PANORAMA CULTURAL - revistadelauniversidad.unam.mx · ,LA MARCA DE PRESTIGIO Para sus excursiones y...
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PANORAMA CULTURALA CARGO DEL LIC. ARTURO ADAME RODRIGU~Z
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UNIVERSIDAD 'DEMEXICO * 19
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NACIONAL FINANCIERA, S.· A.. .. ' .
viles. Con excepción de la kachua, quesuele agrupar' a los miembros de todala comunidad, del ayllu, las demás sebailan en los festivales íntimos. Las dosúltimas son mestizas, poblánas. Pero lakachua, el kaluyo y la cacharpaya seremontan a los lejanos días imperiales.
La cacharpaya es el baile de las despedidas, y en las notas de su música selibera esa angustia del infinito que lavasta puna inclemente o la negra muralla de picachos pétreos hacen fermentar en las almas de los habitantes delAnde.'
El ritmo desenvuelto del kaluyo infunde optimismo al caminante, lo ayuda a cubrir las largas distancias delAltiplano, a salvar las cordilleras' y losvaUes, y a sobrellevar las nostalgias dela ausencia. Las notas de su melodía,chisporrotean cordialmente, al sol delos caminos o a la luz de las paseanas,y comunican su agilidad a las piernasy su embriaguez al corazón.
La kachua denuncia un contenidosexual,. aunque sus figuras sean sobrias, como es, en general, la vida misma d,el indio, Pero su; sentido es todavía más profundo, y fluye más cristalino cuando la danza es bailada por unaporción humana numerosa. Entonces seadvierte claramente su lenguaje cósmico. En el centro .se mueve una pareja de bailarines que representan alSol Y. a la Luna, y en torno, círculosconcéntricos de hombrés y mujeres,círculos cada vez más amplios, que re.piten en sus movimientos el ritmo delas constelaciones y de los a~tros. Esuna interpretación de! mundo estelar.
". Insertado en todos estos bailes late elritmo jugoso y alegre de! huayño, como una vena de agua límpida que r.eco~
ge a su paso las destilaciones confortantes de la tierra. El huayño es la vozmusical de la tierra. Se transmite a lasplantas del hombre, como una savia ,:ital, y sube por su piel y su sangre,volCando en ellas su acento jocundo, susana exaltación de la vida. Y el indiobaila reconcentrado yero animoso, ylas muchachas hacen girar sus faldasrojas, verdes, azules, plantas rotantes<le la naturaleza, flores de grandes'corolas invertidas.
"El huayño, fué, el compañero inseparable del in(iio en todas sus tragedias, dice Uriel García. Acogido a suternura, como al" jugo de su coca, elindio soportó todas las servidumbres,
, todos los doldres del mitáyo y del ya-,nacona, O acrecentado de voluntad porsuperarse, a ~pe'sa~ de su servidumbreavanzó en afán creador hacia su nuevo destino, y fué artista, pensad9r, hé~
, M~xico, D. F.
danzas continuaron reflejándolo. (Como la arquitectura de los templos católicos construídos en la 'Colonia no pudoe~tar que el alarife indio perpetuara ensus fachadas los símbolos de su propiafe.) ,
Todavía se baila en el Altiplano ladanza del Inti, al que uno de los bailarines representa llevando sobre la cabeza una pesada máscara de yeso, conincrustaciones de oro y piedras preciosas. Los coros de Carhuanis y huarikaris simulan en su coreografía lossacrificios sagrados a la Pachamama.y la de los kollahuiphalas, que enarboJan el estandarte del Kollao, es la danzaemblcmatica de la nación agraria, cuyacélula es el. ayllu, piedlAl angular dela comunidad, a' la que rige el Inca,delegación de Huirakocha.
A las danzas específicas de grupo~
y a la música de esas danzas, hay queagregar el baile y las músi~as de losbailes generales, las danzas qu~ todoel pueblo neoindio, baila en sus celebraciones públicas y privadas. El huayño,la kachua, e! kaluyo, la cacharpaya, elpasacalle, el bailecito, son las danzas ci-
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Venustiano Carranza No. 25
Apartado No. 353.
