Pequeña Biografía de gustín (1)
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1. Pequeña biografía de San Agustín. ¿Qué filosofía acepto?
San Agustín nació en el año 354 en tagaste, antigua ciudad de romana del norte
de áfrica. Patricio su padre. Era pagano y Mónica, su madre, una persona decisiva
en su vida, era cristiana. Hizo sus estudios primarios en su ciudad natal. Luego
estudio gramática y retórica. Su interés por la filosofía se despertó, a los 19 años,
a raíz de la lectura del HORTENSIUS, obra perdida de cicerón, en lo que se hacía
una exhortación al estudio de la filosofía. Animado por las ideas contenidas en
esta obra, comenzó su búsqueda de la sabiduría. Al respecto escribió en las
confecciones, obra en la que relata su vida y que es considerada como la primera
autobiografía de la historia: “semejante libro cambio mis afectos y mudo hacia ti,
señor, mis suplicas e hizo que mis votos y mis deseos fueran otros. No era para
pulir el estilo para lo que yo empleaba la lectura de aquel libro, sino lo que decía.
El amor a la sabiduría tiene un nombre en griego, a saber, filosofía, el cual me
encendían aquellas páginas”. Después de unos años, san Agustín comenzó a
centrar su interés en el escepticismo, una de las corrientes del platonismo, que
sostenía la imposibilidad de conocer. Pero, tras su viaje su viaje a Milán, su
postura filosófica se reoriento hacia el Neoplatonismo. Bajo la influencia de san
Ambrosio y tras vivir una experiencia mística en la que según afirma, “todas las
tinieblas de mi vida huyeron”, se convirtió al cristianismo a la edad de los 32 años.
Fue bautizado en el año 387. Tras regresar a áfrica, fue ordenado sacerdote en el
año 391 para luego convertirse en obispo de Hipona en el año 395. Murió en el
430 a los 76 años, cuando la ciudad de Hipona se encontraba sitiada por los
vándalos, durante toda su vida, San Agustín siempre sintió una profunda
admiración por la filosofía platónica y neoplatónica, pues según él, “el
pensamiento de Platón conduce a cristo “ . Por ello su filosofía es una fusión del
platonismo con los dogmas del cristianismo.
2. ¿Cómo abordo el problema “relación fe y razón”
Para San Agustín dado que “platón conduce a cristo”, entonces hay dos vías para
conocer la verdad: la autoridad de la fe revelada y la razón. Estas vías parecen
complementarias, pues hay que comprender para creer y creer para comprender.
Pero para el santo, la fe en la revelación histórica de Dios es lo más importante en
la búsqueda de la verdad. Sin la ayuda de Dios no podemos conocer nada, pues
la razón por sí sola no nos puede conducir al conocimiento de la verdad.
3. ¿Qué relación vio entre ciencia y sabiduría?
Es una sabiduría propiamente filosófica que no pretende liberarnos de la unión con
Dios, sino tan solo conducirnos al conocimiento racional del universo. Lo que
mejor ha sabido es lograr la idea de sí misma y del saber racional una idea
admirablemente justa, que ha entrado para siempre en la herencia de la
humanidad. Sin duda alguna ha pecado por optimismo filosófico, la jerarquía de
las ciencias, la subordinación de las ciencias particulares a la ciencia más simple y
más universal, la más altamente especulativa y la más desinteresada, que lleva al
ser en cuanto ser y las causas del ser.
4. ¿A que se le llamo en interiorismo agustiniano?
El objeto principal del interiorismo agustiniano es la verdad-sabiduría, cuya
plenitud se encuentra en cristo como la imagen de Dios viviente, de que el hombre
es imagen. Ahí radica toda la grandeza y dignidad de los seres humanos. El
método agustiniano es eminentemente fenomenológico e introspectivo. El
interiorismo agustiniano implica, además, la afirmación radical de la vida como el
soporte existencial incuestionable de la posible metafísica de una certeza radical
abierta a la transcendencia. A la preocupación sobre Dios y el alma se añade en
S. Agustín la idea de creación. Nos hallamos ante una metafísica creacionista que
desborda por la completa filosofía griega y su concepción cíclica de la naturaleza.
