Pensamiento Economico Boom Petrolero
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Pensamiento Económico
“LA ÉPOCA PETROLERA EN EL ECUADOR”
CARRERA FINANZAS
FACULTAD DE CIENCIAS
ECONOMICAS U.C.E.
Cholca Mirian
Guerra Ismael
Vega Roberto
Álvarez Vanesa
Jiménez Johana
Espinoza Ricardo
Angamarca Maribel
Alcívar María Belén
Llumitasig Alejandra
Quilumbaquin Santiago
SEMESTRE: OCTUBRE 2015 – MARZO 2016
Tabla de contenido
OBJETIVOS....................................................................................................................................3
OBJETIVO GENERAL..................................................................................................................3
OBJETIVOS ESPECIFICOS...........................................................................................................3
Introducción.................................................................................................................................4
CONTENIDO..................................................................................................................................5
Época petrolera........................................................................................................................5
Qué pasó con los países de la OPEP durante el boom..............................................................6
Fases de la época petrolera......................................................................................................8
Primera fase (1972-1985).....................................................................................................8
Segunda fase (1986-1999)....................................................................................................9
Tercera fase (2000-2005).....................................................................................................9
Los años 70 y el “boom petrolero”.........................................................................................11
El petróleo a la actividad económica del Ecuador..................................................................12
Los cambios estructurales del auge petrolero........................................................................15
Dictadura militar y disputa por la renta petrolera...................................................................17
Con el ‘boom petrolero’ (1972-1982) inició el endeudamiento externo................................23
Deuda externa........................................................................................................................26
Valor neto del petróleo..........................................................................................................27
Cambios económicos del boom del petróleo.........................................................................27
Ajustes macroeconómicos, deuda externa y desastres naturales..........................................28
Referencias.................................................................................................................................33
Tabla de ilustraciones
Ilustración 1 Década dorada del petróleo consumo y deuda.....................................................24Ilustración 2 Histograma del petróleo en el Ecuador.................................................................30Ilustración 3 Producción de petróleo en los últimos años..........................................................31Ilustración 4 Producción de petróleo en los últimos años en millones de barriles.....................31
Tablas
Tabla 1 Deuda pública gastos y reservas internacionales cono porcentaje del PIB en países seleccionados de la OPEP.............................................................................................................7
OBJETIVOS
OBJETIVO GENERAL
Conocer sobre la situación petrolera en el Ecuador, y las incidencias que esta ha tendido
en el desarrollo económico del país, su repercusión en la sociedad y cuán importante ha
sido dentro del presupuesto general del estado. Además analizar la importancia y
evolución del recurso petrolero y la situación económica antes, durante y después del
boom petrolero, como ha impactado la subida y baja del precio del petróleo.
OBJETIVOS ESPECIFICOS
Estudiar brevemente el desarrollo económico del Ecuador a través del análisis
del Producto Interno Bruto y la Distribución del Ingreso.
Analizar el comportamiento de las variables macroeconómicas durante el auge
petrolero y la época actual y su influencia en la economía nacional.
Determinar el impacto mantenido hasta la actualidad debido a las decisiones
tomadas en la década de los 70. Destacar los efectos dentro de la urbanización
que produjeron las ganancias del auge petrolero.
Identificar los principales motivos que impulsaron a que el Ecuador se convierta
en dependiente de la explotación de un solo bien como lo es el petróleo.
Introducción
Dentro de la Historia Económica del Ecuador han existido varios factores que han
determinado el desarrollo actual del país. Una de las épocas con mayor importancia en
el proceso de desarrollo fue la explotación petrolera que tuvo una gran apertura hacia un
nuevo dinamismo en el mercado tras varias dictaduras que hemos vivido a través de
tiempo.
El petróleo en el pasado como en la actualidad se ha convertido en una fuente de
ingresos; que a pesar de existir competencia supo obtener oportunidades de mantenerse
en pie recurriendo a medidas progresistas, políticas de Estado que han convertido al
petróleo un producto competitivo en el mercado internacional.
Las exploraciones, sin embargo, no dieron resultados comerciales y al final de la década
de los 50, los campos petroleros del litoral comenzaron a declinar a tal punto que la
empresa inglesa Anglo declaró en 1967 que los yacimientos de Santa Elena estaban casi
agotados.
En el Ecuador desde 1972, el petróleo se convirtió en el eje central de la economía del
país y continua manteniendo una importancia fundamental ya que la exportación de
crudo y derivados en los últimos 10 años han oscilado entre el 43 y 66% del total de
exportaciones de país y entre el 43% y 59% del presupuesto general del estado.
CONTENIDO
Época petrolera
En el Ecuador, el primer pozo petrolero lo descubrió en Ancón, península de Santa
Elena, la empresa inglesa Anglo. Sin embargo, la producción a niveles comerciales no
se dio sino en 1925 y la exportación en 1928, aunque en cantidades marginales.
Hasta 1971, las exportaciones petroleras no superaban el 6% del total de las
exportaciones totales del Ecuador. Durante cerca de cuarenta años, desde 1928 hasta
1959, la explotación de crudo se concentró en la península de Santa Elena. Sin embargo,
en esos años varias compañías extranjeras como Shell, Standar Oil, California Oil,
Tennesse, y la Western Geophysical Co obtuvieron más de 5 millones de hectáreas en
nuevas concesiones para realizar exploraciones petroleras tanto en el litoral ecuatoriano
como en la región Amazónica.
Es en la década de los 60 cuando los gobiernos de la época otorgaron concesiones por
otros 5 millones de hectáreas en el nororiente ecuatoriano a un grupo de empresas
internacionales encabezados por la Compañía Minas y Petróleos del Ecuador. Esta
última, traspasó parte de sus concesiones al consorcio Texaco – Gulf que en 1967
encontró los primeros pozos comerciales en la Amazonía con la perforación del pozo
Lago Agrio 1 de una producción inicial de 2 640 barriles diarios.
Con la creación de la Corporación Petrolera Estatal (CEPE), el 23 de junio de 1972, el
gobierno del general Rodríguez Lara adquirió más tarde el 25 % de la participación del
Texaco – Gulf, consorcio que puso a producir los primeros campos del Oriente
ecuatoriano y construyó el Oleoducto Transecuatoriano.
En 1977, CEPE compró a Gulf su participación y llegó a tener el 62,5% del consorcio,
además de que se lanzó a una campaña agresiva de exploración del nororiente, previo al
retorno del país a la democracia. En el 2009, el precio del crudo WTI cayó un 38,1% y
se ubicó en $61,7 por barril. Después aumentó año tras año y a partir del 2011 nunca
estuvo por debajo de los $90. De esta manera, los países exportadores de crudo
disfrutaron de cinco años de un escenario favorable en los que acumularon grandes
ingresos.
Qué pasó con los países de la OPEP durante el boom
Arabia Saudita, principal productor de crudo de la OPEP con más de 9 millones de
barriles por día, mantuvo durante la última bonanza petrolera una tasa de crecimiento de
su PIB de 6,4% anual. Argelia, que diariamente produce cerca de 700.000 barriles de
petróleo más que Ecuador, ha crecido en promedio 3,1% entre 2010 y 2013.
Sin embargo, durante ese periodo mantuvo su relación deuda A diferencia de lo que
ocurrió en Venezuela o Ecuador, el gasto público en Argelia no se disparó, sino que
desde 2010 se redujo casi en un punto porcentual. Pese a todo esto, el FMI destaca que
ese país enfrenta amenazas por su alta dependencia hacia el petróleo y prevé déficits
fiscales para los dos próximos dos años debido a la caída en los ingresos petroleros.
