pasión de Celso Furtado su obra. A proposito: si...

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In memoriam Razón y pasión de Celso Furtado Casi al término del año 2004 murió Celso Furtado en su Brasil natal. Acaso como en monólogo de la memoria sobre la razón, la libertad, los riesgos, la esperanza. Desde entonces, como en póstumo tributo al don de su creatividad, trascendieron nuevos juicios sobre las claves de su pensamiento y su obra. A proposito: si un hombre ha merecido justamente el título de forja- dor de ideas, o más bien hacedor de luces para el cam- bio, por sus aportes fundamentales a la inteligencia económica y social de América Latina en la segunda mitad del siglo XX, no vacilaríamos en reconocer que ese hombre fueCelso Furtado. Pensador reconocido en el mundo por lo que significa la fértil relación de sus ideas con la constitucián estructural de la reali- dad latinoamericana, allí donde las trabas y coarta- das del capitalismo tardío, casi siempre traducidas en carencias sociales y trastornos políticos, han inhibi- do o malogrado tantos frutos de la cultura creativa. Celso Furtado, lo mismo por su pensamiento que por sus actuaciones, es reputado un notable economista del desarrollo. Celebrada es su imagen de pensador latinoamericano comprometido con la idea de transfor- mar las relaciones sociales a través de las razones que engrandecen la cultura del cambio. En esto se recono- 5

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In memoriam

Razón y pasión de Celso Furtado

Casi al término del año 2004 murió Celso Furtadoen su Brasil natal. Acaso como en monólogo de la memoriasobre la razón, la libertad, los riesgos, la esperanza.Desde entonces, como en póstumo tributo al don desu creatividad, trascendieron nuevos juicios sobre lasclaves de su pensamiento y su obra. A proposito: siun hombre ha merecido justamente el título de forja­dor de ideas, o más bien hacedor de luces para el cam­bio, por sus aportes fundamentales a la inteligenciaeconómica y social de América Latina en la segundamitad del siglo XX, no vacilaríamos en reconocer queese hombre fueCelso Furtado. Pensador reconocidoen el mundo por lo que significa la fértil relación desus ideas con la constitucián estructural de la reali­dad latinoamericana, allí donde las trabas y coarta­das del capitalismo tardío, casi siempre traducidas encarencias sociales y trastornos políticos, han inhibi­do o malogrado tantos frutos de la cultura creativa.

Celso Furtado, lo mismo por su pensamiento quepor sus actuaciones, es reputado un notable economistadel desarrollo. Celebrada es su imagen de pensadorlatinoamericano comprometido con la idea de transfor­mar las relaciones sociales a través de las razones queengrandecen la cultura del cambio. En esto se recono-

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cen su inteligencia y su desempeño concurriendo natu­ralmente en sus experimentos y lecciones. Es mencio­nado entre los forjadores de la moderna teoría del desa­rrollo, junto con Lewis, Myrdall, Prebisch, Rosenstein­Rodan, Nurkse, Singer, Hirschmann, Dombusch y Galbraith.Sus aportes teóricos rondan principalmente en tornoa la percepción del proceso de subdesarrollo-desarrollode las economías latinoamericanas. Nadie ha esgrimi­do, hasta ahora, el arbitraje de la teoría económicade modo más lúcido que Furtado para discernir, comoen su Formación económica del Brasil (1962), el pro­ceso histórico de la economía brasileña. En este sen­tido, columbrando horizontes más Lejos que muchos desus contemporáneos, Furtado asumió La independen­cia de sus ideas acogiendo las inferencias deL métodohistárico- inductivo.

En su formidable y memorioso repertorio de cono­cimientos, donde residen lecturas, reflexiones, diagnós­ticos, testimonios, diálogos con pensadores admirables,transcurren saberes y razones que cruzan diversos ejesdeL pensamiento, sin ataduras a determinismos, en cons­tante oposición al soLiLoquio deL poder, Lejos de lasversátiles rondas de Las ideologias, a mucha distanciade turbulencias y concitaciones. Es en efecto conocidaLa soberanía intelectual de Furtado. Ejerció La críticacon la austeridad de quien distribuye con sentido deponderación Las advertencias y observaciones. Aun así,su pasión inagotable, más exactamente eL fervor conque aLentaba las expectativas de grandeza de su pa­tria inmensa, explica eL vigor y La densidad de sus ideas,sobre todo cuando discernía la viabilidad de realiza­ciones que abreviaban Los Lastres deL subdesarrollo yLa dependencia en las formaciones sociales de La pe­riferia.

