Pacientes Con Trastornos de Ansiedad
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8/19/2019 Pacientes Con Trastornos de Ansiedad
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Definición y tratamiento | 22 FEB 16
Pacientes con trastornos de ansiedadPara que el tratamiento de los pacientes que presentan estos trastornos sea adecuado esfundamental conocer las características de los fármacos y las opciones psicoterapéuticas
existentes. Aut or: Kat zman M, Blea u P, Va n Ameringe n M y colab orado res BMC Psychiatry 14(S1), Jul 2014
Introducción y objetivos
Los trastornos de ansiedad (TA) se incluyen entre las enfermedades mentales más frecuentes, aunque
su diagnóstico y tratamiento distan de ser satisfactorios. Se estima que la prevalencia de los TA a lo
largo de la vida alcanza el 31% y es mayor en mujeres en comparación con los hombres. Además, la
presencia de un TA aumenta el riesgo para padecer depresión, supone una carga significativa para los
pacientes y sus allegados y afecta tanto el funcionamiento como la calidad de vida. Según la
información disponible, los TA se asocian con un aumento del riesgo de suicidio, aunque es necesariocontar con más investigaciones al respecto.
En el presente estudio se evaluaron recomendaciones fundamentadas creadas con el fin de asistir a
los trabajadores de la salud a la hora de tratar a los pacientes con TA. La elaboración de las
recomendaciones tuvo lugar mediante la revisión de la información disponible por parte de expertos en
trastornos de ansiedad y otras enfermedades relacionadas. Las bases de datos consultadas incluyeron
Medline y Psycinfo, entre otras fuentes.
Diagnóstico y tratamiento de los trastornos de ansiedad
La evaluación y el tratamiento de los pacientes con síntomas de ansiedad incluyen la detección
sistemática de los síntomas principales y relacionados, la realización de un diagnóstico diferencial, la
identificación del TA en cuestión, la planificación de un tratamiento farmacológico y psicológico y del
esquema de seguimiento. Las preguntas a formular con el fin de realizar una detección sistemática
correcta dependerán del TA sospechado.
En cuanto al diagnóstico diferencial, es f undamental evaluar si los síntomas se deben a un TA o son
secundarios a otro trastorno o al consumo de alguna sustancia. La evaluación de las comorbilidades es
importante en sujetos con TA, ya que influye en forma negativa sobre la evolución y la respuesta altratamiento. Con frecuencia, los pacientes con TA presentan otro trastorno psiquiátrico, principalmente
un TA o del estado de ánimo. También se observan comorbilidades con afecciones cardiovasculares y
digestivas, entre otros cuadros clínicos.
En un principio se recomienda evaluar el estado general de los enfermos y, de ser posible, solicitar
análisis de laboratorio. Luego se procederá a identificar el TA específico, de acuerdo con los criterios
diagnósticos vigentes. Todos los pacientes deberían recibir información acerca del trastorno que
padecen y del tratamiento a administrar. En este sentido se cuenta con opciones farmacológicas y
psicológicas. Entre estas últimas se destaca la terapia cognitivo conductual (TCC) que incluye la
exposición, la inhibición de la respuesta, las estrategias cognitivas y el manejo de la activación, entre
otras estrategias. En cuanto al tratamiento farmacológico, las drogas aprobadas para los pacientes con
TA incluyen los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), la clomipramina, la
venlafaxina, la duloxetina, la buspirona y las benzodiazepinas. A continuación se evalúa cada TA en
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particular.
Trastorno de pánico y agorafobia
El trastorno de pánico (TP) tiene una prevalencia a lo largo de la vida del 4.7% al 5.1%, en tanto que los
ataques de pánico tienen una prevalencia superior. Las mujeres y los individuos de mediana edad,
solteros y de bajos ingresos son los grupos con un riesgo mayor de padecer la enfermedad. El cuadro
clínico incluye la presencia de ataques de pánico recurrentes e inesperados. A esto se suma lapreocupación duradera acerca de la repetición del ataque de pánico o de sus consecuencias, o el
cambio conductual maladaptativo relacionado con las crisis. En la actualidad, la agorafobia se
considera un trastorno separado caracterizado por miedo intenso y desproporcionado ante al menos
dos situaciones diferentes durante las cuales resultaría difícil escapar o pedir ayuda ante la aparición
de síntomas panicosos. Este cuadro genera una disfunción notoria.