Pública/ PIB por debajo del 10%.
En el caso de Ecuador el crecimiento promedio anual entre 2010 y 2013 fue de 5%, pero
la relación entre deuda pública y PIB pasó de 19,2% a 27% durante el mismo periodo.
El gasto público a su vez, saltó de 34,7% a 44,4% del PIB.
Tabla 1 Deuda pública gastos y reservas internacionales cono porcentaje del PIB en países seleccionados de la OPEP
En 1998, con el precio de crudo nacional en alrededor de $9 por barril, se creó en
Ecuador el Fondo de Estabilización Petrolero (FEP), cuyo objetivo era mantener una
reserva que permitiera El FEIREP (sustituido por el CEREPS en julio de 2005) fue
creado bajo la premisa de tratar al petróleo como un activo que solo podía ser utilizado
para disminuir pasivos o incrementar activos. El FAC, a su vez, fue creado
conjuntamente con el CEREPS y su objetivo principal era recaudar recursos, que debían
alcanzar el 2,5% del PIB, para enfrentar eventuales contingencias y emergencias
legalmente declaradas.
Finalmente, el FEISEH tenía básicamente el mismo espíritu del FEIREP, pero asignaba
recursos a actividades de inversión pública en infraestructura eléctrica y petrolera. Sin
embargo, en el año 2009, mediante la Ley Orgánica para la Recuperación del Uso
Público de los Recursos Petroleros del Estado aprobada por la Asamblea Constituyente,
se eliminaron los fondos petroleros y sus recursos fueron incorporados en el
Presupuesto General del Estado (PGE).
A lo largo del tiempo el petróleo se ha constituido como uno de la principales productos
exportables del Ecuador, el mismo que por más de 35 años ha aportado de manera
significativa al presupuesto general del Estado.
Las política petroleras aplicadas en aquella época lograron que el aporte de esta
actividad a la mejora en las condiciones de vida para la mayoría de la población sea
mínimo, y el impacto ambiental de la producción de hidrocarburos fuera creciente,
conduciendo a una pérdida no reversible y no compensada del patrimonio natural del
país.
Otro factor clave es la fijación de los precios los mismos que venían determinados por
estándares internacionales puesto que es la OPEP quien los determina, si bien Ecuador
se volvió más competitivo a partir de la construcción del oleoducto de crudos pesados,
su poder de competencia es inferior al de otros países quienes pueden abaratar sus
precios producto de la reducción o disminución de sus costos al realizar una producción
en masa. La elevación sostenida en los precios internacionales del crudo, que
previsiblemente se mantendría e incluso acentuaría en el mediano plazo, benefició
desproporcionadamente a las empresas extranjeras, y crea condiciones para replantear
los contratos petroleros en forma más beneficiosa para el Estado que, de acuerdo a la
Constitución, es el propietario de todas las reservas petroleras.
El texto se plantea tres etapas petroleras entre ellas el boom petrolero siendo
considerado en la primera etapa.
Fases de la época petrolera
Primera fase (1972-1985)
Este intervalo corresponde básicamente al auge petrolero y se prolonga hasta 1985.
Durante estos años prevalece una elevada capacidad de negociación de la OPEP en el
mercado internacional, y el país adopta una política nacionalista que conduce a la
constitución de CEPE (posteriormente Petroecuador), a la renegociación de los
contratos petroleros con Texaco Gulf, y al establecimiento de condiciones que
permitieron al Estado captar aproximadamente el 80% del excedente petrolero. Aunque
durante esta fase la deuda externa creció, hasta mediados de los años 1970 el
endeudamiento era moderado, y el Estado logró invertir las ganancias petroleras
impulsando la industrialización, la construcción de infraestructura (hidroelectricidad,
refinería, vías, etc.) y el desarrollo social.
Aunque la estrategia de desarrollo adoptada no logró resultados perdurables, debido al
creciente endeudamiento, a la ausencia de políticas redistributivas, y a límites en el
modelo de modernización productiva e industrialización sustitutiva, los resultados
fueron inicialmente favorables.
Segunda fase (1986-1999)
A partir de 1986, los Estados Unidos logran romper la influencia de la OPEP en el
mercado petrolero, los precios caen dramáticamente y se mantienen bajos por un
período prolongado hasta 1999, cuando llegan a su mínimo de 9 dólares por barril. Ante
el debilitamiento del sector externo, el Ecuador cambia su política petrolera, abandona
la OPEP e impulsa un crecimiento de los volúmenes ampliando la capacidad de bombeo
del oleoducto SOTE y promoviendo la exploración con empresas privadas.
La estrategia se consolida a mediados de los años 1990, cuando Petroecuador es
debilitada por reformas legales que limitan su capacidad de inversión. De esta forma se
inicia una progresiva desnacionalización de la producción petrolera. Por otra parte, la
crisis económica, el debilitamiento del Estado y el abultado peso de la deuda externa
conducen a una asfixia fiscal crónica que se refleja en una caída sostenida de la
inversión social, que ha sido tan pronunciada que, en términos reales por persona, el
gasto público social de 2001 alcanzó menos de la mitad de su valor en 1981.
La institucionalidad política se debilita, y el Estado abandona también su papel
protagónico en la inversión económica, bajo un modelo que transfiere al mercado la
responsabilidad en el crecimiento. El excedente petrolero se destina en forma creciente
al servicio de la deuda externa, perdiendo su aporte a la inversión económica y social.
Tercera fase (2000-2005)
A partir de 2000, se inicia una tendencia ascendente en los precios internacionales del
crudo. El alza actual en los precios del petróleo respondía principalmente a un
crecimiento acelerado de la demanda internacional, con posibilidades limitadas de
incrementar la producción internacional en el mediano plazo, ya que ésta se encuentra
por primera vez muy cerca de la capacidad instalada mundial, y la incorporación futura
de nuevas reservas de magnitud es improbable.
En este escenario pueden esperarse precios elevados en el mercado petrolero
internacional sostenidos en el corto y mediano plazo, aún si la volatilidad política del
Medio Oriente se reduce. Al mismo tiempo, se consolida la progresiva
desnacionalización de la producción petrolera en el país, con la construcción del OCP y
el incremento de la producción privada, con limitada participación estatal, cuyo valor
fluctúa alrededor del 20%.
Mientras tanto, la producción estatal de crudos livianos declina desde 1993, debido a la
limitada reinversión de Petroecuador en recuperación secundaria y terciaria en campos
antiguos. La apertura de nuevos campos petroleros, inclusive en áreas protegidas, ha
acentuado su impacto ambiental y ha contribuido a la deforestación y la pérdida
irreversible de la biodiversidad en la Amazonía. El resultado es una limitada y
declinante participación pública en el excedente petrolero. Como la mayor parte de los
recursos petroleros se han destinado al pago de la deuda pública externa e interna, el
impacto de la nueva bonanza petrolera en la economía nacional ha sido mínimo.
El problema se agrava por las limitaciones en la capacidad de refinación y el
crecimiento de la demanda interna de combustibles, que conducen a la importación
creciente de productos refinados a costos elevados. La importación de combustibles
crece en casi nueve veces desde 1993, alcanzando los 784 millones de dólares en 2004.
Esta situación es el resultado tanto de la mínima inversión en fuentes renovables de
generación eléctrica, que han obligado al desperdicio de combustibles en la generación
térmica, contribuyendo al calentamiento global, como también de la duplicación del
parque automotor desde 1991, bajo un modelo que estimula en forma no sustentable la
importación de bienes de consumo suntuarios, en particular después de la dolarización.