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En busca de las luces

Brasileño nacido en Pombal, Paraiba (1920), gra­duado en Derecho en la Universidad de Río de Janeiro(1944) Y doctorado en Economía en la Universidad deParís (1948), Furtado vivió en Europa los momentosdifíciles de la posguerra, estudiando principalmenteEconomía, como también Sociología y Filosofía, no sinla búsqueda de la subvención que le permitiera los me­dios de conocer grandes centros de la cultura europea.En efecto, dos años después de concluida la SegundaGuerra Mundial, recorrió ciudades de algunos paísesdel viejo continente -Ltalia, Alemania, Francia- y alcabo decidió residenciarse en París para lograr la ma­trícula universitaria que acreditara su permanencia.Las heridas de la conflagracián mundial no cicatrizabantodavía, por lo que la cuestión de la guerra y la paz,cuando a la sazón se experimentaban las primeras ten­siones de la guerra fría, constituían el tema más fre­cuente del debate cultural y político europeo.

Por sus lecturas de Karl Mannheim, creador dela sociología del conocimiento, creía que una gran em­presa de restauración institucional se requería paralograr el objetivo de proteger esa vez la libertad delhombre. La obra de Mannh eim, Libertad y planifica­ción social, influía en la visión de Furtado sobre elpapel social que desempeña la intelligentsia especial­mente en aquellos tiempos de crisis y sobre las alter­nativas que debía elegir la Europa en proceso de reconstruc­ción. Dos grandes líneas del pensamiento prevalecíanentonces en los círculos intelectuales franceses: el marxis­mo y el existencialismo. El primero era presentado comodoctrina de los que planteaban transformar al mundoa través del arbitraje dialéctico que sentenciaba res-

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cindir el poder del hombre sobre el hombre. El segundo,sobre todo en la versión sartreana, servía de inspira­ción a la juventud que había sufrido tanto las penasde la guerra como la humillación de la deplorable ocu­pación alemana. No participaba de aquella discusiónla doctrina de una minoría intelectual europea que,alistando su disidencia en la IV Internacional, comen­zaba a hacer del marxismo una suerte de gramáticade las ciencias del hombre.

Después, en juicio que no significaba mediaciónen el asunto, Furtado interpretaba algunas reflexio­nes esgrimidas en la colación de aquellas tendencias,considerando que en un país de vocación racionalistacomo Francia, la filosofía que exaltaba la racionali­dad de lo real y la posibilidad de que la razón impreg­nara la esencia misma del mundo procurando su transfor­mación, implicaba el mensaje optimista que anhelabaparticularmente la juventud francesa de aquel tiempo.Pero, bien porque el discurso racionalista tendiera ala declinación, o más bien porque el marxismo regla­mentado se empleara maquinalmente en el embate delos problemas reales, se pensaba al respecto que laprédica marxista parecía desgastar el sentido de suspropias formulaciones originales. Desde esta perspec­tiva no pocos advertían que el Estado soviético de pos­guerra asumía la razón de un gran requerimiento, puesno sólo se trataba de consolidar un sistema que arrai­gara la ideología en el poder, sino también de esti­pular el comportamiento de la vida social, al puntoque, en evidencia despótica de esa desviación, el dis­curso marxista ya codificado podía justificar la volun­tad de suprimir la política cuando ésta adquiriese unaextensión inusitada, tanto como la pretensión de reab-

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sorber el poder en lo social y lo económico cuandohubiese necesidad de reconstituirlo.

Ocurrió luego el retorno. Era notable la diferen­cia entre el Brasil de 1946 y el que encontraba Furtadoa su regreso en 1948. Ahora, en este año, la esperanzade reconstrucción de la economía brasileña parecíacasi desvanecerse. Tanto por la reorientacián que expe­rimentaba la economía internacional en esos años, comopor el retraso de la formación de capital en la estruc­tura productiva, Brasil no reunía las mínimas condi­ciones indispensables para emprender de inmediato unaeficaz política de desarrollo. Su situación económicaera en cierta forma comparable a la de los países deEuropa occidental asolados por la guerra, aunque lasituación brasileña resultaba más gravosa porque la,capacidad de ahorro del país era menor, como tambiénmenor su capacidad autónoma de crecimiento. A lo cualañadiase que la inflación alcanzaba niveles tan altoscomo en el período bélico, sin que la clase asalariadaobtuviera esa vez resarcimientos contra tal flagelo.