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mitos. La adoración de Huirakocha, dela Pachamama, del Inti Y de los Apusrepresentativos, continúa bajo la superficie.del rito cristiano. Huirakochasigue siendo, para el kolla, el fundadordel mundo, el creador de la tierra, delcielo y de sus astros, Y del hombre. 'LaPachamama, la madre tierra, seno nu-'tricio del que todo parte Y hacia el quetodo'vuelve. Y el Inti, el sol, fuente devida, energía fecundadora, padre delbienestar Y la alegría. Los Apus, másinmediatos al hombre, son los antepasados totémicos, encarnados en la montaña, en el río, en el lago o la colina, enlos animales de la comarca, pumas,cóndores; vicuñas; son los denominadores regionales, los modeladores de lapsique india, de su personalidad local.No es ésta, como resulta fácil advertir,una religión elemental, panteísta o totémica, sino una religión superior, producto de una conciencia activa, frutode una cultura elaborada.
No era obra fácil suplantarla. No loconsiguieron del todo las reducciones,católicas. Bajo la corteza adoptada, siguió ade!anúmdo el viejo cred(). Y las
Naturaleza de la danzaaborigen
El sello que distingue a las danzasde los pobladores del Altiplano, es sunaturaleza social. La danza aborigenno sólo es siempre' colectiva, sino queexpresa ~entimientoscomunes a un grupo o a una multitud. No sólo participan de ella muchedumbres, si~o que lasideas que contienen las figuras de ladanza, sus alusiones simbólicas, susalegorías; son siempre ideas extensivas,comuniones públicas, El virtuoso noestá ausente en la coreografia ay,mara,pero actúa siempre en función de la. ,
comparsa; tJ,0 es sino un elemento dis-locado de la c0munidad. Los diablos,las diablesas, lo's kusillos, o los kallas,giran como derviches, saltan, gesticulan, provocan con sus cabriolas la risade los espectadores, discurren con unaapariencia de libertad fúera del círculode la danza, pero están atados a ella:más que a la melodía al movimiento, alritmo del conjunto.
Las danzas nacionales de los pobladores del KoilasuYQ, o fueron religiosas y unieron al pueblo en los Raymisy los jubileos solares; o 'fueron guerreras y lo convocaron en una marcialexpresión de ~u animosidad y su coraje; o fueron agrarias y tradujeronsus regocijos y sus decepciones, ilus-.traron sus afanes, remontaron su esperanza en las invocaciones alos Apusde la tierra. '. , - .
La aventur~ Y' el trabajo,. las efemérides y la empresa eran danzados porel kolla. Más tarde llegaron el dolor Yla larga servidumbre, con la Conquista,Y a los puros elementos: de la danzaaborigen, al tako, se agregaron .los elementos foráneos, y dt: la ~usión hispanoincaica nacieron. otras. ex~resiones:,
las alusivas sátira .ybefa de las instituciones, c~stumbres:y cortesanía delos españoles: cha.s.cos, ,h,u.acatokoris,tinti~aballos, pallapG.llas, anquw;úruis,y las mestizas: tratripulis, sicuris, carhuanis, en las que infuIJ-den 'sus módu~
los las danzas pqpular~s importádas dela Pení!1sula~ ;La C_olonia, tJ;9tfo, a suvez, el aluvión negro, y aunque en lasaltas mes~tas eltrÚico;' <,le ~cáÍor fuéescaso, inyectó su sello a.la,zarabanda
. común y brotaron las pantomimas detundiquis, de 1tuirenos, ,de sayatokoris.
La impronta de la tierra continuóprivando, empe~o, entadas ellas. Nisiquiera un acontecimiento de ptoyec~
ciones tan vastas en el' e~pí¡'¡tu delhombre primario' americano; como laextensión de los dominios del cristianismo él su ámbito vital, logra modificar la estructura íntima de su concep.,ción religiosa, de su m.etafí7i~~, de~us
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se ha llegado a la comprobación de quelos restos alli encontrados corr~spon
den a culturas más antiguas y que lostotonacos llegaron a aquellos lugares ,posteriormente.