(Larrea, 2016)
Los años 70 y el “boom petrolero”
En la década de los 70, el auge petrolero introdujo un cambio substancial en la
estructura económica del país que, hasta ese entonces, había dependido de la
exportación de bienes agrícolas, básicamente del banano, café y cacao.
A partir de 1972, la producción y comercialización externa de petróleo toman impulso.
Las condiciones del mercado internacional propician una notable mejora en los términos
de intercambio dado el constante incremento del precio del crudo en el mercado
mundial, el cual, entre 1972 y 1980 ascendió de 2,5 a 35,2 dólares el barril,
destacándose en este lapso la variación de 1979 debido a la crisis del Golfo Pérsico.
Paralelamente a la subida del precio del petróleo tuvo lugar un significativo aumento del
volumen de exportación en relación a 1972. A inicios de década de los 80 el aporte
petrolero a las exportaciones totales representó el 68%.
Estos dos factores permitieron al Estado disponer de una substancial e inusitada fuente
de recursos. Además, la escalada de los ingresos petroleros permitió fortalecer las
reservas internacionales y por ende la capacidad de compra del país de manera que las
importaciones, en el transcurso de los ocho años, aumentaron de U$284 a U$ 2.242
millones. En las finanzas públicas el aporte de los ingresos petroleros al presupuesto del
Estado aumentó de 16 a 43%. Adicionalmente, este contexto aparentemente favorable le
permitió al país convertirse en un atractivo sujeto de crédito, dándose inicio a un
importante endeudamiento externo a partir de 1976.
El esquema económico, sustentado en el ingreso de divisas vía petróleo y deuda externa,
se encaminó básicamente al mantenimiento del modelo de sustitución de importaciones
basado en el otorgamiento de subsidios y en la fijación de precios claves como el tipo de
cambio y la tasa de interés, en niveles inferiores a los de mercado. Es así como se
mantuvo un sistema de tipo de cambio fijo a la cotización de 25 sucres por dólar por
alrededor de 10 años. La consecuente sobrevaloración de la moneda ocasionó un rezago
cambiario que finalmente incidió en los bienes transables no petroleros en beneficio de
los bienes no transables, manifestándose la denominada "enfermedad holandesa". La
tasa de interés real alcanzó valores negativos, afectando el ahorro interno.
(MONTALVO, 2013)
Desde el punto de vista de política fiscal, los ingresos petroleros permitieron
incrementar ostensiblemente los gastos gubernamentales y, junto con el papel
paternalista asumido por el Estado, el sector público amplió su participación en
diferentes campos con un crecimiento burocrático desmedido. La solvencia de las
finanzas públicas facilitó un esquema de desarrollo proteccionista a través de medidas
arancelarias, subsidios, protección a la industria nacional, etc.; que no logró
necesariamente un mejoramiento de las rentas de acuerdo al dinamismo que iban
adquiriendo ciertos sectores productivos.
El crecimiento económico del Ecuador fue haciéndose cada vez más dependiente de la
exportación de un solo bien y de las afluencias del capital extranjero. (Fernandez, 2010)
El petróleo ha sido indudablemente el producto de mayor importancia en la economía y
sociedad ecuatoriana a partir de 1972. Entre 1995 y 2004, los ingresos petroleros
aportaron con un tercio del total del presupuesto del Estado” (Petróleo y Desarrollo
Sostenibl en Ecuador, 2006)
El petróleo a la actividad económica del Ecuador
La incorporación del petróleo a la actividad económica del Ecuador se convirtió en el
principal motor de crecimiento económico del país, siendo desde el principio un sector
crucial para la economía ecuatoriana. Los ingresos provenientes de su exportación,
rápidamente constituyeron la principal fuente de ingresos públicos y hasta la actualidad
el primer producto de exportación.
El esquema económico, sustentado en el ingreso de divisas vía petróleo y deuda externa,
se encaminó básicamente al mantenimiento del modelo de sustitución de importaciones
basado en el otorgamiento de subsidios y en la fijación de precios claves como el tipo de
cambio y la tasa de interés, en niveles inferiores a los de mercado. Es así como se
mantuvo un sistema de tipo de cambio fijo a la cotización de 25 sucres por dólar por
alrededor de 10 años. La consecuente sobrevaloración de la moneda ocasionó un rezago
cambiario que finalmente incidió en los bienes transables no petroleros en beneficio de
los bienes no transables, manifestándose la denominada "enfermedad holandesa". La
tasa de interés real alcanzó valores negativos, afectando el ahorro interno.
La explotación petrolera tuvo un enorme impacto sobre la economía nacional durante la
primera década (1972-1982), conduciendo casi a la duplicación del ingreso por
habitante, Paradójicamente, a partir de este último año, como resultado del inicio de la
crisis de la deuda latinoamericana y el cambio en la estrategia de desarrollo hacia un
modelo de ajuste estructural y promoción de exportaciones, el ingreso por habitante
entra en una fase de estancamiento, agravado por varias crisis en 1983, 1987.
Los ingresos petroleros permitieron incrementar notoriamente los gastos
gubernamentales y, junto con el papel paternalista asumido por el Estado, el sector
público amplió su participación en diferentes campos con un crecimiento burocrático
desmedido. La solvencia de las finanzas públicas facilitó un esquema de desarrollo
proteccionista a través de medidas arancelarias, subsidios, protección a la industria
nacional, etc.; que no logró necesariamente un mejoramiento de las rentas de acuerdo al
dinamismo que iban adquiriendo ciertos sectores productivos.
En la década de los 70, el auge petrolero introdujo un cambio substancial en la
estructura económica del país que, hasta ese entonces, había dependido de la
exportación de bienes agrícolas, básicamente del banano, café y cacao. A partir de 1972,
la producción y comercialización externa de petróleo toman impulso. Las condiciones
del mercado internacional propician una notable mejora en los términos de intercambio
dado el constante incremento del precio del crudo en el mercado mundial, el cual, entre
1972 y 1980 ascendió de 2,5 a 35,2 dólares el barril, destacándose en este lapso la
variación de 1979 debido a la crisis del Golfo Pérsico. Paralelamente a la subida del
precio del petróleo tuvo lugar un significativo aumento del volumen de exportación en
relación a 1972. A inicios de década de los 80 el aporte petrolero a las exportaciones
totales representó el 68%.
“Durante el Boom Petrolero se vio mejoras considerables en el ámbito de educación y
salud. El porcentaje de analfabetismo entre los mayores de 10 años declinó del 24% al
15% entre 1974 y 1982, la escolaridad de la población mayor a 6 años subió de 3,6 a 4,7
años en el mismo intervalo. Se observan también una caída significativa de la
mortalidad infantil y mejoras considerables en las condiciones habitacionales, cuya
magnitud es superior a las cambios observados posteriormente. El lado débil del
desarrollo social durante el período, lo constituye la generación de empleo, que condujo
a un aumento considerable del subempleo y la informalidad, y a la pérdida de trabajos
asalariados en la agricultura” (Petróleo y Desarrollo Sostenible en Ecuador, 2006)
La tendencia ascendente en las condiciones de educación, salud y vivienda observada
durante el auge petrolero no ha sido equiparada posteriormente. Si bien varios
indicadores han continuado mejorando, su ritmo ha sido considerablemente más lento, y
en varios aspectos, como pobreza, inequidad social y empleo, se ha observado una
tendencia al estancamiento o deterioro a partir de 1982. Contrasta la articulación de la
producción petrolera a la economía y sociedad ecuatorianas durante el boom petrolero,
que condujo no solamente a un significativo crecimiento económico, sino a importantes
mejoras en los campos de educación, salud y vivienda, con las condiciones actuales en
las que, a pesar de los elevados volúmenes exportados y precios favorables, el sector
petrolero ha debilitado significativamente su vinculación con la economía nacional,
adquiriendo en parte características semejantes a una economía de enclave.