En 1948, a la luz del empobrecimiento de los patro­nes de consumo y de las 'crecientes tensiones sociales,Furtado observaba la economía de su país práctica­mente estancada. En e! ambiente intelectual cundía laincredulidad respecto de cualquier iniciativa que ema­nara de! gobierno. Asimismo se pensaba que, en el Brasilde esa época, la lógica predominante consistía en lareproducción autoritaria de los mecanismos del poder,por lo que todo parecía confluir para fortalecer el ré­gimen autocrático de Getulio Vargas. El clima polí­tico brasileño, con e! enrarecimiento causado por suatmósfera opresiva, era entonces sofocante. Furtadoprecisaba escapar de aquella realidad obstruida, bus-

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car un espacio llano donde domiciliar el ejercicio librede su pensamiento, "evadir el asedio, ganar un horizonteabierto, aunque tuviera que vagar en busca de una Atlán­tida perdida ", como parabólicamente confesara en suFantasía organizada. Así, en febrero de 1948, a la edadde veintiocho años, ingresó a la Comisión Económicapara América Latina (CEPAL) en Santiago de Chile,donde fue incorporado a un pequeño grupo de estu­dios sobre la industria manufacturera latinoamerica­na, iniciando una carrera como "funcionario interna­cional" que se prolongaría durante casi nueve años(1948-1957), en uno de los ciclos más fructuosos desu largo itinerario intelectivo.

La experiencia de la CEPAL

Las Naciones Unidas habían creado la CEPAL ainicio de 1948 por un período experimental de tres años,con un mandato temporario al término del cual se deci­diría el futuro del organismo. El gobierno estadounidensede Truman, aduciendo de modo poco convincente lainviabilidad de aquel proyecto, se había opuesto a sucreación; mientras los gobiernos de Brasil y Chile, conrazones a contracorriente basadas en el diagnósticoeconómico de la situación regional, se manifestabana favor de su pronto establecimiento. En 1949, RaúlPrebisch, reputado el economista latinoamericano demás relieve internacional en esos años, antes presi­dente fundador del Banco Central de la República Argen­tina, se incorporó a la CEPAL como Secretario Ejecutivo.Prebisch comenzó la ruta cepalina a partir de reflexio­nes sobre el desarrollo que sucesivamente consigna­ra en documentos -El desarrollo económico de la Amé­rica Latina y algunos de sus principales problemas

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(1949); El estudio económico de América Latina, 1949(1950), Y Problemas teóricos y prácticos del crecimientoeconómico (1951)- publicados por aquella Comisióncomo programa considerado instrumento básico parala acción, llamado "Manifiesto Latinoamericano" porAlbert Hirschman, donde se destaca la idea del sistemade relaciones internacionales que el propio economistaargentino denominara centro-periferia.

Las implicaciones de este paradigma, discutidasusualmente en la CEPAL como ejercicio de exégesisprogramática, constituyó la fuente medular de la teori­zación sobre el subdesarrollo y la dependencia de laseconomías latinoamericanas. De modo que la contribu­ción teórica más valiosa ya se incluía en el primerode los documentos mencionados, como análisis no sólosobre la dinámica del sistema centro-periferia, sinotambién sobre los desequilibrios estructurales gene­rados por el nuevo centro principal (Estados Unidos)que en sí mismo conjuntaba "alta productividad conproteccionismo selectivo ". El desarrollo "hacia afuera"operaba como expresión fundamental del sistema centro­periferia que buscaba satisfacer las necesidades de pro­ductos primarios de los 'grandes centros industriales,conforme a patrones de una división internacional deltrabajo que asignaba a América Latina, como porciónperiférica del sistema capitalista mundial, la condi­ción especifica de productora de materias primas paralos países del capitalismo tecnocéntrico, De modo quela interrelación entre vínculos funcionales y condicio­nes estructurales, tal como se planteara en el modeloprimario exportador, determinaba en gran medida lainserción dependiente de los países periféricos en elsistema capitalista global.