La TCC individual o grupal es eficaz para los pacientes con TP tanto a corto como a largo plazo. De
acuerdo con lo informado en algunos estudios, puede ser superior frente al tratamiento farmacológico.
De hecho, es una opción de primera línea, sola o combinada con la farmacoterapia. Dicha
combinación fue superior en comparación con la aplicación de cada tratamiento por separado.
En cuanto a la terapia farmacológica de los individuos con TP, las drogas de primera línea incluyen los
ISRS citalopram, fluoxetina, fluvoxamina, paroxetina y sertralina y el escitalopram y la paroxetina de
liberación controlada. El inhibidor de la recaptación de noradrenalina y serotonina (IRNS) venlafaxina de
liberación prolongada (XR) también se incluye entre las drogas de primera línea.
En cambio, los antidepresivos tricíclicos (ATC) clomipramina e imipramina son drogas de segunda línea
que, si bien resultan tan efectivas como los ISRS, presentan un perfil de tolerabilidad más desfavorable.
La reboxetina, la mirtazapina y las benzodiazepinas se incluyen entre las opciones de segunda línea.
Estas últimas son beneficiosas al inicio del tratamiento con antidepresivos o para resolver síntomasagudos. Las drogas de tercera línea incluyen el bupropión de liberación prolongada, divalproato,
duloxetina, gabapentina, levetiracetam, milnacipran, moclobemida, olanzapina, fenelzina, quetiapina,
risperidona y la tranilcipromina.
Como agentes adyuvantes de segunda línea puede considerarse el empleo de alprazolam o
clonazepam, en tanto que las drogas adyuvantes de tercera línea incluyen aripiprazol, divalproato,
olanzapina, pindolol y risperidona. No se recomienda administrar buspirona, propranolol, tiagabina o
trazodona. Tanto las drogas de tercera línea y adyuvantes como las terapias biológicas, la estimulación
cerebral no invasiva o las terapias alternativas, como el entrenamiento de la respiración, pueden
considerarse si el paciente con TP respondió a un tratamiento adecuado con drogas de primera ysegunda línea administradas solas o combinadas.
Fobia específica
La fobia específica es un TA frecuente que se observa especialmente en la población adolescente y se
caracteriza por un miedo o ansiedad intensos relacionados con un determinado objeto o situación.
Esto genera un nivel significativo de malestar y disfunción. Los objetos temidos con mayor frecuencia
son los animales, en tanto que entre los entornos más evitados se incluyen las tormentas o las alturas,
los espacios cerrados, los aviones y los ascensores. También se destaca la fobia de tipo sangre-inyección-daño.
El tratamiento más efectivo consiste en la aplicación de técnicas de exposición. En cambio, la
farmacoterapia no fue estudiada en profundidad y los datos disponibles no permiten indicar su
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superioridad en comparación con las estrategias psicológicas. Las técnicas de exposición pueden
incluir el empleo de herramientas de realidad virtual, especialmente en pacientes con fobia a las alturas,
las arañas o los espacios cerrados. Otros tratamientos utilizados en personas con fobia específica son
los programas computarizados de autoayuda en caso de fobia a las arañas, a volar o a los animales
pequeños, la tensión muscular aplicada en individuos con fobia tipo sangre-inyección-daño y la terapia
cognitiva y la exposición en presencia de fobia a volar o a las intervenciones odontológicas. En general,
la TCC y la exposición son necesarias durante períodos breves y brindan beneficios a largo plazo.
Trastorno de ansiedad social
El trastorno de ansiedad social (TAS) es más frecuente en las mujeres que en los hombres y se incluye
entre los TA más frecuentes. Su presencia afecta la calidad de vida y el desempeño de las personas en
forma notoria, y generalmente se asocia con otros trastornos comórbidos. El diagnóstico de TAS tiene
lugar en sujetos que presentan un temor intenso en situaciones de interacción social que pueden
suponer una evaluación del individuo por parte de terceros. Dichas situaciones generan temor o
ansiedad significativos y son evitadas por los pacientes en forma activa.