Pero así como el petróleo tuvo su auge, empezó a tener escasez debido auge en el
ecuador el petróleo se acaba, esto debía a la explotación desacelerada y a la venta
anticipada como parte pago de las deuda contraídas por el país.
“Aún antes de tomar en cuenta las presiones derivadas de la actual crisis económica
internacional, es preciso considerar en este punto que las reservas de crudo en Ecuador,
de conformidad con la información disponible, comienzan a declinar. Lo que se ha
extraído podría ser ya superior a lo disponible.” (La maldición de la Abundancia, 2009)
Lo que se ha extraído podría ser ya superior a lo disponible. Así, las reservas del país
superan en poco los 4.000 millones de barriles. Los descubrimientos son cada vez
menos frecuentes, más costosos y los nuevos campos encontrados son más pequeños.
Además, los crudos hallados son cada vez más pesados. Hay que tener en cuenta que el
Oriente ecuatoriano ha sido explorado por décadas, y que la mayor cantidad del petróleo
que se extrae hoy fue encontrada hace más de 30 años. Para un país tan adicto el
petróleo, su nivel de reservas de crudo no son un tema estático, sino un valor que
evoluciona con el tiempo y, en el caso del Ecuador, se ha cuadruplicado en los últimos
10 años, además en los últimos años, la aparente bonanza que ha vivido el Ecuador,
producto en gran medida de los altos precios del petróleo, no es para siempre.
Los cambios estructurales del auge petrolero
En la década de los años setenta del siglo pasado se produjo un rápido cambio en la
trayectoria de largo plazo del subdesarrollo ecuatoriano. La economía agroexportadora
del banano fue sustituida por la economía extractivista del petróleo, y la sociedad
presenció el aparecimiento de una nueva burguesía (industrial, comercial y financiera,
vinculada al capital transnacional) y la expansión de la clase media en las áreas urbanas,
en especial en Guayaquil y Quito.
El inició del auge del petróleo ocurrió cuando declinaba el ciclo del banano: “la
capacidad adquisitiva de las exportaciones se vio crecientemente afectada por la
continua caída en los precios relativos del banano. El café y el cacao, los otros dos
productos importantes de exportación, también fueron afectados por precios relativos
menores.”
En EEUU, las ventas de la fruta ecuatoriana se redujeron a la mitad entre
1964 y 1973. Se trató de buscar nuevos destinos, en medio de una situación de
estancamiento en los volúmenes exportados, pérdida de la capacidad adquisitiva, e
inestabilidad en el corto plazo y la pérdida repentina del mercado japonés, que luego de
una rápida expansión comenzó a declinar en 1973 hasta desaparecer.”
En la Sierra la ley de reforma agraria de 1964 había eliminado el huasipungo y
extendido el predominio de relaciones de trabajo salariales. Los propietarios pudieron
contratar jornaleros según sus necesidades y no se afectó la estructura de la propiedad.
Los pequeños productores campesinos y las comunidades indígenas fueron confinados a
tierras de altura, con altas pendientes, suelos de inferior calidad y generalmente sin
riego, en los páramos y estribaciones de la cordillera. Estos 24 productores se han
especializado en la provisión de granos básicos, papas y otros productos agrícolas para
el mercado interno” (Larrea, 2006: 83-84).
Al comenzar la década de los años setenta el banano ya no era suficiente para financiar
la cuenta corriente de la balanza de pagos ni para costear el proceso de industrialización
sustitutiva de importaciones.
La crisis del banano fue superada con otro boom exportador a partir de 1972.En la
visión desarrollista prevaleciente en la época, se esperaba que el nuevo ciclo abriría un
periodo de prosperidad. No obstante, la inserción en el mercado mundial basada en el
petróleo intensificó el carácter dependiente del subdesarrollo ecuatoriano.
El fallido golpe de Estado de 1 de septiembre de 1975 marcó un cambio de política
económica y puso fin a la retórica del General Rodríguez Lara que, “mientras hablaba
de revolución, pactaba con ciertos grupos dominantes; mientras proclamaba
nacionalismo, abría las puertas al capital extranjero”. Al asumir el poder el 11 de enero
de 1976, el Consejo Superior de Gobierno (conformado por el Brigadier Luis Leoro
Franco, el General Guillermo Durán Arcentales y el Vicealmirante Alfredo Poveda
Burbano) ofreció el “retorno a la democracia.”
Desde 1976 operó una etapa de transición que terminó con las medidas de ajuste fiscal
implementadas luego de los incidentes fronterizos de Paquisha (1981). El retorno a la
democracia no modificó la política económica del Triunvirato –salvo por las
correcciones salariales realizadas en 1980. Esta etapa fue un preámbulo de los ajustes
macroeconómicos de inspiración neoliberal iniciados en marzo de 1982.
Los cambios estructurales de esta década (y sus rigideces) configuraron la «enfermedad
holandesa» ecuatoriana. En su versión original, este modelo económico se circunscribe
a variables reales y a factores estructurales de mediano plazo; tiene supuestos
restrictivos como inmovilidad internacional de capitales y pleno empleo continuo;
asume que el crecimiento de los ingresos causado por un boom es gastado por los
sectores directamente beneficiados, lo que omite los efectos redistributivos de la política
fiscal. Un auge de exportaciones de recursos naturales, se postula, tiene por
consecuencia inequívoca la declinación del sector manufacturero, aunque sus efectos se
deben considerar en un escenario de crecimiento y progreso tecnológico. Esa
declinación sería solo relativa (en comparación a lo que hubiera ocurrido sin el boom
sectorial) (MONTALVO, 2013)
La enfermedad holandesa ecuatoriana ha sido analizada por varios especialistas.
Naranjo sostiene que se trató de “un caso relativamente grave... porque, al ser el
petróleo propiedad del gobierno, el gasto público creció a tasas superiores al producto,
lo que generó fuertes déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos y tasas de
inflación de dos dígitos, muy superiores a las internacionales y a las históricas
nacionales”. Esta investigación sigue en forma detallada el modelo de enfermedad
holandesa desarrollado por de la Torre (1987), que tiene la virtud de incluir en el
análisis el tipo de cambio y, en lo referente a aspectos distributivos, el estudio de Larrea
(1992) que avanza hasta 1990.
Dictadura militar y disputa por la renta petrolera
José María Velasco Ibarra proclamó su última dictadura el 21 de julio de 1970. El inicio
de esa década estuvo marcado por el descontento anti-velasquista y por las expectativas
de la cercana era petrolera. En 1970 el dólar estaba sujeto a una paridad fija de 25,25
sucres, el déficit fiscal era cada vez mayor (subió a 8,6% del PIB), al igual que el déficit
en cuenta corriente (190,9 millones de dólares, equivalentes a 13,8% del PIB).
Sin embargo de una inflación de 3,6% anual, al aumentar la inquietud social los grupos
de presión y los monopolios extranjeros exigieron al velasquismo “devolver la
tranquilidad” al país.