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Furtado, designado luego director de DesarrolloEconómico de la CEPAL, desplegaba una intensa ac­tividad intelectual, tanto en las labores de su propiafunción como en la discusión y el examen de los progra­mas elaborados en el organismo, estimando las exi­gencias de rigor crítico que debían apuntar el debatesobre la materia contemplada en la agenda institucio­nal. A propósito de esto mismo, en observación a unmarco conceptual no bastante explícito, Furtado podíaadvertir que los textos cepalinos de Prebiscn no con­tenían propiamente una crítica a la teoría clásica oneoclásica del comercio internacional, aunque su objetoera impugnar el sistema de división internacional deltrabajo que, además de conducir históricamente a laconcentración de la renta en beneficio de los paísescentrales, operaba inexorablemente en el sentido decolocar en dependencia a los países de la periferia.

Un aspecto también relevante de la economía po­lítica de Furtado, tan propia de su fructífera experien­cia cepalina, concierne a la vindicación teórica quehiciera del Estudio económico de América Latina, 1949,uno de los textos paradigmáticos de la secretaría eje­cutiva de la CEPAL, con motivo de una de las confe­rencias que dictara Jacob Viner, profesor de la Uni­versidad de Princeton, en junio-agosto de 1950, invi­tado por la Fundación Getulio Vargas a participar dela cruzada de depuración ideológica que se efectua­ra a la sazón en Río de Janeiro. Esa conferencia, cualrigurosa exposición de ideas ortodoxas, fue dedicadaa conjeturar la falta de fundamento del análisis de Prebischen el mencionado documento. Furtado, como constaen su Fantasía organizada, observó entonces que laexposición de Viner sobre la teoría del comercio interna­cional era formulada desde una perspectiva teórica pura

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que remitía a un conjunto de rígidas construccionesen que todo se interpreta deductivamente a partir depremisas ideales, como ignorando el mundo real, comosustituyendo la realidad por cualquier arca vacía.

El eminente economista brasileño admitía que Vinertenía la razón cuando manifestaba que sólo por ignoran­cia se podía afirmar que la teoría ortodoxa del comerciointernacional era errónea, no sabiendo Yiner que Prebischconsideraba primordialmente los problemas del mun­do real, cuando dábase por cierto que el prestigiosoeconomista argentino no se había referido a esa teoríasino a la teoría clásica de manera no puntual. Lo quePrebiscñ objetaba, según exponía Furtado, era el sis­tema de división internacional del trabajo tal cual exis­tía, lo mismo que la doctrina del libre cambio que impli­caba la tesis de que el intercambio exterior conducíaa la igualación internacional de las rentc:-s.

Brasil se convertía esa vez en el centro latinoameri­cano de los debates sobre la problemática del desa­rrollo. Los temas de la discusión, que habían sido de­finidos con la visita de Ragnar Nurkse, profesor de Eco­nomía Internacional en la Universidad de Columbia,al año siguiente. La importancia de las disertacionesde Nurkse era de veras estimable, puesto que orien­taban sobre todo la atención hacia los problemas delsubdesarrollo. Si tales problemas 1/0 aparecían en laliteratura económica que consultaba Yiner. como imagi­naba Furtado de manera alusiva, 1/0 era dificil encon­trarlos entre las coordenadas reales de la observación.En este sentido se abría un lluevo espacio al ejerciciode teorización que nuestro economista asumía apar­tando "las arcas vacías de las teorías puramente de­ductivas". a fin de abordar la compleja realidad del

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subdesarrollo desde una perspectiva conceptual des­provista de dogmas ortodoxos.

Furtado, que compartía inquietudes pero no puntosde vista, manifestaba su desacuerdo con el enfoque schum­peteriano acerca de "la ruptura del círculo de equili­brio estático" que retomara Nurkse cuando esta vezexplicaba el "equilibrio del subdesarrollo". Al respectoseñalaba el economista brasileño que "una cosa eraconceptualizar un instrumento de política económica[como lo hacía Rosenstein-Rodan cuando adaptaba laidea de Schumpeter a la clave de su estudio sobre elsubdesarrollo1y otra era explicar el desarrollo histórico ".Asimismo creía que Nurkse, con cierta obstinación queparecía descartar el mensaje de las evidencias empíri­cas, razonaba como legitimando la premisa de un inve­terado estancamiento de los países subdesarrollados,imaginándolos cautivos en la trampa del "círculo viciosode la pobreza ", pero olvidando que estos países, paradecirlo con razones del propio Furtado, habían sidoimpelidos, en un proceso histórico signado por corrien­tes de intercambio desigual, hacia el sistema de divi­sión internacional del trabajo, recibiendo así el em­puje que los apartaba de la situación de estancamiento.El texto donde Furtado consignaba sus críticas y obje­ciones a las ideas de Nurkse, publicado en la RevistaBrasileira de Economia (diciembre J952) Y luego enel número 4 de lnternational Economic Papers, fuedeslastrado de algunos elementos polémicos cuando elautor decidió incluirlo en su libro La economía bra­sileña (J954).