El tratamiento no farmacológico de referencia empleado en caso de TAS es la TCC conreestructuración y evaluación de pensamientos maladaptativos y terapia de exposición. El uso de
programas de realidad virtual y computarizados también resultó eficaz en estos casos. De acuerdo con
los datos existentes, los beneficios de la TCC se mantienen durante uno a cinco años de seguimiento.
Ante la interrupción del tratamiento, la persistencia del efecto es mayor en pacientes que recibieron
TCC en comparación con lo observado en quienes recibieron farmacoterapia. A propósito, el agregado
de fármacos no aumentó el beneficio de la TCC.
Entre las drogas de primera línea para el tratamiento de los individuos con TAS se incluyen los
antidepresivos escitalopram, fluvoxamina, fluvoxamina de liberación controlada, paroxetina, paroxetina
de liberación controlada, sertralina, venlafaxina de liberación prolongada y pregabalina. Las drogas desegunda línea incluyen las benzodiacepinas, alprazolam, bromazepam y clonazepam, el citalopram, el
gabapentin y la fenelzina. En ausencia de respuesta al tratamiento farmacológico y a la TCC se
recomienda reevaluar el diagnóstico y la presencia de comorbilidades y analizar el empleo de drogas
adyuvantes o de tercera línea como atomoxetina, bupropion, clomipramina, divalproato, duloxetina,
fluoxetina, mirtazapina, moclobemida, olanzapina, selegilina, tiagabine o topiramato. No es aconsejable
el uso de atenolol, buspirona, imipramina, levetiracetam, propranolol o quetiapina, aunque los
betabloqueantes se utilizan en pacientes con TAS no generalizado que presentan síntomas al hablar en
público.
Trastorno de ansiedad generalizada
El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) se caracteriza por un nivel excesivo de preocupación y
ansiedad relacionada con una amplia gama de acontecimientos. Además se observa dificultad para
controlar la preocupación acompañada por cambios conductuales, inquietud, tensión muscular,
irritabilidad, trastornos del sueño y alteración de la concentración. Es más frecuente en mujeres que en
hombres y tiene una prevalencia a lo largo de la vida del 6%. Esta enfermedad genera un nivel
significativo de disfunción y con frecuencia se asocia con comorbilidades psiquiátricas y clínicas.
El tratamiento de primera línea para los pacientes con TAG puede ser la TCC, cuya efectividad seasemejó a la observada ante el empleo de psicofármacos. Si bien no se recomienda la combinación de
TCC con fármacos de rutina, la ausencia de respuesta a la TCC o a la farmacoterapia puede indicar la
necesidad de combinar ambos abordajes. Las opciones farmacológicas de primera línea incluyen el
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empleo de ISRS como el escitalopram, la paroxetina o la sertralina, de IRNS como la duloxetina o la
venlafaxina XR o de otros agentes como la agomelatina y la pregabalina.
En ausencia de respuesta a una droga de primera línea se recomienda administrar otra droga de
primera línea en reemplazo. Si la estrategia no resulta satisfactoria se puede optar por el empleo de una
droga de segunda línea como el bupropion, la buspirona, la hidroxizina, la imipramina, la quetiapina, la
vortioxetina, el alprazolam, el bromazepam, el diazepam o el lorazepam.
Los pacientes con TAG resistente al tratamiento deben ser evaluados con el fin de corroborar el
diagnóstico e identificar las comorbilidades que pueden obstaculizar la respuesta al tratamiento. Como
última opción y ante la falta de respuesta a las opciones terapéuticas de primera y segunda línea puede
administrarse una droga de tercera línea como citalopram, divalproato, fluoxetina, mirtazapina y
trazodona. Asimismo, algunas personas pueden beneficiarse mediante la administración de adyuvantes
como la pregabalina, el aripiprazol, la olanzapina, la quetiapina o la risperidona.
Trastorno obsesivo compulsivo
La prevalencia estimada de trastorno obsesivo compulsivo (TOC) a lo largo de la vida oscila entre el
1% y el 2.3%. Esta enfermedad es poco frecuente pero grave y generalmente comienza alrededor de
los 20 años o a edades más tempranas. Su presencia supone una alteración significativa de la calidad
de vida y del desempeño de los pacientes, además de generar un costo económico considerable.