Para financiar el déficit fiscal el Presidente Velasco Ibarra decidió gastar por anticipado
los ingresos del petróleo, aprobando un convenio de crédito por 50 millones de dólares
(unos 1.262 millones de sucres), concedido por varios bancos norteamericanos. Este
préstamo debía pagarse con parte del impuesto a la renta que abonaría el consorcio
Texaco-Gulf al iniciar sus exportaciones.
Los 20 meses finales de la dictadura de Velasco Ibarra fueron empleados en obstruir la
organización popular y en concretar negociados. La dictadura ofreció realizar elecciones
en junio de 1972, cuando la intención de voto parecía inclinarse a favor del ex alcalde
de Guayaquil, Asaad Bucaram. Sus opositores eran tantos que el triunfo de cualquiera
de ellos parecía tan improbable, que la opinión pública hablaba de la “devaluación de
las candidaturas.”
Con la connivencia del gobierno se formó un «Frente Nacional» de oposición a
Bucaram, integrado por velasquistas, arnistas (Alianza Revolucionaria Nacionalista
Ecuatoriana, ARNE), socialcristianos, disidentes de la CFP, liberales independientes, el
Frente Poncista,
Renovación Nacional, parte de la Izquierda Democrática y la Coalición Institucionalista
Democrática (CID). Proclamaron que “solo quieren consentir una patria gobernada por
ecuatorianos, para ecuatorianos y de inspiración ecuatoriana”, en clara alusión a la
cuestionada nacionalidad de “don Buca.”
Velasco Ibarra aprovechó una ceremonia de graduación de oficiales de la Fuerza Aérea
en Salinas (2 de febrero de 1972) para alertar que la nacionalidad ecuatoriana se
encontraba en crisis y que “los frentes no tienen ningún frente sino una serie de cálculos
pequeños,” en referencia al Frente Nacional. Luis Robles Plaza, el penúltimo ministro
de Defensa de la dictadura velasquista, salió al paso de los rumores de golpe de Estado
diciendo que “las Fuerzas Armadas no participan en la política nacional; los civiles
deben ocuparse de ella.” Su remplazo, Patricio Lasso, tampoco creía en la posibilidad de
un golpe militar. Era una clase política incapaz de asumir con responsabilidad histórica
la inserción petrolera del Ecuador en el mercado mundial.
Entre 1971 y 1973 la extracción diaria de petróleo pasó de 3.711 barriles por día a
208.825 barriles por día (Cuadro 2.1). La apropiación de los beneficios del petróleo – la
renta petrolera– se constituyó en objetivo de disputa de grupos sociales y organizaciones
políticas.
A manera de árbitros de la inminente abundancia, los militares asumieron el control de
una situación que parecía inviable en manos civiles.
Si bien para la opinión pública se había ganado la «Guerra del Atún», la mayoría
juzgaba que Velasco Ibarra y su gobierno no tenían el celo necesario para salvaguardar
los intereses nacionales.
Al renunciar al cargo de Asesor Jurídico de Petróleos del Ministerio de Recursos y
Turismo, el 10 de febrero de 1972, Alfredo Vera no sabía
Le acusaba además de “haberse entregado en brazos de dos empíricos extranjeros”
recomendados por el gerente de una empresa norteamericana. Vera renunció porque la
ley de la empresa estatal de petróleos habría sido preparada por esos asesores, sin
participación de los técnicos nacionales.
Velasco Ibarra fue depuesto el 15 de febrero de 1972. En su proclama inicial el nuevo
jefe del gobierno, General Guillermo Rodríguez Lara, aclaró que “...ante la encrucijada
que se encuentra la nación por obra del desgobierno y de la ambición política, las
Fuerzas Armadas que son la expresión genuina del sentimiento nacional, interpretando
el sentir mayoritario del auténtico pueblo ecuatoriano, han decidido asumir el control de
la República para instaurar en el país un gobierno Revolucionario de clara concepción
nacionalista”. Era la respuesta al entreguismo con el que desde 1964 se había
beneficiado a empresas petroleras extranjeras que para 1972 poseían en concesión más
de un tercio del territorio nacional.
El golpe de Estado ocurrió seis meses antes de comenzar la exportación de petróleo,
cuando Bucaram ya se perfilaba como ganador de los comicios presidenciales.
Los militares definieron objetivos que expresaban la necesidad de reivindicar la gestión
pública, con características –al menos en el plano de la retórica– tomadas del modelo
peruano: transformar las estructuras básicas del país para beneficio de los estratos
menos favorecidos; elevar el nivel de vida del pueblo para reducir la pobreza e
incrementar el bienestar; tecnificar y moralizar la administración pública; impulsar la
educación exaltando los valores cívicos patrios; aprovechar en forma racional la riqueza
para beneficio de la colectividad; restablecer el sentido de autoridad; respeto a la
personalidad humana; cumplir el programa de gobierno y los compromisos
internacionales.
La dictadura militarizó el Congreso, donde funcionaba el Tribunal Supremo Electoral,
pero el estado de sitio terminó antes de que concluyera la semana inicial de la cuaresma
de ese año y los colegios se reabrieron el lunes 21 de febrero. El Gerente del Banco
Central del Ecuador (BCE) declaró que “...no habrá devaluación monetaria y el país
entrará en su encauzamiento normal y desarrollo económico más sostenido.” La
autoridad monetaria desmentía una eventual devaluación, cuando parecía más apropiado
anticipar que no habría revaluación. Esta reacción se puede entender dentro de la
tradición de devaluaciones monetarias en momentos críticos de la historia nacional. El
nuevo ministro de Finanzas Néstor Vega anunció que el plan de desarrollo se vincularía
al presupuesto del Estado.
Solo la conspicua clase política ecuatoriana habría deplorado el cambio de dictador
mientras que los movimientos progresistas se mantenían expectantes. Un mes después
del «carnavalazo» se presentó el plan de gobierno militar, con el nombre de
Lineamientos Generales de la Filosofía y Plan de Acción del Gobierno Revolucionario y
Nacionalista del Ecuador. Consideraba varias reformas (agraria, tributaria, bancaria,
financiera y crediticia, y administrativa) y nuevas políticas agropecuaria, industrial,
pesquera, forestal, petrolera, de comercio exterior e integración, infraestructura
(electricidad, transporte, riego y comunicaciones), educación, salud y bienestar social.
Rodríguez Lara se comprometió a eliminar la corrupción administrativa en el manejo de
los fondos públicos y a limitar el “crecimiento exorbitante de ganancias.”
El 21 de julio de 1972 el presidente de la Junta Nacional de Planificación Pedro Aguayo
entregó el Plan Integral de Transformación 1973-1977, para armonizar las iniciativas
ministeriales “en torno a una opción global de desarrollo.” Los recursos originados en la
exportación de petróleo debían servir para “vigorizar y expandir el aparato productivo
del país”. Pero antes era necesario asegurar que las nuevas rentas realmente engrosen el
presupuesto público. Para esto el gobierno militar se concentró en cambiar el rumbo
tomado por la actividad petrolera y en asumir algunas actividades productivas por sí
solo (acería integrada, fertilizantes, petroquímica y tiendas estatales) o mediante
empresas mixtas (cemento, astilleros, madera, papel, metalmecánica, agroindustrias).
“La estructura institucional del Ecuador en 1972-73 no estaba lista para absorber y
administrar adecuadamente un crecimiento tan importante del ingreso fiscal; necesitaba
tiempo para adaptarse”.
