslo ofrecido.

El padre del niño,

JOSE MARÍA NAVASRute (Córdoba).

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recia; pues Farha aventajaba en hermosura a la sevillana másguapa.

De sobre estera, versó la conversación acerca de la venidade Nechrna a España. Ella estaba más animada que nunca, y sisu madre la dejara, aquel mismo día saldría con el cabo. Impo-sible el explicar cómo llegó a quererle tanto.

—Y tú, Farha, ¿querer venir conmigo? Mira que yo ser mu-cho bueno.

—Ya saber que tú ser mucho bueno, pero yo si ir a Españamorir de pena.

—¿Por qué morir de pena? España ser más bonita que estatierra, y yo tener una casa mucho grande. Tú allí estar mu-cho bien.

—Y saber que estar mucho bien; pero no tener con quienhablar.

—Pues hablar conmigo.—Pero aunque hablar contigo, no tener amigas.—Sí, Farha, tú allí tener amigas. En España, sobre todo en

mi pueblo, ser las muleras mucho buenas, y cuando ver a tí, sertodas amigas tuyas. Además, yo tener dos hermanas.

—¿Tú tener hermanas?—Sí—dijo Nechma —y llamarse Inés y Leocadia, ¿verdad

cabo?—Sí, ser verdad.—Pues mis dos hermanas ser amigas tuyas, Farha.—Si tú querer quedar aquí, yo querer a tí siempre mucho,

pero yo a España no ir.Moyúa se despidió por aquel día de aquella buena familia. De

parte de la mora tuvo mil agasajos y bendiciones; puso ésta otravez la mano sobre el corazón y la besó, y ofreció al cabo sucasa para siempre.

Farha, comenzó a sollozar.Les prometió a las dos que volvería a su casa tan pronto

como pudiese, les hizo una reverencia a la usanza de ellas yechó a andar.

Ben-Meri, Amar y Nechma acompañaron al cabo hasta cer-ca del campamento.

* * *

Moyúa, fue víctima de su temeridad.Una mañana que salió del campamento, como tenía de cos-

¡Ay!, que es muy largo el camino?,mortal, que tienes que andar;por eso es mejor que vayascanta que te cantarás,como el arroyo que correcaminito de la mar.No mires si es cuesta arribala senda por donde vas:cuesta arriba o cuesta abajo,al fin la tienes que andar.

Si a la vera del caminote salen a preguntar¡,por qué vas canta que cantasin pararte a descansar?,no te detengas, que aún quedamucho camino que andar,y aunque es larga la jornadaa la meta hay que llegar.

Sigue, sigue por la sendacanta que te cantarás,como el arroyo que correcaminito de la mar.

FR. JOSÉ CEREIN>

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NOTICIASMADRID

El 2 de febrero recibió el presbiterado el joven corista dePoyo fray Gumersindo Placer, de manos del ilustrísimo padreMutiloa, recién consagrado Obispo de Barbastro. ¡Mil enhora-buenas!

Tuvimos el gusto de saludar aquí al reverendo padre Comen-dador de Poyo fray Luis Barros.

También pasó entre nosotros unos días el reverendo padreFernando Díez, Comendador de Herencia, y el padre Pío Uribe,Comendador de Lequeitio.

Regresó del Norte, después de una laboriosa excursión, etreverendísimo padre Inocencio López.De paso para Barcelona, donde predicará una Novena, estu-

vo aquí algunas horas el padre Enrique García.También estuvo a despedirse de sus hermanos el padre

Carlos Carnevali, destinado a la provincia de Valencia.

HERENCIALa Novena, y particularmente el Triduo, en honor de Nues-

tro Santo Padre, ha sido este año muy solemne, con sermóndiario por el padre Enrique García, que supo despertar vivointerés en el auditorio.

El mismo padre dirigió el día de retiro espiritual a las Maríasde los Sagrarios.

También se están celebrando con magnífico esplendor lossiete domingos en honor del Patriarca San José. Las Comunio-nes son innumerables, y hay sermón por la tarde, que predicael padre Comendador, excepto el primer domingo, que lo hizoel padre García. Como lodos los años, se hacen los siete sá-bados en honor de Nuestra Santísima Madre.

DE MARQUINA

En aquel convento de nuestras religiosas tuvo lugar la Visi-ta Canónica en los días 15 al 21 del pasado enero, y en las elec-ciones presididas por el reverendísimo padre Inocencio López;fueron elegidas: Comendadora, la reverenda Madre Trinidad,Consejeras, las Madres Justina de Santa Teresa, Sor Mercedesy Sor Pilar, y Maestra de Novicias, la misma Madre Justina. Di-rectora de Colegio fué reelegida la Madre Mercedes.