En la actualidad, la ocupación depueblos de habla totonaca se extiendepor la parte central y costera del Estado de Veracruz, pero también hay pequeños grupos dentro de la sierra dePuebla, en los Distritos de Huauchinango, Tulancingo, Zacatlún y Zacapoaxtla. Esta región fué denominadael Totonacapan por los primeros conquistadores. En cuanto a los datos decarácter histórico consignados por loscronistas, se sabe que los reyes totonacas llevaban nombres mexicanos, como Umeácatl, Teuitztli, Panin, YeiácatI, etc., y las mismas crónicas refieren que, desde la época de los primerosreyes, el territorio trató de ser invadi- 'do por los chichimecas. El tercer rey seenfrentó a. los aztecas, el cnarto dividió el reino entre sus hijos, y los reyessiguientes llevaron la guerr,1. hasta loslímites de la Meseta Central, quedandocon el último rey disgregadd. y dispersala gente. Por otra parte, lo~ mexicanos"incursionaron" muy frecuentementeen el Totonacapan, como se comprueba por las guarniciones aztecas que había en N autla, y en Cempoala. Quiahuitztlán y Tlatlahuqui estaban sujetas a ellos. Otras pruebas de esta invasión las señalan los hallazgos arqueo-,
arte casi abandonado, y más tarde Dufresne y Dufy, aproximadament~ por1920, realizan cartones para ser bordados con la técnica del tapiz; y y~ mástarde, por encargo de Madame Cuttoli,Picasso, Matisse, Rpuault, ])erain,Lurc;at, Miró, etc., hacen nuevos cartones que entusiasman a los coleccionistas por la novedad del dibujo y ellujo de los tonos y de la ejecución. Losobreros de Aubusson consiguen espléndidas virtuosidades en el tapiz. Pero el pintor que más se destacó e\1 esterenacimiento de la tapicería fué JeanLur<;at, que en 1915 consigue hacerrealizar su primer gran "mural", impulsando esta labor al terminar la primera gran guerra y haciendo ensayoscon diversos puntos de bordado, utilizando los talleres de Aubusson, hastaque en 1936 se pone en contacto conGuillaume J anneau, director del Museo Nacional de los Gobelinos, analizando con él los diversos problemas queplantea la tapicería. Se incorpora a estos trabajos otro gran pintor, MarcelGromaire, que participa de las mismasideas políticas avanzadas de Lurc;at yque desea, como él, realizar un arte enel que partiCipen artesanos y donde elpintor esté incorporado a una funciónsocial concreta de acuerdo con nuestraépoca. Ellos animan a otros pintoresde la escuela de París a participar deeste movimiento y a dar nuevas soluciones a los problemas planteados porla tapicería. Escriben artículos, folle-tos y monografías que estudian estosdistintos problemas y plantean sus teorí.as con un ardor extraordinario, consiguiendo en el trabajo práctico unaextraordinaria cantidad de matices queenriquecen la plata de hilos de lóstalleres. El Estado francés contribuye especialmente al desarrollo de estaindustria, y en Estados Unidos, marchands y grandes coleccionistas la apoyaron económicamente comprando parte de esta obra a la nueva industria.Los temas son en algunos casos recogidos de trozos de poemas de poetascontemporáneos. J ean Lurc;at realizatapices sobre temas de Aragon y deEluard. Todos estos pintores, grandespintores, convierten de nuevo la tapicería en un arte independiente con razón propia de existencia y nace una bibliografía sobre este arte en estos últimos años, ,a la que contribuyen también los pintores, que es de una extraordinaria utilidad para el estudio de esta industria. A Lur!;at, Gromaire, Dufy, sobre todo, debe Francia este impulso de un arte que tuvo su más altodesarrollo en la antigüedad en ese mismo país y la vieja tradición de los Gobelinos la continúan las manos hábilesen el tejer de los obreros artesanos deAubusson. '
•Cabalgala, Buenos Aires.