El problema inicial era cómo administrar la bonanza. “Inmediatamente después del
inicio de las exportaciones en agosto de 1972, los ajustes macroeconómicos se
caracterizaron por una respuesta retardada de la absorción al adelanto del crecimiento
del PIB. Obviamente, no había necesidad inherente de la demanda interna agregada de
ajustarse al nuevo nivel del producto”. No había necesidad inmediata –ni capacidad
operativa– de gastar el nuevo ingreso. El rezago entre este último y la capacidad de
consumo e inversión se extendió hasta diciembre de 1973.
Cuando el equipo de Aguayo trató de estimar el financiamiento para el Plan Integral, el
precio internacional del barril de petróleo todavía estaba alrededor de 3,50 dólares, pero
“‘cuando ocurrió la ‘escalada de precios’y el ‘stock de recursos financieros continuó
incrementándose... el país no estaba preparado con proyectos de desarrollo completos
(tampoco estaba listo) para implementar... los proyectos en forma eficiente,’ por lo que
debían establecerse instituciones adecuadas” 1972 y 1973 fueron años de escalamiento
de las posiciones nacionalistas. Los militares anticiparon que respetarían los
compromisos internacionales, es decir la inversión petrolera realizada por las empresas
extranjeras. En 1964 Texaco y Gulf comenzaron la exploración en el Nororiente y en
marzo de 1967 brotó petróleo en Lago Agrio. Para 1970 una decena de empresas
petroleras poseía concesiones por más de 6,6 millones de hectáreas. Hasta agosto de
1972 se perforaron 140 pozos y se había iniciado la construcción de un oleoducto de
503 km de longitud hasta Balao, en la provincia de Esmeraldas. De esta coyuntura
Cueva destaca la incapacidad de la oligarquía para oponerse al cambio de rumbo de la
política petrolera, su eficiencia para dilatar cualquier intento de reforma agraria y su
continua oposición a la estatización de la economía.
Al comenzar –oficialmente– la era petrolera se estimaba que las inversiones en ese
sector bordeaban los 240 millones de dólares para la extracción del crudo más otros 120
millones de dólares para su transporte hacia el Océano Pacífico por el Oleoducto
Transecuatoriano.
La primera producción fue de 30°- 31° API, pero luego bajó a 27°- 28° API, con un
contenido de azufre de 0,8 - 0,9%.
Las expectativas despertadas por la exportación de petróleo sin duda alentaron a las
Fuerzas Armadas a asumir el poder. Mediante Decreto Supremo n. 430 de 6 de junio de
1972 el gobierno militar puso en vigencia la Ley de Hidrocarburos, presionando a todas
las empresas a firmar nuevos contratos y limitando las concesiones a 20 años.
Éstas recibieron un plazo perentorio de seis meses para renegociar y, de no hacerlo, sus
concesiones revertirían al Estado.
El gobierno advirtió que los nuevos contratos se firmarían solo con “verdaderas
compañías petroleras,” para forzar la desaparición de empresas ficticias como Aguarico
(Texaco) y Pastaza (Gulf), creadas para duplicar las áreas concesionadas. Al cumplirse
el plazo se suscribieron seis nuevos contratos (con Texaco-Gulf, Sun Oil, Anglo,
Cautivo, Cayman y OKC). Amoco y Sheanandoa devolvieron las concesiones y
Petrolera Yasuní y Minas y Petróleos se negaron a aceptar las nuevas regulaciones. Así
se revertió al Estado más de 80% de las áreas petroleras concesionadas, que pasaron a
constituir el patrimonio de la Corporación Estatal Petrolera Ecuatoriana (CEPE), creada
el 23 de junio de 1972 mediante Decreto Supremo No. 522.
El petróleo era concebido como un bien de dominio público que debía aplicarse al
desarrollo general del país. El 26 de junio de 1972 el gobierno y el consorcio Texaco-
Gulf inauguraron la operación de la terminal deBalao. El General Rodríguez Lara abrió
una válvula para verter petróleo en varios barriles de madera (también del Oriente,
según se informó) y luego improvisó su discurso:
“...he venido, digo, para con vosotros participar con júbilo de este acontecimiento que
marcará un hito en la historia del país... Y es que ansiaba participar con vosotros esta
alegría que salió de vuestros espíritus para contagiar a todo el país con el asomarse
del oro negro ecuatoriano a la faz de la Costa del
Ecuador y para la mirada de todos los países del mundo que bien necesitan de nuestro
petróleo. El petróleo ecuatoriano es un recurso fundamental, no el único, es una fuente
indispensable, no exclusiva. Es, realmente, un recurso básico; jamás, jamás el único, el
definitivo, el decisivo. Nos ayudará, sí, en forma preponderante para resolver los
problemas que a la Patria aquejan y particularmente al pueblo ecuatoriano. Y del
pueblo ecuatoriano, la parte de ese pueblo marginada, desposeída que aún por
sarcasmo de la humanidad se debate en la miseria, en la ignorancia, en el tugurio, en
la falta de medios de salud..”
Los barriles fueron llevados a Quito para conservar el “oro negro como una reliquia
histórica en el Templete del Colegio Militar Eloy Alfaro.” El Ministro de Defensa
entregó un barril con petróleo a la custodia del Templete y las provincias recibieron
sendos barriles. Se auguraba el inicio de una nueva era de prosperidad, pero cuatro días
después de inaugurado, el oleoducto sufrió un serio percance: el derrame de 50.000
barriles cerca de la población de Viche (provincia de Esmeraldas) produjo un incendio
que consumió plantaciones de cocoteros, cafetos, cítricos, bananeras, árboles, animales
silvestres y toda la vegetación del área afectada. El crudo llegó al río Esmeraldas.
El primer embarque de petróleo zarpó de Balao el 16 de agosto de 1972. A un precio de
2,8 dólares por barril el gobierno esperaba recibir unos 3.760 millones de sucres anuales
(equivalentes a 8% del PIB de 1972). La Ley de Hidrocarburos establecía que si la
explotación excedía los 60.000 barriles por día, lo que efectivamente ocurrió en 1972, el
pago mínimo de regalías debía ser de 16% (lo que equivalía a 0,448 dólares por barril, a
un precio de 2,8 dólares). El Decreto Supremo No. 239 (16 de agosto de 1969) gravaba
la exportación de petróleo con 15% sobre el valor. El impuesto a la renta era de 40%
sobre la utilidad neta, más 11% de este monto para las universidades (en total 44,4%).
Por derechos superficiarios las empresas petroleras debían pagar alrededor de $ 0,02 por
barril, a favor de varios partícipes. La participación de las utilidades de los trabajadores
petroleros (15%) se esperaba ascendería a 19,44 millones de dólares anuales; y las
empresas debían contribuir con no menos de 0,20 sucres por cada barril de petróleo para
el Instituto de Crédito Educativo. En resumen, por medio de todos estos impuestos el
Estado participaba con 58,9% del valor del petróleo en la terminal de Balao, el
consorcio Texaco-Gulf recibía 22,9% y el resto se desagregaba entre costos de
producción (7,5%) y transporte por el oleoducto (10,7%).
Con el ‘boom petrolero’ (1972-1982) inició el endeudamiento externo
De acuerdo a una publicación del CDES, el pago de la deuda tuvo preeminencia sobre las políticas públicas sociales entre 1972 y 2005.
Ilustración 1 Década dorada del petróleo consumo y deuda
El petróleo ha sido durante los últimos 43 años la mayor fuente generadora de divisas
para el país y representa actualmente más del 30% de lo contemplado como ingresos no
permanentes dentro del Presupuesto General del Estado (PGE).