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Estructuralismo y subdesarrollo

La necesidad de elaborar una tipología de las estruc­turas del sistema económico de los países latinoame­ricanos, en fases diferentes del subdesarrollo regional,contribuyó a que Furtado combinara en sus exégesisel análisis económico y el método histórico. El estu­dio de problemas económicos comparables, con con­textos nacionales diversos y condiciones históricas dis­tintas, lo indujo a asumir sucesivamente la metodologíadel análisis estructural, creyendo que reflexiones per­tinentes y adecuadas, en la perspectiva teórica de ta­les planteamientos, debían instruir la tarea de explo­rar la particularidad de cada estructura, como patróntipológico que permite sustentar el examen del transcursoeconómico de los países subdesarrollados en la región.En este sentido al cabo se percibe que el subdesarrollo,como expresa Furtado en su Teoría y política del de­sarrollo económico, es "un proceso histórico autónomo"y no una etapa por la que deben haber transcurridoindefectiblemente las economías que ya lograron unaescala superior de desarrollo. Así es propio decir queel proceso histórico del desarrollo, como también quiereFurtado, es un punto departida hacia la percepciónde los distintos modos que reviste la acumulación decapital como condición ineludible del progreso tecno­lógico.

Creía este autor que la visión estructuralista delsubdesarrollo-desarrollo no descarta la razón de queel enfoque teórico asumido en los países capitalistascentrales, orientado además hacia la confección de mo­delos cada vez más adecuados a la estructura indus­trial de tales países, en el marco institucional propiode la libre empresa, continuara coadyuvando a deter-

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minar categorías de análisis y relaciones entre elemen­tos de alto valor lemostrativo. En todo caso, a la luzde lo que sugiere en su libro Desarrollo y subdesarrollo,la pertinencia del discernimiento estructuralista estri­ba en la reflexión original y conducente que dedicaal examen de los problemas típicos del mundo subde­sarrollado.

Interponemos en esto la mención de la CEPAL paramemorar, sobre todo en la gran fase creativa de estainstitución (1949-1955), los nombres de Juan NoyolaVásquez, Jorge Ahumada, José Antonio Mayobre, JoséMedina Echavarría y Osear Soberón, compañeros dela "Orden Cepalina de Desarrollo ". como los recordabaamistosamente Furtado, dando cuenta de un grupo deinteligencia y desempeño solidario que, en contribu­ción significativa al pensamiento económico y sociallatinoamericano, laboraban en aquel organismo bajola dirección magistral de Raúl Prebisch. Todos ellosfueron justamente exaltados en no pocos juicios valo­rativos de Furtado. Uno de ellos, Juan Noyola, econo­mista mexicano que oponía las luces de su sólida for­mación a algunas desviaciones economicistas de su tiem­po, viene al caso en relación a la visión estructura­lista que caracterizara al pensamiento del economistabrasileño y de algunos de sus compañeros de la cofra­día cepalina.

Raúl Prebisch recusaba en esos años la "visiónsimplista" que daba el monetarismo al fenómeno infla­cionario de países latinoamericanos, recalcando la vul­nerabilidad externa de las economías con vocación ex­portadora de productos primarios. En el caso chileno,particularmente, no pocas evidencias confirmaban quela inflación no era causada, ad hoc, por el gasto público

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excesivo. Aun cuando se lograra disminuir ese gasto,manteniendo el régimen fiscal no conveniente, conti­nuaría la inestabilidad relativa a los efectos del fenó­meno inflacionario. En esto radicaba el verdadero sen­tido de la opinión de Furtado en la discusión cepa­lina sobre la naturaleza de ese fenómeno: factores es­tructurales generadores de inflación y políticas fis­cales propagadoras de inestabilidad. Las reflexionessobre el proceso inflacionario de países de la regióncontinuarían en lo sucesivo, logrando producir una abun­dante bibliografía mayormente heterodoxa sobre la ma­teria.