De ahí no encontrara dificultad en encontrar el neoplatonismo con las cautelas
obvias impuestas por el sentido común desde una visión cristiana de la superior,
que es la filosofía abierta a la transcendencia, y a los valores que no se consumen
con el tiempo.
5. ¿Cómo trato el problema de la verdad y la certeza?
San Agustín, el cual subrayó el hecho de que el conocimiento de la verdad debe
ser buscado no con fines meramente académicos, sino porque aporta la verdadera
felicidad, la verdadera beatitud. Solamente el sabio puede ser feliz, y la sabiduría
requiere el conocimiento de la verdad; pero en el pensamiento de San Agustín no
se trata en absoluto de la especulación como un fin sí mismo, cuando el joven
licencia. En el contra académico mantiene la sabiduría consiste en la búsqueda de
la verdad y declara. Como Lessing, que la felicidad ha de encontrarse más bien en
la persecución de la verdad que en el logro y posesión actual de la misma, Agustín
replica que es absurdo llamar sabio a un hombre que no tiene el conocimiento de
la verdad, dice que nadie es feliz si no posee lo que ansía poseer, de modo que el
hombre que busca la verdad pero aun no la ha encontrado no puede llamarse
verdaderamente feliz. El propio San Agustín busco la verdad porque se sintió la
necesidad de ella, y al considerar retrospectivamente su propio desarrollo a la luz
de lo logrado, lo interpreto como una búsqueda de cristo y la sabiduría cristiana,
como la atracción de la belleza divina, y lo universalizo esa su propia experiencia.
No obstante, decir que Agustín no fue un intelectualista, en el sentido académico
del término, y que su filosofía es eudemonista, no es decir que no fuese
agudamente consciente del problema de la certeza. Pero sería un error pensar
que Agustín estuviese preocupado por la pregunta ¿podemos conseguir la
certeza?, pero la que ocupo su atención en el periodo de madurez de su
pensamiento fue más bien ésta: ¿Cómo podemos conseguir la certeza? . El que
se suponga, como un dato, que conseguimos la certeza, no hace desaparecer el
problema: “¿Cómo es que la mente humana, finita, mutable, alcanza cierto
conocimiento de verdades eternas, verdades que rigen y gobiernan la mente y, en
consecuencia, transcienden a esta?”. Su lectura de las obras platónicas le sugirió
el problema de cómo es que somos capaces no solamente de conocer con certeza
verdades eternas y necesarias. Sino también de conocerlas como verdades
eternas y necesarias. ¿Cómo lo podría explicar San Agustín? Es indudable que la
discusión de ese problema, le intereso en sí misma, por razón de sí misma; pero
vio también que él consideraba que era la respuesta adecuada al problema, una
clara prueba de la existencia de Dios y de su acción, el conocimiento de verdades
eternas podía, así, llevar el alma, por la reflexión sobre tal conocimiento, al
conocimiento de Dios y de su actividad.
6. ¿Qué dijo del problema del mal?
Frente al dilema según si Dios existe es bueno y todopoderoso, entonces porque
existe el mal, San Agustín dice que el mal no proviene de Dios, ya que Dios es el
bien, entonces el mal es ausencia del bien. Por lo tanto el mal no es algo real, es
pura ausencia de lo real que es lo bueno. Para San Agustín el mal moral, como
por ejemplo, un asesinato y el mal natural, como por ejemplo un terremoto, son
explicables. El primero, porque la libertad es la capacidad de elegir el bien o el mal
y, el segundo porque el dolor y el sufrimiento humanos son necesarios para que
los seres humanos obtengan su salvación.
7. ¿Cómo relaciono: orden, paz y belleza?