Pese al importante ingreso petrolero entre 1972 y 1982 y la recuperación del precio del
crudo entre 2004 y 2006, a criterio de analistas e informes relacionados a lo que ocurrió
con el denominado ‘boom petrolero’, los gobernantes no mejoraron las condiciones de
vida de los ciudadanos y prefirieron pagar la deuda externa, la cual paradójicamente
creció de la mano de la evolución del costo del barril del ‘oro negro’.
De acuerdo al artículo ‘Bonanza petrolera y pobreza ciudadana’, publicado en 2005 por
el Centro de Derechos Económicos y Sociales (CDES), acatando con rigor los
postulados neoliberales, la política estatal se orientó en ese entonces a privilegiar el
pago de la deuda externa e interna en lugar de cumplir con las obligaciones
constitucionales en relación a los derechos fundamentales de la población.
Si en épocas de bonanza, con altos precios del petróleo, la pobreza continúa
profundizándose y el pago de la deuda externa tiene preeminencia sobre las políticas
públicas sociales, ¿cuándo entonces podrán esperarse cambios?
“El caso ecuatoriano es elocuente al respecto. Aunque en los últimos 33 años (1972-
2005) el país recibió grandes volúmenes de divisas por la venta de petróleo, esto no se
ha reflejado en un mejoramiento de las condiciones de vida de sus habitantes.
Paradójicamente, el aumento de los ingresos públicos durante el ‘boom petrolero’
(1972-1982) desató un inusitado proceso de endeudamiento externo”, señaló el CDES.
El representante de la Red Agraria, Romelio Gualán, recordó que la dictadura y los
gobernantes de ‘ultra derecha’ que estuvieron al frente del país entre 1972 y 1990,
teniendo importantes ingresos petroleros seguían endeudándose con organismos
internacionales.
“Todo era sesgado a sus intereses, a los grupos de poder. La política petrolera hasta
2006 no fue buena, en muchas ocasiones fueron las petroleras extranjeras las que
obtuvieron los mayores beneficios, mientras la población apenas lograba una parte
marginal de divisas generadas por el petróleo”, dijo Gualán.
El dirigente campesino reconoció que en este Gobierno los excedentes petroleros se han
destinado a la obra pública y social. “Hoy todo esto se palpa en la vialidad, seguridad,
educación, social. Hubo importantes cambios en este período de Gobierno”, agregó
Gualán.
El artículo de la agencia EFE ‘Bonanza petrolera de Ecuador no se sintió en economía
de bolsillo’, publicado el 6 de diciembre de 2004 por diario El Universo, señaló que “la
espectacular subida del precio del crudo benefició a la macroeconomía de Ecuador, el
quinto productor americano, aunque esa bonanza no se vio reflejada este año (2004) en
los bolsillos de la mayoría de ecuatorianos pobres”.
En ese entonces el país fue Gobernado por Lucio Gutiérrez, quien prometió para el
siguiente año (2005) emprender una agresiva campaña internacional de atracción de
capitales de inversión, para que sean empresas foráneas las que arriesguen y produzcan
en campos petrolíferos vírgenes.
De acuerdo al Centro de Derechos Económicos y Sociales, según el Índice de
Desarrollo Humano, el país experimentó un retroceso. Si en 1999 Ecuador ocupaba el
puesto número 69 entre 175 países del mundo, en 2004 pasó a ubicarse en la posición
número 100. En 2014 el país se ubicó en el puesto 98 entre 187 países evaluados.
En 2001, la inversión estatal en salud apenas llegó a $ 16 anuales por habitante,
ubicándose como la más baja entre 18 países de la región y obligando a las familias a
asumir directamente 48,6% del total de ese gasto. En ese mismo año, Ecuador invirtió
en educación $ 45 anuales por habitante, superando en la región solamente a Nicaragua,
que invirtió $ 28.
El resultado de esta baja inversión fue que llegado 2004 unos 700.000 niños, niñas y
adolescentes entre 6 y 17 años no pudieron ingresar al sistema educativo ecuatoriano.
Entre 2006 y 2013 la inversión social por persona, en salud, educación, bienestar social
y deporte se incrementó en $ 319,33. En esos 7 años se aumentó en más de 3 veces la
inversión educativa, que en 2006 fue de $ 1.083,5 millones y en 2013 de $ 3.289,8
millones.
Deuda externa
Para Carlos Alfredo Uquillas, del Observatorio de la Economía Latinoamericana, los
ingresos petroleros dieron lugar a que los gobiernos militares de la época incrementen
sus gastos en forma desmedida, y producto de ese excesivo egreso corriente hubo
fuertes desequilibrios fiscales.
“La inflación en esta etapa no se disparó solamente porque el tipo de cambio
permaneció estable durante todo este período debido a la capacidad exportadora del país
y al fácil acceso al mercado financiero internacional, motivo -éste último- que condujo a
un acelerado endeudamiento externo tanto público como privado”, expresó Uquillas.
Hernán Ramos, en su artículo ‘Las dictaduras del 70 moldearon la economía petrolera’,
manifestó que en 1971 la relación deuda externa/PIB era de apenas 4,1%, en principio,
una proporción muy baja y holgada de manejar para cualquier gobierno responsable.
Esta proporción se mantuvo más o menos estable hasta 1975 (4,8%). Sin embargo,
cuando el ‘boom petrolero’ estaba en su apogeo, las cosas tomaron un giro que se
volvería fatal.
En 1976 esa proporción subió al 5,7%; en 1997 alcanzó el 7,5%; en 1978 trepó al
16,9%, y al cierre de 1979, es decir, cuando los militares emprendieron la retirada de
Carondelet hacia sus cuarteles, la relación deuda externa/PIB había alcanzado la
impresionante cifra de 28,6%.
Valor neto del petróleo
El presidente Rafael Correa en su último enlace ciudadano rechazó las aseveraciones de
ciertos opositores que aseguran que durante los años de este Gobierno el precio del
petróleo se ha mantenido en promedio de $ 100, por lo que, según dicha lógica, el país
ha tenido un mayor ingreso económico.
De acuerdo al Jefe de Estado, al efectuar sus análisis dichos opositores no consideran
criterios técnicos como los valores netos, constantes y per cápita.
En ese sentido, el presidente explicó que en cuanto a valores netos, no es lo mismo que
el costo del barril de petróleo sea $ 40 y el de producción $ 5, como ocurría hace 35
años, “que tener el costo del barril de petróleo a $ 100 y su costo de producción sea $
70, como sucede en ciertos campos petroleros”.
Esta situación se da debido a que cuando se inicia la explotación de un pozo de petróleo
la extracción es fácil y la inversión es mínima, sin embargo una vez que el yacimiento
pasa su período de madurez se requiere una mayor inversión para sacar una menor
cantidad de petróleo.
En línea con la explicación previa, en lo que corresponde a valores constantes, explicó
que no es lo mismo el costo de $ 100 por barril en la actualidad, que $ 40 en la década
de los 80, pues dicho valor nominal tenía una mayor adquisición, por lo que precisó que
mayor valor nominal no significa mayor valor real. “No ha existido tal suerte o bonanza
petrolera (…) y nunca el país ha avanzado tanto como ahora porque no ha sido suerte,
han sido manos limpias, mentes lúcidas y corazones ardientes por la patria”, expresó el
Jefe de Estado.
Cambios económicos del boom del petróleo
Para emprender la «siembra del petróleo» el Estado reformó y modernizó de manera
significativa sus capacidades de asignación de recursos y de gestión de las políticas
públicas, pero no mejoró su capacidad de recuperar y movilizar recursos producidos en
los sectores no petroleros. Esto lleva a de la Torre a caracterizar al Estado ecuatoriano
de la década de los años setenta como activo y negligente al mismo tiempo (1987: 114):
activo en la gestión de los recursos del petróleo y negligente en cuanto a la de los
recursos no petroleros.