Además, hasta el 90% de los sujetos con TOC presentan comorbilidades como los trastornos del
estado de ánimo, las psicosis y la bipolaridad.
El diagnóstico de TOC tiene lugar en presencia de obsesiones, compulsiones o ambas. Las primeras
se definen como pensamientos, imágenes o urgencias recurrentes, persistentes e intrusivas que
provocan ansiedad significativa. Las compulsiones son conductas o actos mentales repetitivos que
disminuyen la ansiedad generada por las obsesiones. Tanto las obsesiones como las compulsiones
consumen un tiempo considerable y generan un nivel significativo de disfunción.
El tratamiento del TOC incluye la aplicación de estrategias de TCC, especialmente la exposición y
prevención de la respuesta. Dicho abordaje resulta equivalente o superior frente a la farmacoterapia y
puede administrarse en un contexto individual o grupal, con beneficios a largo plazo. No obstante, los
beneficios pueden ser aun más duraderos si la TCC se combina con la farmacoterapia.
Las drogas a administrar al inicio del tratamiento de los pacientes con TOC son las consideradas de
primera línea e incluyen el escitalopram, la fluoxetina, la fluvoxamina, la paroxetina y la sertralina. Enausencia de respuesta adecuada se recomienda reemplazar la droga por otro agente de primera línea.
Si dicha estrategia no resulta apropiada puede optarse por la administración de una droga de segunda
línea. Entre estas se incluyen el citalopram, la clomipramina, la mirtazapina y la venlafaxina XR, en
tanto que las opciones de tercera línea incluyen la administración de citalopram o clomipramina por vía
intravenosa o el empleo de duloxetina, fenelzina, tramadol o tranilcipromina.
Dadas las dificultades que puede suponer el tratamiento de los individuos con TOC, resulta importante
el uso de tratamientos adyuvantes si el paciente presenta un cuadro resistente. Como opciones
adyuvantes de primera línea se incluyen el aripiprazol y la risperidona, en tanto que las opciones de
segunda línea son la memantina, la quetiapina y el topiramato. Las drogas adyuvantes de tercera líneaincluyen la amisulprida, el celecoxib, el citalopram, el haloperidol, la mirtazapina, la N-acetilcisteína, la
olanzapina, la pregabalina y la ziprasidona, entre otras. No se recomienda el tratamiento con
clonazepam, clonidina o desipramina. En ausencia de respuesta adecuada al tratamiento, siempre será
necesario reevaluar el diagnóstico e identificar las comorbilidades.
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Trastorno por estrés postraumático
El trastorno por estrés postraumático (TEPT) generalmente comienza cerca de los 20 años. Tiene una
prevalencia a lo largo de la vida del 6% al 9% y, al igual que otros TA, se observa más frecuentemente
en las mujeres que en los hombres. Su presencia supone un nivel considerable de afección de la
calidad de vida y del desempeño de los pacientes. Además, se acompaña por síntomas somáticos
como el dolor crónico, los trastornos del sueño y la disfunción sexual y por un aumento del riesgo desuicidio.
Se estima que hasta el 75% de los sujetos con TEPT presentan otro trastorno comórbido,
especialmente los trastornos de ansiedad, depresión, trastorno oposicionista desafiante, trastorno por
déficit de atención e hiperactividad, consumo de sustancias y trastorno límite de la personalidad. Esto
aumenta la gravedad del cuadro clínico y la afección de la calidad de vida y del desempeño de los
enfermos.
Para realizar el diagnóstico de TEPT debe identificarse el antecedente de exposición a un trauma. El
cuadro clínico se caracteriza por síntomas intrusivos y disociativos y malestar psicológico o fisiológicorelacionado con el evento traumático. Los síntomas deben estar presentes durante al menos un mes.
De lo contrario, se diagnosticará un trastorno por estrés agudo. La información disponible no permite
indicar la utilidad de las intervenciones terapéuticas tempranas psicológicas o farmacológicas con el fin
de prevenir el TEPT en todos los pacientes expuestos a un evento traumático. En cambio, se aconseja
aplicar estrategias de detección sistemática e identificar los casos que requieren un tratamiento
específico.