Cultura totonaca
Por ~ucho tiempo se había considerado que la mayoría de los vestigiosarqueológicos del Estado de Veracrozeran obra de totonacos. Ahora, gra-
las épocas, sólo superados por el éxitoalcanzado por los tapices de Holanda.Grandes pintores contribuyeron de unamanera extraordinaria con sus dibujosal enaltecimiento de esta industria. Rafael envió desde Italia sus dibujos aFlandes para que allí sirvieran de madeJa r hasta finales del siglo XVIII losmás grandes pintores contribuyeron aldesarrollo de esta industria, hasta elpunto que en el siglo XVII la afición porla tapicería hizo que tocIos los soberanOS europeos, en general, procuras¡ntener colecciones de ellos en sus residencias, disputándose entre sí el orgullo de tener en sus colecciones los máslujosos y bellos tapices. Velázquez realizó el obrador de la fábrica de Madrid,y fábricas como la madrileña se hicieron en distintos puntos de Alemania yde Austria, tratando todas ellas deigualar si no de superar la famosa yantigua industria francesa. Van Boehndice que en el año 1660, al reunirse lascortes española y francesa en Bidasoa,en la isla de los Faisanes, se construyóun edificio de madera que fué convertido en palacio por los tapices llevadospor los monarcas de España y Francia,habiendo sido encargado el decoradoque correspondía a España, la mitad, aVe!ázquez. Actualmente se conservangrandes colecciones de estos tapices. EnFlandes, pintores como Rubens, comoTeniers etc. contribuyeron de una manera e~trao;dinaria a la calidad plástica de" esta industria, y en España elgran pintor que más cartones hizo paratapices fué Gaya, entre mediados y finales del siglo XVIII, que había aprendido el oficio de su suegro Bayeu. Es~ta industria sufrió, a partir del sigloXVII, una notable decadencia, pudiendoasegurarse que fué casi nula en el sigloXIX, donde tomó simplemente un carácter industrial que le hacía ajena a lagran época pasada y alejada del artepor la banalidad de los asuntos y el poco esplendor de las ejecuciones. Peroen Francia, la patria de los más viejostapices que se conservan, los que recuerdan la invasión de los normandos,un núcleo de pintores hizo renacer elviejo esplendor de la tapicería. En 1900artistas como Bonnard y Maillol realizan pequeños panneaux que comienzana desarrollar un nuevo gusto por este
En el origen fué la danza, madre detodas las artes americanas: de su música, de su escultura, de su pintura,de su arquitectura, de su poesía. Hijadirecta de la naturaleza americana,ha continu3:do ejerciendo el magisteri?de la tierra. Y cualquier arte que aspire a enraizarse y no a erradicarse,que aspire a lo profundo y no a loaéreo, ha de buscar su gleba para hincar sus fundamentos en ella.
No sólo los grandes ballets americanos hallarán en la danza nativa, enferias y celebraciones, en la placita aldeana y en la chichería, los símbolos ylas imágenes que han de desarrollar ensu plástica ya depurada, sino que lapoesia, la música, la escultura, el ensayo han de encontrar en ella no unsinJplc tema de glosa, no un asunto niun episodio, complementos de! paisaje,sino la substancia misma de su propiolenguaje: su dinamicidad y su por-'vel11 r.
En la danza aymara, como en las demás de América, en su fuego perspicuo,arde la magia de los avatares del almapopular, combustión creadora del espíritu, llama de toda poesía.
OseAR CERRUTO, Perú.
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roe, como Garcilaso, Lunarejo, Tupac:\marú, Uscamaita, Catari."
Renacimiento de laTapicería
Uno de los elementos de decoraciónmás importante en la Edad Media,fué la tapicería. Ella sirvió casi comoadorno único de los salones de los castillos y de las catedrales e iglesias deesa época y los tapices servían para sercolgados, para colocar en e! suelo opara ser exhibidos desde los balcones o"en las gradas en los festejos. Alcanzóeste arte un gran desarrollo como industria de lujo entonces, y centros in-'dustriales de aquella época fueronFrancia y Holanda. Fué famosa lacolección de tapices' de Bayeux realizados por distinguidas damas de laépoca, y en e! siglo xv se distinguió, sobre todo, la famosa fábrica de los Gobelinos, a quien se atribuyen los másacabados tapices y más bellos de todas
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del centro de México, como lo vemospor la presencia de las serpientes emplumadas, en especial en El Tajín, alusivas 'a Quetzalcóalt, dios del viento,10 mismo que representaciones de Tlaloe; hay otros indicios de que sus demás dioses ofrecen paralelo con los delos pueblos de la Meseta Central.
En el Museo Nacional de Antropología de la ciudad de México se conservan muchas "palmas" y "yugos",piezas consideradas como de las mejores ob¡:as de arte que nos legaron lospueblos prehispánicos.
EDUARDO NOCUERA, en México de Hoy,México, D. F.