El Colegio está cada vez más próspero, y el entusiasmo porras Misiones es muy grande en aquellas niñas y profesoras.

BILBAO.Nueva Archicofradía.—Se celebró con mucha solemnidad la

Novena de nuestro Patriarca San Pedro Nolasco, y los tresúltimos días predicó el reverendísimo padre Inocencio López,quedando erigida canónicamente la Archicofradía de NuestraSantísima Madre de la Merced, con cerca de 400 personas. Feli-

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Anda y canta.Corriendo por entre breñas,

cantando a todo cantar,va el arroyo hacia la vegacaminito de la mar.Es muy larga la llanura,el cauce muy seco está,¡y el arroyo es tan pequeño!...pero él corre, corre siempre,cantando a todo cantar,que aunque el mar está muy lejostiene que llegar al mar.

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citamos de corazón a las reverendas Madres Mercedarias y alseñor Capellán don José María Gutiérrez, por el celo que des-plegaron en esta obra, que era tan necesaria en Bilbao, y a laJunta directiva, que la componen doña María Bartida, doña Visitación Fernández de Lama, como presidenta y vicepresidenta,respectivamente; señorita Paz Frías, como tesorera, y señoritaOrtiz, como secretaria, y varias señoras y señoritas más, comoconsiliarias y celadoras de Coro.

, He aquí lo_que dice la «Gaceta del Norte», de Bilbao, en suhúmero del 16 de febrero:

Los cultos de la Archicofradía de la Merced.—Después de lossolemnes cultos del Triduo con motivo de la fundación de laArchicofradía de la Merced en Bilbao, tuvo lugar en la iglesia

,de las Mercedarias el pasado domingo una solemnísima funciónreligiosa, primera de las que en adelante se celebrarán los se-gundos domingos de cada mes.

Dichos cultos resultaron solemnísimos, asistiendo a ellosnumerosos fieles archicofrades, que lucían en sus pechos elsanto escapulario de la Virgen de la Merced. Por la mañanahubo nutridísima comunión general, cantando durante ella lasreligiosas preciosos motetes al Santísimo. Al final pronuncióunas palabras el padre Inocencio López Santa María, para darlas gracias a los concurrentes y alentándoles a seguir prestandosu asistencia a estos actos religiosos.

Por la tarde, a las cinco, después de la Exposición del San-tísimo, estación, rosario y salutación a la Santísima Virgen,pronunció un elocuente sermón el reverendísimo padre Inocen-cio López Santa María, ex General de ja Orden, alma y vida deesta naciente Archicofradía, y en la que puso, desde el princi-pio, todo su fervor y cariño hasta ver coronada una obra quehace tantos años viene acariciando.

Este religioso mercedario demostró ser un gran orador sa-grado, de conocimientos profundísimos y de dicción esmerada,y su sermón estuvo lleno de sabias enseñanzas.- Terminaron los cultos con la bendición y canto del Himnode la Merced por las religiosas y alumnas del Colegio.

No queremos terminar estas líneas sin felicitar al dignísimoCapellán del convento don José María Gutiérrez, por su laborconstante y activa al frente de esta nueva Archicofradía.—P. P.

RAMALES (Santander):En este Colegio de Madres Mercedarias dirigió unos ejerci-

cios a las religiosas, a las alumnas y a las señoras y señoritasdel pueblo, el reverendísimo padre Inocencio López Santa María.Fue mucha la asistencia, y al parecer, abundante el fruto. Feli-citamos a las Reverendas Madres por esta hermosa obra deredención, que puede sumarse a la que allí hace ya tiempo rea&zan en la enseñanza.

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LAS LABORES (Ciudad Real)El Sacratisimo Corazón de Jesús entronizado en la Escuela Nacionalde Niños.—Con indescriptible entusiasmo que embargaba los in-fantiles corazones de los niños, alumnos de la Escuela Nació-:nal, Ilevóse a efecto, en la mañana del día 6 del actual mes, elproclamar públicamente por Rey y Señor al Corazón Sagradode Jesús, acto que fué secundado en júbilo y presencia por las,autoridades locales y pueblo en general.

El acto de la entronización Ilevölo a cabo el sabio y virtuo-so sacerdote, cura ecónomo de esta parroquia, don Emilio Ga-llego Fernández, quien con su elocuente y clara oratoria exaltóa todos los allí congregados, a la repetición de actos como este,haciendo saber el gran amor que debemos hacia Nuestro Señor,Rey de todas las Naciones.

También estuvieron representadas las «Marías de los Sagra-nos Calvarios» de Herencia, asistiendo asimismo las «Hijas de;María» de esta villa.

