Pautas de autoestima

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EQUIPO DE ORIENTACIÓN EDUCATIVA Y PSICOPEDAGÓGICA DE EJEA DE LOS CABALLEROS Elogiar y no ridiculizar. En ocasiones creemos, que el buen comportamiento del niño ha de aparecer sin más “es su obligación” y que el mal comportamiento ha de castigarse. El niño necesita que se le reconozcan las pequeñas cosas que hace diariamente y que pasan desapercibidas para los padres. Sin embargo, debe evitarse el elogio (refuerzo) excesivo, ya que cuando un comportamiento adecuado está ya establecido, no será necesario recordarle en cada momento lo bien que ha actuado. El refuerzo debe ser sincero, sin exageraciones y de acuerdo con los comportamientos que deseamos aumentar. Mejorar otros comportamientos: es importante que el hijo descubra cuáles son sus cualidades para mejorar su autoimagen, pero, también deben descubrirse aquellos comportamientos que deben modificarse porque no son adecuados. Es bueno hacerles conscientes de que la mejora de estos comportamientos (por ej. ponerse a estudiar, no pelearse con el hermano,…) le harán estar más a gusto y sentirse mejor. No solo las cualidades personales positivas son las que hacen feliz, también aquellas otras que se pueden mejorar. Cuidar el lenguaje que utilizamos al dirigirnos a los niños: o Utilizar un lenguaje específico y no general Dirigir los elogios a las conductas concretas y lo que se ha logrado con ellas, no tanto a la persona. Por ejemplo, “ me alegro mucho de tu buena nota, has trabajado mucho y te lo merecías”, en lugar de “eres un chico estupendo, o un estudiante fenomenal”. Cuando algo sale bien, no tiene demasiada importancia confundir elogios a la conducta con elogios personales, pero cuando hay algún fracaso, es fundamental hacer atribuciones a la conducta concreta, de modo contrario, el niño/a puede confundir la valía personal con la valía por nuestras acciones, y creerse y sentirse fracasado como persona. . Fijar la atención en las cualidades positivas del chico, en vez de señalar repetidamente sus defectos (descubrir sus cualidades). No se debe desaprobar frecuentemente a los hijos, porque se les introyecta una imagen de si mismos funesta. Ser buenos modelos de autoestima: verbalizando como los problemas tienen soluciones posibles y ponerlas en práctica, siendo tolerantes con nosotros mismos ante nuestros errores, decir cosas agradables de uno mismo, ... Además los hijos deben recibir aquellos valores que forman parte de una sana autoestima: responsabilidad, trabajo, esfuerzo, valoración de las capacidades personales, la sonrisa, la caricia y el afecto, los comentarios amables y de reconocimiento cuando alguien de la familia hace algo bien. PAUTAS PARA FAVORECER LA AUTOESTIMA DE LOS NIÑOS DESDE LA FAMILIA EOEP Ejea de los Caballeros

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• Elogiar y no ridiculizar. En ocasiones creemos, que el buen comportamiento del niño ha de aparecer sin

más “es su obligación” y que el mal comportamiento ha de castigarse. El niño necesita que se le

reconozcan las pequeñas cosas que hace diariamente y que pasan desapercibidas para los padres.

Sin embargo, debe evitarse el elogio (refuerzo) excesivo, ya que cuando un comportamiento

adecuado está ya establecido, no será necesario recordarle en cada momento lo bien que ha actuado.

El refuerzo debe ser sincero, sin exageraciones y de acuerdo con los comportamientos que deseamos

aumentar.

• Mejorar otros comportamientos: es importante que el hijo descubra cuáles son sus cualidades para

mejorar su autoimagen, pero, también deben descubrirse aquellos comportamientos que deben

modificarse porque no son adecuados. Es bueno hacerles conscientes de que la mejora de estos

comportamientos (por ej. ponerse a estudiar, no pelearse con el hermano,…) le harán estar más a gusto

y sentirse mejor. No solo las cualidades personales positivas son las que hacen feliz, también aquellas otras

que se pueden mejorar.

• Cuidar el lenguaje que utilizamos al dirigirnos a los niños:

o Utilizar un lenguaje específico y no general

Dirigir los elogios a las conductas concretas y lo que se ha logrado con ellas, no tanto a la persona.