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do lo cual tiende a indicar que las másantiguas civilizaciones del Totonacapanno son obra exclusivamente de 10$ totonacos sino que éstos, a 10 que pare
'ce,' llegaron al lugar en épocas poste-riores.
Cua~to se refiere al idioma totonaca es tema muy inté;esante. N'O parecemostrar afinidades muy estrechas conlos que 10 rodean. Falta todavía un estudio más completo para 'saber hastaqué punto puede relacionarse con el
maya, el otomí o quizás el nahua, osi es una lengua independienti::.
Además de las "palmas" y "yugos",puede considerarse como un rasgo distintivo de los tótonacos el juego de "El Los JudasVolador", que aún se ejecuta en la ac- Cuando un pueblo tiene una culturatualidad. El juego consiste en lanzarse plástica muy antigua y que ha producinco individuos, muy bien amarra- cido a miles, a centenares de míles, lasdos, desde un alto pó~te para descender obras maestras, queda en la' "memoriagirando alrededor de él hasta tocar el de la especie" un acervo de potenciali-,suelo. Indudablemente- este juego tenía dad de producción de arte en la generaun significado alegórico relacionado lidad de los individuos que componencon la fertilidad y el sol, aunque en la ese pueblo.
actualidad ha perdido mucho de su A pesar de todas las vicisitudes his-simbolismo de antaño. tórÍcas 'por las que pase, de que sus
La religión de los antiguos totonacas ' .opresores transitorios o estables tratenestaba relacionada con la de los pueblos de suprimir el genio colectivo que po-
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todavía es hipotético. Se ha supuestoque serían coronas mortuorias, ya quealgunos de ellos se han encontrado junto a restos humanos y colocados rodeando la cabeza; también se ha supuesto que servirían para sostener lasmomias de los reyes o altos jefes alser incinerados, o bien que se utiliza-
, ban a modo de grandes cinturones rituales, o que eran utilizados para algún sacrificio, pero todavía 'no existe una prueba concluyente que indique su verdadera finalidad. En cuantoa las "palmas", son también objetosde piedra con estatuillas o figuras deanimales colocadas sobre una especiede dosel, del cual emergen palmas uotros elementos que simulan vagamentela forma de esta planta.
Todavía no ha sido suficientementeestudiada la cerámica de, esas regiones para señalarnos las verdaderas re
'laciones y antigüedad de las culturasdel Totonacapan. Sin embargo, algo sesabe ya y puede decirse que hubo nexos muy estrechos con las culturas delcentro de México, como Teotihuacán,y la cultura azteca, y que se establecieron contactos con Cholula, Tlaxcala yotros centros de la Meseta Central, to-
.,
lógicos de 'objetos procedentes del Valle de M,éxico.,
Han sido numerosa~ las e-xplo~io
nes emprendidas en esa región, comolas de StrebeLen la zona de Misantla, ladel Paso y Troncoso en Cempoala, lade Fewkes y, Seler, y, m~s ,recientes,las de Spinden, Palacios" LombardoToledano, Du Solier y García Payón.Hay, además, copiosos estudios de Krickeberg y de la señora. Nuttall, 'quepermiten obtener una amplia visión deaquella adelantada cultura.
Por dichas exploraciones y por otrasreferencias se sabe de grandes e importantes centros arqueológicos diseminados en todo el TotonacapáJJ, com~ lasvaliosísimas ruinas de Cempoala, ,cercade la Barra de Chachalacas, dqnde pueblos totonacas tuvieron, el primer contacto con los españoles, las de,QuiauixtIa, cerro del' Español" Monte Rf!ll,Misantla, rancho de las Animas, 'cerroMontoso, 'Otates, Pue~te 'Nacional,Tuxpan, las vali.osas pirámides del Taj ín, Yohualinchan, etc., que at~stiguan
el grado de adelanto de esta interesante cultura.
El estudio de esos vestigios del pasado, que está intensificándose, nos hace ver que la civilización dentro delterritor:io totonaca era de devada calidad. Existen pruebas .de que hubodistintas etapas culturales.,
Las ruinas de mayor re'nombre porsu extensión yexcelente.·acabado son,
, sin duda, las del Tajíi:t,cercanas a lamoderna población de, Papantla. :Allíse encuentran los restos de un,a enorme urbe que está siendo explorada y enla que sobresale como más notoria unaalta pirámide de siete cue~pos, con laparticularidad de tener, nichos deCO'~
rativos en todos ellos. Hay, además.gran número de relieves, columnas: yestructuras, que componen el resto dela ciudad., En Yohualinchanhay una pirámide muy semejante a la del Tajín,aunque ya está un 'tanto destruída.