Por las niñas y niños de ambas Escuelas, cantáronse him-nos propios del acto, y postrados largo rato ante el artístico,altar levantado, el cual estaba adornado e iluminado profusa-mente, dieron gracias al Divino Redentor por haberles dejado.llegar a este tan ansiado día de feliz e inolvidable recuerdopara sus tiernos corazones.

Digna de elogiar es la cooperación y ardiente celo prestado .en la confección y adorno del altar y local, respectivamente,por las señoritas Miralles (maestra nacional), Palmero, More-no, Díaz-Pavón y Durán, todas ellas Hijas de María, a todaslas cuales damos las gracias y felicitamos por el éxito ob-tenido.

FLORENCIO FERNÁNDEZ DELGADOLas Labores y febrero de 1928.

ENCUERAApostolado de las HH. Mercedarias de la Caridad .—Hospital-Asilo. Casi desde la fundación del Instituto las HH. Merceda-rias de la Caridad vienen dirigiendo el Hospital-Asilo de San

Rafael con gran acierto y aplauso del pueblo.Escuela de párvulos.—Como si esto fuese poco, el ardoroso

celo de las abnegadas religiosas sostiene una Escuela de pár-vulos gratuita, con una asistencia de 300 niños de ambos sexos.

La mayor parte de estos niños son hijos de obreros. A las,primeras horas de la mañana los entregan a las religiosas, conlas que pasan todo el día, hasta que a la noche los van a buscar;.allí les dan la comida y merienda; y aquellas horas se deslizanpara ellos veloces, al calor de tanto cariño.

Estas beneméritas religiosas asisten también a los enfermos,á domicilio. ¡Cuántas almas deben el haber co nquistado el cieloal celo desplegado, en sus últimos días de su vida, por la Her-mana Mercedaria de la Caridad! -

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Colegio de Nuestra Seriora de la Merced. —Hace pocos añosque fundaron un Colegio de primera y segunda enseñanza paraseñoritas en uno de los puntos más céntricos de la población,adonde concurren más de 200 alumnas. Los salones de las cla-ses son amplios y ventilados. Las Profesoras son todas reli-giosas muy bien preparadas y algunas con grados académicos.

Escuela Dominical.—En los locales del Colegio sostienenestas religiosas una Escuela Dominical con una asistencia demás de 90 obreras, quienes, después de respirar por espacio deseis días la atmósfera viciada del taller, de la fábrica, concurrena este centro de enseñanza, donde completan su instrucción yeducación con el trato y roce con las profesoras y con señoritasque ayudan a las religiosas en esta simpática obra.

Biblioteca «La Merced» . —Como fruto de las hermosas con-ferencias que nos dió el R. P. Ricardo Delgado Capeáns, Pro-vincial de la Merced de Valencia, se estableció en el Colegiouna Biblioteca de lecturas amenas, donde las alumnas, las exalumnas y aun todos los que las pidan, encontrarán lecturaamena, instructiva, moral y cuyas obras pueden llevar a suscasas para servir de lectura en las veladas del hogar.

—Han celebrado las fiestas de Pascua y Ario Nuevo con gransolemnidad y esplendor. Para tan simpáticas fiestas se prepara-ron haciendo todo el Colegio Ejercicios espirituales bajo ladirección de don Bautista Belda.

Los días de Navidad, Año Nuevo y Reyes, han representadoen el Salón de Actos preciosas zarzuelas y dramas, en dondese revelaron como consumadas artistas las señoritas que actua-ron y que fueron premiadas, por el numeroso público, con en-tusiastas aplausos.

La actual Superiora, Sor M. Rufina C. de San José, noperdona medio para colocar el Colegio a gran altura, y lo con-sigue.

CAZORLA

Hermandad de San Pedro Nolasco, de Cazorla.—Con gran solem-nidad y muy numeroso concurso de fieles se han celebrado eneste pueblo los cultos que anualmente dedica a su titular laHermandad de San Pedro Nolasco.

Elogios sinceros merecen estos jóvenes directores de laCongregación, que no omiten sacrificio alguno en su entusiastalabor religioso-social, y cada ario consiguen mayores éxitos ymayor número de adeptos. Es una labor meritísima la suya alinculcar en las almas juveniles de los hijos de Cazorla ideas deacendrada religiosidad.

La santa institución de la Merced es ya entre nosotros comoun árbol frondoso de raíces muy profundas. Los últimos brotes,los retoños más tiernos están formados por los niños cazorlen-ses, que, radiantes de dicha, temblando de emoción, se acerca-ron a la Sagrada Mesa a recibir el Pan de los Angeles.