Por ejemplo, “ me alegro mucho de tu buena nota, has trabajado mucho y te lo merecías”, en lugar de

“eres un chico estupendo, o un estudiante fenomenal”. Cuando algo sale bien, no tiene demasiada

importancia confundir elogios a la conducta con elogios personales, pero cuando hay algún fracaso, es

fundamental hacer atribuciones a la conducta concreta, de modo contrario, el niño/a puede confundir

la valía personal con la valía por nuestras acciones, y creerse y sentirse fracasado como persona.

.

• Fijar la atención en las cualidades positivas del chico, en vez de señalar repetidamente sus defectos

(descubrir sus cualidades). No se debe desaprobar frecuentemente a los hijos, porque se les introyecta

una imagen de si mismos funesta.

• Ser buenos modelos de autoestima: verbalizando como los problemas tienen soluciones posibles y

ponerlas en práctica, siendo tolerantes con nosotros mismos ante nuestros errores, decir cosas agradables

de uno mismo, ...

Además los hijos deben recibir aquellos valores que forman parte de una sana autoestima:

responsabilidad, trabajo, esfuerzo, valoración de las capacidades personales, la sonrisa, la caricia y el

afecto, los comentarios amables y de reconocimiento cuando alguien de la familia hace algo bien.

PAUTAS PARA FAVORECER

LA AUTOESTIMA DE LOS NIÑOS DESDE LA FAMILIA

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• Ayudar al chico a tolerar las frustraciones. No siempre conseguimos lo que queremos y ello no debe ser

motivo de infelicidad ni de alteración de nuestro comportamiento. Este es el mensaje que debemos

transmitir a nuestro hijo desde muy pequeñito. Los límites educativos, las normas y la aceptación del no

como respuesta ayuda a ello.

• Ayudarles a plantearse metas y objetivos que estén a su alcance, y una vez conseguidos, enseñadle a

sentirse orgulloso de sus logros.

• Tener expectativas realistas de vuestro hijo, si son demasiado altas, se sentirá mal consigo mismo por no

poder responder, pero si son demasiado bajas y no les marcamos metas, puede pensar que no sirve para

nada. Conjugar lo posible con lo deseable.

• Enseñarle a ser responsable. Si no consigue alguno de sus objetivos, elogiad el esfuerzo que ha hecho por

lograrlo, esto aumentará su confianza en su propia responsabilidad. Así mismo, en la creación de hábitos

de autonomía adecuados desde bien pequeñitos. Enseñarle a asumir las consecuencias de sus actos.

• Interesarse por cómo le va en el colegio: nuestro hijo pasa muchas horas al día en el colegio y allí

suceden cosas que le afectan positiva o negativamente para el desarrollo de su autoestima, interesarnos

por los estudios y relaciones con los compañeros, le brinda seguridad afectiva y seguridad personal.

Con respecto a las tareas de clase, es posible que en algunas, tenga dificultades, la labor de los padres

es ayudarle a pensar de manera favorable (por ej. “no sabré hacerlo” por “no se hacerlo pero lo voy a

intentar”, “esto es difícil pero pediré ayuda”).

También se debe prestar atención a las cosas que si le funcionan bien a nuestro hijo en el colegio.

Reconocerle los logros escolares es muy importante para mantener y aumentar la autoestima (por ej. “el

esfuerzo que pone para aprender”, “la atención que presta al profesor cuando explica”, “disfrutar con

los temas que estudia y que cumpla un horario de estudio”).

• El hijo debe sentirse como un miembro importante de la familia: escuchándolos, valorando sus opiniones,

dándoles pequeñas responsabilidades, consultándoles,...

• Permitirles llevar a la práctica sus propias decisiones. Considerarles capaces de pensar acertadamente y

de solucionar problemas, y siempre que propongan una solución posible, comentarles lo bien que lo han

solucionado.

• Es necesario enseñar a asumir pequeños riesgos, no importándonos que le puedan llevar a equivocarse,

animándole y ayudándole a comprender que lo importante es aprender de los errores.

• Fomentar su indepedencia y autonomía (evitar la sobreprotección), guiándole y protegiéndole de lo

realmente peligroso, pero sin defenderlo excesivamente, y no haciéndole las cosas que el puede realizar

pos si solo, aunque esto último resulte más fácil. De este modo el niño adquiere sentimiento de

capacidad y de autovalía.

• Dedicarle el tiempo necesario y favorecer la comunicación fluida. Encontrar momentos de dedicación

exclusiva para los chicos, en que se intensifique la comunicación afectiva, interesándonos por sus cosas y

vivencias.