Probablemente corresponden a unaépoca mas reciente las ruinas de la, 'ciudad de Cempoala, donde e'xis'!:enaltas pirámides escalonadas; tambiénse nota el uso de columnas.' En' Cempoala se conserva todavía el templo sobre la plataforma o pirá~i& que le .sirve de sostén. Precisatarilbién hacermención del Castillo de Teay9. Estosson los vestigios de más rerio~bre,
pero hay otros muy numerosoS, no so~
1amente de ciudades en ruinas sino defamosos relieves, como .los de Huilo,cintla y Tepetzintla.
Muy característico de los hallazgosdentro de la zona totona~ son los '·'yugos" y "palmas", objetos' de pie-
'dra de inusitado valor artístico. Losprimeros son ejemplares, que afed:anla forti1a de un yugo o de una enorme'herradura, muchas veces cubiertos de,complicados relieves en que, se ven' caras humanas o de animales; y motivos,en forma de ganchos,. Son de' piedrade excelente acabado y, por 10 que serefiere a sus usos, CUanto s,e ha dicho
UNIVERSIDAD DE MEXICO * 21"
,"
see, el pueblo heredno del clan estético
encuentra ocasión de manifestarlo a
yeces del modo más inespeFaclo.
Recientemente un hombre de ciericia.
el profesor De Terra, encontró en d
subsuelo de México un dien\t: molar ele
elefante, esculpido en forma de pie hu
mano; es una obra de arte de un tal
refinamiento de concepción y t'jecución
que el artista encontró medio de apr(l
\"echar los 3cciclentes de! molar, t'!l su
raíz, para expresar los tenclone~ dd pil'
Y el esmalte de la mueb para h cal j<1:ld
de las uñas de sus arte.i()~. La ant igiic'
dad de esa obra de arte, cienti ficanwn
te inducida y deducida, por b naturak
za del medio, suelo, en que fu~ encon
trada, es de llllOS veinte mil alIaS,
Hace cinco mil los hombre~ del \';1
lle de :M~xico, lo atestigua el telllplu
de Cuicuiko (lugar donde ~<: canta yse baila) y la cerámica contemporánea
de él, encontrada bajo el basalto del
Pedregal de San Angel, tenían ya un;¡
cultura que ks permitía p~oducir obra~
de arte de extraorclinaria pureza; eil
consecuencia la potencialidad heredada
por el pueblo de México es l1Iuy granae
para la producción de obras de artes
plásticas. :t\aturalmente, l1Ienor es la
"sofisticación" producida en elmexica
no por culturas de importación recien
te, mayor es la calidad de su produc
ción estética espontánea.
Dentro de ese fenómeno se produ
cen, entre otros objetos de arte, por d
pu<:blo de l\I~xico, "los judas". Exi~t<:
la particularidad de que, lllUY frenll'ntl'mentc, quienes los hacen 'no son cons
truclores de e~as e~cultopilltura~ silla
cluranlé los días dd año que an!eCl:
den al Sábado ek Gloria, dia final de
. la 5em;¡na :'Iayor, en cuyo día debenser dr~truídas por los cohetes que las
re\'i';1l'n, bs llamas que hacen presa de
~u mall'rial y la IllllCheduIllbre que se
arr¡-1>ata. cnlo(jut'c'i<!a, lo~ ped;¡zos de
obras dl' arte que !l;¡n e~capaclo a los
e~tallido~' y a las llamas.
~OIl obras de 3rll' <kstinadas a ser
sacrificada~, para akgría y di\'Cr~ión
i.:roz del pueblo que las produce; tie
l1('n, pues, un de,;tiIlo maravilloso,
Están concebidas y ejecutadas con
d desinterés m;\S ab~oluto, Quien('~ las
COIlstruYl'n, son carpinteros, hcrr<:ros,
sastres, zapateros, comerciante~ <:n Pl'
qucílo, cargadores, campesinos, cnlti
vadores de flores, cte., todos los d:as
del aílo que no son los que anteceden al
del sacrificio. Y los quemadores de los
judas dl'struyen en ellos la imagen de
alguien a quien odian, a veces la es
cultopintura es admirable y verdadero
retrato de algún personaje popular pe
ro detestado del pueblo; otras, alguien
encarga el retrato de aquel a quien
quiere ver quemar y despedazar en efi
gie; pero las más de las veces son sólo
creaciones expresivas entre las que es
frrcuente la presencia del Diablo, de la
Muerte, la querida Calavera, la amante
inYariable del pueblo mexicano, que yaadornaba, en imágenes múltiples, sus
Teocallis hace miles de años.