Fue Juan Noyola quien expuso con más exactitudla esencia del enfoque furtadista al respecto, en diserta­ción que realizara en la Escuela Nacional de Econo­mía de la UNAM a comienzo de 1956, con el manejooriginal de los conceptos de presiones inflacionariasbásicas y mecanismos propagadores en el análisis dela inflación. Las primeras consisten en las rigidecesestructurales que caracterizan al aparato productivodel subdesarrollo y traducen la inelasticidad de la ofertareal que opera como detonante de la movilidad ascen­dente de los precios en el mercado interno; mientraslos segundos, que actúan como difusores de las presio­nes dimanantes de la estrechez productiva, constitu­yen la parte perceptible del proceso inflacionario. Deeste discernimiento heterodoxo se desprende que la lu­cha contra la inflación particularmente en el ámbitodel subdesarrollo remite al tratamiento estructuralistaque instruye la estrategia de transformacián del sistemaproductivo de la periferia.

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Pensamiento y pasión

En 1957, durante una breve estancia de Furtadoen México, Nicholas Kaldor lo persuadió a realizar es­tudios posdoctorales en la Universidad de Cambridge,donde por motivaciones académicas elaboró parcial­mente el manuscrito de Formación económica del Brasil(1959). En 1958, ya desvinculado de la CEPAL y deregreso a su país, fue nombrado director del BancoNacional de Desarrollo Económico (BNDE), cargo quedesempeñó hasta 1959 y desde donde concibió y pro­puso la creación de la Superintendencia para el De­sarrollo del Nordeste (SUDENE). En 1960,1. Kubitscheck,presidente del Brasil, lo designó para presidir este orga­nismo gubernamental dedicado a promover el desarrolloeconómico del atrasado nordeste brasileño. El traba­jo realizado por Furtado en SUDENE -compendiadoen informes divulgados para obtener apoyo a la indus­trialización de la región, a despecho de algunas limi­taciones institucionales y de la resistencia de intere­ses latifundistas en el Congreso Nacional- fue tan pro­pio y convincente que mereció la tematización alusi­va de Albert O. Hirschman en su estudio "Journey TowardsProgress ", tanto como la atención internacional de teó­ricos y analistas del desarrollo.

En 1962-1963 Furtado fue Ministro de Planifica­ción del gobierno presidido por Joao Goulart, duranteel cual elaboró, entre otras providencias de políticaeconómica, el programa que buscaba conjuntar los es­fuerzos de estabilización -reactivación económica, re­forma agraria... - planteados pO'r una movilidad infla­cionaria cercana al descontrol. En 1964 apareció laedición en portugués. de su libro Dialéctica del sub­desarrollo, cual diagnóstico que entonces revelara la

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crisis del Brasil. donde explica, con el bagaje de laexperiencia luego confirmada por los hechos, la con­flictiva especificidad del desarrollo brasileño, no sinexhortar a la unidad de los factores y fuerzas progre­sistas en contra de una inminente regresión social, eco­nómica y política. El golpe de Estado militar de abrilde 1964 desalojó a Goulart del poder y desplazó a Furtadohacia el exilio. Éste, privado de sus derechos políti­cos, inmediatamente arribó a Chile donde dietó con­ferencias en el Instituto Latinoamericano de Planea­miento Económico y Social (ILPES) adjunto a la CEPAL,

sobre la visión doctrinal del desarrollo, los factoresestructurales que lo impiden y, particularmente, la ex­periencia reciente del caso brasileño. Esas disertacio­nes fueron compiladas en su libro Subdesarrollo y estan­camiento en América Latina (1966), donde se consignala explicación de un modelo estructuralista del estan­camiento, en términos de unidad teórica referida a laeconomía brasileña con enfoque notablemente histó­rico y sociológico.

Furtado se dirigió luego a los Estados Unidos dondefue invitado a integrarse en actividades de prestigio­sas universidades del país. De 1964 a 1965 actuó enla Universidad de Yale como profesor investigador delCentro de Estudios del Crecimiento Económico. Al tér­mino de sus compromisos académicos en esa Univer­sidad, fue designado en 1965 Profesor Asociado en laUniversidad de París y posteriormente Director del Ins­tituto de Altos Estudios en Ciencias Sociales de estamisma. Organizó entonces sus investigaciones en tornoa tres ejes temáticos -el estudio de la economía in­ternacional, el análisis teórico del subdesarrollo y elestudio de la economía latinoamericana- con orien­taciones que despertaron gran interés y atención en

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los cursantes de la propia Universidad. En aquella Fa­cultad le correspondió sustituir a Raymond Barre, pro­fesor especialista en desarrollo económico, conside­rado uno de los economistas más completos de su ge­neración. En esa experiencia, tan exitosa por su bri­llante desempeño académico, los editores franceses lesugirieron ampliar el horizonte teórico de su libro De­sarrollo y subdesarrollo -antes publicado en francésy en inglés- lo que dio origen a su Teoría y políticadel desarrollo económico, obra que compendia los as­pectos más importantes de su enfoque estructural delsubdesarrollo y su contrapartida -la dependencia ex­terna- en lo que denominara el proceso de formacióndel sistema económico mundial.