El tratamiento de primera línea para las personas con TEPT puede llevarse a cabo mediante la
aplicación de TCC. Las estrategias a aplicar incluyen la TCC focalizada en el trauma, la terapia de
desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (EMDR) y la terapia de manejo delestrés, entre otras. La TCC administrada vía internet y la exposición mediante realidad virtual también
son opciones a considerar. De acuerdo con los estudios existentes, el tratamiento psicológico brinda
beneficios duraderos que pueden observarse hasta diez años luego de finalizada la intervención. En
cuanto a la combinación de estrategias terapéuticas farmacológicas y psicológicas, la información
disponible es limitada y no permite obtener conclusiones definitivas.
El tratamiento farmacológico de primera línea para los individuos con TEPT incluye la administración de
ISRS como la fluoxetina, la paroxetina y la sertralina o del IRNS venlafaxina XR. En ausencia de
respuesta adecuada se recomienda reemplazar la droga por otra de primera línea o administrar un
fármaco de segunda línea como la fluvoxamina, la mirtazapina y la fenelzina. Asimismo, puede optarsepor agregar otra droga de segunda línea como eszopiclona, olanzapina o risperidona o de tercera línea
como aripiprazol, clonidina, gabapentin, levetiracetam, pregabalina, quetiapina, reboxetina o tiagabina.
Dada la importancia de mantener los avances terapéuticos, es importante emplear estrategias
adyuvantes durante las primeras etapas del tratamiento.
Los pacientes con resistencia al tratamiento deben ser reevaluados con el fin de corroborar el
diagnóstico de TEPT e identificar cuadros comórbidos. En estos casos puede ser de utilidad
administrar drogas de tercera línea como amitriptilina, aripiprazol, bupropion, buspirona, carbamazepina,
desipramina, duloxetina, escitalopram, imipramina, lamotrigina, memantina, moclobemida, quetiapina,
reboxetina, risperidona o trazodona. En cambio, no se recomienda el uso de alprazolam, citalopram,clonazepam, desipramina, divalproato, olanzapina o tiagabina.
Poblaciones especiales
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El tratamiento de los TA durante el embarazo y la lactancia debe efectuarse según los riesgos y
beneficios potenciales de cada intervención y de la ausencia de tratamiento. En general, el tratamiento
con antidepresivos no se asocia con un riesgo elevado de teratogenia u otro tipo de trastorno durante el
embarazo. No obstante, es importante analizar el riesgo de alteración de la adaptación neonatal y
administrar un tratamiento oportuno. En cuanto al tratamiento con antipsicóticos y benzodiazepinas
durante el embarazo, la información disponible es limitada. En consecuencia, se recomienda
individualizar las decisiones de acuerdo con la información existente y las necesidades de cada
paciente.
El diagnóstico y el tratamiento de los niños y adolescentes con TA suponen un desafío para el
profesional, quien deberá contar con la colaboración de los padres y maestros. En general, es preferible
aplicar estrategias psicológicas adaptadas a la edad y el nivel de maduración del paciente. No obstante,
de ser necesario se recomienda el empleo de ISRS, aunque los riesgos de dicho tratamiento pueden
ser considerables. Siempre es beneficiosa la inclusión de los padres y maestros en el plan terapéutico.
La frecuencia de TA de inicio en la vejez es baja. No obstante, los TA pueden persistir y afectar la
calidad de vida y el desempeño de los ancianos. En estos casos, es posible que el diagnóstico sea
dificultoso debido a las características clínicas de los pacientes, que incluyen trastornos mnemónicos ycomorbilidades médicas. Desafortunadamente, no se cuenta con estudios suficientes sobre el
tratamiento de los ancianos con TA, aunque se sugiere que la efectividad de las estrategias no difiere
significativamente entre los adultos y los ancianos. De todos modos, es fundamental tener en cuenta
las características clínicas de los pacientes añosos ya que pueden afectar la cinética de las drogas y el
riesgo de efectos adversos.
Conclusión
Los TA son cuadros frecuentes en la práctica clínica que generalmente se presentan en comorbilidad
con otras enfermedades. Con el fin de aplicar un tratamiento adecuado es fundamental conocer tanto laeficacia como el perfil de seguridad y tolerabilidad de las opciones disponibles.
♦ SIIC - Sociedad Iberoamericana de Información Científica