El valor plástico de los judas es
enorme; es indudable que como objeto
plástico, expresión conjunta de estruc
tura, forma y color, en el arte del Mé
xico actual, son indudablemente lo más
valioso,
Su estructura es de una gran pur~za,
armazón de carrizo y otate, determi
nando en el espacio volúmenes cuanti
tativo~ y cualitativos de una gran sim
plicidad por medio de una construcción
de una gran finura y una gran comple
jidad.
Sus estructuras se revisten con ma
teria humilde de suma fragilidad y fá
cil combustibilidad; el papel corriente,
d más barato, casi siempre de perió
dicos viejos, establece la superficie de
sus formas a grandes y magníficos pIa
nos, sin perder nada de lo esencial de la
estructura.
Esos planos son de color, puesto con
valentía y sobriedad extraordinarias,
que individualizan, precisan e intensi
fican la expresión de los volúmenes.
La personificación de la estructura
se hace a veces por medio de una ca
beza moldeada, o modelada con cartón
en pasta, pero también, algunas veces,
las cabezas son construídas Con la mis
ma estructura o "armazón" y especial
mente entonces alcanzan un pod~r ex
presionista y un valor plástico asom
broso.
Son una gran lección para pintores
y escultores que 1:0 ha sido enteramen
te desperdiciada; grandes nombres ygraneles hombres europeos en las artes
las han aprovechado con habilidad y di-'
simulo. Entre nosotros aquel que más
debe a los judas, y sea esto dicho ente
ramente en su !lanar, es Rufino Ta-,
mayo; él ha aproYC'eh:ldo la lección en
forma y color. Ya hace basí;mtes años,
con franqueza valiente y gran honesti
dad, en una exposición cjU( improvisó
en un local cOll)ercial vacio tic la aye
nida, Francisco 1. Madero, colocó pe
queños judas colgados de' trccho cn
trecho entre sus telas, l,:ntul1ces casi
nadie entendió el valor de la afirmación
que hacía el pintor con este acto. Es
de desearse que, finaIIllcl1l<:, nuestros
artistas plásticos sep;¡n v~r y tomarla
para sí, en lo que les eOI1\'enga, la ad
mirable lección y extraorclir'Jria bel1e
za de "los judas", probabl:~l1lente la
mejor plástica actual de producción
anónima, es decir real11lClll<' humana yuniversal, por milenariamenle local ynacionalísima.
DIEGO RIVERA, en Espacíos. l\{éxico, D. F.Núm, 3, Primavera 1949.
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Tomo IV de las OBRAS COMPLETAS DEL MAESTRO
JUSTO ~IERRA
ACABA DE APARECER
LA EDUCACION NACIONAlj
Edición compilada; ordenada y anotada por
AGUSTIN YAÑEZ
• Este tomo pone de relieve la magna obra educativa de don JuslnSierra y viene a confirmar la justicia con que se le ha proclamad"Maestro.
• Desde los artículos sobre cuestiones educativas, escritos cuandoel autor contaba apenas,veinticinco años, hasta los más importantes documentos redactados en la madurez de sus funciones comoMinistro de Instrucción Pública, forman este importantísimo volumen~ a través del cual pueden conocerse todos los problemas actuales de la educación mexicana.
• Es un libro indispensable para los maestros y para todos los quese interesen por la historia de la cultura nacional.
Dos magníficos índices facilitan el manejo de la obra,que consta de 518 páginas de apretado texto.
PRECIO: $ 15.00
DE VENTA EN LAS PRINClPALES_LIBRERIAS
México, D. F.
PEDIDOS:
UNIV(:RSITARIALIBR(:RIAJusto Sierra 16.
22 * UNIVERSIDAD DE MEXico