Las políticas públicas se enmarcaron en el modelo de industrialización por sustitución
de importaciones. La capacidad del Estado para implementarlo se vio potenciada con el
boom del petróleo y sembrarlo supuso que la asignación de recursos originados en el
sector extractivo, conducida por el Estado, tendría efectos beneficiosos para la
acumulación de capital. Esta se consideró condición suficiente para en el futuro
asegurar una trayectoria estable de generación de recursos internos. Los planificadores
guardaban la convicción de que en lo fundamental la asignación de recursos no debía
quedar librada solo a las fuerzas del mercado; más bien debía ser controlada por un
Estado activo e intervencionista. La riqueza del petróleo debía servir para proporcionar
tres tipos de recursos fundamentales para el proceso de desarrollo económico: divisas,
ahorro interno e ingresos para el sector público.
Ajustes macroeconómicos, deuda externa y desastres naturales
En la década de los años ochenta Ecuador estuvo regido por tres gobiernos elegidos en
las urnas, que gestionaron la economía ecuatoriana –ya afectada por la enfermedad
holandesa– durante un período de recesión mundial, catástrofes naturales, inflación y
restricciones a la inversión. En esta década los programas de ajuste cambiaron la ISI por
el control de los equilibrios macroeconómicos como la prioridad de la política
económica.
Esta responsabilidad fue asumida en forma autoritaria; los respectivos “equipos
económicos” fueron aislados de los partidos políticos en ejercicio del poder y las
decisiones fundamentales se tomaron a espaldas de los electores. El primero en ejercer
el poder en esta forma y para estos propósitos fue Osvaldo Hurtado, quien asumió la
presidencia de la República el 24 de mayo de 1981, tras la trágica muerte de Jaime
Roldós.
Este obligado relevo precedió a los cambios de enfoque sobre desarrollo y política
económica que se implementarían meses más tarde.
En 1982 el crecimiento del producto se redujo, por tercer año consecutivo, a 3,9%; el
consumo final siguió creciendo, al igual que la inversión pública, pero la inversión
privada se redujo 11,6% debido a la incertidumbre originada en el sector externo (AE.
23). Las medidas de febrero de 1981, que dejaron intocada la paridad cambiaria, fueron
insuficientes, tanto por su enfoque como por el rápido deterioro de la economía
capitalista mundial, a la cual Ecuador ya estaba plenamente conectado.
Este capítulo analiza las características de la crisis de los años ochenta, en especial la
implementación de los tres ajustes macroeconómicos y la gestión de la deuda externa
condicionada por el FMI.
El punto de partida de este proceso se sitúa en las rigideces heredadas de una economía
petrolera con una intensa propensión al endeudamiento externo, e incapaz de movilizar
en forma eficiente sus recursos no petroleros. (MONTALVO, 2013)
HISTOGRAMA DEL PETROLEO EN EL ECUADOR
Ilustración 2 Histograma del petróleo en el Ecuador
1964Contrato
TEXACO-GULF, concesión 1.4
has. en la Amazonía
1970Inicia
construcción oleoducto
Transecuatoriano (1972)
1971Inicia
construcción oleoducto Balao-
Esmeraldas
1972Comienza producción
petróleo en la Amazonía y 1° embarque (15-AGO)
Corporación estatal petrolera ecuatoriana (CEPE)
1973-Ingreso a la
OPEP-Flota petrolera
ecuatoriana (FLOPEC)
1974Construcción
refinería estatal en Esmeraldas
(1977)
1976Construcción
planta gas licuado en
Shushufindi (CEPE-1981)
1978Poliducto
Esmeraldas-Quito (1980)
1982Reforma a Ley de
Hidrocarburos, atraer IED
1986Caída precio petróleo <
$9.00
1989CEPE =
Petroecuador
1998Ingresos
bananeros superan
petroleros
Ilustración 3 Producción de petróleo en los últimos años
Ilustración 4 Producción de petróleo en los últimos años en millones de barriles
31
(North, 2009)(EL TELÉGRAFO, 2015)
CONCLUSIONES
El crecimiento económico del Ecuador fue haciéndose cada vez más dependiente
de la exportación de un solo bien y de las afluencias del capital extranjero.
El Ecuador actualmente y desde el boom petrolero financia la gran mayoría de
sus gastos con los recursos provenientes de la venta de petróleo, los cuales
presentan una gran volatilidad constituyendo un problema para el financiamiento
del Presupuesto General del Estado, lo que origina un deterioro de los agregados
económicos.
El Boom Petrolero de los 70's otorgó enormes ingresos al Estado, lo cual generó
una acelerada modernización de las urbes, pero en ningún momento mejoraron
los niveles de vida de la población.
El crecimiento económico del Ecuador fue haciéndose cada vez más dependiente
de la exportación de un solo bien y de las afluencias del capital extranjero.
El Ecuador actualmente y desde el boom petrolero financia la gran mayoría de
sus gastos con los recursos provenientes de la venta de petróleo, los cuales
presentan una gran volatilidad constituyendo un problema para el financiamiento
del Presupuesto General del Estado, lo que origina un deterioro de los agregados
económicos.
En el período comprendido entre 1972 – 1980 el petróleo pasa a ser la principal
fuente de ingresos públicos, y consecuentemente, se convierte en el primer
producto de exportación del Ecuador, contribuyendo enormemente al desarrollo
económico del país.
La exportación petrolera le permitió al país lograr crecimientos nunca antes
vistos en los principales agregados macroeconómicos
Nuestros ingresos por exportación de petróleo pudieron ser mayores si no
vendíamos el petróleo a empresas extranjeras.
32
Referencias
EL TELÉGRAFO. (16 de MARZO de 2015). Recuperado el 26 de NOVIEMBRE de 2015, de http://www.telegrafo.com.ec/economia/item/con-el-boom-petrolero-1972-1982-inicio-el-endeudamiento-externo-infografia.html
Fernandez, G. (04 de 11 de 2010). Banco Central del Ecuador. Obtenido de http://contenido.bce.fin.ec/documentos/PublicacionesNotas/Catalogo/NotasTecnicas/nota48.pdf
La maldición de la Abundancia. (2009). Quito: Abya-Yala.
Larrea, G. F. (2016). Petróleo y Desarrollo Sostenible en Ecuador (Las ganancias y pérdidas). En G. F. Larrea, Petróleo y Desarrollo Sostenible en Ecuador (Las ganancias y pérdidas). FLACSO.
MONTALVO, J. O. (2013). ECUADOR 1972-1999 DEL DESARROLLISMO PETROLERO AL AJUSTE NEOLIBERAL.
North, L. M. (1 de JUNIO de 2009). Vamos Dnado La Vuelta. Recuperado el 26 de NOVIEMBRE de 2015, de goolgle books: https://books.google.com.ec/books?id=blQ999w8z-cC&pg=PA33&dq=el+boom+petrolero+en+ecuador&hl=es-419&sa=X&ved=0ahUKEwi79N6C4rbJAhXDSSYKHdZSB8EQ6AEIGzAA#v=onepage&q&f=false
Petróleo y Desarrollo Sostenibl en Ecuador. (2006). Petróleo y Desarrollo Sostenibl en Ecuador, 20.
Petróleo y Desarrollo Sostenible en Ecuador. (2006). Petróleo y Desarrollo Sostenible en Ecuador, 20.
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