Posteriormente Furtado fue profesor visitante dela American University de Washington, D. C. en el se­gundo semestre de 1972, y de la Universidad de Cambridgeen el año lectivo 1973-1974. En este último año fuepublicada la versión en portugués de su libro El de­sarrollo económico: un mito, donde con énfasis contro­versial enfrenta su discurso crítico al discurso econó­mico convencional, reconceptualizando las nociones desubdesarrollo y dependencia a la luz de la nueva lec­tura de sus conexiones fundamentales. Fue en estos años,más exactamente los comprendidos entre 1975 y 1978,cundo Furtado se planteó la búsqueda de alternativasteóricas en la interpretación de la realidad latinoame­ricana. Eran los tiempos de auge doctrinal de la te­sis "monetarista" con el altísono discurso neoliberalque Friedmanesgrimia a propósito de su "libertad deelegir". Algunos ensayos de esos tiempos se compila­rían en el libro Prefacio a una nueva economía polí­tica (1976, 1978), en el que Furtado inicialmente pre­senta como índice o prefacio un libro que de veras 110

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existe como tal, intentando llamar la atención sobrela carencia de una teoría general de las formacionessociales que sirva de punto de partida, como dice, parael examen de los problemas económicos particulares.El libro, elaborado a modo de prefacio de un texto queestaba aún por escribirse, cumple con la promesa delautor en lo relativo a su obra siguiente Creatividady dependencia (1978), la de mayor amplitud teóricaque escribiera en la década de los setenta.

Después de algunos años de menor actividad im­puesta por una afección cardiovascular, Furtado re­torna al ejercicio de reflexión sobre las novedosas im­plicaciones del sistema capitalista mundial y publica,en 1998, su obra El capitalismo global, donde advierteque la racionalidad defectuosa del sistema capitalis­ta, al extenderse por todos los horizontes del globosin mecanismos que lo controlen y ajusten, suscitarámayores desequilibrios y desigualdades en el comporta­miento económico y social de los países en escala mun­dial, si no se lograre coyuntar el proceso globaliza­dor a través de la participación de los estados nacio­nales cuya importancia no podrá abrogarse o dismi­nuirse sin causar enormes catástrofes sociales.

En el empeño creador con que Furtado ejercitóel conocimiento de la ciencia económica, se advierteno sólo un método preciso sino también una pasión.Es la pasión por el engrandecimiento de Brasil lo querevela el vigor de sus ideas, especialmente en obrascomo Dialéctica del desarrollo (1964), escrita cuan­do sus esperanzas, casi siempre inspiradas en atributoscreativos de la razón, comenzaban a derribarse antela crisis inminente que culminara en el derrocamien­to del gobierno de Goulart. Antes la esperanza había

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sido grande, pero luego el desengaño y la frustraciónresultaron mayores, a juzgar por las revelaciones con­signadas en Subdesarrollo y estancamiento en Amé­rica Latina (1966), libro consistente y pesimista quemás tarde mostró no buenas evidencias, en cuanto aque el ciclo de desarrollo de países latinoamericanosse financió artificiosamente con recursos de endeuda­miento externo que tornarían a sus economías en cau­tivas del capital financiero internacional, arrastrán­dolas a la crisis de la deuda durante la década per­dida. En 1981, Furtado trasunta todavía esperanza alreferirse, en su libro El Brasil después del "milagro",a la turbulencia y los desgobiernos del decenio de lossetenta, y presentar las perspectivas desde donde mi­raba el destino del Brasil: una que aludía a los desa­fíos del futuro y otra que esbozaba la estrategia correc­tiva de los problemas nacionales. El eminente pensa­dor latinoamericano, al término ya de 2004, continua­ba simbolizando la historia de una pasión brasileña,soñando los frutos de su pensamiento, pensando consus últimas luces en el país de sus propias inspiraciones.

Héctor Malavé Mata

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