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La iglesia del Hospital—tacita de pl ata—presentaba un as-pecto deslumbrador, y el altar—ascua de oro—era un verdaderoalarde de buen gusto.

La oración sagrada estuvo a cargo del nuevo Coadjutor deesta Parroquia, D. Félix Aranda, quien con palabra fácil y emo-cionada, con galanuras de concepto y de forma, cantó en primerlugar las bellezas con que Dios adornó estos lugares de ensue-ño, saludando a la ciudad andaluza a la manera clásica de lasnobles gentes de Castilla, y dedicando después su fervorosopanegírico a ensalzar la vida y las obras de San Pedro No-lasco.

Fue un día inolvidable, de emociones dulcísimas.Nuestra cordial felicitación a los organizadores de estos

solemnes cultos.RAIMUNDO

PALMA DE MALLORCAEl jueves primero del año se inauguraron con gran solem-

nidad en la iglesia de los PP. Mercedarios la bellísima institu-ción de los «Jueves Eucarísticos».

Palma de Mallorca, que va a la vanguardia en el amory devoción a la Sagrada Eucaristía, hace tiempo anhelabaesos « Iueves», llamados a renovar las costumbres de lassociedades modernas, atrayéndolas más y más a Cristo Rey;y la Comunidad Mercedaria, recogiendo esos anhelos, en-contrando en todas las clases sociales entusiasmos, llevó afeliz realización tan simpática institución a la que los SumosPontífices y los Prelados concedieron los más preciados tesorosde la Iglesia.

Los «Jueves Eucarísticos» se inauguraron con doce coros ycon una gran concurrencia de fieles que llenaban la amplia navede la iglesia de la Merced; después de la conmovedora ceremo-nia fueron muchos los que solicitaron el ingreso en la Aso-ciación.

Después del canto a la bandera y de la exposición de SuDivina Majestad, empezó la Misa que celebró el muy ilustre se-ñor Dr. Enrique Ibáñez Rizo, Canónigo Chantre de la SantaIglesia Catedral y predicador de S. M. En el ofertorio pronun-ció una muy sentida plática sobre el amor de Jesucristo a loshombres, en la que tuvo párrafos elocuentes que conmovieronal numeroso auditorio.

Por la tarde, con un lleno completo, se celebró la HoraSanta. Ocupó la sagrada cátedra el R. P. Superior de la Resi-dencia Fr. Elías Buj, quien, con la elocuencia en él acostum-brada, demostró cómo los «Jueves Encarísticos» están llamadosa reformar las costumbres de la sociedad y de la familia.

Plácemes mil merece el P. Elías Buj y la Comunidad Merce-daria por la institución de tan bella devoción. _

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PLACENCIA DE LAS ARMAS (Guipúzcoa)

Hermanas Mercedarias de la Caridad.—Solemnisima resultó lafestividad de Nuestro Santo Padre. La novena concluyó con unsolemnísimo triduo en que se pidió de un modo especial pornuestros hermanos los católicos de Méjico.

El día de Nuestro Santo Padre hubo Misa de Comunión Ge-neral, y más tarde Misa solemne cantada por las alumnas delColegio y bendición de una preciosa imagen de Nuestra Santí-sima Madre que entre el aplauso del pueblo, repique general decampanas y disparo de cohetes, fue colocada en un nicho en laparte exterior del convento, siendo saludada por el Colegio dealumnas, que le cantaron la Salve Mercedaria.

Con esto esperamos fomentar la devoción a Nuestra Madre,especialmente entre los vecinos del barrio de Recalde, donde estáenclavada nuestra Residencia. Hay ya muchas familias quetienen que agradecer a la Santísima Virgen de la Merced favo-res recibidos.

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NECROLOGIASLa niña Teresa María de la Merced Serra Brujas subió al

cielo en Barcelona. Estaba consagrada a la Santísima Virgen,de la Merced y vestía su santo Escapulario.

A sus padres, distinguidos amigos de la Merced y suscripto-res de esta revista, damos sentido pésame.

—En Herencia falleció el 12 de enero, después de recibir losSantos Sacramentos, la terciaria doña Ciriaca González Navas.

—En Madrid, el general don Angel Fernández-Caro Nouvi-las, recibidos todos los Santos Sacramentos.

—En Madrid también muy piadosamente, don Juan Cabani-llas, nuestro suscriptor.

A sus familias, muy allegadas a la Orden, nuestro más sen-tido pésame.

CON LAS DEBIDAS LICENCIAS

Editorial Católica Toledana, Juan ilabrador, 6, teléfono 211.

R. I. P.