La relación que se dio que consistía en el modo, la especie y el orden he aquí que
la belleza se refiere a la especie y al modo, y la paz y al orden, teniendo en cuenta
aquella definición agustiniana “la paz es tranquilidad en el orden”. Así belleza y
paz serian elementos constitutivos del bien, y en cuanto tales, serian nombres
transcendentales, aunque el Aquinate no lo diga explícitamente quizá por esa
ascética economía de términos y conceptos, que lo pone a salvo, de las
acusaciones que luego esgrimirá el nominalismo contra la escolástica tardía.
Mientras que según las definiciones que ofrece San Agustín, la paz añade algo a
la concordancia, y por otro sin olvidar al aspecto intersubjetivo de la concordancia,
el maestro escolástico prefiere insistir en algo subjetivo, el orden de los apetitos y
los bienes y la convivencia de satisfacer con lo necesario.
8. Concepto de Historia y de la filosofía de la historia.
Historia: afirma que la historia no tendría sentido si no contásemos con la
revelación. El sentido del acontecer histórico solo se puede concebir desde la fe.
El conocimiento de los hechos históricos puede versar sobre la existencia y
desarrollo de los distintos imperios. Sin embargo los principios que nos permiten
interpretar estos hechos no proceden de estos, sino que para San Agustín lo
temporal debe ser juzgado siempre a la luz de lo eterno. Va a ser la revelación
cristiana la que nos proporcione los principios a cuya luz interpretemos la historia.
Filosofía de la historia: se propone a discernir el significado moral y espiritual de
los acontecimientos históricos. Esta reflexión agustiniana puede convidarse como
una verdadera teología de la historia: una interpretación de la historia a la luz del
dogma cristiano. Por tanto San Agustín vio la historia de la especie humana al
igual que la vida del hombre individual como el enfrentamiento dialectico entre dos
principios de la conducta, lo que él llama dos amores: amor de Dios y la sumisión
a sus leyes, y el amor a sí mismo y a los placeres.
9. Los dos reinos o dos ciudades.
San Agustín habla de dos amores fundadores de dos ciudades diferentes,
enfrentadas. La ciudad terrena, edificada sobre el amor del hombre hasta el
desprecio del amor de Dios y la ciudad celeste, edificada sobre el amor de Dios
hasta el desprecio de sí mismo. Cuando San Agustín se refiere a la ciudad terrena
la entiende como el modernista entiende el “mundo” es decir, el mundo ontosófico,
el mundo cosmológico, el mundo creado, pero cerrado sobre si mismo enfrentando
al “otro mundo” , al reino de Dios, la ciudad celeste para San Agustín. En otros
pasajes San Agustín llama a la ciudad terrena, ciudad de los hombres, y
comentando el pasaje de san pablo “luchamos no contra carne y sangre, sino
contra las potestades que dominan, los rectores de este mundo de estas tinieblas
(satanás y su ángeles)”, dice. “para que no pensase alguien que el señor del
mundo de los que aman al mundo”. Esta oposición entre ciudad terrena y ciudad
celeste, sobre todo teniendo en cuenta que a la ciudad terrena, le llama en
ocasiones ciudad de los hombres sugiere plantearse la siguiente dificultad: si el
mundo es obra de Dios, todo se ha hecho por el verbo, y el verbo estba en el
mundo ¿por qué los amadores del mundo integran aquella ciudad terrena cuyo fin
es el infierno, según San Agustín?
10. Su teoría del conocimiento: la iluminación
Según San Agustín el hombre es, ante todo, un alma que utiliza un cuerpo. Y el
alma es superior al cuerpo. El alma es incorruptible mientras que el cuerpo es
corruptible. Gracias al alma, el hombre puede conocer tanto las verdades eternas
o verdades matemáticas como a Dios en tanto realidad superior. Pero, para ello,
necesita ayuda del mismo Dios, quien ilumina la razón humana y hace posible el
conocimiento.
HISTORIA DE LA FILOSOFIA MEDIEVAL
SAN AGUSTÍN
PRESENTADO POR:
FARAH CARMONA
PRESENTADO A
ARTURO BARROS
UNIVERSIDAD DEL ATLÁNTICO
FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS
PROGRAMA DE FILOSOFÍA
BARRANQUILLA, ABRIL 30 DEL 2014